Informe MUJERES DE NEGRO - Cuadernos de … · mencionados especialmente el musical; asociando el...

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1 Cambios generacionales y participación juvenil: Bases de la continuidad del movimiento de mujeres 1 Sirley Daihana González Zapata Resumen El presente informe es el resultado del proceso investigativo realizado al movimiento de mujeres en la ciudad de Medellín; más concretamente al movimiento Mujeres de Negro y a la organización a la que se encuentra adscrita: la Ruta Pacifica de Mujeres. La problemática a abordar es la participación juvenil en dicho movimiento y sus posibles influencias en los aspectos organizativos, temáticos y funcionales en un rangotemporal entre los años 2000 y 2009.El interés en el mencionado aspecto radica en la importancia de esta población como organismoque asegura la perdurabilidad del movimiento y como detonante principal de los procesos de cambio al interior de los mismos, siendo la presencia de este sector juvenil el punto donde se da inicio al proceso de cambio generacional.Es por ello que la población objeto de análisis son las mujeres jóvenes pertenecientes al movimiento anteriormente mencionado, sin dejar de lado el valioso testimonio y el papel de las mujeres adultas.La metodología utilizada y con que se abordó dicha problemática fue básicamente el uso de la observación simple y posteriormente la participación en los espacios y actividades del movimiento, principalmente en los plantones de las Mujeres de Negro, así como varias plenarias con las líderes de las corporaciones que conforman la Ruta.Otra estrategia metodológica utilizada fue la realización de entrevistas a miembros del movimiento.El enfoque guía de todo el proceso investigativo fue la fenomenología,teniendo como base teórica al pensador Alfred Schütz. Como resultado de todo este proceso no solo se pudo dar cuenta de una significativa presencia de las mujeres jóvenes dentro de este movimiento, sino también nuevas formas que configuran dicha participación y la ubican hacia características singulares y muy propias de una cultura juvenil; dichas formas dan inicio a novedosas estructuras y formas organizativas y participativas dentro de los movimientos sociales. 1 Este trabajo es resultado del proceso investigativo realizado durante el año 2009 en los cursos de diseño cualitativo I y II, pregrado en sociología, con la asesoría de Andrea Lissett Pérez docente de sociología universidad de Antioquia. Agradecimiento especial a la ruta pacifica de las mujeres; más concretamente a las mujeres de negro de la ciudad de Medellín, que hicieron posible la realización de esta investigación.

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Cambios generacionales y participación juvenil:

Bases de la continuidad del movimiento de mujeres 1

Sirley Daihana González Zapata

Resumen

El presente informe es el resultado del proceso investigativo realizado al movimiento de mujeres en la ciudad de Medellín; más concretamente al movimiento Mujeres de Negro y a la organización a la que se encuentra adscrita: la Ruta Pacifica de Mujeres. La problemática a abordar es la participación juvenil en dicho movimiento y sus posibles influencias en los aspectos organizativos, temáticos y funcionales en un rangotemporal entre los años 2000 y 2009.El interés en el mencionado aspecto radica en la importancia de esta población como organismoque asegura la perdurabilidad del movimiento y como detonante principal de los procesos de cambio al interior de los mismos, siendo la presencia de este sector juvenil el punto donde se da inicio al proceso de cambio generacional.Es por ello que la población objeto de análisis son las mujeres jóvenes pertenecientes al movimiento anteriormente mencionado, sin dejar de lado el valioso testimonio y el papel de las mujeres adultas.La metodología utilizada y con que se abordó dicha problemática fue básicamente el uso de la observación simple y posteriormente la participación en los espacios y actividades del movimiento, principalmente en los plantones de las Mujeres de Negro, así como varias plenarias con las líderes de las corporaciones que conforman la Ruta.Otra estrategia metodológica utilizada fue la realización de entrevistas a miembros del movimiento.El enfoque guía de todo el proceso investigativo fue la fenomenología,teniendo como base teórica al pensador Alfred Schütz.

Como resultado de todo este proceso no solo se pudo dar cuenta de una significativa presencia de las mujeres jóvenes dentro de este movimiento, sino también nuevas formas que configuran dicha participación y la ubican hacia características singulares y muy propias de una cultura juvenil; dichas formas dan inicio a novedosas estructuras y formas organizativas y participativas dentro de los movimientos sociales. 1Este trabajo es resultado del proceso investigativo realizado durante el año 2009 en los cursos de diseño cualitativo I y II, pregrado en sociología, con la asesoría de Andrea Lissett Pérez docente de sociología universidad de Antioquia. Agradecimiento especial a la ruta pacifica de las mujeres; más concretamente a las mujeres de negro de la ciudad de Medellín, que hicieron posible la realización de esta investigación.

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Introducción

El movimiento de mujeres es una célula del movimiento social que con el pasar

del tiempo se ha multiplicado, siendo hoy el movimiento más organizado, con

mayor alcance a todas las esferas de la sociedad –desde lo privado a lo

público– y donde se destaca su participación en uno de los sectores de mayor

relevancia social como lo es el campo de lo político.Se desplazó de un

movimiento meramente de carácter nacional a convertirse en grandes redes

internacionales ampliamente comunicadas. Una de éstas, esel movimiento

Mujeres de Negro, que tiene sus orígenes en Jerusalén, y desde hace más de

veinte años se viene manifestando en contra de cualquier forma de violencia,

siendo así, “un movimiento antimilitarista y antiguerrerista” (Mujeres de Negro,

2006).en la actualidad se encuentran grupos pertenecientes a éste movimiento

en más de diez países, destacando la participación de Jerusalén, Belgrado,

India, Alemania y Colombia, países afectados en mayor grado por el flagelo de

la guerra; y que paralelamente, lucha por la reivindicación de los derechos de

las mujeres enmarcado en un carácter feminista.

En Colombia, con nueve años de trayectoria en las ciudades deBogotá,

Medellín, Cali, Bucaramanga, Popayán, Puerto Caicedo (Putumayo), Pereira y

Quibdó, ha venido tomando auge y ganando reconocimiento en la sociedad.Sin

embargo, en este aspecto aún queda mucho territorio por abarcar, debido a

que ésta como muchas otras organizaciones de mujeres no gubernamentales

aún son desconocidas por la población colombiana. El movimiento Mujeres de

Negro es una red internacional, que en Colombia se encuentra adscrita a la

organización Ruta Pacifica de Mujeres:

La Ruta Pacífica de Mujeres es un movimiento feminista y pacifista con un accionar

político, cultural y social dirigido a fortalecer la visión feminista del pacifismo, la no-

violencia y las resistencias civiles y promover la inclusión de las propuestas políticas

y sociales de las mujeres colombianas (Ruta Pacifica de Mujeres).

Un hecho particular sobre todo en Colombia es la escasa participación del

sector juvenil en organizaciones de carácter social.La referencia que se tiene

de los jóvenes es su asociación a las drogas, el alcohol y el ocio.Sus

preocupaciones e intereses siempre han sido enmarcadas al tema de la moda,

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las tecnologías y la música.Su participación en grupos siempre ha estado

ligado netamente al aspecto de identificación con los tres caracteres antes

mencionados especialmente el musical; asociando el lugar de los jóvenes en la

sociedad solamente a pandillas y tribus urbanas.

Por otra parte, los movimientos femeninos generalmente están conformados

por mujeres de edad madura y avanzada, por el hecho que, entre varias

causas muchas de éstas mujeres fueron participantes en las décadas del

sesenta y setenta de la proliferación del movimiento y aún se encuentran como

miembros activos, o estuvieron influenciadas por la ideología feminista de la

época. Otro aspecto que causa este hecho, es decir, la conformación de

organizaciones colombianas con características antiguerrerista, esque acogen

entre sus miembros a mujeres que se han visto directamente afectadas por el

desplazamiento, el secuestro y las desapariciones, siendo madres, esposas e

hijas víctimas de la guerra.

Partiendo de allí, y de un primer acercamiento a la población objeto de

estudio–en este caso mujeres jóvenes adscritas a la Ruta Pacifica de la ciudad

de Medellín vinculadas dentro del periodo del año 2000 hasta el 2009– y cuya

participación tuvo relevancia en actividades relacionadas con el movimiento, en

particular del plantón Mujeres de Negro,la investigación se encaminó a

dimensionar el nivel de participación de las mujeres jóvenes, el conjunto de

valores y la identidad que las define y por consiguiente las ciñe a él, su rol en el

proceso organizativo y su aporte al aspecto temático y funcional del

movimiento.

Como esfera central de la problemática, se encuentra de vital importancia tratar

la participación juvenil a partir del elemento del cambio generacional; concepto

trascendental que permite la continuidad en el tiempo y es el detonante

principal de los procesos de cambio al interior de todos los movimientos

sociales.Hecho que no sólo permite la perpetuidad de los movimientos, en éste

caso la del movimiento de mujeres, sino que es generador de nuevas

dinámicas y procesos de luchas, avanzando así en la adecuación del

movimiento al contexto histórico, social, político y cultural, propios de la época.

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En la formulación de este trabajo nos preguntamos por cuáles fueron las

formas y las posibles influencias de la participación de la mujer joven en los

aspectos organizativos, temáticos y funcionales del movimiento Ruta Pacifica

de Mujeres de la ciudad de Medellín entre los años 2000 y 2009.

De este modo se persigue como objetivo general: identificar la posible

influencia de la participación de las mujeres jóvenes en los aspectos

organizativos, temáticos y funcionales del movimiento Ruta Pacifica de Mujeres

de la ciudad de Medellín entre los años 2000 y 2009.El enfoque teórico guía de

todo el proceso investigativo, fue la fenomenología retomado del pensador

teórico Alfred Schütz y su abordaje del mundo microsocial de las relaciones

sociales desde un plano de lo intersubjetivo, donde el eje principal lo

constituyen las interacciones sociales entre los individuos en el plano de la vida

cotidiana,siendo así de vital relevancia la interpretación o significación que los

diversos actores le dan a la construcción de la realidad social.

Por otro lado se tuvieron en cuenta como conceptos claves la categoría de

movimiento social retomado del enfoque de los nuevos movimientos

sociales.Dicho enfoque analiza las nuevas formas de protesta y se centra en

las recientes formas de movimientos sociales de índole contemporáneo. Este

enfoque tiene su máximo desarrollo en Europa en cabeza de Alain Touraine

uno de los pensadores que más ha reelaborado el concepto.Los siguientes

conceptos utilizadosy que van íntimamente ligados son la categoría de

generación abordada por Feixa en su artículo investigativo “Generación XX”

dellibro Teorías sobre la juventud en la era contemporánea” y el concepto de

juventud ampliamente estudiado por José Antonio Pérez en el capítulo

“Juventud: un concepto en disputa" del texto Teorías sobre la juventud. Las

miradas de los clásicos.Así mismoAlejandro Monsiváis, en el artículo

llamado“Ciudadanía y juventud: elementos para una articulación conceptual”. A

su vez se utilizaron otras categorías primarias como lo son el concepto de rol

de Robert Fichter en un capítulo de su libro Sociología que lleva ese mismo

nombre; la interacción de Donald Light del capítulo “Interacción y estructura

social”.Y finalmente el concepto de símbolo estudiado por LurkerManfreden su

texto Esencia y significado de los símbolos.

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Como temáticas o patrones que han salido a flote y de la mano de la

recolección y posterior análisis de la información se hizo verdaderamente

estimable la diferenciación de actores y por ende el surgimiento de dos

categorías fundamentales como lo son los conceptos demujeres adultas y

mujeres jóvenes–estas últimas población objeto deatención–.Dicha separación

abre la puerta para un análisis que permite percibir problemáticas

diferenciablesy consecuentemente apuestas y participaciones con rasgos y

roles característicos entre uno y otro grupo de edad,así como una interacción y

relación social entre ambas cargadas de tensión y por ende generador de

identidades diversas.

La trascendencia de este proyecto surge como aporte al estudio general de los

movimientos sociales en la actualidad, sus dinámicas, procesos y

transformaciones sociales, particularmente el movimiento de mujeres debido al

apogeo y reconocimiento que ha tomado en los últimos años en el contexto

colombiano.La problemática estudiada en particular se debe al escaso estudio

realizado de este fenómeno en relación con la participación e influencia de las

nuevas generaciones de jóvenes en la articulación, formación y cambios del

país, y específicamente como aporte científico, a partir de trabajo de campo,

como respaldo al futuro desarrollo de teoría enmarcada en el contexto

latinoamericano, donde la profundización de su estudio ha sido muy limitada.

Metodología

La población sujeta a análisis en ésta investigación fueron mujeres jóvenes

adscritas a la Ruta Pacifica de Mujeres de la ciudad de Medellín, cuya edad se

delimitó en un rango de 14 a 22 años aproximadamente, vinculadas dentro del

periodo del año 2000 hasta el 2009, con participación relevanteen el plantón

Mujeres de Negro.

La fase previa a la inserción en el campo fue la búsqueda de información

documentalque sirvieran como base para la delimitación de la problemática y

sucesivamente en la búsqueda de elementos para el abordaje teórico y

conceptual. A su vez la consulta por medios electrónicosde información

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relacionada con la Ruta Pacífica de Mujeres y el movimiento Mujeres de Negro,

que pudieran servir de conocimientos previos y muy generales a cerca del

universo de estudio y los demás sujetos participantes.

A la par con la planificación del proyecto se fue realizando la inmersión en los

escenarios indicados para el abordaje de la problemática tratada, para entrar

en contacto directo con los sujetos que hacían parte del objeto de análisis.En

este caso con las mujeres jóvenes pertenecientes a la Ruta Pacifica de

Mujeres, sin dejar a un lado las demás participantes del movimiento, ya que al

tratar de abordar la población centro de atención, lograr su identificación a

partir de sus roles dentro del grupo, su accionar, describir sus posiciones e

ideas respecto del movimiento y todas sus concepciones relacionadas con la

cuestión de género, directa o indirectamente, debe abordarse a las demás

mujeres integrantes de la Ruta , y definir igualmente sus patrones propios

tanto conductuales como ideológicos;para a su vez estudiar ambos sujetos en

sus relaciones mutuas, sean de armonía, conflicto o de poder, en la vivencia

como sujetos colectivos.

La parte metodológica que se planteó inicialmente para la recolección de la

información que permitiera la consecución de los objetivos propuestos, fue la

utilización de la entrevista y la observación participante, como estrategias

metodológicas centrales. A lo largo del proceso se realizaron cuatro

entrevistas. La primera fue realizada a una jovende 22 años exintegrante de la

Ruta y que inicio su proceso con estas organizaciones desde la edad de 15

años.Seguidamente a una mujer, sociólogade 43 años,líder y miembro activa

del movimiento, y dos mujeres jóvenes, una de ellas líder de 21 años quien fue

de gran ayuda en todo este proceso, la otra, de 19 años, estudiante

universitaria que desde los catorce años ha participado en diversos procesos

con mujeres y que actualmente es miembro del colectivo de Mujeres Jóvenes

uno de los grupos más representativo de esta población dentro de la Ruta

Pacifica de Mujeres.

La observación se realizó en tres espacios específicos.El plantón de las

Mujeres de Negro, que es realizadopor las diferentes corporaciones que

integran la Ruta todos los últimos martes de cada mes a las 5:00 p.m., en la

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plazoleta central del Parque de Berrío, con una duración regular de media hora.

A esta actividad ya tradicional dentro del movimiento se asistió en seis

ocasiones, desde el mes de mayo del 2009 hasta el 26 de enero del 2010.Dos

de dichas asistencias fue en calidad de participante activa dentro de la

manifestación, se hizo parte del círculo y de todo el proceso del plantón.

En términos generales se observó principalmente y de forma detallada el

desarrollo de las actividades en cada plantón al cual se asistió. La

manifestación de su simbologíacaracterística, el modo de expresar el propósito

de dicha actividad y específicamente las particularidades de sus participantes:

sus rasgos distintivos, la identificación de los roles, sus patrones de conducta,

entre otros. Sin embargo la escasa presencia de la población joven planteó

nuevos interrogantes, cuestionamientos que se fueron esclareciendo en gran

parte con las mujeres entrevistadas.

Otro escenario abordado, fue la plenaria de la Ruta Pacifica de Mujeres.A este

lugar se realizaron dos visitas.Para estos encuentros la Ruta utiliza dos

espacios: la Corporación Vamos Mujer y la Corporación Mujeres que Crean,

por lo que la observación a esta actividad se hizo en ambas corporaciones,

claro está, sin ninguna diferencia significativa en términos de su ejecución. Esta

reunión es realizada cada quince días los miércoles de tres a cinco y media de

la tarde.Se realiza una especie de asamblea, con las líderes o designadas de

las corporaciones adscritas a la ruta, por lo que la reunión normalmente son un

grupo fijo de mujeres.En la primer visita a la plenaria fueron veintiocho mujeres

y en la siguiente veintiséis, con características diversas, entre ellas una líder

afro descendiente, líderes de corporaciones del adulto mayor, una líder de una

corporación campesina, líderes de corporaciones barriales, entre otras.La

presencia de mujeres jóvenes nuevamente fue nula a excepción de una

participante a las plenarias, que en ningún momento habló para el grupo, ni

expreso su opinión.

En ambas plenarias se decoró el lugar con velas y flores, lo que al parecer

permitía un ambiente más íntimo y familiar. La mayoría de las participantes

expresaron su opinión alrededor de los temas tratados y exponían temas

nuevos.La mujer que quería hablar alzaba la mano.Una de ellas era quien

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dirigía la reunión y los temas a tratar, regulaba el dialogo y daba la palabra;

había un ambiente de respeto por la opinión de las otras.Cuando no había un

acuerdo generalizado, se recurría al mecanismo de votación.

El tercer escenario o espacio del cual se obtuvo acceso fue la conmemoración

del ocho de marzo:Día internacional por los derechos de las mujeres.Este tuvo

una concentración en la plazoleta de Botero.En dicho espacio participaron

diversas organizaciones de mujeres, feministas y comunitarias, allí hubo

espacio para la música, la elaboración de carteles y un acto simbólico

denominadoTribuna Pública: “Tu voz y tus pasos hacen falta”,con el fin de que

se escuchara la voz de las mujeres frente a la violación de sus derechos

humanos y donde se hicieron una serie de denuncias de violaciones de

derechos de las mujeres en la ciudad de Medellín. Después de aquellas

actividades se procedió a una marcha por la conmemoración de los Derechos

de las Mujeres –en el centenario de su aprobación 1910–2010–que culminó en

La Alpujarra, la cual contó con una masiva asistencia, entre ellasmujeres

jóvenes, y en la cual salieron a relucir diferentes muestras artísticas, consignas,

bodyart, todas ellas de valioso aporte para esta labor investigativa.

Enlas primeras observaciones a estos escenarios, la irregularidad de las

participantes jóvenes e incluso su notoria ausencia fue un hecho decepcionante

–inicialmente a nivel personal–, pero a su vez le dio un direccionamiento

inesperado a la investigación.La imagen preconcebida de una afluencia de

población juvenil se derrumbópara darle paso a nuevas inquietudes como del

porqué de esta ausencia y dónde es que están las jóvenes, o acaso esto es un

serio indicio de que en el movimiento existe un acceso cerrado y muy limitado,

o de que existen fuertes conflictos en su interior, o hay espacios determinados

para las jóvenes, e incluso se llegó a pensar que esta ausencia de jóvenes se

debe a que no hay presencia de jóvenes dentro del movimiento;entonces

¿dónde quedan los cambios generacionales? ¿A caso el movimiento va directo

a su desarticulación?Todas estas preguntas fueron abriendo paso a nuevos

elementos objeto de análisis que direccionaron la investigación hacia

categorías y nociones nuevas de participación que inicialmente no fueron

tenidas en cuenta.

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La estrategia que se utilizó para el análisis de la información fue básicamente el

uso de la teoría consultada, que, a partir de la formulación y posterior

entrelazamiento de categorías y subcategorías, diera como resultante la

formulación de unidades significativas que propiciaran una solución a la

problemática planteada.A su vez se tuvo en cuenta, como estrategia

igualmente valiosa,el análisis del discursoen los escenarios observados,

haciendo un registro no sólo del material escrito (pancartas, comunicados…)

sino también los elementos simbólicos (colores, vestuario, silencio,rituales…),

propios y característicos de sus manifestaciones y acciones colectivas.

Análisis y resultados:

Cuando se piensa el concepto de juventud o jóvenes siempre se hace la idea o

se lleva a una inmediata asociación con tribus urbanas, música, rebeldía, moda

e incluso drogas.Esta mirada parcializada de la población juvenil es una

categorización que se ha vuelto general y de uso estigmatizador, ubicando a

las recientes generaciones cada vez más lejos del empoderamientopolíticoy

público, y creando la falsa imagen de indiferencia frente asuntos de corte

social y de problemáticas que los afectan directa e indirectamente.

Debe tenerse presente que la formación de la experiencia social en los

jóveneses construid a partir de la formación de una identidad.En palabras de

Monsiváis: “Las identidades juveniles refieren a la construcción de umbrales

simbólicos de pertenencia, desde los cuales se producen, dinámicamente,

formas de auto representación y hetero-representaciòn”. (MONSIVÁIS,

2002:168)

En aras de la construcción de estas identidades se encuentran los colectivos,

tanto formales como informales y con distintas formas de organización, que

forman elementos culturales particulares.Es así como Feixa nos dice que las

culturas juveniles hacen alusión a “la manera en que las experiencias sociales

de los jóvenes son expresadas colectivamente mediante la construcción de

estilos de vida distintivos, localizados fundamentalmente en el tiempo libre, o

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en espacios intersticiales de la vida institucional”(FEIXA apud MONSIVÁIS,

2002:168).

Frente a esta cerrada imagen y connotación de los jóvenes de la actualidad,

surgió la presente investigación con un interrogante situado en los movimientos

sociales como espacios que, como el movimiento de mujeres, han tenido un

recorrido histórico cargado de importantes reivindicaciones y logros a lo largo

de su accionar, pero que con ese mismo pasar del tiempo debe

constantemente reevaluarse y encaminarse hacia nuevas dinámicas y formas

de sentir ese ser mujer y hacia esas nuevas exigencias de derechos y de

reivindicaciones que paralelamente surgen y se transforman con las

generaciones nuevas y con los contextos constantemente variables.

Es por ello que atendiendo a la relación subyacente en los movimientos

sociales, más particularmente el movimiento de mujeres y la juventud–una

relación que en cierta medida considero parte de una mutua dependencia y de

una necesidad reciprocas– y teniendo en cuenta todo el proceso de

investigación y recolección de información llevado a cabo en los últimos meses,

se abordó y analizó la participación desde el sector juvenil teniendo en cuenta

los siguientes aspectos:

1.Características del movimiento de mujeres y su ex clusiva movilización

En la actualidad el movimiento de mujeres se ha posicionado como uno de los

movimientos sociales más significativos y relevantes de la esfera mundial, no

sólo por su amplia movilización histórica, sino porque, acorde con ella,

podemos ver el sinnúmero de problemáticas y elementos que hacen de este

un conjunto amplio y mundialmente reconocido por su diversidad de

participantes y por las millones de mujeres que se unen a él. Mujeres que

aunque con problemáticas variadas –condición de género, discriminación,

intolerancia y exclusión que en formas extremas se traduce en violencia– las

recoge una misma categoría de movimiento.No obstante, un movimiento que

así como presenta variabilidad de conflictos y problemáticas nos presenta

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diversas formas y tonalidades de movilizaciones que hacen de éstas una

muestra colorida y diversificada de elementos peculiares únicos, donde la

simbología como traductor de su discurso, se hace presente, simbología que

en palabras de Manfred es precisamente:

Mediante la confluencia de elementos racionales e irracionales, mediante la

manifestación del sentido en lo sensible, que el símbolo posee una tensión que

le es propia; en palabras de Goethe el simbolismo convierte la manifestación

en idea, la idea en una imagen; y ello de tal modo que la idea permanece

siempre infinitamente eficaz e inalcanzable, y aún expresándose en todas las

lenguas permanece inefable (GOETHE apud MANFRED, 1992:20).

La simbología como acción comunicante, es la herramienta que procrea de

sentido toda su movilización; pero el uso de lo simbólico en un aspecto más

profundo y relevante que como comúnmente suele verse en los demás

movimientos sociales.

Partiendo de manera particular en las manifestaciones del movimiento de

mujeres en la ciudad de Medellín, y más hondamente en la Ruta Pacifica de

Mujeres, vemos como el color, las expresiones faciales, la vestimenta, la

música, la voz que no es voz (su silencio), el fuego, el agua, las flores, las

imágenes, las frases escritas se van convirtiendo en su vocero ante la

sociedad; cada elemento como el color negro que representa un luto, una

tristeza hacia cualquier forma de violencia, toma la palabra ante los ojos de la

ciudad, que expectante traduce el grito de inconformismo y rechazo o

simplemente lo omite e indiferentemente sigue su curso cotidiano.

El cuerpo de la mujer, objeto de atropello y violencia, se abre para dar no solo

testimonio de aquélla situación, sino que a la vez emerge como forma simbólica

polémica que ve en la desnudez la forma de conectar sus problemáticas del

entorno público con lo privado. El cuerpo, que aún conserva esa connotación

de tabú y pecado en nuestra sociedad, se despliega en la desnudez de

aquellas mujeres como una voz que a gritos rechaza las violencias, rechaza la

intolerancia, rechaza la exclusión, rechaza el patriarcado.

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En el centro del plantón una mujer en edad avanzada estaba desnuda de la

cintura para arriba y un hombre le pintaba figuras en su cuerpo como ♀

alusivos a la mujer, y pinceladas de diversos colores.En sus brazos tenia las

frases: “mi cuerpo es mío” “yo decido” “soy mía”.Al finalizar el proceso de

pintura la mujer caminó en el interior del círculo, dando varias vueltas y

enseñando a las mujeres asistentes y a los transeúntes que en ese entonces

pasaban por el lugar [...] (Diario de campo: observación plantón 4)

La movilización de estas mujeres rescata en lo simbólico su voz discursiva, y

en la significación de aquello simbólico su identidad; identidad entendida como

“un proceso de comunicación y un fenómeno social anclado en un marco

espaciotemporal de naturaleza cultural, marcado por códigos y rituales

sociales” (EDMOND, 1992:17).Dichos códigos y rituales sociales abren paso a

un reconocimiento con un discurso que paralelamente con las palabras ve en

esos elementos no hablantes en sonidos, pero si en significados su

particularización y expresividad.

2. Rasgos significativos de las mujeres jóvenes par ticipantes

Antes de caracterizar la forma de movilización de dichas jóvenes, hay que

hacer alusión a que dicha participación fue considerablemente variable en los

espacios escogidos para el análisis –plantón, plenaria, marcha 8 de marzo–,

de estos tres espacios el último fue en el que se notó una masiva presencia.Por

otro lado en el plantón en temáticas específicas y polémicas como la

concerniente al aborto realizada el 29 de septiembre en rechazo a los

cuestionamientos que recientemente se habían hecho en torno a la clínica de la

mujer, se percibió también una asistencia significativa de la población juvenil

(Diario de campo: plantón 4), a diferencia de otros plantones donde en varias

ocasiones su presencia fue nula y en las plenarias con las líderes de las

organizaciones donde nuevamente se percibió su ausencia.

De los espacios observados y las entrevistas realizadas se pudo finalmente

constatar que en primera instancia existe una diferenciación en términos de

roles, que siguiendo un poco la línea de Fichter podríamos sintetizar su

denominación como “un determinado número de pautas relacionadas entre sí,

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que se agrupan en torno a una función social, este se determina y se especifica

por la necesidad social a que responde y por el grupo social en el que se

desempeña” (FITCHER, 1977:199).

Dichas pautas o comportamientos fueron dividas de acuerdo a los grupos

poblacionales, entre las mujeres jóvenes y las mujeres adultas.Por un lado nos

encontramos con unas mujeres adultas que trabajan desde el aspecto

organizativo, y estructural formativo del movimiento, más reflexivo en el

sentido en que se enfoca en nociones que van desde apuestas de corte

político, de cuestiones teóricas y conceptuales acerca de género, sexualidad,

guerra, y conflicto nacional.Así lo revela una de las jóvenes entrevistadas:

Las mujeres adultas se ocupan más de organización, pero el papel joven es

mucho más de acción.Dentro de las mujeres existe liderazgo.La mujer joven

muchas veces le falta experiencia, constancia.La cabeza visible son las

profesionales.La mujer joven tiene mucha participación, pero no es

precisamente la que organiza […] (Entrevistada 1: joven ex integrante 22

años).

Por otro lado es indispensable tener en cuenta la noción de tiempo en las

mujeres que pertenecen a uno y otro grupo de edad.Por una parte muchas de

las mujeres adultas presentan cierta regularidad en la asistencia a dichos

espacios dado que dedican su tiempo entre las labores del hogar y el

movimiento, mientras las mujeres jóvenes el asunto de su familia, el estudio y

el trabajo dificulta una cierta constancia a estos espacios.

Ya directamente al hablar de las mujeres jóvenes nos encontramos ante otras

lógicas de participación que se alejan pero no totalmente de la labor reflexiva de

las mujeres adultas, puesto que a partir de expresiones de corte más lúdico

cultural se presentan formas reflexivas que van encaminadas en la lógica de la

acción didáctica y dinámica. En una entrevista con una de las mujeres jóvenes

nos explica dichas acciones con más detalle:

En el colectivo de mujeres jóvenes como te decía es una puesta del

movimiento, es una expresión más, y le apostamos mucho a los principios de

la ruta; el pacifismo, el feminismo, no a la guerra y todas esas vainas pero a

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diferencia un poco con la ruta hacemos muchas acciones de toma de la

ciudad, de los espacios públicos y le apostamos a una especie de resistencia,

una resistencia creativa, desde el arte, siempre tratamos de pronunciarnos

como de una manera estética, artística, creativa mas juvenil y obviamente

también en las marchas que hace la ruta, pues en todos los espacios de

ciudad que las mujeres hemos decidido participar ahí hemos estado, desde

una puesta muy creativa, siempre (Entrevista 2: participante activa, 19años).

Dichas expresiones artistas y creativas van desde consignas como: “los

femincidios nunca han sido un cuento: si llegan a pasas hay que denunciar”,

“de noche, de noche o de día, vestidas o desnudas, en la cama o en la calle se

respeten nuestras vidas” (Diario de campo: observación plantón 5)

Uso de la música e instrumentos como tambores, violines, maracas e

instrumentos fabricados por ellas mismas con materiales reciclables (diario de

campo, observación 7: marcha 8 de marzo).

La significación del vestuario y el maquillaje en sus rostros con colores alusivos

a la Ruta: amarillo (justicia), azul (reparación), naranja (resistencia) y morado

(memoria histórica), acompañado del negro el color símbolo del luto y más

significativo para las Mujeres de Negro. Por su parte en uno de los plantones al

que asistí una de ellas me explico el significado del rostro pintado: “El pintarnos

la boca grande significaba, el que las mujeres debemos hablar y denunciar

cualquier atropello” (Diario de campo: observación plantón 5).

Todas estas características van encaminadas en acciones como la toma de

ciudad a partir de expresiones culturales y artísticas como teatro, danza,

mímica, papayeras y especialmente el bodyart: una expresión ya propia y que

las caracteriza dentro y fuera del movimiento.

Cuando montábamos Cuerpolis digamos que era una forma de manifestarnos,

pero una forma de manifestarnos de otra forma, de otro color, de otro estilo en

una puesta que quería reivindicar el asunto del cuerpo de la mujer en lo

público, el cuerpo de la mujer político desde la resistencia pacífica, no violenta

obviamente y pues también como de denuncia ante toda esa violencia que se

hace contra la mujer.Y también hace parte de todo un proceso, porque no es

simplemente que es que no, que las mujeres salieron a mostrar su cuerpo y a

hacer bulla y todo el cuento.No.También hace parte o es la finalización o lo

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que se logra, lo tangible de todo un proceso que hemos realizado […],

(Entrevistada 2: joven participante activa, 19 años).

3.Tensión y desencuentro entre las mujeres jóvenes y las mujeres adultas

Este es el punto más neurálgico de todo el proceso investigativo, porque de

pasar a detectar y posteriormente analizar la participación y con ella los roles

en que se deslindan tanto las mujeres pertenecientes a la categoría de mujeres

adultas y particularmente la categoría de mujeres jóvenes, se lleva esta

diferenciación de roles tan marcada a una fase donde esta separación conlleva

a estudiar la interacción entre ambos grupos; interacción que en palabras de

Edmond debe circunscribirse como un “proceso de socialización, que se

inscribe en el marco de una institución que lleva con ella modelos de

comunicación, sistemas de finalidades, roles y valores” ( EDMOND, 1992:17).

Sin embargo, en este proceso de socialización la interacción se presenta en

términos donde, aunque hay presente una estructura comunicativa y una

finalidad general en común –la lucha reivindicativa por los derechos de las

mujeres y la no violencia–, esta se fragmenta en apuestas y problemáticas

cada vez mas particularizadas.Así lo indica una joven entrevistada al

preguntarle por las diferencias entre ella y el grupo de jóvenes en su conjunto

con relación a las mujeres adultas:

Aunque los fines sean los mismos, creo que cuando las mujeres jóvenes

hablan de resistencia, pero a esa resistencia le colocan resistencia creativa es

porque le apuestan a construir nuevas cosas: el hecho de siempre estar en lo

público […].Es que hay que estar, porque si nos quedamos en las asambleas,

en las plenarias (es que es importante nadie dice que no, es importante

obviamente que nos reunamos).Pero si a eso le sumamos que hay que estar

en los espacios, que hay que denunciar cuando las cosas pasan […].No es

que no lo hagan.Simplemente que son otras formas de hacerlo.Algo que

también sobresale es que las mujeres adultas siempre le apuestan a

organizaciones, y se ven organizadas y encasilladas […] (Entrevistada 2, joven

participante activa 19 años)

Y esque aunque hacen parte de un movimiento de mujeres con un

planteamiento ideológico y feminista que las une, existen una variedad de

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problemáticas que nuevamente las diferencia unas de otras, y entre esa

variedad de problemáticas, las mujeres jóvenes encuentran lógicas diferentes

de confrontación al patriarcado y esa lucha por un reconocimiento en el espacio

de lo público más concretamente de ciudad:

Todas las mujeres no nos pueden encasillar en una sola, no sé… como en una

bolsa. Hay que diferenciar las problemáticas de las mujeres jóvenes de las

mujeres adultas que en su mayoría asisten a la Ruta.Las mujeres jóvenes no

nos hemos sentido incluidas y como nosotras decimos: “cabemos pero no

encajamos”.Y es porque necesitamos un espacio propio, y porque sí puede

que le apostemos a muchas cosas pero a nosotras nos gusta hacerlo de otras

formas.Nos gusta estar en los espacios, tomarnos la ciudad, sin decir que la

Ruta no es que no lo haga, simplemente que a nosotras nos gusta estar de

otras formas y le queremos apostar a que ese hecho de que las problemáticas

de las mujeres sean diferentes, también merecen que se les dé un trato

diferente […] (Entrevistada 2: joven participante activa, 19 años).

Cuando se encuentran estas diferencias en problemáticas que posteriormente

se traducen en focos distintos de movilización, y en diferencias tan marcadas

de roles, inmediatamente estas me trasladan a observar un distanciamiento

entre los dos grupos de poblaciones, que formula formas distintas de expresar

su pertenecía al movimiento y que, consecuentemente, lleva a que sus

percepciones ideas y valorizaciones entren en un continuo choque,

distanciándolas.A su vez añadiéndole el elemento generacional concebido

como:

Un cuerpo social integro con su minoría selecta y su muchedumbre, que ha

sido lanzado sobre el ámbito de la existencia con una trayectoria vital

determinada, y a su vez la generación es un compromiso dinámico entre masa

e individuos, el gozne sobre el que la historia ejecuta sus movimientos (FEIXA,

2006:42).

Y que de una manera u otra ejerce elementos diferenciables en su

identificacion como un grupo, donde los efectos de la historia, el tiempo y las

singularidades contextuales las fragmenta a un mas en dos grupos que juntos

dan vida al movimento social, pero que en el fondo dan pie a una polarizacion

entre mujeres jovenes y mujeres adultas. En la entrevista con la mujer adulta

claramente nos relata este hecho:

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Las jóvenes siempre tienen una queja constante. Un reclamo a que no son

comprendidas por las mujeres adultas. Y las mujeres adultas, igualmente,

tienen la queja digamos referida al comportamiento de las mujeres jóvenes: a

que es que no las entienden.Hay una valoración, a veces, en las mujeres

adultas referente a las jóvenes en términos de que es que son muy liberales,

de que son demasiado extrovertidas, tienen demasiadas libertades frente a la

vivencia de todo e incluso lo ponen mucho menos en la vivencia de los

derechos sexuales y los derechos reproductivos.Y hay unos comportamientos

digamos, y unas libertades, unos permisos y unas autonomías que, con

relación al cuerpo, hoy se dan en las mujeres jóvenes, las cuales no vivieron o

no vivimos las mujeres adultas, esto genera muchas preguntas, interrogantes,

desencuentros [...] (Entrevista 4: mujer adulta, 42 años).

Por otro lado, el hecho de entrar en dialogo en el movimiento a las dos

generaciones –que perciben la experencia reinvidicativa de su condicion de ser

mujer a partir de elementos politicos y estructurativos, y de la alternativa de lo

cultural y artístico en ese espacio de lo cotidiano– lleva a preguntarme si

verdaderamente se está dando un puente comunicativo entre ambas

generaciones y si el establecimiento de dicho puente conlleva mas que a

choques, a una transmisión de saberes mutuos, de dialogo permanente

impidiendo la pluraridad vivida dentro del movimiento.Al contrario, que este sea

el nutriente y el impulso hacia una continuidad que esté anclada entre los

elementos de cambios y transformaciones pero tambien de encadenamiento de

las particularidades, procesos y logros alcanzados hasta el momento.

Cuando se habla de ese encuentro tensionante entre las jovenes y las adultas

ambas grupos aluden a barreras de tipo identificatorio, dado que una joven

prefiere estar con aquellas con las cuales se sienta en mayor afinidad y

compaginacion y con las mujeres adultas ocurre identica cuestion. En su relato

una de las jóvenes nos lo cuenta:

La Ruta es muy grande y existe un poquito la división, no porque haya

rivalidades, sino porque uno se identifica más con las de la edad de uno,

porque la forma en que hablamos nosotras no nos van a entender.Ya entre

más adultas se ve el adentrarse en la organización. La experiencia ayuda

mucho, pero siempre hay jóvenes con mucha experiencia, y participan

activamente, le dan el empuje a las corporaciones(Entrevista 1: joven ex

integrante, 22 años).

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El hecho de que aunque no haya una relación propiamente conflictiva entre las

mujeres jóvenes y las adultas, sino que estemos hablando de un desencuentro

o una tensión y se presente esa polarización y diferenciación entre ambas

poblaciones, no necesariamente implica un problema fuera de lo común,

porque es muy recurrente que en los grupos y específicamente en los

movimientos sociales se de esta diferenciación.Sin embargo,es necesario

acentuar que considero importante, en medio de estas diferencias, que se

presente un abordaje y aprendizaje conjunto como elemento trascendental,

proyectado hacia una continuidad y avance positivo del movimiento. Más que

hablar de relevo generacional, debe asentarse la necesidad ingente de una

transmisión no únicamente de saberes, sino de sentires, de problemáticas, de

apuestas que se alineen verdaderamente hacia un objetivo común.Sin

embargo,hay diferentes posturas, ya que mientras las adultas le apuestan a un

relevo generacional:

Hay unas instituciones que tienen una apuesta importante a que las mujeres

jóvenes vayan asumiendo cargos incluso directivos al interior de las

instituciones. Es precisamente un reconocimiento al saber de las mujeres

jóvenes, pero también con la intención de que haya un acumulado, que haya,

digamos,una garantía de continuidad y eso se da a través del relevo

generacional.Me parece que es una intención y una pregunta que cada vez

más sé hacen las instituciones o nos hacemos más las instituciones

(Entrevista 4: mujer adulta 42 años).

Las jóvenes por su parte se muestran apáticas ante el tema porque antes de

considerar un relevo generacional, o siquiera una trasmisión de saberes,

abogan por un reconocimiento de su particularidad como grupo dentro del

movimiento con singularidades y apuestas propias.Más expresamente le

apuestan a un trabajo organizativo y operativo diferente:

¿Relevo generacional? Ay, no, jamás.Creo que ese ha sido uno de los

inconvenientes como con la Ruta.Nosotras antes nos llamábamos Jóvenes en

ruta.Por eso teníamos muchísimos inconvenientes con la Ruta.De cierta

manera ese asunto de “es que nosotras somos hijas de la ruta y somos el

futuro del mañana”, esa vaina pues no […]. También sentimos la mentalidad

de las mujeres adultas.Pues nosotras estamos ahí en las apuestas pero

también nos interesan otras cosas y al momento de construir con la Ruta ha

sido muy complicado.Entonces claro al momento de salir las jóvenes en ruta

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“de primera”, porque somos lo bello, lo bonito, lo estético lo que nos

pronunciamos, pero a la hora de construir proceso con ellas ha sido muy

complicado.Yen lo personal en algún momento sentía que la Ruta estaba en

un retroceso como pensándose otras lógicas propias de la Ruta, que si es para

fortalecer el proceso de ellas bien, pero que a nosotras no nos interesa de

cierta manera estar en esos trances o en esas reflexiones, porque mientras

están en esas reflexiones, que claro son muy importantes, chéveres, pero son

discusiones que se han dado ya antes, están pasando una serie de cosas y

nos estamos quedando quietas.Sí, reunámonos y todo el cuento, pero venga

planeemos, pensémonos y hagamos estas cosas, porque si no, no estamos en

nada. Con la ruta ha sido muy complicado construir y ya somos colectivos de

mujeres jóvenes (Entrevista 2: joven participante activa 19 años).

Esta posicion de las jovenes frente a la continuidad del movimiento nos

permite adentrarnos hacia el siguiente y concluyente punto.

4. Hacia la configuración de nuevas formas de movil ización y

participación dentro de los movimientos sociales: caso movimiento de

mujeres.

Frente a la negativa de esa categorización de relevo generacional por parte de

las mujeres jóvenes, surge la inquietud de analizar hacia dónde y cuáles son

esas nuevas formas de movilización y organización que están propiciando un

proceso de cambio en la articulación de los movimientos sociales y, a su vez,

en las nuevas denominaciones de lo que hoy por hoy se está entendiendo por

participación.

Primero que todo, las mujeres jóvenes como lo comenta la entrevistada “no

somos muy dadas a seguir un patrón, una línea de trabajo, como uno la ve tan

marcada en el plantón. Sin embargo, la Ruta es un movimiento, y que un

movimiento algo organizado.Donde la Ruta no fuera organizada ya hubiera

desaparecido” (Entrevista1, joven ex integrante, 22años). Sin embargo, son

conscientes del papel que cumplen las mujeres adultas en asuntos de

planeación y organización. Su sentido de lo expresivo se basa principalmente

en la espontaneidad –y me atrevería a decir naturalidad– de sus puestas en

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escena, hecho que lleva a contemplar o más bien omitir el asunto de las

jerarquías:

un espacio que no tiene sede, ni vas a encontrarte a la directora ni mucho

menos, es un espacio que es también construido en esa lógica de ser

jóvenes.Es un espacio en donde toda las que quieran podemos

caer.Obviamente no todas le apostamos a lo mismo, pero simplemente

tenemos una intencionalidad y una intencionalidad que parte del deseo, de lo

que uno quiere y todo lo que cada una haya construido en su proceso de

vida.Nos juntamos y nos reunimos y construimos cosas fantásticas, pues

meras locas también, sí.Todas somos muy ralladas unos personajes, por eso

es que el proceso es también así, tan chévere, tan interesante (entrevista 2,

participante activa 19 años).

Otro aspecto interesante y que vale la pena resaltar es el asunto de las

tecnologías como un agregado nuevo hacia esa nueva configuración de la

participación, que le quita a ese aspecto de la ubicación física el elemento

condicionante de toda participación:

Las jóvenes estamos ahorita muy desde las relaciones sociales, desde el

internet.No estamos en lo físico.Ya no somos una generación de vernos de

tocarnos, sino del teléfono celular, del correo, del Facebook.Si ya puedes

chatear entonces pa` que voy.Entonces estas estrategias, particularmente en

la Ruta, las estamos pensando, bueno, cómo llegar con apuestas a seducir a

la juventud.Pero esa juventud dónde está también […].Un seminario, por

ejemplo, son temáticas que tienen ya una intención pero también ladrilludas

las formas en que las planteamos para las jóvenes, porque si planteamos la

metodología de juegos cooperativos llegan, pero si les decimos vamos a una

tertulia sobre feminismo uyyy(Entrevista 3: joven líder 21 años).

Finalmente, queda, a modo de revaluación, el asunto de lo político, porque,

ante estas formas estéticas, culturales, lúdicas que presentan las mujeres

jóvenes, muchas veces no son consideradas como acciones políticas –incluso

por las mujeres adultas– ya que en la apropiación de este tema las adultas

tienden a un acercamiento político más desde lo legislativo, normado o

gubernamental, cuestiones que las mujeres jóvenes no se apropian y ponen

cierto desinterés:

Me parece que hay un poco más de dificultad.Y eso ha sido como lo era ya

cuando yo estaba en la organización de jóvenes: lo que tenga que ver con la

21

participación digamos política en espacios de toma de decisiones como la

acción comunal, las juntas administradoras locales, propuestas mismas para

participar, digamos pensar a las mujeres en la política partidista, eso genera

muchísima resistencia en la población joven.Yo creo que la experiencia más

representativa en este sentido está a través de cómo se llamará el Concejo

Municipal de Juventud, que ahí confluyen muchos jóvenes.Yo realmente no

me he acercado mucho a esa experiencia, pero sé que es más que una

propuesta, que se mueve en el orden digamos de lo racional, de lo académico,

de lo intelectual incluso, y que no convoca ni reúne allí a la mayoría de jóvenes

de esta ciudad.

Sin embargo estas mujeres jóvenes le apuestan a partir de elementos como la

danza, la música, el teatro, el bodyart, actividades lúdicas recreativas, la

pintura.Una forma distinta de hacer política, y, a la vez, de reivindicar,

concientizar, sensibilizar a la sociedad, pero particularmente a las mujeres, a

las mujeres jóvenes.

Conclusiones

El movimiento de mujeres, en este caso particularmente la Ruta Pacifica de

Mujeres, nos muestra cómo a partir de escenarios concretos –como el plantón

de Mujeres de Negro, las plenarias con las líderes de las distintas

organizaciones y marchas como la ocurrida el pasado ocho de marzo, un

despliegue de formas simbólicas muy propias, donde por medio del color,

figuras y elementos representativos como el agua, el fuego, las flores, el

silencio, las imágenes, los logos, tapabocas expresan su sentir, su ideología de

género, su rechazo o protesta a cualquier tipo de forma violenta contra las

mujeres– el símbolo se ubica como su forma característica de lenguaje que

crea en ellas una identidad singular y una forma propia y única de transmitir su

pensamiento colectivo;que se sirve a la vez como elemento comunicante entre

su resistencia y lucha desde su condición y fuerza de género con la sociedad y

específicamente con cada ciudadano del común quien, así sea por un breve

instante, las observa.

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Dentro de este movimiento se puede observar una clara diferenciación

generacional entre las mujeres adultas y las mujeres jóvenes.Esta separación

se traduce más claramente a partir de una división implícita de roles,

caracterizando a las mujeres adultas por su compromiso constante y directo

hacia actividades –seminarios, charlas, conferencias– relacionadas con

aspectos de tipo organizativos,los cuales requieren una presencia frecuente y

regular por parte de estas.A su vez, sus apuestas parten desde un plano más

reflexivo y dotado de representatividad política, entendido desde el plano de su

carácter como organización institucional, en el plano administrativo.Por su

parte, las mujeres jóvenes parten desde apuestas y desde el empoderamiento

del movimiento social desde un plano artístico, estético, lúdico y cultural

cimentado en actividades como el bodyart, la música, el teatro, la danza, la

pintura; formas de movilizaciones que le dan al asunto de la reivindicación una

constitución nueva, adhiriendo el asunto de la resistencia y la movilización de

una manera política no tradicional, pero que por ello no pierde su carácter de

protesta, de rechazo hacia toda forma de opresión y agresión hacia el ser mujer

que se entremezcla muy particularmente con la condición de ser joven, de ese

espíritu de rebeldía que caracteriza a esta población.

Teniendo en cuenta la conclusión anterior, se pudo percibir que a partir de esta

diferenciación en términos de participación y de apuestas, entre las jóvenes y

las adultas, esta lleva, posteriormente, a una interacción entre las mismas

caracterizada por la tensión y el desencuentro entre ellas.Un conflicto que se

vivencia en una escasa comprensión y entendimiento mutuo de las lógicas,

pensamientos, problemáticas y formas de sentir y percibir la cuestión de género

que difieren y que muchas veces entran en choque. Una cuestión que se

vivifica en el asunto de que muchas veces las mujeres jóvenes no se sienten

incluidas y partícipes dentro del movimiento, y que por otro lado las mujeres

adultas sientan una mirada despectiva y de incomprensión de su proceso

reivindicativo e incrédulo ante las problemáticas y formas de exclusión que

vivieron y que ahora las jóvenes en su mayoría no perciben.

Finalmente se puede decir que el proceso de transmisión generacional que

proyecte un cambio pero a su vez no deje de lado la importancia de una

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continuidad del proceso y del terreno ganado –tanto en el espacio público como

privado, que se expresa en esa configuración del movimiento, en este caso

concreto con el movimiento de mujeres en la ciudad– se está llevando con una

falta de encuentro y de dialogo mas profundó, de entendimiento y comprensión

mutuo entre las jóvenes y las adultas; una interacción que podríamos llamar

positiva en términos de que ambas poblaciones o sujetos colectivos vean en

las otras –las adultas en las jóvenes y viceversa– la necesidad para el

fortalecimiento como colectivo y movimiento, una trasmisión de saberes; un

conocimiento de lasdiversas problemáticas que se presentan en una y en otras,

pero que las unen por su cualidad de ser mujer, este es un encuentro que se

hace ineludible para la construcción de un proceso conjunto y donde

verdaderamente se articulenlas apuestas a partir de las diversidades, las

formas de movilización, las problemáticas, las ideas e incluso los sentimientos

en una sola voz colectiva que provea al movimiento de dinamización y

cohesión.

Mirando este caso concreto del movimiento de mujeres en la ciudad de

Medellín, nos da pie para no dejar de lado las aportaciones y las nuevas

dinámicas que los y las jóvenes están incorporando a los movimientos

sociales.En este caso el ámbito cultural está brindando una nueva connotación

y a la vez alianza con el empoderamiento de lo público y de lo político, donde

se está llevando a cabo también el uso de las tecnologías y más

concretamente las redes sociales como formas nuevas de participación de las

cuales los jóvenes se apropian.

Los movimientos sociales cada vez deben hacer más uso de estas formas

culturales, lúdicas, tecnológicas y artísticas que no sólo atraen la población

juvenil, sino que también diversifica la movilización y entablan nuevos

caracteres identitarios con la ideología y pensamientos propios del movimiento,

el cual a su vez se transforma y adecua ante las nuevas problemáticas que

también surgen y afectan paralelamente a las nuevas generaciones.

Generaciones que tienen o tenemos el destino de las luchas reivindicativas –a

partir de ese ser propio del joven– la muerte o la continuidad de los

movimientos sociales.

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Bibliografía

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