INTRODUCCIÓN A LA FORMACIÓN-CATEQUESIS. Plan Pastoral/Asamblea... · Ser subsidio para evaluar...

INTRODUCCIÓN A LA FORMACIÓN-CATEQUESIS.

Estamos acercándonos a varios eventos importantes para la vida pastoral de la Diócesis de La Guaira:

-Los cincuenta años de la creación de la Diócesis. -La finalización del Plan diocesano de Pastoral 2016-20. Con la consecuente

evaluación de lo realizado en estos años. -La II Asamblea Nacional de Pastoral a celebrarse en el 2020.

Estos acontecimientos nos llaman a trabajar con vistas a ellos, pero, sobre todo,

son una oportunidad para formar mejor a los agentes de pastoral de la Diócesis y para realizar con ellos una mirada a la praxis pastoral, concretamente en las parroquias, con vistas a seguir renovándola en el futuro.

Estas catequesis o temas de formación quieren ser una ayuda para realizar esta tarea e implicar al mayor número de personas de nuestras parroquias y comunidades eclesiales. El objetivo es doble:

● Dar una formación sencilla y elemental, ● Ser subsidio para evaluar cómo se está realizando la acción pastoral.

1.- LOS CINCO TEMAS. Se centran exclusivamente en la Parroquia, en la cual se deben incluir los

movimientos, grupos, que hagan vida en ella; así como las comunidades, Capillas y sectores de la Parroquia.

Las Catequesis están en relación con 4 los Objetivos específicos del Plan Diocesano de Pastoral que son, a saber:

1.Anuncio: Fortalecer el anuncio del kerigma que lleve a un encuentro

personal y comunitario con Jesucristo, en la Palabra y en los

sacramentos, renovando y transmitiendo la alegría del Evangelio.

2.Comunión: Impulsar la espiritualidad de comunión y misión, que nos

permita una conversión eclesiológica, pastoral y misionera a nivel

diocesano, zonal y parroquial.

3.Servicio: Fortalecer el compromiso social y comunitario de nuestra

fe, concretando programas y servicios de acción social como signo

de una caridad operativa.

4.Formación: Promover la formación inicial y permanente de todos,

especialmente de los laicos, como discípulos misioneros para ser

fermento del Reino de Dios en la Iglesia y en la sociedad.

1 Introducción a la Formación.

A estos Cuatro objetivos corresponden los cuatro primeros temas:

1. Parroquia Evangelizadora y Misionera (Anuncio)

2. Parroquia Casa y escuela de comunión. (Comunión)

3. Parroquia Samaritana y misericordiosa. (Servicio)

4. Parroquia que inicia en la fe y la Misión. (Formación)

Se ha incluido un quinto tema que, aunque no era uno de los objetivos específicos de Plan Diocesano, toca la dimensión celebrativa que es esencial a la Iglesia.

5. Parroquia que Escucha la Palabra y celebra su fe.

2.- DESTINATARIOS. Todos los integrantes del Consejo Pastoral, todos los que han sido instituidos

ministros o servidores en estos últimos años, los coordinadores de las diferentes pastorales, los responsables de grupos, movimientos, comunidades eclesiales, capillas y sectores. Habría que incorporar a esa ancha y valiosísima franja de personas (hombres y mujeres; jóvenes y adultos) comprometidos con acciones pastorales en la parroquia.

Lo ideal sería convocar Asambleas parroquiales (serían 5 asambleas, una por cada catequesis), cuanta más gente trabaje con estas catequesis, será más enriquecedor.

Lo que no se debería hacer, es trabajar los temas solamente el párroco y un grupito de laicos.

3.-EL ESQUEMA DE CADA TEMA Los cinco temas de la Catequesis están pensados para ser trabajados

con una metodología participativa y de diálogo. Debería haber un equipo

que dirige y anima el tema, controlando los tiempos y dando paso a los

diferentes momentos. Cada catequesis, dependiendo de la cantidad de

personas participantes, debería durar una hora y media.

Estas son las etapas de los temas.

OBJETIVO. Cada tema tiene un Objetivo que está interrelacionado con un

objetivo específico de Plan Diocesano de Pastoral.

ORACIÓN INICIAL.

Se comienza con oración que siempre incluye un texto Bíblico. Esta

oración está siempre en relación con el objetivo de la catequesis.


ESCUCHAMOS A LA IGLESIA.

Es la iluminación doctrinal, donde encontraremos siempre tres tipos

de textos por su procedencia:

● Documento de Aparecida.

● Del Magisterio del Papa Francisco.

● Plan Diocesano de Pastoral.

Al final se incluye un pequeño apartado titulado: “para comprender bien

estos textos ”, donde se intenta explicitar y concretar las citas anteriores.

La finalidad es que el grupo capte bien el mensaje del texto y sus

implicaciones en la vida parroquial. Debería haber un diálogo fluido en el

grupo/Asamblea para conseguir que todos entiendan y asimilen los textos.

DIALOGAMOS.

Son una serie de preguntas que tienen dos objetivos:

● Ser ocasión para que el grupo comparta y haga propio el

mensaje.

● Analizar y evaluar la acción parroquial.

Es muy importante que se anoten las respuestas a las

preguntas. Servirán, primero para la misma comunidad parroquial,

especialmente el Consejo Pastoral. Pero también para posteriores

Asambleas Zonales y Diocesanas.

LO QUE NOS QUEDA CLARO. Este apartado no se encuentra en todos los temas. Es un pequeño

resumen de puntos importantes para el Tema tratado. El grupo puede

incorporar sus propias reflexiones o conclusiones.

ORACIÓN FINAL

Se termina con una oración final, según el tiempo puede ser más

breve que la inicial. Esta oración que sirve para poner ante el Señor.

todo los reflexionado y dialogado por el grupo.


1 Tema 1 Parroquia evangelizadora y misionera.

TEMA 1. PARROQUIA EVANGELIZADORA Y MISIONERA.

OBJETIVO: Desarrollar en la parroquia la conciencia misionera que la lleve a salir de la comodidad de sus templos y de sus recintos, para llegar, con la frescura alegre del Evangelio a los más alejados. En conexión con el Primer Objetivo específico del Plan Diocesano de pastoral.

Fortalecer el anuncio del kerigma que lleve a un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, en la Palabra y en los sacramentos, renovando y

transmitiendo la alegría del Evangelio.

1.- MOMENTO INICIAL ORACIÓN.

Oración por la Diócesis de La Guaira.

Dios, Padre bueno de misericordia, confiados en la promesa de tu Hijo Jesús, te pedimos los dones del Espíritu para ser

discípulos misioneros. Señor Jesucristo, explícanos tu Palabra para vivir la alegría del Evangelio.

Haz que como iglesia nos comprometamos a remar mar adentro y echar las redes en tu nombre.

Espíritu Santo, concédenos tu gracia para que laicos, religiosos y sacerdotes, crezcamos en la espiritualidad de comunión y misión, y en el servicio a los

hermanos más pobres. San Pedro Apóstol, ayúdanos a ser piedras vivas para la construcción del

Reino, y fermento de renovación pastoral en nuestra diócesis. Virgen sagrada María, danos tu bendición. Amén.

LA PALABRA DE JESÚS.

Cuando vieron a Jesús, se postraron ante él, aunque algunos

todavía dudaban. Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que

todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo

que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.» (Mt 28, 17-20)


(Reflexionamos en un momento de silencio para asimilar esta palabra de Jesús.

Compartimos brevemente aquello que más nos ha tocado el corazón)

2. ESCUCHAMOS A LA IGLESIA.

Documento de Aparecida. “Necesitamos desarrollar la dimensión misionera de

la vida en Cristo. La Iglesia necesita una fuerte

conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el

estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del

Continente. Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta en

un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo. Esperamos un

nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la

acomodación al ambiente; una venida del Espíritu que renueve nuestra

alegría y nuestra esperanza”. (DA, 362).

Papa Francisco. “La Parroquia es comunidad de comunidades, santuario donde los

sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío

misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y

renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos

en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de

viva comunión y participación y se orienten completamente a la misión” EG

28

“Las demás instituciones eclesiales, comunidades de base y pequeñas

comunidades, movimientos y otras formas de asociación, son una riqueza

de la Iglesia que el Espíritu suscita para evangelizar todos los

ambientes y sectores. Muchas veces aportan un nuevo fervor

evangelizador y una capacidad de diálogo con el mundo que renuevan a la

Iglesia. Pero es muy sano que no pierdan el contacto con esa realidad

tan rica de la parroquia del lugar, y que se integren gustosamente

en la pastoral orgánica de la Iglesia particular. Esta integración evitará

que se queden sólo con una parte del Evangelio y de la Iglesia, o que se

conviertan en nómadas sin raíces.” EG 29


Plan diocesano de pastoral. (Objetivo específico 1 y sus orientaciones 1

y 2)

1.- Fortalecer el anuncio del kerigma que lleve a un encuentro personal

y comunitario con Jesucristo, en la Palabra y en los sacramentos, renovando y transmitiendo la alegría del Evangelio.

1.1.-Lograr que nuestra pastoral parroquial sea más kerigmática

que lleve al encuentro con Jesucristo, a la conversión y

comunique la alegría del Evangelio.

1.2.-Comprometernos a una pastoral decididamente misionera,

expansiva y abierta, «una iglesia en salida» que llegue a los

alejados y dé respuesta ante el avance de distintas confesiones

cristianas y de otras creencias.

Para comprender bien estos textos: a) Entre líneas se está describiendo la situación de nuestra Iglesia como acomodada,

estancada, tibia y al margen del sufrimiento de los pobres. Es decir, sin espíritu misionero.

b) De ahí la necesidad de una fuerte conmoción, algo, que, a imagen del primer Pentecostés, la saque del miedo y del encerramiento, una responsabilidad “repartida” entre todos.

c) No valen pretextos para saber lo que nos pasa y para saber que podemos y debemos cambiarlo…, ¿cuáles son nuestros pretextos y los de nuestra comunidad, grupo, movimiento…para no involucrarse en la vida de la gente? “De este “involucrarse” el Papa dice que es meterse, con obras y gestos, en la vida cotidiana de los demás, achicar distancias, abajarse hasta la humillación, si es necesario, y asumir la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo”. Y en este contexto: “los evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz” (EG, 24).

d) Nuestro Plan Diocesano 2016-2020 nos ha invitado para actuar en concreto. (Se puede revisar y leer el Actuar del primer Objetivo específico y todas sus orientaciones).

3.- DIALOGAMOS:

1. Para ser una parroquia misionera, una parroquia en salida en la situación actual de Venezuela ¿Qué cosas necesitamos en nuestra parroquia? (Las identificamos y las anotamos).


2. La fatiga, la desilusión, el pensar “qué siempre se ha hecho así”, ¿Nos parece que es una buena descripción de nuestra falta de espíritu misionero? ¿Qué otras actitudes y situaciones anti-misioneras se dan en nuestra parroquia, comunidad, movimiento…? (Anotamos las respuestas).

3. Tras revisar los objetivos de nuestro Plan Diocesano ¿Qué hemos realizado en

la parroquia en estos últimos 5 años? ¿Y qué se debería hacer en el futuro? (Anotamos las respuestas).

4. LO QUE NOS QUEDA CLARO.

La necesidad que tiene nuestra parroquia de pasar de una pastoral de conservación a una pastoral decididamente misionera y desde ahí debe despertar en TODOS (no sólo en el grupo que se dedica a la misión) una actitud de “Iglesia en salida”, haciendo que nadie, trabaje en la pastoral que trabaje, se quede en una espera pasiva dentro del templo o de las instalaciones parroquiales, ya que la misión debe ser el estilo de todo lo que planeamos, vivimos y realizamos.

Para comprender del todo la recomendación que nos hace el Papa, ponemos un EJEMPLO: estoy tan a gusto, viviendo feliz en mi casa y ni se me ocurre que tenga que cambiar nada. Pero, llega el invierno y, con las lluvias, comienzan las goteras… Y entonces, caigo en la cuenta de que tengo que cambiar las láminas…; ¡Y las cambio! Las lluvias han sido un “signo de los tiempos” que me han hecho ver que había agujeros que yo ni veía y que tengo que hacer algo: cambiar las láminas… Se trata de un “signo de los tiempos” fácil de comprender, pero ya vemos que los “SIGNOS DE LOS TIEMPOS” son “señales” que da la vida de que algo malo o algo bueno está pasando a nosotros personalmente, a las familias, a los jóvenes, a la sociedad, a la Iglesia, a nuestra Parroquia…

Lo que nos recomienda el Papa es que tengamos sensibilidad para saber descubrir esas señales y que no nos quedemos sólo en descubrirlas, promoviendo lo bueno de las señales buenas “de los “signos de los tiempos buenos” y combatiendo lo malo (de los “signos de los tiempos malos”).


5. ORACIÓN FINAL.

Oración espontánea, cada uno comparte brevemente lo que quiere decir al Señor

Canto: Alma Misionera. / Nos envías Por el mundo

1 Tema 2 Parroquia Casa y Escuela de comunión.

TEMA 2 PARROQUIA CASA Y ESCUELA DE COMUNIÓN.

OBJETIVO: Comprender y aprender a vivir en la práctica que una Parroquia no es una organización a manera de un club al que nos apuntamos por afición o por capricho, sino la comunión (común-unión) de “seguidores” de Jesús y no el conjunto de meros “adeptos” a una institución religiosa, a una especie de “agencia de servicios religiosos”. En conexión con el segundo Objetivo específico del Plan Diocesano de pastoral.

Impulsar la espiritualidad de comunión y misión, que nos permita una conversión eclesiológica, pastoral y misionera a nivel diocesano, zonal y

parroquial.


Señor, tú lo dijiste: “donde dos o más se reúnan en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos” …

Hazte presente en nuestra reunión, dándonos comprensión para que sepamos aceptarnos mutuamente,

capacidad para el diálogo, para escuchar las opiniones de los demás, y espíritu de colaboración para descubrir entre toda la verdad

y tomar las decisiones justas y precisas. Que esta reunión nos ayude a desarrollar nuestro espíritu comunitario y nos

enriquezca en el conocimiento y aprecio mutuo. Amén es a todos de vivir como hijos y hermanos, testigos de fraternidad y de paz.

AMEN.

LA PALABRA DE JESÚS.

“No sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por

la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en

mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que

el mundo crea que tú me has enviado, y que los has amado a ellos

como me has amado a mí” (Jn 17, 20-21)

(Reflexionamos en un momento de silencio para asimilar esta palabra de Jesús.

Compartimos brevemente aquello que más nos ha tocado el corazón)


2. ESCUCHAMOS A LA IGLESIA.

Documento de Aparecida. “La vivencia comunitaria: nuestros fieles buscan

comunidades cristianas, en donde sean acogidos

fraternalmente y se sientan valorados, visible y

eclesialmente incluidos Es necesario que nuestros fieles

se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y

corresponsables en su desarrollo. Eso permitirá un mayor compromiso y

entrega en y por la Iglesia” (DA, 226, “b”).

Papa Francisco. “La mundanidad espiritual lleva a algunos cristianos a estar en

guerra con otros cristianos, que se interponen en su búsqueda de

poder, prestigio, placer o seguridad económica. Además, algunos dejan

de vivir una pertenencia cordial a la Iglesia por alimentar un

espíritu de «internas». Más que pertenecer a la Iglesia toda, con su

rica diversidad, pertenecen a tal o cua l grupo que se siente diferente o

especial” (EG, 98).

“(…) A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero

pedirles un testimonio de comunión fraterna, que se vuelva atractivo

y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo se cuidan ustedes

unos a otros, cómo se dan aliento mutuamente y cómo se acompañan:

«En esto reconocerán que son ustedes mis discípulos, en el amor

que se tengan unos a otros» (Jn 13,35). Es lo que, con tantos deseos,

pedía Jesús al Padre: «Que sean uno en nosotros […] para que el mundo

crea» (Jn 17,21). ¡Atención a la tentación de la envidia! ¡Estamos en

la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! Pidamos la gracia de

alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos” (EG, 99).

Plan diocesano de pastoral. (Objetivo específico 2 y sus orientaciones

3 y 4)

2.-Impulsar la espiritualidad de comunión y misión, que nos permita

una conversión eclesiológica, pastoral y misionera a nivel diocesano, zonal y parroquial.


2.3.-Renovar la parroquia como comunidad de

comunidades y movimientos, organizándola en pequeñas

comunidades cristianas o sectores, donde se hagan posibles

nuevas relaciones interpersonales, se profundice la Palabra

Dios, el sentido de pertenencia eclesial y el compromiso

social.

2.4.-Caminar en la línea de una pastoral de comunión

(orgánica, planificada y participativa, comunión de bienes)

tanto en la diócesis como en las parroquias.

Para comprender bien estos textos:

a) Clara distinción entre lo que es una comunidad viva y lo que entendemos por una “agencia de servicios religiosos” Uno siente que realmente “pertenece” a una comunidad viva, cuando dentro de esa comunidad se siente acogido, valorado e incluido.

b) Muchas veces nuestras divisiones, envidias o problemas ya sea entre grupos o personas son un anti testimonio que alejan a las personas. Como dice el Papa: “estamos en la misma barca y vamos hacía el mismo puerto”

c) Una verdadera comunión se expresa en una real participación (todos responsables de la comunidad: unos con otros – corresponsabilidad-: una responsabilidad “repartida” entre todos). Cuando somos Comunidad de comunidades.

3.- DIALOGAMOS.

1. -Echamos una mirada a nuestra parroquia, ¿nos distinguimos por nuestra unión: COMÚN-UNIÓN, o más bien por nuestras divisiones? ¿Por qué? (Anotamos las respuestas).

2.-Si la comunión se expresa en una real participación, ¿qué debemos decir de nuestra parroquia? ¿participamos todos en la tarea pastoral? ¿de dónde vienen las dificultades más importantes a la participación? ¿Hay Consejo pastoral? (Anotamos las respuestas).

3.- ¿Cómo tienen que ser nuestras parroquias para reconocerlas realmente como “comunidad de comunidades”? (Anotamos las respuestas)

4.-Tras revisar estos objetivos de nuestro Plan Diocesano ¿Qué hemos realizado en la parroquia en estos últimos 5 años? ¿Y qué se debería hacer en el futuro? (Anotamos las respuestas).


4.-ORACIÓN FINAL.

Oración: Lectura de 1 Cor 12, 12-27

Canto: Todos unidos. / Iglesia peregrina

1 Tema 3 Parroquia samaritana y misericordiosa.

TEMA 3 PARROQUIA SAMARITANA Y MISERICORDIOSA.

OBJETIVO:

Vencer la indiferencia respecto a los más pobres y excluidos. Y aprender desde la fe que en el clamor del pobre está presente el clamor mismo de Dios y que, en la relación con los pobres, está en juego la misma relación con Dios. Dar importancia a la acción social de la comunidad parroquial, por medio de las Caritas parroquiales. En conexión con el tercer Objetivo específico del Plan Diocesano de pastoral.

Fortalecer el compromiso social y comunitario de nuestra fe, concretando programas y servicios de acción social como signo de una caridad

operativa.


Oración por la Diócesis de La Guaira

Dios, Padre bueno de misericordia, confiados en la promesa de tu Hijo Jesús, te pedimos los dones del Espíritu para ser discípulos

misioneros. Señor Jesucristo, explícanos tu Palabra para vivir la alegría del Evangelio.

Haz que como iglesia nos comprometamos a remar mar adentro y echar las redes en tu nombre.

Espíritu Santo, concédenos tu gracia para que laicos, religiosos y sacerdotes, crezcamos en la espiritualidad de comunión y misión, y en el

servicio a los hermanos más pobres. San Pedro Apóstol, ayúdanos a ser piedras vivas para la construcción del

Reino, y fermento de renovación pastoral en nuestra diócesis. Virgen sagrada María, danos tu bendición. Amén.

LA PALABRA DE JESÚS:

Lc 10, 29-37. El buen Samaritano.

Reflexionamos en un momento de silencio para asimilar esta palabra de Jesús. Compartimos brevemente aquello que más nos ha tocado el corazón Dos “pasan de

largo” (fueron “ajenos” al sufrimiento): ¿quiénes son esos dos? ¿Qué nos querrá decir Jesús al presentar duro e indiferente el corazón de dos hombres tan

relacionados con el templo? Pero, otro “al verlo, se compadeció” y actuó, ¿qué nos querrá decir Jesús, al decirnos que este otro era “un samaritano”? ¿Quién es nuestro

prójimo?


2.- ESCUCHAMOS A LA IGLESIA.

Documento de Aparecida. “La Eucaristía (…) nos plantea la exigencia de

una evangelización integral. La inmensa mayoría de

los católicos de nuestro Continente viven bajo el flagelo

de la pobreza: (…) económica, física, espiritual, moral,

etc. Si Jesús vino para que todos tengamos vida en plenitud, la parroquia

tiene (…) que seguir el camino de Jesús y llegar a ser buena

samaritana como Él.

Cada parroquia debe llegar a concretar en signos solidarios su

compromiso social en los diversos medios en que ella se mueve, con

toda “la imaginación de la caridad”. No puede ser ajena a los grandes

sufrimientos que vive la mayoría de nuestra gente (…). (DA, 176).

“La opción preferencial por los pobres forma parte de nuestra

fe en Cristo, por eso los cristianos, como discípulos y misioneros, estamos

llamados a contemplar en los rostros sufrientes de nuestros

hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: “Los

rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo”. (DA,

393)

Papa Francisco. Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser

instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres,

de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto

supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del

pobre y socorrerlo. Basta recorrer las Escrituras para descubrir cómo el

Padre bueno quiere escuchar el clamor de los pobres: «He visto la aflicción

de mi pueblo en Egipto, he escuchado su clamor ante sus opresores y

conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo […] Ahora pues, ve, yo

te envío…» (Ex 3,7-8.10), y se muestra solícito con sus necesidades:

«Entonces los israelitas clamaron al Señor y Él les suscitó un libertador»

(Jc3,15). Hacer oídos sordos a ese clamor, cuando nosotros somos los

instrumentos de Dios para escuchar al pobre, nos sitúa fuera de la

voluntad del Padre y de su proyecto, porque ese pobre «clamaría al

Señor contra ti y tú te cargarías con un pecado» (Dt 15,9). Y la falta de


solidaridad en sus necesidades afecta directamente a nuestra

relación con Dios: «Si te maldice lleno de amargura, su Creador

escuchará su imprecación» (Si 4,6). Vuelve siempre la vieja pregunta: «Si

alguno que posee bienes del mundo ve a su hermano que está necesitado

y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?»

(1 Jn 3,17). Recordemos también con cuánta contundencia el Apóstol.

(EG 187)

Plan diocesano de pastoral. (Objetivo específico 3 y sus orientaciones

1, 2 y 3)

3.-Fortalecer el compromiso social y comunitario de nuestra fe,

concretando programas y servicios de acción social como signo de una

caridad operativa.

3.1.-Comprometernos en ser forjadores de comunión y artífices

de reconciliación en una sociedad dividida y polarizada.

3.2.-Organizar una pastoral social formativa, asistencial y

transformadora, creando o reforzando Cáritas a nivel diocesano

y parroquial como expresión de la opción preferencial por los

pobres.

3.3.-Favorecer el voluntariado como forma de compromiso

social y vivencia de la caridad cristiana.

Para comprender mejor el texto:

a) A una evangelización sin compromiso social le falta algo fundamental, no es, por tanto, integral. Pero, nos hemos acostumbrado a una pastoral “desequilibrada”: a una pastoral que no es integral, porque le falta algo (en este caso, la dimensión social de la evangelización).

b) La opción por los pobres es un elemento esencial para la vida cristiana en nuestro siendo continente, es la respuesta a la dura realidad de que América Latina sigue siendo la región con mayor desigualdad del Planeta.

c) La capacidad de “mirar” la realidad: es el primer paso, porque “ojos que no ven, corazón que no siente”. Nuestra realidad venezolana, tan golpeada, en lo social, en la economía y en lo político, nos debe interpelar como comunidad parroquial. No podemos permanecer indiferentes.

d) La acción social deber ser organizada y manifestación de la comunidad cristiana, en este sentido, Cáritas debería ser la expresión principal de esta acción parroquial.


3.- DIALOGAMOS:

1. -Echamos una mirada a nuestra parroquia, ¿Qué hace nuestra comunidad parroquial por los más pobres? ¿Qué hacen en este sentido los grupos, movimientos o comunidades? (Anotamos las respuestas).

2.-Si Cáritas debe ser la expresión de pastoral social de la parroquia, ¿Existe la Cáritas en la parroquia? En caso negativo ¿Por qué no existe? En caso afirmativo ¿Qué actividades realiza? ¿Hay voluntarios? (Anotamos las respuestas).

3.- ¿Es nuestra parroquia, ante la polarización y división de nuestro país, un ámbito de reconciliación? (Anotamos las respuestas)

4.-ORACIÓN FINAL:

Oración: Leemos Lc 16, 19-31. Pobre Lázaro y el rico.

Canto

1 Tema 4 Parroquia que inicia en la fe y en el compromiso.

TEMA 4 PARROQUIA QUE INICIA EN LA FE Y EL COMPROMISO.

OBJETIVO: Resaltar la necesidad de una iniciación en la fe, kerygmática, integral, y permanente, capaz de ayudar la maduración de la vida cristiana desde un encuentro con Jesús que lleve a seguirle. Y ayudar a comprender e implementar la propuesta de Iniciación cristiana de niños, adolescentes y adultos que el Secretariado de Catequesis está implementando en la Diócesis. En conexión con el Cuarto Objetivo específico del Plan Diocesano de pastoral

4.- Formación: Promover la formación inicial y permanente de todos, especialmente de los laicos, como discípulos misioneros para ser fermento

del Reino de Dios en la Iglesia y en la sociedad. 1.- MOMENTO INICIAL ORACIÓN.

Señor Jesús, Encontrarte y hacer camino contigo. Encontrarte, porque vives. Tu presencia no la aprendemos en libros. Fue en aquella primera vez en que supimos que eras Tú quien nos buscabas, quien querías encontrarnos a pesar de nuestros miedos, quien nos quería mostrar que el Padre

nos ama tanto.

Fue aquel primero un anuncio de gozo y de libertad. De gozo, porque el haberte encontrado ha sido para nosotros iniciar la vida nueva contigo, resucitado; de vida y liberación, porque quitabas las caídas y tropiezos

tenidos en el camino. Aquel tu primer anuncio, nos abrió de par en par las puertas del corazón. Supimos que nos amabas sin ponernos condiciones.

Que nos querías felices, a pesar de tantos miedos y tantas contradicciones.

Encontrarte y encontrarnos fue una experiencia de amor. Así quedó nuestra vida como prendida de fe. Aquel anuncio y aquel encuentro primeros, sin

embargo, no cerraban el camino; aún no habíamos llegado. Aquella primera fe no era llegada final, era empezar a correr.

Empezada la carrera, era preciso seguirla. Pero vienen dificultades. La vida se nos complica. El desánimo nos invade, mucha gente nos critica, nos

sentimos bichos raros, la fe nos queda chiquita. Necesitamos crecer,


nuestra fe necesita madurar, no nos podemos quedar en nuestra fe de la infancia. La vida sigue creciendo y con ella los problemas, las dudas, las

esperanzas. Porque queremos vivir, ayúdanos, Señor, a creer. Auméntanos nuestra fe. Hazla, Señor, madurar y siempre dispuesta a crecer. AMÉN.


“Pedro empezó a hundirse y gritó: ‘¡Señor, sálvame!’. Enseguida

Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ‘hombre de poca fe,

¿por qué has dudado?” (Mt 14, 30-31).

“Entonces Jesús les dijo Doce: ‘¿también ustedes quieren

marcharse?’ Simón Pedro le contestó: ‘Señor, ¿a quién vamos a

acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros sabemos y

creemos que tú eres el Santo de Dios” (Jn 6, 67-68).

(Reflexionamos en un momento de silencio para asimilar las cosas que le hemos dicho a Jesús. Compartimos brevemente aquello que de esta oración

más nos ha tocado el corazón).


Documento de Aparecida. “Misión principal de la formación es ayudar a los

miembros de la Iglesia a encontrarse siempre con Cristo, y, así reconocer, acoger, interiorizar y desarrollar

la experiencia y los valores que constituyen la propia identidad y misión cristiana en el mundo.

Por eso, la formación obedece a un proceso integral, es decir, que

comprende variadas dimensiones (…). En la base de estas dimensiones,

está la fuerza del anuncio kerygmático. El poder del Espíritu y de la

Palabra contagia a las personas y las lleva a escuchar a Jesucristo, a

creer en Él como su Salvador, a reconocerlo como quien da pleno

sentido a su vida y a seguir sus pasos. El anuncio se fundamenta en el

hecho de la presencia de Cristo Resucitado hoy en la Iglesia, y es el

factor imprescindible del proceso de formación de discípulos y

misioneros.


Al mismo tiempo, la formación es permanente y dinámica, de acuerdo

con el desarrollo de las personas y al servicio que están llamadas a

prestar, en medio de las exigencias de la historia” (DA, 279).

“En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un

“encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerygmático y el testimonio

personal de los evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral” (DA, 226ª).

Papa Francisco.

“Que el kerygma sea el centro/el núcleo, pide al anuncio que

realizamos ciertas características que, hoy, son necesarias en todas

partes: que todo el proceso formativo exprese el amor salvador de

Dios, que es anterior a la obligación moral y religiosa; que no

imponga la verdad y que apele a la libertad; que posea unas notas

de alegría, estímulo, vitalidad, y una integralidad armoniosa, de

modo que no reduzca la predicación a unas pocas doctrinas, a veces,

más filosóficas que evangélicas. Y, también tiene consecuencias para

el evangelizador: le (…) exige ciertas actitudes que ayudan a acoger mejor

el anuncio por parte de todos: cercanía, apertura al diálogo,

paciencia, acogida cordial que no condena” (EG, 165).

Plan diocesano de pastoral: (Objetivo específico 4 y sus orientaciones

1 y 2)

4.-Promover la formación inicial y permanente de todos,

especialmente de los laicos, como discípulos misioneros para ser fermento del Reino de Dios en la Iglesia y en la sociedad.

4.1.-Transformar la catequesis en un proceso de iniciación y

maduración en la fe, que introduzca en la comunidad

cristiana, dando prioridad ante todo a la catequesis de

adultos.

4.2.-Proponer a nivel parroquial espacios de oración y

formación como discípulos misioneros.


Para comprender bien estos textos: a) Todo comienza con el Kerigma, el anuncio primero: el Espíritu y la Palabra,

“tocan” “contagian”; y acontece el Encuentro con el Señor, Jesús, qué ha resucitado.

b) La finalidad de la formación es “el encuentro” con Cristo, así como dar sentido a nuestra misión como creyentes en el mundo.

c) La verdad no se impone; se propone (Juan Pablo II): necesitamos una formación para la propuesta y no para la imposición. - La “imposición” quita la libertad; la propuesta “invita” y “contagia”.

d) La formación no es cuestión de días o, incluso, años, sino que es un “proceso” (empieza, pero no termina nunca); y, además es un proceso “integral” (no solo aprendemos cosas, aprendemos también a vivir de otra manera la misma vida que compartimos con todos.

A modo de sugerencia: Sería importante que se presentara de parte del coordinador de la catequesis de la Parroquia la propuesta Diocesana del ICNA (Iniciación cristiana de Niños y Adolescentes) y el ICA (Iniciación

cristiana de adultos)

3.- DIALOGAMOS:

1.- ¿Tenemos claro a qué llamamos “kerigma” y el porqué de su importancia? ¿Se anuncia el Kerigma en nuestra parroquia? ¿Cómo se hace?

2.- ¿Cómo se realiza la formación cristiana en nuestra parroquia? ¿Cómo se trabaja con adultos?

3.- ¿Conocemos el proyecto de ICNA (Iniciación cristiana de Niños y Adolescentes) y el ICA (Iniciación cristiana de adultos) que se quiere implementar en la Diócesis? ¿Qué nos parece? ¿Cómo se va a implementar en nuestra Parroquia?

4.- LO QUE NOS QUEDA CLARO

La importancia que tiene comenzar desde el Kerigma en el anuncio que hagamos de Cristo (Tema 1). El Kerigma es para que la persona se pueda encontrar con Cristo el Resucitado que vive realmente.

Una vez que ha habido el Encuentro con Cristo comienza un itinerario de fe. Un proceso de iniciación que debe ser un catecumenado, un itinerario en la fe que llevará a integrarse en la comunidad cristiana. El modelo debe ser el catecumenado de Adultos. .


Este crecimiento en la experiencia del amor que Dios nos tiene como el que nosotros estamos llamados a tener a los demás, especialmente a los más necesitados. Lo que significa que no hay auténtica maduración en la fe que no lleve consigo la maduración del compromiso.

5.- ORACIÓN FINAL:

Oración: Leemos Lc 24, 13-35. El Camino de Emaús.

(Reflexionamos en un momento de silencio para contemplar como

Jesús hizo una catequesis con los discípulos de Emaús a Jesús.

Compartimos brevemente aquello que de este Evangelio más nos ha tocado el

corazón).

Canto Final

1 Tema 5 Parroquia que escucha la palabra y celebra su fe

TEMA 5 UNA PARROQUIA QUE ESCUCHA LA PALABRA Y CELEBRA SU FE

OBJETIVO: Caer en la cuenta de lo que significa para la vida de la parroquia ESCUCHAR LA PALABRA y CELEBRAR la fe en los sacramentos y a través de otras formas de piedad/religiosidad popular; para que las parroquias, sean verdaderos lugares de encuentro con Jesús para alabanza a Dios, Padre. En conexión con el Plan Diocesano de Pastoral. (Importante: no tiene un objetivo específico que trate este tema, aunque sí diversas orientaciones)

1.3. Favorecer la animación bíblica de la pastoral, para que la vida dela Iglesia sea animada por la Palabra.

1.4. Profundizar la fuerza evangelizadora de la religiosidad popular, para conocerla, acompañarla y formarla hacia una plena identidad cristiana.

1.6. Lograr que las celebraciones de la fe anuncien el Evangelio y sean más participativas, con sentido festivo, alegres e inculturadas.


Señor Jesús, al comenzar, hoy, nuestra catequesis, queremos agradecer la alegría de poder celebrarte con

alegría, porque tu vida ha tocado la nuestra.

Tú nos das los motivos más hondos para poder festejar: en ti nos haces hijos del único Padre y hermanos de todos los hombres; por ti, el Espíritu nos da

valentía, aun en medio de las pruebas más duras; Tú mismo te das a nosotros en el pan y en el vino, alimento que restaura las fuerzas y nos une en una misma familia; en tu entrega en la cruz nos diste el perdón que nos llega,

sencillo y humilde, para poder volver a empezar siempre en la vida.

Tú bien sabes, Señor, que a veces nos cuesta. La rutina nos va poseyendo y, tantas veces, ni siquiera sabemos qué es lo que celebramos. E incluso nos

acecha el peligro de caer en la magia. Nuestra celebración y la vida no siempre van juntas: nos quedamos tranquilos con ya haber celebrado, y en la

vida olvidamos el haberte realmente encontrado.

Señor, Tú lo sabes: nos creemos perfectos por haber perfectamente cumplido.


Hacemos el rito, y nos quedamos contentos, como quien ya lo hubiera hecho todo.

Y es por eso que no festejamos, que no compartimos la alegría de haberte realmente encontrado. Ayúdanos, Señor, a no olvidar nunca qué es lo que

celebramos y a plasmar en nuestra vida la alegría de tu encuentro acogido y profundamente gozado. AMÉN.

(Reflexionamos en un momento de silencio para asimilar las cosas que le hemos

dicho a Jesús. Compartimos brevemente aquello que de esta oración más nos ha

tocado el corazón).


“Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si

no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí

no pueden ustedes hacer nada” (Jn 15, 4-5)

“Como el Padre me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor… Les he hablado de esto, para que mi alegría esté en

ustedes y su alegría llegue a plenitud” (Jn15, 8-9).


Documento de Aparecida. Encontramos a Jesús en la Sagrada Escritura, leída

en la Iglesia. La Sagrada Escritura, “Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo”, es, con la

Tradición, fuente de vida para la Iglesia y alma de su acción evangelizadora. Desconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y

renunciar a anunciarlo. De aquí la invitación de Benedicto XVI: “Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y El Caribe se

dispone a emprender, a partir de esta V Conferencia General en Aparecida, es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la

Palabra de Dios. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y la

meditación de la Palabra: que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son

espíritu y vida (cf. Jn 6,63). De lo contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de


fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios”. (DA 247)

“La Eucaristía es el lugar privilegiado (el lugar más importante) del

encuentro del discípulo con Jesucristo. Con este Sacramento, Jesús nos

atrae hacia Él y nos hace entrar en su dinamismo hacia Dios y hacia

el prójimo (nos unimos a Él y nos relacionamos con el Padre como se

relaciona Él, y con el prójimo nos relacionamos también como Él). Hay una

estrecha unión entre las tres dimensiones de la vocación cristiana:

“creer”, “celebrar” y “vivir” el misterio de Jesucristo, de tal modo que

la existencia cristiana adquiera verdaderamente una forma

eucarística… que toda su vida sea cada vez más vida eucarística.

Se entiende así la gran importancia del precepto dominical, del “vivir según

el domingo”, como una necesidad interior del creyente, de la familia

cristiana, de la comunidad parroquial. Sin una participación activa en la

celebración eucarística dominical y en las fiestas de precepto no

habrá un discípulo misionero maduro. (DA 252)

Papa Francisco.

En la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una

fuerza activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería

desconocer la obra del Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a

alentarla y fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es

una realidad nunca acabada. Las expresiones de la piedad popular tienen

mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al

que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva

evangelización. EG 126

Formamos una comunidad en la cual «todos tienen una cualidad, una

virtud», porque la fiesta se hace poniendo en común lo que cada uno tiene.

«En la fiesta se participa totalmente». No nos podemos limitar a decir: «Voy

a la fiesta, pero me detengo en el primer saludo, porque debo estar sólo

con tres o cuatro que conozco». Porque «esto no se puede hacer en la

Iglesia: o entras con todos o permaneces fuera. No puedes hacer una

selección» (Homilía, 5-11-13).


Plan diocesano de pastoral: (Las orientaciones 3, 4 y 6 que se

encuentran en el Objetivo específico 1, que no trata directamente la

Celebración sino el Anuncio.)

1.3. Favorecer la animación bíblica de la pastoral, para que la vida dela

Iglesia sea animada por la Palabra.

1.4. Profundizar la fuerza evangelizadora de la religiosidad popular, para conocerla, acompañarla y formarla hacia una plena identidad cristiana.

1.6. Lograr que las celebraciones de la fe anuncien el Evangelio y sean más participativas, con sentido festivo, alegres e inculturadas.

Para comprender bien estos textos:

a) La vida parroquial se nutre de la liturgia, “cumbre y fuente de la vida de la Iglesia”. El centro de la liturgia es la Eucaristía, así pues, podemos decir con verdad, que la Eucaristía engendra la vida de la Parroquia. Cuando hablamos de Eucaristía nos referimos a las dos mesas, la mesa de la Palabra y la mesa del Pan y del Vino, ambas esenciales para la celebración y actualización de la Nueva Alianza.

b) Lo que afirmamos de la Eucaristía se puede decir por extensión del resto de los sacramentos. Estos son momentos y espacios de encuentro con el Señor y de actualización de su misterio pascual de salvación.

c) No leemos la Palabra para saber cómo fueron las cosas, sino que la escuchamos para tomar conciencia de lo que Dios hizo, de lo que Jesús hizo y dijo una vez; y esa Palabra está viva, la Palabra de Jesús que está viva y llega a mi corazón. Por esto, escuchar la Palabra es tan importante, con el corazón abierto, porque es Palabra viva.

d) La importancia de que la Celebración eucarística sea “encuentro” (no es sólo recibir la hostia, sino realizar “un encuentro” vivo con Jesús); Un encuentro que produce interiormente un dinamismo, para orientarnos hacia Dios como Jesús y para orientarnos hacia la gente, como Jesús.

e) De ahí. que el encuentro con Jesús en la Eucaristía va haciendo que “nuestra existencia cristiana tenga forma eucarística” o sea “una vida eucarística”: que se va haciendo entrega a Dios y a la gente: ¿hay entrega a los demás? = se celebra bien la Eucaristía; ¿no hay entrega? = no se celebra bien la Eucaristía.

f) En la religiosidad Popular encontramos la fe del pueblo. Esta manera de expresar la fe está presente de diversas formas en todos los sectores sociales, en una multitud que merece nuestro respeto y cariño, porque su piedad “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer”. Pero


siempre hay conocerla, acompañarla y formarla, como nos dice el plan Diocesano.

3.- DIALOGAMOS:

1.- ¿Qué importancia tiene la lectura y escucha de la Palabra en nuestros grupos, Comunidades y movimientos de la Parroquia? ¿Se da formación para leer y orar con la Palabra?

2.- Nuestras celebraciones eucarísticas en nuestra parroquia ¿Son expresión de una comunidad viva y fraterna que entiende lo que celebra? ¿Ayudan a “pensar y vivir en términos de comunidad?,¿Qué necesitarían para que fueran impulso de entrega a los demás al estilo de Jesús?

3.- ¿Cómo son nuestras fiestas patronales o las celebraciones más importantes de la piedad/religiosidad popular en nuestra parroquia? ¿Son expresión autentica de un encuentro con Jesucristo? ¿Son una oportunidad para Evangelizar?

4.- LO QUE NOS QUEDA CLARO

Tanto la escucha de la Palabra como la celebración de la Eucaristía son el corazón y el alma de la vida de la parroquia. Deben tocar la vida tanto del cristiano como de la comunidad. No sólo deben ser “bonitas”, deben fortalecer la identidad del discípulo y despertar en él la decidida voluntad de anunciar con audacia a los demás lo que ha escuchado y vivido

La celebración es uno de los pilares de nuestra vida cristiana, cuando nos sale del alma. Pero no es infrecuente que celebremos sin alma, sin fiesta, sin gozo, sin sentido. La salvación de Jesús nos agarra la vida, la transforma, haciéndola nueva, y nos abre horizontes. Celebramos que la salvación nos llegue a través de los sacramentos, especialmente la Eucaristía. Pero, ninguna celebración –y menos la Eucaristía - se realiza como fuera de la vida. Es la vida la que tiene que ser renovada. No vivimos para celebrar, celebramos para vivir.

La Eucaristía es fuente inextinguible (que no se agota) del impulso misionero. “Se entiende, así, la gran importancia del precepto dominical, del “vivir según el domingo”, como una necesidad interior del creyente, de la familia cristiana, de la comunidad parroquial. Sin una participación activa en la celebración eucarística dominical, no habrá un discípulo misionero maduro. Cada gran reforma en la Iglesia está vinculada a volver a descubrir la fe en la Eucaristía. Es importante, por esto,


promover la “pastoral del domingo” y darle “prioridad.

5.- ORACIÓN FINAL:

Oración espontánea, cada uno comparte brevemente lo que quiere decir al Señor. Terminamos rezando juntos la Oración por la Diócesis de La Guaira.

Oración por la Diócesis de La Guaira.

Dios, Padre bueno de misericordia, confiados en la promesa de tu Hijo Jesús, te pedimos los dones del Espíritu para ser discípulos misioneros.

Señor Jesucristo, explícanos tu Palabra para vivir la alegría del Evangelio. Haz que como iglesia nos comprometamos a remar mar adentro y echar las

redes en tu nombre. Espíritu Santo, concédenos tu gracia para que laicos, religiosos y sacerdotes,

crezcamos en la espiritualidad de comunión y misión, y en el servicio a los hermanos más pobres.

San Pedro Apóstol, ayúdanos a ser piedras vivas para la construcción del Reino, y fermento de renovación pastoral en nuestra diócesis.

Virgen sagrada María, danos tu bendición. Amén.

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