Informe del Comité Central del Nuevo Partido Comunista. 27 de Julio 2014

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Domingo, 27 de julio de 2014 Informe del Comité Central del Nuevo Partido Comunista Reunimos el comité central del partido en momentos de importantes definiciones político estratégicas para la vida de nuestro pueblo. Estamos a tres meses de las elecciones nacionales que enfrentan nuevamente a las clases dominantes y las fuerzas del pueblo y la clase obrera en el plano político- electoral. Sin lugar a dudas para nosotros habrá plebiscito entre dos grandes opciones: será ajuste neoliberal o avance democrático. Cómo tomar verdadera conciencia y acordar la lectura acerca de la contradicción principal, cómo optimizar las fuerzas y cómo encolumnarnos como pueblo, como trabajadores, detrás de empujar tras la orientación más justa, detrás de la línea más certera, es el desafío intelectual y práctico. ¿EN QUÉ MARCO INTERNACIONAL SE DA ESTA ELECCIÓN? En el marco de una época, donde más allá de las complejidades de la marcha, se caracteriza por el tránsito del capitalismo al socialismo a escala universal. Una época de lucha contra el imperialismo; de lucha por su erradicación de la faz de la tierra. En el marco de un tiempo de hegemonía relativa imperialista. Una hegemonía imperial relativa a la movilización de las grandes masas y de sus partidos, relativa a la capacidad de unidad, organización e incidencia de éstas y éstos en el devenir de la lucha, a la capacidad de síntesis ideológica, política y orgánica para concebir la lucha y su salida, para explorar y avanzar en los caminos que conducen a la construcción del socialismo. Venimos de trabajar en las condiciones que nos dejaran la implosión y derrota del campo socialista en el este de Europa, de todo aquello que significó un brutal retroceso temporal de las fuerzas revolucionarias. Pero, también venimos del enorme esfuerzo de estos años por la recomposición del proceso revolucionario. Venimos de la lucha de las fuerzas intelectuales y materiales de la clase obrera por reencontrarse consigo misma. Somos parte integrante de la expresión política organizada de ese proceso mundial, continental y nacional. Somos integrantes de un acto de reafirmación ideológica y política y a la vez de continuidad y desarrollo, de superación dialéctica en la lucha por transformar al mundo y concluir con lo que Marx definiera como la prehistoria social de la humanidad. Nada de este proceso último ha sido fácil. Pero toda superación de las dificultades derivadas de cada coyuntura histórica, ayuda a templar el carácter del movimiento obrero y comunista, de los protagonistas de cada tiempo. Venimos de los efectos del éxtasis imperial de los 90, del despliegue de aquella primera y gran ofensiva neoliberal en las nuevas condiciones, del intento de reconquista del mundo por parte del imperialismo, y también venimos de la lucha obrera, campesina y estudiantil que buscó de la mano de la unidad: la defensa organizada y el resumen. Resumen de pueblo que se transformó en particular en nuestro continente en una estela de gobiernos democráticos, progresistas, antiimperialistas y socialistas. La lucidez de dirigentes continentales de talla mundial como Fidel y Chávez ayudaron al diseño de una estrategia de unidad continental frente al Neoliberalismo y también a la organización de un derrotero de 1

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Informe del Comité Central del Nuevo Partido Comunista. 27 de Julio 2014.

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Domingo, 27 de julio de 2014

Informe del Comité Central del Nuevo Partido Comunista

Reunimos el comité central del partido en momentos de importantes definiciones político estratégicas para la vida de nuestro pueblo. Estamos a tres meses de las elecciones nacionales que enfrentan nuevamente a las clases dominantes y las fuerzas del pueblo y la clase obrera en el plano político-electoral. Sin lugar a dudas para nosotros habrá plebiscito entre dos grandes opciones: será ajuste neoliberal o avance democrático. Cómo tomar verdadera conciencia y acordar la lectura acerca de la contradicción principal, cómo optimizar las fuerzas y cómo encolumnarnos como pueblo, como trabajadores, detrás de empujar tras la orientación más justa, detrás de la línea más certera, es el desafío intelectual y práctico. ¿EN QUÉ MARCO INTERNACIONAL SE DA ESTA ELECCIÓN? En el marco de una época, donde más allá de las complejidades de la marcha, se caracteriza por el tránsito del capitalismo al socialismo a escala universal. Una época de lucha contra el imperialismo; de lucha por su erradicación de la faz de la tierra. En el marco de un tiempo de hegemonía relativa imperialista. Una hegemonía imperial relativa a la movilización de las grandes masas y de sus partidos, relativa a la capacidad de unidad, organización e incidencia de éstas y éstos en el devenir de la lucha, a la capacidad de síntesis ideológica, política y orgánica para concebir la lucha y su salida, para explorar y avanzar en los caminos que conducen a la construcción del socialismo. Venimos de trabajar en las condiciones que nos dejaran la implosión y derrota del campo socialista en el este de Europa, de todo aquello que significó un brutal retroceso temporal de las fuerzas revolucionarias. Pero, también venimos del enorme esfuerzo de estos años por la recomposición del proceso revolucionario. Venimos de la lucha de las fuerzas intelectuales y materiales de la clase obrera por reencontrarse consigo misma. Somos parte integrante de la expresión política organizada de ese proceso mundial, continental y nacional. Somos integrantes de un acto de reafirmación ideológica y política y a la vez de continuidad y desarrollo, de superación dialéctica en la lucha por transformar al mundo y concluir con lo que Marx definiera como la prehistoria social de la humanidad. Nada de este proceso último ha sido fácil. Pero toda superación de las dificultades derivadas de cada coyuntura histórica, ayuda a templar el carácter del movimiento obrero y comunista, de los protagonistas de cada tiempo. Venimos de los efectos del éxtasis imperial de los 90, del despliegue de aquella primera y gran ofensiva neoliberal en las nuevas condiciones, del intento de reconquista del mundo por parte del imperialismo, y también venimos de la lucha obrera, campesina y estudiantil que buscó de la mano de la unidad: la defensa organizada y el resumen. Resumen de pueblo que se transformó en particular en nuestro continente en una estela de gobiernos democráticos, progresistas, antiimperialistas y socialistas. La lucidez de dirigentes continentales de talla mundial como Fidel y Chávez ayudaron al diseño de una estrategia de unidad continental frente al Neoliberalismo y también a la organización de un derrotero de

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unidad práctica en el terreno político, económico y social que le dio un nuevo significado al concepto de Patria Grande. El AlBA, la UNASUR, la CELAC, Telesur, el Banco del Sur, Petrocaribe, más los cientos de convenios de justo intercambio y cooperación económica, comercial, cultural y política, son hechos de trascendencia histórica en un sentido de liberación nacional y social de nuestros pueblos. Sin esa capacidad para reagruparse, sin esa nueva conciencia en formación, sin las reservas históricas de lucha de un mundo y un continente que anhela el cambio, jamás hubiéramos podido avanzar. Empuja la necesidad, pero a la lucha la ayuda la teoría. Y la teoría de la revolución internacional y continental existe: se llama marxismo-leninismo. Que vive y lucha, alimentándose de cada paso del movimiento real, de la experiencia político-práctica de la humanidad. Esa misma teoría que nos brinda las herramientas como para distinguir la forma y el contenido del proceso político revolucionario en las nuevas condiciones y correlaciones de fuerzas en que nos ha tocado actuar. El desarrollo de la economía mixta o lo que Chávez llamó socialismo del siglo XXI, es un camino cargado de complejidades y contradicciones como expresión de un proceso político y económico cuyos contenidos está determinado por el desarrollo de la unidad de la clase obrera y los trabajadores con las capas medias de las ciudad y el campo, -capas medias que involucran a la vez sectores importantes de la burguesía nacional de nuestros respectivos países-. Proceso político caracterizado por la alianza de distintos partidos, sectores o fracciones, expresión de un vasto y diverso frente de masas y que se expresa singularmente en cada país según su historia y tradiciones de lucha. También expresa el desarrollo y la coexistencia pacifica y en unidad entre Estados de distinto signo: es decir, unos que son dependientes del imperialismo, oprimidos por este, y que su modo de producción, su carácter, es esencialmente capitalista; mientras otros, como el caso cubano, resguarda y promueve su carácter socialista. El empuje de América Latina en estos años se ha unido a la potenciación y desarrollo de China, Rusia, India, acicateando el encuentro de las economías oprimidas por el imperialismo y demandantes de nuevas condiciones de intercambio y desarrollo económico en el mundo. La reciente cumbre del grupo de los 77 y sus resoluciones convocando a la formación de un nuevo orden mundial es expresión de las nuevas síntesis que alcanzan nuestros pueblos. El BRICS y la reciente resolución acerca de un fondo financiero alternativo al FMI es un hecho a subrayar. Un frente por la paz y la justicia social en el mundo da tímidos pero claros pasos en una dirección democrática, que si es democrática, es antiimperialista. Las nuevas elecciones se desarrollan en el marco de quizás, la crisis más grande de la historia del capitalismo, iniciada en el 2008 y aun sin resolución. El imperialismo se resiste al cambio, y tal cual bestia herida arremete con toda su saña y fuerza allí donde las condiciones son propicias, y si no existen esas condiciones, las crea. Así lo hizo en Irak, Afganistán, Libia, Honduras, Siria, Venezuela, como hoy lo hace brutalmente en Ucrania y Palestina desatando una orgia de sangre y pólvora solo comparable a los tiempos del nazi fascismo. Hoy vivimos una nueva embestida reaccionaria. Una nueva oleada reaccionaria y neoliberal. Una nueva ofensiva ideológica, política, económica y militar por parte del imperialismo. Estamos en plena batalla ante una globalización presidida por la injusticia, la insolidaridad, la profundización de las relaciones de dependencia imperialista y con ella del saqueo y explotación de nuestros pueblos, o el avance de una globalización con un signo de justicia, solidaridad, de liberación nacional y social, de pleno respeto a la autodeterminación y soberanía de cada pueblo, y junto a ello con una justa complementación económico productiva, distributiva y cultural. El mundo y la humanidad sufrida reclama paz y autodeterminación para los pueblos, desarrollo. El gobierno del Frente Amplio a diferencia de sus predecesores blanqui-colorados, ha sido sostén de una política democrática en las relaciones internacionales, de una política de acercamiento y unidad de nuestros pueblos oprimidos, ha contribuido al estrechamiento de las relaciones con Cuba y Venezuela revolucionarias. Es necesario continuar el camino, ampliarlo y profundizarlo. Avanzar también sobre las

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contradicciones, como es el caso de las concesiones hechas al imperialismo, como las tropas en Haití o las intenciones de participar de alianzas preconcebidas para dividir a nuestros pueblos como lo es la alianza del pacifico, la nueva versión del ALCA. El resultado de nuestras elecciones contribuirá a forjar un tipo u otro de mundo. ¿EN QUÉ MARCO NACIONAL SE DAN ESTAS ELECCIONES? En el marco de un periodo que hemos caracterizado como de avance democrático. De conquistas de reivindicaciones, de una singular correlación de fuerzas alcanzada a partir del desarrollo de un nuevo escalón en la conciencia política del pueblo y de los trabajadores. Una singular correlación de fuerzas que permitió la obtención del gobierno nacional por parte del Frente Amplio, y que con ello se potenció en gran medida las condiciones políticas no sólo para el logro de sentidas aspiraciones inmediatas sino también para la puesta en marcha de un proceso de remodelación de las caducas estructuras políticas y económicas, establecidas con telarañas de hierro en el país. Decíamos en el informe de Balance y perspectivas del 2005, comités centrales del 21 y 27 de noviembre de 2004: “HACIA LA LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL Se abre una nueva etapa en el proceso de acumulación de fuerzas hacia la liberación nacional y la revolución socialista. Se inicia un proceso de instauración de una Democracia Avanzada, cuya primer premisa ha sido un cambio en la correlación de fuerzas políticas, cuyo primer fruto ha sido la conquista del gobierno popular y junto a ello, el logro de una conquista que anuncia el contenido del nuevo período de lucha, la estatización del agua. Se inicia una nueva era de movilizaciones y conquistas tras el objetivo de mejorar las condiciones de existencia de las masas y de ampliación y profundización de las libertades políticas, avanzando hacia a los limites mismos de la democracia burguesa, donde la burguesía no quiere ni puede llegar. Un período en el que será más que nunca necesario desarrollar en extensión y en calidad el protagonismo político revolucionario de la clase obrera no sólo para preservar lo logrado sino para potenciar todo el proceso de cambio; a mayor participación de los trabajadores no sólo en número sino también en calidad política, mayor desarrollo y profundización de la democracia. Debemos caracterizar en forma justa al nuevo período que se abre en la historia de la lucha por la libertad de nuestro pueblo, el mismo no esta sujeto a determinados años o periodos de gobierno, sus contenidos tienen que ver con el grado de gravitación de las clases y las tareas resueltas, así como las que están para resolverse”. “EL MOVIMIENTO OBRERO Y POPULAR Y LA LUCHA CONTRA EL OPORTUNISMO Durante el devenir del 2003 y el 2004, luego del gran ajuste estructural, la frustración y la desmoralización, tuvimos oportunidad de explorar las nuevas condiciones impuestas, lo que llamamos unidad de la burguesía para ajustar a los trabajadores y los estudiantes, al tiempo que la oligarquía y determinadas capas sociales intentaban preservar sus viejos privilegios. Exploramos y conocimos las distintas clases y las capas aristocráticas sobre las cuales se asienta el ajuste y se impone al obrero y al estudiante una política contraria a sus intereses. Comprobamos el nuevo papel protagónico alcanzado por amplios sectores de la burguesía nacional y la subordinación a su ideología y política de amplios sectores de trabajadores, de estudiantes e intelectuales. Comprobamos el papel de la aristocracia obrera y profesional en las condiciones de un pequeño país del tercer mundo como es el nuestro. Y observamos el reflejo de todo ello en la situación de inmovilización de gran parte de las herramientas obreras y estudiantiles en un momento por demás dramático de la historia nacional. Verificamos el ejercicio de lo que ayer estaba encubierto y hoy esta al desnudo: una táctica conciliadora, detrás de una estrategia adaptacionista para desarrollar un ajuste benevolente funcional a determinados sectores, que intentan

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consolidarse, no podrán… Ellos hablan de re-programar la deuda externa, hablan de supeditarlo todo a la productividad, a un nuevo crecimiento de la torta, le hablan al trabajador y su familia para que haga un nuevo y brutal esfuerzo, cuando fue el menos beneficiado de su propio trabajo todas estas décadas. La burguesía nacional debe romper sus compromisos con el imperialismo y con la oligarquía ¡no con los trabajadores! HACIA EL FORTALECIMIENTO DEL MOVIMIENTO OBRERO Y POPULAR Frente a falsos cánticos sobre la “unidad” para encubrir una política conciliadora tendiente a obstruir todo proceso de independencia política, movilización y fortalecimiento de la clase obrera y del movimiento estudiantil, frente a una política negadora de los contenidos históricos de las herramientas y por tanto verdaderamente rupturista en potencia, dado el quiebre del vinculo de la masa con ellas, debemos continuar levantando las banderas de la verdadera unidad en la lucha antiimperialista de nuestro pueblo. Unidad de masas tras las banderas de la independencia política y económica de nuestra patria, tras una plataforma en consecuencia que contemple las necesidades inmediatas de todo nuestro pueblo”. “En la unidad consciente de la clase obrera, en su unidad política y orgánica, esta la premisa fundamental para concretar un rumbo de autentico cambio y terminar con esta historia de explotación de nunca acabar. Debemos detrás de la plataforma inmediata y programática, sobre la base de la experiencia de lucha, avanzar en su cohesión ideológica y material impulsando su protagonismo hacia el fortalecimiento de su presencia en todos los escenarios, en todas las herramientas y consolidando el vínculo con sus aliados más estrechos, el movimiento estudiantil e intelectual. Desde la práctica de la unidad en la lucha de las masas es que debemos desarrollar la unidad político partidaria, en retro-alimentación constante de una con la otra”. Estas conclusiones las reafirmamos en las resoluciones emanadas del primer congreso del Nuevo Partido Comunista realizado en diciembre del 2011. A la luz de las dificultades conocidas por estos días, cabe preguntarse: ¿es vigente este análisis? ¿Se confirma o hay que rectificar el análisis del partido? A ello podemos responder: no solo se confirma, sino que la experiencia recogida de estos 10 años de gobierno y de vida del Nuevo Partido Comunista nos convocan a desarrollar la profundidad y amplitud de nuestra teoría y práctica política. La táctica y estrategia del movimiento obrero y popular debe surgir del análisis de las bases materiales del país. Del estudio de las contradicciones principales, del estudio de la evolución de las correlaciones de fuerzas de las clases. Nuestro análisis se ha fundamentado en los estudios del Partido Comunista presidido por Rodney Arismendi a lo largo de décadas, pero también de los datos de la realidad que fuimos recogiendo en las nuevas condiciones económicas y políticas derivadas luego de los ‘90. Condiciones que se agravaron decididamente como resultado de la brutal crisis económico-financiera del 2002. El gobierno del Frente Amplio asumió en el marco del agravamiento de la vieja crisis estructural que vivió el país durante más de cincuenta años y que se potenció con la crisis cíclica del 2002. Crisis estructural caracterizada por el desarrollo de un capitalismo deforme, por la presencia del gran latifundio, por la dependencia fundamentalmente del imperialismo norteamericano, por el aumento de la concentración y centralización de la riqueza, expresado en la evolución de la presencia del monopolio en la banca, en la industria y en la tierra, por el aumento de nuestra deuda externa y con ello de los grados de explotación de nuestro pueblo. En fin, todo organizado para satisfacer las demandas de una oligarquía

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nativa parásita, y de la banca mundial, mientras la inmensa mayoría del pueblo sería condenado a una vida con salarios y jubilaciones miserables. El gobierno del Frente Amplio se desarrolló y desarrolla en el marco del esquema del viejo modelo de plaza financiera y de servicios instaurado por la dictadura y consolidado en los gobiernos blanquicolorados que le siguieron. Modelo que es parte del sistema rentista, parásito, diseñado por el imperialismo en complicidad con la oligarquía para la región y el mundo. El gobierno del Frente Amplio significó y significa en la historia un gran paso adelante en la lucha del pueblo por el avance y desarrollo de la democracia y la justicia social, por la defensa y el progreso de nuestras fuerzas productivas. El nuevo gobierno del Frente Amplio, presente en las viejas estructuras estatales con la legitimación del voto popular, fomentó el avance democrático expresado en decenas de leyes a favor del pueblo obrero y trabajador, así como de amplios sectores de capas medias. Comenzó una remodelación del Estado caracterizado por una revalorización e intervención de este en la economía y la sociedad. Inició una recuperación de salarios y jubilaciones así como avanzó en formalización del trabajo. Frenó en parte el desmantelamiento de nuestra industria y tomó ciertas medidas en su defensa. Pero, también debemos decir, a lo largo de estos diez años, contradictoriamente, realizó importantes concesiones al viejo modelo económico imperante, funcional a la oligarquía y el imperialismo. No solo hubo concesiones en la economía sino también en muchas otras áreas de la política nacional e internacional. Se cedió en varias ocasiones a las presiones del monopolio, del gran capital financiero. Podemos decir ¿está mal hacer concesiones cuando las fuerzas son desiguales? Ya Lenin enseñó bastante sobre esto. Y no se trata de decir “ningún compromiso”, pero si de método, de discutir, de explicación, fundamentación y resolución colectiva en base a la exposición de toda la verdad y no de la manipulación y la mentira o en el peor de los casos del ensalzamiento del sistema imperante. Está mal no haber apelado al pueblo y su movilización como sujeto principal de cambio. O en el peor de los casos trabajar para la desmovilización. Por nuestra parte, rescatamos las enseñanzas impartidas por Rodney Arismendi y el partido en los tiempos oscuros de la dictadura, en la lucha por el rescate de la democracia, combinando la lucha clandestina, en la cárcel y en el exilio, con la movilización de masas y con la combinación de la negociación política con todas las fuerzas y dirigentes opuestos al régimen. Táctica que no excluyó el más firme posicionamiento y debate ideológico y político, como lo expresa Arismendi en “Opiniones de un presente” en carta abierta a amigos blancos y colorados (publicada en revista estudios nº 82, abril de 1982). O la táctica empleada a la salida de la dictadura, combinando la más firme movilización de masas con la más amplia negociación en la CONAPRO, buscando barrer lo más rápidamente posible con los vestigios del fascismo, avanzando y consolidando la democracia. La marcha del cambio ha sido despareja. Muchos factores han tenido que ver, por ejemplo: la feroz resistencia a todo avance democrático que han ejercido a lo largo de estos diez años de gobierno popular, los sectores que históricamente han detentado el poder en nuestro país. Otro factor importante, el carácter policlasista del actual Frente Amplio, donde conviven trabajadores con sectores de la burguesía nacional, donde no necesariamente lo que es prioridad para uno lo es para el otro. No siempre se resuelve bien esta contradicción a la hora de la síntesis. Otro factor, el grado de conciencia del pueblo, de las grandes masas, expresado entre otras cosas no solo en el voto, sino también en el estado de las herramientas populares. Otro factor, la unidad de la dirección política - tanto de la dirección del FA como del ejecutivo de gobierno-, su grado de elaboración y compromiso ideológico, político, programático, su arraigo en las masas. Otro factor: el método o forma de trabajo utilizado durante este período con el pueblo. Todos ingredientes que inciden en la capacidad para el despliegue de la unidad programática y política, así como en la capacidad de movilización para defender y profundizar las conquistas democráticas. Muchas veces las contradicciones internas y su no justa resolución han llevado al anulamiento, el retroceso y la derrota.

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Esa lectura de hechos contradictorios motiva y acicatea el debate popular acerca de si “son todos los mismos”, “esto no lo cambia nadie”, etc., etc. Las contradicciones en la fuerza política no son nuevas, incluso en el pasado hubo casos tan duros o más duros que la realidad actual. Recordemos, la división del FA en el 89, la crisis y división del Partido Comunista en los 90, el voto dividido en el segundo gobierno de Sanguinetti –reforma de la seguridad social y creación de las AFAP, la discusión sobre la reforma constitucional de 1996 que terminó con la renuncia de Seregni, etc. La conciencia sobre los problemas a enfrentar la teníamos, el recorrido en la hondura de los mismos no pueden ser motivos de flaquezas o de negación de nuestras propias afirmaciones. Las adversidades no nos pueden dejar de advertir la tendencia principal que surca el desarrollo de los hechos. Mucho ha tenido que ver en el resultado general de la lucha el estado de situación del Movimiento Obrero. Los grados de desarrollo de la conciencia de clase, de unidad, movilización y resumen de los trabajadores. Los trabajadores y su movilización han sido y son el mayor sostén del proceso de gobierno. Pero, por un lado, el retroceso de la ideología del proletariado: el marxismo-leninismo y por el otro lado, el enquistamiento del economicismo sectario, en las filas de los trabajadores, es el mayor obstáculo para el desempeño de la clase obrera como vanguardia social y política. Hoy la clase obrera en gran medida está subordinada ideológica y políticamente a las concepciones de la burguesía nacional, expresadas en el nacional reformismo o la socialdemocracia. Decía Lenin y le gustaba repetir a Arismendi: “Quien quiera ir al socialismo por otro camino que no sea el del democratismo político, llegará infaliblemente a conclusiones absurdas y reaccionarias, tanto en el sentido económico como en el político”. De lo que se trata es que el movimiento obrero retome la senda histórica en base al avance del conocimiento y elaboración teórica, así como en base a su propia experiencia. No está en la autoexclusión y la división que pregona el izquierdismo, el infantilismo político, que la clase obrera avanzará en la ruta de la transformación social. La ruta está en llenar de contenidos el conjunto de las herramientas, partiendo de la profundización del análisis ideológico y político, de la mano de forjar la amplitud en la labor militante, impulsando la lucha reivindicativa y programática, en las nuevas condiciones que se crearon a partir del ejercicio del gobierno popular. Por ejemplo, para nosotros la huelga docente puso en el orden del día el 6% de la enseñanza. Ahora hay que luchar para que se concrete. Por ejemplo: la lucha de los trabajadores de Adeom Canelones pone sobre la mesa el tema del aumento del sueldo base y el qué hacer con la productividad a nivel público y privado. Hay que avanzar en la precisión de las demandas y su aplicación de cara a los próximos consejos de salarios y discusiones presupuestales. Lo anterior lo entendemos como necesario y válido para la lucha estudiantil, de los cooperativistas, de los jubilados, del movimiento femenino, etc, etc. POR LA CONTINUIDAD DEL GOBIERNO DEL FRENTE AMPLIO. POR EL AVANCE DEL PUEBLO Y LOS TRABAJADORES. POR EL AVANCE DEMOCRÁTICO Y LA JUSTICIA SOCIAL. POR EL NO A LA BAJA. Mucho se hizo y mucho falta aún por hacer. Es necesario recuperar el espíritu original de cambio de las reformas generales en el Estado, vencer el empantanamiento, y avanzar sobre nuestros propios pasos como pueblo. Continuar transformando el sistema de salud, de educación, de seguridad social, judicial. Avanzar en la lucha por verdad y justicia, por la reparación a las victimas de la dictadura fascista. Avanzar en la transformación económica productiva del país: desenvolviendo una política de democratización del acceso a la tierra, de apoyo firme a los trabajadores y familias dispuestas a asumir el

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compromiso de trabajarla; forjando nuevas industrias, que aseguren el acceso del pueblo a los productos básicos frente a los precios monopólicos del mercado, luchando por la instalación de un frigorífico nacional multimodal como ente testigo, garante de precios justos de la carne y de acceso del pueblo a la misma. Avanzando en una política de fomento a la industria del mar, en la lucha por una flota pesquera en condiciones y con medios apropiados, reinstalando un ente testigo en esta cadena productiva que también sea garante de precios razonables y de acceso del pueblo al pescado. Invirtiendo y avanzando en el desarrollo de la industria de la construcción hacia cubrir las necesidades de obra pública, liceos, escuelas, hospitales, y de cubrir las necesidades de vivienda, instrumentando un plan nacional de vivienda, con fondos reales y serios por parte del Estado. Transformando la banca y poniéndola al servicio de la economía y del desarrollo nacional. Profundizando y ampliando la recuperación de salarios y jubilaciones, a la vez que se toman las medidas necesarias para el abaratamiento de la canasta básica familiar. Sin lugar a dudas hay que impulsar una reforma constitucional para amoldar el esquema jurídico del país a la marcha de las aspiraciones y movimiento del pueblo. Creemos en la certeza del avance, y para ello necesitamos a la juventud, entusiasmada, lúcida, comprometida, con confianza y herramientas para enfrentar el presente y el futuro, no condenada. No creemos que la droga en su versión ilegal ni legal, sea una opción para la juventud, sí lo es el proyecto popular. Por eso le decimos no a la baja, y si a una respuesta de amor, educación, deporte y trabajo para los jóvenes. Son importantes los niveles de acumulación de fuerzas sociales y políticas alcanzados, pero para el logro de muchos de los objetivos programáticos e inmediatos planteados hace falta perseverar y trabajar más, critica y autocríticamente, fortaleciendo los aciertos y corrigiendo los errores. Sabemos que, de no haber un cambio sustancial en la correlación de fuerzas de las clases, algunos de los objetivos pueden trascender un periodo de gobierno, así como el desarrollo de los hechos de masas pueden lograr que años se condesen en días, como enseña la dialéctica de la historia universal y nacional. Lo que importa es el contenido del proceso de cambios, la tendencia general hacia donde van todas las cosas. No es lo mismo tener mejores o peores condiciones políticas para el desarrollo de la lucha del pueblo y los trabajadores. No creemos que detrás de una derrota del Frente Amplio haya ninguna victoria popular. No convocamos a votar al Frente Amplio, o a continuar firmando por el ingreso del Nuevo Partido Comunista al mismo, porque creamos que es “lo menos malo”, asumiendo una actitud ecléctica y conformista, o porque lo creamos, la vía rápida para el resumen mezquino individual o grupal tras la “parcela de poder” propia, asumiendo una actitud oportunista. Como enseña el materialismo histórico, el papel de la personalidad importa, pero las personalidades sin las fuerzas del pueblo, de las multitudes organizadas y conscientes no hacen la historia. La historia la hacen los pueblos, las grandes masas. Creemos en el FRENTE AMPLIO porque creemos en la necesidad de reunir todas las fuerzas democráticas en un solo haz, en un solo puño, para impedir la reacción y el retroceso, para continuar avanzando juntos, en una ruta de progreso, de liberación nacional y social. La campaña electoral demanda nuestros mayores esfuerzos. Nuestro particular estado de exclusión formal como fuerza política de la estructura del FA, dada la oposición principal del PCU, no nos exime de la toma de conciencia y responsabilidad para con la suerte de los trabajadores y el pueblo. Debemos desarrollar una campaña electoral a la altura de las circunstancias por el triunfo del Frente Amplio en octubre y con mayorías parlamentarias. Lo demanda nuestra conciencia sobre un siglo de luchas obreras, sociales y políticas, por la construcción de la unidad y una alternativa de gobierno y poder popular. Lo demanda el esfuerzo de generaciones enteras de comunistas, de la sangre derramada de los mejores camaradas. Lo demanda la necesidad de preservar y desarrollar las mejores condiciones de vida para nuestros viejos, para nuestros niños y niñas. El Nuevo Partido Comunista vencerá la exclusión haciendo, forjando su lugar, ocupando su lugar, como lo viene haciendo hace diez años, granjeándose el cariño de las masas. Se trata de construir el

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puente generacional, educando y aprovechando al máximo las nuevas condiciones sobre la base de entenderlas y de desarrollar una justa orientación política y certera práctica metodológica. Insistiremos ante la comisión electoral del FA en los próximos días solicitando una lista nacional, si no se concreta esa posibilidad ampliaremos y potenciaremos la campaña por el voto al Lema. Replantearemos la recolección de firmas por el ingreso al FA hacia las 30.000 que nos habíamos propuestos. Esa será nuestra campaña: Contra la baja, por la unidad sin exclusiones. DESARROLLAR LA AUTOCONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO EN EL MEDIO DE LA LUCHA La campaña es esencialmente autoconstrucción de partido; hablar de campaña es hablar de la autoconstrucción de Partido. Para desarrollar una campaña a la altura es necesario un trabajo unido de toda la dirección y de todo el Partido. Podemos y debemos desplegar una campaña propagandística y de agitación a la altura. Marcando nuestra convocatoria en cada barrio, centro de trabajo y de estudio, en el ómnibus. Con consignas claras y herramientas apropiadas. Tomando las ferias. Ensobrando el voto al lema. Redoblando el esfuerzo por la cotización en masa, a través de las diferentes herramientas, desde el Liberarce al bono, generando el impulso necesario a las finanzas para lo cual hay que desplegar una campaña particular. Avanzando en la reunión y actividad de varias agrupaciones ya establecidas así como en la conformación de sus respectivos secretariados. Pero también avanzando en la fundación de nuevas agrupaciones, tanto funcionales como territoriales, invitando a los viejos y nuevos vínculos a conformar funcionamiento de partido y juventud. Invitando a los mejores trabajadores, estudiantes y gente del pueblo a formar parte de nuestras filas. Desarrollando la educación partidaria: instalando y consolidando las escuelas elementales por lugar. Avanzaremos también, pensando en las instancias de mayo, preparando nuestro nuevo campamento nacional al que proponemos denominar “Hugo Chávez Frías”. Mucho hay por hacer camaradas y contamos con el esfuerzo intelectual y práctico de todos. Como dice Neruda: “ganaremos nosotros, los más sencillos ganaremos, aunque tú no lo creas, ganaremos”.

Aprobado por unanimidad

Comité Central del Nuevo Partido Comunista

Montevideo, 27 de julio 2014

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