Intensificación Febrero-Marzo 2021 POLÍTICA Y CIUDADANIA
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Intensificación
Febrero-Marzo 2021
POLÍTICA Y CIUDADANIA
TRABAJO
INTEGRADOR DE
CONTENIDOS
PRIORITARIOS
TEMA 1: La Participación Política de los y las
jóvenes en la Vida Democrática
Contenidos a abordar: La participación ciudadana en proyectos socio comunitarios y
campañas de bien público. La intervención política del
ciudadano. Acciones de incidencia.
Funciones y características de los diferentes Estados.
Sujetos de derecho. Derechos y responsabilidades en el
marco del Estado Nación: ciudadanía. Vulneración y violación
de derechos. Mecanismos de exigibilidad.
• ¿Se puede pensar la democracia sin participación política real de la
ciudadanía?
• ¿Cuál es la participación de los y las jóvenes?
• ¿Hay interés en la juventud por participar activamente en lo que los
rodea?
• ¿Son escuchados por quiénes ejercen el gobierno y el poder?
• ¿Qué puede hacerse en la escuela para fomentar la participación?
• ¿Cómo pueden participar desde sus posiciones actuales?
• ¿Se producen los mismos espacios para la participación en los
diferentes Estados y gobiernos, por qué?
• ¿Cuáles son las condiciones que favorecen la participación y cuáles las
que las dificultan?
• ¿Cómo se forman las opiniones de los y las jóvenes?
• ¿Los jóvenes actúan de manera responsable?
• ¿Cuáles son los temas que preocupan o los principales problemas de
la juventud y adolescencia argentina de hoy?
Política y Ciudadanía,
Ed Maipue, 1°Edición, 2011
Pág.12
Algunos elementos de la política:
comunidad, diferencias, consenso y coerción
La primera idea que podemos mencionar respecto de qué es la política refiere entonces
a las diferencias de opiniones o intereses que tienen los distintos tipos de ciudadanos
(pobres y ricos, más y menos educados, de una ideología y de otra) que comparten la
vida en una comunidad o sociedad. La segunda refiere a la manera en que se resuelven
esas diferencias. En pocas palabras, existen dos formas de resolverlas: el consenso
(acuerdo) y la coerción (la fuerza, la violencia). Algunos autores creen que lo más
importante en la política es el consenso, es decir, llegar a un acuerdo. Generalmente,
creen que existe un bien común por encima de las opiniones y los intereses de cada
uno, y tienden a pensar que la cuestión es cómo lograr que los ciudadanos se entiendan
y cedan en sus posiciones para lograr algo que sería mejor para el conjunto. De allí
surgiría un acuerdo en el que se basarían las leyes que luego todos deberían cumplir.
La violencia o “coerción” sólo existiría aquí para obligar a quienes, por opinión o interés
personal, no cumplan las leyes. Por otra parte, están quienes creen que esta idea de
bien común generalmente beneficia a unos y perjudica a otros, y que en el fondo existirá
siempre una lucha entre personas con ideas, intereses y posiciones sociales distintas
(especialmente entre los que tienen más poder, y generalmente son menos, y los que
tienen menos poder, y generalmente son más), para dominar unos a otros.
Podemos identificar cuatro elementos centrales para entender qué es la política:
1. La comunidad o sociedad. Para que haya política deben existir personas que
comparten, voluntariamente o no, parte de su vida. Puede ser porque vivan en el
mismo territorio, porque deban trabajar juntos, porque provengan de una misma cultura
o porque compartan un proyecto.
2. Las diferencias. Existe política porque existen las diferencias. Si todos pensáramos
igual y tuviéramos los mismos intereses, no habría mucho acerca de qué discutir. Pero
como las personas somos distintas y a veces pensamos y queremos cosas distintas,
existe la política como forma de saldar estas diferencias y seguir compartiendo la vida
en común a pesar de ellas.
3. El consenso. Para que haya política debe existir, al menos ideal o potencialmente,
la posibilidad de ponernos de acuerdo. Si no pudiésemos entendernos porque
hablamos idiomas distintos o porque nos odiamos, no quedaría otra opción que la
separación o la violencia. Para que exista política tiene que existir al menos la promesa
y la intención de llegar a algún tipo de solución en la que todos, o la mayoría, estemos
de acuerdo.
4. La coerción. La política no es sólo una acción dirigida a que las personas nos
pongamos de acuerdo. No todo es armónico y voluntario. Siempre existen diferencias
de poder, porque algunos son más que otros o porque otros son más fuertes que estos.
Cuando dos o más grupos debaten sobre algo en común, existe coerción
(generalmente en forma latente, es decir, como posibilidad o amenaza) antes, durante
y después del debate. Los debates no son siempre formas de entendimiento entre
personas exactamente iguales, todos tienen algún poder, alguna asimetría a su favor,
que el otro no controla, aunque sea el de no obedecer a la decisión de los otros. La
política siempre implica la amenaza latente del uso de la violencia para que unos hagan
lo que otros dicen, aun sin estar de acuerdo.
Conceptos y definiciones
EL ESTADO
El Estado es una forma de organización histórica que tiene el derecho exclusivo al uso
de la fuerza dentro de un territorio y sobre una población concreta, e incluye,
generalmente, un conjunto de normas que regulan su actividad y es reconocido por
otros Estados del mundo.
Atributos del Estado Los requisitos para que exista un Estado son los siguientes:
Un territorio dentro del cual el Estado ejerce su dominio. Si no existe un territorio
específico donde una organización pueda ejercer su dominio, no se habla de Estado,
sino de organización social, política, étnica o de otro tipo.
Una población sobre la cual se ejerce el dominio. El dominio del Estado incluye a
todas las personas que habitan su territorio.
El uso de la fuerza en un territorio. El Estado debe tener la capacidad de imponer
sus normas y decisiones mediante la fuerza si es necesario. Pueden existir grupos que
resistan estas normas o decisiones, y si el Estado no tiene capacidad de imponerse
sobre ellos, se encuentra limitado.
El monopolio fiscal dentro de ese territorio. Para que un Estado funcione debe
controlar sus propios recursos económicos. Para eso dispone de impuestos y rentas y
regula su propia economía.
Una organización que lleve a cabo el cumplimiento de las normas y directivas
del Estado. En los Estados modernos, esta organización es la burocracia estatal.
Un ordenamiento normativo que regule a la sociedad y al propio Estado.
Generalmente, el dominio del Estado sobre una población y un territorio está regulado
por normas.
Soberanía y reconocimiento de los otros Estados. El Estado es también una
institución que es reconocida por el resto de los Estados, países y naciones como
aquella que tiene el dominio de un territorio. Este reconocimiento implica que los otros
Estados renuncian a que sus normas se apliquen en el territorio que pertenece a otro
Estado. Así, los Estados se legitiman mutuamente por el reconocimiento de unos hacia
otros.
Diferencias entre Estado y gobierno Un Estado es la organización que regula la vida dentro de un territorio. Ahora bien, esta
organización incluye distintas instituciones, y sus miembros pueden ir cambiando con el
tiempo. Se habla entonces de gobierno como el conjunto de autoridades que dirigen y
controlan el Estado en un momento dado. El Estado es algo más permanente que el
gobierno, continúa aunque cambien las personas y las normas que lo regulan. Cuando
cambia el grupo de personas que dirige un Estado, se dice que cambia el gobierno.
El ESTADO DE DERECHO
Características
El Estado de derecho es aquel que desde sus fundamentos respeta los derechos
fundamentales y los resguarda en una Constitución, que se asienta en el principio de la
división de poderes para evitar el abuso del gobernante. Los gobiernos deben actuar
acatándola. Es decir que el principio de autoridad, en un Estado de derecho, es la
Constitución; el poder ejecutivo tiene el liderazgo del gobierno, le da la orientación
política general, pero se debe atener a las bases constitucionales.
Se entiende tradicionalmente por “derechos fundamentales” a los derechos civiles y
políticos consagrados a fines del siglo XVIII, que tutelan la libertad personal, política y
económica contra la intervención arbitraria del Estado. Sin embargo, también son
derechos fundamentales los del Estado social, en el que la mayoría de la población
pugna por participar en el poder político y en la distribución de la riqueza social
producida. Para lograr estos derechos, el Estado debe intervenir con políticas públicas.
En el Estado de derecho, la Constitución debe ser elaborada por medio de los
representantes del pueblo y modificada según los pasos legales que lo permiten, si la
mayoría está de acuerdo. Los gobernantes acceden al poder mediante el sufragio
popular y su gobierno dura un período predeterminado de tiempo. Las leyes se hacen en
el Congreso, votadas por los representantes del pueblo. El Estado de derecho debe
garantizar la participación.
Nuestro Estado de derecho adopta la forma
republicana
República: proviene del latín res publica, que significa “cosa pública” o de interés
común. Según los criterios actuales, para que una forma de gobierno pueda ser
considerada republicana, tiene que tener las siguientes características:
Periodicidad de mandatos:
los gobernantes no pueden estar indefinidamente en el gobierno: deben
atenerse a cumplir un período fijado por la Constitución o las leyes vigentes.
Soberanía popular:
los ciudadanos son los que tienen el poder de decisión a través del voto. Éste
es el modo de elegir a sus representantes, o de participar en
decisiones mediante consultas populares o referéndums.
División de poderes o de funciones: a fin de evitar abusos por parte de las
autoridades, el poder debe estar repartido entre distintos organismos, que ejercen
diferentes funciones: el Poder Legislativo (elabora las leyes), el Poder Ejecutivo
(administra el Estado y hace cumplir las leyes) y el Poder Judicial (aplica las leyes para resolver conflictos y castiga su falta
de cumplimiento).
Responsabilidad de los funcionarios: los mandatarios deben cumplir con su tarea, porque son responsables de sus
actos; a fin de controlarlos existen instituciones como el juicio político
(ejercido por el Congreso), el Ministerio Público, la Auditoría General de la Nación
y el Defensor del Pueblo.
Publicidad de los actos de gobierno: el pueblo debe conocer qué está
haciendo el gobierno, a fin de controlarlo; por eso es fundamental que se den a publicidad sus actos por medio de la prensa oficial (el Boletín Oficial o los
Diarios de Sesiones del Congreso) o la prensa común, independiente del
gobierno.
La Constitución como instrumento jurídico. La Constitución es la ley fundamental y suprema en la que se basa el ordenamiento
jurídico de un Estado. Es fundamental porque es la pieza inicial sobre la que se
diagrama un Estado, su distribución jurídica territorial, los órganos de gobierno y su
interdependencia, el tipo de Estado y la forma de gobierno. Ordena la relación de dicho
Estado con otros y con los organismos internacionales, y fundamentalmente pone límites
a los poderes constituidos en resguardo de los ciudadanos del país. Es ley suprema
porque es el instrumento jurídico que se tiene que tomar como fuente de validez en todo
el sistema normativo de un Estado: todas las restantes leyes, decretos, resoluciones y
reglas básicas de tipo procedimental son consideradas de jerarquía inferior y deben
subordinarse a ella.
División de Poderes (o Funciones) Según nuestra Constitución las funciones que tiene el gobierno son tres: la legislativa,
que supone el establecimiento de leyes o normas generales; la jurisdiccional o judicial,
por medio de la cual resuelve conflictos entre personas, instituciones e incluso poderes
aplicando las leyes; y la administrativa o ejecutiva, que es la que le permite reglamentar
la ley sin alterar su espíritu y llevar adelante los actos de gobierno, ejerciendo el poder
de policía que vela por el cumplimiento de las normas.
A fin de evitar abusos de poder, estas funciones se distribuyen en tres ramas: el poder
legislativo, el poder Ejecutivo y el poder Judicial. La separación de funciones se lleva a
cabo en los tres ámbitos: nacional o federal, provincial y municipal.
Poder Ejecutivo
Formado por el Presidente, en su
ausencia el vicepresidente, y el
Gabinete de Ministros
Es elegido por voto directo cada 4 años
pudiendo ser reelecto 1 sola vez sin mandato
intermedio
Poder Legislativo
Formado por el Congreso Nacional, compuesto por la
cámara de Diputados (representantes del
pueblo) y de Senadores representantes de las
Provincias)
Elegidos por el voto directo cada dos años. Los diputados duran 4
años en su función y los senadores 6.
Poder Judicial
Formado por la Corte Suprema de la Nación y los Tribunales Inferiores (De Primera Instancia,
Cámaras de Apelaciones, Juzgados
Federales, Etc)
Los miembros de la Corte son elegidos por el
Presidente/a con acuerdo del Senado.
Todos los y las jueces/zas duran en sus
funciones mientras conserven buena
conducta
La Democracia
CIUDADANÍA y MEDIOS MASIVOS DE
COMUNICACIÓN opinión pública y grupos de opinión
La opinión pública es una fuerza política de mucho peso a la hora de decisiones en los
gobiernos democráticos. Tiene relación directa con la captación, conservación o pérdida del
poder. Para tenerla a su favor, los gobiernos y los distintos partidos políticos tratan de
manipularla a través de los medios masivos de comunicación y de la propaganda en todo
terreno. La manipulación es posible en muchos casos porque si bien la opinión pública es una
fuerza política colectiva y consciente, es también difusa y no organizada. Para que exista
opinión pública sobre un tema, éste tiene que tener cierto grado de importancia para la gente
(sobre un problema que suscite indiferencia no hay opinión) y, sobre todo, información. Por ello
juegan un papel tan importante en su formación los medios masivos de comunicación.
Además, la opinión pública es voluble, varía según las circunstancias o los datos aportados;
para medirla se realizan encuestas de opinión en distintos momentos. Opinión significa un punto
de vista sobre algo, un parecer, una idea o a veces un juicio formulados por el entendimiento
con sujeción a un criterio de valor. Algunos dicen que es pública cuando es el “pueblo” el que
opina.
las presiones sobre el poder El poder legal está ejercido por nuestros gobernantes, que, ante todo, son personas. Como
tales, están sujetos a numerosas presiones, que normalmente influyen en sus decisiones, y a
veces las determinan directamente. Según el pronunciamiento judicial de la jueza argentina
Gladys Álvarez (citado por el jurista Carlos Ghersi): “El fenómeno de la presión política no es
malo o ilícito en sí mismo, siempre que no lo sean el fin perseguido y los métodos usados. Las
presiones sociales pueden ser valoradas neutralmente como una forma de participación no
necesariamente nociva o inmoral”. Es decir que hay que analizar para qué se ejercen las
presiones (si son con miras al bien común o no) y cómo se llevan a cabo, a fin de decir si son
perjudiciales o positivas para la democracia. Esas presiones pueden ser ejercidas por sujetos
individuales (ubicados dentro o fuera del gobierno); por las mismas instituciones de gobierno
(por ejemplo, presiones del Poder Ejecutivo al Poder Judicial); por grupos multitudinarios de
formación espontánea y por consiguiente inorgánica (como los que llevaron adelante el “17 de
octubre de 1945” o el “Cordobazo”), o por grupos orgánicos permanentes (como los sindicatos,
asociaciones empresariales, la Iglesia, las fuerzas armadas, etcétera). Dentro de estos últimos
grupos, cada vez toman mayor importancia las organizaciones no gubernamentales (ONG), que
pueden ser internacionales, como Greenpeace, que se mueve en todo el mundo, o nacionales,
como la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) y tantas otras.
Los métodos empleados por los presionantes varían muchísimo: pueden ser totalmente legales,
actuar ejerciendo algunas contravenciones, tener aspectos mixtos, o ser directamente ilegales.
La persuasión, a fin de convencer a la autoridad por medio del razonamiento de que lo más
justo o lo más conveniente que puede hacer es dar cabida a las propuestas del presionante, es
la forma más “respetable” de presión. Las amenazas o el chantaje (aunque expresados en
forma velada) son muchas veces moneda corriente, ya sea entre connacionales como desde
gobiernos extranjeros (por ejemplo, la amenaza de bloqueo económico si no se paga la deuda
externa). El dinero genera compromisos, por lo que constituye otro método común (ya sea
entregado legalmente, por ejemplo como aportes para campañas políticas, o ilegalmente, en
forma de coimas o corrupción). El sabotaje a la acción gubernamental puede tener distintos
visos: negativa a cooperar con los poderes públicos, generar versiones de devaluación para
desestabilizar económicamente, negativa a pagar los impuestos o gran evasión impositiva, etc.
La acción directa tiende a medir las fuerzas de los presionantes con el gobierno (por medio de
movilizaciones masivas, huelgas generales, boicot empresarial, etc.) y por medio de ella puede
llegar a mostrarse una imagen de descontento generalizado que repercuta en el exterior, por lo
que los gobiernos tienden a ser sensibles ante este tipo de presiones directas.
ESCUELA y POLÍTICA
LAS RELACIONES DE PODER EN LA ESCUELA Como en toda institución social, en la institución educativa ubicamos una serie de
relaciones entre personas y entre grupos de personas en las que cada uno posee una
cuota de poder. El poder está diseminado en diferentes puntos en la sociedad. No hay
una sola persona que tenga todo el poder; en el caso de la escuela, no es el director o
la directora. Los docentes, los alumnos, el personal administrativo y los padres también
ejercen su parte de poder. Desde este posicionamiento, pueden informarse, opinar y
hasta tomar decisiones, es decir, participar en la comunidad educativa, que también se
puede visualizar como una comunidad política, en la medida que se apunta a lograr
consensos, que pretenden transformar lo existente para tener una vida en común
buena. En las primeras páginas decíamos que la política existe porque existe una
comunidad de gente que vive unida. En la escuela se pasa un período de tiempo de la
vida cotidiana de los estudiantes, de los docentes, de los directivos, hay una
convivencia que organizar. De esta manera, aquellas normas que rigen esta
cotidianeidad y los acuerdos que se establezcan sobre los asuntos comunes para que
la vida en común sea buena constituyen la política en la escuela. Ésta apunta al
cambio, a generar acciones y pensar ideas para lograr el bienestar de todos.
Algunas maneras de participar políticamente en la escuela, y también en relación con
la comunidad más amplia, son la elaboración de los acuerdos institucionales de
convivencia, la conformación de centros de estudiantes y centros de actividades
juveniles, así como también los proyectos de aprendizaje-servicio.
EL CAMINO DE LA PARTICIPACIÓN
La participación no es algo que el gobierno o las autoridades escolares otorgan a los
jóvenes. Es el derecho que ellos tienen a decir lo que piensan y a decidir sobre su
propio destino. No se llega a la participación en la escuela de manera espontánea y
natural. Es un objetivo a lograr a través del tiempo. Es un punto de llegada y no de
partida. Además, no siempre todos estarán gustosos de participar.
Las formas de participación en la escuela son definidas por los integrantes de la
comunidad educativa. Algunos elegirán las asambleas; otros, los proyectos políticos;
algunos harán énfasis en lo social; otros, en la comunicación; otros, en el arte; entre
otras maneras de expresarse.
Las personas que participan toman conciencia de la realidad que comparten,
encuentran las causas posibles de los problemas que los aquejan e intentan
alternativas de solución. De esta forma, empiezan a sentir que lo que sucede y no les
agrada es posible de ser modificado colectivamente.
Régimen, sistema y cultura democráticos en la escuela El marco actual para la participación en la escuela es el régimen democrático en el que
vivimos. Directivos, docentes y alumnos pueden ser indiferentes, o ser agentes activos
en pos de hacer valer los valores de la cultura política democrática. La escuela es un
ámbito privilegiado para aprender las pautas de la democracia. Así, discutir,
comprender puntos de vista diferentes a los propios, argumentar y fundamentar las
opiniones, escuchar en forma activa a los demás, sensibilizarse ante situaciones
injustas y proponer soluciones sobre temas que los afectan (mejoras en las
condiciones de aprendizaje y de enseñanza, velar por la vigencia de los derechos
humanos, entre otros) son maneras vivir la democracia en la escuela.
Estudiar el acto voluntario o acción moral de una persona con todos los elementos que lo
componen es sumamente importante. Un acto voluntario –es decir, realizado con intención,
discernimiento y libertad– está íntimamente ligado con la responsabilidad del sujeto que lo
realizó. Esto quiere decir que el individuo se hace cargo, responde de las consecuencias de
este acto. Por ejemplo, si tengo un hijo asumo la responsabilidad de alimentarlo, si compro
una casa debo pagar el precio, si provoco un daño tengo que repararlo, y así
indefinidamente.
No hay convivencia posible en ninguna sociedad si cada uno de sus miembros no asume la
responsabilidad de los actos que realiza en las condiciones que ya analizamos. Al hacernos
cargo de las consecuencias de los actos que realizamos comienzan los límites de nuestra
libertad. Porque no podemos hacer todo lo que nosotros queremos, sino dentro de ciertos
límites que permitan la convivencia pacífica de todos los miembros de la comunidad.
Ser responsables nos permite prever las consecuencias de nuestros actos y evitar la
realización de aquellos que provocarían daños o efectos indeseables u ofensivos a los otros
y a nosotros mismos.
Muchas veces se sostiene que si no podemos hacer los que nos place entonces no somos
libres. Este enunciado es una falacia. La libertad consiste en la posibilidad de elección que
tiene el individuo de ejecutar un acto. La única libertad absoluta conocida es la del
pensamiento, porque aun la libertad privada ejercida en el ámbito doméstico se
encuentra limitada por el respeto debido a los otros miembros de la familia.
Lo que sí existe es una gradación o escala de valores para las libertades. En diversas
ocasiones, en las sociedades se plantea qué libertad está por encima de la otra. Por
ejemplo, una discusión que tiene lugar en la actualidad –en relación con los cortes de ruta
por parte de los piqueteros– es si es más importante la libertad de expresión o la libertad de
tránsito. También existen tensiones entre la libertad de expresión y el derecho a la
privacidad e intimidad de las personas, entre el derecho a la información que poseen los
niños y el de los padres a elegir el contenido de dicha información; la libertad de exhibir
públicamente las preferencias sexuales y el derecho al pudor.
Ahora bien: ¿quién pone los límites y establece la gradación? ¿La moral, las costumbres,
las leyes, la ética? Las leyes no alcanzan para resolver estas situaciones: la moral de un
sector de la población no es la misma que la de otros. Existen diferentes valoraciones de
las cosas, situaciones, instituciones, por parte de cada uno de ellos. Es decir, una visión
distinta acerca de qué es lo que corresponde hacer ante la misma situación.
Las sociedades más avanzadas consensúan las normas de convivencia. Los códigos de
convivencia sirven para hacer más agradable, más placentera y más pacífica la vida en
común.
La corresponsabilidad social es la vinculación e interacción que se establece entre todas
las personas, grupos de personas u organizaciones (públicas, no gubernamentales o
privadas) que en algún aspecto tienen que ver y son responsables de determinada
temática o problema. El enfoque de la corresponsabilidad social apunta a fomentar y
profundizar la organización y participación de la sociedad en el enfrentamiento y la
solución de aquellas cuestiones que afectan a todos. En él se pretende articular las
acciones entre los diversos sectores, trabajando en colaboración unos con otros, ya que
el saber de cada uno favorece la construcción de propuestas más enriquecedoras.
Pensar el Código de Convivencia escolar, armar un proyecto político en la escuela o uno
que se fundamente en el aprendizaje-servicio, son todas propuestas que requieren no
sólo de la asunción de la responsabilidad de cada persona, sino también de una
responsabilidad social y compartida que unifique criterios, propicie el diálogo y el
alcance de consensos.
La convivencia en la escuela es un tema que involucra a todos los integrantes de una
comunidad educativa: alumnos, docentes, personal no docente, directivos y familias.
La convivencia requiere de normas, que son pactos sociales que regulan la relación
entre las personas. Estas pautas se elaboran conjuntamente y marcan un límite entre lo
que se puede hacer y lo que no. Están ligadas estrechamente con las leyes que rigen en
nuestra sociedad, no se refieren a criterios personales sino que obedecen a una
normativa más amplia construida socialmente. Por ejemplo, que un alumno o un docente
no pueden ejercer la violencia física sobre otro no es algo que se le ocurre a alguien
porque sí, sino que está normatizado en el ámbito nacional. Sin embargo, es importante
reunirse, definir las normas y enumerarlas, precisar qué es legal y qué no, sentir esas
reglas como propias y no como algo distante o ajeno. También es fundamental
establecer qué reglas tienen que ver con costumbres que sí caracterizarán
particularmente lo acontecido en determinada institución. Por ejemplo, se puede o no
usar gorro en la escuela, se puede o no tomar mate en el aula, entre otras cuestiones.
Otras normas se vinculan con la organización del tiempo y el uso de los espacios en
cada escuela.
La clarificación de las normas redunda en un bienestar del ser humano en particular y de
la comunidad en general. Obliga a una renuncia a la satisfacción inmediata de uno, el
“hago lo que quiero”, en beneficio de una legalidad que favorezca por lo menos a la
mayoría. Se pierde algo a cambio de ganar otro bien mayor.
Se deben atender las diferencias en los roles de los adultos y jóvenes en la escuela,
pero las normas tienen que ser respetadas por todos, y esto incluye a los docentes, a
los directivos, al personal no docente y a los padres.
La convivencia en las escuelas de nivel medio en Provincia de Buenos Aires se halla
regulada por la Resolución 1593/02 a partir de los llamados Acuerdos Institucionales de
Convivencia (AIC). Esta Resolución explica que el código de convivencia pretende
generar un clima de aprendizaje, mejorar la relación entre los integrantes de la
comunidad escolar y respetar al establecimiento escolar (infraestructura, mobiliario,
equipos).
Los valores y normas que rigen los AIC son el respeto de los derechos humanos, los
derechos de los niños y adolescentes y la no discriminación por condición social o de
género, etnia, nacionalidad, orientación cultural, sexual o religiosa, contexto de hábitat,
condición física, intelectual, lingüística o cualquier otra singularidad. La reglamentación
de los AIC aclara que estos deben garantizar el derecho de los alumnos a aprender y el
de los adultos a enseñar. Los AIC, además, promueven la generación de prácticas
incluyentes que tiendan a garantizar que no se abandone el secundario obligatorio. A su
vez, se proponen prevenir situaciones de violencia.
La resolución prevé la creación de un Consejo Institucional de Convivencia (CIC)
constituido por el/la Director/a, representantes de los docentes, representantes de los
alumnos y personal del Equipo de Orientación Escolar en aquellos establecimientos en
que los hubiera. Si el consejo lo considera oportuno puede incorporar otros actores
como padres, personal administrativo, etcétera.
Los representantes son elegidos democráticamente por cada sector.
El CIC debe tener número par y no superar los ocho miembros.
Los cargos de los alumnos tienen una duración de un año, y los de los docentes, dos.
Se prevén titulares y suplentes para cada cargo.
Cada integrante tiene voz y un voto. Se lleva un libro de actas.
El CIC debe sesionar por lo menos una vez cada dos meses (sesión ordinaria).
Se redacta una orden del día o temario de cada sesión que debe darse a conocer a la
comunidad.
La dirección o la mitad más uno de los miembros pueden convocar a una sesión
extraordinaria.
Los acuerdos institucionales de convivencia deben ser aprobados por una comisión
distrital evaluadora compuesta por tres inspectores del nivel (uno de educación estatal, otro
de educación privada y otro de psicología social y comunitaria o de infancia y adolescencia).
Esta resolución establece algunas pautas a seguir:
Los centros de estudiantes son agrupaciones de alumnos que democráticamente participan
en algunos aspectos de la toma de decisiones de lo acontecido en la institución educativa.
Al vivir en comunidad, es necesario que se consideren las demandas y las inquietudes de
todos sus miembros; por lo tanto, los estudiantes tienen derecho de reunirse, discutir, ser
informados y ser escuchados. También los directivos y docentes deben abrir espacios que
contemplen la puesta en práctica de iniciativas planteadas por el alumnado. La escuela no
debe promover estudiar de memoria sino que tiene la responsabilidad de alentar el
pensamiento crítico, la libre expresión y la participación en los asuntos públicos. Además,
debe estar preparada para atender y acompañar las acciones políticas de los centros de
estudiantes. La asociación de jóvenes es uno de los derechos establecidos en la
Convención de los Derechos del Niño.
Los directivos y docentes son responsables de facilitar el arribo a consensos que posibiliten
cambiar problemáticas existentes en las condiciones que permiten el aprendizaje.
Desarrollar acciones políticas democráticas en la escuela forma mejores ciudadanos y
favorece a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
La escuela secundaria en Provincia de Buenos Aires, como institución, depende de la
Dirección General de Cultura y Educación, de la que depende la Subsecretaría de
Educación; y de ésta, la Dirección Provincial de Educación Secundaria. Dentro del
reglamento que allí se establece para los Centros de Estudiantes, se proponen los
siguientes objetivos:
• Asamblea: Deliberativa y toma de decisiones, participan todos y todas los y las estudiantes
• Cuerpo de Delegados: compuesto por un representante titular y uno suplente por cada curso
• Autoridades: Presidente, Vicepresidente, Tesorero, Secretario, Vocales, Cargos electivos de conducción
• Asesores Docentes
• Comisiones de Trabajo: integrantes del centro que trabajaran un aspecto o tema de interés, cultural, prensa y difusión, deportes, etc.
ORGANOS DE GOBIERNO