Inspeccion Judicial

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Dispone el artículo 1.428 del Código Civil que ‘el reconocimiento o inspección ocular puede promoverse como prueba en juicio, para hacer constar las circunstancias o el estado de los lugares o de las cosas que no se pueda o no sea fácil acreditar de otra manera, sin extenderse a apreciaciones que necesiten conocimientos periciales’. En tanto que la inspección judicial es una prueba promocionada en juicio de acuerdo al artículo 472 Código de Procedimiento Civil, donde el Juez, ‘a pedimento de cualquiera de las partes o cuando lo juzgue oportuno, acordará la inspección judicial de personas, cosas, lugares o documentos, a objeto de verificar o esclarecer aquellos hechos que interesen para la decisión de la causa o el contenido de documentos…’. El autor a Rengel-Romberg en su Tratado de derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo IV Págs. 419 ss., Organización Gráficas Capriles C.A., Caracas 2033, al referirse a esta prueba, indica: “Como se ve la inspección ocular o inspección judicial entra en aquella clasificación de las pruebas llamada prueba directa, generalmente admitida por la doctrina, en contraposición la prueba indirecta, porque en palabras de Carnelutti, “la prueba directa presenta el contacto inmediato entre el Juez y el hecho a probar; en ella el medio de conocimiento se limita a una actividad del Juez, o sea, la dirigida a la percepción del hecho a probar; mientras que el tipo complejo de la prueba indirecta muestra, en cambio, la separación entre el Juez y el hecho a probar, puesto que el contacto lo establece un hecho intermedio, que forma el anillo de conjunción entre aquellos dos términos: aquí el conocimiento no se obtiene únicamente mediante la actividad del Juez, sino por medio de un hecho exterior, sobre el cual

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Dispone el artículo 1.428 del Código Civil que ‘el reconocimiento o inspección ocular puede promoverse como prueba en juicio, para hacer constar las circunstancias o el estado de los lugares o de las cosas que no se pueda o no sea fácil acreditar de otra manera, sin extenderse a apreciaciones que necesiten conocimientos periciales’.

En tanto que la inspección judicial es una prueba promocionada en juicio de acuerdo al artículo 472 Código de Procedimiento Civil, donde el Juez, ‘a pedimento de cualquiera de las partes o cuando lo juzgue oportuno, acordará la inspección judicial de personas, cosas, lugares o documentos, a objeto de verificar o esclarecer aquellos hechos que interesen para la decisión de la causa o el contenido de documentos…’.

El autor a Rengel-Romberg en su Tratado de derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo IV Págs. 419 ss., Organización Gráficas Capriles C.A., Caracas 2033, al referirse a esta prueba, indica: “Como se ve la inspección ocular o inspección judicial entra en aquella clasificación de las pruebas llamada prueba directa, generalmente admitida por la doctrina, en contraposición la prueba indirecta, porque en palabras de Carnelutti, “la prueba directa presenta el contacto inmediato entre el Juez y el hecho a probar; en ella el medio de conocimiento se limita a una actividad del Juez, o sea, la dirigida a la percepción del hecho a probar; mientras que el tipo complejo de la prueba indirecta muestra, en cambio, la separación entre el Juez y el hecho a probar, puesto que el contacto lo establece un hecho intermedio, que forma el anillo de conjunción entre aquellos dos términos: aquí el conocimiento no se obtiene únicamente mediante la actividad del Juez, sino por medio de un hecho exterior, sobre el cual se ejercita la actividad perceptiva y deductiva”.

La inspección ocular extra juicio, acorde con el artículo 1.428 ejusdem, procede ‘en los casos en que pudiera sobrevenir perjuicio por retardo, los interesados podrían promover la inspección ocular antes del juicio, para hacer constar el estado o circunstancias que puedan desaparecer y modificarse con el transcurso del tiempo.

De lo que se infiere que el peticionante debe alegar y llevar al ánimo del Juez, en primer lugar que la no realización de la misma, pudiere sobrevenir perjuicio al interesado y de que los hechos o circunstancias que se quieren hacer constar, puedan desaparecer o modificarse con el transcurso del tiempo.

En esta misma dirección, apunta la sentencia dictada por la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 15-11-2000, Expediente Nº Américan Sur C.A. Vs. Pedro Añez

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Sánchez), con ponencia del Magistrado Antonio Ramírez Jiménez, al establecer:

En materia de inspección judicial evacuada antes del juicio, la Sala de Casación Civil en reiteradas decisiones, entre otras, en sentencia de fecha 13 de junio de 1973, ha sostenido:

“…La inspección ocular extra litem, practicada dentro de los presupuestos procesales del artículo 1.429 del Código civil, tiene el valor de una prueba legal cuyo mérito está obligado el juez a analizar en la correspondiente sentencia, aún cuando en ello no haya intervenido la parte contra quien ulteriormente se oponga en juicio, sin que pueda, por tanto, rechazar de plano su valor fundado en las solas razones de no ser una prueba preconstituida como la documental y de no haber intervenido en ella la parte demandada.

…En conclusión, sólo en determinadas circunstancias la inspección ocular extra litem tiene validez en juicio, pero, cuando es practicada dentro de los supuestos previstos en el artículo 1.429 del Código Civil, tiene eficacia probatoria y debe analizarla el juez y pronunciarse acerca de su valoración.

…Ha señalado la Ley y nuestra doctrina, que la inspección judicial preconstituida es procedente cuando se pretenda hacer constar el estado o circunstancias que puedan desaparecer con el transcurso del tiempo…Esta condición de procedencia debe ser alegada al juez ante quien se promueve, para que éste, previo análisis breve de la circunstancia así lo acuerde. Una vez cumplidos estos requisitos, la prueba debe considerarse promovida y evacuada validamente o con regularidad…”.