introduccin sofocles

10
Introducción: Pensamiento y acción en Sófocles i propósito en este escrito es ofrecer un acercamiento a cómo se pueden articular los principales motivos de interés que la lectura de Sófocles suscita a un lector de nuestros días filosóficamente formado, o, quizás mejor, a alguien cuyos motivos de lectura sean primor- dialmente filosóficos. Se trata de una propuesta panorámica que desde el punto de vista de la historia de la literatura habría resultado quizá impro- cedente, pero que en un contexto filosófico sí que podía resultar oportuna. He sostenido unas cuantas proposiciones sobre la filosofía implícita en las tragedias de Sófocles, pero la principal propuesta de este libro no se sitúa, siguiendo en esto a Wittgenstein, en el terreno de lo que el trabajo dice, si- no en el de lo que el trabajo muestra o trata de mostrar. Y lo que me he es- forzado en mostrar es lo siguiente: la pertinencia, o incluso la necesidad, de incluir a Sófocles en el canon filosófico, conforme al uso de la palabra «ca- non» que los teóricos literarios y culturales han hecho popular en los últi- mos tiempos. La filosofía siempre se ha interesado por la tragedia y, muy especialmen- te, por el origen y la naturaleza de la tragedia y de lo trágico. Platón es un buen ejemplo de este interés: aunque en el primer libro de la República aparece una caracterización muy positiva y humana del poeta Sófocles, en M

description

introduccin sofocles

Transcript of introduccin sofocles

  • Introduccin:Pensamiento y accin en Sfocles

    i propsito en este escrito es ofrecer un acercamiento a cmo sepueden articular los principales motivos de inters que la lecturade Sfocles suscita a un lector de nuestros das filosficamente

    formado, o, quizs mejor, a alguien cuyos motivos de lectura sean primor-dialmente filosficos. Se trata de una propuesta panormica que desde elpunto de vista de la historia de la literatura habra resultado quiz impro-cedente, pero que en un contexto filosfico s que poda resultar oportuna.He sostenido unas cuantas proposiciones sobre la filosofa implcita en lastragedias de Sfocles, pero la principal propuesta de este libro no se sita,siguiendo en esto a Wittgenstein, en el terreno de lo que el trabajo dice, si-no en el de lo que el trabajo muestra o trata de mostrar. Y lo que me he es-forzado en mostrar es lo siguiente: la pertinencia, o incluso la necesidad, deincluir a Sfocles en el canon filosfico, conforme al uso de la palabra ca-non que los tericos literarios y culturales han hecho popular en los lti-mos tiempos.

    La filosofa siempre se ha interesado por la tragedia y, muy especialmen-te, por el origen y la naturaleza de la tragedia y de lo trgico. Platn es unbuen ejemplo de este inters: aunque en el primer libro de la Repblicaaparece una caracterizacin muy positiva y humana del poeta Sfocles, en

    M

    AdministradorCuadro de texto Plaza y Valds l www.plazayvaldes.es

  • 12 EL SABER DEL ERROR. FILOSOFA Y TRAGEDIA EN SFOCLES

    numerosos momentos de la obra platnica se acomete una crtica despia-dada de la poesa y del arte mimtico en general. Con intencin contraria,tambin en Aristteles se encuentra una reflexin sobre la naturaleza, elorigen de la tragedia y su imbricacin con el resto de las instituciones yprcticas humanas. El contenido mismo de las tragedias ha proporcionadoa su filosofa prctica una fuente sobremanera fecunda de ejemplos. Lo queyo trato de defender es que las tragedias pueden ser no solo una fuenteelemental de disfrute esttico sino que son tambin una fuente de reflexinprctica, y en cierto modo lo son en la medida en que son fuente de disfru-te esttico: lo son ahora, para nosotros, los modernos que acometemossu lectura como si de textos exticos se tratara, y lo fueron para ellos, losantiguos, quienes las vivieron de un modo que nosotros apenas podemosimaginar.

    Voy a hacer un breve resumen de los contenidos de este libro siguiendoun camino aristotlico: comenzar diciendo unas palabras sobre cul es eltlos o la finalidad que me propongo, y a continuacin explicar la relevan-cia de la tragedia para la filosofa a partir de los elementos que Aristtelesdestaca de la poesa trgica: as, en la Potica leemos que la tragedia nosimporta porque es representacin (mmesis) de la vida y de las acciones delos hombres; una mmesis que se centra en hroes de gran temple moralpero cuyas vidas se quiebran o destruyen a causa de un error, de una ha-marta vital, que surge por su parte de un conjunto de acciones elegidaspor ellos mismos. Adems, la representacin potica de dicha hamartaconlleva un cierto aprendizaje, una cierta mthesis. De ese modo, partiendode la caracterizacin de la tragedia como mmesis de un conjunto de accio-nes que dan lugar un error trgico, me ocupar de un tercer elemento: eldel aprendizaje (mthesis) contenido en la tragedia y que la convierte enuna produccin ms filosfica y mejor que la historia.

    El tlos que preside mi indagacin es a la vez general y particular. Mipropsito ltimo es encontrar una correlacin interesante entre la crtica li-teraria y la crtica filosfica, o entre filosofa y literatura. Lo que en parti-cular me propongo es mostrar que la tragedia clsica constituye un buenejemplo de esa correlacin debido a la forma especialmente intensa y pro-funda en que plantea los conflictos prcticos, y debido tambin a que esadimensin crtica o reflexiva de la tragedia no est disociada de su virtud o

  • PENSAMIENTO Y ACCIN EN SFOCLES 13

    funcin propia, de su rgon, que podramos caracterizar como producir unplacer esttico o, por decirlo con Aristteles, un placer trgico.

    Por lo dicho hasta ahora, y segn se ver despus, mi enfoque de la tra-gedia de Sfocles parte de una caracterizacin general de la tragedia comouno de los mecanismos de que se dota la sociedad ateniense para llevar acabo una reflexin crtica sobre sus propias normas y valores. De ese mo-do, la tragedia, adems de constituir una fuente de disfrute esttico, y pre-cisamente gracias a esta circunstancia, es tambin un mecanismo que posi-bilita que ciertas formas de crtica puedan expresarse de una formalegtima, institucionalizada y apreciada por la misma sociedad a que van di-rigidas. La tragedia es el cauce por el cual el poeta hace llegar a sus conciu-dadanos una serie de consideraciones crticas mezcladas con otras imge-nes ms halageas y favorables de la plis en que viven. El del poeta ser,pues, un ejercicio crtico inherente a la propia sociedad en que nace y a laque se refiere y, por eso mismo, sometido a sus propias normas y constre-ido por ciertos lmites. La tragedia es la voz del poeta, y el poeta no essolo un individuo sino, por encima de todo, un ciudadano que, como todoslos dems, alcanza su plenitud como ciudadano en la medida en que parti-cipa activamente en la vida de la plis. El poeta, en tanto que poltes, es unelemento de mediacin entre el pblico de las obras, las instituciones quelas patrocinan y el estado que las auspicia, dndose adems la circunstanciade que dicho pblico y dichas instituciones estn constituidos por los mis-mos ciudadanos. As, la voz de la tragedia no es la de un individuo aisladoque, como el profeta del Antiguo Testamento, se dirige crtica o apocalpti-camente al resto de los ciudadanos sino, en cierto modo, la de la ciudad ensu conjunto que se representa a s misma, a veces cuestionndose, a vecescelebrndose, a veces haciendo las dos cosas a la vez.

    La poesa trgica es una forma de mmesis, una representacin ficticiade la accin humana y, en concreto, de la accin humana en circunstanciasdonde la eleccin est preada de consecuencias negativas. Aristteles laha definido como mmesis de una accin, que es representada por hom-bres que actan, que necesariamente tendrn determinada disposicin de-bido a su carcter y pensamiento, de manera que la tragedia pone en mar-cha una representacin que tiene una relevancia moral porque escenificaun contexto de deliberacin y accin humanas. El poeta pone en escena a

  • 14 EL SABER DEL ERROR. FILOSOFA Y TRAGEDIA EN SFOCLES

    un hroe que se encuentra obligado a decidir qu hacer y, al hacerlo, mues-tra que a veces puede darse un funcionamiento anmalo de las normas querigen su comportamiento y la vida social en su conjunto. A menudo las tra-gedias se ocupan de problemas particulares, tan particulares que puedenser conflictos familiares o individuales: conflictos que ataen al individuoen lucha con sus propios seres queridos o incluso consigo mismo. A pesarde esta dimensin privada de los conflictos y problemas trgicos, la refle-xin que propone el poeta adquiere un relieve poltico en la medida en quese lleva a cabo bajo la mirada del conjunto de los ciudadanos. Se asiste, as,a una redefinicin continua de los lmites que separan las esferas pblica yprivada, una redefinicin que ha hecho posible adems la aparicin pblicade sujetos que, en la vida real, estaban excluidos de la esfera social y polti-ca y recluidos en el mbito domstico: se da pues una curiosa paradoja, porejemplo, si se compara la abundante aparicin de personajes femeninos enel teatro con la escasa presencia de las mujeres en la vida pblica de Ate-nas. Por eso, la mmesis trgica no puede entenderse como una mera copiade la realidad, sino como una reinvencin artstica del todo social y de lasnormas que lo rigen. Al ser mmesis, la poesa traza un arco desde el mun-do real representado y lo que la plis predica de dicha realidad represen-tndola.

    Uno de los hilos conductores de este libro es la necesidad acuciante quese expresa en la tragedia de cerrar la brecha entre pensamiento y accin. Laaccin trgica por excelencia es una accin ensombrecida por un graveerror: lo que Aristteles denominar hamarta. La imposibilidad de alcan-zar un conocimiento que sirva de asidero seguro para la accin humana y,por tanto, la propensin al error trgico est, en buena medida, en el ori-gen de prcticamente todas las tragedias de Sfocles. De esta manera, porejemplo, la tragedia de yax presenta una reflexin general sobre la nece-sidad de conocer las propias circunstancias y de tomarse en serio los pro-pios lmites. En esta tragedia, Sfocles lleva a cabo un repaso de la concep-cin tradicional, de origen homrico, de la virtud heroica por excelencia: elcoraje. Esta virtud es encarnada por el protagonista de la tragedia, el per-sonaje pico yax. En esta revisin, Sfocles muestra el fracaso que ame-naza a esta concepcin tradicional cuando dicha disposicin se pone enmarcha de una manera anmala y su carcter virtuoso se vuelve, por tanto,

  • PENSAMIENTO Y ACCIN EN SFOCLES 15

    ambiguo o incluso peligroso. Un hroe de corte homrico como yax cifrasu virtud en la bsqueda de fama y gloria inmortal y en el coraje. Merced aestas virtudes, el hroe desempea un papel social de vital importancia, asaber: proteger la politea, es decir, defender al conjunto de los ciudadanosy de las normas sociales o forma de vida que comparten. Sin embargo, y enunas circunstancias improbables pero del todo verosmiles como las que sedan en la tragedia de yax, esas mismas virtudes, el coraje y la bsqueda dehonor personal, en lugar de proteger la politea, lo que consiguen es msbien ponerla en peligro. yax es a la vez vctima y autor de un error trgicocon consecuencias funestas, y se encuentra ante la necesidad de tomar unaresolucin el suicidio que no va a cancelar el mal pasado pero tampo-co va a dar lugar a nuevos bienes.

    No es, sin embargo, yax el nico hroe que tiene que decidir qu debehacer. Una vez muerto se suscita el debate en torno a qu hacer con sucuerpo: si tributarle los honores que merecen sus hazaas o deshonrarlocomo merece su traicin. Aqu se pone de manifiesto la dificultad de valo-rar adecuadamente la virtud de yax y, por tanto, se muestra el fracasoparcial que la concepcin tradicional puede sufrir en un marco normativodiferente del homrico: por ejemplo, el de una plis democrtica. As, enesta tragedia y sobre todo por el papel ambiguo que desempea Odiseoen el desenlace del drama se anticipa una concepcin filosfica de la va-lenta que ser desarrollada por Platn y Aristteles: el coraje tradicionaldel guerrero debe templarse con la virtud intelectual de la prudencia. S-focles recrea al hroe homrico yax que, puesto en la escena teatral delsiglo V a. C., muestra sus propias limitaciones y contradicciones internas.Pero esas tensiones internas no reflejan tanto la caducidad de un paradig-ma heroico ya demod, cuanto las contradicciones y tensiones entre dife-rentes lealtades que tambin acuciaban a los contemporneos de Sfocles:la necesidad de conciliar el igualitarismo de la plis con la prctica msaristocrtica de distinguir y tributar honra a los ciudadanos notables, la ne-cesidad de defender la ciudad en las guerras y la legtima bsqueda de ho-nor personal con el deseo de disfrutar una vida segura al abrigo del hogar,o incluso un posible deseo de resarcimiento personal con la necesidad deguardar la debida obediencia y acatar los pronunciamientos de las institu-ciones comunes. La tragedia de yax muestra que las acciones se miran y

  • 16 EL SABER DEL ERROR. FILOSOFA Y TRAGEDIA EN SFOCLES

    se valoran desde un lugar que impone una perspectiva limitada y que, portanto, nuestro conocimiento no puede sino ser fragmentario.

    Ahondando en esta idea de la fragmentariedad de nuestro conocimien-to, Sfocles lleva a cabo en Las traquinias una recreacin de la muerte deHeracles, recreacin cuya originalidad reside en que dota de un protago-nismo inusitado a un personaje hasta entonces insignificante: Deyanira. Alo largo del drama vemos cmo la esposa de Heracles es vctima de un co-nocimiento voluble e inestable, muchas veces fallido y que, en todo caso,no facilita su interaccin con el entorno. En esta obra he tratado de resal-tar, por un lado, cmo la voluntad propia o ajena interviene en la forma-cin de creencias distorsionando e incluso arruinando el proceso epistmi-co mismo. De ese modo tenemos, por un lado, dos personajes que engaana la herona y abusan por tanto de su ingenua confianza: el centauro Neso yel mensajero Licas; el primero engaar con el fin de resarcirse y el segun-do con el de protegerse. Pero, por otro lado, tenemos el autoengao que seprepara la propia Deyanira, un autoengao que se cumple debido a su in-tenso deseo de obviar o bloquear una investigacin ms que prudente rela-tiva al ungento que regala a Heracles y que ocasionar su muerte. Pero loque en esta tragedia se pone de manifiesto no es solo cmo la voluntad y eldeseo empaan la verdad, sino tambin cmo la verdad misma es un com-ponente necesario de las emociones que median en las relaciones humanas.As, la confianza se da en circunstancias de cercana o phila y tiene que vercon las expectativas que nos formamos respecto de la actuacin de los de-ms. Esa amistad o familiaridad (phila) tiene un ingrediente epistmicoimportante, pues depende en buena medida de que las expectativas que setienen sobre el amigo se ajusten a la realidad: de que se cumplan o se haganverdaderas en los contextos adecuados. As, el meollo de esta tragedia con-siste en un problema a la vez epistmico y moral: Deyanira confa en quienno deba y por eso se convierte, ella misma, en un sujeto en quien no sedebe confiar.

    La tragedia de Antgona ha sido objeto de reflexin filosfica en nume-rosas ocasiones y, de forma sobresaliente y bien conocida, por Hegel. Si seexamina detenidamente la naturaleza del desafo de Antgona tratando deestablecer cules podan ser las reacciones del pblico contemporneofrente a aquel acto de desobediencia, se ver que dichas reacciones deban

  • PENSAMIENTO Y ACCIN EN SFOCLES 17

    ser mucho ms favorables a la herona en la medida en que su antagonista,Creonte, iba adquiriendo rasgos cada vez ms antipticos. En cualquier ca-so, la reaccin del pblico ante este desafo imaginario a las normas se-ra mucho ms benvola con la herona que la que hubiera cabido esperaren ese mismo pblico si, esta vez en su papel de meros ciudadanos, se hu-bieran confrontado con una trasgresin semejante en la vida real. En estecaptulo me he centrado en cmo la desobediencia poltica de Antgona ysu conflicto privado con Creonte obligan a una revisin del lugar que co-rresponde a las fronteras entre lo pblico y lo privado, una revisin de cules su lugar que no conlleva una disolucin de dichas fronteras: pues, enefecto, Antigona transgrede un conjunto amplio de normas relativo al lugarque las mujeres ocupan en la plis y al modo en que convencionalmente sedefinen los espacios domstico y pblico, pero lo hace tratando de ser leala esas mismas normas de delimitacin de espacios y comportamientos. Acontinuacin, y como respuesta a este desafo de la herona, examino laconversin de Creonte quien, al cegarse por sus propias obsesiones, deja deser un gobernante popular pero inseguro y se convierte en un tirano violen-to y destructivo. Su fracaso se da, a la vez, en el mbito pblico (atrayendouna guerra sobre Tebas) y en el mbito privado (al provocar la muerte detodos sus seres queridos). La obra plantea adems ciertas consideracionessobre dos temas que sern ampliamente desarrollados en la filosofa poste-rior: la naturaleza a la vez fctica y normativa de las leyes, y la necesidad deesclarecer el alcance de la sabidura poltica. En definitiva, se trata de inda-gar cmo es posible que un gobernante o una ciudad se protejan frente asu propia ceguera. La concepcin de la tragedia que aqu se ha presentadocomo una forma de reflexin prctica realizada bajo la mirada cvica puedeconstituir una suerte de respuesta a este interrogante. Por otra parte, comose ve, esta tragedia recupera los temas que se han mencionado a propsitode yax y Las traquinias: el carcter fragmentario del conocimiento y suimportancia para la vida prctica.

    De nuevo aparece este problema en el Edipo Rey, donde existe una cer-cana muy particular entre el optimismo epistmico del hroe Edipo y laconfianza en el saber de algunos de los contemporneos de Sfocles. Setrata de una tragedia que participa en buena medida del espritu de lo quese ha dado en llamar la Ilustracin del siglo V, que es el siglo de los sofistas,

  • 18 EL SABER DEL ERROR. FILOSOFA Y TRAGEDIA EN SFOCLES

    de la medicina y de la historia. Sin embargo, las consecuencias que acarreapara Edipo el descubrimiento de la verdad y la recompensa que obtienepor la perseverante actividad de su inteligencia dan lugar a un replantea-miento no tanto de la posibilidad del conocimiento pues al final se des-vela la verdad cuanto de su papel como asidero firme orientado a hacerms seguras las vidas de los hombres. As, en el caso de Edipo, el xito delconocimiento coincide con su fracaso: con la prdida del sentido o con ladefinitiva prdida de la eudaimona. Uno de los sentidos que adquiere latragedia de Edipo se acerca, pues, a la ms famosa de las odas de Antgona:la oda al hombre, el ms formidable de todos los seres que, gracias a su sa-ber, domina la tierra, los mares y al resto de los seres, pero que no puedehacer frente a la muerte. Tanto en esta oda de Antgona como en Edipo Reyse dan mezcladas una actitud pesimista y una actitud optimista frente alconocimiento: una conciencia de la ampliacin del horizonte de posibili-dades que permite, pero tambin una conciencia de sus lmites. Y esta do-ble actitud refleja, a su vez, los impulsos ilustrados y contrailustrados delsiglo V ateniense. El conocimiento, tal como se har ostensible en esta tra-gedia, no solo no evita el sufrimiento, sino que a veces lo vuelve dolorosa-mente agudo precisamente porque llega, y porque llega demasiado tarde.

    En Electra puede observarse cmo la reconciliacin es imposible si no seproduce un olvido particular y, paradjicamente, autoinducido: esa extraaforma de olvido es el perdn. Por otro lado se pone de manifiesto cmo unamemoria obsesiva, parcial y unvoca, una memoria que pretende conservarintacta e incancelable la deuda con el pasado y con los agentes de ese pasadono puede aspirar a convertirse en una forma universal de justicia, puesto quela memoria siempre es olvido y, como muestra Electra, al final el recuerdo deAgamenn conlleva el olvido de Ifigenia: la justicia que Electra quiere hacera Agamenn oculta la injusticia anteriormente hecha a Ifigenia. En esta tra-gedia, Sfocles recrea un personaje que Esquilo haba rescatado previamentede la tradicin y al que infunde un carcter trgico inusitado. En el duelopermanente de Electra vemos tambin, como se vio en Antgona, el desafode la herona a un conjunto amplio de normas sociales, desafo que implicadeterminada ruptura o reubicacin de las fronteras convencionales entre lopblico y lo privado. En esta obra puede observarse cmo las obligacionesfamiliares sirven de coartada al desafo poltico y cmo, al no ponerse lmite

  • PENSAMIENTO Y ACCIN EN SFOCLES 19

    al duelo y al pervertirse con ello el ritual, este adquiere una connotacin deprotesta pblica que constituye una peligrosa fuente de conflictos y de vio-lencia. Las mismas palabras que escogen los hroes imposibilitan una solu-cin incruenta del conflicto: Electra es un drama que se desarrolla en buenamedida en el plano del lenguaje.

    En estas breves notas sobre cinco de las siete tragedias conservadascompletas de Sfocles se muestra cmo en dichas obras se pueden rastrearuna serie de problemas prcticos, y a veces tambin teorticos, que se plan-tean con especial inters. La tragedia es objeto de inters moral en cuantoque es mmesis de una accin solemne y completa enturbiada por una ha-marta de la que su autor no es plenamente responsable o no es responsa-ble en absoluto. Debido a esta circunstancia, y debido tambin a su distan-ciada participacin, esta mmesis induce en los espectadores lossentimientos trgicos de miedo y compasin, unas pasiones que son purifi-cadas o eliminadas pero que dejan en dicho pblico un residuo de expe-riencia, un poso de conocimiento: suscitan, pues, un cierto aprendizaje o,como dira Aristteles, una cierta mthesis. Y en esta participacin distan-ciada surgen las emociones trgicas que, por ser la tragedia un simulacro yno la propia realidad, pueden ser causa de goce esttico. Por eso Aristte-les lleva razn cuando dice que la tragedia es ms filosfica y mejor que lahistoria: porque la tragedia se ocupa de tipos humanos y hay en ella unespritu de generalidad que hace posible que todos participemos interesa-dos en los avatares del hroe. La tragedia, mediante una irnica contrapo-sicin entre lo verosmil y lo probable, nos hace ver y participar en vidasdesoladas que podran ser y no podran ser las nuestras. La poesa trgicase sirve del arte de la mentira, de manera que la representacin potica nodebe ser exacta ni fidedigna. Sin embargo, debe ser verosmil: como sealaAristteles, una tragedia inverosmil rompera con ese hechizo que nos ha-ce participar atentos e interesados en el desenlace de la trama, que nos lle-va a identificarnos con los personajes pero siempre de una forma distan-ciada, siempre conscientes de que es ficcin. La tragedia, as, nos permiteparticipar en otros mundos, y la creacin y exploracin de esos otros mun-dos nos permite ampliar o romper los lmites del nuestro.

    Como sostiene Anne Ubersfield, todos los textos teatrales son de suyoincompletos, pues les faltan los elementos de la puesta en escena. Esto es

  • 20 EL SABER DEL ERROR. FILOSOFA Y TRAGEDIA EN SFOCLES

    especialmente verdadero de las tragedias, cuyas circunstancias de represen-tacin nos resultan en gran medida ignotas. Pero se podra decir inclusoque todos los textos son de suyo incompletos: las obras literarias, y en estecaso las tragedias, son una crisis, una brecha que cambia el mundo a su pa-so. Tras su representacin o su lectura, nada queda como estaba: ni el poe-ta, ni la plis, ni los espectadores ni por supuesto nosotros, sus ms extem-porneos lectores. Y cuando de nosotros se trata, el lector de Sfocles es ala fuerza un lector filosficamente condicionado en cuyos odos resuenan almismo tiempo las palabras de la tragedia y los ecos filosficos que muchasde ellas han venido produciendo a lo largo de los siglos. Ni Sfocles ni suscontemporneos habran admitido en ningn modo que la tragedia es filo-sofa, pero lo que importa sealar es que aquellos textos han pervivido y sehan trasmitido de una manera imprevisible, como todas que los haceformar parte de un contexto para el que no fueron escritos. Gran parte dela filosofa occidental ha sido una reflexin sobre temas trgicos, y esta cir-cunstancia no ha ocurrido en vano; lo ms probable es que ya no quepa re-cuperar una mirada ingenua sobre la tragedia, una mirada ajena a toda filo-sofa o filosficamente ignorante. Creo, por tanto, y esta es la tesis que hetratado de sostener en este libro, que leer filosficamente a Sfocles es unade las formas en que la historia de su recepcin nos permite e incluso nosobliga a leerlo.