Tema de launidad:Las enseñanzas de Jesús(Mateo)

Verdad central:Las enseñanzas de Cristosientan las bases parauna vida sabia.

Objetivo:Examinar las instruc–ciones de Cristo parauna vida sabia y apli–carlas a nuestra vida.

Contexto:Cristo enseña sobre unmonte o colina alta cercade Capernaum en el 28d.C.

Texto áureo: “Cualquiera, pues, queme oye estas palabras,y las hace, le compararéa un hombre prudente,que edificó su casa so–bre la roca” (Mateo7:24).

Bosquejo de lalección:I. No juzguéis (Mateo7:1-6)II. Escoge sabiamente(Mateo 7:7-14)III. Escucha las adver–tencias de Cristo (Mateo7:15-29)

INTRODUCCIÓNCon esta lección concluimos nuestro análisis del Ser–

món del Monte, que ha sido el tema de las tres leccionespasadas (Mateo 5:1—7:29). El Sermón del Monte esuna paradoja. ¿Tendrá un sentido literal o un significadomás profundo? Este sermón contiene mandamientosy conceptos que nos incomodan, pero también otrospuntos que son reconfortantes. Por ejemplo, en laslecciones pasadas aprendimos que no debemos ce–rrarles las puertas de nuestro corazón (o recursos) alos que están en necesidad (5:40-42). Son leccionesdifíciles de entender en términos prácticos. Aun así,nos consuela saber que Dios está al tanto de todasnuestras necesidades (y luchas) y que cuando lo po–nemos en primer lugar, suple lo que nos falta (6:31-33).

Jesús busca que sus lecciones deliberadamente pro–voquen tensión. Él empuja nuestras mentes y corazonesa propósito, hasta los límites de la comodidad paraque no dependamos de soluciones fáciles ni de fórmu–las sencillas en nuestro andar. Si la Biblia tratara todaslas situaciones y problemas de la vida, ¡nadie podríaleerla por completo! Lo cierto es que, cuanto mástiempo invertimos en la Palabra, más entendemos queno la conocemos. Esa tensión nos conduce a unamadurez espiritual más profunda. Es ahí cuando nosdamos cuenta de que necesitamos ayuda para entendery aplicar la Palabra a nuestra vida. Por esto depen–demos de la comunión con el Espíritu Santo (véase 1P. 1:22).

Sin el ministerio del Espíritu Santo y la comunióncon los santos no podemos tratar a otros justamente(Mt. 7:1-6), aplicar la sabiduría de Dios a nuestra vida

Viviendo con sabiduríaMateo 7:1-29

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(vv. 7-14), ni hacer caso de las advertencias de Jesús(vv. 15-29). A veces el camino cristiano es difícil, perono imposible. Es un reto y un consuelo a la vez. Es confuso,pero simple. Debemos ser un vaso dispuesto y participaren el proceso transformador de Dios, aceptar su provisióny hacer su voluntad.

I. NO JUZGUÉIS (Mateo 7:1-6)A. El juicio es recíproco (vv. 1-2)

1. No juzguéis, para que no seáis juzgados.2. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juz–

gados, y con la medida con que medís, os será medidoLa sección empieza con un mandamiento: “No juzguéis”.

El griego puede traducirse como, “dejar de juzgar” o “nohaga una práctica (o hábito) de juzgar”. El pasaje expresaclaramente que el juicio que hagamos se nos reciprocaráen la misma manera y grado (v. 2).

El juzgar puede significar cuatro cosas: (1) “Deliberaracerca de la culpabilidad de alguien, o de la razón que leasiste en un asunto, y sentenciar lo procedente”; (2) “Re–solver un asunto a partir de una decisión personal o cor–porativa”; (3) “Preferir a una persona sobre la otra”; (4)“Formarse una opinión sobre algo o alguien”; (5) “Criticaro juzgar el comportamiento o el carácter de alguien”. Elprimer significado concuerda con los mandamientos yejemplos de la Palabra (Dt. 1:16) y con el juicio de Dios(2 Ti. 4:1). El segundo era practicado por la iglesia delNuevo Testamento (Hch. 15:1-29). El tercer aspecto pue–de tomarse de forma negativa o positiva. Todos preferimosa ciertas personas porque tenemos intereses mutuos o“química.” Sin embargo, violamos la Palabra cuando da–mos trato preferencial a unas personas y despreciamos aotras (Stg. 2:1-9). Puede que este fuese el pensamientode Jesús. El cuarto aspecto es otro concepto bíblico. Paraque podamos alentarnos, exhortarnos y edificarnos losunos a los otros, tenemos que hacernos de la opinión co–rrecta con criterios bíblicos (He. 10:24; Col. 3:16). Porlo tanto, ése es el mensaje de Jesús.

Jesús no quiere que dejemos a un lado el pensamiento

Dialoguemossobre esto:1. ¿Por qué es tanfácil juzgar a los de–más?2. ¿En qué sentidodeterminamos no–sotros la severidaddel juicio al que se–remos sometidos?

No juzgaré comoespiritualmentemuerta a quienantes juzgué co–mo espir itual–mente viva, aun–que ahora veaque exhibe todaslas evidencias deuna vida espiri-tual apagada. Yesta es la razónpor la que no lajuzgaré: porquesi juzgas a unapersona muerta,la desatiendes, laabandonas; perosi juzgas que estádesmayada, aun–que no es tan pe–ligroso, harás to–do lo que puedaspara reanimarla”.—John Owen

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crítico (no negativo), tampoco que ignoremos la presenciadel pecado en la iglesia; más bien, está enseñándonos a serconsiderados y generosos en nuestras evaluaciones de losdemás (véase Mt. 18:15-17). Hay que evitar los juiciosprecipitados. No conocemos las luchas internas de la perso–na ni sus pensamientos ni sus oraciones. Cuando juzgamossin conocer el corazón, asumimos el lugar de Dios (Stg.4:11-12), quien es el único que conoce los pensamientos ylas disposiciones de una persona (1 Cr. 28:9). Cuando juz–gamos a la ligera nos exponemos al juicio de otros (Job4:8) y al de Dios (Ro. 2:5-10; Stg. 2:13). El propósito deljuicio bíblico es enmendar los errores. Ése debería ser nues–tro objetivo cuando evaluemos una situación o una per–sona.

B. La perspectiva correcta (vv. 3-5)3. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu

hermano, y no echas de ver la viga que está en tupropio ojo?

4. ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar lapaja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

5. ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, yentonces verás bien para sacar la paja del ojo de tuhermano.

Jesús continúa con el tema del juicio fuera de lugar conuna exageración. Él pregunta el por qué alguien siente lanecesidad de examinar los pequeños defectos de su her–mano (v. 3). Se trata de la motivación del examinador.Los que velan por nuestras almas (pastores y maestros)deben ser diligentes con su tarea porque le darán cuentas aDios (He.13:17). No obstante, Jesús está interesado enaquellos cuyos motivos y vidas son impuras. Ellos examinancuidadosamente (“he aquí”) la “paja que está en el ojo” delhermano. En el Nuevo Testamento la palabra hermano serefiere tanto a los miembros femeninos y masculinos de laiglesia. El examinador no está mirando al mundo, sino aotra persona dentro de la iglesia. En vez de edificar se hadado a la tarea de exponer una pequeña área de necesidaden la vida de su hermano o hermana, pero no se da cuenta

Dialoguemossobre esto:1. ¿Por qué es tanfácil obviar las faltasde nuestro carác–ter?2. Escriba el versí–culo 5 en sus pro–pias palabras.

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de cuán grande es la falta (“viga”) que tiene en su vida.Nótese el contraste que Jesús hace: una paja cuidadosa–mente examinada en el otro y una viga pasada por alto enel que juzga.

El segundo aspecto de esta analogía toca el tema de lacredibilidad (v. 4). El lenguaje connota: “¿Con qué derechointerrogas a tu hermano sobre un asunto pequeño, cuandotú tienes un problema mayor?”. Las palabras del exami–nador carecen de autoridad o convicción por el pecadopatente (pero ignorado) que hay en su vida.

Finalmente, Jesús toca la arrogancia del que juzga y lacorrección necesaria (v. 5). El hipócrita finge preocupacióncuando en realidad está criticando. Jesús dice que la solu–ción consiste en arreglar nuestras vidas y prioridades (“pri–mero”). Antes de que podamos ministrar a otros, tenemosque examinar cuidadosamente las áreas de pecado ennuestra vida. No podemos llevar a otros hacia donde nuncahemos estado. Él no nos dice que ignoremos el pecado delos demás; más bien, que cuidemos de nuestra vida antesde corregir a los demás. El resultado serán motivacionespuras y métodos bíblicos.

C. Perlas preciosas (v. 6)6. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras

perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen,y se vuelvan y os despedacen.

De buenas a primeras es como si este versículo estuviesefuera de lugar. Empero, sirve para poner en perspectiva ladiscusión previa. Los perros del mundo antiguo no erananimales domésticos. Viajaban en manadas y eran viciosos;por ende, se les consideraba impuros (véase Ap. 22:15).Las cosas santas (como la carne del sacrificio) estabanreservadas para los sacerdotes, no para los perros (Éx.22:31). Los cerdos también eran considerados impuros(Lv. 11:7), mientras que las perlas eran raras y costosas.Nadie le pondría perlas a un cerdo. Estos las pisotearían,porque es su naturaleza.

En resumen, Jesús dice enfáticamente que no debemosevaluar a los demás con dureza, sin ignorar el pecado que

“Señor, cuandoestemos equivo–cados, haz queestemos dispues–tos a cambiar, ycuando estemosen lo correcto,ayúdanos a vivircon eso”.—PeterMarshall

Dialoguemossobre esto:1. ¿Quiénes son los“perros” y “cerdos”?¿Por qué?2. ¿De qué modonos llama este ver–sículo a la sabiduríay discreción?

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no ha sido confesado. Hay que utilizar el discernimientosin caer en el juicio. Lo que es más, no todos están abiertosa la disciplina y edificación. No debemos gastar el tiempoprecioso ni las energías con aquellos que constantementerechazan nuestro ministerio (a menos que Dios nos indiquelo contrario). El evangelio, o el reino de los cielos, es depor sí una perla (Mt. 13:45-46).

II. ESCOGE SABIAMENTE (Mateo 7:7-14)A. Tenacidad y recompensa (vv. 7-11)

7. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, yse os abrirá.

8. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,halla; y al que llama, se le abrirá.

9. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo lepide pan, le dará una piedra?

10. ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?11. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas

dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padreque está en los cielos dará buenas cosas a los que lepidan?

El “pedir” es un término común utilizado para “haceruna petición” (p. ej., Mt. 5:42), “demandar algo” (p. ej.,Lc. 23:23) o “para pedir algo en oración” (p. ej., Mt. 6:8;21:22). La intensidad de la petición depende de la gravedadde la situación, así como el fervor de la oración. La frasepodría traducirse: “Siga pidiendo”. ¡A veces es difícil en–contrar el cielo! Debemos llevar nuestras peticiones anteDios porque él puede darnos lo que buscamos de acuerdocon su Palabra (“se os dará”). Sin embargo, en ocasionesno sabemos qué debamos pedir. En esos momentos hayque buscar las palabras correctas, inquirir en la Palabra,conocer la voluntad de Dios sobre el asunto y pedir correc–tamente. La perseverancia no es en vano (“hallaréis”). Laúltima parte del versículo 7 resalta que hagamos nuestraparte. Las puertas que Dios abre conducen a lo milagroso(véase Mt. 3:16; 9:30; 17:27; 27:52).

Nos queda una última observación sobre el versículo 7.Tres de los verbos están en voz activa (el sujeto ejecuta la

Dialoguemossobre esto:1. ¿Cuándo es laoración pedir, bus–car y llamar?2. ¿Cómo se pareceel Padre celestial aun buen padre te–rrenal? ¿Cuángrande es el Padrecelestial?

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acción: pedir, buscar y llamar). Hay dos verbos en vozpasiva que delegan la acción a Dios (“recibe”, “se le dará”).Uno esperaría que nuestra búsqueda llevase a otro verboen voz pasiva; es decir, a Dios revelándonos lo que bus–camos. Pero tal no es el caso. La voz activa indica que amedida que buscamos descubriremos experiencias, sabi–duría y conocimiento, ninguna de las cuales se obtienende inmediato.

El versículo 8 fortalece la enseñanza sobre la oración.La voz pasiva (“se le abrirá”) sigue igual. No podemosabrirla. En primer lugar están todas aquellas “puertas” ennuestra vida que no podemos abrir. Cuando persistimosen la oración, somos cambiados, escuchamos con mayordetenimiento lo que Dios dice y seguimos su dirección;así es como llegamos al lugar en donde él abre la puerta.En segundo lugar, no podemos adelantar la venida de Jesu–cristo. Sin embargo, cuando en oración “llamamos”, Diosnos asegura que un día (aunque no sabemos cuándo, véaseMt. 24:44) la puerta se abrirá y veremos a nuestro Salva-dor. La persistencia nos mantiene frente a la puerta co–rrecta y al tanto de su venida.

Jesús continúa con dos analogías. Él pregunta “quéhombre” (incluye a las mujeres) le daría a su hijo unapiedra en lugar de pan (v. 9). La gramática indica que es–peraba una respuesta negativa: “Ninguno”. En Israel al–gunas de las piedras asemejan una hogaza de pan. Otravez pregunta quién le daría una serpiente en vez de pescado(v. 10). Algunos han sugerido que en Galilea hay un tipode anguila que se parece a una serpiente. El punto princi-pal aparece en el versículo 11: Dios le dará sólo cosasbuenas a los que le buscan.

De aquí derivamos tres puntos. Primero, Jesús reco–noce el pecado inherente a la humanidad. Sin Él, no importacuán buenos seamos ante los ojos de la humanidad,seguimos siendo malos. Sólo una relación correcta conDios nos justifica. Segundo, si los padres pecadores pro–tegen a sus hijos, ¿cuánto más Dios nos protegerá y llevaráa cosas “buenas”? Tercero, si comparamos este materialcon la historia de Lucas (11:9-13, el Sermón de la planicie),

Una oraciónperseveranteDios no mira laelegancia denuestras oracio–nes para ver cuánnítidas son; tam–poco cuán largasson; tampoco lascuenta para vercuántas son; ni asu entonación, nia su lógica, ni a sudulzura; sino acuán sinceras yapasionadas son.Dios no reconoce,aprueba, acepta,registra o recom–pensa la oración,sino hasta que veun corazón since–ro e íntegro. Laverdadera madreno hubiese permi–tido que su hijofuera partido endos. Dios ama alcorazón contritoy humillado, ydesprecia al cora–zón dividido. Diosno ama los defec–tos ni doblez decorazón.—ThomasBrooks

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descubriremos que Jesús incluye entre esas cosas el dondel Espíritu Santo.

B. La regla de oro (v. 12)12. Así que, todas las cosas que queráis que los hom–

bres hagan con vosotros, así también haced vosotroscon ellos; porque esto es la ley y los profetas.

La regla de oro es uno de los versículos más conocidosde la Biblia. En el judaísmo encontramos un refrán similar(así como en otras religiones), pero en sentido negativo:“Lo que odias, no se lo hagas a los demás” (Tobías 4:15,traducción del autor). Jesús aclara que debemos buscar elbien de los demás y seguir el ejemplo de bondad que el Pa–dre ha tenido con nosotros.

“Así que” también pudiera traducirse “de acuerdo con”,y así conectarlo con la gracia de Dios que aparece en elversículo anterior, o incluso con la enseñanza sobre nojuzgar (vv. 1-6). Es una orden completa. La frase “todaslas cosas” cubre todas las áreas de la vida. No se trata demeramente abstenerse de hacer mal o dañar a otros. Te–nemos que tratar a los demás de la misma manera en quenos gustaría ser tratados. La obediencia a este mandamientocumple las Escrituras (“la Ley y los Profetas” o todo elAntiguo Testamento) sobre nuestra relación con los demás.Jesús vuelve a parafrasear este concepto en Mateo 22:36-40. La repetición refuerza la importancia de esta enseñanza.

C. Dos caminos (vv. 13-14)13. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es

la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdi–ción, y muchos son los que entran por ella;

14. porque estrecha es la puerta, y angosto el caminoque lleva a la vida, y pocos son los que la hallan

En las ciudades amuralladas de la antigüedad las perso–nas entraban y salían a través de las puertas principales.Las puertas cerradas impedían que el enemigo entrara. Porlo general, había una puerta pequeña al lado de las prin–cipales para los sirvientes. Era una puerta lo suficientementepequeña como para impedir que un ejército entrara a invadirla ciudad.

Dialoguemossobre esto:1. ¿Cuándo es másdifícil seguir la reglade oro?2. ¿De qué maneraresume toda la leyy los profetas?

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En esta sección Jesús explica que ante nosotros tenemosdos puertas: la “ancha” o espaciosa que conduce a ladestrucción o perdición (la puerta ancha), y la “estrecha”,que conduce a sus enseñanzas y cuyo resultado es unavida de calidad ahora, y la eternidad en el futuro (la puertaestrecha). Rechazar las enseñanzas de Jesús conduce a ladestrucción. No hay un terreno neutral (véase Dt. 11:26-28). La expresión “pocos” no limita el número de los sal-vos a unos electos. Es una comparación con la cantidadde gente que ha vivido en el mundo. En otra parte Jesúsexplica que “muchos” vendrán de todas partes (Mt. 8:11)y que daba su vida en rescate por “muchos” (20:28).

Algunos han sugerido que por la puerta de los sirvientessolamente podía pasar una persona a la vez. Las cargastenían que pasarse por la puerta antes de que el siervopasara. Es una descripción apropiada de la vida del discí–pulo. Tenemos que pasar solos por la puerta que conducea Jesús. Hay que dejar a un lado las cargas y someterse aél o quedarse rezagado en la jornada.

III. ESCUCHA LAS ADVERTENCIAS DECRISTO (Mateo 7:15-29)A. Profetas y árboles (vv. 15-20)

15. Guardaos de los falsos profetas, que vienen avosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro sonlobos rapaces.

16. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogenuvas de los espinos, o higos de los abrojos?

17. Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero elárbol malo da frutos malos.

18. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni elárbol malo dar frutos buenos.

19. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y e–chado en el fuego.

20. Así que, por sus frutos los conoceréis.Los lectores de Mateo conocían la unción profética. En

distintas ocasiones él cita pasajes del Antiguo Testamentoque demuestran que Cristo es el cumplimiento de las pro–fecías (“esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por

Dialoguemossobre esto:1. ¿Por qué es an–cho el camino queconduce a la perdi–ción?2. ¿Cuán responsa–bles somos de llevara otros al camino es–trecho?

“El destino jamás esuna cuestión deoportunidad, sinode decisión”.—WilliamJennings Bryan

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el profeta”) (véase 1:22; 3:3; 13:35). Además, Jesús hablade recibir a “un profeta por cuanto es profeta” (10:41) yanuncia que él enviaría profetas (23:34). El problema quese discute en este pasaje no es el oficio o la unción de unprofeta, sino los que aparentan una cosa y son otra. Sonlos que vienen vestidos de ovejas. En realidad, se trata de“lobos rapaces”, cuya naturaleza es destruir y robar.Debemos ser diligentes (véase Pr. 1:32).

La función del profeta es hablar en nombre de Dios. Elprofeta puede hablar cosas relacionadas con el futuro (pre–dicciones) o las cosas de Dios que edifican y animan al oi–dor. Lo que él o ella diga tiene que hacerse realidad (Dt.18:18-22). Jesús les asegura a sus discípulos que la ver–dadera naturaleza de un profeta (o maestro, líder, ministro)se verá en sus frutos (Mt. 7:16). Los cardos no producenuvas, ni los higos cardos. La cizaña salvaje no producefruta; impide el crecimiento fructífero e inflige dolor. Sólolos árboles saludables (“buen”) producen buenos frutos(vv. 17-18). “Todo árbol que no dé un fruto honesto secorta y se echa en el fuego” (v. 19, traducción del autor).No se indica cuándo esto sucederá, pero no hay duda desu certeza.

Es normal que queramos que Dios intervenga de inme–diato cuando vemos que un falso profeta u otra personaestán desviando a otros; no obstante, Dios también amalas almas de los que conducen otros a la perdición. El juiciovendrá, pero antes siempre hay la oportunidad de arre–pentirse. Dios es justo. Su justicia requiere que trate con elpecado en el momento apropiado. Sólo Él conoce los co–razones de los que “serán echados al fuego”. Además, elfuego también purifica y destruye. La ausencia del artículoen el griego indica que no se trata del fuego eterno (aunquepudiera ser), sino de una acción disciplinaria. Tal y comodijera Jesús, no podemos juzgar a la ligera, sin antes exa–minar si el fruto corresponde a la presencia de Dios (v.20).

B. Obras y conocimiento (vv. 21-23)(Mateo 7:21-23 no ha sido incluido en el pasaje impreso).

Dialoguemossobre esto:1. ¿Por qué los fal–sos profetas son lo–bos vestidos de o–vejas?2. ¿Cómo puedereconocer a unverdadero profetade uno falso?

“El diablo puedecitar la Escriturapara su propó–sito”.—WilliamShakespeare

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Jesús elabora sobre el pasaje anterior con una secciónque enseña: (1) para que la oración sea eficaz debe ir acom–pañada de la voluntad del Padre (v. 21); (2) los milagrosno son evidencia de una buena relación con Dios (v. 22)porque hasta el diablo hace milagros (2 Co. 11:14); y (3)sólo una relación íntima con Jesucristo puede librarnosde la destrucción (Mt. 7:23). No basta con saber quién esy qué pide; tenemos que conocerlo.

C. Roca y arena (vv. 24-27)24. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y

las hace, le compararé a un hombre prudente, queedificó su casa sobre la roca.

25. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vien–tos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porqueestaba fundada sobre la roca.

26. Pero cualquiera que me oye estas palabras y nolas hace, le compararé a un hombre insensato, queedificó su casa sobre la arena;

27. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaronvientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; ycayó, y fue grande su ruina.

Jesús resume su lección con una historia sobre dosconstructores que representan dos estilos de vida. Unaestructura sólo es tan buena como su fundación. Si la ba–se está defectuosa o se levanta sobre el terreno equivocado,la casa no resistirá por mucho tiempo, no importa cuánbonita sea. Puede que se vea bien, pero tiempo y los ele–mentos pasarán factura sobre lo que la mayoría no puedever. Las enseñanzas de Jesús y la obediencia a éstas, sientanuna base sólida para la vida del discípulo (v. 24). Si así lohacemos nos convertiremos en sabios. Pero si no lo ha–cemos, nos convertimos en el hombre necio, cuya casa“cayó, y fue grande su ruina” (v. 27). Lloverá y el vientogolpeará nuestras casas. Eso es parte del mundo caído enque vivimos. Sólo los que construyan sobre la roca tendránéxito.

D. Jesús y los escribas (vv. 28-29)(Mateo 7:28-29 no ha sido incluido en el pasaje impreso).

Dialoguemossobre esto:¿Por qué las obrasno son una eviden–cia confiable denuestra relación conDios?

Dialoguemossobre esto:1. Mencione algunosde los fundamentosarenosos sobre losque la gente cons–truye sus vidas.2. ¿Cómo sabemossi estamos constru–yendo sobre la ro–ca?

¡No podemosperder!Un prominenteteólogo explica sudecisión de seguira Cristo, diciendoque lo que ahoradisfruta es una re–compensa másque suficiente. Élcree en el cielo,pero dice que siestuviera equivo–cado, la vida en latierra con Cristosería suficiente.Cuando escoge–mos el camino dela vida, Dios nosbendice con vidaabundante y conla promesa de lavida eterna. ¡Notenemos que per–der!

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El capítulo cierra con una observación de Mateo. Lasmultitudes estaban “asombradas” por la autoridad con queJesús enseñaba. Era algo totalmente diferente a lo que jamáshabían escuchado de los escribas, los expertos en la ley.

CONCLUSIÓNLa vida está llena de opciones y decisiones. Podemos

permitir que nuestras sospechas e ideas nos gobiernen (ydestruir a otros) o podemos escoger extenderles a otros lamisma gracia y consideración que necesitamos de ellos.Podemos dejar que nuestra naturaleza humana se enseñoreede nosotros o escoger la vida en Cristo Jesús. Las ense–ñanzas de Jesús han pasado la prueba del tiempo, el es–crutinio de los escépticos y los ataques del enemigo. Haydos caminos delante de nosotros. ¿Qué escoge usted?

EL DESAFÍO DEL TEXTO ÁUREO “CUALQUIERA, PUES, QUE ME OYE ESTAS PALA–

BRAS, Y LAS HACE, LE COMPARARÉ A UN HOMBREPRUDENTE, QUE EDIFICÓ SU CASA SOBRE LA ROCA”(Mateo 7:24).

Jesús concluyó el Sermón del Monte con una ilustraciónpoderosa que requiere la aplicación personal de las verdadesque acababa de enseñar. Ellos no sólo deben oír lo que Éldice, sino llevarlo a la acción.

La persona que construye su vida sobre la Palabra seasemeja al que construye su casa sobre la roca. En cual–quier caso, hay una fundación sólida. Pablo tenía al cons–tructor sabio en la mente cuando escribió: “Porque nadiepuede poner otro fundamento que el que está puesto, elcual es Jesucristo” (1 Co. 3:11).

Cuando uno construye sobre el fundamento correcto, lacasa o vida resiste las más duras pruebas. Venga la lluvia atorrentes, venga la inundación, vengan los vientos fuertes,pero la casa prevalecerá. De igual manera, si hemos esta–blecido y afirmado nuestra vida sobre las enseñanzas deJesús, venceremos las tormentas de la vida.

“Jesucristo fue elMaestro porexcelencia por–que fue la encar–nación de laverdad, él com–prendió perfec–tamente a sus es–tudiantes y uti–lizó sus métodospara cambiar a lagente. “—Lois LeBar

Devocionesdiarias:L. Dios bendice lasdecisiones sabiasGénesis 13:8-18M. Obedece la Pa–labra de DiosJosué 23:1-11M. Los beneficios dela sabiduríaProverbios 3:1-10J. La sabiduría delevangelio 1 Corin–tios 1:20-31V. Anda sabiamenteEfesios 5:13-21S. La fuente de laverdadera sabidu–ría2 Timoteo 3:10-17

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