II ENFER^^IEDAD;^S PARASITARIAStes de la recolección- puede desarrullarse una podredumbre húmeda....

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,,.^`", ,GI ^^: ^^^. 3,:^ ^ :: _ ,^ ; . II ENFER^^IEDAD;^S PARASITARIAS ENFER:l^EDAD DEL PIE NEGRO (Bacillus phytophthor+fs Appel). NOMBRES VULGARES• EI aombre de esta enfermtdad, qut ^fué introducido en la Fitopatología por Sorauer, se debe al aspecto que toman las plantas atacadas y, con lige- ras variaciones, se ha adoptado ya en la mayoría de los países. Se halla bastante extendida par toda España, pero su ataque a los tu- bérculos se confunde frecuentemtnte con los efectos del "mildio". sfirro^s Efectivamente, en los casos típicos, las plantas atacadas presentan la parte inferior de su tallo principal, desde el punto de inserción en el tubércu- lo madre hasta cierta aitura, de un color que puede variar entre el pardo negruzco y el ntgro puro, como de tinta china, y de ahí se denva cl nombre de la enferrnedad que, como st ve, es muy gráfico. Si se examina esa parte neg^ru^cca, se ve que tstá atacada de una podre- dumbre húmeda y, al cortarla transversalmente, se apreciará a simple vista que los haces fibro-vasculares están oscurecidos. Cuando se examinan al miscroscopio cortes histológicos de esa región se ve que las células se hallan separadas unas de otras, pero que sús pare- dts están intactas, y que además los granos de almidón se encuentran tam- bién sin disolver ni corroer lo más mínimo ; es dtcir, que el agente patógt- nv. que como veremos es una bacteria, es incapaz de disolver ambas for- macionts ctlulares, membranas y granos de almidón. Este comportamiento

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II

ENFER^^IEDAD;^S PARASITARIAS

ENFER:l^EDAD DEL PIE NEGRO

(Bacillus phytophthor+fs Appel).

NOMBRES VULGARES•

EI aombre de esta enfermtdad, qut ^fué introducido en la Fitopatología

por Sorauer, se debe al aspecto que toman las plantas atacadas y, con lige-

ras variaciones, se ha adoptado ya en la mayoría de los países.

Se halla bastante extendida par toda España, pero su ataque a los tu-bérculos se confunde frecuentemtnte con los efectos del "mildio".

sfirro^►s

Efectivamente, en los casos típicos, las plantas atacadas presentan la

parte inferior de su tallo principal, desde el punto de inserción en el tubércu-lo madre hasta cierta aitura, de un color que puede variar entre el pardo

negruzco y el ntgro puro, como de tinta china, y de ahí se denva cl nombrede la enferrnedad que, como st ve, es muy gráfico.

Si se examina esa parte neg^ru^cca, se ve que tstá atacada de una podre-dumbre húmeda y, al cortarla transversalmente, se apreciará a simple vistaque los haces fibro-vasculares están oscurecidos.

Cuando se examinan al miscroscopio cortes histológicos de esa regiónse ve que las células se hallan separadas unas de otras, pero que sús pare-dts están intactas, y que además los granos de almidón se encuentran tam-bién sin disolver ni corroer lo más mínimo ; es dtcir, que el agente patógt-nv. que como veremos es una bacteria, es incapaz de disolver ambas for-macionts ctlulares, membranas y granos de almidón. Este comportamiento

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es muy típico de esta enfermedad, y se da igualmente en el caso de ataqueal tubércula.

Según la virulencia del parásito, la resistencia de la planta y los facto-res ecológicos, la enfermedad puede tener un curso tan rápido que a los

Fig. i.-Fufer^nedad dt! pie negro. Obsérvese el ennegrecimiento del tallo en la parte

enterrada. (Wardl

cuatro o cinco días de la infección se marchite la planta y se vuelque, o bien

venir una lucha entre el vegetal y la bacteria, saliendo relativamente victo-

rioso el primero, que en este último caso es capaz de alcanzar su desarrollo

normal sin dejar de estar enfermo.

En el primer caso, la planta no presenta otras alteraciones en su estruc-

tura más que las indicadas, limitadas a la parte enferma.

Pero en el segundo caso, que es cuando la planta se defiende más o me-

nos, presenta además otros síntomas, como son : una tendencia de las ra-mas y hojas a crecer hacía arriba, un arrollamiento longitudinal de las ho-

jas hacia la parte superior, la pérdida de la elasticidad propia de los pecío-

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1os y nerviaciqnes medias y, en fin, un color verde pálido o amarillenta; todo]o cual, como dice Stapp, le da a la planta " ŭn carácter más xerofítico" (i).

Por otra parte, no todas las ramas de una planta enferma tienen que es-

tar necesariamente atacadas, sino que puede haber algunas^ sanas }unto•a^otras con diversos grados de ataque. .

De aquí que también los tubércttlos producidos puedan ]levar la enferme-

dad en mayor o menor grado. Cuando las plantas están poco atacadas y cuan-

Fig. 2.-Las patatas afectas de la enfermedad del pie negro presentan al exterior zonas

lwndidas y, aE cortarlas, muestran la podredumbre interna, en mayor o nienor grado. (5tarr)

do el ataque es muy tardío, pueden dar tubérculos que, si se almacenan y

luego se plantan, son capaces de transmitir la enfermedad para el próxi-mo año.

De experimentos hechos en el Estado de Oregón (Estados Unidos de

Norteamérica) resulta que, al plantar tubérculos aparentemente sanos, pero

procedentes de matas enfermas, la enfermedad se transmitió en la propor-

ción de hasta el 6o por ioo, mientras que ]os procedentes de plantas sa-nas, de la misma parcela, no la transmitían.

Por otra parte, si las condiciones del ámbiente no son fav^rables para el

desarrollo de esta enfermedad no se desarrollará la plaga, aun cuando seplanten tubérculos infectados.

(i) También se ha citado en esta enfermedad un síntoma que consiste en la for-mación de pequeños tubérculos en las partes aéreas de la planta, bien sobre el tallo,al nivel de la superficie del suelo, o bien en 3as axilas de algunas hojas; pero estesíntoma no debe ser típico de la enfermedad, pues también se encontró en la "hi-pocnosis".

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Ln los tubérculos atacados almarenados -o hasta en el mismo campo, an-

tes de la recolección- puede desarrullarse una podredumbre húmeda. Lstrt

podredumbre se puede transmitir a los sanos en el almacén, creyéndose en

Norteamérica que éste es uno de los principales modos según los cuales seperpetúa la enfermedad.

eztoc,oc:fn

Hasta cuatro especies de bacterias, supuestas diferentes entre sí, se tuvieron poragentes etiológicos de esta enfermedad en Europa y América; no daremos aquí susnombres para no fomentar más la confusión.

Unicamente diremos que, después de los trabajos de W. G. Morse, y más tardelos de H. M. ,^annison, quedó demcstrado que sz trata de una especie sola que, porrazones de prioridad, no discutidas en este caso ni aun en América, debe ]levar etnombre de Bacillu.r phytophthvrus Appel.

Los caracteres principales de esta especie bacteriana son: forma de bastoncillosde t,s-2,5 X o,6-0,8 micras, no esporulados, con flagelos perítricos, aerobios yGram - negativos.

Colonias svbre gelatina: Circulares, blancas débilmente amarillentas, franjeadas,

y que se hunden en forma de platillo, por liquidar la gelatina.

Picadura en gelatino.: Liquidación rápida infundibuliforme.Colonias sohre agar: Circulares, lisas, de color blanco grisáceo, húmedas.Estría en agar: Colonias de color blanco sucio, con ligera opaJescencia azula-

da en luz transmitida.

En caldo: Turbidez ,y película.F.n leche: La coagula lentamente y no disuelve el coágulo.En leche con torrwsvl: Primero reacción ácida y luego reducoión.

En patata cocida: Pátina, primero blanquecina, pegajosa, con borde amarillento;después toda la pátina amarillo de miel.

En patata cruda, rstérit: Ya a las quince-dieciocho horas comienza a atacar lostejidos en toda la línea de siembra, poniéndolos oscuros lentamente; al cabo de unosdías todo el trozo de patata está más o menos penetrado por la bacteria, y sus célu-]as separadas unas de otras por disolución de la lámina media.

No forma indol.Reduce los nitratos a nitritos.

Forma modcradamente ácido sulfhídrico.

Hidroliza el almidón.

En medios con azúcares da pequeñas cantidades de gas y de ácido.Temperatura óptima : 28° a 30° C.

Es también patógeno para otras plantas, aparte de las patatas, tales como : habas,altramuces, zanahorias, pel^iinos, etc.

Además se citaron en los Estados Unidos dos especies de dípteros que pueden

transmitir !a bacteria de planta a planta, de manera que puede tener gran difu-

sión; por otra parte, parece que esta bacteria puede permanecer viva en el terreno

durante el invierno.

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- y _

Síl•:DIOS DE LUCHA

i. Arrancar todas las matas enfermas lo más pronto posible y des-

truirlas.

z. Emplear únicamente para la plantación tubérculos que no tengan

ni señales de la enfermedad.

3. Evitar el empleo de tubérculos "para siembra" procedentes de cam-

pos en ,que exista la enfermedad.

4. Escoger bien los tubérculos antes de almacenarlos, separando todos

los enfermos o heridos, y tratando los sanos como diremos más adelante, si

había gran cantidad de los dañados.

5. Preferir los almacenes o silos bien construídos a encerrar los ttr-

bérculos en cuevas, sobre todo si se trata de los que se van a emplear para

otras plantaciones.

6. Plantar de preferencia tubérculos enteros, eligiéndolos para ello de

tamaña conveniente, es decir, medianos. Y si hubiese que partirlos dejar

los trozos al aire, para que se forme la capa de corcho que los ha de proteger

contra la entrada de gérmencs.

7. No usar para la plantación trozos de tubírculos arrugados, ya que

según un autor, dichos tubérculos son más atacables por la enfermedad que

los que se hallan bien turgentes.

8. En caso de terren^s muy infectades por ]a enfermedad no habrá

más remedio que suspender el cultivo de ]as patatas durante tres o cuatro

años, evitándose también el cultivo de habas, tomates, zanahorias y altra-

muces, pues estas plantas son fácilmente atacables.

q. Evitar el empleo de abonos orgánicos como el estiércol de cuadra y

el guano, que favorecerían la enfermedad, y, en cambio, hacer un abonado

bien equiGbrado con fosfatos, cloruru potásico y^ales amónicas.

"PODREDUl^i(31Ir: 1^IU^ti7EDA" DE I,OS TUBERCULnS

Se entiende por "podredumbre húmeda" de los tubérculos una enfer-

medad por la cual éstos se convierten parcial o totalmente cn una papilla,

en una masa podrida semilíquida, cuntenida en la cáscara ya yue ésta es lo

único que el parásito no puede atacar y descomponer.

Si cortamos un tubérculo atacado por esta enfermedad, en su forma típi-

ca, veremos que al principio la masa interna es incol^ra, blanquerina ; pero

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to

^^q frecuencia, al poco tiempu, toma un color rosado, que rápidamente pasa

al ropiz^rmorenuzco v, finalmente, al negro pardusco (^).

Luando la infecei^"^n primaria mencionada se debe al Bacillus phytoflh-tAorus :Zppel, tenea^os la podredumbre que los autores alemanes conocen con^I nornbre de "po^lreduml^rr húmeda", propiamente dicha.

En este caso, mientras no comienzan in4ecciones sectmdarias, dehida^ a

Fig. 3.-Podrertzunbrt blanda de !n ^u+rla. Gsta alteracibn pueda ser debida A diversas bac-

tcrias, así como a la intecciÓn pur hun^os parásitus (Rlaizor.touia, l%nsai^ium) en determina-

nad.^s circunstuncias iRxder)

otras bacterias, como Bac. a_ctE ros,horus o Bac. anaylohactcr, el olor de loslubérculos no es 4uerte ni repelente, sino que es ese olor especial a"cueva

cionde se almacenau patatas", que recuerda algo al olor a moho. Pero tan

pronto como comienzan otras infecciones secundarias aparecen otros olores

repelentes, tales como los de áciclo butírico y valeriánico.

Por otra parte, está probad^^ que las bacterias tales como Bac. asteros-^oraas, Bac. ar+tylo(^uctcr, huc. sui7tilis, quc luego pueden producir podredum-

bres secundarias, son incapaces de atacar a los tubérculos sanos, por lo me-

nos en condiciones normales de vegetación o de conservación en almacén.

En cambiu, es preciso reconocer que el resultado final de otras infeccio-

nos ---como son la "poclreclumbrc parda" o el misino "mildio", cuando ya

han invadido a los tubérrulos parásitos secundarios, y aun bacterias sapro-

(ij Véase la láinina 3.° del Atlas de Enfermedades y alteraciones de las patatas,por Cai^izo y Sardiña (Madrid, tqqq).

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fitas- puede ser muy par<cido a una "podredttmbre hítntccla" en su estado

de infecciún secundaria.

Pero, en todu caso, los gérmenes de estas infecciones secundarias son

incapaces de ^tta^.ar a los tallos de las plantas de patatas, mientras queBac. p^ayro^hrltorics ataca al ramaje, produciendo la "enfern^edad del pie

negro" y, además, a los tubérculos, en los que produce la "podredumbre hú-meda".

Debe tenerse en cuenta adernás quc, según C. Stapp, las estirpes de

Bnc. phytophthorus que, por estar atenuadas en su virulencia, ya no son

capaces de producir ]a podredumbre del tallo, son, sin embargo, todavía vi-

rulentas para los tubérculos. ,En cuanto a los medios de prevenirse contra el ataque a los tubérculos,

ya quecl;ut anteriormente indicados.

YODREDtiMBRE E^T ANILLO

(Barteriu^sa sep^•^torticu^r^a Spick. et Kotth.)

NOJtQ1:I^:S \ l'LGe\1<1:S

Aunque de eçta enfermedad no hemos visto en España más que un casodudoso, no^ ^^amos a ncupar de ella, sin embargo, no tan sólo porque es fá-

eil que ^taya pasado inadvertida en alguna comarca, dadas sus espcciales

características, sino también por el gran poder de clifusión que posee, al de-

cir de los tratadistas, y por lo extendida que se halla en Luropa y América.

SÍNTOMAs

Los síntomas de esta enfermedad no se hacen generalmente evidentes

hasta cerca del final de la vegetación de la planta, y aun puccíe ocurrir que

algún pie resulte estar infectado sin presentar síntoma alguno en el ramaje.

Por otra parte, aun al final de la vegetación, pueden reclucirse las señales

de enfermedad a un amarilleo de algunas hojas, a] mismo tiempo que se

abarquillan un poco hacia arriba, seg^in la nervación media. M;ís tarde pue-

den aparecer manchas pardas, necróticas, principalmente hacia el margen

de las foliolas; finalmente, el abarquillamiento se acentúa ^- las hojas se se-

^can. Estos fentímenos son generalmente tart lentos que el resttltado es que

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ll

las plantas enfermas sc mueren unos quince o veinte clí: s sin^es que las sa-

nas, sohre todo en veranos húrnedos.

En otros casos, sin embargo, se marchitan una o más ramas cíe una plan-

ta, atm sin presentar manchas, y quedan sanas las demás.

Pero en todo caso falta por completo cualquier síntoma patolcígico ex-

terno en los tallos, y ni aun en las secciones transversales de éstos se puede

('ig. 4.-Bs^uerft.t rie la ^arzstituciórt de ut: tublr•culu de j^utd/<! Ilurtc l0lt,^ltzzdUlol). LflS

porciones negras representan elementos vasculares y las punteadas ind^cun el tejido acuo^o

translucieate. FI anillo ^ascular ir) conecta e1 «ombli^;o>, punto de inserción en el tallo ^u la

derecha), con Ias yema^ repartidus por la superficie. Lus restantes cstructuras son: Ia epider-

mis corchosa (e); Ia zona co^tical (c), con elementos liberianos dispersos (rh); Ia medula es-

terna (nur), también con e'.ementos libcrianos, y lu medula inlerna (isr).-Segtín Jones, ^liller

y I;ailc^.

percibir a simple vista nada, faltando totalmentc todr^ roloración parda o

negra sospechosa.

En cuanto al aspecto exterior de los tubérculos enfe:mos, al principio

parece que no se aprecia nada en ellos, pero más tardc, bien sca debido a la

misma enfermeclacl o bien a infecciones secundarias, se prescnta una colo-

ración pardo-rojiza de la epidermis, quc puecíe ir acompañada de resque-

brajaduras.

Yero si cortatnos un tubérculo enfermo a lo largo, a partir de su in,er-

ción (vulgaruiente llamada omhligo) observaremos, en los c^tsos típi^os, uua

coloraciún ligeran^ente amarilla de todo o parte de] anillo que forman los

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haces fibrovasculare;, aundue muchas veces nu se nota n^ás clue un aspectt•u^ás vidrioso del citado anillo (fig. 5) (t ).

Los tejidos de dicha zona fibrovascular atacada tienen una consistencia

como de papilla, como se puede uno convencer fácilmente, ti•a sea pinchán-

cíolos con la punta de una navaja o de una aguj:^, o bien al;retan^ío en la

Fig. 5.-Bacteriosis azzular.

F'ofo Nariw. (E. F. A. Aladr-id).

mano uno de los dos trozos separ:Idos, pues en este último caso, debido a lapresión, la parte pastosa, alterada por la enfcrmedad, tieucde a salir, haciendohernia sobre la superficie de sección.

También falta en los tubérculos toda coluracicín pardusca o negra :únicamente por infecciones secundarias, por ejemplo, debidas a Fusardu^n,L'eyticilliTmr, etc., presentan, en cl corte, coloración oscura (fig. 6}, y acaba porproducirse ia podredumbre tntal dcl tubérculo.

ETIOLOGÍA

La causa de esta enfermedad es el micrcorgauismo l3actrriu ►n sepedonicumSpieckerm. et Iiotth., cuyus caracteres son los siguientes:

(I) Véase lámina t.° del Atlas antes citado.

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Es un Laxtuueillo cíe t,t-i,2 X o,$-0,6 micras, ccm extremu. redondeados, inmóvil,

nu esporu'ado ; se colorea fácilmente ; es Gram - positivo y aerobio.

En agar-raldo y yelatipa-caldo las colonias tienen un crecimientu extraodinaria-

mente lento y son poco características.

F_sfría en agar: (`recimiento lento, colonias cielgadas, blancas y pegajosas.

F.rlría en gclatirru: Yátina muy delgada, transpareñte y ĥris; no líquida el medio.

Pig. 6. --/'o^lr^du,uGi^^ cii arti!!o. 13acteriu,is anular cun infeeciún secwi^iaria pur el hongo

Verlicr/lrieiu ulboatrum./^b,a ,llurln. (F'. F. A. ^NuJriJ/.

En caJdo neutro: A los ocho días, a zo C., lo enturbia débilmente todo él, sinformar película.

Ŝ obre ar^ar de patala: Crecimiento relativamente abun<lante, fonnanctu pátina casi

blanca y no pegajosa.

En palata cocida: A los cuatro o cinco días, a zo" C., se hace vi^ihlc el crecimien-

to, que luego va aumentando, siendo la colonia de color blancu-amarillentu y pegajosa.

&n palata cr:cda: No se desarrolla.

En leche: Se desarrolla muy bien, empezandola a cuagular lcntamente a los ca-

torce días y no disolvienclo la caseína.

La bacteria no puede utilizar, como fuente de nitrógeno, ni los n^itratos, ni ]assalcs amónicas, ni la esparragu^ina, ni la glicocola

En lo que respecta a los hidratu^ de carhuno es menus cxigeute, arm cu^mdo ata-

ca mcnos a la lacto^a y la rufinosa quc a la glucnsa, fructosa y galactosa; la sacarosa

apenas ha sido utilizacla.

Tempcratura cíptima: F_ntrc 20° V 2K° c^.

5obre patata cocida, y en los medios líquidos, puede vivir me^^•> cntrr^^,, en cam-bio, en agar de patata suele morir a veces ya al mes.

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- 15 -

Este parásito inverna prin^ipaltnente en los tubérculos ligeramente ata-

cados, en muchos de los cuales no se delata su presencia y, sin embargo.

pueden contener suficiente cantidad de bacterias para contaminar la navaja

con la cual se cortan para plantarlos, pudiendo así pasar la infección a otrns

ttxbérculos sanos.

Lomo además esta bacteria es niuy resistente a la desecación, segtán se

puede ya colegir por lo dicho al describirla, resulta que los tubérculos sa-

nos, contaminados sobre su cáscara por 7os enfermos, pueden mantener

vivo el microorganismo en estado seco durante tocío el invierno, y resultar

infectados luego al partirlos para plantarlos.

La enfex7nedad puede pasar también, en el campo, de plantas enfermas

a otras sanas, y aun cuando por otra parte no se ha probado que la bacte-

ria pueda permanecer viva en cl suelo durante el invicrno, sin embargo, es de

aconsejar que no se planten tubérculu, sano^ en un terreno donde haya ha-

bido otros enfermos el año anterior.

Los daños que econcímicamente causa la enfermedad consisten en: i.° La

inlportante disminución de la cosecha, en cantidad, que produce. 2.° Dis-

minución del valor de la misma, ya que los tubérculos infectados no sirven

para simiente; y 3° Que díchas tubérculos, al pasar el invierno, son más

fácilinente pasto de infec^iones secundarias.

T[lDIOS DE LUCHA

El único medio práctico de lucha contra esta enfermedad es cmplear, ex-

clusivamente, para la siembra o plantación, tubérculos completarrtente libres

de la enfermedad.

Experimentos hechos en el Estado norteatnericano de Maine han de-

mostrado que, de una cosecha que apenas tenía indicios de esta enfermedad

un año, podía derivarse al año siguiente otra que tuviese de un io a un 30

por ioo de la misma ; lo que prueba el gran incremento que el mal toma

al transmitírse por las patatas de siembra.

Las med^idas a tomar contra esta enfermedad son, pues :

^.g Emplear para la siembra tuliérculos enteros.

^.° Cambiar la "semilla" por otra procedcnte de campos en que no exis-

ta Ia enfermedad.

3.g Si la enfermedatl se prescnt., en una cxplotación o un almacén, hav

que desinfectar todos ]os recipientes de^,tinrtdos a contener tuhérculas, co^t

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formol comercial diluído al i por too en agua o emplear otros recipientes

nuevos; también habrá que desinfectar los aperos de labranza, por ejemplo,

con lisol, al S por ioo.

PODREDUMBRE PARDA

(Pseudomonas solanacearum E. F. Sm.)

2^OMBRES VULGARES

Esta enfermedad, descrita primero en los Estados linidos de Norteamé-

rica, se conoce allí también con el nornbre de "marchitez bacteriana meri-

dional", queriendo indicar con esto que es propia de ]as regiones meridio-

nales de aquella nación, porque, efectivamente, el germen que la produce

tiene, como veremos luego, un óptimo de temperatura bastante elevado.

Fué citada, aparte de Norteamérica, en Italia, Suiza, Dinamarca, gran

parte de Asia, Australia y Sur de Africa. Por consiguiente, es fácil que

^exista en España, aunque todavía no ha sido señalada su presencia con se-

guridad ; solanxente podemos decir que hace unos años hubo una consulta

en la Estación de Patología Vegetal de La Coruña, acerca de un caso de dudo-

so, en el cual pudiera tratarse de la podredumbre parda.

SlNTO\fAS

El primer síntoma de esta enfermedad es una ligera marchitez de las

hojas superiores durante las horas más calurosas del día; al principio las

plantas se reponen durante la noche y aparccen lozanas al siguiente día,

pero después este síntoma se acentúa, va progresando hacia el tallo princi-

pal y la planta acaba por morir. En otros casos, el follaje se pone amarillo

desde el principio, se arruga y se va muriendo poco a poco, o bien se mar-

•chita súbitamerxte sin perder su color verde.

En todo caso la marcha de esta enfermedad es generalmente de direc-

ción opuesta a la del pie negro, es decir, progresa en la planta de arriba aba-

}o a partir de las ho}as, micntras que en ]a segunda citada va desde la base

hacia el vértice.

El nombre que dimos de la enfermedad se deriva de que, aún antes de

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que se presente la total marchitez de las pl.^^nta^, ^e encuentran los haces

vasculares de sus tallos, raíces y estolones, de color pardu.

Dichos haces vasculares están enfonces llenos de una cantidad fabulosa

de bacterias que son las que impiden la subida de la savia, originando la

marchitez; en las secciones examinadas en fresco aparecen las masas de

bacterias en forma de gotitas pegajosas de color blanco sucio o pardusco.

Las bacterias se desplazan en el tallo hacia abajo, en forma de zoogleas

que van creciendo en esa dirección, y la coloración parda que van produ-

ciendo en los haces vasculares puede ]legar finalmente a ser perceptible aquíy allá al exterior, a través de las ramas y pecíolos foliares, que están aún

traslucientes, tomando la forma de estrías pardas ala^-gadas.

Además, pasado algún tiempo, la corteza y la medula de los tallos pue-

den ser también atacados por la bacteria, sobre todo en plantas de rápido

crecimiento y muy jugosas, resultando de ello ]a aparición en dichos tejidos

de lagunas llenas de bacterias y residuos celulares.

En los tubérculos es también el anillo de haces vasculares lo primera-

mente invadido y que toma coloración parda, propagándose la podredum-

bre a partir de él (t).

Cuando la enfermedad ha progresado hasta un cierto estado, el color

pardo de los tejidos afectados, cercanos a la cáscara, se puede notar al ex-

^terior en forma de manchas oscuras, sobre todo alrededor de su inserción

en el estolón y de las yemas.

También puede salir al exterior, por las yemas y el "ombligo", un ^exuda-

do bacteriano, y mezclándose con la tierra, debido a su viscosidad, se queda

pegado a la superficie de los tubérculos, constituyendo unos terroucillos ad-

heridos a la monda. 1?ste es un carácter que puede servir para distinguir esta

enfermedad de la "podredumbre en anillo", en la cual al principio no se ve

ninguna señal anormal al exterior.

Por último, en la etapa final de la enfermedad, generalmente se rom-

pe la capa de corcho de los tubérculos, y otras bacterias del terreno termi-

nan la ]abor de descomposición, transformándolos en una masa pegajosa y

maloliente.

Puesto que estas dos bacteriosis de la patata, "podredumbre ^en anillo"

y"podredumbre parda", tienen indudablemente cierto parecido en sus

sintomatología, vamos a dar ahora sus principales caracteres macroscópicos

distintivos :

(c) Véase la lámina 2.' del Atlas.

^

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I'odredumóre en anillo.

I. Al principio, generalmente, mo-

teado amarillo de las hojas, seguido de

:íreas necrosadas hacia los bordes. Des-

pués abarquillamiento hacia arriba, al

marchitarse y morir.

2. No produce síntomas en los tallos.

3. Origina una podredumbre en el

anillo fibro-vascular de los tubérculos ;

esos tejidos atacados están blandos, gra-

nujientos y de coior grís, crema, amari-

llo o pardo rojizo.

4. Produce una co!oración pardo-

rojiza de la piel del tubérculo, que

puede ir acompañada de su resquebra-

jamiento, y aun también, a veces, dicha

piel y la parte extema de la carne se

pueden separar, en parte, del resto.

5• La masa de bacterias no es pega-josa y no se exuda al exterior.

Podreduntbrc parda.

I. Las hojas marchitas se ponen de

un verde más pálido y luegu se mue-

ren, volviéndose pardas sin haber pre-

sentado moteado ni abarquillamiento.

2. Produce una coloración parda c1e

los haces vasculares de los taltos, los

cuales dejan salir las bacterias al cor-

tarlos.

3. Causa una podredumbre del aniilo

fibro-vascular de los tubérculos; pero

esos tejidos atacados están pegajosos y

de un color que puede variar entre el

pardo y el negro.

4. Produce una coloración de los te-

jidos variabre del pardo al negro, pero

sin trazas de color roj^izo, ni de res-

quebrajadura, ni separación de la parte

externa del tubérculo.

5. Salen masas blancas y pegajosas

por ,el "ombligo" y por las yemas, que

al mezclarse con tierra forman terron-

cillos pegados a la cáscara.

Esta enfermedad puede atacar no solamente a las patatas, sino también

al tomate, berenjena, tabaco y a otras Solan'aceas; y no solamente esto, sino

que se ha visto asimismo que la bacteria que la produce se mostró patógena

para plantas de hasta unas veinte familias además de las Solanáceas, cosa

probada por los trabajos de muchos investigadores.

ETIOIAGÍA

La causa de esta enfermedad es la bacteria Pseudomona,r .rolanacearune E. F. Sm.,

cuyos caracteres prinnipales son los siguientes:Forma de bastoncillos de o,5 X I,5 micras, aislados o dispuestos por pares, móvi-

les para medio, de un solo flagelo polar, aerobios obligados y Gram - negativos,

Colonias en getatina: Pequer^as, delgadas, lisas, de borde fino, blanquecinas, bri-

1lante-húmedas.

Picadura en gela ►ina: Crecimiento en colonia superficial, blanca, circular, brillante y

sin liquidar el medio.

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Colonias .cohr^^ ayar: 1'rimero blancas, luego agrisadas y, finalmente, tnorenuzcas,

circulares y húmedas.

Estría en agar: Colonias de superficie lisa, híunedas, brillantes, de color primeroblanco o blanco sucio, después amarillento o morenuzco }•, finalmente, moreno.

En calda: Turbidez con sedimento blanco.En leche con tornasol: La pone azul oscuro sin coagularla.Yatata: Primero blanco-grisáceo, luego moreno y, finalmente, negro o casi negro.I^Idol: Unos dicen que lo forma, otros autores que p^o.Reduce los nitratos a nitritos.Forma amoníaco en abundancia.No produce gas, ni ácido en los medios con hidratos de carbono.No hidroliza el almidón.

Temperatura óptima : De 35° a 37° C.Existen al menos dos razas diferentes de este microorganismo, una de las cuales

(Ps. solaaiacearwnt, var. asiática E. F. Sm.) es capaz de descomponer las grasas for-mando ácido libre.

^tEDIOS DE LUCFIA

Como, según E. F. Smitll, hay varios insectos que pueden transnlitiresta enfermedad, y entre ellos la dorifora (Doryphora, o Leptinotarsa de-Cemlineata), se recomienda dar tratamientos contra los insectos que visitan

las plantas de patatas. Además, destruir lo antes posible las plantas atacadas.

Emplear para la plantaeión tubérculos sanos y que procedan de comarcas

no infestadas; hacer, además, la plantación en parcelas que no hayan llevado

patatas ni otras Solanáceas, a ser esto posíble.

L.a rotación de cultivos no daría resultado para eliminar la enfermedad

de un campo, debido a las muchas especies de malas hierbas que puedenalbergarla.

Si no hubiese más remedio que emplear tubérculos procedentes de cam-

pos infestados, se recomienda por lo menos cortar dichos tubérculos, noutilizando más que aquellos trozos que no tengan indicios de la enfermedad,

y dejándolos utlos días hasta que se forme en ellos gruesa capa de corchri

que les proteja de posible infección.

ACTINOI^IICOSIS O "SARNA ORDINARIA"

NOMBRES VULGARES

Esta enfermedad es bastante frecuente en toda España, conociéndose

con los nombres (le "Sartla", "rona" y "viruela".

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- zo -

SÍNTOMAS

Hace su aparicíón por una pequeña mancha más o menus orbicular, de

color pardo, y que puede presentarse sobre cualquier punto de la cáscara

del tubérculo, generalmente sobre una "lentejilla" o una herida. Al aumen-

tar la infección, estas manchas se multiplican y se extienden cada vez más,

confluyendo unas con otras y pudiendo llegar a formar varias de gran

tamaño e incluso una sola, que c^mprende toda o casi toda la superficie (lámi-

na I y fig. 7) (i).El examen histológico demuestra en unos casos aumento de tamaño de las

rig. 7.-1'atatas con ro^ia o sarna supe^ficial en diversos grudos. ( Starr)

células (hipertrofia) y en otros aumento del número de ellas ^hiperplasia),

Ilamándose entonces "sarna pustulosa"; mas también puede tener ]ugar la

destrucción de células (necrusis), en cuyo caso se Ilama "sarna lisa". Pero

siempre el crecitrniento de las manchas es de modo concéntríco, con lo cual

toman constantemente un aspecto muy característico, que recuerda el del

corcho sin labrar.

Dichas manchas o pústulas afectan casi exclusivamente a la piel de

los tubérculos, pues no penetran casi nada en los demás tejidos; pero como

dan mal aspecto a las patatas, exigiendo además que se les saque una

monda más gruesa al ser empleadas en la alimentación, resulta que las

patatas atacadas de "sarna ordinaria" sufren una depreciación en el mercado.

(i) Véase también la lámina io, del Atlas.

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.I. I2. SaROtAn: F1 ĵ̂r^rnee^^^zdr^s de !^z ^iatafa. LÁ:^ux^ I.

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Roita o sarna ordirtaria en patata hlanca de la Lorta. Medina de Poniar ^Burgos).

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Ror^a o sarna o^-diitaricr en patatas dé la variedad encarn,^du o de riñón, A};uilar de Canz-

púo (Palencia).

F ta.r Marín. (F,. F. A. Mndrid/.

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ETIOLO^;tA

Hay vanias especies de Actinomyces que se consideran como productoras de estaenfermedad, por separado o asociadas algunas entre sí. Pero parece que la másvirulenta para los tubércu'os de patata y, desde luego, una de las mejor estudiadases la que describimos a continuación.

Actinomyces acabiea (Thaxtec) Giissow.

Micelio ondulado o ligeramente curvado, con hifas aéreas largas y ramificadas;sus cadenas de conidios están curvadas en hélice que gira a la derecha (dextrorsa) ysus conidios son más o menos cilíndricos, de o,8-r,o X I,ç-I,s rnicras. El color del estro-ma varía de amarillo a castaño.

Picadura en gelaiina: Crecimiento en colonias superficiales de color crema, ]uegocastaño. Liquefación lenta.

Agar sintético (de Krainsky) : Crecimiento abundante, en colonias de color crema,elevadas y con arrugas ; micelio aéreo blanco, escaso.

Agar con a/midón: Colonia delgada, transparente y extendida. Hidroliza el almidón..4,qar eon de.rtro.ca: Crecimiento restringido, colonia entera, p!egada y d'e color

crema..4gar-caldo: Colonias circulares, enteras, lisas; después elevadas, liquenoideas,

arrugadas, de color qne varía entre el blanco y el amarillo de paja, y de aspecto

variable entre el opalino y opaco.

Caldo con dextrosa: Ani11o formado por pequeñas co]onias, que se depositan luegoen el fondo.

Leche con tornasol: Anillo castaño con matiz verdoso; coagulación; luego pepto-nización con reacción aicalina.

Patata: Pátina gris opalescente, luego negra y arrugada.Reduce los nitratos a nitritos.Produce un pigmento soluble de color castaño.Peptoniza la leche y la gelatina.Hidroliza el almidón.Es aerobio.Temperatura óptima, 37° C.

Los Actinomñcetos son microorganismos que fueron considerados por unos cumo

bacterias, por otros como hongos, y, en fin, algunos investigadores los creen un

grupo intermedio. Ultimamente parece que hay una tendencia a separarlos de las bac-

terias filamentosas y]levarlos al grupo de los hongos. Así Wollenweber los estudiajunto a los Fungi i»nperfecti.

Su carácter distíntivo es tener un micelio sumamente delgado (de o,3 a o,6 micrasde diámetro) y más o menos ramificado, con su parte vegetativa generalmente continua,es decir, sin tabiques, mientras que las hifas esporíferas están a veces septadas.

Otro carácter es que sus conid^ias se prodttcen en los extremos de las hifas fértiles,

en cadcnas, con frecuencia dispuestas en hélice, en ttnas especies dextrorsa y en

otras sinistrorsa.

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Dichos conidios pueden ser esféricos, elipsoides, aovados, cúbicos, en forma de

tonel o de bastoncillos; generalmente son algo más gruesos que las hifas ^• con longi-

tudes que pueden ^•ariar entre o,8 y 2 micras, según las especies. T'ambién puede haber

clamidosporas.

Finalmente, otra característica, esta vez tisiológica, es que los actinomicetos produc-

tores de la sarna son muy sensibles a la acidez; por lo tanto, la reacción ácida del

terreno constituye, generalmente, un obstáculo para su desarrollo. Pues, como dice

WollenH•eber, se presentan excepciones a esta regla, pero son tan raras que sólo

sirven para confirmación de la misma.

MEDIOS DE LUCHA

En arrnonía con lo que acabamos de decir, encontraron Gillespie y Hurst

que la sarna común es rara en los suelos con un pH < 5,2, mientras que es

muy frecuente en los de pH > 5,2, aunque, naturalmente, este límite no esabsoluto.

Por otra parte, varios investigadores americanos diéronse cuenta delefecto favorable del azufre contra esta enfermedad.

Hoy se considera que este efecto es debido a la oxidación del S, hasta

convertirse en SO, H2, es decir, en último término a la acidez también.

Porque se ha visto que no sólo aumenta la acción cuanto más dividido sehalle el azufre, sino también al inocular el suelo con bacterias sulfurarias(p. e. Thiobacillus thio-oxydans Waksman y Joffe) que ayudan a la oxída-

ción de dicho elemento. De aquí, según los americanos, actúe mejor el

llamado "azufre de Texas" o"azufre inoculado" (inoculat,ed sulfz^r) queel azufre común.

Las medidas que aconsejamos adoptar contra esta enfermedad son, pues:I.g No emplear para la plantación patatas procedentes de terrenos infes-

tados, pues, aun pareciendo estar sanas, pueden llevar micelio o conidiosdel parásíto.

2." No echar al estercolero las mondas de patatas atacadas ^de "sarna",

ni dárselas tampocó al ganado, pues en ninguno de ambos casos se destru-

yen ]os gérmenes del parásito, y éste volvería al campo con el estiércol, pro-duciendo nuevas infecciones.

3," Emplear abonos que acidifiquen el suelo, tales como sulfato amó-nico, estiércol poco descompuesto o abonos verdes.

4.fl Esparcir azufre sobre el terreno (unos 50o kg. por Ha.) y dar una

labor profunda; o, si esto no es posible por ruotivos económicos, por lo me-nos rebozar con azufre en t]or los tubérculos con los que se va a hacer laplantación.

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5.^ 5i la tierra está muy infestada, suspender el cultivo de la patata

durante tres o cuatro años y lueKo a^optar una alternativa en que además

^le la patata entren cereales y leguminosas, pero que el cultivo de la primera

no se repita en la misma parcela en un período menor de tres años.

"SARNA PULVERULENTA"

(Spongospora subterraneo [vVallr.] Johnson.)

DIOMBRES VULGARES

Es una enfermedad que hasta esta fecha no ha sido denunciada en

España. Se le ha ]lamado también "sarna profunda".

SÍNTOMAS

La infección comienza cuando 1os tubérculos son muy jóvenes, pudiendo

no tener más que el tamaño de una avellana; pero entonces es difícil de

^Fig. S.-Sarna pulverulezzta o f^rof:nzzla. Pústule^s requeñas, redondeadas, y con la piel del

tubérculo levantada en sus bordes. (IIailey)

reconocer, pues no se aprecian más que unos abultamientos redondeados

rrruy pequeños (i/4 mm. cíe diámetro), prominentes, sobre la cáscara, de

superficie lisa y color claro.

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Poco a poco van creciendo dichas verruguitas, hasta que la cáscara deltubérculo que las recubre termina por desgarrarse por encima de ellas, apa-reciendo al exterior unas pústulas más o menos redondeadas, cubiertas de

un polvo pardo o aceitunado, círcutidadas por eI reborde de la cáscara rota.Estas lesiones de la enfertnedad se distinguen, pues, de las que produce

la "sarna ordinaria" por su forma más regular, por ser más profundas,estar recubiertas por un polvillo pardusco ( formado por las esporas delhongo y restos de los tejidos de la planta huésped) y tener un rebordesaliente (fig. 8 y lám. i i del Atltrs).

Dichas pústulas alcanzan generalmente un diámetro de $ mm. y puedenquedar aisladas o confluir más o menos unas con otras; pero, según Osborn,en terrenos húmedos pueden llegar a tener un diámetro de 3 a 4 cm. yhasta z cm. de profundidad.

Por otra parte, Melhus, Rosenbaum y Schultz encontraron en las raíces,en los estolones y aun en el tallo de plantas atacadas por esta enfermedadunas agallas blanquecinas, que creen debídas a la mísma causa.

ETtOLOGÍA

Descubierta esta enfe^medad en Europa el año [84c, fué muy discutida su causa,debido a que los hongos más diversos (Phoma, Papulospora (i), Spicaria Oospora,Rhiroctonia) pueden producir infecciones seeundanias, que a veces llegan a alterartan profundamente el cuadro patológíco que hasta hace pensar en enfermedadesdi f erentes.

Pero los estudios liechos de i9o8 a igió por Johnson, Osborn, Melhus, Kiinkel,Rosenbaum y Schultz demostraron que la causa de esta enfermedad es el hongoSponqospora subterranea (Wallr.) Johnson, de la familia Ptasnsodioforáceos.

MORFOLOGÍA

Kiinkel y Osborn encontraron plasmodios del hongo entre las células de la plantahuésped; estos plasmodios emiten pseudópodos que se insinúan entre las células,disolviendo las láminas medias de sus membranas, terminando por introduoirse losrepetidos plasmodios dentro de las células, cuyas membranas se han vuelto gelatinosas.

A1 madurar los plasmodios se forman esporas esféricas de unas q micras de

diámetro, que se presentan reunidas en masas esponjosas de so micras de diámetro

próximamente. A estas aglomeraciones de esporas con aspccto semejante a ima esponja

debe el hongo su n^mbre genérico Spon,qo.rpora.

(t) Hay que hacer notar que este género se puede confundir fácilmente conSpongospora.

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INFECCIÓN

Se verifica, scgún Kiinkel, por medio de los plasmodios, teniendo lugar ya en lostubérculos jóvenes, según hemos dicho; pero también puede seguir habiendo nuevasinfecciones en los viejos a partir del borde de las antiguas lesiones.

ANATOMÍA PATOLÓGICA

Los plasmodios introducidos entre las células no matan a éstas, sino que lasexoitan a un crecimiento anormal, excesivo (hipertrafia), y a una activa división^(producción de hiperplasias), que es lo que da lugar a las lesiones primarias.

EI parásito se desarrolla mejor en los meristemas y en el floema, por lo cuatsólo ocasionalmente se lo encuentra en el xilema. Parece, además, que no sólo nodestruye el almidón, sino que aun parece hacerlo producir en mayor abundancia.

CONDICIONES DE INFECCIÓN

Hay pocas investigaciones hechas sobre esta cuestíón, pero, sín embargo, segúmlos estudios de Ramsey, una temperatura de unos I5 C. y una humedad grandefavorecen la infección. A unos 20° ya no se verificaban infecciones, y, por otra parte,con gran sequedad se forma por dehajo de la zona de infección una^capa de corcho-qve no deja progresar a]a enfermedad.

MEDIOS DE LUCHA

No se conocen medios de curar esta enfermedad, ni tampoco de preve-

nirla con seguridad, de modo que sólo se pueden emplear los procedimien-

tos generales de lucha, que concretaremos así :

i° No emplear para la plantación tubérculos procedentes de una co-secha enferma, aunque algunos estuviesen sanos aparentemente, pttes pueden.

transmitir la enfermedad.2° No echar patatas crudas atacadas a] estercolero, ni dársetas a comer

al ganado, sino quemarlas, o hervirlas previamente.3° Labrar cuidadosamente y sanear, si es necesario, los terrenos infes-

tados por esta enfermedad, pues ya hemos visto que la humedad favorece-

su desarrollo.

4° Emplear estiércoles bien descompuestos, o bien cenizas, nitrato só-

dico o cloruro potásico.

5° Evitar el empleo de estiércol procedente de fincas en las cuales haya

habido anteriores epidemías de esta enfermedad.

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fi.° Cuando se sospeche que las patatas para siembra pudiesen estarinfcstada^ (aunque nn pre^enten síntomas), sumergirlas durante dos horas en:

Formalina comercial (aldehido fcírmico al ,to por ioo). 50o gramos.

ARua . ......................................... ......... ............... Ioo litros.

o bien durante tres horas en :

Sublimado corrosivo (cloruro mercúrico) ............... so gramos.Agua ............ ........................................................ Ioo litros.

F_ste tratatniento tiene por ob}eto destruir las esporas que pudieran estaradheridas por fuera, pero no desinfectar los tubérculos ya enfermos.

^To terminaremos sin hacer ]a siguiente recomendaciGn :Todo agricultor que observe algttna patata con apariencias de estar

ataCada de "sarna pulverulenta" debe comunicarlo inmediatamente al Jefede la Sección Agronómica de la provincia o a la Estación de Fitopatología

Agrícola más próxima, pues ya hemos dicho que esta enfermedad no existe,que se sepa, ui Iapaña y ñay que evitar pueda propagarse en nuestrospatatales.

"SARNA VERRUGOSA"

(S^^rcchytriurn cndohioticum (Schilb.] Perc.)

^rl\fBRES VULGARES

La temible "sarna verrugosa", también llamada "sarna negra", no existe

en España, pues si bien hubo hace años un pequeño foco de ella en la isla

de Hierro (Canariasl, prohahlemente introducida desde Inglaterra con la

patata de siembra, se consiguió dominarlo rápidamente y hacer desaparecer

la enfermedad.Es ésta la más grave de todas las que atacan a la patata, tanto por su

facilidad de transmisicín como por las grandes pérdidas que ocasiona ; cons-

tituye, con la "dorífora" o"escarabajo an^ericano", las dos plagas más

intportantes en el cultivo de este preciado tubérculo.

Se trata de una enfermedad relativamente moderna, ya que los primerns

datos ciertos acerca de su existencia proceden de hacia el año 1870. En

tittramérica -que, como se sahe, es el p.:is de origen cle la patata- es todavía

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desconocido este mal. Se encontró por primera vez en inglaterra y Es-

cocia ; en I^^fí apareció en 1-iungría ; en IyoB, en Alemania ; el año Iyoc^

paseí a Norteamí•rica ; en I^I2 se denunció en Suecia, y, sucesivamente, en

otras naciones europeas ; finalmente, las últimas citas que encontramos son

de Ic^2a, año en que fué hallada en el Sur de Africa.

Resulta, pues, que prqbablemente esta enfermedad tuvo su origen en elAntiguo n> undo y no en América o Nuevo Munclo, y ya cen el terreno

de las hipótesis hay quien supone que se haya desarrollado primero en

alguna planta espontánea, pasándose luego a la patata.

STNT09dAS

Los caracteres más típicos y manifiestos de esta enfermecíad se pre-

sentan en los tubérculos consistiendo en verrugas que, cuando la infección

es ligera o cuando se trata de variedades de patatas resistentes a la enfer-

medad, son de tamaño insignificante y aisladas, pero que, según sea la

intensicíací dcl ataque, pueden alcanzar el tamaño de tumores más o tnen^sgrandes (lánr. ] T y fig. g) (i) con el aspecto de una coliflor o de una esponja ;

cuando el ataque es muy fuerte y temprano, puccíe parecer que todo el tu-

bérculo se h;t transformado en uno de tales tumores, o bien uno de ellos pue-

de alcanzar igual tamaño que el resto de la patata.

Dichos tumores son al principio blancos, pero después se ponen de uncolor que varía del pardo al negruzco, y frecuentemente se pudren ya antes

de la recolección, convirtiéndose en una masa esponjosa (2).

Las proliferaciones de tejidos que producen los tumores pueden origi-

narse a partir de las hojas o de las "iniciales de las hojas" (Bla,ttanlagen cíe

los autores alemanes) de todas las yemas subterráneas, que, como se sabe,

(r) Véase tamlrién la lámina r2 del Atlas.

(2) Conviene aclvertir que existe también, aunque no la hemos visto en España,una "falsa sarna verrugosa" que pudiera ser motivo de alarma al confunciirse conla verdadera.

Caracterizan a esta enfermedad numerosas proliferaciones o pequeños brotes amoeto ctc patatitas más o menos deformadas, que se hallan soldadas a un tubérculogrande.

Pero estos brotecitos tienen el culor y la concistencia dei tubércul^ normal, mien-

tras que las formaciones de la "sarna negra" o"verrugosa" son esponjosas y, atmqne

al principio tienen color claro, bien pronto se ponen oscuras, y al tiempo de la reco-

]ección están ya, gcneralmcnte, más o menos descompnestas. La causa de e ĉta anor-

malidad no se conoce.

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son tan abundantes en la planta cíe patatas; p^r e^ta raz^ín se considerarr

hoy como "agallas organoideas", según las define Kiister.Los órganos aéreos, sobre todo los práximos al suelo, también pueden

ser atacados, particularmente cuando el tiempo húmedo es persistente. I^ n

Inglaterra se han encontrado hasta en las flores deformaciones debidas a.

Fig. y. -Yutatas ufectas de la sarna verrugosu, cortadxs por medio. tGGssowj

esta enfermedad; pero, en general, no se extienden dichas manifestaciones.

hasta tan arriba.

Las deformaciones de las partes infestadas del tallo tiene aspecto pare-cído a laS de los tubérculos, pero son de color verde y, a veces, algo blan-

quecinas o rojizas con tinte verdoso cuando la variedad de patatas contiene

cierta abundancia de antociana. En las hojas, las lesiones pueden llegar a

hacerlas irreconocibles, o bíen simplemente deformarlas rnás o menos por

las numerosas verrugas formadas, según la iritensidad del ataque.

Cuando la enfermedad es muy ligera no tiene influencia nociva sobre

la cantidad de cosecha; mas, como a cada nueva plantacián se extiende la

plaga rápidamente, pronto llega a obtenerse un procíucto de calidad inferior,

que no se conserva bien y que hasta resulta impropio para el consumo.

Además, gran número de tubérculos se pudren en la tierra.

ETF OL^^ , lA

La causa de esta enfermedad es el Iwngo microscúpico Syncl^ylri^tin^i erzdobiotiaim

(Schilb.) Perc., del grupo de los Quitridiales.

Este micromiceto, como todos los Sinquitriáceos, no posee micebio y tiene gene-

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J. R. S.+RniF^: E^rjerf^tr^c^acles de la patata.

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Ldrt ► nn lI.

Sarna verru^osa.

S^^uclrt^trirrui r^^^^loblu!/crnu (Sc^iii is). I'r:^tc.

(Ilepro^lucción ^1c una I:í^uina ^1e A^,E,el y Dressel).

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ración alternante : durante el invierno se desarrolla la facies asexuada, mientraa que

en el verano ticuc lugar el desarrollo de la facics sexuada, que es isogámica, <, sea

de gametos murfológicamente iguales entre sí.

Una de las zoosporas procedentes de la fase invernal, que son ovoideas y t^ienen

un Hagelo y una longitud de unas 2 micras ,se adhiere a la pared de una de las

células epidérmicas de las yemas de un tubérculo joven, pierde su Hagelo y se intro-

duce en dicha célula; entonces, las células invadídas empiezan a crecer y a multi-

plicarse, originando las verrugas y detormaciones de que hemos tratado.

Dícha zoospora, alojada ya en una de las célu!as epádérmicas de la planta, vacreciendo, hasta que ocupa toda la célula en que se halla, reabsorbiendo su contenido.

A continuación divide su núcleo varías veces, formándose varios plasmodios, quemás tarde constituyen los esporangios, los cuales están así agrupados formando soros^en el interior de los tejidos de la planta. Estos esporangios de verano son redon-deados y de membrana delgada; sus zoosporas, que también son ovales y con unflagelo, pero tienen una long^itud de sólo I,5 micras, propagan la enfermedad durantela estación cálida, saliendo de la célula destruída e invadiendo las células práximas.Estc proceso se repite varias veces durante el verano.

Yero al iniciarse la estación fría, las zoosporas formadas se copulan de dos en

dos, no diferenciándose ambos gametos morfológicamente entre sí, es decir, que el

proceso es isogámico, como ya hemos d^icho. Sin embargo, Curtis considera verosí-

mil que las zoosporas que se acoplan proceden de esporangios diferentes.

Los cigotos formados penetran en las células del huésped de modo análogo a

la^ zo„sporas, pero ahora se forman esporangios de otra clase, los Ilamados espo-

xangios de invierno, 1os cuales son esféricos o aovados, con dos membranas, una

externa, gruesa, rígida, de color amarillo dorado, y otra interna, de'gada, elástica e án-

colora. ildemás, generalmente, poseen también otra tercera membrana, más externa e

irregular, con prolongaciones a modo de crestas o alas, y que está formada por los

restos de la célula huésped muerta; esta membrana exterior toma también un color

amarillo dorado.

:11 pudrirse los tejidos de la planta, estos esporangios de invierno quedan en elterreno y allí invernan. En la primavera siguiente producen las r.oosporas de 2 micrasde ]ongitud, de que hablamos al principio, y se repite el ciclo de la generación.

Como cada esporang^io puede producir varios cientos de esporas y, por otra parte,

las verrugas de la planta pueden contener grandísimo número de esporangios, se com-

prende la inmensa cantidad de zoosporas que se forman (cada una de las euales

pttede infestar una célula) y el gran poder de difusión que tiene esta enfermedad.

rtscoutcfe

Respecto a los datos fisiológicos acerca de este hongo, vamos a dar un breveresumen, tomado de los trabajos de F. Smarch y de E. K^hler.

Los esporangios tienen que pasar cierto período de reposo antes de comenzar

la diseminación de las zoosporas; la duración de aque] período depende de factores

internos y externos a dichos esporangios.

En determinado grupo de esporangios hay, en un momento cíado, solamente uncierto tanto por ciento de éstos, mayor o menor, capaz de diseminar las zoos-

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poras. Actualmente no se conocen todavía todas las condiciones de que depende dicho

porcentaje de esporangios capaces de dar zoosporas móviles.

La maduración de los esporangios en el terreno dura más o menos tiempo, scgímla humedad (óptimo de humedad, go a roo por roa de la capacidad del suelo parael agua), la temperatura y el contenido en oxígeno del aire del terreno, el cual, a suvez, depende de la estructura del suelo, de la especie y cantídad de mácroort;anismosdel mismo, de la cantidad del agua y de la espccie y densidad de la vegetación.

Las investigadones de Weis acerca de la influencía de la acidez actual del terrenosobre la producción de infecciones demostrara^ que éstas pueden tener lugar entrepH r= 3,g y pH = 8,5 ; el óptimo se halla hacia pH ^ s,o. Tambi^n dejó sentadoque las infecciones pueden verificarse entre los r2°° C. y los 24° C., cayendo el óptimohacia los r5° C.

F. Smarch vió que, a igualdad de humedad del suelo, el ataque es más intensosi el riego se hace por encima del terreno que si se verifica por abajo (riego porcapilaridad) y, por tanto, en la naturaleza las infecaiones tienen lugar, ante todo,después de fuertes Iluvias.

La esfera de infección, siempre que no se verifique un transporte de esporangioso de esporas por animales que vivan en el terreno, alcanza lateralmente, como máximo,unos ro cm.; mientras que en dirección vertical es, hacia arriba, ro a rs cm., y haciaabajo, is a 2o cm.

Faltan todavia experiencias científicas directas en que, teniendo en cuenta exacta-

mente todos los anteriores factores, se determine por cuánto tiempo es peligroso para

el cultivo de la patata un campo infestado y en el que no se haya vuelto a repetir

dicho cultivo. Pero los datos que se tienen indican que un campo puede permanecer

infestado por lo menos durante diez años.

MEDIOB DE LUCHA

Contra esta enfennedad no existe hasta el día remedio directo realmenteeficaz. Por lo tanto, y puesto que en nuestra Patria no padecemos esta

plaga, es de importancia suma que por los labradores se denuncie inmedia-

tamente cualquier caso sospechoso, bien a la Estación cíe Fitopatología

Agrícola más próxima, a la Sección Agronómica o, en fin, a cualquier auto-

ridad, pues en caso de confirmarse la presencia rie la "sarna verrugosa" hay

que operar con la mayor rapidez y de modo radical.

Las medidas aconsejables contra esta plaga las podetnos reswnir así :I.fl No emplear patatas para siembra procedentes cíe países infestados.2.8 Destruir inmediatamente las plantas atacadas, hasta las menores

tubérculos y estolones, así cumo también las malas hierbas de ]a familia delas Solanáteas, camo son la "hierba mora" (Solanum nigru^-^i L.), la "dul-camara" o"dulce-amarga" (S. dulcamara L.) y otras.

3.a L,os labradores que se dediquen al cultivo de la patata y, sobre todo,

los que produzcan patatas para siembra, deben evitar en ab^oluto el inter-

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J. R. SnR^tAn: E^^rferrraedades de la patata.

^Vlildío dC la patata.

L^.siin^ 111.

i. Planta de patata cc^i_yas hojas inucstran, en ciiversos ^;rados, el atayuedel hon^;o !'Iryto%lrtlrnra irr%esta^rs.-z. "1'ub^cculus cc,rl^idos, en clue laszonas alteradas aparecen de culor }^ardusco.-,;. Aspecto exterior de u^apatata enf^erma, con mincl^as í^ardas y zonas deprimi^i^ls.-4 y 5. Coni-

cliGforos y conidios del pur^ísil^^.

(Ileducciún ^1c un curtel divul^;a.lor e^lila^iu por Ia Jelalura A^;runúiuicu ^ie liale;u-e,.)

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cambio con regiones infestadas, pues las esporas se transportan fácilmenteen los aperos de labranza, el calzado y las patas de los animales.

4.a No utilizar en los patatares el estiércol de los animales que hubierancomi ĉlo plantas atacadas, a menos que se les den bien cocidas.

5.a No plantar en regiones infestadas sino patatas de variedades resis-

tentes.

A fortunadamente, existen ya rnuchas y valiosas variedades resistentesa esta enfermedad y cada país progresivo tiene las suyas, de modo que, comodice Kbhler, "si se pudiese conseguir que no se cultivasen más que varie-dades absolutamente resistentes, se tendría resuelta la lucha contra estaplaga".

"MILDECi„ O "(',ANGRENA"

(Phytophtlrora infestans [Mont.] De Bary.)

NOMBRES VULC.ARES

Esta enfermedad se halla muy difundida por toda España y por eso

también posee muchos nombres vulgares, según las diferentes regiones. Lo^

más corrientes son :"mildio" o"mildeu" (del inglés middew), '`niebla","añublo", "mancha", "peste", "podredumbre", "gangrena".

HISTORIA Y ORIC.EN

Aun cuando se creyó primeramente que esta enfermedad era originariadel Canadá, hoy se sabe que su patria es América del Sur, pues en Chile

se la encuentra atacando a patatas silvestres, presentándose, acíemás, en otras

Solanáceas.

Según algunos autores (Martius, Hallier), se conocía ya con seguridad

la existencia de la plaga en Alemania desde 1830, pero se hallaba localizada.

En 1842 aparecía en Bélgica e Irlanda; en 1843, en Italia. Este mismo año

y en i844 se produjo una gran epidemia de ella en Norteamérica. A1 si-

guiente año, a favor de un verano frío y húmedo, se extendía con siniestra

velocídad por todas las naciones en que se cultivaba la patata, produciendo

tantos estragos en los cultivos del preciado tubérculo que casi anuló su

cosecha: fué el año de la tristemente célebre "hambre irlandesa" (1845'46)•I:n fin, la India ftté invadida en 18^u-188o; Australia y el Sur cíe Africa

no lo fueron hasta Iqoq.

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Si pasamos a los estudios sobr^ la etiología de la enfermedad, así como

de la biología de su agente patógeno, veremos que éste fué visto por primera

vez por la micóloga 5ra. Libert, quien le dió el nombre de Botrytis devas-

iatrix, si bien no publicó el hallazgo, al decir de E. Riehm.

C. Mantagne dió noticias más detalladas del hongo en i845, llamándolo

Botrytis infestans. Y a partir de esta fecha se suceden los trabajos de inves-

tigación acerca de esta enfermedad, distinguiéndose principalmente los auto-res siguientes : Unger, Caspary, Tulasne, Schac}it, Harting, Speerschneider.

Pero fué A. de Bary quien hizo las investigaciones más extensas sobrela enfermedad, publicando entre t8ót y i88i una serie de notables trabajos

sobre su etiología, transmisión, modo de extenderse y terapéutica cíe la

misma.

sfrrron^^s

En esta enfermedad, como sucede generalmente con toda^ aquellas que

se desarrollan en el interior de los tejidos de las plantas, las primeras infec-

ciones suelen pasar inadvertidas, y por esto el labrador cree que no se pre-senta hasta fines de verano, en los ineses de julio y agosto ; a esto hace

también referencia el nombre norteamericano de "late hlight" (marchitez

tardía).Pero aun cuando la época de aparición de los ataques del "mildio" de la

patata es muy variable (ya que depende, como veremos, del complejo eco-

lógico y principalmente de la temperatura y de la hwnedad), sin embargo,

si se hace una detenida observación de las plantas durante todo su período

vegetativo, se ve que por regla general pueden apreciarse las primeras

manchas mucho antes de lo que se figuran los labradores en la comarca

respectiva.Los primeros caracteres externos suelen aparecer en las puntas y bor-

des de las hojas más bajas, y consisten en manchas que al principio sonamarillentas, luego se ponen parduscas y terminan por ennegrecerse (lámi-

nas II y III).

A medida que dichas manchas van sufriendo esos cambios de color, sevan extendiendo desde los bordes hacia el interior del limbo foliar y, cuando

se llega al máximo desarrollo de las lesiones, se pueden distinguir en ellas

tres zonas: una seca y ennegrecida en los bordes, otra intermedia de colorpardusco y, finalmente, otra interna amarillenta, que fué donde empezó

el ataque del parásito, pues éste va avanzando en su desarrollo a medida

^ue destruye nuevos tejidos.

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J. R. Snttu[An: Ia^ferr^ie^^a^fPS rlr !^z ^ata1^^_ L:^nt^n.^ IV.

HoJa de patata enferma de «m9ldio,^. ^J'J^}^tnf^hllmra r^^festaus, Ue f3ar^').

Iteproducciiin de inia uciuu^cla del I'ruC (^^atoni, publicu^ia en el «'l'raltuto ^ii Patolo^;^í,^

e'I^erupia Vcgetale» ^icl I'rul'. Ferr.^ri^ (4.^' e.1. ^q.iS^.

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l?stas manchas que aparecen en el haz o cara superior de las hojas se•corresponden c^n otras situadas en el envés o cara interior; estas últimas,

cuando el tiempo es húmedo, se ve que son blanyuecinas en el borde y, si

se examinan con una ]ente, aunque sea de poco au^nento, se aprecia que están

como recubiertas de un tenue velo algodonosa, formado por los conicíióioros

y conidios del hongo productor de la enfermedad.

En los entrenudos inferiores del ta11o aparecen también manchas pardas

o negruzcas, que a su vez pueden presentarse en las ramas y pecíolos de

las hojas e incluso en ]as mismas fiores; dichas manchas son irregulares }'

generalmente alargadas, siendo, en cambio, raro encontrar en el tallo man-

chas blanquecinas análogas a las de las hojas.

El ataque a la parte aérea de la planta comienza generalmente por la

base del tallo y hojas más bajas, y su avance depende de ]as condiciones

atmosféricas. Cuando el tiempo es frío y seco, al aparecer ]os primeros

síntomas, la infección avanza lentamente v las hojas atacadas se arrugan,

presentando menos manífiestas las zonas blanquecinas de conidióforos o no

apareciendo éstos (> ); las rnanchas, además, no avanzan en su desarrollo.

Pero si, por el contrario, el tiempo se torna húmedo y caluroso, que es el

más favorable a la enfer^nedad, entonces hojas, ramas y tallos continúan

ennegreciéndose, se amustian y acaban por marchitarse completamente o

pudrirse, ocurriendo esto con tanta rnás rapidez cuanto mayores sean el

calor y Ia humedad.

La difusión del "mildio" tiene lugar con tanta rapidez cuando las condi-

ciones ambientes le son favorables que en pocos días, en una semana por

ejemplo. pueden quedar completamente destruídas parcelas enteras de pata-tas que poco tiempo antes nadie diría iban a enfermar.

Cuando el hongo que produce esta enfermedad ataca al follaje, marchi-

tándose la planta sólo en parte, se ocasiona un daño indirecto a los tubércu-

los, pues como las fttnciones vegetativas se reducen, se produce un desequi-librio nutritivo, reflejado por una disminución en número y tamaño de

dichos tubérculos, aun cuando los que de éstos se hayan recolectado esténsanos.

Pero, además de esto, la infección puede llegar a los mismos tubérculos

•que se encuentran bajo tierra, al ir creciendo el hongo por el interior de la

mata; sin embargo, este modo de infección se tiene hoy por muy poco

frecuente.

En cambio, ]o que es comunísimo es la infección de los tubérculos por

(r) Sin embarg^,, cuando hay ataque de esta enfermeciad, ^í mantener en am-biente húmedo una hoja enferma aparece ^nmecíiatamente el anillo de;conidióforos.

3

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contacto con e1 follajr atacado, o con los conidios que caen al terreno; ^ohre

todo en casos de ataque tardío es esto muy frecuente.

Los tubérculos atacados comienzan por presentar pequeñas manchas

pardas sobre la piel (epidermis), que se van extendienclo irrcgularmen-

te no sobre todo el tubérculo, sino en una o varias zonas, y^que al mis-

mo tiempo que se deprimen más o menos fuertemente toman un color

algo azulado, A1 cortar una de estas patatas se ve que, en correspondencia

con las manchas externas de la piel, e] tejido interno tiene un color pardusco,

Fig. ro.-Patatas cortudas en que se observa la podredumbre debida al «mildeu», m5s o me-

nos penetrante en la carne del tubérculo y que se corresponde ul exterior con •r.onas dcprí-

midas. ( Muncie)

resaltando bien sobre e] resto de los tejidos aún sanos, que tienen ]a colora-

ción blanca o másb menos amarillenta, según la variedad (fig. io) (i).

Cuando, según ocurre en los menos casos, la infección es exclusivamente

debida al hongo del género PhytoQhthora que luego estudiaremos, termina

por producirse una "podredumbre seca", fácil distinguir de la otra de que

nos ocuparemos más adelante, pues basta poner en cámara húmeda algunos.

trozos de un tubérculo para que a las pocas horas se desarrollen ]os típicos.

conidióforos.

Lo más frecuente es, sin embargo, que se originen infecciones mixtas

por invasiones de otros hongos o de bacterias; si dominan estas últimas se

producen "podredumbres húmedas".

T?n resumen, por lo común, el "mildio" ataca al follaje, pero posterior-

mente resultan infestados ]os tubérculos. En éstos la enfermedad puede

manifestarse (si la temperatura y la humedad son favorables) poco tiempa

(r) Véase ]a lám. s del Atlas.

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después de la recolección, o bien hacerlo nlás tarde, cuando llevan altiílntiempo en almacén.

ETI^)LO(iíA

La causa de c^ta enfermedad es el hongo Ficomiceto, de la familia 1'cronospo-ráccos, cuyo nombre científico es Phytophthora infesta„.r (^íont.) De Bary, y suscaracteres son los siguientes:

CARACr£RES MORFOLÚGICOS

Si se examina al microscopio un corte muy fino, transversal, de w^a hoja atacada,de modo que pase por una cíe las manchas, se observa un micelio intcrcclular, hialino,continuo (es decir, no septado), de 3 a q micras de diámetro, ramificacio en algunossitios, de paredes delgadas y rico en protoplasma ; este micelio emite delgados fila-mentos que penetran en ]as cavidades de las células del mesofilo de la hoja, funcio-nando como verdaderos chupadores; en cambio, rara vez se encuentran haustoriosglobosos.

Este micel^io solamente está vivo y, por lo tanto, es fácil de ver en los bordes

de las manchas, es decir, en la zona amarillenta, mientras que en las zonas negruzcas,

de tejidos muertos, también e] micelio ha dejado de vivir y es muy difícil ponerlo

de manifiesto.

En los tubérculos, el micelio es parecido al de las hojas, pero puede ser hialinoo ligeramente pardusco, y, segtín Delacrc>ix, se ve con frecuencia, aunque no siempre,que aquí el micelio envía a las céTulas chupadores irregulares, redondeados, ovoideso cilíndricos, enteros, lobulados o más rara vez ramificados.

Una vez que el micelio ha invadid^ todo el mesofilo, en la zona de crecimientomáa activo --es decir, en el borde cie las manchas- emite algunas ramificaciones, quesalen al extenior a través de los estomas, formándose los conidióforos que hemosvisto aparecer en el envés de las hojas.

Los conidióforos tienen paredes relativamente gruesas, y i a S ramificacioneslaterales, generalmente tres. Cada ramificación se .nsancha en su extremo, proclucien-do un conidio terminal, y formándose luego ŭn tabique transverso algo más abajo,de modo que al conidio formado le queda una especie de pedúnculo. Después el co-nid^ióforo cesa por el momento de crecer ]ongitudinalmente, ensanchándose en cam-bio por debajo del conidio. A continua^ión tiene lugar un rápido crecimiento del ápi-

ce del conidióforo, al nivel del tabique, de modo que el conidio í>Iltimamente forma-do resulta desglazado lateralmente, produciéndose más tarde un nuevo conidio api-cal, y así sucesivamente. La ramificación ctcl conidióforo resulta, por tanto, del tipo quese ]lama en Botánica ramificación simpódica.

Los conidios tienen una forma parecida a un limón y son hialinos, contdnuos, conmemhrana recia, engnlesada e q el ápice y contervido granuloso; sus dimensiones son2y-3oX I^-ZO micras. I)ichos conidios se desprendcn nwy fácilmente, pero Ins hin-chamientos de la; ramas -quc, cnmo hemos visto, se produce tmo al formarse cada co-

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Fit;. t r.-iticelio de Phyto^frthora iirfestans Ue Bary, aislado de un tubérculo de patata yteriido con azul láctico, previo hervido en potasa al g o^o. (BenNoch)

Fig^s. r z y r g.-Conidióforos y conidios de Pfrytof^Ir^tlzora ii festaus, De Bary, hongo pro-

ductor del amildew^ de ia patata. Frecuentemente los conidios germinan como zoo^porarl-

gios. (i3enlloch)

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nidi^- nos permiten tijar clarameute los puntos en que esiuvieron in:ertos los conidioscaídos.

La facies sexuada de este micromiceto tardó mucho tiempo en poder ser obser-

vada hasta que las investigacioues de Clinton, confirmadas posteriormente por Peth}-

bridge y por Murphy, y ampliadas después por I3ruyn, pusieron de manifiesto que se

pueden formar en medios de cultivo artificial los correspondientes anteridios, oogonic,s

y oosporas.

Sin embargo, Clinton demostrú que en Phytophthoru infcsta^ls no ]legan con fre-

cuencia a desarrollarse los oogonios en oosporas, porque los anteridios adquieren un

débil desarrollo. Tal vez se trate aquí de una falta de substancias de crecimiento o de

substancias formativas de otro bipo. En cambio en I'h, phaseoli se forman gruesos

anteridios, y C'.inton consiguiú cruzar entre sí ambas especies de Phytopht{rora.

BIOLOGÍA DEL PARÁSITO

La germinación de los conidios de este hongo puede ser directa o indirecta.En la germinacíón directa los conidios emiten un tubo germinativo, pudiendo tam-

bién formarse una espora secundaria al extremo de éste. En la germinación indirec-

ta, cada conidáo se transforma en un verdadero esporangio, e^tallando su membrana

y salienda su contenido en forma de zoosporas, en nírmcro que puede variar de 6 a

16, de forma ovoidea y con dos pestañas laterales, mediante los cuales se mueven en el

agua con movimiento g^iratorio; pasado algún tiempo, estas zoosporas se quedan

quietas, pierden sus pestañas y, generalmentc fijándose a algvn objeto, emiten un

tubo germinativo como en el caso de los conidios de nermiuaciún directa.

Según las investigaciones de Melhus, el tipo de gcrm,inación depende principalmen-te de las condiciones exteriores, sobre todo de la temperatura y de la humedad, perotambién del medio nutritivo en que se hallen y de la riqueza del mismo en oxígeno.

Los datos de Melhus acerca de la influencia de la temperatura sobre la germina-ción son éstos:

GERMINACIBN DF.LOS CONIUIOS

I)irecta (tubos germinativos).... . .. .

Indirecta (zoosporas)..............

MÍNIMA

Io° - 1 ç° C.

^PTIMA

z4° C.

r _° 13° C.

M,(\IMA

30° C.

z.y° - zg° C.

Parece ser que en el campo la forma m:ís frecuenlr ^le gern^inaci^^n e^ la ^indirec-ta, y segítn Jones, Erickson y otros los puntos cardinalr^ de la temperatura, en ĉu in-fluencia sobre dicha germinación, son:

Mf51^lA OPTIMA MA\IMA

7,^° C. ^ t7° C. ^ 3,° t-^•

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:V desprenderse los conidios de los cunidi^,furos, antes de gcrminar, pueden caer

a ticrra o sobre otro Grgano de la misma planta, o bicn ser tran;portados por el vien-

to u otros agentes a plantas distantes, y de este modu se prupaga la inlecciún.

Cteando una zoospora germina sobre una hoja de una p'.anta de patata, su tubo

germinativo pcnetra por un estoma, o bíen atraviesa la pared cle una célula epidér-

mica, llegando así al intcrior de los tejidos foliares,

El sitio de penetración toma tm color pardo, la clurufila se destruye, el almidún se

disuelve y el contenido celular se pone oscuro; esto últñmo ocurre atm eu las células

adyacentes, a pesar de que éstas no estén en contacto inmediato con hifa alguna del

hongo.

tiegún Vonvinkcl la infección de las hojas se verifica principalmente por el envés,

pues en sus experiencias, mientras que el 8g,6 por ioo de las hechas cn dicho envés o

cara inferior eran positivas, en el haz o cara superdor sálo lo eran el 3z por too. La

temperatura óptima para el crecimiento del micelio en el interior de las hojas es, se-

gún \4elhus, de 2a° a 25° C.

"1'c^mamos de Ferraris los siguientes datos refereutes a la marcha de la enferme-

dacl en ]as condiciones favorables indicadas.

"Colocando una planta de patata, o de tomate, en ambiente húmedu y pulverizán-

dola con agua que contenga conidios o zoospuras, se puede seguir e] curso de la in-

feceión. A las veinticuatro horas han pcrforado ya con su promicelio las células epi-

dérmicas; a las treinta horas cl micelio se ha insinuadn ya en los tejidos del mesófi-

lo; a las cuarenta y ocho el micelño se ha desarrollado mucho en los espacios interce-

lulares, y a los seis o siete días aparecen nuevos ramos conidióforos en la cara infe-

rior de las hojas. EI número de conidios que se pueden desarrollar en una hoja me-

dianamente infectada es enorme, pudiéndose elevar ltasta un millón."

lbr este último dato se puede comprender fácilm^nte ]a rapidez de extensión cíe

la infección en los patatares, así como que algunas veces lleguen a quedar totalmen-

te march^tos en pocos días si las condiciones ^on favorables para la enfermedad.

El ticmpo que conscrvan los conidios ^u poder germinativo puede variar entre

amplios límites, segím las condiciones del ambiente; así Hecke, operando en el aire

seco del ]aboratorio, obtuvo que aquel período era muy limitado, mientras que para

Murphy, en las condiciones ordinaréas del terreno, sería de tres a cuatro semanas, y

en condiciones favorables de humedad, en el i,rvernadero, llegaría hasta los cuarenta

y cuatro días.

La. invernación del hongo, es decir, el modo de perpetuarse la enfermecíad cíe un

añn para otro, ha tratado de explicarse de cliferentes modos.

Se supuso que la Phy^nphthora puede invernar en el suelo, en los tubércttlos ata^

cados por la enfermedad, y en la primavera siguiente formar coniclios en los restos

de los mencionados tubérculos, conicLios que más tarde, con las labores, vienen a la

superficie y producen la infección del ramaje. Esta hipótesis se apoya en el hecho de

que se puede conseguir el desarrollo de este hongo en los medios artificiales, es de-

cir, en vida saprofítica, aun cuando no sembrándolo directamente desde la planta en-

ferma, sino haciéndolo adaptarse paulatinamente a nuestros medios corrientes de cul-

úivo.

1?I escollo rle yne el micelio del hongn nn pudiesc resistir las heladas >c salvaría

admitiendo la formaciún de oosporas en cl terreno, las cuales resistirían los rigores

del in^ierno, como ceurre con las de otros hungos.

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Sin embargu, debe tenerse en cuenta que Clinton, después de impor[ante^ investi-

gaciunes sobre la formaciGn de oosporas, opina que este hongo ha perdído la facul-

tad de formarlas en el terreno y sólo es capaz de producirlas en medios favorable,

de cultivo. De la misma opinión son Lutman, Giddings y iones.

Pero investigaoiunes posteriores de Bruyn probaron que se puedcn formar oospo-

ras en los medios de cultivo que contengan sílice, tales como la paja de cerales y los

tallos de Pteridium aqui/irrunc L, o de Equisetum.

k'or otra parte, las oosporas así formadas permanecieron vivas durante cinco díasa temperaturas entre -20" C. y-2G° C., siendo también muy resistentes a la sequc-dad; de modo que es muy verosímil que la Phytophthora i^tfestans pueda invernar enel terreno, pero en ]os restos de rastrojos de cereales.

Otra de las hipótesis de invernacicín de este parásito, }^ precisamente la que ha

tenido más particlarios, es la siguiente: Que el origen de la infección primaria del

ramaje sería, no el micelio que hubiese pasado el invierno en el terreno, s^ino el

micelio que pueden Ilevar en su interior los tubérculos sembrados en primavera.

Los tubérculos son infectados por los conidios que, arra^trados por ]as gotas de

lluvia, caen al terreno. Estos tubérculos no se distinguen todavía absolutamente en

nada de los sanos, sobre todo si la infección tuvo lugar puco antes de la recolección

o durante ésta.

Pero durante el almacenamiento la enfermedad se manifiesta al exterior y, por los

conidios producidos en ia superficie externa de los tubérculus, pucde atacar a otras

patatas sanas.

A su vez, lus tuhérculos así atacados por infección secundaria en lus almacenes,no suelen presentar señales apreciables de 1a enfermedad, de modo que se vuelven a

emplear como "patatas de siembrá', creyendo que. est^m sanos.

Cuando las condiciunes son favorables para la enfermedad, el mdcelio del hongocomienza por invadir los "ojos" o yemas de los tubérculos, desarrollándose luego porel interior de los brotes, tanto subterráncos (hipogeos) como aéreos (epigeos) de ]asplantas, repitiéndose el ciclo de inCección como probaron las investigaciones de A, deBary y de Melhus.

Haremos notar, no ob^tante, que los estudios más modernos de Salmon y Ware,

Alcock y Mc. Intosh, aun cuando confirmaron los resultados de De Bary y Melhus,

dieron un pequeño porcentaje de plantas infectadas por este medio, pues de 23 tu-

bérculos infectados, sólo salieron dos matas enfermas, es decir, un 8 por ioo. Resul-

tando, pues, que tal vez tenga más importancia la ínvernación de este hongo en el

terreno que en Ios tubérculos para plantación.

Otras dos hipótesis respecto a la intervención de la Phytophthora, debidas una aMassee y a Eriksson ]a otra, no creemos que merezcan nuestra atención, y por esono las detallamos.

Resumiremos las causas por las cuales pueden producirse las primerasinfecciones de este modo:

a) Por la invernaciGn del ntin^lio en el suelo, ya sea en las cañas de ce-reales o bien en los restos cie tttbérculos.

b) Por siembra de patatas atacadas de "tnildio", quc darán origen ^tbrotes atacados.

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c) Por infeccián del ;uelo, debida a la proxitnidad de patatas infecta-

das, principalmente las que quedan enterradas al hacer la recolección.

d) Por la contaminación a partir de patatares próxímos, c]ebido a la

acción de los vientos y de los insectos.

El modo de hacer la recolección tiene gran importancia, en lo que

respecta a la infección, pues si se dejan los tubérculos sobre el suelo, en

contacto con plantas mu}^ atacadas, ésto favorece grandemente la conta}ni-

nación.

^fE1^lOS DE Ll'C}fA

Ante todo hemos de decir que todos los tratamientos y prácticas de cul-

tivo que se conocen contra esta enferntedad son de gran eficacia preven-

tiva, pero en cambio su poder curativo es nulo o muy escaso; es decir, que

lo que interesa evitar es que la enfermedad Ilegue a desarrollarse, pues, una

vez ésta en pleno desarrollo, es imposible impedír sus estragos.

Adoptaremos ]a misma división de lo^ medios de lucha que adoptó nues-

tro cornpañero González de Andrés (I), a saber:

Ubtención de variedades resistentes.

Tratamíento de los tubérculos antes de hacer la plantación.

Prácticas culturales.

Pulverizaciones.

Conservación de las patatas en atmacén.

EI problema de la obtención de variedades de patatas resistentes al "mil-

dio" es para resuelto por técnicos especializados en los Centros a ellos de-

dicados (a).

Se complica la cuestión por el hecho de existir lo menos seis u ocho "ra-

zas fisiológicas" de Phytophtdiora infestans.

Por lo tanto, sólo a título de información diremos que, a pesar de las di-

ficultades, en Alemania, por ejemplo, se consiguió ya la obtención de ciertas

variedades de patatas, que no solamente son resistentes a todos los biotipos

más comunes de Pdiytophthora, sino que además dan grandes cosechas,

Sin embargo, el labrador puede hacer algo : I° Eligiendo bien ]a varie-

(I^ GONZÁLEZ DE ANDRÉS, C. : Las prmcipales enfermedades de !a patata. Publieación

núm. 3 de la Estación de Fitopatología Agrícola de La Coruña (2.` edición, La Coruña,

1932) •

(2) Véase nuestro estudio: La obteneión de pfantas resistentes a enfernsedades, ptI-blicado en el "Boletín de Patología Vegetal y Entomología Agríco]a", vol. XI, pági-nas 43-g6, Madnid, 194z. (Trabajos de] Instituto Naciona] de Investigaciones Agro-nómicas, Serie Fitopatología, núm. qo, N. S.)

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dad de patata que vaya a cultivar en su localidad, teniendo en cuenta ]a resis-

tencia al "mildio", las condiciones de clima, suelo y exigencias del mercado ;

a esta elección la puede ayudar la Granja .^^grícola Regional. 2° Haciendo

una "selección en masa", cosa que no es difícil.

Para hacer esta selección se va observando atentamente el desarrollo del

patatar desde el principio de su vegetación y se van marcando de algún

modo, por ejemplo con estaquillas, aquellas plantas que ofrecen mejor as-

pecto y que al llegar al ataque del "mildio" presentan pocos o ningún sínto-

ma de la enfermedad.

Repitiendo esta operación durante e] período de cultívo, al llegar la épo-

ca de la recolección el agricultor tendrá rnarcadas las mejores plarttas y, al

mismo tiempo, las más resistentes al ataque del "mildio".

A1 hacer la recolección se empezará por estas plantas y, de ellas, se de-

secharán las que tengan pocos tubérculos, pequeños o ma] conformados (o,

en general, que presenten all;tín defecto de los que más adelante detallare-

mos), o bien que tengan las manchas típicas indicadoras de estar ya atacados

por el parásito.

Las patatas que parezcan sanas y procedentes además de plantas tam-

bíén sanas (teniendo éstas las demás cualidades deseables : muchos tubércu-

los cada una, reunidos lo más posible al pie, etc.) se recogerán con cuidado

para no causarles heridas, poniéndolas inmediatamente en saco o capacho,

con el fin de que no entren en contacto ni con las matas ni con ]a superficie

del terreno, guardándolas en un local alejado de aquél en que se almacene

el resto de la cosecha.

Dichas patatas, así selecciouadas, serán las que se empleen al año siguien-

te para la "siembra" (plantación), repitiendo la mencionada selección todos

los años hasta que se vea que la producción baja -a pesar del buen cultivo y

abonado, claro está-, pues en ese caso habrá que "cambiar de semilla" (como

dicen los labradores) empleando para la plantación patatas de distinta pro-

cedencia (pudiendo ser, sin embargo, de la misma variedad;l, ^^ a ser posi-

ble de una localidad en que se dé buena patata para "siembra".

Ya veremos más adelante las causas de la mencionada baja de produc-

ción y qué podemos hacer para evitarla, cuestión ésta relacionada con la

llamada "degeneración" de las patatas.

TRATAMIENI'O llE LOS 'fUI3Í?RCULOS AN"fES Dl^ FIACER LA PLAAT"CACIÓN

Estos tratamientos no tienen una aceptación general, no ya en nuestropaís, en que no sabemos quc se ernrlcen, sinn incluso en el c^tranjero, pues

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mientras en los Estados t;ni^los de ^orteamérica cstán mrry difundidos, en

^lemania casi no se emplean. Sin embargo, creemos conveniente eI clarlos a

conocer para que los labradores los ensayen, pues tienen una hase racional.

EI tratamiento más antiguo, pues fué ensayado ya en i883 por Jensen,

consiste en exponer los tubérculos atacarlos a una temperatura comprencíi-

da entre los .}8° C. y los 56° C. durante cierto tiempo, poniéndolos luegoen un sitio seco hasta que, una vez germinados, se plantan. El micelio del

hongo queda muerto por este tratamiento, pero a pesar de los buenos resul-

tado,, confirmadns por varios autores, el método no parece haber encontra-

do aplicación.

Otro método consiste en surnergir las patatas en líquidos anticriptogá-

micos, tales como el "catdo bordelés" al 2 por Ioo, la formalina comercial

(aldehído fórmico al <}o por Ioo1 diluída al 0,25 por Ioo, o el cloruro mer-

cúrico al 3 por ioo. Estos tratamientos 5e hacen unas cuatro o cinco sema-nas antes ^1e hacer la plantación.

No detallaremos aquí el modo operatorio porque dedicamos un capítulo

a la preparación y empleo cíe los líquidos .rnticriptogámicos.

PR.^CTICAS CULTURALES

Las resumiremos así :

I° Emplear para la plantación patatas completamente sanas, desechan-

do las que tengan manchas o costras sobre la piel, las que presenten algún

indicio de podrecíumbre o que estén dañadas por insectos o roedores.

2.° Plantar patatas sólo en tierra ligera o, en caso contrario, que esté

bien saneada y labrada, a fin de evitar el exceso de humedad, que favorece

el "mildio" así como a otras enfermedades.

3.° Enterrar las patatas lo más pasible que nos permitrr l.r naturaleza

del terreno.

4.° Hacer un recalce de los pies de patata antes de que se noten los

primeros síntornas de la enfermedacl, }- cuando empieza el desarrollo de los

tubérculos. Esto tiene por objeto evitar la contaminación de los nuevos tu-bérculos por los conidios arrastrados de las partes aéreas a favor de las

aguas de lluvia o de ricgo.

Sobre la altura del reralcc no se pueden dar dimensiones, pues depende

de la variedad cultivada, e^tructura del terreno, de 1os riegos y del clima ;

si es escaso no surte sus efectos y, si es excesivo, perjudica a la buena pro-

ducción de ]as plantas. F1 agricultc^r dchc tender a recalzar lo más posihle,

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pcro sin pcrjudicar el desarrollo de los nuevos tubérculos; ruanto ntás fuer-

tes v más húntedas sean las tierras, menor deberá ser la altura del recalce.^.° Cuando durante el curso de la vegetación se vean plantas muy ata-

cadas por el "mildio" deberán arrancarse inmediatamente, junto con susraíces ^- dtte^narlas fuera de ]a parcela.

6.° Si un palatar ha estado atacado por el "mildio", al hacer la reco-

]ección no deben dejarse las patatas sobre el suelo sino que, a medida due

se vayan desenterrando, se deben echar en un saco o capacho, a fiu deevitar su contaminación.

7." .^l acabar la recolección dcben arrancarse en seguida las matas }'

no llevarlas al estercolero, sino arnontonarlas en una porción de terreno sincultivar y, después de rociarlas con gasolina o petróleo, quernarlas.

PULt'ERIZACIONES : NUbIERO Y ÉPOCA

indudablemente, el método más eficaz de ]uchar contra el "mildio" de la

patata es el empleo de pulverizaciones de substancias anticriptogámicas, apli-cadas a las plantas durante su cultivo.

Pero es necesario nos fijemos bien en qué condiciones se han de dar

esas pulverizacíones, pues una puh^erización dada a destiempo constituye

generalmente un gasto inútil, mientras que el no puh^erizar cuando es nece-

sario puede dar lttgar a una gran pérdicía de cosecha.

El número de pulverizaciones necesarias es, por lo menos, el de tres, da-das en ]as siguientes épocas:

I.^ pulverizaeicín.-Cinco o seis días antcs cíe que apareuan la mayoríade las flores.

^^.a pulverizaciGn.-A ]os diez o quince días de la primern.,^.a pulverización.-Cuando Jas plantas estén en su máximo de^ru-rollo;

^es decir, generahnente, de quince a veinte días después de ]a segunda.

1Tas, como ya hemos visto la gran influencia que las condicioncs de hu-

medad y calor tienen sobre la marcha de las infecciones de "mildio", se

comprende que el número y época de las pulverizaciones deberán variar se-

gún las condiciones meteorológicas. Como normas generales daremos lasmismas quc inelica C. (:onzález de Andr^^s, por parecernos perfectamente :

Tienipo frío ^• seco............ No es favorable para el desarrollo de la en-

enfermedad. No es preciso pulverizar.

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Tiempo frío y húmedo.........

Tiempo caluroso y seco, con

cielo claro y despejado......

Tiempu normal de primavera

y verano .........................

Lluvias persistentes y tiempo

frío y caluroso .................

Calor y tiernpo tormentoso, o

de pequeñas lluvias, con al-ternativas de cielo nuboso ysol intenso .......................

Grandes nieblas o rocíos se-

guidos de horas de sol in-

tenso .............................

Tiempo en generalcaluroso yhtímedo . ........................

Yoco favorable para el "mildio". N^^ es pre-ciso pulverizar ; pero, si la humedad her-siste, en cuanto haga un día calttrusu, sedará la pulverización correspondiente.

Poco favorable para el "mildio". No es ne-

cesario sulfatar; pero, si sobrevienen días

nubosos o los rocíos son grandes, debe pul-verizarse inmediatamente.

Propenso para que se manifieste la enferme-

dad. Si han transcurrido bastantes días

desde que se dió la última pulverización,

y no se observa sobre la planta ninguna

señal o mancha del caldo cúprico emplea-

do, debe repetirse el sulfatado.

Aunque puede ser favorable para el "mil-

Ii

Idio", no es económico dar pulverizacio-

nes, cuyos efectos serían anulados por las

lluvias; pero en cuanto cesen éstas hay

que dar una pulverizacicín, sobre todo si

ha aumentado la temperatura.

^ A1uy favorable para que se produzcan gran-des invasiones de "mildio". Debe pulveri-

^ zarse cada seis a ocho días; aprovechan-

I do para dar las pulverizaciones algunasf horas después de una lluvia.

j Muy favorable para el "mildio". Debe pul-

11 verizarse en cuanto no se vean sobre lasI plantas manchas o indicios del caldo cú-

prico empleado en la última pulverización.

;Víuy favorable para el "mildio". Ténganse /en cuenta las mismas normas que ar^terior-

mente se indican.

Ateniéndose a estas ideas generales, con un poco de sentido práctico, y

no o]vidando que las ^ulverizaciones ttcbe^ti dnrse cua^tdo la_r co^adir,^iones at-

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niosférica.^ s^'crn j'a.vorable.r al d^'sarroilo de la ^'ttf^'rrneda<!, t' antes que ésta^a^^arezcn ^,t el j^otatar, se po<lrá luchar eficaznunte contra el '"mildio".

tiUISSTANCI.A^ I^:UPL1'..All.A5 EN I^S I'ULVI;RI7.AC1(^SL!^

l.a substancia que, al menos hoy por hoy, da mejor resttltacío incíuda-

l,fernente contra el "mildio" de la patata, es el sulfato de cobre, especialmen-

te bajo la forma de "caldo bordelé^'. En colaboración con P. Urquijo l.an-

daluze hemos hecho algún intento de reducción de la cantidad de sulfato en

las fórmulas (I) ; pero como quiera que, en la relativo a la patata, nuestros en-

sayos fueron aún muy escasos y, por otra parte, sin resultados concluyentes,

nada diremos de ello.

[_a fórmula de caldo bordelés aconsejable es la llamacía a-2-IOO, esto es:

Suliato de cobre .................................... z kilogramo ĉ .

Ĉ 'al recién apagada . ................................. ^ -

,\aaa .... ................................................. too litros.

Cuan^l^^ no se dispon^a cíe buena cal se podrá usar el "caldo borgoñón",de acuerdo c^n esta f^,rmula ;

^ullato de cobre ..................................... 2 kilogramos.

Carbonato sódico anliiciro (sosa Solvay)... ^ -

tgua ........... .......................................... roo litros.

Ue ]a prel,araci^ín y empleo no nos ocuparemos aquí, remitiendo al lec-Yor al capítulo correspondiente.

CO!^'SERVACIÓN DE LAS PATATAS EN ALríACÍ;N

I_os locales destinados a almacén, ya se trate de patatas de siembra o de

las destinadas al consumo, no deben estar situados en terret^o húmedo, ni en

(I) P. URQuIJo: E.rperienciar sobre fórmu/as cúpricas reducidas. ("Iioletín de Pa-

tología Vegetal, vol. XII, págs. 253-zyó, Madrid, Igq3, y Trabajos del I. N. I. A., serie

Fitopatología núm. to8.)

Véase también el importante trabajo de C. 1^IFSTRE y A. MESrRES: CoritrtbuciÓn alestudio de fórynulas utilisa.bles en !a lucha contra el "mildiu", a base de dosis reducidasde cobre. (Publicaciones del Instituto Naoional de Investigaciones Agronómicas, cua-derno núm. 30, Madrid, Iq43.

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honcíunada^ que favorezcan la penetración de humecíad ; deben ti^r limpios, se-

cos }' ventilados, conservándose en ellos una temperatura ba;tante uniforme,

comprendida entre a° C. y 4° C. sobre cero.

.^ntes cle almacenar las patatas se han de limpiar bien los ahnacenes,

y blanquear el suelo (que nunca debe ser de tierra, sino dc remento o bal-

dosas), paredes y techo con una lechada de cal, a la que se añadirá un kilo-

gramo de sulfato de cobre por cada ioo litros de lechada. L'n modo de prepa-

rarla es disolver un kilogramo de sulfato de cobre en unos cuantos litros deagua, y añadir despuĉs el resto de lechada de cal hasta completar los roo litros.

En caso necesario también se podría pulverizar, en su lugar, con solución co-

mercial de formol (del qo por too) diluído hasta que quede al io por ioo, es

decir, diluyendo con agua la mencionada solució^i del 4o por ioo de riqueza

hasta que cada litro se convierta en cuatro litros. Después de blanqueado 0

pulverizado el local debe ventilarse bien hasta que se seque totalmente, antesde meter los tubérculos.

l:uidado previo al almacenamiento de ]as patatas es extenclerlas subre

un terreno al aire libre, limpio y seco, para que se oreen y pierdan humedací ;al mismo tiempo es imprescindible hacer una selección, desechando todos

los tubérculos que tengan heridas y los que presenten síntomas de algunaenfermedad, ya sean manchas u otras lesiones.

Luego se las espolvorea con cal apagada y se las va poniendo en el ahna-

cén, colocándolas en montones de poca altura, nunca en sacos u otros en-

vases y mucho menos apilados éstos unos sobre otros.

Téngase en cuenta que unas cuantas atacadas de ciertas enfermedades o

bien daiiadas por otra causa, pueden ]legar a estropear la totalidad o casi to-talidad de las patatas de un almacén.

Por lo tanto, ]os almacenes hay que vigilarlos con frecuencia, y en cuan-

to se vea algrma patata ,itacada de alguna enfermedad, prinripalmente de

cualquier tipo de podredwnbre, sepárese y destrúyase ; o l,ien, ^i todavía sonriprovechables, déselas al ganado, pero previamente cocidas.

Con las patatas de siembra hay que extremar los cuiclaclos, pues son la

base de la producción del siguiente año ; así que es buena práctica tenerlas

en local distinto a aquel donde se guardan las destinadas al consumo o a laventa.

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"HIPOCNOSIS" U "Rlf [Lt)E:TI)tii A"

(Hy^iochnus o Rleisoctonia sola^i Prill. et llelaer.)

NO1^iBRES VULGARES

Esta enfermedad se conoce con los dos nombres mencionados que, en•

realidad, no son nombres vulgares, ya que son derivados de los nombres

cíentíficos de ambas facies del hongo que la origina; pero existe un nom-

bre vulgar, el de "viruela", que hace referencia al aspecto de los tubércbilosatacados.

Es una enfermedad muy común, no sólo en nuestro país, sino también

en todo el mundo, atacando a numerosas plantas (según Wollerr^^^eber has-

ta unos aoo géneros de plantas, repartidas en 66 familias), aun cuan^lo lamás frecuentemente ataeada parece ser la patata.

SÍNTOriAS

Los síntomas son bastante variados, habiendo unos primarios y otros

secundarios. Pero, limitándonos a la patata, diremos que en los tubérculos

se caraeterizan por unas pequeñas elevaciones sobre ]a cáscara, de un co-

lor que puede variar entre el castaño oscuro y el castaño negruzco, de forma

irregular y de un tamaño que oscila entre el de una cabeza de alfiler blan-

Fig. t4.-Tubérculos de patata con esclerocios de RhiÑoctnnia, en grados diversos de ata-^

yue: leve, medio y graee. tStarr)

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co y el de un guisante ; estas elevaciones pequeñas, a modo de costras de vi-ruelas y, de ahí su nombre vulgar, srn^ súlo superficiales y se pueden separar

fácilmente con la uña, sin dañar la ^á^cara.

Pero hay casos en que estas formacioncs sc lusionan entre sí, ^1an^io lu-

gar a grandes costras, que puedcn recubrir ^ran l^arte de la mun^la. Otras

P'ig. t5.-Pudricibn dc los tallas jóvenes debida a Rhiznttonia 6 NvJwilenus solani. Obsér-

vese la formación de nue^^os broles pm• bajo de la zona muertu. (Muncie)

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,T. R. SnR^rr^n: Eraferrnedades de la patata. [.ñu1N^ V.

Hipocnosía o «viruela^.

f^y^ivc/rrrrrs v h'/rr^ocloain .rvlczni, Pr. et Dcl.

Folos r17 rGf. (E, !? ,q, Madrid),

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veces, romo en el tubérculo representado en la lám. V(ahajo) las lesionesexternas ^on diminutas, lo que no impide ^ue tales patatas, empleadas comosimiente, puedan dar brotes infertados, y que no alcancen la superficie delterreno.

Cuando ]as plantas se desarrollan en sueles aren^sos, son generalmetitefáciles de apreciar dichas "viruelas", mientras en los arcil}osos es más dífí-

cil. Mas basta lavar bien los tubérculos, bajo chorro de agua, y examinar lacáscara con una lupa para ver que, si hay ataquc de rizoctonia, las menciona-das "viruelas" (que son los esclerocios u órganos de resistencia det parásito)aparecen bien visibles, al mismo tiempo que se aprecian unos filacuentos

Fib. i6.-Lesíones en el tallo debidas a Ilhizoctoniu, en plxntus júveaes du patata, dando lu-

^Gar a marras }^ mnt:a débiles. (Metz^er)

parduzcos, muy tenues (micelio}, que ror entre aquéllas suele serpertte7r scibréla epidermis. • .

Al brotar los tubérculos ^on atacados los tallos en una zoha muy Prií-

xima a sus extremos, y se pudren ; pero cuando la yema no se destn^ye por

4

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completo pueden brotar otras yemas laterales de reemplazo, que a su vez

pueden ser atacadas, resuitando una ramificación en pisos muy típica.

También pueden ser atacados los estolones y las raíces, apareciendo en

los brotes viejos unas lesiones muy características, de color castaño oscuro,

que pueden degenerar también en una podredumbre.

Síntomas secundarios de esta eníermedad son : la formación de tuberculi-

Fig. i y.-Micelio de un esclerocio de Rhízoctonía o flypochnus solani, con su característico

tabicamiento y ramificación. x i zo. (Benlloch)

llos aéreos en las axilas de las hojas, o de "rosetas" en los vértices vege-

tativos, llamándose así a un acortamiento y ramificación especial de los bro-

tes; y, en fin, a un arrollamiento de las hojas hacia la parte superíor, a lo

largo del nervio mecíio, análogamente a como acontece con la "virosis"

ilamada "arrollamient^ de las hojas", enfermedad que, sin embargo, no debe

con#undirse con la que nos ocupa.

Cuando la planta está ya en plena vegetacíón suele aparecer, por últimn,una especie de manguito rnuy tino y delicado, de color gris claro, a modo

de un fieltro tenue, que rodea los tallos atacados por su parte baja, exten-

diéndose generalmente más o merios por el envés de las hojas inferiores.

Dicho manguito está constit^uído por el hongo en su segunda fase de des-

arrollo o facies perfecta del mismo.

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ETIOLOGÍA

La causa de esta enfermedad es el hongo Hypochrous (Rhizoctotaid) solaniY. et D. (Sinónimo: Corticiun^ vagum B. et C.), del grupo de los Himenomicetos Te-leforáceos.

A1 encontrarse en tierra los tubérculos atacados se desarrollan, a partir de los es^clerocios ("viruelas"), multitud de hifas del hongo, que envuelven como una red lostubérculos y los brotes que de éstos salen. Estas hifas se ántroducen en los tejidos dela planta, produciendo tudas las lesiones que hemos descrito.

Más tarde, cuando las condiciones son favorables para ello, forma el hongo al

exterior, sobre la epidermis, según hemos dicho, su segunda facies, constituída por

un himenio difuso, membranoso, formado por hifas ramosas, laxamente entrelaza-

das, anastomosadas, con basidios clavifarmes (en forma de maza), que tienen dos a

seis esporas.

Y, finalmente, acaba por formar nuevamente el micromiceto mencionado los es-clerocios, sobre la cáscara de los nuevos tubérculos.

Respecto a su biología acabamos de explicar casi todo lo que teníamos que de-cir; sóln nos queda añadir que este hongo puede vivir como saprofito en el terreno,siendo imperfectamente conociclas hasta hoy las condioiones bajo las cuales pasa dela vida saprofítica a la parasitaria.

Lo único que se sabe es que la temperatura es un factor decisivo en cuanto a losdaños que causa: entre los i5° C. y ^8° C. está el máximo para esta acción, disminu-yenclo ya considerablemente a los 2t° C. También se consideran como favarables a]aet^fermedad la humedad del aire y la del terreno.

b1EDIOS DE LUCHA

Hoy se puede considerar como probado que existen varias razas bioló-

gicas de este hongo. Pero como, generalmente, la facies que se observa es laimperfecta (Rhizoctosaia), es extraordinariamente difícil distinguir lo que

es sólo una raza biológica de lo que es verdadera especie. Esto crea un gran

obstáculo en la obtención de variedades de patatas resistentes a esta enfer-

n-tedací, en cuyo problema no se adelantará mientras no se encuentre la fa-

cies superior correspondiente a cada caso particular. Por otra parte, se po-

seen todavía escasos conocimientos respecto al grado de resistencia de lasdiferentes variedades de patatas a esta enfermedad.

Por lo tanto, las únicas medidas sanitarias contra la hipocnosis son :

evitar el empleo para "siembra" de las patatas muy atacadas y las menos

atacadas, simplemente sospechosas de llevar la enfermedad, tratarlas por el

sublimado corrosivo o por el formol, en este último caso preferiblemente encaliente.

Cuando el terreno se halla muy infestado hay que adoptar una rotación

de cultivos, de modo que el de la patata no se repita en una misma par-

cela por lo menos en cinco años. Además, todas aquellas operaciones de

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- SI -

cultivo que aceleren e) de^arrollo dc la, plantas (tales cumo la lirotación pre-

via rle los tubérrul^s, antes de plantarlc,s, que tanto se usa en el centro de

Eurupa), son sicmpre recomendables, pues el período más peligroso es el

Fig. ^8.-Efecto del tratamiento con sublimado corrosivo para preeenir el desarrollo de la

Rhizoctonia. I.as líneas de plantas viKorosas se plantaron con patatas tratadas; entre ellas

se ve otra en que los tubérculos de simiente no se desinfectaron y cuyas matas fueron da-

iiadas Kravemente por la hipocnosis. (Richards)

de brotación del tubérculo madre, y cuando esa brotación y primer desarro-

llo son lentos, el ataque es muy intenso.

LAS MARCHITECES

(T^Prticillium albo-atrum Rke. et 1^erth. y Fu.ra.rium oxysporum Schlecht.)

NOMBRES VULGARES

EI único nombre de la enfermedad que conocemos es el de "marchitez",

derivado del síntoma más manifiesto que presentan las plantas atacadas, quees el ponerse rnustias o marchitas, acabando por secarse por completo.

A pesar de esto no se trata de una enfermedad única pues -aunque el

agente etiológico es siempre un hongo que, invadiendo los vasos de la plan-

ta atacada, termina por no dejar subir por ellos los jugos que vienen de las

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-53-

raíces, y en consecuencia se prudttce la mar^hitez- puede tratarse de mio uotro de dos hongos bien diferentes, amlcos del grupo de los flifomicetos,

pero perteneciente el tmo a la familia diucedináceos, mientras que el otro

es de la familia 1'c^bcrcula.riáceos.

Resumimos aquí ambas enfermedades bajo un epígrafe comtín, no tan

sólo para due así resulte más sencillo su estudio al profano, sino tamhién

porque las dos tienen gran semejanza en su sintomatología y desarro-

Ilo, considerándose desde el punto de vista de la Patología como compren-

didas en el grupo de las trayueomicosis o enfermedades causadas por h^n-

gos que invaden los vasos de las plantas.

SÍNTOMAS Y ETIOLOGÍA

Los síntocnas que presentan las plantas atacadas de una de las enferme-

dades son : marchitez y arrttgamiento progresi^^o de las hojas, comenzando

Eig. cq.-Secciones oblicuas en tallos de patata: las de la izquierda y centro, de plantas

marchitas por 6'erticilliu^u, muestran el obscurecimiento producido por el hongo en tos teji-

dos vusculares o le ŭosos; el de la derecha es de una planta sana. (Ma [iay y llyskstra)

por las de la base y continuando hacia arriba ; muerte de más o rnenos bro-

tes o de la planta entera. A1 seccionar los tallos, los vasos aparecen de coloramarillo o pardo (fig, i9).

En los tubérculos, la enfermedad sc manifiesttit porquc el anillo de teji-do vascular (vasos) que se encuentra al cortar transversalmente, aparece de

color castaño hacia la parte del "ombligo" ; sin embargo, dicho tejido no

está blando, sino que tiene consistencia firme, y la mencionada coloración nopenetra mucho en el tubérculo (fig. 6). .

i.a causa de esta enfermedad es el micromiceto ►̂ rrtic^illiurrc albo-atrum Rke. etRerth., cuyo nombre específico hace alusicín a que su ai^arat^> ^ e^etativo sc compone

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de un micelio blanco y de otro negro, siempre generalmente este último más grueso,y en muchas estirpes próduce además esclerocios. Este hongo se distingue por unos

conidióforos, muy típicus, con ramas verticiladas y cunidios elipsoideos.

La otra enfermedad se caracteriza porque el síntoma de marchitez es ge-

neralmente menos manifiesto, debido a que los tejidos mueren más rápida-

mente; en cambio, muchas hojas atacadas pueden ponerse amarillas o de

rig. 2o.-Marchitez producida por /•'urarium. Obsérvese que, en la planta muerla, algunos

tallos permanecen erguidos. (Muncie)

un color particular, algo semejante al del bronce; se abarquillan hacia aba-

jo y se arrugan en los bordes. En et interior de los tallos, al cortarlos trans-

versalmente, se aprecia que el oscurecimiento de los tejidos se extiende más

hacia e] centro, pudiendo haber pequeños huecos en la región medular, y

siendo el color más oscuro que en la otra enfermedad.

En cuanto a los tubérculos, se diferencian las lesiones de las de la L'er-

tieilosis en que son más oscuras y se extienden más por los haces fibro-

vasculares, estando además más blandos los te}idos atacados que los norma-

les, sobre todo hacia el punto de inserción del tubérculo.

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Como causa de esta enfermedad, se han aislado diferentes Fusarium, pero sobre

todo la especie Fusariurn oxysporum Schlecht, cuyos típicos macroconidios, de for,

ma parecida a una hoz, tienen de tres a cinco tabique ĉ y miden de 34 a 45 X 4 a 4^2

Tnicras.

Los hongos mencionados -que producen ambas enfermedades, respecti-vamente- tienen una biología muy parecida, pues los dos pueden vivir como

saprufitos en el terreno, pero cuando el ambiente les es favorable para ellose comportan como parásitos, penetran por la menor herida de las raíces

en el interior de la planta y llegan a invadir completamente el sistema vascu-

lar e inctuso a alojarse en las semillas. EI trastorno que ocasionan al des-arrollarse en los vasos leñosos, no se deriva tan sólo del hecho del ta-ponamiento que ocasionan, sino que además segregan toxinas, a las cuales

se les atribuye en estos últimos tiempos mayor papel en la producción de lamarchitez que al hecho mecánico de no dejar subir la savia por e] tejiclovascular.

La enfermedad producida por Verticillitcm albo-atrum es más bien pro-pia de zonas frías o templadas, mientras que Fusarium oxysporurn es unhongo termófilo ^s decir, que prefiere las temperaturas altas- y parece queno produce la marchitez más que a temperaturas comprendidas entre20° C. y 30° C.

MEDIOS DE LUCHA

Tratándose de hongos que pueden vivir como saprofitos en el terreno y

que además son muy polífagos (o sea, que pueden atacar a muchas especies deplantas), ya se comprende que hay muy pocas medicías sanitarias contra

ellos.

De aqui resulta que el mejor tned^o de evitar estas enfermedades seríala obtención de variedades resístentes. De hecho existe, por otra parte, una

marcada diferencia en la resistencia de las diversas variedades de patatasa estas enfermedades pues, por ejemplo, en Alemania las variedades compren-

didas en el grupo llamado "Profesor VlVohltmann" son algo más resistentesa la verticilosis que las demás variedades comerciales.

Cuando comienza la infección en alguna plantación y hay escaso núme-ro de plantas atacadas, cabe dominar la enfermedad arrancando no tan sólolas plantas enfermas, sino también algunas otras de las que inmediata-mente las rodean.

En cuanto al escogido de los tubérculos para la plantación, ateniéndo-

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,^os a los síntomas descritos anteriormente, no lo recornendamos porque notan sólo parece que puede haber tuhérculos que presenten los síntomas sin

estar enfermos en realidad de estas enfermed:rdes sino, lo quc es peor,

-..;..d . .. t@°^i:1, ^ ^ ^1^A^Y ^ ":'ul^

I^ig, sr.-Dos plantas de igual edad y nacidas de mitades de la misma patata, cortada a lo

largo. La de arriba cració en terreno infestado por Verticillium de la cosecha precedente y la

da abajo en tierra donde ao se cultivaron patatas en los cinco años anteriores. La infección

de las plantas de patata, por gérmenes de ta marchitez existentes en el suelo, sólo puede

evitarse por la adecuada alternativa de cultivos. (Mc. l:a,y y Dykstra)

puede haber tubérculos que, sin presentar las lesiones, Ileven lw parásitosen su interior.

El procedimiento yue ha dado mejores resultadus contra atnbas enfer-niedades, tanto en lus Estados Unidos de Nortearnérica cnmo en Alemania,

es hacer una selección negativa en la plantación durante el verano, es decir,

arrancar las plantas qtte presenten marchitez ; y, en cambio, en el otoño

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hacer otra selección positiva, esto es, señalar las plantas que, sobreponién-

dose a la enfermedad, quedan sanas, para de ellas conservar los tubérculosque al año siguiente se han de plantar.

La infección por gérmenes existentes en el suelo sólo puede evitarse me-díante la alternativa de cultivos (fig. zI).

1^7<A^(:HAS O COS"I'RAti YLA1'EADAS

Esta enfermedad no hemos tenido ocasíón de estudiarla en nuestro país,pero la incluímos en este folleto porque no es difícil que exista aquí, ya quela hay en varias naciones de Europa, entre ellas en Francia, de modo que con-viene conocerla, aunque no sea de gran importancia en realidad.

Los nombres vulgares con que se la conoce en el extranjero vienen asignificar "manchas o costras plateadas" y también "sarna plateada".

SfNTOMAS Y ETIOLOGÍA

Caracterizan a esta enfermedad unas manchas grisáceas, generalmente

como reflejos plateados y de contornos ;rregulares, las más veces redondea-

dos, que aparecen en la cáscara. Si se examinan esas manchas con una lente

se notan multitud de esclerocios pequeñitos, negros, más o menos lineales ybastante próximos entre sí.

C:uando se pone algtín tubérculo en cámara húmeda, al cabo de pocosdías, se cubren las manchas de una eflorescencia negro-olivácea, que

está producida por ios conidióforos y conidios del hongo Spondylocladiurnatrovirens Harz., que es causa de la enfermedad; los conidióforos miden de

30o a 40o micras de largo y tíenen ramas verticiladas, con conidios en for-ma de maza invcrticía, gris-negruzcos, con 5 a 8 tabiques y de 36 a óz X 7;5a II,5 micras.

El micelio de este hongo penetra desde el terreno a la capa más externa

de la cáscara de los tubérculos, extendiéndose por ella, por lo que, al levan-

tar cíicha capa y penetrar el aire, se produce ese brillo argentino que carac-teriza a las manchas de esta enfermedad.

Como por otra parte se produce un arrugamiento de la cáscara y pér-

dida de peso cíe los tubérculos (sin cittda debido a la mayor evaporación al

ahuecarse la capa corchosa), y como además al mondar da lugar a mayoresdesperdicios, resulta que esto, unido al mal aspecto de las patatas, hace que

disminuya el valor en el mercacío ; a esto se reducen los ciaños de esta er1-

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fennedad, pues hasta ahora no se ha visto que atacase a raíces, tallos ni es-tolones. Hay que tener además en cuenta que, en el almacén, se puede pasarde los tubérculos enfermo ĉ a los sanos, sobre todo si el ambiente es algohúmedo.

^IEDIOS DE LUCHA

Se recomienda escoger bien los tubérculos de siembra, eliminando todos

los atacados, y además disponer bien los almacenes, evitando las humedades.

"NEGRON" O "ALTERNARIOSIS"

(,•Ilternaría solani (E. et M.), J. et Gr.]

VO\IB12E5 \'ULGARES

Esta enfermedad es bastante frecuente en España, sobre todo en las re-

giones del Centro y del Norte, y también la vimos en Levante. Se conoce

con los nombres vulgares de "negrón" y de "marchitez temprana" ; este úl-

timo (traducción del inglés early bdight) no es en realidad muy adecuado, por-

que generalmente el ataque se manifiesta cuando el ramaje ha terminado su

crecimiento v los tubérculos comienzan a desarrollarse.

SÍ NTOMAS

La manifestación más corriente de esta enfermedad es en las hojas, so-bre las que se inicia por pequeñas manchas irregulares, de color pardo os-curo, rodeadas de una zona amarítlenta. Posteriormente dichas manchas vanereciendo por zonas concéntricas claramente visibles, quedando finalmenteuna zona interior seca, de un color pardo rojizo, rodeada de otras más ex-

ternas de un tono pardo amarillento (lám. VI y figs. 22-a3).

Un carácter de estas nianchas, que las distingue de fas del "mildio", esque generalmente están limitadas por las nerviaciones de las hojas, y ade-

más no suelen ser periféricas; mientras que en "mildio", las manchas apa-cen generalmente en los bordes y no presentan zonas concéntricas (lám. IV).

A veces, las porciones secas de las manchas se desprenden, quedando las

hojas agujereadas. Con frecuencia se cnnegrecen las hojas y se secan com-

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Fig. zz.-Ho,ja de patata enferma de alternariosis o rnegrón=. (Cornell Gxt. Bu1L i3i)

Fig. z3.-!1lanchas caracteristicas del «uegrún» o allernariusi,, aumentadas. (^^"ardl

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pletamente, tomand^ un aspecto como si hubicsen sido yuemadas por un

fuerte golpe de sol.

También pueden aparecer lesiones en los tubérctilc,., aunque c^,n meno^

frecuencia, consi;tiendo en peyueñas manchas, circttlare^ o casi circulares,

ligeramente hundidas y con los bordes algo levantados sobrc el nivel de la

epidermis del tubérculo. Estas manchas no tienen gran importancia en sí

Fig. Zq.-La patata de la izquierda presenta podredumbre debidu a ^llternaria, y la de

la derecha podredumbre ocasionuda por Phyto^hthora. EI grabado muestra la f.ícil confu-

si^ín, a simple vista, de las alteraciones causadas por Alternaria con las producidas por

otros hont;os. (Gratz y Bonde)

mismas, pero sí poryuc constituyen huntos pur ^onde puedrn penetrar or-

ganismos productores de podreduenbre. A simple vista, tales )esiones pueden

confundirse fácilmente con las producicías por otros hongos (fig. 2^}).

E:z tot-ocfn

La causa de esta enfermedad son diversa+ formas de '.a especie .-illernaria .colani

(E. et M.), J. et Gr., ĉuyos caracteres son los signientes:

\Iicelio de color pardo claro, conidióforos erectos, septados, de 50--9o X R-^ mi-

cras; esporas en cadenas (que se desarticulan fácilmente, y sin duda por eso ifué lle-

vado antes el hongo al género 111oerosporiunt, quc posee conidios sin articular), de

forma dr maza muy alargada, pues su vértire se va adelgazando en un delgado fila-

mento tabicado, de tamaño por lo menos igual al resto de la espora, yue rs de color par-

du, con 5 a^o tabiques transversale^ y pc,cos longitudinales, y mide qo a 3ty X i5 a i$

m ic ras.

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,I. Il. S.4anitiA: E^tjernaedades de la patata.

Alternaria solaní (1?. et M.) Sorauer.

(manchas en las hojas.)

I,ÁMINA VI.

Reproducción de una lámina del 1'rol. Appel y A. Dresscl (Parcys'faschCn atlanten, Kr, z).

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En ambiente húmedo germinan fácilmente dicho^ conidios, emitiendo varios tu-

bos germinativos que, penetrando por ]ns estomas de las hojas, producen un micelio

que invade el mesofilr,, cuti•as células se decolr>ran, originandu las manchas típica,.

Una vez desor};anizad^^^ cnmpletamcnte los tejid^^ de las hojas, salen de ellos los

manojus dc conidi^'^iorrn, bien a través de los est^mae o rompicndo la epidermis.

^ig. 25.-l^sporas de Alter^iaria solani, hongo causante de la eufermedad llamada «negrbn^

o rmarchitez temprana^. (Gratz y Bonde)

Las condiciones úptimas para esta enfermedad son: una temperatura re-

lativamente elevada, alternando con períodos húmedos.

L.a persistencia del parásito de un año para otro parece ser que tiene lu-gar por las esporas desarrolladas en algunas Solanáceas silve ŝtres, o bien

sobre los restos de plantas atacadas el año anterior.

Las esporas son fácilmente transportadas por el viento y algunas de

ellas pueden conservar su vitalidad durante más de cíieciocho meses.

MEDIOS ^E LUCFIA

Las medidas a adoptar contra esta enfermedad son :I.° Destrucción de todo resicíuo de plantas atacadas, pues el hongo pue-

de invernar etr dichos restos.2.° Pulverizaciones con caldo bordelés que, en las comarcas donde

hay que darlas como tratamiento preventivo contra el "mildio", permiten

combatir al mismo tiempo ambas enfermedades. Lo que sí conviene es ha-

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cer adherente dicho caldo agregándole caseinato eálcico a razón de ioo gra-

mos por cada ioo litros de caldo ; o bien melaza, en proporción de unos dos

litros por igua] cantidad de líquid^^. Pueden también emplearse los "caldoscúpricos adherentes" del comercio.

"PODREDLMBRE SECA" O "PODREDLIViBRE DF. ALMACEN"

[Fusmrium eoeruleum (Lib.) Sacc., F. solanti (Mart.) App. et Wr., F. tricho-

thecioides ^^'r.)

I^O:bfBRES VULGARES

Los nombres con que actualmeiite se conoce en España esta enfermedadson dos: o bien se emplea el de "podredumbre seca", aludiendo al carácter

más general y más típico de la enfermedad, o se le Ilama "podredumbre cle

almacén", por ser en estos locales donde generalmente se manifiestan susefectos.

S t NTOAIAS

Los tubérculos atacados de esta enfermedad presentan al prirtcipio sín-

tomas semejantes a]os que produce el "mildio", es decir, manchas hundidas,

parecidas a las que muestran las patatas infectadas por la Phytophthora.

Pero, en el caso de los Fusmiuyn, bien pronto aparece, en la superficie de]as manchas, más o rnenos cantidad de hebras muy finas (hifas que forman eI

micelio del hongo) y unos montoncitos o pequeñas almohadillas, que pueden

ser blancas, azuladas o rojizas, formadas por los órganos de multiplicación^conidios).

Si se corta una patata atacada, se encuentra bajo la cáscara unas por-

ciones de color pardo, en que Ios tejidos están descompuestos y esponjosos..

Más tarde, al penetrar el hongo más al interior, pueden aparecer en la

carne de] tubércu]o fisuras o cavidades más o menos llenas de masas algo-

donosas o pulverulentas, que pueden ser blancas, rosáceas o rojizas, y es-

tán formadas por el micelio del hongo.

_A medida que progresa la enfermedad se van arrugando las partes ata-

cadas, y cuando el ataque alcanza a toda la carne, el tubérculo entero se arru-

ga y se seca (de lo eual se deriva ei nombre de la enfermedad), convirtién-

dose en una masa momificada que se puede deshacer entre los dedos.

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ETIOI.OGÍA

E ,^,;a^vlyd^^,

.. ^^ ^^^Y"1 ,' ^ ,

( > r.. ^ 1:'am,:t ^

De las tres especies de Fusarium citadas en el epígrafe, según modernos trabajos

de vVollenweber, Fusarium trichothecioides sólo causa podredumbre de los tubércu-

los de patata en Norteaménica, faltando por completo en Europa, por lo cua] no nos

ocuparemos de él.

En cuanto a los otros dos Fusarium quc se citan, fueron estudiados profundamente

Fig. z6.-Podredumbre seca de las patatas almacenadas, producida por hongos del género

Fusariun. Los tubérculos afectados muestran porciones hundidas y con ]a piei arrugada, en

Ia que aparecen generalmente pústufas miceliares blancas o azuladas, más o menos exten-

sas. (Raeder)

por el conocido especialista del género ya mencionado Dr. H. W. Wollenweber, y heaqul a las conclusiones a que se llegó.

Fusarium coeruleum (Lib.) Sace., tiene gran importancia eomo productor de"podredumbre seca" en casi todos los países principales donde se cultiva la patata,tanto de Europa como de América, del Sur de Africa como de Asia.

Fusarium so/ani (Mart.) App. et Wr., en cambio, si bien se halla también muy ex-tendido entre las patatas, está menos especializado, pudiendo producir podredumbres

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en utras plantas -entre e]la;, pudredumbre de frutos y gomosis de ramas del naran-

jo-, mientras que a los tubérculus de patata súlo ataca con ayuda de simbio.ris mutua-

lista con bacterias que producen pudredumbre húmcda.

Lo que pasa es que, a pesar de yue ambas especies se pucden distinguir entre sí,

aun por sus caracteres macroscópicos (pues, por ejemplo, F. solani tiene esporodo-

yuios parciuscos, mientras que los de F. coeruleum son de color ocre rojo), sin embar-

go, por haber pasado inadvertidos ésos y utros caracteres, se han estado refiriendo a

la especie F, solani formas que en realidad no pertenecían a ella.

Daremos aquí, pues, únicamente los caracteres de :

Pusarium coeruleam (Lib.) Sace.

E.porodoquios numerosos de color ocre rojizo, microconidios de 4-5 X z-, micras ;

macroconidios con 2-q tabiques, en su mayoría 3-septados, de 30-37.5 X 3-5 micras ;

clamidospora^ Keneralmente terminales, de dos celdas, la apical mayor que la otra.

Según las investigaciones del mismo Wollenweber y de otros investiga-

dores, ]os puntos cardinales de temperatura para el ataque de Fusarium

coeruleum a los tubérculos en almacén, penetrando a partir de heridas y rei-

nando una humedad atmosférica relativa del 5o al q5 por ioo, son : blíni-

mo = 3-7° C., óptimo = r 5-25° C. y máximo = 30° C. ; en condiciones óp-

timas las patatas se pudren por ataque del hongo en uno a tres días, más rá-

picíamente a temperaturas elevadas, dentro del óptimo, que a las bajas.

luando se producen infecciones secundarias debidas a bacterias se pre-

senta una "podredumbre blanda" y, si no, tiene lugar la típica "podredum-

bre seca", en la cual las patatas acaban por momificarse, poniéndose durascomo una piedra a veces.

^[EDIOS DE LUCHA

Lo primero es evitar toda clase de heridas o golpes a los tubérculos, lo

mismo al recolectarlos que durante el transporte. Además hay que hacer un

destrío o escogido de las patatas, desechando todas aquellas que presenten

síntomas de alguna enfermedad.

En cuanto a los demás requisitos del almacenamiento, se aplicarán las

mismas reglas que hemos dado para el "mildio".• En América 5e recomienda desinfectar los tubérculos de siembra bien

con sublimado corrosivo al i por i.ooo ó con formol comercial (del 4o por

ioo) diluído al 0,5 por too; en uno u otro caso se seguirán las normas dadas

al ltablar de tratamientos en general. ,