Imagina Edición Especial / Idea Nº 5 - 2004 cuestionario ... · seguimos siendo una minoría casi...

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Transforma tu entorno allí donde estés Una estrategia para alcanzar a nuestra sociedad REVISTA DE LA ALIANZA EVANGÉLICA ESPAÑOLA Imagina !DIME¡ ¿Qué piensas? Rellena el cuestionario Edición Especial / Idea Nº 5 - 2004

Transcript of Imagina Edición Especial / Idea Nº 5 - 2004 cuestionario ... · seguimos siendo una minoría casi...

Transformatu entorno allí donde

estés

Una estrategiapara alcanzar anuestra sociedad

REVISTA DE LA ALIANZA EVANGÉLICA ESPAÑOLA

Imagina!DIM

¿Qué piensas?

Rellena el cuestionario

Edición Especial / Idea Nº 5 - 2004

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OR

ME El documento original (Imagine) fue escrito por Mark Greene, y ha sido

adaptado a nuestro contexto social y eclesial por la AEE.

Mark Greene es director ejecutivo del London Institute for Contemporary

Christianity. Antes fue vicepresidente y conferenciante sobre comunicaciones en el

London Bible College, donde también estudió teología. Antes de eso, pasó diez años

trabajando en publicidad con Ogilvy & Mather en Londres y Nueva York. Ha

escrito y dado muchas conferencias sobre el ministerio en el entorno laboral y la

cultura contemporánea. El London Institute for Contemporary Christianity lo

fundó John Stott en 1982 para ayudar a los cristianos a marcar una diferencia radical

por Cristo en medio del mundo contemporáneo: en sus lugares de trabajo,

vecindarios, escuelas y universidades. El LICC funciona hoy día, a nivel nacional e

internacional, como defensor de un discipulado que dure toda la vida, y para

cumplir la misión “dondequiera estemos”. El equipo multidisciplinario ofrece una

amplia gama de recursos para cristianos, líderes, escuelas de teología y agencias

cristianas, por medio de cursos, conferencias, publicaciones, vídeos, e-mails e

Internet. Para saber más, contacte con: LICC, St Peter’s, Vere St, Londres W1G

ODQ. Tel: ÷44 (20) 7399 9555. Fax: ÷44 (20) 7399 9556. E-mail:

[email protected] Página web: www.licc.org.uk

1. Imagina

2. ¿Puedesmarcar ladiferencia?

4. El estado de laiglesia

9. Tu país tenecesita

5. El camino haciala irrelevancia

6. El gran recurso

8. Aprender avivir, vivir para

aprender

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Contenidos

¿Por qué las iglesias evangélicas enEspaña han tenido un impacto tanpequeño en nuestro país? ¿Por qué

después de muchos años de libertadseguimos siendo una minoría casidesconocida y con una presencia socialirrelevante? ¿Hay alguna estrategia que nospueda ayudar a salir de esta situación? ¿Quépodemos hacer cada uno de nosotros y quépodemos hacer juntos para conseguirlo?

Estas son las cuestiones que intentaresponder este documento originalmenteproducido por la Alianza EvangélicaBritánica. Su contenido nos pareció tanenriquecedor y estimulante que no dudamosen publicarlo. Su impacto sobre la iglesia enGran Bretaña ha sido tan notable que elsecretario general de la AE Inglesa, eldestacado líder Joel Edwards, ha dicho:“Nunca antes una publicación nuestra habíadespertado una ola tan positiva decomentarios.”

Este documento contiene incisivoscontenidos de autocrítica, tanto de lasociedad en la que nos movemos como denuestras iglesias. Igualmente notables son susobservaciones en cuanto a estrategiamisionera y evangelística. Pero, en miopinión, lo más singular radica en sucapacidad para apuntar al problema esencial:“la gran división” -como llama el autor aldualismo sagrado/secular- en la vida delcreyente y de las iglesias que ha producido un“cristianismo de tiempo libre”. No sabemospensar de forma cristiana sobre lo quehacemos en el mundo: el trabajo, los estudiosetc. La consecuencia obvia es trágica:tampoco sabemos vivir como cristianos másque el domingo por la mañana. Estaincapacidad para aplicar la fe a la vida de cadadía contiene el meollo de nuestro fracaso a lahora de llegar a nuestra sociedad. Y esto es unproblema tanto de los creyentes individualescomo de las iglesias. Esta fe reducida a lareligiosidad del culto dominical nunca puedeser revolucionaria ni se puede presentar comoun “camino superior”. El éxito a la hora decomunicar el Evangelio con persuasión va adepender de nuestra capacidad para integrar

y aplicar la fe a cada rincón de nuestra vida.Equipar e instruir a los creyentes en esta tareaes la necesidad más urgente de las iglesiashoy.

El autor no se limita a una labor sólo dedenuncia o autocrítica sino que ofrece unaruta para este viaje que puede requerircambios profundos en algunos de nuestrosconceptos tradicionales. Sus sugerencias sonradicales, pero no extremistas. Son radicalesporque van a las raíces, pero conserva elequilibrio que emana de una estrategiaprofundamente bíblica.

El principal objetivo del documento esactuar como catalizador para un debateconstructivo. Por ello, al final se incluye unaencuesta que deseamos sea el primer pasopara lograr aplicaciones prácticas. Queremosdar oportunidad a contribuciones ycomentarios de los hermanos porque estrabajando juntos cuando mejor cumplimosel espíritu de Cristo. Parte del éxito de estapublicación va a depender del interés enresponder a este cuestionario. Como Alianzano queremos que ésta sea una publicaciónmás, por muy bueno que sea su contenido,sino el inicio de un largo camino para que elEvangelio llegue a penetrar en nuestro país.

Deseamos agradecer al autor MarkGreene, a quien tengo el placer de conocerpersonalmente por su ministerio en elLondon Institute for ContemporaryChristianity, su permanente buenadisposición a colaborar para que su escrito sepudiera publicar en España. Agradecemos,también, el excelente trabajo que José DeSegovia, Antonio López, Pedro Pérez,Francisco Mira y Jaume Llenas han realizadopara traducir y adaptar el documento anuestro contexto.

Al presentar esta publicación al puebloevangélico en España deseamos que tenga lamisma excelente acogida que ha tenido enGran Bretaña. Pero sobre todo, es nuestrodeseo que nos estimule a pensar y trabajarjuntos para alcanzar una meta: que las iglesiasevangélicas en España sean comunidadesatractivas, abiertas, que den a conocer a unCristo vivo capaz de transformar vidas.

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RO

¿Por qué no tenemos impacto?

Pablo Martínez Vila,

Presidente Alianza Evangélica Española

10. Ahora es tuturno

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3. El estadodel país: laoportunidad

7. Dejair a mipueblo

En muchos de los países en vías dedesarrollo el Cristianismo está encrecimiento. En España, salvo

honrosas excepciones, se encuentraestancado o con un crecimiento muylento. No tenemos estadísticas sobrela asistencia a nuestras iglesias, pero sitomamos las estadísticas generales quese elaboran en nuestro país lasituación refleja que los evangélicosestamos entre el 0.6% y el 1% de lapoblación. Estas son malas noticiaspara la Iglesia, pero son una tragediapara la gente que no conoce a Jesús.Lo que importa no es la supervivenciade una institución histórica, sino eldestino eterno y el bienestar presentede 40 millones de personas. ¿Podemosmarcar una diferencia?

Este documento llama a la iglesiaespañola a reunirse para desarrollaruna estrategia destinada a alcanzar alpueblo español. Argumenta que, porlo general, la iglesia no ha tenido unavisión plena, no ha equipado ni harespaldado a sus miembros paraalcanzar a los demás dondequieraestén, y que a menudo hemosfracasado en dar a nuestros miembrosactuales una visión motivadora de loque significa ser discípulosincondicionales de Jesús en el mundocontemporáneo.

Sin embargo, las oportunidades sonmuchas. Imagina que las personas conlas que contamos en la iglesia gozasende una visión, una preparación y unrespaldo. Imagina que se nos enseñaraa ser buenas noticias para las personascon quienes ya mantenemos unarelación. Imagina que entendiéramosel impacto que puede tener demostrary compartir el amor de Cristo.

Esto requiere alteraciones en dosáreas clave. Primero, nuestrascomunidades eclesiales deben volversemucho más abiertas, interactivas,personales y expresivas; lugares donderesulte más sencillo entrar,comunidades a las que sea más fácilpertenecer.

Segundo, debemos volver a laenseñanza de Jesús de “hacerdiscípulos”, pasarnos la vidaaprendiendo y practicando en unascomunidades de aprendizaje;comunidades que se centren enequipar a las personas para ir adondeestán aquellos que no conocen a Jesús.Esto exigirá un cambio radical en laformación pastoral, en la práctica y en

Imaginaqué pasaría si realmente creyésemos en el poder que tiene Diospara transformar las vidas de las personas.

Imaginaqué pasaría si nos sintiéramos presa del gozo y la gratitud por ladiferencia que ha supuesto en nuestras vidas el amor de Cristo.

Imaginaqué podría pasar si observásemos a las personas con quienespasamos nuestro tiempo y le preguntáramos a Dios: ¿Cómodeseas que transmita las buenas noticias a estas personas hoy?

Imaginacuál sería el resultado si redescubriésemos nuestros recursos enCristo y aprendiéramos a ser canales de tremendas bendicionespara nuestros conciudadanos, dondequiera que los encontremos.

Imaginaqué pasaría si creásemos comunidades cristianas donde laspersonas pudieran ser quienes son, y las animásemos a ser todoaquello que podrían llegar a ser.

Imagina todo esto en un país donde la inmensa mayoría harechazado a la iglesia, desprecia el cristianismo y ni siquiera sabepor qué Semana Santa es una festividad.

Imagínatelo.

un

o

ImaginaEsta revista habla

de una posibilidad...

¿Puedes marcar la diferencia?

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la disposición de los cristianosindividuales para comprometerse conlas disciplinas de una formacióncristiana de por vida.

En la década anterior, los líderes deiglesia intentaron responder amontones de preguntas: ¿Cómopodemos alcanzar a los jóvenes?¿Cómo crecer como iglesia local?¿Cómo podemos predicar con mayorefectividad? ¿Cómo puede la iglesiaministrar a los pobres? ¿Cómopodemos transmitir valores cristianosa través de los medios decomunicación? Éstas son preguntasimportantes. Pero el modo en que lasrespondamos podría cambiarradicalmente si dispusiéramos de unaestrategia general para alcanzarnuestro país, y de un sentido claro decómo pueden trabajar en conjuntoindividuos, iglesias, organizacionesparaeclesiales y denominaciones paraalcanzar esta meta. Ahora mismo, nodisponemos de un plan. Y lonecesitamos.

Podríamos sugerir incontablesformas de avanzar; una de las másesenciales sería echar un largo eintenso vistazo al libro de Hechos.Obviamente, esta breve publicaciónno puede analizar todas esas vías, perosí analiza el estado actual de España,el estado de la iglesia y la importanciaque tiene hoy día el evangelio paranuestro país. También sugiere lasáreas en las que hay que potenciar lamisión de compartir a Cristo, quiéndebe hacerlo y de qué manera. Noofrece una solución mágica, pero síun punto de vista, y analiza lasimplicaciones del mismo para loscristianos individuales y nuestrasiglesias.

Por supuesto, España presentatremendas diferencias internas: a nivelregional, ideológico, económico, etc.De forma parecida, la iglesia presentadiferencias en su forma de abordar laBiblia, sus formas de adorar, suenseñanza, su cuidado pastoral, sus

compromisos con la cultura. A pesarde todo, los valores generales de losespañoles son parecidos, y la misióngeneral de la iglesia es la misma entodas partes. ¿Podemos identificaralgunos pasos clave que pudierantransformar radicalmente nuestracapacidad para mostrar y compartir aCristo con nuestra nación?

Por supuesto que sí. La verdad esque el objetivo de este documento noes el de detallar los errores pasados dela iglesia, sino más bien el de aprenderlo que podamos los unos de los otrosy contribuir a los propósitos que tieneDios para España.

Ahora te toca a tiSegún dice un comentarista, “Lossermones son la oportunidad delpastor para hablar”. Esta afirmaciónasume que el resto de miembrostambién tenemos ocasión de darnuestra opinión.

El principal objetivo de estapublicación es actuar como

catalizador para un debate. ¿Qué teayudaría a marcar la diferencia dondeestás? ¿Qué nos ayudaría a alcanzar aEspaña? ¿Qué tipo de estrategia alargo plazo se necesita para que lacomunidad cristiana llegue hastanuestra nación? Naturalmente, estedebate hará participar a líderesprocedentes de diversasdenominaciones y contextos. Peroesos líderes necesitan saber qué es loque piensa el pueblo de Dios. Por esote rogamos que completes elcuestionario en la página web o eneste número. Tu opinión es esencial.

Este proceso debería ayudarnos aver cómo cada uno de nosotros puedemarcar una diferencia para Cristo, ynos ofrece una idea más clara de cómopodemos trabajar juntos paraconseguirlo.

¿Cuál es el estado del país alque intentamos llegar?

En España, el cristiansimose marchita. Puede queesto sean malas noticias

para la iglesia, pero es unatragedia para las personas

que no conocen a Jesús.

El estado de España La oportunidad llama a la puerta

¿Cual es el estado del país al que intentamos alcanzar?

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España es uno de los países deEuropa occidental que ha vividouna transición más rápida

durante el último cuarto del siglo XX.Ha pasado de una visión del mundotradicional ligada al catolicismoromano más conservador a una visióndel mundo postmoderna, y estatransición la ha realizado sin apenasasumir los valores de la modernidad.España ha transitado de ser uno delos países con mayor prácticareligiosa, con un peso mayor de lareligión en la vida social a encerrar lareligión en la esfera de loestrictamente privado. Si hay un temadel que no sea cortés hablar hoy endía es de religión. Mucho de lo quelos españoles entienden sobre religiónviene mediatizado por suconocimiento de la Iglesia Católica.Aunque ésta sigue siendo muy

influyente, existe una percepciónnegativa acerca de su actuación queafecta a la visión general sobre laespiritualidad.

Este cambio cultural no haafectado sólo a la práctica religiosasino que pone en cuestión muchosaspectos sociales. España era al iniciode los años 60 del siglo pasado unpaís de base rural, en donde la

adecuación o inadecuación de unaconducta era medida por la opiniónde nuestros mayores, el famoso "quédirán". Hoy en día somos unasociedad mayormente urbana, quevive del sector servicios y en la que nohay un modelo único de adecuación.Ese espacio vacío lo llenan ciertosestereotipos importados y algunos defabricación propia pero intensamentesecularizados. También los modelosde familia que eran hegemónicos alfinal del siglo pasado, como la familiamás o menos extensa, según lasdistintas fórmulas entre el Norte y elSur, han sido sustituidas por una granvariedad de modelos que se producenpor la extrema fragilidad de losmatrimonios. En España más de lamitad de los matrimonios que seforman no llegan a los 10 años devida, sin contar con las muchas

uniones de hecho que existen. Haentrado en quiebra la institución enla que más dicen confiar los españolesque es la familia.

Nuestra sociedad ha asumido lacreencia de que un mundo sin Diossería un lugar más feliz para vivir, sinconcepto de pecado, sin sentido deculpabilidad, sin cielo arriba y muchomenos sin infierno abajo. Pero lo que

demostró el siglo XX es lo queprofetizaba Nietzsche: a medida quelas sociedades se apartan de Dios, noson más felices sino al contrario; noson más amantes, sino más egoístas.

España no es una excepción. Harechazado el modelo de cristianismoque conoce sin sustituirlo por ningúnsistema de creencias, y sus habitantesno somos más felices por haberlohecho. La verdad es que, después deesa miríada de cambios positivos delos últimos 40 años, hay tres cosasclaras:

1) Pocas veces en la historia ha estadoEspaña tan deprimida y falta de guía.

2) Los valores individualistas queempujan a nuestra sociedad sontremendamente poderosos, pero noofrecen la satisfacción que tantodesea la sociedad.

3) Una sociedad que no lograsatisfacer las necesidades de susmiembros está preparada paraescuchar unas buenas noticias quepodrían conseguirlo.

Nunca hemos estado tan tristesVivimos en un país en el que cadasiete minutos se produce un aborto yen el que cada cuatro minutos seproduce un divorcio. La informaciónen materia sexual no ha reducido elnúmero de embarazos entreadolescentes, que en España es deunos 18.000 al año. Esta cifra se haduplicado en los últimos diez años.Entre cuatrocientas mil y seiscientasmil personas padecen ansiedadgeneralizada o depresión, esosignifica entre el 1 y el 1,5% de lapoblación. El consumo de fármacosantidepresivos y de ansiolíticos se estádisparando año tras año. Y lo peor esque está afectando a una generacióna la que asociamos con la felicidad,

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que es la infancia. Francisco Palacio,catedrático de psiquiatría en laUniversidad de Ginebra, decía queun 5% de los niños en edadpreescolar presenta depresión. JosepXavier Mauri de la SociedadCatalana de Pediatría avisaba que“aunque los niños han dejado de tenermuchas enfermedades gracias a lasvacunas y al desarrollo cultural ysanitario, nos preocupa el crecienteaumento de los problemas de carácterpsicosocial y de comportamiento”. Enuna encuesta entre pediatras sobreexpectativas de salud infantil, un91% cree que las enfermedades quemás van a crecer entre la poblacióninfantil española son las relacionadascon la salud mental. Tenemos variasgeneraciones afectadas por laalienación de Dios y de unos conotros.

Tras estas estadísticas subyace elhecho de que hemos perdido nuestrosentido de identidad nacional ypropósito, lo cual queda reflejado enla creciente desilusión con la política.A los ojos del público en general, y de

los jóvenes en particular, ninguno delos partidos políticos parece ofrecerni sentido atractivo de propósitonacional o individual, ni esperanzaalguna. Si no existe un idealimportante que nos una, nipropósitos básicos que perseguir,ningún conjunto establecido devalores sobre los que podamosrealmente estar de acuerdo, no es deextrañar que las personas se vuelvanmás individualistas y egoístas, máscentradas en sus derechos y menos ensus obligaciones.

Ciertamente, las nuevastecnologías han mejorado nuestrascomunicaciones (gracias a losautomóviles, los jets, el teléfono, losmensajes de texto y la web), peroestamos más fragmentados.Conocemos a más personas, perotenemos menos amigos. Llevamos“una vida de araña”, como dice elHenley Centre: nos deslizamos porlas hebras de nuestras redesuniversales, disfrutando de todo tipode delicadezas, pero no hallamos unlugar donde reposar, ninguna fuente

de nutrición o intimidad genuinas.Hoy día el mundo tiene un millón deopciones que explorar, pero ningúnconjunto firme de valores que leayuden a escoger cuál de ellas es lamejor.

El nuevo opioLo único que mantiene en pie estemontaje teatral es la brillantez yvariedad de nuestras opciones deocio. El ocio es el opio de las masas,que nos aparta del pensamientoreflexivo y el acto radical mediante elpoder, la creatividad y laomnipresencia de nuestros medios decomunicación. Cada vez más,nuestra “esperanza”, lo que nos incitaa seguir, es la expectativa del próximoepisodio de nuestra serie favorita. Ynuestra identidad queda condensadaen las marcas de nuestras prendas devestir. El consumismo, la creencia enque la clave para la identidad y lasensación de encajar en algún sitioradica en la compra y exhibición decosas materiales, es la religión denuestro tiempo. Éste es un enemigoformidable.

Es absurdo ese eslogan publicitarioque dice: “La vida ya está llena debastantes cosas que nos avergüenzan;no dejes que tu móvil sea una de ellas”.Sin embargo, la realidad es que elmóvil “equivocado” puede suponeruna tremenda amenaza para laautoestima de un individuo. Tal ycomo dijo una niña cristiana de 12años a sus padres: “Si no me compráisese móvil, no me compréis ninguno”.Las marcas son el ídolo de nuestraera. Gobiernan nuestros corazones,pero sin satisfacerlos.

Y la búsqueda sigue...Es interesante constatar que, aunquela mayoría de personas se hanapartado del cristianismo, por lo

Llevamos “una vidade araña”: nosdeslizamos por lashebras de nuestrasredes universales,disfrutando de todotipo de delicadezas,pero no hallamos unlugar donde reposar,ninguna fuente denutrición o intimidadgenuinas.

Defender que el cristianismo es el único camino verdadero resulta un reto mayor enuna sociedad multicultural con diversidad de credos.

Pero el desafío más grande se centra en los valores individualistas y consumistas denuestra cultura, impelida por los medios de comunicación.

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general no lo han sustituidoconscientemente por un conjunto deideas alternativo que les ofrezca unsentido satisfactorio de identidad ypropósito. Muchas personas siguenbuscando algún tipo de realidadespiritual, un centro para sus vidas.Detectamos esta tendencia en laexperimentación con todo unconjunto de prácticas orientales yNueva Era, y en el creciente interéspor la brujería y lo paranormal. Sivamos a cualquier librería de unacalle importante, a la sección“Cuerpo, mente, espíritu” se le hadedicado más espacio en lasestanterías que a la de “Religión”.

Aunque algunos siguen buscando,otros han renunciado a creer queexista algo que valga la penaencontrar. En el año 2001 EduardoVerdú escribió un ensayo titulado“Adultescentes” en el que hablaba dela tendencia entre los adultos apermanecer como niños. Noqueremos crecer, queremos sersiempre niños, no hay nada delanteque nos motive, como aquelpersonaje de cuento: Peter Pan. Estaprofunda sensación de la inutilidadde la búsqueda es cada vez másfrecuente.

En esta cultura de los espejismos,¿la vida cristiana es real de verdad?

En esta cultura de la alta tecnología,¿conocer a Jesús satisfaría mi anhelo detener fe, de captar un atisbo del másallá, el perfume de lo trascendente?

En esta sociedad abrasiva,¿podrían las comunidades cristianas

ser puertos seguros en los que atracaranmi vida rota, mi dolor y mi soledad?

En esta sociedad de oropel,poderosa, de fachada,

¿podría Cristo darme el poder paravivir de una forma distinta?

Imagina una forma de vida quepudiera ofrecer todo esto.

La fuerza de la vidaSabemos que el cristianismofunciona. Y no sólo porque Cristo esla verdad, sino porque Cristo obra deuna forma radicalmente distinta a lasreligiones. Las religiones esperan quelos cambios en la conducta lleven aun cambio en el corazón: funcionande fuera a dentro. Cristo obra dedentro a fuera: “De modo que sialguno está en Cristo, nueva criaturaes; las cosas viejas pasaron; he aquítodas son hechas nuevas” (2 Co. 5:17).Poseemos una nueva naturaleza y unacceso directo al Espíritu Santo, paraque nos ayude a vivir como Cristonos llama a hacerlo. El evangeliotiene el poder para salvar,transformar y preservar.

Una sola feDefender que el cristianismo es elúnico camino verdadero resulta unreto mayor en una sociedadmulticultural con diversidad decredos. Muchos cristianos hanperdido la confianza en el evangelio.Puede que seamos capaces deconfesar que Jesús es “mi Señor”,pero, ¿realmente creemos que es el

La oportunidad llama a la puertaEntonces, ¿por qué es ahora unabuena época para compartir elevangelio? Porque vivimos en unacultura que no puede dar respuesta alas preguntas fundamentales sobre elsignificado y propósito de la vida. Yuna cultura que no puede respondera sus propias preguntas es una culturaabierta a una respuesta.

Por supuesto que, en últimainstancia, sabemos que todos los sereshumanos anhelan gozar de unarelación restaurada con Dios, de unpuente que salve el abismo que haabierto el pecado. Pero las distintassociedades, en circunstanciasdiferentes, plantean preguntasdistintas. ¿Podemos responder a laspreguntas que ahora nos planteaEspaña?

En esta cultura carente de rumbo,¿puede tener un propósito importante

vivir como cristianos?

En esta cultura cínica,¿ser cristiano podría ofrecerme unasalida para mis energías, mi pasión,

mi entusiasmo, mi anhelo de crear unmundo diferente?

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El estado de la iglesia

cu

atro

Señor, el único camino al Padre?

En realidad, la evidencia histórica,circunstancial y textual de la vida yresurrección de Cristo estremendamente firme. Elcristianismo no sólo es coherente anivel intelectual, sino también en suforma de entender la naturalezaamante de Dios, el potencial de tenerintimidad con Él, y los beneficios dela salvación en esta vida y en lavenidera; no tiene por qué temer quelo comparen con la oferta de ningunade las principales religiones.

Además, es importante recordarque si bien un imán musulmán no sealguien alegrará de que de sucomunidad se convierta alcristianismo, entiende que éstepretenda ser la única verdad. ElCorán dice claramente que losmusulmanes tienen el deber debuscar la conversión del “infiel”, ytambién habla sobre lasconsecuencias eternas de noreconocer a Mahoma como el últimoprofeta de Alá.

No obstante, el sistema humanistaliberal se apresta a la defensa de losmusulmanes, como si una iglesiacristiana que busque másabiertamente las conversionessupusiera una amenaza a la armoníasocial, al orden público y a la pazmundial. Su aparente altruismoesconde la verdad de que lo que estáamenazado es su creencia de que noexiste ninguna verdad absoluta, uncredo que tacha a todos los queafirman conocer “la verdad” dearrogantes e intolerantes.

Es esencial comprender esto.Obviamente, los cristianos deberíanintentar llegar a personas de otroscredos, pero el desafío más grande enEspaña no viene de las otrasreligiones, sino de los valoresindividualistas y consumistas denuestra cultura, impelida por losmedios de comunicación y el ateísmode facto que subyace en ella.

Sin embargo, si el camino deCristo es tan superior, ¿por qué nohemos tenido éxito a la hora decomunicarlo con mayor persuasión?

El propósito no es criticar ala iglesia, sino explorar losproblemas que han inhibidosu actuación.

No es difícil criticar a la iglesia en España. De hechoes tan fácil que casi todo el mundo lo hace. Sinembargo, nuestro propósito aquí no es analizar

todas las críticas que se pueden hacer contra la iglesia,sino intentar explorar los principales problemas queexisten para transmitir el mensaje de Cristo en nuestropaís. Hay tres aspectos que vamos a analizar con mayordetalle.

1) Lo que ha impedido que la iglesia llegue con eficacia almundo, no son los valores del mundo, sino los de laiglesia.

2) El problema con la cultura evangélica no es que seaincomprensible para los que están fuera de sucomunidad, sino que no es una expresión auténtica delos que forman parte de ella.

3) El principal problema evangelístico al que seenfrenta la iglesia no es la resistencia de quienes noquieren escuchar las buenas noticias sobre Jesús,sino nuestra falta de motivación e imaginaciónpara comunicar su mensaje.

La eficacia de la iglesiaPrimero, es importante recordar que no todas lasiglesias están en crisis. La asistencia a la iglesia estácreciendo en muchas comunidades.

Segundo, la iglesia evangélica tiene influencia ennuestro país. Porque ¿quién ha contribuido más que losevangélicos a la rehabilitación de drogadictos en nuestropaís?, o ¿qué iglesia se ha identificado más con el pueblogitano que las iglesias de Filadelfia?, y ¿dónde se recibemejor a los inmigrantes que en las congregacionesevangélicas?

El problema es que para la mayor parte de la gente estetrabajo se considera que está limitado a grupos marginalesde nuestra sociedad. Sin embargo nadie puede negar queestamos ayudando realmente a estos gruposdesfavorecidos. Y esto es algo que los gobiernos centralesy locales deben apreciar más. Si como dice la canción, “loúnico que necesitas es amor”, entonces en algunos sitiosal menos, el amor abunda.

¿Somos realmente así?A pesar de todo esto, los españoles tienen muy pocointerés en los evangélicos, a quienes identifican contelepredicadores y todo tipo de sectas, que no quieren másque tu dinero o comerte el coco, como se suele decir.

Si la iglesia no logra satisfacer las necesidades de sus propios miembros, muchomenos de los que están a su alrededor.

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atr

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Sería aconsejable, por lo tanto, que las iglesias prestaranmás atención a la imagen que damos en los medios decomunicación, pero no debemos olvidar que España noserá ganada para Cristo por medio de grandes campañaspublicitarias, ni mediante una mayor presencia en losmedios de comunicación, por muy deseables que seantodas estas cosas. Ya que a largo plazo lo que importa es elcontenido, no la imagen.

Las relaciones influyen más que los programas de latelevisión. Igual que en la publicidad "un cliente

satisfecho" vale más que cualquier eslogan ocurrente.No nos engañemos, no hay mejor anuncio que la

información que va de boca en boca. En esesentido muchos "clientes" actuales de la

iglesia distan de estar satisfechos.

¡No disparéis, somos de los vuestros!A la iglesia en nuestro país la criticanpastores y miembros. Piensan que nofunciona bien. Algunos dicen que nohablamos de temas sociales yeconómicos, aunque algunos parece que

no saben hablar de otra cosa. Se critica ala iglesia por falta de influencia en el

gobierno, los medios de comunicación, o laenseñanza, aunque estamos intentando

hacerlo de muchas formas. Aunque es cierto quela voz de la iglesia rara vez se oye en público de un

modo fuerte y claro.

Muchos critican no sólo a los representantes de lasiglesias, sino también a las congregaciones locales. Se lescritica por no saber llegar a los niños, a los adolescentes, alos solteros, a los casados, a la gente de mediana edad...prácticamente a todo el mundo, menos a los que son dela tercera edad. Se la critica por no ayudar a lasnecesidades de las mujeres trabajadoras, por no lograratraer a los hombres, por no ofrecer una comunidaddonde se acepte a los homosexuales, y por su desconexióndel mundo artístico. Se critican las estructuras de la iglesiapor ser inflexibles y demasiado jerárquicas. Se critica lapredicación por su falta de relación con la vida cotidiana.Se dice que los cultos de adoración en muchas iglesias nosólo no resultan atractivos para quienes vienen de fuera dela iglesia, sino que también son tremendamente aburridospara sus propios miembros.

Estas críticas reflejan una profunda crisis, ya que novienen sólo de los que siempre se quejan o de aquellos que

esperan que cantemos himnos a ritmo de hip-hop; sinoque vienen de personas comprometidas. A menudo dehecho estos comentarios vienen de miembroscomprometidos con iglesias grandes, que están creciendoy se considera que tienen éxito. En resumen, cada vezpreocupa más que la iglesia no logre satisfacer lasnecesidades legítimas de sus miembros, no digamos ya sucapacidad de alcanzar a aquellos que están alrededor deella o más allá de sus fronteras.

Por supuesto, los cristianos no son llamados a predicarla iglesia, sino a Cristo y su evangelio. No obstante, elestado de la iglesia institucional y las comunidadeseclesiales individuales a menudo actúa como un imán ocomo un elemento disuasorio contra el evangelio.

Además, la iglesia, como comunidad de creyentes,debería jugar un papel crucial para dotar de visión,recursos y respaldo a los cristianos, para que vivan la vidaque Dios quiere, y esto incluye compartir el amor deCristo con los demás.

Tres preguntas1) ¿Te ayuda tu iglesia a vivir activamente en el mundocontemporáneo?

2) ¿Es tu iglesia eficaz preparando a las personas para supapel en la misión?

3) ¿Es tu iglesia una comunidad atractiva para aquellosque aún no conocen a Jesús?

Por supuesto, existen algunas buenas iglesias que atraena personas inconversas y son eficientes a la hora deequipar a sus miembros para la misión, pero en términosgenerales la mayoría de personas respondería a estaspreguntas con un No.

Así que, ¿cuáles son las causas que subyacen y que sonverdaderamente cruciales para entender la INEFICAZactuación de la iglesia para con sus miembros, y su faltade impacto a un nivel más general? Examinemos primeroel tema de la cultura eclesial.

¿Por qué tanto de lo quehacemos en la iglesia resultaextraño y desalentador, paralos que vienen de fuera?

Muchos de los“clientes” actuales

de la iglesia distanmucho de estar

satisfechos.

El camino hacia la intrascendencia (1)El bloque cultural

cin

co

IMAGINA - IDEA 2004 11

La mayoría de cristianos conectanbien con su cultura: viven en ella.Se despiertan por la mañana,

escuchan la radio, leen los periódicos,van al trabajo, reciben órdenes, seforman, se sienten motivados,participan en la sociedad deconsumo, les gusta el fútbol, miran latelevisión... La iglesia está en elmundo un día sí y otro también.

Y es aquí donde observamos algocurioso: ¿por qué la mayoría de lascosas que hacemos en la iglesiaresultan extrañas, irrelevantes eincluso anacrónicas a nuestros amigosy familiares no creyentes cuando nosvisitan si durante toda la semanaparecemos tener tantas cosas encomún con ellos?

Quizá el motivo sea que hemoscreado una comunidad en la que elmodo de hacer las cosas no refleja lacultura de la mayoría de losmiembros de la iglesia. Noencontramos formas de expresarnos.Por lo general, no cantamos himnoscon una música que guste a lamayoría. No usamos el lenguaje queusa la mayoría. No abordamos lostemas que interesan a las personasque nos rodean. No damosoportunidad para que formulenaquellas preguntas que les preocupan.No creamos formas de relacionarnosy de aprender que encajen con elestilo propio de la culturacontemporánea.

Sin embargo el principal problemacon nuestra cultura eclesial no es sóloque resulte poco atractiva para laspersonas que no conocen a Jesús. Elverdadero problema es que a menudono es una auténtica expresión de lacultura de los miembros de la iglesia,ni tan siquiera es “nuestra” cultura.En muchas ocasiones es una culturaeclesial heredada de otras épocas, conotras costumbres y con otraspreocupaciones.

Por supuesto, la cultura cristianadebería ser, de raíz, unacontracultura. La cultura cristiana notiene que imitar la cultura de ningunasociedad concreta. Debe haber cosasen nuestra cultura eclesial que a losno creyentes les parezcan extrañas.

Pero esos elementos distintivosdeberían ser aquellas cuestiones quehunden sus raíces en la persona y enla obra de Jesucristo, no en la falsacreencia de que en el siglo XVIII lasmelodías y las formas de expresiónestuvieran necesariamente máscercanas a la santidad.

Esto no significa que no podamoscantar los himnos antiguos, que nopuedan usarse formas litúrgicas deépocas anteriores. Tales himnos yformas pueden expresar el deseo delcreyente por mantener la continuidadeterna del mensaje, o fomentar unsentido de lo trascendente ennuestros cultos.

Sin embargo, cada generación nosólo necesita transmitir lo mejor delpasado, sino también conectar con elpresente y permitir que existannuevos cánticos, nuevas formas deaprender, nuevas maneras derelacionarse y de tomar decisiones.

Además, nuestra cultura eclesial enocasiones ha presentado una visiónmuy limitada de lo que significa "ser"humano, y a menudo se ve a la iglesiacomo una institución carente deespontaneidad, de libertad deexpresión, de alegría y que percibe eldisfrute del mundo material comoalgo negativo, dando la impresión deque Dios es un “aguafiestas”.

Sin embargo, Cristo vino a darnosvida “en abundancia”, y elllamamiento de cada cristiano radicaen explorar, y ayudar a otros aexplorar, las imaginativasposibilidades de esa vida abundanteen Cristo. Como dice José Grau: “Enla Revelación que Dios ha hecho de sí

mismo -no en la deformación quenosotros hemos llevado a cabo de sucarácter y de su mensaje- da a conocersu preocupación por la felicidad del serhumano en todas las esferas de laexistencia” (Goza de la vida, pág. 9).

El Espíritu transformador de Cristono sólo debe afectar a todo lo quehacemos, sino a todo nuestro ser:mente, cuerpo, emociones, voluntad,espíritu... como la levadura afecta atoda la masa. El cristianismo integralse regocija en los sentidos: en lafragancia de una rosa, en el deporte yel baile, en la expresión humana pormedio del arte.

El cristianismo integral, que afecta atoda la vida, es honesto, abierto,vulnerable. No censura la agonía delas relaciones rotas, la angustia por laspreguntas no respondidas, losesfuerzos del trabajo, el drama de lamuerte, el impacto del mal sobrenosotros y sobre quienes nos rodean.En resumen, el cristianismo integral yvital abarca las maravillas y los doloresde la humanidad en toda su plenitud,en un mundo que es de Dios.

Tal y como lo expresa BrianDraper, del London Institute forContemporary Christianity:“Necesitamos ser más cristianos en elmundo y más humanos en la iglesia”.

Con demasiada frecuencia lacultura de la iglesia intenta negar lavida, no afirmarla. Nuestra generaciónnecesita escuchar el mensaje de Cristo,ver el poder de Cristo manifestándoseen la autenticidad de las vidas de laspersonas. Si creamos una culturaeclesial que sea relevante yenriquecedora para los creyentes,crearemos también una cultura queserá mucho más importante para otrasmuchas personas que todavía noconocen a Cristo. Además, daremosal pueblo cristiano el gozo y laconfianza basados en la certeza de queCristo marca la diferencia.

“Necesitamosser máshumanos”Con demasiadafrecuencia lacultura de la iglesiaintenta negar lavida, no afirmarla.España necesitaescuchar elmensaje de Cristo,ver el poder deCristomanifestándose enla autenticidad delas vidas de laspersonas.

El camino hacia la intrascendencia (2)La gran divisiónc

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Los análisis tradicionales sobre porqué la iglesia no ha logradoimpactar en la esfera pública se

han centrado principalmente en todauna gama de factores externos:ideológicos, tecnológicos yeconómicos. Se dice que todos estosfactores se combinaron durante lasegunda mitad del siglo XX pararelegar la fe (todos los credos) a laesfera privada. Las creencias religiosasquedaban así reducidas a unacuestión propia de la reflexiónpersonal, privada. La fe se haguardado en un cajón. No tiene razónde ser en el entorno público, ya sealaboral, educativo o político. La fe hadejado de ser el principio central yorganizador que afectaba a toda lavida, a todas las decisiones y a todoslos aspectos importantes de nuestraexistencia.

El problema de culpar a los factoressociales por la decadencia delcristianismo es que estaargumentación asume que la doctrinay el estilo de vida cristianos no tienepoder alguno para resistirse a suinflujo. En otras palabras, echamos laculpa al mundo por la pérdida deinfluencia de los valores cristianos, sinplantearnos quizás hasta qué punto laresponsabilidad es nuestra. Nopodemos culpar a la carne porpudrirse: eso es algo propio de lacarne. Debemos culpar a la sal, porno estar allí preservándola.

La privatización del cristianismoEl principal motivo por el que elcristianismo evangélico ha tenido unimpacto tan leve en la esfera públicano es que el mundo haya privatizadoel evangelio: hemos sido nosotrosquienes lo hemos hecho.

Investigaciones y encuestas

realizadas en iglesias evangélicas dediferentes sociedades de culturaoccidental revelan que un 47% de laspersonas que asisten a la iglesia diceque la enseñanza que recibe en ella esirrelevante para sus vidas cotidianas.Cuando sondeamos másprofundamente en qué áreas es útil laenseñanza de la iglesia, descubrimosque, lo es menos en aquellos entornosen los que pasamos la mayor parte deldía: en el trabajo y en el hogar.

Porcentaje de utilidad según lasáreas de la vida (sobre una escaladel 0 al 4, de menos a más)

Personal 2’57Iglesia 2’12Hogar 1’83Trabajo/escuela 1’68

Es importante destacar que pocaspersonas dijeron que el problema conla predicación y la enseñanza fuera elpredicador, sus habilidadescomunicativas o, incluso, laincapacidad de los oyentes paraconcentrarse y mantener la atenciónen la predicación (aunque esto siguesiendo motivo de preocupación). Elmeollo de la cuestión era la relativaimportancia, para las vidas de losoyentes, de los temas tratados. Elproblema no está, principalmente, enla forma, sino en el contenido.

En general, las personas que van ala iglesia no lo hacen para que lasentretengan, sino que buscansabiduría para sus vidas cotidianas.Quieren saber cómo vivir elcristianismo, y, sin embargo, su quejaes que no reciben esos contenidos, noreciben orientación bíblica para todoslos ámbitos de su vida.

Esto no sólo es preocupante a nivelinterno, sino que constituye unatragedia para la evangelización,porque en nuestra sociedad

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occidental hay millones de personasque tienen sed de una sabiduríapráctica que les ayude a vivir. Libroscomo “Más Platón y menos Prozac”o “Pregúntale a Platón” del filósofoLouis Marinoff, convertidos en éxitosde ventas así lo manifiestan.

Puede que no estén directamenteinteresados en el evangelio, peromuchos lo están en la orientaciónpara elegir una carrera, para elegir asu pareja, para tener un matrimoniomás feliz y educar bien a sus hijos,para administrar sus bienescorrectamente,...

Esta incapacidad para transmitirorientación bíblica para la vidacotidiana es aplicable a algunasiglesias donde la enseñanza esexcelente. No son pocos losmiembros de congregaciones localesque reconocen que “la enseñanza queen ellas se imparte es magnífica, peroque resulta tremendamente difícil deaplicar a sus vidas por la falta decontextualización a su realidadcotidiana”.

La investigación demuestra queeste fracaso a la hora de establecervínculos entre la Palabra de Dios ynuestra realidad contemporánea semanifiesta en todas lasdenominaciones.

La irrelevancia privadaAl mismo tiempo observamos quejunto a los contenidos pocorelevantes que ofrece la enseñanzaeclesial para la vida cotidiana existetambién una reducción importantede la vida devocional del creyente: laoración personal y la lecturacotidiana de la Biblia ha descendidonotablemente. Quizá esto no debaextrañarnos. Después de todo, si elpastor, preparado para ello, no puedeenseñarme cómo un texto bíblico, del

siglo VIII a.C., puede aplicarse a mivida del siglo XXI d.C., ¿qué puedohacer yo?

En resumen, que los cristianospasan cada vez menos tiempodedicados a una reflexión centrada enDios, y menos aún con personas quecomparten sus puntos de vista y suspreocupaciones.

Es cierto que la oración, lareflexión bíblica y las reunionescomunitarias con el pueblo de Diosno son las únicas formas de preservarla comunión con Dios, pero tampocopodemos anularlos o limitar su valorpor considerarlos “métodostradicionales”, no podemos olvidarque son bíblicos, que son los “mediosde la gracia” dados por el Señor paracrecer en la gracia y en elconocimiento, para madurar ennuestra vida espiritual y paradesarrollar nuestra vida cristiana.

La gente suele decir que es cuestiónde tiempo, no tenemos tiempo paraorar, no tenemos tiempo parameditar la Palabra de Dios, notenemos tiempo para asistir a loscultos de oración o a los de estudiobíblico, y es cierto, cada vez somosmás los que trabajamos fuera de casa,más horas y perdiendo más tiempoen los desplazamientos. Pero aún asítenemos tiempo.

Además la lectura bíblica tampocoha decaído porque ahora la gente leamenos. Las personas que suelen leer,sobre todo las de clase media, siguenleyendo bastante. Y prueba de elloson las listas de libros más vendidos yel importante y creciente número delibros editados anualmente. Pero esosí, leen cosas que para ellas sonimportantes, temas que lespreocupan y les interesan.

Por ello, podemos deducir que, lalectura de la Biblia se ha reducido

La división sagrado-secular, que separa

nuestras vidas cotidianas de la eclesial, nos ha llevado a teologías incorrectas sobre laiglesia y su misión evangelizadora.

porque no estamos convencidos deque Dios tenga algo esencial,fundamental y sabio que decirnossobre cómo vivir en este mundo. Y laoración ha entrado en decadenciaporque no estamos convencidos deque su práctica supondrá cambios ydiferencias importantes en nuestrasvidas cotidianas. Somos másautosuficientes que dependientes denuestro Señor, confiamos más ennuestras posibilidades que en Dios.

No seremos cada día más útilespara Dios a menos que le prestemosmás atención. Y no se la prestaremosa menos que estemos convencidos deque escucharle, es decir, meditar ensu Palabra y buscar la dirección de suEspíritu en oración, es elfundamento de nuestra vida cristianay supone una diferencia esencial a lahora de enfrentar la vida diaria.

A modo de ejemplo podemosformularnos dos preguntas que nosayudarán a darnos cuenta delproblema:

1) ¿Soy consciente de la importanciaque tiene mi fe cristiana para mi vidacotidiana?

2) ¿Busco la voluntad, la sabiduría yla dirección de Dios en mi vidacotidiana?

Para muchos cristianos, esprobable que la respuesta sea “No”.Podemos estar convencidos de queCristo supone una diferencia paranuestro destino eterno, pero, ¿lasupone también para nosotros, ennuestras decisiones del día a día?

Así que, incluso antes decentrarnos en la cuestión de si laiglesia está formando adecuadamentea los cristianos para compartir elevangelio, nos encontramos deentrada con la realidad de quemuchos de ellos no son conscientesde la tremenda importancia quedebería tener su fe para sus vidascristianas “ordinarias”. ¿Por quésucede esto?

La gran divisiónNo se trata, ni mucho menos, de quenuestros pastores no se preocupenpor nosotros, ni de que seanincompetentes. El motivo central esel impacto que tiene el dualismosagrado-secular en prácticamentetodos los aspectos de nuestra vida

eclesial.

Esta división entre lo sagrado y losecular incluye la tan arraigadacreencia de que algunas facetas de lavida no son realmente importantespara Dios (el trabajo, la escuela, elarte, la cultura, la televisión y demásmedios de comunicación); pensamosque a Él lo que le interesa es lo quetiene que ver con la oración, loscultos en la iglesia y las actividadespropias de ella.

Es precisamente por este abismoentre lo secular y lo sagrado por loque la inmensa mayoría de cristianos(de cualquier denominación) sienteque la enseñanza bíblica, la oración,la adoración, los aspectos pastorales ocomunitarios de la vida eclesial no lesproporcionan un respaldosignificativo para su trabajo. El cismaentre lo sagrado y lo secular esresponsable de que más del 50% deellos nunca haya escuchado unsermón sobre el trabajo, que es unárea en la que pasarán en torno al65% de sus vidas durante unos 40años. Son muchísimas las citas comoésta: “Doy clase en la escueladominical 45 minutos semanales, yme hacen salir delante de lacongregación para que oren por mí.Doy clase en la escuela 40 horassemanales y nadie ora por mí”.

Éste es el dualismo entre lo sagradoy lo secular en que hemos convertidola vida del creyente: orar por unsector de la vida de un cristiano perono por el otro; creer que enseñar en laescuela dominical tres cuartos dehora a la semana es más importantepara Dios que enseñar en un colegio40 horas semanales.

Es debido a esta división denuestra vida entre lo sagrado y losecular por lo que muchos líderescristianos han hecho numerososcomentarios sobre las novelas deHarry Potter, pero ignoran casi porcompleto la literatura seleccionadapara el currículum educativonacional. El principal motivo por elque la iglesia ha hablado tanto sobrelos libros de Harry Potter es porquela acción tiene lugar en una escuelapara brujos y brujas; ese entornosuscita cuestiones sobre el reino“espiritual” de lo oculto, un reinosobre el que, con razón, la iglesiapiensa que tiene algo que decir.

Dos preguntas que nosayudarán a darnos cuenta

del problema: 1. ¿Soy consciente de la

importancia que tiene mi fe cristianapara mi vida cotidiana?

2. ¿Busco la voluntad, la sabiduríay la dirección de Dios en mi vida

cotidiana?

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Mientras tanto, gracias al currículumnacional, los alumnos leen todo tipode literatura, en ocasiones excelente,como Esperando a Godot, de SamuelBecket, o Hijos y amantes, de D. H.Lawrence, por ejemplo. Y no selimitan a leer estas obras, sino que lasestudian a fondo, aprendiendo citas yescribiendo ensayos sobre ellas. Y esoestá bien... Pero, los niños yadolescentes de la iglesia de nuestrostiempos, ¿reciben la ayuda necesariapara analizarlas desde un punto devista bíblico y para responder alateísmo de Becket o al paradigma deLawrence sobre el amor libre? ¿Se lesforma para que respondan, Biblia enmano, a cualquier otro aspecto de sucurrículum?

Hasta la fecha, tras numerosasinvestigaciones, no hemos sidocapaces de identificar un solo recursopara quienes trabajan con jóvenes,que contribuya a que éstos piensenusando criterios bíblicos sobre losestudios recibidos en el centrodocente. El resultado es que, pordefecto, nuestros niños aprendendesde pequeños que las clasesescolares entre las 9 de la mañana ylas 5 de la tarde no son importantespara Dios. Tenemos un cristianismode tiempo libre.

El cristianismo de tiempo libreEste estado de cosas se prolonga hastala vida universitaria. La queja de lagran mayoría de entidades quetrabajan con jóvenes universitariospuede resumirse en lo dicho porNorman Fraser, que ocupó un cargodirectivo en Universities and CollegesChristian Fellowship (equivalente alos GBU en España), el ministeriopara estudiantes universitarios másgrande del Reino Unido:“Prácticamente les puedo garantizar

que podrían entrar en cualquier GrupoBíblico Universitario de Gran Bretañay no encontrarían un solo estudianteque pudiera ofrecerles una perspectivabíblica sobre el tema que estáestudiando en ese momento”.

Esta es una de las consecuencias deldualismo sagrado-secular: noesperamos que los cristianos piensende forma cristiana sobre lo que hacenen el mundo.

La división entre sagrado y secularha dado como resultado uncristianismo de tiempo libre, no uncristianismo de 24 horas al día y 7días a la semana. Los domingos sonpara Dios, y cada vez más sólo losdomingos por la mañana, y de lunesa sábado son para el mundo.

Así es como el abismo entre losagrado y lo secular lleva a muchos acreer que las personas que realmentequieren servir al Señor se hacenmisioneros o pastores y aquellas quepara Dios no son muy útilesconsiguen un puesto de trabajo.¡Valiente absurdo!

Dios es el Dios de toda la vidaCristo quiere gobernar toda nuestravida: en el trabajo y en el hogar. Siqueremos ver nuestro país ganadopara Cristo, debemos erradicar denuestro pensamiento y de todanuestra vida la división entre losagrado y lo secular. Después detodo, la mayoría de nuestrasinteracciones con el 90% de laspersonas que no conocen a Jesústienen lugar en la zona “secular” de lagran división, aquel entorno por elque raras veces oramos nosotros onuestras comunidades, aquel que nosolemos considerar esencial paraDios.

La división sagrado-secular, quesepara nuestras vidas cotidianas de la

eclesial, nos ha llevado a teologíasincorrectas sobre la iglesia y sumisión evangelizadora.

Sin embargo, si queremos serbíblicos debemos enseñar yproclamar toda la doctrina bíblica dela Creación, la cual incluye una granpluralidad de realidades que nopodemos eludir: el cuerpo, eldeporte, el sexo, la cultura, el trabajo,la técnica, etc., por que Cristo es elSeñor de la Creación, y no sólo de laIglesia.

Por tanto, se impone unacomprensión clara de la enseñanzabíblica sobre la Creación. Y asídescubriremos que el orden de laCreación y su mandato cultural noqueda destruido por el orden de laSalvación; por el contrario, esasumido y redimido por este último.

Una visión equivocada de la iglesiaEn Mateo 5, Jesús ofrece a losdiscípulos dos ejemplos paradescribir al pueblo de Dios, la iglesia:la luz sobre una montaña y la sal.

En primer lugar, aquí, la luz es unaimagen de la iglesia reunida. ¿Quéaspecto tiene la comunidad de Cristopara el mundo que la observa? Si nosamamos unos a otros, dice Juan, todoel mundo sabrá que somos losdiscípulos de Jesús. Unas relacionespresididas por el amor entre loscristianos son testimonio al mundodel poder transformador de Aquel alque seguimos.

En segundo lugar, Jesús compara alpueblo de Dios con la sal derramadapor el mundo. Éste es unllamamiento a los cristianosindividuales para que pongan porobra su fidelidad a Dios en el mundo.Pero, ¿acaso el cristiano individualdeja de ser miembro de la iglesia

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La división entre sagrado y secular ha dado como resultado un cristianismo de tiempolibre, no un cristianismo de 24 horas al día

y 7 días a la semana. Los domingos son para Dios, y cada vez más sólo los domingospor la mañana, y de lunes a sábado son para el mundo.

La misión del pastor es preparar

a los miembros de su iglesia para el ministerio

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cuando sale al mundo? Según laBiblia no es así.

Sin embargo, en su vida diaria elcristiano promedio no siente quevaya a trabajar como representanteindividual del cuerpo de Cristo,respaldado en oración y comuniónpor otros cristianos. No, el cristianomedio cree que va a trabajar solo.

Otra de las consecuencias que haocasionado este dualismo entre losagrado y lo secular ha sido entenderque "la iglesia reunida" es másimportante para la misión que “la salderramada”. En realidad, la inmensamayoría de iniciativas evangelísticasde la iglesia consisten en hacer quelos no creyentes entren en un ámbitodoméstico o eclesial para escuchar aun pastor, o a un evangelista, en lugarde conseguir que el inconverso entreen relación con Cristo por medio desus relaciones con los creyentes en susámbitos seculares (trabajo, escuela,universidad, familia, etc.).Invertimos una enorme cantidad deenergía intentando imaginar cómohacer de la iglesia un lugar donde lagente quiera venir, y pocaimaginando cómo formar a loscristianos para que aprovechen almáximo los lugares a los que vancada día.

Una visión distorsionadadel papel del pastorEl cisma sagrado-secular también semanifiesta en una comprensiónequivocada del papel del pastor. EnEfesios 4:11-12, Pablo escribe: “Y élmismo constituyó a unos, apóstoles; aotros, profetas; a otros, pastores ymaestros; a fin de perfeccionar a lossantos para la obra del ministerio, parala edificación del cuerpo de Cristo”.

La misión del pastor es preparar a

los miembros de su iglesia para elministerio, que es probable queabarque contextos situados en unradio de varios kilómetros en torno ala iglesia local. Por tanto, deberíamospensar más en dónde están losmiembros de la iglesia a las 11 de lamañana del lunes que en dónde estána las 11 de la mañana del domingo,así obtendríamos una imagen muchomás clara de su potencial para lamisión. La pregunta no es “¿Cómopuedo usar a esta persona en la iglesialocal?”, sino “¿Cómo quiere Diosformar y emplear a esta persona entodos los ámbitos de su vida?”

Lamentablemente, hay pocospastores que entiendan su papel deesta forma; si así no fuera, habríanestado formando a los suyos para quefueran eficaces en la escuela y en ellugar de trabajo. Por consiguiente, laseparación entre lo sagrado y losecular ha afectado profundamente aquién evangelizamos, en quécontextos y de qué manera.

La cuestión clave es formar einstruir a los cristianos para ellugar en el que pasan lamayor parte de sutiempo; para el lugar enel que tienen la granmayoria de sus relacionespersonales.

El gran recurso Las parabolas de la sal y luz,

la semilla de mostaza y la levadura

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Toda generación tiende a centrarse en metáforasespecíficas para definir la vida cristiana. Duranteel siglo XX se hizo mucho hincapié en la imagen

de la “sal y luz” de Mateo 5. Se consideraba la sal comoun agente de preservación, que detenía la corrupcióny añadía sabor a los alimentos. La gente entendía la luzcomo algo que simbolizaba un camino distinto, y queponía en evidencia el mal. Pero en Mateo 13 hallamosotro par de parábolas: la semilla de mostaza y lalevadura.

La parábola de la semilla de mostaza nos enseña quelas cosas pequeñas pueden marcar una gran diferenciaa la larga. Al principio el Reino de Dios pareceinsignificante. Recibido solamente por un pequeñogrupo de discípulos, hombres vulgares sin ningunainfluencia social. Sin embargo, a pesar de lainsignificancia de sus orígenes, como una semilla demostaza, al final el Reino será un gran árbol,convirtiéndose en ámbito de influencia para elmundo.

Con esta parábola, Jesús contrapone el inicioimperceptible - aunque ya presente - del Reino y elesplendor futuro impresionante. Sin embargo seresalta, más que el gran árbol escatológico, el grano demostaza; el acento se localiza precisamente en elestadio inicial, cuya sorprendente insignificancia noharía sospechar tan apoteósico final.

Lo que Jesús trata de enseñar a sus contemporáneosno es que el Reino escatológico de Dios serágrandioso, sino que ese final no exige necesariamenteun comienzo igualmente espectacular. Y como pruebade ello, Jesús muestra que en su propia vida, pormenospreciable que pareciese a muchos (entre los quese contaban sus propios familiares), irrumpe ya demodo inesperado el Reino (Lc. 17:21).

La parábola de la levadura añade otra dimensiónesencial a este asunto: “El reino de los cielos es semejantea la levadura que tomó una mujer, y la escondió en tresmedidas de harina, hasta que todo fue leudado”. Lalevadura no sólo afecta a toda la masa, sino que latransforma en algo mucho más sabroso y satisfactorio:el pan. Sólo hacen falta 10 gramos de levadura paraconvertir en pan un kilo de harina. Lo que cuenta noes la cantidad, sino sus efectos. La levadura en tresmedidas de harina es algo casi imperceptible. Noobstante, ¡qué resultados! Su acción penetrante es

transformadora y al final se evidenciará cómo todo ytodos habrán sido afectados por el Reino.

El énfasis de estas dos parábolas recae en el poderinherente, en esta presencia actual, discreta, humilde,aunque tremendamente eficaz del Reino de Dios en elmundo.

El teólogo holandés Hermann Ridderbbos escribeal respecto: “Habiendo entrado el Reino de Dios en elmundo, hemos de confesar que este mundo se halla llenodel poder redentor de Dios.”

Como súbdito del Reino de Dios, el cristiano debeser un agente transformador de este mundo. Noestamos aquí solamente para denunciar la corrupción,añadir sabor y señalar el pecado; tampoco debemoslimitarnos a mostrar un camino diferente. Estamos enel mundo para transformar radicalmente la sociedaden la que Dios nos ha puesto, porque hablar del Reinode Dios es hablar del propósito redentor de Dios paratoda la creación y de la vocación histórica que tiene laiglesia respecto a ese propósito aquí y ahora, “entre lostiempos.”

El énfasis central del Nuevo Testamento es que Jesúsha venido a cumplir las profecías del AntiguoTestamento y que en su persona y obra el Reino deDios se ha hecho una realidad presente (Mat. 11:2 yss; Lc. 7:18 y ss.).

Ya que el Reino ha sido inaugurado por Jesucristo,no es posible entender correctamente la misión de laiglesia aparte de la presencia del Reino. La misión dela iglesia es una extensión de la misión de Jesús. Es lamanifestación, aunque no completa, del Reino deDios tanto por medio de la proclamación como pormedio de la acción y el servicio social.

Imagínatelo. ¿Es así como te sientes? ¿Es en ésto enlo que te está ayudando a convertirte tu iglesia local?

Sin embargo, el cisma sagrado-secular nos hallevado a una situación en la que la mayor parte de lasactividades evangelísticas se han centrado en loslugares en los que pasamos menos tiempo y dondetenemos menos relaciones. Durante demasiadotiempo hemos permitido que la localizacióngeográfica de la iglesia y el trabajo de ministerios“especializados” en la evangelización determinasen loslímites de nuestra actividad evangelística, olvidando ladistribución del pueblo de Dios y su enorme

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potencial.

Congresos de Evangelización,¿reflexiones y conclusionesolvidadas?La segunda mitad del siglo XX ha sido muy fructíferaen la reflexión nacional e internacional sobre laresponsabilidad evangelística de la Iglesia. En el otoñode 1966, destacados líderes evangélicos de los másdiversos países colaboraron en la celebración delCongreso Mundial sobre Evangelización que, bajo ellema Una Raza, un Evangelio, una Tarea, tuvo lugar enBerlín. Este congreso, insuficientemente valorado ennuestros días pese a la gran riqueza de su contenido,marcó el principio de un despertar de la concienciaevangélica al deber impuesto al pueblo cristiano por lagran comisión.

Posteriormente, en julio de 1974, el lema Oiga laTierra su Voz presidió el Congreso Internacional sobreEvangelización Mundial en Lausana. Y en el intervaloentre los dos congresos mencionados se celebraronotros de ámbito más limitado; unos a nivelcontinental como el Congreso Europeo deEvangelización que, en 1971, tuvo lugar enAmsterdam, otros a nivel nacional o regional, como elCongreso Ibérico sobre Evangelización (CISE) el año1974 en Madrid, y muchos más en otras partes delmundo. Finalmente en julio de 1989 se celebró, bajolos auspicios del movimiento de Lausana, el CongresoInternacional de Manila, al que asistieron 3000participantes de 170 países.

Mencionamos este breve apunte histórico porque,en relación con el tema que estamos tratando, lasconclusiones de todos ellos, nos recuerdan que la tareaevangelística de la iglesia para alcanzar un país, nuncaserá lo suficientemente eficaz hasta que el laicadoemplee todas las oportunidades de evangelizar que leproporcionan cada día sus diversas ocupaciones,trabajos y profesiones.

A modo de ejemplo citamos las afirmaciónes 12 y14 que se realizaron en el Congreso Internacional deManila y que quedaron registradas en la primera partedel llamado Manifiesto de Manila:

12. Afirmamos que Dios ha encomendado a toda laiglesia y a cada uno de sus miembros la tarea de dar aconocer a Cristo en todo el mundo; nuestro anhelo esque todos, sean laicos o ministros, sean movilizados ycapacitados para esta tarea.

14. Afirmamos que los dones del Espíritu son

repartidos a todo el pueblo de Dios, tanto a lasmujeres como a los hombres, y que se debe promoverla participación de todos en la evangelización para elbien común.

También nos recuerda dicho Manifiesto que: “Eltestimonio de los laicos, hombres y mujeres, tiene lugar nosólo a través de la iglesia local, sino a través de amistades,en el hogar o trabajo son llamados a participar en la obrade testificar.”

“Nuestra primera responsabilidad es la de testificar anuestros amigos, parientes, vecinos y compañeros. Laevangelización que tiene como punto de partida el hogares también natural, tanto para los casados como para lossolteros. Un hogar cristiano no sólo debería mostrar lasnormas de Dios para el matrimonio, el sexo y la familia,y ofrecer a personas lastimadas un ambiente de amor ypaz, sino que también debe ser un lugar donde puedansentirse a gusto los vecinos que normalmente no visitaríanuna iglesia evangélica y esto aún cuando se hable delevangelio.”

“Otro contexto para el testimonio laico es el lugar detrabajo, porque es aquí donde la mayoría de los cristianospasa la mitad de las horas de cada día, y porque el trabajoes una vocación divina. Los cristianos pueden alabar aCristo con sus palabras, con el trabajo eficaz, con suhonradez y consideración hacia los demás, con subúsqueda de justicia en el lugar de trabajo, y estetestimonio cobra eficacia especial si los demás pueden verpor la calidad de su trabado diario que está hecho para lagloria de Dios.” (El Manifiesto de Manila, “Los testigoshumanos”, pág. 11, Documento de la Comisión deTeología de la AEE, Barcelona, 1990).

Indudablemente el ámbito geográfico de la iglesialocal, el vecindario, es importante. ¡Por supuesto!Sobre todo para aquellos creyentes que tienenrelaciones dentro del mismo, y es incluso másimportante y significativo cuando “vecindario” nosólo se define como el contexto en el que las personastienen amistades, sino aquel en el que funcionanescuelas, hospitales, tiendas y clubes, en el que lacomunidad va adquiriendo su forma.

Sin embargo, las afirmaciones de Manila nosrecuerdan que si la iglesia no aborda también elcontexto laboral, no estará cumpliendo fielmente conla gran comisión y en consecuencia evangelizar unpaís, una ciudad, una sociedad cualquiera será muydifícil de lograr. La historia así lo evidencia yanalizándolo objetivamente observamos que tienesentido.

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tienen relaciones en todo tipo de contextos en los quepuede predicarse el evangelio (clubes deportivos,diversos centros de actividades de tiempo libre, enInternet, en el tren), el lugar de trabajo es el lugardonde la mayoría de cristianos mantienen un númeromás elevado de relaciones humanas.

4) El lugar de trabajo es donde los cristianosresultan más creíbles. La mayoría de cristianostrabajan bien. La mayoría tienen una buena relacióncon sus compañeros, y esto hace que los considerencreíbles. (Cf. Manila, pág. 11).

5) En el lugar de trabajo se aprecia la trasparencia yhonestidad de los cristianos. Las personas pueden verla diferencia de una vida transformada por Cristo. Lagente nos ve tener éxito y fracasar; perder los nervios odominarnos; murmurar o decir las cosas cara a cara;culpar a otros o asumir nuestra responsabilidadcuando nos hemos equivocado. La gente aprecia sirealmente nos importan la honradez y la integridad.La gente detecta si los demás nos importan o no.Perciben si Dios es importante para nosotros o no. Nopodemos escondernos.

Durante los últimos años el entorno laboral se havuelto, si cabe, más importante para la misión, porque

Además de lo dicho, tanto el Pacto de Lausana,como el Manifiesto de Manila recogen también, deforma explícita o implícita, otros puntos importantesque ahora destacamos:

1) El equipo clave para las misiones no esprimariamente el pastor, sino todos los creyentes. Paraesto existe una sencilla razón: hay muchos máscreyentes que pastores, evangelistas y obreros juntos.

La tarea privilegiada de los pastores y maestros es lade guiar al pueblo de Dios hacia la madurez (Col.1:28) y equiparlos para el ministerio (Ef. 4:11-12).Los pastores no deben monopolizar los ministerios,sino multiplicarlos animando a otros a usar sus donesy entrenando a discípulos para hacer discípulos. Eldominio de los laicos por los pastores ha sido un granmal en la historia de la iglesia. Priva tanto a los laicoscomo a los pastores del papel que Dios les haencomendado, produce sobrecarga en éstos, debilita laiglesia y obstaculiza el avance del evangelio. Además,es fundamentalmente no-bíblico. Por tanto, nosotros,que durante siglos hemos insistido en el “sacerdocio detodos los creyentes”, ahora también insistimos en elministerio de todos los creyentes. (Cf. El Manifiesto deManila, pág. 10).

2) El fundamento para la evangelización esrelacional. El motivo de que ellaicado sea crucial no es sólonumérico. Se debe a que todos losestudios indican que las relacioneshumanas son un factorimportantísimo en el proceso deque una persona se convierta alcristianismo. Los creyentes queasisten a las diferentes iglesiaslocales probablemente estánrelacionados con más del 90% dela población de su localidad.Puede que muchos digan que fueun Curso Bíblico porCorrespondencia el instrumentoque los ayudó a conocer elEvangelio, o una predicaciónescuchada en un momentoconcreto, pero lo más normal esque sean las relaciones personaleslas que influyan en una personapara dar crédito e interesarse por elEvangelio.

3) Mientras que las personas

La importancia del lugar de trabajoSi la iglesia no aborda el contexto laboral, no ganaremos Espana.

El lugar de trabajo es el lugar donde la mayoría de cristianos mantienen el númeromás elevado de relaciones humanas.

El lugar de trabajo es donde los cristianos resultan creíbles.

la gente mantiene menos relaciones personales fuerade él, y porque el lugar de trabajo suele ser casi elúltimo ámbito en el que personas de diferentes edades,grupos socioeconómicos, etnias y estadios de la vida,tienen un contacto significativo y regular. Porejemplo, no vemos a mucha gente de 47 años saliendocon personas de 25. Pero en el entorno laboral sepueden relacionar, y se relacionan, personas de entre18 y 65 años.

Cada vez hay un número mayor de líderes queentienden la importancia que tiene el lugar de trabajo,sin embargo, a pesar de las recomendaciones yconclusiones de todos los grandes Congresos deEvangelización, aún no se ha convertido en parteactiva de la planificación estratégica de la mayoría deiglesias. Básicamente, la idea clave no es laimportancia del lugar de trabajo. La idea clave esadmitir el potencial de todo cristiano para evidenciarque es un discípulo de Cristo en el lugar donde está,como mínimo, 40 horas semanales, sembrar elevangelio en las interrelaciones de que disfruta lamayor parte de su tiempo.

Sin embargo, tristemente, los héroes y heroínas dela iglesia aún tienden a ser “los profesionales”,personas con un extraordinario talento que llevanunas vidas tremendamente fructíferas en la obracristiana “a tiempo completo”, a menudo encircunstancias inusuales. Este modelo elitista sueledesanimar fácilmente al resto de creyentes. No somostan listos, tan valientes, no tenemos el don depredicación o ni siquiera oímos el susurro másmínimo de un llamamiento que nos pida irnos a serviral otro lado del mundo. ¿Será que en la vida cristianacotidiana no hay heroísmo?

La realidad es que, un día sí y otro también, loscristianos “normales” hacen cosas extraordinarias encircunstancias asombrosas: no sólo llegando a susamigos y compañeros, sino también transformandoescuelas y centros urbanos, elaborando prácticas yestrategias de producción.

Por ello, el mismo Manifiesto de Manila (pág. 11)recoge la siguiente confesión: “Nos arrepentimos de lasveces que hayamos desanimado a los laicos en suministerio, en especial el ministerio de las mujeres y de losjóvenes. Nos comprometemos de aquí en adelante aestimular a todos los seguidores de Cristo a ocupar el lugarque les corresponda de manera justa y natural, como sustestigos. La verdadera evangelización procede delrebosamiento de un corazón enamorado de Cristo. Por eso

corresponde a todo su pueblo sin excepción.”

Quizás por ello, en las últimas décadas, se haproducido cierto énfasis en “el ministerio de cadamiembro”, pero éste ha quedado confinado sobre todoal “ministerio de cada miembro en la iglesia”, y no seentiende como “el ministerio de cada miembro alládonde Dios lo llame”.

Sin embargo, deberían ser los cristianos “de a pie”quienes realicen el trabajo del ministerio, el testimonioy la transformación. Y ser los pastores y líderes quienesdeberían abordar la misión de dotar de visión, formary respaldar a los creyentes en ese papel.

Deja ir a mi puebloLa verdad es que, en cuanto dejamos de preguntarnos“¿Cómo alcanzaremos nuestro país, nuestra ciudad onuestro pueblo?” y empezamos a plantearnos “¿Quiénirá?”, la imagen empieza a cambiar. De repente, esegrupo de personas que asisten regularmente a la iglesiaempieza a parecernos un enorme recurso.

Incluso suponiendo que la mitad de esas personasque asisten regularmente a la iglesia no se hubieranconvertido o comprometido de verdad, seguimosteniendo un gran potencial para influir con elEvangelio en nuestra sociedad.

El hecho de que un cristiano que trabaja pasa 40horas semanales, más o menos, con unas 50 personasrepresenta una enorme oportunidad. El hecho de queun joven de 23 años al que le gusta hacer deporte pasavarias horas semanales en diversos clubes deportivosrepresenta una excelente oportunidad para forjarnuevas relaciones. De repente, el hecho de que un amade casa que tiene un hijo en la escuela primaria puedacomunicarse con hasta 20-25 parejas de padres seconvierte en una enorme oportunidad para socializar.El hecho de que una persona de 70 años en unaresidencia se relacione 12 horas diarias con 30, 40 ó 50personas más de una edad similar supone unatremenda oportunidad.

Tenemos a las personas suficientes. Y las tenemos enel lugar adecuado.

Revitalicemos al pueblo de DiosEste punto de vista sobre el potencial que tiene cadacristiano para servir a Dios donde está no es sólo unatáctica misionera, sino una verdad bíblica. No sólocontiene el potencial para ver a muchas personas

El hecho de que un cristiano que trabaja oda clases pasa 40 horas semanales, más omenos, con unas 50 personas representa

una enorme oportunidad.

se

is

AEE ALIANZA EVANGÉLICA20

acudir a Cristo, sino para revigorizar a los propioscreyentes. Compartir el mensaje del Evangelio connuestros compañeros de trabajo, vecinos y amigos nosólo los acerca a ellos a la fe, también aviva nuestra fe.

En estos momentos, hay muchos cristianos que sontotalmente inconscientes de sus enormes posibilidadespara servir a Dios donde están. Van a trabajar,cumplen bien con sus obligaciones, intentan serhonrados y vuelven corriendo a sus hogares al final dela jornada para asistir a la reunión de oración oinvolucrarse en alguna actividad de la iglesia, de modoque ese día “puedan hacer algo para el Señor”. Nosaben que ya han estado sirviendo a Dios. No sabenque, hagan lo que hagan, pueden hacerlo para la gloriade Dios.

Si Cristo no es importante para los cristianos en loslugares donde pasan la mayor parte de su tiempo, ¿porqué debería serlo para los inconversos en esos mismosentornos? Y si Dios no es relevante para nosotrosdonde pasamos la mayor parte de nuestros días, ¿porqué iba a serlo donde pasamos mucho menos tiempo?

Además, si los cristianos no somos coherentes con loque creemos y lo que vivimos en nuestra vida, día a día¿por qué deberían creer los inconversos que elcristianismo es importante para la suya?

Si los que indagan en el evangelio no ven que somosdiferentes a los demás en nuestro entorno laboral,entonces seguirán creyendo que las actividadescristianas son, simplemente, la forma que preferimosde pasar el tiempo libre, en lugar de la fuente deenergía de toda nuestra existencia.

Transforma tu entornoAdemás de que cada cristiano puede ser un ejemplopara sus compañeros de cómo Cristo puedetransformar una vida dándole auténtico sentido ysignificado, el hecho de ser conscientes de ello puedefacilitarnos también la tarea de insuflar la sabiduría deCristo en el modo en que se hacen las cosas: en unaescuela, un hospital o una empresa. Las prioridadesdel Rey Creador de todas las cosas, indudablementetendrán un impacto notable sobre el orden creado. Enlos productos que fabricamos, en nuestras actividadeslúdicas, en los salarios que pagamos, en las horas queesperamos que trabajen los demás, etc.

El cristiano inmerso en el mundo de Dios no sólorecibe el mandamiento de dar testimonio oral, sinotambién el de transformar su entorno, permear la

sociedad no cristiana en la que estamos. Como nosdice el Pacto de Lausana en el punto 6 sobre la Iglesiay la Evangelización: “Afirmamos que Cristo envía a losredimidos al mundo como el Padre lo envió a Él y queesto exige una similar penetración profunda y costosa enel mundo. Necesitamos salir de nuestros guettoseclesiásticos y permear la sociedad no cristiana.” (Cf. Op.Cit. pp. 30).

La salvación que decimos tener (y los cristianosproclamamos humildemente que hemos sido salvos)debe transformar nuestras vidas. Pablo instaba a losromanos, “transformaos” y, usando el mismo verbogriego, decía a los corintios, “Estamos siendotransformados” (Rom. 12:2; 2 Cor. 3:18). Estatransformación, si es genuina, debe comprender cadaparte de nuestro ser, es decir, la totalidad de nuestrasresponsabilidades personales y sociales. De otramanera, ¿cómo podemos decir que somos salvos?Porque la fe sin obras es muerta (Sant. 2:20).

Resulta trágico haber pasado por alto estasDeclaraciones, quizás porque muy posiblemente habríasupuesto un cambio radical en la forma de enfocar elministerio cristiano. O quizás porque, como decía uncomentarista, los líderes han colocado a la iglesia pordelante de la misión que tiene, la institución antes queel propósito que se le ha dado. Ésta ha sido siempreuna tentación poderosa.

El pueblo de Dios constituye un magnífico recurso.Y uno de los problemas esenciales de la iglesia es laincapacidad de liberar ese recurso. Tal y como loexpresaba un importante hombre de negocios,Richard Farson: “La verdadera fuerza de un líder radicaen su capacidad de suscitar la fuerza del grupo.”

Sin olvidar que la Iglesia es el resultado de la acciónde Dios por medio del Espíritu y que, asimismo, es elEspíritu quien da a la Iglesia los dones que hacenposible su existencia como una comunidad misionera(1 Co. 2:4ss.), nos preguntamos, buscando Su guía,Su dirección y Su sabiduría, revelada en Su Palabra:

¿Cómo podemos despertar esa fuerza latente en lacomunidad cristiana?

Tenemos a las personas suficientes.

Y las tenemos en el lugar adecuado.

se

is

IMAGINA - IDEA 2004 21

¿Qué te llama Dios a hacer? ¿Qué respaldotiene que proporcionarte tu iglesia?

Deja ir a mi pueblo¿Cómo podrá la iglesia forjar comunidades cristianas que contribuyan a

liberar la fuerza del pueblo de Dios?

sie

te

AEE ALIANZA EVANGÉLICA22

¿Cómo podrá la iglesiaforjar comunidadescristianas que

contribuyan a liberar la fuerza delpueblo de Dios?

1) Preguntemos a ese pueblo.

2) Tomémonos en serio lasrespuestas.

Por supuesto, los líderes son losencargados de marcar la direccióngeneral, pero los buenos líderestambién querrán saber a quéproblemas seenfrentan loscreyentes, y cuálesson los recursosnecesarios parasuperarlos.

Debemos prestaroído no sólo a laPalabra de Dios y almundo (esa dobleescucha, como ladefinía John Stott),sino también alpueblo de Dios: latriple escucha.

Esto no es unaideología centradaen el maestro, sinoen el discípulo.Este paradigma no comienza con lapregunta “¿Cómo te expreso lo quesé?”, sino con otra del estilo de“¿Cómo puedo ayudarte a vivir paraCristo allá donde estés?” O preguntasmás concretas, como:

¿A qué problemas te enfrentas en lavida?

¿Qué te pide Dios que hagas?

¿Qué conocimientos crees que tefaltan?

¿Qué habilidades tienes quedominar?

¿Qué preguntas formulas tú o tus

amigos no cristianos?

¿Qué recursos te serían de utilidad?

¿Qué respaldo necesitas por partede tu iglesia?

¿Qué podríamos descubrir?

Podríamos descubrir que muchosde nosotros nos estamos esforzandopor integrar fe y vida, por fusionar fey trabajo. Podríamos descubrir quenosotros mismos tenemos una seriede preguntas sin respuesta, y que notenemos la confianza suficiente para

responder a las preguntas que,imaginamos, nos plantearán losinconversos.

Podríamos descubrir que enmuchas áreas tenemos sed de unasabiduría que dirija nuestras vidas:para elegir una carrera, un cónyuge,para seguir casados, para criar anuestros hijos, para administrarnuestra economía.

Podríamos descubrir que muchosde nosotros nos sentimos culpablespor lo que consideramos nuestraincapacidad de marcar unadiferencia, que muchos no sabemos

realmente cómo compartir nuestra fe,y que sentimos recelo hacia losmétodos muy estandarizados.

Podríamos descubrir que la barreramás importante que los cristianosconsideran que impide quedesarrollen su pleno potencial enCristo en el ámbito de las misiones esel miedo: miedo a su propiaignorancia, a su propia autoestima, ala vergüenza, al fracaso, a decepcionara Dios.

Esto no nos inhibe de laresponsabilidad deintentar compartira Cristo. Sabemosque Él espera quesu pueblo détestimonio de Él:“Pero recibiréispoder, cuando hayavenido sobre vosotrosel Espíritu Santo, yme seréis testigos enJerusalén, en todaJudea, en Samaria,y hasta lo último dela tierra”

(Hch. 1:8).

A pesar de todo,este entendimientocontemporáneo del

concepto del testimonio se opone aque una mayoría de personas lopractique. Un testigo no esnecesariamente un predicador o elparticipante en un debate. Un testigoes alguien que dice a otros lo que havisto y experimentado.

No se necesita una formaciónespecial para hablar a los demás sobreel día en que conocimos al amor denuestra vida. No necesitamosformación para hablar a nadie delgimnasio donde practicamos esesquash que tanto nos gusta. Bienpudiera ser que nos contestasen que

El poder de

la conversación

El testimonio noconsiste en ganar undebate, sino en teneruna conversación. Yla gran carestía en

la comunidadcristiana de nuestros

tiempos no es unanueva generación de

evangelizadores depúlpito, sino una

comunidad depersonas que hablende Jesús frente a una

taza de café.

IMAGINA - IDEA 2004 23

la pista de squash de su gimnasio esmejor, o que no les gusta el squashporque es el ámbito de losencopetados de clase media, o que eltenis es un juego más apasionante.

El poder de la conversaciónEl testimonio no consiste en ganar undebate, sino en tener unaconversación. Y la gran carestía en lacomunidad cristiana de nuestrostiempos no es una nueva generaciónde evangelizadores de púlpito, sinouna comunidad de personas quehablen de Jesús frente a una taza decafé.

Si el ejemplo del testimonio es unsermón evangelístico o la capacidadde debate que tenga el apologetaprofesional, no es de extrañar que laspersonas no hablen de Cristo. Lacharla preparada al detalle no es algoque podamos emplear normalmenteen una cafetería, y un folletoevangelístico es un instrumento útil,pero dentro de un tiempo y un lugarconcretos.

Es posible que el cristianismoempezara a extenderse por el mundoantiguo a partir del sermón de Pedroante un amplio público, pero nosiguió ese patrón. En realidad, en laBiblia se registran muy pocaspredicaciones ante un gran númerode personas. La mayoría de cultos secelebraban en casas demasiadopequeñas como para contener a lacongregación media propia de laEspaña de nuestros tiempos. Y lamayoría de “predicaciones” tendríaseguramente poco que ver con el tipode discurso ininterrumpido yunilateral que conocemos.

El evangelio tampoco se extendiópor medio de tratados, los medios decomunicación o la penetración de lasestructuras de poder y los canales deinfluencia. Se expandió a través deconversaciones serias, respaldadas porla oración, fortalecidas por el EspírituSanto y validadas por la evidencia deunas vidas transformadas.

Sin embargo, incluso si eltestimonio es afín a la conversación,no es una actividad “natural”. Hablarde Cristo en una actividad con unfuerte componente espiritual. En el

libro de Hechos, los discípulos oransiete veces pidiendo valor o, mejortraducido, “libertad” para hablar deCristo. No cabe duda de que oraroncon mayor frecuencia. El testimoniocristiano no puede quedar reducido auna técnica. Es más que una simpleconversación, y no está carente deriesgos. Después de todo, muchaspersonas de nuestros tiempos se hanempapado del relativismo, y es másprobable que respondan aun a laexposición más directa del evangeliodiciendo que “está bien”, y procedanluego a explicarte cómo el poder delos cristales ha cambiado su vida.

Si el testimonio es, en su grado mássimple, una conversación, esto noequivale a decir que no tenemos laresponsabilidad de estar preparadospara responder a las preguntas de losdemás. Pedro llama a los cristianos a“estar siempre preparados parapresentar defensa con mansedumbre yreverencia ante todo el que os demanderazón de la esperanza que hay envosotros” (1 P. 3:15). Aquel que fuerapescador no nos dice que tengamosque ser capaces de discutir con elcatedrático de budismo enSalamanca, pero nos anima a estarpreparados, presentando una defensalógica, a dar motivos de la esperanza

que tenemos. No tenemos que salirvencedores en la discusión; debemoslimitarnos a exponer nuestroargumento.

Sin embargo, la inmensa mayoríade personas en nuestras iglesias noestá preparada para la misión a la queDios les ha llamado. Y no tienemucho sentido que se nos exhorteconstantemente a ministrar y dartestimonio si tales exhortaciones novan precedidas de una formaciónadecuada, y acompañadas de unrespaldo suficiente. Los instrumentoscomo Explorando el Cristianismo, elEstudio Bíblico Participativo,Cristianismo Contagioso o los CursosAlfa son poderosos no sólo porquepermiten que personas interesadasexploren la fe cristiana, sino porqueconceden a los creyentes laoportunidad de clarificar susconceptos. Y esto induce a una mayorconfianza.

Hay cosas que nuestro pueblo debeconocer. Ya es hora de que alguien se

¿Tu iglesia hace discípulos?¿Estás más cerca de Cristoque hace un año?

Aprender a vivir, vivir para aprenderEl objetivo de la iglesia no es edificarse. Cristo se encarga de eso.

Nuestro objetivo es el de hacer discípulos.

och

o

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Hacer discípulos es la tarea a la que Jesús dedicó sustres años de ministerio público. Eso es lo que hizoBernabé con Pablo y Juan Marcos, y Pablo con

Timoteo. Es cierto que Jesús habló a miles de personas,pero se centró en 12. Cristo hizo discípulos, y nosordenó que hiciésemos lo mismo.

La iglesia en España tiene una estrategia basada en“convertir y conservar”. Cristo tenía una estrategia de“discipular y liberar”. ¿Estamos haciendo discípulos?

Hacer discípulos es un asunto bastante máscomplicado que predicar y enseñar.Se pueden usar las reuniones yprogramas masivos para contribuira hacer discípulos, pero talesmedios no son suficientes. El quehace discípulos tiene que entrar enuna estrecha relación con ellos;debe estar en posición de formularpreguntas difíciles, mantener antelos ojos incrédulos el espejo de laPalabra de Dios; debe saberenfrentarse a las presiones ytentaciones específicas que tiene elindividuo.

Consideremos las siguientespreguntas:

¿Tu iglesia hace discípulos?

¿Estás más cerca de Cristo de lo que lo estabas hace unaño?

Durante el último año, ¿has aprendidosuficientemente sobre lo que significa vivir comoseguidor/a de Cristo en el mundo contemporáneo?

La mayoría de pastores han estudiado para enseñar,predicar y aconsejar. Sin embargo, el discipulado es másque eso, y muchos pastores no han sido formados en elarte de la creación de discípulos. Por lo general, lospastores no son miembros de una célula de estudio porlas casas, ni están involucrados como mentores conpersonas concretas de sus iglesias. Las estructuras en lamayoría de iglesias no se prestan para un buendiscipulado. De hecho, los pastores pasan muy pocotiempo haciendo discípulos o transmitiendo lashabilidades necesarias para ello. Pasan la mayor parte desu tiempo en la administración, la consejería frente a lascrisis y la visitación, preparando y dirigiendo los cultosy elaborando sermones.

El pastor medio tiene una descripción de su trabajoque prácticamente ningún miembro de su congregaciónaceptaría. Además, el pastor medio, según lasconstataciones de la Alianza Evangélica, padece unexceso de trabajo, un alto grado de estrés y recibe unsueldo insuficiente. Un número significativo se estáplanteando dejar el ministerio.

El pastor medio tiene buenas capacidades, estáentregado a Cristo y comprometido con su pueblo. Nopodemos pedirle que haga más. Pero debemos darleslibertad para que hagan lo realmente importante.

Jesús se centraba en el desarrollode un grupo reducido de personas.¿Lo hacemos nosotros?

Un pastor involucrado en eldiscipulado descubrirá incontablesbeneficios para la congregacióncomo unidad. Desarrollará unasrelaciones que revelen losverdaderos intereses en el corazónde las personas, descubrirá laspreguntas a las que se enfrentan loscristianos en este mundo, verá enqué áreas tienen éxito y en cuálesno, y discernirán el porqué. Amenudo la congregación sebeneficia de estas relaciones

profundas y pertinentes con unas pocas personas.

Deberíamos preguntarnos si últimamente hemoshecho algún discípulo. Nuestra enseñanza, ¿va destinadaa crear discípulos abiertos al exterior, o sólo a retener alos convertidos? Nuestros cultos, ¿contribuyen a edificara los discípulos o sólo a mantener la fe? ¿Tenemos líderesque deseen llevar a cabo un programa de formación?¿Gozamos de la profunda convicción de que comunicarlas Buenas Noticias es esencial para el discipulado?

Un anhelo constanteAparte de esto, ¿nuestros patrones eclesiales reflejan elénfasis cuádruple del Nuevo Testamento sobre laoración, el aprendizaje, las relaciones y la comunión? “Yperseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comuniónunos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”(Hch. 2:42).

La iglesia de Cristo no tiene que ser una comunidaddonde la enseñanza “aparezca” de vez en cuando, sino

Deberíamospreguntarnos si

últimamentehemos hecho

algún discípulo.Nuestra enseñanza,

¿va destinada acrear discípulos

abiertos al exterior,o sólo a retener a los

convertidos?Nuestros cultos,¿contribuyen a

edificar a losdiscípulos o sólo a

mantener la fe?

que debe estar “dedicada a enseñar”. Debe ser unaorganización de aprendizaje. La mayoría de las iglesiasno lo son, ni lo serán mientras haya un énfasisaplastante sobre el culto del domingo.

En una hora o 90 minutos, un domingo, se puedenhacer muchas cosas, pero no todo lo necesario. Nopodemos esperar que los pastores o maestros, pordotados que estén, enseñen toda la Biblia y todas lasdoctrinas cristianas esenciales; aparte de qué pensarsobre la clonación, el aborto, Saddam Hussein, las seriesde la tele, el Gran hermano, cómo ser un mejor marido/mujer, amigo/a, jefe/a, padre o madre, y cómo tener unmayor impacto sobre la comunidad, la escuela local, elpuesto de trabajo... y todo ello en 10 minutos o mediahora de un domingo. Y está claro que no podemos darlea todo el mundo la oportunidad de formular laspreguntas sobre la enseñanza que han recibido, o deexpresar sus dudas.

No hay nada malo en la predicación unilateral. Peroes más efectiva en contextos donde se combina conotros medios de aprendizaje. Necesitamos másenseñanza, no menos, sobre todo porque la gentecontemporánea que asiste a la iglesia ha aprendidomenos en la escuela o en su hogar sobre el cristianismoque las personas de generaciones anteriores. Todo nopuede hacerse un domingo, ni ningún pastor deberíapretender que así fuera. La mayoría de personas debeestar preparada para dedicarse a un aprendizaje activo,algo opuesto a querer nutrirse a base de migas.

Un aprendizaje con tres fundamentosPor supuesto, las diversas corrientes de la Iglesiaresponderán a la necesidad de formas distintas. Buenaparte de esto ya lo ha explorado el movimiento eclesialde células suprimirlo, y hay mucho que aprender de loque ellos están descubriendo. Sin embargo, la cuestiónno se centra en una forma concreta que adopte larespuesta, sino en el contenido que pretendemostransmitir y los resultados que queremos obtener. Dichoesto, una iglesia evangélica media, con un culto dedomingo por la mañana, puede funcionar con unaestructura basada en tres pilares, que ofrezca:

1) La oportunidad de adorar a Dios en la comunidad decreyentes, y oír una exposición bíblica.

2) La oportunidad de explorar las verdades bíblicasdentro de un contexto en el que puedan formularsepreguntas y aplicar las verdades a la vida contemporánea(p.e., células casa por casa, estudio bíblico dominicalpara adultos o reuniones de enseñanza entre semana).

3) La ocasión de desarrollar unas relacionessignificativas, que se respalden mutuamente, con unaapreciación de la responsabilidad y el servicio, con unnúmero más reducido de personas, donde haya libertadpara formular y responder preguntas difíciles (p.e.,grupos en casas, grupos de oración, grupos deconversación en el medio de transporte público, tríos enel lugar de trabajo, sesiones previas a salir con losamigos).

IMAGINA - IDEA 2004 25

Un discípulo es unalumno activo y

concentrado.

Un discípulo es unaprendiz y un

practicante; no sóloestudia la Palabra,sino que la practica.

Esencialmente, este fue el patrón que desarrolló elgran evangelista y fundador metodista de iglesias JohnWesley. Pero la clave no estriba en la forma que empleóen su época, sino más bien en que seamos imaginativossobre el modo de trabajar con los ritmos de la vidacontemporánea para ayudarnos mutuamente a crecer enel discipulado.

Resulta interesante constatar que muchos líderessostienen que las personas se niegan a acudir a lasactividades que son muy exigentes. Pero esto depende,en parte, de si nos referimos al 50% de unacongregación o a un grupo de discípulos. Muchaspersonas dedicarán una tarde a una actividad deaprendizaje... y lo están haciendo. ¿Qué podemos hacercon el tiempo que las personas sí dan?

Por ejemplo, va en aumento la popularidad deestudios bíblicos en profundidad. El motivo de que asísea es sencillo: allí se estudia la Biblia, teniendo enmente su aplicación a la vida, y esto contribuye a llevaruna vida santa. Los ocupados profesionales de losbarrios exteriores de las urbes dedicarán horas a algoproductivo, pero se lamentarán de cualquier segundoperdido en un grupo anodino, vacilante. Esto no quieredecir que el futuro radique en estudios bíblicos enprofundidad y que exijan un gran compromiso; lo quesignifica es que una parte de ese futuro consiste en crearcontextos en los que se puedan formular preguntas,expresar las dudas, airear los desacuerdos, enfrentarse alas dificultades y respaldar los compromisos.

Hasta la introducción de las células de estudio, lasolución primaria en España frente a las limitaciones dela predicación unilateral y dominical consistió en iniciargrupos por las casas. Pero la investigación ha sugeridoque más del 70% de los grupos por las casas no teníanunas metas conscientes. De aquellos que sí las tenían, lamitad no eran tanto metas como listas de actividades.Es decir, que el grupo se reunía para hacer cosas (unacombinación de estudio, oración, adoración, amistad),pero sin tener una idea clara de resultados específicos,como p.e., crecer de determinada manera, aprenderhabilidades concretas o animarse unos a otros de formasespecíficas.

Además, la tendencia era la de imponer el mismo tipode material en cada grupo, como si fuera verdad que loscristianos somos todos “talla única”. Esto tiene muypoco sentido desde un punto de vista formativo y deaprendizaje, porque no tiene en cuenta que losasistentes pueden estar en diversos estadios de sudesarrollo cristiano y de sus vidas, y por consiguientetienen necesidades diferentes. Cada uno tiene su talla.

Los discípulos no sólo necesitan un lugar dondeaprender, sino también donde ser “auténticos”,permitiendo que se compartan preguntas y se hagandescubrimientos íntimos, se manifiesten luchas yalegrías, tentaciones y fracasos, pecados y triunfos. Enresumen, necesitan relaciones que les respalden y leshagan responsables. Esto se puede conseguir de muydiversas maneras (en tríos, en parejas, en células), pero

Un discípulo es el seguidor deun maestro concreto.

Un discípulo es responsable antealguien que le conoce y le ayuda

a aprender, crecer y vivir.

Un discípulo mira hacia elexterior, se centra en ayudar a

otros a comprender lo quesignifica ser discípulo.

AEE ALIANZA EVANGÉLICA26

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombredel Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas

que os he mandado.”

Jesús de Nazaret, Mateo 28:19-20

IMAGINA - IDEA 2004 27

tales relaciones son, para muchas personas, una de lasclaves más importantes para gozar de un crecimientocontinuado en Cristo.

Será mejor empezar en algún puntoSi queremos forjar comunidades que tengan comoobjetivo importante discipular, esprobable que esto exija a nuestroslíderes aprender nuevas habilidades.Del mismo modo que intentamosofrecer un aprendizaje que dure toda lavida entre los nuestros, deberíamostomarnos en serio el aprendizaje denuestros pastores, que también perduratoda la vida.

Tristemente, el ministerio pastoral esprácticamente la única profesión dondela gente espera en serio aprender en doso tres años todo lo que necesitandurante toda la vida. Eso no loesperamos de un abogado, un contableo un médico. Además, es un tema quetoda iglesia debe tomarse en serio.¿Cómo podemos garantizar quenuestros pastores estén aprendiendo loque necesitan? ¿Qué parte de nuestropresupuesto dedicamos a ello?

Es bien posible que los pastorespregunten: ¿Cómo podemos hacer discípulos hoy día?¿Cómo podemos crear congregaciones que esténorientadas al discipulado?

La respuesta es, probablemente, empezar poco a pocoy sin grandes pretensiones. Ningún pastor puede hacersolo toda la labor del discipulado, pero sí que puedeempezar en determinado punto, y formar a aquellos queserán capaces de compartir con él su carga. Es vital queesto, con el tiempo, extienda las fuentes de sabiduríapor toda la comunidad. Si no fuera así, la iglesia corre elpeligro de volverse demasiado dependiente del equipopastoral profesional. Éste no puede hacerlo todo, eincluso si pudiera, ésa no es su misión.

Tenemos mucho que aprender, y es probable que siproclamamos con bombo y platillo algún programanuevo como la solución definitiva para los problemas dela iglesia, sus miembros lo reciban con el escepticismoque se merece. No obstante, disponemos de una serie de

recursos. Además, es posible que existan algunosmodelos que ya se están probando y que saldrán a la luzgracias al proceso del que la Alianza Evangélica quiereser pionera.

Sí, tenemos mucho que aprender, pero no debemospermitir que la búsqueda de “grandes modelos” inhibael inicio del proceso del discipulado. Un líder puede

comenzar por preguntar a su congregación cuáles sonlas cosas que les ayudarían, o empezar un grupo conpocas personas con la intención expresa de ayudarlas acrecer.

El mayor recurso de la iglesia son las personas de queya disponemos. Debemos hallar maneras de ayudarlas aacercarse a quienes aún no conocen a Cristo, congenerosidad, humildad y propósito.

och

o

¿Imagínate que le formulamos a Jesús lapregunta: Señor, ¿cómo puedo marcar unadiferencia para ti hoy?

Debemos llegar a convencernos de lo siguiente:

España nunca se convertirá a menos que forjemosunas comunidades abiertas, auténticas, donde seaprenda y se ore, que se centren en la formación dediscípulos de por vida, y que aprovechen lasoportunidades para ejemplificar y compartir elevangelio siempre que se relacionen con laspersonas presentes en sus vidas cotidianas.

Y debemos orar.

Todo cristiano tiene este alto llamamiento: implicarseen la historia de la relación entre Dios y lahumanidad, historia que sigue adelante.

Todo cristiano puede ser diferente donde está, ymarcar una diferencia precisamente en ese lugar.

Y cada uno de nosotros está involucrado en la luchapara vencer al mal con el bien, ayudar a los débiles,consolar a los que sufren, alimentar a los pobres, ycrear un país, un pueblo, un lugar de trabajo, unaescuela o un hogar donde la levadura del Reino lotransforme todo.

Oremos.

Imagina si creásemos comunidades de oración, derespaldo y de formación que nos ayudasen a creceren sabiduría, humanidad y amor generoso;comunidades a las que la gente quisiera acudir.Comunidades que capacitaran a sus miembros aacercarse a otros.

Imagínate que le formulamos una pregunta a Jesús:

“Señor, ¿cómo puedo marcar una diferencia para ti hoy?”

¿Qué diferencia supondría eso? ¿Dónde nos llevaríaJesús, individual y colectivamente? A un lugar muyemocionante que, en muchos casos, es exactamentedonde estamos ahora. Pero nos irá pareciendodiferente cuando comencemos a verlo a través de Susojos. E incluso lo será más cuando Él empiece a obraren él.

Que así sea en cualquier lugar donde estés.

Y en nuestro país.

Tu país te necesitaEspaña es un país secularizado, y nuestras familias, amigos, vecinos y

colaboradores necesitan escuchar el evangelio en términos que lo puedanentender. No podemos esperar que acudan a nuestras iglesias; deben

aprender de Cristo a través de nosotros.

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