Individualidad en Religión--Alonzo Jones La...

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Individualidad en Religión--Alonzo Jones La Portada Un prisionero solitario se asoma por la ventana de su monótona celda. Muchos cristianos han sido subyugados a esta presión por hombres resueltos a destruir su individual conexión con Dios. Otros han sido echados dentro del fuego, entregados a las fieras, torturados, ofrecido posiciones de ventaja, crucificados en cruces, o atraídos por las riquezas. Para muchos, esto ha sido demasiado difícil, pero otros han afrontado la prueba y de este modo mantenido su conexión con la fuente de vida y felicidad. El tiempo rápidamente se acerca cuando la individualidad en religión será otra vez puesta en las más grandes pruebas. Muchos escogerán el camino fácil, pero habrá un remanente que permanecerá semejante a una roca no importa las medidas que sean tomadas para destruir su fe. Cuanto más sólidamente cada persona comprenda y aprecie los principios involucrados, mejor será el prospecto de pasar la inminente crisis. PREFACIO INDIVIDUALIDAD EN RELIGIÓN. Es el derecho inviolable de todo ser humano. Con todo ha sido desde la caída de Lucifer, la persistente determinación de los hombres de gobernar sobre otros en lugar de Dios. Opacados con crueldad y opresión son los registros de los esfuerzos humanos para coaccionar la adoración a Dios conforme al dictamen de los líderes de iglesia, que, cuando pensaban que estaban haciendo la voluntad de Dios, estaban en realidad, sirviendo a Satanás. A pesar del estupendo poder empuñado por estos protestantes, los verdaderos cristianos han rehusado renunciar a los principios divinos, sin tener en cuenta el costo personal. En toda generación ha habido aquéllos quienes han mantenido la causa de Dios y, por hacerlo así, colocaron las bases para la victoria final. INDIVIDUALIDAD EN RELIGIÓN. No es entendida ni practicada como hoy debiera ser, porque la presente generación no sabe nada de la lucha que se requirió para establecer estos preciosos principios de libertad. Esta ignorancia e indiferencia da a Satanás la ventaja que necesita para imponer insidiosamente las reglas opresivas del pasado. Es por lo tanto necesario para la presente generación ser familiar con las victorias ganadas cuando la individualidad en religión fue sometida a prueba en el fuego, frente a los leones, en cárceles, y en toda clase de persecución, y entonces conocer los tesoros de la libertad que han sido ganados a tan terrible costo, porque el tiempo pronto vendrá cuando las presiones impuestas en el pasado serán otra vez puestas en acción.

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Individualidad en Religión--Alonzo Jones La Portada

Un prisionero solitario se asoma por la ventana de su monótona celda. Muchos cristianos han sido subyugados a esta presión por hombres resueltos a destruir su individual conexión con Dios. Otros han sido echados dentro del fuego, entregados a las fieras, torturados, ofrecido posiciones de ventaja, crucificados en cruces, o atraídos por las riquezas. Para muchos, esto ha sido demasiado difícil, pero otros han afrontado la prueba y de este modo mantenido su conexión con la fuente de vida y felicidad. El tiempo rápidamente se acerca cuando la individualidad en religión será otra vez puesta en las más grandes pruebas. Muchos escogerán el camino fácil, pero habrá un remanente que permanecerá semejante a una roca no importa las medidas que sean tomadas para destruir su fe. Cuanto más sólidamente cada persona comprenda y aprecie los principios involucrados, mejor será el prospecto de pasar la inminente crisis.

PREFACIO INDIVIDUALIDAD EN RELIGIÓN. Es el derecho inviolable de todo ser humano. Con todo ha sido desde la caída de Lucifer, la persistente determinación de los hombres de gobernar sobre otros en lugar de Dios. Opacados con crueldad y opresión son los registros de los esfuerzos humanos para coaccionar la adoración a Dios conforme al dictamen de los líderes de iglesia, que, cuando pensaban que estaban haciendo la voluntad de Dios, estaban en realidad, sirviendo a Satanás. A pesar del estupendo poder empuñado por estos protestantes, los verdaderos cristianos han rehusado renunciar a los principios divinos, sin tener en cuenta el costo personal. En toda generación ha habido aquéllos quienes han mantenido la causa de Dios y, por hacerlo así, colocaron las bases para la victoria final. INDIVIDUALIDAD EN RELIGIÓN. No es entendida ni practicada como hoy debiera ser, porque la presente generación no sabe nada de la lucha que se requirió para establecer estos preciosos principios de libertad. Esta ignorancia e indiferencia da a Satanás la ventaja que necesita para imponer insidiosamente las reglas opresivas del pasado. Es por lo tanto necesario para la presente generación ser familiar con las victorias ganadas cuando la individualidad en religión fue sometida a prueba en el fuego, frente a los leones, en cárceles, y en toda clase de persecución, y entonces conocer los tesoros de la libertad que han sido ganados a tan terrible costo, porque el tiempo pronto vendrá cuando las presiones impuestas en el pasado serán otra vez puestas en acción.

Introducción

Religión es el servicio que nosotros debemos a nuestro Creador, y la manera de cumplirlo. Libertad es el estado de ser exentos del dominio de otros o de circunstancias restrictivas. En ética y filosofía, es la fuerza en cualquier agente racional para elegir y declarar su conducta por sí mismo, espontánea y voluntariamente de acuerdo con motivos y razones. Libertad religiosa es por lo tanto, ser hombre exento del dominio de otros o de circunstancias restrictivas; la libertad del hombre para elegir y decidir su conducta por sí mismo, espontánea y voluntariamente, en su deber con su Creador y en la manera de cumplir tal obligación. Siendo que Dios ha creado al hombre, en la naturaleza de las cosas, la primera de todas las relaciones es con Dios, y la primera de todas las obligaciones no puede ser otra sino el servicio a Dios. Imagine la época cuando solamente hubo una criatura inteligente en el universo. Ella fue creada; y su relación y obligación con su Creador, solamente una es la que puede ser posible. Esa es la primera de todas las relaciones que posiblemente puede ser. Entonces se dice que el primero de todos los mandamientos es, Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Todo lo que hay en el hombre se debe primero a Dios, porque todo viene de Dios. Por consiguiente este es el primero de todos los mandamientos, no porque sea el primero que haya sido dado por palabra o que haya sido escrito, sino porque fue el primero que pudo ser. Y esto porque es la expresión del primer principio de la existencia de toda criatura inteligente. El principio estuvo allí, inherente en la existencia de la primera criatura inteligente, en el primer momento de su existencia; y allí el principio reside eternamente inmodificable e inmutable. Ahora, aunque esta es la primera de todas las relaciones posibles, y la primera de todas las obligaciones, aunque la relación y el deber están inherentes en la misma existencia de las criaturas inteligentes, no obstante en esa obligación inherente, Dios ha hecho a toda criatura inteligentemente libre, libre para reconocer esa obligación o no, libre para eximirse de ella o no, como lo desee. Por consiguiente está escrito: Escogeos hoy a quién sirváis el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Esto es absolutamente verdad en religión en la obligación que nosotros debemos a nuestro Creador y en la manera de cumplirla y Dios ha creado al hombre completamente. Exento del dominó de otros, y de circunstancias restrictivas, lo ha hecho libre para que elija y decida su conducta por sí mismo espontánea y voluntariamente. Por tanto la libertad religiosa es el don de Dios inherente en la existencia racional.

Cualquier servicio en lo que respecta a Dios que no es libre por quien lo ofrece, no es servicio a Dios. No puede haber virtud en él; no puede haber nada de Dios en él. Cualquier servicio tributado a Dios que no es libremente elegido de quien lo ofrece, no puede ser de Dios; porque Dios es amor; y amor y odio, amor y fuerza, amor y opresión, nunca pueden marchar juntos. Por consiguiente cualquier deber, obligación o cualquier cosa ofrecida a Dios que no es libremente elegido por individualidad propia, no puede ser de Dios ni para Dios. Por tanto cuando Dios creó a las criaturas, ángel u hombre para que ellas fueran felices en el servicio a Dios y virtuosas ofreciendo el servicio y adoración, El las creó libres para elegir ejecutarlo. Y esto es individualidad y el derecho divino de ello. Dios creó al hombre libre. Cuando el hombre fue separado por el pecado y perdió la libertad, Cristo vino a restaurarlo completamente. Entonces el camino de Dios y de Cristo es el camino de la libertad. Y el trabajo de Dios por medio de Cristo con la humanidad en toda la historia del mundo ha sido hacer amplio el sendero para darle al hombre seguridad absoluta de esta Libertad Espiritual la cual es la única libertad verdadera. A quien el Hijo libertare, es verdaderamente libre. En las Escrituras son dadas seis distintas y específicas lecciones sobre este tema de la libertad religiosa la libertad del individuo contra el dominio del hombre y las confederaciones de los hombres en los poderes del mundo. Cada una de estas lecciones trata el tema desde un principio distinto y específico. Las seis lecciones tomadas juntas cubren totalmente el fundamento global de cada principio. Nos proponemos ahora iniciar un estudio especial de estas seis lecciones separadamente y en forma sucesiva como son dadas en las Escrituras. La controversia por la libertad religiosa todavía no ha terminado. La total libertad religiosa todavía no ha sido reconocida ni en principio mucho menos en práctica aun por el cristianismo, así como está claramente en las Escrituras. Vamos entonces a estudiar y a tener la completa Libertad Religiosa, en principio y en experiencia, así como está en la verdad de las Escrituras. Relacionado a la Autocracia En la naturaleza de las cosas no hay un lugar para el dominio de otros en la vida y asuntos del alma del hombre individual. Este es peculiar y particularmente el reino de Dios solo, quien creó al hombre a su imagen y para su propia gloria, que creó a cada persona individual y personalmente responsable y semejante a El solo. Sin embargo el hombre pecador e ingobernable nunca ha querido permitirle a Dios estar en su alma individual, sino siempre ha sido ambicioso y Pisto para reclamar ese lugar para sí, y, se ha valido de todos los medios y artificios posibles para hacer efectiva esta exigencia. La historia en sí misma como se narra en principios generales y no en detalles, no es más que una sucesión de intentos en la más grande escala posible, para obtener el triunfo de esta arrogante solicitud del hombre indómito y pecador en lugar de Dios, para dominar la mente de los hombres. Y no hay una más grande demostración que hay un esfuerzo divino para amoldar el destino de la humanidad que la que pudo ser dada desde el día de Abel

hasta ahora, en la eterna afirmación y permanencia de esta perfecta libertad del hombre por la persona individual contra las pretensiones más sutiles y la más grande combinación de fuerza y poder que este mundo posiblemente podía ingeniar. Desde Nimrod hasta Nabucodonosor y desde Nabucodonosor hasta ahora, el curso y energía de dominio ha estado, inclinado y empeñado a este asunto. Y a través de todos los tiempos notables individuos, tales como: Abraham, José, Moisés, Daniel y sus tres compañeros, Pablo, Wyckliff, Huss, Matías, Jerónimo, Lutero, Roger Williams y multitudes anónimas y sobre todo Cristo Jesús, por la fe divina se han sostenido solos con Dios, absolutamente solos en o que al hombre concierne, por la individualidad y en eso la libertad de la conciencia del hombre, y por la soberanía de Dios solo, en el reino del alma. rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, El los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella' cabeza de oro. Dan. 2:37, 38. En su propósito providencial Dios había hecho que todos los súbditos de todas las naciones sometieran al rey Nabucodonosor de Babilonia. Jer. 27:1-13. Por la forma y sistema de gobierno de Babilonia, la autoridad del rey fue absoluta, su palabra era la ley. En este absolutismo de soberanía el rey Nabucodonosor asumía que él era el soberano de la conciencia del hombre así como la vida religiosa y la conducta civil de quienes estaban sujetos a su poder. Y puesto que era el gobernante de las naciones, él muy bien podía gobernar en religión. Ven la religión de las naciones. En concordancia, él hizo una gran imagen de oro de cuya altura era de sesenta codos y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Luego convocó a todos los oficiales de todas las provincias del reino para la dedicación y adoración a esta gran imagen. Todos los oficiales que vinieron fueron reunidos delante de la imagen. Y el pregonero anunciaba en alta voz: mándese a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Y como los instrumentos de música sonaron la señal se dio que todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. Dan. 3:4-7. Pero en medio de la multitud había tres jóvenes que habían sido lleva dos cautivos desde Jerusalén a Babilonia, y que habían sido Constituidos oficiales por el rey, sobre los negocios de la provincia de Babilonia. Estos ni se postraron, ni adoraron, ni prestaron atención a los actos que se estaban llevando a cabo en la ceremonia de adoración de la imagen de oro. Esto fue notificado y acusado delante del rey. Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocio de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abnegó; estos varones, rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua

de oro que has levantado. Vers. 12. Entonces el rey con ira y con enojo ordenó que los tres hombres fueran traídos delante de él. Esto fue hecho. El rey les habló personal y directamente, Es verdad, Sadrac, Mesac y Habednegó, que vosotros no adoráis a mi dios, ni, adoráis la estatua de oro que he levantado. Entonces el mismo rey repitió la orden que al sonido de los instrumentos de música ellos se postraran y adoraran a la estatua, y si no lo hacían, al instante serían arrojados en un horno de fuego ardiendo. Pero los jóvenes resueltamente contestaron: No es necesario qué te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Vers. 14, 18. El asunto no fue ahora claramente entendido. El rey de los poderes del mundo personalmente había dado órdenes a los tres hombres, y había recibido de ellos la respuesta directa que no las aceptarían. Fue tal la conducta y las palabras que el rey en su absolutismo de poder nunca había conocido antes. Por tanto surgió en él un resentimiento oficial y personal, y estaba tan lleno con ira y con enojo que se mudó el aspecto de su rostro y mandó que se calentase el horno siete veces más de lo acostumbrado; y dio orden a los hombres vigorosos que tenía en su ejército, para que ataran a los tres jóvenes y los arrojaran en el horno de fuego ardiendo. Así se hizo. Y los tres varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Pero ahora el rey estaba. Más atónito que nunca. Estaba prácticamente petrificado espantado y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos confirmaron que esto era verdad; pero él exclamó, He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Acercándose entonces Nabucodonosor a la puerta del horno de fuego ardiendo dijo: Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Y Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor a fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abednego, que en vio su ángel y libró a sus siervos que confiaron en El, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otros dioses que su Dios. Aquí entonces está la situación El señor había traído a todas las naciones al sometimiento del rey de Babilonia. Mediante mensajes por medio de su propio profeta El había ordenado a su pueblo los judíos y a estos tres jóvenes entre ellos, servir al rey de Babilonia. Sin embargo estos tres jóvenes rehusaron servir al rey

de Babilonia en las cosas que él directamente les había ordenado, y por esta negativa el señor tuvo más elevada honra y los liberó. Por lo tanto, fuera imposible demostrar en términos más claros que el Señor, al ordenar al pueblo someterse al rey de Babilonia, en nada indicaba que debían sujetarse para servirle en asuntos de religión. Por la prueba intachable del proceder de los tres varones y la señal de liberación de ellos, el Señor dejó perfectamente claro al rey, que sus órdenes en este caso eran injustas. Que había demandado un servicio que no tenía derecho a exigir; que al hacerlo rey de las naciones, el Señor no lo había hecho rey en asuntos de religión en los pueblos; que al colocarlo como cabeza de todas las naciones, pueblos y lenguas, Dios no le había dado derecho de ser cabeza en religión ni siquiera sobre un individuo; que mientras el Señor había traído a las naciones y pueblos bajo el yugo del imperio con relación a lo político, el mismo Señor había demostrado inequívocamente al rey que no se le había dado poder de ninguna manera sobre el servicio de conciencia; que mientras, en todas las cosas entre nación y nación, y entre hombre y hombre, todos los pueblos, naciones y lenguas le había sido entregado para su servicio, y Dios lo había constituido rey sobre todos ellos, sin embargo en relaciones entre el hombre y Dios, el rey nada tenía que hacer y que en la presencia de los derechos personales, en conciencia y adoración la palabra del rey debía cambiar, el decreto del rey nada valía; y que en esto aun el rey del mundo no es de ningún valor, aquí solamente Dios es soberano de todo y en todo. Y para la instrucción de todos los gobernantes, todo eso fue hecho en ese día para nuestra advertencia, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Mesac, Sadrac y Abednego probaron la individualidad en religión ser más fuerte que el fuego. Relacionado a la Supremacía de la ley El poder del mundo y el imperio de Babilonia pasaron para siempre, y otro tomó su lugar el poder y el imperio de Media y de Persia. Aquí fue otro el principio de gobierno y se da al mundo otra lección en libertad religiosa. En el imperio de Media y Persia el principio de gobierno fue diferente al de Babilonia. Como hemos visto, Babilonia no fue solamente una monarquía absoluta, sino autocracia el gobierno de un hombre y el absolutismo de un hombre. La palabra del rey era la ley y la ley era variable como el deseo y la palabra del rey cambiaran. El rey era la fuente de la ley; su palabra era la ley para otros, pero para sí mismo no había restricción de la ley. El gobierno de Media y de Persia fue también una monarquía absoluta. Allí también la palabra del rey era la ley pero con una importante diferencia de Babilonia. Allí una vez que la palabra del rey se promulgara como ley, aquella ley no podía ser cambiada ni derogada aun por el rey mismo. El rey estaba sujeto contra sí mismo por su propia palabra o decretó que se había convertido en ley. Por consiguiente el gobierno de Media y de Persia era un gobierno de ley; su principio era la

supremacía de la ley. A la cabeza de la administración en los asuntos del imperio, había tres presidentes de los cuales Daniel era primero. Debido al conocimiento, integridad y habilidad y al mérito general de la administración por parte de Daniel, el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Conocida esta situación, se despertó el celo de los otros gobernadores y de los sátrapas quienes conspiraron para derrocarlo. Primeramente buscaron ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino pero después de una larga diligente búsqueda y minuciosa investigación, se vieron obligados a abandonar su propósito y confesar que no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio o falta fue hallado en él. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos centra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con su Dios. Pero ellos no encontraban tal motivo aun en lo tocante a la ley de su Dios; crearon entonces primeramente una situación que causaría la ocasión deseada. Su largo y exigente esfuerza para hallar una falta contra él en los asuntos del imperio, los había convencido de su absoluta devoción en su lealtad a Dios. A través de su investigación ellos conocieron que por ningún motivo podrían desviarlo un ápice de la línea correcta de la absoluta devoción a Dios. Pero esto era completamente un asunto individual, lo cual no había ninguna intervención de nadie en ningún aspecto. Y su conducta en relación a otros y al estado, su propia prejuiciada investigación había demostrado que esto era realmente benéfico. De manera que no hubo unta posible base para ellos hallar oportunidad contra él, aun en lo referente a la ley de su Dios, como fueran las condiciones y circunstancias; entonces se vieron en la necesidad de crear tal base no desviando a Daniel de la devoción a Dios. Ellos entonces forjaron una plan en el cual interesaron a todos los oficiales del imperio fueron a donde el rey y le dijeron, Rey Darío, para siempre vive Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios y hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los: leones. Ahora Ho rey confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Dan. 6:6, 8. El rey fue persuadido por este propósito sutil de un gran número de oficiales del más elevado rango del imperio y firmó el decreto. Daniel supo que el decreto había sido establecido y firmado por el rey' El sabía que eso era ahora ley del imperio y que no podía ser modificada ni alterada. Sin embargo Daniel se fue a su casa y oraba como de costumbre, tres veces al día, oraba y daba gracias delante de Dios, como lo solía hacer antes. Y allí con las ventanas abiertas, la ley imperial no tenía lugar en su mente ni ocupaba su atención para tomar precaucione aun de cerrar las ventanas. Los conspiradores no esperan o nada más que esto de parte de Daniel se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. En vista de esta abierta violación de la ley imperial, ellos protestaron al rey y le preguntaron despectivamente, No has firmado edicto etc. El rey contestó: verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Entonces los conspiradores informaron: Daniel, que es de los cautivos de Judá, no

te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición. Y cuando el rey oyó el asunto le pesó en gran manera, porque había permitido ser adulado y tomado en tal artificio. Y resolvió librar a Daniel. Mas los conspiradores estuvieron listos con sus argumentos sobre la supremacía e integridad de la ley y para sostener que no era una cuestión de religión sino de la ley, que el desconocimiento y violación de la ley era simplificar al imperio y hacer una abierta oferta a un reino de anarquía y la disolución completa de la sociedad; ellos fueron sorprendidos que un hombre tan excelente como Daniel estuviera implicado en el desconocimiento de la ley, fuera lo peor, porque el mismo hecho de uno de tan alta reputación que abiertamente pasaba por alto la ley, fuera un ejemplo para que todos los demás hicieran lo mismo. Sin embargo el rey hasta la puesta del sol trabajó para librarlo. Pero durante todo aquel tiempo, cada vez que el rey se encontraba con los conspiradores era su argumento la ley, la ley. Sepas, oh rey, que es ley de Media y Persia que ningún edicto y ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado. La supremacía de la ley; no había escape, así que, contra su voluntad dio la orden para que trajeran a Daniel y lo echaran en el foso de los leones. El rey pasó la noche en vela. Pero muy temprano en la mañana fue a toda prisa al foso de los leones y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió, Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño porque ante El fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Y en esto fue la demostración perfecta, que la persona que desconoce cualquier ley que tiene que ver con el servicio a Dios, es inocente ante El, y también no hace nada malo al rey, ni al estado, ni ala sociedad, ni contra ningún principio de ley o gobierno. Todo lo, cual es una divina demostración que no hay gobierno terrenal que pueda tener derecho o jurisdicción en cuestiones de religión, es decir, el servicio que uno debe al Creador y la manera de cumplirlo. Y en este caso hay la demostración adicional que ningún gobierno puede incorporar en la ley disposiciones tocantes a religión, y luego defender la supremacía y la integridad de la ley, que no es un asunto de religión sino de ley: que no estamos solicitando observancia religiosa, sino pedimos solamente respeto para la ley. En el caso de Daniel y la supremacía de la ley de Media y Persia, la respuesta divina a todos los argumentos es que, nada pertinente a la religión puede tener lugar en la ley. El derecho de individualidad perfecto en religión es divino y, por consiguiente un derecho completamente inalienable. Y hacer observancias religiosas o prohibiciones un asunto de la ley, no afecta el libre ejercicio de este derecho divino. La perfecta plenitud del derecho y la libertad de su ejercicio permanece siempre lo mismo, aun cuando la religión sea una parte de la ley.

Y cuando la religión o la observancia religiosa o la prohibición están contempladas en la ley, aun ciando la ley sea tan suprema e inflexible como la de Media y Persia, el derecho divino y la ley perfecta de individualidad en religión, se extiende entonces a la ley que incorpora la religión, y tal ley simplemente no es ley. El subterfugio de forzar las prácticas religiosas o prohibiciones bajo el amparo de la supremacía e integridad de la ley a cambio de suprimir o limitar en cualquier sentido el derecho divino y la perfecta libertad de individualidad en religión, simplemente reacciona al logro de quitar todo fundamento de reclamar la supremacía e integridad de la ley anulando realmente la ley específica en ese caso. La ley civil es verdaderamente suprema en el reino de las cosas civiles, pero en el reino de las cosas religiosas, no tiene lugar en absoluto. En la presencia del derecho divino de individualidad en religión como se relata en el autocrático gobierno ilustrado en el rey Nabucodonosor, la palabra del rey debe cambiar. En la presencia del derecho divino de individualidad en religión como se narra en la supremacía e inflexibilidad de la ley ilustrada en el gobierno de Media y Persia, cualquier ley que toque o contemple la religión, simplemente no es ley. El reino de la religión es el reino de Dios. Sólo en aquel reino Dios es soberano y su voluntad será la única ley. Y en ese reino la individualidad permanece por sí sola con Dios y sólo es responsabilidad únicamente con El. Relacionado a la Unión de Iglesia y Estado Por los hechos más memorables y las incuestionables experiencias en el caso del rey Nabucodonosor y los tres jóvenes hebreos, fue hecho claro para siempre que la verdad y el principio divino que está en la religión del pueblo, ningún monarca puede por derecho hacer nada; que en la presencia del derecho de individualidad en religión, la palabra del rey debe cambiar. Por hechos y experiencias correspondientes en el caso del gobierno de Media y Persia contra Daniel, quedó claro por siempre la voluntad divina, la verdad y el principio que está en la religión del pueblo que, no hay ley, ni gobierno por medio de ley que pueda por derecho hacer nada, que en la presencia del libre ejercicio de individualidad en religión, cualquier ley tocante a la religión no tiene valor. Y cada individuo ignorando o desconociendo tal ley es inocente delante de Dios y tampoco hace daño al gobierno, ni a la ley, ni a la sociedad. Estos dos ejemplos y los principios que ilustran contemplan cada fase del gobierno terrenal como tal; y así se hace manifiesta la grandeza y verdad vital que la religión con sus ritos, instituciones y costumbres, está totalmente excluida y está exenta del conocimiento del gobierno terrenal en cualquier fase o forma; esa religión con todo eso es concomitante, pertenece al individuo solo en sus relaciones personales con Dios.

Pero hay otros medios a través de los cuales el hombre ha buscado dominar al hombre en el reino de la religión, esto es por la iglesia a través del estado. El pueblo que ha sido llamado a salir y a separarse del mundo para servir a Dios, es su iglesia en el mundo. Cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto, fue primero la iglesia en el desierto, y después fue la iglesia en la tierra de Canaán. Por su terquedad, dureza de corazón, y su alucinación mental, ellos tristemente perdieron de vista el gran propósito de Dios considerado para ellos como su iglesia. Aun en la bondad y misericordia de Dios permanecieron con sus costumbres en el desierto y en la tierra siglo tras siglo. De este modo a través de muchas vicisitudes aquel pueblo continuó como su iglesia hasta cuando Cristo vino a la tierra. Y por este tiempo esta iglesia fue heredera de las promesas más gloriosas de un vasto reino y dominio. En el tiempo cuando Cristo vino a la tierra como hombre, el dominio y poder de Roma mantenía al pueblo en una sujeción temporal, severa y cruel, y ellos demandaban la aparición del Libertador prometido. Este Libertador había sido abundantemente prometido, hasta que por fin vino. Pero los líderes de la iglesia habían permitido a su ambición mundanal ocultar sus ojos de la espiritualidad del reino y del dominio que se había prometido, y buscaban este logro terrenal y habían enseñado al pueblo que pronto vendría un libertador temporal que los haría libres del yugo de Roma, quebrantaría su poder y exaltaría a la iglesia del pueblo escogido a una posición de poder y dominio sobre las naciones, semejante al que había sido mantenido sobre ellos. Cuando por primera vez apareció Jesús en el ministerio público, estos. Principales de la iglesia acudieron con las multitudes para oírlo, y lo escuchaban con interés y tenían la esperanza de que El satisfacía sus aspiraciones. Pero cuando vieron el entusiasmo y el excitamiento de la multitud, llegaron hasta el punto de que iban a venir para apoderarse de El y hacerle rey; y cuando vieron que Jesús en cambio de aceptar el honor o estimular el proyecto se volvió a retirarse, y vieron que todas sus ambiciones y esperanzas de ser libres de Roma y exaltados sobre las naciones, eran vanas en lo que a Jesús concernía. Pero por este tiempo la influencia de Jesús se había extendido tanto que los líderes de la iglesia vieron que su poder sobre el pueblo disminuía rápidamente. En lugar de ser sancionado sus planes ambiciosos y la esperanza del dominio y poder terrenal, vieron con desánimo que la fuerza e influencia que habían tenido sobre el pueblo era ahora incierta; y esto por un hombre que surgía de la oscuridad, que venía de una ciudad de la más baja reputación, y que era sólo un miembro privado de la iglesia. Algo debía ser hecho para preservar su posición y dignidad. Definitivamente era tarde para impedirle predicar o enseñar. Por este tiempo, ellos sabían muy bien que no solamente El, sino las multitudes mismas no prestarían atención a tal prohibición. Pero había una salida, un medio por el cual mantener su posición y dignidad y ejercer su poder sobre El y sobre el pueblo. En su modo de pensar y en su disposición era un asunto muy fácil de hacer, no solamente con el prestigio, sino con la misma existencia de la iglesia y aun de la propia nación. En consecuencia ellos dedujeron, si le dejamos así, todos creerán en El; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación y Así que, desde aquel

día acordaron matarle, Juan 11:48,53. Pero como eran súbditos de la autoridad romana, no era lícito para ellos matar. Entonces para realizar su propósito debían obtener permiso del gobierno o de la autoridad civil, no importaba que esta autoridad fuera romana, autoridad que ellos odiaban por sobre todas las cosas y que no la reconocían; todo esto debía olvidarse ante la alternativa de ver desvanecerse la posición y dignidad que la iglesia tenía. Los fariseos y los herodianos estaban en la iglesia en posiciones opuestas. Los herodianos fueron llamados así por ser partidarios de Herodes. Fueron los apologistas de Herodes en su posición de rey de Judea. Pero como él fue rey solamente por nombramiento directo de Roma y fue sostenido como tal por el poder de Roma, cualquiera que quisiera ser partidario y apologista de Herodes, tenía que ser partidario y apologista de Roma. Los fariseos eran exclusivamente los justos de la iglesia. Estaban extremadamente de parte de la iglesia. Como tales eran los conservadores de la pureza de la iglesia, los representantes de la verdadera lealtad a Dios y de la antigua dignidad del pueblo escogido. Fueron también los más inflexibles disidentes de Roma y con todo lo que tenía que ver con Roma. Pero los fariseos considerándose rectos y de importante dignidad. Fueron los más intransigentes con Cristo hasta el punto de determinar destruirlo. Para ejecutar su propósito de destruirlo, ellos debían tener la cooperación del poder secular, que era solamente el romano. Entonces para lograr su propósito contra Jesús, disimularían su odio a Roma y utilizarían para su propósito contra Jesús ese mismo poder de Roma del cual ellos eran los grandes opositores. Los medios por los cuales inmediatamente podían cruzar el abismo que los separaba de Roma y les aseguraría el poder secular, era operando junto con los herodianos. Estos como se oponían menos a Jesús que los fariseos estuvieron listos para la alianza, y mediante ello, el partido político sería uno con los fariseos, y la influencia y el poder estarían a la cabeza de los líderes de la iglesia. Esto les daría la certeza del uso de los soldados, lo cual debían tener si realmente garantizaban estar en su abierto movimiento contra Jesús. Esta alianza fue hecha y se formó la conspiración: Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra el para destruirle, Mar 3:6. Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra. Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, a fin de sorprenderle en alguna palabra, para entregarle al poder y autoridad del gobernador. Mat. 22:15,16; LUF. 20:20. Y ese gobernador era Pilato de Roma. Y cuando finalmente llegó el momento de aquella terrible hora cuando Judas y con él mucha gente con espadas y palos, vinieron al Getsemaní, y eran los principales sacerdotes, los jefes de la guardia del templo y los ancianos, bajo la dirección de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo, le echaron mano y lo prendieron.

La suprema manifestación del poder de individualidad en religión fue dada por Cristo en la cruz del Calvario. Y habiéndolo tomado lo llevaron primero a Anás, éste lo envió a Caifás y éste a Pilato el gobernador romano. Pilato lo envió a Herodes quien con su hombre de guerra se mofaron de El, le pusieron una túnica y lo enviaron a Pilato. Y cuándo Pilato lo dejó libre, ellos demandaron su lealtad al César y a Roma, aun por encima de la lealtad de Pilato Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. Pilato hizo su último llamado, ¿A vuestro Rey he de crucificar? Solamente para recibir respuesta expresando con palabras su completo abandono de Dios y de su unidad con Roma, No tenemos más rey que César. Más ellos instaban á grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron. De este modo se cometió el más horrendo crimen el pecado más terrible que alguna vez se haya cometido en la historia del universo. Sólo por la unión de la iglesia con el estado. Por la iglesia en el control del poder civil usando este poder para hacer efectivo su perverso propósito y deseo. Y solamente aquel hecho es más que suficiente para aventar en perpetua e infinita condenación y consignar la eterna infamia en tales conexiones doquiera por siempre. Y con tal registro desde la misma instancia del asunto, no es del todo extraño que la misma unión de la iglesia con el estado la iglesia en control del poder secular hubo experimentado el curso principal para los hombres y las naciones hallado en todos los tiempos subsiguientes. Está completamente demostrado y es verdad que el poder civil ha justificado un don satánico para la iglesia. Relacionado a la misma Iglesia Hemos visto que ningún gobierno monárquico, tiene derecho a forzar o requerir observancia religiosa; cuando tal poder impera, el derecho de individualidad en religión es supremo y la palabra del monarca debe cambiar. Hemos hallado también que ningún gobierno en el que la ley siendo suprema, tiene derecho a poner dentro de la ley del imperio estatuto, decreto o prohibición tocante a la religión; y cuando tales cosas son hechas, el derecho de individualidad en religión es supremo, y es inocente delante de Dios y libre de hacer daño al gobierno, a la ley, y a la sociedad, quien hace caso omiso de tal ley. Hallamos que la iglesia no tiene derecho a controlar el poder civil para la ejecución de sus deseos o propósitos, y que cuando lo hace así, una conexión de iniquidad es formada y sólo el don satánico es la posesión de tal iglesia, y el derecho de individualidad en religión es todavía supremo para ser libremente ejercicio.

Hay sin embargo otra combinación por medio de la cual el dominio del hombre en la religión ha sido buscado: ésta es la misma iglesia la iglesia en sí misma con relación al miembro de la iglesia. Y en esto, sea en principio o en hechos de trascendental experiencia, las Escrituras no son menos explícitas que cualquiera de los ejemplos dados sobre este tema. Ya se ha dicho cómo Israel cuando fije liberado de Egipto, fue primero la iglesia en el desierto y después en la tierra de Canaán, y que Israel en los días de Cristo, aunque en espíritu y sustancia estaba lejos de tener el ideal de Dios, era también la iglesia por descendencia directa. La organización oficial de esta iglesia fue también en efecto la misma por descendencia directa. El sacerdocio los sacerdotes y el sumo sacerdote en orden y sucesión fueron la directa continuación en el orden establecido por el Señor por medio de Moisés en el desierto. El consejo oficial de la iglesia el Sanedrín era también en su concepto y forma descendiente de los setenta ancianos señalados por el Señor por medio de Moisés en el desierto. Por consiguiente en los días de Cristo todo el orden de Israel, del sacerdocio y del Sanedrín era la descendencia directa del orden divino establecido por el Señor por medio de Moisés 'en el desierto; y fue ciertamente descendiente de la iglesia en el desierto. Y los discípulos y los doce apóstoles de Jesús, fueron todos sin excepción miembros de aquella iglesia. Tomaron parte igualmente con otros en los servicios y cultos de la misma. Iban al templo para adorar con todos los demás a horas regulares; enseñaron en el templo (Hech. 2:46; 3:1; 5:12). Y el pueblo estuvo complacido y la aprobación de Dios por medio del poder del Espíritu estaba sobre ellos. Pero aquellos apóstoles y discípulos habían aprendido algo, y conocían la divina verdad que los líderes de la iglesia no conocían ni reconocerían; y conociendo esto lo proclamarían. Por lo tanto ellos predicaban sobre Jesús, la resurrección y la salvación por medio de El, y que no hay otro camino que el mismo Jesús de quien la organización y orden oficial de la iglesia habían llegado a ser los traidores y asesinos. Así que la organización y orden de la iglesia asumió la prerrogativa de decidir que aquellos miembros privados de la iglesia no debían predicar ni enseñar esta verdad. De acuerdo con los sacerdotes y las autoridades del templo, Juan y Pedro fueron arrestados y puestos en prisión cuando ellos fueron al templo a orar, y el paralítico fue sanado a través de la fe en el nombre de Jesús, y Pedro predicó a toda la multitud convocada. A la mañana siguiente toda la organización y orden oficial de la iglesia, los gobernadores, los setenta ancianos, los escribas, los sacerdotes y el sumo sacerdote se reunieron, y Pedro y Juan fueron traídos y puestos en medio de todos, y fueron interrogados acerca de la autoridad que tenían para predicar: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? Entonces Pedro lleno del Espíritu Santo dio respuesta. Todos los que estaban reunidos se maravillaban ante la osadía de estos dos miembros de iglesia en la presencia de tan selecto grupo. Y les reconocían que habían estado con Jesús. Pedro y Juan fueron sacados afuera mientras el concilio conferenciaba entre sí.

La decisión tomada en la conferencia fue, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Luego llamaron a Pedro y a Juan y les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan contestaron inmediatamente, Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. En aquella respuesta rápidamente dada, pareció al concilio que estos eran hombres comunes y miembros privados de la iglesia y que al mismo tiempo eran sin letras, que realmente daba la impresión que fuera posible para ellos enseñar y conocer de Dios cosas que los más entendidos del concilio desconocían; y Pedro y Juan no prestarían atención a la orden del consejo, y Continuarían adelante sin considerar lo que los miembros del Sanedrín pudieran decir o hacer. Suficiente claro, a vista de todo el concilio tal curso de acción solamente significaba a uno, una independencia individual que conmovía todo el orden y autoridad. Semejante respuesta de tales personas a tan distinguido cuerpo oficial: tal respuesta de personas meramente comunes a tan augusta asamblea: simplemente de miembros privados de la iglesia al concilio regular que había sido por siglos la más alta jerarquía y orden divinamente establecido en la iglesia, no podía ser considerada por aquellos oficiales menos que una astuta presunción, y la destrucción de todo orden y organización de la iglesia. Sin embargo el concilio los dejó salir con pesados cargos y bajo estrictas amenazas que no debían enseñar más. Pedro y Juan estando ya libres, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Todos los de más en lugar de atemorizarse no sólo decidieron aprobar lo que Pedro y Juan habían hecho, sino que unánimes daban gracias al Señor y le rogaban Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra . Y Dios aprobó la fidelidad de sus siervos, Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra. Los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres. Esta abierta desobediencia a la autoridad de la iglesia, atentaba contra el orden y organización establecido y no podían permitir que prosperara. Luego todos los apóstoles fueron arrestados y puestos en prisión. Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. En esa misma mañana entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos para que estuvieran delante del

concilio y respondieran por su insubordinación, apostasía y oposición al trabajo organizado de la iglesia. Llegaron los guardias informaron que habían hallado la prisión bien cerrada y a los guardias en centinela pero sin prisioneros. Y mientras los del Sanedrín se preguntaban qué significaba esto, vino uno diciendo, los hombres enseñan al pueblo. Los guardias fueron enviados de nuevo para que los arrestaran y los pusieran delante del concilio. El sumo sacerdote les dijo, ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina. Los apóstoles contestaron como antes, Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús. A quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A Este, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que obedecen. Ante esta denodada persistencia frente a esta prohibición, el concilio tomó decisiones y querían matarlos . De la real decisión de asesinar a los apóstoles el concilio fue disuadido por Gamaliel. Sin embargo el concilio llamó otra vez a los apóstoles después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Los apóstoles salieron luego y en vez de sentir temor por el concilio, se gozaban por lo que habían hecho porque habían sido hallados dignos de sufrir las afrentas y azotes de la organización oficial de la iglesia por enseñar lo que sabían que era la verdad. Y no debe ser olvidado que este era todo el consejo de los hijos de Israel , es decir, todos aquellos que integraban la organización oficial de la iglesia que tan injustamente habían tratado a los apóstoles y les habían ordenado repetidas veces no predicar ni enseñar a nadie las cosas que ellos conocían pero todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. De manera que por estos claros y notables hechos y experiencias bajo la dirección de Dios, se ha demostrado que por encima de toda oficialidad sacerdotal, concilio o junta ejecutiva de cualquier iglesia, el derecho de individualidad en religión permanece supremo. Y por estos incuestionables registros de la escritura es mostrado que ninguna junta de iglesia o concilio, tiene autoridad o derecho de dar orden a alguien inclusive a un miembro de la misma iglesia, en asuntos de lo que se debe predicar o enseñar. Por los registros inspirados en este caso, es demostrado que: 1. Justamente como en el caso de Nabucodonosor y los tres jóvenes hebreos, es divinamente demostrado que ningún monarca puede por derecho dar órdenes de ninguna forma tocante a religión. 2. Justamente como en el caso de la ley y gobierno de Media y de Persia, es divinamente demostrado que ningún gobierno puede por derecho forjar una ley tocante a religión. En relación a conducta, en asuntos de infracción o falta de cualquier miembro, instrucciones divinas han sido dadas a la iglesia precisamente cómo se debe

proceder: y estas palabras han de ser seguidas en letra y con espíritu de humildad para ganar y restaurar a tal persona, nunca juzgar, condenar, ni destruir. Pero con relación a la fe, la iglesia no tiene ninguna instrucción divina ni derecho de proceder no que nos enseñoreemos de vuestra fe; Tienes tú fe Tenla para contigo delante de Dios Puesto los ojos en el Autor y Consumador de la fe. 3. Justamente como en el caso de la iglesia judía contra Cristo, es divinamente demostrado que ninguna iglesia o junta ejecutiva puede por derecho usar el poder civil para hacer efectivo o promover sus deseos y propósitos. 4. Justamente tan cierto como en el caso de la iglesia judía contra los apóstoles y discípulos del Señor, es también divinamente demostrado que ninguna iglesia puede por derecho dar órdenes a un miembro aun de su propia comunidad, en nada de lo que debe creer o no creer, o lo que debe enseñar o no enseñar. Los cuatro casos presentados en las Escrituras son paralelos: en cada caso el poder que atentó dominar en religión, fue directamente opuesto a Dios y expuesto por el Dios del cielo, y fue de este modo demostrado ser absolutamente injusto; y en cada caso el derecho de individualidad en religión fue divinamente demostrado ser eternamente justo. En cada uno de los cuatro casos un distinto principio es involucrado e ilustrado: el cuarto no es menos que los tres anteriores. Tan ciertamente como Nabucodonosor se equivocó en la orden de adorar; tan ciertamente como la ley de Media y Persia se equivocó en prohibir el culto; tan ciertamente como la iglesia judía se equivocó al usar el poder civil para ejecutar su voluntad contra Jesús, por tanto ciertamente la misma iglesia se equivocó al prohibir a los miembros de la iglesia enseñar y predicar la verdad que ellos conocían del Señor y por el espíritu de Dios. Y como en el caso de Nabucodonosor, el principio es que ningún monarca puede por derecho hacer como ese monarca hizo; como en el caso de la ley de Media y de Persia, el principio es que ninguna ley puede por derecho ser similar a esa ley; como en el caso de la iglesia judía usando el poder civil contra Cristo, el principio es que ningún orden de iglesia o junta ejecutiva puede por derecho usar el poder civil en nada; justamente como en el caso de la iglesia judía contra los apóstoles, el principio es que ninguna iglesia o concilio, puede por derecho ser similar a lo que ese concilio hizo. El consejo de Gamaliel para ese concilio de iglesia en ese día fue recto entonces, y fue justo para siempre, y es una divina demostración para toda iglesia, concilio o gobierno para siempre: dejadlos. Si la predicación o la obra es solamente de hombre o de origen humano, desaparecerá por sí misma. Pero si la obra es de Dios, no podéis destruirla no importa lo que se haga; y en ese caso, en todo lo que hagáis para destruirla seréis hallados solamente luchando contra Dios. Este asunto es del reino de Dios. No lo toquéis, y confíes y sirváis a Dios y permitáis a otros que por sí solos hagan lo mismo. Los líderes judíos erraron cuando pensaron que la prisión quebrantaría la sumisión de los apóstoles hacia Dios. Esto es suficientemente claro en la verdad misma. Porque el Espíritu Santo es

dado a cada individuo para guiarlo a toda verdad. La verdad de Dios es infinita y eterna. Por tanto siempre será realidad que hay todavía una infinita y eterna verdad en la cual el cristiano ha de ser guiado. En la naturaleza de las cosas es imposible para otro fuera del infinito y eterno Espíritu, guiar a alguien a la verdad de Dios. Por lo tanto cada alma debe ser eterna e infinitamente libre para ser guiada por el Espíritu eterno a esta verdad infinita y eterna. Decir otra cosa además de esto, es solamente limitar la verdad de Dios, y limitar el progreso y el conocimiento de la mente de la verdad de Dios; es poner un efectual obstáculo en toda la posibilidad del progreso. Imagine la condición de la humanidad y del mundo hoy, si los principios defendidos por la iglesia judía hubieran sido reconocidos y obedecidas sus órdenes por los apóstoles y discípulos del Señor. Pero el máximo de decir otra cosa más que esto, es reconocer, sancionar y establecer solamente un tribunal humano en lugar del Espíritu eterno, y vestir a un grupo de hombres pecadores con la prerrogativa de ese infinito y eterno Espíritu como la guía a toda la verdad. Sin embargo, tan claro como todo esto es en la manifestación de la verdad en sí, es deplorablemente cierto que desde el período final de los apóstoles hasta hora, no ha habido, y no hay ahora, una singular organización de iglesia y organización en el mundo que no haya defendido los principios idénticos, tomando la misma posición y haciendo las mismas cosas como lo hizo la iglesia judía en el caso de los apóstoles. Y hoy no hay una denominación en el mundo, ni aun en las más recientes, en la cual es reconocido el derecho y la libertad de todo miembro individual de tal denominación de ser guiado por el Espíritu de Dios a la verdad, y predicar y enseñar la verdad que la junta denominación al no conoce ni decide sostener. Y cuando cualquier miembro es de este modo guiado, y enseña y predica la verdad que él conoce por el Espíritu de la Palabra de Dios, inmediatamente la junta ejecutiva de la iglesia despierta, y su maquinaria en función, y en el mismo espíritu, y de la misma manera, del concilio y la maquinaria de la iglesia judía, se levanta y le prohíbe enseñar o predicar en ese nombre. Y si él, como los apóstoles hicieron, no presta atención a tales mandatos, y no cesa de predicar y enseñar a Cristo en la verdad, y de la manera que lo conoce, entonces, como fueron los apóstoles, él es perseguido y destituido. Y esto es precisamente el caso de la existencia de centenares de denominaciones en el mundo. ¿Pero nunca habrá un fin para esta tendencia perversa? ¿Vendrá el tiempo, o nunca vendrá, cuando habrá entre los cristianos el reconocimiento del principio fundamental cristiano del derecho de individualidad y libertad en fe y en la conducción de la verdad divina? ¿Vendrá el tiempo, o nunca vendrá, cuando habrá una compañía de cristianos en el mundo que reconocerá que el Espíritu es el guía a toda verdad, que reconocerá el derecho y la libertad de ese Espíritu para guiar, que reconocerá el derecho y la libertad de cada cristiano de ser guiado a toda verdad por ese Espíritu de verdad, y que reconocerá la libertad de cada cristiano para sostener, enseñar, y predicar toda la verdad en la cual el Espíritu de verdad lo puede guiar? ¿No es tiempo que tal cosa deba ser? ¿No es tiempo cuando el principio cristiano deba ser reconocido y que tal condición prevalezca entre los cristianos? Aun el

mundo ha aprendido el principio, que el monarca y el autócrata debe reconocer el completo y perfecto derecho de individualidad y libertad en religión. Aun el mundo ha aprendido, que la ley debe reconocer el principio pleno y perfecto de individualidad y libertad en religión. Aun el mundo ha aprendido, que la iglesia no debe controlar el poder civil para ejercer su voluntad de dominar, sino que debe reconocer el derecho pleno y perfecto en el campo de la persuasión, y por tanto debe reconocer el derecho. Libre y perfecto de individualidad y libertad. ¿Y será que ahora la iglesia nunca aprenderá que debe reconocer el principio libre y perfecto de individualidad y libertad en fe, en el Espíritu, y en la verdad? ¿No es un preciosísimo tiempo, que la iglesia cristiana deba aprender en su perfecta realidad el principio fundamental de su mismo origen y su misma existencia? Y si es así que ninguna denominación aprenderá o reconocerá este principio fundamental de su propio origen y existencia, ¿entonces no es doblemente importante el tiempo para que los cristianos por todas partes reconozcan y practiquen constantemente el principio fundamental del origen y la existencia de la iglesia cristiana? Y así será. El Dios de la individualidad y de la libertad no permitirá que el principio divino de individualidad y libertad en fe y en verdad, en el que, El ha obrado tan maravillosa y constantemente a través de las edades para hacerlo claro y mantenerlo, sea para siempre pisoteado, no reconocido y falsamente presentado por la iglesia cristiana y por el pueblo cristiano. No, esta verdad y espléndida verdad, que es la fundamental y última verdad en toda la existencia de la iglesia cristiana y cristianismo en sí esta verdad divina con todo ganará y sostendrá para siempre su posición divina delante del mundo y de la iglesia. Para aquellos que defienden esta verdad divina y fundamental de la religión cristiana y la iglesia que ellos mismos ahora son, como eran en el comienzo, la verdadera iglesia cristiana en el mundo, integrarán aquella gloriosa iglesia por la cual Cristo se dio a sí mismo por ella para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra a fin de que en su aparición pueda presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Pero en esta historia completa de la iglesia judía contra los apóstoles, surge con trascendental significado una valiosa verdad de la más solemne consideración para todo cristiano. Esta verdad es: Que mientras en ese tiempo había sido la iglesia verdadera, llamada y preservada por el Señor, entonces dejó de ser la verdadera iglesia, y lo que aquella iglesia despreció, y prohibió, y persiguió, y destituyó, vino a ser la verdadera iglesia. Y así será siempre. Juan 9:34 38. Entre Individuos De las Escrituras es claro que el derecho divino de individualidad en religión, permanece supremo en la presencia de la autocracia y monarquía; en presencia de cualquier decreto, estatuto, o ley de cualquier gobierno; en presencia de la iglesia en el control del poder civil; y en la presencia de la iglesia misma, aun en el

miembro de la iglesia. Existe otra posible relación esa es la del individuo con el individuo. Pero

cuando es claro y positivo en la palabra de Dios que ninguna autocracia, gobierno o ley, ninguna iglesia en control del poder civil, y ninguna iglesia en el círculo de sus propios miembros, tiene autoridad, jurisdicción o derecho en asuntos religiosos en presencia del supremo y absoluto derecho de individualidad, entonces es cierto que ningún individuo tiene autoridad, jurisdicción o derecho sobre otro individuo en cosas de religión.

Aunque esto es claro en sí mismo, fuera bueno estudiar al menos algunos

pasajes sobre esto, así como en cada una de las otras fases del tema. Fe es el don de Dios para el individuo. Cristo Jesús es en ambos casos el

Autor y Consumador de la fe. Esto siendo así, se establece en la naturaleza de las cosas que, nunca por cualquier posibilidad en justicia nadie sino Cristo tiene la autoridad, la jurisdicción y el derecho, con respecto al ejercicio de la fe lo cual es el elemento vital de la religión. Cristo siendo ambas cosas, el Autor y Consumador de la fe, a El solo le pertenece la soberanía y la jurisdicción en todas las cosas relativo a la fe y al ejercicio de la fe, lo cual es religión.

En conformidad las Escrituras dicen, ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo

dalante, de Dios. Rom. 14:22. Fe siendo el don de Dios, y Cristo siendo el Autor y Consumador de ella, es imposible para alguien adeudar a otro fuera de Cristo la responsabilidad en asuntos de fe o de ejercicio de ella, lo cual es religión. Y este es el fundamento y la seguridad de la completa individualidad en religión.

Por lo tanto, la palabra de Dios permanece para siempre escrita para todos

los creyentes, Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones: no para juzgarlo en sus opiniones de conceptos, ni por opinión de decisiones, ni para juzgarlo, ni para menospreciarlo, porque Dios le ha recibido Rom 14.1, 3

Sea notado siempre, y para siempre respetado, que la razón divinamente dada, por la cual ningún cristiano puede contender con otro o decidir o juzgar, o menospreciar a otro, es que Dios le ha recibido. Dios le ha recibido por tanto, recibidle Dios le ha recibido en la fe, por tanto, recibid al débil en la fe. Aun cuando él sea débil en la fe, no obstante Dios le ha recibido; aun cuando él es todavía débil en la fe recibidle. Aun cuando él es débil en la fe, es la fe en la cual él es débil. Y en esa fe y por esa fe él es salvo. Esa fe es el don de Dios, dada para la salvación del alma; y cualquiera que está en esa fe, aun cuando él es débil, tiene la salvación de Dios la cual es por la fe. De esa fe, Cristo Jesús es el Autor y Consumador; y cualquiera que está en esa fe tiene a Cristo en él, para terminar el bendito trabajo de esa fe en la salvación eterna del alma. En esa fe, el individuo ha de sostenerse en Dios el dador de ella, y en Cristo, el Autor y Consumador de ella. La fe siendo el don de Dios por medio de Cristo, él, que la tiene, la tiene sólo en Dios yen Cristo; Y en esa fe su responsabilidad es solamente en Dios y en Cristo. Da manera que, recibid al débil en la fe, porque Dios le ha recibido. Dios siendo

el dador de la fe por medio de Cristo, el Autor y Consumador de la fe, la responsabilidad de cualquiera en la fe es en Dios y Cristo. Por tanto, recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. No para menospreciarle, no para juzgarle, porque siendo que Dios le ha recibido en la fe, y estando en la fe él es responsable a Dios solamente, ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Vers. 4. Esto es imposible en justicia aun cuando sea criado de hombres; ¿cuánto más, cuando él es siervo de Dios, recibido y aceptado de Dios en la fe? ¿Quién, entonces eres tú que juzgas al criado de Dios, recibido de El en la fe? Para su propio señor está en pie, y cuando Dios le ha recibido en la fe a quien tú y yo no recibiremos en la fe entonces, ¿dónde nosotros apareceremos? La cuestión no es entonces entre nosotros y él, sino entre Dios y nosotros. Nuestra diferencia es entonces entre nosotros con Dios y hemos entrado en juicio con Dios. Pero cuando hemos entrado en juicio con Dios sobre su recibimiento en la fe uno cuyo nosotros no recibimos en la fe, entonces es cierto que no podemos permanecer en pie en ese juicio; porque nosotros mismos no estamos en la fe. Y cuando Dios lo levantará y lo sostendrá en pie, en la fe, él a quien ni tú ni yo reciñéremos, a quien no levantaremos ni trataremos de poner en pie, entonces él será con todo, salvo en Dios en la fe. Y aun cuando él es débil en la fe, con todo Dios lo sostendrá y lo hará estar en pie, él será levantado y será puesto en pie por Dios quien lo ha recibido en la fe, de la cual Dios es el Dador y Cristo el Autor y Consumador. Y tú y yo en todo este asunto, el que piensa estar firme, mire que no. caiga. Otro punto que revela la perfecta individualidad del hombre en las cosas religiosas, continúa inmediatamente en las palabras ya citadas: Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. Vers. 5. Este pasaje no quiere decir que todos los días son iguales, sino sólo diferencia entre día y día. Las Escrituras son perfectamente claras en la verdad que los días no son iguales, por eso hay un día que Dios ha hecho particularmente suyo, y para el bienestar eterno del hombre lo puso aparte de todos los otros días. Ese es el día del Señor. Y aunque esto es verdad por la palabra de Dios, con todo en lo relacionado a la observancia o no observancia de ese día, la palabra de Dios explícitamente declara, cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. Y en esta declaración El otra vez ha confirmado la perfecta supremacía y el perfecto derecho de individualidad en religión. Y, por la forma, este. Artículo toca un asunto que hoy es corriente: el asunto de la observancia forzada de un sábado o día de descanso. Pero todas estas cosas correspondientes a la observancia o con relación a un día, la palabra de Dios para toda persona es, cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. Vers. 6. Cualquier día considerado observado no para el Señor no es verdaderamente

observado en absoluto; porque entonces no hay realmente nada en él para observar. Es Dios quien lo ha escogido y puesto aparte. La observancia del día pertenece por lo tanto a Dios, y se sitúa solamente entre Dios y el individuo en fe yen conciencia. Así que, cualquier observancia de un sábado o día de descanso forzado por la ley, por estatuto, orden policial, por cortes, o por persecución, es, en primera instancia, una directa invasión al terreno de Dios en el reino de la fe y de la conciencia en el individuo; y en segunda instancia, no es observancia del día, y nunca puede ser, porque no es convencimiento mental. Dios ha señalado su propio día y lo ha santificado para ser observado; ese es verdadero. El invita a todos los pueblos a que lo observen, porque es verdadero. Pero en la observancia con relación a este día, la palabra de Dios de este modo declara que es completamente un asunto individual: Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. Y cuando cualquier hombre está plenamente convencido en su propia mente, y por lo tanto no observa el día del Señor, su responsabilidad por esto es con Dios solo, no con hombre, ni por confirmaciones de hombres, ni por ninguna ley o poder sobre la tierra. Siguiendo este tema es hecho un llamado en favor del reconocimiento de la perfecta individualidad en religión esto es en vista al hecho del juicio de Cristo y de Dios. Este llamado es: Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? o tú también ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque está escrito: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. Vers. 10,11.

Cada uno de nosotros tenemos que comparecer delante del juicio de Cristo y de Dios, cada cual será juzgado por El. ¿Cómo puede entonces ser posible en justicia, que uno de nosotros pueda ser llamado a ser juzgado por otro en cosas de religión? Eso es, en las cosas en las cuales tenemos que responder en el juicio de Cristo.

No, no. Porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois

hermanos. Y Hermanos, no murmuréis los uno de los otros. El que murmura del hermano juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? Sant. 4:11,12.

De manera que, es un juicio de Cristo y de Dios donde todos han de

comparecer, cada uno responderá por lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo este es una de las más perfectas garantías de la plena individualidad en religión, uno de los más fuertes llamados por el reconocimiento a él por toda alma.

Finalmente, todo el concepto y perfecta individualidad en religión es

espléndidamente resumido y poderosamente enfatizado así como claramente expresado en la inspirada conclusión:

De manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí mismo. Rom. 14:12 Dios y César. En el caso de la iglesia judía contra los miembros de esa iglesia quienes eligieron creer en Cristo y enseñar la verdad concerniente a El, el principio es hecho perfectamente claro que ninguna iglesia tiene autoridad, jurisdicción o derecho, tocante a la fe o a la enseñanza de ningún miembro de esa iglesia misma. Hech. 4 y 5; 2 Cor. 1:24.

Hay otro pasaje notable que no solamente ilustra esta total ausencia de autoridad, jurisdicción o derechos de una iglesia, sino que también hace claro algunos principios adicionales de la gran verdad de la libertad religiosa.

Este importante pasaje es uno de los que contiene las palabras de Jesús.

Cuando los espías fariseos y herodianos vinieron a El con sus cautelosas pre-guntas, ¿Es lícito dar tributo a César o no? Con la moneda en su mano, Je-sús dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.

Aquí están reveladas dos personas Dios y César: dos poderes el poder

religioso y el poder civil: dos autoridades la divina y la humana: dos jurisdicciones la celestial y la terrenal: y solamente dos, a quienes, por la instrucción divina, es todo adeudado o ser entregado por los hombres.

Hay una jurisdicción y una autoridad, un poder y un derecho, que per-

tenece a Dios. Hay también una jurisdicción y una autoridad, un poder y un derecho, que pertenece a César.

Y estos son reinos totalmente distintos. Uno que es de César; éste debe ser

dado a César, no a Dios. Uno que es de Dios; y éste debe ser dado a Dios, no a César. Este ha de ser dado a Dios solamente. No debe ser dado a César, ni a Dios por César.

Originalmente hubo, y últimamente habrá, sólo un reino, sólo una juris-

dicción, sólo una autoridad, sólo un poder, sólo un derecho ese es Dios solo. 1 Cor. 15:24, 28.

Si el pecado no hubiera entrado no habría otro reino, ni otra jurisdicción,

autoridad, poder o derecho, que el de Dios solo. Y aun cuando el peca do hubiera entrado, si el evangelio hubiera sido recibido por cada individuo que venía al mundo, entonces nunca habría habido otro reino o jurisdicción, autoridad, poder o derecho, más que el de Dios solo. Ef. 1:7 10; Col. 1.20 23.

Pero no todos recibirán el evangelio; y por tanto no todos reconocerán la

soberanía, la jurisdicción, la autoridad, el poder, y el derecho de Dios. No reconocer el reino de Dios, voluntad, propósito y poder, lo cual es moral y espiritual, y lo cual hará moral y espiritual a todos quienes lo reconocen, éstos

entonces, siendo pecadores aun fracasarán ser ciudadanos. Por lo tanto debe haber en el mundo una jurisdicción un poder que hará a aquellos ser ciudadanos y quienes no serán morales. Y este es el reino, el poder civil, Cé-sar; y esta es su razón de existencia.

En la naturaleza de las cosas hay solamente dos reinos y las dos

jurisdicciones: El moral y el civil, el espiritual y el físico, el eterno y, el temporal; el uno es de Dios y el otro es de César. Hay estos dos reinos y jurisdicciones, y no más. Y ningún otro derecho puede existir. Uno de éstos es el reino y jurisdicción de Dios. El otro es de César.

Y siendo que por la palabra divina son dos, y estos dos son los únicos que

pueden ser, entonces se deduce absoluta y exclusivamente que para la iglesia no hay reino ni dominio, imperio ni jurisdicción, no hay lugar para nadie más.

Es por lo tanto perfectamente claro que sin suposición y usurpación nin-

guna iglesia puede tener imperio o dominio, ni reino o jurisdicción. La iglesia no es de César; y sin suposición y usurpación es imposible para la iglesia ejercerla jurisdicción de César. El reino y la jurisdicción de César el estado, el poder civil es totalmente del mundo. La iglesia y todo lo que ella es no, es de este mundo. De este modo es imposible para la iglesia sin suposición y usurpación, ocupar el reino de César o ejercer alguna jurisdicción en las cosas de César, las cuales son completamente de este mundo.

Siendo esto así, la iglesia con relación a César, cuánto más esto es ver

dad con relación a Dios. La iglesia no es César y no puede ser César. Mucho menos la iglesia es Dios y no puede ser Dios. Y no tiene otra intención más que la de asignarse tal término como el hombre de pecado, el hijo de perdición, el misterio de iniquidad, que se sienta en el templo de Dios como Dios, iglesia que ha pensado ser el reino y sostener el dominio para ocupar el reino y ejercer la jurisdicción de Dios. No es otra a la cual se requiere hacer perfectamente clara la verdad que, para cualquier iglesia asumir que le corresponde ser el reino y sostener el dominio, ocupar el reino y ejercer la jurisdicción de Dios, es el máximo intento de arrogancia, suposición y usurpación.

Pero se preguntará, ¿no es la iglesia del reino de Dios? Sí, ella es con

tal que por el término iglesia signifique solamente la divina concepción de la iglesia como está expresado en la palabra divina la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. 'Cuando eso solamente es el significado en el uso de las palabras, la iglesia, entonces de verdad, es el reino de Dios. Pero cuando por la iglesia significa solamente humanas concepciones, algunas sectas religiosas o denominaciones, algunas organizaciones mundanales, organización, entonces es verdad, que ninguna iglesia en este mundo es el reino de Dios.

Pero suponga que tal cosa fuera realmente la iglesia, y por tanto el reino

de Dios; aun así, fuera todavía verdad que para ser tal cosa, podría ser solamente siendo Dios el rey allí. Y donde Dios es rey, El es rey y Señor de todo y en todo. Dios nunca puede ser rey en un reino dividido. El nunca puede

compartir su dominio con otro. ¿Dirá alguien qué puede haber en realidad y en hecho un reino de Dios sin qué Dios sea el rey allí, y rey en todo lo que está allí? No, Dios debe ser el rey allí o no puede ser el reino de Dios. El debe ser el rey de todo y en todo lo que hay allí, o bien no es a la verdad y en hecho el reino de Dios. El reino debe ser ocupado por El, los principios deben ser los de El, el gobierno debe ser el de El, la imagen e inscripción deben ser la de El, y todo esto exclusivamente, o bien no es a la verdad y en hecho el reino de Dios.

El alma y el espíritu del hombre como el hombre es en el mundo, como el

mundo es, es un intento de usurpar el derecho del reino de Dios. Y por tanto para los perversos e incrédulos fariseos, Jesús dijo, el reino de Dios está con vosotros. Pero en la humanidad perdida ese reino es usurpado y ese reino es ocupado por otro. El usurpador está en el trono, ejerciendo jurisdicción que esclaviza, obliga y destruye. De este modo, mientras en intento y por derecho el reino es de Dios, con todo, en realidad y en hecho, no es de Dios sino de otro. Sin embargo permita el hombre perdido y pecador solamente dar a Dios la bienvenida a ese extraño reino para que ocupe su lugar en ese trono usurpado y ejerza verdadera jurisdicción allí, entonces ese hombre en espíritu y vida, en realidad y en hecho, así como en intento y derecho, será el reino de Dios. Y es entonces el reino de Dios sólo como Dios sea rey de todo y en todo para ese hombre. Y así es con la iglesia.

La iglesia de Dios es verdaderamente el reino de Dios: ella es la plenitud

de Aquel que todo lo llena; ella está compuesta solamente por los que son del Señor. Y El es rey y único gobernador en éste, su reino. La jurisdicción es este reino suyo; los principios de su gobierno, y la autoridad y el poder del gobierno, son suyos. Y todo ciudadano será sometido a El solo; y esto es dirigido en Cristo, por el Espíritu Santo. Todo habitante de ese reino es súbdito a su jurisdicción solamente; y esto es dirigido en Cristo por el Espíritu Santo. Todo miembro de esta iglesia, la cual es el reino de Dios, es inspirado y movido por los principios que son suyos y provienen de El solo, y es gobernado por la autoridad y poder de El, y todo esto proviene de El por me dio de Cristo por el Espíritu Santo. De manera que quien está en la iglesia de Dios de verdad, la cual es el reino de Dios, dé a Dios todo lo del corazón, del alma, de la mente, y de las fuerzas. También dé a César la que es de César tributos, costumbres, honor, en su lugar. Rom. 13:5-7.

De esta manera es otra vez perfectamente claro y cierto que nada entre

Dios y César, hay una tercera persona, parte o poder, reino o jurisdicción, a quien el hombre deba servicio. No hay mandato y obligación de Dios para servir a nadie más, a otro reino o dominio, a otro poder o jurisdicción, sino al de Dios y al de César estos dos solamente. No hay imagen ni inscripción de la iglesia, ni tampoco para otro.

Y esto es decir solo que sin Dios, y sin Dios en su lugar como todo y en

todo, una iglesia es simplemente nada. Y cuando tal iglesia intenta ser algo, no es más que nada. Yen ambos casos nadie puede adeudar nada a ninguna iglesia.

Por otro lado, cuando la iglesia es verdadera con Dios, y cuando El realmente es para ella todo en todo, ciertamente es el reino de Dios. Y sin embargo el reino, el dominio, la jurisdicción, la autoridad, y el poder, es todo de Dios y no de ella; de modo que todo lo que es adeudado es a Dios, no a la iglesia. De manera que es estricta y literalmente verdad que jamás en ningún caso nada debe ser sometido por alguien a la iglesia como tal.

Y de este modo contra ella es enfatizado que hay justamente dos perso-

nas, dos reinos, dos jurisdicciones, dos autoridades, dos poderes, a quienes cualquiera está en el deber de servir Dios y César; estos dos y nadie más, y no otro.

Esto requiere, por lo tanto, que la iglesia ha de ser verdadera a su llama

do, y en su lugar en el mundo será absolutamente consagrada a Dios, tan completamente absorbida y oculta en Dios, que sólo Dios sea manifestado y conocido, en todo lo que ella es y hace.

En el sentido cabal del cristianismo es ciertamente verdad. Por que esto

es precisamente el llamado y la actitud del individuo cristiano en el mundo de ser absolutamente dedicado a Dios, tan completamente absorbido y oculto en El, que sólo Dios pueda ser visto en todo aquello que él es; Dios fue manifestado en carne. Y la iglesia es compuesta solamente de individuos cristianos. También la iglesia es el cuerpo de Cristo, y Cristo es Dios mani-festado, plenamente despojado a sí mismo. Y este es el misterio de Dios.

Y aquí es donde la iglesia, delante de Dios y delante de Cristo, pierde su

llamado, y su lugar; ella aspira ser algo por su propia cuenta. No fue suficiente que Dios debía ser todo en todo. No fue suficiente para ella que el reino, el dominio y la jurisdicción, la autoridad y el poder, la palabra y la fe, debía ser de Dios y solamente de Dios. Ella aspiró al reino por sí misma; el reino y la jurisdicción que deseaba; la autoridad que podía ejercer; el poder que podía empuñar; la palabra que podía pronunciar; y la fe que podía dedicar.

Para satisfacer esta ambición y hacer tangible esta aspiración, ella rechazó

a Dios y asumió y usurpó el reino y el dominio, la jurisdicción, la autoridad y el poder, que sólo pertenecen a Dios y a César. Y así ser por sí misma ni Dios ni César, sino a sí misma establecida, exaltada e intrusa, produjo confusión de cosas que solamente abundó la iniquidad y sumergió al mundo en su rumbo.

Y tal es la acusación que Dios hace contra ella en los siglos del Antiguo y

Nuevo Testamentos. La gloria y la hermosura, el honor y la dignidad, la autoridad y el poder, la atractiva y divina influencia, todo fue suyo y todo fue grandiosamente dado, y debido a que Dios habitó con ella y estando en ella todo esto tomó para sí y aseveró que todo era para sí. Leer Ezeq. 16:11-19; Rom. 1:7-9; 2 Tes. 2:2-3; Apoc. 17:1-6.

Cuando Dios le dio la verdad y la fe para que fuera predicada por todo el

mundo, en esto asumió que su fe había de ser la fe de todo el mundo, y de este modo tomó sobre sí asignar y dictar la fe para todo el mundo, y sostener que la fe a la cual estaba dedicada era la verdadera y divina.

Cuando Dios le dio su palabra en tal perfección y pureza para anunciarla, a

fin de que cuando ella la proclamara fuera como la voz de Dios, en esto ella se exaltó a sí misma para reclamar que su voz era la voz de Dios, y que la palabra que había escogido hablar era la palabra de Dios porque ella la hablaba.

Cuando Dios le dio tal perfección de verdad de tal manera que la misma

pronunciación de esa verdad fuera dada con toda autoridad, en esto asumió por sí misma tener autoridad para hablar; y por lo tanto cuando debía hablar, todos tenían que obedecer porque era ella la que hablaba.

Cuando Dios otorgó a ella tal medida de poder que aun los demonios se

sujetaban a ese poder y obedecían a Dios, en esto asumió que le pertenecía el poder, y aun el poder para compeler a todos los hombres y naciones en todo el mundo a que se sujetaran a ella y le obedecieran.

Así en todas las cosas se propuso ser una: la de percibir y mantener una

deliberada usurpación de ser igual a Dios. Pero el tiempo habría de venir cuando cada persona y todas las cosas que podían ser la iglesia o de la iglesia, nunca se debía pensar en una premeditada usurpación. De ser igual a Dios, sino que más bien debía pensar cuán vacía la iglesia debía estar de no hacer ninguna reputación, y tomar sobre sí la forma de siervo, y humillarse a sí misma, aun hasta la muerte de cruz; y todo esto para que Dios pudiera manifestarse en su propia persona y espíritu en ella, y por medio de ella al mundo.

El tiempo ha venido cuando ninguna iglesia debe invitar a los hombres a

venir a sí misma sino a Cristo solamente. El tiempo ha venido cuando la iglesia debe estar más que todo desinteresada en hacer manifiesto que no hay un tercer reino, dominio, jurisdicción, o poder, sino solamente dos Dios y César, y cuando ella debe urgir en todos los pueblos la divina instrucción, Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.

El tiempo ha venido cuando la iglesia en todas las cosas debe permitir este

sentir que hubo también en Cristo Jesús , de no pensar en estimar ser igual a Dios , sino que totalmente se despojará a sí misma para que Dios pueda ser revelado; el Dios verdadero y viviente, y el todo enlodo. El, solamente Rey y Señor de todo en la iglesia y a la iglesia, y esa iglesia la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Desde mucho tiempo atrás el estado y la iglesia usurparon la autoridad de

Dios, y han asumido gobernar en lugar de Dios. Ahora el tiempo realmente ha venido cuando debe ser, así como cuando será oída en la t ierra las preciosísimas palabras de las voces gloriosas en el cielo: te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Apoc. 11.17.

Recapitulación Nosotros ahora hemos seguido en la Palabra de Dios el principio del divino derecho de individualidad en religión, como ese principio es aplicado e ilustrado relacionado a autocracia, al gobierno de la supremacía e inflexibilidad de la ley, a la unión de la iglesia y el estado, a la iglesia en sí mima, y a los individuos.

Por favor, que nadie piense que todo esto es solamente una serie de es-tudios de historia antigua, ni tampoco que este es un estudio de principios y de Escrituras solamente como tal, aunque en ambos campos el estudio sería ampliamente justificado. Sin embargo, no es nada de esto. Es un estudio de principios que en una fase o la otra son tan completamente vigentes y activos hoy como siempre Y el día habrá de venir, y no muy distante, cuando toda la serie de ilustraciones consignadas en estos estudios serán otra vez vigentes y activos, y de una vez por todas, tan ciertamente el mismo propósito corno lo fue en cada caso que tomó lugar.

El día vendrá, y no está muy lejos, cuando autocracias. Gobiernos de

supremacía e inflexibilidad de ley, unión de iglesia y estado, e iglesias como tales, se levantarán unidos, para sujetar por coacción la unidad en religión, y quebrantarán toda sugestión de individualidad en religión y toda clase de derecho a ello.

Es en vista de lo que está pronto por venir que particularmente estos es-

tudios han sido publicados. Todas estas cosas descritas en ras Escrituras fueron escritas por la inspiración del Espíritu, no solamente para la instrucción de todos los pueblos, sino particularmente para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. El más grande conflicto y de más elevada proporción entre las fuerzas del mal y el reino de la justicia que este mundo alguna vez haya conocido, habrá de tomar lugar. Este gran conflicto habrá de ser en el tiempo cuando el fin del mundo vendrá. Ese tiempo está ahora a las puertas. Por esta razón estas lecciones de los registros inspirados son todos importantes justamente ahora.

En vista de esta poderosa presión de todas estas corrientes y por todas

estas fuerzas que pronto serán puestas sobre todo individuo, es la más grande importancia que cada individuo conozca por sí mismo, y ahora por las seguras evidencias conocer por convencimiento personal justamente lo que es su posición, su responsabilidad, su derecho e individualidad, en la presencia de principados y poderes, y delante de Dios y con Dios.

Mientras en estos estudios de las Escrituras nosotros hemos considerado

cada caso desde el punto de vista que estos poderes no tienen derecho de ejercer ninguna autoridad o jurisdicción en religión, sino que el derecho de individualidad en religión es supremo en la presencia de todo, por otro lado es igualmente verdad y no menos importante, que le incumbe al individuo no permitir a nadie más que a Dios ejercer autoridad o jurisdicción en religión, sin ser abiertamente desafiado y absolutamente ignorado, que en verdadera sumisión a Dios y perfecta lealtad al derecho, el derecho divino de

individualidad en religión, será mantenido. Esto todo individuo lo debe absolutamente a Dios, al derecho, y por sí mismo en Dios y por la verdad. Este principio todo individuo lo debe mantener o bien prueba su falta de lealtad a Dios, para consigo mismo como un hombre delante de Dios, y consentir que el mal prevalezca en cambio de la justicia; en otras palabras, consentir que lo malo sea lo bueno.

Es verdad, como el registro inspirado muestra, que la autocracia como está

ilustrada en el rey Nabucodonosor, que el gobierno de la supremacía de la ley como está ilustrada en el poder de Media y Persia, que la unión de la iglesia y el estado como está ilustrado en la iglesia judía y el poder de Roma unidos contra Cristo, que la iglesia como tal, como está ilustrado en la iglesia judía contra los discípulos de Cristo, no tienen derecho de ejercer autoridad o jurisdicción en religión. Es igualmente, y aun más enfáticamente real que para ser totalmente leal a Dios y al derecho, y verdad consigo mismos y a sus semejantes, los tres jóvenes hebreos, Daniel, el Señor Jesús, y los apóstoles de Cristo, tuvieron que absolutamente pasar por alto tales presiones. En cada caso el dominio de Dios fue usurpado. En cada caso el derecho fue completamente aplastado, y el mal se estableció en su lugar. En tales casos y en tales tiempos ¿podía alguien que conocía a Dios o protegido por el de-recho, sentarse y no hacer nada? ¿Es la fidelidad a Dios nada? ¿Es la lealtad al derecho nunca conocido? ¿Será lo malo reconocido como teniendo solamente el derecho de prevalecer? Nunca sea el hombre verdadero, ni verdadero a Dios ni al derecho, entonces tampoco será verdad consigo mismo ni a sus semejantes.

Es verdad que Nabucodonosor estuvo enteramente desviado y

plenamente equivocado cuando atentó ejercer autoridad en religión; y la historia está escrita para mostrar a todos los pueblos para siempre que toda autocracia está justamente fuera de lugar, y justamente equivocada, cuando presume ejercer autoridad en religión. Al mismo tiempo es verdad e igualmente importante recordar, que los tres varones hebreos abiertamente y sin con-templación alguna hicieron caso omiso a esa autocrática presión de autoridad en religión. Y la historia está escrita para enseñar que todos los demás individuos hagan como hicieron aquellos tres varones si éstos también son verdaderos a Dios, al derecho, consigo mismos y a sus semejantes.

Es verdad que sus principios de supremacía e inflexibilidad de la ley del

gobierno de Media y Persia procedieron injustamente cuando por sus leyes entraron en el campo de la religión; y la historia está escrita para mostrar a todos los gobiernos y pueblos para siempre, que todo gobierno está igualmente equivocado cuando entra por la ley en el campo de la religión. Es igualmente verdad e igualmente importante recordar, que el varón Daniel absolutamente y sin compromiso alguno pasó por alto la ley; y que la historia está escrita para enseñar a todos los individuos para siempre que en seme-jantes circunstancias ellos deben hacer como lo hizo Daniel, si honran a Dios y al derecho y son verdaderos consigo mismos y con sus semejantes.

Es verdad que la iglesia judía cometió enormes equivocaciones cuando se

unió con el poder civil para hacer efectiva su voluntad; y la historia está escrita

para mostrar a todo el mundo que toda iglesia comete las mismas atrocidades en todo tiempo, y bajo cualquier pretexto, ella busca controlar el poder civil para hacer efectiva su voluntad. Es igualmente verdad e igualmente importante reconocer y recordar, que el único Individuo que fue el objeto de la perversa alianza de la iglesia y el estado, moriría antes que someterse a ella o reconocerla en el más mínimo grado. Y todo esto está escrito, para que todo individuo hasta el fin del mundo esté listo en semejantes circunstancias para hacer como lo hizo el Señor Jesús, a fin de ser verdadero a Dios, verdadero a la Palabra, verdadero consigo mismo y verdadero con la raza humana.

Es verdad que la iglesia judía se desvió de la senda del bien e hizo

enteramente mal, cuando asumió la autoridad de decidir lo que los miembros de esa iglesia debían creer y enseñar; y la historia está escrita para hacer claro a todas las iglesias y pueblos para siempre, que toda iglesia está justamente desviada de la senda del bien e igualmente equivocada, cuando asume cual quien autoridad para decidir lo que un miembro de iglesia debe creer y enseñar. Es igualmente verdad y justamente importante recordar, que el individuo miembro de iglesia abiertamente y sin compromiso alguno rehusará reconocer cualquier autoridad a cualquier grado. Y esto está escrito para enseñar a todos los miembros de las iglesias para siempre, que ellos deben individualmente hacer lo mismo, si son verdaderos con Dios, con Cristo, leales al derecho, verdaderos consigo mismos y con la humanidad.

Los tres jóvenes hebreos hicieron lo recto cuando ellos rehusaron reconocer

el derecho de autocracia en religión. Daniel hizo lo recto cuando rehusó reconocer el derecho del gobierno civil de la ley en religión. El Señor Jesús hizo lo recto cuando rehusó reconocer el derecho de la iglesia a través del poder civil para hacer efectiva su voluntad. Los apóstoles y los discípulos del Señor hicieron lo recto cuando ellos rehusaron reconocer el derecho de la iglesia al decidir o dictar lo que ellos debían creer y enseñar. En cada uno de estos casos Dios abiertamente y en contundentes milagros de poder hizo perfectamente claro a todos estos individuos, que estaban en lo justo. Pero esto no solamente demostraba que estaban en lo recto, sino que ellos eran divinamente justos. Y en cada caso la historia ha sido escrita para que todos los poderes y pueblos para siempre conozcan que tal curso de acción es divinamente justo. Y siempre que permanezca en Dios como se hizo en cada uno de estos casos, en su lugar puede ser conocido.

En estos individuos y tales como éstos, que en sus días y de siglo en siglo

han mantenido en vigencia en el mundo la honra de Dios, que han mantenido en vigencia el derecho en el mundo, que han mantenido vigente la integridad y la verdadera valentía en la humanidad, sí, es justamente éstos y tales bienaventurados individuos, quienes han mantenido al mundo mismo en existencia.

No son autocracias, ni gobiernos de ley, ni alianzas de iglesias y estado, ni

aun las iglesias como tales, los que han mantenido la honra de Dios, que se han sostenido leales al derecho, y que han preservado la integridad del hombre. Porque toda la historia a una voz testifica que todo esto se ha hecho, para socavar y romper toda individualidad e integridad del hombre, para

obstruir el derecho, y destituir a Dios de su propio lugar de los hombres y del mundo.

No, no es esto, sino los bienaventurados individuos en Dios y con Dios;

son aquéllos que han conocido y han mantenido el derecho de la individualidad en religión; son los Danieles, los Cristos, los Pablos, los Wyckliffs, los Luteros, quienes se han sostenido solos en el mundo y en la iglesia, y contra ambos, la iglesia y el mundo son éstos, los que han mantenido la honra de Dios, quienes han mantenido vivo el conocimiento de Dios, del derecho y de la verdad, y así han mantenido al mundo en existencia.

Y ahora, y en el tiempo que ha de venir, cuando ha sido impelido entre las

iglesias y urgido en el mundo, denominacional, nacional, internacional, y la confederación mundial en religión y de religiones, cuando todo esto es designado a un mismo fin de ejercer presión por autocracias, gobiernos de supremacía e inflexibilidad de ley, por iglesias aliadas y en el control del poder civil, y por las iglesias mismas, cuando todo esto comience a funcionar unidos para ejercer presión y absoluta autoridad en religión en vista de todo esto, justamente ahora, como nunca antes, es esencial, conocer, proclamar, y mantener el Derecho divino de Individualidad en Religión, y la perfecta Libertad Religiosa.

Individualidad el Don Supremo

El gobierno existe en la misma naturaleza de la existencia de las criaturas inteligentes. Porque el mismo término criatura quiere decir, Creador, y tan ciertamente como cualquier criatura inteligente es, ella adeuda al Creador todo lo que es. Y en el reconocimiento de este hecho, adeuda al Creador honra y devoción suprema. Esto, en cambio, en la naturaleza de las cosas, 'significa sujeción y obediencia de parte de la criatura, y este es el principio de gobierno.

Cada ser inteligente adeuda al Creador todo lo que él es. En conformidad,

el primer principio de gobierno es, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

Esto es proclamado por el Señor para ser el primero de todos los man-

damientos. No es el primero de todos los mandamientos porque ha sido el primero en ser dado, sino simplemente porque existe en la misma naturaleza y existe en cada ser inteligente, y de este modo inherente en la naturaleza de las cosas tan pronto como la primera criatura estuvo en la existencia.

Es por tanto el primero de todos los mandamientos, simplemente porque

no es sino la expresión de la inherente obligación en la primera relación posible entre criatura y Creador. Es el primero en la naturaleza, las circuns-tancias, y en la existencia de las inteligencias creadas.

Es el primero de todos los mandamientos en el supremo y más absoluto

sentido. Está inherente en la naturaleza y relación de la primera criatura inteli -gente, y permanece tan completo en el caso de esa criatura como en los millo-

nes; y permanece tan completo en el caso de cada uno en la sucesión de los futuros millones como en el caso de la primera criatura inteligente, como si estuviera absolutamente sola en el universo. Ninguna expansión, ninguna multiplicación de números de criaturas más allá de la primera, puede en ningún sentido limitar el alcance o el significado del primero de todos los man-damientos. El se establece absolutamente solo y eternamente completo como la primera obligación de toda criatura que pudo alguna vez existir. Y esta eterna verdad es conocida individualmente como un principio eterno.

Sin embargo, justamente como a una segunda criatura inteligente se le da

la existencia, una relación adicional existe. No es ahora solamente la primera y original relación de cada una con el Creador, porque ambas deben igualmente su existencia al Creador, sino también una adicional y secundaria relación de uno para con el otro.

La segunda relación es una de absoluta igualdad. Y en la sujeción y la

devoción de cada uno a su Creador, en la primera de todas las relaciones, cada uno honra al otro. Por lo tanto, en la naturaleza de las cosas, en la exis-tencia de las criaturas inteligentes, allí está inherente un segundo principio gubernamental, mutuamente de todos los súbditos como iguales.

Y este principio es expresado en el segundo de todos los mandamientos,

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Este es el segundo de todos los mandamientos, por la misma razón que el primero es el primero de todos los mandamientos; existe y está inherente en la naturaleza de las cosas y de todas las criaturas inteligentes tan pronto como una segunda existiera. Y también semejante al primero, este es el preciso y absoluto momento que dos criaturas existen, y jamás puede ser expandido ni puede ser modificado por la existencia de criaturas inteligentes que llenan el universo.

Cada una por sí misma, sola, en su propia individualidad, está totalmente

sujeta y dedicada primero que todo al Creador; porque, a El debe todo. Y en esta sujeción y devoción al Creador sobre todo, cada una honra a otra criatura inteligente como a sí mismo, al igual como ocupa un lugar en el plan creador, y responsable individualmente al Creador por el cumplimiento de ese plan. De manera que fuera de lo que respecta al Creador, a su prójimo y a sí mismo, él ama a su prójimo como a sí mismo. Y esta segunda y eterna verdad igualmente con la primera conocen la individualidad como un principio eterno.

Este es el gobierno original. Y es también el último, porque estos son

principios completos y absolutos, y porque ellos están inherentes en la natu-raleza de la relación de las criaturas inteligentes. Y este gobierno, el cual es al mismo tiempo primero y último, es simplemente gobierno en sí mismo, en razonamiento y en Dios. Porque es únicamente lo más claro y simple del ra-ciocinio que las criaturas inteligentes deban reconocer que a Dios el Creador se le debe todo. Y que por tanto, sujeción y honra son las deudas razonables de él, para el Creador. Es asimismo un simple dictamen de la razón que, siendo que su prójimo igualmente con él deben todo al Creador, este prójimo debe ser respetado y honrado en todo a sí como él mismo desearía ser respetado y honrado en ello.

Es también el simple dictamen del raciocinio que desde que éstos han sido

creados, y en su existencia, deben todo al Creador, esta existencia con todo lo demás, en el ejercicio de las habilidades y poderes, debe ser siempre sostenida estrictamente de acuerdo con la voluntad y el designio del Creador. Porque es todavía el simple dictamen de la razón que el Creador nunca pudo haber forjado que la existencia, las facultades o' los poderes de cualquier criatura debieran ser ejercido contra su voluntad o fuera de su designio. Por consiguiente es el más simple y claro dictamen del raciocinio, que este gobierno original y último, es gobierno en sí mismo, gobierno bajo Dios, con Dios y en Dios. Y éste es verdaderamente el único gobierno real.

Dios ha creado a todos los seres inteligentes absolutamente libres. El hizo

al hombre igualmente con los otros seres inteligentes, para ser moral. La libertad de elección es esencial para la moral. Haber hecho a un ser inteligente incapaz de elegir, habría sido haberlo hecho incapaz de ser libre. Por lo tanto, El hizo al hombre igual que a los otros seres inteligentes, libres para elegir; y El siempre respeta aquello de lo cual El es el Autor, el libre albedrío.

Cuando en el ejercicio de esta libertad de elección, un ser inteligente de-

cide que su existencia con sus consecuentes facultades y poderes, sea dedi-cada estrictamente a la voluntad y al designio del Creador, etc, en realidad, con el Creador yen el Creador, esto es en el más estricto sentido un verdadero gobierno.

Y cuando el servicio, la adoración y la sumisión de cada ser inteligente es

entregado en su propia libertad de elección, esto revela de parte de Dios, el supremo y verdadero gobierno, el principio de gobierno con el consentimiento del gobernado.

De este modo el gobierno divino como es relacionado al Gobernador y al

gobernado, el Creador y la criatura, es demostrado como está revelado ser, gobierno de perfecta libertad, y de perfecta libertad porque es individualidad perfecta.

Por el pecado el hombre perdió su libertad y por tanto su individualidad.

Pero en el don de Cristo todo fue restaurado. Me ha enviado... a pregonar libertad a los cautivos. Cristo sufrió por nuestros pecados, el justo por los injustos para poder traernos a Dios.

Cristo Jesús, por tanto, vino del cielo al mundo para recuperar lo que el

hombre había perdido. Individualidad fue el don supremo de Dios. En la caída, ésta fue perdida. En el don de Cristo el día que el hombre pecó, el don de Individualidad fue restaurado para el hombre.

En los largos siglos de pecado y despotismo imperial desde Caín hasta

Tiberio César, los hombres han estado tan continua y sistemáticamente opri -mido., que han sido despojados de todo vestigio de individualidad. Entonces Cristo vino al mundo en carne humana como hombre, y por medio de cada fase de experiencia humana estableció la individualidad del hombre sobre su

base original y eterna. Mat. 25:15. De manera que, sin cristianismo en su ori -ginal y nativa pureza, no puede haber verdadera individualidad.

Pero en este interés de despotismo, el mismo nombre del cristianismo fue

pervertido. Y a través de largos siglos de imperialismo eclesiástico y de hombres tiranos, los hombres fueron otra vez sistemáticamente despojados de todo vestigio de individualidad. En los tiempos de la reforma, Dios otra vez restauró a los hombres al cristianismo y a la individualidad. Pero el pro-testantismo se endureció en formas de credos, y toda forma de dominio pro-testante ha negado, y ha hecho todo lo que se pudo para destruir la libertad cristiana de individualidad. Y ahora, a través de la unión, las denominaciones nacionales e internacionales, y confederaciones mundanales religiosas, otra vez el imperialismo eclesiástico ejercerá con todo el poder mundanal, señales engañosas, milagros mentirosos, sistemáticamente para despojar al hombre finalmente de todo vestigio de individualidad.

Pero el cristianismo en su supremo don de individualidad, como antes,

ahora y finalmente triunfará sobre todo. Apoc. 15:2,3. Y el cristianismo triunfará a través de la individualidad, y en la naturaleza del caso, hará ahora como siempre lo hizo antes por medio del bienaventurado individuo. El individuo bajo la dirección de Dios y con Dios, guardará en perfecta sinceridad el Derecho Divino de Individualidad en Religión, como la perfecta Libertad Religiosa.

Individualidad, siempre llevada en mente, no individualismo; porque éstos

son eternamente distintos.

La ley Dominical ¿De dónde viene la ley dominical? ¿Cuál es su origen? ¿Cuál es su carácter? ¿Qué significa ella para el pueblo del Estado, de los Estados Unidos y del mundo? Estos interrogantes son hoy pertinentes en todas partes de los Estados Unidos porque en los estados y la nación, la ley dominical es universalmente demandada; delante del Congreso, la ley dominical es constantemente urgida. También por otra razón estos interrogantes no son solamente pertinentes, sino importantes. Esta razón es que a través de la ley dominical todas las autocracias, todos los gobiernos de ley, toda unión de iglesias y estado, y todas las iglesias como tales, han de ser unidas y combinadas bajo presión de las denominaciones, nacionales e internacionales, y en la confederación mundial de religiones, para el dominio de todo el mundo en religión. El movimiento completo para la confederación mundial en religión. Culmina preeminentemente en la observancia del domingo, y esto es por la ley. Su Origen y Carácter La primera ley en favor del domingo fue aquélla por Constantino, y originada en la iglesia, fue puesta en acción sólo por iniciativa y demanda de los obispos. Esto es

positivo, no solamente de las disposiciones de legislación en sí, sino también desde todos los hechos y circunstancias de la legislación. Y de toda la historia del tiempo como la de la legislación. La primera ley sobre el tema fue alrededor del año 314 D.C., e incluyó el viernes como también el domingo. Y el propósito de la ley fue especialmente religioso. Porque ella estipulaba y ordenaba que en viernes y en domingo debiera haber una suspensión de negocios en la corte y en otras actividades civiles, a fin de que el día fuera dedicado sin ninguna interrupción al propósito y devoción. Tal es la paráfrasis de Neander sobre las afirmaciones de Sozomen con respecto a esta primera de toda legislación en favor de la observancia del domingo, y muestra que todo el propósito de la ley fue religioso. Pero las palabras mimas de Sozomen como existen en inglés según la traducción del profesor Walford, realmente intensifica el carácter religioso de la legislación. Esta es la traducción. El (Constantino) también uniéndose a la observancia del día designado el día del Señor, que los judíos llaman el primer día de la semana, y que los griegos lo dedican al sol, como asimismo el día anterior al séptimo, ordenó que ningún asunto judicial u otras actividades debían ser hechas en estos días, sino que Dios debía ser honrado con oraciones y súplicas. Sozomen's Ecclesiastical History, Book I Cap. VIII. Esto pone más allá de toda duda, que el intento de la primera legislación alguna vez en el mundo en favor del domingo como día de descanso de transacciones y de otras ocupaciones comunes, fue totalmente religiosa. En el segundo paso la ley dominical, en la ley de Constantino expedida en el año 321 D.C., el viernes dejó de ser y el domingo permaneció solo. El alcance de la ley fue ahora extendido para incluir no sólo las funciones de la corte o el estado, sino también a las personas residentes en las ciudades y tal como trabajo en negocios. Y todavía el intento de él fue inigualablemente lo mismo; porque Eusebio, uno de los obispos que mucho tuvo que ver con la legislación, dice de ello: El (Constantino) ordenó también, que el día debía ser considerado como una ocasión especial para el culto religioso. Oration in Praise Of. Constantine, Cáp. IX. Y cuando en el año 386 D.C. el propósito de la ley fue hecho universal y transacciones civiles de toda clase fueron estrictamente prohibidas en domingo, el mismo carácter exclusivamente religioso permanecía allí, porque cualquier trasgresión era considerada en realidad como culpa de sacrilegio. Neander. Sacrilegio no es en ningún sentido civil, sino en todo sentido una ofensa religiosa. De manera que en la faz de la ley misma es perfectamente claro que no hubo en ella, ni acerca de ella, ni en ninguna otra cosa, más que un fin exclusivamente religioso. Sin embargo rió somos dejados solamente con estas evidencias tan suficientes como ellas puedan ser en sí mismas. Por los mismos que iniciaron y promovieron la legislación, es dada la positiva afirmación que el fin de la ley dominical fue exclusivamente religiosa, y específicamente así fue. Otra vez, el obispo Eusebio es uno de los que nos da seguridad en esto al continuar refiriéndose a Constantino en esta conexión:

Quien además ha ordenado a las naciones habitadas de los continentes y a las islas de este gran globo, convocarse semanalmente en el día del Se ñor y observarlo como festivo, no para la fortificación del cuerpo, sino para La fortaleza y vigor del alma por la instrucción en la verdad divina. Id, Cáp. XVII. Todo esto es confirmado por el curso de acción de Constantino mismo en conexión con la ley. Como intérprete de su propia ley, mostrando lo que deseaba que su significado debía ser, él compuso la siguiente oración la cual quiso que sus soldados repitieran en concierto, dada como una señal todos los domingos por la mañana: Nosotros te reconocemos como el único Dios; te debemos el honor como nuestro rey e imploramos tu socorro. Por tu favor tenemos la victoria; por medio de ti somos más fuertes que nuestros enemigos. Te damos gracias por tus beneficios pasados y confiamos en ti para las bendiciones futuras. Unidos oramos a ti y suplicamos para que nos preserves, y guardes triunfante a nuestro emperador Constantino y sus piadosos hijos. Libe Of. Constantine, Book IV, Cáp. XX. Si, todavía hay dudas en la mente de alguien que si fue originalmente la ley dominical solamente religiosa, sin más dudas de que su fin no fue otro más que un carácter exclusivamente religioso, tales dudas deben ser efectivamente removidas por el indiscutible hecho que fue por virtud de su función y autoridad como el máximo pontífice, y no como emperador, que el día fue apartado para ser santificado; porque fue únicamente prerrogativa del máximo pontífice asignarlo día santo. En prueba de esto está Derruí una excelente autoridad en historia en las siguientes palabras: En determinar cuál día debía ser considerado como santo, y en la composición de una oración para el uso nacional, Constantino ejerció uno de sus derechos que le correspondía como máximo pontífice, y no fue extraño que lo hiciera. History Of. Rome, cap. CII, part. 1, parr. 4. Más que suficiente es la verdad de la exclusividad del carácter religioso de la ley dominical así como es en sí misma. ¿Para qué? Su Inspiración y su Iniciación Esta antigua ley dominical fue puesta aparte solamente por la gran ambición y proyecto de la iglesia popular de la época por la intriga político eclesiástica con Constantino para establecer un rt no de Dios en la tierra: y esto en el concepto y propósito mismo de una teocracia terrenal. Porque en realidad se había levantado en la iglesia una teoría acrática falsa. . . la cual fácilmente surge en el mismo concepto y propósito de una teocracia terrenal. Porque ciertamente se había suscitado en la iglesia una teoría teocrática falsa la cual fácilmente puede surgir en la formación de un esta do sacerdotal subordinando lo secular en una falsa y exterior forma. Esta teoría teocrática prevalecía ya en los tiempos de Constantino, y los obispos por sí mismos comenzaron a depender de él por sus disputas y dominio de

Hacer uso del poder del estado para la adquisición de sus propósitos. Neander. En conformidad a todo el plan de una teocracia humana en la imitación de la original y divina en las Escrituras, fue definitivamente ejecutado por los obispos, y a través de la ley dominical fue hecho efectivo. Esto es absoluta e inequívocamente innegable en la historia de los tiempos. Es el claro concepto de toda la literatura eclesiástica de la época, y permanece patente en la Vida de Constantino del obispo Eusebio. La iglesia fue Israel en Egipto oprimida por Faraón Maxentius, y Constantino fue un nuevo Moisés quien liberó este nuevo y oprimido Israel. La derrota de Maxentius por Constantino en el puente de Milvian y su destrucción en el Tíber, fue la destrucción de Faráon en el mar Rojo, en su sumergimiento a la profundidad del mar. Después de esta liberación del nuevo Israel, el nuevo Moisés con el nuevo Israel marcharon a conquistar a los paganos en el desierto para el establecimiento rotundo de la nueva teocracia, a fin de entrar a la tierra prometida y, para que los santos del Altísimo tomaran el reino. En concordancia, para el nuevo Moisés el tabernáculo fue levantado, y un sacerdocio en imitación del original en las Escrituras fue establecido. Y además en la imitación de ese original en las Escrituras, el domingo fue por ley hecho señal de esta nueva y falsa teocracia, como el sábado es la señal de la verdadera y divina teocracia. Y esto fue hecho con esta directa intención; porque nosotros tenemos la realidad de esto confirmado en las palabras del obispo Eusebio quien fue uno de los principales en la ejecución de esto. Aquí están sus palabras: Todas las cosas que eran un deber hacerlas en sábado, nosotros las hemos transferido al domingo. Que el proyecto y el sistema de las cosas de este modo establecidos fue en sus mentes el reino mismo de Dios en la tierra, es también claro y positivamente establecido por el obispo Eusebio como sigue: Vestido como está con un semblante de soberanía celestial, él (Constantino) levanta su mirada al cielo y forja su gobierno terrenal según el modelo de ese original, sintiendo vigor en la conformidad a la monarquía de Dios.Y por la unión con los Césares cumplió las predicciones de los profetas, conforme a lo que ellos pronunciaron siglos antes; los santos del Altísimo poseerán el reino. Oration, cap. III. Y la observancia del domingo establecida y obligatoria por la ley del imperio, como la señal de la nueva y falsa teocracia en lugar y en la imitación del sábado, como la señal de la original en la verdadera teocracia, fue el medo para hacer a todos los pueblos súbditos de, éste nuevo y falso reino de Dios. Aquí las palabras del obispo Eusebio: Nuestro emperador amado siempre por Dios, la fuente de la autoridad imperial procede de lo alto. Quien preserva los órdenes del universo de es tos cielos y tierra y el reino celestial constantemente con la voluntad de su Padre. Aun así, nuestro emperador, a quien El ama, en traer a aquellos que gobierna en la tierra al unigénito Verbo y Salvador, los convierte en súbditos de su reino. Id., cap. II.

Estas evidencias muestran que la inspiración e iniciación de la antigua ley dominical fue exclusiva y específicamente eclesiástica, y todo esto por la promoción de un plan sagaz de los obispos en la erección del estado sacerdotal que debía subordinar lo secular en una forma falsa y exterior, y hacer efectiva la determinación para hacer uso del poder del estado, para el logro de sus propósitos. Por lo tanto, por la evidencia de estos dos registros, El Origen y Carácter, La Inspiración e Iniciación de la antigua ley dominical, tal ley dominical es específicamente religiosa y eclesiástica, y excluida de cualquier otro concepto, sostiene la prueba a una demostración, porque es el unánime testimonio de todas las evidencias que puedan ser traídas a este caso. ¿Cómo se Sostiene ahora el Caso? El exclusivo carácter religioso y eclesiástico de la antigua ley dominical siendo una positiva permanencia, la siguiente pregunta es, ¿Ha perdido la ley dominical el exclusivo y específico carácter religioso? Primero que todo, ¿cómo podía ser posiblemente perdido? Ese siendo su carácter nativo e inherente, ese siendo absolutamente el único carácter que siempre ha tenido, es perfectamente claro que este carácter jamás podía ser perdido. Tan ciertamente como las cosas subsisten, su carácter nativo e inherente está allí. De manera que hasta el fin del mundo, donde la ley dominical sea hallada, su carácter inherente, religioso y eclesiástico está inevitablemente fijado en ella. Eso es verdad en el mismo principio y naturaleza del caso. Pero sigamos el asunto históricamente y veremos cuán completamente el principio es manifestado. El estado sacerdotal, en la erección del cual el origen de la ley dominical fue un potente factor, por toda Europa y por más de mil años, subordina la misma vida humana, y así despóticamente hizo uso del poder del estado para el logro de sus propósitos. En todo este tiempo lóbrego la ley dominical ha continuado, y con ninguna otra pretensión que su carácter original, nativo, inherente, religioso y eclesiástico. En 1533 Enrique VIII fue divorciado por sí mismo y También Inglaterra del papa de Roma. Pero eso fue todo: porque, pera lo que entonces fue vino a ser la iglesia de Inglaterra, y Enrique inmediatamente se nombró papa en lugar del papa de Roma. Por estatuto fue ordenado que el rey debiera tomar, aceptar y repudiar la única cabeza suprema de la iglesia de Inglaterra. Y en 1535 Enrique asumió oficialmente el título La suprema cabeza sobre la tierra de la iglesia en Inglaterra. Lo que fuera ahora la iglesia de Inglaterra fue solamente lo que era antes la iglesia católica en Inglaterra. En forma, nada había sido cambiado. La constitución de la iglesia permanece inalterable. Green. Y en este mismo invariable sistema la antigua ley dominical continuó, y ha continuado hasta el día de hoy, y todavía con ninguna otra pretensión o sugestión que el de su carácter original, nativo, inherente, religioso y eclesiástico. Desde Inglaterra se han esparcido colonias a América. En América estas colonias fueron establecidas por ingleses y por lo tanto se extendió allí el gobierno de

Inglaterra. Y con estricto acuerdo con el sistema de Inglaterra, toda colonia establecida en América, excepto Rhode Island, tiene una religión establecida, tanto en la forma de la religión cristiana en general, o bien, en la forma de alguna iglesia particular. En cada una de estas colonias religiosas establecidas en América, se ha extendido, y en algunas sea intensificado la ley dominical del sistema inglés, lo cual es únicamente la extensión de la ley dominical de la Roma antigua y el sistema papal. Y todavía allí, como siempre había sido antes en Inglaterra y en Roma, la ley dominical de las colonias en América no ha sido con otro propósito o pretensión más que el de su carácter original, nativo, inherente religioso y eclesiástico. En el presente estas colonias son independientes del gobierno de la Gran Bretaña y se han convertido en estados independientes. Pero todavía cada una de ellas permanece como antes en su sistema establecido y la ley dominical. Virginia, sin embargo, inmediatamente se desligó de la iglesia de Inglaterra y de su religión, estableció un Acta para el establecimiento de la Libertad Religiosa. Con todo en el libro del estado de Virginia permanece inmodificable e idéntica la ley dominical de la colonia de Virginia, lo cual fue solamente la inmodificable ley dominical del sistema del estado y de la iglesia inglesa, que fue la inmodificable ley dominical de Roma y del sistema papal en su carácter original, nativo e inherente religioso y eclesiástico. Y la historia de Virginia en esto, es substancialmente la historia de los otros trece estados originales, exceptuando siempre a Rhode Island. Y la ley dominical de toda la unión de estados, ha sido sólo la extensión y prácticamente la copia de la ley dominical de los antiguos trece estados que la tenían. Y en esta perversa marcha aun Rhode Island ha sido pervertida y degenerada. Y siempre esta ley dominical en los últimos estados ha sido el mismo carácter original, nativo, inherente, religioso y eclesiástico de esas colonias de Inglaterra y de Roma. Así, desde la antigua ley domincal de Constantino hasta la última ley domincal en los Estados Unidos, es todo el mismo asunto, con el mismo pro pósito, y precisamente con el mismo carácter. La ley Dominical Inconstitucional Entonces vino la formación del gobierno nacional de los Estados Unidos con su total separación de religión y el estado, y su constitucional disposición que el Congreso no forjaría ninguna ley con respecto al establecimiento de religión o prohibición del libre ejercicio de ella. Este principio de la Constitución nacional con la precedente Acta para el establecimiento de la Libertad Religiosa en Virginia, ha sido la guía en la formación de la Constitución de la Unión de los Estados Americanos, después de los trece originales; y aun la Constitución, aunque no la Legislación, de los trece anteriores. Estados ha llegado a ser materialmente amoldada por ello. Y así tan fielmente esta guía ha sido seguida y tan generalmente el principio ha sido reconocido en toda la Unión Americana, que

resumido, el caso es como sigue: Aquellas cosas que no son lícitas bajo cualquier constitución americana se establece así:

Cualquier ley tocante al establecimiento de religión. La obligación del sostén por impuestos u otros medios, de instrucciones religiosas. 1. Obligación de asistir a los servicios religiosos. 2. Restricción sobre el libre ejercicio de religión de acuerdo a los dictados de conciencia. 3. Restricción de la expresión de la fe religiosa.

Estas son las prohibiciones que en cualquier forma han de ser halladas en las constituciones de América, y que asegura la libertad de conciencia y de culto. Ningún hombre en asuntos religiosos está sujeto a la censura del estado o de cualquier autoridad pública. Los legisladores no han sido dejados en libertad para efectuar una unión de iglesias y estado, o para establecer preferencias por la ley en favor de cualquier persuasión religiosa o modo de adorar. No hay completa libertad religiosa donde una secta es favorecida por el estado y se le da ventajas por la ley sobre otras. Siempre que se establezca una distinción entre una clase de secta, tiene un alcance en el cual una distinción causa desfavorablemente una persecución; y si está fundado en terreno religioso, una persecución religiosa. La magnitud de la discriminación no es material al principio; suficientemente crea una desigualdad de derecho o privilegio. Coleéis Constitucional Limitaciones, cap. XIII, pan. 1-9. Ahora, en vista de estos hechos, disposiciones y principios, tomando la ley dominical por lo que incuestionablemente es, exclusiva y específicamente religiosa es perfectamente claro en todo principio que en cualquier parte de los Estados Unidos, y bajo todas las constituciones, la ley dominical, es una persecución religiosa, y es absolutamente inconstitucional y privada. Aquello inconstitucional ha sido admitido por el estado y por las cortes de los Estados Unidos. La Corte Suprema de Ohio dijo claramente que si la religión fuera el solo fundamento de la ley dominical, no podría permanecer por un momento bajo la Constitución. Y una Corte del disctricto de los Estados Unidos ha comentado un poco el humillante espectáculo de los defensores del domingo tratando de justificar la continuación de la ley dominical. . . con el argumento de que no está en conflicto el dogma civil de la libertad religiosa, cuando verdaderamente lo está; y dice que la potencialidad del hecho lo cual es en ayuda de religión debe ser francamente confesado y no negado. Y la última Corte distintamente la reconoce, en todo, como persecución. Invención Judicial y Decreto Y sin embargo en todo los estados Unidos la ley dominical es mantenida por la Corte Constitucional. ¿Cómo puede ser esto? La respuesta es que es solamente

invención judicial y decreto. No es por la construcción judicial o interpretación de las Constituciones, sino sólo por invención judicial y decreto con respecto al carácter de la legislación. Esto es decir: Por la invención judicial y decreto, un nuevo y extraño carácter es dado a la ley dominical, y sobre este nuevo y extraño fundamento la ley es sostenida ser constitucional. Si este nuevo y extraño fundamento fuera en verdad el original y nativo fundamento, entonces la constitucionalidad de tal ley habría abierto la cuestión. Pero en ningún sentido es a la verdad nuevo y extraño. Es una cabal invención y falsa con relación al principio y a los hechos. Esta invención judicial como nuevo y extraño fundamento para la ley dominical, es la proposición que es para el beneficio físico, para la promoción de la salud o para la restauración de las energías perdidas del pueblo; que es por la protección de labor, y así es constitucional como una regulación policial y una regla puramente civil. Ahora, todo quien conoce el A B C de la ley dominical, sabe muy bien que ninguna ley dominical en el mundo fue alguna vez decretada con tales intentos, o con tal propósito, o con tal fundamento como ese, sino que toda ley dominical en el mundo fue decretada solamente debido a su carácter religioso y eclesiástico, con todo elemento físico y cívico especialmente excluido. El estado de Idaho es una ilustración al punto, y siendo de los últimos, es estrictamente pertinente. En el mismo espíritu, y con el mismo blanco de los obispos en el tiempo de Constantino; un cuerpo eclesiástico no del estado de Idaho, forjó para Idaho un proyecto del domingo y lo condujo a la legislatura de Idaho y consiguió ser decretado en la ley de Idaho. Y entonces bajo una constitución declara que El ejercicio y la unión de la fe religiosa y el culto por siempre sería garantizado, y que a ninguna persona se le negaría el derecho civil o político, privilegio o capacidad en asunto de sus opiniones religiosas: ninguna preferencia sería dada por la ley a cualquier denominación religiosa o culto, y la Corte Suprema de Idaho sostiene esos estatutos religiosos y eclesiásticos para ser constitucional. El Estado de Washington es otra ilustración. La Constitución de ese Estado declara que Absoluta libertad en todos los asuntos del sentimiento religioso, creencia y culto será garantizada a todo individuo, y nadie será molestado o interrumpido en persona o en propiedad sobre asuntos religiosos. Cuando en 1889 esta disposición constitucional fue decretada, fue el unánime intento de sus legisladores que debería excluirse la ley dominical igualmente con toda la forma de religión en ley. El escritor de este libro estuvo presente con el Comité de la Convención Constitucional cuando esa disposición fue formada. Y yo personalmente sé que tal fue el intento de los forjadores de ella, porque este mismo tema de la ley dominical fue particular mente considerado por el comité y fue apoyado unánimemente que esta disposición constitucional como forjada intentaría excluir la ley dominical. Y sin embargo bajo esa Constitución de la Corte Suprema del Estado de Washington, ha sostenido la ley dominical para ser constitucional.

De este modo la ley dominical realmente forjada por los eclesiásticos con ningún otro fin más que lo religioso y eclesiástico, y con disposiciones constitucionales compuestas para prohibirla, la Corte por pura invención judicial y decreto la hizo constitucional. Pero cada decisión está en abierta negativa de uno de los primeros principios, y de la regla universalmente admitida. De acción judicial el principio y la regla, que la intención del forjador de la ley es la ley, que la ley debe ser formada de acuerdo a la intención del legislador, y que una ley no puede tener un significado más allá del propósito de aquellos que la han forjado. Este principio, que debe en justicia guiar a la construcción de estatutos como también a las Constituciones, es autoritariamente como sigue: Una Corte que permita un cambio de un sentimiento público para influenciarlo dándole a una ley escrita una formación no garantizada por la intención de sus fundadores, sería justamente acusada por descuidos atrevidos de compromisos oficiales y públicos deberes. Cooley, Constitutional Limitations, pág. 67. Los principios se aplican con igual fuerza a la formación de un estatuto, con respecto a la composición de una constitución. Y sea que el cambio de sentimiento que una Corte deba permitir de este modo influenciarlo, sea público y general, o solamente privado y sentimiento personal o parcial de la Corte misma, el principio es el mismo y tal Corte es igualmente acusada por descuidos atrevidos de compromisos oficiales y públicos deberes. Con todo eso es precisamente lo que ha sido hecho por las Cortes cuando, por fijar un nuevo y extraño significado, ellos dan a la ley dominical una formación que en ningún sentido es garantizado por la intención de sus fundadores en cualquier parte de la historia o experiencia humana. Un Palpable Subterfugio Sin embargo esta invención y decreto y un fundamento nuevo y extraño para la ley dominical, no es permitido excluir el fundamento original, nativo y religioso de ella. Esta invención, en realidad, es solamente un intento por el cual la ley dominical como religiosa pueda ser traída para ser sostenida como constitucional bajo las disposiciones que absolutamente la prohíben. Pero tan pronto como en cada caso se ha hecho constitucional como una regla puramente civil que inmediatamente es dada para establecerse como religiosa por la declaración que el hecho de que la ley está fundada en religión y es la característica peculiar del cristianismo , no es nada contra ella, sino más bien enfáticamente en su favor. De manera que, bajo las constituciones prohibiendo leyes religiosas, por pura habilidad judicial la hazaña es completada de hacer constitucional la ley que es totalmente religiosa y eclesiástica.

Todavía es Inconstitucional Pero contra todo ello aún permanece la verdad viviente que la ley dominical es inconstitucional en todas partes de los Estados Unidos, debido a su carácter religioso. La invención de una base civil para ella, a fin de someterla a la constitución, sólo la deja todavía inconstitucional debido a su carácter original, nativo, inherente, religioso y eclesiástico. En otras palabras, cuando la constitución garantiza absoluta libertad de toda las observancias religiosas, restricciones, disposiciones requeridas por la ley, entonces cualquier carácter religioso conectarlo a cualquier ley, lo hace inconstitucional por esa razón. La Constitución es la expresión de la voluntad del pueblo en el gobierno. Entonces esa suprema voluntad excluye de esa ley todas las cosas religiosas; entonces esta suprema voluntad no podrá ser evadida por la mera artimaña de inventar una base civil para una cosa religiosa. Por tal artimaña todo asunto religioso alguna vez oído podría ser hecho constitucional y obligatorio, y la garantía constitucional de libertad religiosa fuera de este modo convertida en un azote imaginable. Por lo tanto, en lugar del fundamento religioso de la observancia del domingo ser nada en contra, sino más bien en favor de ella, la ley dominical como una regla civil, la verdad es que esta es la más posible y enfática objeción contra ella; tan poderosa en realidad, que esto sólo la anula, todo lo que pueda ser su naturaleza civil o necesidad. La Corte Suprema de California ha establecido bien este principio, como sigue: La constitución dice que `el libre ejercicio y enrolamiento de profesión y culto religioso, sin discriminación o preferencia, por siempre será permitido en este Estado. La cuestión constitucional es un abierto asunto de poder legislativo. Tuvo el legislador el poder para realizar el asunto particular Cuál fue ese asunto particular fue la prohibición de labores en domingo. Si hubiera estado tan compuesta con relación a mostrar que fue propuesto por aquellos que votaron por ella, como una simple regulación municipal, con todo, si en realidad contravino la disposición de la Constitución asegurando libertad religiosa a todos, nosotros deberíamos haber sido compelidos a declararla inconstitucional por esa razón. Expart Newman. El principio es que, fuera imposible para tanto daño corresponder al estado, a la sociedad o al individuo, por ser privado de un beneficio civil, como ciertamente corresponder al estado, a la sociedad, y a todo individuo, por la violación de la libertad religiosa, la invasión de derechos de conciencia, y la simulación religiosa con el poder civil. Aun Constitucional es Todavía Injusta. Es innegable entonces, que la ley dominical es religiosa y eclesiástica, y. como tal, y bajo cualquier requerimiento, es inconstitucional y una persecución en todas

partes de los Estados Unidos. Pero si fuera constitucional aquí, como es en Inglaterra, en Francia, en España y Rusia, es todavía injusta. Como religiosa y eclesiástica, la ley dominical es injusta y jamás habrá posibilidad de ser recta. El rey Nabucodonosor, contra los tres jóvenes hebreos, forjó una ley con bases de carácter religioso. Pero Dios le enseñó a él y a todos los reyes y pueblos para siempre, que esa ley era injusta. El gobierno de Media y de Persia, contra Daniel, decretó un estatuto de ley inflexible con bases de carácter religioso. Pero Dios enseñó a ese gobierno y a todos los gobiernos y pueblos para siempre, que éste era injusto. Y para la iglesia haciendo uso del poder del estado para el logro de sus objetivos, lo cual no podía ser más que otro intento religioso que por este sutil y sagaz artificio fue ejecutado por la iglesia su propósito en la crucifixión del Señor de gloria, es suficiente demostración para el ancho universo y por la eternidad que tal unión y proceder bajo ella, es suprema y satánicamente una injusticia. De este modo hay una más sublime ley y superior autoridad que la de la tierra, que es la voluntad y autoridad de Dios. La religión es la responsabilidad que los seres inteligentes deben a su Creador, y la manera de cumplir esa responsabilidad. La religión de todo hombre se sostiene solamente entre el hombre y el Soberano del hombre. De manera que, aunque la ley dominical fuera constitucional en todos los estados y gobiernos de la tierra, todavía, como religiosa, es totalmente injusta, porque ella es una invasión al reino, y usurpación a la autoridad y jurisdicción de Dios. No hay Fundamento Posible para Ella. Hay justamente dos autoridades a las cuales, en lo que respecta a ley y gobierno, cualquiera en el mundo está bajo la obligación de rendir servicio. Estas dos son Dios y César. En conformidad el Señor Jesús declaró esta verdad así: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. La ley dominical y la observancia no vienen de Dios ni de César. No es de Dios, porque, como la evidencia lo muestra, en el mismo comienzo de ella fue establecida como la señal de la falsa y humana teocracia del hombre de pecado en lugar de Dios, haciéndose pasar como Dios, suplantando el sábado del Señor como la señal de la verdadera y divina teocracia en la cual Dios mismo es Dios único. No es de César, porque, como la evidencia lo muestra, no fue como César la cabeza del estado, sino solamente como máximo pontífice la cabeza de la religión, que Constantino decretó al domingo ser un día santo y estableció su observancia, y esto bajo la inspiración y solicitud de la iglesia la cual no es de Dios ni de César. Por lo tanto, siendo que no es de Dios ni de César, sino sólo de la iglesia a través de una pagana cabeza religiosa, no hay obligación ni bases para alguien en el

universo, rendir a alguna observancia de ella en absoluto. Su Propósito Ulterior. Por el mismo contra en la denuncia entonces, es demostrado que el carácter original, nativo e inherente de la ley dominical existe siempre lo mismo exclusiva y específicamente religioso y eclesiástico. Y el propósito ulterior de la ley dominical es igualmente lo mismo. Nosotros hemos visto que en la antigua ley dominical el propósito ulterior fue la formación de un estado sacerdotal, sujetando lo secular en una forma falsa y exterior , y haciendo efectivo la determinación de lo eclesiástico para hacer uso del poder del estado para el logro de sus objetivos. Y ese es precisamente el propósito ulterior de ella ahora. El Congreso y legisladores están constantemente asediados y son persistentemente inquietados, y aun amenazados, por los eclesiásticos ahora, como la función imperial fuera entonces, siempre por la ley dominical. No importa cuántos de tal legislación puedan estar ya en los libros de estatutos, aún las persistentes demandas es que será mucho más, y todo esto es dictado cuando no es realmente formado por los mismos intereses eclesiásticos, y que conducen más y más cerca a la inquisición, precisamente como por los eclesiásticos del pasado. Nosotros no necesitamos continuar más el tema. Las evidencias aquí presentes muestran en conclusión que el carácter de la ley dominical es sólo y específicamente religioso y eclesiástico; que, por tanto, en los Estados Unidos ella no es constitucional ni americana; y que en todas partes es opuesta a Dios y anticristiana. Transcripcion: Veralicita y Joelito