Inmunopatogénesis de La Infección Por El VIH

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  • 7/25/2019 Inmunopatognesis de La Infeccin Por El VIH

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    Inmunopatognesis de la infeccin por el VIH

    Luis Aliaga Martnez, Miguel ngel Lpez Nevot1, Antonio Sampedro Martnez2, Javier

    Rodrguez-Granger2

    Servicio de Medicina Interna, 1Servicio de Inmunologa, 2Servicio de Microbiologa,

    Hospital Universitario Virgen de las Nieves, Granada

    Introduccin

    Receptores del VIH para la entrada en la clula

    Respuesta inmunitaria frente al VIH

    Inmunosupresin producida por el VIH

    Conclusiones

    Bibliografa

    Introduccin

    Se denomina inmunopatognesis de la infeccin por el VIH al conjunto de

    interacciones del virus con el sistema inmunolgico del sujeto infectado (1), que

    conducirn a un estado de inmunosupresin marcada que caracteriza al sida. Las

    manifestaciones clnicas de la infeccin por el VIH se deben a la capacidad del viruspara debilitar el sistema inmunolgico de los pacientes infectados. La

    inmunodepresin del SIDA es la consecuencia, fundamentalmente, de la disminucin

    de los linfocitos T colaboradores (helper) (2, 3). Estas clulas, definidas por la

    expresin en su superficie de la molcula CD4, son instrumentales para el desarrollo

    de la respuesta inmunitaria en el gnero humano. La molcula proteica CD4 es el

    ligando natural del complejo mayor de histocompatibilidad de tipo II (MHC II) (4). Por

    tanto, la prdida progresiva de los linfocitos CD4+ produce la disfuncin de casi todos

    los elementos del sistema inmunolgico (5). Esta situacin es, finalmente, incompatible

    con la vida de los individuos infectados.

    A pesar de la inmunosupresin producida por el VIH, en el paciente infectado se

    generan diversas respuestas inmunolgicas especficas que pueden contribuir al largo

    perodo asintomtico que caracteriza esta infeccin, manteniendo al virus inhibido,

    aunque slo sea parcialmente (3, 4). La infeccin por el VIH se asocia a una activacin

    del sistema inmunitario durante la mayor parte del curso de la enfermedad (5, 6). Por

    otro lado, el hecho de que ciertas personas infectadas puedan mantener controlada la

    viremia en ausencia de tratamiento especfico durante aos (en ocasiones hasta 30

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    aos) respalda la idea de que la respuesta inmunitaria del organismo es beneficiosa

    para el control de esta infeccin (1, 3, 6, 7). Sin embargo, se considera que la

    activacin del sistema inmunolgico tiene un efecto neto perjudicial para el enfermo,

    ya que la replicacin del VIH est relacionada con el grado de activacin inmunitaria (1,

    5, 7). La activacin inmunitaria sistmica crnica es un signo casi patognomnico de la

    infeccin crnica por el VIH y, de esta forma, el virus genera su propio sustrato para su

    replicacin (1). No obstante, la replicacin del VIH no justifica por s sola la activacin

    inmunitaria (1, 7).

    El estudio de la patogenia de la infeccin por el VIH no slo es trascendente para el

    conocimiento de los mecanismos de esta enfermedad, sino que puede ofrecer

    alternativas teraputicas basadas en la inmunopatognesis. De la misma forma, el

    estudio de la inmunologa de la infeccin es un tema crucial para el desarrollo de

    vacunas eficaces frente al virus (3, 6). Por estos motivos, durante los 25 aos de la

    epidemia de VIH, la investigacin sobre la inmunopatognesis de esta infeccin ha

    representado un esfuerzo constante, como evidencia la extensa literatura mdica al

    respecto. En la presente revisin trataremos algunos aspectos de la inmunosupresin

    producida por el VIH y la respuesta inmunitaria generada en el individuo infectado.

    Adems, analizaremos los mecanismos de penetracin del virus en la clula, por

    tratarse de un tema central en la patogenia de la infeccin y un campo de gran inters

    para la introduccin de nuevas estrategias teraputicas (8-10).

    Receptores del VIH para su entrada en la clula

    El VIH penetra en la clula a travs de la interaccin de la glucoprotena de la cubierta

    gp120 con la molcula CD4 y determinados correceptores (4, 5, 11). Los correceptores

    para el VIH son receptores de quimiocinas, que tienen una estructura en serpentn con

    siete dominios transmembrana y que se encuentran asociados a una protena G en suregin intracitoplsmica. Esta protena es la que transmite la seal intracelular cuando

    los correceptores se unen a sus ligandos (12). Las quimiocinas son un grupo de

    citocinas de bajo peso molecular capaces de producir quimiotaxis de los leucocitos

    durante la inflamacin (13).

    Se han identificado dos variantes diferentes de VIH, una que muestra tropismo para

    infectar a los macrfagos (M-tropic) y otra cuyo tropismo es exclusivo de las clulas T

    (T-tropic) (5). En la variante T-tropic, el VIH utiliza el receptor de quimiocinas CXCR4(virus X4) para la penetracin en las clulas T, junto a la molcula CD4. La molcula

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    que se fija de forma natural en este receptor se denomina factor derivado de clulas

    estromales tipo 1 (stromal cell-derived factor type 1, SDF-1) (4, 5, 8, 14, 15). El

    receptor de quimiocinas identificado para la infeccin de las clulas por tipos M-tropic

    del VIH es el CCR5 (virus R5), cuyos ligandos naturales son la protena inflamatoria de

    los macrfagos 1y 1y RANTES (regulated upon activation normal T-cell expressed

    andsecreted) (4, 5, 8, 15, 16). El VIH puede presentar mltiples puntos de contacto

    con el receptor CCR5 (5); no obstante, la regin variable V3 de la gp120 de la cubierta

    tiene la secuencia de aminocidos fundamentales para la unin con mayor afinidad del

    virus a este receptor (5, 8).

    La gp120 del VIH se fija a la molcula CD4 de la superficie de las clulas mediante

    una interaccin de alta afinidad. Dicha interaccin conduce a un cambio

    conformacional en la gp120 y la interaccin con los receptores de quimiocinas (CCR5

    o CXCR4). Esta unin de alta afinidad entre gp120, CD4 y los receptores de

    quimiocinas es esencial para la fusin de la cubierta del virus con las membranas de

    las clulas y la internalizacin de las nucleoprotenas vricas (4, 5). Este ltimo paso

    est mediado por la gp41, y en concreto son relevantes las secuencias de

    aminocidos denominadas heptad-repeat HR1 y HR2 de la gp41 (8). Por lo dicho

    hasta ahora, los ligandos naturales de estos receptores pueden inhibir la penetracin

    del VIH en las clulas CD4+ (5, 17).

    Los aislamientos de VIH de la variante R5 son responsables de la mayora de las

    infecciones transmitidas por va sexual (8). Se desconoce el motivo por el que esto

    ocurre, pero puede deberse a la expresin de CCR5 y a la falta de expresin de

    CXCR4 en las clulas que constituyen la principal diana del virus, como por ejemplo

    las clulas de Langerhans de la mucosa genital (5, 18). Los virus X4 se han asociado,

    en general, a un descenso ms rpido de los linfocitos CD4 y a una progresin de la

    enfermedad ms rpida, por lo que predominan en las fases avanzadas de la infeccin(5, 8, 19, 20). Los virus X4 son formadores de sincitios, es decir, tienen la capacidad

    de producir clulas gigantes multinucleadas mediante la fusin de las membranas de

    las clulas T (4, 5, 21). La progresin de la enfermedad se relaciona en ocasiones con

    un cambio del tropismo del virus, predominantemente R5 (no formador de sincitios), a

    aislados X4 formadores de sincitios que utilizan, adems de los receptores CCR5 o

    CXCR4, otros correceptores recientemente identificados, como CCR2b y CCR3 (5, 22).

    Las alteraciones de estos receptores de quimiocinas pueden determinar la resistencia

    a la infeccin por el VIH o una progresin ms lenta de la infeccin. De hecho, Liu y

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    cols. demostraron que los sujetos homocigotos para la delecin de un gen de 32 pares

    de bases (32) en el gen que codifica el receptor CCR5, no expresan este receptor en

    la superficie de las clulas y presentan una resistencia natural a la infeccin por el VIH

    (23). Los estudios epidemiolgicos han revelado que los pacientes infectados

    heterocigotos para esta delecin muestran una progresin ms lenta de la enfermedad

    (8, 24). Recientemente, se ha tratado mediante alotrasplante de mdula sea con

    clulas homocigotas para la delecin 32 del receptor CCR5 a un paciente con

    leucemia mieloide aguda e infeccin por el VIH (10). Tras ser trasplantado en dos

    ocasiones, este enfermo mantuvo controlada la viremia durante ms de 20 meses, a

    pesar de no recibir tratamiento antirretroviral, al mismo tiempo que estuvo en remisin

    la leucemia. Tambin se han descrito variantes gnicas para CCR2 (CCR2-64) y para

    la quimiocina SDF-1 (SDF-1 3) que influyen en la progresin de la infeccin por el

    VIH (25, 26).

    En el momento actual se dispone de dos frmacos que interfieren en la penetracin

    del VIH en las clulas (27). Se trata de un pptido sinttico de 36 aminocidos que se

    fija a las regiones HR1 de la gp41 de la cubierta vrica, conocido como enfuvirtida o T-

    20 (20, 28), y maraviroc, un antagonista de los receptores CCR5 (29-31). En conjunto,

    todos estos estudios ofrecen numerosas perspectivas para el tratamiento de la

    infeccin en un estadio precoz, es decir, antes de que el virus penetre en la clula (9,

    15, 32).

    Respuesta inmunitaria frente al VIH

    La fase inicial de la infeccin por el VIH se caracteriza por cifras altas de viremia

    plasmtica que pueden alcanzar 107 viriones por mililitro. La viremia se asocia a

    concentraciones elevadas de protena p24 del corevrico en el suero. Sin embargo,

    tras la infeccin inicial, las cifras de viremia y antigenemia descienden con rapidez ysobreviene un largo perodo de infeccin asintomtica (3, 4). Esto sugiere que la

    respuesta inmunitaria especfica frente al virus desempea un papel en el control de la

    replicacin vrica y, por tanto, en la progresin de la enfermedad. En consecuencia, un

    tema central de la patogenia de la infeccin ser determinar los componentes

    protectores especficos de la respuesta inmunitaria humana frente al VIH.

    Inmunidad innata en la infeccin por el VIH

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    La respuesta inmunitaria innata comprende aquellos mecanismos defensivos frente a

    los patgenos que se producen con anterioridad al desarrollo de la respuesta

    inmunitaria adaptativa (33). En el caso de la infeccin por el VIH, la inmunidad innata

    debe ser importante en el control del virus durante la primoinfeccin (21).

    Desde hace algunos aos, se sabe que los linfocitos T citotxicos (CD8+) pueden

    inhibir la replicacin vrica del VIH por un mecanismo no citoltico (21). Tambin se ha

    comprobado que este mecanismo, conocido como CD8 antiviral factor o CAF, era

    independiente de las quimiocinas que actan como ligando del CCR5. El papel que

    desempean estos factores solubles en la patogenia de la infeccin por el VIH no est

    completamente aclarado, pero podra ser importante para el control inicial de la viremia.

    La respuesta inmunitaria innata celular depende de las clulas dendrticas y natural

    killer (NK). Las primeras producen interfern alfa (INF-) y actan tambin como

    clulas presentadoras de antgeno para el desarrollo de la respuesta inmunitaria

    adaptativa (33). En este sentido, se ha comprobado que el descenso en la produccin

    de IFN- se asocia con concentraciones plasmticas ms elevadas de ARN del VIH

    (21). Por otro lado, las clulas dendrticas son las clulas que el virus infecta

    inicialmente en las mucosas (21). Estas clulas, adems, transportan al virus a los

    ganglios linfticos y facilitan la infeccin de las clulas CD4, mediante la fijacin del

    virus a una lectina de tipo C, conocida como DC-SIGN, que expresan estas clulas (6,

    21).

    Las NK son clulas linfoides granulares grandes, que carecen de los marcadores de

    superficie de los linfocitos B y T (33). En un principio, se identific a estas clulas por

    su capacidad de destruir clulas tumorales; posteriormente, se ha comprobado su

    papel activo en la inmunidad innata frente a diversos microorganismos (33). Las

    clulas NK pueden destruir clulas infectadas por virus, en ausencia de sensibilizacinprevia y sin la restriccin del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). Las NK

    destruyen las clulas a travs del contacto directo sin participacin de anticuerpos o

    pueden mostrar citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos. Esta ltima

    respuesta se produce tras la seroconversin en la infeccin por VIH, pues aparecen

    anticuerpos especficos que se fijan en las protenas vricas del VIH en la superficie de

    las clulas infectadas. Estos anticuerpos pueden detectarse a lo largo de toda la

    infeccin. Las NK con el receptor CD16 para la porcin Fc de las IgG pueden

    reconocer y lisar estas clulas (5). Se ha postulado que la citotoxicidad celular

    dependiente de anticuerpos puede limitar la diseminacin del virus, pero se desconoce

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    la trascendencia de este proceso inmunolgico en la progresin de la enfermedad (5,

    34). Adems, se ha demostrado que las clulas NK muestran alteraciones funcionales

    in vitrocon la exposicin a la cubierta del VIH (35).

    Respuesta inmunitaria adaptativa frente al VIH

    Entre los diversos mecanismos efectores desarrollados en la respuesta inmunitaria

    adaptativa frente al VIH, sin duda los de mayor relevancia son la produccin de

    anticuerpos neutralizantes y la respuesta de clulas T citotxicas y helper.

    Anticuerpos neutralizantes

    En diversas infecciones vricas, los anticuerpos neutralizantes producidos por

    inmunizacin o tras la infeccin natural protegen al individuo frente a posteriores

    infecciones (36, 37). Los anticuerpos neutralizantes neutralizan directamente el virus

    libre antes de que penetre en las clulas y pierda su cubierta. Adems, los anticuerpos

    neutralizantes sricos, por un mecanismo desconocido, confieren inmunidad a nivel de

    las barreras mucosas frente a ciertas infecciones (36). Por tanto, esta variedad de

    anticuerpos son de enorme trascendencia a la hora de desarrollar una vacuna eficaz

    frente al VIH (36), ya que el VIH se adquiere a travs del epitelio mucoso.

    La respuesta inmunitaria frente al VIH se caracteriza por una intensa produccin de

    anticuerpos contra las protenas vricas (37). Se pueden detectar anticuerpos por

    ELISA entre las dos y seis semanas de la primoinfeccin, aunque en raras

    circunstancias la seroconversin puede tardar en aparecer hasta seis meses (4, 38).

    La mayora de estos anticuerpos carece de actividad neutralizante (3, 37) y su

    determinacin se emplea para el diagnstico serolgico de la infeccin (4, 37). No

    obstante, se detectan anticuerpos neutralizantes a partir de la octava semana deinfeccin, y se encuentran presentes durante toda la infeccin por el VIH, aunque su

    papel protector en la infeccin crnica sigue siendo desconocido (37, 39, 40). Por otro

    lado, estudios detallados de la primoinfeccin han puesto de manifiesto que los

    anticuerpos capaces de neutralizar cepas infectivas del virus aparecen con

    posterioridad al aclaramiento de la viremia, lo cual sugiere que deben actuar otros

    mecanismos para el control inicial del virus (21, 41).

    Algunos estudios experimentales han demostrado que la produccin de anticuerpos

    neutralizantes protege frente a la inoculacin del virus (36). Pero estos experimentos

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    en animales se realizaron en condiciones ideales en que se conseguan ttulos altos de

    anticuerpos previamente a la inoculacin intravenosa o mucosa del virus

    (generalmente, con un inculo bajo). Lo cierto es que en los ensayos de fase III con

    las vacunas actuales frente al VIH no se ha producido una respuesta intensa de

    anticuerpos con actividad neutralizante (37, 41, 42). Los anticuerpos neutralizantes se

    dirigen contra eptopos de las protenas de la cubierta (42). La capacidad

    extraordinaria de mutacin de la gp120 de la cubierta del VIH y el hecho de que la

    envoltura de glcidos de las protenas de la cubierta pueda enmascarar los eptopos

    de estas protenas para el sistema inmunolgico son algunas de las razones que se

    han postulado para explicar la dbil capacidad neutralizante de los anticuerpos anti-

    VIH (3, 37, 39, 42).

    Respuesta de las clulas T frente al VIH

    Diversos estudios han confirmado el papel protector de la respuesta inmunitaria de las

    clulas T frente al VIH, tanto por parte de los linfocitos T helper(CD4+) como de los

    linfocitos T citotxicos (CD8+) (3, 37).

    Las citocinas producidas por los linfocitos T helperson esenciales para la activacin y

    el mantenimiento de las clulas inmunitarias efectoras. Por tanto, la funcin de los

    linfocitos T helper es necesaria para que las clulas B produzcan los anticuerpos

    neutralizantes frente al VIH, as como para que aparezca la respuesta citotxica de las

    clulas T CD8+ (41). Obviamente, el descenso de los linfocitos CD4 durante la

    infeccin interferir en estas respuestas inmunitarias.

    Se sabe desde hace aos que una respuesta proliferativa intensa de linfocitos T helper

    se relaciona con un control ms eficaz de la replicacin vrica durante la primoinfeccin

    (42). De igual modo, los progresores lentos presentan una vigorosa respuesta delinfocitos T CD4 frente al VIH. La respuesta de los linfocitos T CD4 va dirigida,

    predominantemente, contra las protenas sintetizadas por el gen gag del virus (37).

    Los datos slidos sobre el papel protector de los linfocitos T CD8 son incluso mayores.

    La supresin de la viremia en la primoinfeccin coincide con la aparicin de la

    respuesta de clulas T citotxicas especficas frente al VIH (3, 21, 37). Por otra parte,

    se ha comprobado la progresin de la enfermedad coincidiendo con la aparicin de

    virus mutantes a la respuesta de CD8 (37, 43). Adems, el desarrollo de una

    respuesta potente de linfocitos T citotxicos se ha relacionado con la progresin lenta

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    de la infeccin (21). Una incgnita es cmo se mantiene la respuesta inmunitaria

    citotxica durante el curso de la enfermedad en presencia de una actividad T helper

    muy escasa (21). Los linfocitos T CD8+ reconocen una diversidad de eptopos en el

    VIH, incluidas las protenas estructurales del virus, las de la cubierta y las protenas

    reguladoras y accesorias. Es interesante la observacin de que la respuesta especfica

    de los linfocitos CD8 frente a protenas del gen gag se asocia a cargas virales

    inferiores a cuando esta respuesta se produce frente a productos vricos del gen envo

    protenas reguladoras/accesorias (37). Por ltimo, se ha comprobado el papel

    protector de los linfocitos T citotxicos para la adquisicin de la infeccin. Los estudios

    realizados en prostitutas en Nairobi demostraron que aquellas pacientes con una

    respuesta citotxica en la mucosa vaginal no adquiran la infeccin a pesar de

    encontrarse expuestas al VIH (44).

    En los estudios que se han realizado del fenotipo de las clulas T durante la

    primoinfeccin y la infeccin crnica, se ha podido comprobar que el fenotipo de las

    clulas CD4 y CD8 durante la primoinfeccin por VIH corresponde al de una

    respuesta primaria efectora y se caracteriza por la presencia de los antgenos:

    CD45RA-CCR7-CD127- (37). Este fenotipo es tambin caracterstico de la infeccin

    inicial por otros virus, tales como citomegalovirus, virus de Epstein-Barr y virus del

    herpes simple. Sin embargo, el fenotipo de las clulas T en la infeccin crnica por

    estos virus, que est bien controlada por el sistema inmunolgico, es diferente del

    fenotipo de la infeccin crnica por el VIH. En este ltimo caso, tanto el fenotipo de los

    CD4 como el de los CD8 contina siendo el de la primoinfeccin (37).

    De mayor importancia que el fenotipo de las clulas efectoras anti-VIH es el estudio de

    su capacidad de produccin de citocinas estudiadas clula por clula (ICS, intracellular

    cytokine staining) por citometra de flujo, que ha dado lugar al concepto de

    polifuncionalidad, referido a la posibilidad de que una clula T CD8 o CD4 puedaproducir simultneamente ms de una citocina (45, 46). El porcentaje de clulas T

    CD8 polifuncionales se correlaciona con una mejor evolucin clnica en los pacientes

    no progresores, sobre todo si producen, junto al IFN- y TNF-, IL-2, que por su

    capacidad proliferativa expande el nmero de clulas con capacidad citotxica anti-

    VIH, mientras que los progresores slo producen de forma aislada IFN- (47). En

    general, diversos estudios han mostrado una mejor evolucin clnica en aquellos

    pacientes que muestran una respuesta polifuncional de clulas T (1).

    Inmunosupresin producida por el VIH

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    La caracterstica paradigmtica de la infeccin por el VIH es la deplecin progresiva de

    la subpoblacin de linfocitos CD4 helper. Dado que estas clulas desempean un

    papel central en el desarrollo de la respuesta inmunitaria en el gnero humano, no es

    de extraar que las manifestaciones clnicas de la enfermedad traduzcan la

    inmunosupresin producida, que se manifiesta por la susceptibilidad a padecer

    infecciones oportunistas y la aparicin de neoplasias. Las alteraciones inmunolgicas

    que se asocian a la infeccin por el VIH son muy amplias y afectan a diversos brazos

    efectores interdependientes del sistema inmunolgico, incluidos elementos de la

    inmunidad humoral y celular.

    Alteraciones de los linfocitos T

    Las alteraciones que se observan en los linfocitos T durante la infeccin por el VIH son

    tanto cualitativas como cuantitativas. Las alteraciones cualitativas se hacen aparentes

    tras la primoinfeccin y antes de que el descenso de linfocitos T sea evidente (5). Se

    han observado diversas alteraciones funcionales, tales como la alteracin en el

    reconocimiento de los antgenos solubles, el descenso en la produccin de linfocinas y

    una disminucin de la capacidad de estimular los linfocitos B, entre otras (5).

    Las alteraciones cuantitativas son el resultado de la deplecin progresiva de la

    subpoblacin de linfocitos T helper, que tras la primoinfeccin, y de forma paulatina, de

    cifras normales de 800-1200 clulas/mm3 alcanzan cifras de 50 o menos durante el

    curso de la infeccin (3, 4).

    Algunos grupos de investigadores han puesto de manifiesto recientemente que, a

    partir de las dos semanas de la primoinfeccin, se produce una prdida de la mayora

    de las clulas CD4 de la mucosa del tubo digestivo (1, 6, 42). La destruccinlinfocitaria se considera un efecto directo del VIH (1). Esta deplecin, que supone un

    menoscabo importante para el sistema inmunolgico, se prolonga durante todo el

    curso de la infeccin, aunque puede no tener una traduccin inmediata en el recuento

    de linfocitos CD4 en la sangre perifrica (1). Junto con esta alteracin se produce un

    incremento de la permeabilidad intestinal (entre 2 y 10 veces) y una translocacin de

    componentes microbianos (sin bacteriemia franca) desde la luz intestinal al torrente

    sanguneo (6). Estas alteraciones pueden ser responsables de la activacin

    inmunitaria crnica de estos pacientes, manifestada por gammapata policlonal,

    activacin y proliferacin mayor de clulas T (7), as como produccin de quimiocinas

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    y citocinas proinflamatorias (6). Douek y cols. han descrito que la subpoblacin de

    linfocitos T CD4 intestinales que se destruye de forma preferencial corresponde a los

    secretores de IL-17 (1).

    La deplecin de las clulas CD4 no puede atribuirse exclusivamente al efecto citoltico

    directo del virus, pues slo una minora de estas clulas se encuentran infectadas

    (entre 1% y 1) incluso en fases avanzadas de la infeccin (1, 21, 48). Otros factores

    que pueden contribuir a la deplecin linfocitaria son los siguientes (3, 5): a) formacin

    de sincitios, en que una clula infectada se fusiona por medio de sus glucoprotenas

    de superficie gp120 con molculas CD4 de clulas no infectadas, formando clulas

    gigantes multinucleadas; b) innocent bystanderde clulas CD4 no infectadas que han

    fijado en sus receptores gp120 libre, volvindolas vulnerables al ataque inmunitario; c)

    infeccin por el VIH de las clulas pluripotenciales medulares o deplecin tmica

    producida por el VIH, que da lugar a un descenso de la produccin de linfocitos CD4; d)

    mecanismos autoinmunes, en virtud de los cuales producen la destruccin de clulas

    no infectadas; e) efecto de superantgeno, en que ciertas protenas vricas produciran

    la estimulacin, y deplecin ltima, de linfocitos T con receptores especficos; f)

    apoptosis, en que el virus (o sus productos) provocaran la muerte celular programada.

    Las protenas de los genes tat, nef, vpuy envpueden producir apoptosis de clulas

    infectadas y no infectadas (21). Independientemente de los mecanismos de la

    deplecin de los linfocitos CD4, la alteracin de la funcin inmunitaria es tan

    pronunciada que la cifra total de linfocitos T CD4 es un factor pronstico importante de

    la progresin de la enfermedad. El riesgo de algunas infecciones oportunistas aumenta

    significativamente cuando la cifra de linfocitos CD4 desciende por debajo de 200/mm 3

    (49-51).

    Por ltimo, los linfocitos tambin representan un importante reservorio para la infeccin

    persistente. En una persona infectada, se estima que aproximadamente 10

    6

    linfocitosCD4 contienen provirus integrado en el genoma de forma latente, susceptible de

    replicacin completa si la clula se activa. Puesto que estas clulas no expresan

    protenas vricas hasta que se activan, permanecen escondidas para el sistema

    inmunolgico y no sern sensibles a los frmacos que inhiben la replicacin vrica, lo

    cual representa un obstculo insalvable para la erradicacin del virus (42, 48). Varios

    modelos han definido que los linfocitos CD4+ presentan un recambio ( turnover) muy

    elevado desde el inicio de la infeccin que va a condicionar paulatinamente su

    descenso en la sangre perifrica (1, 52).

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    11/15

    Otras alteraciones inmunolgicas

    Las alteraciones que se producen en los linfocitos B son tambin cualitativas y

    cuantitativas. En las fases precoces de la infeccin, la alteracin ms caracterstica

    consiste en la activacin policlonal de los linfocitos B, que clnicamente se traduce en

    concentraciones elevadas de IgG e IgA, en la presencia de inmunocomplejos

    circulantes y en un nmero elevado de linfocitos B en la sangre perifrica que

    segregan inmunoglobulinas espontneamente (3, 5). Las alteraciones cualitativas

    fundamentales consisten en la afectacin de la produccin de anticuerpos ante

    estmulos antignicos, que puede estar mediada por la hipofuncin de los linfocitos T

    helper (5). La susceptibilidad de los pacientes infectados a padecer infecciones

    pigenas y la falta de respuesta a las inmunizaciones pueden atribuirse tambin a la

    alteracin de la inmunidad humoral (5).

    El VIH infecta clulas del linaje monocito/macrfago que expresan el receptor CD4 y la

    molcula correceptora CCR5. No obstante, slo una minora de estas clulas muestra

    infeccin productiva in vivo, por lo que la hipofuncin de los linfocitos T helperpuede

    contribuir tambin a las alteraciones observadas en los macrfagos (5). Asimismo, el

    VIH infecta (y se replica) en clulas progenitoras medulares de la estirpe monoctica,

    fenmeno que puede contribuir a la pancitopenia que se observa en muchos de los

    pacientes seropositivos (5).

    La capacidad de los macrfagos como clula presentadora de antgeno se ve afectada

    en la infeccin por VIH. Esta anomala, que obviamente afecta a la respuesta

    inmunitaria, puede deberse a la activacin crnica in vivode los macrfagos, ya sea

    por viriones completos, protenas vricas o linfocinas (5).

    Por ltimo, los macrfagos, al contrario que los linfocitos CD4+, son relativamenteresistentes al efecto citoptico del virus y pueden constituir un reservorio para la

    persistencia de la infeccin. Por otra parte, se ha sealado que pueden diseminar la

    infeccin al sistema nervioso central (53).

    Conclusiones

    En su tercera dcada de existencia, la infeccin por VIH/SIDA contina haciendo

    estragos en la humanidad. La necesidad de un control efectivo de la pandemia sigue

    siendo urgente. A pesar de los reiterados fracasos en el desarrollo de una vacuna

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    eficaz, los xitos alcanzados en el conocimiento de la infeccin por el VIH han

    conducido a enormes avances en su tratamiento. Estos logros deben incentivar la

    investigacin sobre la infeccin por VIH. Parafraseando a Johnston y Fauci (42): Un

    aumento sustancial en nuestro conocimiento de la infeccin VIH y de la enfermedad

    conducira a nuevas ideas acerca de cmoerradicar la pandemia.

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