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Ref.: OM98011 INFORME ESTABLECIMIENTO DE LAS BASES TÉCNICAS DE CONOCIMIENTO DE LA RASA MAREAL DE ALGORRI CON VISTAS A SU POSIBLE DECLARACIÓN COMO BIOTOPO MARINO PROTEGIDO PARA DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y MEDIO NATURAL DEPARTAMENTO DE INDUSTRIA, AGRICULTURA Y PESCA DICIEMBRE, 1998

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Ref.: OM98011

INFORME

ESTABLECIMIENTO DE LAS BASES TÉCNICAS DE CONOCIMIENTO DE LA RASA MAREAL DE ALGORRI

CON VISTAS A SU POSIBLE DECLARACIÓN COMO BIOTOPO MARINO PROTEGIDO

PARA

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y MEDIO NATURAL DEPARTAMENTO DE INDUSTRIA, AGRICULTURA Y PESCA

DICIEMBRE, 1998

BIOTOPO MARINO ALGORRI OM98011

INDICE 3

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INDICE 3

INDICE AUTORES 7 I.- INTRODUCCIÓN 9 II.- CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 13 1.- Localización 13 2.- Climatología 13 2.1.- Viento 13 2.2.- Temperaturas 15 2.3.- Precipitaciones 15 III.- GEOMORFOLOGÍA 19 IV.- CLIMA MARÍTIMO 27 1.- Oleaje 27 2.- Marea 28 3.- Corrientes en la zona 28 V.- HIDROGRAFÍA 33 1.- Temperatura 33 2.- Salinidad 37 3.- Otras variables físicas 42 4.- Oxígeno disuelto 44 5.- Nutrientes disueltos 46 VI.- CALIDAD DEL MEDIO 57 1.- Consideraciones generales 57 2.- Contaminación en el área 57 2.1. Contaminantes en moluscos 57 2.1.1. Bacteriología 57 2.1.2. Metales pesados 59 2.1.3. Compuestos organoclorados 61 2.2. Contaminantes en sedimentos 63 2.2.1. Metales pesados 63 3.- Modelización de los vertidos 69 3.1. Introducción 69 3.1.1. Modelos hidrodinámicos: Ecadis y Mareas 69 3.1.2. Modelo de dispersión: Recode 70 3.2. Modelización hidrodinámica 71 3.2.1. Planteamiento del problema a estudiar 71

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INDICE 4

3.2.2. Datos de entrada al modelo 71 3.2.3. Resultados 75 3.2.3.1 Simulación hidrodinámica

con vientos del nordeste 75 3.2.3.2 Simulación hidrodinámica

con vientos del norte 77 3.2.3.3 Simulación hidrodinámica

con vientos del noroeste 78 3.2.3.4 Simulación hidrodinámica

con vientos del este 80 3.2.3.5 Simulación hidrodinámica

con vientos del sudeste 80 3.2.3.6 Simulación hidrodinámica

con vientos del sur 81 3.2.3.7 Simulación hidrodinámica

con vientos del sudoeste 82 3.2.3.8 Simulación hidrodinámica

con vientos del oeste 84 3.2.3.9 Simulación hidrodinámica de la corriente inducida por la marea astronómica 84 3.2.3.10 Modelización de la dispersión 86

VII.- PLANCTON 101 1.- Fitoplancton 101 1.1.- Biomasa fitoplanctónica 101 1.2.- Composición taxonómica 105 2.- Zooplancton 107 VIII.- COMUNIDADES BENTÓNICAS 113

1.- Datos cualitativos 114 2.- Estudio cuantitativo 123 3.- Comunidades bentónicas 125 3.1. Comunidad de Lichina pygmaea 126 3.2. Comunidad de Chthamalus-Littorina 126 3.3. Comunidad de Corallina officinalis 126 3.4. Comunidad de Jania rubens 127 3.5. Comunidad de Gelidium latifolium 127 3.6. Facies de Bifurcaria bifurcata 127 3.7. Comunidad de Gelidium sesquipedale 127 3.8. Coumnidad de Cystoseira baccata 128 3.9. Comunidad de Halopteris filicina 128 3.10. Facies de esponjas 128

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INDICE 5

IX.- PECES Y PESQUERÍAS 129 X.- ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 139 1.- Síntesis de conocimiento 139 2.- Delimitación propuesta 148 3.- Usos propuestos 150 3.1. Aspectos recreativos 150 3.2. Aspectos culturales y de educación ambiental 150 3.3. Aspectos de investigación 150 3.4. Aspectos de explotación de los recursos 151 3.5. Otros aspectos 151 4.- Actuaciones propuestas 153 4.1. Creación de un centro de interpretación 153 4.2. Mejora de los accesos a San Telmo 153 4.3. Realización de itinerarios 153 4.4. Material didáctico 153 XI.- BIBLIOGRAFÍA 155

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AUTORES 7

AUTORES

En la realización del presente informe han participado los miembros del Departamento de Oceanografía de AZTI que a continuación se mencionan: D. Ángel BORJA, Doctor en Biología. D. Raúl CASTRO, Licenciado en Biología D. Javier FRANCO, Doctor en Biología D. Manuel GONZÁLEZ, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos D. Adolfo URIARTE, Licenciado en Geología D. Victoriano VALENCIA, Licenciado en Química D. Juan BALD, Licenciado en Biología

El presente informe fue elaborado por personal del Departamento de Oceanografía y Medio Ambiente Marino de AZTI, coordinado por el Dr. Ángel Borja, en 1998. Este fue el primer paso para establecer el “estado cero” de la rasa de Algorri con vistas a su posible declaración como Biotopo Protegido. Ahora, con el paso del tiempo, se ha considerado conveniente dar a la luz pública este texto, con objeto de que los datos obtenidos en aquellas campañas estén a disposición de investigadores o amantes de la naturaleza que se acerquen a este enclave privilegiado. Además han colaborado las siguientes personas y organismos: D. Luis CUESTA, Analista de Laboratorio (AZTI) Dña. Maite CUESTA, Analista de Laboratorio (AZTI) D. José Mª EMEZABAL, Maquinista naval (AZTI) D. Carlos ERAUSKIN, Capitán del barco y buceador (AZTI) Sociedad Cultural INSUB Cofradía de pescadores de Getaria Cofradía de pescadores de Mutriku

Por último, este proyecto fue financiado por el Departamento de Agricultura y Pesca, en el marco de un Contrato Programa con AZTI.

A todos ellos el agradecimiento del coordinador del proyecto.

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I. INTRODUCCIÓN 9

I.- INTRODUCCIÓN Cuando se realizó el informe con los estudios de caracterización correspondientes al área de Gaztelugatxe (BORJA et al., 1995), con vistas a su posible declaración como biotopo marino protegido, se comenzaba con el texto siguiente: "Considerando que los océanos y la abundancia de su riqueza están sujetos al

mismo peligro que la tierra, por la destrucción y la injerencia del hombre, que la tierra y el mar son ecológicamente interdependientes e indivisos, que la presión demográfica hará volver al hombre insensiblemente hacia el mar, y especialmente hacia el "teatro submarino", por razones culturales y de ocio y que la preservación del medio todavía inalterado es urgente y necesaria por razones de ética y estética: para la protección de especies raras, para la regeneración del potencial biológico y de las especies alimentarias y para crear reservas de espacios vírgenes para la investigación científica"

Esta frase corresponde a una de las conclusiones de la Primera Conferencia Mundial de Parques Nacionales, celebrada en Seattle en 1962, y se insertaba allí como un aldabonazo a las conciencias por la necesidad de preservar el medio natural y, en concreto, el medio marino. Hoy, tres años después, la protección de Gaztelugatxe por Decreto 229/1998, de 15 de septiembre (BOPV nº 198), es ya una realidad y toda la sociedad se debe felicitar por ello. Pero durante estos años el Departamento de Industria, Agricultura y Pesca, a través de su Dirección de Investigación y Medio Natural, no ha permanecido inactivo. Antes al contrario, teniendo en cuenta el informe que en mayo de 1993 se solicitó a AZTI, sobre la posibilidad de creación de zonas marinas protegidas o reservas marinas que pudieran integrarse en el Programa de Orientación Plurianual estatal, se ha continuado el plan allí trazado. En él AZTI realizó una selección previa de posibles lugares donde se pudieran crear biotopos marinos. Para ello se tuvo en cuenta: • El conocimiento de la costa por parte de los técnicos de AZTI. • La presencia en la zona terrestre adyacente de algún parque natural. • Su valor paisajístico, natural, biológico o geológico. • La proximidad a zonas marinas propuestas para su protección mediante

arrecifes. • Su estado actual más o menos inalterado.

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I. INTRODUCCIÓN 10

De esta manera se determinaron cuatro áreas de interés: • Cabo e Islote Villano • San Juan de Gaztelugatxe • Isla de Izaro - Cabo Ogoño • Rasa mareal de Algorri que fueron incluidas, por la Dirección de Investigación, en 1994 en el Documento de Zonas Marinas Protegidas (del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), como base para posibles futuras actuaciones. En apoyo de esta política de protección, el Gobierno Vasco elaboró la Ley 16/1994, de 30 de Junio, de Conservación de la Naturaleza del País Vasco. En ella se crean tres categorías de espacios protegidos que son el parque natural, el biotopo protegido y el árbol singular. En el medio marino, además del recientemente creado biotopo de Gaztelugatxe, está protegido desde hace ya años el estuario de Mundaka, dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, y las dunas, acantilados y regata de Iñurritza, en Zarauz. En el informe de Gaztelugatxe (BORJA et al., 1995), se hacía un estudio que permitía priorizar las diferentes áreas seleccionadas con vistas a su posterior caracterización. Así, por los conocimientos que se tenían de estos lugares, tanto directos como indirectos, los factores que hacen interesante a cada área fueron clasificados como sigue:

Gaztelugatxe Izaro Algorri Villano

Geología Paisaje Oceanografía Calidad aguas Comunidades marinas Comunidades terrestres Aves Peces

3 3 3 3 3 2 3 2

2 3 2 2 2 3 3 3

4 2 2 1 3 2 1 2

1 2 2 1 1 1 2 2

MEDIA 2,75 2,5 2,12 1,5

4= excepcional, 3=muy interesante; 2=interesante; 1=poco interesante

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I. INTRODUCCIÓN 11

Para la realización de esta Tabla, los autores del informe puntuaron cada factor de manera que se obtiene una visión general del valor que tiene cada área. Esta clasificación indicaba que Gaztelugatxe era más equilibrada en todos sus apartados, no contando con nada excepcional, pero tampoco con nada de bajo interés. Por ello se realizó de manera prioritaria su estudio (BORJA et al., 1995) y declaración como biotopo en 1998, según el Decreto antes mencionado. Luego están Izaro y Algorri, que superan la puntuación de área interesante (ésta última especialmente por su excepcional geología) y quedando ya muy atrás el Cabo Villano. De esta manera se realizó el estudio de Izaro (BORJA et al., 1996) y, finalmente, el estudio de Algorri que nos ocupa en este informe. En cierta forma, las ideas de base que impregnan la realización de estos informes quedan justificadas y sintetizadas en los puntos 2, 3, 4 y 14 de los 26 principios enunciados por Naciones Unidas en su "Declaración del Medio Ambiente": "2. Los recursos naturales de la tierra, incluyendo el aire, el agua, el suelo, la

flora, la fauna y especialmente las reliquias de ecosistemas naturales, deben ser protegidas para el beneficio de presentes y futuras generaciones a través de una cuidadosa planificación u ordenación del territorio.

3. La capacidad del suelo para producir recursos renovables debe ser

mantenida y, donde sea posible, restaurada o mejorada. 4. El hombre tiene una responsabilidad especial de salvaguardar y utilizar

inteligentemente la herencia de vida natural que ahora se encuentra afectada por una combinación de factores adversos. La conservación de la naturaleza debe recibir la importancia que merece en todos los trabajos de planificación o de desarrollo económico.

14. Una planificación racional constituye un punto esencial en la solución de los

conflictos que se presentan entre la necesidad de desarrollo y la necesidad, también acuciante, de mejorar y proteger el medio ambiente natural."

Sin duda este sentimiento es el que incorpora también la normativa europea que trata de desarrollar figuras de protección y mejora de los recursos marinos, a través de la creación de Zonas Marinas Protegidas y Reservas Marinas en el ámbito de la Unión Europea.

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I. INTRODUCCIÓN 12

Para ello se ha dotado de un Reglamento (CEE 4028/86), cuyo Título II prevé la elaboración de un Programa de Orientación Plurianual para la ordenación de estas zonas. Además, existen leyes nacionales, como la Ley 4/1989, sobre conservación de espacios naturales y de la flora y fauna silvestres, que vienen a crear mecanismos de protección y mejora de la naturaleza y de los recursos, tanto terrestres como marinos. Es en este marco donde ha tenido lugar una eclosión de espacios marinos protegidos, especialmente en el Mediterráneo, que van desde las pioneras Islas Medas (Cataluña, 1983), pasando por la isla de Tabarca, hasta las Columbretes, Cabo de Gata, Cabrera, y un largo etcétera que culmina, por ahora, en el biotopo marino protegido de Gaztelugatxe. Tenemos confianza en que el desarrollo de este informe proporcionará bases científicas y técnicas suficientes para proceder a la protección de la zona que nos ocupa: la rasa mareal y acantilados de Algorri, entre Deba y Zumaia.

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II. CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 14

II.- CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 1.- Localización La zona conocida como rasa mareal de Algorri se encuentra situada en la costa guipuzcoana (Figura 1), entre las localidades de Zumaia (latitud 43º 18,2’ N y longitud 2º 15,0’ W) y Deba (latitud 43º 18,8’ N y longitud 2º 20,8’ W). Sus límites se pueden considerar las desembocaduras de los ríos Urola y Deba, que se encuentran separados entre sí 4,2 millas náuticas. 2.- Climatología 2.1.- Viento Los vientos de componente norte muestran la frecuencia más alta en la región mientras que los de componente sur son más escasos (MEDINA, 1974). Una figura estadísticamente probada es determinante a la hora de explicar el clima costero: las máximas frecuencias de vientos de componente norte corresponden al verano, mientras que las de componente sur pertenecen al invierno. El viento del norte incide directamente en la costa, mientras que los vientos de componente sur tienen que sobrepasar la cordillera cantábrica y son calentados y desecados en el descenso previo a alcanzar la costa. Estos dos factores, explican la suavidad de las temperaturas en el invierno y las moderadas temperaturas del verano. La más alta frecuencia de fuertes vientos se da a finales del otoño y durante el invierno. La frecuencia de vientos con velocidades superiores a 10 nudos es alta y la frecuencia de anticiclones de larga duración baja. Ambos factores condicionan un bajo número de días de niebla al año (12%), muy inferior al esperado (44%) a tenor de los altos valores de humedad relativa (valores medios aprox. 80%). Los vientos del nordeste son comúnmente frescos, de bajo contenido en humedad y racheados, aunque muy raramente originan nubosidad. Los vientos del noroeste tienen su origen en borrascas centradas sobre las islas Británicas o sobre el mar del Norte. El anticiclón atlántico muestra, en esta situación, un eje alargado en la dirección noroeste-sureste provocando la entrada de vientos del noroeste al Golfo de Vizcaya. Estos vientos tienen unas distancias de fetch muy largas, generando marejadas con alturas de ola que oscilan entre 2 y 3,5 m. Frecuentemente diversos frentes y líneas de convergencia (bandas a lo largo de las cuales el viento cambia de dirección

Figura 1. Localización de la rasa mareal de Algorri.

ZUMAIADEBA

GETARIA

Rasa de Algorri

Ratón de Getaria

Sakoneta

Punta Endata

Punta Aitzuri

Punta Aitzgorri

Punta Mariantón

Punta Aitzandi

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II. CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 16

bruscamente, rolando en sentido anticiclónico) penetran en la región con los vientos. Si esta situación persiste por un período largo de tiempo, el viento induce los valores máximos correspondientes al fetch existente. Las líneas de convergencia, rotando alrededor de las centros de bajas presiones, los deprimen aún más y llegan a originar vientos que alcanzan fuerza 8 en la escala de BEAUFORT, y olas de hasta 7,5 m de altura. En ocasiones particulares el viento del noroeste puede alcanzar el grado de galerna, con alturas de ola superiores a 9,5 m. Este tipo de situaciones muestran su mayor frecuencia durante los 10 últimos días de Abril, los 10 primeros días de mayo y la última quincena de agosto (MEDINA, 1974). Las situaciones de viento de componente sur corresponden generalmente a temperaturas suaves y buen tiempo. Sin embargo, en ciertas ocasiones, principalmente durante la época estival, estos vientos rolan inesperadamente al noroeste dando lugar a autenticas galernas. Estas galernas, debido a su violencia y velocidad de aparición, son responsables de innumerables daños y desastres en la zona. 2.2.- Temperaturas Las temperaturas medias anuales en el área de estudio son de alrededor de 13°C, siendo la diferencia entre la temperatura media de agosto (mes más cálido) y la temperatura media de enero (mes más frío) de unos 12°C. En regiones situadas más al oeste en el Cantábrico, estas diferencias son algo menores (10°C), lo que apunta hacia una mayor continentalidad del clima en la región oriental. El índice de CONRAD (1946), o índice de continentalidad K, es de 9 para San Sebastián. Este índice varía entre 0 para clima oceánico y 100 para clima continental (URIARTE, 1990). La frecuencia de heladas, así como de altas temperaturas (> 35°C) es muy escasa, con unas frecuencias medias de menos de 5 días y 10 días por año, respectivamente. 2.3.- Precipitaciones La distribución anual de precipitaciones se muestra en la Figura 2. El período de máximas precipitaciones tiene lugar durante el otoño, con valores extremos en diciembre. El período más seco comprende el principio del verano (URIARTE, 1975). Los valores medios de precipitación anuales oscilan entre 1040 y 2180 mm con una media de 150 a 200 días de lluvia al año.

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II. CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 17

Figura 2. Valores medios de precipitación y temperaturas en San Sebastián (Período 1970-

1989)

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II. CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO 18

Esta alta frecuencia de lluvias se debe en gran parte a la existencia de la cordillera cantábrica. Los vientos provenientes del cuarto cuadrante, transportando aire húmedo, inciden contra la cordillera y originan corrientes del tipo advectivo, que en el caso de coincidir con un frente de bajas presiones dan lugar a lluvias muy intensas. La situación atmosférica que afecta a la zona de estudio, generando mal tiempo y marejadas, es compleja y no existe una única explicación para su desarrollo.

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III. GEOMORFOLOGÍA 19

III.- GEOMORFOLOGÍA

En la elaboración del presente apartado nos hemos basado fundamentalmente en la publicación editada por la DIPUTACIÓN FORAL DE GUIPÚZCOA (1991) sobre Puntos de Interés Geológico de Guipúzcoa.

La zona costera entre Zumaia y Deba, de unos 8 km de longitud, se caracteriza por ser

una costa acantilada con plataformas de abrasión más o menos evolucionadas como consecuencia de la acción erosiva del mar. El intenso oleaje incidente sobre los taludes rocosos produce una caída generalizada de bloques y el consecuente retroceso de la línea de costa formándose en la base de los acantilados las mencionadas plataformas de abrasión (Fotografía 1).

Otra característica importante de esta zona costera es la presencia de valles de corto

recorrido (1 km), poca pendiente y perfil abierto, colgados entre 10 y 30 m sobre el nivel del mar desembocando en cascada sobre el mismo, o bien, deslizándose sobre las paredes del acantilado (Fotografía 2). Otros valles de recorrido mayor (2-3 km) desembocan en el mar formando playas pedregosas e interrumpiendo el frente del acantilado (ej.: Arronamendi, Oskon y Sakoneta).

Así, en la zona costera entre Deba y Zumaia se pueden diferenciar cuatro zonas,

atendiendo a la naturaleza de los materiales que la componen y a la disposición geométrica de los mismos:

Zona 1 Comprendida entre Deba y Punta Endata o Mendata (Figura 3), está compuesta por

areniscas y lutitas del Cretácico inferior, en capas decimétricas. La dirección de las mismas, paralela al frente del acantilado, hace que éste sea rectilíneo y esté conformado por la superficie de dichas capas, desarrollándose además la plataforma de abrasión actual (Punta Montare). En las zonas en las que las capas se encuentran plegadas y fracturadas se acentúan los fenómenos de inestabilidad general del acantilado dando lugar a procesos de remoción del mismo (ensenada de Itxaspe).

En punta Aitzandi se observan pliegues angulares de flancos rectilíneos y zona de

charnela reducida que afectan a areniscas y lutitas dispuestas en capas de unos centímetros de espesor. Su origen es turbidítico y correspondientes al Cretácico inferior.

Zona 2 Situada entre punta Endata o Mendata y punta Aitzuri (Figura 3), está compuesta por

calizas y calizas margosas del Cretácico inferior de origen turbidítico. En la cala que se

Fotografía 1. Acantilados y plataforma de abrasión. Se aprecia, en la zona de la derecha, la presencia de bloques de piedra desprendidos de los taludes rocosos.

Fotografía 2. Punta Mariantón (izquierda), Playa de San Telmo, Zumaia (derecha) y, en primer término, ejemplo de valle colgado.

Figura 3. Sector Deba-Punta Mendata

Ensenada de Aitzuri Punta Montare Punta Aitzandi

Punta Mendata

Cala Sakoneta

Cala Mendata

Punta Sakoneta

Cala Aitzuri

Punta Aitzuri

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III. GEOMORFOLOGÍA 22

encuentra al pie de punta Mendata desemboca la regata del mismo nombre. Dicha regata, después de discurrir superficialmente por un valle escalonado, cae bruscamente en cascada hacia la playa de cantos situada al pie del valle colgado del acantilado. La coincidencia de la dirección de las capas del acantilado con la del oleaje predominante, favorece el desarrollo de oquedades y fenómenos de socavación al pie del mismo. Fenómeno similar se produce en la cala Sakoneta donde la playa de cantos se encuentra flanqueada por los contrafuertes del acantilado ofreciendo un ejemplo claro de erosión diferencial y socavación.

Zona 3 Comprendida entre punta Sakoneta y punta Aitzgorri en la ensenada de Aitzuri

(Figuras 3 y 4), está definida por margas y margocalizas del Cretácico superior, también de génesis turbidítica. El retroceso del acantilado ha sido tan rápido que los valles se encuentran colgados en los acantilados subverticales y muy inestables, con alturas superiores a los 100 m.

Zona 4 Comprendida entre Punta Aitzgorri y Punta Marianton, en Zumaia (Figura 4), está

compuesta por capas decimétricas de calizas, calizas margosas, margas, areniscas y lutitas del terciario. Entre ambas puntas se sitúa la playa de San Telmo que, por la calidad de los afloramientos rocosos y por constituir el tránsito Cretácico superior-Terciario, es uno de los puntos de mayor interés geológico del País Vasco. Dicho tránsito puede observarse justo en la base de la secuencia de un tramo calizo (Fotografías 3 y 4).

Fotografía 3. Transición Cretácico superior-Terciario

Fotografía 4. Transición Cretácico superior-Terciario

Figura 4. Sector playa de San Telmo y ensenada de Aitzuri.

Punta MariantonPunta Aitzgorri

Zumaia

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III. GEOMORFOLOGÍA 24

A lo largo de los afloramientos se pueden observar laminaciones paralelas y cruzadas (Fotografía 5) y flutes que indican las direcciones de la corriente, estructuras dish, laminación convoluta, slumps y granoclasificación de los estratos. Asimismo, en algunos puntos se pueden observar pistas producidas por organismos que se desplazaron sobre los sedimentos del fondo todavía sin consolidar del océano Cretácio-Terciario. Dichos sedimentos de aguas profundas, después de 65 millones de años se consolidaron y plegaron levantándose hasta la posición casi vertical que hoy en día puede apreciarse.

Así, la calidad de la sucesión estratigráfica que

puede observarse ha permitido a científicos de todo el mundo estudiar en la misma la extinción durante el tránsito Cretácico-Terciario de especies tan emblemáticas como los Ammonites, hecho muy importante, ya que en pocos lugares se han encontrado sedimentos de la transición del Cretácico Superior-Terciario que contengan estos fósiles (ARETA et al, 1990). De hecho, la aparición de estos fósiles, así como la gran claridad existente en la transición Cretácico-Terciario, hacen de este lugar un punto de cita obligado para los estudiosos a nivel internacional.

Otro aspecto interesante es la

superficie de abrasión en la que los estratos verticales se encuentran totalmente arrasados por la erosión marina tal y como se aprecia en la Fotografía 6.

En cuanto a la parte sumergida de la rasa, IBERINSA (1990) realizó un estudio geofísico de Gipuzkoa que incluía esta área. Como ya se ha dicho, la costa entre la desembocadura del Urola y la ensenada Achuri es muy acantilada y presenta una amplia rasa mareal. El acantilado está

constituido por un flysch con alternancia de areniscas y margas en capas de poco espesor (Cretácico superior), que son más erosionables que los materiales de las zonas anteriores. Esto hace que la cota -10 m esté a más de 700 m del pie del acantilado frente a la ensenada de Achuri y la -30 a unos dos kilómetros. Los fondos marinos son sumamente irregulares, constituido por afloramientos rocosos del flysch, cuya estratificación se observa

Fotografía 5. Laminaciones

Fotografía 6. Estratos verticales erosionados por la acción del mar.

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III. GEOMORFOLOGÍA 25

perfectamente en los registros del sonar de barrido lateral. Únicamente frente a la desembocadura del Urola existe una lengua de arenas medias y finas, rodeada por afloramientos rocosos. Esta depresión, rellena de sedimentos recientes, presenta en general unos espesores entre 1 y 5 m, si bien entre las cotas -15 y -25 m llega a alcanzar 5 m de espesor. En el resto hay tres pequeñas depresiones, entre las que cabe mencionar únicamente el arenal de Itzurun.

La FUNDACIÓN LEONARDO TORRES QUEVEDO (1991) realizó un estudio en la desembocadura del Urola, por medio del cual se vio el relleno del paleocauce de la ría de Zumaia y la cuña prodeltaica-litoral. Esta se corresponde con un notable espesor de la unidad superior, que forma una banda irregular con forma de U que se extiende desde la desembocadura hacia el NW, principalmente entre las isóbatas de 10 y 20 m. En su parte central aparece un alto relativo en el basamento acústico, sobre el que existe una cobertura sedimentaria delgada (1-5 m). El máximo espesor de la cuña de sedimentos es de 18 m y tiene una anchura en superficie inferior a 500 m. Está rodeada por una banda de sedimentos menos potentes (< 10 m) que se adelgaza rápidamente hacia los bordes hasta desaparecer, dando paso a los afloramientos rocosos (Flysch) que constituyen el borde externo de toda la zona marina estudiada. Entre las capas de rocas pueden existir pequeñas manchas de arenas, destacando la correspondiente a la playa de Itzurun (San Telmo).

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IV. CLIMA MARÍTIMO 27

IV.- CLIMA MARÍTIMO 1.- Oleaje La situación de la zona de estudio define el oleaje en dicho área, estando caracterizado por su exposición a grandes fetches (recorrido, sin obstáculos, del viento en el mar). Este alcanza distancias del orden de 1.500 km a zonas tan típicas de temporales como el Gran Sol. Estos temporales son consecuencia de la formación y evolución de borrascas noratlánticas formadas en el contacto entre la marea de aire fría, masa polar, y la marea de aire templada definida por el anticiclón de las Azores. Estas borrascas originan fuertes vientos sobre el Atlántico Norte, generando fuerte oleaje principalmente del cuarto cuadrante, tal y como antes se ha dicho. Este oleaje es el dominante y más común del área de estudio. Complementariamente, y principalmente durante la época estival se producen oleajes del nordeste como respuesta a la extensión del anticiclón de las Azores, o al establecimiento de una borrasca de pequeñas dimensiones asociada al seudofrente mediterráneo. La plataforma continental septentrional del Golfo de Vizcaya está por lo tanto, expuesta a un amplio rango de estados de mar posibles, tanto en términos de altura de ola (Hs), como de período medio de paso por cero (Tz), considerándose un medio de fuerte energía. Según PENIN (1980): - la altura máxima de ola es de 2,4 m durante un período de 30 días al año, - para una frecuencia de aparición de 5 días al año los valores de altura de ola

son de entre 3,5 y 3,8 m, - un día al año se alcanzarían valores de 4,8 m. La altura de ola máxima anual es de 7,5 m, de 9 m cada 10 años y de 11,5 m para un período de recurrencia de 100 años (M.O.P.T, 1992). Los períodos de ola registrados en la zona comprenden desde 4 hasta 22 s, siendo los más frecuentes entre 8 y 12 s (CASTAING, 1981). Diversos estudios realizados en el Golfo de Vizcaya han demostrado la existencia de unos estados de mar característicos a lo largo del año (DUVET, 1964; L.C.H.F., 1979; PENIN, 1980).

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IV. CLIMA MARÍTIMO 28

Así se distingue una época estival (desde abril hasta septiembre), durante la cual las olas son de un tamaño reducido (el 75% de las alturas de ola máximas (Hmáx) es inferior a 1 m) y el 80% de los períodos no supera los 10 s. Sin embargo durante la época invernal (desde octubre hasta marzo), más del 75% de las alturas máximas (Hmáx) supera 1 metro, y el 80% de los períodos es superior a 10 s. El estudio estadístico de direcciones de ola evidencia una predominancia de olas (tipo swell), del sector noroeste (25%), coincidiendo éstas con las olas de mayor tamaño en la zona. El 77% de las olas en la zona provienen del cuarto cuadrante. Las olas de origen próximo (tipo sea), son de menor altura y período que las generadas a grandes distancias (tipo swell), y provienen principalmente del oeste, estando muy repartido su origen a lo largo de la rosa de los vientos (M.O.P.T., 1991). 2.- Marea La marea en la zona es de tipo semi-diurna. La onda de marea penetra en el Golfo de Vizcaya por el oeste y se propaga hacia el este aumentando su amplitud a medida que va penetrando en el Golfo. En la zona de estudio el rango mareal medio es de aproximadamente 1,5 m en mareas muertas y de 4m en mareas vivas. El máximo rango anual supera los 4,5 m. (INSTITUTO HIDROGRÁFICO DE LA MARINA, 1994). Según estos datos la costa se define como mesomareal baja durante los períodos de mareas muertas, y de mesomareal alta durante las épocas de mareas vivas (HAYES, 1989). 3.- Corrientes en la zona

Se registraron las corrientes a 5m de la superficie y a 1m del fondo, mediante dos correntímetros fondeados sobre fondos de 25m de profundidad, en la posición 43°20’N-002°18’W. El de superficie, era un correntímetro de rotor tipo Savonius AANDERAA RCM-7, mientras que el de fondo era un correntímetro electromagnético InterOcean S4.

En la Figura 5 se muestran los resultados de las corrientes en superficie y en fondo. Se

observa como el régimen de corrientes sufrió un considerable cambio a partir de la fecha en que se retiró el correntímetro de superficie, apreciándose un aumento considerable de las velocidades en fondo, que llegaron a superar valores de 50 cm.s-1. Los resúmenes estadísticos de los registros de ambos correntímetros se muestran en las Tablas 1 y 2. El registro del correntímetro de fondo, de mayor duración que el de superficie, parece haber sufrido alteraciones electromagnéticas por lo que los resultados de las direcciones pudieran haberse visto afectadas.

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IV. CLIMA MARÍTIMO 29

Figura 5. Registro de los correntímetros en superficie y en fondo del fondeo realizado en Algorri entre el 8 y el 17 de abril de 1997. Nota: El registro del correntímetro en superficie sólo comprende del día 8 al 12 de abril.

Velocidad

0

10

20

30

40

50

60

70

08/04/97 09/04/97 10/04/97 11/04/97 12/04/97 13/04/97 14/04/97 15/04/97 16/04/97 17/04/97 18/04/97

cm/s

Dirección

0

90

180

270

360

08/04/97 09/04/97 10/04/97 11/04/97 12/04/97 13/04/97 14/04/97 15/04/97 16/04/97 17/04/97 18/04/97

Gra

dos

(°N

)

Fondo Superficie

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IV. CLIMA MARÍTIMO 30

En superficie se observa como existe un predominio de corrientes en el tercer

cuadrante mientras que las velocidades máximas se reparten entre este tercer cuadrante y el cuarto. El valor medio más alto de las velocidades, para los cuatro días de registro, se obtuvo en la dirección NNW.

Tabla 1. Estadística de las corrientes en superficie, registradas entre los días 8 y 12 de abril de 1997, en la posición 43°20’N-002°18’W. STD: desviación estándar.

Dirección Nºmedidas % Max Media STD 0-45 (NNE) 56 9.48 6.6 4.1 1.2

45-90 (ENE) 69 11.68 5.7 3.6 0.9

90-135 (ESE) 71 12.01 5.5 3.5 0.8

135-180 (SSE) 100 16.92 10.7 5.5 2.2

180-225 (SSW) 113 19.12 10.7 4.4 1.6

225-270 (WSW) 79 13.37 15 5.4 3.5

270-315 (WNW) 65 11.00 13.6 5.2 3.1

325-360 (NNW) 37 6.26 13.9 5.7 4.3

Tabla 2. Estadística de las corrientes en fondo, registradas entre los días 8 y 17 de abril de 1997, en la posición 43°20’N-002°18’W. STD: desviación estándar.

Dirección Nºmedidas % Max Media STD 0-45 (NNE) 31 2.33 30.3 11.3 7.7

45-90 (ENE) 6 0.45 36.6 9.0 14.2

90-135 (ESE) 39 2.93 50.3 22.7 17.5

135-180 (SSE) 285 21.38 50.1 23.6 12.4

180-225 (SSW) 269 20.18 49.6 8.3 6.4

225-270 (WSW) 317 23.78 31.7 6.1 5.2

270-315 (WNW) 279 20.93 32.2 5.6 4.4

325-360 (NNW) 106 7.95 25.5 7.4 4.9

En fondo, se observa un acentuado dominio de las corrientes de componente Sur, pero como se ha dicho anteriormente los resultados de este correntímetro deben se

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IV. CLIMA MARÍTIMO 31

considerados con precaución. Las velocidades máximas superan los 50 cm.s-1 en las direcciones ESE y SSE, siendo las medias más altas también en estas direcciones. No existe ninguna correlación con las corrientes de superficie, ya que el correntímetro de superficie se había retirado el día 12 de abril, y es precisamente a partir de esa fecha cuando se registran los cambios en la hidrodinámica mencionados anteriormente.

El vector progresivo u Hodógrafa de las corrientes en superficie se ha representado

en la Figura 6. Se construye mediante la acumulación sucesiva de los componentes de la velocidad Norte-Sur y Este-Oeste, obtenidos del registro de los correntímetros a intervalos de 10 minutos durante el periodo muestreado. El gráfico muestra las posiciones correspondientes al desplazamiento horizontal del agua en el caso de que toda la masa de agua próxima a la estación del correntímetro fuese la misma que la del punto de medida. El registro comienza el día 8 de abril de 1997, en la parte superior derecha, y finaliza en la parte inferior el día 12 del mismo mes, mostrando un desplazamiento neto hacia el SE. No se ha realizado la hodógrafa del registro de corrientes de fondo debido a las deficiencias del mismo.

Figura 6. Vector progresivo u hodógrafa del registro de corrientes en superficie en el fondeo de Algorri entre el 8 y el 12 de abril de 1997.

Hodógrafa de superficie

-5000

-4000

-3000

-2000

-1000

0

1000

-4000 -3000 -2000 -1000 0

Desplazamiento Este (m)--->

Desp

laza

mie

nto

Nort

e (m

)---

>

8-4-97

12-4-97

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V. HIDROGRAFÍA 33

V.- HIDROGRAFÍA

En la zona de Algorri se han realizado diversos estudios hidrográficos en los últimos años que han servido como punto de comparación con el muestreo de verano realizado por AZTI en julio de 1997. Las estaciones muestreadas en esta campaña pueden verse en la Figura 7.

Los trabajos consultados han sido los siguientes: en verano de 1992 se estudió

desde la mitad de la rasa hasta la desembocadura del Urola (AZTI et al., 1993); en invierno de 1993 la misma área (BORJA y VALENCIA, 1994) y en invierno de 1996 desde Motriko hasta la mitad de la rasa (FRANCO et al., 1996). Además, existen otros estudios realizados sobre ámbitos geográficos más amplios que pueden ser utilizados a efectos comparativos y para establecer un marco general en el que situar las principales características hidrográficas del área de estudio. De ellos cabe destacar los trabajos de ARIAS et al. (1980) -realizado en la plataforma costera entre Deba y Getaria a lo largo de un ciclo anual-, de VALENCIA et al. (1993) –con campañas de muestreo trimestrales en diferentes transectos frente a la costa vasca durante varios años- y de BORJA et al. (1998) -con muestreos trimestrales en numerosas estaciones de los estuarios y zona de plataforma costera del País Vasco desde el año 1994. 1.- Temperatura

Los datos medios y los rangos de temperatura obtenidos en los trabajos antes mencionados se exponen a continuación:

TEMPERATURA VERANO 1992

INVIERNO 1993

INVIERNO 1996

VERANO 1997

Media superficie (ºC) 20,7 11,7 13,5 20,0

Rango total (ºC) 12,7-21,9 11,5-12,3 13,3-13,8 17,4-20,3

Los aspectos más destacables que se han encontrado para el verano de 1992 fueron:

- La notable homotermia en las estaciones más someras, en las que la diferencia entre superficie y fondo no excede de 1,5°C.

1

2 3

4

5

6

7

8

9

Zumaia

Deba

Getaria

Figura 7. Área de estudio y situación de las estaciones de muestreo en la campaña de verano de 1997.

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V. HIDROGRAFÍA 35

- El incremento de la estratificación térmica con la distancia a la costa y el consiguiente aumento de la profundidad, con aparición de capas de agua más frías. - La ausencia de niveles con un gradiente térmico especialmente marcado incluso en las estaciones más lejanas a la costa, en las que el hidrodinamismo interfiere menos en la estabilidad y estratificación de la columna de agua. - La ligera tendencia de hundimiento de las isotermas hacia la costa. En dicho año las condiciones estivales fueron algo atípicas ya que los valores observados difieren ligeramente de los esperados, siendo, en algunos casos, notablemente inferiores. Además, la estratificación térmica fue prácticamente inexistente en algunos casos (estaciones más costeras) y en los que se dio, el gradiente térmico se encontraba casi uniformemente repartido por toda la columna de agua, no apareciendo un nivel de profundidad que concentrase la mayor parte de la variación de temperatura como suele ser habitual en la termoclina de principio de verano. VALENCIA et al. (1989) y VALENCIA (1992) encuentran situaciones similares, con estratificación poco marcada en 1987 y 1988 para fechas similares a las del mencionado estudio, mientras que en 1986, 1989 y 1990 la termoclina se sitúa por encima de los 20 metros. Trabajando en aguas más someras, FLOS et al. (1979) y ARIAS et al. (1980) presentan datos y gráficas en las que la estratificación está más marcada, siendo rara una distribución tan homogénea de la temperatura como la observada. Las temperaturas detectadas por ARIAS et al. en el mes de julio en superficie (en torno a 20º C) coinciden con las encontradas por AZTI et al. (1993) en verano de 1992.

En invierno (BORJA y VALENCIA, 1994, FRANCO et al., 1996) se da una inversión térmica en el área que es relativamente frecuente debido a que las aguas continentales son, en general, más frías que las aguas de mar y el balance del intercambio de calor entre la atmósfera y el océano se traduce en un enfriamiento. En las zonas costeras próximas a las desembocaduras el descenso de densidad asociado a la disminución de la salinidad compensa el incremento de densidad producido por el descenso de la temperatura por lo que dichas aguas, más frías y menos saladas, pueden permanecer en la superficie si no se dan condiciones de mezcla mecánica como los temporales.

En la campaña realizada en verano de 1997 la temperatura media en superficie es

muy similar a la registrada en verano de 1992, si bien el rango total de temperatura es menor, no detectándose valores inferiores a 17 ºC, frente a valores inferiores a 13º C medidos en 1992 (Tabla 3). Se debe señalar, sin embargo, que en la campaña de 1997 las estaciones más profundas se hallan en torno a los 30 m, mientras que en 1992 se alcanzaron los 70 m; así, considerando los datos de 1992 hasta 30 m de profundidad las temperaturas mínimas se sitúan en torno a 17,5 ºC, muy similares a las registradas en 1997.

TEMP. SAL. LUZ T. Cl "a" O.D. SAT. O2 pH NH4 NO2 NO3 N. I. D. PO4 Si O2(ºC) (USP) (%) (µg· l-1) (ml· l-1) (%) (µmol· l-1) (µmol· l-1) (µmol· l-1) (µmol· l-1) (µmol· l-1) (µmol· l-1)

MINIMO 17,377 34,630 77,19 0,210 4,60 85,2 8,15MAXIMO 20,338 35,664 89,83 2,054 5,91 112,4 8,27MEDIA 18,480 35,397 84,71 0,841 5,29 99,8 8,21DESVEST 0,842 0,285 3,26 0,465 0,33 7,2 0,03MINIMO 17,38 34,63 77,38 0,31 4,73 88 8,16 0,21 0,05 0,50 0,91 0,06 0,50MAXIMO 20,34 35,66 89,08 2,05 5,77 109 8,27 2,32 0,67 2,01 4,90 0,28 2,70MEDIA 18,78 35,29 83,33 1,00 5,34 101 8,22 1,02 0,14 0,88 2,04 0,11 0,88DESVEST 0,96 0,34 3,44 0,50 0,30 7 0,03 0,62 0,12 0,32 0,90 0,04 0,40

CTD

BO

TELL

AS

Tabla 3. Valores mínimos, máximos, medias y desviaciones estándar de las variables medidas en la columna de agua. Se presentan,por una parte, los datos correspondientes a las medidas realizadas mediante CTD y, por otra, los correspondientes a las muestrasrecogidas con botellas oceanográficas a profundidades discretas.

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V. HIDROGRAFÍA 37

En cuanto a las diferencias de temperatura entre las diferentes estaciones de muestreo, comparando los valores tomados en superficie el rango va desde 19,8 hasta 20,3 ºC. El mínimo se registra en la estación 6, mientras que el máximo aparece en la estación 4. En los tres transectos muestreados se aprecia una tendencia similar en relación con la proximidad a la costa: la temperatura en superficie desciende a medida que nos alejamos de la costa; así, en las estaciones más costeras (1, 4 y 7) los valores son superiores a 20,1º C, mientras que en las más oceánicas (3, 6 y 9) son inferiores a 19,9 º C. Aunque las diferencias son muy poco importantes en términos cuantitativos, reflejan la influencia de las aguas fluviales y estuáricas, ya que en verano éstas suelen presentar temperaturas superiores a las aguas marinas. Las diferencias de temperatura en la dirección E-W son poco marcadas.

Considerando todos los datos conjuntamente, en la Figura 8 se presenta la

distribución de los valores de temperatura con respecto a la profundidad. La zona de gradiente más acusado se sitúa entre 5 y 10 m de profundidad, nivel a partir del cual el descenso se hace más progresivo. En la zona costera de Algorri un perfil típico invernal sería el siguiente: las capas superiores de la columna de agua están ocupadas por masas de agua parcialmente desaladas como consecuencia de los aportes fluviales. En esta época del año, al estar las aguas fluviales más frías que las marinas, la temperatura se incrementa con la profundidad. Esta es la situación invernal típica en zonas costeras próximas a desembocaduras de ríos: la homogeneidad en la distribución vertical de la temperatura y la salinidad se encuentra modificada como consecuencia de los aportes de los ríos, que conforman una capa superficial de aguas más frías y menos saladas. Situaciones con inversión térmica en la columna de agua aparecen recogidas con bastante frecuencia en trabajos realizados en la costa vasca durante la época invernal (FLOS et al., 1979; ARIAS et al., 1980; VALENCIA et al., 1989; VALENCIA, 1993; FRANCO et al., 1996). En la mayoría de ellos la temperatura media de la columna de agua está próxima a los 12°C. En verano, las capas superficiales presentan temperaturas ligeramente superiores a los 20º C, con un descenso más o menos progresivo o una termoclina más o menos marcada en función del calentamiento previo. 2.- Salinidad

Los datos medios y los rangos de salinidad obtenidos en los trabajos antes mencionados se exponen a continuación:

0

5

10

15

20

25

30

35

17,0 17,5 18,0 18,5 19,0 19,5 20,0 20,5

0

5

10

15

20

25

30

35

34,4 34,6 34,8 35,0 35,2 35,4 35,6 35,8

0

5

10

15

20

25

30

35

76 78 80 82 84 86 88 90 92

0

5

10

15

20

25

30

35

80 90 100 110 120

Figura 8. Distribución de las principales variables medidas mediante CTD conrespecto a la profundidad. Se han incluido los datos, metro a metro, de todas lasestaciones de muestreo.

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V. HIDROGRAFÍA 39

SALINIDAD VERANO 1992

INVIERNO 1993

INVIERNO 1996

VERANO 1997

Media superficie (USP) 35,0 34,9 35,6 34,8

Rango total (USP) 32,6-35,7 34,8-35,5 35,5-35,7 34,6-35,7

La salinidad en superficie para la zona de Algorri en el verano de 1992 (AZTI et al., 1993) no alcanzó en ningún caso el valor 35,5 USP, siendo notable el hecho de que hacia el norte y el oeste no se encuentra tampoco ningún valor de salinidad inferior a 35 USP, mientras que las salinidades más bajas, con un mínimo de 32,6 USP, se dan en la estación más próxima a la costa y hacia el este, lo cual es un reflejo de la influencia de las aguas del Urola, cuya desembocadura se sitúa unos 2 km al sur de la zona referida. La estratificación salina no fue demasiado acusada hacia el oeste, menos influenciado por el Urola, en el que no se observaron valores de salinidad inferiores a 35 USP. Por contra, los valores de salinidad de los niveles más profundos fueron notablemente altos para zonas próximas a la costa. La pluma de baja salinidad en la proximidad de la costa amplía notablemente el dominio de las salinidades inferiores a 35,1 USP y, en menor grado, las inferiores a 35,3 USP. Por el contrario, las salinidades superiores a 35,5 USP se encuentran más extendidas, alcanzando niveles menos profundos en zonas más próximas a la costa y apareciendo valores puntuales de 35,7 USP de salinidad. Este fenómeno podría asimilarse a algunos casos de circulación estuárica en que la activación de la circulación superficial, por aumento del caudal de descarga del río, induce una mayor entrada de aguas marinas por el fondo. Salinidades de superficie del orden de las observadas o inferiores aparecen frecuentemente en las zonas costeras, incluso en las épocas de verano (FLOS et al., 1979; ARIAS et al., 1980). Respecto a los valores de fondo, que podrían considerarse como altos en zonas tan próximas a la costa, puede señalarse que en los últimos años se ha detectado una tendencia general al incremento de salinidad en el Atlántico Nordeste (DAUVIN et al., 1991; VALENCIA, 1992; F.F. PEREZ, com. pers.)

En invierno, teniendo en cuenta que la zona se localiza frente a la desembocadura de los ríos Urola y Deba, los rangos de salinidad pueden considerarse como relativamente estrechos y acorde con la homogeneidad invernal prevista. Además, se aprecia una escasa incidencia de aportes fluviales (BORJA y VALENCIA, 1994).

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V. HIDROGRAFÍA 40

En la campaña de verano de 1997 el mínimo, 34,6 USP, se detectó en superficie en la estación 2. En todas las estaciones la salinidad en superficie es inferior a 35 USP. En las estaciones de los transectos oeste y centro la profundidad con salinidades inferiores a 35 USP se incrementa hacia mar abierto, mientras que en el transecto este ocurre lo contrario. Además, en los dos primeros la salinidad más baja no se detecta en la estación más costera, sino en la intermedia. Esto podría ser debido al fenómeno antes citado de ascenso de masas de agua de fondo en las estaciones más costeras. La salinidad media en superficie (34, 8 USP) es muy similar a la registrada en verano de 1992 y en invierno de 1993, siendo claramente inferior a la media superficial de invierno de 1996 (35,6 USP), que se realizó bajo condiciones de baja influencia fluvial.

Considerando conjuntamente todos los datos, en la Figura 8 se presenta la distribución

de la salinidad respecto a la profundidad. Todos los valores inferiores a 34,9 USP se registran en las capas superiores de la columna de agua (< 5 m de profundidad). La tasa de incremento de la salinidad con la profundidad es mucho más acusada en los 10 primeros metros de la columna de agua. En las capas inferiores (> 20 m de profundidad) se aprecia una notable homogeneidad de los valores, que se sitúan entre 35,63 y 35,67 USP.

En la Figura 9 se presenta el diagrama temperatura-salinidad tomando todos los

valores obtenidos mediante el CTD. Se presenta también, como referencia, el área de dicho diagrama que correspondería al Agua Central Nord-Atlántica (ACNA), definida por SVERDRUP et al. (1942). Como se puede observar, ningún punto queda englobado en dicha área, lo cual resulta lógico teniendo en cuenta la escasa profundidad de las estaciones de muestreo y su proximidad a la costa. En cualquier caso, la distribución de los puntos se ajusta a una recta (r2 = 0,91), lo cual refleja el progresivo descenso de la temperatura a medida que se incrementa la profundidad.

En resumen, se puede concluir que en la zona costera de Algorri la salinidad en

superficie presenta, a lo largo del año, fluctuaciones relacionadas fundamentalmente con la influencia de la descarga fluvial, con valores bajos tras altas descargas y salinidades elevadas cuando el caudal fluvial es reducido. En invierno, con una mayor homogeneidad de la columna de agua, las diferencias en el eje vertical suelen ser pequeñas, excepto tras elevadas descargas fluviales, condiciones en las que se detectan masas de agua superficiales parcialmente desaladas. En verano se aprecia cierta estratificación salina de la columna de agua, aunque no es excesivamente marcada. En algunas ocasiones parecen registrarse corrientes que transportan masas de aguas de fondo hacia la superficie, lo cual es más evidente en estaciones cercanas a la costa; esto es probablemente debido a una reactivación de la circulación estuárica.

Figura 9. Distribución de la temperatura con respecto a la salinidad, tomando todos los datos, metro a metro, obtenidos mediante CTD. Se presenta también, en el cuadro pequeño, la distribución de los pares de valores con respecto a los valores T-S del Agua Central Nord Atlántica (ACNA).

17,

17,

18,

18,

19,

19,

20,

20,

34, 34, 34, 35, 35, 35, 35, 35,

17,0

17,5

18,0

18,5

19,0

19,5

20,0

20,5

34,0 34, 35,0 35,5 36, 36,5 37,0

SALINIDAD (USP)

TEM

PER

ATU

RA

(º C

)

ACN

A

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V. HIDROGRAFÍA 42

3.- Otras variables físicas

En este apartado se recogen variables que tienen que ver con la propiedades ópticas del medio, como el coeficiente de atenuación de la luz, la transmitancia, el color, la turbidez y la concentración de sólidos en suspensión.

La turbidez se halla relacionada con el material en suspensión, tanto en lo que respecta a la cantidad como a la calidad (tamaño). Dentro del material en suspensión queda englobado el plancton, por lo que en ocasiones turbidez y clorofila se hallan relacionados. La transmitancia también depende fundamentalmente de la concentración y distribución de tamaño del material particulado, pero su medición es diferente a la de la turbidez. El color se determina sobre muestra filtrada y se relaciona con el material disuelto, especialmente el de carácter orgánico. El coeficiente de atenuación de luz difusa se mide mediante sensores de radiación, los cuales, situados a diferentes profundidades, permiten establecer los coeficientes de extinción de la luz en el agua, bien integrados para toda la columna de agua o bien en diferentes capas. La transparencia, normalmente estimada en términos de profundidad de visión del disco de Secchi, da una idea similar al parámetro anterior, por lo que cuando la columna de agua se halla bien mezclada suele existir una relación directa entre ambas variables. En todo caso, se trata de parámetros que engloban a todos los anteriores.

En las campañas de verano de 1997 se estimó la profundidad de visión del disco de Secchi. A partir de ella se puede estimar k (coeficiente de atenuación de la luz difusa en el agua) como: K = 1,5 / Prof. Secchi Los datos medios y los rangos de algunas de estas variables, obtenidos en los trabajos antes mencionados, se exponen a continuación:

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V. HIDROGRAFÍA 43

VERANO 1992

INVIERNO 1993

INVIERNO 1996

VERANO 1997

PROF. DISCO SECCHI

Rango (m) 5,5-20 7-12 11,5-14 8-10,5

TURBIDEZ

Media (NTU) 0,18 0,64 0,4 -

Rango (NTU 0,08-0,27 0,4-0,9 0,23-0,5 -

SÓLIDOS SUSPENSIÓN

Media (mg.l-1) - - 5,44 -

Rango (mg.l-1) - - 2,84-10,45 -

La penetración de la luz, expresada en términos de profundidad de visión del disco de Secchi (cuanto menor sea ésta menor penetración de la luz), es mayor en las estaciones más lejanas a la costa, excepto en algunos casos que mayoritariamente corresponden a niveles próximos a la superficie, donde efectos como ángulo de inclinación del sol, brillos, sombra, etc., restan precisión a las medidas. En el verano de 1992 (AZTI et al., 1993) las menores transparencias se registraron en las estaciones próximas a la desembocadura del Urola, como consecuencia de la mayor carga de sólidos en suspensión y turbidez de las aguas estuárico-fluviales. En la campaña de verano de 1997 apenas se han registrado diferencias entre estaciones, pudiéndose considerar los valores obtenidos como intermedios entre aguas claramente afectadas por aportes estuárico-fluviales y aguas de carácter propiamente marino. Los valores obtenidos se hallan dentro de los rangos obtenidos en otros trabajos en la misma zona (AZTI et al., 1993; BORJA y VALENCIA, 1994), en el área costera guipuzcoana (FLOS, 1982) y en el conjunto de la zona litoral del País Vasco (BORJA et al., 1998).

En general, con muy pocas excepciones, la distribución de la turbidez y de los sólidos

en la zona de Zumaia responde a la idea de dilución con la distancia a la costa y con la profundidad, lo que equivaldría a decir que está inversamente correlacionada con la salinidad y, por tanto, que la mayoría de la turbidez tiene un origen no marino, a través de los ríos. Las excepciones más notables a lo anterior se dan en algunas de las muestras próximas al fondo en las que se observa un incremento respecto al valor registrado en la muestra inmediatamente superior.

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V. HIDROGRAFÍA 44

No es frecuente encontrar datos de turbidez en la literatura oceanográfica y los que se encuentran deben ser utilizados con precaución a la hora de establecer comparaciones, ya que hay que tener en cuenta aspectos como distancia a la costa, fondo de la estación y, más concretamente, datos acompañantes como salinidad, clorofila, sólidos, etc., que ayuden a encuadrar los datos y a relativizar los valores. RIOS et al. (1987) señalan datos comparables a los obtenidos en este estudio en verano para la zona de Zumaia, pero que son muy inferiores a los invernales. Para el conjunto de las variables que dan una idea de las propiedades ópticas del agua, en la zona de estudio los valores indican una situación de transición entre las zonas propiamente marinas, con aguas generalmente “limpias” y transparentes, y las aguas típicamente estuáricas, más turbias, menos transparentes y generalmente con elevadas cargas de sólidos en suspensión. En general, en el área de estudio los valores que toman estas variables no suponen un problema desde el punto de vista de la calidad del agua. 4.- Oxígeno disuelto Los datos de concentración de oxígeno disuelto (OD) y porcentaje de saturación (% SAT), para la zona y por profundidades, se recogen en la tabla siguiente (entre paréntesis la desviación estándar):

INVIERNO VERANO PROFUNDIDAD

(m) O.D. (ml.l-1) % SAT

PROFUNDIDAD (m) O.D. (ml.l-1) % SAT

0 - 3 4 - 6 7 - 10 11 - 15 16 - 20 21 - 30 31 - 40

5,23 (0,12) 5,27 (0,13) 5,40 (0,06) 5,47 (0,25) 5,33 (0,22) 5,17 (0,15) 5,03 (0,03)

86 87 88 90 89 86 84

0 3 - 5

11 - 15 21 - 30 31 - 40 41 - 50

65

5,80 (0,16) 5,83 (0,09) 5,84 (0,20) 5,83 (0,11) 5,88 (0,28) 6,01 (0,31) 5,24 (0,11)

113 (3,5) 112 (2,1) 112 (3,7) 111 (2,2) 107 (3,5) 109 (4,7) 89 (2,6)

En términos de concentración absoluta, abundan en el área los máximos

subsuperficiales, que se localizan a diferentes profundidades dependiendo de las estaciones. Los mínimos se sitúan en las muestras tomadas a mayor profundidad.

Si se consideran los porcentajes de saturación, lo que relativiza las concentraciones en función de la temperatura y salinidad registradas en cada nivel, se homogeneizan notablemente los valores para cada profundidad, especialmente en las capas superiores. Los

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máximos se “desplazan” hacia la superficie con respecto a lo comentado para las concentraciones. Los porcentajes de saturación son altos en verano y denotan sobresaturación en toda la columna de agua salvo en los niveles de 65 m. Los valores medios para cada profundidad presentados en la tabla anterior, tanto en valor absoluto como en porcentaje de saturación, resultan similares a los citados en zonas próximas para fechas similares (FLOS et al., 1979; VALENCIA et al., 1989) y también a los citados en otras zonas del Cantábrico (RIOS et al., 1987), con la salvedad, en ambos casos, de la profundización del nivel de sobresaturación hasta los 50 metros, que resulta un caso menos frecuente. En la campaña de estudio los porcentajes detectados en superficie presentan una media de 105%, con un mínimo de 100,4% (estación 2) y un máximo de 112,4% (estación 3). Considerando los datos de todas las profundidades los valores se sitúan entre 85,2% (estación 3 a 28 m de profundidad) y 112,4% (estación 3 a 6 m de profundidad), con una media global de 99,8%. Los valores, por lo tanto, son muy similares a los presentados en la tabla anterior. La distribución de los porcentajes de saturación con respecto a la profundidad se presenta en la Figura 8. Se aprecia una tendencia global de descenso de los porcentajes de saturación con la profundidad, si bien en los primeros metros de la columna de agua (0-10 m) la pauta es la opuesta. En situaciones de invierno o de primavera incipiente la distribución vertical de la concentración de oxígeno disuelto presenta habitualmente una tendencia decreciente con el incremento de la profundidad y la salinidad, ya que en la época invernal predominan los procesos de remineralización de materia orgánica, tanto autóctona como alóctona, sobre los procesos de fotosíntesis, especialmente en los niveles oligofóticos. Esta tendencia decreciente se vería parcialmente compensada en los niveles subsuperficiales por la aparición de capas en las que se da un desarrollo fitoplanctónico incipiente. En esta época, la mayoría de los valores del porcentaje de saturación se encuentran entre el 84% y el 92%. En primavera y verano, con el establecimiento de la termoclina y el incremento de la biomasa y producción fitoplanctónicas en los niveles superiores (especialmente durante el bloom de primavera), el oxígeno desprendido en la fotosíntesis contribuye a una mayor oxigenación de dichas capas. Por debajo de la termoclina, sin embargo, la producción es muy baja, dominando los procesos de respiración, lo cual, unido a las menores tasas de difusión del oxígeno hacia el fondo por la barrera que constituye la termoclina, produce porcentajes de saturación inferiores a los de superficie. En cualquier caso, en ningún caso se han registrado situaciones de hipoxia moderada o severa.

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5.- Nutrientes disueltos

Los datos de nutrientes y las relaciones nitrógeno/fósforo se recogen en la tabla siguiente (los datos se dan en µmol·l-1):

NUTRIENTE VERANO 1992

INVIERNO 1993

INVIERNO 1996

VERANO 1997

Amonio Media Rango

0,84 0,40-2,82

1,2 0,5-3,7

0,89 0,5-2

1,02 0,21-2,32

Nitrito Media Rango

0,15 0,06-0,30

0,12 0,02-0,32

0,05 0,01-0,14

0,14 0,05-0,67

Nitrato Media Rango

0,20 0,12-0,28

6 4-11

3,66 2,77-4,25

0,88 0,50-2,01

NID Media Rango

0,83-3,30

5,5-13,5

4,6 3,35-6,23

2,04 0,91-4,9

Fosfato Media Rango

0,08 0,04-0,18

0,33 0,25-0,4

0,17 0,1-0,24

0,11 0,06-0,28

Silicato Media Rango

1,15 0,5-4,25

3 2-5,1

1,62 1,51-1,82

0,88 0,50-2,70

N Total Media Rango

13 4,5-88

16 12-23

16,6 10,7-25,2

- -

P Total Media Rango

0,81 0,27-2,98

0,8 0,6-0,9

0,3 0,21-0,43

- -

N/P Media Rango

24 11,3-41,7

21 18-27

28,3 18,7-42,5

- -

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V. HIDROGRAFÍA 47

- Amonio El amonio es una forma relativamente inestable del ciclo del nitrógeno. El gran número de fuentes y de sumideros de amonio, así como la gran cantidad de procesos químicos en los que interviene, hacen que sus niveles de concentración y, también, su patrón de distribución sean altamente variables y complejos. Procesos como aportes fluviales, mezcla, difusión, utilización por el fitoplancton, excreción, remineralización, etc., actuando combinadamente, hacen que la distribución de amonio sea compleja incluso en situaciones bien establecidas como la homogeneización o estratificación de las aguas. En períodos de estratificación puede ser la forma mayoritaria del N.I.D. en las aguas superficiales. Esta situación es habitual en las aguas costeras, en las que la concentración de amonio puede superar muy ampliamente a la de nitrato que, normalmente y en aguas subsuperficiales, es la forma más abundante del N.I.D.

Por el contrario, en épocas de homogeneización invernal, y en ausencia de utilización de nutrientes por el fitoplancton, la concentración de amonio raramente excede a la de nitrato excepto en zonas de baja salinidad, en las que los aportes externos de amonio pueden ser comparables o incluso superiores a los de nitrato. En estas áreas la distribución de las concentraciones de amonio presenta un patrón de dilución con la salinidad, aunque no son descartables zonas o niveles de acumulación por procesos de remineralización de materia nitrogenada. VALENCIA (1992) obtiene un valor medio de concentración de amonio próximo a 1 µmol·l-1 para un período de 5 años en una estación situada a 6 millas al norte de San Sebastián. A pesar del carácter poco costero de dicha estación, también se observan grandes variaciones en la concentración de amonio y una distribución irregular de las mismas. Igualmente, la mayoría de los máximos se localizan en superficie, asociados a bajas salinidades. Por otra parte, RIOS et al. (1987) presentan muy pocos valores de concentración de amonio superiores o próximos a 1 µmol·l-1, frente a un gran número de valores mucho menores, aunque ninguno de ellos se halla asociado a bajas salinidades. En la campaña realizada en verano de 1997 los valores de amonio se hallan comprendidos entre 0,21 µmol·l-1 y 2,32 µmol·l-1, con una media de 1,02 µmol·l-1. Tales valores, tanto el rango como la media, se hallan en consonancia con los encontrados en otros trabajos en la misma zona, pudiéndose establecer que en la zona de estudio las concentraciones de amonio se suelen hallar comprendidas entre 0,2 µmol·l-1 y 3 µmol·l-1, con una media en torno a 1 µmol·l-1. La contribución media de amonio al N.I.D. total es del 47% y varía, en función de la estación y la profundidad, entre el 15 y el 75%.

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El valor más elevado se registra en la estación 8 en superficie. En las capas superficiales se aprecia un descenso de las concentraciones hacia la zona más marina, con la excepción de la estación 8, que presenta una concentración superior a la estación 7.

Por otra parte, salvo en la estación 5, en el resto la concentración máxima se registra en superficie. Los mínimos aparecen bien en los niveles subsuperficiales o bien en las capas más profundas de cada estación, si bien debido a la distinta profundidad entre estaciones los niveles subsuperficiales en unas corresponden a las capas más profundas en otras. Debe destacarse que en varias estaciones se detecta un pico a profundidades intermedias (en las estaciones 2, 3 y 5 a 10 m de profundidad y en la estación 6 a 20 m). Considerando todos los valores medidos con respecto a las correspondientes profundidades (Figura 10), se puede apreciar una gran variabilidad para cada uno de los niveles considerados, con una tendencia global decreciente desde la superficie hasta el fondo aunque en el nivel de 10 m de profundidad aparecen algunos valores relativamente altos. La mencionada profundidad corresponde, como se ha visto anteriormente, a la zona en la que los gradientes de temperatura, salinidad y clorofila se suavizan, marcando, por lo tanto, la diferencia entre las capas superficiales y las “profundas”.

La distribución del amonio es la resultante, por lo tanto, de diversos procesos, tanto de

índole físico-química como biológica. Entre los primeros destaca la presencia de aguas con mayor influencia estuárico-fluvial en superficie, lo cual explica las mayores concentraciones en dicho nivel. Entre los segundos cabe citar al consumo de nutrientes por el fitoplancton; el mínimo de clorofila en el eje vertical se detecta globalmente entre 10 y 15 m de profundidad, lo cual puede explicar, al menos parte, el “pico” de amonio a 10 m de profundidad. - Nitrito El nitrito es también una forma intermedia, y muy inestable, del ciclo del nitrógeno en el mar. Respecto a las concentraciones habituales de amonio y nitrato, la concentración de nitrito aporta relativamente poco a la suma total definida anteriormente como N.I.D., siendo en la mayoría de los casos la forma minoritaria del Nitrógeno Inorgánico Disuelto. Casos excepcionales, en los que la aportación del nitrito al N.I.D. es importante, se asocian a épocas y zonas en las que la utilización de nutrientes agota prácticamente los nitratos y el amonio, reduciendo sus concentraciones hasta niveles similares o inferiores a los habituales de nitrito, aunque, a veces, el nitrito también desaparece totalmente. Desde un punto de vista temporal, máximos relativos de concentración de nitrito suelen asociarse a aportes externos, normalmente coincidentes con máximos en la concentración de otros nutrientes, y, también, a las primeras etapas de decaimiento de las poblaciones fitoplanctónicas. Por otra parte, desde un punto de vista espacial o local, los

05

101520253035

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5

05

101520253035

0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8

05

101520253035

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5

05

101520253035

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0

05

101520253035

0,00 0,05 0,10 0,15 0,20 0,25 0,30

05

101520253035

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0

Figura 10. Distribución de los nutrientes disueltos con respecto a la profundidad.Se han incluido los datos de todas las estaciones y profundidades de muestreo.

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máximos relativos de nitrito en una columna de agua en un momento dado, es decir, en un muestreo de una estación, se deben igualmente a aportes externos, localizados en la zona superficial, decaimiento de fitoplancton, generalmente en las proximidades de la termoclina o picnoclina y, también metabolismo muy activo del zooplancton en épocas de crecimiento rápido del fitoplancton. Este máximo subsuperficial no siempre se localiza en las inmediaciones del máximo de clorofila, debido a la capacidad migratoria del zooplancton. Los valores de concentración de nitrito estival en el área obtenidos en diversos trabajos, si bien no pueden considerarse como especialmente elevados para zonas costeras, sí lo serían para la época de verano en la que, precisamente, suelen darse los valores mínimos, tanto en superficie como, en muchos casos, a lo largo de toda la columna de agua. Para estos meses son habituales valores similares o inferiores a los mínimos obtenidos (FLOS et al., 1979; ARIAS et al., 1980) aunque algunos máximos subsuperficiales pueden superar los valores más altos de la zona de Zumaia (RIOS et al., 1987; VALENCIA et al., 1989; VALENCIA, 1992).

Las concentraciones de nitrito obtenidas en invierno son, en general, bajas, comparables o inferiores a las citadas en la zona en otros estudios (FLOS et al., 1979; ARIAS et al., 1980; VALENCIA et al., 1989). Sólo algunos valores de superficie superan el valor medio de concentración de nitrito obtenido por VALENCIA (1993) en una serie de 5 años (1986-1990) en la costa vasca frente a San Sebastián, que se sitúa en 0,17 µmol·l-1. Valores medios de concentración de nitrito en los 40 primeros metros de la columna de agua próximos a 0,20 µmol·l-1 son habituales en otras zonas costeras del Cantábrico (FRAGA et al., 1985; RIOS et al., 1987) durante la transición de invierno a primavera.

En la campaña de verano de 1997 el valor mínimo de nitrito, 0,05 µmol·l-1, se detectó

en las estaciones 3, 8 (en ambas a 5 m de profundidad) y 9 (en superficie y a 10 m de profundidad). El máximo, 0,67 µmol·l-1, se registró en la estación 1 en superficie. El valor medio, considerando todas las estaciones y niveles de muestreo, es de 0,14 µmol·l-1. Comparando las concentraciones detectadas con las obtenidas en otros trabajos se aprecia que la media es muy similar a la de verano de 1992 y superior a las de invierno de 1993 y 1996. El valor máximo supera los máximos encontrados en otros trabajos. La contribución media del nitrito al N.I.D. es del 6,5%, variando entre 2,8 y 13,7%. Se trata, por lo tanto, en términos cuantitativos, de la forma nitrogenada menos importante.

En superficie se registran dos gradientes espaciales; por una parte, las concentraciones

descienden hacia mar abierto; por otra, se aprecia un incremento de los valores hacia el oeste. Por lo tanto, el máximo superficial se da en la estación 1, mientras que el mínimo se registra en la estación 9.

En cuanto a la distribución del nitrito con respecto a la profundidad, cabe señalar, por

una parte, que en superficie se registra una gran variabilidad entre estaciones (Figura 10),

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mientras que en capas inferiores ésta se reduce considerablemente; así, tanto a 5 m como a 10 m de profundidad las concentraciones varían entre 0,05 y 0,1 µmol·l-1. Desde aquí hasta los niveles más profundos las concentraciones muestran tendencia a incrementarse. Esta distribución del nitrito es el reflejo, por una parte, de la presencia de aguas más enriquecidas en nutrientes, por influencia fluvial, en superficie, mientras que hacia el fondo se relaciona con procesos ocurridos in situ, especialmente con el consumo de nutrientes por el fitoplancton, que es más acusado en las capas superiores de la columna de agua. - Nitrato El nitrato es la forma más estable del N.I.D. en el mar, siendo también la mayoritaria habitualmente. Sin embargo, debido a su utilización por el fitoplancton, la concentración de nitrato puede reducirse hasta valores prácticamente nulos, de modo que su aportación al total del N.I.D. resulte equivalente o similar a la del nitrito y, en determinadas circunstancias, notablemente inferior a la del amonio. El patrón de distribución de nitrato en la columna de agua es, generalmente, más regular que el señalado para amonio y nitrito. En épocas de homogeneización, su concentración es prácticamente constante a lo largo de la capa de agua de mezcla. Cuando se establece la situación de estratificación se genera un fuerte gradiente de la concentración de nitrato con la profundidad, ya que mientras en las capas superficiales disminuye, en las subsuperficiales aumenta respecto a la observada en el período de homogeneización precedente. Del mismo modo que la profundidad de homogeneización invernal puede variar en función de la situación geográfica y las condiciones meteorológicas, lo que influye notablemente en la concentración de nitrato resultante, llegando hasta el fondo en las zonas someras, la profundidad a la que se da la transición de valores bajos a valores altos de nitrato, denominada frecuentemente nitraclina por analogía con termoclina, es también variable, pudiendo, igualmente, alcanzar el fondo en zonas someras. Habitualmente se asocia la nitraclina a la termoclina, pero es más correcto asociar la nitraclina al nivel de compensación, que es aquella profundidad en la que los procesos de fotosíntesis están en equilibrio con los procesos de remineralización. Este nivel no tiene por qué coincidir exactamente con la termoclina y puede fluctuar más rápida y ampliamente que ésta. Los valores de concentración de nitrato en la zona de Zumaia detectados en diversos trabajos son bajos en todos los puntos muestreados y su distribución no responde a un patrón concreto (dilución, estratificación) de una forma significativa. En el mes de julio son frecuentes concentraciones próximas a cero en las aguas superficiales o en los primeros

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metros de la columna de agua; también abundan las concentraciones superiores a las máximas obtenidas en este estudio a partir de profundidades de 10 ó 30 metros según los casos (FLOS et al., 1979; ARIAS et al., 1980).

Concentraciones de nitrato próximas a 5 µmol·l-1 se registran frecuentemente en áreas costeras durante el período de homogeneidad invernal (ARIAS et al., 1980), sobre todo cuando los niveles de clorofila son todavía bajos (inferiores a 1 µg·l-1) en las profundidades consideradas (FLOS et al., 1979; FRAGA et al., 1985; RIOS et al., 1987; VALENCIA et al., 1989; VALENCIA, 1993). Por encima de estas profundidades (20-40 metros) la concentración de nitrato puede variar ampliamente y con relativa rapidez, reduciéndose, con el consiguiente aumento de la concentración de clorofila, debido al crecimiento del fitoplancton o aumentando por aportes a través de los ríos.

En la campaña de verano de 1997 los valores de nitrato variaron entre 0,5 µmol·l-1

(medidos en la estación 8 a 10 m de profundidad) y 2,01 µmol·l-1 (en la estación 1 en superficie), con una media de 0,88 µmol·l-1. Por comparación con los valores detectados en otros estudios en la misma zona se observa que las concentraciones invernales suelen ser claramente superiores a las estivales; así, incluso los mínimos de invierno superan los máximos de verano. La contribución media del nitrato al N.I.D. total es del 46%, muy similar a la del amonio.

Como en el caso del nitrito, la distribución del nitrato en el eje horizontal, en

superficie, permite establecer dos gradientes de variabilidad: el gradiente costa-mar abierto (mayores concentraciones hacia la costa) y el gradiente ete-oeste (mayores concentraciones hacia el oeste).

En cuanto a la distribución del nitrato con respecto a la profundidad, ésta es bastante

similar a la del nitrito: en superficie se registra una gran variabilidad entre estaciones (Figura 10), mientras que en capas inferiores ésta se reduce considerablemente; así, a 5 m de profundidad las concentraciones varían entre 0,58 y 0,74 µmol·l-1 y a 10 m de profundidad entre 0,50 y 0,76 µmol·l-1. Desde aquí hasta los niveles más profundos las concentraciones muestran tendencia a incrementarse (media de 0,93 µmol·l-1 y 1,31 µmol·l-1 a 20 m y a 30 m de profundidad, respectivamente). Esta distribución del nitrato es, al igual que lo comentado para el nitrito, debida a procesos físico-químicos (influencia fluvial en superficie) y biológicos (consumo de nutrientes por el fitoplancton, sobre todo en las capas superiores).

Cabe señalar que la contribución relativa del nitrato al N.I.D. total muestra cierta

tendencia a incrementarse con la profundidad, a diferencia de lo que ocurre con el amonio, con una mayor contribución hacia las capas superiores. Esto es un reflejo de las condiciones habituales de la columna de agua en verano: predominio de la remineralización de la materia (producida en gran medida en primavera) en las capas superiores y menor incidencia de los procesos biológicos hacia el fondo.

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V. HIDROGRAFÍA 53

- Fosfato Junto al nitrógeno, el fósforo es otro de los nutrientes de mayor importancia en el desarrollo de la vida en el mar. El fósforo inorgánico se encuentra en el mar principalmente como ortofosfato. El ciclo del fósforo en el mar es relativamente más sencillo que el ciclo del nitrógeno, aunque presenta varios procesos y compartimentos comunes. Frente a la gran variedad de estados de oxidación que presenta el nitrógeno, el fósforo siempre aparece como pentavalente (fosfato, polifosfatos, ésteres fosfóricos, etc,.) lo que le hace independiente de la mayoría de los procesos de oxidación-reducción. Por el contrario, el fosfato puede formar compuestos insolubles, principalmente con el hierro férrico, lo que hace que su ciclo en la fase particulada y en los sedimentos sea más complejo. A pesar de las diferencias que presentan el nitrógeno y el fósforo en los procesos de asimilación o fotosíntesis y respiración o remineralización, la distribución de fosfato y de nitrato, sobre todo cuando el nitrato es la forma mayoritaria del N.I.D., obedece a patrones similares y, frecuentemente, las isolíneas que se utilizan en la representación de la distribución de estos dos parámetros llegan a ser redundantes -excepto en los valores numéricos- por su gran similitud. Las concentraciones máximas habituales de fosfato en aguas oceánicas superficiales y subsuperficiales, hasta la profundidad media de la capa de mezcla, rara vez alcanzan el valor de 1 µmol·l-1, como puede comprobarse en la mayoría de los manuales de oceanografía (SVERDRUP et al., 1942; GRASSHOFF, 1983,; etc.). Esto puede hacerse extensivo a las aguas neríticas y costeras cantábricas en ausencia de aportes externos de importancia (FLOS et al., 1979; ARIAS et al., 1980; RIOS et al., 1987; VALENCIA et al., 1989). Por el contrario, las concentraciones mínimas pueden llegar a ser prácticamente nulas en niveles y épocas en las que se da una fuerte utilización de fosfato por el fitoplancton. Las concentraciones de fosfato detectadas en verano de 1997 varían entre 0,06 µmol· l-1 (estaciones 7, 8 y 9 a 5 y 10 m de profundidad) y 0,28 µmol·l-1 (estación 1 en superficie). La media de todos los valores es 0,11 µmol·l-1. Como en el caso del nitrato, las concentraciones detectadas en el área de estudio en los meses de verano son inferiores a las de invierno, lo cual se debe al consumo por el fitoplancton durante la primavera. La distribución espacial, tanto horizontal como vertical, de este nutriente es muy similar a la comentada para nitrito y nitrato, con los mismos gradientes costa-mar abierto, este-oeste y superficie-fondo. Por lo tanto, los procesos implicados en esta distribución deben ser los ya comentados.

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V. HIDROGRAFÍA 54

Una herramienta ampliamente utilizada en el estudio del comportamiento conjunto de nitrato y fosfato es la relación numérica de sus concentraciones, es decir la relación nitrógeno:fósforo o N/P. REDFIELD et al. (1963) basándose en trabajos propios y otros anteriores establecieron que en el fitoplancton marino la relación de átomos de nitrógeno a átomos de fósforo es de 16:1. Esta relación, que se ha convertido en clásica, ya que ha sido ampliamente confirmada por numerosos estudios posteriores sobre la composición elemental del fitoplancton y la estequiometría de la producción de biomasa en el mar, se ha utilizado con frecuencia para definir qué nutriente puede ser el limitante de la producción primaria, ya que si nitrógeno y fósforo son asimilados en dicha proporción, cuando la relación en la que se encuentran en el mar sea mayor de 16 el limitante será el fósforo, mientras que el nitrógeno lo sería en el caso contrario. Teniendo en cuenta que las formas más habitualmente analizadas y controladas de nitrógeno y fósforo son el nitrato (o nitrato + nitrito, ya que el método de análisis proporciona la suma de ambos) y el fosfato, es práctica habitual asimilar la relación nitrógeno:fósforo a la relación nitrato:fosfato así obtenida. Esto, que puede suponer una buena aproximación cuando los niveles de concentración de nitrato son altos y representan la mayor parte del N.I.D. puede dar lugar a interpretaciones erróneas cuando, por estar el nitrato prácticamente agotado o en bajas concentraciones, o por existir aportes complementarios de otras formas de nitrógeno utilizable, el nitrato no supone ya la mayor parte del N.I.D. (SANDER y MOORE, 1978). Por esto, a la hora de enfocar estos aspectos, es preferible, si se dispone de los datos suficientes, utilizar la relación N.I.D./P. BUTLER y TIBBITTS (1972) señalan variaciones de la relación N/P entre 9 y 110 para un estuario y la zona costera próxima. Valores inferiores a 9 pueden calcularse a partir de los datos de numerosos autores para las aguas superficiales y subsuperficiales (WILLIAMS, 1967). En la campaña de verano de 1997 la relación N.I.D./P varía entre 13,6 y 29,2, con una media de 17,8. Se trata, por lo tanto, de una relación bastante equilibrada, ya que el cociente N/P presenta cierta variabilidad, pudiéndose considerar que valores entre 10 y 20 suponen proporciones balanceadas. - Silicato El silicio puede considerarse, junto con el nitrógeno y el fósforo, un elemento traza esencial como nutriente en el mar, ya que numerosos organismos del plancton, especialmente las diatomeas y los silicoflagelados, lo necesitan para construir sus estructuras. Teniendo en cuenta las concentraciones habituales de silicio en el agua de mar, éste podría ser, en algún caso, el elemento limitante del desarrollo de algunas especies.

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V. HIDROGRAFÍA 55

El silicio se encuentra disuelto en el mar en forma de silicato o, mejor, de sílice hidratada y como tal se determina en la fase disuelta. Teniendo en cuenta que algunas formas de sílice no disueltas pueden dar reacción positiva en el análisis utilizado, normalmente se asimila sílice reactiva a silicato. El silicato es en verano el nutriente cuya distribución mejor se adapta a un patrón combinado de dilución en superficie y estratificación con concentración creciente.

En la zona de estudio la concentración de silicato detectada en invierno registradas en diversos trabajos, entre 1 y 5 µmol·l-1 aproximadamente, resulta similar a la habitual en zonas próximas a las desembocaduras de los ríos, sobre todo si se tienen en cuenta las salinidades correspondientes. Dichas concentraciones pueden considerarse normales para la época y las características de la zona estudiada, aunque estarían entre las más elevadas de las citadas en época de homogeneidad invernal (ARIAS et al., 1980; VALENCIA et al., 1989; VALENCIA, 1993).

En la campaña de verano de 1997 las concentraciones de silicato varían entre 0,5

µmol·l-1 (estaciones 5, 6 y 9 a 5-10 m de profundidad) y 2,7 µmol·l-1 (estación 1 en superficie). La media global es de 0,88 µmol·l-1. Estos valores, tanto el máximo como la media, son ligeramente inferiores a los detectados en verano de 1992 (AZTI et al., 1993).

La distribución espacial del silicato es bastante similar a las comentadas para el nitrito,

nitrato y fosfato. Utilizando, como se ha hecho para el nitrógeno y el fósforo, las relaciones teóricas

para el plancton (REDFIELD et al.,1963), se puede establecer como referencia un cociente nitrógeno:silicato de 1:1. Los valores obtenidos en verano de 1997 varían entre 1,2 y 5,1, con una media de 2,4. Se trata, por lo tanto, de valores indicativos de déficit relativo de silicato. Esto, sin embargo, no indicaría una limitación del crecimiento fitoplanctónico total, sino que afectaría a aquellos grupos que contienen silicio como elemento fundamental en sus estructuras (diatomeas y silicoflagelados).

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VI.- CALIDAD DEL MEDIO 1.- Consideraciones generales Para la realización de este apartado nos hemos basado en los muestreos específicos que se hicieron para caracterizar la zona así como en estudios realizados por AZTI en el área en tiempos recientes. De esta manera, los trabajos de AZTI et al. (1993), BORJA y VALENCIA (1994) y FRANCO et al. (1996), cubren razonablemente bien el área entre Motriko y Zumaia, en períodos de tiempo diferenciados, tanto en invierno como en verano. Además, la existencia desde 1994 de la Red de Calidad de Aguas Litorales del Departamento de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente, que tiene sendos puntos de muestreo frente al Urola y al Deba, permite disponer de un punto de comparación de la evolución de la contaminación en el área. Normalmente los estudios realizados se centran en la contaminación en sedimentos y moluscos (metales pesados y compuestos orgánicos, fundamentalmente), siendo menos los que incluyen la caracterización de las aguas. Esto es así ya que los dos primeros medios se considera que actúan de integradores de la contaminación para períodos largos, lo que evita los cambios rápidos que se dan en un medio cambiante como es el agua. Es sabido que los vectores principales de contaminación en el área provienen de los dos ríos principales, Deba y Urola, aunque también la regata que baja del alto de Itziar aporta un pequeño caudal contaminante que procede del polígono industrial. Por otro lado, al conocer que estaba previsto que se instalara una depuradora de aguas residuales y se hiciera un vertido al este de Deba, nos llevó a proponer dentro de este proyecto la realización de un estudio de dispersión de la contaminación que nos ayudara a comprender no sólo cuál iba a ser la influencia de este vertido en el área, sino también cuál es la hidrodinámica general de la zona. Para ello se utilizaron los datos obtenidos por el correntímetro emplazado en el lugar. 2.- Contaminación en el área 2.1. - Contaminantes en moluscos 2.1.1.- Bacteriología La bacteriología en moluscos es prácticamente el único parámetro que tiene en cuenta la Directiva Europea 79/923/CEE para determinar la calidad que debe tener una zona para ser considerada apta para el cultivo de moluscos y el marisqueo. Dicha directiva clasifica las

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 58

zonas en cuatro tipos: zonas tipo A (< 300 colif.fec.100 ml-1), en las que se puede mariscar o cultivar; zonas tipo B (al menos 90% muestras tienen < 6.000 colif.fec.100 ml-1), se debe depurar; zonas tipo C (< 60.000 colif.fec.100 ml-1), para su comercialización el marisco debe estar un tiempo en zonas A; y zonas tipo D (> 60.000 colif.fec.100 ml-1), no se puede mariscar o cultivar. Las concentraciones de bacterias en los moluscos recogidos en la zona (FRANCO et al., 1996) indican que sólo al oeste del Deba y en su desembocadura se dan condiciones de tipo A (aptas para el cultivo). En la zona interior del estuario la calificación es C y en la punta situada al este la calificación es B.. Otros datos de la zona son los correspondientes a la "Red de vigilancia y control de la calidad de las aguas litorales de la CAPV" (BORJA et al., 1996a) y se refieren a la desembocadura del Deba y del Urola. La evolución de la calificación sugiere que las condiciones han mejorado en los últimos meses. Sin embargo, no debe olvidarse que en áreas estuáricas y costeras se registra una notable variabilidad a escalas temporales cortas que puede enmascarar las tendencias a largo plazo. Una referencia que puede considerarse válida para la estación interior es el trabajo "La calidad de las aguas para cultivo de moluscos en el País Vasco, seis años de seguimiento (1990-1995)" (BORJA et al., 1996c). En este trabajo se presentan las concentraciones de diversos contaminantes en moluscos recogidos en varias rías del País Vasco. Los valores obtenidos en la zona de Algorri son de igual rango que los registrados en el estudio mencionado. En general, las concentraciones de bacterias en los estuarios del País Vasco son bastante altas. La causa general de esta elevada contaminación bacteriológica en moluscos reside en la ausencia de depuración de las aguas residuales urbanas y en la abundancia de vertidos de origen diverso a lo largo de los cauces fluviales y estuarios (BORJA y VALENCIA, 1993).

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2.1.2.- Metales pesados Los moluscos estudiados por AZTI et al. (1993) y FRANCO et al. (1996) fueron mejillones (Mytilus edulis). Los puntos muestreados abarcan desde Motriko a Zumaia e incluyen Deba y Punta Endata, en Algorri. • La concentración más elevada de Zinc (271 mg.kgPF-1) se registra en Zumaia, aunque también es alta la existente en Punta Endata (202 mg.kgPF-1), mientras que la más baja aparece en la desembocadura (48,1 mg.kgPF-1); el valor medio es de 161,18 mg.kgPF-1. La contaminación por este metal es ligera en Zumaia y Punta Endata. Globalmente, se puede considerar que no existe contaminación por este metal. • En el caso del Cadmio la estación que presenta una mayor concentración es Punta Aitzuri (1,23 mg.kgPF-1), mientras que los mínimos, por debajo del límite de detección (0,05 mg.kgPF-1) se dan en la desembocadura. La media es de 0,65 mg.kgPF-1. La contaminación por Cadmio es ligera en conjunto. • La concentración máxima de Mercurio (0,17 mg.kgPF-1) se alcanza en Punta Endata, mientras que la mínima se detecta en la desembocadura, con valores inferiores al límite de detección (0,1 mg.kgPF-1); el valor medio es de 0,11 mg.kgPF-1. La contaminación por Mercurio es ligera. • En cuanto al Níquel, las estaciones que presentan una mayor concentración son, nuevamente, Punta Endata y Zumaia (6,23 y 12,8 mg.kg-1 PF), mientras que en Motriko se detecta el valor más bajo (2,25 mg.kgPF-1). Globalmente la contaminación por Níquel en los moluscos es de grado medio. • En el caso del Cromo, el máximo de concentración aparece en Punta Aitzuri (1,4 mg.kgPF-1), mientras que el mínimo se registra en la desembocadura (0,7 mg.kgPF-1) y en Zumaia (trazas), con una concentración media para todas las estaciones de 0,94 mg.kgPF-1. En conjunto, los moluscos analizados en el área de estudio presentan contaminación media por Cromo.

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• La concentración más elevada de Cobre (8,3 mg.kgPF-1) se registra en Zumaia, mientras que la más baja aparece en Motriko (3,06 mg.kgPF-1), lo cual supone ausencia de contaminación en el conjunto. • El Plomo presenta un máximo de 7,69 mg.kgPF-1, que se alcanza en Punta Aitzuri, y mínimo de trazas en Zumaia. Globalmente la contaminación por Plomo es media. • Finalmente, el Arsénico presenta un máximo de 2,3 mg.kgPF-1, que se alcanza en Punta Endata, y un mínimo de 0,47 mg.kgPF-1 en la desembocadura del Deba. La contaminación global ligera. Se debe señalar que Motriko y la desembocadura del Deba están ligeramente contaminadas por metales en moluscos, mientras que Punta Aitzuri, Punta Endata y Zumaia están contaminadas. En la Tabla 4 se presentan las medias encontradas en la zona, las medias obtenidas por BORJA et al. (1996c) durante cinco años de seguimiento en diversas rías del País Vasco, los valores contemplados en la legislación de diversos países (recopilados por NAUEN, 1983) y los límites de calidad propuestos por BORJA et al. (1996c). TABLA 4: Comparación de los valores medios de los metales pesados en los moluscos examinados en

Algorri con los obtenidos por BORJA et al. (1996c) en varios estuarios del País Vasco. Se ofrecen los valores contemplados en la legislación de diversos países (NAUEN, 1983) y los valores de referencia propuestos como objetivo de calidad por BORJA et al. (1996c).

METAL Estuarios País Vasco Límites Obj. calidad Algorri

Zinc (Zn) 218 1000 200 98,9

Cadmio (Cd) 0,6 1 0,4 0,8

Mercurio (Hg) 0,09 1 0,25 0,12

Níquel (Ni) 0,7 1,3 0,5 3,6

Cromo (Cr) 0,4 - 0,5 0,9

Cobre (Cu) 4,7 20 8 3,7

Plomo (Pb) 0,8 5 1,5 6,1

Arsénico (As) 0,5 - 1 1,1

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Como se puede observar, los valores medios de Cadmio, Níquel, Cromo, Plomo y Arsénico (aunque ligeramente) registrados en Algorri son superiores a los límites propuestos como objetivos de calidad. En raras ocasiones se superan los límites establecidos en la legislación. El metal que en mayor medida supera dichos límites es el Níquel, que ha resultado ser el metal más problemático en la "Red de vigilancia y control de la calidad de las aguas litorales de la CAPV" (BORJA et al., 1996a) en lo que a moluscos se refiere. En dicho estudio se indica que el estuario del Deba es, en el ámbito del País Vasco, uno de los contaminados por este metal. 2.1.3.- Compuestos organoclorados Como se ha comentado anteriormente, algunas sustancias que pueden llegar a ser contaminantes en el medio tienen una fuente de origen en parte natural y en parte antrópico. Este es el caso de los metales pesados que, en algunos casos, pueden llegar a presentar elevadas concentraciones a causa de la litología de la zona, sin que ello suponga contaminación. Existen otras sustancias que, por el contrario, no aparecen en el medio de forma natural. Este es el caso de los organoclorados, compuestos de síntesis fabricados industrialmente. Se debe destacar que en la zona de Algorri hay un gran número de compuestos que presentan valores inferiores a los límites de detección correspondientes. Así, en 12 de los 19 compuestos analizados no se detectan concentraciones superiores al límite de detección en ninguna estación. El resto de los compuestos presentan concentraciones superiores a dicho límite en sólo una o dos estaciones normalmente. Espacialmente, cuando se aprecian diferencias entre estaciones éstas consisten en concentraciones más elevadas en la estación de la desembocadura del Deba o en la Punta Endata. • En cuanto a los compuestos del DDT y sus congéneres, sólo para el DDD se han observado concentraciones superiores al límite de detección, con el valor máximo en la estación de la desembocadura del Deba.

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• Para HCB, aldrín, dieldrín, T-nonaclor, a-HCH y g-HCH (lindano) todos los valores son inferiores a los límites de detección. • La concentración de PCBs oscila entre valores por debajo del límite de detección y 26,9 µg.kgPF-1, medidos para el CB156 en Punta Aitzuri. En la Tabla 5 se comparan las concentraciones de organoclorados registradas en Algorri con las recogidas en otros estudios realizados en los estuarios y zona costera del País Vasco y con valores de referencia y límites recomendados en otros países. En el caso del trabajo de BORJA et al. (1996b) "Red de vigilancia y control de la calidad de las aguas litorales de la CAPV", se ha tomado el informe del primer semestre de la campaña 95-96, ya que los valores son inferiores a los obtenidos en campañas anteriores. TABLA 5: Comparación de los valores medios de los compuestos organoclorados en los moluscos

examinados en este estudio con los obtenidas por BORJA et al. (1996b) en estuarios y zona costera del País Vasco y por los mismos autores (1996c) en diversas rías del País Vasco. Los valores se refieren a mejillón. Se ofrecen los valores recomendados en diversos países (NAUEN, 1983) y los valores de referencia según ICES y NOAA (O'CONNOR, 1990).

COMPUESTO País Vasco Rías P. Vasco L. rec. Valor ref. Algorri

Σ DDT 5,7 29,2 2000 80 3,8 HCB <0,2 0,9 200 - <0,2 Dieldrín <0,3 - - - <0,3 Aldrín 0,4 - - - <0,2 T-nonaclor 1,3 - - - <0,6 γ-HCH <0,2 2,0 200 12 <0,2 Σ PCB 48,5 53,6 2000 20 59,3 Como se puede observar, los valores registrados en Algorri son inferiores a los obtenidos por BORJA et al. en la zona costera y estuarios del País Vasco (1996b, 1996c). Sólo en el caso de los PCBs se registra un valor ligeramente superior. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que la media en este caso se halla sobreestimada por la gran cantidad de valores inferiores a los límites de detección.

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En cuanto a los niveles recomendados y los valores de referencia, éstos sólo son superados en el caso de los PCBs, pero deben tenerse en cuenta las consideraciones relativas a los límites de detección. Como conclusión general se puede establecer que los valores de compuestos organoclorados en moluscos indican una baja contaminación por tales sustancias, con concentraciones muy inferiores a las recomendadas (NAUEN, 1983) y a las que afectan negativamente a las larvas de moluscos (RAMADE, 1976). 2.2.- Contaminantes en sedimentos 2.2.1.- Metales pesados Los sedimentos, especialmente en estuarios y zonas costeras, actúan como trampa para diversas sustancias. Una vez en el sedimento algunas pueden quedar atrapadas de forma casi definitiva, mientras que otras pueden, bajo determinadas circunstancias, ser liberadas a la columna de agua. Por eso, el análisis de diversas compuestos en los sedimentos ofrece una idea tanto del grado de contaminación acumulada a lo largo del tiempo en un punto determinado como de la potencialidad del sedimento como fuente de contaminación futura. Se debe señalar que las concentraciones de metales pesados en zonas costeras se hallan muy relacionadas con la existencia de vertidos en las cercanías o de aportes de aguas continentales afectados por industrias, núcleos urbanos, etc. Por ello, a la hora de comparar resultados conviene usar referencias de zonas realmente comparables. Así, no sería adecuado comparar los resultados obtenidos en zonas costeras con los de estuarios ya que, como queda reflejado en el trabajo "Red de vigilancia y control de la calidad de las aguas litorales de la CAPV" (BORJA et al., 1996a), para una misma cuenca se dan grandes diferencias entre las estaciones estuáricas y las litorales. Por ello, habida cuenta de la existencia de varios trabajos relacionados con el tema en la zona costera del área de estudio, se ha creído conveniente utilizar tales estudios con fines comparativos. Dichos trabajos son los de RAMOS et al. (1990), LEGORBURU y CANTON (1992), BORJA et al. (1996a) y BORJA et al. (1996b). En el primero de ellos se ofrecen valores medios y rangos de concentraciones en tres estaciones de muestreo, situadas frente a la boca del estuario del Deba, en puntos con profundidades de 10, 20 y 50 m de profundidad

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aproximadamente. El segundo de los estudios citados consideró las mismas estaciones de muestreo pero, habida cuenta que se presentan los datos de cada estación de manera separada, se han tomado los correspondientes a la estación situada a 20 m de profundidad, por ser la más comparable con las estaciones del trabajo aquí expuesto. En el caso de los trabajos de BORJA et al. (1996a y 1996b) la estación de muestreo se sitúa, como se ha indicado anteriormente, en las proximidades de la desembocadura del Deba, a unos 35 m de profundidad. En la Tabla 6 se presentan de forma esquemática los resultados obtenidos en Algorri y los valores registrados en los otros estudios mencionados. TABLA 6: Rangos de concentración (mg.kg PS-1) de metales pesados en sedimentos de Algorri. Se

presentan los resultados de este trabajo y los de otros estudios realizados anteriormente: 1:RAMOS et al., 1990; 2: LEGORBURU y CANTON, 1992; 3: BORJA et al., 1996a; 4: BORJA et al., 1996b. En todos los casos se presentan las medias y, en algunos, los rangos de concentración (entre paréntesis).

METAL ESTUDIO

RAMOS (1) LEGORBURU (2) BORJA (3) BORJA (4) ALGORRI Aluminio (Al) - 30.103 (10.103-110.103) - - 1148-25200

Zinc (Zn) 107 (50-200) 125 (36-220) 173 133 29-307

Cadmio (Cd) 0,44 (0,17-0,77) 0,53 (0,20-2,40) 0,48 0,09 0,05-0,78

Mercurio (Hg) - - 0,71 0,20 <0,05

Níquel (Ni) 1269 (20-5300) 217 (32-5300) 26 15 13,1-103

Cobalto (Co) - - - - 3,2-23,4

Cromo (Cr) 1502 (20-9000) 135 (21-1700) 10 11 <1,5-169

Cobre (Cu) 173 (30-670) 69 (23-670) 18 19 2-117

Hierro (Fe) - 31.103 (10.103-59.103) 26.103 26.103 917-141000

Plomo (Pb) 41 (10-140) 42 (20-140) 31 30 9-51

Estaño (Sn) - - - - 1,7-85,8

Con el objeto de referenciar los resultados obtenidos en Algorri con valores indicativos de toxicidad o considerados elevados, en la Tabla 7 se presentan diversas referencias.

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TABLA 7: Comparación de los rangos de concentración de los metales pesados en los sedimentos

registrados en Algorri con las concentraciones consideradas altas en USA (O'CONNOR, 1990), las de efectos bajos y medios para los organismos por la NOAA (LONG y MORGAN, 1990, en WEBSTER y RIDGWAY, 1994) y las consideradas crónicas por WEBSTER y RIDGWAY (1994) aplicando los tests de equilibrios de partición (EP). Unidades: mg.kgPS-1; las concentraciones crónicas EP corresponden a sedimentos teóricos con 1% de carbono.

METAL Altas USA Ef. bajos Ef. medios Crónicas EP Algorri

Zinc (Zn) 280 120 270 190 29-307 Cadmio 1,3 5 9 7,7 0,05-0,78 Mercurio 0,51 0,15 1,30 0,01 <0,05 Cromo (Cr) 230 - - - <1,5-169 Cobre (Cu) 87 70 390 34 2-117 Plomo (Pb) 87 35 110 33 9-51

• El Aluminio presenta la concentración máxima frente a Zumaia, en fondos de 70 m y el mínimo en Punta Endata. Como valores comparativos sólo existen los obtenidos por LEGORBURU y CANTON (1992). Tanto la media como el rango de concentraciones de dicho estudio superan de forma notable (al menos en un orden de magnitud) los valores obtenidos en Algorri. Para este metal no existen referencias de valores de fondo ni de concentraciones que se puedan considerar altas ni tóxicas. • La concentración máxima de Zinc se da en Motriko. Los valores son superiores a los registrados en el resto de los trabajos realizados en la zona de estudio. La contaminación por Zinc en la zona de estudio es media, excepto en Zumaia y Punta Endata, donde es ligera. Debe señalarse que de las cuencas del País Vasco las del Artibai, Deba y Oiartzun son las más contaminadas por Zinc (BORJA et al., 1996a). Aunque comparando las concentraciones detectadas en los diversos estudios y las fechas en que se llevaron a cabo podría suponerse un incremento de la concentración de Zinc en los sedimentos en los últimos años, el rango de concentraciones de este metal presenta notables oscilaciones en un misma estación a escala estacional (LEGORBURU y CANTON, 1992), por lo que las posibles tendencias temporales podrían quedar enmascaradas por estas variaciones a menor escala.

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El valor medio detectado en Algorri es ligeramente inferior a la concentración considerada alta en USA. Excepto en Punta Endata, las concentraciones superan a las consideradas de efectos bajos para los organismos y en tres estaciones superan a la de efectos medios. En resumen, se puede decir que la zona de estudio presenta una contaminación media por Zinc y que las comunidades bióticas podrían hallarse negativamente afectadas por este metal. • En cuanto al Cadmio, este metal se puede considerar como un elemento traza típico, con una concentración media de 0,2 mg.kg-1 en la corteza terrestre. Los sedimentos oceánicos se hallan ligeramente enriquecidos, alcanzando 0,5 mg.kg-1 (FASSET, 1980). En Algorri las concentraciones de Cadmio oscilan entre 0,05 y 0,78 mg.kg-1, con una media de 0,32 mg.kg-1. Globalmente el área de estudio no se halla contaminada por Cadmio. Las concentraciones se hallan por debajo de las medias de las obtenidas anteriormente en la zona, excepto en invierno de 1996 (BORJA et al., 1996b). LEGORBURU y CANTON detectaron concentraciones máximas tres veces superiores. Los niveles son muy inferiores, en todos los casos, a los valores considerados altos en USA y de efectos nocivos para los organismos. • Las concentraciones de Mercurio se hallan por debajo de los límites de detección (0,05 mg.kg-1). Además, la comparación con las referencias existentes muestra un posible descenso de las concentraciones de este metal. Las concentraciones de Mercurio se hallan muy por debajo de las consideradas altas en USA y de las potencialmente tóxicas para las comunidades bióticas. Por lo tanto, se puede concluir que en el área de estudio los niveles de Mercurio registrados indican ausencia de contaminación por este metal. • En cuanto al Níquel, este elemento presenta en la corteza terrestre una concentración media de 75 mg.kg-1. En Algorri las concentraciones detectadas oscilan entre 13,1 y 103 mg.kg-1. La contaminación por este metal en el área de estudio es de grado medio y sólo se puede considerar ligera en Motriko.

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Comparando estos datos con los de trabajos anteriores se aprecian menores valores medios y máximos que los registrados por RAMOS et al. (1990) y LEGORBURU y CANTON (1992) y una media superior a la obtenida por BORJA et al., (1996a y 1996b). Destaca la elevada variabilidad registrada en los dos primeros estudios. • El Cobalto es un metal escasamente representado en los estudios de contaminación por metales pesados. Las concentraciones registradas en este trabajo oscilan entre 2,54 mg. kg-1 (Punta Endata) y 23,4 mg.kg-1 (Motriko). • Las concentraciones de Cromo examinadas en este trabajo oscilan entre <1,5 mg.kg-1 y 168,8 mg.kg-1. El máximo se registra en Deba y el mínimo, más de un orden de magnitud inferior, en Zumaia. Al no disponer de valores de fondo, no es posible establecer los grados de contaminación. La media resultante se halla entre las obtenidas entre los años 1986-1988 (RAMOS et al. 1990; LEGORBURU y CANTON, 1992) y las registradas entre 1994 y 1996 (BORJA et al., 1996a y 1996b). Sin embargo, teniendo en cuenta la elevada variabilidad que presenta este metal a escala estacional (LEGORBURU y CANTON, 1992), no es posible establecer las posibles tendencias temporales. Las concentraciones registradas en este trabajo son inferiores al valor considerado alto en USA. • La concentración media de Cobre en la corteza terrestre oscila entre 30 y 45 mg. kg-1, presentando concentraciones elevadas en sedimentos arcillosos (hasta 250 mg.kg-1) y reducidas en arenas. En Algorri la concentración de Cobre más elevada corresponde a Motriko, con 117 mg.kg-1, mientras que el valor mínimo se registra en Zumaia en 45 m de profundidad, 2 mg.kg-1. Globalmente la contaminación por este metal es media. Siguiendo la tendencia presentada para otros metales, las concentraciones examinadas por RAMOS et al. (1990) y LEGORBURU y CANTON (1992) resultan superiores a las detectadas en este trabajo, las cuales a su vez superan a las registradas por BORJA et al. (1996a y 1996b). Una vez más, sin embargo, debe reseñarse la gran variabilidad que pueden presentar las concentraciones de este metal en el sedimento (superiores a un orden de

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 68

magnitud en los dos primeros estudios citados). Ello impide establecer tendencias temporales consistentes. El valor medio de Cobre para el área resulta comparable a los valores límite de referencia. En Motriko se superan las concentraciones altas en USA y de efectos bajos de la NOAA. En resumen, se puede decir que, globalmente, la contaminación por Cobre en el área de estudio es de grado medio y los organismos se hallan expuestos a toxicidad potencial por este metal. • La concentración más baja de Hierro en este estudio se registra Zumaia, mientras que el máximo, de 141.000 mg.kg-1, se detecta en Motriko. Globalmente la contaminación es de grado medio. Las concentraciones de Hierro detectadas en Algorri son notablemente superiores a las medidas en estudios anteriores, tanto en lo que se refiere a valores medios como a los máximos. Aunque se podría pensar en un posible incremento de las concentraciones de Hierro en los últimos años, una vez más se debe destacar la notable variabilidad en cada estación (LEGORBURU y CANTON, 1992). • La concentración máxima de Plomo es de 45 mg.kg-1 en Motriko y la mínima de 8,7 mg.kg-1 en Punta Endata. Estos valores indican una contaminación global ligera. El valor medio es comparable a los detectados en trabajos anteriores, se halla por debajo del valor considerado alto en USA y es superior al de efectos bajos de la NOAA, el cual es superado en todas las estaciones excepto en Punta Endata. En ninguna estación se supera el valor de efectos medios de la NOAA. • Finalmente, el Estaño que, como el Cobalto, no suele ser analizado en estudios de contaminación de sedimentos (no existiendo por lo tanto valores de referencia), presenta una concentración máxima de 85,8 mg.kg-1 en Motriko y una mínima de 1,7 mg.kg-1 en 45 m frente a Zumaia.

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3.- Modelización de los vertidos 3.1. Introducción

La modelización hidrodinámica tridimensional se efectuó empleando la herramienta

de software denominada TRIMODENA®. Esta aplicación informática ha sido desarrollada conjuntamente por el Laboratorio de Ingeniería Marítima (LIM) de la Universidad Politécnica de Cataluña y el Instituto Tecnológico para la Pesca y Alimentación (AZTI). El modelo global consta de tres códigos:

- ECADIS, modelo estacionario, calcula las corrientes inducidas por el viento. - MAREAS, que resuelve el flujo oscilatorio debido a la influencia de las mareas. - RECODE, que calcula el campo de la dispersión de un contaminante dado.

De los fundamentos teóricos de los métodos utilizados en la simulación, a modo de

breve resumen, se exponen las siguientes características que definen las técnicas numéricas empleadas en los dos bloques de modelización. 3.1.1. Modelos hidrodinámicos: ECADIS y MAREAS

Desde el punto de vista numérico se trata de dos códigos de Elementos Finitos que emplean la aproximación quasi-3D (ZIENKIEWICZ y HIENRIECH, 1979) para la resolución de las ecuaciones de aguas someras tridimensionales. El modelo ECADIS resuelve la versión estacionaria de las ecuaciones de aguas someras por medio de una función de penalización que permite desacoplar las ecuaciones del momentum de la ecuación de la continuidad. Por otro lado, el modelo MAREAS es un modelo integrado para las ecuaciones de aguas someras no estacionarias que utiliza la técnica de la descomposición armónica para transformar un problema transitorio en una colección de problemas estacionarios.

La corriente inducida por gradientes de densidad, por la acción del viento, por la rotura del oleaje y por la marea se resuelve empleando como elementos que formen la base con la que representar la variación vertical de las variables que participan en el problema, los polinomios de Legendre de grado par; funciones que verifican los criterios de continuidad exigibles para poder representar todos los términos que aparecen en las ecuaciones diferenciales de partida y aseguran continuidad de tensiones en el fondo y en la

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 70

superficie. La aproximación "en planta" se efectúa mediante el elemento bidimensional plano de aproximación lineal para la velocidad y discontinua para la presión, denominado “elemento isoparamétrico bilineal de presión constante” y denotado como Q1/P0 en la jerga de los Elementos Finitos.

La estabilización de las alturas de superficie libre originadas por la acción del viento, de los gradientes de densidad y la rotura del oleaje se realiza mediante el algoritmo de Uzawa generalizado (FORTIN y FORTIN, 1985), que consiste en proyectar el campo de alturas de la superficie libre sobre un espacio libre de modos espurios. Para calcular los campos de corrientes y oscilaciones de la superficie inducidas por la marea astronómica se emplea la técnica de la descomposición armónica, cuyo uso permite transformar un problema oscilatorio en un conjunto de tantos problemas estacionarios (para los cuales, las técnicas de resolución son más eficientes que para sus equivalentes transitorios) como frecuencias relevantes hayan sido observadas en la señal de marea (WALTERS, 1986).

3.1.2. Modelo de dispersión: RECODE

RECODE resuelve la ecuación de convección-difusión empleando el esquema de Taylor-Galerkin en Elementos Finitos. El código incluye la posibilidad de incorporar un término de fuente/decaimiento para la simulación temporal de variaciones en la concentración de la sustancia a estudiar, permitiendo no sólo el seguimiento de sustancias físico/químicas que se dispersen y sedimenten, sino también de organismos vivos, como por ejemplo bacterias u otros microorganismos.

En la resolución de la ecuación que gobierna la difusión turbulenta de

contaminantes en el medio marino se emplea, de igual forma que en el modelo hidrodinámico, el Método de los Elementos Finitos. La discretización mediante un algoritmo de Taylor-Galerkin de dos pasos, es la apropiada para problemas de convección dominante y consiste en expandir en el tiempo la incógnita "concentración" en serie de Taylor hasta llegar términos de segundo orden (DONNEA, 1985 y PERAIRE, 1986). La discretización en planta de las ecuaciones utilizada por este modelo es general y admite el uso de diferentes tipos de elementos triangulares y cuadrangulares, entre ellos el elemento isoparamétrico bilineal de cuatro nodos o Q1/P0.

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3.2. Modelización Hidrodinámica 3.2.1. Planteamiento del problema a estudiar

El planteamiento del estudio hidrodinámico que se realizará responde a la necesidad de evaluar los patrones de dispersión de las sustancias (partículas en suspensión y flotantes) vertidas por los ríos Urola y Deba y por el futuro colector ubicado en Punta Endata en el entorno costero y marino comprendido entre las villas de Mutriku y Getaria, dentro del que se halla la rasa mareal de Algorri. De esta manera se podrá estudiar en qué forma afectará a la calidad del medio los vertidos realizados en la posible área de declaración del biotopo marino protegido.

Para conseguir los objetivos propuestos es necesario obtener una representación

adecuada de las corrientes marinas de la zona y, a tales efectos, los agentes que actúan sobre el medio marino son fundamentalmente el viento y la marea astronómica. Otros términos motores como pueden ser: el oleaje, los gradientes de densidad o las fluctuaciones de la presión atmosférica, producirán alteraciones de los campos de corrientes de una escala, tanto temporal como espacial, diferente a la señalada en este estudio, la cual, sin embargo, no modificará el patrón general de la dispersión. Así por ejemplo, la rotura del oleaje induce corrientes litorales dentro del área de rompientes (aquella porción de mar comprendida entre la línea sobre la cual rompen las olas más altas y la línea de costa), el equilibrio entre el gradiente del campo de densidad del agua del mar y la aceleración de Coriolis origina una corriente general (casi estacionaria frente al período de la marea astronómica) conocida como corriente geostrófica cuyas longitudes características de variación son del orden de varias decenas de kilómetros por lo que superan el ámbito de estudio; otro tanto cabe señalar respecto de las fluctuaciones de la presión atmosférica. 3.2.2. Datos de entrada al modelo

La simulación desarrollada consiste en la aplicación de un algoritmo numérico tridimensional en Elementos Finitos a la resolución de las ecuaciones de conservación de la masa y de la cantidad de movimiento en el medio marino. La expresión matemática, en forma de ecuaciones diferenciales, de estos principios se conoce como ecuaciones de aguas someras.

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Como primer paso es necesario discretizar el dominio geométrico. Para ello se digitalizaron las cartas marinas y topográficas de la zona y con los datos obtenidos se empleó una aplicación informática específica para la generación de mallas de elementos finitos y, posteriormente, un paquete de programas desarrollados por AZTI que interpolan los datos digitalizados de batimetría sobre los nodos de la malla para obtener, de esta forma, la adecuada representación de la topografía del fondo marino.

El análisis de la circulación marina requiere la transformación del problema físico-matemático, equivalente a la resolución de un sistema de ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, en un problema numérico algebraico resoluble aplicando los conceptos del cálculo numérico sobre un código comprensible por el ordenador. Los campos solución de las ecuaciones mencionadas son campos continuos, es decir: si fuera posible resolver analíticamente las ecuaciones podríamos dar un valor concreto y a la par exacto para las funciones solución. En nuestro caso, dando por supuesto que los principios que rigen el modelo son válidos (la conservación de la masa y de la cantidad de movimiento), conoceríamos la corriente generada en cualquier punto del área. Al no ser posible determinar la solución analítica tenemos que recurrir a una técnica de aproximación numérica. Existen varias técnicas de aproximación a la solución de ecuaciones diferenciales pero, las dos más conocidas y empleadas en Dinámica de Fluidos en general y, en Oceanografía en particular, son las Diferencias Finitas y los Elementos Finitos; en la actualidad están desarrollándose aplicaciones fundamentadas en el Método de los Volúmenes Finitos.

En Diferencias Finitas, a partir de las ecuaciones diferenciales se obtienen unas

ecuaciones numéricas o algebraicas equivalentes a las diferenciales (pero aproximadas) que se resuelven suponiendo una aproximación que calcule la solución en algunos puntos fijados a priori. Por ejemplo, se sustituye la derivada de una función por la aproximación obtenida mediante el cociente entre la diferencia de valores de la función en dos puntos próximos entre sí y la distancia que los separa. Cuantos más puntos tengamos presentes en el análisis numérico más semejante a la solución continua será la solución numérica que obtengamos y mayor será el grado de exactitud. La elección del número de puntos y su distribución es esencial en la precisión de la solución y a ese proceso de elección se le denomina discretización. Las mallas empleadas más usualmente en la resolución de problemas de este tipo de problemas mediante Diferencias Finitas son ortogonales y en muchos casos de longitud constante, lo cual redunda en rapidez de cálculo ya que la

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geometría en planta de cada una de las celdas no cambia, pero la representación de contornos irregulares requiere un tamaño muy reducido de malla y consecuentemente gran cantidad de nodos y mayor tiempo de cálculo. En el método de los Elementos Finitos, al contrario que en el caso de Diferencias Finitas, no se transforman las ecuaciones diferenciales para obtener unas ecuaciones algebraicas parecidas a las anteriores para luego resolver estas últimas exactamente, sino que: se definen unas funciones base, que puedan representar adecuadamente la solución exacta, y se calculan los coeficientes de la combinación lineal de esas funciones (que forma la solución aproximada) imponiendo que esos coeficientes minimicen el error cometido. De tal manera que si la solución aproximada coincide con la solución exacta el error sería nulo en las ecuaciones diferenciales al sustituir en ellas la solución aproximada. Este método es ventajoso respecto al de Diferencias Finitas en problemas con contornos irregulares y con varios tipos de condiciones de contorno, además permite una programación más modular y dividida en tareas y bloques muy diferenciados. Por el contrario, el esfuerzo computacional (tanto en tiempo de computación como consumo de memoria) requerido es mayor que usando las Diferencias Finitas. Las funciones base son no nulas en una porción del dominio e iguales a cero en el resto. Cada una de esas zonas se denominan usualmente en la jerga “elementos”, y los vértices de esos elementos son “nodos”. Cuanto mayor sea el número de elementos en los que se divide el dominio, mejor será la aproximación a la solución exacta, es decir, menor es el error en la solución de los principios de continuidad y de la cantidad de movimiento. Al igual que en Diferencias, a este proceso de transformación del espacio continuo en un conjunto finito de celdas o elementos se denomina discretización.

El resultado de la discretización del área objeto de este estudio es una malla de 1667 nodos y 1544 elementos que puede verse en el dibujo superior de la Figura 11. El contorno norte del dominio corresponde a la línea batimétrica de 50 m y el contorno sur es la línea de costa. El tamaño medio de los lados de los elementos de la malla es 182 metros, el lado máximo tiene una longitud de 531 metros y el menor, 17 metros La interpolación de la batimetría obtenida a partir de la interpolación de los datos de la digitalización de las cartas náuticas sobre los nodos de la malla computacional recoge también todos los rasgos importantes cartografiados (Figura 11, dibujo inferior).

Figura 11. Discretización numérica del dominio de estudio (gráfico superior) e interpolación de la batimetría sobre los nodos de la malla numérica (gráfico inferior)

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La densidad del agua se considera constante en toda la columna de agua y en todo el dominio considerado, con valor 1027 Kg.m-3. Esta aproximación es suficiente puesto que la estratificación de la densidad y su distribución espacial, como ya hemos mencionado anteriormente, no tiene influencia relevante en la circulación inducida por el viento al centrarnos en un área de dimensiones del orden de la decena de kilómetros pues, la escala de variabilidad se corresponde con el equilibrio geostrófico establecido entre la aceleración de Coriolis y el campo de gradientes de densidad del agua del mar y tiene una longitud característica mucho mayor. 3.2.3. Resultados Los resultados que se presentan en primer lugar son las simulaciones de la corriente inducida por el viento y a continuación los resultados de corrientes producidos por la acción de la marea astronómica. 3.2.3.1. Simulación hidrodinámica con vientos del nordeste Se ha simulado la corriente promediada verticalmente y los resultados obtenidos imponiendo un viento del nordeste de 10 km.h-1 intensidad se encuentran en la Figura 12. Los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son 14,08 m3.s-1 y 7,98 m3.s-1, respectivamente, y son los caudales medios aforados. La velocidad máxima (integrada verticalmente) en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es la velocidad de salida del caudal del río Urola. La estructura general de la corriente (integrada verticalmente) presenta una clara dirección hacia poniente siguiendo la dirección de las batimétricas. A continuación se ha estudiado la estructura vertical de la corriente generada por el esfuerzo de viento que actúa sobre la superficie del fluido, a 10 m, a 25 m y a 40 m de profundidad. La velocidad máxima superficial alcanza los 6,50 cm⋅s-1, y a medida que nos acercamos hacia el fondo el módulo de las velocidades disminuyen y los vectores giran en sentido horario. La simulación de la corriente generada por el viento del nordeste se completa con el estudio de los campos de corriente producidos por un viento de 30 km.h-1. Los resultados numéricos integrados verticalmente obtenidos indican que las velocidades máximas calculadas son de 4,0 cm.s-1, de nuevo localizadas en la desembocadura del Urola.

Figura 12. Corriente verticalmente promediada producida por un viento del nordeste de 10 km⋅h-1 simulada mediante el sofwtare TRIMODENA.

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De igual modo al caso anterior, se ha simulado la estructura vertical de la corriente, a 10 metros, a 20 metros y a 30 metros de profundidad. La velocidad máxima superficial alcanzada en este caso es de 19,7 cm⋅s-1 y la estructura del flujo es similar a la obtenida con vientos de 10 km.h-1 de velocidad pero la disminución del módulo de la velocidad con la profundidad es más suave que en el caso anterior correspondiente a vientos de 10 km⋅h-1. 3.2.3.2. Simulación hidrodinámica con vientos del norte Con vientos del norte de 10 km.h-1 intensidad se ha simulado la corriente promediada verticalmente. Los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son los caudales medios medidos. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es precisamente la velocidad de salida del caudal del río Urola. La estructura general de la corriente promediada verticalmente en la columna de agua presenta una clara dirección hacia la costa, en este caso la influencia de la batimetría es inferior y predomina el efecto de cierre del contorno y la influencia de la aceleración de Coriolis. Para completar este caso se estudió la variabilidad vertical de la corriente producida por el esfuerzo tangencial debido al viento, a 10 metros de profundidad, a 25 metros y a 40 metros. La velocidad máxima superficial obtenida es de 6 cm⋅s-1, el módulo de la velocidad disminuye con la profundidad, siendo de 3,80 cm⋅s-1 a 10 metros, de 1.47 cm⋅s-1 a 25 metros y prácticamente nulo a los 40 metros de profundidad. Con viento del norte e intensidad de 30 km.h-1 se han efectuado las simulaciones de la corriente inducida por el viento empleando en primer lugar la aproximación 2DH, o sea verticalmente integrada, y a continuación el estudio numérico de la variabilidad vertical de la corriente mediante la simulación tridimensional. La velocidad máxima obtenida es de 4,0 cm.s-1 y vuelve a ser la velocidad de salida del caudal aportado por el río Urola. Los resultados obtenidos en la simulación del flujo tridimensional con viento de norte de 30 km.h-1, a 10 metros de profundidad, a 25 metros y a 40 metros, indican que la velocidad máxima superficial alcanza un valor de 17,7 cm.s-1, a 10 metros se reduce a 11 cm.s-1 y a 25 metros nos encontramos ya con velocidades inferiores a 5 cm.s-1 e inferiores a 2 cm.s-1 en las proximidades del fondo de las zonas más profundas (de más de 40 metros de calado).

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3.2.3.3. Simulación hidrodinámica con vientos del noroeste Con viento del noroeste de 10 km.h-1 intensidad se ha simulado la corriente promediada verticalmente en la columna de agua. Los resultados obtenidos se encuentran dibujados en la Figura 13. Los caudales que aportan los ríos Deba y Urola son los caudales medios medidos en las estaciones de aforo. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es, una vez más, la velocidad de salida del caudal del río Urola. La estructura general de la corriente promediada verticalmente en la columna de agua presenta una clara dirección hacia la costa, en este caso la influencia de la batimetría es inferior y predomina el efecto de cierre del contorno y la influencia de la aceleración de Coriolis. Los resultados del análisis numérico tridimensional de la corriente producida por el esfuerzo de viento se han hallado para 40 metros de profundidad, a 25 metros, a 10 metros y en superficie. El valor más alto del módulo de la velocidad se alcanza en superficie y es igual a 5,47 cm⋅s-1 y disminuye rápidamente con la profundidad. En la falta de giro claro se observa la influencia de la batimetría en la hidrodinámica. Para terminar con el estudio de las corrientes con vientos del noroeste se ha completado con vientos de 30 km.h-1 de velocidad y en primer lugar se ha simulado la corriente promediada verticalmente. Los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son también los caudales medios medidos. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es, también, la velocidad de salida del caudal del río Urola. La estructura general de la corriente promediada verticalmente en la columna de agua presenta una clara dirección hacia la costa, en este caso la influencia de la batimetría es inferior y predomina el efecto de cierre del contorno y sobre todo la influencia de la aceleración de Coriolis. Los campos de corrientes se han calculado para la variabilidad vertical de la corriente producida por el viento del noroeste de 30 km.h-1. En superficie las velocidades máximas son de 15,9 cm.s-1, a 10 metros de profundidad la velocidad máxima es de 10,0 cm.s-1, la velocidad a 25 metros es de 3,77 cm.s-1 y a 40 metros de profundidad la velocidad máxima es 2,04 cm.s-1.

Figura 13. Corriente verticalmente promediada producida por un viento del noroeste de 10 km⋅h-1 simulada mediante el sofwtare TRIMODENA.

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3.2.3.4. Simulación hidrodinámica con vientos del este Siguiendo con el estudio de la hidrodinámica asociada al viento se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH con vientos del este de 10 km.h-1 de intensidad. Los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son 14,08 m3.s-1 y 7,98 m3.s-1, respectivamente, caudales medios de ambos ríos. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es, de nuevo, la velocidad de salida del caudal del río Urola. El efecto Coriolis es muy importante hasta el punto que la corriente verticalmente integrada es opuesta al viento incidente. La velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 4,30 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial. El módulo de la velocidad decrece de forma apreciable con la profundidad y a 10 metros no se superan los 2,7 y a 25 metros 1,04 cm.s-1 Del estudio de la hidrodinámica asociada al viento se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH con vientos del este de 30 km.h-1 de intensidad. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,00 cm⋅s-1 y es la velocidad de salida del caudal del río Urola.

Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes a lo largo de la columna de agua, la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 13,70 cm.s-1 y corresponde, del mismo modo que en los anteriores casos estudiados, al máximo superficial.

3.2.3.5. Simulación hidrodinámica con vientos del sudeste Continuando con el estudio de la hidrodinámica asociada al viento se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH, promediada la velocidad verticalmente en la columna de agua, con vientos del sudeste de 10 km.h-1 intensidad. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es, de nuevo, la velocidad de salida del caudal del río Urola. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 8,10 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial.

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Dentro del estudio de la hidrodinámica inducida por el viento se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH con vientos del sudeste de 30 km.h-1 intensidad. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es, de nuevo, la velocidad de salida del caudal del río Urola. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes, la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 20,1 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial, a 10 metros el máximo se reduce a 12,6 cm.s-1, a 25 metros se alcanzan 4,7 cm.s-1 y a 40 metros no se superan 1,8 cm.s-1. 3.2.3.6. Simulación hidrodinámica con vientos del sur. Dentro del estudio de la hidrodinámica asociada al viento se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH con vientos del sur de 30 km.h-1 intensidad. Los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son 14,08 m3.s-1 y 7,98 m3.s-1, respectivamente, caudales medios de ambos ríos. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1 y es, de nuevo, la velocidad de salida del caudal del río Urola. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 19,30 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial. Para acabar con el estudio de la hidrodinámica producida por el viento del sur se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH con vientos del sur de 10 km.h-1 intensidad. La velocidad máxima en todo el dominio es 4.0 cm⋅s-1 y es, de nuevo, la velocidad de salida del caudal del río Urola. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical de las corrientes inducidas por el viento la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 6,10 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial, a 10 metros el máximo se reduce a 3,90 cm.s-1 y a 25 metros a 1,50 cm.s-1. A 40 metros de profundidad la velocidad es inferior a 0,6 cm.s-1.

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3.2.3.7. Simulación hidrodinámica con vientos del sudoeste Se ha estudiado el efecto sobre la hidrodinámica marina del viento procedente del sudoeste. Se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación verticalmente integrada con vientos del sudoeste de 10 km.h-1. Los resultados obtenidos se encuentran en la Figura 14 y los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son 14,08 m3.s-1 y 7,98 m3.s-1, respectivamente, caudales medios de ambos ríos. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1. Se muestra el efecto de la batimetría sobre la dirección de las corrientes, que se alinean paralelamente a las batimétricas. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes, la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 6.3 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial, a 10 metros el máximo se reduce a 4.1 cm.s-1 y a 25 metros a 1.5 cm.s-1. A 40 metros de profundidad la velocidad es inferior a 6 mm.s-1. La estructura de la circulación es muy similar a la del caso anterior. Para terminar con el estudio de la corriente inducida por vientos del sudoeste se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH promediada verticalmente con vientos del sudoeste de 30 km.h-1. La velocidad máxima en todo el dominio es la de salida del Urola (4.0 cm⋅s-1) y la influencia de la batimetría es decisiva en la distribución del campo de corrientes. Mediante la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes, la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 6,3 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial, a 10 metros el máximo se reduce a 4,1 cm.s-1 y a 25 metros a 1,5 cm.s-1. A 40 metros de profundidad la velocidad es inferior a 0,6 cm.s-1.

Figura 14. Corriente verticalmente promediada producida por un viento del sudoeste de 10 km⋅h-1 simulada mediante el sofwtare TRIMODENA.

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3.2.3.8. Simulación hidrodinámica con vientos del oeste Se ha estudiado el efecto sobre la hidrodinámica del viento del oeste. Se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH con vientos del oeste de 10 km.h-1. Los resultados obtenidos se encuentran en la Figura 15 y los caudales aportados por los ríos Deba y Urola son 14,08 m3.s-1 y 7,98 m3.s-1, respectivamente, caudales medios de ambos ríos. La velocidad máxima en todo el dominio es 4.0 cm⋅s-1. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes, la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 5,8 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial, a 10 metros el máximo se reduce a 3,7 cm.s-1 y a 25 metros a 1,4 cm.s-1. A 40 metros de profundidad la velocidad es inferior a 0,6 cm.s-1. Se ha estudiado el efecto sobre la hidrodinámica del viento del oeste. Se presentan a continuación los resultados para la corriente obtenidos empleando la aproximación 2DH (promediada en la columna de agua) con vientos del oeste de 30 km.h-1. La velocidad máxima en todo el dominio es 4,0 cm⋅s-1. Utilizando la aproximación quasi-3D para describir la variación vertical del perfil de corrientes, la velocidad máxima alcanzada en la totalidad de la columna de agua es de 6,3 cm.s-1 y corresponde al máximo superficial, a 10 metros el máximo se reduce a 4,1 cm.s-1 y a 25 metros a 1,5 cm.s-1. A 40 metros de profundidad la velocidad es inferior a 0,6 cm.s-1.

3.2.3.9. Simulación hidrodinámica de la corriente inducida por la marea astronómica

Para la simulación numérica de los campos de alturas de superficie libre y de corrientes asociadas a la marea de origen astronómico se ha empleado el modelo MAREAS. Se han considerado las cuatro ondas más energéticas en la zona, la M2, la S2, la N2 y la K2. Estas cuatro ondas semidiurnas representan más del 75% del registro total de la marea en la zona.

Figura 15. Corriente verticalmente promediada producida por un viento del oeste de 10 km⋅h-1 simulada mediante el sofwtare TRIMODENA.

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 86

La resolución de ecuaciones diferenciales requiere el conocimiento de las condiciones de contorno del problema. Estas condiciones representan, en términos matemáticos, la influencia del resto del dominio espacial sobre el área que estamos estudiando. En este caso se han de prescribir las condiciones de contorno de alturas, para cada una de las cuatro ondas empleadas, en los contornos de mar abierto. En los contornos costeros la condición a incluir en las ecuaciones es la de flujo nulo, cuando el calado sea nulo, o la de flujo normal a la costa igual a cero cuando el calado sea no nulo. Los valores de las amplitudes y fases de las ondas M2, S2, N2 y K2 en los contornos de mar abierto se han obtenido a partir de los datos que facilita el Instituto Oceanográfico de la Marina en el Anuario de Mareas. Del Anuario de Mareas se han obtenido las amplitudes y fases de los constituyentes en el Puerto patrón de Bilbao y a partir de las diferencias con el puerto patrón en hora y en altura en los puertos de Motriko y Getaria se han calculado las componentes en los contornos oeste y este de la malla numérica. Los valores prescritos en el contorno de mar abierto del norte se han obtenido mediante interpolación lineal entre los dos datos conocidos de los otros dos contornos. En la Figura 16 se muestran los gráficos de líneas de igual amplitud obtenidas mediante el modelo de simulación para las ondas M2 (gráfico superior izquierda), S2 (superior derecha), N2 (inferior izquierda) y K2 (inferior derecha). En la Figura 17 aparecen las líneas de igual fase para las cuatro ondas en las mismas posiciones que en la figura anterior. 3.2.3.10. Modelización de la Dispersión

Los resultados obtenidos en la simulación numérica de la hidrodinámica que se han mostrado en los apartados anteriores se han utilizado como dato de entrada al modelo que resuelve la ecuación general de convección-difusión con un término que represente la sedimentación de las partículas (término denominado de sumidero o de decaimiento). Se ha estudiado mediante la aplicación del modelo RECODE la evolución de las plumas de dispersión producidas por los vertidos de los ríos Urola y Deba y por el hipotético vertido que produciría un colector situado en la zona conocida como Punta Endata, situada al este de la desembocadura del río Deba.

Figura 16. Mapas de igual amplitud. Onda M2 (vértice superior izquierda), onda S2 (vértice superior derecha), onda N2 (inferior derecha) y onda K2 (inferior izquierda).

Figura 17. Mapas de igual fase. Onda M2 (vértice superior izquierda), onda S2 (vértice superior derecha), onda N2 (inferior derecha) y onda K2 (inferior izquierda).

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 89

Los caudales sólidos aportados por los ríos Urola y Deba se han estimado a partir de los volúmenes totales anuales, que son de 0.01⋅106 toneladas/año en el río Urola y 0,15⋅106 toneladas/año en el río Deba. El caudal líquido aportado por el colector de Punta Endata se ha estimado en 1,25 m3⋅s-1 y el caudal sólido vertido como 30 mg⋅l-1.

El caudal líquido que hipotéticamente aportaría el colector es insuficiente como para modificar los esquemas de circulación mostrados en los apartados precedentes y, a la escala espacial de detalle de la malla numérica en la que se ha discretizado el dominio no tiene influencia alguna, por lo cual no se ha tenido en consideración en las simulaciones hidrodinámicas.

Se ha estudiado el comportamiento de los sedimentos aportados por los puntos de vertido considerando en primer lugar la fracción fina de los mismos, es decir, aquella calificable dentro del grupo de los limos y arcillas, es decir, la porción de tamaño inferior a 63µm. En segundo lugar se ha efectuado una aproximación al estudio del comportamiento de los flotantes. Matemáticamente la diferencia entre uno y otro estudio radica en que en este último caso no existe tasa de sedimentación.

Las condiciones iniciales de simulación han sido en todos los casos la concentración nula en todo el dominio salvo en los puntos de vertido. El paso de tiempo elegido es la mitad que el que asegura la estabilidad del algoritmo de Taylor - Galerkin (según la relación entre el número de Courant y el número de Peclet) y el período de tiempo total simulado ha sido 72 horas (6 períodos de marea) también en todos los casos. - Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento del nordeste Se reprodujo, como siguiente paso del estudio, numéricamente el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en consideración como input de corrientes las originadas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 y con las corrientes producidas por el viento procedente del nordeste y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro. En la Figura 18 aparecen los campos de concentraciones de limos y arcillas aportados por los ríos Urola y Deba y por el hipotético colector de Punta Endata al cabo de 6, 18, 36 y 70 horas tras iniciada la simulación en el caso en que el viento incidente tenga

Figura 18. Concentración de limos y arcillas con la marea y viento del nordeste de 10 km⋅h-1 en t=6 h (vértice superior izquierdo), en t=18 h (vértice superior derecho), en t=36 h (vértice inferior izquierdo) y t=70 h (vértice inferior derecho).

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 91

una intensidad de 10 km⋅h-1. También se ha simulado el caso de las partículas y objetos flotantes, también con viento de 10 km⋅h-1 y de 30 km⋅h-1.

Los resultados obtenidos indican la importancia del viento en la dispersión de las

plumas. Los campos de concentraciones dentro del área se modifican al producir el viento de esta dirección un acúmulo de agua hacia la costa que impide que los productos vertidos salgan mar adentro. Tal fenómeno es particularmente importante en el caso de las partículas flotantes, en las que el término advectivo (debido a la velocidad) es muy importante pues la velocidad superficial es la que alcanza el máximo de toda la columna de agua y, además, responde de manera más directa a la dirección del viento, lo cual se acentúa más aún con vientos intensos que con vientos suaves. Se ha comprobado como la influencia de la geometría en la zona del Deba produce aumentos importantes de la concentración de sustancias dentro de la bahía, hasta el punto que se alcanza prácticamente el doble de la concentración aportada por el río en los instantes de las máximas velocidades producidas durante las bajantes. Sobre este aspecto de las soluciones incidiremos en el apartado dedicado a la validación de los resultados del modelo de dispersión. - Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento norte Se reprodujo numéricamente el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en consideración como input de corrientes las originadas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en el apartado relacionado con los vientos del norte en el capítulo de modelización hidrodinámica) y con las corrientes producidas por el viento procedente del norte y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro que ya se mostraron con anterioridad.

Los resultados obtenidos en la simulación de la dispersión de la fracción considerada como limos y arcillas y de los flotantes muestran el efecto del viento sobre las soluciones. El viento del norte induce una corriente superficial de dirección sur, prácticamente hacia la costa lo cual causa que apenas si haya dispersión de flotantes fuera de los puntos en los que se produce el vertido. El proceso en el caso de arcillas y limos,

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VI. CALIDAD DEL MEDIO 92

que se mantienen en suspensión en toda la columna de agua no es tan llamativo pero, responde también al mismo patrón. Se ha comprobado que el efecto de la geometría en la zona de la desembocadura del río Deba produce aumentos importantes de la concentración de sustancias dentro de la bahía, hasta el punto que se alcanza prácticamente el doble de la concentración aportada por el río en los instantes de las máximas velocidades producidas durante las bajantes. - Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento este Siguiendo con el orden de simulaciones empleado en el caso de la hidrodinámica se reprodujo numéricamente el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en consideración como entrada de corrientes las originadas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en apartados anteriores) y las corrientes producidas por el viento del levante y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro que ya se mostraron en las gráficas del apartado dedicado a la hidrodinámica. Las simulaciones numéricas realizadas en este caso indican una mayor tendencia a la dispersión de las plumas de los vertidos. El efecto combinado de la corriente oscilatoria debida a la marea astronómica y la corriente producida por el viento del este prácticamente se superponen, pues como se señaló en el apartado del estudio dedicado a las corrientes inducidas por la marea, éstas son prácticamente un vaivén en la dirección este - oeste, por lo cual el efecto del viento de cualquiera de las dos procedencias aumenta la importancia del término advectivo y da lugar a campos de dispersión más alargados.

Dentro del área de la desembocadura del Deba aumentan las concentraciones en los instantes de máximas velocidades, superando con creces la concentración aportada por el río, dando lugar a zonas de acumulación. La influencia de los vientos de esta procedencia es en este caso también relevante en la desembocadura del Urola en Zumaia. Una vez más se comprueba como el efecto de la corriente producida por el viento, mayor más cerca de la superficie, es más importante en la dispersión de flotantes que en los limos y arcillas.

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- Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento sudeste Se estudia a continuación el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en cuenta como input de corrientes las originadas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en el apartado de estudio hidrodinámico de la marea) y las corrientes producidas por el viento del sudeste y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro. Los resultados obtenidos en las simulaciones efectuadas con la incidencia de vientos del sudeste indican una mayor tendencia a la dispersión de las plumas de los vertidos. En este caso no es tan claro el efecto combinado de la corriente oscilatoria debida a la marea astronómica y la corriente producida por el viento de manera que la dispersión de las plumas se dirige de forma apreciable hacia el norte del dominio (impulsadas por la componente de la corriente producida por el viento en esa dirección). De esta manera el efecto de vaivén en la dirección paralela a la costa producida por la corriente de marea es menos importante y requiere más tiempo para extenderse la mancha hasta ocupar la mayor parte del área de estudio.

Dentro del área de la desembocadura del Deba se observan de nuevo patrones de dispersión que producen zonas de acumulación. Tal efecto del viento de esta procedencia no tiene una importancia muy grande en la desembocadura del Urola en Zumaia. - Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento sur Se estudia a continuación el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en cuenta como input de corrientes las inducidas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en el capítulo de la marea) y las corrientes producidas por el viento del sur y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro. Los resultados obtenidos en las simulaciones efectuadas con la incidencia de vientos del sur indican una mayor tendencia a la dispersión de las plumas de los vertidos en la dirección perpendicular a la costa. En este caso, una vez más, no es tan claro el efecto combinado de la corriente oscilatoria debida a la marea astronómica y la corriente

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producida por el viento de manera que la dispersión de las plumas se dirige de forma apreciable hacia el norte del dominio (impulsadas por la componente de la corriente producida por el viento en esa dirección). De esta manera el efecto de vaivén en la dirección paralela a la costa producida por la corriente de marea es menos importante y requiere más tiempo para extenderse la mancha hasta ocupar la mayor parte del área de estudio.

Dentro del área de la desembocadura del Deba se observan de nuevo patrones de dispersión que producen zonas de acumulación de materia en todos los casos simulados. Tal efecto del viento de esta procedencia no tiene una importancia muy grande en la desembocadura del Urola en Zumaia. - Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento sudoeste Se estudia a continuación el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en cuenta como input de corrientes las inducidas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en el apartado de hidrodinámica de la marea) y las corrientes producidas por el viento del sudoeste y de velocidad 10 km⋅h-1 y 30 km⋅h-1. En la Figura 19 aparecen los campos de concentraciones de limos y arcillas aportados por los ríos Urola y Deba y por el hipotético colector de Punta Endata al cabo de 6, 16, 36 y 70 horas tras iniciada la simulación en el caso en que el viento incidente tenga una intensidad de 10 km⋅h-1.

Los resultados obtenidos en las simulaciones efectuadas con la incidencia de vientos del sur indican una mayor tendencia a la dispersión de las plumas de los vertidos en la dirección perpendicular a la costa. En este caso no es tan claro el efecto combinado de la corriente oscilatoria debida a la marea astronómica y la corriente producida por el viento de manera que la dispersión de las plumas se dirige de forma apreciable hacia el norte del dominio (impulsadas por la componente de la corriente producida por el viento en esa dirección). De esta manera el efecto de vaivén en la dirección paralela a la costa producida por la corriente de marea es menos importante y por lo tanto requiere más tiempo para extenderse la mancha hasta ocupar la mayor parte del área de estudio.

Figura 19. Concentración de limos y arcillas con la marea y viento del sudoeste de 10 km⋅h-1 en t=6 h (vértice superior izquierdo), en t=16 h (vértice superior derecho), en t=36 h (vértice inferior izquierdo) y t=70 h (vértice inferior derecho).

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Dentro del área de la desembocadura del Deba se observan de nuevo patrones de dispersión que producen zonas de acumulación aunque considerablemente menores en este caso que en los mostrados con anterioridad. Tal efecto del viento de esta procedencia no tiene una importancia muy grande en la desembocadura del Urola en Zumaia. - Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento oeste Se estudia a continuación el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en cuenta como input de corrientes las inducidas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en el capítulo de la marea) y las corrientes producidas por el viento del oeste y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro. En la Figura 20 aparecen los campos de concentraciones de limos y arcillas aportados por los ríos Urola y Deba y por el hipotético colector de Punta Endata al cabo de 6, 16, 36 y 70 horas tras iniciada la simulación en el caso en que el viento incidente tenga una intensidad de 10 km⋅h-1.

Los resultados obtenidos en las simulaciones efectuadas con la incidencia de vientos del oeste dan lugar a resultados en los que las plumas de los vertidos se concentran sobre la costa. En este caso, una vez más no es tan claro el efecto combinado de la corriente oscilatoria debida a la marea astronómica y la corriente producida por el viento de manera que la dispersión de las plumas se produce paralelamente a la costa de forma paulatina (impulsadas por la componente de la corriente producida por el viento en esa dirección). De esta manera el efecto de vaivén en la dirección paralela a la costa producida por la corriente de marea es menos importante y por lo tanto requiere más tiempo para extenderse la mancha hasta ocupar la franja costera.

Dentro del área de la desembocadura del Deba se observan de nuevo patrones de dispersión que producen zonas de acumulación semejantes a los mostrados con anterioridad. En estas simulaciones se ha aumentado un 20% el caudal, tanto líquido como sólido, aportado por ríos de manera que se reproduzca de forma más realista el efecto que sobre el aumento de las precipitaciones de lluvia tiene el viento del oeste. Tal efecto del viento de esta procedencia no tiene una importancia muy grande en la desembocadura del Urola en Zumaia.

Figura 20. Concentración de limos y arcillas con la marea y viento del oeste de 10 km⋅h-1 en t=6 h (vértice superior izquierdo), en t=16 h (vértice superior derecho), en t=36 h (vértice inferior izquierdo) y t=70 h (vértice inferior derecho).

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- Dispersión con el efecto de la marea astronómica y viento noroeste Se estudia a continuación el proceso de dispersión de los vertidos teniendo en cuenta como input de corrientes las inducidas por las ondas semidiurnas M2, S2, N2 y K2 (los mismos resultados de corrientes que los empleados en el caso anterior y que pueden consultarse en el capítulo de la marea) y las corrientes producidas por el viento del noroeste y de velocidad 10 km⋅h-1 en un caso y 30 km⋅h-1 en el otro. En la Figura 21 aparecen los campos de concentraciones de limos y arcillas aportados por los ríos Urola y Deba y por el hipotético colector de Punta Endata al cabo de 6, 16, 36 y 70 horas tras iniciada la simulación en el caso en que el viento incidente tenga una intensidad de 10 km⋅h-1.

Los resultados obtenidos en las simulaciones efectuadas con la incidencia de vientos del oeste dan lugar a resultados en los que las plumas de los vertidos se concentran sobre la costa. En este caso, una vez más no es tan claro el efecto combinado de la corriente oscilatoria debida a la marea astronómica y la corriente producida por el viento de manera que la dispersión de las plumas se produce paralelamente a la costa de forma paulatina (impulsadas por la componente de la corriente producida por el viento en esa dirección). De esta manera el efecto de vaivén en la dirección paralela a la costa producida por la corriente de marea es menos importante y por lo tanto requiere más tiempo para extenderse la mancha hasta ocupar la franja costera.

Dentro del área de la desembocadura del Deba se observan de nuevo patrones de dispersión que producen zonas de acumulación semejantes a los mostrados con anterioridad. En estas simulaciones se ha aumentado un 20% el caudal, tanto líquido como sólido, aportado por ríos de manera que se reproduzca de forma más realista el efecto que sobre el aumento de las precipitaciones de lluvia tiene el viento del oeste. Tal efecto del viento de esta procedencia no tiene una importancia muy grande en la desembocadura del Urola en Zumaia.

Figura 21. Concentración de limos y arcillas con la marea y viento del noroeste de 10 km⋅h-1 en t=6 h (vértice superior izquierdo), en t=16 h (vértice superior derecho), en t=36 h (vértice inferior izquierdo) y t=70 h (vértice inferior derecho).

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VII. PLANCTON 101

VII.- PLANCTON

Para tratar los aspectos relacionados con este apartado se han tenido en cuenta diversos trabajos (además de las observaciones realizadas en el muestreo de julio de 1997), sobre todo los realizados en las proximidades del área de estudio, aunque también algunos referidos a otras áreas del Cantábrico. Son los siguientes: ARIAS et al. (1980), ESTRADA (1982), FLOS (1982), URRUTIA (1986), VILLATE (1986), ELOSEGUI et al. (1987), GARCÍA-SOTO et al. (1990), VALENCIA (1993), BORJA y VALENCIA (1994), FERNÁNDEZ y BODE (1994), FRANCO et al., (1996), POULET et al. (1996), VALENCIA et al. (1996), VARELA (1996) y VILLATE et al. (1997). 1.- Fitoplancton 1.1.- Biomasa fitoplanctónica

El fitoplancton, responsable de un elevado porcentaje de la producción primaria mundial y casi del total de la producción primaria acuática, está constituido por organismos unicelulares fotosintéticos pertenecientes a diversos grupos de algas, los más importantes de los cuales en sistemas costeros de latitudes templadas son las diatomeas, los dinoflagelados, las "algas verdes", las crisofíceas, las criptofíceas y las primnesiofíceas.

Aunque el tamaño de estas células oscila entre menos de una micra y varios milímetros, la mayor parte de ellas son inferiores a 50 µm. Esto es aún más evidente en sistemas oceánicos, en buena parte de los cuales la mayor parte de la biomasa fitoplanctónica y de la producción primaria es debida a organismos inferiores a 5 µm (LI et al., 1983; JOCHEM et al., 1993). Por todo ello, la determinación de la biomasa fitoplanctónica presenta notables dificultades.

En oceanografía, con el objeto de conocer la abundancia y distribución de los productores primarios, se realizan mediciones de la concentración de clorofila en la materia particulada como una aproximación a la estimación de la biomasa fitoplanctónica. Esta relación entre biomasa fitoplanctónica y concentración de clorofila se basa en que todos las algas del fitoplancton contienen clorofila "a" como pigmento principal. Aunque la relación clorofila/carbono de una comunidad fitoplanctónica varía dependiendo de la

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VII. PLANCTON 102

composición taxonómica, estado fisiológico, condiciones ambientales, etc., en conjunto existe una buena relación entre biomasa fitoplanctónica (carbono) y clorofila.

Las pautas de distribución y la variabilidad espacial y temporal de la biomasa

fitoplanctónica en sistemas marinos se hallan relacionadas con diversos factores ambientales: disponibilidad de nutrientes, temperatura, luz, dinámica de las masas de agua, etc. En la zona costera de mares templados y, tomando como caso particular, el área costera del Cantábrico oriental, el ciclo anual de la biomasa fitoplanctónica y, por ende, de producción primaria, está bastante definido (VARELA, 1996). En invierno la columna de agua se halla bien mezclada y las bajas temperaturas y la escasa iluminación no permiten grandes crecimientos fitoplanctónicos. En primavera, sin embargo, el incremento de radiación y temperatura hacen que aparezca una zona superior más cálida y una inferior más fría, separadas por una zona de transición (picnoclina), en la que la densidad se incrementa bruscamente con la profundidad. La abundancia de nutrientes (no utilizados en invierno), las altas temperaturas y la elevada insolación, unido a la estructura vertical de la columna de agua, hacen que el fitoplancton crezca rápidamente, originando elevadas biomasas (bloom). A medida que esto ocurre se van agotando los nutrientes, por lo que, llegado el momento, el crecimiento cesará, limitado por este factor. En verano, a pesar de la alta insolación y temperatura, esta escasez de sales minerales impide el desarrollo del fitoplancton, que es consumido por otros organismos. Ello contribuye a la remineralización de la materia producida en primavera. En otoño se produce, gracias a los nutrientes así regenerados, un nuevo desarrollo fitoplanctónico, aunque suele ser por lo general de magnitud inferior al de primavera.

Estos eventos de crecimiento suelen ir acompañados, con un ligero retardo, de los

correspondientes crecimientos de organismos consumidores. Este ciclo anual puede presentar modificaciones por efecto de la intrusión de aguas de elevada salinidad y por eventos de afloramiento costero durante el verano (VARELA, 1996). Las concentraciones habituales de clorofila en el área de estudio en invierno (más o menos hasta febrero), no suelen superar 2 µg·l-1. En primavera se pueden superar concentraciones de 8 µg·l-1 (FLOS, 1982).

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En la campaña de verano de 1997 la concentración de clorofila varía entre 0,21 µg·l-1 (estación 3 a 16 m de profundidad) y 2,05 µg·l-1 (estación 7, en superficie). El valor medio para todas las estaciones y profundidades es de 0,84 µg·l-1. Las concentraciones detectadas se pueden considerar las habituales para la zona costera del Cantábrico oriental en verano. Así, las concentraciones registradas en los últimos años en verano en la zona costera del País Vasco son casi siempre inferiores a 1,5 µg·l-1, superándose dicho valor sólo en zonas afectadas por colectores, que suponen un aporte de nutrientes y favorecen, por lo tanto, el crecimiento fitoplanctónico (BORJA et al., 1998). Con respecto a la distribución de las concentraciones de clorofila en el eje vertical de la columna de agua, como se puede apreciar en la Figura 22, las concentraciones presentan una clara discontinuidad en su tendencia en la zona de 10 m de profundidad. En las capas superiores al nivel referido las concentraciones disminuyen con la profundidad, con una media en torno a 1,5 µg·l-1 en los primeros 5 m e inferior a 1 µg·l-1 en la zona entre 5 y 10 m de profundidad. A partir de los 10-15 m las concentraciones presentan dos tendencias: una serie de muestras registran un ligero incremento de los valores hacia el fondo, donde se alcanzan concentraciones en torno a 0,6 µg·l-1; en otra serie de muestras las concentraciones se incrementan bruscamente, con un máximo a unos 20 m, de 1,6 µg·l-

1, para luego descender rápidamente hasta tomar valores en fondo similares a la otra serie de muestras. La serie con el pico a 20 m de profundidad corresponde a las estaciones 6 y 9, las dos más costeras de sus respectivos transectos. La estación 3, en la que la profundidad también alcanza 30 m, no presenta este pico. El pico de clorofila localizado a unos 20 m de profundidad de las estaciones 6 y 9 corresponde a una estructura típica de la distribución de la clorofila en zonas costeras de latitudes templadas en verano; se trata del máximo subsuperficial de clorofila, cuya situación en el eje vertical depende de factores como la posición de la termoclina, la iluminación, etc. Se puede concluir que la biomasa fitoplanctónica presente en el área de estudio en la campaña de muestreo corresponde a los valores habituales para dicha época.

0

5

10

15

20

25

30

35

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5

PRO

FUN

DID

AD

(m)

Figura 22. Distribución de la concentración de clorofila con respecto a la profundidad. Se hanincluido los datos, metro a metro, de todas las estaciones de muestreo.

CLOROFILA (µg·l-1)

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1.2.- Composición taxonómica

En cuanto a la composición de la comunidad fitoplanctónica, en el Cantábrico oriental, durante el avance de la estratificación, a medida que progresa el verano, se produce un cambio en la importancia relativa de los principales grupos fitoplanctónicos (ESTRADA, 1982). Así, las diatomeas, dominantes durante el "bloom" primaveral, van retrocediendo, dando paso a un dominio de los dinoflagelados. Esta evolución es consecuencia de las diferencias en los requerimientos ecológicos de los diversos grupos: las diatomeas se ven favorecidas en ambientes y épocas de mayor homogeneidad vertical y turbulencia de las aguas, mientras que los dinoflagelados y otros flagelados adquieren mayor importancia en condiciones de estratificación.

Por otra parte, las diatomeas se ven favorecidas tras episodios de fertilización por aporte de aguas continentales a la zona costera, aún en condiciones de estratificación (VALENCIA et al., 1989; BORJA et al., 1993; AZTI et al., 1993), mientras que los dinoflagelados, que globalmente presentan tasas de duplicación notablemente inferiores a las diatomeas, aprovechan eficazmente los nutrientes producidos por la remineralización de materia orgánica generada en épocas de rápido crecimiento. En todo caso, dentro de los dinoflagelados existen formas de significación ecológica muy distinta; así, frente a especies de pequeño tamaño, como Prorocentrum balticum, que pueden presentar máximos primaverales, otras, como las del género Ceratium, de gran tamaño, se hallan más representadas en verano, con una elevada estratificación de la columna de agua (ESTRADA, 1982).

En cuanto a los taxones más representativos del fitoplancton de la costa vasca, los

trabajos existentes al respecto (ESTRADA, 1982; URRUTIA, 1986; ELOSEGUI et al., 1987; BORJA et al., 1993; AZTI et al., 1993; BORJA y VALENCIA, 1994), aunque difieren notablemente en cuanto a zonas y épocas de muestreo, permiten establecer algunas tendencias.

En cuanto a las diatomeas, los géneros mejor representados en la costa vasca son Chaetoceros, Leptocylindrus, Nitzschia, Rhizosolenia, Thalassionema y Skeletonema. Se trata, por lo tanto, de géneros frecuentes y comunes en las aguas del Cantábrico (FERNÁNDEZ y BODE, 1994). Entre las especies más importantes cabe destacar a Chaetoceros decipiens, Chaetoceros socialis, Leptocylindrus danicus, Leptocylindrus

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minimus, Nitzschia seriata, Rhizosolenia delicatula, Thalassionema bacillaris y Skeletonema costatum; esta última ha sido detectada como especie dominante en determinadas épocas del año en zonas exteriores de estuarios (ELÓSEGUI et al., 1987; GARCÍA SOTO et al., 1990).

Los géneros de dinoflagelados mejor representados son Ceratium, Dinophysis, Peridinium y Prorocentrum. Entre las especies más coumunes cabe citar a Ceratium furca, Ceratium fusus, Dinophysis sacculus, Peridinium diabolus, Peridinium quinquecorne, Prorocentrum balticum y Prorocentrum micans. En algunas ocasiones se han detectado blooms de alguna de estas especies en aguas costeras y estuáricas del País Vasco (MADARIAGA et al., 1989), si bien este tipo de situaciones no son frecuentes en aguas costeras del Cantábrico (VARELA, 1996).

El resto de los grupos aparecen normalmente menos representados que diatomeas y dinoflagelados, destacando el cocolitofórido Emiliania huxleyi, el flagelado Phaeocystis pouchetti, el género Dictyocha (silicoflagelado), etc. Además, cabe destacar a otros grupos, como flagelados y criptofíceas, de los que apenas existen datos sobre las especies concretas, al ser células de pequeño tamaño, difíciles de identificar.

En la zona del área de estudio, ESTRADA (1982) detectó, a lo largo de un ciclo

anual, máximas densidades de fitoplancton en primavera (hasta 2.800 células·ml-1), estando las comunidades dominadas por diatomeas (Thalassiosira spp., Thalassionema bacillaris y Leptocylindrus danicus). En verano, cuando en superficie casi se han agotado las reservas de nutrientes, las densidades fitoplanctónicas mostraron un notable descenso, estando dominadas por grandes dinoflagelados como Ceratium furca, Ceratium fusus y Peridinium diabolus. Finalmente, en otoño se da un ligero incremento de la abundancia de células, debida sobre todo a pequeños dinoflagelados y flagelados y al cocolitofórido Emiliania huxleyi.

AZTI et al. (1993) y BORJA y VALENCIA (1994) encuentran en verano e

invierno, respectivamente, una mayor densidad de células hacia la desembocadura del Urola, como corresponde a una situación de fertilización costera por el río. Con respecto al eje vertical, las mayores densidades aparecen en los primeros metros de la columna de agua. Las especies dominantes de las comunidades fitoplanctónicas fueron las diatomeas Nitzschia seriata, Leptocylindrus danicus y Chatoceros sp. En ambas épocas las

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densidades máximas se sitúan entre 300 y 400 células·ml-1. Entre los dinoflagelados, que aparecen sobre todo por encima de la termoclina, en verano, cabe destacar a Ceratium sp., Gymnodinium sp. y Gyrodinium fusiforme.

Por lo tanto, se puede concluir que en el área de estudio las comunidades

fitoplanctónicas presentan las pautas habituales registradas en el Cantábrico oriental, que a su vez se enmarcan en un ámbito geográfico mayor, como es el Golfo de Vizcaya. Así, las tendencias a lo largo del ciclo anual consisten en un máximo primaveral, con comunidades dominadas por diatomeas, un descenso en verano, con mayor representación de grandes dinoflagelados -especialmente por encima de la termoclina- y un pequeño pico otoñal. El efecto fertilizador de los ríos (en este caso el Urola) se refleja en una mayor densidad de células en las zonas cercanas a las desembocaduras. 2.- Zooplancton

El zooplancton los constituyen organismos animales que viven en la columna de agua y que apenas tienen capacidad para moverse por sí mismos, por lo que se puede considerar que se hallan a expensas de los movimientos del medio. Los organismos que componen el zooplancton son muy variados, pero entre los más representativos, en sistemas marinos de latitudes templadas, se puede citar a cladóceros, ostrácodos, cnidarios (medusas), briozoos, crustáceos copépodos, apendiculariáceos, urocordados, larvas de moluscos, larvas de anélidos (gusanas), larvas de cirrípidedos (como los percebes), larvas de decápodos (como los cangrejos), larvas de equinodermos (como los erizos y estrellas de mar) y huevos y larvas de peces.

Como en el caso del fitoplancton, los organismos del zooplancton varían

considerablemente en tamaño, desde aquellos que se miden en micras hasta otros que, como algunas medusas, pueden alcanzar más de un metro de longitud. A la hora de estudiar el zooplancton, por lo tanto, se debe elegir el tipo de organismos (en cuanto a su tamaño) que se desea recoger, puesto que sería prácticamente imposible estudiar todos los rangos de tamaño. En este sentido se debe señalar que lo más habitual es centrarse en el mesozooplancton, que corresponde a los organismos entre 0,2 y 2 mm. Ello es en buena medida debido a que tradicionalmente se ha considerado al mesozooplancton como el principal consumidor del fitoplancton y, por lo tanto, como un elemento clave en los flujos

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de materia y energía en el medio marino. Además, se trata de la fracción que engloba a una buena parte del zooplancton total (VALDÉS et al., 1990).

Sin embargo, en los últimos años se está obteniendo una idea bastante distinta de

las redes tróficas marinas. Por una parte, cada vez resulta más evidente la importancia de los organismos fotosintéticos de muy pequeño tamaño, así como de las bacterias, en las primeras fases de las redes tróficas marinas. Los consumidores de esta ultraplancton son organismos zooplanctónicos de tamaño inferior al mesozooplancton, el llamado microzooplancton (< 0,2 mm).

En cualquier caso, este apartado, teniendo en cuenta la metodología empleada en

los estudios realizados en las aguas costeras del Cantábrico oriental, se refiere exclusivamente al mesozooplancton, si bien las mallas empleadas en los muestreos varían entre 150 y 275 µm.

Existen diversos trabajos sobre abundancia y distribución del mesozooplancton en

las aguas costeras del Cantábrico oriental: VIVES (1980); VILLATE (1986); VILLATE et al. (1997). Además, otros estudios realizados en la zona costera del País Vasco, aunque no son específicos sobre zooplancton, incluyen el estudio de esta comunidad como indicadora del estado del sistema: AZTI et al., 1993; BORJA y VALENCIA, 1994; BORJA et al., 1995; FRANCO et al., 1996. De todos ellos se pueden establecer las principales tendencias de las comunidades zooplanctónicas en el área de estudio y la medida en que las mismas se ajustan a lo observado en el ámbito más general del Golfo de Vizcaya (POULET et al., 1996).

A lo largo del ciclo anual, en las aguas costeras de Gipuzkoa la abundancia total de

mesozooplancton presenta normalmente máximos en primavera-verano, si bien existe una notable variabilidad interanual, especialmente en las áreas más próximas a la costa (VIVES, 1980; VILLATE et al., 1997). Este máximo estival se ajusta al patrón establecido para sistemas marinos de latitudes templadas, en los que los picos de zooplancton aparecen con cierto retardo respecto a los de fitoplancton. Las densidades que se alcanzan en los máximos anuales se sitúan entre 1.000 y 10.000 ind·m-3 (VILLATE et al., 1997).

En cuanto a los grupos dominantes de las comunidades, casi todos los trabajos

mencionados confirman la dominancia de los copépodos (AZTI et al., 1993; BORJA y

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VALENCIA, 1994; BORJA et al., 1995; VILLATE et al., 1997), lo cual es general en las aguas costeras del Golfo de Vizcaya (POULET et al., 1996). A lo largo de buena parte del año el grupo mencionado puede suponer más del 60% del número total de individuos, si bien se registra una notable variabilidad interanual en las tendencias de las diferentes especies (VILLATE et al., 1997). Los casos en los que este grupo no domina la comunidad suelen estar asociados a elevadas densidades de especies que, generalmente en fase larvaria, presentan “picos” de abundancia esporádicos y ligados a condiciones ambientales favorables. Así se registró, por ejemplo, en la zona costera de Deba en invierno de 1996 (FRANCO et al., 1996), con una dominancia global de las larvas de cirrípedo. Otro grupo de bastante importancia son los cladóceros, que en sus máximos anuales pueden alcanzar densidades de 1.000 ind·m-3 (VILLATE et al., 1997).

En verano, en el área costera de Zumaia, AZTI et al. (1993) señalan, como especies

más abundantes, a los copépodos Paracalanus parvus, Centropages typicus, Oncaea media y Oithona helgolandica. Otros organismos destacables, aunque de menor importancia cuantitativa, fueron las medusas. En invierno BORJA y VALENCIA (1994) encuentran como especies más comunes a las larvas de cirrípedo (42% del total) y al copépodo Acartia clausi (41% del total).

En el área costera de Deba, en invierno, FRANCO et al. (1996) observan que, en

conjunto, las larvas de cirrípedo representan el 54% del número total de individuos, siendo los copépodos el segundo grupo más importante (43% del total).

En el área costera de Gipuzkoa (entre Deba y Getaria) y en lo que a copépodos se

refiere, VIVES (1980) detecta el máximo anual en agosto (5.276 ind·m-3), con densidades decrecientes desde la superficie hasta el fondo y notables diferencias entre los niveles superior e inferior a la termoclina. En términos porcentuales, los copépodos más importantes fueron Paracalanus parvus (49% del total), Acartia clausi (13% del total), Temora longicornis (10% del total), Centropages typicus y Clausocalanus spp. (entre 5 y 6% del total cada uno).

Las especies citadas como dominantes son también las más importantes en otras

zonas costeras del Cantábrico. Así, para la plataforma costera gallega y en lo relativo a los copépodos, VALDÉS et al. (1990), señalan, en orden de importancia relativa, a Acartia clausi, Temora longicornis y Paracalanus parvus en verano y a Acartia clausi,

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VII. PLANCTON 110

Paracalanus parvus y Temora longicornis en otoño. Asimismo, VALDÉS et al. (1991) señalan, como los copépodos más importantes en términos cuantitativos, para el Golfo de Vizcaya, a Acartia clausi (46%), Paracalanus parvus (18%) y Temora longicornis (11%).

Acartia clausi es un copépodo calanoide que en las aguas neríticas del Golfo de

Vizcaya presenta un ciclo estacional bien definido, con máximos primaverales y mínimos estivo-otoñales (VIVES, 1980). Aunque su máximo desarrollo es en primavera, en las regiones costeras también puede presentarse como dominante en invierno. Se trata de una especie que, en las regiones templadas del Atlántico Norte decrece desde zonas frías hasta zonas cálidas, mostrando una relación negativa con la temperatura a escala geográfica. En aguas costeras frente a San Sebastián se ha detectado una variabilidad interanual de sus efectivos relacionada con cambios en la temperatura (VILLATE et al., 1997).

Paracalanus parvus es una especie herbívora, que en aguas del Cantábrico oriental

presenta su máximo de abundancia en verano (VIVES, 1980). En cuanto a Temora longicornis, en el Cantábrico oriental se trata de una especie

perenne, es decir, representada durante todo el año, si bien sus máximos se dan en primavera. Se halla ampliamente distribuida por el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo y suele contribuir en elevados porcentajes a los contingentes de copépodos de las regiones subpolar y templada del Atlántico Norte.

Del resto de las especies de copépodos más importantes cabe mencionar a

Centropages typicus, que alcanza su máximo anual a finales de primavera, siendo escaso el resto del año (VIVES, 1980; VILLATE, 1986).

En cuanto a los cirrípedos, estos organismos, en estado adulto, son bentónicos

(viven fijados a las rocas) y se distribuyen por la zona litoral. Las larvas son, sin embargo, organismos planctónicos. Se trata, por lo tanto, de animales meroplanctónicos, a diferencia de los holoplanctónicos, organismos que pasan todo su ciclo vital en el plancton. En el plancton costero las larvas de cirrípedo suelen ocupar, en sus épocas de mayor abundancia, el segundo lugar en importancia, por detrás de los copépodos. Sus máximas densidades aparecen en invierno-primavera y en términos relativos su importancia es máxima en invierno, ya que en esta época otros grupos zooplanctónicos no alcanzan grandes densidades. Esta situación fue detectada en el área costera de Deba por FRANCO et al.

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VII. PLANCTON 111

(1996) y por BORJA y VALENCIA (1994) en invierno en la zona costera frente a Zumaia y Hondarribia.

Las especies más importantes de cladóceros en aguas del Cantábrico oriental son

Evadne nordmanni y Podon intermedius en primavera y Penilia avirostris y Evadne spinifera en verano-otoño (VILLATE et al., 1997).

En cuanto a los doliólidos y los apendiculariáceos, que se integran en el grupo de

los tunicados, sus representantes más característicos en aguas del Golfo de Vizcaya son Doliolum nationalis entre los primeros y Oikopleura dioica y Fritillaria pellucida entre los segundos. Los doliólidos presentan máximos en verano y otoño. Los apendiculariáceos presentan una notable variabilidad estacional, así como tendencias distintas dependiendo de las especies. La importancia de este grupo en aguas del Golfo de Vizcaya es porcentualmente mayor en verano (VALDÉS et al., 1992).

Finalmente, del resto de los grupos más importantes cabe citar a las larvas de

moluscos, típicos representantes del meroplancton, que incluyen a las fases larvarias (véliger) de bivalvos y gasterópodos. La abundancia de las larvas de gasterópodo en el plancton pare estar bastante relacionada con el ciclo anual de temperatura; así, en aguas costeras del Golfo de Vizcaya las densidades suelen presentar máximos estivales o primaverales (IBERDUERO, 1978; VILLATE, 1986; VILLATE et al., 1997). En el caso de las larvas de lamelibranquio, a diferencia de lo comentado con las de gasterópodo, no existe una asociación clara con el ciclo anual de temperatura y en diferentes áreas del Golfo de Vizcaya se han observado máximos de abundancia en diferentes épocas del año, si bien VILLATE (1986) detecta el máximo en agosto.

En resumen, las comunidades zooplanctónicas del área de estudio son las habituales en zonas costeras del Cantábrico y, por extensión, del Golfo de Vizcaya. Los máximos de abundancia se registran en primavera-verano y de entre los grupos principales, casi en todas las épocas se detecta el dominio de las comunidades por los copépodos, cuyos sprincipales representantes son las especies Acartia clausi, Paracalanus parvus, Temora longicornis y Centropages typicus. Otros grupos característicos son las larvas de cirrípedos, las de moluscos, los cladóceros, los apendiculariáceos y los doliólidos. En determinadas situaciones las poblaciones de algunos de ellos pueden ser muy elevadas, llegando a superar en importancia a los copépodos.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 113

VIII.- COMUNIDADES BENTÓNICAS

La realización del presente apartado se ha basado inicialmente en la obra

“Distribución y claves para la determinación de las principales especies que se encuentran en la rasa mareal situada entre Deba y Zumaia” (IBAÑEZ et al., 1988) y en el “Estudio de la rasa mareal del tramo costero de Deba-Zumaia” (INSUB, 1986). El primero de los trabajos se realizó mediante 20 transectos perpendiculares a la línea de costa (Figura 23) y la posterior aplicación de métodos semicuantitativos con el fin de realizar una descripción general de la distribución espacial de las principales poblaciones y comunidades animales y vegetales de la rasa.

Figura 23. Representación tridimensional de los 20 transectos realizados.

Además se han utilizado los estudios ya mencionados de AZTI et al. (1993),

BORJA y VALENCIA (1994) y FRANCO et al. (1996), que recogen los muestreos

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 114

realizados por AZTI para la Diputación de Gipuzkoa en la zona de Zumaya y Deba y que incorporan estudios del bentos de sustrato duro y blando del área, desde la zona intermareal hasta los 70 m de profundidad. Por último se han realizado, en el curso del presente proyecto varias visitas a la zona con objeto de reconfirmar los datos precedentes y obtener fotografías para ilustrar el informe. 1.- Datos cualitativos

Al describir la flora y fauna del área de Algorri se hace necesario distinguir dos hábitats bien diferenciados: por un lado, las paredes del acantilado y por otro, la plataforma, sometida cada día a la acción de las mareas. Dicha plataforma destaca por constituir una gran superficie intermareal como consecuencia de la suave pendiente que presenta (1,5% de media). Esta gran superficie permite la diferenciación de múltiples nichos ecológicos, lo cual redunda en una alta diversidad vegetal y animal (Figura 24).

Figura 24. Esquema ilustrativo de la estructura y diversidad animal y vegetal de la rasa (IBAÑEZ et al.,

1988).

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 115

El carácter de costa semiprotegida de la rasa implica la existencia de elementos de la biota característicos de estas zonas, como por ejemplo, las algas Padina pavonia (ANGULO, 1980; IBAÑEZ et al., 1980 y IRASTORZA e IBAÑEZ, 1981), o Laurencia pinnatifida (ANGULO, 1980; IBAÑEZ et al., 1980; SARASUA, 1984 y VILLAR et al., 1981), el cirrípedo Balanus perforatus (IBAÑEZ et al., 1980), etc., junto con otros típicos de zonas expuestas como los líquenes del supralitoral, el cirrípedo Chthamalus stellatus (IBAÑEZ et al., 1980), etc.

Destaca el gran desarrollo y exuberancia de la vegetación algal, con la formación de extensos cinturones en los diferentes niveles del intermareal. Relacionado con el carácter biogeográfico meridional de la rasa, existen diferentes especies que en ésta zona alcanzan su límite de distribución en la Costa Vasca, como por ejemplo, el alga Bifurcaria bifurcata (ANGULO, 1980; IBAÑEZ et al., 1980 y IRASTORZA e IBAÑEZ, 1981), que al oeste de la mencionada costa forma cinturones compactos mientras que en la rasa solamente aparece de forma aislada. Del mismo modo, otras especies infralitorales que aparecen bien en zonas expuestas del mediolitoral inferior o en cubetas sumergidas como Plocamium cartilagineum (ANGULO, 1980; IRASTORZA e IBAÑEZ, 1981; SARASUA, 1984 y VILLAR et al., 1981) y Cystoseira tamaristifolia (ANGULO, 1980; IBAÑEZ et al., 1980; IRASTORZA e IBAÑEZ, 1981 y VILLAR et al., 1981), forman manchas más o menos dispersas con distribución irregular.

Otras especies tales como Corallina sp. (SARASUA, 1984) y Lithophyllum incrustans (ANGULO, 1980), presentan una cobertura amplia y bastante homogénea por toda la rasa, mientras que especies como Halopteris scoparia (ALKAIN et al., 1986; ANGULO, 1980; IBAÑEZ et al., 1980; IRASTORZA e IBAÑEZ, 1981; SARASUA, 1984 y VILLAR et al., 1981) y Cladostephus spongiosus (ALKAIN et al., 1986; ANGULO, 1980; IRASTORZA e IBAÑEZ, 1981; SARASUA, 1984 y VILLAR et al., 1981) presentan una distribución en horizontes más o menos concretos.

Queda por último un grupo de especies como Lichina pygmaea (que es un líquen) y Lithophyllum tortuosum (IBAÑEZ et al., 1980), que aparecen de forma esporádica en la rasa.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 116

La fauna de la rasa mareal se caracteriza por su diversidad (más de 200 especies animales) y por la elevada densidad de individuos de determinadas especies, así como por la presencia de representantes de la mayoría de grupos de invertebrados marinos.

Algunos poliquetos filtradores como Sabellaria alveolata (IBAÑEZ et al., 1980), forman estructuras arrecifales dando lugar a oquedades en las que se puede encontrar una fauna variada y rica. Ésta especie, al igual que los moluscos Littorina neritoides (IBAÑEZ et al., 1980) y Mytilus edulis (BORJA, 1983) y el cirrípedo Balanus perforatus, aparecen de forma esporádica en la rasa. En algunos casos, en otros lugares de la costa con mayor pendiente las especies de moluscos anteriormente mencionadas forman horizontes claramente definidos, aunque en el caso que nos ocupa, la poca pendiente y la presencia de cantos rodados de fuerte acción abrasiva en la parte superior de la rasa, dificulta la presencia continua de estas especies.

Otras, en cambio, presentan una cobertura amplia y bastante homogénea, tal es el caso de la lapa Patella depressa (IBAÑEZ et al., 1980) y el cirrípedo Chthamalus sp. En una situación intermedia, es decir, especies con una distribución en horizontes más o menos concretos, encontramos las lapas Patella aspera y P. vulgata junto con la anémona Anemonia viridis y A. sulcata (AGUIRREZABALAGA et al., 1984; IBAÑEZ et al., 1980).

No hay que olvidar el gran número de crustáceos como las quisquillas, Palaemon elegans y P. serratus y nécoras como Liocarcinus puber (ALTUNA et al., 1983; ROMERO, 1984), porcelanas como Porcellana platycheles (ALTUNA et al., 1983; IBAÑEZ et al., 1980), el cangrejo moruno, Eriphia spinifrons y el cangrejo sastre, Galathea squamifera (INSUB, 1986).

En la rasa también encontramos especies de gran interés como el pulpo Octopus vulgaris y la variada gama de colores y belleza de los nudibranquios como Hypselodoris cantabrica (INSUB, 1986).

Finalmente, especies como el erizo Paracentrotus lividus presentan una distribución dispersa e irregular aunque en determinadas cubetas puede alcanzar una densidad de 600 ind·m-2.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 117

En las Figuras 25 a 28 puede observarse la distribución en la rasa de las principales especies tanto animales como vegetales mencionadas hasta el momento.

Por otra parte, en los estudios más recientes de AZTI et al. (1993), BORJA y VALENCIA (1994) y FRANCO et al. (1996), al analizar las estaciones más altas del intermareal costero (Supralitoral o Mediolitoral Superior) se observa que las especies son características de estas zonas elevadas (3,5 a 6 m por encima del nivel cero de marea): los artrópodos Campecopea hirsuta y Chthamalus stellatus y diversas especies de lapa (Patella) y Littorina neritoides.

Figura 25. Especies de amplia distribución en la rasa.

Figura 26. Especies con tendencia a ocupar determinados niveles.

Figura 27. Especies de distribución irregular.

Figura 28. Especies esporádicas.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 122

En cambio, en algunos puntos, como en el transecto de punta Aitzuri, en Algorri, la presencia del líquen Lichina pygmaea permite suponer una mayor elevación en el intermareal que en otras estaciones. Por otro lado, la identificación de especies más mediolitorales en este punto (Corallina, Monodonta), indica que en la muestra había alguna grieta donde se podían cobijar para conservar la humedad en lugares más altos que los que les corresponde o que la zona es más expuesta al oleaje, permitiendo que especies de lugares más bajos asciendan en el intermareal. Las estaciones de la zona media del intermareal (Medio) se hallan situadas entre 1,5 y 3,5 m. Es la zona dominada por el alga calcárea Corallina y el alga incrustante Lithophyllum incrustans. Entre la fauna destacan el cirrípedo Chthamalus stellatus y son abundantes los mitílidos, especialmente Mytilaster minimus y Mytilus edulis. Otras especies que aparecen de forma abundante son el artrópodo Hyale stebbingi y el bivalvo Lasaea rubra. En el caso del transecto de Algorri hay algunas diferencias en cuanto a la presencia de especies de segunda importancia (aparece más Littorina neritoides y menos de otras especies). Las estaciones de la zona inferior del intermareal (Infralitoral o Mediolitoral Inferior) se extienden entre 0 y 1,5 m. A través de las muestras tomadas se observa que el área está dominada por las algas Corallina y Lithophyllum incrustans, si bien hay otras acompañantes que adquieren cierta importancia: Mesophyllum lichenoides, Gigartina acicularis, Cladophora pellucida, etc. En cuanto a la fauna, abundan en todas las estaciones el bivalvo Mytilaster minimus y los artrópodos Hyale nilsoni, H. stebbingi y Tanais dulongii. Otras especies, aunque abundantes, no son comunes a todas las estaciones: Barleeia rubra, Poliophthalmus pictus, Dynamene bidentata, etc. En las estaciones situadas a 15 m de profundidad hay un cambio radical frente a las desembocaduras del Deba y Urola, puesto que mientras que Motriko y Algorri presentan sustrato rocoso en las otras es sustrato blando. En realidad, al encontrarse frente a la desembocadura de los estuarios, están situadas sobre el paleocauce, donde se acumulan los sedimentos de grano más grueso transportados por el río.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 123

Por lo tanto en estas zonas se localizan especies carroñeras como el gasterópodo Hinia reticulata o artrópodos como Diogenes pugilator. En el sustrato rocoso también hay diferencias, así mientras que en Motriko dominan algas como Cystoseira baccata, Lithophyllum incustans o Cryptopleura ramosa; en Algorri el dominio absoluto corresponde a Cystoseira. En cuanto a la fauna, dominan los cirrípedos, aunque Verruca stroemia lo hace en Motriko y Balanus en Algorri. Las estaciones más profundas, situadas entre 25 y 30 m, presentan la misma diferenciación que las anteriores. Así, frente a las desembocaduras continúa habiendo sustrato blando. Además, al estar más alejadas de la costa tienden a depositarse sedimentos más finos y ricos en materia orgánica, lo que sin duda ha favorecido la presencia de un indicador de contaminación como Capitella capitata. En cuanto a las otras estaciones, las algas son más escasas que a menor profundidad, debido a la menor penetración de luz, siendo la especie más abundante el alga calcárea tapizante Lithophyllum incrustans. Por lo que se refiere a la fauna el cirrípedo Verruca stroemia es común y bastante abundante, aunque en Motriko dominan el cnidario Aiptasia mutabilis y los poríferos Sycon raphanus y una esponja no identificada. 2.- Estudio cuantitativo El número de especies aumenta progresivamente conforme se desciende desde el supralitoral hasta los 15 m de profundidad, para decrecer en 25 m. Esto sucede tanto en Motriko como en Algorri. En cambio en Deba, al pasar de sustrato duro a blando hay una fuerte caída en la riqueza específica. Los valores coinciden bastante bien con los citados por BORJA et al. (1993) en la zona de Pasajes-San Sebastián. Así, en el supralitoral, según estos autores, lo normal es encontrar hasta 10 especies, en la zona media de 30 a 40, en la inferior de 40 a 60 (en Algorri se superan en ambas) y de 10 a 20 en 25 m.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 124

En el caso de Algorri, en la zona situada al este de la desembocadura del Deba, hay una caída en el número de especies que es bastante importante en la zona media del intermareal y algo menor en la inferior. Esto puede deberse a la deriva de la pluma del Deba que, debido a la contaminación, afectaría a la zona. De hecho es la zona media, sometida a las mareas, la que puede estar en contacto más permanente con las aguas menos densas del río que salen por superficie, tal y como se ha visto en el estudio de dispersión de los contaminantes. El número de individuos desciende progresivamente desde el supralitoral hasta 25 m, si bien los rangos difieren bastante de los de Pasajes-San Sebastián (BORJA et al., 1993). Así, mientras que estos autores establecen para el supralitoral valores superiores a 50.000 ind.m-2 aquí sólo se acerca Motriko, situándose Deba y Algorri entre 10.000 y 15.000 ind.m-2. En la zona media e inferior las densidades se encuentran en el rango inferior, o incluso por debajo, del expresado por BORJA et al. (1993) que lo sitúan entre 10.000 y 50.000 ind. m-2, mientras que a 25 m son bastante coincidentes los valores con los de dichos autores que lo sitúan en fondos blandos entre 25 y 500 ind.m-2 y en duro de 1.000 a 5.000 ind.m-2. Por lo que se refiere a la biomasa, los autores mencionados establecen los máximos en la parte media del intermareal, con pesos de hasta 3.000 g.m-2, siendo de 1.000 g.m-2 en las partes altas y baja del intermareal. En el caso que nos ocupa sí se detecta el máximo, si bien algo más abajo en el intermareal, aunque las biomasas son mucho menores (entre 5 y 7 veces). Esto sin duda se debe en gran parte a que el muestreo fue en invierno, mientras que en Pasajes-San Sebastián fue en verano. De esta manera las algas, que son las que más biomasa aportan, no se encontraban tan desarrolladas. De hecho, los valores que encuentran AZTI et al. (1993) en época estival en la zona coinciden mejor. En cuanto a la biomasa submareal a 25 m está dentro del rango mencionado en Pasajes-San Sebastián: unos 100 g.m-2 en roca y unos 10 g.m-2 en sedimento. La diversidad en número aumenta hacia la parte baja del intermareal, desde 0,2-0,5 en el supralitoral a 3,9-4,7 en el infralitoral, decreciendo a 25 m. Los rangos son muy similares a los citados por BORJA et al. (1993) que establecen valores menores de 1 en el supralitoral y

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 125

de 2 a 3 en el mediolitoral. También son parecidos a los invernales de Zumaia (BORJA y VALENCIA, 1994). Algo similar sucede con la diversidad en biomasa. Según dichos autores en el supralitoral es menor de 1, habiéndose encontrado aquí entre 0,4 y 1,1; en el mediolitoral la establecen entre 1 y 2, siendo aquí algo mayor (1,7 a 2,7); en el infralitoral citan valores de 2 a 3 (aquí 1,9 a 3); a 25 m, en fondos duros, oscilaría entre 2 y 3 (aquí 1,2 a 1,9) y en blandos de 1 a 2 (aquí 1,4). La diversidad es parecida a la invernal de Zumaia (BORJA y VALENCIA, 1994), aunque ligeramente mayor en el intermareal y algo inferior en el submareal. Al comparar la evolución entre transectos FRANCO et al. (1996) observan que la diversidad en biomasa evoluciona de forma parecida en los tres en la parte alta del intermareal. En Deba cae a 15 m, debido al "estrés" provocado por el cambio del tipo de fondo y la salida del río, ocupando Algorri un lugar intermedio posiblemente debido a la influencia de éste. Las diversidades máximas son parecidas a las citadas por BORJA et al. (1993) en la zona supralitoral (2 a 3 por 2-2,6 aquí); y presentan valores por debajo del valor inferior del rango en el resto del intermareal (5 a 6 por 4 a 5,9) y submareal (4 a 5 por 2,8 a 4,9). A pesar de ello las equitabilidades en número coinciden bastante bien con los rangos de dichos autores: en el supralitoral citan valores menores de 0,4 y aquí están entre 0,1 y 0,25; en el mediolitoral son de 0,4 a 0,6 coincidiendo plenamente con los de Deba; en la parte inferior citan valores superiores a 0,6 y aquí se encuentran entre 0,7 y 0,8. Por último, en el submareal Deba supera el rango de Pasajes-San Sebastián, puesto que éste oscila entre 0,4 y 0,6 y aquí está entre 0,6 y 0,8. 3.- Comunidades bentónicas La gran variedad de ambientes de la rasa hace que se hayan descrito y se puedan distinguir una gran cantidad de comunidades bentónicas.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 126

3.1.Comunidad de Lichina pygmaea El grupo que forma esta comunidad (casi facies más que comunidad) que se compone de cuatro especies donde es el líquen L. pygmaea quien le da nombre. Es característica de lugares altos del intermareal rocoso (supralitoral y mediolitoral superior), entre 3,5 y 6 m de altura, dependiendo de la exposición al oleaje. El bivalvo Lasaea rubra y los anélidos (Eulalia viridis y Perinereis marioni) son típicos de grietas en estos lugares. 3.2. Comunidad de Chthamalus-Littorina Este grupo, aunque formado sólo por dos especies, el cirrípedo Ch. stellatus y el gasterópodo L. neritoides, es muy común en la costa vasca, donde ha sido descrito por BORJA et al. (1993) y BORJA y VALENCIA (1994). Normalmente aparece mezclado con el anterior, puesto que las especies suelen ser comunes. En este caso la comunidad se distribuye algo por debajo de la anterior, desde el supralitoral al mediolitoral medio, siendo más abundante entre éste y el mediolitoral superior (entre 3 y 4 m), siempre sobre roca. 3.3. Comunidad de Corallina officinalis El grupo reúne con una fuerte correlación (> 0,93) a una cierta cantidad de especies estructuradas por Corallina. Esta comunidad ha sido descrita por CRISP y MWAISEJE (1989), localizándose en la costa vasca en lugares medios del intermareal (BORJA et al., 1993; BORJA y VALENCIA, 1994) entre 1,5 y 3,5. Esta alga calcárea de porte no muy alto (inferior a 10 cm) ofrece una gran resistencia a la tracción del oleaje, por lo que aparece en lugares expuestos. Además en nuestra costa es característica de lugares con cierta alteración por contaminación orgánica. A ella le acompañan otras algas epifitas como Cladophora pellucida, Enteromorpha o Dictyopteris membranacea, mientras que entre lo intrincado de sus fondos buscan comida algunos animales carroñeros y carnívoros como los anélidos Polydora caeca, Platimereis dunerilii, Syllis prolifera, etc.

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 127

3.4. Comunidad de Jania rubens Si bien podría conceptuarse casi como una facies de la comunidad anterior se ha optado por formar una comunidad donde el alga calcárea J. rubens estructura el espacio, acompañada por Gigartina acicularis. Alguna especie de carácter esciáfilo, como Halopteris filicina, se une a un grupo característico del nivel inferior del mediolitoral (de 1 a 2 m), encontrándose además anélidos (Pseudobrania clavata) y moluscos (Apicularia guerini). 3.5. Comunidad de Gelidium latifolium El grupo se estructura alrededor de G. latifolium en una comunidad que aparece habitualmente en Zumaia (BORJA y VALENCIA, 1994) y en Pasajes-San Sebastián (BORJA et al. (1993). Esta especie de alga es característica de los niveles más bajos del intermareal, desde 0 a 1 m (infralitoral); encontrándose sobre un sustrato basal de Mesophyllum lichenoides. Junto a ella aparecen especies perforantes como los moluscos Hiatella arctica y Rocellaria dubia, así como anélidos carnívoros y carroñeros (Anaitides mucosa, Nematonereis unicornis, Mediomastus fragilis, etc.). Algunas de las especies que se unen a este Subgrupo son características de otros niveles del intermareal algo más elevados, e incluso aparecen especies típicas de más profundidad, como el cirrípedo Verruca stroemia. 3.6. Facies de Bifurcaria bifurcata No ha sido descrita como tal, si bien son especies que se adscriben a los niveles más bajos del intermareal y, en algún caso, a los medios. Aparece dominada por esta alga parda, junto con anélidos como Syllis gracilis,Odontosyllis ctenostoma, etc. 3.7. Comunidad de Gelidium sesquipedale Se compone de un alga que estructura la comunidad (G. sesquipedale), que crece sobre un tapiz de Mesophyllum lichenoides (alga calcárea), a la cual perfora el molusco Hiatella arctica. Sobre el alga crecen otras epifitas como Plocamium cartilagineum y

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VIII. COMUNIDADES BENTÓNICAS 128

Dictyota dichotoma. Entre ellas viven animales herbívoros como Apherusa jurinei, Cymodoce truncata o Aplysia punctata. Sobre Gelidium crecen especies como Crisia eburnea que tapiza sus pies. La comunidad en esta zona se distribuye entre 0 y 5 a 10 metros de profundidad, aunque aparece más mezclada que en la parte este de Gipuzkoa. 3.8. Comunidad de Cystoseira baccata El grupo se encuentra habitualmente entre 10 y 20 m. Esta es una zona de transición entre la de menos profundidad (0 a 10 m), dominada en nuestra costa por la comunidad de Gelidium sesquipedale (BORJA et al., 1993) y la que comienza en 20-25 m hasta 50, compuesta por H. filicina y Peyssonnelia. En 15 m la especie que estructura es Cystoseira baccata, alga parda de gran porte, viéndose acompañada por restos de la comunidad de Gelidium del piso superior. También aparecen ocasionalmente algunas laminarias. 3.9. Comunidad de Halopteris filicina Esta alga estructura la comunidad entre 25-30 m y 50 m de profundidad. Se trata de una comunidad compuesta de especies habituadas a vivir en lugares con baja iluminación y se caracteriza, además de por esta alga, por otras como Phyllophora crispa y Peyssonnelia rubra. Crecen sobre un sustrato rocoso tapizado de Verruca stroemia, mientras que entre las algas aparecen algunos grupos faunísticos: Modiolus barbatus, Sertularella ellisi y Aspidosiphon clavatus. 3.10. Facies de esponjas Entre 15 y 50 m, en lugares con poca luz, se encuentra el grupo compuesto por una serie de animales, como las esponjas y los cnidarios, que forman agrupaciones en las rocas. También se une un alga esciáfila en los lugares más someros, como Dictyota dichotoma, que suele ser epifita de otras algas por debajo de 6 a 8 metros.

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IX. PECES Y PESQUERÍAS 129

IX.- PECES Y PESQUERÍAS

Las comunidades de peces intermareales viven normalmente en cubetas que quedan aisladas durante los períodos de bajamar. Los chafarrocas, las escórporas, los góbidos y los blénidos son moradores frecuentes de éstas cubetas. Las características de ésta ictiofauna intermareal vienen determinadas por el hábitat, así, generalmente, las especies poseen una forma poco hidrodinámica, son relativamente malos nadadores, algunos poseen órganos de fijación a las rocas, todas poseen caracteres miméticos y su tamaño es relativamente pequeño. La mayoría soportan bien los cambios ambientales debidos a fenómenos tales como: el régimen de temporales y exposición al oleaje, insolación, variaciones de salinidad, de temperatura, naturaleza del sustrato rocoso, etc.

Trabajos realizados por INSUB (1986) en 24 cubetas de la rasa mareal, determinaron

la presencia de 16 especies diferentes de ictiofauna intermareal pertenecientes a 8 familias y cuyo número y biomasa se especifican en las Tablas 8 y 9:

Familia GADIDOS

Gaidropsarus mediterraneus (LINNE, 1758) Familia GOBIESOCIDOS Lepadogaster lepadogaster (BONNATERRE, 1788) Lepadogaster candollei (RISSO, 1810) Apletodon dentatus (FACCIOTA, 1887) Familia SINGNATIDOS Nerophis lumbriciformis (JENYNS, 1835) Familia ESCORPENIDOS Scorpaena scrofa (LINNE, 1758) Familia COTIDOS Enophrys bubalis (EUPHRASEN, 1786) Familia LABRIDOS Symphodus melops (LINNE, 1758) Familia BLENIDOS Coryphoblennius galerita (LINNE, 1758) Blennius trigloides (VALENCIENNES, 1836) Blennius pholis (LINNE, 1758) Blennius sanguinolentus (PALLA, 1811) Blennius ponticus (SLASTENENKO, 1934) Blennius gattorugine (BRUNNICH, 1768) Blennius pilicornis (CUVIER, 1829) Familia GOBIDOS Gobidae indeterminado.

Tabla 8. Número de individuos de cada especie de ictiofauna intermareal en la rasa de Algorri.

Tabla 8. Continuación.

Tabla 9. Biomasa (peso fresco en gramos) de las diferentes especies de ictiofauna intermareal en la rasa de Algorri.

Tabla 9. Continuación.

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IX. PECES Y PESQUERÍAS 134

La ictiofauna intermareal de la rasa se encuentra dominada tanto en biomasa como en número de individuos (Tabla 10), por la familia de los blénidos (80% del número de individuos total y 85% de la biomasa total) siendo Blennius pholis y Coryphoblennius galerita sus máximos exponentes (Tabla 11 y 12).

Familias % Número de individuos % Biomasa Blénidos 80,88 85,13

Gobiosocidos 10,08 2,79 Lábridos 5,13 4,95 Góbidos 1,59 1,64 Gádidos 1,06 5,11

Signátidos 0,88 0,06 Cótidos 0,17 0,26

Escorpénidos 0,17 0,03

Tabla 10. Porcentaje de las diferentes familias de peces referidos al número de individuos y biomasa (INSUB, 1986).

Especies Número de individuos Biomasa Gaidropsarus mediterraneus 6 140,83 Lepadogaster lepadogaster 26 50,67 Lepadogaster candollei 26 25,72 Apletodon dentatus 5 0,66 Coryphoblennius galerita 216 167,97 Blennius trigloides 123 1586,58 Blennius pholis 3 47,45 Blennius sanguinolentus 16 335,35 Blennius ponticus 8 33,19 Blennius gattorugine 56 19,02 Blennius pilicornis 35 154,82 Symphodus melops 29 136,33 Nerophis lumbriciformis 5 1,71 Gobidae indeter. 9 45,21 Enophrys bubalis 1 7,26 Scorpaena scrofa 1 1,02 Tabla 11. Número de individuos y biomasa de las diferentes especies de ictiofauna intermareal en la rasa de Algorri.

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IX. PECES Y PESQUERÍAS 135

Especies % Número de individuos % Biomasa Gaidropsarus mediterraneus 38,09 6,10 Lepadogaster lepadogaster 9,37 0,69 Lepadogaster candollei 4,58 0,93 Apletodon dentatus 4,58 1,83 Coryphoblennius galerita 21,69 57,61 Blennius trigloides 0,88 0,02 Blennius pholis 0,52 1,72 Blennius sanguinolentus 6,17 5,62 Blennius ponticus 1,05 5,11 Blennius gattorugine 2,82 12,17 Blennius pilicornis 5,11 4,95 Symphodus melops 1,41 1,20 Nerophis lumbriciformis 0,88 0,06 Gobidae indeter. 1,58 1,64 Enophrys bubalis 0,17 0,26 Scorpaena scrofa 10,17 0,03 Tabla 12. Porcentajes de las diferentes especies de ictiofauna intermareal referido al número de individuos y biomasa en la rasa de Algorri.

Del mismo modo, para el número de individuos (Figura 29) y para la biomasa (Figura 30), se realizó un cálculo de parámetros estructurales de la comunidad tales como el índice de diversidad de Shannon.

Por otro lado, en lo referido a las especies que se encuentran en los lugares

permanentemente sumergidos, dado que la zona corresponde en su práctica totalidad a fondos rocosos, se favorece el asentamiento de peces territoriales de pequeño tamaño (arraitxikiak), como las babosas o kabuxiak (blénidos), los carraspios y la doncella (lábridos). La itsaskabra, los durdos y el congrio son las únicas especies de peces que llegan a superar el kilo de peso, llegando en la última de ellas hasta los 30. El pulpo es también abundante, alimentándose de nécoras y otros crustáceos que no faltan en un terreno tan escarpado y recubierto por numerosos organismos incrustantes.

En las escasas manchas de arena se concentran especies como la faneca, el salmonete, los perlones y las cabras. La abundancia de alimento atrae también a depredadores como la lubina y los grandes espáridos (muxarra, dorada,...), en especial a sus juveniles (panchitos).

Figura 29. Representación gráfica de la abundancia e índice de diversidad de Shannon, referidos al número de individuos de ictiofauna intermareal de la rasa de Algorri.

Figura 30. Representación gráfica de la abundancia e índice de diversidad de Shannon, referidos la biomasa de ictiofauna intermareal de la rasa de Algorri.

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IX. PECES Y PESQUERÍAS 138

Los fondos menores de 30 brazas (unos 50 m) son utilizados habitualmente para la pesca profesional con nasas (cestas para nécora) y palangre de superficie (líneas de anzuelos para lubina y espáridos). Durante la época estival (de mayo a octubre) se calan en su límite inferior trasmallos destinados a la captura de itsaskabra, pudiendo aventurarse a menor profundidad algunos barcos de enmalle en caso de malas capturas en la zona exterior. En total hay unas siete motoras de Getaria que trabajan en la zona, acudiendo ocasionalmente pequeñas embarcaciones de otros puertos (Donostia o Pasaia). Es en la temporada del verdel (entre marzo y abril) cuando pueden llegar a concentrarse gran número de barcos en la zona, siguiendo la migración de los bancos de esta especie.

La actividad no profesional (pesca y marisqueo) es también intensa. En la propia rasa la especie más buscada es el pulpo, mientras que en aguas cercanas faenan chipironeras y motoras en busca de lubina, dorada, verdel y arraitxikiak.

La zona está muy expuesta a la mar de fondo, lo que dificulta el baño y el buceo.

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 139

X.- ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 1.- Síntesis de conocimiento

A través de las páginas que anteceden se ha ofrecido una visión general de lo que la rasa de Algorri supone desde el punto de vista naturalístico y ambiental, centrado en la vertiente marina.

Sin duda alguna el mayor activo de esta área reside en su geomorfología, lo que la hace singular a escala internacional, así como en la escasa alteración antropogénica que presenta la zona, debido fundamentalmente a su aislamiento y difícil acceso.

La presencia de una franja claramente marcada de transición entre el Cretácico y el Terciario, coincidiendo con la época de extinción en masa de los dinosaurios, atrae cada año a numerosos expertos de todo el mundo debido a que es un hecho poco frecuente en todo el planeta.

Por otro lado, la rasa de Algorri presenta transiciones de otros períodos geológicos, como el Paleoceno-Eoceno o el Cretácico Superior e Inferior (Fotografías 7 y 8). Todo ello ha influido decisivamente en la abundancia de “pistas fósiles” presentes, con muchos restos de Ammonites, siendo la parte este de la rasa uno de los yacimientos fosilíferos más importantes de Europa (WARD, 1983).

La fisiografía costera ofrece en este punto interesantes muestras de erosión, con

valles colgados, acantilados en retroceso y, especialmente, una gran rasa mareal de la que GÓMEZ DE LLARENA (1946) decía que era el mejor lugar de la Península Ibérica para estudiar el flysch, o alternancia de estratos duros y blandos, cuya erosión diferencial produce esta característica rasa de abrasión que es la mayor de Europa.

Todo ello se ha traducido en una gran calidad paisajística de la franja litoral. Como

puntos de especial relevancia se pueden destacar la playa de Itzurun, la punta de San Telmo, Elorriaga, la punta y cala Zakoneta y punta Endata o Mendata.

Fotografía 7. Acantilados y plataforma de abrasión en Sakoneta, desde Punta Mendata.

Fotografía 8. Playa de San Telmo y acantilados en Punta Aitzgorri. Los materiales de color rojizo son calizas y calizas margosas del Terciario. Esta zona se halla muy próxima al transición Cretácico-Terciario.

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 141

La diversidad de ambientes creados por la erosión ha provocado que la rasa presente una gran singularidad en la fauna bentónica, con presencia de muchas comunidades presentes a lo largo de la costa vasca pero que aquí alcanzan un alto grado de heterogeneidad.

La presencia del flysch, la pendiente suave de la rasa (1,5% de media), la amplitud

de la marea (4,5 m de carrera) y la gran distancia desde el pie del acantilado hasta el punto más bajo de la rasa (Fotografía 9), posibilitan una elevada diferenciación de nichos ecológicos y una gran diversidad vegetal y animal en el intermareal de la rasa.

El oleaje modela y erosiona, pero también provoca adaptaciones para la resistencia

a su esfuerzo de cizalla. Así, se encuentran pies musculosos para el agarre (lapas, quitones, orejas de mar, etc.), cimentación de la base (cirrípedos, ostras, etc.), bisos (mitílidos), perforación de agujeros de protección (Hiatella, Myoforceps aristata, etc.) (Fotografía 10).

La perturbación generada por el oleaje se ve amortiguada en la rasa debido a que su

morfología actúa en cierta manera como las barras de playa. Por ello la exposición al oleaje presenta aquí un carácter semiexpuesto (Fotografía 12).

El hecho de que la rasa quede al descubierto durante muchas horas en mareas vivas

provoca nuevas adaptaciones para conservar la humedad y evitar morir por asfixia. Así, la vida bajo las piedras sueltas, agujeros, cubetas intermareales, ocultamiento entre frondes tupidos de algas, retenciones de agua entre las valvas, etc. se desarrollan en toda su diversidad (Fotografía 11).

La rotura del oleaje hace que no sea esta zona muy solicitada por la pesca

comercial. Una gran tradición impregna en Zumaia la pesca deportiva de pulpo en la rasa mareal. Por otro lado, en la zona submareal, tiene lugar algo de pesca mediante nasas.

En cuanto a la calidad del medio, el área presenta en su límite oeste la

desembocadura del Deba que es uno de los ríos más contaminados de la Comunidad, después del Nerbioi y Oiartzun (BORJA et al., 1998).

Fotografías 9 y 10. Charcas intermareales (9) y organismos perforadores (moluscos) en rocas calizas (10).

Fotografía 11. Cobertura algal en rocas intermareales. Las algas de color verde son Ulva lactuca; las de color marrón-rojizo, Corallina officinalis.

9 10

Fotografías 12 y 13. Rocas desprendidas de los taludes rocosos, transportadas hasta la plataforma de abrasión (12) y agujeros producidos por la toma de testigos para el estudio de los fósiles, en los materiales de la transiciónCretácico-Terciario (13).

12 13

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 144

Como se ha visto en el apartado de modelización, y se puede observar en la animación que se adjunta a este informe, la pluma del Deba deriva preferentemente hacia el este, sobre la rasa de Algorri, incidiendo especialmente en el área que se extiende hasta punta Aitzuri.

El río Urola, menos contaminado, no influye prácticamente en el área, mientras que

son la regata que baja de Itziar y el vertido de la nueva depuradora, situado cerca de Aitzuri, los que afectan a la zona central de la rasa, como se ve en la mencionada animación. Por otro lado, la playa de Itzurun presenta una excelente calidad de las aguas, al estar a sotavento del Urola y muy lejos del Deba.

Un fenómeno que tiene lugar sobre la rasa al subir la marea, hasta unos 10 m de

profundidad, es la cantidad de materia que se pone en suspensión al ir lamiendo el oleaje el fondo. Esto ha provocado que no se haya podido hacer un vídeo de calidad suficiente estando la rasa cubierta de agua, puesto que la visibilidad se vuelve muy reducida.

El valor ecológico de la rasa de Algorri ha sido destacado desde muy antiguo, si

bien ya en 1975 el ICONA la incluía en la relación de zonas costeras para protección especial.

En 1981 el Coloquio Hispano-Francés sobre espacios litorales, celebrado en

Madrid, lo definía como una zona de landa costera, con gran variedad de paisajes sin alteraciones.

La Diputación Foral de Gipuzkoa realizó en 1987 un estudio de la zona marítimo-

terrestre de Punta Endata, con vistas a su inclusión en los espacios de interés naturalístico de Gipuzkoa.

Posteriormente, se ha venido mencionando esta área en diversos documentos que

valoran los recursos ambientales del País Vasco, que se comentan a continuación. Las Directrices de Ordenación del Territorio del País Vasco, aprobadas con carácter

definitivo mediante Decreto 28/1997, de 11 de febrero (BOPV de 12 de febrero de 1997), presenta en su Anexo 3 el Listado abierto de áreas y espacios de interés naturalístico que

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 145

incluye la Franja litoral Punta Aitzuri (Mendata)-Zumaia -zona ya incluida en el Catálogo Abierto de Espacios Naturales Relevantes (GOBIERNO VASCO, 1996)-.

De ellas se deriva el Plan Territorial Sectorial de Ordenación y Protección del

Litoral de la CAPV, actualmente en redacción por parte de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, cuyo avance fue presentado en el marco del Simposio sobre Litoral y Costa de Euskadi 1998, celebrado en las instalaciones del Aquarium de San Sebastián entre los días 7 y 9 de octubre, organizado por el Colegio Oficial de Biólogos. Algunos de los usos actuales de la zona pueden verse en la Figura 31. A continuación se mencionan aquellos aspectos referidos al medio marino que pueden ser de aplicación en nuestra zona de estudio.

- El área presenta un valor notable para la conservación en el conjunto de las unidades

fisiográficas incluidas en dicho estudio. - Se propone la inclusión en el Catálogo de zonas ambientalmente sensibles de la zona

mareal, los acantilados costeros, las plataformas de abrasión y las playas naturales, entre las que se incluyen las de Aitzgorri, Elorritxo, Sakoneta, Mendata, Aitzuri, Itsaspe y Montare (todas ellas comprendidas entre Zumaia y Deba).

- Como zona a recuperar se propone la cala de Inpernupe en Zumaia. - La rasa mareal de Algorri y los acantilados submarinos hasta Deba, en una franja de

50 m desde la línea de bajamar, se propone como zona de conservación estricta; es decir, zona protegida en la que debe limitarse la intervención antrópica y potenciar la investigación y su uso para la educación ambiental. No se recomienda ni la recogida de especímenes ni ningún tipo de instalación permanente (incluyendo aquellas actuaciones que supongan un cambio de sustrato).

- Los usos preferentes son el tránsito, el salvamento, la visita, el estudio y la educación. - Los usos excluidos son la pesca, el marisqueo y la recogida de algas; la instalación de

bateas y jaulas para acuicultura (incluyendo un entorno de seguridad de 500 m), el fondeo, la construcción o ampliación de puertos, los dragados, el anclaje o pilotaje de obras públicas, la construcción de espigones, las tomas de agua, la instalación de cables y

FIGURA 31. Usos actuales y actuaciones en la zona de la rasa mareal de Algorri y en su entorno inmediato (datos procedentes del GIS de AZTI).

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 147

conducciones submarinas y el vertido de aguas residuales -en su interior serán exigibles los valores guía establecidos en la legislación de aguas de baño (Directiva 76/160/CEE) y los imperativos en el entorno de seguridad de 500 m-.

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 148

2.- Delimitación propuesta

Teniendo en cuenta todo lo expuesto hasta el momento, la rasa de Algorri presenta valores naturales que justificarían, en el caso de que la Autoridad Competente así lo considerase, la declaración de biotopo marino protegido, en base a la Ley de Conservación de la Naturaleza del País Vasco.

La delimitación longitudinal que se propone abarca toda la línea de acantilados,

rasa y playas comprendidas entre punta Aitzandi (Deba), al oeste, y punta Mariantón (Zumaia), al este.

La parte terrestre debería incluir al menos 100 m desde la parte superior del

acantilado hacia el interior, coincidiendo con el área de servidumbre de protección, prevista en la Ley de Costas, si bien la delimitación en función de usos actuales y valores naturalísticos de la zona emergida debería hacerse posteriormente por los expertos correspondientes.

En cuanto a los límites propuestos en profundidad para el posible biotopo, se

encuentran varias alternativas (Figura 32):

- Límite de las aguas interiores: al ser ésta una de las zonas de la costa vasca donde mayor es la plataforma continental la anchura de protección podría ser importante.

- Límite de los 50 m de profundidad: en el documento sobre zonas marinas protegidas

que AZTI elaboró en 1993, para la Dirección de Investigación, y su posterior inclusión en el “Programa de Orientación Plurianual”, elaborado por Madrid, se proponía este límite para la parte norte de una zona marina protegida donde se podrían realizar actuaciones de arrecifes artificiales. En concreto, los límites eran : NW: 43º19,58’ y 2º21’; NE: 43º19,58’ y 2º15,60’; SW: 43º18,25’ y 2º21,00’; SE: 43º18,25’ y 2º15,60’.

- Límite de 25 m de profundidad: en la propuesta realizada en el documento

mencionado en el párrafo anterior se incluía un límite norte para una posible reserva marina, que se situaría en una profundidad entre 25 y 30 m.

FIGURA 32: Diferentes propuestas para la delimitación del área de protección en Algorri. Línea continua: delimitación de aguas interiores; Línea discontinua delgada: propuesta realizada para zona marina protegida; Línea discontinua gruesa: límite propuesto para reserva marina; Línea de puntos: límite propuesto en el PTS del litoral.

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X. ESTUDIO INTEGRADO Y PROPUESTAS 150

- Límite situado a 50 m desde la línea de bajamar, en coincidencia con la propuesta incluida en el PTS de costas.

La opción más adecuada sería la que sitúa el límite en los 25 m de profundidad,

puesto que engloba la rasa y su zona de influencia más directa (zona de intercambio inmediata) y que representa un área de protección suficiente frente a posibles impactos que pudieran afectar a la rasa.

3.- Usos propuestos

La zona puede tener una vocación múltiple, conjugando los aspectos recreativos, con los culturales, de educación ambiental, de investigación y de explotación sostenible de los recursos. 3.1. Aspectos recreativos

Incluyen desde un simple paseo, hasta el baño y la contemplación del paisaje. Para ello hay cinco vías de acceso: en Itxaspe, por el caserío Mendata; en Zakoneta, por el caserío de igual nombre; en el barrio de Elorriaga; en punta San Telmo y en la playa de Itzurun.

Tanto Itxaspe como Elorriaga pueden ser considerados accesos de uso restringido

por su dificultad, existiendo en el segundo caso cierto riesgo ante la frecuencia de desprendimientos del acantilado.

El acceso a Zakoneta posee un gran atractivo paisajísitico, con una gran extensión

intermareal y curiosas formaciones geológicas. Posee un itinerario balizado en tierra para efectuar paseos por la zona.

El acceso a San Telmo es el más utilizado por las visitas didácticas de colegios e

investigadores, debido a su fácil acceso. Requeriría una cierta adaptación de las escaleras y la construcción de un mirador con indicaciones de las formaciones, vida en la rasa, etc.

La playa de Itzurun presenta una vocación claramente lúdica, y hacia allí se debería

desviar y concentrar las instalaciones de carácter deportivo, recreativo, de baño, etc.

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En definitiva, se propone que esté permitido el baño y buceo, el paseo, la

navegación y las actividades deportivas. 3.2. Aspectos culturales y de educación ambiental

Este es uno de los grandes potenciales de la rasa. Actualmente viene siendo utilizada por escolares de todo Gipuzkoa para este fin, si bien no existe ninguna acción coordinada y responde básicamente a las iniciativas de los educadores.

La zona resulta incomparable para el estudio de la geología, con paseos a lo largo

de varios períodos que se pueden visualizar claramente. Además, los diferentes modelos erosivos presentes en la rasa constituyen una escuela de geomorfología de primer orden.

Ligado a ello se pueden realizar itinerarios paleontológicos que muestran las

huellas de especies que habitaron el fondo del océano hace millones de años. Por último, el fácil acceso a la rasa proporciona una “aula de la naturaleza” para

explicar in situ las relaciones ecológicas, los modos de vida y las estrategias de supervivencia de algas y animales que pueden ser contempladas en su hábitat natural, sin falta de acudir a un acuario.

En este sentido, actuaciones como la realizada en 1995 por el Departamento de

Industria, Agricultura y Pesca, publicando una Unidad Didáctica de Zumaia, centrada en la rasa de Algorri, contribuyen a fomentar este conocimiento.

Las actividades que se puede recomendar autorizar son el estudio y la educación,

mientras que debería prohibirse el volteo de piedras o la rotura de éstas para extracción de especies. 3.3. Aspectos de investigación

La declaración del área como biotopo marino protegido debería potenciar la investigación de la rasa, tanto en sus aspectos geológicos como biológicos. Para ello se debería involucrar a organismos de investigación tanto nacionales como extranjeros (UPV,

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AZTI, Insub, etc.), promoviendo estudios integrados, que generen una buena información que pueda ser utilizada en la mejora de la rasa y en la educación ambiental de escolares y universitarios.

Una de las líneas de investigación podría ser la del estudio de la biodiversidad. En cuanto a actividades autorizables serían la extracción de testigos de rocas y de

especímenes para investigación, siempre bajo control del organismo que se cree al efecto. 3.4. Aspectos de explotación de los recursos

Como ya se ha dicho anteriormente, la explotación de los recursos se centra principalmente en el pulpo, que encuentra multitud de oquedades en las que ocultarse. No se tienen datos de lo que estas capturas representan, al ser una actividad deportiva.

Un aspecto a tener en cuenta, ligado a la educación ambiental, es el hecho de la

recolección de especies de algas y animales, por parte de los escolares, con destino a la realización de colecciones. Aunque pueda parecer anecdótico, la cantidad anual de escolares que visita la rasa es muy elevada, por lo que el impacto que produce esta extracción de recursos se debe considerar alta, especialmente en la zona de San Telmo.

En su caso, esta actividad podría prohibirse, siendo autorizable para investigación,

debiendo sustituir estas conductas por el estudio de los ejemplares de otra manera que se expondrá más adelante.

Se propone prohibir la pesca, el marisqueo y la recogida de algas en la zona

delimitada, teniendo en cuenta que son actividades muy minoritarias, y que se debe tender a preservar la biodiversidad de la zona.

3.5. Otros aspectos En el área delimitada por el futuro biotopo, sería deseable la prohibición de construcciones, espigones, emisarios, etc., fuera de lo actualmente existente.

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4. Actuaciones propuestas 4.1. Creación de un centro de interpretación

Se puede considerar que esta es la actuación central de la creación de este biotopo marino. Su ubicación podría estar en el casco urbano de Zumaia y debería facilitar información sobre las principales áreas naturalísticas del municipio: rasa mareal y acantilados de Algorri, dunas y marisma de Santiago, encinar de Artadi e islas del Urola; tanto en los aspectos biológicos y ecológicos como geológicos.

Para la buena marcha del centro se podría llegar a acuerdos de colaboración con el

Aquarium de San Sebastián, con objeto de facilitar visitas y actividades complementarias. El centro debería proveer datos sobre mareas, para que los visitantes supieran las

horas más idóneas de acceso; debería poder proveer visitas guiadas por expertos, etc. 4.2. Mejora de los accesos a San Telmo

Al ser uno de los lugares con mejor acceso a la rasa se podrían arreglar las escaleras y construir un pequeño mirador en la parte alta de éstas, con objeto de que los escolares pudieran recibir información a la vista de la rasa. Para ello se deberá tener en cuenta el entorno y hacer que todo ello sean actuaciones blandas.

No sería necesario que se pudiera llegar hasta allí en coche, sino que en el propio

Zumaia podrían habilitarse aparcamientos y luego acercarse andando a la rasa. 4.3. Realización de Itinerarios

El paseo a lo largo de los acantilados y la rasa debe convertirse en una oportunidad de aprendizaje. Es por ello que debería realizarse una serie de itinerarios que incluyan puntos característicos donde puede observarse directamente los fenómenos geológicos y especies más sobresalientes de la rasa.

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Para ello se podrían configurar distintos paseos de mayor o menor longitud, que tuvieran un reflejo en mapas y documentación elaborada y entregada por el centro de interpretación.

En todos los accesos mencionados se podrían instalar carteles alusivos al parque,

con mapas y símbolos ideográficos que recojan los aspectos más relevantes a visitar desde cada punto, los itinerarios propuestos y una pequeña muestra de las especies más comunes. 4.4. Material didáctico

Es esencial contar con folletos, como los mencionados en el apartado anterior, vídeos, maquetas, claves de identificación, etc. que permitan profundizar en el conocimiento de la rasa. En este sentido, la Unidad Didáctica antes mencionada es un buen comienzo.

Con el fin de evitar una recogida abusiva de especies, se cree interesante realizar un

archivo fotográfico de todas las especies que se censen en la rasa. Esto podría unirse a una clave de identificación y publicarlo en un CD-Rom o en fichas. Este podría distribuirse a colegios y venderse en el centro de interpretación, de manera que con gran facilidad se podrían determinar las especies, tanto en el colegio como in situ y no haría falta capturarlas. Como nota final del presente informe debemos decir que todas estas propuestas, basadas en los datos recogidos “in situ”, en la bibliografía y en la experiencia del equipo redactor, están sujetas a revisión y discusión una vez que este documento se haya sometido al parecer de grupos y organismos representativos de la zona (Diputación, Ayuntamientos, asociaciones, cofradías de pescadores, etc.) y que aporten lo necesario para enriquecerlo y lograr la protección más adecuada para una zona marina singular de nuestra costa.

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XI. BIBLIOGRAFÍA 155

XI.- BIBLIOGRAFÍA AGUIRREZABALAGA, F., 1984. Contribución al estudio de los anélidos poliquétos de la

costa de Guipúzcoa. Munibe, 36: 119-130. ALKAIN, I., J.A. FERNANDEZ y M. IBAÑEZ, 1986. Segregación de horizontes de

Cladostephus spongius y Halopteris scoparia en la Costa Vasca. Actas Vº Simp. Est. Bentos Mar. Tenerife, 1986. (en prensa).

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