Inter Ludi o

3
ENTRE COMPASES E INTERLUDIOS La escritora Nae Hanashiro (Lima, 1989) ha reunido en su primer libro, Interludio (Arkabas, 2012), ocho relatos que tienen como principal escenario la ciudad, ese espacio donde se desarrollan las vicisitudes de seres arrastrados por la rutina y la costumbre, en cuyas experiencias podemos vislumbrar cómo las anécdotas adquieren plena significación a través de la conjunción del tratamiento de lo cotidiano y pasajero con lo trágico. Las historias que alimentan el libro se insertan dentro de las líneas que definen la reciente narrativa peruana: el realismo y su marcada insistencia por representar ficciones verosímiles. Los personajes se humanizan, los lenguajes y registros del habla representados cobran mayor verosimilitud. Asimismo, se manifiesta la preocupación colectiva por representar los fenómenos que suceden en Lima, tales como el crecimiento desmesurado de la capital, el surgimiento de barrios marginales, la decadencia de la clase alta limeña, la representación psicológica, moral, económica y lingüística de los individuos de la urbe. El estilo coloquial y directo es común en todos los relatos. Imprescindible resulta el uso del diálogo y las modalidades usadas para la enunciación: la combinación del diálogo con el monólogo («La muerte del carnaval»), su

Transcript of Inter Ludi o

Page 1: Inter Ludi o

ENTRE COMPASES E INTERLUDIOS

La escritora Nae Hanashiro (Lima, 1989) ha reunido en su primer libro,

Interludio (Arkabas, 2012), ocho relatos que tienen como principal escenario la

ciudad, ese espacio donde se desarrollan las vicisitudes de seres arrastrados por

la rutina y la costumbre, en cuyas experiencias podemos vislumbrar cómo las

anécdotas adquieren plena significación a través de la conjunción del tratamiento

de lo cotidiano y pasajero con lo trágico.

Las historias que alimentan el libro se insertan dentro de las líneas que

definen la reciente narrativa peruana: el realismo y su marcada insistencia por

representar ficciones verosímiles. Los personajes se humanizan, los lenguajes y

registros del habla representados cobran mayor verosimilitud. Asimismo, se

manifiesta la preocupación colectiva por representar los fenómenos que suceden

en Lima, tales como el crecimiento desmesurado de la capital, el surgimiento de

barrios marginales, la decadencia de la clase alta limeña, la representación

psicológica, moral, económica y lingüística de los individuos de la urbe.

El estilo coloquial y directo es común en todos los relatos. Imprescindible

resulta el uso del diálogo y las modalidades usadas para la enunciación: la

combinación del diálogo con el monólogo («La muerte del carnaval»), su inserción

en la descripción en tercera persona («Mañana en Colinas») o el fluido discurrir a

través de redes sociales o vía telefónica («Un viernes como este»). El lenguaje

utilizado, que refleja la jerga del habla urbana, armoniza con la rauda descripción

del paisaje urbano y juega un papel fundamental para centrar la atención en el

desarrollo de la acción y el desenlace de la anécdota. No solo es acorde con la

temática sino que mimetiza con el pensamiento de sus personajes.

«La muerte del carnaval» es un claro ejemplo del cruce de discursos de

conciencias que confluyen alrededor de un suceso central: la persecución de la

multitud juvenil participante del carnaval, por los agentes del orden. Al reunir los

puntos de vista de un grupo de amigos, el cuento abarca instantes distintos pero

Page 2: Inter Ludi o

decisivos que, como si se tratara de un collage, arman un rompecabezas cuya

pieza final confiere al relato un carácter de tragedia colectiva.

La inserción de pasajes trascendentes en escenas cotidianas, y hasta

recurrentes en la vida real es otro de los puntos fuertes de este libro. Cuentos

tales como «En los columpios» o «Lo mejor para mí» sitúan al lector en los

precisos momentos en los que la gravedad de una realidad se impone sobre otra.

«En los columpios» describe una escena breve pero significativa: una pareja de

enamorados pasean conversando de temas variados hasta que llegan a un parque

donde se encuentran con un padre que empuja los asientos del columpio donde

se mecen sus hijas. La descripción casi gráfica y sensorial de esta escena

consigue un logrado efecto conmovedor.

«Almuerzo con Ana», el cuento más extenso del conjunto, merece una

mención especial debido a la destreza del despliegue de diversas técnicas

narrativas. Compuesto de secciones encabezadas por epígrafes cuya función la

de conectar y acentuar el drama general con la experiencia íntima de cada

personaje. Los relatos confluyen en la escena central donde se expone la

confrontación entre mentalidades y sensibilidades femeninas que se contraponen

dentro del círculo familiar. Resulta interesante notar la conexión casi implícita de la

temática tratada que se remonta a un a línea de literatura escrita por mujeres

desde Charlotte Brontë (Mujercitas) hasta Marcela Serrano (Hasta siempre

mujercitas).

Entre la cotidianidad, el suspenso y el asombro, transcurren las historias

como en un vaivén cuyas tramas se desenvuelven una tras otra con gran fluidez y

naturalidad. El texto capta así la atención de principio a fin.

Ana Campoverde Camacho.

09030258