INTERVENCIÓN DE LOS COORDINADORES DE LOS GRUPOS...
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INTERVENCIÓN DE LOS COORDINADORES DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS EN EL
SENADO DE LA REPÚBLICA, PARA REFERIRSE AL CIERRE DE LOS TRABAJOS ORDINARIOS
DE LA LXII Y LXIII LEGISLATURAS
El Presidente Senador Ernesto Cordero Arroyo: Conforme al formato del acuerdo aprobado corresponde ahora
la participación de los coordinadores de los grupos parlamentarios, hasta por diez minutos cada uno.
Iniciamos con la participación del Senador Carlos Alberto Puente Salas, coordinador del grupo parlamentario del
Partido Verde Ecologista de México, quien tiene el uso de la palabra hasta por diez minutos.
El Senador Carlos Alberto Puente Salas: Muy buenas tardes.
Honorable Senado de la República:
Saludo con respeto y con el permiso de la Mesa Directiva, a su Presidente Ernesto Cordero Arroyo, a sus
Vicepresidentes, Graciela Ortiz, Octavio Pedroza Gaitán, David Monreal Ávila, Adolfo Romero Lainas y a las
Secretarias y Secretarios Itzel Sarahí Ríos, Rosa Adriana Díaz Lizama, Gerardo Flores y Miguel Enrique Lucia.
De igual forma, con respeto, a la Presidenta de la Junta de Coordinación Política, Ana Lilia Herrera Anzaldo.
A la sociedad mexicana, a los invitados especiales, a los medios de comunicación, muchas gracias por
acompañarnos el día de hoy.
El día de voy vengo a hacer uso de la voz a nombre de mis compañeros que integramos el grupo parlamentario del
Partido Verde Ecologista de México, en este Senado de la República.
A nombre de la Senadora Ninfa Salinas Sada, de Martha Vianey Luque Inzunza, de María Elena Barrera Tapia, de
Jorge Emilio González Martínez, de Gerardo Flores Ramírez, de Pablo Escudero Morales, de Jorge Aréchiga Ávila
y de Luis Armando Melgar, expreso nuestro más amplio reconocimiento al trabajo de todas y todos las mexicanos
y mexicanos que integramos este Senado de la República.
El día de hoy puede ser un día de las últimas intervenciones en esta tribuna, en la cual acudimos, creo que
habremos de coincidir con sentimientos encontrados, con nostalgia y tristeza ante la conclusión de esta LXII y
LXIII Legislatura, de tantos momentos trascendentales que vivimos en estos casi seis años para México y en lo
personal.
Con gratitud a todas y todos nuestros compañeros por tantas enseñanzas, por cada momento compartido y de
aprendizaje y por cada una de las experiencias compartidas.
Gracias, Senadoras y Senadores.
Pero también acudimos con gran satisfacción, con esa satisfacción que nos da el haber cumplido, el haberle
cumplido a México por lograr cada una de las metas que nos trazamos en este Senado de la República y, sobre
todo, con gran orgullo de haber podido servir a México.
A mis compañeras y compañeros, gracias por esta oportunidad.
Quiero reconocer a cada una de las instancias de este Senado que lo integran y lo conforman, que sin ellos sería
muy difícil su desempeño.
A todo el personal de la Secretaría General de Servicios Administrativos, en la figura de Roberto Figueroa.
Gracias por el acompañamiento, el apoyo y el respaldo.
A la Secretaría General de Servicios Parlamentarios, al doctor Garita y a todo su equipo que están detrás de este
muro, un equipo que pocas veces se ve, pero que sesión a sesión se siente y que tenemos que hacerles un amplio
reconocimiento.
A todo el personal, al personal de limpieza y resguardo parlamentario, a choferes y valet parking, a las secretarias y
asistentes, a camarógrafos, fotógrafos, reporteros y periodistas.
A los estenógrafos y taquígrafos que sesión a sesión que manera incansable iban dando testimonio de todo lo que
acontece en este Pleno del Senado de la República.
Al personal de atención a senadores y de edecanía, al personal médico y de protección civil, al personal
administrativo, asesores, secretarios técnicos y a todas y cada una de las personas que permiten el funcionamiento
de esta Cámara de Senadores.
También importante e imprescindible, hacer un reconocimiento al liderazgo de que quienes con institucionalidad
llevaron muy en alto la representación de este Senado de la República.
A nuestros Presidentes, del Primer Año, el Senador Ernesto Cordero Arroyo; el segundo año, Raúl Cervantes
Andrade; el Tercero, Miguel Barbosa Huerta; Cuarto Año, Roberto Gil Zuarth; Quinto, Pablo Escudero Morales y,
el Sexto, nuevamente para cerrar esta Legislatura, Ernesto Cordero Arroyo.
Nuestro más amplio reconocimiento y gracias por el compromiso con el Senado de la República y con México.
A los Presidentes de la Junta de Coordinación Política, a Emilio Gamboa Patrón, Jorge Luis Preciado Rodríguez,
Fernando Herrera Ávila, Ana Lilia Herrera Anzaldo, con quienes logramos construir día a día una agenda, una
agenda en la que se privilegió el consenso, la apertura y el diálogo y pudimos construir una agenda a favor de
México.
A los coordinadores parlamentarios que contribuyeron al desempeño de estas dos Legislaturas, al Senador Jorge
Emilio González, quien fuese mi coordinador al inicio de los trabajos de este Senado.
Al Senador Manuel Bartlett, con quien mantuvimos una vecindad de escaños siempre con un buen ánimo de
respeto y de colaboración, don Manuel.
A la Senadora Dolores Padierna Luna y el Senador Luis Sánchez, quien siempre con respeto, con diálogo
estuvimos trabajando a favor de México.
A Miguel Barbosa Huerta, que siempre lo caracterizó su humor muy especial.
Al Senador Cordero Arroyo, un amigo de todas y todos los Senadores, a quien le reconocemos su liderazgo.
A Jorge Luis Preciado y Fernando Herrera Ávila, con quienes reconocemos la oportunidad de dialogar y de
construir a favor de México.
Y hacer un reconocimiento muy especial a un amigo, creo yo, de todas y todos los aquí presentes, a un hombre que
siempre con sensibilidad, con apertura, tenía el tiempo para dialogar, para buscar el cómo sí y siempre el cómo
podernos acompañar para construir mejor a favor de México, al caballero de la política, a mi amigo Emilio
Gamboa.
Muchas gracias y el mayor reconocimiento, Emilio.
Y a cada una y a cada uno de mis compañeras y compañeros Senadores, por su profesionalismo, dedicación,
trabajo cotidiano y, sobre todo, el profundo amor a México de cada una y cada uno de nosotros.
Más allá de visiones y de colores de partidos, logramos construir consensos para trabajar, insisto, a favor de
México.
Esta LXII y LXIII Legislatura son y será históricas; estas Legislaturas pasarán a la historia como las más
trascendentes del México contemporáneo.
En estos seis años se logró la transformación institucional más grande e importante desde mediados del siglo
pasado.
En este proceso participamos todos, todas y todos los mexicanos, sociedad civil, especialistas, académicos,
universidades, empresarios, servidores públicos de los tres órdenes de gobierno legisladores federales y
legisladores locales.
En todas las mesas coincidíamos durante mucho tiempo en México, que México requería una transformación
institucional, que México necesitaba un cambio para quitarle esas amarras y esas ataduras que le permitieran crecer
y verdaderamente llegar a ser esa potencia que está llamado a ser.
Eso lo veníamos discutiendo hace más de 20 años y todos coincidíamos, gente de izquierda, de derecha, de centro,
gente involucrada en la política y no, en cada mesa de familia, de amistad, que debía venir una transformación
institucional.
Ahora nosotros cuando llegamos como Senadores a esta LXII y LXIII Legislatura, en el Verde analizamos cuál
debía de ser esa agenda y decidimos que la agenda del Verde tenía que ser la agenda de México, para dar un nuevo
rumbo al país, más allá de aspiraciones personales, más allá de creencias y compromisos que trajéramos en lo
individual.
Con éste ánimo renovador y modernizador todas las fuerzas políticas nos pusimos de acuerdo, en algunas reformas,
en una transformación institucional por lo más controversial que fueran logramos construir una Reforma
Energética con Acción Nacional, logramos sacar una Reforma Fiscal seria y de manera responsable con la
izquierda y el PRD, con diálogo, con apertura, con tolerancia y con respeto a la pluralidad, a esa pluralidad que
aquí se privilegió, logramos esa transformación en nuestro país.
Y sin el fantasma de una crisis económica o una inestabilidad política, todas y todos construimos los consensos
para modernizar a México, para liberar su potencial de crecimiento, ser más competitivo a nivel internacional.
El Legislativo y el Ejecutivo trabajaron de forma respetuosa y coordinada para transformar a México, y aquí
aprovecho para expresar mi más amplio reconocimiento al Titular del Ejecutivo, a nuestro Presidente de la
República, Enrique Peña Nieto.
(Aplausos)
A la Secretaría de Gobernación, la figura del señor Secretario Alfonso Navarrete Prida, y también reconocimiento
al ex Secretario Miguel Ángel Osorio Chong, saludando y reconociendo la labor de los subsecretarios Felipe Solís
Acero y Manuel Cadena; y a todo el gabinete legal y ampliado, hoy presentes los Secretarios de Desarrollo Social,
de la Función Pública y la Dirección General de Infonavit; Eviel Pérez, a Arely Gómez, y David Penchyna, gracias
por estar el día de hoy aquí con nosotros.
Este Senado también trabajó en el formato de Parlamento Abierto, con transparencia, apertura, participación activa
de la sociedad civil. Después de intensos y acalorados debates teniendo en estas Legislaturas la sesión más larga,
con 23 horas y 35 minutos de manera ininterrumpida.
Negociaciones, cabilderos logramos la transformación de lo que ya se hará una relatoría puntual por nuestros
Presidente del Senado de la República.
Todo esto es producto del intenso trabajo de todos los que integramos, que debemos sentirnos orgullosos de este
Senado y del legado que hoy dejamos a nuestras niñas, a nuestros niños, a nuestros hijos, a nuestras familias, a los
adolescentes, jóvenes y a las próximas generaciones; dejamos un Senado de vanguardia para los próximos 128
Senadores que integren esta Cámara, tendrá que estar a la altura de las circunstancias y retos del país.
Compañeras y compañeros:
Hoy México está frente a un momento decisivo, tenemos la oportunidad histórica de decidir el futuro de nuestro
país, la visión debe de ser hacia el futuro, de provechar esta transformación institucional que hemos logrado y de
esta forma ser más competitivos en este mundo global, y competir, convertir a México en potencia.
En este momento histórico tenemos que construir puentes para un futuro mejor, no derribar ni tirar los pilares que
hemos fijado en el México del siglo XXI.
Es cierto, hay muchos retos y muchos pendientes, entendemos la molestia, el malestar de los ciudadanos, por ello
es muy importante hacer la reflexión, para que ese enojo, y desencanto no se convierta en la pesadilla del mañana.
México requiere certidumbre, y para ello hemos trabajo; México tiene un gran futuro.
Quiero hacer un reconocimiento puntual a las Fuerzas Armadas de nuestro país, a militares, a marinos y a las
policías que con gran compromiso siguen dando la lucha y la batalla por nuestro país.
Quisiera terminar por agradecer la oportunidad a cada uno y a cada uno de ustedes, de construir a favor de nuestro
país.
Hoy los mexicanos en unidad somos invencibles, mucho se habla, entre los ciudadanos que el súper poder que
tenemos es el de ser mexicanos, aprovechemos esta oportunidad histórica para que unidos en el quipo sigamos con
esta transformación del país para dar ese gran salto de llevar a México a otro nivel de desarrollo, es nuestro tiempo,
es el tiempo de México.
Enhorabuena, muchas gracias, y muchas felicidades.
(Aplausos)
El Presidente Senador Ernesto Cordero Arroyo: Agradezco la presencia de nuestros compañeros Senadores que
andan en sus escaños sentados, y por eso no los ubicamos de primera vista; está el Senador René Juárez Cisneros y
el Senador Agustín Trujillo Íñiguez.
Sean ustedes bienvenidos a esta su casa.
(Aplausos)
Tiene ahora el uso de la tribuna el Senador Luis Sánchez Jiménez, coordinador del grupo parlamentario del Partido
de la Revolución Democrática, hasta por diez minutos.
El Senador Luis Sánchez Jiménez: Gracias, señor Presidente Ernesto Cordero.
Saludo señor Secretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida; saludo también por supuesto a nuestra
Presidenta de la Junta de Coordinación Política, Ana Lilia Herrera Anzaldo; saludo a nuestras compañeras y
compañeros Senadores que con licencia, y hoy ocupan otros cargos, nos acompañan el día de hoy, gracias por estar
presentes.
Acudo a ustedes, compañeras Senadoras, compañeros Senadores en representación de las y los Senadores de la
fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática en este Senado de la República.
Arribamos a la clausura del Período Ordinario de Sesiones del Tercer Año de la LXIII Legislatura, la última de
nuestro mandato.
Es la ocasión para efectuar un balance sobre lo realizado en los casi seis años de trabajo legislativo. También es
tiempo de reconocer aciertos, yerros, pendientes y omisiones.
Hacer un balance de nuestro trabajo legislativo y de sus efectos e incidencia en la situación actual del país, no es
solo un asunto de hacer bien las cuentas, se trata más bien de confrontar las experiencias y los objetivos de quienes
nos eligieron con lo realmente alcanzado y logrado desde este recinto parlamentario.
Hace seis años se percibía con claridad que la violencia y la inseguridad eran el principal desafío de nuestro
gobierno, la gente en las calles pedía paz y seguridad.
Este gobierno comenzó concertando un Pacto con miras a lograr un cambio fijando condiciones para el crecimiento
y el desarrollo integral.
En contraste dentro de unos meses este gobierno concluirá dejando una insatisfacción generalizada, distante de un
pueblo, falto de justicia, agobiado por la violencia, la corrupción y la impunidad.
Las dos Legislaturas en las que participamos serán ubicadas en la historia legislativa como impulsoras de
transformaciones del país, cierto.
Las posiciones y argumentos políticos, así como los efectos positivos o negativos de nuestro actuar serán juzgados
por la sociedad mexicana en lo inmediato.
En los casi seis años de trabajo legislativo las diversas fuerzas políticas mostraron voluntad y madurez para acordar
sus coincidencias y afirmar sus diferencias en el marco del respeto irrestricto a un ejercicio democrático el cual es
nuestro mayor activo.
La fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática fijó siempre su postura en cada una de las
iniciativas, minutas y reformas constitucionales discutidas.
Entre los temas que más importan a las y los mexicanos se encuentra la lucha contra la corrupción y la impunidad;
aquí hubo avances significativos como la obligación para todas y todos los funcionarios públicos, deje en
constancia de su patrimonio, el conflicto de interés en que puede incurrir y el pago de sus impuestos conocido
como 3de3, sin embargo, hoy, hay que decirlo, no es obligatorio.
Sin regateo debemos reconocer que esto fue un logro ciudadano, de ese espacio de la sociedad acusado hoy como
fifí, al conseguir que se incorporaran la ley y se aplicara para todo servidor público.
Se construyó el andamiaje necesario para tener instituciones autónomas que investigaran y castigaran las
actuaciones al margen de la ley hasta diseñar y construir un sistema nacional para hacerle frente a la corrupción, un
instrumento aún perfectible.
No obstante estos avances, como ejemplo del contraste en las expectativas y realidad esta Legislatura concluye sus
trabajos ordinarios sin haber nombrado al Fiscal General de la República y al Fiscal Anticorrupción, y de último
minuto se nombró a dos nuevos comisionados integrantes del Inai con marcado sesgo partidista, vulnerando la
confiabilidad y credibilidad de ese organismo constitucional autónomo, que es coadyuvante vital para que el
Sistema Nacional Anticorrupción fusione en verdad.
Por otra parte, en seis años, la desigualdad, marginación y pobreza no se enfrentó con la determinación necesaria
para emprender un cambio de fondo, en su lugar, se privilegió un diferendo técnico respecto a la medición de la
pobreza y se aprobó un polémico nombramiento en la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía, el Inegi.
El bajo impacto de las políticas que centran los esfuerzos en apoyos asistenciales, hace necesario un cambio
profundo del enfoque asistencialista, por uno de derecho a un ingreso básico ciudadano como forma efectiva para
ejercer la libertad individual. Esto contribuiría, además, a eliminar la dádiva clientelar que corrompe la política y
debilita a la democracia.
Si las mismas políticas aplicadas desde hace cuatro décadas hubiesen funcionado, México no tendría tantos
millones de personas sumidas en todas las clases de pobreza existente.
Por otra parte, de entre todas las reformas llamadas estructurales, la que más destacó el Gobierno Federal y nos
diferenció de él, es la Reforma Energética.
Se confió en que sería el detonante de la inversión productiva, daría mayor impulso a la industria petrolera e
impulsaría la transformación energética del país.
Los que nos opusimos señalamos la falacia del cúmulo de bondades con que se vendía esta reforma al pueblo de
México.
Señalamos que no hacía falta privatizar a Pemex y a CFE, ya que el plan era desmantelar su infraestructura y
limitar su operatividad, restringiendo sus proyectos y servir, con su experiencia y estudios y fuerza laboral, al
negocio privado de la energía sin recibir nada a cambio.
Es cierto, no se vendió un solo tornillo de Pemex, pero se deja que la empresa se oxide para que no pueda competir
con los monopolios internacionales.
Hay acciones que hoy se aplican a Pemex que no están en esa reforma, como son el desmantelamiento de la
empresa por la falta de inversión en exploración, extracción y refinación del petróleo.
En este rubro, como en tantos más, tampoco podía estar ausente el componente de la corrupción. Mientras en
varios países se acusa y se sentencia a funcionarios, legisladores y hasta caen Presidentes a consecuencia del más
grande escándalo de la red de corrupción por el caso de la empresa petrolera Odebrecht, en México no se procesa a
ningún funcionario de alto o bajo nivel.
Se avala el proceder del ex director de Pemex, señalado de recibir diez millones de dólares para asegurar contratos
en beneficio de esa empresa.
Compañeras y compañeros Senadores:
Como legisladores, no sólo nos corresponde presentar iniciativas, puntos de acuerdo y dictaminar y aprobar
decretos, también somos la voz de quienes nos eligieron, de la representación política que nos postuló para ocupar
un lugar en este recinto parlamentario.
En los casi seis años de ejercicio legislativo que está por concluir, las distintas fuerzas políticas aquí representadas
nos esforzamos por privilegiar el diálogo, el acercamiento de puntos divergentes mediante argumentos y
conciliación. Logramos consensos en muchas materias.
Destacadamente, el avance en la protección de los derechos humanos de niñas, niños, jóvenes, adolescentes y
mujeres, así como a los migrantes y también contra la desaparición forzada contra la tortura.
En este Senado se condenó de manera unánime toda violencia ejercida contra las mujeres, la trata de personas, el
vergonzoso avance de los feminicidios en el país y en los casos de acoso y hostigamiento que siguen sin poderse
erradicar en México.
El avance legislativo en materia de derechos humanos se les debe reconocer, en gran medida, a nuestras
compañeras Senadoras de las diversas fracciones parlamentarias.
Gracias, compañeras Senadoras por ese especial énfasis en la materia.
Muchas gracias.
(Aplausos)
La libertad de expresión y el derecho a la información ocuparán la atención de los últimos días de este período
ordinario, producto de una omisión legislativa, una de tantas en las que este Congreso de la Unión incurrió.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo que intervenir para subsanar la ausencia de ley secundaria en
materia de propaganda gubernamental.
El Congreso de la Unión cumplió con expedir la ley, pero su contenido no refleja el sentido de lo establecido en la
Constitución en esta materia.
La sociedad mexicana experimenta daños irreparables que laceran profundamente el tejido social, la libertad de
expresión y la democracia misma, me refiero a los asesinatos de periodistas, de defensores de derechos humanos,
de jóvenes, de integrantes de las fuerzas del orden, de presidentes municipales, funcionarios y dirigentes políticos,
así como miles de personas muertas en una espiral de violencia de la que el país debe salir para construir de frente
un futuro mejor para México.
Nuestro momento como legisladores está próximo a concluir, pero la responsabilidad como mexicanas y
mexicanos por hacer de México un lugar mejor, nunca, nunca debe terminar.
Asumí la coordinación de mi grupo parlamentario, seguro de que la congruencia mantenida en los cinco años
previos, eran la mejor carta de credibilidad para conducir a mis compañeras y compañeros en un momento crítico.
En la representación legislativa del PRD prevaleció la calidad. En nuestro grupo parlamentario permaneció la
consistencia. Esta fracción parlamentaria ha sido congruente hasta el final.
A cada quien lo marcará la historia, más por sus hechos, que por sus dichos. De modo que en estos seis años, el
balance como expresión política no sólo será colectivo, sino también individual.
En lo particular agradezco la disposición para dialogar y arribar a acuerdos cuando fue posible a los coordinadores
de los grupos parlamentarios y a cada una y cada uno de ustedes, que me permitieron servir en ambas legislaturas
como Vicepresidente de la Mesa Directiva durante cinco años.
Mi alta consideración al Presidente del Senado, Ernesto Cordero, y a la Presidenta de la Junta de coordinación
Política, Senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo.
Sería mezquino si no reconociera la labor de quienes están siempre en apoyo de nuestro trabajo parlamentario: al
equipo técnico, al administrativo del Senado, y a las y los asesores, secretarias, personal sindicalizado y
trabajadores en general. Gracias por, desde su responsabilidad, hacen del Senado una gran institución.
Reconocer también a los representantes de los medios de comunicación y a las y los trabajadores del Canal del
Congreso.
Termino mi intervención con una paráfrasis del célebre Primer Ministro Inglés, Sir Winston Churchill: “En
democracia el triunfo nunca es definitivo, ni la derrota suele ser fatal, lo que la verdad cuenta es el tesón para
seguir luchando”.
Muchas gracias, compañeras y compañeros.
¡Que Viva México!
(Aplausos)
El Presidente Senador Ernesto Cordero Arroyo: Enseguida tiene el uso de la palabra el Senador Manuel Bartlett
Díaz, coordinador del grupo parlamentario del Partido del Trabajo, hasta por diez minutos.
El Senador Manuel Bartlett Díaz: Con su venia, señor Presidente.
Señor Secretario de Gobernación, e invitados en a esta sesión solemne del Senado de la República. Gracias por su
asistencia.
El PT se integró como grupo parlamentario en la LXII Legislatura, con cinco Senadores. Concluimos siendo 19,
tercera fuerza por las valerosas y valiosas incorporaciones de Senadores de otras fuerzas, a Morena y a nuestra
fracción parlamentaria, nos han fortalecido.
El PT ha sido, desde el primer día, oposición a la representación legislativa del gobierno neoliberal, antisocial y
antinacional.
La oposición es indispensable en un régimen democrático, deriva de un mandato, expresado en las urnas, que debe
representarse nítidamente en el legislativo. Lo hemos hecho y estar registrado en el Diario de los Debates del
Congreso de la Unión.
Inicio el análisis del trabajo del Senado con el llamado Pacto por México, suscrito por el PAN, PRD y PRI en
franco apoyo al Presidente de la República, catálogo de compromisos neoliberales, de origen OCDE, instrumento
de los poderes hegemónicos.
El Pacto construyó una mayoría en el Senado, ajena a sus electores, que permitiera a sus cúpulas imponer
reformas constitucionales y legales, disolventes de principios esenciales de México y para crear un entramado
jurídico acorde a los intereses transnacionales y de las élites nacionales.
Las llamadas reformas estructurales, bajo la pretendida defensa del libre mercado, la competencia, el combate a
los monopolios, la inversión extranjera, instauraron una estructura de apertura total del territorio y patrimonios
nacionales, con garantías exorbitantes a la operación de intereses foráneos frente a los nacionales, sometidos al
poder hegemónico del supuesto mercado.
Reforma energética, privatización de hidrocarburos, de su extracción y de toda la industria petrolera, ductos, toda
clase de instrumentos, deterioro de la refinación deliberado para importar gasolinas y entregar el mercado nacional,
privatización de la generación de la electricidad y todas sus instalaciones en la República.
Las empresas productivas del Estado, Pemex y CFE a través del modelo corporativo diseñado por la OCDE,
quedan prácticamente como empresas privadas, algo que se oculta.
Las telecomunicaciones y la radiodifusión abierta al cien por ciento a la inversión extranjera, el espectro
radioeléctrico y el espacio aéreo al alcance de los grandes oligopolios mediáticos, restringiendo la información y la
cultura nacionales.
La reforma educativa, conforme al designio también de la OCDE, orientaba la privatización del sistema educativo,
relegando el principio humanista y social y nacional del artículo 3 y subordinando, y subordinando las relaciones
laborales, el magisterio del sector educativo a supuestas evaluaciones que limitan sus derechos.
La reforma laboral, la reforma laboral incorpora mecanismos que precarizan el derecho al trabajo, contratos a
prueba, outsourcing, abaratamiento del despido laboral, rompiendo el equilibrio entre los sectores de la producción.
La transparencia, reforma centralista donde son sujetos obligados los partidos y sindicatos, pero los poderes
mediáticos y económicos quedan intocados.
La corrupción, desde el Pacto, desde el Pacto por México, ese Pacto que mencionamos, se comprometió un sistema
anticorrupción, nos vamos hoy y no existe, en el proyecto presentado incluso, privó la simulación, los organismos
y funcionarios del sistema son todos empleados del Ejecutivo.
Aun así el sistema quedó inconcluso, pero no, el desempeño de la corrupción establecido en este período como
sistema político.
Reformas fiscales, promotoras del endeudamiento desbocado, favorables a la concentración del ingreso, el Estado
reducido al mínimo para favorecer al mercado.
Ya sabemos quiénes están atrás del mercado, privatización del derecho público con esquemas público-privado
para penetrar a los servicios públicos.
Seguridad pública, el combate al crimen organizado y al narcotráfico obedece a la estrategia norteamericana,
aceptada por el Presidente Calderón y continuada por Peña Nieto.
Guerra, encomendada a las Fuerzas Armadas, disminuyendo a policías federales, locales y municipales, a los que
se pretende desaparecer, continúo ese esquema con la instrumentación de un auténtico estado, policía co-militar
con leyes salidas de este Senado, sin ninguna prevención, ni políticas para remediar el rompimiento del tejido
social, como apoyos al campo, a los jóvenes, desempleados, nada, simplemente la guerra.
Crecimiento exponencial del presupuesto militar, armamentismo innecesario, tanques, helicópteros, letalidad
creciente, aceptación de la nueva doctrina de la OEA, que sostiene que los riesgos y amenazas no provienen del
exterior, sino de un enemigo interno: terrorismo, crimen organizado, migración, mexicanos, todos, no hay enemigo
externo.
Código militar de procedimientos penales, ampliando las funciones castrenses, militarización de todos los puertos,
militarización ya con reformas de aquí, de este Senado, militarización ya hecha de todos los puertos mexicanos,
Ley de Seguridad Interior, militarización de la seguridad pública contra todas las quejas y señalamientos de
multitud de organismos internacionales de la ONU, etcétera, se aprobó la ley de seguridad interior para militarizar
al país, militarizando la seguridad pública de manera inconstitucional.
Al margen del Poder Legislativo, con base en el llamado ASPAN, Plan Mérida y sucesores, Calderón acordó con
Estados Unidos la guerra contra el narco, estrategia continuada y profundizada por el actual gobierno, con el
pretexto de cooperación en seguridad, con el pretexto, la seguridad nada más, se concertaron compromisos
inconstitucionales, rebautizado como diálogo económico y de alto nivel, los ejecutivos mexicanos y
norteamericano suscribían acuerdos sobre numerosos campos más allá de la seguridad, los campos de la acción
pública, interesando la política económica, social e internacional, todos ellos inconstitucionales, desde el gobierno
de Calderón hasta todo el gobierno de Peña Nieto, inconstitucionalidad.
Todo ello por encima del Senado de la República, que es responsable constitucionalmente e participar en la
definición de la política internacional, no, acuerdos inconstitucionales que hemos tolerado sin la presencia ni el
reclamo ni la reacción del Senado de la República.
Corresponde al Senado emitir una amplia gama de nombramientos, ministros de la Suprema Corte, magistrados,
procuradores de la República, integrantes de comisiones y consejeros, energía, comisionados de derechos
humanos, 484 en el sexenio, función de altísima responsabilidad de este Senado, pero sometida al mercado de los
intereses partidistas aquí sesionando en negociaciones ocultas para distribuirse a los nombramientos entre los
participantes.
Acuerdos que han corrompido las instituciones, independientemente de la calidad de las personas, esas quedan
necesariamente atrapadas en una red de dependencias, de compromisos y de convivencias, como recientemente el
Tribunal Electoral, recordamos y el señor Bronco, el Tribunal Electoral y el Bronco.
Planteamos mecanismos que garantizaran independencia a los nombrados sin éxito.
Tenemos registradas las votaciones en las fracciones parlamentarias, en todos estos nombramientos a lo largo del
sexenio, negociación para repartirse las posiciones y los intereses.
Conforme a la Constitución, Secretarios y funcionarios diversos deben comparecer ante el Senado, en esas
presentaciones que significan obligaciones de los comparecientes ante el Senado, en lugar de ser el Senado el
tribunal y el funcionario el obligado, se coloca este por encima del Senado en la Presidencia donde jura decir
verdad, so pena de castigo, está en la ley, pero protegido por el formato, y su mayoría dice lo que quiere y no
contesta nada, simulación que hizo de las comparecencias una exhibición preparada y favorable al funcionario, y su
misión del Senado de la República.
Los cuestionamientos de la oposición nunca fueron contestados, bueno, ignorados por los comparecientes.
La Reforma Energética fue impuesta violando los requisitos que establece el artículo 135 para reformas
constitucionales. Además, de violación a los reglamentos internos.
Las iniciativas, y lo sabemos todos, y sus dictámenes llegaron de la Presidencia del Ejecutivo, de Gobernación.
Las comisiones sin debate suscribieron simplemente, mecánicamente cada uno de los dictámenes sin discusión, sin
cumplir las normas al pleno de ese Senado, remitiéndoles para su aprobación como si hubieran sido hechas de
acuerdo con lo que manda el Reglamento, discutidas en cada una de las comisiones.
Vía amparo se denunciaron estas grotescas violaciones, un juez de Distrito les dio entrada, el Pleno de la Suprema
Corte se negó a traerlas, pese a su trascendencia nada menos la enajenación del petróleo y la energía mexicana se
negó al Pleno a traerlo.
En un proceso sigiloso un colegiado resolvió la improcedencia del amparo contra reformas constitucionales,
cuando el agravio consiste en la violación del procedimiento que tiene innumerables precedentes.
Presentamos el caso a la Comisión Interamericana, la resolución está pendiente y estoy seguro que nos va a
conceder la razón.
La política de migración se cedió a los intereses norteamericanos, criminalización de los migrantes, auténticas
cárceles, trato inhumano a los hermanos centroamericanos.
La injerencia externa impuso toda clase de medidas para impedir a toda costa la movilidad de los migrantes hacia
la frontera, llegando este Senado al extremo de aprobar la presencia de agentes norteamericanos en estas estaciones
migratorias armados, aquí se aprobó, a esos agentes que matan a los mexicanos, inclusive del otro lado de la
frontera armados en nuestras estaciones migratorias.
El TPP, aparentemente suspendido por el Presidente Trump, criticado, establece graves restricciones para el
desarrollo mexicano, prohibiciones para desarrollar políticas sociales, industriales, agropecuarias, con sanciones y
tribunales internacionales presentes y pendientes, fue aprobado por este Senado sin un verdadero debate, como si
se tratara de un instrumento intrascendente, política neoliberal, el credo que aquí ha sido establecido desde el
primer día e instrumentado con el famoso Pacto por México, donde estuvieron los partidos aquí presentes.
La Ley General de Comunicación Social, la Suprema Corte de Justicia amparó a una ONG, artículo 19, por no
haberse legislado a la materia de propaganda gubernamental, con los siguientes efectos, ausencia de un control y,
por lo tanto, el imperio de la discrecionalidad, el gasto incontrolado, la compra de medios y la censura a los medios
y personalidades incómodas.
La ley aprobada mantiene el sistema de cambios, ordenada por la Suprema Corte para que regulara la inversión, la
limitada y analizada que no se utilizara para realizar censura, no, la ley aprobada cínicamente mantiene el sistema
sin cambios, 50 mil millones gastados durante todo el sexenio, 50 mil millones gastados en el gobierno y otros
millones más ocultos que alimentaron una auténtica dictadura mediática, una auténtica dictadura mediática
manipulando a la opinión, desinformando, engañando seis años, 50 mil millones de pesos, nada se corrigió con la
ley, simulación.
Ante las iniciativas y dictámenes contrarios a la soberanía nacional, a la justicia social y otros tantos, sostenidas
con la vestimenta neoliberal, argumentamos y votamos en contra que era todo eso en el registro oficial, y lo vamos
a publicar completo, la oposición es indispensable aunque no se escuche.
Podemos reconocer que la mayoría y sus aliados, en control de los órganos del gobierno del Senado, así como los
Senadores en general, respetaron nuestras intervenciones fuertes, insistentes, y fuimos respetados por los Senadores
y las Senadoras, con algunas estridencias de un lado y otro, obviamente, lógicas de un parlamento.
Sin embargo, nuestras iniciativas y puntos de acuerdo, como la abrogación de la Reforma Educativa, por ejemplo,
nuestra iniciativa alterna a la Ley de Seguridad Interior, militarizadora y criticada por todos los organismos
internacionales y puntos de acuerdo relativos a diferencias con el Ejecutivo, sus acciones y funcionarios, nunca
fueron ni siquiera discutidos, menos dictaminados, ahí están, vulnerando claramente el respeto a la minoría,
elemento fundamental de la democracia, no se le dio voz, no se permitió ninguna iniciativa que fuera contraria a las
presentadas por la mayoría y sus asociados.
Nuestras intervenciones fueron sistemáticamente minimizadas o ignoradas.
Senadoras y Senadores:
El entramado jurídico que la mayoría con sus aliados integrantes del Pacto por México tejió en las legislaturas
LXII y LXII contiene la impronta de la ideología a los intereses y compromiso externos del Presidente de la
República, y fue el sustento de sus acciones.
Las leyes no son entelequias neutrales elucubradas por legisladores; no, no son elucubraciones de los legisladores,
son proyectos ideológicos que impactan a la sociedad, proyectos que cada uno de estos resultados legislativos que
impactan a la sociedad son proyectos ideológicos y compromisos políticos, no son resoluciones neutras, han
impactado todo este trabajo de este Senado a 130 millones de mexicanos.
¿Qué sociedad tenemos?
¿Qué se entrega?
¿En qué se benefició a los pobres indígenas, obreros, campesinos, clases medias, mujeres, familias, jóvenes, en qué
se benefició a México?
Graves resultados, incluso aquí se han señalado hoy, graves resultados que la sociedad reprueba hoy.
Se dice es una cuestión que ahí está, son los graves resultados que la sociedad reprueba hoy, corrupción
generalizada, pérdida de soberanía, Estado debilitado que gobernó para la élite abandonando a la mayoría,
impúdica concentración de la riqueza, 50 millones de pobres, un millón cada año, nulo crecimiento, ínfimos
salarios para atraer al inversor, desempleo, juventud sin esperanzas, tragedia humanitaria nacional, inseguridad,
terror, violencia, hasta ahora, hasta hoy, sin esperanzas, la tendremos.
Este es el legado del régimen que se extingue, éste es el legado del régimen de Peña Nieto que se extingue,
apoyado en la legislación sin correctivos, sin ningún correctivo de este Senado de la República.
Muchas gracias, señor Presidente.
(Aplausos)
El Presidente Senador Ernesto Cordero Arroyo: Tiene ahora el uso de la tribuna el Senador Fernando Herrera
Ávila, coordinador del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, hasta por diez minutos.
El Senador Fernando Herrera Ávila: Muy buenas tardes, Senadoras y Senadores.
Distinguidos invitados especiales en esta ocasión.
Compañeros de la Mesa Directiva y, desde luego, también de la Junta de Coordinación Política.
Antes de iniciar permítanme expresarle a todos los grupos parlamentarios, a nombre de las Senadoras de Acción
Nacional y los Senadores de éste Instituto político, nuestro más profundo reconocimiento por haber compartido con
ustedes esta apasionante etapa de nuestra vida.
Felicidades por el trabajo realizado.
Honorable Asamblea:
El Poder Legislativo de la Federación concluye el día de hoy sus períodos ordinarios de sesiones.
Esta etapa de fin de mandato coincide también, como cada seis años, con la coyuntura de la renovación de los
poderes de la Federación.
La nación se encuentra en un proceso de deliberación para elegir a las nuevas Cámaras de Diputados, Senadores y,
desde luego, al Titular del Poder Ejecutivo.
La deliberación popular es indispensable para contrastar los dichos con los hechos, las promesas con los resultados,
comparar el discurso oficial con el sentir popular.
La tribuna parlamentaria entra en receso para que la sociedad mexicana pueda expresarse con claridad y
contundencia en este proceso electoral.
Nosotros, al igual que los ciudadanos, estamos obligados a la reflexión y al análisis.
En julio de 2012, el Partido Acción Nacional con total madurez política reconoció el resultado electoral, producto
de ese proceso electivo.
Como consecuencia de esa definición ciudadana las Senadoras y los Senadores de Acción Nacional aceptamos
entonces trabajar como oposición constructiva a favor de un México de libertades, de valores y con futuro.
El México de hoy ciertamente es diferente al de diciembre de 2012, pero no está mejor, sólo aquel que se atreva a
transitar por el sendero de la demagogia pudiese afirmar algo distinto.
En el GPPAN jamás utilizamos la lisonja como instrumento para ensalzar al funcionario a sabiendas de que no
estaba bien, ni tampoco fuimos la oposición mezquina, esa que se opone a todo por mero cálculo político.
Fuimos Senadoras y Senadores que no regateamos reconocer lo correcto y no criticamos sin propuesta.
Cercanos al 30 % de la conformación de esta Cámaras buscamos siempre que nuestro trabajo en comisiones se
distinguiera por ser un trabajo de calidad, que las participaciones de las Senadoras y los Senadores de Acción
Nacional siempre fueran propuestas con calidad.
Sabíamos que éramos menores en cantidad.
Hoy al término de estos períodos, en la vida cotidiana como en la vida parlamentaria, podemos afirmar con orgullo
que la calidad siempre, siempre se impone a la cantidad.
Al final de un trabajo legislativo el único discurso que habla con verdad es el discurso de la ciudadanía que se
expresa en su voto.
El GPPAN está listo para que la ciudadanía premia o castigue.
Buena parte de los propósitos de nuestra plataforma política y nuestra agenda legislativa pudimos plasmarlos en los
acuerdos, dictámenes y decretos del Senado y del Congreso de la Unión.
Logramos avanzar en legislación de competencia económica, en telecomunicaciones, en materia laboral, en
atención a víctimas, desaparición forzada, equidad de género.
La reforma política que construimos juntos está en marcha.
El sufragio será más fuerte con la reelección legislativa consecutiva.
La apertura a la posibilidad de gobiernos de coalición dará mejores gobiernos y México podrá dejar de ser un país
de un solo hombre.
Este Senado de la República logró amplios consensos en materia internacional tanto a la hora de ampliar el
horizonte multilateral del país como cuando hubo que levantar la voz por la dignidad nacional.
Valoramos logros, también señalamos los grandes temas que han quedado inconclusos.
La legislación en materia de energía fue modernizada, pero la tóxica política hacendaria y de hidrocarburos disparó
la inflación más alta en lo que va del siglo y afecta gravemente la economía de las familias.
Avanzamos en legislación educativa, pero su aplicación, en voz de muchos, ha sido errática.
Legislamos sobre disciplina financiera, pero el manejo discrecional de la economía ha llevado a un grave
sobreendeudamiento que compromete ya a la próxima generación.
El fortalecimiento institucional y el Estado de derecho son todavía las principales necesidades del país, se han
debilitado importantes instituciones nacionales.
Fue lamentable que se haya avalado mantener la discrecionalidad en el gasto de propaganda gubernamental.
El Ministerio Público está en una profunda crisis entre la violencia más grave de la historia, las verdades históricas
cuestionadas por la realidad y el uso faccioso de sus indagatorias.
Aún con eso se ha impuesto la negativa a concluir las reformas para tener una Fiscalía General con verdadera
autonomía.
En la primera alternancia avanzamos hacia la transparencia, ahora se opina en diversos círculos que se ha dado un
retroceso al integrar el órgano garante de acceso a la información.
La República vive azorada por los constantes escándalos de corrupción de la clase política, sin embargo, algunos
han pretendido perder la credibilidad antes que permitir a un Fiscal Anticorrupción autónomo e independiente.
Este México del 2018 es diferente de aquel que se generó en el 2012, pero no está mejor.
Fuimos una oposición responsable, constructiva y madura que aportó para una mejor legislación, pero hay
pendientes.
Por eso en esta ocasión las Senadores y los Senadores de Acción Nacional convocan a todas las fuerzas políticas
para que de manera inmediata se convoque a un período extraordinario y se legisle y se vote por la minuta que
aprueba el fuero en nuestro país sin mayor dilación.
A los avances legislativos les ha faltado un gobierno eficiente.
Hemos puesto buenas reformas en manos que quizá no las han aplicado con la suficiente diligencia, por eso nuestra
economía crece menos que la brecha de la desigualdad.
Por eso nuestra economía crece menos que la brecha de la desigualdad. Está claro que para que el país avance se
requiere una mayoría gobernante con vocación republicada. México necesita un Congreso de la Unión que
reestablezca los equilibrios de la república.
Clausuramos hoy el período ordinario de sesiones de esta LXIII Legislatura del Senado de la República.
De este Senado han emanado gobernadores para nuestros estados, Pavlovich, Fayad, Tello, tres por el Partido en el
Gobierno; Orozco, Mendoza, Rosas Aispuro, Cabeza de Vaca, Javier Corral, cinco por Acción Nacional.
Ayer como hoy en la tradición parlamentaria de Acción Nacional, hicimos eco de lo expresado por uno de nuestros
fundadores: “Es virtud esencial en política encontrar por graves que sean las diferencias un campo común de
acción y de pensamiento y llegar a él sin reservas, para construir lo que sea mejor para México. Nuestra
recompensa debe ser en honor de estrechar la mano en señal del deber cumplido”.
He citado de manera textual a Manuel Gómez Morín y citaré textualmente también a un compañero que llegó al
Senado de la República debatiéndose precisamente en esa gesta más difícil por la cual todos tendremos que atrasar
y él decía: “Luchando por mi vida he tirado el estorbo de mi prisa por vivirla”. Con reconocimiento y emoción para
nuestro compañero Alonso Lujambio.
(Aplausos)
Braulio Fernández, hombre serio, caballero de la política, nos acompañó un largo trecho en este Senado de la
República. Él ya no está, pero queda presente su don de gentes entre cada uno de nosotros.
Mónica Arreola, participó de manera decidida en los cambios más importantes que se discutieron a mitad de este
encargo popular en el cual todos participamos.
Y, desde luego, nuestro amigo, Manuel Camacho Solís, hombre duro en el debate, pero tierno en el corazón.
Ellos ya no están, pero han dejado su ejemplo y nos nutre a todos de emoción por estar presentes aún en la
ausencia.
Señoras y señores, ha llegado la hora del sufragio efectivo, nos sometemos al veredicto de la soberanía popular
con la certeza de que el voto ciudadano premiará el esfuerzo responsable por las causas justas y sancionará la
ineficiencia, la corrupción y la impunidad.
Hacemos votos para que todos nosotros, legisladoras y legisladores de todos los partidos políticos en el ejercicio
pleno de la ciudadanía sigamos realizando el mayor esfuerzo cívico para hacer de México un país más grande,
próspero y justó; para garantizar con la participación de todos conseguir esa patria ordenada y generosa, esa vida
mejor y más digna para todos que anhelamos.
A mis compañeros de Acción Nacional agradezco la oportunidad que me otorgaron para acompañarlos.
Reconozco el talento de cada uno de ustedes, la generosidad y sentido de equipo con el cual participaron.
Yo les garantizo que pueden regresar a sus entidades con la frente en alto, con la satisfacción del deber cumplido,
ver a los ojos a sus hijos con orgullo de haber participado en esta etapa del país al cual le dieron lo mejor de sí.
Pueden saludar al militante con emoción. Ustedes han demostrado que más puede la institución que el esfuerzo
individual, más puede la lealtad que el protagonismo, más puede el valor que la componenda, porque juntos
llegamos, porque juntos estamos, juntos podemos.
No tengan la menor duda, compañeros Senadores, compañeras Senadoras, de toda esta Legislatura, de que juntos
pensaremos.
Muchísimas gracias.
(Aplausos)
El Presidente Senador Ernesto Cordero Arroyo: Tiene el uso de la tribuna el Senador Emilio Gamboa Patrón,
coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, hasta por diez minutos.
El Senador Emilio Gamboa Patrón: Muy buenas tardes.
Con el permiso del señor Presidente del Senado de la República.
Saludo al Secretario de Gobernación, al maestro Alfonso Navarrete Prida, que viene con la representación de un
gran mexicano como es Enrique Peña Nieto.
Saludo también a la Presidenta de la Junta de Coordinación Política, nuestra amiga y compañera Ana Lilia Herrera
Anzaldo.
A toda la Mesa Directiva, que han hecho un papel impresionante durante estos seis años.
Y me da mucho gusto saludar a dos ex presidentes, aquí presentes, a Roberto Gil y, sin duda alguna, que jugó un
rol importante en este Senado de la República, y a Pablo Escudero, que jugó también un rol importante.
Me da mucho gusto saludar a mis compañeros Senadores que se dieron su tiempo, el venir el día de hoy, que son
personajes de la vida política de este país y que algunas están jugando una candidatura y que les deseo el mejor de
los éxitos.
Sin duda alguna, mi reconocimiento primero a una gran Mesa Directiva.
Hemos transitado tranquilos, hemos transitado pacíficamente en un Senado turbulento, complejo, difícil, no es
porque queramos decir que trabajamos mucho, pero lo hicimos y verán el resultado de lo que cada una de ustedes y
cada uno de ustedes hicieron.
Hubo desvelos, hubo seis de la mañana, siete de la mañana, nueve de la mañana y regresábamos a trabajar al
Senado de la República.
Por eso reconozco a todas las mesas directivas y en especial a ésta última, que es muy probable que sea la última
vez que nos dirijamos a ella.
Pero quiero advertirle a mis compañeras y compañeros, si hay un dictamen de aquí al 31 de agosto que es el último
día en el que debemos trabajar, habrá período extraordinario y aquí estaremos, como siempre, discutiendo,
debatiendo, analizando y aprobando lo que se nos someta.
Hoy tengo un sentimiento encontrado con mis compañeras y compañeros.
¿Por qué?
Hoy los integrantes de la LXII y la LXIII Legislaturas es el último día del período ordinario, nos vamos y dejamos
parte de nosotros en el Senado de la República, no tengan duda, lo hemos hecho, y lo hicimos mucho y muy bien.
En el ciclo parlamentario más productivo que ha habido en la historia de nuestro país, y aquí ha venido,
compañeros, a decir que todo lo que hicimos fue mal. No, no se equivoquen, hicimos cosas muy importantes para
el futuro de nuestro país, nuestros hijos y nuestros nietos nos lo van a agradecer, no tengan duda.
(Aplausos)
En toda mi trayectoria política al servicio de mi gran país, de nuestro amado México ser Senador en estas dos
Legislaturas ha sido una de las experiencias más gratificantes, más hermosas, más retadoras, y aquí entregué parte
de mi vida junto con 127 Senadoras y Senadores de la República.
Dos Legislaturas históricas en la que, de la mano de un presidente visionario y valiente como es Enrique Peña
Nieto pudimos sacar todo lo que se presentó ante este Senado de la República.
Reconocemos que quedaron pendientes, quedó pendiente el Fiscal General; yo hice mi mejor esfuerzo para que lo
pudiéramos sacar, no se lleva a consensos, no es el único espacio donde no se dan los consensos en el mundo.
En España no se dieron consensos los legisladores para que en un año pusieran ni más ni menos que al presidente
de España.
¿Y, qué quiero decirles?
Que nosotros trabajamos siempre con enorme seriedad.
El fuero, no me puedo quedar callado, y yo lo dije, y lo declaré hoy, y sale en todos los medios, mi bancada, de la
cual me siento muy orgulloso dijo, vamos al fuero; pero vayamos a un fuero que tenga una profunda
responsabilidad en las acciones que va a tener el próximo Presidente de México o la Presidenta de México, porque
tenemos una candidata.
Yo no tengo más que reconocimiento a un hombre que sacrificó su popularidad, pero vio con visión de Estado lo
que le faltaba a este país, y lo hizo con contundencia, con inteligencia, con capacidad y con carácter, por eso mi
enorme reconocimiento a Enrique Peña Nieto.
(Aplausos)
Logramos en esta Legislatura aprobar la agenda de reformas más grande y compleja en toda la historia de nuestro
país.
En estas aprobaciones hubo siempre diferencias, hubo discrepancias, hubo momentos complejos y difíciles en el
Senado de la República, hubo desencuentros, pero nunca faltó, y lo digo con gran y satisfacción, nunca faltó
voluntad política de todos los coordinadores para llegar a acuerdos, y construir la gobernanza de nuestro Senado.
Hicimos siempre a un lado nuestros intereses personales para trabajar siempre en las coincidencias y así fortalecer
a las instituciones de México, que con mucho orgullo, digo, debemos defenderlas, quien piense que puede llegar a
la Presidencia a destruir las instituciones de México, va a destruir a México, no a las instituciones, reflexionemos
muy bien esto.
Así aprendimos que en la democracia vale más sumar que restar, y menos dividir. Y reafirmamos a la política, y así
la entiendo, como la mejor y el mejor instrumento que tenemos en la vida para servir a nuestros semejantes.
La política es nuestra pasión, pero el sentimiento juega un gran papel, y un papel fundamental aquí, el día de hoy, y
en este Senado la vida me dio la oportunidad de construir grandes amistades con mis compañeras, con mis
compañeros de todos los partidos, 127 compañeras y compañeros a quien les estreché la mano, o les di un beso en
el cachete y les dije, trabajemos siempre por este país, bien vale la pena lo que estamos haciendo.
Y, hoy, me voy muy satisfecho de todo lo que se ha hecho y de todo lo que hicieron cada una de ustedes y cada
uno de ustedes.
Quiero decirles que las y los llevaré como algo muy importante de mi vida, mujeres y hombres talentosas, serios,
preparados, capaces, estudiosos, convincentes, de garra, muy aguerridos, respetadas y respetados, en fin, un Senado
del cual me siento profundamente orgulloso.
Gracias de verdad por brindarme su amistad y su confianza, nunca los voy a defraudar. Hoy recuerdo mi primera
reunión de trabajo con el hoy Presidente del Senado Ernesto Cordero y con Miguel Barbosa, y nos sentamos a
dialogar y, dijimos, primero, no faltemos a la palabra, vamos a respetarnos, vamos a ser que haya un Senado serio
y profesional, y discutimos ese día, quién sería el Presidente de la Mesa Directiva, y discutimos también toda las
comisiones.
Y, lo digo aquí frente a mi grupo parlamentario, sacrifiqué comisiones con una intención, la intención es de que
llegáramos a este día y dijéramos: misión cumplida.
El Senado tenía números muy claros de cuántas comisiones le correspondía a cada grupo parlamentario y, sin
embargo, no tuvo mi grupo parlamentario ni yo el empacho de otorgarles cinco comisiones que no les
correspondían a los otros partidos, pero que con eso hacíamos la gobernanza, y hoy, me siento mucho muy
satisfecho de ello.
Yo quiero reconocer, y ya lo hicieron mis compañeros, pero no puedo dejar de hacerlo.
Yo quiero reconocer a Ernesto Cordero, a mi amigo, que en sus dos períodos distintos mostró siempre su
institucionalidad, su capacidad, su carácter, su profesionalismo y sus méritos en la conducción de los trabajos del
Senado en esta segunda etapa, todo mi reconocimiento y mi felicitación.
A Raúl Cervantes, por su docto conocimiento, su indiscutible vocación por hacer valer nuestra Constitución y
nuestras leyes; además de su incansable trabajo para sacar avante y adelante las reformas estructurales que sin duda
alguna México pronto estará siguiendo viendo los grandes resultados.
A Miguel Barbosa, un hombre con un sentido común muy especial que supo respetar siempre la pluralidad que
caracteriza y sigue caracterizando al Senado de la República.
A Roberto Gil, por su invaluable conocimiento jurídico y su capacidad conciliadora, hombre reconocido por su
profesionalismo en todo México, y un hombre que cumple siempre con su palabra, y que cumplió como Presidente
del Senado de la República.
A Pablo Escudero, por su visión innovadora, que estuvo a la altura de una sociedad cada día más demandante de un
Parlamento Abierto, lo que mereció que el Senador obtuviera el tercer lugar en transparencia a nivel nacional de
entre más de 862 instituciones.
Mi reconocimiento, mi amistad y mi cariño.
A los coordinadores, a Ernesto Cordero, Jorge Luis Preciado y Fernando Herrera, con quienes pudimos tener un
respetuoso diálogo durante estos 5 años 8 meses, y estoy seguro que siempre lo hicieron con altura de miras,
construyendo acuerdos y buscando consensos para transformar a México.
Manuel Bartlett, compañero de muchas luchas. Un hombre que jamás titubea en decir en lo que cree y en lo que
piensa. Usó esta tribuna cuantas veces así lo deseó, y hoy, en su crítica, en lo que él cree, que yo no estoy de
acuerdo con él, pero que en lo que él cree, aquí demostramos una vez más, frente a personajes muy importantes de
la vida nacional, que esta tribuna cumplió con su deber.
Aquí estaban los verdaderos adversarios del Presidente Enrique Peña Nieto, no los enemigos, los adversarios, y mi
grupo parlamentario y el grupo del Partido Verde Ecologista de México, siempre los escuchamos, los
reflexionamos y se tomaban las decisiones, y que no nos asuste, se tomaron las grandes decisiones siempre a favor
de grandes reformas.
¿Y quién es el que vota?
¿Y quiénes son las que votan?
Las y los Senadores. Ahí está el tablero electrónico y ahí dejábamos la huella, si estábamos de acuerdo o estábamos
en contra.
Sin duda, un hombre congruente consigo mismo. He sido su amigo durante muchos años.
Difiero, y lo digo públicamente, en su pensamiento y en lo que cree que le puede pasar a México.
México es la catorceava economía del mundo.
México es la sexta potencia en turismo, hoy, del mundo.
México es algo que nos llena de orgullo y de satisfacción, y aquí arriba tenemos la Bandera Mexicana que nos
estimula todos los días a luchar por este gran país.
(Aplausos)
A Miguel Barbosa, a Dolores Padierna y a Luis Sánchez, líderes de izquierda, sensibles, con apertura siempre a
escuchar y a sumar su esfuerzo por un México mejor.
Cuando no estaban de acuerdo con lo que se planteaba aquí, no hubo nunca la negación de que subieran a tribuna.
Y puedo, sin temor a equivocarme, que Dolores Padierna fue la mujer que más se subió a esta tribuna en la LXII y
LXIII Legislaturas.
¡Felicidades!
(Aplausos)
A Jorge Emilio González, que estuvo un rato trabajando como coordinador y como Senador de la República y
tomó una decisión, una decisión de ir a trabajar por su partido, al cual lo reconocemos y que supo construir siempre
acuerdos en beneficio de su país.
A mi amigo Carlos Puente, un político joven, sensible, que en todo momento acompañó a los esfuerzos del Senado
de la República, siempre aliado del Partido Revolucionario Institucional. A él mi respeto, mi cariño, mi admiración
y siempre mi amistad. Muchas gracias, Carlos.
(Aplausos)
A los Senadores independientes, que juegan un rol muy importante en este Senado de la República, y que fue
creciendo el número. Defendieron en esta tribuna siempre sus ideas, sus ideales, sus convicciones y los
escuchamos siempre con enorme atención.
Mi respeto las Senadoras y los Senadores independientes.
A mi compañera y amiga Ana Lilia Herrera, quien en este último año ha presidido la Junta de Coordinación
Política, lo ha hecho con un enorme talento, siendo la primera mujer en encabezar este importante órgano de
gobierno del Senado de la República.
Mujer amiga, mujer talentosa, inteligente, con gran capacidad, que siempre ha puesto en la mesa el privilegiar el
diálogo antes que cualquier cosa. Siempre buscó los acuerdos, y a quien le reitero mi cariño, mi amistad y mi
felicitación.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Quiero reconocer a todos los reporteros y fotógrafos de la fuente, que con seriedad y profesionalismo cubrieron los
trabajos realizados durante estos casi seis años en esta Cámara. Ellos son testigos de todo lo que hicimos en la
Cámara.
Hoy leía: “Queda la Cámara con rezagos”.
No ha habido en la historia de México ninguna Cámara que no quede con rezagos, que no nos preocupe ni nos
ocupe.
Que digamos, cuando estemos fuera, lo orgulloso que fuimos de pertenecer a la LXII y LXIII Legislaturas.
Quiero, señor Presidente, si me lo autoriza, guardar un minuto de silencio por nuestros Senadores fallecidos, que
no están aquí, pero siempre están con nosotros:
Alfonso Lujambio.
Manuel Camacho Solís.
Braulio Fernández.
Luciano Borreguín y
Mónica Arriola.
Les pido un minuto de silencio.
(Todos de pie)
(Se guarda un minuto de silencio)
Muchísimas gracias, señor Presidente.
Señor Secretario de Gobernación:
Dígale al señor Presidente Enrique Peña Nieto que el grupo parlamentario del PRI, su grupo y del Partido Verde,
nos sentimos muy orgullosos de haber trabajado por todo lo que se hizo aquí en el Senado.
Cuando quisieron ofender a México, en unidad, señor Secretario, en unidad, todo este Senado no sólo no
respaldamos al Gobierno de la República en la defensa del interés y de la soberanía nacional, sino que fuimos
voceros propositivos y sujetos activos en la defensa de los derechos de nuestros connacionales.
Aprobamos 38 reformas constitucionales, 754 reformas a diversos ordenamientos legales y la expedición de más de
80 nuevas leyes y decretos.
No quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer a mis compañeras y compañeros del grupo parlamentario del
PRI, por la confianza que siempre depositaron en un servidor.
Que siempre me apoyaron, que siempre me escucharon y que siempre me aconsejaron. A ellos quiero decirles que
les reconozco su talento, su seriedad, su responsabilidad y que hicieron de esta bancada, una bancada que trabajó
por el bien de México.
Muchísimas gracias a cada una de ustedes y a cada uno de ustedes, compañeros.
Fueron fundamentales, y les quiero decir aquí en esta tribuna, los quiero mucho y los seguiré queriendo toda la
vida.
Esta administración, cuando se dice que no se ha hecho nada, alcanzará el récord en materia de empleos, cuatro
millones de empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social y en el Infonavit.
Si eso no es nada, que me digan que es mucho más de lo que pudieron hacer dos administraciones anteriores, va a
ser cuando termine la inflación más baja en promedio en los seis años del Presidente Peña.
(Aplausos)
La moneda mexicana es la mejor que se ha defendido frente dólar, si no es mucho, explíquenme que puede ser
mejor.
La energética, que tiene dos años y medio, que se dio un enorme debate, seis meses nos llevó aprobar esta reforma,
hoy tiene asegurados 180 mil millones de dólares de inversión, que representan mejores empleos, representa mejor
salario y representa mayor contribución al gobierno de la República para hacer mejores carreteras, mejores
escuelas, mejores hospitales, cuidar la ecología, cuidar a los niños y a los jóvenes.
Eso es lo que hizo esta reforma, la educativa, que pudieran ya haber aprobado su examen de si aprobaban su
capacidad para enseñar a los niños y a los jóvenes de México, y que ya no se heredan las plazas y se heredaban
antes por ser una ley que la mamá o el padre podía heredarle a su hija y aunque no supiera leer daba clases a los
niños, si eso no es nada, explíquenme, qué mejor que una reforma educativa como la que tenemos.
Compañeras y compañeros, debemos estar orgulloso de lo que juntos hemos logrado durante los últimos seis años,
seis años de intenso debate, pero sobre todo de privilegiar el diálogo y la política, de saber que aquí podrá haber
opiniones distintas y posturas completamente y radicalmente opuestas, pero jamás aquí hubo enemigos.
Hoy, gracias a las decisiones que hemos tomado como Senadores de la República, nuestro país está creciendo a
una mayor velocidad que el promedio de las economías emergentes, en estas legislaturas, privilegiamos una visión
de Estado, lo que nos ha permitido crear leyes, impulsar reformas y modificar nuestra Constitución.
Aquí se discutió, no va a haber reforma a la Ciudad de México, y le hago un reconocimiento a Alejandro Encinas,
se pudo porque hubo capacidad de diálogo, de negociación, de conciliación y de llegar a acuerdos.
Se puede cuando uno quiere que se pueda, que los mexicanos podemos hacer de México un mucho mejor país.
No existen soluciones sencillas o fáciles, los problemas del desarrollo de las naciones son complejos y difíciles, no
es con la varita mágica que alguien pueda traer y cambiar a un país.
Es un país que le ha costado 200 años de lucha, de haber creado instituciones que nos llegan de orgullo y
satisfacción, no puedo entender a México sin la Universidad Nacional Autónoma de México, no puedo entender a
México sin el Instituto Mexicano del Seguro Social, no puedo entender a México sin el Banco de México y sin
muchas instituciones que hemos logrado construir y que muchos compañeros y compañeras Diputadas Federales y
Senadoras y Senadores pudieron lograr estas instituciones.
Quiero, para terminar, decirles, desde esta tribuna, que quiero reconocer y agradecer el trabajo, la dedicación y el
compromiso de todas aquellas personas que sin ser legisladores, son parte protagonistas de los cambios de este
México que estamos viviendo, me refiero a todo el cuerpo técnico y administrativo de este Senado, sin ustedes,
estos logros jamás hubieran sido posibles.
Al doctor Arturo Garita, permítame reconocerle, porque es usted un pilar de la labor legislativa. Y un ejemplo de
que el servicio público es profesional y es honorable.
(Aplausos)
A Roberto Figueroa, le reconozco su incuestionable capacidad para alcanzar que ejerciéramos nuestra actividad
cotidiana en las mejores condiciones y con plena transformación y absoluta transparencia.
(Aplausos)
El trabajo de todas y todos los que trabajan en el Senado de la República, el trabajo de los equipos técnicos de mis
compañeras y de mis compañeros Senadores que siempre estaban pendientes para que pudiera salir un dictamen y
se trajera al Pleno del Senado.
Para ellos también nuestro reconocimiento y también para los empleados administrativos y para las mujeres y
hombres que trabajan en Fonatur y que logran que siempre esté inmaculado no sólo este salón de sesiones, sino
todo el Senado d la República.
Muchas felicidades, compañeras y compañeros.
(Aplausos)
Permítanme terminar diciéndoles, sigamos siendo referente de diálogo, tolerancia y vocación democrática a
cualquier lugar al que vayamos.
Sé que todos nos llevamos de esta Legislatura grandes experiencias y grandes conocimientos, pero sobre todo,
grandes amistades.
La vida transcurre, los años pasan y los años pasaron, las personas se acercan, las amistades surgen y se construyen
todos los días y con el tiempo perduran.
Hemos compartido grandes momentos que siempre nos estrecharon más, más allá del calor o de la ideología, nos
unen lazos de amistad y de fraternidad, así como a los primeros amigos de la infancia se llevan por toda la vida un
recuerdo en la vida de nosotros, mi mejor recuerdo para mis amigas y mis amigos Senadores es que soy su
compañero, seguiré siendo su compañero hasta el último día de mi vida.
¡Que la patria siempre sea primera!
Muchísimas gracias.
(Aplausos)
El Presidente Senador Ernesto Cordero Arroyo: Muchas gracias, señores coordinadores.