Indignidad Para Suceder 2010-2
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59-CAC-2009
SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
nueve horas y quince minutos del diecinueve de enero de dos mil diez.
Vistos en casación la sentencia definitiva pronunciada a las quince horas cuarenta y ocho
minutos del treinta de enero de dos mil nueve, por la Cámara de la Segunda Sección de
Occidente, que resuelve en apelación la sentencia definitiva pronunciada por el Juez de lo
Civil de Sonsonate, a las diez horas del cinco de noviembre de dos mil ocho, en el Juicio
Civil Ordinario Declarativo de Indignidad para suceder al causante Esteban Antonio
Orellana Zamora, promovido por el licenciado Manuel de Jesús Cea, en su carácter de
apoderado general judicial del señor Roberto Armando Herrera Ochoa.
Han intervenido en Primera y Segunda Instancia y en Casación, como apoderado de la parte
actora el licenciado Manuel de Jesús Cea y como apoderado de la parte reo el doctor Luis
Felipe Lemus Magaña.
VISTOS LOS AUTOS; Y,
CONSIDERANDO:
I) La sentencia definitiva pronunciada en Primera Instancia dice: «POR TANTO: Por las
razones expuestas y lo que disponen los Arts. 417, 418, 421, 422, 427, 432 Pr.C., 596 y sig.
C.Cv., 969 y sigo C.Cv., a nombre de la República de El Salvador, FALLO: Declárase NO
HA LUGAR la demanda interpuesta contra las señoras Elena Orellana Zamora, Rosa Inés
Orellana de Posada, Celsa Orellana Zamora de Galicia, Adela Orellana Zamora y Agustina
del Carmen Orellana Viuda de Martínez, de generales conocidas, promovido por el señor
Roberto Armando Herrera Ochoa, también de generales conocidas.- Líbrese oficio al señor
Registrador de la Propiedad Raíz é Hipotecas de este Departamento a fín de que cancele la
Anotación Preventiva inscrita bajo el Número 23 del Libro 35.- De conformidad al Art. 11
de la Constitución de la República en relación con el Art. 1248 Pr.C., Hágase saber la
presente sentencia a la parte Victoriosa.- NOTIFIQUESE.-»
II) El fallo de Segunda Instancia expresa: «POR TANTO: Con fundamento en las razones
expuestas, disposiciones legales citadas y Al-1s. 417, 421, 427, 428, 439, 1089 y 1091 Pr.
C., a nombre de la República de El Salvador, esta Cámara FALLA: 1) CONFIRMASE la
sentencia pronunciada por el Juez de lo Civil de esta ciudad, a las diez horas del cinco de
noviembre de dos mil ocho, en la que DECLARO NO HA LUGAR la demanda interpuesta
en el JUICIO CIVIL ORDINARIO DECLARATIVO DE INDIGNIDAD PARA
SUCEDER EN LA SUCESION DEL CAUSANTE ESTEBAN ANTONIO ORELLANA
ZAMORA, por ROBERTO ARMANDO HERRERA OCHOA, a través de su apoderado
general judicial Licenciado MANUEL DE JESUS CEA, en contra de ELENA
ORELLANA ZAMORA, CELSA ORELLANA ZAMORA DE GALICIA, ADELA
ORELLANA ZAMORA, ROSA INES ORELLANA DE POSADA y no DE PARADA, y
AGUSTINA DEL CARMEN ORELLANA VIUDA DE MARTINEZ; y que ordenó librar
oficio al señor Registrador de la Propiedad Raíz e Hipotecas de este Departamento, a fin de
que cancele la Anotación preventiva inscrita bajo el Número VEINTITRES del Libro
TREINTA Y CINCO, que afecta la inscripción Número OCHENTA Y DOS del Tomo
NOVECIENTOS CUARENTA de propiedad. 2) REFORMASE el fallo de primera
instancia en el sentido de que se declara que no ha lugar la nulidad parcial de la resolución
dictada por el Juez de lo Laboral de esta ciudad a las once horas cincuenta y cinco minutos
del diecinueve de febrero de mil novecientos noventa y dos, en lo referente únicamente a la
declaratoria de herederos dictada a favor de las demandadas ELENA ORELLANA
ZAMORA, CELSA ORELLANA ZAMORA DE GALICIA, ADELA ORELLANA
ZAMORA, ROSA INES ORELLANA DE POSADA y no DE PARADA, Y AGUSTINA
DEL CARMEN ORELLANA VIUDA DE MARTINEZ; así también se declara que no ha
lugar la nulidad parcial del traspaso que se hizo a favor de dichas demandadas sobre un lote
de terreno rústico, ahora semi-urbano, situado en los suburbios del Barrio El Angel de esta
ciudad, desmembrado de otro de mayor extensión y ubicado en la Lotificación Belén, el
cual es el lote número veinticinco, inscrito al número ochenta y dos del libro novecientos
cuarenta del Registro de la Propiedad de este Departamento. 3) Condénase al actor
ROBERTO ARMANDO HERRERA OCHOA en las costas procesales de primera y
segunda instancia. Devuélvase el proceso principal al Juzgado de origen con certificación
de la presente sentencia. HÁGASE SABER.»
III) No conforme con dicha resolución el licenciado Manuel de Jesús Coa, apoderado de la
parte actora, interpuso recurso de casación en los siguientes términos: «IV.-
FUNDAMENTO DEL PRESENTE RECURSO DE CASACIÓN. CAUSA GENÉRICA:
Infracción de Ley o Doctrina Legal. Art. 2 letra "a" de la Ley de Casación. CAUSA
ESPECÍFICA: 1) Violación de ley Art.3 Numeral 1 de la Ley de Casación y 2) Errónea
interpretación de la ley Art.3 Numeral 2 de la Ley de Casación. 3) Error de derecho en la
apreciación de la prueba. 4) Error de Hecho en la Apreciación de la prueba. PRECEPTOS
QUE SE CONSIDERAN INFRINGIDO: 1) En relación a la violación de la ley: Art.324
Pr.C. 2) En relación a la errónea interpretación de la ley Art.969 N' 3 C.C. 3) Error de
Derecho en la Apreciación de la Prueba: Art. 321 y 1573C.C.Pr.C. y Art.319 Pr.C. 4) Error
de Hecho en la Apreciación de la Prueba Documental: Art. 265 N°3Pr.C. CONCEPTO EN
QUE SE ENTIENDEN INFRINGIDOS DICHOS PRECEPTOS. VIOLACIÓN DE LA
LEY ART. 324 Pr.C. "La violación de ley se manifiesta cuando se omite la norma jurídica
que hubiera podido ser aplicada, pero debiéndose tal omisión a la falsa elección de otra
norma" LINEAS Y CRITERIOS JURISPRUDENCIALES DE LA SALA DE LO
CIVIL. AÑO 2000-2001 PAG.83. "Nuestra jurisprudencia ha aceptado que la violación de
ley puede darse aun cuando únicamente se deja de aplicar la norma que debía aplicarse, no
necesariamente por la falsa elección de otra norma en su lugar. (60 Nva. S.S.)" Revista
Que Hacer Judicial: Medio Siglo de Jurisprudencia Casacional. Pag.19. En este caso se
dice que existe violación de ley, no por la acción de elegir falsamente una norma, sino por
la omisión de no elegir ninguna otra norma aplicable al caso, infracción que ha sucedido en
auto. El Art. 324 Pr.C. dice: "Si el número de testigos fuere desigual, y concurrieren en
ellos las circunstancias citadas en el artículo precedente, el Juez atenderá al mayor número;
pero si los unos no fueren fidedignos, atenderá a los otros aunque sean menos en número."
En el desarrollo del Juicio se presentaron cinco testigos por la parte actora., y tres testigos
por la demandadas (sic), a simple vista se entiende que si el número es desigual el Juzgador
deberá darle validez al mayor número de testigos, así lo ordena la norma citada como
infringida, pero la Cámara Sentenciadora no le dio cumplimiento a dicha disposición,
siendo la correspondiente a aplicar al caso concreto y por tal razón violo (sic) la ley. La
disposición citada, afecta verdaderamente el fondo del asunto, pues si la Cámara hubiera
aplicado tal norma, la providencia dictada fuera diferente, es decir que se hubieran
declarado indignas a las demandadas. La norma es la correspondiente al caso concreto y al
no aplicarla el Tribunal Ad quem ha cometido la infracción. En las declaraciones de los
testigos, el Tribunal de Segunda Instancia, ha dicho: "que la lógica procesal no admite la
prueba directa de hechos negativos- en el caso analizado que las herederas señaladas como
indignas no socorrieron al causante, esta afirmación si puede ser probada por vía indirecta
estableciendo los hechos de donde se infiera que aquellas no socorrieron a su hermano,
pudiéndolo hacerlo y estando obligadas moralmente a hacerlo- sin embargo analizadas las
declaraciones rendidas tanto por los testigos presentados por el actor, como los presentados
por las demandadas, no se ha probado que estas ultimas (sic) se abstuvieran de socorrer al
causante pudiéndolo haberlo hecho y estando obligadas moralmente para hacerlo y, que a
consecuencia de ello, el causante haya estado en abandono, sin tener lo necesario para
subsistir, lo que implicaría un estado de indigencia." El Tribunal Ad Quem consideró qué
no debía aplicarla dicha disposición porque no comprendía al caso concreto sometido a su
decisión. Puede verificarse en el considerando jurídico, que no se tuvo por acreditados los
hechos que los testigos presentados por el actor, habían declarado sin ninguna
fundamentación jurídica, sino que simplemente se limite a decir que no se ha probado que
estas ultimas (sic) se abstuvieran de socorrer al causante pudiéndolo haberlo hecho,
situación que atenta contra el sistema de valoración de la prueba tasada, pues a mayor
número de testigos la Cámara debía pronunciarse a favor de ellos y de no otorgarles el valor
probatorio que la ley ordena, debió haber fundamentado legal, doctrinaria y
jurisprudencialmente tal denegativa, situación que no puede evidenciarse en los
considerandos de la sentencia pronunciada por la Cámara y que por consecuencia, atenta
contra el principio constitucional de fundamentación de las sentencias, pues lo que en
puridad de derecho correspondía era la aplicación del Art. 324 Pr.C. en donde el supuesto
hipotético de tal norma, que ordena al Juzgador que si el número de testigos es desigual,
debe inclinarse hacia la deposición de los mismos, pero tal aplicación no se identifica en la
sentencia pronunciada por ese Honorable Tribunal, por lo que comete la infracción que es
alegada. ERRÓNEA INTERPRETACIÓN DE LA LEY Art.969 N° 3C.C. La Cámara
Sentenciadora, ha dicho: Guillermo Cabanellas, define la indigencia como "la carencia de
recursos para adquirir ropas y alimentos" y, en el enfoque social indigencia es "la falta de
recursos económicos para alimentarse, vestirse y otras necesidades primarias de la
existencia" Por otra parte dijo: "ha quedado probado que el señor Esteban Antonio Orellana
Zamora, no vivió ni murió en estado de indigencia, pues no era falto de medios económicos
para su subsistencia, ya que era propietario del inmueble antes dicho." El Art. 969 dice:
"Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: 3° El cónyuge o
consanguíneo dentro del cuarto grado inclusive, que en el estado de enajenación mental o
de indigencia de la persona de cuya sucesión se trata, no la socorrió pudiendo" Tal
considerando Honorable Cámara, es erróneo por los siguientes motivos: a) La Cámara
Sentenciadora, ha interpretado erróneamente lo que se entiende por indigencia, pues según
el Diccionario de la Real Academia Española indigencia "es la carencia de medios para
alimentarse, para vestirse." En ese sentido una persona puede tener una casa en donde
habitar y no tener medios con que alimentarse. No es cierto pues, corno lo interpreta la
Cámara, que no existe indigencia porque el difunto era propietario de un inmueble, llegar a
una conclusión de tal manera, es atentar contra el tenor literal de la ley. Pues es evidente
que si una persona se encuentra sin medios o recursos económicos para alimentarse y
vestirse es un indigente, independientemente si tiene un lugar para vivir, no puede
interpretarse la indigencia corno la carencia de todos los medios de subsistencia, de ser así
el indigente no tuviera bienes que transmitir y la aceptación de herencia se tornaría
obsoleta. Según el Dr. Roberto Romero Carrillo, en su obra "Nociones de Derecho
Hereditario" tercera edición, Pág. 53 "indigencia es la falta de medios para pasar la vida" de
ahí tenemos, que ser propietario de un inmueble no es el medio suficiente para pasar la
vida, pues también necesita de alimentación, vestuario, asistencia medica (sic), etc. Por lo
cual, la interpretación que hace la Cámara Sentenciadora, de la indigencia, es desapegada a
lo que textualmente significa, por lo que comete la infracción que se comenta. b) Dentro del
contexto anterior, la alimentación uno de los medios que más trascendencia tiene en cuando
a la indignidad, pues, este mismo autor también nos dice: "Tampoco son dignos de suceder
al causante a quien no socorrieron PROCURÁNDOLE AYUDA ECONÓMICA. AL
MENOS PARA SU ALIMENTACIÓN, cuando se encontraba en estado de indigencia,
aprovechar la fortuna que después logro obtener, sin haberlo socorrido cuando él lo
necesitaba, es una gran inmoralidad." (Las mayúsculas y subrayado son mías) Esto es así
porque el cónyuge y los parientes más cercanos tiene el deber moral de ampararlo y dejarlo
abandonado a su suerte en tal estado indica no solo desafecto sino perversidad. En
consecuencia, el argumento de la Cámara Sentenciadora por el cual afirma que el causante
no vivió ni murió en estado de indigencia, pues no era falto de medios económicos para su
subsistencia, ya que era propietario del inmueble antes dicho; comete la infracción alegada
por interpretar erróneamente la ley. c) Otro elemento que debe tenerse en cuenta para
entender la indigencia, es el auxilio o socorro que debieron realizar los parientes al
causante, es decir velar para que subsistiera con los medios esenciales para pasar la vida, en
ese sentido, en el derecho comparado la Indignidad por falta de socorros (art. 968 N° 3
Código Civil de Chile), el legislador estima que los demás parientes consanguíneos tienen
la obligación moral de socorrerse, cuando uno de ellos se encuentre en estado de
destitución o pobreza "La doctrina concuerda, en general, en considerar que si el heredero
cuidó del enfermo, aunque no promoviera el juicio de insania, no está alcanzado por la
causal de indignidad que estudiamos." Eduardo Zannoni: Manual de Derecho de las
Sucesiones. Cuarta edición, Editorial Astrea, pág.85. Por tal razón, puede evidenciarse que
en el juicio las demandadas son indignas de suceder al causante, porque no lo socorrieron
en el estado de indigencia que se encontraba, a pesar de que era dueño de un inmueble,
cumpliéndose por ello, la infracción alegada. d) Por ultimo (sic), si atendemos al espíritu de
la ley consultando su historia, el Código Civil de mil ochocientos sesenta, en su Art.942
decía: "Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: 3° el consanguíneo
dentro del sexto grado de consanguinidad inclusive, que en el estado de demencia o
destitución de la persona de cuya sucesión se trata, no la socorrió pudiendo. Destitución
significa: "Privar a uno de alguna cosa. Separar a uno de su cargo como corrección o
castigo. Puede apreciarse entonces que tal norma hablaba de destitución, es decir que si el
causante quedaba sin trabajo los parientes tenían el deber de socorrerlo, pero tal palabra fue
suprimida y se uso la de indigencia siguiendo el misma interpretación entendemos que
indigencia significa que la persona no tenga ningún ingreso económico para sostenerse y si
el causante se encontraba enfermo y en un estado delicado de salud, no podía tener un
trabajo que le procurara ingresos para su alimentación y vestimenta, por ello sus parientes
tenían el deber de socorrerlo y no lo hicieron, no puede decirse entonces que no se
encontraba en un estado de indigencia solo porque tenia (sic) una casa, pues resulta ilógico
e incoherente con la doctrina que inspira tal norma, resultando de ello una interpretación
errónea, que da ha lugar a casar la sentencia. ERROR DE HECHO EN LA PRUEBA
DOCUMENTAL ART. 265N°3 Pr.C. y 1573C.C. Con un escrito de fecha diez de octubre
de dos mil siete, se presento al juicio en original una póliza de seguro familiar de servicios
funerarios, suscrita por el señor Roberto Armando Herrera Ochoa, en la que consta que la
Funeraria la Auxiliadora S.A presto (sic) los servicios fúnebres, que incluye velorio y
entierro del causante Esteban Antonio Orellana Zamora. La Cámara Sentenciadora, no dio
por acreditado este hecho que consta en un documento privado reconocido, sino que afirma
"que no se ha probado que estas ultimas (sic) (las demandadas) se abstuvieron de conocer
de socorrer al causante pudiéndolo haberlo hecho y estando obligadas moralmente para
hacerlo. " Como puede apreciarse de tal documento, las demandadas ni siquiera
intervinieron en la ayuda económica, para los gastos fúnebres algo tan importante, de donde
se puede colegir que nunca socorrieron al causante, pero la Cámara no tomo (sic) en
consideración este documento y el hecho que en el se verifica, cometiendo la infracción
alegada, por una apreciación arbitraria, pues no vio prueba donde la hay. El Art. 265 :N°3
Pr. C. dice: "Se tiene por reconocido el instrumento privado en los casos siguientes: 3°
Cuando presentado en juicio y agregado a los autos no redarguye su legitimidad antes de la
sentencia la parte contra quien se opone. " La Cámara Sentenciadora, ha infringido el
Art.265 N° 3 Pr.C. al no tomar en consideración los hechos que se encuentran incorporados
en la póliza, que se encuentra agregada en autos y que no fue redargüido de falso por lo que
obtiene la categoría de documento privado reconocido en el Juicio y por ende tiene el valor
de escritura pública, de conformidad al Art. 1573C.C. El error de hecho se comete "cuando
se tiene por probado un hecho sin tomar en cuenta que obra en autos un documento de los
expresados en la ley, que establece lo contrario, o a la inversa, cuando no se tiene por
probado un hecho no obstante existir en autos, legalmente allegado tanto este como en el
caso anterior, uno de esos documentos que lo establece" Dr. Roberto Romero Carrillo:
Normativa de Casación, primera edición, ediciones ultimo (sic) decenio. El Salvador. Pág.
113. En ese sentido, la Cámara Sentenciadota (sic) dio por probado el que las demandadas
socorrieron al causante, cuando en el Juicio existe un documento que destruye tal posición,
pues la póliza agregada en autos hace que los testigos no sean fedatarios en sus
declaraciones y se prueba que no socorrieron al causante aun en los gastos fúnebres. Con
respecto al error de hecho en la apreciación de la prueba, la Sala de lo Civil ha sostenido:
"Para que existe error de hecho en la apreciación de la prueba, es necesario primero que el
juzgador dé por demostrado un hecho sin existir en el proceso una prueba de él, es decir, no
hay prueba y cree que hay, ya sea porque no existe, o porque ha tergiversado la existente
para suponerla; y segundo, que el juzgador no dé por acreditado un hecho, a pesar de existir
en el proceso prueba de él, o sea, que hay prueba y no la ve, o hay prueba y la tergiversa
para no verla", Sentencia de la Sala de lo Civil de la CSJ, catorce de junio de dos mil cinco.
Ref 205-C-2004. Es evidente, que el error de hecho que se verifica en este caso deviene de
que el Juzgador no da por acreditado el hecho que consta en la póliza de seguro (el hecho
consiste en que las demandadas no socorrieron al causante ni aun en los gastos para su
funeral) agregada en autos, es decir el Honorable Tribunal no percibió la prueba donde
existe y por tal razón comete la infracción alegada. ERROR DE DERECHO EN LA
PRUEBA TESTIMONIAL ART. 319 PR.C. La Cámara ha dicho: "analizadas las
declaraciones rendidas tanto por los testigos presentados por el actor como los presentados
por las demandadas, no se ha probado que estas ultimas (sic) se abstuvieran de socorrer al
causante pudiéndolo haberlo hecho y estando obligadas moralmente para hacerlo. Puede
sostenerse que habiéndose probado únicamente el primer requisito para que proceda la
acción de indignidad; no así el segundo, es decir, que el causante Estaban Antonio Orellana
Zamora se encontraba en estado de indigencia, y tampoco el ultimo (sic) requisito, o sea
que las demandadas Elena Orellana Zamora, Rosa Inés Orellana de Posada y no de Parada
Celsa Orellana Zamora de Galicia, Adela Orellana Zamora, y Agustina del Carmen
Orellana Viuda de Martínez, se abstuvieron de socorrer al causante, esta Cámara estima que
la sentencia venida en apelación deberá confirmarse" El Art. 319 Pr. C. dice: "El testigo
vario o contradictorio en lo principal de su deposición no hace fe. Si de la declaración
resultare claramente que se ha cometido el delito de perjurio, el Juez lo mandará detener en
el acto y sacará certificación de lo conducente para la instrucción del informativo,
exceptuándose para esta detención el caso en que las faltas del testigo provengan de su
notoria rusticidad o timidez, que el Juez apreciará prudencialmente. " En el Juicio, se
encuentra agregado una póliza de seguro familiar de servicios funerarios, que con un escrito
de fecha diez de octubre de dos mil siete, se presento al juicio en original, suscrita por el
señor Roberto Armando Herrera Ochoa, en la que consta que la Funeraria la Auxiliadora
S.A presto (sic) los servicios fúnebres, que incluye velorio y entierro del causante Esteban
Antonio Orellana Zamora. Existe error de derecho en la apreciación de la prueba, cuando se
tiende a hacer una valoración aislada de cada una de las pruebas, es decir, no en su conjunto
como debe ser. Este error puede darse no sólo de una prueba especial, sino cuando toda la
prueba vertida, no se aprecia en conjunto. La no aplicación de una norma valorativa de
prueba, verificado por un Tribunal de Segunda Instancia, corresponde al Error de Derecho
en la Apreciación de la Prueba. Líneas y Criterios Jurisprudenciales de la Sala de lo Civil.
Año 2002 Pág. 6. La Cámara Sentenciadora, ha cometido un error de derecho en la
apreciación de la prueba testimonial, pues la valoro aisladamente, sin tomar en
consideración las demás pruebas vertidas en el Juicio, como lo es la prueba documental de
la póliza de seguro antes dicha. Si la Cámara hubiera apreciado legalmente la prueba
testimonial valorándola conjuntamente con la póliza de seguro, el resultado fuera diferente,
pues hubiera llegado a la conclusión que los testigos de las demandadas no hacen fe. La
infracción de tal norma se debe, a que la Cámara Sentenciadora, valoro la prueba
testimonial de las demandadas erróneamente, pues existiendo por una parte una norma
cabalista de valoración de la prueba, al momento de apreciar las declaraciones de los
testigos de las demandadas no hizo esa valoración que le asigna la ley. Así pues, los tres
testigos afirmaron en sus declaraciones, que los gastos de velorio y enterramiento los costeo
el seguro social (sic), hecho que se desvirtúa con la prueba de la póliza de seguro, pues en
ella se consigna que los gastos de velorio y enterramiento los costeo (sic) el señor Roberto
Armando Herrera Ochoa. Por esa razón si el testigo es vario y contradictorio en lo
principal, no merece fe, pero como la Cámara no analizo la prueba testimonial con las
demás, cometió un error de derecho en la apreciación de la prueba testimonial. Recordemos
que uno de los requisitos para la eficacia probatoria del testimonio, es "que no haya
contradicciones con pruebas de otro orden que merezcan mayor credibilidad, la prueba
testimonial debe ser examinada en conjunto, respecto de cada hecho y sus circunstancias de
tiempo, modo y lugar, si los diversos testimonios resultan acordes, su fuerza probatoria se
robustece, los malos testimonios siguen siendo una mala prueba, sin que la cantidad mejore
la calidad." Hernando Devis Echandia: Compendio de Derecho Procesal. Tomo III, El
Proceso Civil, volumen segundo, parte especial, quinta edición, editorial abc Bogota (sic)
año 1981, Pág.299. Dentro del contexto anterior, si todos los testigos de las demandadas
fueron contradictorios con la prueba documental que tiene mayor eficacia probatoria, y que
consta agregada en el Juicio no merecen fe por tal contradicción, pero la Cámara omitió
pronunciarse sobre esta contradicción y tuvo por acreditado que el causante "recibió ayuda
de sus hermanas, por lo que no se cumple así el segundo requisito establecido en el Art.969
N°3 C.C." es incuestionable entonces, que la Cámara ha cometido la infracción alegado,
por lo que procede a casar la sentencia. En el examen de la fuerza probatoria o eficacia del
testimonio, deben tomarse en cuenta los requisitos intrínsecos "que contemplan la crítica
interna del testimonio, que indica un aspecto objetivo, que contempla su exactitud o
veracidad y su credibilidad, es decir, en relación con los hechos objeto de la declaración,
que pueden faltar a pesar de su buena fe." Hernando Devis Echandia: Compendio de
Derecho Procesal. Tomo III, El Proceso Civil, volumen segundo, parte especial, quinta
edición, editorial ABC Bogota (sic) año 1981, Pág. 331. Dicho requisito no puede
verificarse en las declaraciones de los testigos presentados por las demandadas, pues se
contradicen con la prueba documental agregada en el juicio, la cual no fue valorada (y que
por tal razón se ataco por el motivo de error de hecho) por dicho Tribunal, cometiéndose la
infracción alegada. Otra contradicción que se puede apreciar en la declaraciones de los
testigos, es que declararon ser del domicilio de Sonsonate, pero al ser repreguntados, el
primer testigo María Josefina Barillas Funes manifestó en el tiempo que sucedieron los
hechos del año mil novecientos setenta y siete a mil novecientos ochenta y seis residió en la
población de Armenia, después dice que se vino a trasladar a la Colonia Santa Marta; el
segundo testigo Héctor Rosales Escalante, a repreguntas suyas manifestó que de mil
novecientos setenta y siete a mil novecientos ochenta y seis residió en la colonia Santa
Marta; y el tercer testigo Juan del Carmen Menjivar, a repreguntas del suscrito dice que
residió en la tercera calle oriente del barrio (sic) el Ángel de esta ciudad; con lo dicho por
los testigos en mención puede apreciarse que nunca fueron vecinos del causante, por lo que
no pueden considerarse como testigos de vistas y por ello no merecen fe, máxime cuando se
contradicen en sus declaraciones, de esa forma la Cámara comete la infracción alegada.
ERROR DE DERECHO EN LA PRUEBA TESTIMONIAL ART. 321 PR.C. La
Cámara Sentenciadora ha dicho: "Que además, con lo dicho por los expresados testigos
Emilio Castellón, Etelvina Antonia Duarte, Elvira de Jesús Gómez Azúcar, Blanca Rosa
García Silvia y Rosa Elvira Pasin a fs. 79 a 84 vto., solo ha quedado demostrado que el
actor Roberto Armando Herrera Ochoa, ayudo, asistió, cuido (sic), alimento (sic) y le dio
(sic) sepultura al causante Esteban Antonio Orellana Zamora, tal como estaba obligado
moralmente hacerlo; ello porque como lo dicen los mismos testigos era su hijo de crianza,
tan así es que este residía en la misma casa de habitación propiedad del causante; lo que es
corroborado con el acta de inspección de fs. 113 practicada en dicha vivienda, y , además,
con lo manifestado por los vecinos, quienes resultaron ser las mismas testigos Etelvina
Antonia duarte, Rosa Elvira Pasin y Elvira de Jesús Gómez Azúcar, que al ser interrogadas
dijeron que tenían treinta y siete, treinta y veintiocho años, respectivamente, de vivir cada
una en dicho lugar, que siempre han sido vecinas inmediatas de la casa de habitación donde
residía el causante Esteban Antonio Orellana Zamora, y que el señor Roberto Armando
Herrera Ochoa siempre ha residido en dicha casa." El Art. 321 Pr.C. dice: "Dos testigos
mayores de toda excepción o sin tacha, conformes y contestes en personas y hechos,
tiempos y lugares y circunstancias esenciales, hacen plena prueba. " La causal de error de
derecho en la apreciación de la prueba, se presenta cuando el tribunal sentenciador infringe
las normas valorativas de la prueba, esto es, cuando no da a la prueba el valor que le asigna
la ley, o cuando infringe el régimen legal de preferencia en las mismas. Líneas y Criterios
Jurisprudenciales de la Sala de lo Civil. Año 2002 Pág. 54. Uno de los requisitos para la
eficacia de un testigo es "que el testimonio contenga la llamada razón del dicho o mejor
razón de la ciencia del dicho del testigo, se trata de las circunstancias de tiempo, modo y
lugar que hagan verosímil el conocimiento de los hechos por el testigo y la ocurrencia del
mismo hecho. Se le exige al Juzgador tener en cuenta las explicaciones que cada uno de los
testigos, de sobre la manera como pudo tener conocimiento de los hechos y sobre estos
mismos, este es el criterio moderno para su apreciación. La Corte Suprema (de Colombia)
considera "uno de los requisitos esenciales de la eficacia de la prueba testimonial, pues de
el depende que se le de credibilidad" que se exprese "las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que ocurrió el hecho y la explicación concerniente al lugar, tiempo y modo como
el testigo tuvo conocimiento del mismo. El tiempo, modo y lugar en que el testifico (sic)
adquirió ese conocimiento pueden coincidir con el tiempo, modo y lugar en que ocurrió el
hecho, si el testigo estuvo presente entonces; para la eficacia del testimonio es
indispensable que aparezcan en forma clara, exacta y completa, tanto las circunstancias de
tiempo, modo y lugar en que ocurrió el hecho narrado, como las mismas circunstancias del
conocimiento que de este tuvo el testigo. Las primeras no son suficientes. Un testigo puede
decir cuando, donde y como ocurrió un hecho por estarlo inventando, es indispensable que
en virtud de tales circunstancias haya sido posible adquirir ese conocimiento. Hernando
Devis Echandia: Compendio de Derecho Procesal Tomo III El Proceso Civil, volumen
segundo, parte especial, quinta edición, editorial ABC Bogota (sic) año 1981, Pág. 296. La
Cámara Sentenciadora, ha cometido un error de derecho en la apreciación de la prueba
testimonial -testigos presentados por la parte actora- porque solamente da por acreditado un
hecho de los expuestos en su declaración. La Cámara dijo que de la inspección realizada
por el Juez, los vecinos, resultaron ser las mismas testigos presentados por el actor, pero el
error lo comete porque, manifiesta que solamente se ha probado la ayuda que el señor
Roberto Armando Herrera Ochoa, la otorgaba al causante, la interrogante que surge es ¿qué
sucede con los demás hechos expuestos por los testigos? Al decir la Cámara que solamente
se probo ese extremo repudia de manera arbitraria los demás hechos declarados por los
testigos, restándole cualquier valor probatorio, situación que comprende un error de
derecho en la prueba testimonial, pues si se les otorga fe a los testigos en cuanto a la ayuda
prestada al causante, también debió ese Tribunal (sic), otorgarle validez en lo dicho por
los testigos en relación a que las demandadas no socorrieron al causante, tal apreciación
jurídica no apegada a derecho y por lo tanto arbitraria, pues los testigos presentados, se
acercan más a la verdad, ya que cumplen con los parámetros que determina el Art. 321
Pr.C. los testigos son conformes y contestes en cuanto a las personas y hechos, tiempos y
lugares y circunstancias. Según la doctrina citada, lo que vuelve más eficaz a la declaración
de un testigo es la manera como pudo tener conocimiento de los hechos, si el testigo estuvo
presente en lugar en que ocurrió el hecho, en ese sentido si la misma Cámara ha dicho que
los vecinos resultaron ser los mismos testigos presentados por el actor, tienen mayor
eficacia probatoria pues estuvieron presentes en el lugar donde sucedieron los hechos y por
tal razón se entiende por lógica que les constan los hechos de vistas, pero la Cámara
tergiverso la prueba y solamente le otorgo valor y eficacia a una parte de la declaración de
los testigos y no a lo demás sin ningún fundamento legal por lo que actuó de manera
arbitraria en la valoración de la prueba testimonial, cuando la disposición citada nos dice
que hace plena prueba y por tal razón debe entenderse que la plenitud probatoria es sobre la
totalidad de la declaración y no de una de sus partes, consecuentemente la Cámara
sentenciadora, ha cometido el error de derecho en la apreciación de la prueba dando lugar a
casar la sentencia.».-
IV) La Sala, por auto de las once horas del dieciocho de diciembre de dos mil ocho,
resolvió: « I) ADMITESE el recurso interpuesto por la causa genérica de Infracción de
Ley, por los submotivos de: 1) Interpretación Errónea de Ley, Art. 3 ordinal 2° L. de C.,
con infracción del Art. 969 No 3 C.; 2) Error de Derecho en la Apreciación de la Prueba,
Art. 3 ordinal 8°, con infracción de los Arts. 319 y 321 Pr. C.; y, 3) Error de Hecho en la
apreciación de la Prueba, Art. 3 ordinal 8°, con infracción del Art. 265 N3 Pr. C. y 1573 C.;
II) DECLÁRASE INADMISIBLE el recurso interpuesto por las causa genérica de de
Infracción de Ley, por el sub motivo de Violación de Ley Art. 3 ordinal 1° L. de C., con
infracción del Art. 324 Pr. C.»
V) COMPENDIO DEL CASO:
El licenciado Manuel de Jesús Cea, el treinta de agosto de mil novecientos noventa y seis,
actuando como apoderado general judicial del señor Roberto Armando Herrera Ochoa,
interpuso demanda contra las señoras Elena Orellana de Zamora, Rosa Inés Orellana de
Posada y no de Parada, Celsa Orellana Zamora de Galicia, Adela Orellana Zamora y
Agustina del Carmen Orellana Viuda de Martínez, por las circunstancias que a
continuación se detallan: De acuerdo a lo manifestado por el licenciado Cea su poderdante
en calidad de cesionario de los derechos hereditarios que le correspondían a la señora Paula
Orellana Zamora y las demandadas fueron declarados herederos y por tanto se les confirió
la administración y representación definitiva de la sucesión que a su defunción dejó el señor
Esteban Antonio Orellana Zamora. Afirma el abogado demandante que los herederos han
inscrito a su nombre un inmueble que formó parte de la sucesión dejada por el causante
Orellana Zamora, dicho bien raíz se encuentra situado en los suburbios del Barrio El Ángel
de la ciudad de Sonsonate, en la Lotificación Belén, identificado como lote veinticinco del
polígono uno, de una extensión superficial de doscientos cincuenta metros cuadrados.
Según el licenciado Cea, las demandadas no socorrieron al señor Esteban Antonio Orellana
Zamora durante un aproximado de nueve años antes de su muerte acaecida en mil
novecientos ochenta y seis, lapso en el cual, según sostiene el abogado demandante, el
señor Orellana Zamora estuvo imposibilitado para trabajar por los problemas cardíacos que
le aquejaban, cayendo en un estado de indigencia moral y material, no recibiendo ayuda por
parte de sus hermanas declaradas herederas sino que únicamente su poderdante prodigó las
atenciones que dicho señor necesitó en vida y fue quien además cubrió los gastos funerarios
ocasionados con su deceso. Por esas razones con instrucciones de su mandante el licenciado
Cea interpuso demanda a fin de que en sentencia definitiva se declare indignas de suceder
al causante Esteban Antonio Orellana Zamora a las señoras demandadas. La parte reo al
contestar la demanda lo hizo en sentido negativo. La prueba que corre agregada dentro del
proceso es la siguiente:
DOCUMENTAL:
El demandante aportó los siguientes documentos:
1) Testimonio de la escritura de compraventa del lote número veinticinco del polígono uno,
Lotificación Belén de la ciudad de Sonsonate, otorgada por la Sociedad "Lara, Hermanos y
Compañía" a favor del señor Esteban Antonio Orellana Zamora, y traspasada por herencia a
favor de los señores Roberto Armando Herrera Ochoa, Elena Orellana Zamora, Rosa Inés
Orellana de Posada y no de Parada, Celsa Orellana Zamora de Galicia, Adela Orellana
Zamora y Agustina del Carmen Orellana Viuda de Martínez, el primero en concepto de
cesionario del derecho hereditario que le correspondía a la señora Paula Orellana Zamora y
las demás en calidad de hermanas del causante Orellana Zamora, escritura que se encuentra
debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas. (Fs. 6 a 9 p.p.)
2) Fotocopia certificada de la declaratoria de herederos debidamente inscrita en el Registro
de la Propiedad Raíz e Hipotecas, la cual fue concedida a favor de los señores Roberto
Armando Herrera Ochoa, Elena Orellana Zamora, Rosa Inés Orellana de Posada y no de
Parada, Celsa Orellana Zamora de Galicia, Adela Orellana Zamora y Agustina del Carmen
Orellana Viuda de Martínez, el primero en concepto de cesionario del derecho hereditario
que le correspondía a la señora Paula Orellana Zamora y las demás
en calidad de hermanas del causante Orellana Zamora, debidamente inscrita en el Registro
de la Propiedad Raíz e Hipotecas. (Fs. 10 a 11 p.p.)
3) Fotocopia certificada de la partida de defunción del señor Esteban Antonio Orellana
Zamora. (Fs. 12 p.p.)
4) Póliza de Seguro Familiar de Servicios Funerarios contratada por el señor Roberto
Armando Herrera ochoa, en la que se ha tomado razón de la prestación de servicios
funerarios a favor del señor Esteban Antonio Zamora. (Fs. 119 p. p.)
TESTIMONIAL:
- El demandante presentó como testigos a los señores Emilio Castellón, Etelvina Antonia
Duarte, Elvira de Jesús Gómez Azúcar y Rosa Elvira Pasin, de cuyas declaraciones se
colige que el demandante Roberto Armando Herrera Ochoa asistió durante la enfermedad
previa a su muerte al señor Esteban Antonio Orellana Zamora. (Fs. 79 a 84 p.p.)
-Las demandadas presentaron como testigos María Josefina Barillas Funes, Héctor Rosales
Escalante y Juana del Carmen Menjívar, deduciéndose de las deposiciones de los mismos
que las demandadas prodigaron cuidados al señor Esteban Antonio Orellana Zamora en la
enfermedad que lo aquejó y lo condujo a su muerte.(Fs. 785 a 89 p.p.).
INSPECCIÓN:
-Acta de inspección practicada por el Juez de lo Civil de Sonsonate de la que consta que el
señor Roberto Armando Herrera Ochoa se encuentra en posesión de la casa que fue del
causante Esteban Antonio Orellana Zamora, que los testigos presentados por la actora son
vecinos inmediatos de dicho inmueble, salvo los testigos Emilio Castellón y Blanca Rosa
García Silva, quienes al momento de la inspección ya estaban fallecidos, encontrándose
deshabitada la casa en que residían. (Fs. 113 p.p.)
Por sentencia definitiva dictada por el Juzgado de lo Civil de la ciudad de Sonsonate, a las
diez horas del día cinco de noviembre de dos mil ocho, se declaró no ha lugar a la demanda
de indignidad interpuesta. No conforme con dicha resolución, el abogado representante de
la parte actora interpuso recurso de apelación en contra de la misma, verificándose la
notificación y emplazamiento de ambas partes con el objeto de que éstas comparecieran en
Segunda Instancia. En el recurso interpuesto por el demandante, tanto apelante como
apelado se mostraron parte ante la Cámara de la Segunda Sección de Occidente, con sede
en Sonsonate. Mediante sentencia definitiva pronunciada a las quince horas cuarenta y ocho
minutos del treinta de enero de dos mil nueve, la Cámara confirmó la sentencia
pronunciada por el Juez de lo Civil de Sonsonate en el sentido de declarar no ha lugar la
demanda interpuesta en el Juicio Civil Ordinario Declarativo de Indignidad para Suceder en
la sucesión del causante Esteban Antonio Orellana Zamora y reformó, a su vez, el fallo de
Primera Instancia declarando no ha lugar la nulidad parcial de la resolución mediante se la
cual se declararon herederas a las demandadas y declarando no ha lugar la nulidad parcial
del traspaso que se hizo a favor de las mismas demandadas sobre un lote de terreno ubicado
en la Lotificación Belén, identificado como lote número veinticinco, de la ciudad de
Sonsonate. Debido al desacuerdo con ese fallo, la parte agraviada interpuso Recurso de
Casación por el motivo antes expresado.
VIII) ESTUDIO DEL RECURSO DE CASACIÓN INTERPUESTO.
MOTIVO DEL RECURSO:
INTERPRETACIÓN ERRÓNEA DE LEY CON INFRACCIÓN DEL ART. 969 N° 3
C.
El artículo que se considera ha sido interpretado de manera errada por la Cámara dice:
«Art. 969.- Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: ....3° El
cónyuge o consanguíneo dentro del cuarto grado inclusive, que en el estado de enajenación
mental o de indigencia de la persona de cuya sucesión se trata, no la socorrió pudiendo. »
En palabras del recurrente, la equivocación de la Cámara al interpretar tal norma radica en
el hecho de que ese Tribunal considera que el causante Esteban Antonio Orellana Zamora
no vivió ni murió en estado de indigencia pues era propietario del inmueble que habitaba.
La Sala al analizar lo dicho por el Tribunal de Segunda Instancia en su sentencia advierte
que lo que se ha afirmado es que de acuerdo con la partida de defunción presentada en
juicio consta que el señor Esteban Antonio Orellana Zamora recibió asistencia médica y
murió en el Hospital del Seguro Social; agrega la Cámara que con la certificación
mencionada más lo aseverado por los testigos presentados tanto por la actora como por la
parte demandada y con la escritura pública de compraventa del inmueble que habitó el
señor Orellana Zamora se ha establecido fehacientemente que el causante no murió en
estado de indigencia, pues no era falto de medios económicos para su subsistencia por ser
propietario de dicho inmueble y además porque tuvo por establecido que el señor Orellana
Zamora recibió socorro tanto de su hijo de crianza señor Roberto Armando Herrera Ochoa
como de sus hermanas señoras Elena Orellana Zamora, Rosa Inés Orellana de Posada y no
de Parada, Celsa Orellana Zamora de Galicia, Adela Orellana Zamora y Agustina del
Carmen Orellana Viuda de Martínez.
Como bien dice el recurrente, de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española, indigencia
significa la falta de medios para alimentarse, vestirse, etc., la indigencia supone el hecho de
que una persona se encuentre desposeída de los medios indispensables para satisfacer sus
necesidades más elementales para la subsistencia.
La Sala observa que la prueba vertida en juicio ha decantado en establecer si se brindó o no
socorro por parte de la actora y las demandadas al causante en el período de enfermedad
previo a su muerte; sin embargo, es de considerar que para que opere la causal de
indignidad alegada es indispensable que en primer lugar la actora haya comprobado la
indigencia en que afirma se encontraba don Esteban Antonio Orellana Zamora, es decir que
debió clarificar con las pruebas idóneas y pertinentes el porqué consideró que el causante
carecía de los medios para alimentarse, vestirse, etc., y una vez establecido ésto, debió
encaminar el resto de prueba a determinar la capacidad económica de las demandadas y que
ellas -en el supuesto de que gozaran de medios económicos suficientes- hubiesen dejado en
abandono a su hermano indigente.
En el presente caso al no haberse intentado siquiera establecer en juicio la carencia del
mínimum vital por parte del señor Orellana Zamora como primer presupuesto para que la
acción de indignidad prospere, en nada se modificaría el fallo dado por el Tribunal de
Alzada al entrar a analizar el concepto de indigencia que éste ha dado, de manera tal que no
procede casar la sentencia de mérito por el submotivo de interpretación errónea de ley y así
se declarará.
ERROR DE HECHO EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA CON INFRACCIÓN
DE LOS ARTS. 265 N° 3 PR. C. y 1573 C.
Las normas procesal y sustantiva que se señalan como infringidas ordenan respectivamente:
«Art. 265.- Se tiene por reconocido el instrumento privado en los casos siguientes: ....3°
Cuando presentado en juicio y agregado a los autos no redarguye su legitimidad antes de la
sentencia la parte contra quien se opone;... »; « Art. 1573.- El instrumento privado,
reconocido judicialmente por la parte a quien se opone, o que se ha mandado tener por
reconocido en los casos y con los requisitos prevenidos por ley, tiene el valor de escritura
pública respecto de los que aparecen o se reputan haberlo suscrito, y de las personas a
quienes se han transferido las obligaciones y derechos de éstos. »
El recurrente manifiesta que en el juicio fue presentada una póliza de seguro familiar de
servicios funerarios suscrita por el señor Roberto Armando Herrera Ochoa de la que consta
que la Funeraria La Auxiliadora S.A. prestó servicios fúnebres a favor del señor Esteban
Antonio Orellana Zamora. Afirma el casacionista que la Cámara ha incurrido en error de
hecho pues el juzgado no da por acreditado el hecho que consta en la póliza de seguro
consistente en que las demandadas no socorrieron al causante ni aún en los gastos de
funeral.
Como ya se dijo al analizar el anterior submotivo de interpretación errónea de ley, lo
primero que debió establecerse es el estado de indigencia del causante, y aún cuando esto
hubiese sido así en manera alguna puede aceptarse la postura adoptada por el recurrente en
el sentido de que la póliza agregada en autos desvirtúa lo dicho por los testigos en el
sentido de que las hermanas del causante lo socorrieron en los años anteriores a su muerte,
cuando fue aquejado por una enfermedad cardíaca.
La póliza de servicios funerarios únicamente comprueba que los gastos del velorio
corrieron por cuenta del hijo de crianza del señor Orellana Zamora pero en definitiva tal
documento no es el idóneo para desacreditar el dicho de los testigos en lo referente a la
asistencia brindada al señor Orellana Zamora por sus hermanas, tal y como lo pretende el
recurrente.
De lo expuesto se infiere que el error de hecho atribuido a la sentencia de Segunda
Instancia no ha tenido lugar por lo que no procede casar la sentencia de mérito por este
submotivo y así se declarará.
ERROR DE DERECHO EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA CON
INFRACCIÓN DE LOS ARTS. 319 Y 321 PR. C.
El impetrador considera que la Cámara ha incurrido en error de derecho con infracción de
las normas procesales que a continuación se transcriben: « Art. 319.- El testigo vario o
contradictorio en lo principal de su deposición no hace fe. Si de la declaración resultare
claramente que se ha cometido el delito de perjurio, el Juez lo mandará detener en el acto y
sacará certificación de lo conducente para la instrucción del informativo, exceptuándose
para esta detención el caso en que las faltas del testigo provengan de su notoria rusticidad o
timidez, que el Juez apreciará prudencialmente.)); «Art. 321.- Dos testigos mayores de toda
excepción o sin tacha, conformes y contestes en personas y hechos, tiempos y lugares y
circunstancias esenciales, hacen plena prueba. Para probar la falsedad de un instrumento se
necesitan cuatro testigos idóneos o sin excepción, si fuere público o auténtico, y dos, si
fuere privado. Mas en los instrumentos públicos tendrá el Juez en consideración su
antigüedad, su concordancia con el protocolo y la buena o mala conducta del escribano o
Notario.»
El impetrador sostiene que la Cámara de Segunda Instancia incurrió en error de derecho en
la apreciación de la prueba testimonial pues la valoración de la misma la hizo en forma
aislada sin tomar en consideración las demás pruebas vertidas en el juicio, específicamente
la póliza de seguro familiar de servicios funerarios. A tenor de lo dicho por el recurrente,
los testigos de la parte reo afirmaron que los gastos fúnebres corrieron por cuenta del
Instituto Salvadoreño del Seguro Social y por el contrario la referida póliza demuestra que
quien cubrió los gastos aludidos fue don Roberto Armando Herrera Ochoa, por lo que
según el Art. 321 Pr. C. al ser contradictorios los testigos estos no merecen fe.
La Sala en este punto hace hincapié en que el Art. 969 N° 3 C. establece que son indignos
de suceder al difunto como herederos o legatarios el cónyuge o consanguíneo dentro del
cuarto grado inclusive, que en el estado de enajenación mental o de indigencia de la
persona de cuya sucesión se trata, no la socorrió pudiendo. Como puede desprenderse de la
norma citada, para que la indignidad planteada prospere es indispensable comprobar el
estado de enajenación mental o indigencia del causante y que la falta de socorro al mismo
en esa condición de minusvalía moral y material se haya producido mientras vivía y no
después de su muerte. La ley condena y sanciona ese abandono en vida del cónyuge o
consanguíneo, de manera tal que esa apreciación del recurrente de la que hace depender el
error de derecho es intrascendente para efectos de la indignidad perseguida, pues de las
pruebas vertidas lo que ha debido quedar acreditado es si hubo o no carencia de lo mínimo
para subsistir y socorro mientras estuvo viva la persona de cuya sucesión se trata, y eso es
lo que la Cámara con acierto ha priorizado al momento de valorar la prueba. De manera tal
que la falta de apreciación en su conjunto de la prueba que se ha denunciado por el
recurrente no ha tenido lugar.
En cuanto al error de derecho con infracción del Art. 319 Pr. C. alegado por el recurrente
cabe mencionar que las observaciones vertidas en párrafos anteriores le son aplicables, pues
se insiste en que la póliza de seguro familiar de servicios funerarios no fue valorada en su
conjunto con la testimonial. Sobre ello ya se dijo que el factor preponderante a esclarecer es
si el señor Esteban Antonio Orellana Zamora antes de su fallecimiento y hasta el mismo
carecía de los recursos mínimos para sobrevivir y si en ese estado recibió algún tipo de
socorro y por parte de quién, y en este punto la Cámara ha sido concluyente al establecer
que de la prueba vertida arriba a la conclusión de que tanto la parte actora como la parte reo
brindaron asistencia al señor Orellana Zamora, por lo que la Cámara sostiene con buen tino
que no se cumple con uno de los elementos que se requieren para poder declarar la
indignidad solicitada.
En cuanto a la última observación formulada por el recurrente en el sentido de que los
testigos no merecen fe porque no son vecinos del lugar en el que ocurrieron los hechos, es
menester tomar en cuenta que la ley no limita la credibilidad de un testigo a la vecindad que
tenga con el lugar en el que ocurrieron los hechos sino que le interesa más que siendo
vecino o no los haya presenciado y sean conformes y contestes en personas y hechos,
tiempos y lugares y circunstancias esenciales, para que hagan plena prueba.
De lo dicho, resulta evidente que el error de derecho invocado no ha sido cometido por la
Cámara de la Segunda Sección de Occidente, por lo que no procede casar la sentencia de
mérito y así se declarará.
POR TANTO: De acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas, y Arts.
417 y 428 Pr. C. y Art. 23 L. de C. a nombre de la República, la Sala FALLA: a) Declárase
que no ha lugar a casar la sentencia de que se ha recurrido, por la causa genérica de
Infracción de Ley, por los submotivos de: 1) Interpretación Errónea de Ley, Art. 3 ordinal
2° L. de C., con infracción del Art. 969 No 3 C.; 2) Error de Derecho en la Apreciación de
la Prueba, Art. 3 ordinal 8°, con infracción de los Arts. 319 y 321 Pr. C.; y, 3) Error de
Hecho en la apreciación de la Prueba, Art. 3 ordinal 8°, con infracción del Art. 265 N3 Pr.
C. y 1573 C.; y b) Condénase al señor Roberto Armando Herrera Ochoa, en los daños y
perjuicios a que hubiera lugar, y al licenciado Manuel de Jesús Cea en las costas del recurso
como abogado firmante del mismo.
HÁGASE SABER.--------------M. REGALADO.--------------------PERLA J.----------------
---M. F. VALDIV.--------------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES
MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-----------------------RUBRICADAS.-------------
-----ILEGIBLE.