Interesante Revista en Breve Para Todos los...

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-:- Interesante Revista en Breve Para Todos los Hogares -:- < EL COCOTERO de Nneva Guinea) nuestros abuelo» que hubo un tgmpo en que no se conocía en las liga el fruto del cocotero. Be bebí» a rúa para apagar la sed y se eotru% "taro" sin prepararlo con la leche del coco. Pero como nadie sabia cuan bueno era el coco, todos estaban conformes con su suerte. En una aldea de aquellos remotos tiempos los hombres sallan d aria- mente para pescar. Partían por mañana y regresaban al anochecer don largas sartas de peces. Una vez eocldo el "taro", sentábanse en tor- no de las vasijas y comían hasta acabar con todo el contenido. Na- . da dejaban para.el dia siguiente. Pero habla un hombre que regre- saba siempre solo, con una canasta colmada de peces, pues eran tantos los que pescaba que no podía lle- varlos ensartados en un cordel. Los habitantes de la aldea se •sombraban de que ese hombre con- siguiera todos los días tantos peces. 7, sobre todo, de que les dijese que no lo acompañaran. Cuando él no se hallaba presente comentaban esa actitud y decíanse que debía de haber algún misterio. Un nlflo que •olla escuchar esas conversaciones pensó un plan para descubrir el misterio. —Mañana, cuando el hombre va- ' ya a pescar, me esconderé entre las hierbas altas y lo espiaré. Y a la mañana siguiente, muy temprano, fué a esperar que el hombre saliera de su chota y lo si- guié mientras se dirigía hacia la orilla del mar. En cierto momento, para no perderlo de vista, el niño se •cercó demasiado y el rumor que produjo al abrirse paso entre las hierbas llegó a oidos del hombre. Este se detuvo y arrojó un vena- blo creyendo que cerca de él se des- ligaba un animal. Pero el mucha- cho se apartó a tiempo para evitar el arma. Ya a corta distancia de la costa» se ocultó detrás de un tronco y dedo* alli pudo observar cómoda- mente el más extraño espectáculo. En efecto, al llegar a la orilla del mar, el hombre dejó la canasta, se llevó las manos la cabeza y ... se quitó la cabeza. Luego la dejó en el suelo, Junto la canasta, y entró en el mar. Cuando las aguas le lle- gábanla la. cintura, se detuvo y se I lnclivA. inméílaUmerite acudió una' prodigiosa multitud de peces que el hombre comenzó a tragar por el cuello cortado. Al cabo de un mo- menfc, se irguió y emprendió a pa- so lento el regreso la playa. Una ves gn ést*. se sacudió y arrojó a sus fíes los peces. Luego buscó a tientas la cabeza, se la colocó y vol- Yló CíDonvertirse en un hombre co- mo todos. Finalmente llenó la ca- nasta con los peces más grandes que yacían a su alrededor y arrojó al mar los más pequeños. Vistft todo esto, el niño se apre- suró á regresar a le aldea, sumar mentd-Impresionado. Esa noche to- dos comieron pescado, menos el ni- ño. Le, preguntaron por qué no co- mía y guardó obstinado silencio. Cuando vio los peces que el hom- bre misterioso habla pescado, apar- vivamente la cabeza con gesto de repugnancia. Después de comer, algunos de los nombres de la aldea llevaron apar- te al niño y lo interrogaron de una manera apremiante sobre la causa de su abstención. Y el niño les re- firió detalladamente todo lo que habla visto ese día. Los hombres, 'a su ves manifestaron honda re- pugnancia de un aumento obteni- do de modo tan extraño y conclu- yeron por declarar que al día ai- ¿Sabe Usted la Respuesta? Austria se ha rendido al gobierno alemán, dejando de ser una nación para formar parte del Relch. ¿Qué sabe usted de Austria? ¿Puede usted contestar estas preguntas? 1. ¿Con qué países confina Aus- tria? a. ¿Cuál es la extensión terri- torial dCj Austria? 1. ¿Cuál es el idioma oficial de Austria? 4. ¿Cuáles son las Industrias más Importantes de Austria? / 5. ¿Por que no hallamos en nin- gún otro estado de Europa una aglomeración de rasas tan variadas como en Austria? 6. ¿Qué significa el nombre de Austria? 7. ¿Quién fundó la dinastía habs- burguesa? I. ¿Hasta cuándo reinó en Austria la familia habsburguesa? I. ¿Qué archiduque de Austria tomó posesión del Reino de Cas- Hila en 1508? guíente irían a sorprender y a cas- tigar al hombre que loe habla en- gañado. Y en efecto, a la mañana siguien- te, cuando el hombre dejó en is playa la cabeza eran muchos los que espiaban ocultos en los alrede- dores. Y en el momento en que el hombre misterioso, ya en el mar, se Inclinó sobre las aguas y acudieron los peces, uno de los que lo espia- ban salló de su escondite, corrió hasta la orilla del mar, se apoderó de la cabeza y la arrojó lejos, entre las matas. Luego todos se quedaron quietos, a la espera de lo que ha- bría de suceder. Pocos instantes después el hom- bre regresó a la playa, sacudióse como era su costumbre para dejar caer a su alrededor gran cantidad de peces. En seguido buscó la ca- beza, a tientas, en el suelo. Pero fué en vano. Cada ves más inquie- to, se arrastró por la playa de un lado a otro, removiendo con am- bas manos las pedrezuelas. Sin du- da no tardó en convencerse de que sus esfuerzos serian inútiles, pues de pronto se irguió y echó a correr hacia el msr. Al entrar en el agua se convirtió en un gran pez y des- apareció. Los hombres, satisfechos de ha- berse vengado, regresaron a la al- dea. Al cabo de algunos días, el nlflo que habla visto primero el acto ex- traño del hombre, se acordó de la cabeza arrojada entre las matas y decidió Ir a verla. Halló fácilmen- te el sitio, pero donde debió estar la cabeza sólo vio una especie de palmera esbelta y de anchas hojas. Nadie sabia qué clase de planta era, y cuando dio frutos, nadie se atrevió a probarlos por temor de que contuvieran maleficio. Pero al fin una mujer tuvo la audacia de comer un poco de la blanca carne de esos frutos y de untarse la piel con su liquido lechoso. Y todos vie- ron que en vez de acaecería algo malo, la mujer prosperaba en sa- lud. Entonces se decidieron a co- mer los grandes frutos que desde aquella época son el principal ali- mento de las Islas. Tal fué el ori- gen del coco, y quien lo dude no tiene más que observar un momen- to un coco y distinguirá todavía las facciones del hombre misterioso de que hablan nuestros abuelos. Espontaneidades TE FUISTE Te fuiste, y en la sombra Impene- trable se perdió tu silueta indiferente. Tu fuga dolorosa e inexplicable me hirió en el corazón profunda- mente. Como estrella fugas que el firma- mento cruza rauda dejando un has de luz. Has dejado en mi mente un pensa- miento y en mi existencia una pesada cruz. Y errante voy por el sendero in- cierto en la negra soledad que me avasalla. Llevo en el pecho un corazón ya muerto ' amortajado en Invernal muralla. En vano busco la fuente del con- suelo para beber su bálsamo divino escudrino con triste desconsuelo. mas no logro hallar tregua en mi camino. Por mi senda sembrada de tormen- tos por mi senda cubierta de dolor. Vago errante ahogando los lamen- tos e Implorando caricias de tu amor. Alfonso de la Pena. A MI TIERRA Rlnconcito olvidado entre la sierra muy lejos de ti me he alejado, mas por doquier que vaya, de la tierra tu nombre siempre llevaré grabado. Recuerdo de tus huertas y senderos de los sauces al bordo del riachuelo, tus Jacales al pie de los palmeros y mimbrales... también un arro- yuelo Campesinos alegres, bulliciosos, tus mujeres bullangueras, animadas bailan al son de quintetos melodio- sos bajo el techo de frescas enramadas. Ohl tierra donde reina, la alegría, para ti no existe la tristeza, tu paisaje campestre es de armonía y lleno de fulgor, más de belleza. J. F. Tostado. rosiw Be cree que la Iglesia católica romana de Liverpool, Inglaterra, que será terminada dentro de 100 años, será la más grande del mun- do, mucho más grande que la de San Pedro de Roma. PARA EL AMA DE CASA Los dolores de cabeza se quitan acucándose agua caliente en las sienes y en la nuca. También se qui- tan en esta forma: frótese las ma- nos con alhucema o con cristales de mentol, apliqúense a la nariz, y res- pírese por algunos minutos. Los manteles se rompen ca¿t siempre por los pliegues. Para evi- tar que se rompan fácilmente, dó- blense en cuatro una semana, en tres la próxima, y asi sucesivamen- te. REINA DE BELLEZA En todos los rellenos, debe poner- se un pedazo de tocino bien picado, asi tendrán un gusto más sabroso. Para limpiar zapatos de piel de Suecia. frótense con un poco de serrín tibio y un» paño suave. Para preparar puding de pescado, hérvase el pescado; quítensele des- pués de hervido las espinas, y amá- sese con leche, yemas de huevo, pi- mienta, mantequilla, zanahorias hervidas partidas en pedazos me- nudos, y almejas. Métase esta masa en el molde, untado previamente de mantequilla, y póngase en el baflomaría o en el horno. Para ser- virlo se saca del molde. Muy sabroso y alimenticio es el cocido parisién. Péngase en un pu- chero con agua un kilo de carne de vaca y la sal necesaria,, y déjese cocer poco a poco, espumándolo con frecuencia. Agregúense 'nabos, za- nahorias, perejil, clavo, un diente de ajo, y una cebolla tostada, y déjense secar a fuego lento durante cuatro horas, después de lo cual puede servirse, pero sin el caldo, que colado, se aprovecha para la sopa. Hasta hace poco se suponía que los hombres preferían a las ru- bias, pero esta fotografía desmiente el dicho. En ella aparece la preciosa trigueña, Isabel Keeler. de Clarksdale, Misslssippl, electa reina de belleza de la Universidad de la Carolina del Norte, en Raielgh. VIAJES DE 3 MINUTOS POR TEMPLE MANNING 8e dice que el estado de Virginia ha rehusado una oferta de $5,000.000 por una estatua de Jorge Washing- ton que hay en el capitolio de Rlch- mond, la capital. TENERIFE, LA MAYOR DE LAS ISLAS CANARIAS, OFRECE GRAN ABUNDANCIA DE BELLEZAS NATURALES Las Islas Canarias son un archi- piélago del Atlántico, que compren- de dos provincias de España: Santa Cruz de Tenerife, y Las Palmas. Se componen de siete islas principales, habitadas, y seis menos Importan- tes, desiertas. Este archipiélago fué visitado por casi todos los pue- blos navegantes de la antigüedad LO QUE LEE PARÍS Por J. de J. Ntnei y Domingoes Paris—resulta redundante decir- lo—cuenta con cientos de bibliote- cas públicas de todo género. De ellas son las principales la Nacional de la Universidad, la del Arsenal, la del Museo de Historia Natural, la del Instituto de Francia, la Maza- Uno, la Thiers, la de la Escuela de Bellas Artes, la Histórica de la ciudad de Paris y la de la Escuela de Bellps Artes. A éstas hay que agregar numero- sísimas otras, pues las sociedades científicas, las facultades universi- tarias, las agrupaciones artísticas y obreras, y, en fin, cualquier grupo organizado con propósitos de labor social o simplemente recreativa, po- seen una biblioteca bien surtida. La municipalidad de Paris sostiene 85 bibliotecas en los distintos barrios de la gran urbe, y el ministerio de la Educación Nacional multiplica esos establecimientos cada dia más en las escuelas y centros docentes en general. Aquí todo el mundo lee. Cada pe- queño periódico es una enciclope- dia en donde el lector encuentra cuanto puede satisfacer su gusto. Todos los diarios sin excepción, pu- blican cotidianamente tres folleti- nes por lo menos con novelas de distinto género; y además, cuentos, novelas cortas, relatos diversos, co- mentarlos de literatura y ciencia, crónicas calzadas por firmas ilus- tres, etc. El lector, aun el de con- dición más humilde, está asi en contacto constante con las produc- ciones Intelectuales. 81n embargo, hay una incalcula- ble porción de gentes que asiste a las bibliotecas. La Nacional, duran- te todo el dia, se encuentra llena en sus vastísimos departamentos, y de tal manera se acrecienta el nú- mero de lectores, que ha habido necesidad de ensancharla, y actual- mente se realizan trabajos para ampliar mayoría de sus salones. Es curioso conocer qué cantidad de lectores concurre a esos tem- plos del saber. En mis andanzas por la Biblioteca Nacional de cu- ya "Sociedad de Amigos" soy yo miembro desde hace tiempo, logre averiguar que durante el año de 1937, las estadísticas arrojaron la cifra de ciento sesenta y tres mil seiscientos lectores, a los que se fa- cilitaron quinientos cincuenta y cinco mil volúmenes. A pesar de su universalidad y de que a ella pue- den acudís, las gentes que gusten. la Biblioteca Nacional es frecuen- tada sobre todo por los estudiosos y eruditos. Las dos terceras partes de las obras facilitadas, fueron de historia; lo que quiere decir que esa librería es fundamentalmente un centro de investigaciones más que de diversión y de entretenimiento, como sucede con otras en que los lectores que predominan son los de obras literarias. La Biblioteca Nacional de Pa- ris contiene en su departamento de impresos, 4.300,000 volúmenes cla- sificados; 40,500 colecciones de re- vistas y periódicos; 240,000 mapas y planos, que ocupan un radio de noventa y cuatro kilómetros; en el departamento de manuscritos, guar- da 124.900, y ocupan sus estantes una extensión de nueve kilómetros; en el departamento de estampas, grabados, etc., conserva 3.065, ejem- plares y en el departamento de me- dallas, 240,000 medallas, 5,000 pie- dras grabadas y ocho mil objetos diversos de arte numismático. Todo este enorme materia] es consultado cotidianamente por per- sonas que llegan de las cinco partes de la tierra. En cuanto al público que podemos llamar popular, las estadísticas con- signan que en las bibliotecas mu- nicipales de Paris se facilitaron du- rante 1937 1.552,396 volúmenes, a lectores que variaban de gusto, se- gún el barrio en que viven. En una encuesta que se acaba de hacer se supo que el autor más leído fue Alejandro Dumas, padre, al que siguieron Balsee y Zola. El progre- nitor de "Los Tres Mosqueteros" continúa con el cetro en la mano, a pesar del "surrealismo", del avión y d e la telefotografía. Y en cuanto a las bibliotecas para niños y Jóvenes se llevaron la palma los libros con aventuras de detectives, aunque también se le- a Anderson. Perrault y Qrimm se quedaron en último término. Los adolescentes prefirieron a Kipllng y a Jack London, causando una sen- sible baja las novelas románticas, aunque siempre quedan lectores fie- les de Walter Scott. ¿Y los poetas?... Apenas si tu- vieron lectores. Y eso que para oír a Paul Valery en las lecciones que acerca de la poesía ha inaugurado en la Sorbonne, hay que abrirse paso a fuerza de puños. Pero la humanidad de hoy es terriblemente contradictoria. que transpusieron el estrecho de Glbraltar, pero el conocimiento exacto de las Islas Canarias se debe a una expedición enviada por Al- fonso IV de Aragón en 1330. La mayor de las Islas es la de Tene- rife. Los turistas amantes de admirar a la Naturaleza en su más reglo es- plendor, consideran a esta isla un paraíso terrenal. De origen vol- cánico, su escabrosa superficie se levanta, en forma de mesetas, hasta el inmenso cráter del extinto "Las Cenadas", que forma un gran llano circular, rodeado por altísimos montes cuyos picos están siempre cubiertos de nieve. Santa Cruz de Tenerife, capital El Famoso Drago de Tenerife de la isla, es una hermosa ciudad situada en la costa oriental de la parte septentrional de la Isla. Santa Cruz es uno de los centros telegrá- ficos más importantes del mundo, y es, además, un puerto importante. No lejos de la capital está La La- guna, situada en el espléndido valle de Agüere. En La Laguna, como en Santa Cruz, el panorama es in- superable. Las calles y avenidas son anchas y rectas; y los edificios de hermosa arquitectura. El am- biente parece repleto de quietud y misticismo religioso. Su hermosa catedral es una verdadera Joya ar- quitectónica, y la iglesia de La Con- cepción, con lindas esculturas y una valiosa colección de joyas, es digna de verse. Frente a la plaza prin- cipal, hay varios palacios de pie- dra y preciosos Jardines. La carretera entre La Laguna y el Monte de las Mercedes es de be- lleza natural Insuperable, atrave- sando por bosques espesos y suaves colinas. Llano de los Viejos es un anfiteatro natural, al pie del cual hay una catarata de aguas crista- linas. Orotava, en medio de un verdísimo valle, con sus lindos jar- dines, sus colinas y multitud de ma- dreselvas, es otro interesante lugar digno de ser visitado. En la Isla hay Innumerables dra- gos, árbol liliáceo de tronco pareci- do a una culebra y copa semejante a una cresta erizada, y del cual, mediante incisiones, se obtiene la resina medicinal llamada sangre de drago. En ninguna otra parte del mundo, los que deseen huir del mundanal ruido, pueden hallar una vida tan descansada como en las bellas Islas Canarias. La Noche en los Desiertos del Nuevo Mundo Una hora después de la puesta del sol. mostróse la luna sobre la copa de los árboles en el opuesto confín del horizonte. Una brisa em- balsamada que esta reina de la noche traía consigo desde el oriente, parecía precederla en los bosques cual su fresco aliento. El astro soli- tario subió con pausado curso por el cielo; ya seguía lentamente su azul carrera, ya descansaba sobre grupos de nubes semejantes a las cimas de enhiestas montañas coro- nadas de nieve. Estas nubes, ple- gando y desplengando sus velos, se desarrollaban en zona*- diáfanas que parecían un raso blanco, y se dispersaban en leves copos de espu- ma, o formaban en los cielos des- lumbradores bancos cusí de algo- dón, tan suaves a la vista, que parecía se percibían su blancura y elasticidad. No menos encantador era el paso- rama terrestre; la luz azulada y aterciopelada de la luna penetraba por los claros de los árboles y des- lizaba rayos de apacible luz hasta la espesura de las más profundas tinieblas. El río que a mis pies se deslizaba rápido, se perdía alterna- tivamente en los bosques y tornaba a presentarse brillando en él las constelaciones cuya tranquila ima- gen reproducía. En una sabana situada en la opuesta orilla, la claridad de la luna dormía sin movimiento sobre los muelles céspe- des. Los abedules, agitados por las brisas y esparcidos aquí y acullá, formaban islas de sombras flotantes sobre aquel mar Inmóvil de luz. De cerca, todo hubiera sido silencio y reposo sin la calda de algunas ho- jas, la súbita ráfaga del viento o el gemido del buho; a los lejos, se dejaba oir a Intervalos el solemne retumbar del Niágara, que en la calma de la noche era repetido de desierto en desierto, y expiraba a través de los solitarios bosques. La grandeza y asombrosa melan- colía de cuadro Un colosal no pue- den expresarse en humano Idioma pues las noches más deliciosas de Europa no son capaces de ofrecer una Idea de él. En vano la lma- ginaciqfl procura esparcirse en nuestros campos cultivadas: siem- pre halla por doquiera habitaciones humanas; pero en aquellas reglones salvajes el alma se complace en perderse en un océano de bosques; en mecerse sobre el abismo de las cataratas; en meditar a orillas de los lagos y los ríos; y por cierto asi, en hallarse sola en presencia de Dios.—CHATEAU BRIAND. EL CULTIVO DE LA BELLEZA POR MME. QUIVIVE La Respuesta 1. Al norte con Alemania y Che- coeslovaquia; al este con Checo- eslovaquia y Hungría; al sur con el estado Servio-Croata -Esloveno (Sud Eslavla), Italia y Suiza, y al oeste con Suiza. 2. 82,000 kilómetros cuadrados Su población es de 6,8000,000 habi- tantes, menos que la del estado de Nueva York. 5. El alemán. 4. Las fundiciones y fábricas de hierro y acero, fábricas de cristal y vidrio, tejidos, fábricas de azú- car de remolacha, de porcelana, fósforos y cerveza. 6. Porque desde tiempos remo- tos. Austria ha sido el asilo de pue- blos diversos emigrados de Asia. 6. Reino del Este. 7. Rodolfo Habsburgo. elegido emperador en 1273. 8. Hasta la desmembración del Imperio acaecida a consecuencia de la gran guerra de 1914-1918. 9. Felipe I el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano I de Aus- tria. Casó con doña Juana la Lo- ca, hija de los reyes católicos. 10. Alemania y Rusia. Esta Alian- za fué formada a instigación de Blsmarck en 1872. Rusia se separó de ella, cediendo su puesto a Ita- lia, que a su ves rompió la Alianza en 1915 para Intervenir en la gran guerra a combatir principalmente contra Austria. La Moda ha vuelto a contradecir el dicho de que no hay nada nuevo bajo el sol. Esta vez ha Introduci- do Innovaciones en las "extremi- dades de los dedos". Cualquiera hubiese creído que se hablan ago- tado ya todos los recursos para ha- cer de las uñas algo llamativo y de agradable novedad. Pero no. Aho- ra se usarán cequles para adornar- las. Los cequles les dan un brillo encantador y forman vistosa com- binación con los rutilantes adornos del cabello y de los graciosos "ba- rettes". La joven que desee causar favo- rable Impresión usará en las uñas un color que esté a tono con el del vestido. Al aplicarse el barniz, se salpicará las uñas con diminutos pedacitos de cristal dorado o pla- teado, y cuando el barniz se seque los cequles parecerán brillantes Joyss engastadas en metal precioso. Un poco de polvo plateado en la ca- beza, hará que el pelo parezca ta- chonado de estrellas, causando asi la admiración de los galanes, y la envidia de sus rivales. Algunas Jóvenes elegantes hacen más: compran una peineta de co- lor claro y de superficie suave. La pintan del mismo color que el bar- niz de las uñas, y, como a éstas, lo adornan con pedacitos de cris- tal. Este adorno en la cabeza for- ma una novedosa y linda combina- ción con las uñas. Las que no de- sean usar peinetas, usan broches en la misma forma. Ya ha pasado la moda de usar adornos de aspecto masculino. To- dos ellos, y particularmente los de la cabeza, han de ser completamen- te delicados, netamente femeninos, tal como si la mujer no tuviera ya que trabajar para ganarse el pan de cada día, como si no condujese ya automóviles y aeroplanos, como si no participase ya en las enérgi- cas sctivldades a que ha estado de- LOS ÚLTIMOS DICTADOS DE LA MODA dlcándose últimamente. Al verla nuestras abuelas creerán que la Moda ha vuelto la mirada hacia los felices días de su encantadora Juventud. Los pedacitos de cristal de plata sobre fondo carmesí dan un precio- so efecto y forman lindísima com- binación con un. elegante traje de terciopelo negro o de brocado de plata. SI se desea tener una apariencia exótica, pueden usarse combinacio- nes de varios colores de barniz y cristales. Otra forma Interesante de pintarse las uñas es la de bar- nizar la punta de los dedos y la media luna de un rojo subido, y el rostro de la uña de un matiz deli- cado. El polvo de platino da a las uñas una apariencia completamen- te novedosa, y forma maravillosa combinación con anillo y brazalete negro azabache. Para que las uñas parezcan más largas y más estrechss, en ves de pintarse la base en forma de media luna, píntese en forma de triángulo. El efecto es mucho más bonito y novedoso de lo que se cree. •se Sentado en su auto-radio poli- ciaco, el sargento Carlos R. Don- nell recibió instrucciones de diri- girse inmediatamente a Oak Road. donde habla un incendio. Al llegar al lugar, vio que lo que ardía era su propia casa. De acuerdo con cálculos hechos por la Ouaranty Trust Company de Nueva York, en 1931 una pro- piedad valuada en $5,000.000 hubie- ra tenido que pagar contribuciones por valor de 1490440. En 1938 las contribuciones son de 82,00,100. Las nuevas creaciones de la Moda presagian la llegada de la risueña primavera, como po- demos ver por los estampados de aleares colores que vuelven a su apogeo. En esta plana Ilustramos una lindísima pija- ma en seda Jersey de fondo amarillo y hojitas verde obscu- ro. La chaqueta puede usarse suelta, como aparece en la ilus- tración, o recogida. Se cierra al frente, hasta el gracioso cue- llo, por medio de un broche co- rredizo. BUZÓN FEMENINO ' LOS HOGARES DE ANTASO Por G. W. CASEBEER La vida moderna, las mejorías en los métodos de comunicación, y la instrucción universal, han obrado cambios radicales en la sociedad y especialmente en esa gran Institu- ción fundamental, el hogar. Desde los tiempos remotos el sis- tema patriarcal estuvo en vigencia. El patriarca era el Jefe de familia, cuyos hijos y descendientes le res- petaban y le obedecían mientras vivía. El día de su muerte, el hijo mayor, si era digno y capaz, era el » sucesor. Asi se formaban grandes familias o tribus. El Patriarca era gobernador civil y religioso y era responsable de la educación y dis- ciplina de su familia, por grande que fuera. Este sistema resultó en familias unidas y respetuosas. Su moral estuvo al nivel de la de su patriarca. Hoy las familias se esparcen y se dividen, y en vez de tribus tenemos ciudades, estados y naciones. Vivi- mos con mayores comodidades. La sociedad actualmente es com- ,, pleja, y la vida vertiginosa. Lo que supieron de maldad los hombres y ' mujeres de treinta años, ahora lo *•_- saben los niños de diez. Por causa de esta vida artificial y superficial. '* dominan los nervios en ves del Jui- cio templado, y de esto resultan las » rencillas, los pleitos y los divorcios. En las vidas de los niños, obli- gados a vivir en tal ambiente, se están sembrando las semillas de In- quietud, desobediencia y crimen. Nadie quiere volver a esa vida antigua, atrasada e incómoda de antaño. Estamos engreídos con las comodidades modernas, el lujo y el brillo, pero ¿qué será de nues- tros hijos? ¿A dónde Irán a parar la disciplina y el orden de nuestros ' hogares? o ¿qué haremos, en medio de las condiciones modernas, pata mantener el respeto y la obedien- cia de antes? Cueste lo que cueste conviene salvar el hogar del nau- fragio que le amenaza, pues de él depende la misma existencia de la sociedad. Una corte brtánlca condenó a un hombre a pagar una deuda a razón de dos Centavos por mes. Como la deuda ea de S5.00, se tardarán 270 años en pagarla.

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    de Nneva Guinea) nuestros abuelo» que hubo

    un tgmpo en que no se conocía en las liga el fruto del cocotero. Be bebí» a rúa para apagar la sed y se eotru% "taro" sin prepararlo con la leche del coco. Pero como nadie sabia cuan bueno era el coco, todos estaban conformes con su suerte.

    En una aldea de aquellos remotos tiempos los hombres sallan d aria- mente para pescar. Partían por lá mañana y regresaban al anochecer don largas sartas de peces. Una vez eocldo el "taro", sentábanse en tor- no de las vasijas y comían hasta acabar con todo el contenido. Na-

    . da dejaban para.el dia siguiente. Pero habla un hombre que regre- saba siempre solo, con una canasta colmada de peces, pues eran tantos los que pescaba que no podía lle- varlos ensartados en un cordel.

    Los habitantes de la aldea se •sombraban de que ese hombre con- siguiera todos los días tantos peces. 7, sobre todo, de que les dijese que no lo acompañaran. Cuando él no se hallaba presente comentaban esa actitud y decíanse que debía de haber algún misterio. Un nlflo que •olla escuchar esas conversaciones pensó un plan para descubrir el misterio.

    —Mañana, cuando el hombre va- ' ya a pescar, me esconderé entre las

    hierbas altas y lo espiaré. Y a la mañana siguiente, muy

    temprano, fué a esperar que el hombre saliera de su chota y lo si- guié mientras se dirigía hacia la orilla del mar. En cierto momento, para no perderlo de vista, el niño se •cercó demasiado y el rumor que produjo al abrirse paso entre las hierbas llegó a oidos del hombre. Este se detuvo y arrojó un vena- blo creyendo que cerca de él se des- ligaba un animal. Pero el mucha- cho se apartó a tiempo para evitar el arma. Ya a corta distancia de la costa» se ocultó detrás de un tronco y dedo* alli pudo observar cómoda- mente el más extraño espectáculo. En efecto, al llegar a la orilla del mar, el hombre dejó la canasta, se llevó las manos • la cabeza y ... se quitó la cabeza. Luego la dejó en el suelo, Junto • la canasta, y entró en el mar. Cuando las aguas le lle- gábanla la. cintura, se detuvo y se I lnclivA. inméílaUmerite acudió una' prodigiosa multitud de peces que el hombre comenzó a tragar por el cuello cortado. Al cabo de un mo- menfc, se irguió y emprendió a pa- so lento el regreso • la playa. Una ves gn ést*. se sacudió y arrojó a sus fíes los peces. Luego buscó a tientas la cabeza, se la colocó y vol- Yló CíDonvertirse en un hombre co- mo todos. Finalmente llenó la ca- nasta con los peces más grandes que yacían a su alrededor y arrojó al mar los más pequeños.

    Vistft todo esto, el niño se apre- suró á regresar a le aldea, sumar mentd-Impresionado. Esa noche to- dos comieron pescado, menos el ni- ño. Le, preguntaron por qué no co- mía y guardó obstinado silencio. Cuando vio los peces que el hom- bre misterioso habla pescado, apar- tó vivamente la cabeza con gesto de repugnancia.

    Después de comer, algunos de los nombres de la aldea llevaron apar- te al niño y lo interrogaron de una manera apremiante sobre la causa de su abstención. Y el niño les re- firió detalladamente todo lo que habla visto ese día. Los hombres,

    'a su ves manifestaron honda re- pugnancia de un aumento obteni- do de modo tan extraño y conclu- yeron por declarar que al día ai-

    ¿Sabe Usted la Respuesta?

    Austria se ha rendido al gobierno alemán, dejando de ser una nación para formar parte del Relch. ¿Qué sabe usted de Austria? ¿Puede usted contestar estas preguntas?

    1. ¿Con qué países confina Aus- tria?

    a. ¿Cuál es la extensión terri- torial dCj Austria?

    1. ¿Cuál es el idioma oficial de Austria?

    4. ¿Cuáles son las Industrias más Importantes de Austria? /

    5. ¿Por que no hallamos en nin- gún otro estado de Europa una aglomeración de rasas tan variadas como en Austria?

    6. ¿Qué significa el nombre de Austria?

    7. ¿Quién fundó la dinastía habs- burguesa?

    I. ¿Hasta cuándo reinó en Austria la familia habsburguesa?

    I. ¿Qué archiduque de Austria tomó posesión del Reino de Cas- Hila en 1508?

    guíente irían a sorprender y a cas- tigar al hombre que loe habla en- gañado.

    Y en efecto, a la mañana siguien- te, cuando el hombre dejó en is playa la cabeza eran muchos los que espiaban ocultos en los alrede- dores. Y en el momento en que el hombre misterioso, ya en el mar, se Inclinó sobre las aguas y acudieron los peces, uno de los que lo espia- ban salló de su escondite, corrió hasta la orilla del mar, se apoderó de la cabeza y la arrojó lejos, entre las matas. Luego todos se quedaron quietos, a la espera de lo que ha- bría de suceder.

    Pocos instantes después el hom- bre regresó a la playa, sacudióse como era su costumbre para dejar caer a su alrededor gran cantidad de peces. En seguido buscó la ca- beza, a tientas, en el suelo. Pero fué en vano. Cada ves más inquie- to, se arrastró por la playa de un lado a otro, removiendo con am- bas manos las pedrezuelas. Sin du- da no tardó en convencerse de que sus esfuerzos serian inútiles, pues de pronto se irguió y echó a correr hacia el msr. Al entrar en el agua se convirtió en un gran pez y des- apareció.

    Los hombres, satisfechos de ha- berse vengado, regresaron a la al- dea.

    Al cabo de algunos días, el nlflo que habla visto primero el acto ex- traño del hombre, se acordó de la cabeza arrojada entre las matas y decidió Ir a verla. Halló fácilmen- te el sitio, pero donde debió estar la cabeza sólo vio una especie de palmera esbelta y de anchas hojas. Nadie sabia qué clase de planta era, y cuando dio frutos, nadie se atrevió a probarlos por temor de que contuvieran maleficio. Pero al fin una mujer tuvo la audacia de comer un poco de la blanca carne de esos frutos y de untarse la piel con su liquido lechoso. Y todos vie- ron que en vez de acaecería algo malo, la mujer prosperaba en sa- lud. Entonces se decidieron a co- mer los grandes frutos que desde aquella época son el principal ali- mento de las Islas. Tal fué el ori- gen del coco, y quien lo dude no tiene más que observar un momen- to un coco y distinguirá todavía las facciones del hombre misterioso de que hablan nuestros abuelos.

    Espontaneidades TE FUISTE

    Te fuiste, y en la sombra Impene- trable

    se perdió tu silueta indiferente. Tu fuga dolorosa e inexplicable me hirió en el corazón profunda-

    mente. Como estrella fugas que el firma-

    mento cruza rauda dejando un has de luz. Has dejado en mi mente un pensa-

    miento y en mi existencia una pesada cruz. Y errante voy por el sendero in-

    cierto en la negra soledad que me avasalla. Llevo en el pecho un corazón ya

    muerto ' amortajado en Invernal muralla. En vano busco la fuente del con-

    suelo para beber su bálsamo divino escudrino con triste desconsuelo. mas no logro hallar tregua en mi

    camino. Por mi senda sembrada de tormen-

    tos por mi senda cubierta de dolor. Vago errante ahogando los lamen-

    tos e Implorando caricias de tu amor.

    — Alfonso de la Pena.

    A MI TIERRA Rlnconcito olvidado entre la sierra

    muy lejos de ti me he alejado, mas por doquier que vaya, de la

    tierra tu nombre siempre llevaré grabado. Recuerdo de tus huertas y senderos de los sauces al bordo del riachuelo, tus Jacales al pie de los palmeros y mimbrales... también un arro-

    yuelo Campesinos alegres, bulliciosos, tus mujeres bullangueras, animadas bailan al son de quintetos melodio-

    sos bajo el techo de frescas enramadas. Ohl tierra donde reina, la alegría, para ti no existe la tristeza, tu paisaje campestre es de armonía y lleno de fulgor, más de belleza.

    — J. F. Tostado. rosiw —

    Be cree que la Iglesia católica romana de Liverpool, Inglaterra, que será terminada dentro de 100 años, será la más grande del mun- do, mucho más grande que la de San Pedro de Roma.

    PARA EL AMA DE CASA

    Los dolores de cabeza se quitan acucándose agua caliente en las sienes y en la nuca. También se qui- tan en esta forma: frótese las ma- nos con alhucema o con cristales de mentol, apliqúense a la nariz, y res- pírese por algunos minutos.

    Los manteles se rompen ca¿t siempre por los pliegues. Para evi- tar que se rompan fácilmente, dó- blense en cuatro una semana, en tres la próxima, y asi sucesivamen- te.

    ■ 

    REINA DE BELLEZA

    En todos los rellenos, debe poner- se un pedazo de tocino bien picado, asi tendrán un gusto más sabroso.

    Para limpiar zapatos de piel de Suecia. frótense con un poco de serrín tibio y un» paño suave.

    Para preparar puding de pescado, hérvase el pescado; quítensele des- pués de hervido las espinas, y amá- sese con leche, yemas de huevo, pi- mienta, mantequilla, zanahorias hervidas partidas en pedazos me- nudos, y almejas. Métase esta masa en el molde, untado previamente de mantequilla, y póngase en el baflomaría o en el horno. Para ser- virlo se saca del molde.

    Muy sabroso y alimenticio es el cocido parisién. Péngase en un pu- chero con agua un kilo de carne de vaca y la sal necesaria,, y déjese cocer poco a poco, espumándolo con frecuencia. Agregúense 'nabos, za- nahorias, perejil, clavo, un diente de ajo, y una cebolla tostada, y déjense secar a fuego lento durante cuatro horas, después de lo cual puede servirse, pero sin el caldo, que colado, se aprovecha para la sopa.

    Hasta hace poco se suponía que los hombres preferían a las ru- bias, pero esta fotografía desmiente el dicho. En ella aparece la preciosa trigueña, Isabel Keeler. de Clarksdale, Misslssippl, electa reina de belleza de la Universidad de la Carolina del Norte, en Raielgh.

    VIAJES DE 3 MINUTOS POR TEMPLE MANNING

    8e dice que el estado de Virginia ha rehusado una oferta de $5,000.000 por una estatua de Jorge Washing- ton que hay en el capitolio de Rlch- mond, la capital.

    TENERIFE, LA MAYOR DE LAS ISLAS CANARIAS, OFRECE GRAN ABUNDANCIA DE BELLEZAS NATURALES

    Las Islas Canarias son un archi- piélago del Atlántico, que compren- de dos provincias de España: Santa Cruz de Tenerife, y Las Palmas. Se componen de siete islas principales, habitadas, y seis menos Importan- tes, desiertas. Este archipiélago fué visitado por casi todos los pue- blos navegantes de la antigüedad

    LO QUE LEE PARÍS Por J. de J. Ntnei y Domingoes Paris—resulta redundante decir-

    lo—cuenta con cientos de bibliote- cas públicas de todo género. De ellas son las principales la Nacional de la Universidad, la del Arsenal, la del Museo de Historia Natural, la del Instituto de Francia, la Maza- Uno, la Thiers, la de la Escuela de Bellas Artes, la Histórica de la ciudad de Paris y la de la Escuela de Bellps Artes.

    A éstas hay que agregar numero- sísimas otras, pues las sociedades científicas, las facultades universi- tarias, las agrupaciones artísticas y obreras, y, en fin, cualquier grupo organizado con propósitos de labor social o simplemente recreativa, po- seen una biblioteca bien surtida. La municipalidad de Paris sostiene 85 bibliotecas en los distintos barrios de la gran urbe, y el ministerio de la Educación Nacional multiplica esos establecimientos cada dia más en las escuelas y centros docentes en general.

    Aquí todo el mundo lee. Cada pe- queño periódico es una enciclope- dia en donde el lector encuentra cuanto puede satisfacer su gusto. Todos los diarios sin excepción, pu- blican cotidianamente tres folleti- nes por lo menos con novelas de distinto género; y además, cuentos, novelas cortas, relatos diversos, co- mentarlos de literatura y ciencia, crónicas calzadas por firmas ilus- tres, etc. El lector, aun el de con- dición más humilde, está asi en contacto constante con las produc- ciones Intelectuales.

    81n embargo, hay una incalcula- ble porción de gentes que asiste a las bibliotecas. La Nacional, duran- te todo el dia, se encuentra llena en sus vastísimos departamentos, y de tal manera se acrecienta el nú- mero de lectores, que ha habido necesidad de ensancharla, y actual- mente se realizan trabajos para ampliar 1» mayoría de sus salones.

    Es curioso conocer qué cantidad de lectores concurre a esos tem- plos del saber. En mis andanzas por la Biblioteca Nacional de cu- ya "Sociedad de Amigos" soy yo miembro desde hace tiempo, logre averiguar que durante el año de 1937, las estadísticas arrojaron la cifra de ciento sesenta y tres mil seiscientos lectores, a los que se fa- cilitaron quinientos cincuenta y cinco mil volúmenes. A pesar de su universalidad y de que a ella pue-

    den acudís, las gentes que gusten. la Biblioteca Nacional es frecuen- tada sobre todo por los estudiosos y eruditos. Las dos terceras partes de las obras facilitadas, fueron de historia; lo que quiere decir que esa librería es fundamentalmente un centro de investigaciones más que de diversión y de entretenimiento, como sucede con otras en que los lectores que predominan son los de obras literarias.

    La Biblioteca Nacional de Pa- ris contiene en su departamento de impresos, 4.300,000 volúmenes cla- sificados; 40,500 colecciones de re- vistas y periódicos; 240,000 mapas y planos, que ocupan un radio de noventa y cuatro kilómetros; en el departamento de manuscritos, guar- da 124.900, y ocupan sus estantes una extensión de nueve kilómetros; en el departamento de estampas, grabados, etc., conserva 3.065, ejem- plares y en el departamento de me- dallas, 240,000 medallas, 5,000 pie- dras grabadas y ocho mil objetos diversos de arte numismático.

    Todo este enorme materia] es consultado cotidianamente por per- sonas que llegan de las cinco partes de la tierra.

    En cuanto al público que podemos llamar popular, las estadísticas con- signan que en las bibliotecas mu- nicipales de Paris se facilitaron du- rante 1937 1.552,396 volúmenes, a lectores que variaban de gusto, se- gún el barrio en que viven. En una encuesta que se acaba de hacer se supo que el autor más leído fue Alejandro Dumas, padre, al que siguieron Balsee y Zola. El progre- nitor de "Los Tres Mosqueteros" continúa con el cetro en la mano, a pesar del "surrealismo", del avión y de la telefotografía.

    Y en cuanto a las bibliotecas para niños y Jóvenes se llevaron la palma los libros con aventuras de detectives, aunque también se le- yó a Anderson. Perrault y Qrimm se quedaron en último término. Los adolescentes prefirieron a Kipllng y a Jack London, causando una sen- sible baja las novelas románticas, aunque siempre quedan lectores fie- les de Walter Scott.

    ¿Y los poetas?... Apenas si tu- vieron lectores. Y eso que para oír a Paul Valery en las lecciones que acerca de la poesía ha inaugurado en la Sorbonne, hay que abrirse paso a fuerza de puños. Pero la humanidad de hoy es terriblemente contradictoria.

    que transpusieron el estrecho de Glbraltar, pero el conocimiento exacto de las Islas Canarias se debe a una expedición enviada por Al- fonso IV de Aragón en 1330. La mayor de las Islas es la de Tene- rife.

    Los turistas amantes de admirar a la Naturaleza en su más reglo es- plendor, consideran a esta isla un paraíso terrenal. De origen vol- cánico, su escabrosa superficie se levanta, en forma de mesetas, hasta el inmenso cráter del extinto "Las Cenadas", que forma un gran llano circular, rodeado por altísimos montes cuyos picos están siempre cubiertos de nieve.

    Santa Cruz de Tenerife, capital

    El Famoso Drago de Tenerife

    de la isla, es una hermosa ciudad situada en la costa oriental de la parte septentrional de la Isla. Santa Cruz es uno de los centros telegrá- ficos más importantes del mundo, y es, además, un puerto importante.

    No lejos de la capital está La La- guna, situada en el espléndido valle de Agüere. En La Laguna, como en Santa Cruz, el panorama es in- superable. Las calles y avenidas son anchas y rectas; y los edificios de hermosa arquitectura. El am- biente parece repleto de quietud y misticismo religioso. Su hermosa catedral es una verdadera Joya ar- quitectónica, y la iglesia de La Con- cepción, con lindas esculturas y una valiosa colección de joyas, es digna de verse. Frente a la plaza prin- cipal, hay varios palacios de pie- dra y preciosos Jardines.

    La carretera entre La Laguna y el Monte de las Mercedes es de be- lleza natural Insuperable, atrave- sando por bosques espesos y suaves colinas. Llano de los Viejos es un anfiteatro natural, al pie del cual hay una catarata de aguas crista- linas. Orotava, en medio de un verdísimo valle, con sus lindos jar- dines, sus colinas y multitud de ma- dreselvas, es otro interesante lugar digno de ser visitado.

    En la Isla hay Innumerables dra- gos, árbol liliáceo de tronco pareci- do a una culebra y copa semejante a una cresta erizada, y del cual, mediante incisiones, se obtiene la resina medicinal llamada sangre de drago.

    En ninguna otra parte del mundo, los que deseen huir del mundanal ruido, pueden hallar una vida tan descansada como en las bellas Islas Canarias.

    La Noche en los Desiertos del Nuevo Mundo

    Una hora después de la puesta del sol. mostróse la luna sobre la copa de los árboles en el opuesto confín del horizonte. Una brisa em- balsamada que esta reina de la noche traía consigo desde el oriente, parecía precederla en los bosques cual su fresco aliento. El astro soli- tario subió con pausado curso por el cielo; ya seguía lentamente su azul carrera, ya descansaba sobre grupos de nubes semejantes a las cimas de enhiestas montañas coro- nadas de nieve. Estas nubes, ple- gando y desplengando sus velos, se desarrollaban en zona*- diáfanas que parecían un raso blanco, y se dispersaban en leves copos de espu- ma, o formaban en los cielos des- lumbradores bancos cusí de algo- dón, tan suaves a la vista, que parecía se percibían su blancura y elasticidad.

    No menos encantador era el paso- rama terrestre; la luz azulada y

    aterciopelada de la luna penetraba por los claros de los árboles y des- lizaba rayos de apacible luz hasta la espesura de las más profundas tinieblas. El río que a mis pies se deslizaba rápido, se perdía alterna- tivamente en los bosques y tornaba a presentarse brillando en él las constelaciones cuya tranquila ima- gen reproducía. En una sabana situada en la opuesta orilla, la claridad de la luna dormía sin movimiento sobre los muelles céspe- des. Los abedules, agitados por las brisas y esparcidos aquí y acullá, formaban islas de sombras flotantes sobre aquel mar Inmóvil de luz. De cerca, todo hubiera sido silencio y reposo sin la calda de algunas ho- jas, la súbita ráfaga del viento o el gemido del buho; a los lejos, se dejaba oir a Intervalos el solemne retumbar del Niágara, que en la calma de la noche era repetido de desierto en desierto, y expiraba a través de los solitarios bosques.

    La grandeza y asombrosa melan- colía de cuadro Un colosal no pue- den expresarse en humano Idioma pues las noches más deliciosas de Europa no son capaces de ofrecer una Idea de él. En vano la lma- ginaciqfl procura esparcirse en nuestros campos cultivadas: siem- pre halla por doquiera habitaciones humanas; pero en aquellas reglones salvajes el alma se complace en perderse en un océano de bosques; en mecerse sobre el abismo de las cataratas; en meditar a orillas de los lagos y los ríos; y por cierto asi, en hallarse sola en presencia de Dios.—CHATEAU BRIAND.

    EL CULTIVO DE LA BELLEZA POR MME. QUIVIVE

    La Respuesta 1. Al norte con Alemania y Che-

    coeslovaquia; al este con Checo- eslovaquia y Hungría; al sur con el estado Servio-Croata -Esloveno (Sud Eslavla), Italia y Suiza, y al oeste con Suiza.

    2. 82,000 kilómetros cuadrados Su población es de 6,8000,000 habi- tantes, menos que la del estado de Nueva York.

    5. El alemán. 4. Las fundiciones y fábricas de

    hierro y acero, fábricas de cristal y vidrio, tejidos, fábricas de azú- car de remolacha, de porcelana, fósforos y cerveza.

    6. Porque desde tiempos remo- tos. Austria ha sido el asilo de pue- blos diversos emigrados de Asia.

    6. Reino del Este. 7. Rodolfo Habsburgo. elegido

    emperador en 1273. 8. Hasta la desmembración del

    Imperio acaecida a consecuencia de la gran guerra de 1914-1918.

    9. Felipe I el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano I de Aus- tria. Casó con doña Juana la Lo- ca, hija de los reyes católicos.

    10. Alemania y Rusia. Esta Alian- za fué formada a instigación de Blsmarck en 1872. Rusia se separó de ella, cediendo su puesto a Ita- lia, que a su ves rompió la Alianza en 1915 para Intervenir en la gran guerra a combatir principalmente contra Austria.

    La Moda ha vuelto a contradecir el dicho de que no hay nada nuevo bajo el sol. Esta vez ha Introduci- do Innovaciones en las "extremi- dades de los dedos". Cualquiera hubiese creído que se hablan ago- tado ya todos los recursos para ha- cer de las uñas algo llamativo y de agradable novedad. Pero no. Aho- ra se usarán cequles para adornar- las. Los cequles les dan un brillo encantador y forman vistosa com- binación con los rutilantes adornos del cabello y de los graciosos "ba- rettes".

    La joven que desee causar favo- rable Impresión usará en las uñas un color que esté a tono con el del vestido. Al aplicarse el barniz, se salpicará las uñas con diminutos pedacitos de cristal dorado o pla- teado, y cuando el barniz se seque los cequles parecerán brillantes Joyss engastadas en metal precioso. Un poco de polvo plateado en la ca- beza, hará que el pelo parezca ta- chonado de estrellas, causando asi la admiración de los galanes, y la envidia de sus rivales.

    Algunas Jóvenes elegantes hacen más: compran una peineta de co- lor claro y de superficie suave. La pintan del mismo color que el bar- niz de las uñas, y, como a éstas, lo adornan con pedacitos de cris- tal. Este adorno en la cabeza for- ma una novedosa y linda combina- ción con las uñas. Las que no de- sean usar peinetas, usan broches en la misma forma.

    Ya ha pasado la moda de usar adornos de aspecto masculino. To- dos ellos, y particularmente los de la cabeza, han de ser completamen- te delicados, netamente femeninos, tal como si la mujer no tuviera ya que trabajar para ganarse el pan de cada día, como si no condujese ya automóviles y aeroplanos, como si no participase ya en las enérgi- cas sctivldades a que ha estado de-

    LOS ÚLTIMOS DICTADOS DE LA MODA

    dlcándose últimamente. Al verla nuestras abuelas creerán que la Moda ha vuelto la mirada hacia los felices días de su encantadora Juventud.

    Los pedacitos de cristal de plata sobre fondo carmesí dan un precio- so efecto y forman lindísima com- binación con un. elegante traje de terciopelo negro o de brocado de plata.

    SI se desea tener una apariencia exótica, pueden usarse combinacio- nes de varios colores de barniz y cristales. Otra forma Interesante de pintarse las uñas es la de bar- nizar la punta de los dedos y la media luna de un rojo subido, y el rostro de la uña de un matiz deli- cado. El polvo de platino da a las uñas una apariencia completamen- te novedosa, y forma maravillosa combinación con anillo y brazalete negro azabache.

    Para que las uñas parezcan más largas y más estrechss, en ves de pintarse la base en forma de media luna, píntese en forma de triángulo. El efecto es mucho más bonito y novedoso de lo que se cree.

    •se

    Sentado en su auto-radio poli- ciaco, el sargento Carlos R. Don- nell recibió instrucciones de diri- girse inmediatamente a Oak Road. donde habla un incendio. Al llegar al lugar, vio que lo que ardía era su propia casa.

    De acuerdo con cálculos hechos por la Ouaranty Trust Company de Nueva York, en 1931 una pro- piedad valuada en $5,000.000 hubie- ra tenido que pagar contribuciones por valor de 1490440. En 1938 las contribuciones son de 82,00,100.

    Las nuevas creaciones de la Moda presagian la llegada de la risueña primavera, como po- demos ver por los estampados de aleares colores que vuelven a su apogeo. En esta plana Ilustramos una lindísima pija- ma en seda Jersey de fondo amarillo y hojitas verde obscu- ro. La chaqueta puede usarse suelta, como aparece en la ilus- tración, o recogida. Se cierra al frente, hasta el gracioso cue- llo, por medio de un broche co- rredizo.

    BUZÓN FEMENINO ' LOS HOGARES DE ANTASO

    Por G. W. CASEBEER La vida moderna, las mejorías en

    los métodos de comunicación, y la instrucción universal, han obrado cambios radicales en la sociedad y especialmente en esa gran Institu- ción fundamental, el hogar.

    Desde los tiempos remotos el sis- tema patriarcal estuvo en vigencia. El patriarca era el Jefe de familia, cuyos hijos y descendientes le res- petaban y le obedecían mientras vivía. El día de su muerte, el hijo mayor, si era digno y capaz, era el » sucesor. Asi se formaban grandes familias o tribus. El Patriarca era gobernador civil y religioso y era responsable de la educación y dis- ciplina de su familia, por grande que fuera. Este sistema resultó en familias unidas y respetuosas. Su moral estuvo al nivel de la de su patriarca.

    Hoy las familias se esparcen y se dividen, y en vez de tribus tenemos ciudades, estados y naciones. Vivi- mos con mayores comodidades.

    La sociedad actualmente es com- ,, pleja, y la vida vertiginosa. Lo que supieron de maldad los hombres y ' mujeres de treinta años, ahora lo *•_- saben los niños de diez. Por causa de esta vida artificial y superficial. '* dominan los nervios en ves del Jui- cio templado, y de esto resultan las » rencillas, los pleitos y los divorcios.

    En las vidas de los niños, obli- gados a vivir en tal ambiente, se están sembrando las semillas de In- quietud, desobediencia y crimen.

    Nadie quiere volver a esa vida antigua, atrasada e incómoda de antaño. Estamos engreídos con las comodidades modernas, el lujo y el brillo, pero ¿qué será de nues- tros hijos? ¿A dónde Irán a parar la disciplina y el orden de nuestros ' hogares? o ¿qué haremos, en medio de las condiciones modernas, pata mantener el respeto y la obedien- cia de antes? Cueste lo que cueste conviene salvar el hogar del nau- fragio que le amenaza, pues de él depende la misma existencia de la sociedad.

    Una corte brtánlca condenó a un hombre a pagar una deuda a razón de dos Centavos por mes. Como la deuda ea de S5.00, se tardarán 270 años en pagarla.