(Imprimir)Tipos de Mundo en La Narrativa Ejercicios y Explicacion

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Tipos de mundo en la narrativa Mundo cotidiano: “A principios del mes de julio de 1850 atravesaba la puerta de calle de una hermosa casa de Santiago un joven de veintidós a veintitrés años. Su traje y sus maneras estaban muy distantes de asemejarse a las maneras y al traje de nuestros elegantes de la capital. Todo en aquel joven revelaba al provinciano que viene por primera vez a Santiago. Sus pantalones negros, embotinados por medio de anchas trabillas de becerro, a la usanza de los años de 1842 y 43; su levita de mangas cortas y angostas; su chaleco de raso negro con largos picos abiertos, formando un ángulo agudo, cuya bisectriz era la línea que marca la tapa del pantalón; su sombrero de extraña forma y sus botines abrochados sobre los tobillos por medio de cordones negros componían un traje que recordaba antiguas modas, que sólo los provincianos hacen ver de tiempo en tiempo, por las calles de la capital”. EXPLICACIÓN: La referencia a un año específico de la historia (1850) y a una ciudad existente en nuestro país (Santiago), revelan el intento por hacernos creer como lectores que se trata de un mundo que podemos encontrar en la realidad. La sensación de estar frente a un mundo cotidiano se ve reforzada por la descripción detallada del vestuario del personaje y de algunas costumbres de la época, ya que estos elementos funcionan como rasgos que dan apariencia de realidad. Mundo onírico: “Era otra vez el Conejo Blanco, que volvía saltando poco a poco y mirando ansiosamente a uno y otro lado como si estuviera buscando algo. Alicia oyó que mascullaba para sus adentros: "¡Ay, la Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Por vida de mis queridas patitas! ¡Ay de mi piel y de mis bigotes!” EXPLICACIÓN: Todo parece en orden en esta historia. No obstante, cuando el conejo habla frente a Alicia vemos que la lógica de lo que estamos acostumbrados a percibir como habitual se quiebra o se violenta. Que un conejo nos hable puede sucedernos en un sueño, pero no en nuestra realidad cotidiana, y es por eso hablamos de mundo onírico. Mundo mítico: “En el epew -relato- del origen del Pueblo mapuche, nuestros antepasados dicen que el primer Espíritu Mapuche vino desde el Azul. Pero no de cualquier Azul sino del Azul del Oriente. Y como en nuestra Tierra no había nada que pintara ese Azul como el expresado en el cielo profundo, intenso, dijeron que el Azul existe en el Oriente y en el espíritu y el corazón de cada uno de nosotros. Y que cuando el espíritu -en la brevedad de su paso por

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Tipos de mundo en la narrativa

Mundo cotidiano:A principios del mes de julio de 1850 atravesaba la puerta de calle de una hermosa casa de Santiago un joven de veintids a veintitrs aos. Su traje y sus maneras estaban muy distantes de asemejarse a las maneras y al traje de nuestros elegantes de la capital. Todo en aquel joven revelaba al provinciano que viene por primera vez a Santiago. Sus pantalones negros, embotinados por medio de anchas trabillas de becerro, a la usanza de los aos de 1842 y 43; su levita de mangas cortas y angostas; su chaleco de raso negro con largos picos abiertos, formando un ngulo agudo, cuya bisectriz era la lnea que marca la tapa del pantaln; su sombrero de extraa forma y sus botines abrochados sobre los tobillos por medio de cordones negros componan un traje que recordaba antiguas modas, que slo los provincianos hacen ver de tiempo en tiempo, por las calles de la capital. EXPLICACIN:La referencia a un ao especfico de la historia (1850) y a una ciudad existente en nuestro pas (Santiago), revelan el intento por hacernos creer como lectores que se trata de un mundo que podemos encontrar en la realidad. La sensacin de estar frente a un mundo cotidiano se ve reforzada por la descripcin detallada del vestuario del personaje y de algunas costumbres de la poca, ya que estos elementos funcionan como rasgos que dan apariencia de realidad. Mundo onrico:Era otra vez el Conejo Blanco, que volva saltando poco a poco y mirando ansiosamente a uno y otro lado como si estuviera buscando algo. Alicia oy que mascullaba para sus adentros: "Ay, la Duquesa! La Duquesa! Por vida de mis queridas patitas! Ay de mi piel y de mis bigotes!EXPLICACIN: Todo parece en orden en esta historia. No obstante, cuando el conejo habla frente a Alicia vemos que la lgica de lo que estamos acostumbrados a percibir como habitual se quiebra o se violenta. Que un conejo nos hable puede sucedernos en un sueo, pero no en nuestra realidad cotidiana, y es por eso hablamos de mundo onrico. Mundo mtico:En el epew -relato- del origen del Pueblo mapuche, nuestros antepasados dicen que el primer Espritu Mapuche vino desde el Azul. Pero no de cualquier Azul sino del Azul del Oriente. Y como en nuestra Tierra no haba nada que pintara ese Azul como el expresado en el cielo profundo, intenso, dijeron que el Azul existe en el Oriente y en el espritu y el corazn de cada uno de nosotros. Y que cuando el espritu -en la brevedad de su paso por este mundo- abandona al cuerpo, se va hacia el Poniente a llamar al Balsero de la muerte para que lo ayude a cruzar el Ro de las Lgrimas y llegar as a la isla -el Pas- Azul en la que habitan los espritus de nuestros Antiguos. Chiuailaf, Elicura: Recado confidencial a los chilenos, EXPLICACIN:El texto anterior explica diversos fenmenos (el origen del pueblo mapuche y lo que sucede con el sujeto despus de la muerte), a partir de la intervencin de fuerzas sobrenaturales o divinas: el Azul, el Balsero de la muerte, el Ro de las Lgrimas. Estos rasgos nos permiten deducir que se trata de un texto que configura un mundo mtico, base de las creencias de la cultura mapuche. La lgica propia de este tipo de mundo se relaciona con la convivencia entre dioses y hombres, la presencia de fuerzas sobrenaturales, la magia, etc. Mundo fantstico:Cuando Gregorio Samsa se despert una maana despus de un sueo intranquilo, se encontr sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazn y, al levantar un poco la cabeza vea un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas poda mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridculamente pequeas en comparacin con el resto de su tamao, le vibraban desamparadas ante los ojos. Qu me ha ocurrido?, pens. No era un sueo. Su habitacin, una autntica habitacin humana, si bien algo pequea, permaneca tranquila entre las cuatro paredes harto conocidas.

Mundo maravilloso:Como se cuenta en el Hobbit, un da llego a la puerta de Bilbo el gran Mago, Gandalf el Gris, y con l trece enanos: nada menos que Thorin Escudo de Roble, descendiente de los reyes, y doce compaeros de exilios. Bilbo sali con ellos del todo perplejo, en una maana de abril del ao 1341 de la cronologa de la Comarca, a la bsqueda del gran tesoro: el tesoro oculto de los reyes Enanos de la Montaa, debajo de Erebor en el valle, lejos al este. La bsqueda fue fructfera, y dieron muerte al dragn que custodiaba el tesoro.El seor de los anillos: La comunidad del anillo, J.R.R Tolkien.

Mundo legendario:Haba una vez un hombre muy forzudo, pero muy jactancioso. Una vez pas por el lugar donde se construa un templo de anchos muros y fuertes columnas, al verlo dijo lleno de soberbia:-Gran cosa esto. Soy capaz de echarlo al suelo de una patada.Y as lo hizo, festejando su atrevimiento con carcajadas.El juez mand prenderlo y engrillarlo, y de este modo lo condujeron a la crcel.El castigo de Dios fue ms severo que el de los hombres. Por su vanidad y profanacin, fue convertido en chingolo.Por eso este pajarito conserva su bonete de presidiario, anda siempre nervioso y, como an lleva puestos los grillos, slo puede caminar a saltito.

Mundo fantstico:

El moro acerc su cabezota y me dijo algo al odo; para disimular le di un terrn de azcar que tena en la mano. Afortunadamente nadie me oy, de lo contrario hubieran pensado que yo estaba loco, porque la gente no habla con las animales (o los animales no hablan con la gente, todo es cuestin de puntos de vistas).

Mundo realista:

El viejo tom de la mano al pequeo y juntos se internaron en el negro tnel. Eran de los primeros en llegar y el movimiento de la mina no empezaba an. De la galera, bastante alta para permitir al minero erguir su elevada talla, slo se distingua parte de la techumbre cruzada por gruesos maderos. Las paredes laterales permanecan invisibles en la oscuridad profunda que llenaba la vasta y lbrega excavacin. A cuarenta metros del pique se detuvieron ante una especie de gruta excavada en la roca. Del techo agrietado, de color de holln, colgaba un candil de hoja de lata cuyo macilento resplandor daba a la estancia la apariencia de una cripta enlutada y llena de sombras. En el fondo, sentado delante de una mesa, un hombre pequeo, ya entrado en aos, haca anotaciones en un enorme registro. Su negro traje haca resaltar la palidez del rostro surcado por profundas arrugas. Al ruido de pasos levant la cabeza y fij una mirada interrogadora en el viejo minero, quien avanz con timidez, diciendo con voz llena de sumisin y de respeto:

- Seor, aqu traigo al chico La compuerta nmero 12 Baldomero Lillo

Mundo onrico:

Un hombre est frente a m, muy cerca de m. Es joven; unos ojos muy claros en un rostro moreno y una de sus cejas, levemente arqueada, prestan a su cara un aspecto casi sobrenatural. De l se desprende un vago, pero envolvente calor. Y es rpido, violento, definitivo. Comprendo que lo esperaba y que le voy a seguir como sea, donde sea. Le echo los brazos al cuello y l entonces me besa, sin que por entre sus pestaas las pupilas luminosas cesen de mirarme.Ando, pero ahora un desconocido me gua. Me gua hasta una calle estrecha y en pendiente. Me obliga a detenerme. Tras una verja, distingo un jardn abandonado.El desconocido desata con dificultad los nudos de una cadena enmohecida. (...)Estoy frente a la casa de mi amante. Las persianas continan cerradas. Contemplo, gozosa, el jardn abandonado. Me aprieto a las fras rejas para sentirlas muy slidas contra mi carne. No fue un sueo, no! (...)Un criado me invita a pasar, con la mirada.Avisar a la seora insina el criado y se aleja.La seora? Qu seora? Paseo una mirada a m alrededor. Y esta casa, qu tiene que ver con la de mis sueos? ( Maria Luisa Bombal la ltima Niebla )