Interpretación marxista de la Historia de Chile (VI)

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    LOS EXPLOTADOS DEL CAMPO

    Preferimos utilizar el trmino explotados del campo en lugar de campesinos porque, a nuestro juicio,la categora de campesinado comprende estrictamente al sector que es dueo de una mediana o pequeapropiedad. El concepto de explotados del campo es ms amplio porque abarca no slo al campesinado medioy pobre sino tambin al asalariado rural o proletariado agrcola, al "inquilino" y a las comunidades indgenas.Estas comunidades tienen caractersticas especficas, aunque muchos indgenas sean pequeos propietarios y,al mismo tiempo, trabajen como obreros por temporadas.

    Queremos porner nfasis en selalar el equvoco de incluir al proletariado rural dentro del conceptode campesinado porque el asalariado rural tiene ms puntos de semejanza -en cuanto a su papel en laproducciin y sus reivinidicaciones. con el obrero fabril urbano que con el pequeo propietario de la tierra.

    Esta precisin conceptual es necesaria por las importantes transformaciones acaecidad en la poblacinactiva del agro. Desde 1930-49 se produjo un cierto desarrollo del capitalismo agrario que ha determinado uncrecimiento ostensible del proletariado rural.

    Un sector que se fue aproximando al proletariado rurakl fue el de los llamados "inquilinos". Estostrabajadores rurales, cuyo nmero ha disminudo desde la dcada de 1930 experimant un acelerado procesode semiproletarizacin, al exigir un mayor porcentaje de remuneracin en salario constante y sonante en lugarde las antiguas "regalas" en especie.

    Otro sector, el minifundista, se convirti a menudo en asalariado temporero al verse obligado atrabajar, algunos meses del ao, como pen en las haciendas para poder subsistir porqure su pequeo pedazode tierra no le permita mantener a su familia.

    Desde la dcada del `30 hasta de la del `60 se aceler al proceso de subdivisin fde la tierra, iniado a principios del siglo XXI, no por una reforma agraria sino por las reiteradas sucesiones hereditarias. Elresultado fue que a mediados de la dcada de 1960 la mayora de los pequeos propietarios no tena ms de 5o 10 Hs, es decir, eran minifundistas.

    En 1936, segn el censo Agrcola, haba 168.630 pequeos propietarios con parcelas trabajadasmayoritariamente por sus familiares y circunstancialmente por temporeros. Esta cifra subi en 1960, por lasrazones anotadas antes, a ms de 200.000 segn el censo de 1965. El Instituto de Investigaciones de Recursos Naturales en agosto de 1967 seal que "entre las prtovincias de Tarapac y LLanquihue existen 200.000minifundistas, 25.00o predios de mediana extensin y 5.500 de mayor extensin. Los minifundistasrepresentan 4 millones de Hs, los predios medianos 7 millones y los latifundios 17 millones de Hs.

    En 1960 trabajaban en el campo 632.100 personas, es decir, el 26,8% de la poblacin activa del pas,porcentaje que en 1965 baj a 25,7%. hay que tener en cuenta que la poblacin rural descendi entre 1932 y1964, de 51,7% a 35,9%, es decir 16 puntos en slo 32 aos, el ritmo ms acelerado del siglo XX 1.

    1 Direccin de Estadsticas y censos, Stgo, 1960

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    El sector social que ms creci fue el de los obreros agrcolas, como producto del desarrollo delcapitalismo agrario. De 94.797 jornaleros que existan en 1936 se pas a 230.100 a principiosa de la dcada de1960, segn el censo de 1965.

    Este censo entrega datos imprecisos de otros trabajadores del campo, como los 26.861 medieros y los106 371 gaanes miembros de familia de inquilinos, sin sealar concretamente su actividad, si son aslariados

    o no.

    Lo que s queda claro es que el nmero de inquilinos disminuy sensiblemente de 1930 a 1965.Segn los censos agropecuarios de este perodo en 1936 trabajaban 107.906 inquilinos, en 1955 apenas 82367 y en 1965 slo 73.938. En 1930 los inquilinos constituan el 20,6 de la fuerza de trabajo en el campo, ycifra que descendi abruptamente a 8,4%.

    La ...? de esa cada, segn Alexander Scejtman es la siguinete: "en la medida en que la parte delsalario en efectivo que se pagaba al inquilino permaneca a niveles insignificantes y se deterioraba, comoconsecuencia de la inflacin, y que el inquilino asignaba a la hacienda la concurrencia de dos personas porfamilia en promedio (con un salario total para el peon adicional) la mantencin y an el incremento a este tipode trabajadores compensaba ampliamente el margen de recursos que la hacienda ceda para adscripcin; pero

    en la medida en que la legislacin fue reglamentando la situacin de salarios de este grupo, y que losmovimientos reinvindicativos empezaron a cobrar fuerza, la empresa patronal empez a sustituirse porjornaleros de distinto tipo" 2.

    Hasta la dcada de 1940, el inquilino trabaja " en la hacienda del patrn unos 240 das al ao, de sol asol, cerca de 10 horas en invierno y ms de 12 en verano" 3. despus hubo ciertas mejoras a raz de las luchascampesinas, pero el valor nominal del salario en efectivo sigui por debajo del total de las regalas.

    Expresin dela Vida Cotidiana

    A medida que se fue profundizando el capitalismo agrario y hubo cambios en las relaciones deproduccin, especialmente a partir de las dcadas de 1940 y 1950, la vida cotidiana de un pequeo propietarioo del campesino tradicional tuvo matices disti9ntos a los del obrero agrcola o peon asalariado, cada vez msparecido al obrero urbano en cuanto a su relacin patronal.,

    El jornalero cabalgaba de hacienda en hacienda, buscando trabajo, aunque aspiraba de dejar de serafuerino. En uno de sus cuantoe "Dinamarguero", Jos Donoso hace hallar a un campesino de la dcada de1930 oribundo de Chilo: "era hombre hecho y derecho cuando llegu de Chilo a tentar suerte, a trabajar un par de aos para despus volverme a mi tierra con los bolsillos repletos. Pero, como tantos otros, me fu

    2 ALEXANDER SCHEJTMAN: El Inquilino del Valle Central,Memoria, Stgo, 1968, p. 11

    3 G. Mc BRIBE: Chile, su tierra y su gente, Stgo, 1936

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    quedando y quedando, y aqu estoy todava" 4. Esta migracin de Chilo a Magallanes cosntitua una de lasprincipales fuentes de mano de obra de las estancias de la regin patagnica fueguina.

    Hacia las dcadas de 1920 y 1930 se hizo corriente el denominado "colono", favorecido con tierraspor el gobierno o por facilidades para vender ganado. En uno de sus cuentos campesino llamado "ComprandoHacienda", Julio Silva Lazo anota: Vendan ganado a compradores que, por lo general, estafaban a los

    pequeos propietarios comprando a precios muy bajos; a campesinos "que haban sudado y sufrido para producir riquezas venciando a una naturaleza agresiva, se quedaban con el honor de ser criancieros y losnegociantes de animales, que les compraban la hacienda, recogan caso todas las ganacias" 5.

    Otros colonos se apoderaron de tierras secularmente mapuches. Fernndo Santivn en Charcas en laSelva presenta uno de ello, Juan Maureira: "Vine como ocupante. Tom ms de las mil hecvtreas a unosmapuches y me puse a trabajar (...) Instal un aserradero, hice descampo y siembras (...) El colono SalomnMatamala se apoder "de pequeos lotes que el Fisco no saba cuidar" 6.

    Una costumbre no slo rural muy arraigada en el centro y sur de Chile en las dcadas de 1930 y 1940era tomar mate, asegura un gran costumbrista, Manuel Ortz, conocedor de la vida de pueblos rurales: "lo usana todas horas y en todas las estaciones: a las ocho de la maana, como desayuno, a las tres de la tarde como

    once, a las nueve de la noche como cena; en el invierno como remedio contra el fro, en el verano comoremedio contra el calor y hay viciosos y viciosos que lo usan despus de almuerzo y de comida, a manera depostre y como auxilio de la digestin (...) El mate, por otra parte, al mismo tiempo que es lazo de unin, essigno de diferencia entre las clases sociales: prueba innegable de aristrociacia es tomarlo es vasija y conbombilla de plata (...) seal de oprigen no tan noble es usarlo de loza fina o de porcelana, de los que se vendenhoy en cualquier almacn, e indicios ciertos de villana son la bombilla de hojalata y el mate de calabaza (...)EL mate y el brasero son compaeros inseparables, sobre todo en el invierno. El primero calienta por dentro yel segundo por fuera y este doble calor establece insimidad, infunda confianza" 7.

    Movimiento Campesino

    El incipiente proceso de organizacin de los diferentes sectores de explotados del campo, iniciado aprincipios de la dcada de 1920, se consolid en 1932 y 1933, especialmente con la creacin de los Sindicatosde las Vias Lontu, Jorge Bron, Quiere, San Pedro de Molina y Casablanca de Molina. Asimismo, pequeos

    4 JOSE DONOSO: "Dinamarguero", en Cuentos campesinos,Santiago, 1950

    5 JULIO SILVA LAZO: "Comprando Hacienda", en Cuentos

    Capesinos, Antologa de Francisco Coloane, ed. ICIRA, Stgo, 1972,p. 197 y 198.

    6 FERNANDO SANTIVAN: Charca en la Selva, en Obras Completas,T.I. p. 391 y 424, ed. ZIG ZAG.

    7 MANUEL ORTIZ: Cartas de la Aldea, ed. ZIG ZAG, 4rta edicin,Stgo, 1948, p. 181 y 182.

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    propietarios se organizaron: el sindicato profesional de Chacareros de San Bernardo y el sindicato Profesionalde Pichi Ropulli de la Unin.

    En 1934, se legitima como lder campesino Emilio Zapata con las huelkgas que dirige en la zonacentral, en particular en el fundo Corina en 1934. Con l colaboraba Humberto Valenzuela, segn su propiotestimonio: "Me trasladaba a la vecina comuna de Barrancas a organizar a los campesinos y a elaborar junto

    con ellos los correspondientes pliegos de Peticiones que bamos entregando fundo por fundo en la medida quebamos organizando las Ligas campesinas. Alcanc a organizar siete fundos y cuando estbamos preparandoun movimiento huelgustico de conjunto, ste abort. tres fundos se fueron a la huelga sin esperar al resto. Loscampesino que fueron a l paro pertenecan a los fundos Lo prado Arriba, Lo Prado Abajo y Santa Corina. Larepresin no se hizo esperar (...) Despus me traslad a la comuna de Maip donde segu organizando la ligade los campesino Pobres, Los campesinos de los fundos La laguna, el descampo, el Porvenir, la alfalfana, LoEncaado, La Rinconada, El alto y muchos otros hicieron flamear las banderas de la Liga de los campesinospobres (...) Por las moches llegaban a buscarme los comaperos campesinos a la Rancha de Quincha y barroen que vivan en el pueblito llamado El Infiernillo; a veces a caballo, otras a pie, me conducan a travs decaminos y senderos que ellos conocan a los lugares de reunin que, generalemnte, se efectuaban en algn potrero debajo de un sauce o tras las zarzas morenas, o en la cocina de alguna sanda, alumbrados por unchonchn a parafina, o simplemente por la lumbre que arrojaba un tronco encendido en la cocina" 8.

    En 1935, inquilinos, jornaleros, medieros y pequeos propietarios fundaron la Liga Nacional de losCampesinos pobres, a nuestro juicio, la primera central sindical campesina de la historia de Chile. Susreivindicaciones fundamentales eran lograr mejoras de salarios, derecho a sindicalizacin, proteccin a losobreros que trabajaban en lecheras, vendimias y otras tareas agrarias, pago de horas estraordinarias y feriadoanual de 15 das de vacaciones.

    La principal rebelin campesina de este perodo fue le de Ranquil en 1934. Unos 10.000 campesinosocupaban tierras en esta zona de Lonquimay, provincia de Cautn, predios fiscales que antes se habanapropiado latifundistas como los de la Sucesin Puelma Tupper. Los campesinos formaron el SindicatoAgrcola de Lonquimay, siendo ayudados por el profesor Juan Leiva.

    Las tropas enviadas por el gobierno de Alessandri expulsaron a los campesinos, quienes sedespalzaron a Ranquil. All rechazaron a carabineros el 29 de junio. La insurreccin se extendi a todo la zonade Lonquimay; su primera derrota acaeci en LLanqun, recrudecindose la cacera de campesino. la rebelintermin el 7 de julio, cayendo entre 60 y 100 muertos, entre ellos Juan Leiva y Bascun Zurita.

    La liga de los campesinos pobres sigui afianzndose hasta 1939, ao en que realiza junto con laFederacin Nacional Agraria, el Primer Congreso Nacional Campesino. Ese 30 de abril surgi la FederacinCampesina con unos 100 organizaciones que agrupaban a 5.000 miembros. As se impulsaron unos 60conflictos colectivos de trabajo.

    En la zona centro-sur los campesinos empezaron a organizarse de manera autnoma, a tal grado que"la organizacin de trabajadores agrcolas haba llegado en 1939 a un perodo de auge: 234 sindicatos

    mayoritariamente libres, esto es ilegales; 170 pliegos de peticiones, 19 huelgas. Ms importante an es la

    8 HUMBERTO VALENZUELA: Historia del Movimiento ObreroChileno, op. cit., p. 95 y 96

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    extensin del movimiento a la casi totalidad del pas y la agrupacin de los sindicatos en Federaciones" 9,como la Federacin Nacional de Sindicatos Agrcolas y la Federacin de Sindicatos de Asalariados Agrcolasde la provincia de O`Higgins.

    Cuando los trabajadores del campo esperaban que la victoria del Frente Popular ampliara susaspiraciones, se dio un giro inesperado para ellos: se prohibi su organizacin sindical, bajo la presin de la

    Sociedad Nacional de Agricultura: suspencin por cinco aos de la discusin de un Proyecto de ley por el cualse le reconoca el derecho legal al campesinado a organizarse sindicalmente.

    Jorge Barra, especialista del tema, explica que "ante la creciente efervecencia del movimientocampesino, el gobierno en 1940, da instrucciones a los funcionarios del Ministerio del trabajo para que no dencurso a la organizacin sindical campesina dentro del marco del Cdigo del Trabajo. Este criteriogubernamental es acatado por la CTCH y los partidos polticos de izquierda en aras de la mantencin delFrente Popular y su Gobierno, frustrndose de esta manera, durante varios aos, el surgimiento de unmovimiento sindical campesino"10.

    Este acuerdo con la Sociedad Nacional de Agricultura del Presidente Aguirre cerda y los partidosRadical, Comunista y Socialista fue desconocido por uno de los fundadores del movimiento campesino,

    Emilio Zapata, quien a pesar de ser miembro del PS denunci el acuerdo como una de las ms grandestraiciones al pueblo.

    A pesar de los obstculos legales, los campesinos siguieron organizndose, como antes, es decir,"ilegalmente", al margen de las disposiciones del cdigo del Trabajo. En 1946 existan 358 organizacionescampesinas de base, son 11.000 miembros.

    En 1947 se promulga una ley (N 8811) de sindicalizacin campesina que resuleve una controversiasobre la inconveniencia de aplizar la legislacin de los obreros industriales a la organizacin de los jornalerosagrcolas. Con la ley que exista en 20 aos slo se organizaron 24 sindicatos con 1.658 trabajadores. La leyde 1947 en apariencia tena como objeto reglamentar la sindicalizacin campesina, pero en el hecho estabadestinada a limitarla. Ms an, apoyndose en dicha ley varios sindicatos fueron disueltos y sus dirigentes

    despedidos. A su vez, los sectores cristianos agrupados en la ASICH (Accin Sindical Chilena), fundada en1947 "Tiene una actividad ms descollante. Constituye hacia 1950 un sindicato libre de unos dos miltrabajadores campesino en una zona de Viedos del departamento de Lontu. El 1 de diciembre de 1953 segenera una huelga de cuatro das que alcanza notoriedad en la opinin pblica del pas. En base de esossindicatos y de otros grupos organizadores posteriormente en la zona central del pas, fundan el 9 de abril de1960 la Unin de Campesinos Cristianos" 11.

    9

    SUSANA BRUNA: "Chile: las luchas campesinas en el siglo XX",en PABLO GONZALEZ CASANOVA: Historia poltica de los campesinoslatinoamericanos, ed. Siglo XXI, Mxico, 1985, tomo IV,p. 100

    10 JORGE BARRIA S.: "El Movimiento campesino chileno", en TemasLaborales, ed. INSURA, Stgo, 1969, p. 11

    11 Ibid., p. 12

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    En 1952 comienza un proceso de reanimacin de las luchas en el campo por aumento de salarios,disminucin de la jornada de trabajo y mejoramiento de las regalas, que coincide con el resurgimiento de lasluchas del pueblo nacin-mapuche por la recuperacin de sus tierras.

    Una de las principales expresiones de esta resurgir campesino fue la huelga de Molina en diciembrede 1953 en la zona central. Abarc 20 fundos con 2.000 trabajadores y fue orientada por la ASICH y otros

    organismos cristianos.

    La CUT, fundada en febrero de 1953, a travs de su departamente campesino colabor en laorganizacin de los trabajadores del campo durante el perodo del gobierno de Ibez.

    A mediados de 1960 se efectu el Primer Congreso Nacional Campesino, bajo el lema "Tierra oMuerte". Ese mismo ao, la Conferencia Interprovincial de la CUT de 10 provincias del sur acord luchar porla reforma agraria.

    1961 y 1962 fueron aos de intensa actividad organizativa. En 1960 se form la Unin deCamoesinos Cristianos, estimulada por la ASICH. Al ao siguiente, el 30 de mayo se cre la FederacinCampesina e Indgena, afiliada a la CUT, convocada por el Frente de Trabajadores de la Tierra, la Federacin

    Nacional de Trabajadores Agrcolas, la Asociacin Nacional de Agricultures de Chile y la AsociacinNacional Indgena.

    Ese ao recrudecen las ocupaciones de tierras en los Lolocos, Isla de pangue, Malleco y Bo Bo. Unarticulista del peridico "Frente Obrero", N 57, junio, 1961 sealaba: "La cut ha planteado $3.000 de salariomnimo; 1.357 diarios o $40.710 mensuales para los inquilinos conservando todas las relagas; de estacantidad el 75% ($30.530) deben ser pagadas en dinero en efectivo; mejores crditos para los pequeospropietarios, para compra de semillas, abono y tiles de labranza.

    Las movilizaciones campesinas de 1961 y 1962 en Chile y lo que suceda en el campo en AmricaLatina obligaron a la clase dominante a reflexionar sobre la necesidad de adoptar algunas medidas en el agro,sobre todo considerar la llamada de atencin de la Alianza para el Progreso.

    En julio de 1962, Jorge Alessandri envi el proyecto de Reforma Agraria al parlamento. El 27 delmismo mes era aprobado en el senado por 22 votos y 11 en contra.

    La moderada Reforma Agraria del gobierno de Jorge Alessandri convertida en ley N 15.020 tuvocomo objetivos: a) dar acceso a la propiedad de la tierra a quien la trabaja; b) Mejorar la produccin"campesina" y c) Aumentar la produccin agropecuaria del suelo.

    La caja de colonizacin agrcola se transform en Corporacin de Reforma Agraria (CORA) y secrearon el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) y el Tribunal de Expropiacin Agraria.

    Sin embargo se benefici solamente a 1.210 familias, algunos de dudoso origen campesino: La mayor

    parte de la tierra distribuida era fiscal; prcticamente no fue tocada la propiedad privada de los latifundistas.De ah, el nombre de "Reforma de Maceteros" con que bautizaron esta tibia medida campesina. "por otraparte, la ley sirvi para que algunos grandes hacendados como Jaime Larrn Garca Moreno y Salvador CorreaLarran, vendieran a la corporacin de Reforma Agraria sus latifundios, en precios que a veces alcanzaronhasta el sxtuple del valor comercial" 12.

    12 ELISABETH REIMAN Y FERNANDO RIVAS: La lucha por la tierra,ed. Quimant, Stgo, 1971, p. 84

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    La ley agraria de Jorge Alessandri despert, contradictoriamente, nuevos combates en el campo. En

    1963, los jornaleros se tomaron la hacienda Los Cristales. Los campesinos, de ideologa cristiana, junto conotros sectores crearon en 1962 la ANOC (Asociacin Nacional de Organizaciones Campesinas), que da lugaren 1964 a la formacin del Movimiento Campesino Independiente.

    El proceso de radicalizacin campesina obligar poco despus al gobierno DC de Eduardo FreiMotalva a impulsar una Reforma Agraria ms vanzada que la de Jorge Alessandri, auqnie menor que la deSalvador Allende.

    Desde el gobierno de Ibez (1952-58), el proletariado rural se haba convertido en la principal fuerzamotriz de las luchas en el agro. Ya no slo se daba la movilizacin del pasado de los pequeos propietariospor creditos, semillas y abonos sino el combate por la tierra de un proletariado (jornalero) y semiproletariado(inquilinos) organizados para presentar pliegos Unicos por peovincias o regiones. El enfrentamiento social enel campo pas a ser un fenmeno permanente de la poltica nacional

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    CONTEXTO INTERNACIONAL

    La crisis mundial de 1929 cort abruptamente el proceso capitalista que vena desarrollndose,aunque no de manera unilineal, desde la primera revolucin industrial. Una de sus manifestaciones haba sidoun mercado fludo, asentado en el patrn oro. La crisis del 29 puso de manifiesto las debilidades del sistema,expresndose en la contraccin de la produccin, el desempleo masivo y la disminucin brusca del comerciointernacional. Ya no se trataba de una de las tantas crisis cclicas del sistema, sino de un cambio cualitativo enel carcter de la crisis.

    Las consecuencias de este terremoto econmico grado 11 fueron el proteccionismo implantado por

    los pases altamente industrializados, los acuerdos bilaterales cerrados, la devaluacin de las monedas, elabandono del patrn oro, la implantacin de rgidos controles de cambio y una mediatizacin de las anterioresformas multilaterales de intercambio.

    Todas estas medidas -dice Aldo Ferrer- "tenan por finalidad desvincular los medios de pagos y elnivel de actividad econmica interno de las fluctuaciones del balance de pagos, posibilitando, as, la adopcinde polticas monetarias y fiscales compensatorias que permitiesen contrarrestar los efectos de la crisis. Elvolumen fsico de las exportaciones mundiales cay un 25% entre 1929 y 1933 y los precios en ms del30%"13

    Esta situacin repercuti tambin sobre el mercado mundial del capital-dinero, ya que los pasesimperialistas no slo disminuyeron la exportacin de capitales, sino que retiraron parte de ellos. Estados

    Unidos, Inglaterra y Francia repatriaron capitales por valor de 1.589 millones de dlares durante 1931 y 1932.Se produjo as "el fin de una era de abundante e indiscriminada corriente de capitales internacionales en forma

    13 ALDO FERRER: La economa argentina, Ed. FCE, Mxico, 1963,pp. 154 y 155.

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    de prstamos e inversiones directas, que con la sola interrupcin de la Primera Guerra Mundial dur variasdcadas".14

    Las exportaciones latinoamericanas bajaron en cerca de la mitad entre 1929 y 1932, hecho que afectel pago de los servicios de la deuda externa. En muchos casos, hubo que agotar las reservas de oro y de divisase implantar un severo control de cambios.

    Esta crisis favoreci, contradictoriamente, el proceso de industrializacin por sustitucin limitada deimportaciones en Amrica Latina, actuando "en el sentido de elevar la tasa de rentabilidad del ncleoindustrial ligado al mercado interno"15. Desarrollo con inflacin fue la poltica econmica fundamentalimplantada por los gobiernos latinoamericanos empeados en ese modo de industrializacin liviana, que fuedependiente desde sus inicios.

    Cuando todava no se consolidaba la operacin anticrisis, sobrevino una nueva conflagracinmundial. Sin embargo, la fase abierta con la segunda posguerra mundial constituye una de las etapas msimportantes de la historia. Los notables avances en el desarrollo de la produccin -que algunos autores hancalificado de tercera revolucin industrial- estuvieron acompaados de un proceso de profundos cambiossociales que aceler el carcter mundial de la revolucin.

    El sistema capitalista sigui siendo el mismo, pero otro. Los avances cientficos y tcnicospermitieron un relevante desarrollo de las fuerzas productivas, que en ltima instancia favoreci el proceso deconcentracin monoplica del capital, expresado en las multi o transnacionales, detrs de las cuales, enaparente contradiccin se mantenan vigentes los Estados nacionales imperialistas. La transnacionalizacin delcapital no elimin la competencia intercapitalista, como suplieron algunos, ni menos la crisis. Uno de losprimeros en apreciar en 1947 la nueva fase histrica de capitalismo fue uno de mis maestros, Silvio Frondizi:"As como la dinmica interna del sistema tendi en un momento a integrar la produccin en el ordennacional, podramos decir a socializarla, hoy tiende a realizar dicha integracin en el plano internacional16". El boom econmico de las dcadas del 50 y 60 estuvo permanentemente signado por recesiones cada tres ocuatro aos, hasta que estall la crisis de 1974-75, la ms grave de la historia del capitalismo, despus de la del29. Ernest Mandel manifest que "hubo una larga onda expansiva que domin, en trminos generales, la

    economa capitalista desde 1949 hasta el fin de los aos setenta"17. A partir de entonces comenz una ondadepresiva que se mantuvo, con altos y bajos, hasta por lo menos la primera mitad de la dcada de 1990.

    La llamada revolucin cientfico-tcnica no slo incorpor cambios significativos en la produccin,sino tambin en las formas de explotacin del trabajo humano. Tambin introdujo modificaciones en la esferade la circulacin, distribucin y consumo, perfeccionando los sistemas y estudios de mercado. La tecnocraciapas a jugar un papel ms importante que en el pasado, tanto en la direccin de las empresas privadas como en

    14 NACIONES UNIDAS: International Capital Movement During theInterwar Period, New York, 1949.

    15 CELSO FURTADO: La economa latinoamericana, 14 edic., SigloXXI, Mxico, 1979, p. 139.

    16SILVIO FRONDIZI: La integracin mudial, Ed. Praxis, BuenosAires, 1947, p. 17.

    17ERNEST MANDEL: Entrevista del peridico "Rouge", Pars, junio1995, reproducida por "Punto Final", Stgo., agosto 1995, p. 24.

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    las estatales. Los directorios de empresas no provocaron la "revolucin" que haba equivocadamente profetizado James Burnham18, pero adquirieron cada da ms funciones en la programacin industrial,destinada a aumentar la productividad. Algunas ramas de la produccin disminuyeron su peso especfico en elproducto bruto de cada pas, mientras que en otras crecieron (industria pesada, petroqumica, energtica y dealimentos) gracias a una nueva redistribucin yjerarquizacin en los gastos de investigacin e inversin capitalista. Aunque el capitalismo no tiene capacidad

    para planificar la produccin,trata de "programar" costos a un plazo relativamente largo, debido a lasinnovaciones tecnolgicas y a la reduccin del perodo de vida til del capital fijo, que le permiten hacerclculos precisos de depreciacin y obsolescencia de la maquinaria.

    Segn Mandel "la tercera revolucin industrial, al igual que las dos anteriores, implica un enormeincremento en el volumen de la produccin industrial, y existe una nueva y aguda contradiccin entre lascapacidades productivas, aparentemente ilimitadas, y los lmites de la demada efectiva del "mercado". Lascrecientes dificultades para la realizacin de la plusvala conducen a un constante incremento de los costos deventa y al desarrollo de la mercadotecnia, y a los clculos de la elasticidad de la demanda (...) La solucineconmica implica un cambio en la naturaleza de la inversin que pone fin a la inversin "extensiva" uhorizontal (es decir la creacin de nuevas plantas y empresas) y se concentra en inversiones "intensivas" overticales, es decir en medios que reducen la utilizacin de la fuerza de trabajo. Esto explica el desarrollo

    masivo de la automatizacin, cuyo fin es reconstruir el ejrcito de reserva del trabajo, que tender a producirsecuando el crecimiento en la productividad supere el crecimiento anual de la produccin. Esta es la fuerzaeconmica que ayuda a hacer permanente la innovacin tecnolgica".19

    Dems esta decir que este reajuste del capitalismo mundial ha sido incapaz de evitar la crisis, ladesocupacin masiva, la inflacin galopante y otras lacras del sistema. Ms an, ese tipo de desarrollo haprovocado la crisis ecolgica ms grave de la historia.

    A principios de la dcada de 1950, con el inicio de la guerra de Corea y del conato de conflicto militarde los Estados Unidos contra la revolucin China, el imperialismo estaba en la lnea de declarar la terceraguerra mundial. Para ello necesitaba aplastar al proletariado mundial y al movimiento anticolonial ynacionalista e instaurar regmenes fascistas en Europa y en el mismo centro imperial. Pero no pudo lograrlo,

    en ese entonces, y la relacin de fuerzas se le fue haciendo cada vez ms desfavorable con los avances de larevolucin anticolonial y socialista. Paralelamente, la Unin Sovitica lograba igualar e incluso superar enalgunos aspectos el podero militar de los Estados Unidos.

    Antes, la carrera armentista se daba entre pases capitalistas y terminaba en guerras mundiales cuandouno de los imperialismos -como fue el caso del alemn- se crea en mejores condiciones de triunfar. A partirde los aos 50, la carrera armamentista seentabl entre el imperialismo y un Estado no capitalista. Contradictoriamente, se daba tambin el fenmeno deque el principal Estado en transicin al socialismo sufria profundas deformaciones burocrticas.

    Uno de los hechos ms destacados de la segunda posguerra mundial fue la lucha de los pueblosasiticos y africanos por su liberacin nacional y, en algunos pases, tambin social. Hechos coyunturales

    18 JAMES BURNHAM: The managerial revolution, Penguin Books, NewYork, 1945; hay traduccin al castellano de Ed. Huemul, BuenosAires.

    19 ERNEST MANDEL: Ensayos sobre el neocapitalismo, Ed. ERA,Mxico, 1971, pp. 17 y 19.

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    aceleraron este proceso a partir de los aos 50: la experiencia de los pueblos durante la guerra mundial y lacrisis de posguerra de los viejos imperios.

    El ascenso revolucionario de los pases coloniales y semicoloniales cambi la relacin de fuerzas aescala mundial, colocando al imperialismo en una situacin totalmente distinta a la de los primeros aos de posguerra. En esta lucha de los pueblos coloniales y semicoloniales es necesario distinguir dos tipos de

    procesos: uno, en el cual la revolucin obrera y campesina, nacional y social, alcanz el triunfo (China, Coreadel Norte e Indochina, adems de Cuba), y otro, en el que el movimiento de liberacin nacional fue canalizado por la burguesa nativa. Esta distincin es fundamental para poner al desnudo la falacia de que el llamadoTercer Mundo es un bloque homogneo y con aspiraciones comunes.

    Ciertos gobiernos burgueses "nacionalistas" aprovecharon la "guerra fra" de la dcada de 1950 paraobtener del imperialismo mejores condiciones en el reparto de la renta y una relativa autonoma poltica parajugar hasta donde fuera posible un papel "neutral" en la contienda. Bandung y El Cairo fueron escenarios deconferencias que reflejaron las presiones de los pueblossemicoloniales y al mismo tiempo, sus limitaciones bajo la conduccin burguesa.

    La revolucin Cubana signific no slo la primera revolucin en Amrica Latina sino que se

    constituy en la primera revolucin triunfante en el hemisferio occidental. De esta manera se ha terminaba conel argumento imperialista de que la disyuntiva es entre oriente y occidente, entre los "civilizados del mundooccidental libre" y los "barbaros y despticos orientales". Una vez ms se ha demostrado que la revolucin noreconoce fronteras ni se mueve por caracterizaciones geogrficas sino de clase.

    AMERICA LATINA.

    Hacia 1930, Estados Unidos haba desplazado al imperialismo ingls en la mayora de nuestros pases. De este modo, de semicolonia inglesa, Amrica Latina pas a convertirse en semicolonianorteamericana. Algunos pases centroamericanos y de la regin del Caribe ya eran semicolonias yanquis

    desde haca cerca de medio siglo.

    El carcter de la dependencia experiment un nuevo cambio entre 1930 y 1970. En dicho lapso sepodran sealar por lo menos dos fases: una, desde 1930 hasta mediados de la dcada del 50, durante la cualnuestro proceso de semiindustrializacin surge dependiente de la importacin de mquinarias-herramientas einsumos, al mismo tiempo que se profundiza la enajenacin de las materias primas explotadas por el capitalextranjero; y otra, de 1960 en adelante, en que el imperialismo comienza a desplazar capitales del rea de lasmaterias primas al sector de la industria de bienes de consumo durable, sin perder la hegemona en la carterade inversiones, el control tecnolgico y la comercializacin de las materias primas latinoamericanas.

    Esta agudizacin de la dependencia se di tambin en el plano poltico, al transformarse la OEA enuna especie de ministerio de semicolonias del Departamento de Estado Norteamericano, poco despus del

    triunfo de la Revolucin Cubana, con el fin de detener el ascenso del socialismo en nuestro continente.

    Los pases latinoamericanos sufrieron un salto cualitativo histricamente regresivo en sus relacionesde dependencia. Si bien es cierto que antes de la segunda guerra mundial eran semicolonias, no existanorganismos supranacionales (como la OEA) que los obligaran a entrar en guerra, o a acatar la polticainternacional del Departamento de Estado y a permitir la instalacin de bases militares yanquis.

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    El "boom" urbano replante el problema de la caracterizacin de nuestros pases. Hasta la dcada de1930, la mayora de los pases latinoamericanos eran agrarios. Ahora deben ser caracterizados como urbanos.La actividad industrial urbana ha pasado a convertirse en una de las bases principales de acumulacin decapital, constituyendo una nueva forma de realizacin de la plusvala, distinta a la del anterior perodo agro-minero exportador. Esta actividad industrial urbana no slo la implement la burguesa criolla sino tambin elcapital forneo. Amrica Latina ya no slo fue proveedor de materias primas bsicas, sino tambin mercado

    para la expansin de bienes de capital de las empresas multinacionales en las reas ms importantes de laindustria.

    A nuestro juicio, esta especificidad de Amrica Latina slo puede ser explicada por la teora deldesarrollo desigual y combinado, no solamente a nivel econmico sino tambin en cuanto a la estructura declases. La teora del desarrollo desigual, explicitada por Lenin, y complementada por Trotsky con la categorade "combinado", ha adquirido mayor relevancia en los ltimos aos a raz de la penetracin en la industria dela ms alta tecnologa, proveniente de las empresas multinacionales, mientras que se ha mantenido el atraso enalgunos sectores del campo y en ciertas reas de la economa urbana. Esta teora del desarrollo desigual ycombinado debe, a nuestro juicio, ser complementada con las categoras de articulado y especficodiferenciado.

    Algunos autores han llegado a calificar como modelo semicolonial de acumulacin slo al sectoragro-minero exportador, como si el proceso de industrializacin o semi-industrializacin de Amrica Latinano tuviese tambin un carcter dependiente semicolonial.

    El fenmeno de la Dependencia es tanto econmico como cultural, social poltico. Es una totalidad enque las relaciones de dependencia y explotacin de los pases semicoloniales respecto de los centrosimperialistas no slo son relaciones entre Estados, sino fundamentalmente entre clases.

    El proceso de industrializacin dependiente.

    En rigor, se debera hablar de semiindustrializacin porque Amrica Latina no se dio un proceso real

    de industrializacin, sino uno a medias, dependiente del capital monoplico extranjero, que condicion desdeel comienzo su desarrollo tanto en el suministro de maquinaria e insumos como de la ulterior asociacin delcapital industrial criollo con el forneo.

    La crisis mundial de 1929 signific un punto clave de inflexin en el fenmeno de industrializacinpor sustitucin de algunas importaciones. Ciertos pases, como Argentina, Brasil y, en menor medida, Mxico-que haban creado un mercado interno relativamente fuerte como resultado de la reinversin de ciertosexcedentes de la economa de exportacin en el proceso de urbanizacin e industrializacin, iniciado a finesdel siglo XIX- pudieron beneficiarse mejor que los pases que iniciaron la industrializacin durante lasdcadas posteriores a 1930. Los capitales acumulados en las empresas agropecuarias, artesanales ycomerciales, junto con la proteccin y el estmulo crediticio y arancelario del Estado, permitieron el despeguedel proceso de sustitucin de algunas importaciones. Subrayamos el adjetivo porque en realidad no hubo un

    verdadero proceso de sustitucin deimportaciones -como falazmente han sostenido los tericos de la CEPAL. La industria fue desde el comienzodependiente de la importacin de mquinas-herramientas e insumos.

    Hasta la crisis de 1929, el modesto sector manufacturero haba dependido de la expansin de lasexportaciones, como dice Celso Furtado: "a partir de ese momento, la industrializacin ser inducidaprincipalmente por las tensiones estructurales provocadas por la declinacin o el insuficiente crecimiento del

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    sector exportador"20. La crisis mundial de 1929 provoc en nuestros pases una brusca disminucin de losingresos de divisas, con los cuales se importaban en gran medida los artculos manufacturados. En esacoyuntura crtica, el Estado resolvi fomentar el desarrollo industrial tendiente a la sustitucin de algunasimportaciones. Otorg franquicias arancelarias para la importacin de maquinarias e insumos destinados a laindustria local. Las burguesas agraria y comercial desplazaron entonces capitales hacia el rea industrial,donde obtuvieron tasas de plusvala ms altas que en el agro.

    El despegue industrial se hizo a base de abundante y barata mano de obra, es decir, de capital variablebsicamente. As se generaron numerosas industrias sin necesidad de invertir captal constante en magnitudessignificativas. Las industrias ms importantes eran las denominadas ligeras o livianas, destinadas a laproduccin de artculos de consumo, no durables, al comienzo y durables a partir de la dcada de 1950. Laindustrias textiles y metalrgicas, as como las del cuero y calzado y la de alimentacin, se convirtieron en elbasamento del proceso productivo manufacturero, absorbiendo la mano de obra que migraba del campo a laciudad, base del moderno proletariado industrial que se estaba configurando a nuestra Amrica.

    La burguesa industrial latinoamericana -al revs de la europea, que se gener en lucha contra lanobleza terrateniente- naci directamente ligada a los terratenientes y a los gobiernos oligrquicos. Lascorrientes reformistas alentaron la ilusin de que exista una grave contradiccin entre el imperialismo y el

    desarrollo de este proceso de industrializacin por sustitucin de algunas importaciones. La verdad es que laevolucin industrial latinoamericana se ha efectuado bajo el control del imperialismo, fortaleciendo los nivelesde dependencia, ya que la industria ligera estuvo obligada desde su inicio a comprar su maquinaria a losmonopolios extranjeros, adems de los insumos, royalties y asistencia tecnolgica. Precisamente, uno de losrasgos que ha caracterizado nuestra condicin de pases semicoloniales fue la importacin de maquinaria. Alimperialismo le convena el desarrollo de la industria ligera en los pases semicoloniales, porque constituanun nuevo mercado para la colocacin de losproductos de su industria pesada.

    Al proclamar la incompatibilidad entre el imperialismo y el desarrollo industrial de los pasesoprimidos, los reformistas parecan ignorar que lo bsico para el monopolio contemporneo no era laexportacin de artculos de consumo, sino la venta de la maquinaria elaborada por su industria pesada. Al

    viejo capitalismo, deca Lenin, le interesaba la exportacin de mercancas, al moderno -el imperialismo- laexportacin de bienes de capital.

    Pizer y Cluter han sealado que el desarrollo manufacturero latinoamericano no perjudic a laindustria estadounidense21. El presidente de los industriales norteamericanos, agrupados en la NationalAssociation of Manufacturers, declar en la dcada de 1950 que "no puede haber mayor falacia que lacreencia de que nuestro comercio de exportacin depende del retardo econmico de otros pases. El principalobstculo que tenemos en el comercio de exportacin con Amrica Latina es el bajo poder adquisitivo delpueblo. Ese mercado est creciendo no a travs del incremento en la riqueza de materias primas sino a travsde la industrializacin".22

    20

    CELSO FURTADO: La economa latinoamericana, p. 132, Ed.Siglo XXI, 14 edicin, Mxico, 1979.

    21 PIZER y CLUTER: El papel de las inversiones estadounidensesen la economa de Amrica Latina, Washington, 1957.

    22 Cit. por VICTOR TESTA, en Rev "Fichas", julio 1964, p. 71,Buenos Aires.

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    Las burguesas latinoamericanas estuvieron prontas a declarar ante sus socios mayores del Norte que

    la sustitucin de importaciones "no es un hecho arbitrario ni conspira contra el comercio internacional. Se tratasimplemente de un cambio de composicin de las importaciones y de una disminucin de ellas"23. El portavozdel gran comercio norteamericano manifestaba en 1942: "Uno de los resultados de la escasez de artculosmanufacturados (...) fue el de proporcionar un nuevo y creciente incentivo a los sudamericanos para

    desarrollar sus industrias nacionales (...) el programa de "buena vecindad" de los Estados Unidos contribuy aese movimiento hacia una mayor autosuficiencia econmica, mediante emprstitos bancarios y asesoramientotcnico; (dicho desarrollo industrial) significara crear un mayor nmero de consumidores potenciales para lasexportaciones estadounidensee para despus de la guerra"24.

    Ese mismo ao, el New York Times declaraba: "No es posiblemantener indefinidamente, ni con la Amrica Latina ni con elOriente, el viejo sistema colonial de venderles artculos terminados a precios elevados y comprarles materiasprimas o artculos semimanufacturados a precios reducidos. Debemos esperar la industrializacin de los pasesno desarrollados"25. Era entonces evidente que no exista ninguna contradiccin entre el imperialismo y eldesarrollo de la llamada industria nacional, elaboradora de productos de consumo no durables. En el fondo,esto explica la relacin de dependencia entre la burguesa industrial latinoamericana y el capital monoplico

    extranjero y su incapacidad congnita para enfrentar al imperialismo.

    La alternativa escogida en la dcada de 1950 para superar la crisis de acumulacin de capital en laindustria liviana fue promover el desarrollo de las industrias dinmicas e intermedias, entendiendo porindustrias dinmicas aquellas que producen bienes de capital (automotriz, metal-mecnica, etc.) y bienes deconsumo durable (lnea blanca, televisores, aparatos electrnicos) y por industrias intermedias las queproducen insumos para otras empresas. En virtud de que estas industrias requeran una alta tecnologa y unafuerte inversin, que alteraba la composicin orgnica del capital de las manufacturas montadas en la primeramitad de siglo, la burguesa latinoamericana aceler la asociacin con el capital monoplico internacional enel rea de la industria.

    Esta decisin estaba estrechamente vinculada con la nueva poltica de inversiones del imperialismo

    yanqui en Amrica Latina, que haba comenzado a desplazar sus capitales a la industria, sin abandonar sustradicionales inversiones en el sector de las materias primas, como se demuestra en el siguiente cuadro:

    Inversiones de Estados Unidos en Amrica Latina.

    1951-52 1965

    23

    Cit. por MARIO ARRUBLA: Estudio sobre el subdesarrollocolombiano, p. 86, Ed. La Carreta, 10 edicin, Bogot, 1978.

    24 Cit. por SILVIO FRONDIZI: La realidad argentina, p. 136, Ed.Ciencias Polticas, Buenos Aires, 1973 (Foreign Commerce Weekly,agosto 1 de 1942).

    25 Ibid, p. 137, citaNew York Times del 25-7-1942.

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    Petrleo 1.912 mill. de dl. 3.034 mill. de dl. Manufactura 1.774 mill. de dl. 2.741 mill.de dl. Comercio y varios 1.393 mill. de dl. 1.600 mill. de dl.Minera y 686 mill. de dl. 1.114 mill. de dl.Fundicin

    En Mxico, las industrias fundamentales pasaron a manos del capital norteamericano. En Brasil y

    Argentina el imperialismo logr en menos de un lustro el control de la industria automotriz y petroqumica. EnColombia y Venezuela, el emporio Rockefeller y otros de similar magnitud comenzaron a controlar lasempresas fabriles ms importantes. Este fenmeno fue analizado por Anbal Quijano en un estudio sobre elPer: "mientras que en el perodo anterior el imperialismo radicaba fundamentalmente en la propiedad y elcontrol de la produccin extractiva minera-agropecuaria, en "enclaves" que slo geogrficamente pueden serconsiderados parte de la economa nacional, en la actualidad tiende a desplazar el nfasis de su penetracin yde su control en los sectores manufactureros urbanos y en el comercio, sin que ello signifique el abandono desus sectores tradicionales de control".26

    Las inversiones norteamericanas en la industria chilena, que alcanzaban solamente a 6 millones dedlares en 1940, aumentaron notoriamente a partir de 1960. Algunos autores han estimado esta inversin encerca de 100 millones de dlares. Es difcil cuantificar el total porque se formaron empresas "nacionales" que

    eran subsidiarias o estaban controladas por firmas extranjeras, que han penetrado sigilosamente a travs deestas sociedades "nacionales" para aprovechar las franquicias y exenciones a las industrias del pas.

    Como resultado de la tendencia del imperialismo a invertir capitales en las reas fundamentales de laindustria, se produjo un gradual desplazamiento de la manufactura de bienes de consumo no durable por lasindustrias dinmicas e intermedias, que crecieron a un ritmo de dos o tres veces ms que las tradicionales. Estefenmeno se reflej en el nmero de obreros y empleados ocupados en las diferentes ramas de la produccinindustrial. Mientras el proletariado de las industrias dinmicas se duplic y triplic, segn los pases, la claseobrera de la industria ligera o liviana se estanc. El ritmo de aumento del nmero de obreros en la industriametal-mecnica y, en general, en la industria dinmica aument durante las dcadas de 1950 y 60, perocomenz a estacionarse a medida que aumentaba la composicin orgnica del capital en favor del capitalconstante, que era la base para la expansin monoplica de este tipo de industria.

    La inversin de capital monoplico extranjero en la industria dio un nuevo carcter al proceso de ladependencia. Ya no se trataba solamente de que el imperialismo se apropiara de las materias primas bsicassino de que tambin pasaba a ser dueo de las ramas fundamentales de nuestra industria. La burguesaindustrial latinoamericana, dependiente desde sus inicios de la importacin de maquinaria extranjera, se asocial capital monoplico internacional que no solamente se conformaba con la venta de maquinaria sino quetambin pas a controlar directamente la industria, a travs de una inversin masiva de capitales. Elimperialismo aprovech la infraestructura energtica y de transporte que haban creado los Estadoslatinoamericanos, a costa el sacrificio de nuestros pueblos, y las exenciones tributariasconcedidas a la industria para instalarse sin mayores problemas en sus planes de expansin einternacionalizacin del mercado interno de cada uno de los pases latinoamericanos, acelerando la integracinforzada de nuestra economa a la economa mundial. Este tipo de internacionalizacin del mercado interno,

    integrado al mundial, hizo entrar en crisis la frmula tan trajinada de centro-periferia.

    Los pases latinoamericanos de industrializacin tarda -como Venezuela, Per, Bolivia, Paraguay,Ecuador, Centro Amrica y el Caribe, con excepcin de Cuba- iniciaron su proceso de sustitucin de algunas

    26 ANIBAL QUIJANO: Naturaleza, situacin y tendencias de lasociedad peruana contempornea, mimeo, 1967.

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    importaciones en el momento en que el capital monoplico internacional comenzaba a desplazar capitales a laindustria. Por consiguiente, la burguesa nativa naci asociada al capital industrial forneo. Si en los casos deindustrializacin temprana donde haba surgido una burguesia industrial, con capitales criollos, se poda dudarde su carcter nacional, en los pases de industrializacin tarda no qued ninguna duda acerca del carcterproimperialista de esta burguesa nativa. Por lo dems, la burguesa de los pases de industrializacin tempranaya se haba asociado durante la dcada del 50-60 con el capital transnacional.

    La gesta de Sandino

    La intervencin norteamericana en Nicaragua gener contradictoriamente una de las luchasantiimperialistas ms importantes del siglo XX. Ese movimiento nacionalista fue dirigido por Augusto CsarSandino, nacido el 18 de mayo de 1895 de padres campesinos.

    Sandino tuvo que salir del pas, dirigindose a Honduras, donde trabaj en una empresa bananerayanqui. De all viaj en 1923 a Guatemala, emplendose como pen en la United Fruit Company. Pocodespus estaba en Mxico, trabajando en una empresa petrolera norteamericana. Esta experiencia obrerasindical en el exterior, le sirvi para su formacin poltica y sus dotes de organizador. A su regreso al pas, se

    dirigi a la mina San Albino, de propiedad norteamericana, con el fin de reclutar obreros para su causa, queengros tambin con sectores indgenas. Es importante destacar que Sandino comprendi que los sectoresbsicos para la lucha antiimperialista eran los campesinos, los obreros y los indgenas, dndose cuenta de larelacin etnia-clase en la historia de las luchas de su pueblo.

    Cuando el presidente Moncada resolvi transar con el ejrcito extranjero, Sandino decidi combatir alimperialismo que ocupaba desde 1909 a su pas, transformando la tradicional pugna entre caudillos yfracciones burguesas en una gran gesta por la liberacin de su patria.

    El 16 de julio de 1927 inici su histrica epopeya, atacando la ciudad de Ocotal en la regin de NuevaSegovia, que pronto se constituy en su principal base de seguridad. Fue perfeccionando su sistema deguerrillas con emboscadas y ataques sorpresivos que desorientaban las tropas norteamericanas, acostumbradas

    a la guerra de tipo convencional. Logr derrotar a los yanquis en Las Flores el 9 de septiembre de 1927 y enTepaneca diez das despus. Los campesinos redoblaron el apoyo logstico y comenzaron a incorporarse a lascolumnas del ejrcito libertador, que logr el 8 de octubre de ese ao la hazaa de derribar un avin.

    El "pequeo ejrcito loco", como lo denominaron los poetas, tena una base de seguridad en ElChipote, donde se almacenaban armamentos, alimentos, ganado y se haban construdo pequeas fbricas demuniciones y otras de confeccin de uniformes y zapatos. Segn Ramrez, "el nmero de efectivos delEjrcito Defensor vari en distintas ocasiones, entre 2.000 a 6.000 soldados que lleg a tener en la poca deexpansin ms grande de sus operaciones, en 1931-1932".27

    La base campesina respald activamente al Ejrcito popular de Sandino porque vea una posibilidadde salir de su explotacin, a travs de las lecciones de la lucha armada y de las que escuchaba en las escuelas

    que los sandinistas abrieron en los diferentes frentes de lucha. Los campesinos hacan tambin de correos,facilitando el espionaje y el contraespionaje. El llamado "coro de ngeles"estaba constitudo por nioshurfanos de la guerra que emitan gritos ensordecedores, acompaados de ruidos de latas, cuando las tropas

    27 SERGIO RAMIREZ: Un muchacho de Niquinohomo, en Rev. Alero,p. 16, marzo abril, 1976

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    sandinistas se lanzaban al combate, para dar la impresin de que eran miles, en una tctica que hace recordar ala que emplearon los indgenas contra los colonialistas espaoles.

    El guerrillero Santos Lpez describa en sus Memorias algunas de las tcticas empleadas: "se lesdejaba penetrar dos das sobre la montaa, aqu se les atacaba, los yankees retrocedan y en su retroceso eranatacados; se les atacaba por varios sitios a lo

    largo del recorrido a la entrada y salida".28

    El periodista norteamericano, Carleton Beals, enviado por The Nation, para cubrir las informacionesde Nicaragua, manifestaba que "los marinos se han puesto en ridculo con toda su maquinaria de guerra, suciencia, sus aeroplanos, mientras Sandino marcha a las regiones populosas del centro, atraviesa dosdepartamentos, penetra a las fincas de caf y se hace de nuevos elementos (...) La tctica actual de losamericanos para sofocar a Sandino ser ineficaz. Las tropas conocen las costumbres de los aeroplanos. Viajantemprano enla maana y muy tarde, o por la noche, o bien a travs de la selva, en donde son visibles desde arriba" 29. En lasoperaciones militares y de sabotaje murieron aproximadamente 500 marines.

    Cuando las tropas norteamericanas decidieron liquidar la base de seguridad El Chipote, la jerarqua de

    la Iglesia catlica mostr una vez ms de qu lado estaba: el obispo de la ciudad de Granada bendijo las armasde los "marines" que partan para el asalto de las Segovias. Pero el ejricto de ocupacin no encontr nada all.Sandino haba desmantelado el campamento, poniendo en su lugar unos muecos, que simulaban soldados.

    El dominicano Gregorio Gilbert, que form parte de las Brigadas Internacionales que combatieronjunto a Sandino, contaba que: "Los plpitos ya no eran las tribunas sagradas para inculcar en los feligreses laspalabras santas sino que los haban convertido en centros de propaganda en favor de la causa interventora,dndole al pueblo ideas tan execrables, como era la de admitir con gratitud la intervencin de losnorteamericanos en los asuntos nacionales porque, al decir de los sacerdotes, era un favor de Dios recibido porNicaragua para su salvacin".30

    El movimiento nacional-antiimperialista de Sandino comenz a ser noticia en las primeras planas de

    los peridicos y a tener gran simpata en los pueblos latinoamericanos. La Liga Antiimperialista de lasAmricas, a travs de su peridico El Libertador, dirigido por el mexicano Diego Rivera y el venezolanoSalvador de la Plaza, redobl la campaa del Comit "Manos fuera de Nicaragua".

    El pensamiento antiimperialista de Sandino se expres sin equvocos en la carta dirigida a losgobernantes de Amrica Latina en 1928:

    "Por ser los intereses de esos quince pueblos los que ms afectados resultaran si se permite a losyankees hacer de Nicaragua una colonia del To Sam, me tomo la facultad de dirigiros la presente (...) Losyankees, por un gesto de pudor, quieren disfrazarse con el proyecto de construccin de un canal interocenico

    28

    SANTOS LOPEZ:Memorias de un soldado, en Rev. Alero, marzo-abril 1976, p. 46, Guatemala.

    29 CARLETON BEALS: Con Sandino en el corazn de la montaa, ElUniversal Ilustrado, 5-4-1928, N 569, p. 23.

    30 GREGORIO U. GILBERT: Junto a Sandino, p. 208, Univ. Autnomade Santo Domingo, 1979.

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    a travs del territorio nicaragense, lo que dara por resultado el aislamiento entre las repblicas indohispanas(...) Acaso piensan los gobiernos latinoamericanos que los yankees slo quieren y se contentaran con laconquista de Nicaragua?. Acaso a estos gobiernos se les habr olvidado que de veintiuna repblicas hanperdido ya seis su soberana?. Panam, Puerto Rico, Cuba, Hait, Santo Domingo y Nicaragua, son las seisdesgraciadasrepblicas que perdieron su independencia y que han pasado a ser colonias del imperialismo yankee (...) Hoy

    es con los pueblos de la Amrica hispana con quienes hablo. Cuando un gobierno no corresponde a lasaspiraciones de sus connacionales, stos, que le dieron el poder, tienen el derecho de hacerse representar porhombres viriles y con ideas de efectiva democracia, y no por mandones intiles (...) Somos noventa millonesde hispanoamericanosy slo debemos pensar en nuestra unificacin (...) por eso es que para formar un Frente Unico y detener elavance del conquistador sobre nuestras patrias, debemos principiar por darnos a respetar y no permitir quedspotas sanguinarios como Legua, Machado y otros nos ridiculicen ante el mundo, como lo hicieron en lapantomima de La Habana. Los hombres dignos de la Amrica Latina debemos imitar a Bolvar, Hidalgo, SanMartn y a los nios mexicanos que el 13 de septiembre de 1847 cayeron acribillados por las balas yankees enChapultepec y sucumbieron en defensa de la patria y de la raza, antes que aceptar sumisos una vida llena deaprobio y de vergenza en que nos quiere sumir el imperialismo yankee. Patria y Libertad. Augusto CsarSandino. 4 de agosto de 1928. El Chipote, Nicaragua".31

    En su "Plan de Realizacin del Supremo Sueo de Bolivar", para ser presentado a los gobiernoslatinoamericanos, Sandino reiteraba el 20 de marzo de 1929 sus ideas unitarias: "Variadas y diversas son lasteoras para lograr, ya sea un acercamiento, ya una alianza, o ya una Federacin, que comprendiendo a las 21fracciones de nuestra Amrica integren una sola nacionalidad. Pero nunca como hoy se haba hecho tanimperativa y necesaria esa unificacinunnimemente anhelada por el pueblo latinoamericano, ni se haba presentado las urgencias, tanto como lasfacilidades que actualmente existen para tan alto fin histricamente prescripto como una obra mxima arealizar por los ciudadanos de la Amrica Latina (...) Consideramos indispensable la alianza de nuestrosEstados Latinoamericanos (...) La Conferencia de Representantes de los veintin Estados integrantes de lanacionalidad latinoamericana declara abolida la doctrina Monroe (...) declara expresamente reconocido elderecho de alianza que asiste a los veintin Estados de la Amrica Latina Continental e Insular, y por ende,

    establecida una sola nacionalidad, denominada Nacionalidad Latinoamericana, hacindose de ese modoefectiva la ciudadana latinoamericana".32

    Como una manera de avanzar concretamente hacia la unidad de nuestros pueblos, Sandino hizo unllamado en febrero de 1930 para acelerar los pasos tendientes a fortalecer la Confederacin SindicalLatinoamericana:

    "Compaeros nicaragenses y todos aquellos que todava se encuentran desorganizados y fuera de laConfederacin Sindical Hispanoamericana, en nombre de los heroicos soldados del Ejrcito defensor de lasoberana nacional de Nicaragua, os gritamos: Organizos!, vuestro puesto est en las filas de laConfederacin Sindical Hispanoamericana, nica organizacin sindical defensora de los intereses de la clasetrabajadora. Patria y Libertad".33

    31 El pensamiento vivo de Sandino, p. 228-232, Centauro,Caracas, 1981.

    32 Ibid., p. 227 y siguientes.

    33 Ibid., p. 357.

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    El ejrcito sandinista se haba transformado en un ejrcito internacionalista. Junto a los nicaragenses,

    combatan el salvadoreo Agustn Farabundo Mart, que llego a ser Secretario General del Estado Mayor, elcolombiano Rubn Ardila Gmez, el dominicano Gregorio Gilbert, el venezolano Carlos Aponte, el mexicanoJos de Paredes y otros luchadores de esta notable generacin de internacionalistas revolucionarioslatinoamericanos.

    Segn las Memorias de un soldado sandinista, Santos Lpez, en aquellos das "llega una cantidad dehondureos a presentarse pidindole a Sandino les d ingreso en sus filas, cada quien portando armas cortas,entre ellos vena el Coronel Filadelfo Gmez, Coronel Rosa Tejada, Coronel Jos Lagos, a quienes les dioacogida y responsabilidades; a los coroneles les entrega una ametralladora Lewis"34. Adems de losmencionados en los parrafos anteriores, el guerrillero Santos Lpez cita en sus Memorias a los salvadoreosJos Luis Mariona, Guillermo Ajuria, Jos Garca,General Jos Len Daz y Moiss Escobar. Tambin menciona como luchadores de estas brigadasinternacionales a los hondureos: General Simen Montoya, Juan Pablo y Eustaquio Umanzor, Mayor JosRodrguez, Coronel Juan Aguilar, Teniente Francisco Balladares. De Guatemala vinieron, adems, GirnRuano, los Tenientes Manuel Avila Jaramillo y Arturo Fernndez. De Costa Rica, El Mayor Marcial Salas y elCoronel Carlos Quesada, que ms tarde se convirti en traidor. Tambin colabor el peruano Esteban

    Pavletich y el colombiano Alfonso Alexander.

    Como una muestra de este sentir latinoamericanista, despertado por la gesta de Sandino, transcribimosuna parte de la carta enviada el 20 de junio de 1928 por Carlos Aponte a su compatriota Salvador de la Plaza:"Tenemos la necesidad de formar un slo ejrcito que, con el general Sandino, logre derrotar la fuerza deopresin y tirana que son los yanquis"35. En otra carta, Aponte manifestaba: "Resolv prestar mi concurso aNicaragua porque all se estaba luchando con las armas en la mano no slo por el pueblo de Nicaragua sinopor Venezuela y todo el continente. (...) En Nicaragua se ve claramente la trayectoria que seguirn nuestros pueblos en su doloroso camino hacia la emancipacin definitiva (...) muchos frentes distintos contra elenemigo comn"36. Es como si Aponte se hubiera anticipado cuarenta aos a las ideas del Che Guevara.

    En las bases de seguridad del ejrcito rebelde combatan tambin mujeres, entre las cuales se

    destacaba la salvadorea Teresa Villatoro, compaera de Sandino, que fue herida gravemente en unbombardeo areo norteamericano. Junto con Teresa combatieron en las montaas sus hermanas salvadoreasAmalia y Alicia Villatoro, adems de una decena de mujeres guerrilleras. Mujeres de otros pases enviaroncalurosos y emotivos respaldos, como el de la maestra dominicana, Ercilia Pepn, directora de una escuela deSantiago de los Caballeros.

    El respaldo femenino ms importante que recibi a nivel internacional Sandino fue el de la poetisachilena Gabriela Mistral, quien manifest: "Voy convencindome de que caminan sobre la Amricavertiginosamente tiempos en que ya no digo las mujeres sino los nios tambin han de tener que hablar de poltica(...) Los hispanizantes polticos que ayudan a Nicaragua desde su escritorio o desde un Club deestudiantes haran cosa ms honesta yendo a ayudar al hombre heroico, hroe legtimo, como tal vez no lestoque ver otro, hacindose sus soldados rasos. Cuando menos, si a pesar de sus arrestos verbales, no quieren

    34 SANTOS LOPEZ:Memoria de un soldado, op. cit., p. 44.

    35Libertad, rgano del Partido Revolucionario Venezolano en elexilio, N4, septiembre 1928, Mxico.

    36 Ibid., N12, abril, 1929.

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    hacerle el prstamo de s mismo, deberan ir haciendo una colecta continental para dar testimonio visible deque les importa la suerte de ese pequeo ejrcito loco de voluntad y de sacrificio. Nunca los dlares, los sucresy los bolvares suramericanos, que se gastan tan fluvialmente en sensualidades capitalinas, estaran mejordonados (...) El General Sandino carga sobre sus hombros vigorosos de hombre rstico con su espada viril deherrero o forjador, con la honra de todos nosotros (...) El Angel de los oficios no le dio en vano el de herrero:iba a necesitar el hacha ms ligera para alzarla y ms pesada para dejarla caer. Se le oye el resuello fatigoso y

    dan ganas de enderezarle el viento para que ayude sus pulmones".37

    Despus de los triunfos sandinistas en La Flor, Illiwas y Cuje, entre agosto y diciembre de 1928,Estados Unidos resolvi no comprometer ms directamente sus tropas, dejando a la Guardia Nacional la"guerra sucia", que luego se expres en el incendio de las propiedades de los campesinos, con el fin deamedrentarlos.

    Uno de los jvenes generales del ejrcito sandinista inflingi a los norteamericanos una de lasderrotas ms aplastantes en la zona de Len el 30 de noviembre de 1930, obligando al Departamento deEstado a considerar la posibilidad de retiro de las tropas cuando se celebraran las elecciones nicaragenses en1932.

    Los sandinistas, haciendo caso omiso de las promesas, siguieron atacando en abril de 1931 lasplantaciones de la United Fruit Co. y avanzando sobre Puerto Canezas. Los yanquis movilizaron su flota deguerra y desembarcaron nuevos contingentes de "marines".

    Segn Sergio Ramrez, "entre los aos 1931 y 1932, la guerra sandinista alcanzara las proporcionesde una guerra nacional. Excepto la regin de Pacfico cercana a la capital, todos los dems lugares -para nohablar de Las Segovias que es el dominio absoluto de Sandino- comenzarn a ser alcanzados por lasincursiones de las columnas rebeldes".38

    Argumentando razones de poltica exterior de su pas como de poltica interior nicaragense, lastropas norteamericanas de ocupacin decidieron retirarse de Nicaragua el 1 de enero de 1933.

    Fiel a su palabra, Sandino inici de inmediato las negociaciones ni bien hubo salido de su pas elltimo "marine". El 2 de febrero de 1933, Sandino pisaba el Palacio de Gobierno para discutir con elpresidente Sacasa las condiciones de paz. Pero los yanquis haban dejado un hombre de confianza a cargo dela Guardia Nacional: Anastasio Somoza Garca, quien el 22 de febrero de 1934 orden asesinar a Sandino.

    La estrategia de Sandino para la toma del poder y la destruccin del aparato de Estado burgus noalcanz a manifestarse claramente. Su movimiento tambin adoleci de una adecuada estructura orgnica anivel poltico sindical. Se basaba exclusivamente en la conduccin personal y en el papel del Estado Mayordel Ejrcito Defensor de la Soberana Nacional. Los intentos de Farabundo Mart, de Gregorio Gilbert yArturo Vega de darle una conformacin colectiva no prosperaron.

    En sntesis, las tropas norteamericanas se retiraron porque fueron incapaces de vencer a las guerrillas

    del pueblo nicaragense, al "Ejrcito de los Hombres Libres", en una guerra que dur ms de seis aos. Deeste modo, por primera vez en la historia de Amrica Latina un ejrcito norteamericano era derrotado sin

    37 GABRIELA MISTRAL: Sandino, Pars, 1928. Reproduc. por Rev.Alero, Guatemala, marzo-abril, 1976, p. 113 y 114.

    38 Ibid., p. 20.

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    atenuantes por nuestro pueblo. Ms an, por primera vez en los anales del Ministerio de Guerra de los EstadosUnidos, su ejrcito, su marina y su aviacin se vean obligados a retirarse a la fuerza de un pas ocupado. Estehecho histrico lo haba logrado un pequeo pas de Centroamrica. Medio siglo despus se iba a repetireste trascendental suceso en Vietnam.

    Farabundo Mart y la Revolucin Salvadorea de 1932.

    Con una direccin poltica de clase, el movimiento de Farabundo Mart represent ms genuinamentea la clase trabajadora y campesina que las otras revoluciones del ciclo analizado, siendo la primera revolucindirigida por un partido comunista en Amrica Latina.

    Este movimiento se realiz en un pas esencialmente agrario, dependiente de la exportacin de cafdesde la segunda mitad del siglo XIX. Despus de un largo perodo de gobiernos autoritarios, advino unrgimen democrtico, presidido por el Dr. Po Romero Bosque (1927-31), aprovechado por los trabajadores para consolidar sus organizaciones, entre ellas, la Seccin Salvadorea de la Confederacin ObreraCentroamericana (COCA), llamada "La Regional". En ese perodo, se afianzaron sindicatos creados en 1923-24, especialmente de los trabajadores del transporte; se organizaron otros en el proletariado rural y en el cuero

    y calzado. Asimismo, se crearon Ligas Campesinas y Cooperativas con el fin de luchar por el reparto detierras, crdito agrcola, semillas y herramientas de trabajo. De este modo, el movimiento campesino pas aconstituirse en uno de los principales sectores de la vanguardia social.

    Un testigo de los hechos, Miguel Mrmol. ha sealado que en aquella poca, "La Regional" lleg acontar con 75.000 afiliados, manteniendo relaciones con sus hermanos de pases vecinos: "El espritucentroamericano profundo de la poca permiti la formacin de la Confederacin Obrera Centroamericana(COCA) y con ella surgieron las primeras relaciones internacionales de los trabajadores salvadoreos"39. Hstafines de la dcada de 1920, el movimiento sindical estuvo influenciado por la tendencia anarco-sindicalista.

    La clase obrera, el campesinado y las capas medias estaban radicalizados por la influencia de dosprocesos revolucionarios: la Revolucin Mexicana y el Movimiento Guerrillero encabezado por Sandino, en

    cuyo Ejrcito de los Hombres Libres combatan numerosos salvadoreos. Por eso, para cualquier anlisis delciclo revolucionario de Centroamrica y el Caribe en esta poca es fundamental considerar la interinfluenciaque se dio entre estos procesos. La crisis mundial de 1929 provoc una brusca disminucin de la exportacindel caf, una baja de un 45% de sus precios y una aguda cesanta. En esta coyuntura, comenz la campaa presidencial del ingeniero Arturo Araujo, fundador del Partido Laborista, quien en sus actos plante "laexpropiacin y reparticin de loslatifundios, distribucin de tierras del Estado, limitacin de la jornada de trabajo (...) El odio de los finqueros,cafetaleros, hacendados y grupos de poder econmico en general, no se hace esperar. Ls elecciones las ganaAraujo, por abrumadora mayora"40, asumiendo el gobierno el 1 de marzo de 1931.

    39 ROQUE DALTON: Miguel Mrmol. Los sucesos de 1932 en ElSalvador, p. 99, Ed. Univ. Centroamericana, San Jos de CostaRica, 1972.

    40 MARIO SALAZAR VALIENTE: Esbozo histrico de la dominacin enEl Salvador (1920-1974), p. 4, Centro de Estudios Latinoamericanosde la UNAM, Mxico, 1975.

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    Segn Mario Salazar, "Araujo asume la presidencia con la animadversin franca de la burguesacafetalera y los hacendados"41. Durante su breve gobierno, Araujo fue presionado por los trabajadores paraque cumpliera el programa prometido. Este presidente logr que la Asamblea Legislativa aprobara una leypara iniciar un tibio proceso de reforma agraria en cuatro Departamentos. Sin embargo, esto no satisfizo a loscampesinos. "En abril y mayo de 1931 realizaron una serie de huelgas en distintas haciendas"42.

    Ante la incapacidad del presidente Araujo, un sector de militares jvenes dio un golpe de centroizquierda, asumiendo el poder un "Consejo de Oficiales, soldados, obreros y campesinos" que se mantuvo enel gobierno dos das. Estos oficiales, recin egresados de la Academia Militar, no supieron retener el poder,siendo rpidamente desplazados por el General Maximiliano Hernndez el 2 de diciembre de 1931, con elapoyo de los Estados Unidos.

    Este General convoc a elecciones de diputados y alcaldes el 3 de enero de 1932, donde el PC -que sehaba fundado en marzo de 1930- obtuvo notables triunfos en varias ciudades y en la zona central y occidentaldel pas, que era la ms radicalizada. En vista de este inesperado avance electoral del PC, el gobierno invalidlas elecciones.

    Entonces, el Partido Communista acord iniciar los preparativos de la insurreccin popular. Su

    secretario general, Farabundo Mart, prestigiado por su labor internacionalista revolucionaria junto a Sandino,comenz una gran agitacin entre las masas trabajadoras, adems de buscar contactos con jvenes oficiales ysoldados. Miguel Mrmol, otro importante dirigente del PC, ha puesto de relieve estos preparativos: "ElComit Central procedi a nombrar los Comandantes Rojos que seran los encargados de las comisionesmilitares en las subzonas, en los centros detrabajo, en los regimientos (...) en nuestros clculos contbamos con la incorporacin a nuestras filas de loscuarteles deSonsonante y Ahuachapan, donde nuestra penetracin era importante, y con la adhesin de por lo menosncleos relativamente numerosos del cuartel de Santa Tecla. Tenamos tambin, en la capital, el apoyo de doscompaas del Sexto Regimiento de Ametralladoras, que era un regimiento de gran tradicin democrtica, dedos compaas de caballera, un ncleo pequeo de soldados del Zapote (Regimiento de Artillera) y de todoslos soldados de la guarnicin de la Aviacin de Ilapango. A ltima hora supimos que tambin contbamos con

    el apoyo de dos compaas de soldados del Regimiento de San Miguel, en Oriente, y que en torno a ellos y enespera de una accin conjunta, ms de setecientos ciudadanos migueleos estaban reunidos en el cementeriolocal, listos para emprender las operaciones".43

    Las informaciones suministradas por Miguel Mrmol muestran que existan importantes franjas delEjrcito dispuestas a iniciar la insurreccin armada. Este fenmeno era el resultado de un proceso deradicalizacin que se haba iniciado en los cuadros jvenes del Ejrcito desde haca aproximadamente unlustro. La accin social del Partido Laborista de Araujo y el crecimiento del PC en los sectores obreros ycampesinos contribuyeron a la radicalizacin de estos segmentos del Ejrcito, que tambin se sintieron

    41 MARIO SALAZAR VALIENTE: El Salvador; crisis dictadura,

    lucha... (1920-1980), en Amrica Latina: Historia de medio siglo,T. 2, Ed. Siglo XXI, Mxico, 1981.

    42 ANTONIO ALVAREZ-SOLIS, MARIA LOPEZ V. y J. L. MORALES: ElSalvador, la larga marcha de un pueblo (1932-82), p. 42, Ed.Revolucin, Madrid, 1982.

    43 ROQUE DALTON:Miguel Mrmol..., op. cit., 269 y 270.

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    infludos por la onda progresista que sacuda a la joven oficialidad en otros pases de Amrica Latina, comoChile, Brasil y Ecuador.

    En contra de la opinin de la mayora de los partidos de la izquierda latinoamericana, queposteriormente calificaron de aventura la accin del PC salvadoreo, creemos que ste haba calibrado bien lasituacin objetiva. Exista una profunda crisis poltica y un descontento contra la jerarqua militar por haber

    derrocado al gobierno popular de Araujo. La conciencia poltica de clase se haba acelerado, gracias a laaccin y agitacin de los anarco-sindicalistas, los araujistas y, fundamentalmente, del Partido Comunista, quehaba logrado bastante popularidad entre las masas campesinas, la intelectualidad y el movimiento estudiantil.Segn Mrmol, "las vas legales estaban agotadas. Las grandes masas no crean ms ni en los partidospolticos burgueses ni en el juego electoral burgus".44

    Sim embargo, se cometi el error de confiar demasiado en el pronunciamiento de los jvenesmilitares, esperando su definicin, hecho que oblig a postergar en dos ocasiones el inicio de la insurreccin, primero para el 19 de enero y despus para el 22. Mientras tanto, se descuidaba la preparacin militar deobreros y campesinos. El mismo Mrmol reconoce: "El Partido manej la insurreccin como un hechopoltico de masas simplemente, sindesarrollar una concepcin militar especfica del problema"45. Tanta dilatacin para el inicio del levantamiento

    y tantas conversaciones con militares permitieron al gobierno recoger suficiente informacin como paraadelantarse a los planes revolucionarios, deteniendo precisamente a los dirigentes del PC que tenan contactocon los oficiales rebeldes. As fueron fusilados Farabundo Mart, Alfonso Luna y Mario Zapata. Tambinfueron castigados numerosos oficiales y soldados.

    De todos modos, la insurreccin popular se inici, principalmente en el Occidente. "En Tacuba seasalt la Guardia Nacional y se tom el pueblo por uno o dos das, instaurndose un soviet local (...) La accinms grande fue la de Sonsonante, donde los campesinos se tomaron el edificio de la Aduana (...) En Juaya setom el cuartel local, se instaur el soviet y por tres das la bandera roja onde all (...) En Izalco, uncontingente de unos dos mil camaradas se tom el pueblo durante tres das (...) Nahuisalco se tom porcompleto por un perodo igual. En Teopeque las acciones estuvieron dirigidas por el padre de FarabundoMart, quien comenz por tomarse la alcalda a punta de pistola. Nuestras fuerzas se posesionaron asimismo

    por breve tiempo de Tacuba, Ataco, Salcoatitn, Coln, Sonzacate, Turn, San Julin".46

    La burguesa lanz el Ejrcito y las Guardias Cvicas con una ferocidad tan brutal que provoc lamuerte de aproximadamente treinta mil personas, mientras que otros miles tuvieron que emigrar a Honduras,Guatemala y Nicaragua.

    Ante algunas crticas surgidas en el seno de la III Internacional, sobre desviaciones ultraizquierdistas,Miguel Mrmol, que logr sobrevivir, sealaba que: "Nuestros errores fueron de derecha y no de izquierda: nohaber mantenido la iniciativa, mejor aprovechamiento de la sorpresa y un tremendo desprecio por los mediosmateriales para la insurreccin".47

    44 Ibid., p. 325.

    45 Ibid., p. 275.

    46 Ibis., p. 340.

    47 Ibid., p. 326.

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    Esta insurreccin -casi olvidada por los historiadores- recin fue reivindicada por el marxismo post-revolucin cubana. Fue precisamente Roque Dalton, salvadoreo comunista exiliado en Cuba, quien realiz laentrevista a Mrmol para tratar de reconstruir una de las primeras insurrecciones populares armadas deAmrica Latina.

    El "tenentismo" y la columna Prestes.

    Desde principios de la dcada de 1920 hasta 1935 se produjo en Brasil una situacin pre-revolucionaria, cuyas manifestaciones ms relevantes fueron el levantamiento del Fuerte Copacabana en 1922,la rebelin de los oficiales de San Pablo, dirigida por Isidoro Daz Lpez, la rebelin de los "tenentes", lainsurreccin encabezada por Getulio Vargas y el movimiento de Luis Carlos Prestes.

    Este proceso era el resultado de profundas transformaciones de la sociedad brasilea. La burguesaindustrial, surgida a principios del siglo XX, pugnaba por una participacin en el Estado, que la burguesaagroexportadora le negaba48. Al mismo tiempo, las capas medias emergentes buscaban una mejor distribucinde la renta nacional, aspirando a insertarse ms plenamente en la burocracia funcionaria, en las diferentes

    ramas de la educacin, la salud y otros servicios pblicos. El nuevo proletariado, surgido de la migracincampo-ciudad y de la inmigracin extranjera, comenzaba a organizarse bajo la influencia del anarquismo y,posteriormente, del Partido Comunista, fundado en 1922. En 1917 se haba producido la gran huelga generalde San Pablo, que se extendi rpidamente a otras provincias, adquiriendo en algunos instantes un carcterinsurreccional. Los trabajadores llegaron a controlar durante varios das la ciudad de San Pablo. Un aodespus, los anarquistas lanzaban la huelga general revolucionaria en Ro de Janeiro y Niteroi.

    En 1924, se produjo una sublevacin militar de jvenes oficiales contra el gobierno, controlado porlos cafetaleros desde la segunda mitad del siglo XIX. Uno de sus caudillos fue Luis Carlos Prestes, quien anteel fracaso del movimiento urbano form una columna de varios miles de soldados y oficiales, internndose enlas provincias. Esta columna recorri durante tres aos el pas de norte a sur y de este a oeste, logrando sortearel cerco de las tropas gubernamentales. As surgi el nombre de "Columna Prestes", quien comenz a ser

    conocido como "el Caballero de la Esperanza". En 1926, los sobrevivientes de la columna se vieron obligadosa refugiarse en los pases vecinos49. Por ser tenientes la mayora de sus lderes, el movimiento fue bautizadocon el nombre de "Tenentismo". Su programa era bsicamente democrtico: independencia nacional,democracia, progreso y distribucin de las tierras.

    La mayora de las capas sociales descontentas, incluida la burguesa industrial, aspiraba a quebrar ladominacin oligrquica del sector agroexportador. Uno de los lderes de la oposicin, Getulio Vargas, fuederrotado en las elecciones fraudulentas de 1930. Entonces, su partido, la Alianza Liberal, se lanz a larebelin en Ro Grande do Sul, Minas Gerais y otras provincias. Mientras Vargas avanzaba con sus tropas

    48

    VANIA BAMBIRRA y THEOTONIO DOS SANTOS: Brasil: Nacionalismo,Populismo y dictadura, en Amrica Latina:Medio siglo de historia,op. cit., p. 133 y sigs.

    49 VIRGINIO SANTA ROSA: O sentido do tenentismo, Schmid Editor,Ro de Janeiro, 1933.

    HELIO SILVA: 1926: A grande marcha, Ed. Civilizaaobrasileira, Ro de Janeiro, 1965.

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    gauchas desde el sur, Jurez Tavora, compaero de Carlos Prestes, se apoderaba de Baha y Recife,consumando la victoria.

    Este movimiento tuvo un carcter policlasista ms amplio que el movimiento de los Tenientes de ladcada del 20, ya que logr la incorporacin de sectores terratenientes, como los de Getulio Vargas,connotado latifundista de la zona sur. Sin embargo, las primeras medidas del nuevo gobierno de Vargas

    favorecieron a la burguesa industrial, sin liquidar los privilegios de los sectores agroexportadores. De estemodo, Brasil fue uno de los primeros pases de Amrica Latina donde la burguesa industrial pas a jugar unpapel hegemnico en el bloque de poder de la clase dominante. El Estado comenz a desempearse comomotor y fomentista del proceso de sustitucin limitada de importaciones, al mismo tiempo que distribua larenta cafetalera en beneficio de los sectores ms dinmicos de la clase dominante, de las capas medias y de lossectores obreros, con el objeto de ensanchar el mercado interno. La poltica del llamado Estado Novo seexpresaba de manera paternalista, concediendo previsin social, derecho a sindicalizacin y otras medidas para asegurar la reproduccin de la fuerza de trabajo50. As se inici uno de los primeros procesoso deestatizacin sindical en nuestra Amrica, como una de las tantas manifestaciones del corporativismosancionado por la Constitucin de 1937.

    La frustacin de esta revolucin democrtico-burguesa se expres en la incapacidad para nacionalizar

    las empresas extranjeras y realizar la reforma agraria.

    Luis Carlos Prestes, que haba participado en la rebelin de los Tenientes, se incorpor en 1931 alPartido Comunista, iniciando el combate por un gobierno de los obreros, "basado en un Consejo detrabajadores de la ciudad y del campo, soldados y marineros". Su programa preconizaba la luchaantiimperialista, la proteccin de la industria nacional, la reforma agraria y las libertades democrticas. Elmovimiento era respaldado por la Alianza Nacional Libertadora y la Confederacin Unitaria de Brasil, queagrupaba a los sindicatos controlados por el PC. Fue integrado tambin por capas medias y por algunosantiguos Tenientes convertidos al socialismo. La rebelin de este movimiento nacional-antiimperialista ydemocrtico se inici en 1935 con un discurso de Prestes en el que acusaba a Vargas de haber traicionado elmovimiento "tenentista" y la revolucin de 1930. La sublevacin militar, iniciada en las ciudades de Natal yRecife, cont con varios batallones, dirigidos especialmente por suboficiales. En Natal, se alcanz a tomar el

    poder, instaurando un Gobierno Popular Revolucionario en la provincia, que luego fue aplastado por elEjrcito gubernamental.51

    En sntesis, el fracaso de este movimiento tuvo como principal causa la falta de apoyo armado de lasmasas obreras y campesinas, pues centr toda su estrategia en una rebelin de carcter militar y en unprograma frente-populista.

    Guiteras y el movimiento nacional-antiimperialistacubano de 1933.

    50 EDGAR CARONE:A segunda Republica: 1930-37, Sao Paulo, Dif.Europia do livro, 1973. B. FAUSTO: A revoluao de 1930, SaoPaulo, 1970.

    51 ABGUAR BASTOS: Prestes e a Revoluao Social, p. 323, Ed.Calvino, Ro de Janeiro, 1946.

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    Este movimiento estuvo precedido por relevantes luchas encabezadas por la Confederacin NacionalObrera, el PC, fundado por Mella, y las capas medias radicalizadas que queran terminar con la dominacinnorteamericana, impuesta a principios de siglo por la Enmienda Platt.

    La crisis mundial de 1929 fue el teln de fondo de este proceso social al arrastrar en su "crack" a ladependiente y monoproductora economa cubana, dejando el precio del azcar al nivel ms bajo de su

    historia. Las exportaciones bajaron de 272 millones de dlares en 1929 a 80 millones en 1932. 52

    Desde 1930 el movimiento obrero comenz, a utilizar mtodos de lucha, como piquetes y comits dehuelga. El 20 de marzo de 1930, ms de 200.000 trabajadores hicieron efectiva una huelga general.

    El ascenso continu en 1931, siendo una de sus principales expresiones la creacin del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Azucarera. En enero de 1933 recrudecieron los sabotajes a loscaaverales y vas ferroviarias. En abril estall el movimiento insurreccional dirigido por Guiteras con elasalto al Cuartel San Luis.

    Mientras tanto, en el interior del Ejrcito se agudizaba la crisis, reclamando los soldados y marinosmejores condiciones de vida. La tropa comenz a contagiarse con la efervescencia popular. Los sargentos, que

    buscaban oportunidades de ascenso en su carrera, se dieron cuenta que la ocasin era propicia para canalizar eldescontento de la tropa.

    Uno de los lderes ms destacados de la Revolucin de 1933 fue Antonio Guiteras, hijo de padrecubano y madre norteamericana. Fue expulsado de la Universidad por su participacin en la protesta delDirectorio Estudiantil contra Machado. Desde 1927, Guiteras haba comenzado a formar grupos de oposicinen la regin de Manzanillo. En 1931 fue encarcelado en El Moncada. Al salir en libertad, reanud suscontactos en nombre del Directorio Estudiantil. Consciente de que era necesaria una organizacin de combate,cre la Unin Revolucionaria a mediados de 1932. Algunos puntos de su programa eran: nacionalizacin delos servicios pblicos, reforma agraria antilatifundista, salario mnimo y jornada mxima.

    La Federacin Obrera de La Habana se puso a la cabeza de las luchas para derrocar a la tirana de

    Machado. Influenciada por el Partido Bolchevique-Leninista, de inspiracin Trotskista, lanz un manifiesto el8 de agosto de 1933, das antes de la cada de Machado, sealando: "Trabajadores, firmes en el paro que laFederacin Obrera de La Habana orienta y dirige. La huelga general que convulsiona la Isla, ha entrado en latarde de ayer en su perodo ms crtico, al abalacear el gobierno en las calles de la Habana a decenas de milesde manifestantes. La clase obrera mantiene la huelga general porque ha comprendido que se encuentra en unaencrucijada decisiva, de la victoria o la derrota. La huelga afecta ya no slo a la clase obrera, sino a diversossectores de la poblacin (...) se convierte en un movimiento general revolucionario contra la dictadura deMachado".53

    El 12 de agosto de 1933, Machado fue desplazado del poder por un movimiento combinado dejvenes militares, grupos polticos de la pequea burguesa radicalizada y sectores populares. Fue nombradopresidente Carlos Manuel Cspedes. El 4 de septiembre, un golpe militar dirigido por el sargento Fulgencio

    Batista permiti el ascenso al poder de la pequea burguesa nacionalista, encabezada por el presidente GrauSan Martn. Bajo la inspiracin de Guiteras, se nacionaliz la Compaa de Electricidad y se estimul la

    52 JOSE TABARES DEL REAL: La Revolucin del 30, Inst. Cubanodel Libro, La Habana, 1971, p. 149.

    53Pensamiento Crtico, N39, p. 178, abril 1970, La Habana.

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    En el gobierno haba tres tendencias: una de centro, representada por el presidente Grau San Martn,

    otra de derecha encabezada por Batista y una de izquierda nacionalista liderada por Guiteras. En los cuatromeses de duracin de la Junta, elpresidente trat de hacer un juego bonapartista entre las dos alas extremas, pero los actos represivos de Batistalo fueron inclinando a respaldar a Guiteras, aunque no compartiera todas sus posiciones.

    Consciente de que Batista y otros ex sargentos estaban siendo tentados por la Embajada de EstadosUnidos para dar un golpe de Estado, Guiteras intent reemplazar a Batista por Pablo Rodrguez y MarioFernndez, que eran los militares de su mayor confianza. Pero Batista se le adelant dando el golpe de Estadoen enero de 1934.

    Cado el gobierno de Grau San Martn, Guiteras reflexionaba en su trabajo titulado Septembrismo,escrito en 1934: "El poder, imposilitado de hacer revolucin, no significaba nada para nosotros. Su nicoobjetivo en nuestras manos era la de instrumento para hacer revolucin57. En este opsculo, Guiteras afirmaba:"Nuestro programa no poda detenerse simple y llanamente en el principio de la no intervencin. Tena que irforzosamente hasta la raz de nuestros males, el antiimperialismo econmico (...) Tengo la satisfaccin dehaber llevado a la firma del presidente Grau los decretos que atacaban ms duro al imperial