INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los...

28
Soberanía alimentaria: la agricultura y la alimentación en nuestras manos Esther Vivas INGURU GAIAK 2 F E B R E R O D E 2 0 1 1

Transcript of INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los...

Page 1: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Soberanía alimentaria:

la agricultura

y la alimentación

en nuestras manos

Esther VivasI N G U R U G A I A K 2

F E B R E R O D E 2 0 1 1

Page 2: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Soberanía alimentaria:

la agricultura y la alimentación

en nuestras manos

Prólogo.......................................................................................................................................3

Introducción .............................................................................................................................5

Más allá de la seguridad alimentaria .....................................................................................6

Una breve definición ................................................................................................................7

La Vía Campesina .....................................................................................................................9

Crisis alimentaria global ........................................................................................................10

Falsas soluciones ....................................................................................................................13

Un débil sistema agroalimentario .........................................................................................13

De exportadores a importadores ..........................................................................................16

Generando cambio climático ................................................................................................18

Monopolios .............................................................................................................................20

Una opción viable ..................................................................................................................21

Notas .......................................................................................................................................23

Bibliografía .............................................................................................................................23

Publica: Manu Robles-Arangiz InstitutuaBarrainkua, 1348009 BILBO

www.mrafundazioa.org

ISBN 978-84-936523-8-8

Depósito legal

Page 3: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Esther Vivas (Sabadell, 1975) es miembrodel Centro de Estudios sobre MovimientosSociales (CEMS) de la Universitat PompeuFabra y colaboradora del Instituto deGobierno y Políticas Públicas (IGOP) de laUniversitat Autònoma de Barcelona. Formaparte de la redacción de la revista VientoSur.

Sus principales líneas de investigación sonel análisis de los impactos sociales ymedioambientales del modelo agroindus-trial dominante, las alternativas al mismo,así como el estudio de los movimientossociales.

Es autora de "En pie contra la deuda exter-na" (El Viejo Topo, 2008), coautora, junto aJM Antentas, de "Resistencias globales. DeSeattle a la crisis de Wall Street" (Ed.Popular, 2009) y coautora, junto a X.Montagut, de "Del campo al plato. Los cir-cuitos de producción y distribución de ali-mentos" (Icaria ed., 2009),"Supermercados, no gracias. Grandes cade-nas de distribución: impactos y alternati-vas" (Icaria ed., 2007) y "¿Adónde va elcomercio justo?" (Icaria ed., 2006).

Más información en:www.esthervivas.wordpress.com 3

Page 4: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

4

Page 5: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

La humanidad se enfrenta a una crisis ecoló-gica global, cuya manifestación más evidentees el cambio climático. Nos encontramos anteuna verdadera crisis de civilización en la quese unen una crisis económica y social y unacrisis ecológica, energética y alimentaria. Deeste modo, se pone de manifiesto que el capi-talismo no sólo no puede satisfacer las nece-sidades básicas de la mayoría de la humani-dad sino que amenaza a su propia supervi-vencia y al equilibrio de la naturaleza.

La crisis ecológica no puede separarse delsistema económico y social que la ha genera-do. Por ello, combatir la crisis ecológica, y sal-var el clima, requiere de la adopción de polí-ticas que toquen al corazón del actual mode-lo de producción, distribución y consumocapitalista, y no meros retoques cosméticos.En este sentido, la crisis ecológica y el cambioclimático plantean la necesidad de unir elcombate por la justicia climática y por la jus-ticia social, y de huir de las falacias del capi-

talismo verde y del barniz ecológico a las polí-ticas social-liberales.

El capitalismo verde se apunta a la carreradel cambio climático, aportando una serie desoluciones tecnológicas (energía nuclear, cap-tación de carbono de la atmósfera para sualmacenamiento, agrocombustibles, etc.) quegenerarán mayores impactos sociales ymedioambientales. Se trata de soluciones fal-sas que intentan esconder las causas estruc-turales que nos han conducido a la situaciónactual de crisis y que buscan hacer negociocon la misma.

El capitalismo no puede solventar una crisisecológica global que él mismo ha creado. Supropia lógica, basada en la búsqueda delmáximo beneficio y en la necesidad perma-nente de expandirse, topa con el equilibrio dela naturaleza. El beneficio a corto plazo y eltacticismo electoral, propios del capital y dela política gestionaria, choca con la perspecti-va a largo plazo de la defensa de la humani-

5

A modo de prólogo

Anticapitalismo y crisis ecológica

Esther Vivas

Page 6: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

dad, la vida, y el equilibrio de la naturaleza.Ambas lógicas marcan destinos alternativospara la humanidad.

Anticapitalismo y justicia ecológica y climá-tica aparecen entonces directamente entrela-zados. Cualquier combate contra el actualmodelo económico que no tenga en cuenta lacentralidad de la crisis ecológica está estraté-gicamente desorientado. Y toda perspectivaecologista desprovista de una orientaciónanticapitalista está condenada al fracaso, aservir de coartada de políticas de lavado deimagen, a quedarse en la superficie del pro-blema y puede acabar siendo un instrumentoal servicio del marketing verde.

Establecer alianzas entre sindicalismo y eco-logismo aparece como una cuestión estraté-gica central. Los sindicatos tienen el reto deintegrar en su actividad cotidiana, su perspec-tiva general y su visión del mundo la dimen-sión ecologista. Y, al revés, el movimiento eco-logista tiene que integrar la defensa de la jus-ticia social y de los derechos sociolaborales ensu horizonte de trabajo.

Un sindicalismo centrado sólo en la defensade puestos de trabajo sin perspectiva ecolo-gista no es la solución. Ni tampoco un ecolo-gismo sin dimensión social. La posibilidad degenerar, por ejemplo, un movimiento contrael cambio climático con una base social fuer-te y con un objetivo simultáneo de justiciasocial y climática depende, en gran medida,de una buena articulación entre sindicatos ymovimiento ecologista.

El diálogo entre sindicalismo y ecologismo,sin embargo, tiene que partir desde una firmevoluntad de atajar la crisis ecológica y socialdesde la raíz, enfrentándose al núcleo durodel modelo económico y social actual. Ni elmarketing verde ni el ecologismo de mercadopueden parar la degradación ecológica y elcambio climático, así como la concertación yla desmovilización frente a los recortes y losataques patronales no pueden parar la ero-sión de los derechos y las conquistas sociales.Cambiar el sistema, cambiar el mundo debase, y defender “otro mundo posible” debeser, sin duda, un horizonte común.

6

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 7: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Introducción

La globalización neoliberal, en su trayectoriapor privatizar todos los ámbitos de la vida, hahecho lo mismo con la agricultura y los bienesnaturales, sometiendo al hambre y a la pobre-za a una inmensa parte de la población mun-dial. En la actualidad, se calcula que en elmundo hay 925 millones de personas ham-brientas, según datos de la Organización delas Naciones Unidas para la Agricultura y laAlimentación (FAO), cuando, paradójicamen-te, se producen más alimentos que nunca enla historia.

Como indica la organización internacionalGRAIN (2008), la producción de comida se hamultiplicado por tres desde los años 60, mien-tras que la población mundial tan sólo se haduplicado desde entonces, pero los mecanis-mos de producción, distribución y consumo,al servicio de los intereses privados, impiden a

los más pobres la obtención necesaria de ali-mentos.

El acceso, por parte del pequeño campesi-nado, a la tierra, al agua, a las semillas... noes un derecho garantizado. Los consumidoresno sabemos de dónde viene aquello quecomemos, no podemos escoger consumirproductos libres de transgénicos. La cadenaagroalimentaria se ha ido alargando progresi-vamente alejando, cada vez más, produccióny consumo, favoreciendo la apropiación delas distintas etapas de la cadena por empresasagroindustriales, con la consiguiente pérdidade autonomía de campesinos y consumido-res.

Frente a este modelo dominante del agro-

business, donde la búsqueda del beneficioeconómico se antepone a las necesidades ali-mentarias de las personas y al respeto almedio ambiente, surge el paradigma alterna-tivo de la soberanía alimentaria. Una pro-

7

Soberanía alimentaria: la agricultura

y la alimentación en nuestras manos

Esther Vivas

Page 8: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

puesta que reivindica el derecho de cada pue-blo a definir sus políticas agrícolas y alimen-tarias, a controlar su mercado doméstico, aimpedir la entrada de productos excedenta-rios a través de mecanismos de dumping(vender a un precio inferior al del mercadolocal y a menudo por debajo del precio decoste), y a promover una agricultura local,diversa, campesina y sostenible, que respeteel territorio, entendiendo el comercio interna-cional como un complemento a la producciónlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como latierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar contra la privatización de la vida.

Más allá de la seguridad alimentaria

En los años 70, la FAO acuñó el termino deseguridad alimentaria con el objetivo dedefender el derecho y el acceso a la alimenta-ción por parte de toda la población del pla-neta. Su origen se remonta a la crisis alimen-taria de 1974, cuando el precio del grano y delas semillas se triplicó después que los EstadosUnidos vaciaran sus stocks de excedente degrano que habían sido la base de los progra-mas de ayuda alimentaria. En la CumbreMundial sobre la Alimentación de la FAO deese año, la seguridad alimentaria se convirtióen un objetivo explícito de la ONU.

Pero el concepto de seguridad alimentariaha sido, a menudo, desposeído de su signifi-cado original y la industria agroalimentariaasí como las instituciones internacionales lohan utilizado para justificar la exportación dealimentos, altamente subvencionados, deEstados Unidos o de la Unión Europea a paí-ses del Sur, con el objetivo “teórico” de aca-bar con el hambre en estos últimos. Estasprácticas, lejos de solucionar los problemasagrícolas y alimentarios en el Sur, los agudi-zan.

La práctica del dumping arruina al pequeñocampesinado familiar, aumenta la migracióndel campo a las villas-miseria de las grandesciudades, erosiona la soberanía alimentariade estos países convirtiéndolos en dependien-tes del comercio internacional y aumenta lainseguridad alimentaria de sus poblaciones.

Como señala Peter Rosset (2009: 116): “Lasoberanía alimentaria sostiene que la alimen-tación de un país es una cuestión de seguri-dad nacional o de soberanía, como se prefie-ra. Si la población de un país depende, para lasiguiente comida, de los caprichos y/o lasoscilaciones de los precios en la economíaglobal o de la buena voluntad de un superpo-der de no utilizar la comida como arma (...)Entonces este país no está seguro, ni en elsentido de la seguridad nacional ni en el sen-tido de la seguridad alimentaria”.

8

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 9: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Ante la constatación de que la seguridadalimentaria no representaba un paradigmaalternativo a la agroindustria y a las políticasneoliberales, emergió a mediados de los años90 el concepto de la soberanía alimentariaque incluía esta demanda e iba más allá.

¿Qué aporta de nuevo el concepto de sobe-ranía alimentaria? Éste tiene por objetivosatisfacer la seguridad alimentaria de las per-sonas, a la vez que pone en cuestión el actualmodelo de producción agroalimentaria(intensivo, industrial, deslocalizado, “petrode-pendiente”, insostenible), así como las políti-cas de las instituciones internacionales que lopromueven.

La soberanía alimentaria pone en el centroa los campesinos y campesinas, apoyándolesen su lucha por producir alimentos al margende las condicionalidades impuestas por elmercado, priorizando los circuitos locales ynacionales, rompiendo con el mito de quesólo los mercados y el comercio internacionalpodrán acabar con el hambre en el mundo ycolocando la producción de alimentos, la dis-tribución y el consumo sobre la base de lasostenibilidad social, económica y medioam-biental.

Una breve definición

La soberanía alimentaria fue definida, en susorígenes por el movimiento internacional deLa Vía Campesina, como “el derecho de cadanación a mantener y a desarrollar su capaci-dad de producir alimentos básicos, en lo con-cerniente a la diversidad cultural y producti-va” (Desmarais, 2007: 56).

Con los años, la definición que se ha exten-dido es la que queda recogida en la declara-ción Nuestro mundo no está en venta.

Primero está la soberanía alimentaria de los

pueblos ¡Fuera la OMC de la agricultura y la

alimentación! (VVAA, 2003: 1): “La soberaníaalimentaria es el derecho de cada pueblo adefinir sus propias políticas agropecuarias enmateria de alimentación, a proteger y a regla-mentar la producción agropecuaria nacional yel mercado doméstico a fin de alcanzar metasde desarrollo sustentable, a decidir en quémedida quieren ser autodependientes, aimpedir que sus mercados se vean inundadospor productos excedentarios de otros paísesque los vuelcan al mercado internacionalmediante la práctica del dumping (...) Lasoberanía alimentaria no niega el comerciointernacional, más bien defiende la opción deformular aquellas políticas y prácticas comer-ciales que mejor sirvan a los derechos de lapoblación a disponer de métodos y productosalimentarios inocuos, nutritivos y ecológica-

9

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 10: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

mente sustentables”. Esta declaración fue fir-mada por redes y organizaciones internacio-nales como La Vía Campesina, el ForoMundial de los Pueblos Pescadores, Amigosde la Tierra y Focus on the Global South, entreotros.

Para La Vía Campesina, quien impulsó estetérmino en el año 1996 coincidiendo con laCumbre Mundial sobre la Alimentación de laFAO en Roma, la soberanía alimentaria tienecomo objetivos principales: a) Dar prioridad ala producción de alimentos saludables, debuena calidad y culturalmente apropiadospara el mercado doméstico. b) Apoyar conprecios competitivos a los agricultores paraprotegerlos contra las importaciones a bajoprecio. c) Regular la producción de los merca-dos internos para poner fin a los excedentesagrícolas. d) Desarrollar una producción sos-tenible basada en la familia agraria. e) Abolircualquier ayuda a la exportación directa oindirecta (Desmarais, 2007).

La soberanía alimentaria implica devolver elcontrol de los recursos naturales como la tie-rra, el agua y las semillas a las comunidades ya las y los campesinos y luchar contra la pri-vatización de la vida. Como señala Desmarais(2007: 60): “Patentar las plantas, los animalesy sus componentes significa para los campesi-nos y las comunidades indígenas la pérdidadel control sobre los recursos que tradicional-mente usan y conocen”.

El acceso a la tierra y una reforma agrariaauténtica son una prioridad central. Asíquedó recogido en la Declaración Final delForo Mundial sobre Soberanía Alimentaria deLa Habana (Cuba) en 2001: “La soberanía ali-mentaria implica la puesta en marcha de pro-cesos radicales de reforma agraria integraladaptados a las condiciones de cada país yregión, que permitan a los campesinos e indí-genas (...) un acceso equitativo a los recursosproductivos, principalmente tierra, agua ybosque, así como a los medios de producción,financiamiento, capacitación y fortalecimien-to de sus capacidades de gestión e interlocu-ción” (VVAA, 2001: 1).

Alcanzar esta soberanía alimentaria requie-re una estrategia que rompa con las políticasagrícolas neoliberales impuestas por laOrganización Mundial del Comercio (OMC), elBanco Mundial y el Fondo MonetarioInternacional, quienes promueven un modelode producción agrícola y alimentaria insoste-nible. La declaración Nuestro mundo no está

en venta no lo podría dejar más claro: “LaOMC es una institución completamente ina-decuada para hacerse cargo de los problemasde la agricultura y la alimentación. (...) Novemos que sea posible que la OMC se sometaa una reforma profunda (...) Reclamamos quetodo lo relativo a la alimentación y la agricul-tura sea excluido del ámbito de jurisdicciónde la OMC” (VVAA, 2003: 4).

10

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 11: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Pero reivindicar la soberanía alimentaria noimplica un retorno romántico al pasado, sinoque se trata de recuperar el conocimiento ylas prácticas tradicionales y combinarlas conlas nuevas tecnologías y los nuevos saberes(Desmarais, 2007). No debe consistir tampo-co, como señala McMichael (2006), en unplanteamiento localista, ni en una “mistifica-ción de lo pequeño” sino en repensar el siste-ma alimentario mundial para favorecer for-mas democráticas de producción y distribu-ción de alimentos.

Para investigadores como Henk Hobbelinkde GRAIN, el concepto de soberanía alimenta-ria “ha conseguido trasladar tres mensajesque cada vez son más conocidos y comparti-dos: uno, desmitificar (...) que la competenciano es entre Norte y Sur. Segundo, el contras-te que sigue habiendo entre desarrollo ymedio ambiente va diluyéndose. Y el tercerpunto, es el cuestionamiento de la tecnologíaen sí” (Soberanía alimentaria, biodiversidad yculturas, 2010: 9).

La Vía Campesina

La Vía Campesina nació en 1993, en los albo-res del movimiento altermundialista, y pro-gresivamente se convertiría en una de lasorganizaciones de referencia en la crítica a laglobalización neoliberal. En la actualidad, La

Vía agrupa a unas 150 organizaciones de 56países.

El ascenso de La Vía Campesina es la expre-sión de la resistencia campesina al hundi-miento del mundo rural, provocado por laspolíticas neoliberales y la intensificación delas mismas con la creación de la OrganizaciónMundial del Comercio (OMC). Sus orígenes seremontan a mediados de los años 80, cuan-do, coincidiendo con la Ronda de Uruguay delGATT, varias organizaciones campesinas reali-zaron importantes esfuerzos para internacio-nalizar el movimiento (Desmarais, 2007).

La Vía emergió como una alternativa másradical a la hasta entonces única estructuracampesina internacional, la FederaciónInternacional de Productores Agrícolas (IFAP),creada en 1946, representante de los intere-ses de grandes propietarios, dominada porgrupos del Norte y favorable a las políticas deliberalización y al diálogo con las institucionesinternacionales.

Las organizaciones afiliadas a La Vía sonbastante heterogéneas, en términos de pro-cedencia ideológica y de los sectores repre-sentados (sin tierra, pequeños campesinos...),pero todos coinciden en pertenecer a las fran-jas campesinas más pobres y golpeadas por elavance de la globalización neoliberal (Borras,2004). Uno de sus logros más importantes hasido el de superar, de forma bastante satis-factoria, la brecha entre los campesinos del

11

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 12: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Norte y del Sur, articulando una resistenciaconjunta al actual modelo de liberalizacióneconómica.

Desde su creación, La Vía ha promovido unaidentidad “campesina” politizada, ligada a latierra y a la producción de alimentos, cons-truida en oposición al actual modelo del agro-

business y en base a la defensa de la sobe-ranía alimentaria (Desmarais, 2007). La Víaencarna un nuevo tipo de “internacionalismocampesino” (Bello, 2009) que podemos con-ceptualizar como el “componente campesi-no” del nuevo internacionalismo de las resis-tencias representado por el movimiento alter-mundialista (Antentas y Vivas, 2009).

Una vez consolidada como proyecto inter-nacional, en un contexto marcado por elascenso progresivo del movimiento altermun-dialista, La Vía se fue orientando hacia la bús-queda de alianzas con otras organizaciones,en particular en la lucha contra la OMC, sobretodo a partir de Seattle, participando en cam-pañas internacionales como por ejemplo lared ¡Nuestro Mundo no Está en Venta! En lasmovilizaciones en Doha, Cancún y HongKong, los campesinos fueron uno de los acto-res más relevantes y visibles.

Detrás de esta política de alianzas estaba lacomprensión de que la lucha campesina con-tra la agroindustria se inserta en un combatemás amplio contra la globalización neoliberaly que la defensa de los intereses campesinos

requiere el cuestionamiento del conjunto delmodelo, que sólo puede ser revertido a travésde amplias coaliciones y alianzas entre orga-nizaciones y sectores sociales distintos.

La Vía participó desde el comienzo en elproceso del Foro Social Mundial (FSM), cuyaprimera edición se celebró en enero de 2001,formando parte de sus instancias organizati-vas, el Consejo Internacional y el SecretariadoInternacional. La implicación de La Vía en elproceso organizativo del FSM bajó con eltiempo y en los últimos años prefirió concen-trarse en el impulso de campañas concretasfrente a la OMC y algunas iniciativas propiascomo el Foro por la Soberanía Alimentaria deNyéleni en 2007, en Malí, organizado conjun-tamente con la Marcha Mundial de Mujeres,el Foro Mundial de los Pueblos Pescadores,entre otros, y que permitió fortalecer alianzasy sumar a nuevos actores en la lucha por lasoberanía alimentaria.

Crisis alimentaria global

La soberanía alimentaria se plantea como unparadigma alternativo al sistema agroalimen-tario global que nos ha conducido a una cri-sis alimentaria sin precedentes con 925 millo-nes de personas en el mundo que pasan ham-bre. Pero el problema actual no es la falta de

12

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 13: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

alimentos, sino la imposibilidad para accedera los mismos.

En el año 2007 y 2008 la situación de ham-bruna en el mundo se agudizó a raíz delaumento del precio de los cereales como elmaíz, el arroz, el trigo, etc. Según el índice deprecios de los alimentos de la FAO, éstosregistraron, entre el 2005 y el 2006, unaumento del 12%; al año siguiente, en 2007,un crecimiento del 24%; y entre enero y juliodel 2008 una subida de cerca del 50%. Loscereales y otros alimentos básicos como eltrigo, la soja, los aceites vegetales, el arroz...fueron los que sufrieron los aumentos másimportantes. El coste del trigo subió un130%, la soja un 87%, el arroz un 74% y elmaíz un 31%1 (Holt-Giménez y Peabody,2008).

En estas circunstancias, para los millones depersonas en los países del Sur global que des-tinan entre un 50 y un 60% de la renta a lacompra de alimentos, cifra que puede llegarincluso hasta el 80% en los países máspobres, el acceso a la comida se convirtió enimposible. De este modo, en países comoHaití, uno de los más afectados por la crisisalimentaria del año 2008, se generalizó elconsumo de tortitas de barro con sal.

Las razones coyunturales que explican esteaumento espectacular de los precios, en 2007y 2008, son dos: la creciente inversión en laproducción de agrocombustibles y la especu-

lación financiera en materias primas. Esimportante señalar que este aumento de losprecios se estancó parcialmente a finales del2008 con el estallido de la crisis económica,pero que en la actualidad, a mediados/finalesdel 2010, una vez tranquilizados los merca-dos financieros internacionales, el precio delas mercancías vuelve a subir.

El aumento del precio del petróleo, que seduplicó en el transcurso de los años 2007 y2008 y que provocó una fuerte subida de losprecios de los fertilizantes y del transporterelacionado con el sistema alimentario, tuvocomo consecuencia una creciente inversiónen la producción de combustibles alternativoscomo aquellos de origen vegetal. Gobiernoscomo el de Estados Unidos, la Unión Europea,Brasil y otros subvencionaron la producciónde agrocombustibles como una alternativa ala escasez de petróleo y al calentamiento glo-bal. Pero esta producción de combustibleverde entró en competencia directa con laproducción de alimentos.

En abril del 2008, la FAO reconocía que “acorto plazo, es muy probable que la expan-sión rápida de combustibles verdes, a nivelmundial, tenga efectos importantes en laagricultura de América Latina” (Reuters,15/04/08). En la medida en que cereales comoel maíz, el trigo, la soja o la remolacha fuerondesviados a la producción de agrocombusti-

13

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 14: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

bles, la oferta de cereales en el mercado cayóy, consecuentemente, su precio aumentó.

Según el Departamento de Agricultura delos Estados Unidos, los agrocombustiblesgeneraron un aumento del precio de los gra-nos de entre el 5 y el 20%; el InstitutoInternacional de Investigación en PolíticasAlimentarias de Estados Unidos (IFPRI en sussiglas en inglés) consideraba que esta cifrarondaba el 30% y un informe filtrado delBanco Mundial afirmaba que la producciónde agrocombustibles habría repercutido enun aumento del 75% del precio de los granos(Holt-Giménez, 2008).

Otra causa fue la creciente inversión espe-culativa en materias primas, después del crackde los mercados puntocom e inmobiliarios.Tras el desplome del mercado de créditoshipotecarios de alto riesgo en los EstadosUnidos, inversores institucionales (bancos,compañías de seguros, fondos de inversión...)y otros buscaron lugares más seguros y conmayor rentabilidad donde invertir su dinero.En la medida en que el precio de los alimen-tos subió, dirigieron su capital al mercado defuturos alimentario empujando el precio delos granos al alza y empeorando aún más lainflación en el precio de la comida.

Los mercados de futuros, tal como los cono-cemos actualmente, fechan de mediados delsiglo XIX, cuando empezaron a funcionar enlos Estados Unidos. Los contratos de futuros

son acuerdos legales estandarizados parahacer transacciones de mercancías físicas enun tiempo futuro establecido previamente.Éstos han sido un mecanismo para garantizarun precio mínimo al productor ante las osci-laciones del mercado, pero este mismo meca-nismo es utilizado hoy en día por los especu-ladores para hacer negocio.

Los especuladores son quienes tienen máspeso en los mercados de futuros, aunque sustransacciones de compra y venta no tienennada que ver con la oferta y la demanda real,sino con sus intereses económicos. Estas tran-sacciones se llevan a cabo en las bolsas devalores, la más importante de las cuales, anivel mundial, es la Bolsa de Comercio deChicago.

En la actualidad, se calcula que una partesignificativa de la inversión financiera en elsector agrícola tiene carácter especulativo.Según los datos más conservadores, esta cifraascendería a un 55% del total, un volumenque aumenta en la medida en que se profun-diza en la liberalización de la producción agrí-cola. Cabe señalar, también, un estudio deLehman Brothers que indica cómo desde elaño 2003 el índice de especulación en lasmaterias primas (integrada en un 30% pormaterias agrícolas) ha aumentado en un1900% (García, 2008a).

14

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 15: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Falsas soluciones

Las instituciones internacionales, como elBanco Mundial, la OMC, el Fondo MonetarioInternacional (FMI), la FAO, así como EstadosUnidos, la Unión Europea y las grandes multi-nacionales del sector señalan que la causa dela crisis alimentaria reside en la falta de pro-ducción de alimentos. El número dos de laFAO, José María Sumpsi, lo dejaba bien claroal afirmar que se trataba de un problema deoferta y demanda debido al aumento del con-sumo en países emergentes como la India,China o Brasil (El País, 21/04/08).

En la misma línea, se posicionaba el secre-tario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en eltranscurso de la Cumbre de Alto Nivel sobreSeguridad Alimentaria de la FAO celebrada enRoma en junio del 2008, al señalar que eranecesario aumentar en un 50% la producciónde alimentos, a la vez que rechazaba las limi-taciones impuestas a la exportación por partede algunos países afectados por la crisis. Las“soluciones” que recomiendan estos organis-mos son las causas de la crisis alimentariaactual: mayor liberalización del comerciointernacional agrícola, introducción de máspaquetes tecnológicos y transgénicos, etc.

Como señalaba Eric Holt-Giménez (2008):“Estas medidas simplemente fortalecen al sta-tus quo corporativo que controla el sistemaalimentario”. La solución no puede ser más

libre comercio porque como se ha demostra-do más libre comercio implica más hambre ymenor acceso a los alimentos. No se puedeargumentar que el problema hoy es la falta decomida, nunca en la historia se había dadouna mayor producción de alimentos en elmundo. No hay una crisis de producción, sinouna total imposibilidad para acceder a losmismos por parte de amplias capas de pobla-ción que no pueden pagar los precios actua-les.

Un débil sistema agroalimentario

Pero más allá de los elementos coyunturalesque agudizaron la situación de hambruna anivel global a lo largo de los años 2007 y2008, existen causas de fondo que explican elporqué de la profunda crisis alimentariaactual.

Las políticas neoliberales aplicadas indiscri-minadamente en el transcurso de los últimostreinta años (liberalización comercial a ultran-za, pago de la deuda externa de los países delSur, privatización de los servicios y bienespúblicos...) así como un modelo de agricultu-ra y alimentación al servicio de una lógicacapitalista son los principales responsables deesta situación. Nos encontramos ante un sis-tema alimentario global extremadamente vul-

15

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 16: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

nerable a las crisis económicas, ecológicas ysociales.

Como señala Holt-Giménez y Patel (2010),las políticas de “desarrollo” económico impul-sadas por los países del Norte desde los años60 en adelante (la revolución verde, losProgramas de Ajuste Estructural, los tratadosregionales de libre comercio, la OrganizaciónMundial de Comercio y los subsidios agrícolasen el Norte) generaron la destrucción de lossistemas alimentarios.

Entre los años 60 y 90, se llevó a cabo ladenominada “revolución verde”, promovidapor diversos centros de investigación agrícolae instituciones internacionales, con el “teóri-co” objetivo de modernizar la agricultura enlos países no industrializados. Los primerosresultados en México y, posteriormente, en elsur y el sudeste asiático fueron espectacularesdesde el punto de vista de la producción porhectárea, pero este aumento del rendimientode la tierra no tuvo un impacto directo en ladisminución del hambre en el mundo. Así,aunque la producción agrícola mundialaumentó en un 11%, el número de personashambrientas en el mundo también ascendióen un 11%, pasando de los 536 millones a los597 (Riechmann, 2003)2.

Como señalan Rosset, Collins y MooreLappé (2000): “El incremento de la produc-ción, centro de la revolución verde, no alcan-za para aliviar el hambre porque no altera el

esquema de concentración del poder econó-mico, del acceso a la tierra o del poder adqui-sitivo (...) La cantidad de personas que pasanhambre se puede reducir solo redistribuyendoel poder adquisitivo y los recursos entre quie-nes están desnutridos (...) Si los pobres no tie-nen dinero para comprar alimentos, elaumento de la producción no servirá denada”.

La revolución verde tuvo consecuenciascolaterales negativas para muchos campesi-nos medios y pobres y para la seguridad ali-mentaria a largo plazo. Este proceso aumentóel poder de las corporaciones agroindustrialesen toda la cadena productiva, provocó la pér-dida del 90% de la agro y la biodiversidad,redujo masivamente el nivel del agua sub-terránea, aumentó la salinización y la erosióndel suelo, desplazó a millones de agricultoresdel campo a las ciudades-miseria... desmante-lando los sistemas agrícolas y alimentariostradicionales garantes de la seguridad alimen-taria.

A lo largo de los años 80 y 90, la aplicaciónsistemática de los Programas de AjusteEstructural (PAE)3 en los países del Sur porparte del Banco Mundial y del FondoMonetario Internacional, para que éstospudieran hacer frente al pago de la deudaexterna, agravó aún más las ya de por si difí-ciles condiciones de vida de la mayor parte dela población en estos países. Los PAE tenían

16

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 17: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

como objetivo principal supeditar la eco-nomía del país al pago de la deuda aplicandola máxima de “exportar más y gastar menos”.

Las medidas de choque impuestas por losPAE consistieron en forzar a los gobiernos delSur a retirar las subvenciones a los productosde primera necesidad como el pan, el arroz, laleche, el azúcar...; se impuso una reduccióndrástica del gasto público en educación, sani-dad, vivienda, infraestructuras...; se forzó ladevaluación de la moneda nacional, con elobjetivo de abaratar los productos destinadosa la exportación pero disminuyendo la capaci-dad de compra de la población autóctona;aumentaron los tipos de interés con el objeti-vo de atraer capitales extranjeros con una altaremuneración, generando una espiral especu-lativa. En definitiva, una serie de medidas quesumieron en la pobreza más extrema a laspoblaciones de estos países (Vivas, 2008).

A nivel comercial, los PAE promovieron lasexportaciones, para conseguir mayores divi-sas, aumentando los monocultivos de expor-tación y reduciendo la agricultura destinada ala alimentación local con el consiguienteimpacto negativo en la seguridad alimentariay su dependencia respecto a los mercadosinternacionales. De este modo, se suprimie-ron las barreras aduaneras, facilitando laentrada de productos altamente subvencio-nados de Estados Unidos y de Europa que sevendían por debajo de su precio de coste, a

un precio inferior al de los productos locales,y que acabaron con la producción y la agri-cultura autóctona; así mismo se abrierontotalmente sus economías a las inversiones, alos productos y a los servicios de las multina-cionales. Las privatizaciones masivas deempresas públicas, muchas veces a precio desaldo y de las que se beneficiaron mayorita-riamente las multinacionales del Norte, fue-ron una práctica generalizada. Estas políticastuvieron un impacto directo en la producciónagrícola local y en la seguridad alimentaria,dejando a estos países a merced del mercado,de los intereses de las corporaciones transna-cionales y de las instituciones internacionalespromotoras de estas políticas.

La Organización Mundial de Comercio, esta-blecida en el año 1995, consolidó las políticasde los Programas de Ajuste Estructural através de tratados internacionales, supeditan-do las leyes nacionales a sus designios. Losacuerdos comerciales administrados por laOMC como el Acuerdo General sobreComercio y Aranceles (GATT en sus siglas eninglés), el Acuerdo General sobre el Comerciode Servicios (GATS en sus siglas en inglés) y elAcuerdo sobre Comercio de PropiedadIntelectual (TRIPs en sus siglas en inglés) con-solidaron aun más el control de los países delNorte sobre las economías del Sur.

Las políticas de la OMC forzaron a los paísesen desarrollo a eliminar sus aranceles a las

17

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 18: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

importaciones, acabar con protecciones ysubsidios a los pequeños productores y abrirsus fronteras a los productos de las corpora-ciones transnacionales, mientras que los mer-cados del Norte se mantenían altamente pro-tegidos. En la misma dirección, los tratadosregionales como el Tratado de Libre Comerciode América del Norte (NAFTA en sus siglas eninglés) y el Tratado de Libre Comercio entreEstados Unidos, Centroamérica y RepúblicaDominicana (CAFTA en sus siglas en inglés),entre otros, profundizaron en la liberalizacióncomercial, llevando a la quiebra a los campe-sinos del Sur y convirtiéndoles en dependien-tes de las importaciones de alimentos de lospaíses del Norte.

Los subsidios agrícolas estadounidenses yeuropeos, dirigidos mayoritariamente a laindustria agroalimentaria, obvian al pequeñoproductor local. Este apoyo al agrobusiness

significa una cuarta parte del valor de la pro-ducción agrícola en Estados Unidos y el 40%en la Unión Europa (Holt-Giménez, 2008). Enel Estado español, los principales receptoresde estas ayudas son las explotaciones másgrandes: siete productores, entre ellos laduquesa de Alba, son los mayores beneficia-rios de la Política Agraria Común de la UniónEuropea. Se calcula que un 3,2% de los gran-des productores del Estado español recibenun 40% de estas ayudas directas (IntermónOxfam, 2005), mientras que las explotaciones

familiares, que sostienen el medio rural enEuropa y millones de campesinos en el Sur, nocuentan prácticamente con ningún apoyo ypadecen la competencia desleal de estos pro-ductos altamente subvencionados.

De exportadores a importadores

Estas políticas de “desarrollo” económicoimpulsadas por las instituciones internaciona-les, con el beneplácito de los gobiernos res-pectivos y al servicio de sus corporacionestransnacionales, acabaron con un sistema deproducción de alimentos local y sostenible,sustituyéndolo por un modelo de producciónindustrial e intensivo supeditado a los intere-ses capitalistas que nos condujo a la actualsituación de crisis e inseguridad alimentariaglobal.

Países del Sur que, hasta hace unos cuaren-ta años, eran autosuficientes e incluso teníanexcedentes de productos agrícolas por valorde mil millones de dólares, hoy son depen-dientes del mercado internacional e importanuna media de once mil millones de dólaresanuales4. Como señala Eric Holt-Giménez(2008): “El incremento del déficit de alimen-tos en el Sur refleja el aumento de excedentesde alimentos y la expansión del mercado en elNorte industrial” así como de su complejoagro-industrial. En los años 60, por ejemplo,

18

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 19: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

África exportaba unos 1.300 millones de dóla-res en comida, hoy el continente importa el25% de sus alimentos.

México, la cuna del maíz, es un ejemplo demanual del arrebato de su soberanía alimen-taria. La crisis de la tortilla, a principios delaño 2007, con el aumento abrupto de su pre-cio en un 60%, debido a la subida del costedel maíz, su componente básico, puso aMéxico al borde de la crisis económica encen-diendo la luz de alarma mundial. Los subsi-dios del gobierno estadounidense a la pro-ducción de agrocombustibles hicieron quedestinar maíz para obtener etanol resultasemás rentable que destinarlo a la producciónde alimentos y en consecuencia se empujó suprecio al alza.

Pero la crisis de la tortilla, como la crisis ali-mentaria hoy, tiene raíces más profundas y nose puede entender sin analizar el impacto delas políticas de libre mercado impuestas por elBanco Mundial, el Fondo MonetarioInternacional y Washington en los últimosaños, que convirtieron a México en una eco-nomía importadora y dependiente del maízde Estados Unidos.

En agosto de 1982, el gobierno mexicano sedeclaró insolvente para pagar la deuda exter-na, pero la situación de crisis económica ysocial obligó al gobierno a endeudarse conlos bancos comerciales y las institucionesinternacionales. A cambio de los fondos pres-

tados para pagar el servicio de su deuda, elFMI y el Banco Mundial impusieron a Méxicouna serie de condiciones, a través de losPrograma de Ajuste Estructural, consistentesen un fuerte intervencionismo: apertura delos mercados, eliminación de los aranceles yde las reglamentaciones estatales, contrac-ción del gasto público, desmantelamiento delsistema de crédito estatal, de los subsidios alos insumos agrícolas, de los precios degarantía, poner fin a los servicios estatales deacopio, comercialización, almacenaje y asegu-ramiento de las cosechas, entre otros (Vivas,2008; Bello, 2008).

A este golpe, como señala Walden Bello(2008), le siguió otro aún mayor: la entradaen vigor el 1 de enero de 1994 del Tratado deLibre Comercio de América del Norte (NAFTAen sus siglas en inglés) que tuvo como conse-cuencia la entrada masiva de maíz estadouni-dense altamente subvencionado, que inundólos mercados locales, acabando con los pre-cios del maíz local y hundiendo al sector enuna profunda crisis.

Con el cierre de la agencia estatal de comer-cialización de maíz, la distribución de maíz enMéxico, tanto estadounidense como autócto-no, quedó en manos de unas pocas transna-cionales como Cargill y Maseca, quienes cuen-tan con un poder inmenso para especular conlas tendencias comerciales. Este monopoliodel sector les permite, por ejemplo, que un

19

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 20: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

alza en los precios internacionales del maíz nose traduzca en precios significativamente másaltos para los pequeños productores locales(Bello, 2008; Patel, 2008).

Esta situación generó el abandono masivodel campo mexicano por parte de lospequeños productores de maíz, arroz, críaganadera... quienes, al no poder competircon los productos subvencionados de EstadosUnidos fueron expulsados a las ciudades-miseria (Davis, 2006). Se calcula que un totalde 1,3 millones de campesinos abandonaronel campo ocho años después de la entrada envigor del NAFTA, una parte importante de loscuales emigraron a Estados Unidos (Polaski,2004).

Pero este caso es extrapolable a otros paísesdel Sur, donde la aplicación sistemática de laspolíticas neoliberales a lo largo de estos añosha acabado no solo con un sistema de pro-ducción agrícola, ganadero y alimentarioautóctono sino con cualquier tipo de protec-ción y apoyo a sus comunidades, industrias yservicios públicos.

Siguiendo estos mismos dictados, en SriLanka, por ejemplo, el Banco Mundial propu-so suprimir la producción de arroz, un cultivotradicional desde hacía más de dos mil años ybase de la alimentación local, porque resulta-ba más barato importarlo de Vietnam oTailandia. (Houtart, 2006).

En Filipinas, la reestructuración económicaneoliberal del estado, a lo largo de los años90, transformó a un país exportador neto dealimentos, en el mayor importador de arrozdel mundo, comprando anualmente en elmercado internacional entre uno y dos millo-nes de toneladas de arroz para abastecer sudemanda interna (Bello, 2008). La lógica dellibre mercado ha condenado a estos países auna espiral de dominación y miseria.

Generando cambio climático

El actual modelo de producción agrícola yganadero industrial contribuye a profundizarla crisis ecológica global con un impactodirecto en la generación de cambio climático.Como señala el informe Stern (2006), laagroindustria es una de las principales fuen-tes de generación de gases de efecto inverna-dero, incluso por delante del sector energéti-co y del transporte. Como indica García(2008b), en base al informe Stern, si toma-mos el impacto de la deforestación (quegenera un 18% de los gases de efecto inver-nadero) y el impacto del modelo agrícola yganadero actual (que produce un 14% deestos gases), ambos conceptos sumados sonresponsables de un 32% de los gases de efec-to invernadero. Una cifra que puede atribuir-se sin lugar a dudas al modelo de agriculturaintensiva e industrial que sería la primera res-20

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 21: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

ponsable del cambio climático a escala glo-bal, por delante del sector energético (24%) ydel transporte (14%). Estos datos ponen derelieve el fuerte impacto del actual modeloagrícola en la erosión del medioambiente y sucontribución a la crisis ecológica.

No podemos olvidar los elementos quecaracterizan a este sistema de producción dealimentos: intensivo, industrial, kilométrico,petrodependiente, etc.

Intensivo porque lleva a cabo una sobre-explotación de los suelos y de los recursosnaturales que acaba generando la liberaciónde gases de efecto invernadero por parte debosques, campos de cultivo y pastos. Al ante-poner la productividad, por delante del cuida-do del medio y la regeneración de la tierra, serompe el equilibrio mediante el cual los sue-los capturan y almacenan carbono, contribu-yendo a la estabilidad climática. De estemodo, se rompe este equilibrio y la propiaactividad agrícola intensiva acaba siendogeneradora de CO2 (Robert, 2002).

Industrial porque consiste en un modelo deproducción mecanizado, con uso de agroquí-micos, monocultivo, etc. La utilización detractores gigantes para labrar la tierra y pro-cesar la comida contribuye sin duda a la libe-ración de más CO2. Los fertilizantes químicosineludibles en la agricultura y en la ganaderíamoderna generan una importante cantidadde óxido nitroso (NO2), una de las principales

fuentes de emisión de gases de efecto inver-nadero. Al verterse estos fertilizantes sintéti-cos en la tierra, éstos reaccionan química-mente y se libera NO2 (García, 2008b). Asímismo, la quema de bosques, selvas... paraconvertirlos en pastos o monocultivos acabaafectando gravemente a la biodiversidad ycontribuye a la liberación masiva de carbono.

Kilométrico y petrodependiente porque setrata de una producción de mercancías deslo-calizada en búsqueda de la mano de obramás barata y de la legislación medioambien-tal más laxa. Los alimentos que consumimosrecorren miles de kilómetros antes de llegar anuestra mesa con el consiguiente impactomedioambiental de los combustibles fósilesusados para su transporte. Se calcula que enla actualidad, la mayor parte de los alimentosviajan entre 2.500 y 4.000 kilómetros antesde ser consumidos, un 25% más que en 1980.Nos encontramos antes una situación total-mente insostenible donde, por ejemplo, laenergía utilizada para mandar unas lechugasde Almería a Holanda es tres veces superior ala utilizada para cultivarlas (Fundació Terra,2006).

Según el estudio británico Eating oil: food

suply in a changing climate (Jones, 2001) unacomida dominical típica británica realizadacon fresas de California, brócoli deGuatemala, arándanos de Nueva Zelanda, ter-nera de Australia, patatas de Italia, habichue-

21

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 22: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

las de Tailandia y zanahorias de Sudáfricagenera 650 veces más emisiones de carbono,debido al transporte, que si la misma comidahubiese sido realizada con alimentos cultiva-dos localmente. Una práctica irracional, yaque muchos de los alimentos importados seproducen localmente.

Este modelo de alimentación kilométrica yviajera, así como el alto uso de agroquímicosderivados del petróleo, implica una fuertedependencia de los recursos fósiles. En conse-cuencia, en la medida en que el modelo pro-ductivo agrícola y ganadero industrial depen-de fuertemente del petróleo, la crisis alimen-taria y la crisis energética están íntimamenterelacionadas.

Monopolios

Otro de los elementos que caracteriza alactual modelo agrícola y alimentario es elmonopolio que ejercen unas pocas empresasmultinacionales a lo largo de la cadena, desdela producción hasta el consumo.

Si empezamos por el primero de los tramos,las semillas, observamos cómo diez de lasmayores compañías mundiales (Monsanto,Dupont, Syngenta, Bayer...) controlan lamitad de sus ventas. Se trata de un mercadocon un valor aproximado de 21 mil millonesde dólares anuales, un sector relativamente

pequeño si lo comparamos con el de los pes-ticidas o el farmacéutico (ETC Group, 2005a),pero debemos tener en cuenta que se tratadel primer eslabón de la cadena agroalimen-taria y, en consecuencia, de los riesgos que sucontrol entraña para la seguridad alimentariade las personas.

Las leyes de propiedad intelectual, que dana las compañías derechos exclusivos sobre lassemillas, han estimulado aún más la concen-tración empresarial y han erosionado de baseel derecho campesino al mantenimiento delas semillas autóctonas y la biodiversidad. Dehecho, el 82% del mercado de semillascomerciales en todo el mundo está compues-to por semillas patentadas (sujetas a mono-polios exclusivos como el de la propiedadintelectual) (ETC Group, 2008).

La industria de las semillas está íntimamen-te ligada a la de los plaguicidas. Las mayorescompañías semilleras dominan también elsector de los plaguicidas y, frecuentemente, eldesarrollo y comercialización de ambos pro-ductos se realizan juntos. Pero en la industriade los plaguicidas el monopolio es aún supe-rior y las diez mayores firmas controlan el84% del mercado global (ETC Group, 2005b).

En el 2007, como señala ETC Group (2008),la principal compañía de semillas y la mayorempresa química del mundo, Monsanto yBASF, emprendieron un acuerdo de colabora-ción en investigación y desarrollo para

22

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 23: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

aumentar el rendimiento y la tolerancia a lasequía en el maíz, el algodón, la colza y lasoja. Estos acuerdos permitieron a las empre-sas todos los beneficios de los mercados oli-gopólicos sin las restricciones antimonopóli-cas.

Esta misma dinámica, se observa en el sec-tor de la gran distribución que cuenta conuna alta concentración empresarial. EnEuropa, entre los años 1987 y 2005, la cuotade mercado de las diez mayores multinacio-nales ha ido en aumento, situándose en laactualidad en un 45% del total, y se pronosti-ca que ésta podría llegar a un 75% en los pró-ximos 10-15 años (IDEAS, 2006). En paísescomo Suecia, tres cadenas de supermercadoscontrolan alrededor del 95,1% de la cuota demercado; y en países como Dinamarca,Bélgica, Estado español, Francia, Holanda,Gran Bretaña y Argentina, unas pocas empre-sas dominan entre el 60% y el 45% del total5

(García y Rivera, 2007).

Este conjunto de multinacionales que con-trolan cada uno de los tramos de la cadenaagroalimentaria cuentan con el apoyo explíci-to de las élites políticas y de las institucionesinternacionales que anteponen los beneficiosde estas empresas a las necesidades alimenti-cias de las personas y el respeto al medioambiente. Unas corporaciones que consiguengrandes beneficios gracias a un modeloagroindustrial liberalizado y desregularizado.

Una opción viable

Frente a este modelo, como señalábamosanteriormente, se antepone el paradigmaalternativo de la soberanía alimentaria. Unode los argumentos que utilizan sus detracto-res es que este modelo es incapaz de alimen-tar al mundo. Pero, contrariamente a este dis-curso, varios informes demuestran que talafirmación es falsa.

Así lo constatan los resultados de unaexhaustiva consulta internacional impulsadapor el Banco Mundial en colaboración con laFAO, el PNUD, la UNESCO, representantes degobiernos, instituciones privadas, científicas,sociales, etc., diseñado como un modelo deconsultoría híbrida, que involucró a más de400 científicos y expertos en alimentación ydesarrollo rural durante cuatro años.

Es interesante observar cómo, a pesar deque el informe tenía detrás a estas institucio-nes, concluía que la producción agroecológi-ca proveía de ingresos alimentarios y moneta-rios a los más pobres, a la vez que generabaexcedentes para el mercado, siendo mejorgarante de la seguridad alimentaria que laproducción transgénica. El informe delIAASTD, publicado a principios del 2009,apostaba por la producción local, campesinay familiar y por la redistribución de las tierrasa manos de las comunidades rurales. El infor-me fue rechazado por el agrobusiness y archi-

23

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 24: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

vado por el Banco Mundial, aunque 61gobiernos lo aprobaron discretamente, aexcepción de Estados Unidos, Canadá yAustralia, entre otros.

En la misma línea, se posicionaba un estu-dio de la Universidad de Michigan, publicadoen junio del 2007 por la revista JournalRenewable Agriculture and Food Systems,que comparaba la producción agrícola con-vencional con la ecológica. El informe con-cluía que las granjas agroecológicas eran alta-mente productivas y capaces de garantizar laseguridad alimentaria en todo el planeta,contrariamente a la producción agrícolaindustrializada y el libre comercio. Sus conclu-siones indicaban, incluso en las estimacionesmás conservadoras, que la agricultura orgáni-ca podía proveer al menos tanta comida demedia como la que se produce en la actuali-dad, aunque sus investigadores considera-ban, como estimación más realista, que laagricultura ecológica podía aumentar la pro-ducción global de comida hasta un 50%.

Varios estudios demuestran cómo la pro-ducción campesina a pequeña escala puedetener un alto rendimiento, a la vez que usamenos combustibles fósiles, especialmente silos alimentos son comercializados local oregionalmente. En consecuencia, invertir en laproducción campesina familiar es la mejoropción para luchar contra el cambio climáticoy acabar con la pobreza y el hambre, garanti-

zando el acceso a los bienes naturales, y máscuando ¾ partes de las personas más pobresdel mundo son pequeños campesinos.

En el ámbito de la comercialización se hademostrado fundamental, para romper con elmonopolio de la gran distribución, el apostarpor circuitos cortos de comercialización (mer-cados locales, venta directa, grupos y coope-rativas de consumo agroecológico…), evitan-do intermediarios y estableciendo unas rela-ciones cercanas entre productor y consumi-dor, basadas en la confianza y el conocimien-to mutuo, que nos conduzcan a una crecien-te solidaridad entre el campo y la ciudad.

En este sentido es necesario que las políti-cas públicas se hagan eco de las demandas deestos movimientos sociales y apoyen unmodelo agrícola local, campesino, diversifica-do, orgánico y que se prohíban los transgéni-cos, se promuevan bancos públicos de tierras,una ley de producción artesana, un mundorural vivo... En definitiva, una práctica políticaal servicio de los pueblos y del ecosistema.

24

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 25: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Notas

1 Según datos de marzo del 2008 y en rela-ción con el año anterior.

2 Si miramos a las cifras podría parecer quelos resultados de la revolución verde, en elperíodo de 1970 a 1990, fueron exitosos.El total de alimentos per cápita a nivelmundial aumentó, según la FAO, en un11% y el número de hambrientos descen-dió también en un 11%. Pero si quitamosde este análisis global a China, que en eseperíodo no llevó a cabo ninguna revolu-ción verde sino una profunda reformaagraria, entonces los resultados ponen derelieve como a pesar de la tan cacareadarevolución verde, en estos años, el núme-ro de personas hambrientas pasó de 536millones a 597, un incrementó del 11%,según la FAO (Riechmann, 2003).

3 Los Programas de Ajuste Estructural (PAE)son las condiciones impuestas por partedel FMI y/o el Banco Mundial a un paíspara otorgarle el respaldo financieronecesario para afrontar el pago de sudeuda externa.

4 Datos del año 2001 (Holt-Giménez, 2008).5 Algunas de estas cifras han sufrido cam-

bios desde el año 2000.

Bibliografía

ANTENTAS, J.M. Y VIVAS, E. (2009)“Internacionalismo(s) ayer y hoy” en VientoSur, 100, pp. 33-40.

BELLO, W. (2008) Cómo generar una crisismundial de los alimentos: lecciones del BancoMundial, el FMI y la OMC en:http://alainet.org/images/Enfoque%20sobre%20Comercio%20140.pdf

BELLO, W (2009). The Food Wars. Londres.Verso.

BORRAS, S. (2004). La Vía Campesina.Amsterdam. Transnational Institute.

DAVIS, M. (2006) Planet of slums. Londres.Verso.

DESMARAIS, A.A. (2007) La Vía Campesina.La globalización y el poder del campesinado.Madrid. Editorial Popular.

FUNDACIÓ TERRA (2006) “Seguretat ali-mentària” en Perspectiva ambiental, nº 36,pp. 1-32.

GARCÍA, F. (2008a) Especulandia.Introducción a la especulación alimentaria en:http://www.noetmengiselmon.org/IMG/pdf/Especulandia_ACCD-2.pdf

GARCÍA, F. (2008b) Cultivando el desastre enhttp://www.veterinariossinfronteras.org/ProjectDocuments/Denuncia/6/Cultivando%20el%20desastre.pdf

25

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 26: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

GARCÍA, F. Y RIVERA, M. (2007) “La revolucióndel supermercado: ¿producir alimentos paraquién?” en Montagut, X. y Vivas, E.Supermercados, no gracias, Barcelona, Icariaeditorial, pp. 33-45.

GRAIN (2008), El negocio de matar de ham-bre en: http://www.grain.org/articles/?id=40

HOLT-GIMÉNEZ, E. (2008) La crisis mundial dealimentos: que hay detrás y qué podemoshacer en:

http://www.ircamericas.org/esp/5627

HOLT-GIMÉNEZ, E. Y PATEL, R. (2010)Rebeliones alimentarias. Barcelona. El ViejoTopo.

HOLT-GIMÉNEZ, E. Y PEABODY, L. (2008) Derebeliones por comida a la soberanía alimen-taria: llamado urgente para reparar el destrui-do sistema alimentario en:

http://alainet.org/active/24201

HOUTART, F. (2006) “¿Por qué los pequeñoscampesinos arroceros deben desaparecer enSri Lanka?” en Boron, A. y Lechini, G. Políticay movimientos sociales en un mundohegemónico. Lecciones desde África, Asia yAmérica Latina, Buenos Aires, CLACSO.

IDEAS (2006) La gran distribución: supermer-cados, hipermercados y cadenas de descuen-to en: http://www.ideas.coop/archivos/docu-mentos/B15_OCT_Grandesuperficies.pdf

Intermón Oxfam (2005), Goliat contra Daviden:

http://www.intermonoxfam.org/cms/HTML/espanol/520/dc170305_Goliat_%20con-tra_%20David%20.pdf

JONES, A. (2001) Eating oil: food suply in achanging climate, Londres, Sustain.

MONTAGUT, X. Y VIVAS, E. (2007)Supermercados, no gracias. Barcelona. Icariaeditorial.

MCMICHAEL, P. (2006) “Feeding the world:agriculture, development and ecology” enPanitch, L. y Leys, C. Socialist Register 2007.Londres, Merlin Press, pp. 170-194.

PATEL, R. (2008) Obesos y famélicos.Barcelona. Los Libros del Lince.

POLASKI, S. (2004) Mexican employment,productivity and income a decade afterNAFTA en: http://www.carnegieendow-ment.org/publications/index.cfm?fa=view&id=1473

RIECHMANN, J. (2003) Cuidar la T(t)ierra.Barcelona. Icaria editorial.

ROBERT, M. (2002) Captura de carbono en lossuelos para un mejor manejo de la tierra en:ftp://ftp.fao.org/agl/agll/docs/wsrr96s.pdf

ROSSET, P. (2009) “Fixing our global food sys-tem” en Monthly Review, nº61, pp. 114-128.

ROSSET, P., Collins, J., y Moore Lappé, F.(2000) “Lecciones de la Revolución VERDE” enRevista del Sur, nº julio-agosto 2000.

26

ELA MEDIOAMBIENTE

Page 27: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

Soberanía alimentaria, biodiversidad y cultu-ras (2010) “Recorrido por las luchas campesi-nas” en Soberanía alimentaria, biodiversidady culturas, nº1, pp. 3-10.

STERN, N. (2006) Stern review: the economicsof climate change en:www.sternreview.org.uk

VIVAS, E. (2008) En pie contra la deuda exter-na. Barcelona. El Viejo Topo.

VVAA (2001) Declaración Final del ForoMundial sobre Soberanía Alimentaria de LaHabana (Cuba) en:http://movimientos.org/cloc/show_text.php3?key=741

VVAA (2003) Nuestro mundo no está enventa. Primero está la soberanía alimentariade los pueblos ¡Fuera la OMC de la agricultu-ra y la alimentación! en: http://www.viacam-pesina.org/main_sp/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=345

27

SOBERANÍA ALIMENTARIA: LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS MANOS

Page 28: INGURU GAIAK 2 - WordPress.comlocal. La soberanía alimentaria implica devol-ver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunida-des y luchar

28

ELA MEDIOAMBIENTE