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identidades femeninas en un mundo plural

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  • identidades femeninasen un mundo plural

  • identidades femeninas en un mundo plural

    Mª Elena Jaime de Pablos (Ed.)

  • idEntidadEs fEMEninas En un Mundo PluralMª Elena Jaime de Pablos (Ed.)

    Comité Científico: Ángeles arjona Garrido, Mercedes arriaga flórez, Encarnación Carmona samper, isabel fernández Prados, Concepción fernández-soto, Esther González alarcón, Mª Juana lópez Medina, Josefa Martínez romero, Carmen Quiles Cabrera, daniela Padua arcos, rosalía rodríguez lópez y lucía romero Mariscal.

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyrigth”©, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo. Edición en Cd-roMColección audEMisBn: 978-84-96980-81-5©2009 arcibel editores · http://www.arcibel.es

    de los textos, las autoras©2009 edición: Elena Jaime de Pablos

    diseño: Bane®imagen portada: alfredo reyes

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    empoderamiento, teCnoloGÍas de la informaCiÓn Y la ComuniCaCiÓn Y GÉnero. una aproXimaCiÓn ConCeptualGemma aguado, anna Escofet y María José rubio

    mujer Y eduCaCiÓn literaria: una aproXimaCiÓn a los Clubes de leCturaMaría isabel alférez Valero

    rut, personaje femenino del antiGuo testamento. los arquetipos de la madreCarme agustí aparisi

    teXtos moralizantes para jovenCitas de la seGunda mitad del siGlo XiX en españa e italia. Celia aramburu sánchez

    identidad femenina Y violenCiaMaría teresa arias Bautista

    mother jones: de maestra irlandesa a “madre Coraje” ameriCanaMaria luz arroyo Vázquez

    jennY saville: el desnudo aCtualana aydillo

    identidades femeninas errantes: sobre heChiCeras Y monstruosisabel Balza

    el CinturÓn de hipÓlita Modesto Barcia lago

    identidad, desGarro Y materia en la esCultura de louise bourGeoisraquel Barrionuevo Pérez

    el harÉn en la pintura Y literatura orientalista laura Branciforte 226

    la importanCia de eGeria en el mundo tardorromanoMaría José Bravo Bosch

    mujeres esCritoras en la literatura franCesa Contemporánea: Claves de su emerGenCia Y diversidad (1970-2005)Claude Benoit Morini

    historia jurÍdiCa de la mujer en la CárCel Y polÍtiCas penitenCiarias en españa: pasado, presente Y futuro de una realidad marGinal bajo la perspeCtiva de GÉnero Belén Blázquez Vilaplana e isabel ramos Vázquez

    Confinamiento Y alienaCiÓn en las heroÍnas de sarah GrandCarmen Bretones Martínez

    más allá del seXo: la fibromialGia Y el malestar de las mujeres desde la perspeCtiva de GÉneroErica Briones Vozmediano

    la identidad de una madre en relaCiÓn a sus hijos en Time and Tide de edna o’brieninmaculada Cano Monedero

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    mujer e identidad seXual en relatos norteameriCanos ContemporáneosBlasina Cantizano Márquez

    las mujeres direCtivas en las empresas periodÍstiCas: una aproXimaCiÓn desde la Grounded Theoryfrancisco J. Caro González y María del Mar García Gordillo

    la mujer del medio urbano CantábriCo a mediados del siGlo Xviii: familia Y trabajo. el Caso de avilÉsHelena Carretero suárez

    GlobalizaCiÓn, delito Y GÉnero en españaJoaquina Castillo algarra y Marta ruiz García

    los informes de evaluaCiÓn del impaCto de GÉnero en la normativa estatal Y autonÓmiCa andaluzaBeatriz María Collantes sánchez y amelia sanchís Vidal

    la visibilidad de las mujeres Con disCapaCidad en el mundo laboralantonio Corrales lópez, lucía sánchez_sánchez, dolores María Martínez Cobos y Josefa ruiz Góngora

    el ámbito femenino en la poesÍa de aurora luqueMara del Mar Cuadra arance

    viajar para ConoCer(se): aportaCiones del viaje Y de la esCritura a la identidad de las ladies viCtorianasMaría de la torre laviana

    la iGualdad entre mujeres Y hombres a la luz del dereCho internaCional Y el dereCho de la uniÓn europeaEva díez Peralta

    la mujer deportista profesional Y su retirada deportivadelia Carmen dumitru y Álvaro sicilia Camacho

    la “new woman” en a drama in muslin de GeorGe mooreManuela Enciso almendros

    Cuidándonos. mantenimiento de mujeres Y hombres en las soCiedades áGrafastrinidad Escoriza Mateu y Pedro V. Castro Martínez

    subiendo al estrado: mujeres Y administraCiÓn de justiCia (1961-1966)Maria Jesús Espuny tomás, Josep Cañabate Pérez, Guillermo García González y olga Paz torres

    el telar en la GreCia ClásiCa Como sÍmbolo de identidad Y CohesiÓn de las mujeres del oikosVerónica fernández García

    posiCiÓn de la mujer en las notiCias sobre obesidad reCoGidas en la prensa esCritaBaltasar fernández-ramírez, Elia Esquirol arias y Cristina rubio Jiménez

    la representaCiÓn de la mujer inmiGrante en el Cine español del nuevo milenioConcepción fernández-soto

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    la mujer en la mediCina: búsqueda de su identidad en los testimonios de la antiGua CivilizaCiÓn ClásiCaMaría Carmen fernández tijero

    la presenCia femenina en los manuales de franCÉs para españoles(1650-1950) denise fischer Hubert

    las mujeres Y su papel en la villa romanaalejandro fornell Muñoz

    las mujeres Y el banquete de las palabrasCarla Cristina García

    ioanna tsatsos: literata, inteleCtual Y testiGo de la historia de GreCia del siGlo XXMaila García amorós

    ni miel ni abejas: el abandono de la transeXualidaddaniel J. García lópez y María del Mar fernández Pérez

    la mujer almeriense a finales de la edad media: mujeres CristianasManuela García Pardo

    nuevos modelos de mujer en la publiCidad española aCtual: la mujer maduraManuel Garrido lora

    las epÍstolas de esther tusquets: CorrespondenCia privadaisabel Giménez Caro

    la vida en el harÉn del marabout seriGne: el jardÍn de la feliCidad ansiadai. Esther González alarcón

    nuevas oportunidades eduCativas para las adolesCentes árabes en el ies las noriasMaría González Clemente, María José ferrer Márquez y sergio Guirado sánchez

    ¿quÉ identidad femenina?Carmen González Marín

    mujeres adolesCentes Y envejeCientes en las series de televisiÓn. ConfliCtos de identifiCaCiÓninmaculada Gordillo, Virginia Guarinos y María del Mar ramírez alvarado

    la identidad de la pareja del nuevo hombre en series españolas de fiCCiÓn televisivaVirginia Guarinos, inmaculada Gordillo y alberto Hermida

    el jardÍn de elizabeth von arnim:un espaCio de libertadCovadonga Grijalba Castaños

    la disCriminaCiÓn entre seXos en la reGulaCiÓn del adulterio a lo larGo de la tradiCiÓn jurÍdiCa romanÍstiCaramón Herrera Bravo, María salazar revuelta y amparo salazar revuelta

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    testimonio de la feminidad en los papiros GrieGos máGiCos: la diosa infernal, un sÍmbolo sinCrÉtiCo del CiClo vida-muerte-vida, la enCarGada de la ‘bajada a los infiernos’; un Catalizador de las neCesidades de la mujer helenÍstiCaflor Herrero Valdés

    antiConCepCiÓn, aborto Y GÉnero: aportaCiones desde los estudios en la historia Y las CienCias soCialesagata ignaciuk

    identidad oCulta de la mujer Con dispaCadidad fÍsiCa Y sensorial en la provinCia de aliCantealmudena iniesta Martínez y Carmen Mañas Viejo

    anotaCiones de Gerald brenan sobre las mujeres andaluzas en al sur de Granada Y memoria Personal 1920-1975María Elena Jaime de Pablos

    antÍGona: la mujer que se enfrenta al tiranolorena Jiménez Justicia

    era joven, no sabÍa nada, me Casaron.Yolanda Jover silvestre

    entre ÉtiCa Y dereCho. un episodio arGentinoViviana Kühne

    mujer árabo-musulmana, literatura e iYtihadana i. labra Cenitagoya

    el GÉnero Como ConCepto interseCCionalMaria Caterina la Barbera

    neGoCios CreditiCios entre mujeres en la roma antiGua: una posible aproXimaCiÓn histÓriCa al ConCepto de miCroCrÉditosCarmen lázaro Guillamón

    materiales CurriCulares en la red para inCorporar la perspeCtiva de GÉnero en eduCaCiÓn. una aYuda para el profesorado nieves ledesma Marín

    metáfora Y ÉtiCa en “elle” de melissa m.Hortensia francisca lópez lorca

    mujeres Y soCiedad en el alto imperio romano: las CarTas de plinio el jovenMaría Juana lópez Medina

    enfoque de GÉnero en la doCenCia universitaria: apuntes para la elaboraCiÓn de un protoColo de buenas práCtiCastomasa luengo rodríguez y Carmen rodríguez sumaza

    voCes e imáGenes femeninas en el hip hop franCÉsisabelle Marc Martínez

    la mujer Y la potestad de rÉGimen en el dereCho CanÓniCo. una perspeCtiva de dereCho histÓriCoMaría del Mar Martín García

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    el trabajo de la mujer en la ComarCa de los vÉlez (almerÍa) 1930-1940. análisis CrÍtiCo del disCurso oralromana Martínez Martínez y Emilia oliver del olmo

    las aristÓCratas hispanorromanas: entre la identidad de Clase Y GÉnerosilvia Medina Quintana

    medidas de aCCiÓn positiva. Cuota interna, prinCipio de representaCiÓn equilibrada: paridad demoCrátiCaana isabel Melado lirola

    enseñar a investiGar en baChillerato. eXperienCias en el aulaMaría isabel Molina Caba

    la mujer seneGalesa wolof en el marCo de los movimientos transnaCionales: entre la frustraCiÓn Y el deseoMaría luisa Molina ibáñez

    la imaGen de la sirena en la obra de stratis mYribilis: la virGen sirenaPedro Jesús Molina Muñoz

    diosas CÓmiCas Y libertadoras: modelos de mujer en el teatro popular viCtorianolaura Monrós Gaspar

    la psiColoGÍa femenina en la narrativa franCesa Contemporánea: hÉlène lenoirlucía Montaner sánchez

    mujeres Y demanda de reCursos sanitariosMaría José Montoya Vergel y Carmen González Canalejo

    la búsqueda de la identidad. mujeres artistas en el arte ContemporáneoPilar Muñoz lópez 1

    identidades en transito: entre el sujeto polÍtiCo ilustrado Y la multipliCidad performativa de los GÉnerosla teorÍa polÍtiCa lesbianistadunia Muti Hernández y lourdes tejera Perera

    aportaCiones desde el trabajo soCial a la (de)ConstruCCiÓn de GÉnero en la reestruCturaCiÓn del Cuidado: una aproXimaCiÓn a propÓsito de la –leY de dependenCia-Jesús Muyor rodríguez

    my name is raChel Corrie: una voz femenina en el infierno palestinosusana nicolás román

    mujeres maltratadas por sus hijos. revisiÓn Cuantitativa de la investiGaCiÓn española Elena ortega, Juan García y leticia de la fuente la práCtiCa de la prostituCiÓn Como úniCa fÓrmula de libertad seXual en la antiGua roma Patricia Panero oria

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    mujer e identidad: las novelas de marie-Claire blaisEva Pich Ponce

    de diosas a esClavas: la mujer en la mitoloGÍa GrieGa seGún el Cinealberto Prieto arciniega

    mª dolores aleu, un Caso análoGo en españa a elizabeth blaCkwell, elizabeth Garret Y sophia jeX-blake en el mundo anGlosajÓnMaría del rosario Piqueras fraile

    de CÓmo aliCia, o Celia, pudieron salir del espejo (Y del libro)Carmen Quiles Cabrera

    tierra, aGua Y Cuerpo femenino: haCia una reinstauraCiÓn simbÓliCaJuan ráez Padilla

    the CountrY Girls de edna o’brien: dos mujeres, dos imáGenes reliGiosasMónica ramírez Úbeda

    mujeres afroCubanas en la literatura: entre la invisibilidad Y el estereotipoaymée rivera Pérez

    GÉnero Y teCnoloGÍas de la informaCiÓn Y de la ComuniCaCiÓn (tiC)Carmen rodríguez-Martínez

    la sinGularidad en el espaCio instituCionalizado de la esCuelaMaría dolores rodríguez Martínez

    mujer Y delitos seXuales en la leGislaCiÓn de alfonso XVictoria rodríguez ortiz

    medidas Gubernamentales para prevenir, CorreGir Y erradiCar la violenCia de GÉneroEsther rodríguez fernández

    modelos femeninos de serviCios sanitarios en los iniCios del Cristianismorosalía rodríguez lópez

    la reCepCiÓn femenina de la traGedia GrieGalucía romero Mariscal

    propuesta de medidas laborales para favoreCer la inteGraCiÓn de la mujer vÍCtima de violenCia de GÉnero en el merCado profesionaldolores María Martínez Cobos, Josefa ruiz Góngora, antonio Corrales lópez y lucía sánchez_sánchez

    la ContribuCiÓn de beatriX potter Y j.k.rowlinG al mundo de las artes, de las CienCias Y de la eduCaCiÓnMacarena ruiz Esquinas

    la mujer judÍa Garante de la tradiCiÓn Y de la modernidadfernande Elisabeth ruiz Quemoun

    mujer, psiColoGÍa Y lenGuaje literarioCarmela rull Galdeano

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    mujeres protaGonistas de la polÍtiCa estadounidense del siGlo XXiantonia sagredo santos

    la Garantia de las pensiones de alimentos en la luCha Contra la violenCia de GeneroBelén sainz-Cantero Caparrós

    el ConCepto de “maternidad” en the CountrY Girls de edna o’brienantonia salinas sánchez

    la inCidenCia de la Crisis en el Cobro de pensiones Compensatorias Y alimentiCias en los proCedimientos de separaCiÓn Y divorCiorosa salvador Concepción

    ¿CÓmo fantasean mujeres Y hombres? una refleXiÓn en torno a la eduCaCiÓn seXuallucía sánchez sánchez, antonio Corrales lópez, Josefa ruiz Góngora y dolores María Martínez Cobos

    los personajes femeninos en los Cuentos de isabel-Clara simÓPaula sanchís

    la oralidad femenina en el Cuento infantilCelia sanz Pérez

    mujeres en situaCiÓn de rupturaantonia segura lores

    seXual identitY and differenCe in sarah waters neo-viCtorian novelsariadna serrano Bailen

    ¿mujeres inmiGrantes/europeas/ Ciudadanas? la identidad europea de las trabajadoras domÉstiCas de oriGen polaCo en madrid aleksandra sojka

    la presenCia de la mujer inmiGrante en la leGislaCiÓn españolaMercedes soto Moya

    el maltrato en la pareja: de la violenCia domÉstiCa a la violenCia de GÉneroMaría Elena torres fernández

    violenCia Contra las mujeres en la novela whitethorn woods de maeve binChYnuria torres lópez

    identidades femeninas en la obra piCtÓriCa de alejandrina de Gessler Y shawlaura triviño Cabrera

    liberalismo eConÓmiCo, medios de ComuniCaCiÓn Y Clase media en la india: el mediátiCo Certamen de miss mundo alejandra Val Cubero

    árabes Y/ o musulmanas: identidades femeninas enCorsetadas en el arquetipo. protaGonismo pasivo en dos imaGinarios aparentemente antaGÓniCosClara Yuste

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    tradiCiÓn jurÍdiCa de la fraGilitas animi femenina.- mores romanos, honra Y libertad seXualMª isabel núñez Paz

    transversalizaCiÓn Y equidad de GÉnero en la ujatdra. Judith Castañeda Mayo

    visiÓn de las venCidas: las tres memorias María antonia García de león Álvarez

    en búsqueda de una traduCCiÓn la Copla flamenCa Como tesoro del habla popular: identidades Y paralellaura Cervini

    “feminidad, feminismos Y desafÍos de GÉnero en la danza oriental”silvia Pascual regueiro

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    empoderamiento, teCnoloGÍas de la informaCiÓn Y la ComuniCaCiÓn Y GÉnero. una aproXimaCiÓn ConCeptual

    Gemma aguado, anna Escofet y María José rubiouniversidad de Barcelona

    ConCepto de empoderamiento

    El término empoderamiento es un concepto con tradición en el campo del análisis de las relaciones sociales, y su definición varía en función de las diferentes perspectivas, el tipo de organización o el marco teórico utilizado. todas ellas, sin embargo, coinciden en considerar el empoderamiento como un proceso de adquisición de poder de las personas que se encuentran en situación de desigualdad respecto a otras, en algunos casos de forma colectiva y en otros individual, para tomar decisiones acerca de su vida, ser partícipes y realizar cambios positivos en ésta.

    Partiendo del complejo concepto de poder no resulta sencillo establecer una definición de empoderamiento que englobe todas sus dimensiones. oxaal y Baden (1997) interpretan el concepto de poder de cuatro maneras: 1)”poder sobre”, que implica una relación de dominación y subordinación basada en la violencia y la intimidación; 2)“poder de”, referido a tener autoridad para la toma de decisiones y para resolver problemas; 3)”poder con”, que implica la organización de grupos de personas con un mismo objetivo o entendimiento colectivo para alcanzar metas comunes; y 4)”poder desde dentro”, en el que la autoconfianza, la consciencia y la asertividad adquieren importancia para permitir que el individuo, a través del análisis, sepa cómo el poder actúa en su vida y sea capaz de actuar y cambiarla.

    Esta clasificación nos ayuda a considerar las diferentes dimensiones y las relaciones posibles entre los agentes implicados en los procesos de adquisición de poder. El concepto de empoderamiento a partir del cual trabajaremos es aquel referido, especialmente, al “poder de” y al “poder desde dentro”, ambos referidos al desarrollo de las personas para ser capaces de actuar en sus vidas con el objetivo de mejorarlas.

    El estudio del empoderamiento debe considerar la idea planteada por foucault (1979, p. 144) en la que el concepto de poder se define “no como un fenómeno de dominación masiva y homogénea de un individuo sobre los otros, de un grupo sobre otros, de una clase sobre otras; el poder contemplado desde cerca no es algo dividido entre quienes lo poseen y los que no lo tienen y lo soportan”. según el autor, “el poder tiene que ser analizado como algo que no funciona sino en cadena. no está nunca localizado aquí o allá, no está nunca en manos de algunos. El poder funciona, se ejercita a través de una organización reticular. Y en sus redes circulan los individuos quienes están siempre en situaciones de sufrir o ejercitar ese poder, no son nunca el blanco inerte o consistente del poder ni son siempre los elementos de conexión. El poder transita transversalmente, no está quieto en los individuos”.

    la adquisición del poder o el empoderamiento implican poner en marcha atributos personales que han sido, y aun hoy continúan siendo, la clave para estrechar las diferencias generadoras de discriminación y desigualdad entre grupos sociales. se trata, por tanto, de un aspecto clave a considerar en la puesta en marcha de acciones para la igualdad y el desarrollo de ciertos colectivos.

    las mujeres representan uno de los colectivos sociales a los que se les ha aplicado a menudo el concepto de empoderamiento. Para de león (1997), el término surge de la necesidad de generar cambios dentro de las relaciones de poder entre géneros. schuler (en de león, 1997, 190) entiende que es un “proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales”. Para llevarlo a cabo es necesario reconocer los obstáculos mentales y económicos que dificultan el cambio, siendo muy importante la reflexión crítica para lograr una acción transformadora que aumente las posibilidades de autonomía y control, erradicando o disminuyendo al mismo tiempo la dependencia.

    Cualquier aproximación al empoderamiento debe tener en cuenta la situación sociopolítica del colectivo objeto de estudio. Para Batliwala (2007), empoderamiento es un proceso sociopolítico, en el que el concepto de poder es la clave, e implica cambios en el poder político, social y económico entre y a través de los individuos y los grupos sociales. Esta concepción, a nivel macro, de empoderamiento ha llevado a diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales a considerarlo en sus proyectos de acción para la igualdad y el respeto de los derechos humanos. las naciones unidas incluyen en sus conferencias, de forma obligada, el empoderamiento de las mujeres como aspecto clave para el desarrollo y la lucha por la desigualdad. En este trato aparecen llamadas al empoderamiento desde distintos puntos de vista según sea el contexto y la realidad social a la que se refiera.

    En la Conferencia internacional sobre la Población y el desarrollo (CiPd), celebrada en el Cairo en el año 1994 y que constituyó un momento clave en la historia de la población y el desarrollo, así como en la historia de los derechos de la mujer, se trabajó en la elaboración y en la aprobación de un Programa de acción sobre Población y desarrollo para los próximos 20 años. Este documento prioriza entre sus objetivos la necesidad del empoderamiento de la mujer para que pueda decidir acerca de su salud y sus derechos reproductivos.

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    Identidades femeninas en un mundo plural

    la declaración de Copenhague de la Cumbre Mundial de desarrollo social celebrada en el año 1995 hace un llamamiento para el reconocimiento del empoderamiento de las personas, especialmente de las mujeres, para reforzar sus propias capacidades. un extracto literal de los objetivos establecidos en este documento destaca “que no se puede lograr un desarrollo social y económico sostenible sin la plena participación de la mujer y que la igualdad y la equidad entre la mujer y el hombre constituye una prioridad para la comunidad internacional y, como tal, debe ser un elemento fundamental del desarrollo económico y social” (un, 1995).

    las posibilidades de las tecnologías de la información y la Comunicación (tiC) han llamado la atención de las instituciones y organismos preocupados por el desarrollo de los colectivos desfavorecidos. la declaración del Millenium del 2000 de las naciones unidas insistió en la importancia de la accesibilidad a las tiC para todo el mundo. Para conseguir este objetivo llevó a cabo una Cumbre Mundial sobre la sociedad de la información (Wisis) con dos fases. la primera Cumbre tuvo lugar en Génova en el 2003, con el objetivo de redactar y propiciar una clara declaración de voluntad política, y tomar medidas concretas para preparar los fundamentos de la sociedad de la información para todos, que tuviera en cuenta los distintos intereses en juego, comprometiéndose a garantizar que la sociedad de la información fomente la potenciación de las mujeres y su plena participación, en pie de igualdad, en todas las esferas de la sociedad y en todos los procesos de adopción de decisiones. a dicho efecto, se propone la integración de una perspectiva de igualdad de género y utilizar las t.i.C. como un instrumento para conseguir este objetivo (Wisis, 2004)

    la segunda Cumbre llevada a cabo en túnez en el 2005 reitera el apoyo categórico a la declaración de Principios de Ginebra y al Plan de acción adoptados en la primera fase de la Cumbre, incidiendo de nuevo en la promoción de la mujer con una perspectiva de igualdad de género, a fin de poder superar la brecha digital (Wisis, 2006).

    El empoderamiento de la mujer, en relación a las tecnologías de la información y la Comunicación, implica la mejora de las habilidades, conocimiento, acceso y uso de las t.i.C. En esta definición se incluye un objetivo estratégico referido al incremento de la participación y el acceso de la mujer a la expresión y a la toma de decisiones en y mediante los medios y las nuevas tecnologías de la comunicación.

    la relación de ambos conceptos –tiC y empoderamiento– se entiende desde una doble perspectiva:a) las tiC como vehículo de empoderamiento social. la idea que subyace bajo esta perspectiva es que las tiC

    pueden ser un importante catalizador para el empoderamiento político y social de la mujer y para la promoción de la equidad de género. Existe un reconocimiento del potencial de las tecnologías como vehículo para lograr o mejorar la igualdad de género. así, por ejemplo, el uso y la competencia de herramientas promueve las posibilidades de empleo y autoempleo; o la participación en comunidades y redes virtuales puede aumentar la capacidad de la libre expresión y de la toma de decisiones a diferentes niveles de la vida de las mujeres.

    b) El empoderamiento para con las tiC. Esta perspectiva hace referencia al nivel de acceso, uso, competencia y actitud.

    En resumen, el empoderamiento de la mujer se centra en el incremento de su poder en las decisiones claves de su vida, incluidas las relacionadas con el acceso a los recursos, la participación en la toma de decisiones y en la distribución de los beneficios. se trata de un proceso más que una estrategia, por lo que no puede haber agencias de desarrollo para empoderar a la mujer, sino que ha de ser ella quien se empodere a sí misma. El concepto enfatiza la idea de la mujer como agente activo. así pues, la autonomía, el dominio, el control, la toma de decisiones y la libertad para elegir son aspectos imprescindibles en el estudio del empoderamiento.

    t.i.C., empoderamiento Y breCha diGital

    la brecha digital es un concepto que se refiere a la división entre aquellas personas que tienen acceso a las tiC y aquellas a quien el acceso a los medios de comunicación digital es imposible, o que a pesar de tenerlo desconocen lo que tienen que hacer.

    El concepto de brecha digital se explica, pues, por la desigualdad en el acceso a las tiC. diversos estudios (Castells, 2003) muestran que este acceso desigual tiene que ver básicamente con las siguientes características sociales: el grupo social de pertinencia, los ingresos familiares, el nivel educativo, la edad, el trabajo (o el no tener y ser una persona parada) y el grup étnico. Y, también, finalmente, por las relaciones de todos estos factores entre ellos.

    no queda tan claro lo que pasa con las diferencias de género. los mismos estudios muestran que navegan por internet porcentajes similares de hombres y mujeres. de manera coincidente, al hacer un estudio longitudinal de las diferencias sociales de acceso, los mismos estudios muestran como estas diferencias van disminuyendo progresivamente, de modo que la brecha digital tendería a desaparecer, de manera más o menos rápida, según los países y la mejora generalizada de las redes de telecomunicaciones, con excepción de la brecha étnica. de todos modos, y a pesar de que esta constatación es cierta, es necesario remarcar que el avance imparable de las telecomunicaciones provoca que, cuando una tecnología está al alcance de la mayoría de la población, otra nueva tecnología aparece y crea una nueva brecha, de manera que el acceso seguiría siendo desigualitario por nuevos motivos.

    las primeras investigaciones hechas en los Estados unidos, en el año 1994, muestran que son los hombres los primeros que utilizan la red (ono y Zavodny, 2002). los datos muestran que las proporciones varían de manera importante

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    según las zonas: desde 94:6 en los países del oriente Medio, 78:22 en asia, 75:25 en el oeste de Europa, 62:38 en américa latina y 50:50 en los Estados unidos. Y dentro de cada región también hay diferencias bien importantes: en asia, por ejemplo, la asimetría es más alta en Japón (82:18) y más baja en singapur (57:43).

    además, parecería que la frecuencia y la intensidad de uso siguen siendo diferentes, y las mujeres, en general, se conectarían menos veces y menos tiempo que los hombres. Y la conexión en la red se haría también de manera desigual. según el informe siGis (2002), en Europa occidental los hombres se conectan a internet usando la banda ancha, mientras que les mujeres estarían usando tecnologías menos avanzadas, rápidas y potentes.

    respecto a las preferencias de uso, roy y Kshetri (2002) reflexionan sobre aquello que es necesario analizar y se centran en los conceptos tecnológicos de ancho y profundidad. El ancho se define como el número de sujetos que usan un producto o el número de diferentes usos de un producto. la profundidad tiene que ver con los usos del producto. así, el ancho de internet está asociado con el número de usuarios y los diferentes usos que se pueden hacer. En el caso de un usuario individual, una posible manera de medir el ancho de internet puede ser el número de diferentes actividades (por ejemplo: la educación, el ocio, la comunicación, etc.) que lleva a cabo a través de internet. Por lo que respecta a la profundidad, se puede medir de manera funcional (cuantas veces por mes ha comprado por internet un usuario determinado, por ejemplo) y de manera total (tiempo total de navegación por internet en un mes).

    En este sentido, los datos muestran diferencias claras: no sólo los hombres se conectan más que las mujeres, sino que también entran en portales diferentes (en los Estados unidos, en un grupo de personas jóvenes de entre 18 y 24 años, los datos muestran que los hombres prefieren entrar en buscadores y portales deportivos; y las mujeres en portales de noticias y entretenimiento).

    siguiendo en esta línea, las investigaciones de Winter y Huffs (en Kennedy, 2002) demuestran que las mujeres utilizan internet para comunicarse, tanto de manera sincrónica como asincrónica, sobre todo con otras mujeres de manera preferente. Es decir, que las mujeres prefieren espacios de comunicación reservados para comunidades restringidas, en que los hombres no entran de manera habitual.

    Esta situación se da tanto en los países en que el acceso a internet es neutro, es decir, en que habría un número igual de hombres y mujeres conectados a la red, como en países en que las diferencias de acceso por género son marcadas. así, en los Estados unidos, en diciembre del año 2001, los hombres se habían conectado 20 veces, durante 10 horas y 24 minutos y habían visitado 760 páginas durante todo el mes. En el mismo período, las mujeres se habían conectado 18 veces, durante 8 horas y 56 minutos y habían visitado 580 páginas. Y según el informe siGis, las mujeres europeas se conectan una media de 7 horas, mientras que los hombres europeos se conectan unas 10 horas.

    En relación al perfil sociodemográfico de los internautas españoles y según el informe de la fundación telefónica (2008) no hay grandes variaciones con respecto a años anteriores en los hábitos relativos a internet. los datos (tabla 1) muestran que se conservan las desigualdades existentes respecto al género (a favor de los hombres), la edad (a favor de los más jóvenes), la clase social (a favor de los que tienen mayor riqueza), la situación laboral (a favor de los estudiantes), el nivel de estudios (a favor de los más letrados) y el tamaño de población (a favor de las zonas más pobladas).

    faCtor resultados

    Género diferencias pequeñas que disminuyen lentamente.Mayor acceso del género masculino.

    Edad Grandes diferencias.Mayor acceso cuanto más joven.

    Clase social Grandes diferencias.Mayor acceso cuanto mayor nivel socioeconómico.

    nivel de estudios Grandes diferencias.Mayor acceso cuanto mayor nivel de estudios.

    situación laboral Condicionada por la edad

    tamaño de la población diferencias medianas que disminuyen lentamente.Mayor acceso cuanto más poblada es la zona.

    tabla 1. desigualdades en el acceso a internet (adaptado de fundación telefónica)

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    según el mismo informe (tabla 2), la desigualdad entre hombres y mujeres se ve respaldada por los datos, que muestran que la desigualdad se mantiene con una leve tendencia a descender, aunque esta tendencia no es rápida y, muy posiblemente, aún pasarán varios años hasta que desaparezca.

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    2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

    MujeresHombres

    tabla 2. Evolución de las desigualdades por género en el acceso a internet (adaptado de fundación telefónica)

    Concluyendo, los datos muestran la existencia de la brecha digital por género en relación a las tiC, lo cual se demuestra en los porcentajes inferiores de acceso de mujeres y utilización de las tiC en relación a los hombres. dicha brecha digital depende de varios factores sociales tales como la alfabetización y la educación, la localización geográfica, la movilidad y la clase social.

    sin embargo, el potencial de las tiC como un instrumento para la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres puede ser alto, aunque para ello se hace necesaria una revisión de los indicadores usados en esta área.

    indiCadores de empoderamiento, GÉnero Y tiC

    indicadores de género y empoderamientolos indicadores sensibles al género son, como sugiere el término, indicadores que rastrean cambios relacionados

    con el género a través del tiempo. su valor resulta de medir cómo se va logrando la equidad de género a través de varios caminos. los indicadores de empoderamiento y género pretenden medir o evaluar las diferencias por género en cuanto al control sobre bienes materiales, recursos intelectuales e ideología.

    Existen diferentes estrategias para el desarrollo de indicadores de empoderamiento y género. dada la naturaleza multidimensional del constructo empoderamiento, las aproximaciones a la búsqueda de su evaluación se centran tanto en aspectos cuantificables como no cuantificables o cualitativos. Entre los primeros destaca el objetivo de establecer diferencias entre hombres y mujeres con relación a diferentes dimensiones, y entre los segundos el objetivo se centra a menudo en evaluar los efectos de programas específicos orientados a empoderar en algún ámbito.

    los indicadores cuantitativos son mediciones de hechos y datos concretos, “objetivos y verificables” ya que indican por ejemplo el número de ordenadores en un determinado lugar de trabajo, el número de aparatos telefónicos en una determinada comunidad o la cantidad y la frecuencia de talleres de capacitación relacionados con internet. los indicadores cuantitativos se ocupan de resultados y son más fáciles de seleccionar y definir.

    Por otra parte, los indicadores cualitativos apuntan al “por qué” de las situaciones y a los contextos de las decisiones, acciones y percepciones de las personas. se concentran en la experiencia de éstas, y desde una perspectiva de género analítico-feminista son importantes para comprender la experiencia y las percepciones de las mujeres en relación al desarrollo y al empoderamiento. Por ejemplo, la cantidad de mujeres que usan los telecentros resulta más significativa si la información a la que acceden y los enlaces que efectúan a través de internet favorecen su sentido de independencia y empoderamiento.

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    los indicadores cualitativos pueden definirse como la opinión y percepción de la gente sobre un determinado tema, tal como el grado de confianza en sí mismas experimentado por quienes cuentan con conocimientos de tecnología en tanto herramienta para conseguir un mejor trabajo, o un acceso a internet que les permita mejores oportunidades de comercialización y venta. los indicadores cualitativos de género comprenden la recolección de datos de las percepciones de las mujeres sobre el impacto de un proyecto para descubrir cómo una intervención cambió las condiciones de igualdad de género.

    los indicadores cuantitativos han servido de base para el desarrollo de índices, entre los que destacan el idG, el iPG y el GEM, desarrollados por el Pnud (Programa de las naciones unidas para el desarrollo) en 1995. El idG (Índice de desarrollo relativo al Género) es una medida que refleja el Índice de desarrollo Humano (idH) por género, con relación a tres dimensiones: expectativa de vida, educación e ingreso. El iPG (Índice de Potenciación de Género) pretende medir la representación femenina relativa en el poder económico y político. El GEM (Índice de Empoderamiento de Género) examina la posibilidad de participación activa de hombres y mujeres en la vida económica, política y social mediante el acceso a los procesos de decisión.

    la Social Watch ha desarrollado recientemente, en el 2008, el iEG (Índice de Equidad de Género) basado en tres dimensiones: educación, participación económica y empoderamiento. El iEG mide la brecha entre mujeres y varones, no su bienestar. así, por ejemplo, un país en el que los jóvenes de ambos sexos tienen igual acceso a los estudios universitarios recibe la misma puntuación que un país en que tanto las niñas como los niños se vean igualmente imposibilitados de completar la educación primaria. Esto no implica que la calidad de la educación no deba mejorar; sólo establece que niñas y niños padecen la misma falta de calidad. El iEG pone en evidencia que las diferencias de ingreso entre los países no son justificación para las inequidades de género. Muchos países pobres han alcanzado altos niveles de equidad, lo cual es un logro positivo, incluso cuando esto implica una equitativa distribución de la pobreza. Por otro lado, muchos países que tienen cifras promedio aceptables en indicadores sociales suelen ocultar, detrás de esos promedios, enormes disparidades entre varones y mujeres. la eliminación de las disparidades de género puede ser lograda con políticas activas y su éxito no requiere que los países mejoren sus niveles de ingreso.

    la CIDA (Canadian Internacional Development Agency) también ha desarrollado un rango de indicadores, tanto cualitativos como cuantitativos. Entre éstos se encuentran los relativos a asuntos legales, políticos, económicos y sociales y entre los primeros, más orientados a procesos, los relativos al ámbito personal y privado.

    Muchos de los indicadores se basan en modelos analíticos de género que surgieron de un análisis feminista de la sociedad, de las relaciones que se dan en su seno y del desarrollo. Por otro lado, un creciente número de especialistas de género cree que los indicadores por sí solos son insuficientes para reflejar y expresar la experiencia de la mujer, especialmente en áreas como el empoderamiento o en la participación de las mujeres. argumentan que los gestores de políticas deben poner más atención en la experiencia de las mujeres, respecto de la cual los indicadores sólo pueden servir como orientación.

    las revisiones del idG y del iPG diez años después de su creación indujeron a discusiones nutridas en las que se mencionó una amplia gama de asuntos. una preocupación era la dificultad de reflejar las múltiples dimensiones de la (des)igualdad de género al utilizar índices que contenían tan pocos componentes. las personas participantes sugirieron medir dimensiones adicionales –la seguridad y dignidad personales, el tiempo de ocio de las mujeres, la promoción y defensa de la igualdad–, así como ‘tener opciones’. las personas participantes también criticaron los índices porque no reflejaban las realidades de las vidas de las mujeres. Por ejemplo, dos dimensiones clave del iPG son la participación política y el poder para la toma de decisiones, que se miden por la proporción de mujeres y hombres que ocupan escaños parlamentarios. aun así, esta medición no refleja la representación femenina en los gobiernos locales, donde las decisiones pueden tener un impacto mucho mayor en las vidas cotidianas de mujeres y hombres.

    la antropóloga Wieringa (1997) critica los índices del Pnud (idM y iPM) argumentando que ambos miden el nivel de bienestar general en lugar de la desigualdad de género, y ambos están más interesados en determinar los recursos humanos necesarios para obtener un crecimiento económico sostenible que en desafiar los marcos de la economía global y sus desigualdades. según la antropóloga faltan herramientas analíticas que tomen en consideración los aspectos de las acciones humanas orientadas al cambio, las prácticas culturales y de autodefinición. los análisis económicos que no abordan estos niveles no pueden contribuir al establecimiento de relaciones más equitativas de género. la autora, de acuerdo con el análisis tridimensional del término “poder” realizado por lukes (1974) propone una matriz de empoderamiento de naturaleza holística y cualitativa, basada en diferentes niveles (global, regional, nacional, familiar, personal) y esferas (física, sociocultural, religiosa, política, legal y económica) en los que se localiza la subordinación de la mujer.

    indicadores de empoderamiento, género y tiCal margen de los índices e indicadores generales de empoderamiento y género, expresados anteriormente, en

    el ámbito concreto de las tiC se han desarrollado diferentes propuestas, entre las que destacamos, dentro de nuestro contexto, la realizada por el observatorio e-igualdad de la universidad Complutense de Madrid (2007), la publicada por el instituto de la Mujer (2008), o la del ParM (Programa de apoyo de redes de Mujeres). los dos primeros presentan un

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    sistema de indicadores de tipo cuantitativo incluyendo básicamente los aspectos de acceso, uso y competencia o manejo. El tercero, de carácter más cualitativo y social, añade los componentes de activismo y comunicación democrática.

    El observatorio e-igualdad de la uCM realizó una encuesta en el 2007 en la que propone 8 indicadores de tiC comparando hombres y mujeres:

    1. Experiencia en el uso de internet (e-experiencia)2. Habilidades informáticas (info-habilidades)3. Habilidades relativas a internet (e-habilidades)4. intensidad de uso de internet (e-intensidad)5. diversidad de servicios de comunicación utilizados (e-comunicación)6. diversidad de servicios de información u ocio utilizados (e-información/ocio)7. diversidad de servicios de la administración utilizados (e-administración)8. intensidad de uso del comercio electrónico (e-comercio)

    El instituto de la Mujer, en su informe “Mujeres y nuevas tecnologías de la información y la Comunicación” del 2008 realizado por red2red Consultores, propone 5 grandes bloques de indicadores y subindicadores, de carácter cuantitativo, orientados a la obtención de índices para cada uno de ellos. Estos indicadores son:

    1. Actitudes ante las TIC1.1 distancia en el interés por la información en Ciencia y tecnología por sexo1.2 distancia en la preferencia de navegar por internet como actividad de ocio

    2. Equipamiento TIC en el hogar2.1 diferencia en el equipamiento de ordenadores en los hogares de la unión Europea y España2.2 diferencia en el equipamiento de internet en los hogares de la unión Europea y España

    3. Utilización de las TIC3.1 distancia de uso del ordenador según lugar de uso por sexo3.2 distancia en la frecuencia de uso del ordenador por sexo3.3 distancia de uso de internet según lugar de uso por sexo3.4 distancia en la frecuencia de uso de internet por sexo3.5 distancia en la asistencia a cursos de informática por sexo3.6 distancia de desarrollo de actividades de comunicación en internet por sexo3.7 distancia de desarrollo de actividades de compra-venta en internet por sexo3.8 distancia de desarrollo de las actividades de búsqueda de información en internet por sexo3.9 distancia de uso de los servicios de comunicación con las administraciones Públicas a través de internet por sexo3.10 distancia de uso de los servicios de educación y formación a través de internet por sexo3.11 distancia de uso del comercio electrónico con fines privados o para el hogar en los últimos 3 meses por sexo3.12 distancia en la relación de las tiC entre niños y niñas de 10 y 15 años

    4. Educación y formación4.1 distancia en la elección del itinerario tecnológico en el Bachillerato entre chicos y chicas4.2 distancia en la matriculación de las titulaciones universitarias relacionadas con las tiC por sexo

    5. Sector TIC5.1 diferencia en la distribución porcentual de la ocupación en el sector tiC entre mujeres de Europa-27 y mujeres de España5.2 distancia en la distribución de los trabajadores en las tres principales actividades del sector tecnológico en España por sexo

    El ParM (Programa de apoyo de redes de Mujeres) ha creado el GEM (Metodología de Evaluación desde una perspectiva de Género para internet y tiC), una herramienta orientada al cambio social y al empoderamiento de las mujeres en el ámbito de las tecnologías, que pretende dar pautas para evaluar las acciones de empoderamiento en el ámbito de las tiC. Propone y define 6 grandes indicadores.

    1. indicadores de accesotener acceso significa tener los medios y la oportunidad de acceder a la tecnología, la información y el conocimiento.

    Este acceso se ve afectado por factores de raza, clase, género o cuestiones sociales. El indicador cuantitativo de acceso básico es el número de mujeres y hombres que tienen acceso a ordenadores, teléfonos e internet. los factores que afectan el acceso son generalmente la presencia o ausencia de infraestructura de telecomunicaciones e internet. sin embargo,

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    como lo demuestra nuestra experiencia, los indicadores cuantitativos de acceso son solamente un punto de partida. los indicadores más significativos suelen ser aquellos de naturaleza cualitativa, que incluyen la calidad del acceso a la información útil y relevante para las mujeres. Esto también incluye la información para mujeres analfabetas, en el formato y lenguaje adecuados. otros indicadores de importancia son aquellos que revelan hasta qué punto las mujeres tienen control y poder sobre los recursos y el conocimiento, por la situación socioeconómica personal.

    2. indicadores de trabajo en reduna de las ventajas más importantes de las tiC es su potencial para fortalecer y expandir los enlaces, redes e

    iniciativas de red. los movimientos sociales, incluido el movimiento de mujeres, utilizan diversas herramientas basadas en las tiC para ampliar sus vínculos y conexiones más allá de su zona de influencia física y geográfica. Varios de los primeros estudios acerca del uso del correo electrónico y de internet han mostrado que las mujeres usan la tecnología para trabajar en red entre ellas. aunque no es fácil considerar aisladamente el impacto del trabajo en red, un indicador de utilidad para medir el éxito de este trabajo podría ser analizar de qué manera las tiC contribuyen a vincular a mujeres y grupos con intereses similares, que de otra manera no se pondrían en contacto, o de qué manera las tiC sirven para relacionar a redes de individuos o grupos a los fines de promover y apoyar sus respectivas acciones.

    3. indicadores de activismoEn un sentido amplio, el activismo se define como el proceso de propiciar cambios. Muchas campañas están

    dirigidas a generar cambios en las políticas de los gobiernos, las instituciones y otros ámbitos generadores de políticas. la mayoría de estas campañas utilizan las tiC de manera creciente, debido a su eficacia en la comunicación e interacción grupal. las organizaciones de mujeres se valen de estas herramientas para su trabajo de militancia política orientado a promover la justicia e igualdad de género. los resultados de estas campañas –ya sea que los cambios de políticas se produzcan o no– son indicadores de su éxito y, hasta cierto punto, de la eficacia de las tiC en la militancia. otros indicadores examinan las diferencias entre usar las tiC y los métodos tradicionales (asambleas o foros cara a cara), comparando las discusiones y acciones generadas por las campañas donde se utilizan ambas.

    4. indicadores de capacitaciónla capacitación en tiC se ha mostrado como una de las claves en las mujeres, mejorando con ello no sólo los

    conocimientos propios de una tecnología, sino aspectos relacionados también con la toma de decisiones. indicadores de capacitación en tiC son el uso y manejo habituales y sin problemas de diferentes herramientas consideradas importantes para contextos determinados.

    5. indicadores de organizaciónEl uso de las tiC hace posible que todas las personas de una organización reciban la misma información, que

    de otra forma estaría sólo al alcance de la dirección o de ciertas secciones de la organización. El acceso a la información estratégica puede modificar el modo en que el grupo o sus miembros se relacionan entre sí para fomentar la democracia interna en las organizaciones. se sabe de varias instancias en las que el acceso produjo cambios en las estructuras de poder de una organización porque permitió a las mujeres participar activamente en el proceso de toma de decisiones.

    6. indicadores de comunicación democráticalas tiC se utilizan cada vez más como ingredientes necesarios y eficaces de las estrategias de comunicación. El

    potencial de estas nuevas tecnologías para la comunicación democrática y participativa y para la apertura de nuevos espacios de comunicación es visto como una de sus principales contribuciones al cambio y al desarrollo social.

    un cuerpo creciente de prácticas y conocimientos sobre comunicaciones estratégicas y comunicaciones para el desarrollo ha propiciado métodos de medición del impacto de iniciativas e intervenciones de comunicación que apoyan la promoción de los derechos y los procesos de desarrollo más amplios. Estos indicadores son también útiles para medir el impacto de las tiC. algunos de los indicadores desarrollados en este campo son la existencia de debate y diálogo en los ámbitos público y privado, la exactitud de la información que las mujeres aportan al diálogo/debate y el liderazgo y rol directivo de las mujeres en temas que les conciernen.

    mesurando el empoderamiento de las mujeres en la soCiedad diGital

    la revisión teórica del campo del empoderamiento ha revelado un constructo complejo, dimensional y dinámico.

    Complejo por la diversidad de enfoques desde los que se aborda (social, político, económico y psicológico), dimensional por las dimensiones o factores que confluyen a la hora de su medición (autonomía, activismo, capacitación,…), y dinámico porque está sometido al flujo mismo que sufre la equidad de género, con la que está estrechamente relacionado.

    se aprecia, sin embargo, una falta de empirismo a la hora de justificar el propio concepto, así como las dimensiones o indicadores por los cuales es medido, especialmente con relación a las tiC. las investigaciones realizadas en el campo se orientan básicamente a contrastar la hipótesis que relaciona la equidad de género y el avance social. Pero destaca la falta de contribuciones para corroborar el constructo mismo de empoderamiento para con las tiC. de esta forma, las propuestas

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    Identidades femeninas en un mundo plural

    realizadas para su medición son simplemente propuestas, que no permiten identificar con rigor aquellos factores que mejor definen el concepto. las investigaciones futuras deberán hacer hincapié en este aspecto.

    referenCias Batliwala, s. (2007). Putting power back into empowerment. Open democracy. disponible en: http://www.opendemocracy.net/article/putting_power_back_into_empowerment_0 [06/07/9]Castells, M. (2003) La Galaxia Internet. Barcelona; random House Mondadori.Wisis. Cumbre Mundial sobre la sociedad de la información (2004). Documento WSIS-03/GENEVA/4-S. disponible en: http://www.itu.int/wsis/docs/geneva/official/dop-es.html [06/07/9]Wisis. Cumbre Mundial sobre la sociedad de la información (2006). Documento WSIS-05/TUNIS/DOC/9(Rev.1)-S. disponible en: http://www.itu.int/wsis/documents/doc_multi.asp?lang=en&id=2331|2304 [06/07/9]león, M de. (comp.) (1997). Poder y empoderamiento de las mujeres. Bogotá; Coedición del tercer mundo editores.fondo de Población de las naciones unidas (1994). La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo. Avances y desafíos en Costa Rica. disponible en: http://www.unfpa.or.cr/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=10&itemid=152 [06/07/09]foucault, M. (1979). Microfísica del poder. Barcelona; Ediciones de la Piqueta.fundación telefónica (2008). La sociedad de la información en España 2008 de la Fundación Telefónica. disponible en: http://e-libros.fundacion.telefonica.com/sie08/aplicacion_sie/Partea/datos.html [06/07/09]GEM (Metodología de Evaluación desde la perspectiva de Género para internet y t.i.C.), Programa de Apoyo a Redes de Mujeres, de la asociación para el Progreso de las Comunicaciones. disponible en: http://www.apcwomen.org/gemkit/esp/home.htm [06/07/09] Kennedy, t. (2002). Women and The Internet: An Exploratory Study of Feminist Experiences in Cyberspace. a http://www.netwomen.ca/research [06/07/09]lukes, s. (1974) Power: a Radical View. london; Macmillan.observatorio e-igualdad (2007) Informe final sobre mujeres y T.I.C.. Madrid; universidad Complutense de Madrid. disponible en http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/iMG/pdf/informe_observatorio__documento_protegido_1_.pdf [06/07/09]ono, H. y Zavodny, M. (2002). Gender and the Internet. Working Paper 2002-10. atlanta; federal reserve Bank of atlanta.oxaal, Z.; Baden, s. (1997). Gender and empowerment: definitions, approaches and implications for policy. report no. 40. institute of development studies, Brighton.red2red Consultores (s.l.) (2008) Mujeres y nuevas tecnologías de la información y la comunicación. instituto de la Mujer. Ministerio de igualdad.roy, r. y Kshetri, n. (2002). Gender Asymetry in the Adoption of Internet and E-commerce. disponible en http://www.crito.uci.edu/noah [06/07/09

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    Identidades femeninas en un mundo plural

    mujer Y eduCaCiÓn literaria: una aproXimaCiÓn a los Clubes de leCtura

    María isabel alférez Valerouniversidad de almería

    sobre la lectura y sus “problemas”“… qué cosa sea leer, y cómo tiene lugar la lectura, me parece ser todavía una de las cuestiones más oscuras”

    Hans-GEorGE GadaMEr

    retomamos estas palabras de Gadamer con el objeto de pensar en la lectura como algo que tiene que ver con aquello que nos hacer ser lo que somos en un mundo caracterizado por la abundancia de estímulos, pero escaso de experiencias605. Y en este sentido, nos parece fundamental la consideración de la experiencia no como un experimento que puede planificarse al modo técnico con el objeto de descifrar un código, sino como el “conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas”606 que precisa de la apertura hacia lo desconocido, de manera que seamos capaces de construir un sentido que nos facilite nuestra relación con nosotros y con el mundo.

    sabemos que nuestra sociedad de la información y el conocimiento genera cantidades industriales de noticias, proyectos, estudios… y sin embargo, la sensación de “saber” no parece acompañarnos, más bien todo lo contrario. un “no saber” latente se ha instalado en nuestras vidas, provocando incertidumbre y cierta incomodidad aunque no por ello hemos de añorar las “verdades” de tiempos pasados. nos movemos en una realidad casi virtual y cada vez con más frecuencia comprobamos que el conocimiento se nos presenta como algo exterior a nosotros, algo que ha de ser útil para la ciencia y la tecnología; algo universal y objetivo que nos permita “ganarnos la vida” de la mejor manera posible en un entorno globalizado. Esta disociación entre conocimiento y vida se observa a cada paso, en cada lugar, avanzando en paralelo y sin posibilidad aparente de encontrarse en un punto de convergencia. Probablemente esto sea debido a que la experiencia no actúa –como lo hacía en épocas pasadas- como mediadora entre ambos, favoreciendo ese intercambio ineludible entre el sujeto y el mundo en el que se inserta y del que toma los nutrientes precisos para su desarrollo. Y tal vez por este motivo confundimos, con bastante frecuencia, lo que nos pasa (que sería la experiencia) con lo que pasa en el exterior, y reducimos cualquier situación al plano de la objetividad aceptando que es lo “normal”. Vivimos en una sociedad rica en aportaciones teóricas, pragmáticas…culturales, y sin embargo, resulta tremendamente difícil escapar de la rutina en nuestra manera de pensar, de actuar…, debido, en parte, a que ese conocimiento al que accedemos no llega a convertirse en experiencia en el sentido que planteamos. resbala sin apenas filtrarse, sin que seamos capaces de aprehender aunque sea una minúscula porción sobre la que aventurarnos a pensar de “otra manera”. así que nos limitamos a repetir aquello que leemos, aquello que escuchamos o aquello que vemos. Y por ahí vamos.

    Pero todo esto no es nada nuevo, volvemos a repetir. ahora bien, si consideramos el entramado que el paso del modo de producción feudal al capitalista generó y todas las transformaciones que dicho proceso acarreó, tal vez logremos comprender algo de lo que pasa y nos pasa607. Podemos intentarlo leyendo de otra manera. Vamos allá.

    Pensemos, pues, en el momento en el que surge un inconsciente ideológico alimentado por ese “sueño” de libertad y de igualdad que el nuevo sistema –el capitalista- prometía, convirtiendo al trabajador no sólo en explotado real sino en supuesto sujeto libre. Y no detenemos ahí porque es entonces cuando aparece una nueva manera de interpretar –leer- el mundo que llega hasta nuestros días, obviamente con las “mejoras” que el sistema ha generado con el propósito de hacernos la vida –y la lectura- mucho más fácil. Pero volviendo a los inicios de dicho proceso, vemos cómo el sujeto convertido en fuerza de trabajo libre se considera a sí mismo como sujeto libre, de tal manera que sobre este autoengaño –como forma de ideología- comienza a fabricarse el envase destinado a contener la individualidad subjetiva libre como forma de explotación608. somos libres para ser explotados, eso sí, con el envoltorio propio del mejor de los regalos.

    Pero sigamos leyendo sobre esa transformación cualitativa del capitalismo avanzado que exige, como no podía ser de otra forma, una cualificación de todo lo que nos rodea y, por supuesto, de nosotros mismos: “ la destrucción de la imagen del sujeto (plausiblemente libre) en el mecanismo de los medios de producción, hace inútil cualquier sueño de liberación subjetiva”609

    llegados a este punto, y en relación al tema que nos ocupa, retomamos la espinosa cuestión sobre cómo vamos a leer y a leernos si ya ni tan siquiera podemos soñarnos libres. Pues bien, si las puertas se cierran tendremos que abrir las ventanas para dejar que entre algo de aire que nos permita respirar y pensar en la conexión que nos propone el citado autor: sueños subjetivos y discursos objetivos como medios con los que crear(nos) un nuevo inconsciente ideológico que nos permita construir(nos), pensar(nos) y por lo tanto, vivir como individuos dignos en una sociedad más justa.

    605) larrosa, 1996606) tercera acepción que el draE propone para este término.607) todo este planteamiento se encuentra ampliamente tratado en rodrÍGuEZ, 1974608) rodrÍGEZ, 2002 609) luna, 1991.

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    Identidades femeninas en un mundo plural

    diCotomÍas o la neCesidad de un pensamiento Complejo

    Como sabemos, la ciencia moderna hunde sus raíces en la tradición filosófica occidental, la cual estructuró el trabajo intelectual en base a una serie de dualidades: razón/sentimiento, hecho/valor, cultura/naturaleza, ciencia/creencia, público/privado., masculino/femenino. de manera que el discurso racional del conocimiento científico y de los hombres se organizó tomando de esa serie el primer elemento de cada par, generándose así una forma de pensamiento dualista que ha impregnado nuestra cultura y a través del cual nos hemos construido tanto los hombres como las mujeres.

    Esto ha sido así hasta que la crítica feminista irrumpe en el quehacer científico poniendo de manifiesto el carácter ideológico de las dicotomías, hecho que ha permitido evidenciar que los principios lógicos y epistemológicos que conforman la ciencia son patriarcales y, por ende, cargados de género. todo esto, como muestran las aportaciones de dicha crítica, es debido a que la dicotomía se encuentra en la base misma de la construcción del método científico. Entonces, precaución.

    Este breve rodeo tiene su razón de ser en una invitación a la reflexión, ahora que en nombre de la Ciencia (y la tecnología) ese “capitalismo de calidad” se mueve con tanta soltura en el discurso dominante. Y en este sentido, proponemos reflexionar en torno a la siguiente cuestión: ¿la visión feminista de la ciencia ha conseguido trascender el campo teórico y erigirse como alternativa a las dicotomías mediante un modelo interactivo? sin duda, la epistemología femenina quedaba ya esbozada años atrás610 , aunque cabe la posibilidad de que su desarrollo en la práctica se haya visto obstaculizado –silenciado-, entre otras cosas, por esa “mascarada de la muerte de lo social”611 escenificada desde las instancias que mantienen el poder y la voz en el entramado social, o sea, las masculinas.

    Pero, esta disolución de lo social proclamada desde el poder hegemónico masculino, tal vez haya producido un efecto menos traumático en el entorno femenino, puesto que el proceso de separación entre lo público y lo privado, que venimos estudiando, se saldó con la expulsión de la mujer del ámbito del saber relegándola al plano familiar desde el que hemos aprendido a establecer redes que nos permitieran fortalecer nuestra identidad y saber algo más –y mejor- sobre lo que nos decían que éramos. Hemos aprendido, sin duda, mirándonos unas a otras para (re)conocernos ya que el espejo de la realidad sólo proyectaba una imagen: la del hombre. Por tanto, estaríamos ante una “red social” femenina que ha ido estructurándose bajo la superficie de lo público y masculino, de manera que si esta superficie petrificada a golpe de tradición y pensamiento dual ha comenzado a resquebrajarse, la complejidad fraguada en su interior desde el subterfugio de las identidades femeninas bien podría ser el paradigma de un pensamiento complejo612 e interactivo más acorde con la pluralidad del mundo que nos ha tocado vivir, y desde el que configurar prácticas públicas que consigan aportar alternativas a esa “pérdida de control masculino”.

    ahora bien, si como hemos venido rastreando, la mujer ha sido apartada de lo público y confinada al terreno de lo privado (emociones, sensaciones…) parece necesario establecer conexiones entre ese mundo interior y el exterior todavía impregnado de racionalidad y objetividad, para que conocimiento y vida encuentren acomodo y generen saberes cercanos a las personas que después puedan ser trasladados a la realidad exterior. Y dado que nos construimos a través de la ideología como elemento de mediación entre el individuo y el mundo, deberíamos considerar la composición de la misma, de manea que sea lo más amplia y coherente posible para que no quede reducida a su aspecto político sin más. En este sentido, proponemos la lectura como formación con el objeto de pensar la actividad de la lectura como algo que tiene que ver con aquello que nos hace ser los que somos –lecturas de vida- , por lo que sería conveniente, en primer lugar, despegarnos de las evidencias de la pedagogía dominante y para ello proponemos un breve recorrido por las maneras de leer que continúan avanzando por separado en un trayecto que debe ser compartido por el sujeto y el mundo en que vive. no nos construimos apartados de él sino, precisamente, porque en él nos desenvolvemos.

    leCturas paralelas

    si volvemos la vista hacia atrás, observamos que a medida que los Estados asumen responsabilidades educativas universalizando la enseñanza, a partir del siglo XiX, el acceso a la educación de sectores de población excluidos es un hecho cuya repercusión trastorna el clima de “normalidad” que, hasta entonces, había rodeado a la enseñanza tradicional.

    Esa mirada a nuestra historia más reciente vuelve a poner sobre la mesa todo el proceso económico, social y cultural impulsado por la burguesía ilustrada del cual emerge una nueva estructura que rechaza el estatus heredado por nacimiento y que da paso a una identidad individual construida a partir de los valores de la clase dominante. Y en todo ese proceso, nos interesa detenernos en el papel desempeñado por el sistema educativo como instrumento encargado de la reproducción de dichos valores613. de todas maneras, y a pesar de la “imposición” de la cultura dominante propia de la clase que detenta el poder, la democratización de la enseñanza supuso la creación de nuevos lectores y por tanto, de nuevos significados, especialmente, si entendemos la lectura no solamente como una operación intelectual abstracta, sino como

    610) rodrÍGuEZ, 2002:643611) luna, 1991: 139612) Morin, 1994613) lErEna, 1986

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    una puesta a prueba del cuerpo, la inscripción en un espacio y la relación con nosotros mismos o con los demás. Es por ello, que precisamos salir del entorno escolar para conocer las prácticas lectoras que se llevan a cabo en una sociedad cada vez más plural y diversa, dado que la educación de las personas, hoy más que nunca, no se circunscribe exclusivamente al sistema educativo.

    a) leer en la escuelaComo venimos repitiendo, la democratización de sistema educativo ha sido, sin ninguna duda, un hecho que

    ha marcado un antes y un después en nuestra sociedad. una vez que el Estado asume la responsabilidad de procurar la educación al conjunto de la ciudadanía, el acceso de la mujer a la educación se convierte en una realidad, aunque una dura realidad por supuesto, ya que como señalaba Marina subirats “nuestra cultura sigue siendo androcéntrica”614, a pesar del tiempo transcurrido y de que las mujeres hemos sido admitidas en lo público para acceder a puestos de trabajo que antes eran exclusivos de los hombres. sin embargo, este hecho no puede considerarse como igualdad de género, según la citada autora; se trata de igualdad de sexo. Y es en este aspecto en el que la escuela, insiste subirats, ha facilita a las mujeres la formación necesaria para dar el salto al trabajo, aunque sin hacernos protagonistas como lo ha hecho con los hombres615. Entendemos que no se trata de instaurar el “quítate tú para que me ponga yo”, más bien de lo que se trata es de conseguir la participación real de todos y todas en la construcción de una sociedad más justa. Y, en este sentido, la lectura puede ser una de las claves para conseguir dar unidad a este complicado proceso.

    si pensamos en las transformaciones económicas, políticas y sociales vividas en España a partir de la década de los 60 y en la consiguiente necesidad de una reforma educativa con el objeto de preparar al alumnado en consonancia con los nuevos tiempos y las demandas del mercado de trabajo, no debemos pasar por alto el carácter, fundamentalmente, instrumental que la nueva pedagogía incorpora a la enseñanza mediante técnicas de lectoescritura individualizada como corresponde a una concepción del aprendizaje personalizado616. de manera que a medida que estas técnicas se han ido extendiendo, la lectura colectiva ha dejado de figurar como una actividad prioritaria en los programas escolares, algo que debilita el carácter eminentemente social de la educación617 puesto que no favorece esa aproximación a la lectura –de nuestra vida y del mundo- compartida con los demás. Y más aún si tenemos en cuenta el papel desempeñado por el libro de texto como fuente de acceso a la cultura; recurso que, en la mayoría de los casos, refleja y transmite los modelos sociales dominantes, contribuyendo de esta forma a reproducir sesgos, estereotipos y prejuicios sexistas.

    Por otro lado, el tiempo dedicado a la lectura, a pesar de figurar como una actividad obligatoria en el horario lectivo y de una mayor dedicación con propuestas destinadas a fomentar el uso de la biblioteca escolar, ha de llevarse a cabo desde la animación lectora, de lo contrario no deja de ser una rutina propia de un programa que hay que cumplir por norma. Pero sigamos con ese acercamiento a la normativa legal. si consultamos los Planes de estudio aprobados a partir de la ley General de Educación en 1970, observamos que los enfoques en la educación literaria inciden en los procesos de comprensión y en la construcción del pensamiento cultural. las aportaciones de la psicología cognitiva y de las nuevas teorías literarias (teorías de la recepción, principalmente) dirigen la mirada hacia el lector y el objetivo principal es el desarrollo de la competencia literaria concebida como competencia lectora, pero con el añadido de estrategias que permitan al lector construir el sentido y la comprensión e interpretación de los textos, así como la expresión creativa y la composición. se trata, en definitiva, de generar en el discente una forma de conocimiento más allá de la lista de autores y obras, tarea desarrollada por el modelo historiográfico vigente en las aulas hasta ese momento. sin embargo, en la práctica diaria este modelo lector parece encontrar dificultades en su desarrollo, motivos que desconocemos en su totalidad dada la complejidad del fenómeno educativo.

    En cualquier caso, a partir de esta breve aproximación a lectura en la escuela, podemos comenzar a trazar el itinerario lector que la escuela ha proporcionado teniendo en cuenta que lo ha hecho desde un espacio de educación mixta en el que se ha enseñado a leer individualmente y desde la “mirada” de la hegemonía masculina. Por tanto, consideramos que las alumnas han tomado prestada esa manera de leer –no se les ha ofrecido otra, evidentemente- aunque sin hacerla suya, por fortuna.

    b) leer fuera de la escuelaParalelo al proceso de universalización del sistema de enseñanza pública aconteció el fenómeno de las bibliotecas.

    sin embargo, hasta la segunda mitad del siglo XiX no adquieren carácter público como servicio gratuito y universal dirigido al ciudadano.

    614) Conferencia impartida por la catedrática en sociología en el Curso de Verano “los problemas de hoy, retos de la educación para el siglo XXi”, universidad de almería, 2009http://nevada.ual.es:81/CursosVErano/2009/index.php?615) de todas formas, Marina subirats pone el énfasis en los logro de la escuela mixta y reivindica su papel como espacio de socialización.616) Puede consultarse la obra de GarCÍa HoZ, principal artífice de esta corriente pedagógica en España.617) Esta idea ha sido una constante en el trabajo de C. lErEna alEsÓn, a la que hace referencia Julio almeida en su escrito “In memorian Carlos Lerena” del que extraemos este fragmento “ Mientras la vieja pedagogía, hija de su tiempo, hablaba hasta ayer mismo de los factores o de los aspectos sociales de la educación, mientras no pocos estudiosos de ésta pretenden aún entender al individuo desatendiendo al medio social, lerena advierte taxativo que “la educación, como no importa qué se refiera al hombre, es social, sólo social, y toda ella social”. texto completo en http://www.cuentayrazon.org/revista/pdf/040/num040_015.pdf [Consulta 06-10-2009]

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    Este momento ha sido calificado como la “edad de oro” del libro en occidente por razones obvias: la expansión del público lector empieza a configurarse como una importante fuente de beneficios a los ojos de una emergente “industria cultural”, hecho que para algunos autores se traduce en el motor de cambio de este periodo en relación a la lectura, estimando que “el progreso educativo tendía a seguir más que a preceder a la expansión del público lector”618. Entre esos nuevos lectores –y sobre todo entre los que devoran novelas-, la mujer encuentra acomodo dejando atrás su papel tradicional de lectora encargada de salvaguardar la costumbre, la tradición y el uso familiar mediante lecturas religiosas, alejada de las preocupaciones que agitaban la vida pública. las nuevas lectoras muestran, a partir de ahora, gustos más seculares que los editores de la época aprovechan para diseñar nuevas formas de literatura destinadas al consumo: libros de cocina, revistas y sobre todo, novela popular a buen precio.

    Es preciso señalar que las mujeres, a pesar de no ser las únicas que leían novelas, fueron consideradas el principal objetivo de la ficción popular y romántica, reforzándose así los prejuicios imperantes sobre el papel de la mujer en la sociedad al considerarse dotadas, exclusivamente, de una “inteligencia emocional”619. sus preferencias hacia la novela se justificaban por su condición de seres imaginativos, de limitada capacidad intelectual; por el contrario, la lectura de los periódicos –que informaban sobre los acontecimientos públicos- quedaba reservada al público masculino, al parecer más capacitado para ello. de esta manera, las burguesas del siglo XiX fueron relegadas a la esfera privada y en caso de coincidir ambos sexos en calidad de lectores, la mujer ocupaba una posición sometida a la tutela del hombre. una estrategia, sin duda, hábil y nada casual para impedir que las mujeres accedieran a la información y también al conocimiento. se trataba, en pocas palabras, de evitar que tomaran parte en la construcción de una sociedad -compuesta por hombres y mujeres- a nivel intelectual, ya que su fuerza de trabajo siempre ha sido aceptada de buen grado.

    En cuanto a las mujeres lectoras de la clase trabajadora – que también leían- no llegan a reconocer su cultura literaria. En los testimonios recogidos por los historiadores preocupados por estas cuestiones, describen sus lecturas de ficción como “basura” o “tonterías”, negando su propia competencia cultural y aceptando “las expectativas convencionales que equiparan a la mujer con el ama de casa, intelectualmente inferior y lectora con capacidad limitada”620. los libros les proporcionan un placer furtivo: la lectura a escondidas.

    Esta “manera de leer” ha desempeñado, según ciertos autores621, un importante papel en la sociabilidad femenina. Mientras que en lo pubs y cabarets, los hombres debatían los asuntos públicos sobre sus periódicos; la ficción y los manuales prácticos circulaban exclusivamente por redes femeninas. a la mujer le correspondían los capítulos que el periódico dedicaba a los faits divers y a la ficción serializada, convirtiéndose el roman-feuilleton, o novela por entregas, en motivo de conversación de las mujeres lectoras. Muchas de ellas recortaban los episodios improvisando así una especie de biblioteca formada por los textos recortados que, a menudo, compartían con otras mujeres. Por tanto, podemos considerar este momento como el inicio de grupos integrados por mujeres que desean participar de la lectura en común y que poco a poco consiguen fortalecer esa práctica de una forma casi voluntaria, llevadas por el placer del intercambio comunicativo que proporciona la experiencia de la lectura.

    Pero a medida que el aparato estatal amplía su radio de acción a través de políticas sociales, las instituciones comienzan a desarrollar programas de atención a colectivos o grupos marginados con el objeto de conseguir su integración en el conjunto de la sociedad. la casi inexistencia de trabajos que aborden la historia de la denominada animación a la lectura, desde la administración622, complica la tarea de situar el tema desde una perspectiva cualitativa que no sólo tenga en cuenta el número de lectores o la cantidad de libros leídos. nos interesa, además, conocer cómo se lee y si la lectura consigue acercarse al planteamiento esbozado al principio de este trabajo: la lectura como formación.

    Y para saber cómo se lee actualmente es preciso que nos situemos en los inicios de la animación sociocultural, surgida en España en la década de los sesenta aunque hasta los años ochenta no adquiere un carácter formal y continuado. En nuestro país no nace como un concepto o una teoría, sino como una práctica social y cultural. surge para dar respuesta a las demandas de ciertos grupos sociales, convirtiéndose en un instrumento de intervención cuyo objetivo es el desarrollo sociocultural de las comunidades.

    En este contexto, y a medida que las políticas de género consiguen implantar programas para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, la preocupación por la formación cultural de la mujer lleva a la organización de actividades tales como los grupos de lectura que, o bien se crean desde determinadas instituciones (el instituto andaluz de la Mujer, por ejemplo), o surgen –en la mayoría de los casos- en el seno de las bibliotecas como una propuesta más dentro de la animación sociocultural en este espacio público623.

    En el primer caso, al tratarse de programas dirigidos específicamente a mujeres, la presencia femenina en los clubes de lectura va a ser lo habitual, salvo en casos muy concretos en los que se intenta un grupo mixto con el propósito de

    618) Bonfil [et al], 2004:542619) Curiosamente cualidad altamente requerida –y exigida- desde las esferas profesionales y educativas en nuestra sociedad del conocimiento.620) Bonfil, 2004 621) Bonfil, 2004. En el capítulo “los nuevos lectores del siglo XiX: mujeres, niños, obreros” Martin lyons profundiza en este tema, aunque en toda la obra encontramos referencias en el sentido indicado.622) JiMÉnEZ, 2005623) CalVo, 2007, documento en línea www.fundaciongsr.org/documentos/6752.pdf [24-11-09]

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    “enriquecer” el punto de visto de las lecturas con miembros de ambos sexos. sin embargo, cuando la actividad se lleva a cabo dese la biblioteca como un recurso destinado a fomentar la lectura entre las personas que integran un municipio, barrio, etc., los componentes del grupo suelen ser también mujeres. Vemos, pues, que en ambos casos la participación femenina es la nota predominante. Pero ¿por qué?

    Como ya se ha señalado anteriormente, la escasez de trabajos de investigación en este campo deja muchos interrogantes abiertos que pueden ser la “excusa” perfecta para adentrarse en los clubes de lectura y conocer las prácticas lectoras comunes que en ellos se realizan, así como la repercusión social de las mismas.

    de momento, un breve recorrido por algunos de los clubes de lectura de adultos existentes en la provincia de almería nos acercará a estas prácticas fuera del ámbito escolar, aunque somos conscientes de que merecen una consideración más profunda, y por tanto, un trabajo de mayor envergadura. Mientras tanto, un simple esbozo.

    Clubes de lectura adscritos al Cal (Centro andaluz de las letras) en la provincia de almería.El Centro andaluz de las letras es un organismo dependiente de la Consejería de Cultura, cuya línea de actuación

    se encuentra orientada tanto al sector de la creación literaria como al sector editorial.Entre las distintas actividades que ofrece el Cal, con el propósito de fomentar la lectura, se encuentran los clubes

    de lectura. los grupos que desean participar en dicha actividad han de solicitarlo y una vez completados los trámites, pueden disponer de un fondo bibliográfico mediante préstamo y pasan a formar parte de esa comunidad beneficiándose de todas las propuestas del centro en cuestiones de lectura. Cada temporada se publica en la web la lista de libros que pueden solicitar los clubes y los coordinadores envían sus solicitudes en función de los intereses de cada uno.

    actualmente, la provincia de almería cuenta con una quincena de grupos de lectura de adultos adscritos al Centro andaluz de las letras. la mayor parte de los mismos se han formado desde iniciativas promovidas por la biblioteca de cada municipio. sólo tres de los clubes se crearon a petición de asociaciones de mujeres por lo que su composición es femenina desde su origen.

    En cuanto a los grupos dependientes de las bibliotecas, podemos decir que el número de hombres que participan en la actividad es muy reducido: no suele superar los 5 miembros en un total que puede oscilar entre quince o veinte personas. Este hecho se encuentra en la línea expuesta por Jiménez Guerra624 y que reproducimos a continuación:

    (…) la extensión del activo papel educativo de las bibliotecas públicas, sumada al surgimiento de políticas de género y de animación sociocultural y a la institucionalización del fomento de la lectura en la administración, ha facilitado la proliferación de estos clubes de carácter estable. El modelo ha tenido tanta fortuna que ha acabado por reproducirse a sí mismo, hasta el punto que en la percepción colectiva parece no entenderse un club de lectura que no sea un grupo de mujeres de mediana edad y con pocos estudios que trabajan un libro en común como excusa para reunirse y hablar de literatura, pero también de otras cosas, y celebrar el propio hecho de la sociabilidad entre afines.

    Con todo ello no queremos decir que no existan clubes de lectura que se escapen a este perfil625, lo que sí hemos podido comprobar al contactar con los grupos mencionados es que se mantiene el modelo al que hacemos referencia. aún así consideramos todo un logro la puesta en marcha de grupos interesados en la lectura, sobre todo si pensamos en las mujeres que asisten a las reuniones, ya que, posiblemente, no disponen de demasiadas ocasiones en las que compartir sus inquietudes con otras personas fuera del entorno familiar. sin embargo, deseamos subrayar que una vez conseguida la organización y el funcionamiento del grupo de manera estable, debería plantearse –y en este punto la labor las personas encargadas de coordinar el club es fundamental- la opción de trascender ese primer estadio de aproximación a la lectura como distracción y pasar a uno que permita la “formación” entendida como una actividad en la que lo importante no es el texto –aunque, evidentemente, requiere un tratamiento adecuado-, sino la relación con el texto que ha de ser de escucha y no de apropiación626, modalidad ésta que ha venido siendo habitual en la manera de leer “impuesta” desde el inicio de la alfabetización masiva que venimos rastreando.

    a poco que retrocedamos en el tiempo, observamos que la dicotomía lectura masculina/lectura femenina materializada en el periódico y la novela, respectivamente, ha potenciado esa división entre lo público y lo privado que comentábamos en el inicio de este trabajo. Mientras que los periódicos, por su carácter informativo –objetivo-, han sido considerados reserva masculina hasta no hace mucho, la novela - identificada con lo subjetivo- ha formado parte de la esfera privada a la que se ha relegado a las mujeres sin posibilidad, por tanto, de participar en ese conocimiento que se supone externo al individuo.

    desde esta perspectiva, nos parece oportuno volver a los planteamientos de Jorge larrosa, ahora que tanto se habla de la importancia de la “inteligencia emocional y social “ aunque sea desde el ámbito de la gestión financiera y comercial. Y precisamente para evitar que sólo se trate en esos ámbitos, consideramos necesaria esta mirada desde distintas

    624) JiMEnEZ, 2005:22625) somos conscientes de las nuevas propuestas a través de la red, pero en este trabajo recogemos las experiencias de clubes de lectura creados a partir de las iniciativas señaladas.626) larrosa, 1996.

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    Identidades femeninas en un mundo plural

    perspectivas si deseamos que esa dicotomía entre conocimiento y vida deje de presentarse ante nosotros como la única posibilidad: o lo uno o lo otro. Queremos lo uno y lo otro para construir y construirnos, obviamente.

    Esta aproximación a los grupos de lectura de la provincia de almería efectuada nos ha permitido constatar que, a pesar del largo camino recorrido, perdura esa concepción de “reunión de mujeres” entorno a la lectura de un libro y en un tiempo dedicado al ocio, cuando hablamos de clubes de lectura. Evidentemente, si nuestro objetivo es fomentar el placer de leer no debemos programar actividades que conlleven un trabajo añadido para el participante. sin embargo, la valoración del esfuerzo que realizan los miembros de un club de lectura nos parece una cuestión fundamental dado que asistir a un club de lectura supone una dedicación y un compromiso personal. además, es una actividad que se realiza con asiduidad y en colaboración con el resto del grupo, por lo que pensamos que el mediador ha de hacer ver , sobre todo a las mujeres, que no sólo van pasar un rato agradable compartiendo la lectura, sino que están llevando a cabo una experiencia formativa que les va a permitir adquirir conocimientos para la vida si se consigue un acercamiento al texto para que “nos pase algo” y que ese algo nos mueva tanto a la reflexión como a la acción. En resumen, se trata de leer pero también de leernos lo mejor posible.

    ConsideraCiones finales

    El breve acercamiento a las prácticas de lectura en el entorno educativo, y fuera de él, ha de movernos a la reflexión en la siguiente dirección: la lectura es mucho más que descifrar un código escrito. Por ello, insistimos en la importancia de los clubes de lectura como complemento a la lectura individualizada que se practica en la escuela. Y en este sentido, entendemos que su consideración como meras reuniones de “amas de casa” ha de superarse, aunque todavía una gran parte de los participantes son mujeres encasilladas en ese estereotipo. romper esa concepción es tarea ardua que requiere tiempo y constancia, además de la introducción de estrategias que ayuden a paliar esta situación. Pensar en ampliar el campo de actuación supone formar grupos menos homogéneos y, por tanto, con mayores posibilidades para que sus miembros puedan enriquecer sus experiencias lectoras, algo que beneficia, sin duda, la percepción de todos y todas en relación a la actividad que realizan.

    Participar en un grupo diverso, plural y dinámico es una forma de acercarse a la realidad. Cuanto más próxima se encuentre ésta para los miembros del grupo, más capacidad de resolución –en lo personal y en lo colectivo- desarrollarán. sin dudas, los clubes de lectura ofrecen muchas posibilidades para desarrollar maneras de leer –y de pensar- diversas, dado que permiten la puesta en práctica de la experiencia desde un enfoque caracterizado por la interacción entre lo que pasa en nuestro interior y lo que pasa en el exterior. así, el conocimiento que se va adquiriendo a través de la lectura puede insertarse e