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    Instalaciones estéticas, invenciones grupales

    Marcelo Percia

    Guía1

    para proyectos grupales de deshabituaciones2 clínicas culturales3

    1.Elegir un problema.4 

    No se trata sólo de tomar un tema por decir algo! la incomunicación" la desigualdad" eldesamparo" la ciudad" la escuela" los hospitales#. $n problema es el tema recortado m%s lapotencia dormida &ue se acalla en su tratamiento habitual. $n problema es un tema intervenido&ue llama a pensar lo toda'ía impensado.( 

    2.El ob)eti'o de una instalación*  es in'entar una distancia en la sin distancia.Poner en marcha la crítica de lo naturali+ado. ,o naturali+ado! prepotencia de la costumbre."La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas" " -li'erio Girondo#. 

    1 Esta guía trata de desencaminar  el recorrido hacia una meta prevista y manejable, se propone ayudar a

     perder el rumbo: se necesita practicar el extravío para llegar a un sitio en el que nunca se estuvo.Imaginamos que tal vez alguien se desvíe del objetivo de aprobar la materia y se encuentre con la posibilidad de probar algo dierente: saborear el gusto inigualable de una situaci!n in"dita. #a distinci!nentre aprobar  y  probar  reside en que se aprueba algo ya conocido como bueno, mientras s!lo se  pruebalo que no se sabe.$ #a deshabituación es la irrupci!n de lo no previsto en el paisaje estable de las cosas.%  Deshabituaciones clínicas culturales son intervenciones que aman lo que se sale de cauce, lo que se

    vierte uera de lo establecido & subversiones', lo que copula con otras versiones & interversiones'. (eleuze

    recordaba en Crítica y clínica &1))%' que el que escribe trata de inventar otra lengua en la lengua, intenta* sacar a la lengua de sus caminos trillados, hacerla delirar +. nte la pregunta de qu" es un delirio,-acobo ijman respondi! alguna vez &resonando con el mensaje etimol!gico que la palabra trasporta':“Hay un delirio poético que padecen los poetas, los artistas. Delirar es salirse del surco, como si un

    arado se saliese del surco”. Entonces, deshabituaciones clínicas culturales porque bordean el delirio y porque lo clínico, liberado de la estrechez psicol!gica, es un accionar hospitalario con lo se expresa uera

    del lecho en el que yace lo reglado./ #a elecci!n de un problema no se reduce a escoger algo interesante o conveniente, se necesita partir deun malestar y de una urgencia: el deseo de una acci!n ilusionada en mejorar el mundo. 0al vez se puedaimpostar una voz, pero no la sensibilidad de un pequeo colectivo de estudiantes que trama unaintervenci!n.2 Escribe -uan 3arlos (e 4rasi &$515' en su libro  nsayo sobre el pensamiento sutil  que “el tema, en

    nuestra cultura, remite obligatoriamente a una unidad pre!igurada, mientras el ensayo est" empe#ado en

    abrirla a la multiplicidad que la habita, rasgando las convicciones que la deserti!ican” .6  (esde la perspectiva explorada, toda instalación  es una desinstalación, idea presente en el t"rminodeshabituación. 3uesti!n tambi"n insinuada en el movimiento situacionista: cada situación construida es pensaba como contra situación  o  situación inter!erida. En relaci!n a la palabra intervención, suelo

    anotarla como inter$in%vención. 7esta discutir denominaciones como las empleadas por la estéticarelacional . 8tros puntos para seguir pensando podrían situarse &por ijar s!lo dos reerencias' en la ideade ready&made de 9arcel (uchamp o, en nuestro país, en las prcticas grupales aectadas por intuicionesdel teatro de 4ec;ett iniciadas por Eduardo irondo representa la proposici!n misma del deseo de pensar. En el 9aniiesto de

    “'artín (ierro+ de 1)$/ que se le atribuye, escribe que “el artista se re!riega los o)os a cada instante para arrancar las telara#as que te)en de continuo* el h"bito y la costumbre”. #a idea &ya presente en losescritos en prosa que se conocen como 'embretes', vuelve a aparecer en el texto 1/ de spantap")aros&1)%$' y dice así: “+a costumbre nos te)e, diariamente, una telara#a en las pupilas. oco a poco nosaprisiona la sinta-is, el diccionario, y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, carecemos del 

    cora)e de llamarlos arc"ngeles. Cuando una tía nos lleva de visita, saludamos a todo el mundo, pero

    tenemos vergen/a de estrecharle la mano al se#or gato, y m"s tarde, al sentir deseos de via)ar, tomamos

    un boleto en una agencia de vapores, en ve/ de metamor!osear una silla en trasatl"ntico” . En el texto $5

    del mismo libro tambi"n se encuentra de otro modo: “0ero es tal la !uer/a de la costumbre1... 2nsensiblemente uno se habit3a a vivir entre cad"veres desmenu/ados y entre vidrios rotos4”. En estaguía, la preposici!n “+a costumbre nos te)e diariamente una telara#a en las pupilas” dice el deseo de

    imaginar intervenciones, en el campo de las psicologías, capaces de destejer la telaraa en nuestras pupilas o la telaraa en nuestros oídos o la telaraa en nuestros pensamientos.

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    3. /n%lisis de automatismos sociales institucionales y grupales en relación al problema encuestión. 0iseo de una cartograía de h%bitos &ue en'uel'en la posibilidad de pensar elasunto planeado. Poner en entredicho el sentido común.

    4.ele'ar los discursos e5istentes en torno a la cuestión elegida. eali+ar entre'istas paraobtener ideas &ue ayuden a pensar el problema recortado a partir de testimonios de los actoresin'olucrados. /u5iliarse con los libros y artículos sugeridos como lecturas imprescindibles yacompaantes en esta materia.6

    (.Escribir un maniiesto como relato íntimo del colecti'o de la (des)instalación   en el &ue sedeclaren las ra+ones &ue lle'aron a ese acto. 17 

    *.Planear la inter'ención en un lugar.11 8nter'enir un espacio es hacer 'enir en ese sitio algo &ue suele estar e5pulsado.

    .0iseo del con)unto de acciones a reali+ar. /nticipo de &u9 puede ocurrir. :ospitalidad con los incautos.8mporta &ue la instalación posibilite pensar algo &ue no suele ser pensado. No interesa instruir 

    cómo o &u9 deben pensar los espectadores;participantes.

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    El sua'e y tembloroso tra+o de una línea imaginaria con un dedo" podría alcan+ar paradesencadenar un proceso de deshabituación en el sitio menos pensado. ,a llamada &ue sigue'a de regalo!1(#.

    12 El abellón 5eis es el inierno. Bn sitio de castigo dentro del hospital. El encierro del encierro. llí vanlos ind!ciles. El abellón 5eis es la internaci!n de los ya internados, doble cerrojo para las sensibilidadesdescontroladas. 9edicados y recluidos hasta que la vida se les pase. 0ambi"n es el lugar a donde lleganlos que estn mal en la ciudad. lgunos vienen en patrulleros, esposados, golpeados, maltratados. 8trosvienen en ambulancias, desde otros hospitales o desde los juzgados. Estn lo que vivían en las calles, losque perdieron sus casas o ueron expulsados por sus amilias. Estn los que estuvieron presos y los que

    consumen pegamentos, paco, cocaína, pastillas, hierba, alcohol, mucho alcohol. lucinados, delirantes,

    violentos. dentro de la sala, lo que no les sacan los enermeros, se lo roban los otros internados. #asreuniones del equipo del abellón 5eis se realizan a puertas cerradas. 3ada tanto, alg@n paciente golpea para entrar, pedir un cigarrillo, una galleta, yerba y az@car, reclamar atenci!n, obtener permiso para salir oquejarse porque nadie lo visita. 3ost! mucho que los que trabajaban allí imaginaran un espacio de

    conversaci!n. 3omo el intento de hablar era interrumpido por los mismos pacientes, se decidi!, antes ydespu"s de cada asamblea, hacer una reuni!n en medio de la sala. De dispuso un círculo de sillas en lasque se sentaron enermeros, psiquiatras, psic!logos y se dibuj! otro círculo imaginario, a unos cuarentacentímetros, alrededor de esas sillas. #os pacientes podían estar allí, en ese segundo círculo, presentes pero sin hablar. 7ecuerdo que hasta los ms desbordados respetaban ese borde icticio. (e pronto, unenermero explicaba algo sobre un paciente que estaba escuchando. El aludido quería intervenir porque

    no estaba de acuerdo o porque no lo entendían. 3uando interrumpía se le recordaba que en ese momentos!lo podía escuchar. 3asi todos aceptaban esperar. #a reuni!n transcurría rodeada de agitacionescontenidas. (e a poco, los que trabajaban en el hospital comenzaban a contar cosas que les pasaban:

     problemas con las autoridades, con los jueces, con la alta de medicaci!n, con los días de ranco, con loshorarios. Bn límite nos circundaba a todos no como muro, sino como umbral de una soledad que nosigualaba.

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