Infancia en El Siglo XVIII
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EL CONCEPTO DE INFANCIA EN EL SIGLO XVIII
Un nuevo concepto de infancia.
Uno de los signos ms resaltantes del pensamiento de la
ilustracin en su vertiente pedaggica tiene que ver con la significacin
que alcanza la infancia durante el siglo XVIII a la luz de este
pensamiento1. Y ya que no es posible entender por separado la realidad y
el concepto, tendremos que decir que dicha significacin abarca, tanto la
infancia como realidad, como la infancia como concepto mismo.
Desde el punto de vista pedaggico, tal circunstancia era
previsible, siendo que, como hemos venido diciendo, la educacin se
convierte en el vehculo principal de promocin del saber, de un saber que
se dirige especficamente hacia la formacin de un nuevo tipo de hombre:
el ciudadano. Y, qu mejor poca para formar ese nuevo hombre que
cuando es todava nio?. Tal revelacin, conducira a los pedagogos de la
ilustracin a plantearse el conocimiento de la infancia como una exigenciaprevia y necesaria a la formulacin de los proyectos para la formacin de
ese hombre nuevo en el que pareceran cifrarse las esperanzas optimistas
que expresaba la doctrina del progreso, entendido este como indefinido e
indetenible movimiento de ascenso de la humanidad, aunque, como
intentaremos desarrollar en el siguiente aparte, en la realidad, dicho
ascenso indefinido hacia alturas cada vez ms brillantes no pareca incluir
1
Con respecto a la construccin del concepto de infancia, no podramos dejar de hacer algunareferencia al aporte de la pedagoga humanista, la cual, a diferencia del pensamiento escolsticomedieval, asume conscientemente al nio como parte importante de todo proceso educativo. As, elindividualismo humanista, que parte de la valoracin del hombre como centro y sntesis de la creacin,tendra una consecuencia pedaggica fundamental para la infancia y su educacin, ya que elreconocimiento de su especificidad dentro del ciclo de vida del hombre y como parte de estaespecificidad, su carcter educable, determin un giro importante dentro de las estrategias deformacin las cuales debieron ser adaptadas a su condicin, pero ms importante an en la concepcinsocial de la misma, sus necesidades, limitaciones y papel estratgico.
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a los hijos de las clases ms desfavorecidas de la sociedad, las cuales por
lo dems, en nmero abrumadoramente mayoritario conformaban la
amplia base de la sociedad estamental europea del siglo XVIII.
Condiciones histricas que posibilitaron el inters por lainfancia hacia comienzos del siglo XVIII.
Es evidente que en este proceso de repunte que observamos en
la preocupacin hacia la infancia particularmente desde finales del siglo
XVII y que apunta hacia la valoracin sustantiva de su condicin de
educabilidad, confluyeron una serie de circunstancias de carcter
histrico sin cuya consideracin sera imposible entender el significado
que tal proceso alcanz, ello nos lleva a considerar dentro del acontecer
histrico-real, tanto aquellas expresiones vinculadas al desarrollo
econmico social, como las vinculadas al desarrollo de las ideas, por lo
que en este aparte hemos incluido un anlisis del concepto de infancia en
el pensamiento de John Locke y J.J. Rousseau.
Algunos historiadores coinciden en afirmar que durante el siglo
XVIII, Europa experiment un importante crecimiento de su poblacin.
Hay quienes incluso hablan de este fenmeno como de una revolucin
demogrfica aunque la fecha real del inicio de dicha revolucin parece
haber sido ms propiamente 1750 que 1700.2
Independientemente de las causas que motivaron dicho
fenmeno, entre las cuales se mencionan, el aumento de la cifra de
nacimientos, acompaado de la disminucin de las cifras de mortalidad,
debidos en trminos generales a la mejora en las condiciones sanitarias
de vida, la disminucin de las epidemias, las cuales aunque no
2 RUDE, George. Europa en el siglo XVIII. La aristocracia y el desafo burgus. Col. AlianzaUniversidad No. 219. Alianza Editorial. Madrid. 1985. P. 21.
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desaparecieron, por lo menos si se hicieron menos fuertes, la disminucin
de los perodos de guerras y hambrunas, el aumento de los matrimonios
tempranos, las migraciones y la revolucin industrial o agraria3, conviene
sealar, que el mismo fue visto por muchos contemporneos como un
signo muy positivo de los tiempos.
Particularmente los representantes de la corriente fisiocrtica,
para quienes la tierra se constitua en la fuente principal de toda riqueza,
sostenan que mientras ms brazos hubiera para labrarla y cultivarla sera
mucho mejor.
Visto desde esta perspectiva, no puede considerarse como una
casualidad el hecho de que durante el siglo XVIII pases como Francia y
Espaa, involucrados abiertamente con las tesis fisiocrticas, hayan
comenzado a proyectar algunas estrategias que tenan como objetivo final
asegurar un aumento en el bienestar general de la poblacin, que
implicaban un aumento en la expectativa de vida y que incluan entre
otras, medidas protectoras de la infancia desde el mismo momento de sunacimiento, con objeto de disminuir los riesgos de muerte al nacer.4
As, un primero elemento de la nueva preocupacin por la infancia
se presenta vinculado a las circunstancias de tipo econmico: el
desarrollo y aumento de la produccin y las consiguientes necesidades de
mano de obra.
3Ibid. P. 244
A este respecto aparece una curiosa referencia al invento del tetero aparecido en el SemanarioEconmico de Madrid del 13 y 20 de agosto de 1767, en la cual se expone como uno de sus objetosms interesantes que El Estado y el Reino conseguir ms poblacin y mejor constitucin de losciudadanos; ms poblacin porque las mujeres no experimentarn los regulares huecos que tienen lasque cran, mejor constitucin por las razones arriba dichas, y al mismo tiempo facilitar esta nueva
planta el que se puedan criar ms nios de fortuna, as por los menos infortunios que padecern, comoporque mantenindose a tan poca costa , se podrn erigir otras nuevas casas de piedad en las ciudadesmenos populosas que en el da carecen de ellas, en detrimento del gnero humano. Citado enLABRADOR ERRAIZ, Carmen y Juan Carlos DE PABLOS, Op. Cit. .p. 272.
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La Infancia en el Pensamiento Pedaggico de John Locke.
La teora empirista desarrollada por John Locke a fines del siglo XVII
contribuy a establecer las bases filosficas sobre las que se fundament
la idea de que la infancia constituye una etapa muy importante en la vida
de los individuos. Esta teora sera fundamental para el concepto de
infancia, pues ella aporta los elementos que sustentan el principio de su
educabilidad, condicin indispensable para justificar la propia existenciade la escuela como institucin cuya funcin social ser el desarrollo de las
virtualidades del hombre, y an la proliferacin de proyectos educativos
cuyas estrategias se hayan centradas en el nio y sus posibilidades de
formacin.
Locke desarroll principalmente sus tesis empiristas en el Ensayo
sobre el Entendimiento Humano, publicado en 1690, mientras que sus
ideas pedaggicas se encuentran principalmente en los Pensamientos
sobre Educacin, de 1693, obra cuya lectura es preciso complementar con
el Ensayo sobre la Conducta del Entendimiento, de 1704.
A pesar de que los Pensamientos5representa las ideas
pedaggicas de Locke en torno a la educacin de la infancia de una clase
en particular, la aristocracia, es posible destacar a partir de ella algunas
lneas en torno a la concepcin de infancia que este autor desarrolla.
5La obraPensamientos acerca de la educacin fue escrita por J. Locke (1632-1704) hacia finales delsiglo XVII, en 1693, y constituye una recopilacin de sus experiencias como preceptor de los hijos dealgunos miembros prominentes de la sociedad londinense de su poca, constituyendo un ejemplo muyilustrativo de una propuesta de formacin para los hijos de la emergente burguesa comercial ymanufacturera que se desarroll en Inglaterra en los aos posteriores a la Gran Revolucin. Lockeescribi tambin La conducta del entendimiento, obra que fue publicada pstumamente en 1706.Ambas obras constituyen expresin de su pensamiento pedaggico, en el cual estn presentes los
postulados empiristas desarrollados en elEnsayo sobre el entendimiento humano (1690).
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En principio, para Locke educar a la infancia tiene un significado
poltico muy importante, ya que de ella depende en buena parte el
bienestar y la prosperidad de las naciones6, pero ms importante que
para la nacin, la educacin es importante para los individuos como tales,
pues en cualquier situacin de fortuna que se vea colocada una
persona, es la mejor herencia que puede recibir7.
Tal planteamiento es coherente con el marcado individualismo
que subyace en el pensamiento educativo lockeano. Para este autor, la
educacin debe ser impartida en forma individual, ya que para l la mejor
educacin no es la que se da en las escuelas, y particularmente si se trata
de la educacin de un joven caballero, para quien el autor recomienda
preferentemente la educacin domstica, porque:
Si se considera hasta dnde el arte de vivir y deconducir, como se debe sus asuntos por el mundo esradicalmente opuesto a estos hbitos de petulancia,se malicia y de violencia que se aprenden en elcolegio, se convence uno de que los efectos de una
educacin privada valen infinitamente ms que lascualidades de este gnero y que los padres debenretener a sus hijos en la casa para preservar suinocencia y su modestia como virtudes que seaproximan ms a las de un hombre til y capaz, y lopreparan mejor.8
Esta idea adquiere significado en relacin a los fines que Locke
asigna a la educacin del gentleman, es decir, la formacin de un
hombre virtuoso, til y hbil9, particularmente en lo que se refiere a la
educacin de la virtud en el nio, la cual es cosa ms difcil de
6LOCKE, John. Pensamientos acerca de la educacin. Coleccin Ciencia y Educacin. Clsicos.Ediciones de la Lectura. S/f. P. LXXX.7Ibid. P. 121.8Ibid. P. 113. Tal crtica a la institucin escolar ser hecha tambin por Rousseau, pero, como veremosms adelante, no por la misma causa, ni con el objetivo de vindicar la educacin domstica.9Ibid. P. LXXX
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adquirir que el conocimiento del mundo10y no podra ser enseada
en las escuelas porque,
Para formar su espritu y sus maneras serapreciso una atencin constante y cuidadosparticulares a cada nio; lo cual es incompatible conuna poblacin escolar tan numerosa.11
As, podramos concluir que todo el pensamiento pedaggico de
Locke se desarrolla principalmente en torno a la formacin de una
conducta virtuosa en los hombres, y esto queda palmariamente claro en
la siguiente cita:
Es, pues, la virtud, la virtud solamente, la nicacosa difcil y esencial en la educacin, y no unaatrevida petulancia, o una habilidad paradesenvolverse. Todas las dems consideraciones ycualidades deben ceder y posponerse a sta (...) lalabor y el arte de la educacin deben llenar de elloel espritu y consagrarse a conseguirlo...12
Tal preponderancia de la educacin moral en el discurso
pedaggico lockeano, no implica restarle importancia a la educacin
fsica ni a la educacin intelectual, ya que juntas conforman la totalidad
de su propuesta educativa. Antes bien, cada una de ellas, est igualmente
dirigida a lo que este autor llama la educacin del espritu, considerado
por l como la parte principal del hombre, a quien concibe como una
unidad cuerpo - alma13.
As, siguiendo el principio latino mente sana en cuerpo sano, einfluenciado por una tendencia naturalista que prescribe el
10Ibid. P. 113.11Ibid. P. 116.12Ibid. P. 119.13Ibid. P. 5.
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endurecimiento del cuerpo como base de una buena educacin, Locke
introduce adems una razn de sentido utilitario:
Que la salud es necesaria al hombre para elmanejo de sus negocios y para su felicidad propia;que una constitucin vigorosa y endurecida por eltrabajo y la fatiga es til para una persona quequiere hacer un papel en el mundo...14
A lograr este mismo objetivo estara dirigida la formacin
intelectual ya que para Locke, slo existe una va hacia el dominio de la
voluntad, y por consiguiente hacia el ejercicio de la virtud, ella implica el
uso de una recta razn, de aqu que el autor considere necesario
[acostumbrar], pues, al nio desde muy temprano a consultar su
razn, a hacer uso de ella antes de abandonarse a sus
inclinaciones15.
Tal planteamiento lleva consecuentemente hacia la necesidad de
educar el entendimiento, vale decir, de conducirlo de tal manera que el
individuo aprenda a hacer uso de su facultad para razonar:
El medio al que un hombre recurre en ltimainstancia para dirigir sus actos es su entendimiento:porque aunque, al distinguir las facultades de lamente, concedamos el mando supremo sobrenuestros actos a la voluntad, la verdad es, sinembargo, que uno se decide a esta o aquella accinvoluntaria basndose en un conocimiento previo, oapariencia de conocimiento, procedente delentendimiento (...) Es, por consiguiente, del ms
alto inters el enorme cuidado que deberamosdedicar al entendimiento para guiarlocorrectamente en la bsqueda del conocimiento yen la elaboracin de sus juicios.16
14Ibid. P. 7.15Ibid. P. 192.16LOCKE, John. La Conducta del Entendimiento. Textos y Documentos. Coleccin Clsicos del
pensamiento y de las ciencias. No. 15. Editorial Anthropos. Barcelona. Espaa. 1992. P. 3.
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Por lo tanto, desde este punto de vista, es claro que para Locke, el
fin de la educacin intelectual,
...no es segn creo, perfeccionar al que aprendeen todas o algunas de las ciencias, sinoproporcionar a su mente esa libertad, esadisposicin y esos hbitos que pueden hacerlecapaz de alcanzar cualquier parte del conocimientoa la que se aplique, o de la que pueda necesitar enel curso futuro de su vida.17
Y es que para este autor, los errores y las falsedades que
provocan juicios y decisiones equivocadas provienen principalmente dedebilidades e imperfecciones en el entendimiento18, mientras que el
nico objetivo de todo razonamiento correctamente desarrollado debe ser
siempre develar la verdad, considerada como ...la medida del
conocimiento y la ocupacin del entendimiento; todo lo que sea
adems de eso, aunque se autorice por acuerdo o se recomiende
por su rareza, no es ms que ignorancia o algo peor.19
Empero, es preciso recordar que tales planteamientos son hechos
en el marco de los postulados empiristas que Locke desarroll, por lo
tanto, partiendo de que para l, el conocimiento implica percepcin
interna delespritu, deberemos concluir que la bsqueda de la verdad se
convierte en una experiencia individual y personal, de hecho el autor dice
a este respecto:
Conocer es ver; y, siendo esto as, es una locura
creer que podemos hacerlo con los ojos de otrohombre (...) Mientras no lo veamos con nuestrospropios ojos, y lo percibamos con nuestro propioentendimiento, permaneceremos tan a oscuras ytan vacos de conocimiento como antes, por mucho
17Ibid. P. 69.18Idem.19Ibid. P. 107.
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que confiemos en la opinin de cualquier sabioautor.20
Ahora bien, para Locke, no siendo el objeto fundamental de la
educacin, la instruccin en una disciplina particular, antes bien, el
desarrollo de una disposicin hacia el conocimiento, el proceso educativo
debe ir dirigido fundamentalmente, por lo menos en una primera etapa a
la formacin de hbitos, particularmente de hbitos virtuosos
relacionados con el dominio de la voluntad. En este sentido el ejemplo de
los adultos y la prctica constante constituyen la estrategia metodolgica
en torno a la cual gira todo el proceso de enseanza para este autor,
quien a este respecto dice:
...es slo la prctica lo que desarrolla nuestrasmentes, as como nuestros cuerpos (...) no debemosesperar nada de nuestros entendimientos, a no serque sean perfeccionados por los hbitos.21
Esta importancia concedida en forma reiterada por Locke a la
prctica, entendida sta como el ejercicio constante en busca de la
formacin de hbitos en los individuos, expresa en cierta medida la crtica
al innatismo cartesiano, principio que Locke intent negar en su filosofa
empirista.
Tal negacin constituy a la vez el argumento ms significativo a
favor de la consideracin del entendimiento humano al momento de nacer
como una tabula rasa, idea que se repite en la mayora de los discursos
ilustrados que aluden a la importancia de la educacin a partir de los
primeros aos de vida.
20Ibid. P. 113.21Ibid. P. 43.
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As, este principio llevar a Locke a dos conclusiones de gran
significacin para el mbito educativo:
Que la educacin es la causa principal de lo que los hombres
son.
... de todos los hombres con que tropezamos, lasnueve dcimas partes son lo que son, buenos omalos, tiles o intiles, por la educacin que hanrecibido. Esta es la causa de la gran diferencia entrelos hombres. Las menores y ms insensibles
impresiones que recibimos en nuestra ms tiernainfancia tienen consecuencias muy importantes yduraderas.22
Que tal proceso debe desarrollarse durante la infancia.
Es preciso que, tarde o temprano, el hombre seconsagre a s mismo y a su propia conducta, y sloser hombre bueno virtuoso y capaz el que sea asinteriormente. Y, por consiguiente, lo que ha derecibir de la educacin, lo que ha de influir en todasu vida, se le debe inspirar desde muy temprano.23
As, Locke da fundamento a una idea que ya Comenio haba hecho
suya y haba convertido en la base de su propuesta escolar desarrollada
en la Didctica Magna, es decir, el gran potencial de formacin de la
infancia dadas sus caractersticas peculiares.
En este sentido, el autor considera a la infancia como la poca
adecuada para echar los cimientos de un hombre bueno ydigno24, sin embargo de considerar las limitaciones propias de esta
etapa:
22LOCKE, John. Pensamientos... p. 4. Cursivas nuestras.23Ibid. P. 68-69. Cursivas nuestras.24Ibid. P. 20.
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El aturdimiento, la distraccin, la inconstancia yla movilidad de pensamiento, he aqu los defectosnaturales de la infancia.25
Y en otra parte de su discurso, Locke dir:
Es espritu de los nios es dbil, estrecho y nopuede contener, en general, ms que una idea a lavez. Todo lo que ocupa el espritu de los nios losabsorbe enteramente durante algn tiempo (...) Lanaturaleza de los nios les dispone a dejar flotarsus pensamientos. La novedad es lo nico que lesagrada (...) Es, pues, contrariar evidentemente las
disposiciones naturales de la infancia el querer fijarsus pensamientos errantes (...) por consiguiente, sise quiere exigir de l que aplique su espritu, espreciso esforzarse por hacer todo lo agradableposible el estudio que se le propone.26
Estamos pues, en presencia de un discurso pedaggico que
apunta hacia la idea de que la infancia debe ser tratada desde el punto de
vista de la educacin de una forma distinta y adaptada a sus
caractersticas, lo cual implica un principio de respeto al nio basado en la
certeza de la existencia de una naturaleza distinta en la etapa infantil y
tiene consecuencias en los mtodos de enseanza prescritos para esta
etapa en la cual deben darse todos los conocimientos concretos que
caen bajo el dominio de los sentidos (...) en estos estudios de
cosas es preciso echar las bases de la educacin y no en esas
nociones abstractas...27
Pero igualmente, el respeto a la etapa infantil implica tambinestudiar con cuidado su naturaleza y sus aptitudes; reconocer
por frecuentes experiencias el giro natural de su espritu;
25Ibid. P. 309.26Ibid. P. 305-306.27Ibid. P. 301.
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observar, en fin, su fondo natural, cmo puede desenvolverse y
qu son capaces de hacer.28
Tales pensamientos diferenciaran sustancialmente la idea del
nio y su educacin en el discurso lockeano, de todos los discursos
pedaggicos anteriores, en los cuales no haban aparecido an tales ideas
fundamentadas sobre bases filosficas no teolgicas, ms an
diferenciara estas ideas y su prctica consecuente de las prcticas
tradicionales desarrolladas para la poca en las escuelas, en las cuales,
segn las mismas palabras de Locke imperaba el mtodo memorstico y
los castigos como estrategias didcticas principales.
La Infancia en el pensamiento pedaggico de J.J.Rousseau.
Las ideas desarrolladas por Locke en torno a la cuestin de la
educacin sirvieron de base a mediados del siglo XVIII para las propuestas
pedaggicas de Juan Jacobo Rousseau, quien, como parte de su proyecto
para la formacin de un hombre libre, desarrolla la idea ms acabada
para su tiempo de lo que es la infancia y sus necesidades de educacin.
En el pensamiento de estos dos autores existen algunos
paralelismos importantes que evidencian la influencia que Locke ejerci
sobre Rousseau, particularmente en aquellos aspectos relativos a las
prcticas de endurecimiento del cuerpo, vinculadas a planteamientos
pedaggicos naturalistas, as como algunas otras que no referiremos en
este momento por no ser el tema de nuestro trabajo.
28Ibid. P. 97.
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Sin embargo, el significado poltico fundamental que tiene para
Rousseau la educacin del hombre constituye una diferencia importante
con respecto al pensamiento de su antecesor.
En efecto, como pudimos ver en la parte anterior, dedicada a la
cuestin del SABER en el discurso rousseauniano, el problema filosfico
del desarrollo del entendimiento humano es convertido en un problema
poltico en la medida en que en la libertad del hombre estn implicadas
sus capacidades o posibilidades de comparar o juzgar, y que tales
acciones son las que permitiran comprender en ltima instancia sus actos
voluntarios.29Estos conceptos resultan sumamente significativos para
comprender el problema de la conformacin de la voluntad general y en
ltima instancia la legitimacin del pacto social, pues ellos constituyen el
fundamento de la libertad racional, es decir, de la autonoma de la razn
en tanto capacidad de tomar decisiones sin influencias externas al
individuo.
Ahora bien, los fines generales de formacin del hombre quepropona Rousseau - formar un hombre para la vida, formar un
hombre con capacidad para tomar decisiones de forma autnoma
-, mediante un proceso permanente a la vez que individual, que no
desatendiera ninguna de las dimensiones humanas, slo podan ser
posibles a partir de una concepcin de la infancia que rescata de manera
especial sus condiciones de educabilidad.
Partiendo de la conviccin de que la primera de todas las
utilidades pblicas, que es el arte de formar hombres est todava
olvidada, Rousseau manifiesta por primera vez en su Emilio, la
preocupacin por la infancia:
29Ver nota No. 133.
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No se conoce nada de la infancia: con las falsasideas que de ella se tienen, cuanto ms se camina,ms se yerra. Los ms sabios se aplican a lo queimporta saber a los hombres, sin considerar lo quelos nios estn en condiciones de aprender. Buscansiempre al hombre en el nio, sin pensar en lo quees antes de ser hombre.30
Tal planteamiento lleva a Rousseau a la conclusin que convertir
en preceptiva dirigida a la sociedad en general, Comenzad pues por
estudiar mejor a vuestros alumnos31
As mismo, es posible que ningn otro autor halla pintado de
manera tan descarnada la debilidad que caracteriza la infancia en todos
los mbitos y consecuentemente la necesidad de atender a su educacin:
Nacemos dbiles, necesitamos fuerzas; nacemosdesprovistos de todo, necesitamos asistencia;nacemos estpidos necesitamos juicio. Todo cuantono tenemos en nuestro nacimiento y quenecesitamos de mayores, nos es dado por laeducacin.32
Empero, si bien es cierto que rechaza la educacin que imparten
las instituciones escolares tradicionales, y en esto es coherente con su
preocupacin pedaggica fundamental, la formacin de un hombre para
la vida, se distancia de su antecesor J. Locke, al negar por igual la validez
de una educacin domstica basada en la reproduccin de las costumbres
y las maneras tradicionales.
Y es que en Rousseau, hemos visto aparecer en forma clara la
idea de la infancia como proyecto, es decir, la conviccin de que ella es
30ROUSSEAU, J.J. Emilio o de la Educacin. P. 28. Subrayado nuestro.31Ibid. P. 29.32Ibid. P. 34.
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importante, no slo en s misma, sino por su valor potencial, ya que el
autor,
Un nio se vuelve ms valioso al avanzar en edad.Al precio de su persona se une el de los cuidadosque ha costado; a la prdida de su vida se une en lel sentimiento de la muerte. Por tanto, es en elporvenir en lo que hay que pensar al velar por suconservacin.33
A partir de todos estos planteamientos en torno al nio, Rousseau
concluir lo que a nuestro juicio constituye desde este punto de vista su
aporte ms significativo a la educacin, esto es, el respeto que se debe
a la infancia como condicin ineludible en el proceso de formacin de un
nuevo tipo de hombre, un hombre libre:
Hombres, sed humanos, es vuestro primer deber,sedlo para todas las condiciones, para todas lasedades, para todo lo que no es extrao al hombre.Qu sabidura hay para vosotros fuera de lahumanidad? Amad la infancia, favoreced sus juegos,sus placeres, su amable instinto.34
En conclusin, durante el siglo XVIII, sobre la base de la existencia
de concretas circunstancias y necesidades sociales se va construyendo un
concepto de infancia que es avalado en ciertos aspectos por fundamentos
de orden poltico y filosfico.
Tal concepto de infancia entendida como etapa sui generis de la
vida del hombre tiene como caractersticas ms significativas su alto
grado de dependencia de los mayores; la delicadeza y fragilidad; la
incapacidad para el uso autnomo de la razn y en general sus grandes
posibilidades educables en los diferentes mbitos, fsico, intelectual y
33Ibid. P. 50.34Ibid. P. 92.
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moral, basado todo ello en la consideracin de que el entendimiento del
infante es una especie de tabla raza en la cual durante la edad infantil
es mucho ms fcil imprimir lo que se desee o considere socialmente
conveniente, evidentemente ello permitir avalar por otro lado la idea de
que las costumbres, que como sabemos haban sido consideradas ya por
Montesquieu instituciones sociales, solamente son susceptibles de ser
modificadas durante la etapa infantil, de tal manera que gran parte de los
esfuerzos en materia de educacin en tanto difusin de saberes, tendr
que ver entonces con la enseanza, durante la infancia de todos aquellos
valores que conforman la sociabilidad del individuo, vale decir, de una
nueva sociabilidad concebida sta en el marco de los nuevos valores
republicanos y democrticos.
Todas estas consideraciones apuntan hacia la educabilidad de
la infancia como una de sus condiciones ms caractersticas y por ende
intentan legitimar la necesidad de poner mayor nfasis en todos los
procesos y las circunstancias involucradas en la educacin de los nios.
La educacin de la infancia desposeda.
En este orden de ideas, consideramos necesario aludir al
problema de la educacin de una infancia en particular: la infancia de las
clases socialmente desfavorecidas.
Al desarrollar el concepto Educacin en La Enciclopedia, su autor
comienza afirmando que, Los nios que vienen al mundo formarn
en su da la sociedad en la que tendrn que vivir; su educacin es
pues el objeto ms interesante35, con lo cual deja expresado este
sentir que haba comenzado a desarrollarse con respecto a la importancia
35 Artculo EDUCACION de laEnciclopedia o Diccionario Razonado de las Ciencias, las Artes y losOficios. 1750.
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de los nios y su educacin. Sin embargo, despus de explicar las razones
de tal inters, el autor contina:
Es evidente que en todo estado hay ciudadanos para los cuales existen tipos especficos deeducacin: educacin para los hijos de lossoberanos, educacin para los hijos de los grandes,para los de los magistrados, etc. Educacin para loshijos del campo, donde as como hay escuelas paraaprender las verdades de religin, as tambindebera haber escuelas donde se les ensearan losejercicios, las prcticas, los deberes y las virtudes desu condicin, con el fin de que actuasen con mayorconocimiento...36
Esta idea que implica la necesidad de establecer una educacin
diferente en el marco de una sociedad que est en vas de sufrir
profundos cambios basados en principios polticos de igualdad y libertad,
expresa no slo la idea de que los individuos deben ser educados de
acuerdo a su estado y para su permanencia en l, sino de manera
consecuente, que infancia no es un concepto vaco, antes bien, su
contenido social est determinado por aquella concepcin segn la cual
cada individuo en sociedad est destinado a ejercer una funcin
especfica y no otra. Es decir, si hay tres clases distintas de ciudadano, la
infancia que forma parte de esas clases tambin ser distinta.
As, mientras los nios de las clases nobles son educados para
mandar, los nios de las clases bajas son educados para la obediencia y la
resignacin, convirtindose en algunos casos la educacin, en una
especie de medicina preventiva contra las revoluciones. En tal sentido,
Cabarrs en 1809 expresaba as la importancia de dirigir la educacin
hacia la infancia:
36Idem.p. 40.
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Los gobiernos... tienen el mayor inters en el progreso de las luces, pues nuestros pueblos,embrutecidos y contagiados por la opresin y elerror, no son susceptibles de ninguna reforma pacifica mientras no se les cure, y como estacuracin se puede tener por desesperada, es precisodirigirse a la generacin naciente; y tal es el objetode la educacin nacional.37
Ahora bien, las nuevas expectativas que se abren a partir del
descubrimiento de esta condicin de educabilidad de la infancia, que,
como hemos sealado, ya vena siendo planteada aunque en un sentido
religioso - existencial por el pensamiento humanista, se proyecta en dosperspectivas claramente delineadas: la formacin para el ejercicio de una
funcin social til, en la cual tiene papel fundamental la clase a la cual el
nio est adscrito, y la otra no menos importante, puesto que constituye
el fundamento de todo proceso de cambio o renovacin, est vinculada
con el cambio en las mentalidades a travs de la modificaciones de las
costumbres sociales.
As, por ejemplo, leemos en la Memoria de Jovellanos lo siguiente:
Pasada la adolescencia, el individuo de cualquierasociedad debe abrazar alguna profesin o carrera, ytomar algn estado o destino. Si deja para entoncesel cuidado de instruirse, o no lo podr conseguir,porque debe su tiempo a las funciones y deberes desu estado, o defraudar a la sociedad, obrando sininstruccin, de todo el bien que pudiera hacerinstruido. De aqu es que la Puericia y la
adolescencia forman el perodo propio para lainstruccin38
37 CABARRUS, Conde Francisco de: Cartas sobre los obstculos que la naturaleza, la opinin y lasleyes oponen a la felicidad pblica, escritas al Sr. Gaspar de Jovellanos, y precedida de otra al
Prncipe de la Paz. Biblioteca de Autores Espaoles. Tomo LXII. Tipografa Ferreira. Madrid. 1932.38 JOVELLANOS, Melchor Gaspar de. Memoria sobre educacin pblica, o sea, Tratado terico -prctico de enseanza con aplicacin a las escuelas y colegios de nios. BAE. Tomo XLVI.Madrid. 1963.
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Por su parte, Campomanes en su Discurso sobre la educacin
popular de los artesanos dice:
Las costumbres tienen tanto poder como las leyesen todos los pueblos. El modo en que las gentessean honradas, consiste en infundirles costumbresvirtuosas y persuadirles de las ventajas que lesproducirn. Esta persuasin se ha de infundir desdela niez en las casas, en la escuela y por lo maestrosde las artes. El ejemplo de los mayores ha deconfirmar a los nios en que sus superiores tienenpor bueno lo mismo que les recomiendan.39
Es importante resaltar la consecuencia inmediata de estos
planteamientos: la educabilidad de la infancia y la significacin social y
poltica que ello tiene, lo cual no deja de representar un elemento nuevo,
caracterstico del pensamiento de la ilustracin que a su vez conlleva a
justificar la necesidad de mantener al nio en una especie de aislamiento
al cual ser preciso someterlo con objeto de darle una educacin
sistemtica, ya sea o no de carcter institucional. Tal caracterstica se
har evidente no solamente en aquellos proyectos que apuntan hacia unaeducacin individualizada como el de Rousseau, sino tambin en los ms
radicales proyectos de educacin estatal como el de Le Peletier.
(COMPLETAR ESTA INFORMACIN)
El historiador Alejandro Mayordomo40, ha sealado de manera
clara la existencia de una contradiccin con respecto a lo educativo en el
siglo XVIII. Ella radica en: el declarado inters por el hombre y la
universalizacin de la cultura y el poco empuje que se produce en
39 CAMPOMANES, Pedro Rodrguez de. Discurso...Op. Cit. P. 10340 MAYORDOMO, Alejandro y Luis Miguel LAZARO L.: Escritos Pedaggicos de la Ilustracin.Ediciones del Ministerio de Educacin y Ciencia. Madrid. 1988.
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el campo de la educacin popular41. En este sentido, este autor
agrega que,
las posiciones contradictorias con ese aliento, depersonajes como Voltaire o Diderot, o La Chalotais,reflejan esa realidad que, junto al discursolaudatorio de la importancia de la educacin,cuestiona la pertinencia de la misma para las clasestrabajadoras42
Consideramos oportuno, en el marco de estos planteamientos,
preguntarnos sobre el significado de la infancia y su condicin deeducabilidad en un sentido social, es decir, hacia cul infancia iban
dirigidas estas preocupaciones con relacin a los alcances de una poltica
educativa?, tomando en cuenta que el nuevo ideal de hombre que se
impone, que es en esencia el burgus, no parece dar cabida a las
aspiraciones y necesidades de las clases ms desfavorecidas de la
sociedad del siglo XVIII. Tal ideal queda bien expresado en el siguiente
texto:
La mxima de que cada uno deba contentarse consu suerte por infeliz que haya nacido es muy buenapara hacer tolerables las penalidades de la vida, mas puede ser perjudicial si, malentendida, influye enque no se trabaje en mejorar de estado: los talentosponen al hombre en la obligacin de mirar por subien y el de la Repblica. El dinero es el mvil quehace lucir los talentos, y siempre que el padre defamilia pueda conseguir por estos medios que el hijoadquiera honor y estimacin a su casa, no le debe
intimidar la humildad de su nacimiento, porque los premios no estn principalmente destinados para lanobleza, sino para la virtud y los talentos. En suma lanobleza es uno de los premios de la virtud.43
41Ibdem. P. 1442Idem.43El Duende de Madrid. Discurso IV. Citado en: LABRADOR HERRIZ, Carmen y Juan Carlos DEPABLOS R., La Educacin en los Papeles Peridicos de la Ilustracin Espaola. Coleccin
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En lo que toca al problema de la educacin de la infancia
perteneciente a las clases inferiores, a partir de la revisin de los
discursos pedaggicos a los cuales hemos podido tener acceso, es posible
diferenciar al menos dos posiciones distintas, pero posiblemente
convergentes.
Un primer intento de dar respuesta a la pregunta sobre a cul
infancia se dirige la educacin, implica poner la atencin sobre el modelo
de discpulo que en lneas generales queda dibujado en algunos de los
escritos pedaggicos ms significativos de la poca, a saber en los
Pensamientos sobre la Educacin de John Locke y El Emilio o de la
Educacin, de J.J. Rousseau. 44
Una de las ideas entre muchas que le dan comunidad al
pensamiento de estos dos filsofos expresadas en ambas obras
educativas tiene que ver precisamente con la coincidencia en cuanto a las
caractersticas del alumno al cual estn dirigidas ambas propuestas
pedaggicas. Para Locke ...el objeto principal de este discurso [susPensamientos sobre la Educacin] es mostrar cmo debe conducirse
a un joven caballero desde la infancia...45, la razn de ello es clara:
...el modo de educar a la juventud en relacin consu diversa condicin, es tambin el modo ms fcil,breve y adecuado para producir hombres virtuosos,hbiles y tiles en sus distintas vocaciones:...aquella vocacin o profesin de que ms debecuidarse, es la del caballero. Porque si los de ese
rango son colocados por la educacin en el recto
Investigacin. No. 33. Ediciones del Ministerio de Educacin y Ciencia de Espaa. Madrid. 1989. P.126.44 Una relacin de ambos textos con referencia a la concepcin de la infancia ha sido desarrollada en el
punto anterior sobre Un nuevo concepto de infancia.45 LOCKE, John. Pensamientos acerca de la educacin. Coleccin Clsicos de Ciencia y Educacin.Ediciones de la Lectura. S.l. s.f. p. 11.
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camino, ellos pondrn rpidamente en el orden a losdems.46
Este planteamiento no fue sin embargo obstculo para que el
filsofo expresara una serie de proposiciones con relacin a la educacin
de los hijos de los pobres. A este respecto, en la Introduccin de la edicin
que tenemos a mano de sus Pensamientos, se alude a que,
Para los nios pobres mayores de tres aos,bosquej [refirindose a Locke ] una educacin enEscuelas de Trabajo, en las cuales encontraran a la
vez trabajo y alimento, aunque ste consistiese enpan solamente, al cual puede agregarse sin ningnesfuerzo, en tiempo fro, si se cree necesario, unasopa caliente de avena; con el mismo fuego quecalienta la habitacin, puede cocerse una cazuelacon esta sopa.47
En el pensamiento de Rousseau, tambin encontramos alusiones
muy explcitas en torno al origen social privilegiado del discpulo cuyas
caractersticas dibuja en su Emilio. En este sentido, el autor aporta
tambin una justificacin para tal escogencia:
El pobre no tiene necesidad de educacin: la de suestado es forzada; no podra tener otra. Laeducacin que el rico recibe de su estado es, por elcontrario la que menos le conviene, tanto para lmismo como para la sociedad. Adems la educacinnatural debe hacer a un hombre apto para todas lascondiciones humanas. Ahora bien es menosrazonable educar a un hombre para ser rico que a un
rico para ser pobre; porque en proporcin al nmerode los dos estados, hay ms arruinados queadvenedizos. Escojamos, pues, un rico: estaremosseguros, al menos, de haber hecho un hombre ms,
46Ibdem. P. LXXX47Ibid. P. LIV.
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mientras que un pobre puede hacerse hombre por smismo.48
Todos estos planteamientos nos llevan a pensar en la existencia
de una concepcin de la infancia que, aunque expresa el pensamiento de
avanzada, propio de estos autores considerados los aos anteriores a la
Revolucin Francesa, no ha logrado deslastrarse an de su determinante
social estamental. De tal manera que el concepto de infancia en tanto
educable aparece en estos discursos mediada por dicha condicin. Tal
mediacin permite explicar por qu para Rousseau si bien en el orden
natural, todos los hombres son iguales, en el orden social, existendiferencias preestablecidas. Por ello,
En el orden social, donde todos los puestos estnmarcados, cada cual debe estar educado para elsuyo. Si un particular formado para un puesto sesale de l, ya no sirve para nada...49
Sin embargo, no podemos pensar que tal mentalidad
estamentalizante haya actuado como el nico determinante en lo que
podramos llamar una concepcin diferencial de la infancia, debido a que
en la poca histrica a la cual estamos refirindonos estn presentes
otras circunstancias que de igual manera contribuyeron, segn nuestro
juicio a la construccin de tal concepcin diferencial.
Una de estas circunstancias tiene que ver con las nuevas
exigencias que poco a poco va introduciendo la dinmica del capitalismo
industrialista y el consiguiente crecimiento econmico que experiment
Europa algunos estados particularmente- a partir de 1760.50 Es posible
48 ROUSSEAU, J.J.Emilio... p. 57.49Ibid. P. 4050 RUD, George.Europa en el siglo XVIII. La aristocracia y el desafo burgus. Coleccin AlianzaUniversidad. No. 219. Alianza Editorial. Madrid. 1985. P. 32.
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que dicha dinmica contribuyera a construir una nueva concepcin de la
infancia y particularmente de la infancia de las clases inferiores, como
mano de obra potencial, lo cual adems de estimular el inters por su
proteccin, contribuy a afianzar las diferencias ya planteadas en cuanto
a sus necesidades de educacin, ya que es evidente que esta condicin
de mano de obra potencial no inclua a los hijos de las clases
privilegiadas, quedando generalmente reservada para los hijos de las
clases pobres o para la infancia abandonada, de hecho la poltica de
derrotar al ocio y a la pereza, que fue una de las preocupaciones ms
significativas de los pensadores ilustrados, se aplic de manera ms
manifiesta en el caso de estas clases pobres vinculndose en este caso
con la difusin de los llamados conocimientos tiles que se referan a la
enseanza de las artes mecnicas en un esfuerzo por aumentar la
productividad a travs del trabajo. En este sentido escribe el historiador
Julio Ruiz Berro:
...slo cuando existen intereses econmicos decontar con una mano de obra un poco pulimentada o
por preocupaciones de beneficencia para no tenernios abandonados en las calles y campos, lasociedad, gobierno o fuerzas vivas, ponen manos ala obra de la escolarizacin.51
A este respecto, con relacin al caso espaol, en el que la
mentalidad estamental se manifiesta de manera ms evidente, refiere el
historiador Alejandro Mayordomo:
En el contexto de la ambiciosa poltica deplanificacin utilitaria de los ilustrados no podan, deninguna manera, quedar al margen los pobres,hurfanos, expsitos, vagabundos, mendigos ogitanos...
51 RUIZ BERRO, Julio. La educacin del pueblo espaol en el proyecto de los ilustrados. En: Laeducacin en la Ilustracin Espaola. Revista de Educacin. Nmero Extraordinario. 1988. P. 175.
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Considerando o no experiencias forneas, lo ciertoes que para los ilustrados desterrar la ociosidadvoluntaria fomentando el amor al trabajo constituyeuna preocupacin importante (...) Sin embargo, anenglobando en esa crtica de la ociosidad voluntariaa los nobles y eclesisticos a ella entregados, losilustrados centrarn su ms agria condena en laociosidad de los pobres, interpretada como pecadocapital, como pereza (...) Obviamente, el objeto privilegiado de esa atencin educativa sern losnios, hurfanos y sin amparo, en general lainfancia desvalida, educada en Casas de piedad paraevitar la ociosidad y la vagabundez.52
En este sentido, observamos el desarrollo de otro tipo de
discursos, que plantean la significacin de una buena educacin para el
pueblo. Lo interesante es que al igual que la posicin anterior, tambin lo
hacen desde una perspectiva estamentalizada de la sociedad, pero como
dijramos antes, sobre la base de otorgarle una mayor importancia al
ejercicio de un oficio til por ser el trabajo el fundamento de la riqueza
nacional y el camino hacia la felicidad pblica.
Tal posicin fue adelantada principalmente en Espaa por las
Sociedades de Amigos del Pas y por las Sociedades Patriticas,
asociaciones que se desarrollaron sobre todo a la sombra de las polticas
reformistas de la monarqua borbnica y que tenan entre uno de sus
principales objetos el fomento de la educacin de las clases trabajadoras
del pas. Creemos que dicha posicin se expresa claramente en un
discurso ledo en 1789 por el Teniente Jos Isidro Morales ante la Real
Sociedad Patritica de Sevilla, en el cual podemos leer entre otras cosas
la siguiente:
Empleemos, pues, Seores, nuestro celo en laeducacin del pueblo, y de la clase ms til que
52 MAYORDOMO P., Alejandro y Luis Miguel LZARO L. Op. Cit. Pp. 35-36.
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forma la verdadera fuerza de la Nacin. Pero celandonosotros su educacin, clamemos al Gobierno por lanuestra. El Pblico la desea, la Nacin la necesita, yen el ms feliz de nuestros gobiernos es cuando sehan dado algunos pasos hacia este importanteobjeto; cuyo complemento no lo ver verificado, sipor nuestra parte no ayudamos a unas miras tanbenficas; o si estos cuerpos, a donde tal vez se hanrefugiado como a su ltimo asilo, la verdad y el patriotismo, no se oponen al torrente que nosarrastra, por funesto retroceso hacia la estupidez yla ignorancia.53
Simn Rodrguez. Hacia la formacin del hombre nuevo.
Los postulados bsicos de la Ilustracin, traducidos en la
extensin de las luces y el predominio de la razn, y la reforma de las
costumbres entendidos como fundamentos de felicidad y progreso
individual y social, unidos a los planteamientos sobre el progreso gradual
del hombre, hicieron a los ilustrados volver los ojos hacia la infancia como
el objeto estratgico de los proyectos educativos. Es decir, se dieron
cuenta de que en la infancia se encontraban en potencia los futuros
ciudadanos de las utopas ilustradas.
En Espaa, donde la poltica econmica del despotismo ilustrado
se haba fundamentado en principios fisiocrticos, la preocupacin por la
infancia y su seguridad tuvo otras implicaciones.
Como sabemos, uno de los postulados centrales del fisiocratismo
apuntaba hacia la consideracin de la poblacin como base de la riqueza.
53Ibid. P. 77. En cuanto a las funciones que primordialmente asumieron las Sociedades Econmicas yen el mismo sentido las Sociedades Patriticas, dice el historiador Julio Ruiz Berro que Laagricultura, las artes y los oficios y el comercio fueron las tres grandes secciones en que seestructuraron las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas. Por ello, la educacin que dichasinstituciones pretenda difundir iba orientada hacia el desarrollo en estas reas y por supuesto aaquellos sectores de la poblacin en cuyo mbito recaa su ejercicio. En: RUIZ BERRO, Julio. Op.Cit. P. 170.
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Por consiguiente, segn postulados fisiocrticos, el incremento de sta,
dependa en gran medida del aumento de aquella.
As se deja ver en el siguiente prrafo tomado del Discurso sobre
la Educacin, ledo por Jos Isidro Morales ante la Real Sociedad Patritica
de Sevilla en 1789:
... en un Estado donde el trabajo da parasubsistir, aumentar por cualquier medio el nmerode sus hombres, es aumentar el fondo de lasriquezas, no de aquellas que slo son de opinin o
de convenio, sino de las efectivas que forman laverdadera fuerza de un Estado. Y este fondo deriqueza que puede adquirir cada trabajador, hartambin aumentar por un influjo recproco, elnmero de los hombres, quitando el mayorobstculo de la poblacin, a saber, la miseria queimposibilita los matrimonios. En una tan felizcombinacin, encontrando cada uno en s mismo,aunque por un diferente empleo de su habilidad yde sus fuerzas, los recursos de subsistir; aumentarsus facultades: y el sobrante de sus necesidades lees un fondo para mantener una familia propia...54
De esta forma, la poltica econmica del reformismo borbnico
bebi incluir necesariamente entre sus programas, aquellos relacionados
con el aumento de la poblacin. Evidentemente, en este contexto
debemos inscribir todos aquellos programas dirigidos a disminuir la
mortalidad infantil, a aumentar los ndices de natalidad y en general a
mejorar los niveles de vida de la infancia.
Tales planteamientos se relacionan con la consideracin de la
infancia como mano de obra potencial, dimensin que completara
desde el punto de vista econmico, el concepto de infancia que haba
54En: MAYORDOMO PREZ, Alejandro y Luis Miguel LZARO L. Op. Cit. Vol. I. P. 74.
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venido construyndose en el mbito filosfico - poltico a lo largo de todo
el siglo.
En el pensamiento de Simn Rodrguez todas estas dimensiones
se conjugan para dar sentido y fundamento a lo que para el maestro
constituy el fin de la educacin entendida como instrumento al servicio
de su proyecto poltico republicano: la formacin de un hombre nuevo.
Las implicaciones de tal fin en cuanto a la necesidad de modificar
las costumbres sociales tradicionales, la importancia social que a esteefecto tiene la escuela y particularmente la primera escuela, y el
convencimiento de que el proceso formativo debe comenzar temprano,
colocan a la infancia como el centro del proyecto educativo de Rodrguez,
el grupo social hacia el cual deben ir preferentemente dirigidos todos los
esfuerzos de la educacin, otorgndole as a la infancia una importancia
poltica estratgica significativa.
Rodrguez utiliza un smil muy expresivo para explicar la
importancia que para l tiene la infancia y quin debe ser responsable de
su educacin:
En la vida moral del hombre, la Sociedad es eltero y la Infancia el Feto.
Descuidos y desarreglos durante la gestacin,causan abortos o producen enclenques intiles operjudiciales55.
De esta manera, se hace evidente, que el proyecto poltico
rodrigueano, en tanto propuesta de fundacin de las nuevas sociedades
republicanas en Amrica, se basa en lo que refiere a sus necesidades de
55RODRGUEZ, Simn. Extracto sucinto de mi obra sobre educacin republicana. Obras Completas.Tomo I. P. 230.
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formacin de un nuevo hombre, en una concepcin de infancia que
rescata como caracterstica fundamental sus condiciones de educabilidad,
pero que en su mismo sentido involucra a toda la infancia sin distincin de
clases o grupos sociales.
Tal planteamiento es coherente con su idea de generalizar la
educacin, particularmente lo que el maestro llama la Educacin
Social, vehculo principal para la modificacin de las costumbres sociales,
y como sabemos, este proceso debe ser llevado a cabo en la Primera
Escuela, que es para Rodrguez la Escuela Social por excelencia. De aqu
que para el maestro, la responsabilidad de educar a la infancia sobre los
principios de la sociabilidad debe estar en manos del gobierno:
La Misin de un Gobernante liberal...LIBERAL, seentiende... es cuidar de todos los hombres, en laInfancia... de TODOS... de TODOS, sin excepcin, paraque cuiden de s mismos y despus cuiden de suGobierno.56
56RODRGUEZ, Simn. Sociedades Americanas en 1828. Op. Cit. Tomo I. P. 333.