Introducción a La Filosofía de Las Ciencias Del Siglo XX

download Introducción a La Filosofía de Las Ciencias Del Siglo XX

of 36

description

Analisis de la filosofia de la ciencia del siglo XX

Transcript of Introducción a La Filosofía de Las Ciencias Del Siglo XX

  • Filosofa de la ciencia del siglo XX

    Circulo de Viena El nombre que recibe un grupo de filsofos, hombres de ciencia y matemticos que, habiendo iniciado contactos intelectuales mutuos hacia 1907, se organizan en 1922 en torno a la figura de Moritz Schlick, catedrtico de filosofa de la ciencia de la universidad de Viena, y se convierten en un movimiento filosfico internacional, principal promotor del positivismo lgico. Segn el manifiesto publicado en 1929, redactado por Neurath, Hahn y Carnap, el primer escrito que llevaba el nombre de Crculo de Viena, La concepcin cientfica del mundo: el Crculo de Viena, los principales miembros del Crculo eran, adems del propio Schlick, H. Hahn, Ph. Frank, O. Neurath, V. Kraft, H. Feigl, F. Waismann, K. Gdel, R. Carnap y otros; Ramsey y Reichenbach eran considerados miembros simpatizantes y otros, entre los que destacan Einstein, Russell y Wittgenstein, miembros honorficos del mismo. El logicismo de Russell y las ideas del Tractatus de Wittgenstein sobre la demarcacin entre ciencia y filosofa influyeron notablemente en las ideas filosficas del Crculo de Viena, cuyos rasgos fundamentales fueron la defensa de una visin cientfica del mundo a travs de una ciencia unificada, y el empleo del anlisis lgico en la lnea de Frege, Whitehead y Russell, aplicado a una orientacin cientfica de la misma filosofa, junto con la impugnacin de la posibilidad de la metafsica. El mismo ao 1929 tuvo lugar su primer congreso internacional en Praga, al que siguieron otros entre 1930 y 1940. Tras la ascensin al poder del partido fascista austraco, en 1934, el asesinato de Schlick por un alumno nazi, en 1936, y la invasin final de Austria por Hitler el 12 de marzo de 1938, se produjo la dispora definitiva de la totalidad de los miembros del Crculo a pases de habla y cultura inglesas y su desintegracin como grupo, ya iniciada unos aos antes por traslados o fallecimientos de sus componentes. Las ideas del Crculo de Viena, que se han denominado tambin neopositivismo, o empirismo lgico, se expanden a partir de este momento por diversos pases -pero no en Alemania-, y en esta labor colaboran principalmente filsofos ingleses y americanos que haban asistido a anteriores reuniones del Crculo en Viena, en especial Willard Orman Quine, de Harvard, y Alfred Jules Ayer, de Oxford. Desde 1930 el Crculo edita su propia revista: Erkenntnis (Conocimiento), denominada, a partir de 1938, The Journal of Unified Science, publicacin suspendida en 1940 a causa de la guerra. Establece asimismo contactos con otros grupos filosficos de otros pases, como por ejemplo, el grupo de Berln (Reichenbach, Hempel, etc.) y un grupo de filsofos polacos (Lukasiewicz, Kotarbinski, Lesniewski, Tarski y otros;).

    Victor Kraft: el Crculo de Viena

    La exigencia fundamental del Crculo de Viena, el fundamento de su unidad interna, era que la filosofa ha de proceder cientficamente. Se estaba de acuerdo con el positivismo en que la filosofa no investiga un campo propio de la realidad. Mientras se trata de la realidad emprica, sta se halla repartida entre las ciencias especiales; y una realidad no emprica, trascendente, no puede ser objeto del conocimiento. Los objetos tradicionales de la metafsica, un ser absoluto y tambin valores y normas absolutos, no pueden proporcionar un mbito cientfico propio, pues las cuestiones y afirmaciones relacionadas con ellos no tienen ningn contenido objetivo; son nicamente pseudocuestiones y pseudoproposiciones. La filosofa, en cuanto metafsica, es imposible cientficamente.

    Pero no estaba igualmente claro cmo haba de concebirse la filosofa positivamente. En un ensayo programtico con el que se inici el primer ao de Erkenntnis determin Schlick de una nueva forma la tarea de la filosofa, forma que se remonta a L. Wittgenstein. La filosofa tiene que poner en claro el significado de palabras y enunciados, mostrando y eliminando los que carecen de

  • significado. De acuerdo con esto, ella no formula proposiciones propias, sino que explica proposiciones dadas. La filosofa no es un sistema de verdades y, por tanto, no constituye una ciencia peculiar, sino aquella actividad mediante la cual se fija o se descubre el significado de los enunciados. La filosofa explica las proposiciones, las ciencias las verifican. En el caso de stas se trata de la verdad de los enunciados, pero en el de aqulla se trata de lo que los enunciados quieren decir propiamente. Segn esto, la filosofa no es una ciencia con un campo propio, sino un mtodo que se aplica a las ciencias particulares all donde hay oscuridades. Nos hallamos as ante el resultado paradjico de que partiendo de la aspiracin hacia una solidez cientfica se niega la filosofa como ciencia.

    Pero a travs de los trabajos de Carnap se precis luego que la filosofa ha de ser lgica de la ciencia, que investiga la sintaxis lgica del lenguaje cientfico. Hay dos grandes campos distintos: el de los objetos, sus propiedades y relaciones, y el de la representacin de los objetos, es decir, el del lenguaje y de la lgica. El campo entero de los objetos corresponde a las ciencias especiales, que lo cultivan completamente. El campo de la filosofa es el de la representacin de los objetos; sus objetos son los conceptos, proposiciones y teoras de la ciencia. Esta determinacin de la filosofa la realiz Wittgenstein por primera vez.

    En la Logische Syntax der Sprache, Carnap determin el trabajo de la filosofa diciendo que es investigar la sintaxis lgica del lenguaje. [...] Puesto que la sintaxis puede tratarse de un modo puramente formal, sin referencias al significado y slo respecto de las relaciones de las designaciones, las proposiciones de la filosofa pueden tener carcter puramente formal. En cambio, Schlick, como Wittgenstein, haba vinculado la filosofa al significado de las proposiciones cientficas. [...]

    En la concepcin de la filosofa que defendi el Crculo de Viena no hay en absoluto ninguna innovacin revolucionaria. Kant redujo ya la filosofa a teora del conocimiento, en tanto deba ser conocimiento, y el positivismo atribuy todo conocimiento objetivo a las ciencias especiales. Pero la concepcin del Crculo de Viena le supera al reunir todas las ciencias en la ciencia unificada, pues con ello los problemas de una concepcin unitaria del mundo, que constituan un problema capital de la filosofa anterior, se conservan como problemas de un sistema unitario del conocimiento cientfico, o sea, como cientficamente legtimos. Y en el Crculo de Viena encontr tambin su expresin precisa el mtodo de la teora del conocimiento como anlisis lgico del lenguaje. Por eso una investigacin del conocimiento ha de realizarse en el lenguaje.

    ___________________________________________El Crculo de Viena, Taurus, Madrid 1977, p. 204-208.

    Positivismo lgico

    Inicialmente, conjunto de doctrinas filosficas mantenidas por el Crculo de Viena, dominante en Europa entre los aos veinte y cuarenta, que recibi tambin los nombres de empirismo lgico y neopositivismo -y que en parte puede tambin aplicarse a la filosofa analtica posterior-, en el que cristalizaban influencias del positivismo y el empirismo clsicos, el atomismo lgico de Russell, tal como lo interpret Wittgenstein, y el positivismo sociolgico. Estas doctrinas son en buena parte resultado del modo como los componentes del Crculo de Viena entendieron el Tractatus de Wittgenstein y, como l, parten del supuesto de que un enunciado o es analtico o es sinttico, y que en ningn caso puede ser ambas cosas a la vez. Cualquier enunciado analtico determina su verdad

  • por medios lgicos o matemticos, y la lgica o la matemtica se bastan para decidir sobre las reglas que han de cumplir dichos enunciados; pero para el resto de enunciados, de los que se supone que son sintticos y, por tanto informativos, se precisa de un criterio que determine cules de ellos cumplen con la exigencia de decir verdaderamente algo acerca de la realidad o experiencia: tal criterio se denomin principio de verificacin, que identificaba verificabilidad de un enunciado y significado del mismo.

    Enunciado analtico: El enunciado o proposicin verdaderos en virtud del significado de sus trminos. El simple anlisis de los trminos permite ver que el sujeto pertenece necesariamente al predicado, o que ste incluye a aqul. Por constituir una verdad por definicin, una verdad analtica o una verdad conceptual, su negacin es una autocontradiccin. La distincin entre enunciado (propiamente juicio) analtico y sinttico fue introducida por Kant, y se relaciona con las anteriores de relacin de ideas y cuestin de hecho, de Hume, o verdad de razn y verdad de hecho, de Leibniz.

    Criterio: Aquello que permite razonablemente distinguir o diferenciar una cosa de otra. Comnmente se aplica al mbito de la epistemologa o de la tica. En el primer caso se habla de criterio de verdad o de certeza, cuya utilidad estriba en poder distinguir los enunciados verdaderos de los falsos, o lo que se sabe de lo que se cree saber. En el segundo, de criterio moral, cuando se juzga no sobre la verdad o falsedad, sino sobre la bondad o maldad de las acciones y la conducta humanas. La epistemologa actual, a diferencia de la tradicional, da poco relieve a la cuestin del criterio de verdad de un enunciado. Se habla ms bien, sobre todo dentro del neopositivismo, de criterios de significado, de verificacin y de contrastacin, que remiten al problema de decidir cundo un enunciado tiene sentido y qu significa que la experiencia confirma o rechaza un enunciado.

    Criterio de demarcacin: Respuesta que los componentes del Crculo de Viena dan al problema de la demarcacin: norma para distinguir entre enunciados con sentido y enunciados sin sentido. Para muchos autores neopositivistas, el criterio es la verificabilidad de los enunciados. Segn Popper, la norma para distinguir los enunciados de la ciencia de los enunciados que hacen las pseudociencias o lo que no es ciencia, es la falsabilidad. Este criterio permite admitir la existencia de enunciados no cientficos, pero no carentes de sentido; por ejemplo, los de la metafsica.

    Criterio empirista de verificabilidad:Es el mismo principio de verificabilidad, propuesto por el neopositivismo no slo como criterio del carcter cientfico de un enunciado, sino tambin como criterio de demarcacin entre enunciados con significado y enunciados sin significado, y, en general, entre lo que es ciencia y lo que no lo es. Los nicos enunciados cientficos y significativos son o enunciados analticos, propios de las ciencias formales, como la matemtica y la lgica, o los enunciados sintticos, o empricos, propios de las ciencias fcticas. Slo estos ltimos se refieren a la experiencia y pueden compararse con los hechos, siendo los nicos susceptibles de contrastacin. La experiencia (el experimento o la observacin) los confirma o desconfirma.Ese criterio, igual que su homnimo, el principio de verificabilidad, ha ido variando su formulacin con el tiempo. Autores que sostenan la necesidad de un criterio estricto o de una verificacin completa han pasado -por la imposibilidad de sostener la verificacin estricta de enunciados universales, como son las hiptesis y las teoras cientficas- a defender, no la verificacin, sino slo la confirmacin de las hiptesis cientficas mediante la comprobacin de predicciones que se cumplen.Una teora cientfica, o un enunciado con sentido, segn este ltimo criterio empirista, no puede estrictamente verificarse, pero s ser de algn modo confirmado por la experiencia.

    Verificacin: En un sentido amplio, consiste en el proceso de buscar pruebas en que apoyar la

  • verdad de una hiptesis. En el mtodo hipottico-deductivo, y en sentido ms restringido, es el proceso de confirmacin de una hiptesis o de una consecuencia lgica deducida de ella, con la intencin de determinar la verdad de la misma. Slo recurriendo a la experiencia es posible verificar hiptesis empricas. Debe diferenciarse de la contrastacin, que es el proceso hipottico-deductivo que termina en confirmacin (verificacin) o refutacin. La verificacin es a la confirmacin como la falsacin es a la refutacin; a verificabilidad se opone refutabilidad. En sentido amplio -y muy usualmente- se dice que verificamos una hiptesis cuando buscamos pruebas empricas de su verdad o falsedad. En las ciencias formales, la matemtica y la lgica, no hay verificacin, sino demostracin, puesto que sus enunciados no son sintticos, sino analticos.

    Terico-observacional, distincin: Distincin usada principalmente entre los autores que defienden la concepcin heredada de la ciencia, con la que suponen que hay trminos meramente observables, o bien propiedades describibles mediante trminos meramente observables, y trminos meramente tericos, o propiedades de cosas describibles slo mediante trminos tericos. Observable suele definirse como aquello que est sujeto a la experiencia inmediata, que suele precisarse mediante enunciados observacionales, mientras que lo terico es lo que no puede definirse como meramente observable. Hay autores que aaden, entre observacional y terico, disposicional, que sera aquella propiedad que se describe mediante enunciados disposicionales, esto es, enunciados que se refieren a propiedades no observables de cosas observables, como, por ejemplo soluble. La distincin analtico-sinttico constituye otro aspecto de esta misma distincin

    Schlick sostuvo que el significado de una proposicin es el mtodo de su verificacin, por lo que comprender un enunciado era lo mismo que conocer la manera de verificarlo. Ayer, principal divulgador de las ideas del Crculo de Viena en Inglaterra, dio primero, en Lenguaje, verdad y lgica, una versin radical (en la edicin de 1936) que luego revis (en la edicin de 1958), distinguiendo entre un sentido fuerte y un sentido dbil del trmino verificable. Segn l, un enunciado es verificable o es significativo (de l podemos saber si es verdadero o falso), en el sentido fuerte del trmino si, y slo si, su verdad puede establecerse en forma concluyente mediante la experiencia, mientras que es verificable en el sentido dbil, si es posible que la experiencia lo haga probable. Los enunciados de la filosofa no seran verificables en ninguno de los dos sentidos, por lo que no son empricos, no producen informacin y no son significativos: al contrario, son carentes de sentido. En la aplicacin de estos criterios, tuvo que distinguirse entre la posibilidad tcnica de verificar un enunciado y la posibilidad terica, afirmndose la necesidad de esta ltima: la observacin de la otra cara de la Luna, en aquella poca, careca de posibilidad tcnica, pero no de la terica, por lo que un enunciado sobre las montaas de la cara oculta de la Luna poda considerarse, en principio, verificable. Los enunciados de la metafsica no se consideraron verificables en ninguno de estos sentidos y, junto con muchas otras expresiones lingsticas (como, por ejemplo, lo absoluto es perfecto), se desecharon como no significativos o carentes de sentido. La filosofa, en consecuencia, carece de sentido como metafsica, y una de las principales tesis del positivismo es la superacin de la metafsica por medio del anlisis lgico que hace ver su ausencia de sentido; la filosofa no puede ser ms que una actividad esclarecedora, o de anlisis, mediante el uso de los recursos lgicos aportados por Russell y Whitehead, de los problemas aparentemente filosficos, para decidir si pertenecen a la lgica, por ser tautolgicos, o a alguna ciencia emprica determinada, por ser sintticos. En el mejor de los casos, a la filosofa compete, segn algunos positivistas lgicos, una actividad teraputica: la de clarificacin del sentido de los problemas metafsicos con la finalidad de eliminarlos. Por tanto, no es propio de la filosofa hablar acerca del mundo, sino ser un conjunto de enunciados sintcticamente bien formados con el que se habla acerca de enunciados que hablan (en la ciencia correspondiente) del mundo. ste es el formalismo adoptado, por ejemplo, por Rudolf Carnap, uno de los principales miembros del Crculo de Viena. El formalismo deriv en un fisicalismo: el anlisis lgico es una combinacin de matemticas y fsica, cuyo objetivo es aclarar los trminos fundamentales de la

  • ciencia. De ah tambin el ideal de una ciencia unificada. Carnap -ante los ataques de Popper contra la verificabilidad y la propuesta de ste a favor de la falsabilidad- sustituy el criterio de verificabilidad por el de traducibilidad: un enunciado tiene significado si, y slo si, es traducible a un lenguaje empirista, y un lenguaje es empirista si todo enunciado se construye en trminos de caractersticas observables de objetos fsicos, y sus enunciados son susceptibles de confirmacin. Esta nueva ampliacin del principio de verificacin no soslay la dificultad de traducir todo trmino terico a un lenguaje observacional.

    Frente al criterio empirista del significado, Karl R. Popper propuso el criterio de demarcacin que distingue los enunciados cientficos de los que no lo son, pero no los enunciados con sentido de los que carece de l. Impulsado primero por la labor de filsofos externos que asistan a las sesiones del Crculo de Viena y luego por el exilio definitivo de los propios miembros del Crculo, el positivismo lgico pas de Viena a Estados Unidos e Inglaterra, sobre todo. Ch.W. Morris, en la universidad de Chicago, y W.V.O. Quine, en la de Harvard, junto con Nelson Goodman y Ernest Nagel, fueron sus principales propulsores en los Estados Unidos; en Inglaterra, Susan Stebbing, Gilbert Ryle, R.B. Braithwaite, John Wisdom y Alfred Julius Ayer. Sus trabajos se publicaron principalmente en la International Encyclopedia of Unified Science (Enciclopedia Internacional de la Ciencia Unificada), editada en la universidad de Chicago, que representaba, junto con la revista The Journal of Unified Science, un ambicioso plan para poner a la filosofa en la senda segura de una ciencia

    Jos Ferrater Mora: el positivismo lgico

    El positivismo lgico ha sido uno de los movimientos filosficos que han dado ms juego. Aunque como movimiento ha cesado de existir, persiste todava como una especie de legado intelectual dentro de algunos crculos filosficos.

    Ha sido un movimiento que ha estado de punta con prcticamente todas las corrientes del siglo. En rigor, emergi para echar a todos los dems movimientos filosficos -estimados como especulativos- por la borda. Originado en Viena algunos aos despus del final de la primera guerra, bajo la gida de Moritz Schlick, alcanz madurez en 1929, cuando con el nombre de Crculo de Viena, agit el mundo filosfico mediante diversos pronunciamientos revolucionarios. Rudolf Carnap -que, por lo dems, merecera seccin aparte-, Otto Neurath y Hans Hahn esbozaron el programa del Crculo. Este programa gan rpidamente la adhesin de muchos filsofos y hombres de ciencia en diversas partes del mundo -especialmente en Holanda, Polonia, Checoslovaquia, Inglaterra, Estados Unidos y los pases escandinavos-. Con el Crculo de Viena se asociaron pronto otros grupos, como el Grupo de Berln, capitaneado por Hans Reichenbach, al cual se adhirieron Kurt Grelling y varios empiristas. Todos esos filsofos manifestaron constante hostilidad hacia la metafsica especulativa, y en particular hacia la metafsica del idealismo alemn. Todos defendieron el empirismo, tal como haba sido cultivado por Hume y, a fines del pasado siglo y comienzos del actual, por Ernst Mach -y la Unin machiana-. Los positivistas lgicos se quejaron con frecuencia de la poca atencin que los empiristas tradicionales haban prestado a la lgica y a la matemtica. Usaron a menudo las tcnicas lgicas codificadas en los Principia Mathematica, de Whitehead y Russell, y perfeccionadas por un ejrcito de lgicos y matemticos. Algunos positivistas, o neopositivistas, se consagraron tambin al trabajo lgico. Grande fue la influencia que sobre ellos ejercieron las ideas, o mejor los grmenes, contenidos en el Tractatus logico-philosophicus, de Ludwig Wittgenstein. Pero al final permanecieron fieles al espritu de Hume, tal como ste lo exhibi en los prrafos finales de su Investigacin sobre el entendimiento humano: Cuando recorremos las bibliotecas, persuadidos de estos principios, qu sarracina tenemos que hacer? Si tomamos en mano cualquier volumen de teologa o de metafsica escolstica,

  • por ejemplo, preguntamos: Contiene algn razonamiento abstracto relativo a cantidad y nmero? No. Contiene algn razonamiento experimental relativo a hechos o a la experiencia? No. Arrojmoslo, pues, a las llamas, pues slo puede contener sofismas e ilusiones.

    Segn los positivistas lgicos, los libros filosficos y, ante todo, los libros metafsicos, se hallan atiborrados de enunciados sin sentido. Qu es el ser? Existe Dios? Ha tenido el mundo un comienzo en el tiempo? Cul es el sentido de la vida? Ciertos filsofos haban ya concluido que esas cuestiones, y otras similares, son insolubles. Los positivistas lgicos declararon que carecen de significado. Slo lo tienen los enunciados para los cuales podemos ingeniar un mtodo de comprobacin -de verificacin-. Pero como slo los enunciados cientficos pueden pasar con xito esta prueba, todos los enunciados que no pertenezcan al dominio de las ciencias tendrn que ser descartados como pseudoproposiciones. En cuanto a los enunciados lgicos y matemticos, que no son verificables, no plantean problema: tales enunciados son frmulas analticas, tautologas, cuya verdad -o, mejor dicho, validez, o acaso aplicabilidad- depende nicamente de su estructura formal. Adems, la matemtica se reduce a la lgica, de modo que el conocimiento consiste en enunciados empricamente verificables formulados en un lenguaje cuyas reglas sintcticas son frmulas lgicas obtenibles por medio de reglas de inferencia.

    Frente a todos los descarros especulativos, poda esperarse que el positivismo lgico ofreciera a los filsofos contemporneos los implementos intelectuales en que haban soado no pocos grandes pensadores del pasado: implementos lo bastante slidos y cortantes para practicar -y ello de un modo cooperativo y realmente cientfico- todas las operaciones quirrgicas necesarias. El hechizo que haba dominado (y adormilado) a los filsofos durante ms de dos milenios pareca haberse evaporado; desde entonces el mundo de entidades ficticias que haban creado los filsofos revel su verdadera naturaleza: la de un espejismo. Los filsofos no tenan ya por qu competir con los hombres de ciencia. Pues ya no deban preocuparse por decir nada acerca de la realidad; su tarea consista simplemente en analizar y poner en claro los enunciados. Las proposiciones filosficas -escribi A. J. Ayer en su defensa del positivismo lgico- no son fcticas, sino lingsticas, es decir, no describen el comportamiento de objetos fsicos, o siquiera psquicos; expresan definiciones, o las consecuencias formales de definiciones. Por tanto, podemos decir que la filosofa es una rama de la lgica. Se haba alegado que la proposicin segn la cual ninguna proposicin tiene sentido a menos de ser en principio empricamente verificable, no es ella misma empricamente verificable y, por tanto, carece de sentido. Para usar el lenguaje del primer Wittgenstein, si lo que puede mostrarse no puede decirse, resulta que hay algo que se dice -el lenguaje que se usa- que no se puede decir. Pero si no puede verificarse el sentido de las proposiciones filosficas, es porque no se trata de proposiciones. A lo sumo, de recomendaciones o reglas. La filosofa no propone; simplemente aclara. Como Wittgenstein escribi, la filosofa no es una doctrina; es una actividad.

    ________________________________________La filosofa actual, Alianza, Madrid 1973, p. 83-87.

    Carnap, Rudolf (1891-1970).

    Lgico y filsofo de la ciencia, el representante ms genuino del Crculo de Viena. Naci en Ronsdorf, en la actualidad Wuppertal, Alemania, y adopt la nacionalidad norteamericana en 1941. Estudi en Jena con Herman Nohl, discpulo de Dilthey, y con Gottlob Frege. Se especializ en

  • fsica, matemticas y filosofa y, en un ambiente predominantemente neokantiano, se inclin por la nueva lgica matemtica de Frege, Russell y Whitehead, a la que recurri desde el comienzo como instrumento bsico para eliminar decididamente todo elemento no racional que pudiera mezclarse con la ciencia y, luego, para clarificar la estructura lgica de la ciencia. Fue profesor, sucesivamente, en Viena, Praga, Chicago, Princeton y Los ngeles. Fue firmante del manifiesto del Crculo de Viena, fund con Hans Reichenbach la revista Erkenntnis [Conocimiento] (1930-1937) y fue tambin coeditor de la Enciclopedia Internacional de la Ciencia Unificada. Tras abandonar toda reminiscencia neokantiana en su filosofa, se adhiri totalmente a las teoras del positivismo lgico. En 1928 public su Construccin lgica del mundo, que durante unos aos vino a ser la doctrina oficial del Crculo, y en la que desarrollaba, partiendo de las ideas de Russell (las epistemolgicas de Nuestro conocimiento del mundo externo y las lgicas de Principia Mathematica) su teora empirista del conocimiento: todo concepto y todo enunciado cientfico se constituye a partir de vivencias elementales sensibles. Ya en esta obra aparece su crtica radical a la metafsica y a la falta de sentido de las afirmaciones metafsicas, posicin que reforz en Problemas aparentes en filosofa (1928), donde, adems de elaborar las nociones de pseudoconcepto (concepto carente de sentido) y pseudoproposicin (proposicin carente de sentido) adopta el criterio empirista de significado en su versin primitiva estricta. Abandon el fenomenismo de su primera poca, debido a la influencia de Moritz Schlick, y adopt el fisicalismo de Otto Neurath. Defendi con este ltimo la unidad de la ciencia, que necesitaba de un lenguaje fisicalista universal construido a partir de enunciados bsicos de observacin: los llamados enunciados protocolarios.

    Enunciados protocolarios: Concepto ideado por R. Carnap, equivalente al de enunciado observacional, y al de proposicin atmica, para designar, siguiendo la imagen que suscitaba el origen del nombre, a aquel enunciado con el que se describe una observacin bsica sobre la que se funda una hiptesis. Por ejemplo: aqu, ahora, azul. Deban ser los fundamentos de la experiencia intersubjetiva. Neurath los describe como registros de una observacin hecha en laboratorio . Carnap deca que deban formularse en un lenguaje fenomnico, primero, o vivencial. Popper los denomina clusulas protocolarias y exige que ellas sean tambin contrastables, ya que no pueden admitirse enunciados ltimos en la ciencia.

    En su Sintaxis lgica del lenguaje (1934), se propuso la construccin de un lenguaje lgico formalizado que pudiera servir como lenguaje fisicalista universal de las ciencias, de modo que todo enunciado significativo poda ser traducido a ese lenguaje; en este contexto, todo problema de tipo filosfico no poda tratar de otra cosa que de la sintaxis de este lenguaje. Distingue, as, tres tipos de oraciones: oraciones de objeto (la rosa es roja), propias de las ciencias empricas; oraciones sintcticas ( 'rosa' es sustantivo) y oraciones de pseudo-objeto (la rosa es una cosa); estas ltimas parece que tratan de realidades, como las primeras, cuando en verdad son meramente sintcticas, con el disfraz de oraciones de objeto: as son los problemas filosficos. La sintaxis ensea que este tipo de enunciados debe traducirse a oraciones sintcticas (pasndolas de su aparente modo material de hablar, propio de las oraciones de objeto, a un adecuado modo formal de hablar, propio de las oraciones sintcticas: [la] 'rosa' es el nombre de una cosa). Si se pretende nombrar objetos metafsicos, la filosofa construira pseudoenunciados, no traducibles a oraciones sintcticas. Ms adelante, a partir de 1938, en parte por influjo de Tarski y Charles Morris, Carnap sostuvo que el anlisis filosfico no poda ser slo sintctico, y defendi un anlisis tambin semntico como propio de la filosofa y el tratamiento de conceptos semnticos en metodologa de la ciencia, sobre todo los conceptos de significado y verdad. A partir de este momento, suaviz posturas anteriores antimetafsicas y corrigi sucesivamente su criterio empirista de significado. A esta etapa pertenecen las obras: Comprobabilidad y significado (1936-1937), Fundamentos de lgica y matemticas (1939), e Introduccin a la semntica (1942). Por esta poca,

  • en el Crculo de Viena ya no se mantena una interpretacin estricta del criterio de significado como verificacin definitiva o concluyente, sino que se aceptaba una interpretacin dbil del mismo. Carnap matiz progresivamente sus posturas hasta admitir como criterio de significado para una proposicin emprica la confirmabilidad. Ms adelante introdujo la nocin de grados de confirmacin de una hiptesis, que fundament con el estudio de la probabilidad como base de una lgica inductiva.

    Confirmabilidad: En general, posibilidad de confirmacin de una hiptesis. En un sentido ms estricto e histrico, criterio de verificacin propuesto por Rudolf Carnap en 1936 para sustituir al antiguo criterio empirista de significado, o de verificabilidad, interpretado en un sentido mucho ms restrictivo. Un enunciado es confirmable, segn Carnap, si las circunstancias empricas le dan algn tipo de apoyo. Por esta misma razn admite grados de confirmabilidad, que mediran la fuerza inductiva de este apoyo, o la probabilidad lgica. La confirmabilidad medida cuantitativamente constituye, para este autor, la base de la lgica inductiva.

    Las aportaciones de Carnap a la filosofa de la ciencia han sido notables y numerosas; destacan entre ellas la neta distincin entre enunciados analticos y sintticos, y a priori y a posteriori, la discusin sobre el criterio empirista de significado, la crtica a la metafsica y la fundamentacin de la lgica inductiva. Su apasionada defensa de la racionalidad cientfica le llev a la necesidad de corregir con frecuencia sus posiciones tericas, igual como sola hacer Bertrand Russell. Por ambas cosas, posiblemente, es uno de los autores fundamentales de la historia de la filosofa de la ciencia del s. XX.

    Ayer, Alfred Jules (1910-1989)

    Filsofo britnico, tpico representante del positivismo lgico e introductor del mismo en el mundo de habla inglesa. Naci en Londres y estudi en Eton y Oxford. Tras graduarse, pas un tiempo en Viena, interesndose por las teoras del Crculo de Viena. Sirvi, durante la Segunda Guerra mundial como agregado en la embajada britnica en Pars y, al acabar la guerra, en 1945, se reincorpor como profesor a la universidad de Oxford, para pasar luego, de 1946 a 1959, a la de Londres y, de nuevo, de 1959-1978, a Oxford como profesor de lgica.

    Su primera obra, publicada al su vuelta de Viena, en 1935, a los 26 aos de edad, Lenguaje, verdad y lgica, es una obra clsica de anlisis filosfico a la vez que manifiesto del positivismo lgico anglosajn. Reafirmando los puntos doctrinales del Crculo de Viena, y mantenindose fiel al empirismo de Berkeley y Hume y al anlisis filosfico de Russell y Wittgenstein, defiende en ella el principio de verificacin neopositivista, primero en un sentido riguroso (ver texto )

    Alfred Jules Ayer: el principio de verificacin [1 versin]

    Para determinar si una sentencia expresa una hiptesis genuina, adopto lo que puede llamarse un principio de verificacin modificado. Porque no exijo por cierto que una hiptesis emprica deba ser verificable en forma concluyente, sino que haya alguna experiencia posible que sea pertinente para la determinacin de su verdad o falsedad. Si una presunta proposicin no consigue satisfacer este principio, y no es una tautologa, entonces sostengo que es metafsica, y que por ser metafsica no es ni verdadera ni falsa, sino literalmente sin sentido. Se hallar que, de acuerdo con este criterio, gran

  • parte de lo que habitualmente se considera como filosofa es metafsica, y en particular que no puede afirmarse en forma significativa que hay un mundo no emprico de valores, o que los hombres tienen almas inmortales, o que hay un Dios trascendente.

    __________________________________________________Lenguaje, verdad y lgica, Prefacio de la primera edicin, Eudeba, Buenos Aires 1965, p. 17-18.

    y, luego, en una segunda edicin del libro, en un sentido ms elaborado y amplio (ver texto 1 , texto 2 y texto 3 );

    Alfred Jules Ayer: el principio de verificacin [2 versin]

    El criterio que empleamos para poner a prueba la autenticidad de aparentes enunciados sobre hechos es el criterio de verificabilidad. Decimos que una sentencia tiene significado fctico para un sujeto determinado si, y slo si, ste sabe cmo verificar la proposicin que aqulla intenta expresar, es decir, si sabe cules son las observaciones que, cumplidas ciertas condiciones, lo han de conducir a aceptar la proposicin como verdadera, o a rechazarla por falsa. [...] En primer lugar es necesario trazar una distincin entre verificabilidad prctica y verificabilidad en principio. Es indudable que todos nosotros entendemos, y en muchos casos creemos, proposiciones que en realidad no hemos tratado de comprobar. Muchas de ellas son proposiciones que podramos verificar si nos tomramos la suficiente molestia. Pero queda todava un cierto nmero de proposiciones significativas que se refieren a hechos que no podemos verificar aunque decidamos hacerlo, por la simple razn de que carecemos de los medios prcticos de situarnos en el lugar donde habra que hacer las observaciones adecuadas. Un ejemplo sencillo y conocido de una proposicin de este tipo es la proposicin de que en la cara opuesta de la luna hay montaas. Todava no se ha inventado un cohete que me permita ir a contemplar la otra cara de la luna, de manera que no puedo decidir este asunto por medio de una observacin real. Pero s cules observaciones me permitiran decidirlo, si, como es posible concebirlo tericamente, estuviera alguna vez en condiciones de poder hacerlo. Por eso digo que la proposicin es verificable en principio aunque no en la prctica, y por lo tanto significativa. Por otra parte, una pseudo-proposicin metafsica como el Absoluto forma parte de la evolucin y del progreso, pero l mismo no puede evolucionar ni progresar, no es verificable ni siquiera en principio. Porque nadie puede imaginar una observacin que pudiera capacitarlo para determinar si el Absoluto forma parte o no de la evolucin y del progreso. [...]

    Otra distincin que tenemos que hacer es la distincin entre el sentido fuerte y el sentido dbil del trmino verificable. Se dice que una proposicin es verificable, en el sentido fuerte del trmino, si, y slo si, su verdad puede establecerse en forma concluyente mediante la experiencia. Pero es verificable, en el sentido dbil, si es posible que la experiencia la haga probable. En qu sentido empleamos el trmino cuando decimos que una presunta proposicin es genuina slo si es verificable?

    Me parece que si adoptamos como criterio de significacin la posibilidad de verificacin concluyente, segn han propuesto algunos positivistas, nuestro argumento probar demasiado. Consideremos, por ejemplo, el caso de las proposiciones generales de leyes, a saber, proposiciones como el arsnico es venenoso, todos los hombres son mortales, los cuerpos tienden a dilatarse con el calor. Es propio de la naturaleza de estas proposiciones que su verdad no pueda establecerse

  • con certeza mediante una serie finita de observaciones. Pero, si se admite que tales proposiciones generales de leyes estn destinadas a abarcar un nmero infinito de casos, habr que admitir entonces que ni siquiera en principio se podr verificarlas en forma concluyente. Por esto, si adoptamos la verificabilidad concluyente como criterio de significacin, estaremos lgicamente obligados a tratar estas proposiciones de ley de la misma manera que tratamos enunciados que formula el metafsico. [...]

    En consecuencia, volvemos a caer en el sentido dbil de la verificacin.

    Decimos que la pregunta que hay que formular a propsito de cualquier presunto enunciado fctico no es podr una observacin establecer la verdad o la falsedad de ese enunciado en forma lgicamente cierta?, sino, simplemente, Habr alguna observacin que sea pertinente para la determinacin de su verdad o falsedad? Slo en el caso de que se d una contestacin negativa a esta segunda pregunta concluiremos que el enunciado en consideracin carece de sentido.

    Para aclarar ms nuestra posicin, hemos de formularla de otro modo. Llamemos proposicin experiencial a una proposicin que registra una observacin real o posible. Podemos decir entonces que lo que distingue a una proposicin fctica genuina no es el hecho de que debiera ser equivalente a una proposicin experiencial, o a un nmero finito cualquiera de proposiciones experienciales, sino simplemente que de ella, en conjuncin con ciertas otras premisas, pueden deducirse algunas proposiciones experienciales que no son deducibles de esas otras premisas por s solas.

    __________________________________________________Lenguaje, verdad y lgica, cap. 1, Eudeba, Buenos Aires 1965, p. 42-46.

    Alfred Jules Ayer: la verificacin en sentido ms amplio

    En esta versin, entonces, el principio dice que un enunciado es verificable, y por consiguiente significativo, si de l, en conjuncin con ciertas otras premisas, es posible deducir algn enunciado observacional que no sea deducible de esas otras premisas solamente.

    __________________________________________________Lenguaje, verdad y lgica, Introduccin 2 edicin, Eudeba, Buenos Aires 1965, p. 14-15.

    Alfred J. Ayer: el principio de verificabilidad

    Para tener significado un enunciado debe ser o un enunciado formal, un enunciado que yo llamara analtico, o empricamente contrastable, y tratara de derivar este principio de un anlisis del entendimiento. Dira que comprender un enunciado significa saber lo que es el caso si el enunciado fuera verdadero. Saber lo que es el caso si fuera verdadero quiere decir saber qu observaciones lo verificaran, y esto significa, a su vez, estar dispuestos a aceptar ciertas situaciones como justificacin de la aceptacin o rechazo del enunciado en cuestin. De lo cual se siguen dos corolarios: uno, [...] que los enunciados para los que ninguna situacin es relevante en un sentido u otro son descartados como no factuales; y, en segundo lugar, que el contenido del enunciado, su valor en mtalico, por utilizar una expresin de James, consiste en una gama de situaciones, experiencias, que lo confirmaran o lo refutaran.

  • __________________________________________________El sentido de la vida y otros ensayos (recopilacin), Pennsula, Barcelona 1992, p. 54-55.

    la distincin de los enunciados en lgicos y empricos y el rechazo, por tanto, de enunciados sintticos a priori; la eliminacin de la metafsica; el valor emotivo de los enunciados ticos, y el sentido global de la filosofa como actividad de anlisis o como lgica de la ciencia. En otras obras posteriores, reelabora algunos de los temas planteados en sus primeras obras y muestra una cierta tendencia hacia temas de historia de la filosofa: Fundamentos del conocimiento emprico (1940), El problema del conocimiento (1956), la segunda en importancia; El concepto de persona (1963); La filosofa del siglo XX (1982).

  • Popper, Karl Raimund (1902-1994)

    Filsofo austraco, nacido en Viena, de familia acomodada de origen judo. Su infancia transcurre en plena Primera Guerra Mundial y, acabada la guerra, a los 16 aos decide, por aburrimiento, abandonar la escuela y estudiar por cuenta propia. Se inscribe en la universidad como alumno libre -no se matricular hasta 1922- y asiste a cursos de historia, psicologa, filosofa y literatura, que tampoco frecuenta demasiado, puesto que slo se interesa por las matemticas y la fsica. En su juventud simpatiza con el socialismo y, por espacio de dos o tres meses, se adhiere al comunismo.El hecho de ver cmo jvenes socialistas y comunistas han de morir en alguna de sus actividades polticas le desencanta del marxismo y le hace dudar de su carcter cientfico. Del socialismo dir ms adelante que su intento de combinar libertad e igualdad le parece slo un bello sueo (Que la libertad es ms importante que la igualdad). A la conviccin del escaso carcter cientfico del socialismo cientfico, a la que l atribuye haberse convertido en un falibilista, esto es, en alguien que mantiene que no es posible conocer la verdad sino slo detectar el error, une pronto otra conviccin: la de que algunas teoras que se presentan como cientficas, como la psicologa individual, de Adler, y el psicoanlisis, de Freud, carecen de las caractersticas de la ciencia. l mismo narra cmo le llamaron la atencin, en su juventud, los intentos de Einstein de someter a prueba sus propias teoras, frente a los intentos de aquellas teoras psicolgicas de tener siempre una explicacin para cualquier hecho. De esta problemtica juvenil surgi su teora sobre el criterio de demarcacin entre lo que es ciencia y lo que no es ciencia.

    En 1928 presenta en la universidad de Viena su tesis de doctorado titulada Sobre el problema del mtodo en la psicologa del pensar, que seala el punto final de su inters por la psicologa, a cuyo estudio haba dedicado unos cuantos aos, llevado sobre todo por la influencia de Karl Bhler. Al ao siguiente es nombrado profesor de matemticas y fsica en escuelas de enseanza media. Por esta fechas toma contacto con miembros del Crculo de Viena, sobre todo con Victor Kraft y Herbert Feigl, con quienes discute sobre filosofa de la ciencia, y quienes le inducen a publicar sus ideas en forma de libro. Este libro, que deba titularse Los dos problemas fundamentales de teora del conocimiento, pero que no se publica hasta 1979, se convierte, tras muchas conversaciones y discusiones con otros filsofos neopositivistas, en el ncleo de La lgica de la investigacin cientfica (versin alemana, 1934; versin inglesa, 1959), considerado primero como una obra de crtica al Crculo de Viena, pero que en realidad es una obra que propone una nueva teora sobre lo que hay que entender por conocimiento cientfico: un conocimiento no verdadero ni probablemente verdadero, sino simplemente hipottico. Con la anexin de Austria por Hitler, se ve obligado a abandonar Viena y tras un intento de establecerse en Inglaterra, emigra en 1936 a Nueva Zelanda, donde acepta un cargo de profesor en el Canterbury University College, en Christchurch. All aplica las ideas metodolgicas de La lgica de la investigacin cientfica a las ciencias sociales, con el objetivo de hacer una crtica el marxismo, y el resultado es la publicacin -no sin muchas dificultades- de Miseria del historicismo (1945) y La sociedad abierta y sus enemigos (1945). El ttulo inicial de esta ltima obra era Falsos profetas: Platn-Hegel-Marx, y el objetivo de ambos libros era exponer cmo el historicismo haba llevado al marxismo y al fascismo. Escribi estos libros como contribucin a la guerra, suponiendo que, acabado el conflicto blico, una de las necesidades ms urgentes sera la de defender la libertad contra toda forma de totalitarismo y autoritarismo. Estas obras representan su principal aportacin al campo de la metodologa de las ciencias sociales. La postura ideolgica que manifiesta en ellas le ha valido ser considerado un decidido defensor del liberalismo moderno. En 1946 es nombrado profesor de lgica y mtodo

  • cientfico en la School of Economics, de Londres, cargo que mantendr hasta su jubilacin en 1969. sta es la poca de mayor actividad intelectual de Popper, y l la recuerda en su Autobiografa como la poca feliz de su vida en que pudo dedicarse por entero a la solucin de problemas filosficos (mantuvo una famosa discusin con Wittgenstein sobre si existan o no verdaderos problemas filosficos) y de la que dice que, en su transcurso, sospecho que he sido el filsofo ms feliz que jams haya encontrado. Muy crtico con el neopositivismo y la filosofa del lenguaje, se opone tambin a diversas clases de epistemologas no realistas, como el fenomenismo, el idealismo, el pragmatismo, etc. En 1950 viaja a Amrica y da conferencias en Harvard y en Princeton, donde discute con Einstein sobre determinismo e indeterminismo. En 1962 publica El desarrollo del conocimiento cientfico: Conjeturas y refutaciones, obra cuyo ttulo resume el modo como Popper entiende el desarrollo cientfico: la ciencia avanza mediante conjeturas en forma de hiptesis, cuya posible falsedad se intenta descartar sometindolas a una posible refutacin por los hechos.

    Karl R. Popper: conjeturas y refutaciones

    Slo hay un elemento de racionalidad en nuestros intentos por conocer el mundo: es el examen crtico de nuestras teoras. Estas teoras son conjeturas. No sabemos, slo suponemos. Si me preguntis : Cmo sabe usted ?, mi respuesta sera: No s; slo propongo una conjetura. Si usted est interesado en mi problema, me sentir muy feliz si usted critica mi conjetura, y si usted presenta contrapropuestas, yo a mi vez las criticar.

    Tal es, segn creo, la verdadera teora del conocimiento [...]: la verdadera descripcin de una costumbre que surgi en Jonia y que ha sido incorporada a la ciencia moderna (aunque hay todava muchos cientficos que creen en el mito baconiano de la induccin), la teora de que el conocimiento avanza mediante conjeturas y refutaciones.

    __________________________________________________

    El desarrollo del conocimiento cientfico. Conjeturas y refutaciones, Paids, Buenos Aires 1979, p.178.

    Nombrado en 1969 profesor emrito de la London School of Economics, prosigue incansable su intensa actividad con nuevas obras, artculos y conferencias. En 1972, publica Conocimiento objetivo, donde, en oposicin a la teora del conocimiento tradicional, que considera subjetiva por fundarse en la certeza, propone su teora del conocimiento objetivo, o del conocimiento sin sujeto cognoscente, sosteniendo que el conocimiento no consiste tanto en el problema de cmo fundamos la certeza o la verdad, sino ms bien en cmo se desarrolla y acrecienta la ciencia: a modo de conjeturas que, en forma de hiptesis, se presentan como soluciones tentativas a problemas, acompaadas con argumentos crticos e intentos de someterlas a prueba para descartar su falsedad; en esta obra presenta tambin su teora de los tres mundos.

    mundos popperianos 1- 2- 3.

    A partir de 1967 Popper formul de manera explcita su teora de los tres mundos. Denomina Mundo 1 al conjunto de estados y de cosas existentes o mundo de las cosas materiales o estados fsicos; Mundo 2 a los estados de la mente privados e individuales, es decir, el mundo subjetivo de las mentes, de los estados mentales o estados de conciencia y Mundo 3 al conocimiento objetivo o

  • conjunto de los datos e informaciones almacenados en libros, pelculas, discos magnticos, etc., que constituyen el fundamento de la objetividad, as como el mundo de estructuras objetivas producidas por las mentes de las criaturas vivientes, que una vez producidas y almacenadas (en el lenguajemismo, por ejemplo), tiene una existencia propia o autnoma.

    Esta concepcin Popper la desarrollar especialmente en tres obras: Conocimiento objetivo, Bsqueda sin trmino, y en la obra escrita conjuntamente con John Eccles, El yo y su cerebro. El mundo 3 es el mundo de las teoras, los libros, las ideas, los problemas , e incluye tambin las relaciones sociales e incluso el contenido lgico de nuestro cdigo gentico . Sus contenidos son reales, ms o menos tan reales como las mesas o las sillas fsicas , y es un mundo plenamente autnomo, de manera que este mundo 3, aunque es creacin humana, crea su propio dominio de autonoma . Por ello, afirma Popper, podemos hacer descubrimientos tericos de una manera semejante a como podemos hacer descubrimientos geogrficos o, dichos aspectos tericos del mundo 3, se pueden descubrir en el mismo sentido en que es posible descubrir un animal o una planta que, aunque existentes, son an desconocidos .

    Karl R. Popper: el conocimiento objetivo y el mundo 3

    La teora del conocimiento del sentido comn y, con ella, todos los filsofos hasta Bolzano y Frege por lo menos, daban, equivocadamente, por supuesto que slo haba un tipo de conocimiento -el conocimiento posedo por algn sujeto cognoscente.

    A este tipo de conocimiento lo denominar conocimiento subjetivo, a pesar del hecho de que, como veremos, el conocimiento subjetivo genuino o inadulterado no existe. La teora del conocimiento subjetivo es muy vieja, aunque se hace explcita con Descartes: conocer es una actividad que presupone la existencia de un sujeto cognoscente. El que conoce es el yo subjetivo.

    Deseo distinguir ahora dos tipos de conocimiento: el subjetivo (que habra que llamar mejor conocimiento organsmico, ya que consiste en disposiciones de organismos) y el objetivo o conocimiento en sentido objetivo que est formado por el contenido lgico de nuestras teoras, conjeturas, suposiciones (y, si lo deseamos, por el contenido lgico de nuestro cdigo gentico).

    Son ejemplos de conocimiento objetivo las teoras publicadas en revistas y libros almacenados en bibliotecas, las discusiones de tales teoras, las dificultades o problemas sealados en relacin con tales teoras, etc.

    Podemos llamar al mundo fsico mundo 1, al mundo de nuestras experiencias conscientes, mundo 2 y al mundo de los contenidos lgicos de los libros, bibliotecas, computadoras y similares, mundo 3.

    Tengo varias tesis acerca de este mundo 3:

    (1) En el mundo 3 podemos descubrir nuevos problemas que estaban all antes de ser descubiertos y antes de que se hiciesen conscientes; es decir, antes de que en el mundo 2 apareciese algo correspondiente a ellos. Ejemplo: descubrimos los nmeros primos y de ah se deriva el problema eucldeo de si la sucesin de los nmeros primos es infinita.

  • (2) Por tanto, en algn sentido, el mundo 3 es autnomo: podemos hacer en este mundo descubrimientos tericos del mismo modo que podemos hacer descubrimientos geogrficos en el mundo 1.

    (3) Tesis fundamental: casi todo nuestro conocimiento subjetivo (conocimiento del mundo 2) depende del mundo 3, es decir (al menos virtualmente), de las teoras formuladas lingsticamente. Ejemplos: nuestra auto-conciencia inmediata nuestro conocimiento de nosotros mismos, que es tan importante, depende en gran medida de las teoras del mundo 3: de nuestras teoras acerca de nuestro cuerpo y su existencia continua cuando quedamos dormidos o estamos inconscientes; de nuestras teoras acerca del tiempo (su carcter lineal); de nuestra teora segn la cual podemos evocar experiencias pasadas con diversos grados de claridad, etc. Con estas teoras se hallan conectadas nuestras expectativas de despertar tras haber quedado dormidos. Propongo la tesis de que la plena conciencia de s mismo depende de todas estas teoras (del mundo 3) y de que los animales, aunque sean capaces de tener sentimientos, sensaciones, memoria y, por tanto, conciencia, no poseen la plena conciencia de s mismos que constituye uno de los resultados del lenguaje humano y el desarrollo del mundo 3 especficamente humano.

    __________________________________________________Conocimiento objetivo, Tecnos, Madrid 1992, 4 ed., p.76-77.

    Podra haber lanzado un reto a quienes han odo hablar de mi actitud hostil hacia Platn y Hegel titulando esta conferencia Teora del Mundo Platnico o Teora del Espritu Objetivo.

    El tema central de esta conferencia ser lo que acostumbro a llamar, a falta de un nombre mejor, el tercer mundo. Para explicar esta expresin, habr que sealar que, sin tomar demasiado en serio las palabras mundo o universo, podemos distinguir los tres mundos o universos siguientes: primero, el mundo de los objetos fsicos o de los estados fsicos; en segundo lugar, el mundo de los estados de conciencia o de los estados mentales o, quiz, de las disposiciones comportamentales a la accin; y en tercer lugar, el mundo de los contenidos de pensamiento objetivo, especialmente, de los pensamientos cientficos y poticos y de las obras de arte.

    As pues, es obvio que lo que denomino el tercer mundo tiene mucho que ver con la teora de las Formas o Ideas de Platn y, por tanto, tambin con el espritu objetivo de Hegel, si bien mi teora difiere radicalmente en algunos aspectos decisivos de las de Platn y Hegel. Tiene an ms que ver con la teora de Bolzano sobre el universo de las proposiciones en s mismas y de las verdades en s mismas, aunque tambin difiere de la de Bolzano. Mi tercer mundo se asemeja, en mayor medida, al universo de los contenidos objetivos del pensamiento de Frege.

    [...]Al defender un tercer mundo objetivo deseo provocar a aquellos que yo llamo filsofos de la creencia: los que, como Descartes, Locke, Berkeley, Kant o Russell, se interesan por nuestras creencias subjetivas y su fundamento u origen. Frente a ellos subrayo que el problema consiste en encontrar teoras mejores y ms audaces y que lo importante no son las creencias, sino la preferencia crtica.

    No obstante, deseo confesar desde ahora mismo que soy realista: sugiero, un poco como el realismo ingenuo, que hay mundos fsicos y un mundo de estados de conciencia y que ambos interactan entre s. Tambin creo que hay un tercer mundo en un sentido que voy a explicar ms a fondo.

  • Entre los inquilinos de mi tercer mundo se encuentran especialmente los sistemas tericos y tan importantes como ellos son los problemas y las situaciones problemticas. Demostrar tambin que los inquilinos ms importantes de este mundo son los argumentos crticos y lo que podramos llamar -por semejanza con los estados fsicos o los estados de conciencia- el estado de una discusin o el estado de un argumento crtico, as como los contenidos de las revistas, libros y bibliotecas.

    Naturalmente, la mayora de los que se oponen a la tesis del tercer mundo objetivo admiten que hay problemas, conjeturas, teoras, argumentos, revistas y libros. Mas todos ellos suelen decir que estas entidades son esencialmente expresiones simblicas o lingsticas de estados mentales subjetivos o, tal vez, de disposiciones comportamentales a la accin. Dicen, adems, que estas entidades son medios de comunicacin -es decir, medios simblicos o lingsticos mediante los que despertamos en los dems estados mentales o disposiciones comportamentales a la accin semejantes a los nuestros.

    Contra esto he objetado muy a menudo que no se pueden relegar todas estas entidades y su contenido al segundo mundo.

    Repetir uno de mis argumentos tpicos en favor de la existencia (ms o menos) independiente del tercer mundo.

    Examinar dos experimentos mentales:

    Experimento (1). Todas las mquinas y herramientas han sido destruidas, junto con todo nuestro aprendizaje subjetivo, incluyendo el conocimiento subjetivo sobre las mquinas, las herramientas y cmo usarlas. Sin embargo, sobreviven las bibliotecas y nuestra capacidad de aprender en ellas. Est claro que, tras muchas penalidades, nuestro mundo puede echar a andar de nuevo.

    Experimento (2). Como antes, han sido destruidas las mquinas y herramientas, junto con nuestro aprendizaje subjetivo que incluye nuestro conocimiento subjetivo de las mquinas, las herramientas y cmo usarlas. Pero, esta vez, tambin han sido destruidas todas las bibliotecas, de manera que nuestra capacidad para aprender de los libros se hace intil.

    Si reflexionamos acerca de estos dos experimentos, tal vez se vea un poco ms clara la realidad, significacin y grado de autonoma del tercer mundo (as como sus efectos sobre el segundo y el primero). Esto es as porque, en el segundo caso, nuestra civilizacin no volvera a emerger hasta al cabo de muchos milenios.

    Es mi deseo defender en esta conferencia tres tesis fundamentales que conciernen a la epistemologa. Entiendo la epistemologa como la teora del conocimiento cientfico.

    He aqu mi primera tesis. La epistemologa tradicional ha estudiado el conocimiento o el pensamiento en un sentido subjetivo -en el sentido de la utilizacin ordinaria de las palabras s [''know''l o pienso. Sostengo que esto ha descarriado a los estudiosos de la epistemologa: aunque su intencin era estudiar el conocimiento cientfico, de hecho estudiaron cosas irrelevantes para el conocimiento cientfico, por la sencilla razn de que el conocimiento cientfico no es el conocimiento tomado en el sentido de la utilizacin ordinaria de la palabra s. Mientras que el conocimiento en el sentido de s pertenece a lo que denomino segundo mundo el mundo de los

  • sujetos, el conocimiento cientfico pertenece al tercer mundo, al mundo de las teoras objetivas, de los problemas objetivos y de los argumentos objetivos.

    Mi primera tesis afirma, por tanto, que la epistemologa tradicional de Locke, Berkeley, Hume e incluso Russell es irrelevante en un sentido bastante estricto de la palabra. Esta tesis tiene como corolario que tambin es irrelevante una gran parte de la epistemologa contempornea. [...]

    Mi primera tesis entraa la existencia de dos sentidos distintos de conocimiento o pensamiento: (1) conocimiento o pensamiento en sentido subjetivo que consiste en un estado mental o de conciencia, en una disposicin a comportarse o a reaccionar y (2) conocimiento o pensamiento en sentido objetivo que consiste en problemas, teoras y argumentos en cuanto tales. El conocimiento en este sentido objetivo es totalmente independiente de las pretensiones de conocimiento de un sujeto; tambin es independiente de su creencia o disposicin a asentir o actuar. El conocimiento en sentido objetivo es conocimiento sin conocedor: es conocimiento sin sujeto cognoscente.[...]

    Mi primera tesis, que hasta aqu no ha sido defendida con argumentos, sino tan slo ilustrada, consista en afirmar el carcter irrelevante de la epistemologa tradicional -con su concentracin en el segundo mundo- para el estudio del conocimiento cientfico.

    Mi segunda tesis consiste en afirmar que lo que es relevante para la epistemologa es el estudio de los problemas cientficos objetivos y de las situaciones problemticas, de las conjeturas cientficas (que considero un modo ms de referirse a las hiptesis o teoras cientficas), de las discusiones cientficas, de los argumentos crticos y del papel desempeado por los elementos de juicio en los argumentos y, por tanto, de las revistas o libros cientficos y de los experimentos y su valoracin en argumentos cientficos; resumiendo, que el estudio del tercer mundo del conocimiento objetivo, en gran medida autnomo, es de importancia decisiva para la epistemologa. [...]

    Pero tengo una tercera tesis. Es la siguiente: una epistemologa objetivista que estudie el tercer mundo puede contribuir a arrojar muchsima luz sobre el segundo mundo de la conciencia subjetiva; especialmente, sobre los procesos de pensamiento subjetivos de los cientficos. Pero la conversa no es verdadera.

    Estas son mis tres tesis fundamentales.

    Adems de mis tres tesis fundamentales, ofrezco tres tesis de apoyo.

    La primera de ellas afirma que el tercer mundo es un producto natural del animal humano, comparable a una tela de araa.

    La segunda tesis de apoyo (que, por cierto, es una tesis casi crucial) afirma que el tercer mundo es autnomo en gran medida, aunque actuemos constantemente sobre l y ste, a su vez, acte sobre nosotros: es autnomo a pesar de ser un producto nuestro y de tener un fuerte efecto de retroalimentacin sobre nosotros; es decir, sobre nosotros en cuanto inquilinos del segundo e incluso del primer mundo.

    La tercera tesis de apoyo afirma que el conocimiento se desarrolla mediante esta interaccin entre nosotros y el tercer mundo, existiendo una estrecha analoga entre el crecimiento del conocimiento y el crecimiento biolgico; es decir, la evolucin de animales y plantas.[...]

  • Podemos decir, pues, que hay una especie de tercer mundo platnico (o bolzanesco) de libros en s mismos, teoras en s mismas, problemas en s mismos, situaciones problemticas en s mismas, argumentos en s mismos, etctera. Afirmo, adems, que an cuando este tercer mundo sea un producto humano, hay muchas teoras, argumentos y situaciones problemticas en s mismos que nunca han sido producidos o entendidos por el hombre y puede que nunca lo sean [...]

    La idea de autonoma es fundamental para mi teora del tercer mundo: aunque sea un producto humano, una creacin del hombre, a su vez crea, como otros productos animales, su propio campo de autonoma.

    Hay incontables ejemplos. En la teora de los nmeros naturales se pueden encontrar los ejemplos tal vez ms chocantes que, en todo caso, son los que hay que tener presentes como ejemplos tpicos.

    Dejando en paz a Kronecker, estoy de acuerdo con Brouwer en que la sucesin de los nmeros naturales es una construccin humana. Pero aunque creemos la sucesin, sta crea a su vez sus propios problemas autnomos. La distincin entre nmeros pares e impares no es creacin nuestra: es una consecuencia involuntaria e inevitable de nuestra creacin. Naturalmente, los nmeros primos son hechos autnomos y objetivos igualmente involuntarios; por lo que a ellos se refiere, es obvio que ah tenemos muchos hechos que descubrir: hay conjeturas como la de Goldbach. Adems, esas conjeturas, aunque se refieran indirectamente a objetos creados por nosotros, se refieren directamente a problemas y hechos que en cierto modo han surgido a partir de nuestra creacin y que no podemos controlar o influenciar: son hechos slidos y la verdad acerca de ellos es a menudo difcil de descubrir.

    Esto ilustra lo que quiero decir cuando afirmo que el tercer mundo es en gran medida autnomo, aunque sea una creacin nuestra.

    Pero la autonoma slo es parcial: los nuevos problemas llevan a nuevas creaciones o construcciones -como las funciones recursivas o las secuencias de eleccin libre de Brouwer- que de este modo pueden aadir nuevos objetos al tercer mundo. Adems, cada uno de estos pasos crear nuevos hechos inintencionados, nuevos problemas inesperados y a menudo, tambin nuevas refutaciones.[...]

    Todo trabajo cientfico est dirigido a acrecentar el conocimiento objetivo. Somos trabajadores que colaboramos al aumento del conocimiento objetivo como albailes que trabajan en una catedral. [...]

    Desde el punto de vista objetivista, la epistemologa se convierte en la teora del aumento de conocimiento. Se convierte en la teora de la resolucin de problemas o, en otras palabras, de la construccin, discusin crtica, evaluacin y contrastacin crtica de teoras conjeturales que compiten entre s. [...]

    He aqu una breve descripcin de la epistemologa desde un punto de vista objetivo: el mtodo, o lgica, consistente en tender al aumento del conocimiento objetivo. Mas, aunque se refiera al desarrollo del tercer mundo, puede interpretarse como una descripcin de la evolucin biolgica. Los animales, e incluso las plantas, son resolutores de problemas. Adems, resuelven sus problemas mediante el mtodo de intentos competitivos de solucin y eliminacin de errores.

  • Las tentativas de solucin que incorporan los animales y plantas a su anatoma y comportamiento son biolgicamente anlogas a las teoras; y viceversa: las teoras se corresponden (igual que muchos productos exosomticos, como los panales y, especialmente, las herramientas exosomticas, como las telas de araa) con los rganos endosomticos y sus modos de funcionamiento. Como las teoras, los rganos y sus funciones son intentos de adaptacin al mundo en que vivimos. Adems, los nuevos rganos, sus funciones y tambin los nuevos tipos de comportamiento ejercen su influencia, como las teoras y herramientas, sobre el primer mundo que pueden cambiar. (Un nuevo intento de solucin -una teora, un rgano, un nuevo tipo de comportamiento- puede descubrir un nuevo nicho ecolgico virtual actualizndolo.) Un nuevo comportamiento o unos nuevos rganos pueden tambin llevar al planteamiento de problemas nuevos y de este modo pueden influir en el ulterior curso de la evolucin, provocando incluso la emergencia de valores biolgicos nuevos.

    Todo esto se aplica tambin a los rganos de los sentidos que llevan incorporadas expectativas semejantes a las teoras. Los rganos de los sentidos, como el ojo, estn dispuestos para reaccionar a ciertos acontecimientos seleccionados del medio -a aquellos que esperan, y slo a ellos-. Como las teoras (y los prejuicios), sern por lo general ciegos a otros acontecimientos que no entienden o no pueden interpretar (porque no corresponden a ningn problema especfico que el organismo trate de resolver).

    Hay que considerar pre-darwinista a la epistemologa clsica que considera dadas nuestras percepciones de los sentidos como si fuesen datos a partir de los cuales se construyen nuestras teoras mediante un proceso de induccin. No es capaz de darse cuenta del hecho de que los supuestos datos no son ms que reacciones adaptativas y, por tanto, interpretaciones que suponen teoras y prejuicios y que, como las teoras, estn impregnadas de expectativas de carcter conjeturado; que no puede haber percepcin pura, datos puros, del mismo modo que no puede haber un lenguaje observacional puro, desde el momento en que todo lenguaje est impregnado de teoras y mitos. Del mismo modo que nuestros ojos son ciegos a lo imprevisto o inesperado, as nuestros lenguajes son incapaces de describirlo (si bien nuestros lenguajes pueden desarrollarse del mismo modo que pueden hacerlo nuestros rganos de los sentidos, tanto endosomtica como exosomticamente).

    La consideracin del hecho de que las teoras o expectivas se construyen en nuestros mismos rganos de los sentidos muestra que la epistemologa de la induccin se derrumba incluso antes de dar el primer paso. No puede partir de datos de los sentidos o percepciones para construir teoras acerca de ellos, ya que no existen datos de los sentidos o percepciones que no se hayan construido mediante teoras (o expectativas -es decir, los antecesores biolgicos de las teoras formuladas lingsticamente-). As, los datos no son ni base ni garanta de las teoras: no son ms seguros que esas teoras o prejuicios; en todo caso, menos an (suponiendo, en aras del argumento, que los datos de los sentidos no sean un invento de los filsofos y existan). Los rganos de los sentidos llevan incorporados el equivalente de teoras primitivas aceptadas acrticamente y contrastadas con menos amplitud que las cientficas. Adems, no hay lenguaje libre de teora con el cual describir los datos, ya que los mitos (es decir, las teoras primitivas) surgen junto con el lenguaje. No hay cosas vivas, ni animales ni plantas, sin problemas e intentos de solucin equivalentes a las teoras, si bien puede haber vida perfectamente, o as lo parece, sin datos de los sentidos (al menos en las plantas).

    As, la vida, como la investigacin cientfica, va de viejos problemas al descubrimiento de nuevos problemas jams soados. Adems, este proceso -el de invencin y seleccin- contiene en s mismo una teora racional de la emergencia. Los saltos emergentes que conducen a un nuevo nivel son, en

  • primera instancia, los nuevos problemas (P2) creados por eliminacin de errores (EE) de una tentativa de solucin terica (TT) a un viejo problema (P1). [...]

    LAS RELACIONES CAUSALES ENTRE LOS TRES MUNDOS

    Considero de la mayor trascendencia descubrir y explicar de este modo las relaciones entre los tres mundos; es decir, considerando al segundo como mediador entre el primero y el tercero. Aunque rara vez se explicita, me parece evidente que este punto de vista est contenido en la teora de los tres mundos, segn la cual la mente humana puede ver un cuerpo fsico en el sentido literal de la palabra que entraa la participacin de los ojos en el proceso. La mente tambin puede ver o captar un objeto geomtrico o aritmtico, un nmero o una figura geomtrica. Ahora bien, en este sentido, ver o captar se usan de modo metafrico, pero de todos modos denotan una relacin real entre la mente y el objeto inteligible, el objeto aritmtico o geomtrico, siendo esta relacin en gran medida anloga a la de ver en sentido literal. Por tanto, la mente puede enlazar con objetos tanto del primero como del tercer mundo.

    Mediante estos lazos, la mente establece un nexo indirecto entre los mundos primero y tercero que resulta ser de suma importancia. No se puede negar seriamente que el tercer mundo de las teoras matemticas y cientficas ejerza una gran influencia sobre el primero. Esto se lleva a cabo, por ejemplo, mediante la intervencin de los tcnicos que introducen modificaciones en el primer mundo, sirvindose para ello de determinadas consecuencias de las teoras; teoras que, dicho sea de paso, se han desarrollado primitivamente gracias a otras personas inconscientes de las posibilidades tecnolgicas inherentes a sus teoras. Por tanto, estas posibilidades estaban ocultas en las teoras mismas, en las ideas objetivas mismas, siendo descubiertas en su seno por personas que intentaron comprender esas ideas.

    Creo que si lo desarrollamos detenidamente, este argumento apoya la realidad objetiva de los tres mundos. Apoya, adems, no slo la tesis de la existencia de un mundo mental y subjetivo de experiencias personales (cosa que niegan los conductistas), sino tambin la tesis segn la cual una de las funciones fundamentales del segundo mundo consiste en captar los objetos del tercero. Es algo que todos hacemos: es caracterstica esencial del ser humano aprender un lenguaje, lo cual significa bsicamente aprender a captar contenidos de pensamiento objetivos (como los llamaba Frege) .

    Creo que algn da habremos de hacer una revolucin en psicologa al considerar la mente humana como rgano de interaccin con los objetos del tercer mundo para comprenderlos, desarrollarlos, utilizarlos y hacerlos repercutir sobre el primer mundo.

    __________________________________________________Conocimiento objetivo, Tecnos, Madrid 1992, 4 ed., Seleccin de las pginas 106-149.

    Popper, en la formulacin de su teora del tercer mundo, terminologa que posteriormente cambi por la de mundo 3, admite haber recibido las influencias de la teora de las ideas de Platn; de la concepcin del lektn de los estoicos; del espritu objetivo de Hegel; de las proposiciones en s de Bolzano y, especialmente, de Frege. No obstante, Popper se encarga de sealar las grandes

  • diferencias que separan su mundo 3 de las ideas platnicas y del espritu objetivo y espritu absoluto de Hegel, y acepta ms afinidades con Bolzano y Frege.La teora popperiana de los tres mundos ha sido objeto de numerosas crticas. Unas han tildado esta concepcin de idealista, otras han insistido ms en las ambigedades de los supuestos contenidos de este mundo 3. Ciertamente, en las obras de Popper se muestran ciertas ambigedades e indefiniciones, por lo que respecta a la determinacin de los contenidos de el mundo 3, razn por la cual no est claro si slo deben considerarse miembros del mundo 3 los mbitos pertenecientes a la cultura o si tambin habitan este mundo las informaciones recogidas en el cdigo gentico, como lo sugiere en algunos lugares Popper . A veces, se ha sealado que parece poco claro si los contenidos del mundo 3 incluyen solamente aspectos culturales (y quizs genticos) de tipo lingstico o incluyen, tambin, aspectos no lingsticos, tales como instituciones, relaciones sociales u obras de arte, aunque Popper manifiesta claramente la pertenencia de stos al mundo 3, tal como lo defiende explcitamente en algunas ocasiones . Finalmente, tampoco est claro si el mundo 3 de Popper abarca solamente las proposiciones pensadas (o escritas) o engloba tambin, como en el caso de las proposiciones en s de Bolzano, todas las proposiciones posibles. En la concepcin de un mundo 3 han seguido a Popper autores como el premio Nobel de medicina John Eccles, o Jacques Monod y Peter B. Medawar.

    La contribucin investigadora de Popper abarca asimismo el campo de las ciencias sociales. Interesado principalmente por la economa, le ha preocupado tambin el problema del mtodo cientfico en este tipo de ciencias. Asiste, en 1961, al Congreso de Sociologa de Heidelberg, tomando parte en la llamada Methodenstreit, o disputa del positivismo, donde se enfrentan las posturas mantenidas por el racionalismo crtico y la escuela de Francfort , y donde Popper mantiene de forma consecuente su rechazo al principio de contradiccin, al que recurren los dialcticos alemanes, y defiende la existencia de un solo mtodo cientfico para cualquier clase de ciencia, incluidas las sociales. En 1974 publica Bsqueda sin trmino. Una autobiografa intelectual, y en 1977, en colaboracin con el fisilogo y Premio Nobel, John Eccles, a quien haba conocido en su estancia en Nueva Zelanda, El yo y su cerebro, obra que plantea el problema de la interaccin entre el cuerpo y la mente.

    Sus apndices a La lgica de la investigacin cientfica, que empez a redactar desde 1975, se convirtieron en sus ltimos escritos importantes, ttulados Postscriptum: Despus de veinte aos, (1983), y editados (en castellano) en tres volmenes como Realismo y el objetivo de la ciencia, El universo abierto y Teora cuntica y cisma en la fsica; en ellos reelabora teoras fundamentales anteriormente expuestas: indeterminismo, realismo, objetivismo y teora de la probabilidad, entre otros.Popper ha dado a su filosofa el nombre de racionalismo crtico. que es tanto una actitud racional general, como una filosofa de la ciencia.

    Racionalismo crtico: Nombre con que K.R. Popper define su propia actitud intelectual que se caracteriza por ser una apuesta a favor de la razn o una decisin (irracional) por la razn, reconociendo los lmites que sta tiene. Esta actitud racional, o actitud de razonabilidad, supone que se da la mxima importancia a los argumentos, a la crtica, a la experiencia y a la posibilidad de ponerse de acuerdo. Aplicado al terreno de la ciencia, se convierte en el mtodo crtico, aplicable tanto a las ciencias de la naturaleza como a las ciencias sociales, que se basa en la exigencia de buscar el error en las propias teoras, sometindolas a una contrastacin emprica, y en la afirmacin de que el conocimiento cientfico no es saber, sino conjetura y que es posible aprender de los propios errores. Lo ms racional es la actitud de criticar las propias teoras (y las ajenas). La actitud crtica es consustancial tanto a la ciencia como al conocimiento racional en general

  • Esta actitud crtica, que adopta como mtodo, surge de lo que l llama el problema de Kant -en qu condiciones podemos decir que un enunciado es cientfico-, o problema del criterio de demarcacin entre lo que es ciencia y lo que no lo es, que comienza a plantearse desde los aos de su juventud y que desarrolla como una teora sobre la naturaleza de la ciencia, denominada falsacionismo.La incomodidad que experimenta, hacia el ao 1919, con relacin a las teoras de Marx, Adler y Freud, que se presentaban como cientficas, le lleva a compararlas con la actitud que -segn observa- mantiene Einstein sobre sus propias teoras fsicas; Einstein, lejos de desear confirmar a toda costa sus teoras, sostiene que bastara un slo fracaso en una prediccin para rechazarlas, por lo que anhela someterlas a experimentacin, cosa que ocurre con ocasin del experimento de Eddington de 1919, mientras que aquellas teoras marxistas y psicolgicas se consideran inmunes a toda prueba y se consideran verificadas en todos los casos posibles. De aqu, contraponiendo al intento de confirmar las propias teoras el intento de refutarlas, deduce su teora de que lo que define el carcter cientfico de una teora es su contrastabilidad, y lo que define a sta es la refutabilidad, y que una teora es cientfica y significativa slo si es en principio incompatible con algunos fenmenos observables .

    Para establecer la refutabilidad como criterio de demarcacin, Popper tiene que criticar el criterio de demarcacin admitido por los neopositivistas del Crculo de Viena. Sostienen stos que el criterio para aceptar un enunciado como cientfico y significativo es su verificabilidad, y que todo enunciado no verificable no es cientfico y que, por lo mismo, carece de significado. Popper sostiene, frente a este criterio empirista del significado, que el problema est en decidir qu es cientfico y qu no lo es, y que no debe identificarse cientfico con significativo, de modo que muchos enunciados no cientficos, como por ejemplo, los metafsicos o filosficos, son enunciados significativos, pese a no ser cientficos: el criterio del carcter cientfico de un enunciado reside en su refutabilidad , pero no el del significado.

    Karl R. Popper: el criterio de demarcacin

    El criterio de demarcacin inherente a la lgica inductiva [...] equivale a exigir que todos los enunciados de la ciencia emprica (o todos los enunciados con sentido) sean susceptibles de una decisin definitiva con respecto a su verdad y a su falsedad; podemos decir que tienen que ser decidibles de modo concluyente. Esto quiere decir que han de tener una forma tal que sea lgicamente posible tanto verificarlos como falsarlos. As, dice Schlick: ...un autntico enunciado tiene que ser susceptible de verificacin concluyente; y Waismann escribe, an con mayor claridad: Si no es posible determinar si un enunciado es verdadero, entonces carece enteramente de sentido; pues el sentido de un enunciado es el mtodo de su verificacin.

    Ahora bien; en mi opinin, no existe nada que pueda llamarse induccin. Por tanto, sera lgicamente inadmisible la inferencia de teoras a partir de enunciados singulares que estn verificados por la experiencia.[...] As, pues, las teoras no son nunca verificables empricamente. Si queremos evitar el error positivista de que nuestro criterio de demarcacin elimine los sistemas tericos de la ciencia natural, debemos elegir un criterio que nos permita admitir en el dominio de la ciencia emprica incluso enunciados que no puedan verificarse. Pero, ciertamente, slo admitir un sistema entre los cientficos o empricos si es susceptible de ser contrastado por la experiencia. Estas consideraciones nos sugieren que el criterio de demarcacin que hemos de adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas. Dicho de otro modo: no exigir que un sistema cientfico pueda ser seleccionado, de una vez para siempre, en un sentido positivo; pero s que sea susceptible de seleccin en un sentido negativo por medio de contrastes o pruebas

  • empricas: ha de ser posible refutar por la experiencia un sistema cientfico emprico.

    __________________________________________________La lgica de la investigacin cientfica, Tecnos, Madrid 1977, p. 39-40.

    La fundamentacin de la refutabilidad como criterio lleva al desarrollo de una nueva concepcin de ciencia y de teora cientfica.Las ciencias son sistemas de teoras cientficas, y stas deben concebirse como aproximaciones a la realidad, como redes, dice metafricamente, que lanzamos para comprender el mundo, para racionalizarlo, explicarlo y dominarlo , y la manera de lograr que la malla de estas redes sea cada vez ms fina es procurando eliminar todas aquellas teoras e hiptesis que no dicen nada acerca del mundo, porque son falsas. Puesto que las teoras e hiptesis son enunciados universales, eliminaremos de la ciencia las hiptesis falsas sometiendo sus enunciados universales a refutacin. La asimetra lgica existente entre verificacin y refutacin, o confirmacin y desconfirmacin, cuando se habla de enunciados universales, justifica que Popper afirme que la confirmacin de hiptesis es irrelevante para establecer la verdad de una teora, dado que un enunciado universal no es lgicamente verificable, mientras que la refutacin cobra toda la importancia, ya que basta un solo caso de refutacin para rechazar como falso un enunciado universal. Miles de pruebas que confirman que los cisnes son blancos no hacen verdadero a este enunciado; en cambio, basta un solo caso de cisne negro para rechazarlo como falso. Del mismo modo, en la metodologa cientfica no interesa esforzarse por la confirmacin de las teoras y de las hiptesis cientficas: la teora que afirma que las rbitas de los planetas de todo el universo son elpticas no se demuestra de una forma concluyente aduciendo ejemplos de rbitas planetarias elpticas, mientras que un solo caso de rbita circular refutara la hiptesis. Vista esta asimetra, o disparidad de caractersticas respecto de la misma cuestin, no hay razn lgica para que, en metodologa cientfica, se esfuerce el cientfico en confirmar y salvar las propias teoras; no puede demostrarse que una teora cientfica sea verdadera, pero es posible rechazarla como falsa. Lo que importa, por tanto, es eliminar todas las teoras falsas sometindolas a intentos de refutacin. Esto supone un cambio de perspectiva en la teora de la ciencia mantenida hasta entonces.

    Karl R. Popper: la induccin es innecesaria

    Nunca es posible justificar o verificar las teoras cientficas. Mas, a pesar de ello, una hiptesis determinada, A, puede aventajar bajo ciertas circunstancias a otra, B: bien sea porque B est en contradiccin con ciertos resultados de la observacin -y, por tanto, quede falsada por ellos-, o porque sea posible deducir ms predicciones valindose de A que de B. Lo ms que podemos decir de una hiptesis es que hasta el momento ha sido capaz de mostrar su vala, y que ha tenido ms xito que otras: aun cuando, en principio, jams cabe justificarla, verificarla ni siquiera hacer ver que sea probable. Esta evaluacin de la hiptesis se apoya exclusivamente en las consecuencias deductivas (predicciones) que pueden extraerse de ella: no se necesita ni mencionar la palabra induccin

    La concepcin heredada de la ciencia, impulsada sobre todo por los patrocinadores del Crculo de Viena y el neopositivismo en general, sostena una concepcin de la ciencia basada en el inductivismo. La induccin importaba tanto en el contexto de descubrimiento de las hiptesis como en el contexto de justificacin de las mismas. La ciencia -se supona- es inductiva, y las hiptesis proceden normalmente por generalizacin de los casos particulares observados. Adems, una hiptesis se justifica, esto es, se razona que es verdadera, sometindola a la contrastacin, cuyo resultado puede ser la confirmacin o la refutacin. Si la hiptesis resulta confirmada por la prueba

  • experimental, se la admite como verdadera o, por lo menos, como probable; este momento de justificacin es tambin inductivo, dado que se apoya sobre un razonamiento inductivo, como es el esquema lgico de la confirmacin de hiptesis.

    A esta teora inductiva de la ciencia, opone Popper su deductivismo.

    Deductivismo: Concepcin de la ciencia a modo de un proceso que consta de los siguientes pasos: hiptesis (conjetura), deduccin de consecuencias, contrastacin y refutacin, no dando valor alguno a la confirmacin. El modelo bsico de razonamiento que se utiliza es el modus tollens: de si H, entonces c, y no-c, se infiere (deductivamente) no-H . Frente al inductivismo el deductivismo sustenta que las inferencias que se utilizan en el mtodo cientfico han de ser deductivas. Es la postura que defiende sobre todo K. Popper, en su Lgica de la investigacin cientfica, mediante la teora de la falsacin. Es sta una variante del mtodo hipottico-deductivo, del que Popper elimina la posibilidad de la confirmacin, porque las teorasno son nunca verificables empricamente. Como que, segn Popper, la induccin no desempea ninguna funcin en el mtodo cientfico y ni siquiera existe una justificacin lgica de la misma y, adems, slo la falsabilidad es el criterio de demarcacin o la seal de que un enunciado sea cientfico, la nica inferencia fundamental del mtodo cientfico, sostiene este autor, ha de ser el modus tollens. En contraposicin tambin con el inductivismo, la concepcin deductivista de la ciencia sostiene que no hay observacin sin una teora previa y supone el desarrollo de las siguientes fases sucesivas: conjetura, deduccin de una conclusin, falsacin, eliminacin de hiptesis falsas.

    Por un lado, no es posible fundar la ciencia en un proceso de induccin por generalizacin porque, tal como demostr Hume, no est lgicamente justificado pasar de enunciados particulares a enunciados universales, y, adems, la ciencia no parte de la observacin de casos concretos, sino de los problemas que suscitan teoras para resolverlos y cualquier observacin supone ya una teora previa, que es lo que nos incita a observar. Cmo se originan las hiptesis es slo una cuestin subjetiva o psicolgica. Lo importante es cmo se justifican y, dada la imposibilidad de la verificacin de las hiptesis, su confirmacin es irrelevante y slo resulta relevante su posible refutacin. No es posible verificar teoras, y el proceso cientfico debe concebirse como una elaboracin de hiptesis, a modo de conjeturas, de las que se extraen predicciones que se contrastan con hechos que puedan refutarlas, con el nimo de eliminar las que resulten falsas. ste mtodo, llamado de conjeturas y refutaciones, es el mtodo propio de las ciencias empricas y Popper considera que es, al mismo tiempo, la solucin al problema de la induccin -que llama el problema de Hume-, que considera innecesaria como fundamento de la ciencia, por el hecho de que simplemente no hay induccin .

    Karl R. Popper: simplemente, no hay induccin

    Mas si queremos encontrar un modo de justificar las inferencias inductivas, hemos de intentar, en primer trmino, establecer un principio de induccin. Semejante principio sera un enunciado con cuya ayuda pudiramos presentar dichas inferencias de una forma lgicamente aceptable. A los ojos de los mantenedores de la lgica inductiva, la importancia de un principio de induccin para el mtodo cientfico es mxima: ...este principio -dice Reichenbach- determina la verdad de las teoras cientficas; eliminarlo de la ciencia significara nada menos que privar a sta de la posibilidad de decidir sobre la verdad o falsedad de sus teoras; es evidente que sin l la ciencia perdera el derecho de distinguir sus teoras de las creaciones fantsticas y arbitrarias de la imaginacin del poeta.

  • Pero tal principio de induccin no puede ser una verdad puramente lgica, como una tautologa o un enunciado analtico. En realidad si existiera un principio de induccin puramente lgico no habra problema de la induccin; pues en tal caso, sera menester considerar todas las inferencias inductivas como transformaciones puramente lgicas, o tautolgicas, exactamente lo mismo que ocurre con las inferencias de la lgica deductiva. Por tanto, el principio de induccin tiene que ser un enunciado sinttico: esto es, uno cuya negacin no sea contradictoria, sino lgicamente posible. Surge, pues, la cuestin acerca de por qu habra que aceptar semejante principio, y de cmo podemos justificar racionalmente su aceptacin. [...]

    A partir de la obra de Hume debera haberse visto claramente que aparecen con facilidad incoherencias cuando se admite el principio de induccin; y tambin que difcilmente pueden evitarse (si es que es posible tal cosa): ya que, a su vez, el principio de induccin tiene que ser un enunciado universal. As pues, si intentamos afirmar que sabemos por experiencia que es verdadero, reaparecen de nuevo justamente los mismos problemas que motivaron su introduccin: para justificarlo tenemos que utilizar inferencias inductivas; para justificar stas hemos de suponer un principio de induccin de orden superior, y as sucesivamente. Por tanto, cae por su base el intento de fundamentar el principio de induccin en la experiencia, ya que lleva, inevitablemente, a una regresin infinita. [...]

    Por mi parte, considero que las diversas dificultades que acabo de esbozar de la lgica inductiva son insuperables. Y me temo que lo mismo ocurre con la doctrina, tan corriente hoy, de que las inferencias inductivas, aun no siendo estrictamente vlidas, pueden alcanzar cierto grado de seguridad o de probabilidad. Esta doctrina sostiene que las inferencias inductivas son inferencias probables. [...]

    La teora que desarrollaremos en las pginas que siguen se opone directamente a todos los intentos de apoyarse en las ideas de una lgica inductiva. Podra describrsela como la teora del mtodo deductivo de contrastar, o como la opinin de que una hiptesis slo puede contrastarse empricamente -y nicamente despus de que ha sido formulada.

    __________________________________________________La lgica de la investigacin cientfica, Tecnos, Madrid 1977, p. 28-30.

    Como entenda Kant, el hombre impone sus hiptesis -sus propios puntos de vista- a la naturaleza, y las hiptesis provienen de la mente humana, no de la naturaleza; la naturaleza, si acaso, las refuta.Segn Popper, todas las ciencias, tanto las naturales como las sociales, parten siempre de problemas, y las ciencias, igual como hace nuestro entendimiento en otros casos, salen al paso de los problemas presentando tentativas de solucin, que no son sino un caso concreto del mtodo general de ensayo y error. Proponemos intentos de solucin y los ponemos a prueba y eliminamos aquellas soluciones que no lo son. El esquema general de este procedimiento es:

  • donde P1 es el problema inicial, TT la solucin tentativa, o la hiptesis o teora, EE la eliminacin de errores, mediante la discusin crtica o la contrastacin emprica de la hiptesis, y P2 la nueva situacin problemtica en que nos hallamos tras el intento de solucionar un primer problema. Es ste un esquema que puede aplicarse no slo al mtodo cientfico, sino a la evolucin de los organismos particulares y a la misma evolucin de las especies. As como toda adaptacin es un intento de soluci