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1 DESARROLLO SUSTENTABLE EN EL MERCADO DE VIVIENDA Sergio Solís Tepexpa * Kerena Torres Castañeda ** Introducción Los Estados y gobiernos en el mundo entero utilizan a la Sustentabilidad como parte de su discurso, con el objetivo de integrar a grupos de gran aceptación social a sus líneas de trabajo, sin embargo, este rubro sigue en planos secundarios en los programas de desarrollo de los gobiernos. En el caso de México, los Planes de Desarrollo de los tres presidentes del siglo XXI han incorporado la Sustentabilidad como un factor a ser considerado en las acciones del gobierno nacional, pero sólo se ha quedado en esto y se sigue privilegiando la idea del libre mercado y apertura comercial. Por ello es necesario, no sólo plantear, sino implementar Políticas Públicas que permitan incorporar en la praxis, la sustentabilidad como un quehacer cotidiano por parte de todos los individuos e impulsado de manera integral y multidisciplinaria desde los gobiernos en todos sus niveles. En México de manera tradicional la vivienda de interés social es construida con materiales de poco o nulo ahorro de energía, alto consumo de agua y procesos de eliminación de residuos altamente contaminantes. En este contexto, se ha dado un movimiento impulsado por el gobierno federal para migrar hacia la construcción de vivienda social con un concepto verde o ecológico, que permita la convivencia de los nuevos asentamientos con el entorno. Este proceso de transición ha generado programas específicos en el marco de la Ley General de Cambio Climático, la Estrategia Nacional para la Vivienda Sustentable y el Programa de Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMA). El propósito de estos programas es crear una vivienda energéticamente sustentable, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir el consumo de agua y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Bajo este nuevo escenario en la política de vivienda, el * Profesor – Investigador de Área Análisis y Gestión Socioeconómica de Departamento de Producción Económica, UAM - Xochimilco ** Ayudante de Investigación de Departamento de Producción Económica

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DESARROLLO SUSTENTABLE EN EL MERCADO DE VIVIENDA

Sergio Solís Tepexpa* Kerena Torres Castañeda**

Introducción

Los Estados y gobiernos en el mundo entero utilizan a la Sustentabilidad como

parte de su discurso, con el objetivo de integrar a grupos de gran aceptación social

a sus líneas de trabajo, sin embargo, este rubro sigue en planos secundarios en

los programas de desarrollo de los gobiernos. En el caso de México, los Planes de

Desarrollo de los tres presidentes del siglo XXI han incorporado la Sustentabilidad

como un factor a ser considerado en las acciones del gobierno nacional, pero sólo

se ha quedado en esto y se sigue privilegiando la idea del libre mercado y apertura

comercial. Por ello es necesario, no sólo plantear, sino implementar Políticas

Públicas que permitan incorporar en la praxis, la sustentabilidad como un

quehacer cotidiano por parte de todos los individuos e impulsado de manera

integral y multidisciplinaria desde los gobiernos en todos sus niveles.

En México de manera tradicional la vivienda de interés social es construida con

materiales de poco o nulo ahorro de energía, alto consumo de agua y procesos de

eliminación de residuos altamente contaminantes. En este contexto, se ha dado un

movimiento impulsado por el gobierno federal para migrar hacia la construcción de

vivienda social con un concepto verde o ecológico, que permita la convivencia de

los nuevos asentamientos con el entorno. Este proceso de transición ha generado

programas específicos en el marco de la Ley General de Cambio Climático, la

Estrategia Nacional para la Vivienda Sustentable y el Programa de Acciones de

Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMA). El propósito de estos programas

es crear una vivienda energéticamente sustentable, disminuir las emisiones de

gases de efecto invernadero, reducir el consumo de agua y mejorar la calidad de

vida de sus habitantes. Bajo este nuevo escenario en la política de vivienda, el

* Profesor – Investigador de Área Análisis y Gestión Socioeconómica de Departamento de Producción Económica, UAM - Xochimilco ** Ayudante de Investigación de Departamento de Producción Económica

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objetivo de este escrito es analizar de manera especifica el componente de

financiamiento en la Estrategia Nacional de Vivienda Sustentable y de manera

más precisa, tener un panorama de cómo funcionan dicho programas. Para

trabajo sólo se analizarán el NAMA y la Hipoteca Verde

1. ¿Por qué analizar las políticas públicas?

De acuerdo a Cervantes (2009) el gobierno debe mostrar una alta capacidad

administrativa, lo que lo coloca en la obligación de resolver problemas

trascendentales para la sociedad, como pueden ser, el empleo, salud, vivienda,

abastecimiento de agua, seguridad entre otros; para resolver o incluso prevenir

estos problemas es necesaria la eficiente implementación de las políticas publicas,

las cuales si cuentan con un aparato administrativo adecuado podrán dar

satisfacción a los ciudadanos en el cumplimiento a sus demandas y con esto la

sociedad tendrá elementos para catalogar al gobierno de efectivo o no. Según

Cervantes (2009) basado en Orozco, un gobierno se califica como efectivo si el

objeto que le da vida es alcanzado, o si sus rendimientos permanecen y crecen

ante los mandatos públicos que tienen encomendados. El grado de alcance de tal

objeto es variable y, por consiguiente, variable también el grado de gobernabilidad.

En este sentido, es conveniente definir y mostrar las diferentes concepciones de

Políticas Públicas y sus actores, que permitan comprender de mejor manera su

planteamiento o diseño, análisis, implementación y su posterior evaluación.

Como primer acercamiento al concepto de Políticas Públicas tenemos los

desarrollados por Kauffer que define a las Políticas públicas como, “un conjunto

de decisiones cuyo objeto es la distribución de determinados bienes o recursos.

En este proceso se encuentran en juego bienes o recursos que pueden afectar o

privilegiar a determinados individuos y grupos”. Pero Kauffer va más allá en su

definición de Políticas Públicas y retoma el concepto de Thoenig (1987), que

concibe a las Políticas públicas como “lo que los gobiernos deciden realizar o no

realizar”, sin embargo se debe tener cuidado al utilizar esta definición, ya que no

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se afirma que el no actuar es una política pública, sino que la decisión de no

actuar ante un determinado problema conforma en sí una política pública. Por su

parte, Francesc Pallares (1988) en su obra “Las Políticas Públicas: El Sistema

Político en acción” basado en Peters (1982) define a las Políticas Públicas como

“el conjunto de actividades de las instituciones de gobierno, actuando

directamente a través de agentes, y que van dirigidas a tener una influencia

determinada sobre la vida de los ciudadanos” y además añade que tales

actividades deben considerarse como un “proceso decisional” ya que trascienden

más allá del periodo inicial de la elaboración de la política. Es importante

mencionar que para que una política se pueda considerar pública debe haber sido

generada en el marco de los procedimientos, instituciones y organizaciones

gubernamentales. Por su parte, Dye (1976) menciona que una política pública es

“aquello que el gobierno escoge hacer o no hacer”.

Dado lo anterior, se observa que la acción gubernamental no se expresa

directamente por medio de las políticas, sino a través de los productos primarios

de esta acción (outputs), los cuales a través de su impacto sobre la sociedad

generan resultados (outcomes), de ahí que Pallares (1988: p. 144) mencione que

“el producto de una política pública es aquello que una institución de gobierno está

haciendo en un momento y en un ámbito determinados”. En este sentido, es

importante la distinción entre resultados y productos, debido a que el análisis de

una política pública se basa en éstos, es decir, se evalúa el rendimiento de una

política al relacionarla con sus objetivos. Por ello, es importante mencionar cuales

son los instrumentos con los que cuentan las políticas públicas, mediante los

cuales obtiene sus productos y sus resultados, para posteriormente plantear

algunas de las metodologías generalmente utilizadas para la elaboración de las

mismas.

Como ya se mencionó, los productos y los resultados obtenidos por una política

pública se dan gracias a la utilización de diversos instrumentos por parte de las

instituciones gubernamentales. Basado en la tipología de Almond y Powell (1978),

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Pallares plantea como instrumentos de acción de las políticas públicas a las

normas jurídicas, los servicios, los recursos financieros y la persuasión. En cuanto

a las normas jurídicas, éstas constituyen el único recurso propio y exclusivo del

Estado, y su establecimiento no está al alcance de los actores privados. Es a

través de ellas, que los poderes públicos autorizan y establecen las actividades

que constituyen las políticas y de manera paralela, limitan la discrecionalidad en la

actuación del personal político y de los funcionarios. Otro de los instrumentos que

son necesarios en la elaboración y aplicación de las políticas públicas, son los

servicios de personal y la infraestructura humana, organizativa y de material, los

cuales aunados a los recursos materiales, y en especial los financieros

contribuyen a darle forma a la acción de una política de carácter público. Por

último, la persuasión solo será efectiva en cuanto los ciudadanos consideren al

gobierno como legitima expresión de la interpretación mayoritaria de los intereses

generales de la sociedad. (Pallares, 1988: p 145)

2. Economía Ecológica y Sustentabilidad

La política de vivienda se ha vinculado a otras políticas de gobierno que buscan un

proceso de desarrollo sustentable; por ello, se han realizado diversos cambios a la

normatividad y la operatividad de la política que permitan la mitigación en el daño

al medio ambiente. En este sentido, es importante retomar dos conceptos

importantes que coadyuven a entender con mayor precisión los programas de

Vivienda Sustentable impulsados. En primer lugar, la Economía Ecológica, de

acuerdo a García (2003), es una disciplina que acepta como punto de partida que

el sistema económico es un sistema abierto que se interrelaciona con los

ecosistemas y con los sistemas sociales, y tiene como objetivo de estudio la

amenaza sobre la supervivencia del ser humano, provocada, entre otras causas,

por la separación del proceso productivo de su base natural.

Este “nuevo paradigma económico” cuestiona los conceptos de la Teoría

Neoclásica, en especial aquello que llaman la ficción del Homo economicus. De

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acuerdo a los postulados de la Economía Ecológica, este concepto sustrae a la

conducta humana de toda propensión cultural en su vida económica, suponiendo

una conducta económica autómata, y esto lo lleva a ser un agente incapaz de

hacer frente a la gestión razonable de los recursos naturales.

Desde la perspectiva de García (2003), existen diversos intentos de abordar los

aspectos negativos del proceso económico en el mercado o en los agentes, como

es el caso de la Economía del Bienestar y de la Economía del Medio Ambiente,

que han tenido que llevar al campo de lo valorable, apropiable e intercambiable a

la naturaleza o al bienestar. Por su parte Pigou, plantea el término de

deseconomía externa como contraparte al de externalidad positiva utilizada por

Marshall, y exige la intervención del Estado en aquellos procesos de intercambio

donde los costos sociales excedían los beneficios privados. Sin embargo, sus

postulados se enfrentaron con el problema de valorar dicho costo social que

permitiera imponer un impuesto que compensara el daño. Por lo que, Coase critica

el modelo de Pigou y propone resolver el conflicto firma-sociedad, por la

delimitación y transparencia de los derechos de propiedad, limitando la

intervención del Estado, por el peligro de contaminar la acción del mercado y la

firma misma ante la acción estatal. Actualmente, los intentos por tener dentro de la

ciencia económica postulados que incorporen la importancia del medio ambiente y

su interacción con los mercados y los agentes han llevado a retomar conceptos de

otras disciplinas, principalmente la Termodinámica cuyas son (Aguilera, Alcántara,

1994: 18-19):

I. La materia y la energía ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman (ley

de la conservación). La principal aportación a la economía ecológica viene

de la constatación de que la generación de residuos es algo inherente a los

procesos de producción y consumo.

II. La que la materia y la energía se degradan continua e irreversiblemente

desde una forma disponible a otra no disponible, o de una forma ordenada

a otra desordenada, independientemente de que las usemos o no.

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III. La tercera noción presenta una doble vertiente. La primera es la

imposibilidad de generar más residuos de los que puede tolerar la

capacidad de asimilación de los ecosistemas; la segunda advierte sobre la

imposibilidad de extraer de los sistemas biológicos más de lo que se puede

considerar como rendimiento sostenible o renovable. Este hecho exige

poner límites a la actividad humana, y por tanto a la economía, límites que

surgirían de un conocimiento profundo y certero de la estructura y el

funcionamiento de los ecosistemas naturales.

Lo anterior es el planteamiento que se utiliza en la Estrategia Nacional de Vivienda

Sustentable que a la letra suscribe:

“México desarrolla programas de vivienda cuyo objetivo principal es la

construcción de hogares que permitan a sus habitantes desarrollarse de

manera plena e integral en un ambiente seguro, con infraestructura y

equipamiento adecuado y suficiente para los distintos segmentos de la

población. La vivienda sustentable apoya estos objetivos disminuyendo

por un lado los costos de operación de la misma, y por otro la

generación de emisiones de contaminantes. Los ahorros generados en

consumo de agua, luz y gas, comprobados a través de los programas

crea- dos en los últimos años, permiten a las familias asignar recursos

hacia rubros como la educación y la salud. Estos ahorros no sólo se

reflejan en la economía familiar, sino también en el ahorro de subsidios

al consumo energético, lo que permite optimizar inversiones en

infraestructura a través de la evaluación de la demanda suprimida.

Asimismo, la vivienda sustentable fomenta la investigación, innovación y

el desarrollo de nuevas tecnologías, generando un impulso en la

derrama económica del país, oportunidad importante de mercado para

empresas mexicanas como inversión extranjera”.

Ahora bien, ¿cuál es el significado del desarrollo sustentable? ¿Es un concepto de

matriz interdisciplinaria, o sólo se ha tratado de explicar bajo este contenido

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después? En la literatura abundan las definiciones, es preciso aclarar, sin

embargo, los aspectos comprensivos del concepto. Jorge Riechmann (1995) ha

explicado con precisión cuáles son los criterios operativos de la sustentabilidad:

1. Principio de irreversibilidad cero: reducir a cero las intervenciones

acumulativas y los daños irreversibles.

2. Principio de la recolección sostenible: las tasas de recolección de los

recursos renovables deben ser iguales a las tasas de regeneración de estos

recursos.

3. Principio del vaciado sostenible: es cuasi-sostenible la explotación de

recursos naturales no renovables cuando su tasa de vaciado sea igual a la

tasa de creación de sustitutos renovables.

4. Principio de la emisión sostenible: las tasas de emisión de residuos deben

ser iguales a las capacidades naturales de asimilación de los ecosistemas a

los que se emiten esos residuos (lo cual implica emisión cero de residuos

no biodegradables).

5. Principio de selección sostenible de tecnologías: se han de favorecer las

tecnologías que aumentan la productividad de los recursos (el volumen de

valor extraído por unidad de recurso) frente a las tecnologías que

incrementen la cantidad extraída de recursos (eficiencia frente a

crecimiento).

6. Principio de precaución: ante la magnitud de los riesgos, se impone una

actitud de vigilante anticipación que identifique y descarte de entrada las

vías que podrían llevar desenlaces catastróficos, aun cuando la

probabilidad de éstos parezca pequeña y las vías alternativas más difíciles

u onerosas.

En este sentido, la política de vivienda en México ha carecido del elemento

Sustentabilidad en el otorgamiento de subsidios para la construcción de complejos

habitacionales. Los desarrolladores han tenido acceso a subsidios 60-60 o 70-70

sólo comprobando la existencia, certificación y avance de obra, sin contemplar el

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tipo de materiales que se utilizaban. Sin embargo, era necesario la generación de

parámetros que permitieran distinguir a aquellas viviendas que generan menos

contaminación y consumen menos energía, y destacar los beneficios que conlleva

el habitar este tipo de viviendas para el entorno en el cual se insertan los nuevos

complejos habitacionales. Como se puede observar en la figura 1, la política de

financiamiento a la vivienda a lo largo del último sexenio ha tenido un

comportamiento diferente, implementando programas y normas que impulsan la

adquisición de vivienda con características sustentables. Lo cual parecería un

avance sumamente significativo si esto estuviera acompañado de un programa de

impulso a la producción de insumos y materiales con eco-tecnología dentro del

país, y esto permitiera que el precio de la vivienda fuera el mismo que el otro tipo

de vivienda.

Figura 1

Cronología de las Acciones Sustentables en México

Fuente: Fundación IDEA. EMBAJADA BRITÁNICA EN MÉXICO, 2012

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3. Estrategia Nacional de Vivienda Sustentable

La Estrategia Nacional de Vivienda Sustentable, según su documento de

lanzamiento, busca promover un enfoque más integral de la vivienda, bajo el

enfoque del “Whole-House Approach” (desempeño global de la vivienda), el cual

reconoce a la casa como un solo sistema, integrado por distintos elementos

interdependientes que definen la demanda de energía y los consumos de energía

y agua. Cabe mencionar que el enfoque integral incentiva prácticas de diseño

bioclimático y el uso de materiales eficientes cuyo impacto se refleje en una mayor

satisfacción térmica de los habitantes al interior del hogar y en una disminución en

el consumo de energía de las viviendas, particularmente el vinculado con la

climatización al interior de la vivienda.

En este sentido, el Whole-House Approach promueve la especialización del diseño

y equipamiento de las viviendas en función de las condiciones climáticas e

hidrológicas del lugar donde se ubican. La implementación y medición de los

beneficios de estos elementos bioclimáticos es más compleja e implica un cambio

de fondo en las prácticas de construcción actuales. Sin embargo, el impacto de

estas modificaciones es muy favorable ya que se refleja en una mejor calidad de

vida, beneficios ambientales y una mayor duración del impacto – en comparación

con ecotecnologías – pues los beneficios permanecen toda la vida útil de la

vivienda.

Además de la visión integral de la vivienda hacia el interior de la edificación, la

Estrategia Nacional de Vivienda Sustentable considera a la vivienda como parte

de un entorno habitacional, urbano y comunitario, es decir, se reconoce que la

sustentabilidad de las viviendas depende de un desarrollo urbano ordenado y

eficiente. En cuanto a la evaluación de la eficiencia en el consumo de agua y

energía, y de las emisiones Gases de Efecto Invernadero (GEI) resultantes de

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estos consumos, el enfoque antes mencionado exige considerar el uso de energía

y agua del conjunto habitacional (alumbrado público, tratamiento de aguas

residuales, manejo de la basura, entre otros), y los consumos resultantes de la

ubicación (traslados, tipo de transporte público, entre otros). Con base en el

enfoque de la vivienda sustentable, que considera tanto los factores de la vivienda

como su entorno, se ha desarrollado una visión y una estrategia conjunta entre los

principales actores del sector para impulsar la sustentabilidad de la vivienda, que

busca identificar, evaluar e incentivar inversiones y esfuerzos, públicos y privados,

orientados a promover viviendas más sustentables que brinden beneficios

sociales, económicos y ambientales, que según lo expuesto por el gobierno,

tendrá efecto en las familias y a la sociedad en su conjunto, así como en las

generaciones futuras. Como se muestra a continuación, el esquema de la

estrategia nacional implica un proceso integral y gradual que pretende establecer

un basamento institucional que permita incorporar a todos los actores del sector

como piezas operadoras de la política pública.

Figura 2 Esquema de Estrategia Nacional para la Vivienda Sustentable

Fuente: Fundación IDEA. EMBAJADA BRITÁNICA EN MÉXICO

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Sin embargo, como veremos más adelante con dos de los programas incluidos en

las acciones (Hipoteca Verde y NAMA), la dinámica sustentable sigue sin poder

ser desligada de los intereses de mercado y por ende de su influencia en los

precios de los bienes, en este caso en los precios de las casas que incluyen

ecotecnologías.

3.1 Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMA)

En México se han iniciado acciones de manera unilateral en el sector de la

vivienda mediante programas como Hipoteca Verde y Ésta es tu casa, los cuales

otorgan financiamiento adicional o subsidio para cubrir el costo incremental de

distintas medidas encaminadas a la reducción de consumo de energía eléctrica,

gas y agua, el aislamiento, calentador solar de agua y equipos, aparatos o

accesorios de bajo consumo de energía y agua en viviendas nuevas; en otras

palabras se incrementa el precio de la vivienda y por ende el tamaño del capital

que debe pagar el trabajador por acceder a este tipo de vivienda.

En este contexto, se desarrollaron el diseño técnico, el Sistema de Monitoreo,

Revisión y Verificación (MRV) y el financiero como cimiento que permitiera que el

concepto NAMA de vivienda sustentable emprendiera en su fase piloto en 2012.

Las Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMA) son mecanismos

emergentes de mercado que permiten a las economías en desarrollo alinear el

desarrollo sustentable con las prioridades económicas nacionales. El caso de la

NAMA de Vivienda Sustentable de México mitiga emisiones en el sector de la

vivienda al proveer financiamiento adicional para mejorar la eficiencia energética y

disminuir el consumo de combustibles fósiles y del agua, lo cual se logra a través

de la implementación de eco-tecnologías, mejoras en el diseño arquitectónico y la

utilización de materiales constructivos eficientes. Como ya se mencionó, en el

2012, en México se adoptaron medidas para impulsar el desarrollo sustentable en

el sector de la vivienda mediante la creación de capacidad técnica, el desarrollo de

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proyectos piloto y la coordinación de los actores clave y tomadores de decisiones

en la Mesa Transversal de Vivienda Sustentable en México. Esto dio como

resultado un avance hacia la implementación de la NAMA de Vivienda, presentado

México en la COP 17 en Durban, Sudáfrica. Es preciso señalar que la NAMA

amplía y expande el alcance de los programas en curso incrementando el número

de viviendas energéticamente eficientes construidas y por ende reduciendo sus

niveles de emisiones, por lo que, el gobierno federal a diversos niveles, junto con

actores de cooperación internacional1 y nacional han desarrollado tres estándares

de eficiencia energética que los desarrolladores de vivienda pueden alcanzar y

para los cuales los propietarios de viviendas pueden recibir apoyo financiero.

Estos son Eco Casa 1, Eco Casa 2, y Eco Casa Max, siendo este último el

estándar más ambicioso.

Dichos parámetros y la NAMA misma aborda la eficiencia energética en la

construcción, basándose en el desempeño integral de la vivienda, lo que a su vez

fija los estándares para la demanda total de energía primaria basada en el

prototipo y la zona bioclimática. De ese modo, tanto los desarrolladores de

vivienda como los propietarios de las mismas pueden elegir cualquier combinación

de intervenciones que logren el nivel de eficiencia buscado.

La generación de tales estándares fue a través del Passivhaus Institut (Instituto

alemán de la vivienda pasiva, PHI, por sus siglas en alemán) quien calculó, de

manera especifica para México, el balance de energía del desempeño integral de

la vivienda, cuya escala se puede ajustar según el tamaño de unidad, basándose

en las regiones bioclimáticas del país, para tres tipos de vivienda: vivienda

unifamiliar aislada, vivienda unifamiliar adosada, y vivienda multifamiliar vertical.

De igual forma, se desarrollaron para cada tipo de construcción y región climática,

1De acuerdo a la Conavi(2013), la Deutsche Gesellschaft für Internacionale Zusammenarbeit

(GIZ) GmbH (Cooperación Alemana al Desarrollo) ha apoyado el desarrollo de esta NAMA en

nombre del Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y

Seguridad Nuclear (BMU). También Environment Canada, el Reino Unido, y numerosos bancos de

desarrollo han brindado apoyo técnico y financiero.

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tres valores primarios o ‘estándares’ objetivo de eficiencia, denominados: Eco

Casa 1, Eco Casa 2 y Eco Casa Max. (Conavi, 2013: 3)

I. Eco Casa 1 representa el nivel de eficiencia si se adoptan todas las

tecnologías apoyadas bajo el actual esquema de Hipoteca Verde. Esto

equivale al nivel de eficiencia energética alcanzado, por ejemplo, si se

instala el aislamiento de 2.5cm en el techo y en una sola pared, así como

pintura reflectiva, calentador de agua de paso, calentador solar de agua y

una unidad de A/C eficiente, dependiendo de la región bioclimática.

II. Eco Casa 2 representa un nivel mayor de eficiencia que se logra al aislar

todos los muros, instalar mejores ventanas, así como electrodomésticos

altamente eficientes.

III. El Estándar de Eco Casa Max prevé la optimización de todas las medidas

anteriores, incluyendo elementos pasivos, como partesoles, mayor

aislamiento térmico, entre otras características de diseño para lograr una

reducción de la demanda de energía primaria.

Tabla 1 Emisiones anuales que se evitaron en una vivienda de m2 por tipo de construcción y

zona climática, tCO2e

Casa Horizontal unifamiliar

Clima Caliente

Seco Clima Caliente Húmedo

Clima Templado

Clima Semi-Frío

Eco Casa 1 2.0 2.0 0.8 0.8

Eco Casa 2 2.7 3.5 0.9 0.8

Eco Casa Max 3.0 4.0 1.0 1.0

Vertical (multi-familiar)

Eco Casa 1 1.7 2.0 0.9 0.8

Eco Casa 2 2.2 2.7 1.2 1.0

Eco Casa Max 2.6 4.0 1.2 1.1

Fuente: Datos de Passivhaus Institut en Conavi, 2013

Es importante mencionar que el enfoque sistémico de la política de vivienda lleva

a tener como un pre-requisito clave a la transferencia del conocimiento y la

experiencia relacionados con la eficiencia energética en las construcciones. La

forma de lograr esto es a través de capacitación específica, experiencias

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educativas más amplias y alcance y construcción de capacidades. Para poder

cumplir con esto, Conavi promovió la Mesa Transversal, donde se busca compartir

y aumentar el conocimiento sobre la eficiencia energética y sustentabilidad en la

vivienda entre desarrolladores, agencias de cooperación internacional, la

academia y los sectores público y privado; así mismo, CONAVI ha involucrado a

los actores participantes dentro del proceso de desarrollo de la NAMA. Este

proceso ha generado una herramienta de simulación que pueden utilizar

arquitectos, ingenieros, desarrolladores y los constructores para comparar e

implementar diseños sustentables. Para entender mejor cómo funciona este

modelo integral, a continuación se explica el funcionamiento del Sistema de

Medición, Reporte y Verificación (MVR).

3.2. El Sistema Medición, Reporte y Verificación (MVR): Monitoreo y

Verificación

El propósito primordial de un sistema MRV, de cualquier NAMA, es el de medir el

impacto de las medidas implementadas, con la visión de evaluar su contribución a

los objetivos nacionales e internacionales de energía y de política climática. En

este sentido, el MRV de NAMA, debe permitir una mayor flexibilidad y simplicidad

que los enfoques tradicionales, ya que es una acción “apoyada”; y de a cuerdo a

los creadores, a largo plazo, puede ser posible generar créditos de carbono de la

NAMA para la Vivienda Sustentable. Bajo este objetivo, se desarrolló el sistema

MRV, con suficiente fidelidad como para poder ser transformado a un programa

crediticio, si es que las negociaciones internacionales avanzan en esta área.

3.2.1. Objetivos del sistema MRV del Enfoque de “Desempeño global” de la

vivienda

El diseño técnico de la NAMA para la Vivienda Sustentable, hace posible realizar

un estimado de las reducciones de emisiones resultantes a través del uso de un

número limitado de medidas que, a su vez, se prestan para un monitoreo ex post,

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como parte de una metodología MRV. Dentro del contexto del sector residencial

mexicano, el sistema MRV, según Conavi, podría utilizarse para rastrear los

subsidios a la energía que se evitaron, y esta información podría utilizarse para

generar apoyo y solicitar fondos dentro del gobierno (Conavi, 2013).

La NAMA para la Vivienda Sustentable, es una de las muchas iniciativas dirigidas

para la mejora de la sustentabilidad del entorno de la construcción en México. El

Sistema MRV y el desarrollo de la metodología bajo la “Mesa Transversal de

Vivienda Sustentable en México” está aún, en el camino de desarrollar un sistema

para la recopilación de datos y la emisión de reportes que pueda soportar las

acciones a ser logradas dentro del sector de la vivienda. El sistema MRV se basa

en las instituciones y atribuciones existentes, optimizando los recursos financieros

e institucionales vigentes. Para la NAMA para la Vivienda Sustentable, el proceso

de certificación, calificación y de MRV, consiste de dos fases distintas, como se

detalla, a continuación:

1) Fase Inicial (ex-ante)

La primera fase ocurre durante el diseño y la edificación de las viviendas. El

desarrollador define los parámetros de su proyecto de Vivienda Sustentable y

evalúa los resultados esperados de reducciones de GEI utilizando la herramienta

de simulación. Las reducciones de emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI)

serán la resultante de la diferencia entre las proyecciones de desempeño del

proyecto y la línea base.

A continuación, se registran las casas en el Registro Único de Vivienda (RUV),

que registra las eco-tecnologías, las características, y los materiales que

constituyen el diseño sustentable – y se asigna una Clave Única de Vivienda

(CUV) para identificar la casa. Durante la construcción, un auditor calificado,

asegura que la edificación esté de acuerdo con las características del diseño

simulado, y que el diseño presentado ante el RUV sea el adecuado. Una vez que

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todo esto ha sido confirmado, y la casa terminada, la vivienda se introduce a la

base de datos de NAMA.

2) Fase de Monitoreo (ex-post)

Una vez que la casa ha sido comprada, ésta puede participar en uno de dos tipos

de sistemas. El primero que, se ha definido como el sistema de “Monitoreo de

Gases de Efecto Invernadero (GEI)” o simple, y está enfocado a la recopilación de

los datos necesarios para calcular el impacto de las emisiones de NAMA para la

Vivienda Sustentable. El Segundo llamado sistema de “Monitoreo Detallado”, está

enfocado en la recopilación de un rango más amplio de indicadores que pueden

utilizarse para calibrar los modelos de emisiones y rastrear las variables aparte de

los gases de efecto invernadero, que son importantes para el desarrollo de

políticas y de los estándares técnicos, pero que no son, necesariamente,

relevantes para el seguimiento del impacto de los gases de efecto invernadero.

Coordinación entre actores para el sistema MRV

Todos los actores que quieran implementar proyectos de vivienda NAMA deberán

usar el mismo sistema de MRV, parámetros, factores y base de datos, así como

encargarse de su financiamiento. Con el fin de mantener coordinación de la

cobertura del programa a nivel nacional, se deberá informar a la Mesa Transversal

la escala del proyecto, ubicación del área de muestreo y el tamaño de muestra por

categoría para lograr alcanzar representatividad deseada.

El siguiente esquema, retomado del documento de Conavi, esquematiza la

coordinación entre actores para el monitoreo y manejo de datos, desde el usuario

hasta la Autoridad NAMA nacional.

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Figura 3 Coordinación de actores para el monitoreo de la NAMA

Fuente: CONAVI, 2013

Cabe mencionar que cada uno de los actores tiene definidas cada una de sus

responsabilidades respecto al MVR, las cuales se mencionan a continuación:

i) Mesa Transversal, CONAVI: Proporciona protocolos y recomendaciones

mínimas para el monitoreo, formulación de documentos de reporte, esquema

de; coordina el avance de la cobertura de la NAMA a nivel nacional; informa

los avances de la NAMA a los donantes.

ii) Entidades implementadoras: Se encargan de seleccionar los proyectos de

NAMA, de acuerdo a los acuerdos alcanzados, financian la implementación

del sistema de monitoreo; coordinan con la mesa transversal el número total

de la muestra; son los encargados de descargar la información de monitoreo

GEI y detallado a la base de datos.

iii) Desarrolladores: Dependiendo la entidad implementadora y los acuerdos

alcanzados, apoyan la coordinación de la instalación de los equipos de

monitoreo, realizan los acuerdos de acceso a la información con los usuarios y

realizan una capacitación del uso de la vivienda sustentable

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iv) RUV: Gestiona el registro de la vivienda; proporciona los datos de

identificación de la vivienda y permite la comunicación con la base de datos

propia de la NAMA. Aún está por acordarse su responsabilidad en la

operación de la base de datos que concentrará la información recabada del

monitoreo GEI y detallado proporcionado por las entidades implementadoras.

v) Oficina NAMA: Entidad nacional encargada de realizar las comunicaciones a

la autoridades nacionales encargadas de realizar los reportes bianuales sobre

las reducciones alcanzadas nacionalmente a la CMNUCC; encargada de

comunicar el avance de la NAMA a nivel internacional.

3.3. Programa Hipoteca Verde

Desde el año 2007, el Infonavit implementó el Programa Hipoteca Verde, cuyo

objetivo era promover medidas sustentables dentro de la vivienda a través de la

inclusión de tecnologías ecológicas o ecotecnologías. Además de la reducción en

consumos energéticos y emisiones de gases de efecto invernadero. La inclusión

de estas tecnologías implica ahorros para los derechohabientes derivados de la

reducción en los consumos de electricidad, agua y gas. Estos ahorros se traducen

en un mayor ingreso disponible que fortalece la capacidad de pago de los créditos

con el Instituto.

El Programa Hipoteca Verde es, esencialmente, un esquema de crédito bajo el

cual se aporta un monto adicional a los derechohabientes para financiar la

adquisición de ecotecnologías en sus viviendas. El programa comenzó como plan

piloto en 2007; como esta experiencia fue exitosa se expandió e institucionalizó a

nivel nacional en 2009. A partir de 2009, el programa funcionó como un esquema

de crédito opcional que aportaba un monto adicional a los derechohabientes para

financiar la adquisición de un paquete fijo de ecotecnologías que se tenía que

elegir entre distintas opciones de paquetes de acuerdo a la zona climática. A partir

de 2011 se aprobó un nuevo esquema, llamado programa Hipoteca Verde

Flexible, que permite a los derechohabientes seleccionar las ecotecnologías que

mejor satisfacen sus necesidades a partir de una lista amplia aprobada por el

19

Infonavit.

A partir de 2011, todos los créditos de vivienda otorgados por el Infonavit,

independientemente del producto de crédito elegido, deben incluir un monto

adicional para la adopción de ecotecnologías en la vivienda. Es decir, el programa

Hipoteca Verde es obligatorio para todo derechohabiente que adquiera un crédito

con el Infonavit, sea para vivienda nueva o usada, remodelación, ampliación o

autoconstrucción. El monto del crédito adicional está sujeto al salario del

trabajador y de las ecotecnologías seleccionadas. Para su otorgamiento, el

paquete deberá cumplir un ahorro mínimo generado por las ecotecnologías,

dependiendo de su segmento salarial, como se muestra en la siguiente tabla:

Tabla 2 Parámetros para el apoyo “Hipoteca Verde”

Si tu ingreso mensual es:

Podrás tener un monto

máximo de crédito adicional

de:

Y un ahorro mínimo mensual

de:

De $2,131.04 a $3,409.65 $4,262.08 $100.00

De $3,409.66 a $8,524.15 $21,310.40 $215.00

De $8,524.16 a $14,917.27 $21,310.40 $250.00

De $14,917.28 a $23,441.43 $31,965.60 $290.00

De $23,441.44 en adelante $42,620.80 $400.00

Fuente: Infonavit, 2015

¿Cómo se obtienen estos montos? De acuerdo al Infonavit, los derechohabientes

pueden acceder a la Hipoteca Verde, conforme a las siguientes condiciones:

Si la vivienda nueva o usada ya tiene instaladas las ecotecnologías, y éstas

cumplen con el ahorro mínimo esperado (establecido por Infonavit), el

monto de crédito adicional que te otorgue el Instituto formará parte del

crédito hipotecario y el pago de las ecotecnologías instaladas se hará

directamente al vendedor de la vivienda.

Si la vivienda nueva o usada no cuenta con ecotecnologías, es posible

instalarlas una vez que se haya obtenido el crédito hipotecario y se pueden

20

adquirir con los proveedores autorizados por el Instituto. En este caso, el

monto del crédito adicional que se otorgue, por parte Infonavit, no formará

parte del crédito hipotecario y el pago de las ecotecnologías se realizarán

directamente a los proveedores.

Si el crédito se utiliza para construir en terreno propio, reparar, ampliar o

mejorar la vivienda, es necesario asegurarse que se instalen las

ecotecnologías que cumplan con el ahorro mínimo esperado, aprobado por

Infonavit, adquiriéndolas con los proveedores autorizados. En este caso, el

monto de crédito adicional que se otorgue formará parte del crédito

hipotecario y el pago de las ecotecnologías se hará directamente a los

proveedores.

Cabe mencionar que el derechohabiente puede elegir una combinación de

ecotecnologías que le brinden el nivel de ahorro deseado, los cuales varían según

la zona bioclimática donde se encuentre su vivienda. Las ecotecnologías que se

contemplan son:

Focos ahorradores (lámparas fluorescentes compactas), equipos de aire

acondicionado de alta eficiencia o bajo consumo, aislantes térmicos en techo o

muros, recubrimiento reflectivo como acabado en techo o muros, calentador solar

de agua, calentador de paso de gas, inodoro de grado ecológico, regadera con

dispositivo ahorrador, grifos o válvulas con dispositivo ahorrador, ventanas con

doble vidrio y marco de PVC, entre otras. Esta lista se actualiza con nuevos

equipos permanente, siempre y cuando cumplan con las certificaciones o

dictámenes de su eficiencia.

Este programa ha ido avanzando debido a la obligatoriedad establecida por la

normatividad. El crecimiento de los créditos otorgados bajo el esquema Hipoteca

Verde ha tenido un crecimiento exponencial, si tomamos como base el año de su

lanzamiento, pasó de 593 créditos en 2007 a 1,429,643 créditos en 2013,

21

representando un incremento del 240,987 por ciento, como puede observarse en

la siguiente tabla.

Gráfica 1 Número de créditos bajo en esquema Hipoteca Verde

Fuente: Infonavit, 2014

Comentarios Finales

El reconocimiento de la falta de una política gubernamental en los procesos de

construcción de vivienda ha dado como resultado un modelo integral de

monitoreo. Dicho sistema se alimenta de información que implica la integración

multidisciplinaria de diversos agentes y organizaciones, tanto para la generación

de información, así como, para la evaluación y certificación de las viviendas que

cumplan con las ecotecnologías necesarias para disminuir los efectos

contaminantes que generan las casas habitación. Sin embargo, aún existe un

fenómeno de centralización en la conducción del programa, ya que es el propio

Infonavit quien debe generar las certificaciones sobre las viviendas y también es

quien otorga los subsidios a constructores y derechohabientes, lo que puede dar

pie a favorecer a algunas constructoras o regiones. Un aspecto a destacar es que

se ha institucionalizado el proceso y existen las normas de conducción y

operación. Sin embargo, aún no existen procesos de seguimiento y control para

0

200000

400000

600000

800000

1000000

1200000

1400000

1600000

2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Créditos acumulados de HV

22

cuando las viviendas han sido colocadas en el mercado y habitadas. Para lograr

pleno cumplimiento con los estándares de sustentabilidad de ahorro de energía,

disminución de emisiones y generación de desechos contaminantes, es necesario

establecer indicadores sobre el uso y manejo de las ecotecnologías por parte del

usuario final. Otro aspecto a cuidar se refiere a el manejo y separación de

residuos, del cual el sistema no toma en cuenta para certificar el complejo, ya que

en algunos estados aún no se cuenta con la infraestructura para este fin.

Por otro lado, el derecho a la vivienda, transformado en derecho a un crédito

hipotecarios, es contradictorio en un marco de economía ecológica, ya que se

otorga un precio a las ecotecnologías utilizadas, por lo que esto significa integrar

al juego del mercado la sustentabilidad de la vivienda. El crédito suma al monto

original de los créditos, pero esto implica un incremento en el valor de la vivienda,

lo cual convierte a la hipoteca verde en un producto más caro y discrimina en

términos del nivel de ingreso.

Referencias

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