INCAS. Denominados así por los conquistadores españoles, los incas se establecieron en Cuzco en el S XIII y se expandieron militarmente en el S XV, constituyendo un imperio que llegó a abarcar los territorios actuales de Perú, Bolivia, Ecuador, y el norte de Argentina y Chile. Para practicar la agricultura en los Andes desarrollaron el cultivo en terrazas, cuya construcción y mantenimiento requería de la coordinación de una autoridad centralizada, que se materializa en una monarquía absoluta, vitalicia, hereditaria y teocrática. La tierra pertenecía toda al soberano, llamado Inca, pero se asignaba una parte a su manutención, una al mantenimiento del culto religioso y otra al pueblo. En épocas de escasez las dos primeras podían alimentar al pueblo. El Imperio inca o Tahuantisuyo, unido por una red de caminos por donde transitaban los mensajeros o chasquis, tenía capital en Cuzco y estaba dividido en cuatro gobernaciones dirigidas por capacs. Les siguen en autoridad los curacas, jefes de los ayllus (grupos de familias que comparten un antepasado mítico humano, animal o vegetal a través del cual se reparte la tierra, se organiza el trabajo y se gobierna) y los funcionarios, entre los que están los quipucamayos. De carácter expansivo, los incas imponían a los vecinos sometidos el culto al Sol (Inti) y la lengua quechua. Su sociedad privilegió a los nobles (familiares del Inca y funcionarios), a los guerreros y a los sacerdotes. Los campesinos también son artesanos, colaboran con las obras públicas y constituyen la tropa del ejército. Existió entre los incas una modalidad de servidumbre denominada yanaconazgo en la que sólo uno de los hijos heredaba la condición subordinada de su padre

De religión politeísta y naturalista, los incas rendían culto a animales y fenómenos naturales a los que denominaban huacas. Creyeron en la reencarnación de las almas en el cuerpo de los muertos, por lo que practicaron la momificación. Las momias eran lavadas, cambiadas de ropa, exhibidas y trasladadas en las fiestas. Emplearon la numeración decimal y, contrariamente a lo que sugiere la complejidad de su civilización, no ha quedado rastro de su escritura si es que la tuvieron. Algunos historiadores creen hallarla en los quipus, conjuntos de cuerdas con nudos de distinto color y grosor que los funcionarios usaban para hacer cuentas y a los que los cronistas españoles otorgaron también capacidad de almacenar datos no numéricos. Para otros, la escritura inca está en las decoraciones geométricas y repetidas de la cerámica y los tejidos. No conocieron la rueda, ni el arado ni emplearon animales de tiro.

En el Tahuantisuyo encontramos poblaciones que son fruto del urbanismo informal y otras que son el resultado del planeamiento urbano oficial del Estado, cuyo objetivo era efectivizar la ocupación territorial. En estos casos los arquitectos – ingenieros buscaron la simplicidad en el diseño, la rapidez en la materialización del mismo y la facilidad de reproducción. Por otra parte, la copia rígida de los patrones urbanísticos es materialmente imposible por la geografía serrana donde se implantó. El ejemplo mejor conservado es el de Machu Pichu, ciudad que ya había sido abandonada antes de la conquista española y que fue descubierta en 1911 por Hiram Bingham, profesor de historia norteamericano. Su nombre significa montaña vieja y se refiere a la elevación sobre la que está emplazada la ciudad, mientras que el pico situado en frente recibe el nombre de Huayna Pichu, es decir, montaña nueva. Su ubicación a 2.700 m de altura se debe a su función religiosa (al parecer fue concebida como residencia para sacerdotes) y a su capacidad estratégica, reforzada por una serie de asentamientos que la rodean de los que aún se conservan restos.

Machu Pichu

Pese a que tenía potencial para ser económicamente autosuficiente no llegó a serlo, debiendo ser abastecida desde las zonas serrana y selvática. Aún así, posee una zona agrícola con terrazas y depósitos de alimentos claramente diferenciada de la zona urbana. Sus edificios, agrupados en recintos amurallados, tienen gran perfección técnica, aunque poca variedad y escasa decoración. Los muros presentan distintos tipos de aparejo según su función y época de construcción. Los de piedras talladas para encajar sin material de unión (que al parecer se reservaban para los edificios religiosos), pueden presentar aparejo engastado o celular, denominado estilo tiahuanaquense (Tiahuanaco es el nombre de una civilización pre incaica con centro en Bolivia), o aparejo regular, llamado estilo inca imperial. La calidad del muro descendía en los edificios habitacionales, que presentan piedras sin pulir con material de unión; empleándose la construcción más tosca para las clases populares. El almohadillado exterior de los muros manifiesta una voluntad decorativa, así como el tallado de una piedra grande en falsos sillares para que no desentonase en el conjunto. Lo macizo predomina sobre los vanos. Las aberturas, ya sean puertas, ventanas abiertas o ventanas ciegas (también denominadas ventanas rituales porque probablemente albergaran imágenes religiosas) tienen forma trapezoidal. Las viviendas de Machu Pichu tienen salientes en forma de tronco y argollas de piedra para sostener las vigas de madera sobre las que se armaban los techos de paja. Las piedras provienen de una cantera existente en la propia montaña. Sus conocimientos astronómicos quedan demostrados por la existencia de una piedra romboidal que recuerda a la Cruz del Sur cuyas puntas están orientadas con exactitud hacia los puntos cardinales. De hecho, los arqueólogos interpretan como observatorio astronómico al único edificio de paredes curvas que se conserva.

Cerca de la ciudad de Cuzco, donde los españoles edificaron sus edificios sobre las ruinas incas, no sólo para aprovechar los cimientos sino para resaltar el aplastamiento de la cultura vencida, se encuentra la Fortaleza de Sacsahuamán, con su triple muralla en zig zag, construida con gigantescas piedras talladas para conformar un aparejo almohadillado mixto, celular y engastado, cuyas puertas de acceso están en los ángulos interiores.

APAREJO INCA

Fortaleza de Sacsahuamán