Instrucciones de Atisha

20

description

 

Transcript of Instrucciones de Atisha

Page 1: Instrucciones de Atisha
Page 2: Instrucciones de Atisha

En este capítulo se resume la vida de Atisha a partir de las ex-plicaciones dadas por el Lama Gueshe Lobsang Tsultrim, en Bar-celona, en el invierno de 1996.

La vida de Atisha transcurre según tres etapas sucesivas. La pri-mera de ellas abarca su nacimiento, sus cualidades innatas y la no-ble familia en la que se crió. Durante la segunda etapa, desarrolla-rá sus conocimientos y práctica hasta conseguir alcanzar grandesrealizaciones. Por último, hasta el momento de su muerte en Tíbet,Atisha se dedicará con entusiasmo a la difusión del darma con lamotivación mahayana(2) de ayudar a todos los seres.

Atisha nació en la ciudad de Sahor, en la región de Bengala aleste de India, en el año 980. Era hijo del poderoso rey Gue-wapat, “el que incrementa la virtud”, y de la reina Padmo

Osel Chen “la poderosa que emite rayos de luz”(3). En aquel mo-mento el reino disfrutaba de su máximo esplendor. Se ha dicho queel inmenso palacio estaba rodeado por setecientos veinte magníficosjardines, con estanques y siete murallas concéntricas, trescientos se-senta y tres puentes, innumerables estandartes victoriosos, trece pa-bellones que albergaban a miles de nobles en su recinto...

Ya desde el momento de su nacimiento se percibieron muchossignos sorprendentes, revelando que se trataba de la llegada de unser muy especial. A la temprana edad de dieciocho meses, sus pa-dres llevaron al niño al monasterio de Vikramashila(4), situado cercade su reino. Los habitantes aguardaban con ilusión el paso de la co-mitiva real a ambos lados del camino hasta la llegada al monasterio,

Vida de Atisha

Page 3: Instrucciones de Atisha

12 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

a fin de conocer el nuevo príncipe. Atisha, que ya poseía la facultadde hablar, al ver tanta gente reunida preguntó a sus padres:

–¿Quiénes son todas estas personas? –Todas estas personas que ves son tus súbditos– le respondieron.

Y Atisha instintivamente desarrolló un gran sentimiento de amorcompasivo hacia todos ellos y oró de esta manera:

–Ojalá todas estas personas nacieran como un príncipe, como yo,en un palacio. Ojalá todos fueran hijos de reyes y disfrutaran detodas las riquezas de un rey. Ojalá todos pudieran alimentarse dela noble práctica del darma y conseguir de este modo la felicidadsuprema.

Aquella multitud quedó sorprendida oyendo los deseos del pe-queño príncipe, que les habló con una voz suave y melodiosa. Lacomitiva real llegó hasta el templo. Toda la corte inició una solem-ne Oración de Larga Vida para evitar las enfermedades, conseguirlos perfectos bhumis(5) y renacer en los reinos superiores de existen-cia. Pero, curiosamente, los cantos y oraciones no coincidían con losque el pequeño Atisha recitaba:

–Ahora poseo un perfecto renacimiento humano con los órganosde los sentidos sin faltas, puedo percibir las Tres Joyas: Buda, Dar-ma y Sanga, y en señal de respeto las visualizo sobre mi coronilla:por favor, desde hoy protegedme, no permitáis que esté jamás atadoa la vida laica, que sólo posea la riqueza de la práctica espiritual deldarma y siga siempre rodeado por la sanga. Que jamás el orgullo medomine, que sea capaz de venerar y hacer ofrecimientos a las TresJoyas y que pueda desarrollar compasión hacia todos los seres de-seando liberarles de todo sufrimiento.

El rey Guewapat y la reina Padmo Osel Chen, cuando oyeron re-citar a su hijo, de tan sólo dieciocho meses de edad, esta bella ora-ción, nueva para sus oídos, intuyeron el poder de aquel pequeño ser.A los tres años ya poseía grandes conocimientos sobre astrología,escritura, diferentes idiomas y tonalidades del sonido, que era unaciencia que se estudiaba entonces en India. A los seis años, era ca-paz de analizar comparativamente entre las escuelas budistas yaquéllas que no lo eran.

Cuando cumplió los once años, siguiendo la costumbre hindú, supadre decidió buscarle una princesa que fuera su futura esposa. Pa-ra ello convocó en su palacio a todas las familias más importantes

Page 4: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 13

del reino, pretendiendo reunir así a todas las princesas en una fas-tuosa fiesta. Durante el baile, el rey observaba con interés las reac-ciones de su hijo ante el grupo de jóvenes princesas vestidas y to-cadas con gran refinamiento. Suponía que tal vez el niño manifesta-ra preferencia por alguna de ellas, pero Atisha no sólo no demostróninguna atracción, sino que en su interior estaba generando renun-cia(6). Una de las bellas niñas se le acercó y le dijo:

–No te apegues, no te apegues y serás el gran afortunado. Si tedejas arrastrar por el apego actuarás como el elefante, animal muyimportante y venerado, pero que una vez caído en el barro pantano-so queda atrapado en él, siéndole muy difícil salir, y pierde triste-mente todo su esplendor.

Aquella princesita, que en realidad era una manifestación de Ta-ra(7), recitó dos veces el mismo consejo. La primera significaba el noapegarse a los placeres de esta vida, y la segunda renunciar defini-tivamente al samsara(8). Con ello Tara le demostró la importancia deposeer la condición de príncipe, ya que liberándose él del samsaratambién sus súbditos podrían liberarse gracias a su notable influen-cia. Atisha sintió una gran alegría y respondió a Tara:

–Es cierto cuanto me aconsejas y así lo haré.Tiempo después, sin descubrir al resto de la corte su verdadera

motivación, el príncipe mandó que dispusieran su escolta formadapor ciento treinta jinetes, para partir hacia los bosques que recubríanlas montañas vecinas. Deseaba encontrar un lugar tranquilo dondepudiera reunirse con un maestro espiritual. Cruzaron la húmeda sel-va de Bengala y por fin, en una cueva, hallaron al que sería su pri-mer gran maestro, Transe Zsetari. Atisha dió instrucciones para quesu escolta regresara a palacio y se quedó con aquel monje.

Transe Zsetari, aceptándolo como discípulo, le dio la toma de re-fugio(9) y le reveló las instrucciones básicas de la mente de la bodi-chita(10), aconsejándole que luego se trasladara al monasterio de Na-landa(11) donde debería reunirse con el maestro Chanchu Sampo. Asílo hizo y al llegar allí, Atisha encontró al nuevo maestro que, con-centrado en la meditación, bendijo el cuerpo, palabra y mente del jo-ven discípulo y, más tarde, le transmitió nuevas instrucciones parala realización de la mente de la bodichita. A su vez este lama le con-dujo hasta Rigpe Cuchun, un importante maestro, que de nuevocontinuó dándole enseñanzas a fin de que desarrollara la bodichita.

Page 5: Instrucciones de Atisha

14 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

Finalmente el Lama Awa Dute, a quien había sido conducido por suanterior maestro, aconsejó a Atisha que regresara al palacio y ob-servara las desventajas de la vida laica. Todos ellos eran maestrosmuy famosos y de grandes realizaciones.

–¿Dónde has estado? ¿Estás cansado? –le preguntaron sus pa-dres, muy contentos tras su regreso.

–He ido a buscar refugio en el maestro espiritual, allá en los lu-gares tranquilos. Durante mi viaje de regreso por todos los sitiosdonde he pasado he descubierto las desventajas del samsara. Todaslas personas que he encontrado me han confesado los sufrimientosque padecen. He comprobado las desventajas del samsara, de la vi-da condicionada. Por esa razón cualquier cosa que hago, todo cuan-to deseaba antes, en realidad ya no me satisface. Os solicito que, porfavor, déis vuestro permiso para que pueda partir una vez más y de-dicarme únicamente a la práctica del darma –les contestó lleno deentusiasmo Atisha.

–Si tanto deseas renunciar al samsara, hazte rey, y practica la ge-nerosidad con tus súbditos pobres. Edifica estupas(12), monasterios ylugares religiosos donde podrás acoger a la sanga y hacer ofreci-mientos(13) a las Tres Joyas. Si haces esto, querido príncipe, tu vidaserá muy positiva y todos seremos muy felices –intentaban persua-dirle sus progenitores.

–Ahora veo claramente las desventajas de la existencia munda-na. No me satisface la vida en palacio ni las atribuciones de un rey.Ya no hay diferencia entre un palacio de oro o una prisión. No creoque sean las ricas vestimentas las que en realidad me adornen, nique los más refinados manjares me alimenten. Tampoco deseo losfugaces placeres de la música. Sé que debo regresar al bosque parameditar en la concentración, pero antes de partir os agradecería meprepararáis un poco de comida, leche y miel.

Sus padres comprendieron cuál era su verdadero deseo y le otor-garon el permiso para que partiera libremente. Y así fue como vol-vió a encontrarse con su querido Lama Awa Dute.

En Nalanda continuó estudiando las valiosas enseñanzas delvehículo mahayana que su maestro le transmitía. Continuó esfor-zándose para desarrollar su mente en la bodichita y recibió las pri-meras iniciaciones que le dieron acceso a los más sabios conoci-mientos. Lama Awa Dute le indicó que se trasladara a la Montaña

Page 6: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 15

Negra. Allí residía el maestro tántrico Rabten Rajula, que ya habíasido maestro de Atisha en una vida anterior.

–¿Quién es?, –le preguntaron al maestro sus discípulos cuandovieron llegar al enviado de Lama Awa Dute.

–Este que véis ha sido pándit(14) en quinientas cincuenta y dos desus vidas anteriores. Ahora es el príncipe de Bengala, hijo del reyGewapat, que ha renunciado a la vida de palacio y se esfuerza en de-dicarse únicamente a la práctica del darma.

Los discípulos de Rabten Rajula quedaron gratamente sorpren-didos y se pusieron todos en pie para dar la bienvenida a Atisha.

–Oh, maestro, por favor escuchadme –le suplicó el joven Atis-ha–. He abandonado la vida de príncipe y deseo alcanzar el estadode liberación. Soy de linaje real, y si no me esfuerzo por alcanzar laliberación existe el peligro de quedar atrapado en la vida de palacio,de donde es muy difícil salir. Hasta ahora he recibido enseñanzas delos maestros Transe Zsetari, Chanchu Sampo, Rigpe Cuchun y AwaDute, que me ha enviado a tu lado para que me instruyas sobre labodichita y me ayudes a cortar completamente mis ataduras.

Lama Rabten Rajula lo aceptó como discípulo y durante trece díasAtisha estuvo recibiendo enseñanzas y la iniciación de Je-Vajra,donde se le impuso su nuevo nombre: Yeshe Dorje. Luego, dispusoque Atisha junto con otros ocho yoguis, que poseían grandes reali-zaciones, regresara de nuevo hasta el palacio de sus padres. Todosellos se trasladarían desnudos, y como único indumento llevaríanencima los terroríficos ornamentos simbólicos de Heruka, una dei-dad tántrica. El propósito del lama, al enviarlos con tan desagrada-ble aspecto, era cambiar las expectativas que los padres de Atisha sehabían forjado sobre él, y liberarles de dichas ataduras. También in-dicó a los yoguis que luego lo condujeran de nuevo al lado de La-ma Awa Dute.

Mientras aquel extraño grupo iba acercándose al palacio a travésde los jardines, su paso provocaba una gran expectación. Cada vezsalían más personas a verles pasar, y todos sentían vergüenza e in-cluso miedo. Al reconocer al príncipe, envuelto con calaveras y pie-les de tigre, pensaron que había perdido la razón y no serviría parafuturo rey, lo cual les apenó mucho. Los padres de Atisha, cuandovieron entrar a su hijo junto con los demás yoguis, quedaron atónitos.

–Hijo mío, cuando naciste fue una gran alegría para nosotros.

Page 7: Instrucciones de Atisha

16 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

Satisfechos, percibimos los signos tan auspiciosos y especiales queposeías. Pensamos tu madre y yo que serías un buen rey. Esto nosllenó de gozo. Pero hoy regresas de la montaña a donde partistes...con este horrible aspecto, ¡todo ha cambiado! ¿Qué va a ocurrir aho-ra?, –se lamentó su padre.

–La relación entre padres e hijos es sólo un breve período du-rante esta vida. Luego nos separaremos y en otras vidas, ni siquieralograremos reconocernos. Si ahora cumplo con vuestros deseos deser rey y no me dedico a la práctica del darma ¿qué beneficio habráen ello? Si busco la Iluminación, en cambio, será beneficioso en to-das las vidas futuras y siempre tendremos una relación más cercana.Por favor, os pido que me concedáis vuestro permiso para seguir mipráctica –les suplicó Atisha.

–Tu eres mi hijo muy querido –le respondió emocionada su ma-dre–, pero si tu mayor deseo es partir para beneficiar a todos los se-res, lo aceptaré. Ve allá donde desees. Yo seguiré rezando para queen vidas futuras tengamos siempre una relación muy cercana.

A la mañana siguiente, muy temprano, Atisha partió con suscompañeros. Tenía veintiún años.

Hasta los veintinueve años permaneció continuamente al lado deLama Awa Dute, incrementando sus cualidades y conocimientos. Deél recibió valiosísimas enseñanzas sobre sutra y tantra(15), así como ini-ciaciones(16) de diferentes maestros, convirtiéndose en un gran erudito.

El propio Atisha valoró la gran cantidad de conocimientos quehabía acumulado, y pensó: “sólo soy un gran erudito”. Viendo esto,las Dakinis(17) a fin de ayudarle, en sueños le transmitieron un textosobre tantra que él aún no conocía. Con ello, Atisha descubrió quesu saber no era todavía completo, y pudo de esta manera eliminar suorgullo. Fue entonces cuando decidió dedicar toda su vida a vivircomo un yogui, practicando en solitario hasta conseguir la Ilumina-ción. En este preciso momento, prodigiosamente, se presentó ante élLama Rabten Rajula aconsejándole:

–¿Qué conseguirás practicando en soledad? ¡Sería mucho másbeneficioso si te ordenaras monje y te dedicaras al desarrollo deldarma, ayudando así a todos los seres!

Y también se manifestó Heruka, que a la vez le aconsejaba quellevara a cabo la ordenación. En sueños se le manifestaron el BudaSakiamuni(18) y el Buda Maitreya(19) reforzando esta decisión. Dedi-

Page 8: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 17

car su vida a los demás siendo monje sería lo más beneficioso. Atis-ha recibió la ordenación completa de monje del abad de su monas-terio, Tsultrim Sunwa, a la edad de veintinueve años. En India, lle-gó a tener ciento cincuenta y siete maestros que le transmitieron to-das las instrucciones del Buda, tanto de sutra como de tantra. Prac-ticaba todas estas instrucciones, pero a su vez pensaba:

–¿Cuál será el método más rápido para alcanzar la Iluminación?–Aunque veas deidades en la meditación, hayas obtenido los

siddhis comunes(20) y tengas concentración firme como una montaña,esto no será suficiente para alcanzar la Iluminación, ya que para ob-tenerla lo más necesario es meditar en el amor, la compasión y la bo-dichita. Por ello, te aconsejo que practiques Avalokitesvara, la deidadde la Compasión, y que trabajes hasta lograr que todos los seres al-cancen el estado de la budeidad –le aconsejó su maestro RabtenRajula, que gracias a su poder de clarividencia se presentó ante él.

En una ocasión, mientras daba vueltas a la bellísima estupa deBodgaya, levantada donde el Buda Shakiamuni alcanzó la Ilumina-ción, vio cómo las esculturas adosadas a la paredes se preguntabanunas a las otras:

–¿Cúal es el camino más rápido para alcanzar la Iluminación? –Meditar en la bodichita –respondían.Y en el espacio también surgieron dos deidades femeninas que

decían:–¿Cúal es el camino más rápido para alcanzar la Iluminación?–Meditar en la bodichita.A Atisha le sucedieron muchos otros prodigios parecidos –aun-

que no vamos a narrarlos todos–, que le cercioraron sobre la nece-sidad de completar el desarrollo de la bodichita si quería alcanzarpronto la Iluminación. Y decidió buscar al maestro más adecuadoque le transmitiera las instrucciones completas.

En aquella época Lama Serlimpa era el más renombrado por susrealizaciones sobre la bodichita, y decidió ir en su busca hastaSer–Ling, “El lugar dorado” –en la actual Indonesia–. Acompañadode mercaderes que conocían la ruta, y de ciento veinte y cinco dis-cípulos suyos, partieron en barco. El viaje duró trece meses.

Cuando llegaron a Ser-Ling se encontraron con numerosos me-ditadores discípulos de Serlimpa y permanecieron junto a ellos, co-mentando y descansando durante catorce días. El gran maestro, que

Page 9: Instrucciones de Atisha

18 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

fue avisado sobre la llegada de un pándit hindú llamado Atisha jun-to con sus discípulos, afirmó:

–Su llegada es muy auspiciosa, ya que se trata de un gran erudi-to. Hagamos, por lo tanto, todos los preparativos para recibirle ade-cuadamente.

Por fin, salieron a su encuentro Lama Serlimpa seguido de qui-nientos noventa y siete monjes, mientras, a su vez, llegaban Atishay los ciento veinticinco monjes que le acompañaban. Todos ellosiban ataviados de monjes, con ropas limpias y perfectas. Eran comoarhats(21). Su paso despertaba fe y admiración entre la gente. Comosi del cielo cayera una suave lluvia de pétalos de flores, aquellos se-res transcurrían a través del “Lugar dorado” en un belleza imposiblede describir. Era un momento muy especial. Atisha llevaba en susmanos un recipiente de cristal precioso lleno de oro, plata, perlas, co-ral y lapizlázuli, que ofreció a Lama Serlimpa cuando se saludaron.El recipiente lleno de tan ricos ofrecimientos significaba que Atishaconseguiría realizar los dos tipos de bodichita: la de la aspiración yla real, es decir, la de aquel que ya está involucrado en la acción.

Durante doce años Atisha recibió de Lama Serlimpa enseñanzassobre la bodichita y otros aspectos del Camino. Recibió las trans-misiones completas sobre los dos linajes(22): las instrucciones que elBuda Maitreya transmitió a Asanga, y Manyusri a Nagaryuna. Rea-lizó completamente la bodichita, a través de los dos métodos: “El decambiarse uno mismo por los demás”, y el “Adiestramiento en lassiete técnicas de causa y efecto”.

–¡Ya eres el Poseedor del Darma! Ahora, lo mejor es que partashacia el norte, hacia el País de las Nieves le dijo su maestro. Y fueasí como Lama Serlimpa profetizó que Atisha expandería el budis-mo en Tíbet.

Antes de partir hacia Tíbet, Atisha volvió hacia el reino de Ma-gadha en India y permaneció todavía en Bodgaya, debatiendo conotras escuelas no budistas, a fin de aclarar y desarrollar algunospuntos de vista budistas que habían sido tergiversados. Luego fueinvitado por el rey Mahabala al templo de Vikramashila, ya que eravalorado como un gran erudito, ecuánime hacia todos. Era recono-cido como el “Poseedor de todas las enseñanzas” de sutra y tantra,como la principal joya de la corona de todos los monjes...

Page 10: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 19

En Tíbet, antes de la llegada de Atisha, las enseñanzas del Buda ha-bían florecido, pero luego degeneraron tras muchas confusiones e in-cluso persecuciones. Ahora volvían de nuevo a resurgir, pero todavíaquedaban muchos obstáculos e interpretaciones erróneas. Algunospracticantes de vinaya(23), por ejemplo, creían que la práctica del tantrano era correcta, y aquellos que seguían el tantra, por el contrario, opi-naban al revés, negando el vinaya como un camino correcto. Ambosentendían como opuestas las prácticas del sutra y del tantra. Todo elloconllevaba múltiples obstáculos para poder desarrollar el darma puro.

En el reino de Guge, en el Tíbet occidental, reinaba Ye-she Ö,que, descontento por la imposibilidad de superar estos obstáculos,decidió invitar a algún erudito indio que consiguiera poner fin a tan-ta confusión. Para ello, en primer lugar, envió a veintiún monjes jó-venes e inteligentes a India, pero debido a las diferencias climáticasy de altitud, murieron todos a excepción de dos. Los que lograronsobrevivir se dedicaron a estudiar sánscrito y el darma, llegando aser grandes eruditos. Se llamaban Rinchen Zangpo y Leshing. Re-gresaron a Tíbet, sin haber conseguido invitar a Atisha a su país.Cuando llegaron ante la presencia de su rey, le informaron:

–En India hay grandes sabios, pero el mejor cualificado para de-sarrollar puramente el darma en tu reino es, sin duda alguna, Atisha.

Con sólo oír su nombre, el rey Ye-she Ö desarrolló una gran fehacia Atisha, y sintió que únicamente él lograría la expansión puradel darma, tal como estaba deseando. Entonces, envió a GyatsonSeng junto con ocho monjes más, cargados de oro y presentes haciaIndia, con el encargo de invitar a Atisha, pero esta expedición tampo-co dio resultado. Ye-she Ö no renunció a su empeño. Continuó tra-tando de hallar los medios para conseguir invitarle y partió él mismoen busca de más oro. En su búsqueda cruzó a la región vecina de Ca-chemira, lo cual fue aprovechado por el rey de Garlog, rival de Gugey opuesto a la difusión del darma, para hacerle su prisionero.

El rey de Garlog dejaría libre a Ye-she Ö a condición de que re-nunciara al darma y a su pretensión de invitar a Atisha a Tíbet. Fueentonces cuando se presentó el sobrino del rey de Guge, Jang Chub Ö,que tenía en gran aprecio a su tío. Intentó persuadir al rey de Gar-log, pero éste le intimidó diciéndole:

–Si deseas liberar a tu rey, no invitéis a Atisha. ¡De no ser así,deberás entregarme el mismo peso en oro como pesa tu rey!

Page 11: Instrucciones de Atisha

20 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

Encontrar tanto oro era sumamente difícil, pero Jang Chub Ö seesforzó hasta conseguirlo y se presentó de nuevo ante el rey de Gar-log, pero éste una vez más le amenazó:

–Está muy bien. Has conseguido reunir una cantidad importantede oro, pero aún es insuficiente. Todavía falta el peso en oro equi-valente a la cabeza de tu rey. Sólo cuando reúnas la cantidad exactaserá libre.

Confuso, Jang Chub Ö no sabía a qué atenerse y solicitó entre-vistarse con su tío en la prisión.

–He hablado con este malvado rey, pero nunca te dejará libre ano ser que desistas en invitar a Atisha. Tú has sido muy bondadosocon tus súbditos y todo cuanto sucede es por razón del karma(24). Talvez yo podría intentar atacarle, pero esto conllevaría guerra, lamuerte de muchos seres y sufrimiento... Acumularíamos tantas ne-gatividades que el resultado sería renacer en los reinos inferiores. Yesto nunca es positivo. A cambio, tal como me exigió –continuó ex-plicándole muy afligido Jang Chub Ö– le he traído tanto oro comopesara tu cuerpo, pero aún no satisfecho, me reclama que traiga eloro equivalente a tu cabeza. Iré en busca de este oro y volveré paraliberarte. Mientras tanto medita en el karma y haz la oración de re-fugio(25) para acumular méritos(26).

Su tío, sonriendo, le respondió:–Como aún eres joven y tan sólo te dedicabas a divertirte, pen-

saba que no serías capaz de realizar este esfuerzo para conseguirtanto oro. De hecho, has demostrado que también eres capaz de ac-tuar de manera correcta. Ahora ya estoy satisfecho y tranquilo, puesaunque yo muera sé que tú lograrás continuar mi trabajo. Antes mepreocupaba morir sin que el darma puro hubiese florecido de nue-vo en Tíbet. Pero he descubierto que tú podrás continuar mi deseo.Yo ya soy mayor –continuó diciéndole Ye-she Ö, lleno de entu-siasmo– y aun suponiendo que siga viviendo no me quedarían másde diez años de vida. ¿Vale la pena dar tanto oro? Hemos muertoincontables veces en otras vidas sin ser de beneficio para el darma.Dar este oro no sería correcto, más bien una vergüenza. Si ahoramuero por la difusión del darma, es algo de lo que jamás tendré quearrepentirme.

Jang Chub Ö sintió una gran devoción por su rey, mientras escu-chaba su debilitada voz. También su cuerpo le inspiró ternura dada

Page 12: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 21

su fragilidad, pero lo que más admiró fue comprobar cómo seguíamotivado sólo por el beneficio de todos los seres a través de la prác-tica del darma.

–Conseguir el oro que te pide es muy costoso. O sea, que no leentregues ni un gramo más –prosiguió el rey Ye-she Ö. Es preferi-ble que lleves a India todo el oro que ahora posees y se lo entreguesal pándit Atisha, invitándole para que vaya a Tíbet.

–Así lo haré, si es tu deseo –aceptó el joven Jang Chub Ö.–Cuando consigas hablar con Atisha ofrécele todo el oro y tras-

mítele este mensaje: Que yo para poder desarrollar el darma e invi-tarle a Tíbet voy a entregar mi vida. Que sienta compasión por mí yme bendiga para que pueda encontrarle en la vida futura. Por favor,parte y haz cuanto te he dicho. No te preocupes más por mí, ya quegracias a mi muerte el darma florecerá de nuevo.

A Jang Chub Ö le costaba separarse de su tío, por el que sentíamucho cariño, pero por fin dicidió llevar a cabo cuanto le había pe-dido. Regresó a Tíbet y se dedicó a buscar al monje más idóneo pa-ra que se trasladara a India. Realizó un mo(27), que investigó cuida-dosamente, en el que aparecía como más adecuado para tal tarea untraductor de Nag-So llamado Tsultrim Gyelwa. Jang Chub Ö lemandó llamar y, ofreciéndole su propio cojín, el lugar principal, sesentó a su lado diciéndole:

–Tú eres un gran erudito y posees grandes cualidades. En el pa-sado, muchos reyes trajeron el budismo a Tíbet, pero ahora el cono-cimiento y la práctica de las enseñanzas del Buda han degenerado.Nuestros sabios de antaño ya no existen y siento mucha tristeza. Mirey y yo hemos hecho grandes esfuerzos para conseguir enviar di-versas comitivas a India, cargadas de oro, con el propósito de invi-tar al gran sabio Atisha, aunque desgraciadamente ninguna de estasexpediciones ha dado resultado. Algunos murieron, otros perdieronel oro u otros obstáculos aparecieron y nunca conseguimos queAtisha viniera. Incluso el propio rey, con su mente siempre deseosade ayudar a los demás seres a través del darma, partió en busca demás oro para ofrecérselo, pero fue hecho prisionero y ha consentidoofrecer su vida antes que renunciar a dicho propósito.

El traductor permanecía en silencio mientras le escuchaba.–No obstante, he conseguido reunir todo el oro necesario para

poder hacerle un nuevo ofrecimiento ¿Podrías tú acaso ser el que

Page 13: Instrucciones de Atisha

22 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

buscara a Atisha, ofrecerle el oro, y lograr que accediera a los deseosde nuestro rey? –le rogó Jang Chub Ö. El traductor, viendo la penaque afligía a aquel joven, sintió una gran compasión hacia él, aun-que seguía permaneciendo en silencio.

–Cuando le invites –prosiguió Jang Chub Ö, con los ojos llenosde lágrimas– has de explicarle que incluso obtener un poquito deoro es muy difícil, pero que hemos logrado reunir una gran cantidad,que humildemente queremos ofrecérsela, ya que le consideramoscomo el más preciado objeto de refugio. Y además dile: si en ver-dad tu corazón es compasivo debes aceptar nuestra invitación. ¡Sino aceptara, creo que incluso yo mismo, a partir de aquel momento,no debería nunca más forzarle a ello! –acabó suplicando Jang ChubÖ, que no pudo soportar más su dolor y derramaba intensamente lá-grimas que humedecían sus vestimentas.

El traductor Tsultrim Gyelwa, comprendiendo su dolor tambiénlloró, y un pensamiento compasivo llenó su mente: “Sus palabrasson ciertas y su esfuerzo ha sido grande. Verdaderamente han sufri-do muchas dificultades, mientras que nosotros hemos permanecidopasivos, cómodamente. Así es que no puedo negarme a lo que mepide y debo aceptarlo aunque incluso me cueste la vida”.

Tsultrim Gyelwa partió hacia India acompañado de seis monjesmás, sabiendo que ya antes otras comitivas también partieron con elmismo objetivo, y habían muerto o fracasado.

–No pierdas el entusiasmo; con él superarás cualquier desfalle-cimiento. Cumple tu cometido. Suplica una y otra vez a Atisha.Cuando regreses, yo sabré recompensar tu bondad –le despidió JangChub Ö, lleno de agradecimiento.

Marcharon hacia el sur, cruzando los inmensos valles entre lasaltas montañas siempre nevadas, hasta llegar a la frontera de Nepal.Allí, de repente, se encontraron con un hombre que les profetizó:

–Vosotros venís de muy lejos intentando alcanzar un elevadopropósito. ¡Sabed que conseguiréis lo que deseáis! Durante el cami-no tomad refugio y postraos ante la Tres Joyas. Rezad para que eldarma puro regrese y se expanda por todo Tíbet. Si así lo hacéis, na-da obstaculizará vuestro camino.

Sorprendidos le preguntaron:–¿Quién eres tú? –Lo sabréis a su debido tiempo –les respondió aquel hombre,

Page 14: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 23

que en realidad sería el principal discípulo de Atisha, Lama DromTonpa, una manifestación del Buda de la Compasión.

Al atardecer llegaron al monasterio de Vikramashila, donde es-tudiaba Gyatson Seng, uno de los monjes tibetanos sobrevivientesde cuantos habían ido anteriormente a India en busca de Atisha. Laspuertas del recinto ya estaban cerradas, pero su compatriota perci-bió su llegada y desde arriba de los enormes muros, oyendo su con-versación en tibetano, les gritó:

–Vosotros sois tibetanos. ¿De dónde venís?–Venimos de Na-Rig Tone –le contestaron esperanzados.Rápidamente, les envió un niño para abrirles las puertas y con-

ducirles hasta su habitación.–Tened confianza, pues el que os llamó es el mejor compañero.

Aquí podéis dormir tranquilos. Yo guardaré todos vuestros equipa-jes –les habló aquel niño de una forma nada habitual. Notaron queno era un niño común. Todo iba saliendo mejor de lo que esperaban,sintieron mucha seguridad y se quedaron dormidos después del ago-tador viaje.

De madrugada, cuando se abrieron las puertas del monasterio deVikramashila, llegó un joven nómada tibetano que les preguntó:

–¿Ha ido todo bien durante el camino?–Venimos de Na-Rig Tone y no hemos hallado ningún obstácu-

lo. ¿Tú quién eres? ¿ Adónde vas? –le respondieron reconfortadosde oír su misma lengua.

–Soy tibetano y vuelvo a Tíbet. Como sabéis, nosotros los tibe-tanos tenemos la costumbre de hablar francamente y no ocultarnosnada. No obstante algunos asuntos de gran importancia es preferiblemantenerlos en secreto –les aconsejó misteriosamente el joven nó-mada. Luego les indicó cómo llegar hasta la vivienda del monje ti-betano Gyatson Seng.

Siguieron una calle donde se encontraron con un anciano que,apoyado en su bastón, les preguntó:

–¿De dónde venís y qué buscáis?–Venimos de Tíbet para invitar al gran Atisha.Aquel hombre, en apariencia mayor, no era un ser ordinario y

disgustado por su falta de discreción, les aconsejó:–¿Ya habéis olvidado lo que os ha dicho el joven nómada, sobre

la conveniencia de guardar en secreto los asuntos de importancia?

Page 15: Instrucciones de Atisha

24 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

Fijaos que al primer desconocido que halláis, ya le habéis descu-bierto vuestro cometido. Si seguís así, dad por seguro que no con-seguiréis vuestros propósitos. ¡Guardad siempre silencio y sólo re-veladlo ante el propio Atisha! Ahora, seguidme, yo os conduciréhasta la casa que buscáis.

Le seguían, andando muy rápido, reflexionando en lo que les ha-bía aconsejado, pero no conseguían casi alcanzarle, a pesar de queaquel “viejo” parecía andar muy despacio apoyado en su bastón...Lo cual comentaron muy sorprendidos a Gyatson Seng, una vez ensu casa.

–Me alegro de reencontrarte, Tsultrim Gyelwa, el Traductor. Túfuistes mi discípulo en Tíbet, aunque al principio no te había reco-nocido –le saludó emocionado una vez se presentaron–. Escuchad-me con atención: no debéis decir nada a nadie sobre el verdaderopropósito de vuestro viaje. Si os preguntan, responded simplementeque habéis venido a estudiar a Nalanda.

–¿Por qué también tú nos aconsejas lo mismo? –Si llegara a los oídos del poderoso abad Ratna Akara, os crea-

ría multitud de obstáculos, ya que es él quien puede conceder o noel permiso a Atisha para trasladarse. Por lo tanto, nadie debe saberque pretendéis invitarle –les aclaró–. Ahora vayamos ante el abad.Ofrecedle un poco de oro, esto le satisfacerá. Pedidle que, por favor,os permita quedaros temporalmente en su monasterio para estudiar.

El abad, una vez recibida la ofrenda, quedó muy satisfecho y dejóentrever que le parecía más adecuado venir a estudiar a las fuentes,que no llevarse a Atisha a Tíbet, ya que eso perjudicaría seriamente ala India, cuya principal fuente del darma era el propio Atisha.

Pero, por fin, llegó un día en que Tsultrim Gyelwa, el Traductor,pudo entrevistarse con Atisha. Muy discretamente, Gyatson Sengaprovechó la ocasión en que no había nadie con el gran pándit paraconducirlo hasta su habitación.

Tsultrim Gyelwa le ofreció con íntima devoción un mandala(28)

lleno de oro, y le narró todo cuanto había sucedido. Le transmitió elencarecido mensaje de su rey, que ya había ofrecido a cambio su vi-da, y de Jang Chub Ö, que tanto se había esforzado para conseguirinvitarle, y concluyó rogándole:

–¡Oh, gran Atisha, ten compasión del pueblo tibetano! ¡Por fa-vor, no rechacéis nuestra invitación!

Page 16: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 25

–Vuestro rey era un bodisatva(29) al igual que algunos de sus an-tecesores. Sin la acción de estos bodisatvas nunca se hubiera podi-do desarrollar el darma en vuestras tierras. Ahora desean que yo metraslade allí, y yo no puedo negarme a la petición de un bodisatva.Siento compasión por vosotros los tibetanos, pero ya soy demasia-do mayor y tengo además muchas responsabilidades adquiridas enel monasterio –les respondió Atisha mostrándoles la gran cantidadde llaves que llevaba colgadas de su cinturón–. De todas formas, in-tentaré hacer todo lo posible. De momento, guardad el oro y salid.Yo investigaré hasta averiguar qué es lo más beneficioso.

Mientras ellos esperaban fuera, Atisha consultó a Tara y Chenre-sig(30) que le advirtieron:

–Si vas a Tíbet será muy beneficioso para todos los seres, peroespecialmente lo será para un practicante upasika(31) llamado DromTonpa. No obstante, es posible que tu vida sea más corta.

–¿Cuánto más corta? –preguntó Atisha.–Si no vas a Tíbet vivirás hasta los noventa y dos años. Si vas vi-

virás veinte años menos, tan sólo hasta los setenta y dos años.Atisha al descubrir esta revelación pensó que vivir menos no im-

portaba demasiado, si con ello su vida podía ser de mayor beneficio.Sin embargo, pronto se percató de que su partida no sería del agra-do del abad, ni de los monjes y benefactores del monasterio. Por ellodecidió que sería preferible informar, al principio, que iba a partir deperegrinación a los lugares sagrados de India. Y así lo hizo. Visitódichos lugares y mientras tanto envió a Tíbet una estatua muy espe-cial de Buda y textos sagrados, a través de un mercader que en rea-lidad era una manifestación de Drom Tonpa. Regresó a su monaste-rio y pidió de nuevo autorización a su abad para continuar visitan-do los lugares de peregrinación, pero esta vez en Nepal y Tíbet. Elabad intuyó las intenciones de Atisha y le dijo:

–Sé cuánto te agradaría visitar Tíbet. Además, los tibetanossiempre han insistido en invitarte. Voy a concederte el permiso queme solicitas, pero con una condición: debes volver dentro de tresaños.

¡Por fin los tibetanos habían conseguido su estimado propósito!Sobre la obligatoriedad de su regreso, el abad responsabilizó a Tsul-trim Gyelwa, el Traductor, al que exigió a adquirir dicho compromiso.

Se pusieron en camino hacia Nepal y Tíbet, donde le esperaba

Page 17: Instrucciones de Atisha

26 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

para recibirle Jang Chub Ö, acompañado de trescientos jinetes.Cuando vieron que Atisha se acercaba, desarrollaron una inmensa fehacia él y una paz mental les envolvió. Jang Chub Ö se postró anteAtisha y le transmitió las súplicas y deseos de su difunto tío el rey,a quien había sucedido en el trono. Le explicó, también, la difícil si-tuación y las terribles confusiones que sufría su país con respecto alas prácticas de sutra y tantra, añadiendo:

–Oh, Atisha tú que posees gran compasión y sabiduría, conside-ra la situación en que nos hallamos. Por el momento no nos des en-señanzas muy sútiles o profundas. Enséñanos los principios básicossobre la Ley de Causa y Efecto (ver nota 24) y, por favor, especial-mente enséñanos de forma abreviada la esencia de todas las ense-ñanzas del Buda, según tu experiencia, para que sea de beneficio atodos los tibetanos y podamos seguir sin dificultad la práctica.

Jang Chub Ö continuó haciéndole muchas preguntas: si era ne-cesario para tomar los votos de bodisatva haber tomado los votospraktimosa(32) o no, y tantas otras...

Atisha se sentía feliz ante sus preguntas y las iba respondiendouna a una, con gran claridad y sencillez. Finalmente, ante las súpli-cas de su discípulo el rey, Atisha compuso el texto titulado “UnaLuz en el Camino” (Ediciones Dharma, 1999), que sirvió para irclarificando todas las dudas y confusiones que tenían los tibetanossobre la práctica. Dicho texto es considerado como la esencia de to-das las enseñanzas mostradas por el Buda.

Atisha permaneció tres años en Na-Rig Tone, situado en TíbetOccidental, pasados los cuales Tsultrim Gyelwa, el Traductor, debíacumplir su promesa de acompañarle otra vez hasta el monasterio deNalanda en India.

Durante el viaje de regreso, ya cerca de la frontera con Nepal,Atisha le comentó:

–Recuerdo que cuando consulté a Tara, me dijo que sería muybeneficioso que me trasladara a Tíbet, especialmente para un prac-ticante upasika, pero éste todavía no ha aparecido. Es extraño, puesTara siempre dice la verdad.

Curiosamente, a los pocos días llegaría el practicante upasika,Drom Tonpa, a visitarle.

–Por favor, preparad comida para un practicante upasika que pron-to se presentará aquí –dijo Atisha a la familia donde se hospedaban.

Page 18: Instrucciones de Atisha

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim 27

Con su clarividencia, Atisha había percibido que la llegada delDrom Tonpa era muy próxima y se alegró. Salió en su busca ycuando se encontraron por primera vez, Atisha colocó su mano de-recha sobre la cabeza de Drom Tonpa recitando unas oracionesauspiciosas en sánscrito. Luego le acompañó hasta la casa y leofreció comida.

Continuaron su camino de vuelta hacia India, pero Drom Tonpainsistía en que no regresara y se quedara en Tíbet. Tsultrim Gyelwa,en cambio, debía cumplir su promesa y presionaba en sentido con-trario. La situación era bastante comprometida. Además, a medidaque se acercaban a la frontera el peligro aumentaba, debido a unaguerra que asolaba Nepal. No era prudente continuar el viaje. Tsul-trim Gyelwa empezó a preocuparse cada vez más ya que su com-promiso, con el abad de Nalanda, de que Atisha regresaría antes detres años ¡ya había transcurrido!

–No debes preocuparte pues no se trata de un problema que po-damos solucionar. Además no depende de nosotros, y por lo tantono rompes ningún compromiso si de momento no logramos volver–le tranquilizó Atisha.

El Traductor, satisfecho por aquel consejo, le pidió entonces queregresaran al interior de Tíbet. Atisha accedió, pero quiso que escri-biera una carta al abad donde le explicara todo cuanto acontecía yque, acabada la guerra, emprendería de nuevo el regreso. Tambiénexpuso que le suplicara le permitiese seguir residiendo más tiempoen Tíbet. Tsultrim Gyelwa así lo hizo, y junto con la carta envió alabad el texto “Una Luz en el Camino”, compuesto por Atisha.

La carta llegó hasta el abad, que al leer el texto quedó gratamen-te sorprendido. Mostrándolo a los eruditos hindúes, les informó:

–Atisha ha resumido la esencia de todas las enseñanzas del Budaen este breve y valiosísimo texto, que me ha mandado desde Tíbet.

–Si se hubiera quedado en India, ciertamente no lo hubiera com-puesto –replicaron los eruditos–. Aquí en India nuestro nivel es muyalto, pero los tibetanos precisaban de esta explicación más clara yconcisa. El gran Atisha se vio obligado a ello, pero en realidad po-seer este breve compendio será de gran beneficio, no sólo para lostibetanos, sino para todos los seres.

–Por lo que veo, todos valoráis positivamente la estancia deAtisha en aquel país –continuó el abad–. Asimismo, el propio Atisha

Page 19: Instrucciones de Atisha

28 Instrucciones de Atisha y los Gueshes Kadampas

también me comunica su deseo de continuar allí. Hay grandes be-neficios en ello...

El abad, convencido finalmente de que Atisha siguiera en Tíbet,mandó escribirle una carta concediéndole su permiso. A cambio de-bería enviarle un comentario más detallado sobre el texto “Una Luzen el Camino”. ¡Esta decisión del abad cambiaría positivamente eldestino espiritual de Tíbet!

Cuando Tsultrim Gyelwa recibió la carta del abad de Nalanda,exclamó:

–¡Hoy me he liberado de una carga tan pesada como una montaña!Mientras Atisha y todos sus acompañantes se trasladaban al cen-

tro de Tíbet, Drom Tonpa había mandado mensajes a los maestrostibetanos para que supieran de su regreso y prepararan una acogidaauspiciosa. Así lo hicieron y siguiendo la costumbre tibetana salierona recibirle con la cabeza cubierta con los curiosos sombreros tibeta-nos, montados sobre caballos cuidadosamente enjaezados. Atisha,cuando los divisó, exclamó en broma:

–Se acercan espíritus tibetanos –y también cubrió su cabeza.Cuando se encontraron, los tibetanos desmontaron de sus caba-

llos, se quitaron las ropas de abrigo y los sombreros, y se vistieron,puesto que todos ellos eran monjes, con mantos amarillos. Atisha sesintió muy feliz con este bello recibimiento.

Y el gran sabio Atisha permaneció en Tíbet durante diecisieteaños (1035-1052), donde murió a la edad de setenta y dos años. Im-partió muchas enseñanzas de gran beneficio para todos los seres,consiguiendo desarrollar el darma puro al eliminar los errores en lapráctica y las confusiones existentes.

Page 20: Instrucciones de Atisha

ISBN: 84-86615-78-X

9 788486 615789

“Estas enseñanzas, recordadsiempre que no son algo paracomprender simplemente a nivelintelectual sino para poner enpráctica día a día. Si hacéis así,vuestra vida será muy valiosay feliz”.

Lama Gueshe Lobsang Tsultrim

Tíbet, año 1000. Durante un largo periodo detiempo, Tíbet había sufrido diversas guerras fraticidasque lo sumieron en un espantoso caos: persecuciones,destrucciones de monasterios… Todo ello originó mu-cha confusión y, lamentablemente, la degeneracióndel darma. Fue entonces cuando Ye-she Ö, un rey deTíbet, invitó a Atisha, el maestro budista de aquelmomento más venerado en India, a que se trasladaraa Tíbet para que volviera a propagar el darma puro,libre de errores. Tras muchas dificultades, el gran ma-estro hindú, aceptó el ofrecimiento, si con ello –talcomo se narra en el libro– su vida era de mayor be-neficio. Y fue así como “la Rueda del Darma giró porsegunda vez” en el país de las nieves eternas.

Las instrucciones que dio Atisha, a partir de pre-guntas y respuestas concernientes a la comprensión ypráctica correctas del budismo, así como las que tam-bién transmitieron el discípulo principal Drom yotros gueshes kadampas, fueron reunidas y escritasposteriormente por el gueshe kadampa Tsun-ba-je-gom, en el texto raíz que, tras una transmisión ininte-rrumpida de maestros, llega ahora hasta nosotros conel comentario del venerable lama kadampa GuesheLobsang Tsultrim –del cual se incluye una breve bio-grafía en esta publicación.

Aunque el texto fue escrito inicialmente paramonjes, el profundo conocimiento del comporta-miento humano, junto con la contemporanización quele confiere el autor lo convierten en un texto de unaactualidad asombrosa, fuente también de inspiracióny meditación para laicos del mundo de hoy.

Las instrucciones kadampas contienen la esenciade las enseñanzas de Buda y se caracterizan por suforma inmediata y directa de transmitir el darma.