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¿QUE ES EL SISTEMA NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS?

Con el fin de garantizar el funcionamiento y la utilidad operativa del Sistema, éste contará con ocho ejes temáticos –o subsistemas- y dos ejes transversales:

1. Ciudadanía, cultura y educación en Derechos Humanos:

Este subsistema está integrado por las entidades que incorporan en la agenda pública la formación de sujetos activos de derechos, buscando así implementar una cultura de Derechos Humanos y mecanismos de convivencia pacífica y reconciliación en el país.

2. Derechos civiles y políticos:

Este componente busca generar y fortalecer la presencia integral del Estado, en términos de seguridad, justicia y dignidad, para respetar y garantizar el ejercicio efectivo de estos derechos, a través de acciones de prevención y protección. En este sentido, toma como elementos básicos, las dos obligaciones fundamentales del Estado en relación con los derechos en cuestión: la obligación de respetarlos y la de adoptar todas las medidas necesarias para garantizarlos.

3. DIH y conflicto armado:

En este subsistema se contempla el estudio especializado de la temática del DIH, partiendo de la necesidad de aplicar los lineamientos del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra, que entre otras disposiciones, insta a los Estados a conformar comités especializados en la materia.

Así mismo, en su interior se prevé que las discusiones del componente, se pongan en contexto con las dinámicas geográficas, poblacionales, económicas y/o sociales producidas por las acciones de grupos armados ilegales y su interrelación con problemáticas pertinentes, tales como las prácticas del crimen organizado y el narcotráfico, la apropiación violenta o forzada de territorios, el reclutamiento y utilización de menores, y la usurpación de bienes públicos para beneficiar intereses privados, las cuales conllevan la consecuente comisión de delitos contra los derechos individuales y colectivos.

4. Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales DESCA:

De este componente harán parte aquellas entidades que diseñan y ejecutan políticas públicas garantes, que vigilan y controlan la calidad de las acciones que hacen operativos los derechos económicos y sociales, teniendo en cuenta los criterios de disponibilidad, aceptabilidad, accesibilidad y adaptabilidad. De igual forma, se vinculan en este eje los derechos culturales, como garantía de la consolidación de un estado social de derecho multiétnico y pluricultural.

5. Justicia y lucha contra la impunidad:

En este subsistema tendrán asiento los operadores judiciales y responderá a las apuestas del Gobierno Nacional de asegurar el acceso a la justicia, el cumplimiento de las garantías procesales y la lucha contra la impunidad, a partir de la promoción y fortalecimiento de la capacidad y cooperación interinstitucional.

6. Igualdad, no discriminación y respeto a las identidades:

Este componente pretende materializar el principio constitucional de respeto a la diversidad étnica y cultural y el principio de igualdad y no discriminación, consignado en el artículo 4 numeral 2 del Decreto 4100 de 2011, a través de la adopción y promoción de forma participativa y

concertada, de todas las medidas necesarias para contribuir a eliminar prácticas discriminatorias en las diferentes esferas de la sociedad y del Estado; el impulso de prácticas sociales que respeten, reconozcan y valoren la diversidad; y la búsqueda de garantía de los mecanismos de protección, reparación y acciones afirmativas para los sujetos y grupos poblacionales víctimas de conductas discriminatorias.

7. Gestión Pública Transparente y Lucha contra la Corrupción

Este subsistema busca generar acciones interinstitucionales orientadas a una gestión pública más eficiente y eficaz. Del mismo, quiere fortalecer la participación ciudadana para el ejercicio del control social y la promoción de una cultura de la legalidad.

8. Agenda de Transición y Construcción de Paz

Contribuir a la generación de adecuaciones institucionales y normativas para armonizar los mecanismos transicionales existentes con aquellos necesarios para la suscripción de eventuales acuerdos de paz, las cuales sirvan como base para la conformación de una paz sostenible basada en la promoción y garantía de Derechos Humanos y el respeto al DIH y respondan a los estándares internacionales en el tema, con un enfoque participativo.

9. Los dos ejes transversales a los Subsistemas son:

• Asuntos Internacionales: este eje se vincula en la puesta en marcha del plan estratégico de los grupos técnicos, e impulsa de manera permanente el cumplimiento y seguimiento de los compromisos y obligaciones internacionales relacionadas con cada subsistema. Adicionalmente se espera que alimente las discusiones de los grupos técnicos en el marco del Sistema Universal e Interamericano de Derechos Humanos.

• Comunicaciones: este eje brindará al SNDH-DIH los medios y contenidos de divulgación a partir de los planes estratégicos de cada subsistema.

En la frontera del SNDH - DIH se encuentra el Sistema Nacional de Reparación Integral a Víctimas – SNARIV, cuya coordinación con el SNDH-DIH será liderada por el Programa Presidencial de DDHH y DIH, por medio del desarrollo de un plan estratégico, producto del consenso y coincidencias entre los dos sistemas en mención.

Órgano rector

El Sistema Nacional de Derechos Humanos y DIH, por ser una herramienta articuladora y coordinadora de todos los asuntos relacionados con los Derechos Humanos y el DIH, cuenta con un órgano rector que es la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos. Esta Comisión es la que define, promociona, orienta, articula y realiza seguimiento y evaluación tanto de la Política Pública Integral de Derechos Humanos, como del cumplimiento de los compromisos internacionales de Colombia.

La Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y DIH -cuya Secretaría Técnica está a cargo del Programa Presidencial de DDHH y DIH- está integrada por el Vicepresidente de la República, quien lo preside, y también por los ministros del Interior, de Relaciones Exteriores, de Justicia y del Derecho, de Defensa Nacional, de Agricultura y Desarrollo Rural, de Salud y Protección Social, de Trabajo, de Educación Nacional y de Cultura, y por el Director del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DAPS) –antes llamado Acción Social- y de la Cooperación Internacional o quien haga sus veces (APC). (En el caso de los Ministros, la representación en las sesiones de la Comisión Intersectorial sólo podrá ser delegada en los Viceministros, y en el caso de los Directores del DAPS y de APC en los subdirectores).

La comisión podrá invitar a sus sesiones a los Ministros de Hacienda y Crédito Público, Minas y Energía, Comercio, Industria y Turismo, Ambiente y Desarrollo Sostenible, Vivienda, Ciudad y Territorio, Tecnologías de Información y las Comunicaciones y Transporte, así como al Director del Departamento nacional de Planeación. La Fiscalía General de la nación, La Procuraduría, La Defensoría del Pueblo, La Contraloría General de la República, el Consejo Superior de la Judicatura y el Congreso de la República, tendrán carácter de invitados permanentes.

Así mismo, a las sesiones de la Comisión Intersectorial podrán asistir, previa invitación de su Presidente, funcionarios del Estado, delgados de organizaciones étnicas, de derechos humanos, sociales, gremiales y académicas y de organismos internacionales de derechos humanos.

Funciones de la Comisión

1. Coordinar el Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario

2. Orientar el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la Política Integral en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y la incorporación del enfoque de derechos y el enfoque diferencial en las políticas sectoriales.

3. Definir los Subsistemas en materia de respeto y garantía de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, colectivos y del ambiente, y la aplicación del Derecho Internacional Humanitario, así como la integración de los Grupos Técnicos encargados de coordinarlos y los roles de las entidades y dependencias correspondientes.

4. Aprobar el Mecanismo de Coordinación Nación–Territorio, hacer recomendaciones para que el diseño institucional en los órdenes nacional y territorial se encuentre debidamente articulado y definir las directrices para su implementación.

5. Promover acciones e impulsar iniciativas para que el ordenamiento jurídico interno incorpore los estándares internacionales de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

6. Impulsar el cumplimiento y seguimiento de los compromisos y obligaciones internacionales en materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

7. Orientar las acciones de coordinación y articulación con el Sistema Nacional de Atención y Reparación a Víctimas.

8. Orientar el diseño e implementación de estrategias de promoción y divulgación en materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

9. Definir los lineamientos generales para la conformación y operación de un Sistema de información, que permita monitorear, hacer seguimiento y evaluar la situación de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, y el impacto de la Política Integral.

10. Definir estrategias de gestión de recursos presupuestales para la adecuada implementación de la Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y, en general, para el funcionamiento del Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

11. Adoptar su reglamento interno y el plan estratégico del Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

La Comisión Intersectorial sesionará de forma ordinaria por lo menos una vez cada tres meses, y de forma extraordinaria, cuando las circunstancias lo ameriten, por solicitud de alguno de sus miembros. Para las deliberaciones se requerirá la presencia de la mitad más uno de los miembros y, las decisiones requerirán el voto de la mitad más uno de los miembros asistentes a la sesión. El Presidente de la Comisión, por intermedio de la Secretaría Técnica, podrá convocar a sesiones de trabajo a los directores de las diferentes dependencias u oficinas de Derechos Humanos de los Ministerios, Departamentos Administrativos y de las entidades, programas y dependencias públicas con responsabilidad en el diseño o implementación de la Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

Secretaría Técnica

La Secretaría Técnica, a cargo del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, será la encargada de brindar el soporte técnico, logístico y operativo a la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y a los Grupos Técnicos. Sus funciones son:

1. Asesorar técnicamente a la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, y a cada uno de los Grupos Técnicos, en el diseño y gestión de la Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

2. Servir de enlace permanente entre las instancias del Sistema Nacional, en los órdenes nacional y territorial.

3. Coordinar el diseño, el seguimiento y la evaluación a la implementación del Mecanismo de Coordinación Nación–Territorio.

4. Recopilar, analizar y consolidar los insumos de trabajo de cada uno de los Grupos Técnicos, para efectos de apoyar el seguimiento y la evaluación de la Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

5. Diseñar y desarrollar el Sistema Nacional de Información que permita monitorear, hacer seguimiento y evaluar la situación de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, y el impacto de la Política Integral.

6. Apoyar el diseño y la puesta en marcha de una estrategia de comunicaciones en materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

7. Recomendar la adopción de estrategias para posibilitar la interlocución y participación de la sociedad civil en el diseño y evaluación de la Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

8. Apoyar el desarrollo de las sesiones de la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y de los Grupos Técnicos.

9. Brindar asesoría a los Grupos Técnicos para la incorporación del enfoque de derechos y enfoque diferencial en las políticas sectoriales.

10. Preparar los asuntos e insumos que serán sometidos a consideración y estudio de la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

11. Convocar, llevar las actas y hacer seguimiento a las decisiones adoptadas por la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

12. Elaborar las actas de las sesiones de los Grupos Técnicos y hacer seguimiento de sus actividades y decisiones.

13. Elaborar el proyecto de reglamento interno de la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, para su aprobación.

14. Apoyar el diseño y gestión del plan estratégico del Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

15. Las demás que le asigne la Comisión Intersectorial, en el marco de sus funciones.

Mecanismo de Coordinación Nación–Territorio

El Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario contará con una instancia en cada una de las entidades territoriales, en el ámbito de sus competencias y autonomía y, en todo caso, a partir de las orientaciones contenidas en las normas vigentes, especialmente en el Decreto 1188 de 2003.

Esta instancia será la responsable de diseñar, implementar, hacer seguimiento y evaluar, en aquello que corresponda, la Política Integral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en el nivel territorial, a través de su incorporación en el Plan de Desarrollo y en su respectivo Plan Plurianual de Inversiones. Los gobernadores y alcaldes adelantarán las acciones que estimen necesarias para organizar y poner en funcionamiento esta instancia en sus territorios, de acuerdo con los lineamientos y parámetros definidos en el Mecanismo de Coordinación Nación–Territorio, teniendo en cuenta sus competencias y el principio de autonomía de las entidades territoriales.

El Gobierno Nacional, bajo la coordinación del Ministerio del Interior, impulsará, asesorará y apoyará el diseño y organización de las instancias territoriales del Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

El Sistema Nacional contará con un Mecanismo de Coordinación Nación–Territorio, el cual deberá ser aprobado por la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario dentro de los 6 meses siguientes a la entrada en vigencia de este decreto. La coordinación del diseño, seguimiento y la evaluación a la implementación del Mecanismo de Coordinación Nación–Territorio, se realizará conjuntamente con el Ministerio del Interior.

¿QUE ES EL SISTEMA INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS?

El Sistema internacional de Derechos Humanos se fundamenta en un ideal común, que tiene como objeto primordial sentar parámetros de igualdad en la búsqueda universal de los derechos humanos, estableciendo normas para su protección, garantía y fomento. Es claro que este ideal –que con el tiempo ha terminado por ser visto como de cumplimiento obligatorio-, muchas veces es insuficiente para lograr su cometido.

En el año 1945 -al finalizar la II Guerra Mundial y debido a los estragos que dicho evento causó a la mayoría de países participantes-, con el fin de crear un orden universal que propiciara y garantizara la paz, la seguridad y la cooperación entre países, se crea y establece la Organización de las Naciones Unidas. Ese mismo año, la ONU redacta la Carta que lleva el mismo nombre y que condensa un conjunto de normas que son la base de la protección internacional de los derechos humanos. Posteriormente, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Declaración Universal de los Derechos Humanos cuyo objetivo era crear estándares de referencia que cada Estado debía tratar de alcanzar para la consecución de dichos derechos. Si bien es cierto que esta declaración no tenía intención de ser más que un ideal, inicialmente, con el paso del tiempo y dada la relevancia que los mismos miembros le dieron, se ha transformado en un documento de cumplimiento obligatorio, incluso para los Estados que no pertenecen a la ONU, dado que son normas de orden público.

Dentro del Sistema Internacional de Derechos Humanos, existen instrumentos generales y otros particulares. Dentro de los generales tenemos el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En éstos se intenta dar directrices encausadas a la protección y garantía de derechos universales, inherentes a cada ser humano, otorgándole al Estado la obligación de generar las condiciones para su cumplimiento y de omitir conductas dañosas.

Luego, para abordar las particularidades de ciertos grupos que requieren protección especial, se establecieron convenciones para atender dichos temas, como la Convención sobre los Derechos del Niño y de la Niña, la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, o la Convención Internacional sobre Toda Forma de Discriminación Contra la Mujer. Algunas otras convenciones tienen por objeto evitar que se repitan actos de violación a derechos humanos que se han presentado anteriormente en distintos países, como la Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Convención Internacional para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, o la Convención Internacional sobre la Eliminación de Toda forma de Discriminación Racial.

Pero para que todos los artículos que se encuentran consignados en dichos pactos se transformen en obligaciones por cumplir para los Estados, estos deben firmarlos y ratificarlos. Además, deben esperar el tiempo que se tome el trámite previsto para su entrada en vigor. Aun así, estos no son los únicos obstáculos que dicho sistema “ideal” debe superar.

Críticas a un “sistema ideal”

En términos generales, se puede decir que los diferentes pactos y tratados que propone el sistema internacional de derechos humanos, logran crear una estandarización de ideales comunes y particulares, en beneficio de la persona humana. Asimismo otorgan una responsabilidad al Estado, que a su vez asume el compromiso demostrando sus buenas intenciones, generando así un “orden social internacional” que puede ser evaluado, corregido y mejorado.

Sin embargo, hay que resaltar que este sistema se enfrenta permanentemente a varios tropiezos. Uno de ellos es lograr que todos los Estados cumplan los lineamientos, sin transgredir su cultura y tradición. El sistema universal de derechos humanos pareciera estar concebido, exclusivamente, bajo parámetros occidentales que no tienen en cuenta las nociones culturales de oriente y, muchas veces, los Estados que se encuentran de ese lado del mundo evitan ratificar tratados o apelan a la reserva, para no verse obligados a abandonar prácticas propias de su región.

Por otro lado, el sistema internacional -dado el respeto que debe tener hacia la soberanía de los Estados y a la carencia de un órgano jurisdiccional-, se limita, a través de los distintos Comités que se ocupan de revisar el cumplimiento de los instrumentos, de dar recomendaciones que muchas veces pueden contribuir a la implementación de medidas que deriven en una mejoría o disminución en la violación de ciertos derechos, pero que también, en muchas otras ocasiones, no logran generar presión suficiente como para que el Estado reevalúe y corrija su actuar.

Otro aspecto, relacionado con lo anterior, es que para que un Estado se vea realmente comprometido a cumplir los cánones internacionales de derechos humanos, debe ratificar los

pactos, ratificar los protocolos complementarios y reconocer la competencia del comité encargado de hacer seguimiento y control de los mismos. Sobre esto hay que decir, que por la conformación de la ONU, en donde claramente hay una relación de poder político, en donde hay una jerarquización de los países miembros –unos más poderosos que otros-, son muchos los casos de Estados que se niegan a ratificar pactos y protocolos o niegan la competencia de los comités, por lo cual nunca se ven en la obligatoriedad de cumplir con los parámetros establecidos, soslayando abiertamente la responsabilidad moral y ética de su acatamiento.

Por tanto resulta evidente que muchas veces, por los distintos intereses económicos y políticos de ciertos Estados, no existe una real voluntad política para dar firme cumplimiento a los tratados y pactos internacionales. El sistema, en sí mismo -a pesar de que su concepción es límpida y con muy buenas intenciones-, deja puertas y ventanas abiertas que permiten que no se cumplan las normas vigentes. Definitivamente un listado de “acciones” o “deberes” por hacer o cumplir, no necesariamente inciden en el actuar de los gobiernos, ni de los pueblos. Para cambiar paradigmas culturales y formas de convivir, es necesario hacer mucho más.

¿QUE ES EL SISTEMA UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS?

Creación del sistema universal

La comunidad internacional no se ha ocupado, hasta fechas relativamente recientes, de la protección de las personas a nivel internacional.

Desde siempre, las violaciones de derechos humanos habían sido exclusiva competencia de los Estados en particular. Cada Estado se constituía en juez único para juzgar el quebrantamiento de los derechos por él concedidos o reconocidos por sus propias leyes, y la protección de éstos se ejercía a través de sus órganos internos. Gran Bretaña, por ejemplo, podía protestar a Francia si este país maltrataba a un súbdito británico que vivía en Francia, pero no podía hacerlo si Francia violaba los derechos de un ciudadano francés. Esta contradicción dio lugar en la práctica internacional al ejercicio del poder con marcados abusos. Ante esta paradoja surgió el reconocimiento de que la protección de la persona humana se debe dar a nivel universal, tratando de romper el círculo.

Los primeros antecedentes son la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, de la Revolución Francesa, y las enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos de 1787, que logran el reconocimiento constitucional de las libertades y garantías individuales. Estos documentos son importantes no sólo porque reconocen derechos humanos a ciudadanos franceses o norteamericanos, sino porque los consideran como inherentes al individuo; hablan de derechos que limitan el poder del Estado frente a la persona, sin importar donde ésta se halle

Siguiendo a estas declaraciones, durante el siglo XIX se inicia un primer

movimiento constitucional que afirma lo que se conoce como el principio de legalidad o Estado de Derecho, conforme al cual el poder público se ejerce según las competencias y atribuciones que expresamente derivan del poder constitucional, presupuesto necesario para los derechos individuales de las que va acompañado. Nuestra Constitución de 1870 ya tiene, como otras constituciones occidentales liberales de la época, derechos y garantías individuales reconocidos en su texto.

En la entrada del siglo XX, tanto los movimientos políticos que se generan en América como en Europa, dan lugar a un nuevo tipo de constitucionalismo, representado por las constituciones de Querétaro en México (1917) y de Weimar en Alemania (1919), que dan entrada a otro tipo de derechos: los económicos, sociales y culturales.

La internacionalización de los derechos humanos comienza ya con algunas instituciones como la protección diplomática, el derecho humanitario, y más tarde con la protección de minorías, que se hace tangible con la creación de la Sociedad de las Naciones en 1919, luego de la primera guerra mundial, aunque estas figuras no constituyen aún una protección integral internacional a las personas.

La necesidad de esta protección internacional más comprehensiva de la persona humana, sobre la base de una soberanía entendida ya como relativa por la comunidad jurídica internacional, la importancia de prevenir, limitar y controlar el poder público de los propios Estados como violadores de derechos humanos, y la urgencia de mantener la paz, la seguridad y la cooperación internacionales, tal como fue visible sobre todo durante la segunda guerra mundial, hizo posible que los Estados diseñaran y crearan organizaciones internacionales y sistemas en los que sus propios actos pudieran ser controlados por la comunidad internacional.

El verdadero nacimiento de los sistemas internacionales de protección de derechos humanos se produce, entonces, luego de la segunda guerra mundial, con la creación de las grandes organizaciones internacionales; en primer lugar la Organización de las Naciones Unidas, establecida en la Carta de la ONU en la Conferencia de San Francisco en 1945, y en el plano regional, paralelamente a la creación del sistema europeo, con el sistema interamericano de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos, establecido en la Novena Conferencia Panamericana de Bogotá, en 1948

La Organización de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos

Luego de lo que significaron el holocausto y los horrores de la segunda guerra mundial, con la puesta en funcionamiento de la Organización de las Naciones Unidas se produjo un desarrollo dramático del derecho internacional de los derechos humanos. Los propósitos establecidos en la Carta de la ONU son, entre otros, buscar mantener la paz y la seguridad internacional, la cooperación en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y Libertades

fundamentales, sin distinciones por motivos de raza, sexo, idioma o religión. La Carta otorga un carácter internacional a los derechos humanos, reconociendo que son materia de interés internacional y no asuntos exclusivos de su jurisdicción doméstica. La obligación de los Estados de cooperar en la promoción de los derechos humanos y libertades fundamentales creó las bases jurídicas para que la ONU iniciara el trabajo de definir y codificar esos derechos. Esto se haría a través de la recién creada (por el Consejo Económico y

Social) Comisión de Derechos Humanos, a la que se le encomendó la redacción del instrumento universal.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, del 10 de diciembre de 1948, surgida del seno de la Comisión de Derechos Humanos de las

Naciones Unidas, fue de esta manera el primer instrumento integral de derechos humanos proclamado por una organización internacional universal, que estableció derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales. Constituyó un hito, uno de los instrumentos de mayor influencia para el género humano; se considera que debido a su estatus moral e importancia legal y política está por encima de todos los acuerdos internacionales a los que se ha llegado en nuestra era. Asistentes a la firma en París de esta Declaración Universal de 1948 han dicho que es difícil que se repitan en la historia circunstancias que posibiliten un consenso como éste, en el que se aprobó por unanimidad de todos los Estados un verdadero mínimo común denominador que regiría a todos los Estados por igual en el futuro.

La Declaración Universal no es un tratado, aunque ésta fuera la intención de algunos Estados que trabajaban en la Comisión de Derechos Humanos al diseñarla. Fue adoptada por la Asamblea General de la ONU como una resolución sin valor jurídico normativo. Sin embargo, desde su adopción, este valor ha pasado por importantes transformaciones: hoy la doctrina sostiene casi unánimemente que la Declaración es un instrumento normativo que crea obligaciones legales para los Estados miembros de la ONU. Los Estados cuando son reclamados en el cumplimiento de la Declaración Universal, se limitan a justificar su incumplimiento, pero nunca niegan su fuerza obligatoria. Esto se debe a que por mucho tiempo fue el único instrumento con que contaban las

Naciones Unidas para la protección internacional, y a su gran utilización por EL PARAGUAY FRENTE AL SISTEMA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS espacio de dos décadas, mientras se redactaban y adoptaban los pactos sobre derechos humanos. La Declaración pasó a ser, entonces, el modelo de lo que la comunidad internacional entiende por derechos humanos. Los países que no han ratificado los pactos tienen los estándares de la Declaración Universal de

Derechos Humanos asumidos como obligaciones frente a los diferentes mecanismos basados en la Carta, en especial aquellos extra convencionales.

1. La estructura del Sistema de las Naciones Unidas:

Los mecanismos convencionales y los basados en la Carta

La estructura de derechos humanos de las Naciones Unidas consiste en

Dos tipos de mecanismos:

Los mecanismos basados en tratados (o convencionales, por fundar-se en convenciones o pactos), que emanan del mandato de seis tratados principales del sistema de las Naciones Unidas, tales como el

Comité de Derechos Humanos —formado bajo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos— y otros cinco organismos que han sido creados con el fin de monitorear el cumplimiento de las obligaciones de los Estados estipuladas en dichos tratados.

Los basados en la Carta de las Naciones Unidas, cuya creación emana directamente del mandato de esta Carta, que son la Asamblea General, el Consejo Económico y Social (el ECOSOC) y la Comisión de Derechos Humanos, o los que han sido autorizados por alguno de estos cuerpos, tales como la Subcomisión de Protección y Promoción de Derechos Humanos, los mecanismos extra convencionales tales como los relatores especiales, los grupos de trabajo, etc.

Los mecanismos especializados de derechos humanos, tanto los convencionales como los extra convencionales de la Comisión de Derechos Humanos, son de alguna manera coordinados y apoyados por el personal de secretaría, asesoría y administración de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la Naciones Unidas (anteriormente era el Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas) con sede en Ginebra. La Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas fue creada en la Conferencia de Viena de Derechos Humanos de la ONU de 1993; su principal figura, el alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, es nombrada por el secretario general de las Organización y es quien la representa en derechos humanos al más alto nivel.

FUNCIONES DE LA COMISION DE DERECHOS HUMANOS

Funciones de la CIDH

La CIDH tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en las Américas. El Estatuto de la CIDH establece en sus Artículos 18, 19 y 20 las funciones y las atribuciones de dicho organismo, distinguiendo claramente sus atribuciones respecto de los Estados partes en la Convención Americana de aquellas referidas a los Estados miembros de la Organización que no son partes en la Convención Americana. Respecto a estos últimos, la competencia de la Comisión se basa en las disposiciones de la Carta de la OEA y la práctica de la CIDH. Por su parte, la competencia de la Comisión con relación a los Estados partes en la Convención Americana emana de dicho instrumento.

FUNCIONES DE LA CORTE

Básicamente, conoce los casos en que se alegue que uno de los Estados partes ha violado un derecho o libertad protegidos por la Convención, siendo necesario que se hayan agotados los procedimientos previstos en la misma, tales como el agotamiento de los recursos internos.

Las personas, grupos o entidades que no son Estados no tienen capacidad de presentar casos ante la Corte, pero sí pueden recurrir ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión puede llevar un asunto ante la Corte, siempre que el Estado cuestionado haya aceptado la competencia de esta. De todas maneras, la Comisión debe comparecer en todos los casos ante la Corte.

El procedimiento ante la Corte es de carácter contradictorio. Termina con una sentencia motivada, obligatoria, definitiva e inapelable. Si el fallo no expresa en todo o en parte la opinión unánime de los jueces, cualquiera de estos tiene derecho a que se agregue al fallo su opinión disidente o individual.

En caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretará a solicitud de cualquiera de las partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los noventa días a partir de la fecha de la notificación del fallo.