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INFORME TÉCNICO
RAMIRO ERNESTO VILLAMAGUA VERGARA
Investigador de Bienes Inmateriales
Dirección Regional Zona 5 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
Sobre la Ancestralidad de la Comuna Montañita
Guayaquil, 16 de Mayo/2011
Antecedentes:
Mediante memorándum 0067-PI-DR5-INPC-2010, se solicita el criterio
antropológico del técnico competente del INPC DR5 como respuesta al
pedido recibido por el INPC-DR5 el 14 de abril del 2011, de parte del
principal del Gobierno Provincial de Santa Elena1 en torno a la sentencia
dictada por el Ab. Leónidas Litardo Plaza, Juez Titular 17 de lo Civil y
Mercantil de Santa Elena, el cual falla en contra de la comuna Montañita y
a favor de Luisa Andrade Peñaherrera de Solórzano, “…disponiendo que la
indicada comuna, por intermedio de sus representantes legales… proceda
a la restitución y entrega inmediata a su propietaria de los bienes
inmuebles de 100 cuadras denominado El CARMEN; y 50 hectáreas,
respectivamente, y que están debidamente individualizados en el proceso,
ubicados en la Jurisdicción de Montañita, Parroquia de Manglaralto,
Cantón Santa Elena, ahora Provincia de Santa Elena…”2 y siendo medular
el párrafo citado por el prefecto de Santa Elena, Ing. Patricio Cisneros, en
el oficio antes citado, vamos a transcribir un extracto importante del
documento fotocopiado y enviado por la Comuna de Montañita a nuestra
dependencia el día 21 de Abril del 2011, respecto al Juicio de Demarcación
de Linderos Nº 102/2010 propuesto por Ana Luisa Andrade
Peñaherrera p.l.d.q.r. Cía Manglaralto Sociedad
1 Ver Anexo 1
2 Ver Anexo 2
Anónima (MASA) contra la Comuna Montañita, por tratarse del
argumento que fundamentó dicho fallo:
“Es inadmisible aceptar la alegación de la Comuna Montañita, que dice
que entre otras cuestiones que las comunas tienen derechos
imprescriptibles, inalienables, indivisibles e inembargables; sustentada en
una propiedad ancestral e indivisible; cuando los antecedentes de
Ancestralidad nos corresponde a todos e inherente a todo lugar y territorio
nacional y del planeta, según sea su ubicación y raza; y las comunas, más
allá de que éstas, como instituciones han servido y sirven para coadyuvar
de manera eficiente, el control y desarrollo de una comunidad; al menos
en esta Provincia, no existe una sola comunidad o comuna, que como tal
tenga o mantenga condición étnica pura; y que por ello sus territorios
conserven identidad autóctona, como es el caso de la comunidad Tsáchila,
en Santo Domingo de los Tsáchilas, las que existen en la Región
Interandina; el Chota, en Esmeraldas y principalmente en la región
amazónica, las que tienen que ser, particularmente protegidas, por su
naturaleza étnica y estos si son, de acuerdo a la constitución, que los
determina como, inalienables, inembargables e indivisibles, siendo muy
DISTINTO, que por el hecho de ser una comunidad, sea negra, montubia,
chola, etc., todas estas disgregadas por todo el País y que como tales no
pueden de forma indiscriminadas autoproclamarse ancestrales y peor que
por ello pretendan gozar del privilegio de la Constitución, que los
determina como, inalienables, inembargables e indivisibles, por encima de
los demás; porque ese no fue el espíritu de la Constituyente de Montecristi
y como tal no puede ni debe ser abusado como se pretende y peor a la
fuerza. Es importante tener presente que la comuna “Montañita”, como
tal, existe desde que fue CREADA, el día 7 de enero de 1938, mediante
Acuerdo Ministerial No,. 15, por y para los efectos que en ese entonces
consagraba la Ley de Federación de Comunas, para fines sociales y
comunitarios y no bajo condición ancestrales y étnicas, esto es, para que
se administre de forma propia en aquello que corresponde a la comunidad
más no como un gobierno propio y descentralizado, si así lo podemos
decir, con lo que queda una vez más en claro, la esencia y la naturaleza
de la existencia, en este caso de la comuna Montañita…”
Partiendo de este extracto, se debe aclarar que no es competencia del
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural “conocer o resolver, los juicios o
controversias entre comunidades y personas extrañas a la misma, relativas
al dominio o posesión de tierras…3”; más siendo el pedido del Prefecto de
Santa Elena de “determinar el grado de Ancestralidad de la Comuna
Montañita y de esta manera establecer si es de las que cuenta con las
garantías señaladas en el artículo 57 de la Constitución de la República”,
nuestra competencia como entidad técnica que entre otras actividades
realiza estudios e investigaciones antropológicas para la salvaguardia del
Patrimonio Cultural en la Región 5 que comprende también a la Península
de Santa Elena, nos faculta para que emitamos un criterio técnico. El
mismo que emitimos, no ante el fallo del Juez Litardo Plaza, sino ante el
análisis del magistrado en cuanto a los derechos imprescriptibles,
inalienables, indivisibles e inembargables de las Comunas, pues dicho
análisis acude a la duda del status de “Pueblo Ancestral Comunero” de
las comunas de Santa Elena de manera general y de la Comuna
Montañita en particular. Es nuestro deber difundir El Estado de la
Cuestión en torno a las denominadas Tierras Ancestrales que albergan
múltiples elementos patrimoniales, tanto culturales como naturales y es
necesario aclarar que pese a todos los esfuerzos actuales por difundir el
conocimiento sobre la historia de los pueblos que conforman nuestro país
Ecuador, el conocimiento de estos tiene una “pertenencia académica”,
razón por la cual se recomienda buscar asesoría sobre estos temas con los
organismos estatales que puedan y deban tener relación con estos
asuntos de vital importancia para el justo cumplimiento de La Ley.
Exposición y Análisis de Datos
Para proceder al análisis de datos, nos basaremos en los documentos
administrativos y académicos4 con los que contamos para argumentar dos 3 Notificación sobre el Juicio de Demarcación de Linderos Nº 102/2010 propuesto por Ana Luisa Andrade
Peñaherrera p.l.d.q.r. Cía Manglaralto Sociedad Anónima (MASA) contra la Comuna Montañita. 4 Todos los documentos vienen en Anexos.
puntos fundamentales: 1. El reconocimiento del Estado Ecuatoriano a la
calidad ancestral de la organización territorial de las comunas basada en la
propiedad ancestral colectiva; 2. El concepto de identidad indígena en el
caso concreto de los pueblos ancestrales comuneros en la península de
Santa Elena
1. El Estado Ecuatoriano y el Reconocimiento de la Forma de
Organización Territorial Ancestral
La Constitución Vigente del Ecuador en su art. 60 claramente expresa:
“Se reconoce a las comunas que tienen propiedad colectiva de la tierra,
como una forma ancestral de organización territorial”.
Desde luego, este reconocimiento se sustenta en argumentos tanto de
carácter histórico como de auto adscripción étnica, y como veremos, no se
dio por casualidad:
“Basados en estas evidencias5 y la manifestación de autoconciencia étnica
expresada por los representantes, líderes y dirigentes de las actuales
Comunas de la Costa ante la Asambleísta e historiadora Tatiana Hidrovo
mediaron en el reconocimiento por parte de la Asamblea Constituyente de
los derechos colectivos del pueblo ancestral comunero en la actual
Constitución ecuatoriana (2008). Además de los articulas 56 y 57 que
reconocen a las Comunas como parte del estado y les otorgan derechos,
en su artículo 60 se refiere específicamente a la propiedad colectiva de la
tierra como una forma ancestral de organización territorial de estas
Comunas (Taller Pueblo Ancestral Comunero, 2008, Las Conchas,
Salinas).”6
5 Evidencias etno-históricas que serán expuestas en el numeral 2
6 Ver anexo 3
Un documento oficial enfatiza el carácter ancestral de estas formas de
organización y representa una constatación de la concepción del Estado
Ecuatoriano en torno a la propiedad comunal formalizada en la Ley de
Comunas de 1937: el Registro Oficial, de Junio 24 de 1980, número 216, el
Ministerio de Agricultura y Ganadería7 considera que:
“… desde la ´época de la Colonia se han establecido las llamadas tierras
comunales reconocidas como patrimonio de las Comunidades, en razón de
lo cual la mayor parte de dichas organizaciones se encuentran en posesión;
Que la posesión inmemorial por parte de las comunidades campesinas
confieren a éstas derechos y garantías suficientes incluso, provenientes de
la prescripción, que han operado desde hace mucho tiempo a favor de
ellas de acuerdo con la Ley…”
Y por lo tanto acuerda:
“Art. 1º- Disponer que la Dirección General de Desarrollo Campesino, en
colaboración con las respectivas direcciones Zonales del Ministerio de
Agricultura y Ganadería, realicen los estudios y trabajos relacionados con
la determinación de las tierras que se hallan en posesión de las Comunas
Campesinas del País…”
A esto debo agregar que el Ministerio de Ganadería mediante Providencia
del 10 de septiembre de 1982, considerando que a favor del pueblo
ancestral comunero Montañita se ha producido la prescripción adquisitiva
de dominio de una superficie aproximada de 1.414 has. de terreno situado
en la parroquia Manglaralto del cantón Santa Elena, provincia del Guayas,
expidió la providencia declaratoria de Dominio a favor de la comuna,
documento que ha sido protocolizado y legalmente inscrito en el registro
de la propiedad:
7 Ministerio al cual las comunas guardan dependencia administrativa.
“…se declara que la comuna de Montañita, tanto por el mandato de las
disposiciones de La ley de Tierras Baldías y Colonización del 12 de mayo de
1.936, e igualmente por haberse operado en su forma la prescripción
adquisitiva de dominio con anterioridad a 1964, es propietaria del cuerpo
de terreno situado en la Parroquia Manglaralto, del cantón Santa Elena,
provincia del Guayas, con una superficie aproximada de 1.414 hectáreas y
comprendido dentro de los linderos señalados”8
Una muestra representativa e irrefutable del reconocimiento del Estado
Ecuatoriano a la calidad de pueblo originario e indígena, es el oficio Nº -
109-DCAL-CODENPE-2005 firmado por la Dra. Lourdes Tibán, en ese
entonces Secretaria Nacional Ejecutiva de CODENPE9, solicitando al INDA
la resolución del conflicto que actualmente ocupa a la Comuna de
Montañita.
La Comuna Montañita en tal caso, se ubica en el territorio que perteneció
a la Confederación Guancavilca, y cuyos pobladores mantuvieron la
posesión de un territorio colectivo que recién se fragmenta cuando se
formaliza la Ley de Comunas de 1937. Hasta ese momento todos los
pueblos y recintos eran asentamientos formados por la dispersión de las
familias indígenas recluidas en las Reducciones o Pueblos de Indios de la
costa (Álvarez, 1999).
2. El Caso de la Identidad Indígena Costeña y los marcadores étnicos
que la definen
Para fundamentar este numeral, me voy a remitir a la transcripción literal
de la Interpretación histórica y etnográfica de la identidad y etnicidad del
8 Acta de Protocolización de Providencia que declara el Dominio a favor de Montañita, expedido por el
Ab. Nicanor Alejandro, Registrador de la Propiedad, en Santa Elena el 10 de Julio de 1984. 9 CODENPE es una institución pública, con representación directa de las Nacionalidades y Pueblos
indígenas del Ecuador, a través del Consejo Nacional, integrado por 32 representantes de las nacionalidades Awa, Chachi, Epera, Tsáchila, Siona, Secoya, Zápara, Shiwiar Andoa, Waorani, Shuar, Achuar y Kichwa. Dentro de la nacionalidad Kichwa se cuenta con los representantes de los pueblos: Pasto, Natabuela, Karanki, Otavalo, Kayambi, Kitu Kara, Panzaleo, Salasaca, Tomabela, Chibuleo, Quisapincha, Puruhá, Kañari, Saraguro, Paltas, kichwas de la Amazonía (norte y sur) y los pueblos originarios Manta y Wankavilka (http://www.codenpe.gob.ec/).
pueblo ancestral comunero como fundamento de sus derechos étnicos,
ponencia expuesta por la Dra. .Silvia Álvarez10.
“La documentación histórica de la región de la Antigua Provincia de
Guayaquil destaca que entre las formas de resistencia étnica al impacto
colonial se cuenta la “ladinización” de los pueblos “goancavilcas” que
fueron resguardados en Reducciones Indígenas (Jipijapa, Colonche, Santa
Elena, Chanduy, Chongón o la Puna por ejemplo). Esta estrategia consistió
en adoptar ciertos elementos culturales europeos (monetarización,
vestimenta, lengua, producción ganadera, religiosidad, cabildos,
participación en el mercado, etc.) pero sin que esto significara perder su
identidad. Se trataba de una opción política para aprovechar
oportunidades, en la defensa de sus derechos colectivos y privilegios que
como “Común de indígenas” tenían reconocidos en las leyes españolas.
Usando como forma de resistencia la "adaptación" a la situación colonial,
el grupo Huancavilca11 incorporo prácticas y elementos españoles para
oponerse a la presión fiscal, a la pérdida de recursos, y para
reacomodarse culturalmente. Estos nuevos elementos culturales,
diferentes a los prehispánicos, privilegiaron mantener el principio de
territorialidad colectiva, y el parentesco como forma de organización en
linajes o familias extensas que perdura hasta nuestros días (Álvarez, 1988;
1991; 1999).
Tal como lo describen muchos cronistas, viajeros y eclesiásticos a lo largo
del periodo colonial, el Padre Bernardo Recio informa en 1750 que los
indígenas de la costa se caracterizan por moverse en dos mundos,
manejando los códigos españoles que les son útiles, a la vez que
rechazando la convivencia en sus pueblos de otros grupos que no sean
indígenas :
10
De Huancavilcas a Comuneros: Relaciones Interétnicas en la Península de Santa Elena-Ecuador; ÁLVAREZ, Silvia; Edit. Abya-Yala; Quito, 1999. 11
Se registra el nombre Goancavilca, Guanvavelica, Guancavilca, Huancavilca y el CODENPE los reconoce como Wankavilka.
"...estos indios de Guayaquil y de muchos pueblos que hay en su vasta
jurisdicción, son muy ladinos, visten a la usanza española, hablan bien el
romance, y lo cantan con gracia y aseo, parecidos en esto y otros modales
a los aldeanos andaluces". Le llama la atención el hecho de que "no les
haya quedado a estos indios rastros de su nativa lengua solo los nombres
de los lugares, como Colonche, Zaguache, Tipitapa, etc.". Lo que “es mas
de admirar porque no viven como los indios de la sierra, mezclados con
españoles y mestizos, sino solos en sus pueblos, tanto que, usando de sus
privilegios, no dan cuartel a los extraños, y, así por maravilla, hallé yo años
después un español entre ellos, y éste era catalán, casado con una cacica o
noble india" (Recio, [1773], 1948:183).
En base a este y otros testimonios y documentación, la historiadora
española María Luisa Laviana Cuetos (1987:59) interpreta que “si bien los
indios de la Costa ecuatoriana han conservado su pureza racial a través de
los siglos, por el contrario a raíz de la conquista adoptaron por completo y
muy tempranamente la indumentaria y la lengua española, en lo que
parece haber sido una concesión –o una estrategia- a cambio de mantener
sus costumbres y una relativa independencia”
La etnohistoriadora Carmen Dueñas de Anhalzer (2003, 1997) por su parte
destaca para la zona de Jipijapa la existencia de “caciques litigantes” que
los representan en los juicios contra mestizos y españoles. Estos indígenas
funcionan como una comunidad abierta antes que cerrada y articulada
antes que aislada, siempre informados de los cambios y sucesos en el
gobierno colonial. Para defender sus derechos recurren a verdaderas
empresas colectivas que se trasladan a los centros de poder tanto de
America como de España (Dueñas, 1997)
Aunque habitualmente se atribuye como marcador de identidad el uso de
una lengua nativa, o cierto estilo de vestimenta, estos no son obligatorios
ni los únicos indicadores de referencia étnica. No se puede imponer desde
afuera del grupo un solo criterio de identidad, y menos la obligación de
mostrar signos exteriores de “indigenidad”. En el caso de las actuales
Comunas de la Costa de Ecuador (provincias del Guayas, Santa Elena y
Manabí) el territorio colectivo, el parentesco, la memoria histórica que
mantiene el grupo, y una organización política basada en la Asamblea
representada en sus Cabildos, son los marcadores étnicos asumidos y
adoptados que debemos reconocer y respetar. No se puede negar la
identidad étnica desde fuera del grupo, ni imponer un elemento cultural
como condición al derecho a ser indígena solo de una determinada manera
(Álvarez, 2002). Es evidente a lo largo de los últimos 500 años, hasta llegar
a la conformación del actual estado-nación, que los indígenas
Huancavilcas mantuvieron la posesión de un territorio colectivo que recién
se fragmenta cuando se formaliza la Ley de Comunas de 1937. Hasta ese
momento todos los pueblos y recintos eran asentamientos formados por la
dispersión de las familias indígenas recluidas en las Reducciones o Pueblos
de Indios de la costa (Álvarez, 1999). Uno de los ejemplos mas estudiados
de esta desmembración territorial en Comunas lo constituye el caso de la
Antigua Comunidad de Indígenas de Chanduy, única Reducción
íntegramente habitada por indígenas hasta 1803 (Álvarez, 2008). De aquí
que las Comunas son definidas desde la etnografía como unidades estables
identificadas por su asociación a un territorio político-productivo de origen
étnico, y por las relaciones de parentesco que mantienen. Se les reconocen
derechos exclusivos de carácter colectivo y sus miembros se identifican
coloquialmente como “cholos comuneros y comuneras” (Álvarez, 1999). En
su momento el PRODEPINE (Proyecto de Desarrollo de los Pueblos
Indígenas y Negros del Ecuador) adscripto al CODENPE incluyo a los
pueblos indígenas de esta región como parte de su mapa étnico, basados
en la investigación antropológica y en la reconstrucción tentativa de su
geografía colonial y republicana (Ver Mapa original en: Álvarez, 1988:18).”
Informe Técnico
Las Investigaciones realizadas sobre etnicidad en la Costa Ecuatoriana
expuestas anteriormente se han visto confirmadas por los estudios
suscitados en el Valle de Valdivia (INPC, 2010), y en Sacachún (INPC,
2010); a lo que podemos agregar la recuperación de documentos
históricos del Archivo General de Indias (AGI) en torno a la Isla Puná (INPC,
2010) y que significan otro aporte en el campo de la Etno-historia de los
pueblos ancestrales comuneros de la costa ecuatoriana. Este desarrollo
nos permite dictaminar técnicamente que:
LA COMUNA DE MONTAÑITA FORMA PARTE DE LOS PUEBLOS
ANCESTRALES COMUNEROS. No es dable comparar el devenir
histórico de los pueblos de la Costa, con los de la Sierra o el
Oriente, ya que su diversidad cultural los ha ubicado en diferentes
escenarios históricos y geográficos. Por ende, la autoridad en
cuestión no puede fundamentar el “carácter relativo” de los
derechos imprescriptibles, inalienables, indivisibles e
inembargables de las comunas, según se expresó en el fallo
anteriormente citado.
La comuna Montañita forma parte del pueblo reconocido como
Wankavilka por la entidad pública competente, CODENPE.
La Constitución de la República ampara los derechos de las
comunas, y en este caso concreto, los numerales 5 y 11 del artículo
57 deben ser objeto de aplicación.
el Convenio 169 de la OIT (1989) define que “un pueblo es
considerado indígena por el hecho de descender de poblaciones
que habitaban en el país o en una región geográfica a la que
pertenece el país en la época de la conquista, de la colonización o
del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que,
cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus
propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o
parte de ellas. Además, la conciencia de su identidad indígena o
tribal deberá considerarse un criterio fundamental para determinar
los grupos”. Y habiéndose identificado en repetidas ocasiones los
comuneros de Montañita como herederos de estos territorios
ancestrales, la identidad indígena de éstos se ve respaldada por el
criterio fundamental que determina al grupo dado.
Los actuales conflictos de pertenencia u identitarios que pueden
estar sufriendo los pueblos y nacionalidades indígenas como efecto
del fenómeno de globalización no significa que los comuneros de
Montañita hayan perdido los derechos que los asisten y presentes
en la Constitución 2008.
Recomendaciones:
Es también importante informar al CODENPE y Secretaria de
Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana, sobre la
necesidad de pronunciarse públicamente en torno al tema de la
pertenencia e identidad indígena de los comuneros de Santa Elena.
Será labor de los organismos competentes, y entre ellos el del INPC,
trazar planes para el rescate del Patrimonio Cultural de la Comuna
Montañita, a fin de mitigar de algún modo los procesos de
aculturación que suceden en base a la pérdida de las actividades
tradicionales a raíz de nuevas prácticas productivas y económicas.
Este tema advierte sobre las falencias educativas acerca de nuestra
historia y sobre la poca difusión del significado que tiene para El
Estado Ecuatoriano los territorios ancestrales de nuestro litoral, y
particularmente, el que se le atribuye a la Confederación Manteño-
Wankavilka.
Atentamente
Lcdo. Ramiro Villamagua Vergara
Investigador en bienes inmateriales INPC-DR-5
GYE/ Mayo 13, 2011