Ionesco, vanguardia es libertad.año 1961 .Ercilla Nº 1376

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Ercilla Nº 1376, pp.29/ 4-oct.-1961 s/f Ionesco: Vanguardia es libertad Extraño en su teatro y también como persona, Eugène Ionesco es hombre discutido y controvertido. Algunos lo endiosan; otros estiman que su obra es una simple moda pasajera. En el comedor de su casa en París tiene una mesa ovalada. Ha sucedido más de una vez que invitar unas seis u ocho personas a comer. A quienes se sentaron a un lado de la mesa, les sirvió exquisitos manjares, y a los del otro, una comida apenas digerible. Le agrada desconcertar. Pero a veces también habla en forma clara y directa. Eso sucedió en un debate del Instituto Internacional del Teatro sobre el teatro de vanguardia, que tuvo lugar en Helsinki. A Ionesco le correspondió hacer de relator. Los párrafos marcados que a continuación se reproducen proviene de aquel discurso. Rebelde - Soy, al parecer, un autor dramático de vanguardia. La cosa me parece evidente, puesto que se me ha invitado a expresar mi opinión sobre el teatro de vanguardia como representante de él. Esto hay que aceptarlo, pues, como oficial. - No obstante, para tener la seguridad de no cometer errores muy graves me he documentado. Mi Larousse me define vanguardia como "los elementos que preceden a una fuerza armada de tierra, mar o aire, para preparar el momento en que entre en acción". Así por analogía en el teatro la vanguardia sería un pequeño grupo de autores de choque -y algunas veces de directores de choque- seguidos, a cierta distancia por el grueso de la tropa de actores, autores y productores. Así la vanguardia sería un fenómeno artístico y cultural precursor, lo que corresponde al sentido literal de la palabra.

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Articulo Hans Ehrmann

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Ercilla Nº 1376, pp.29/ 4-oct.-1961 s/f

Ionesco:Vanguardia es libertad

Extraño en su teatro y también como persona, Eugène Ionesco es hombre discutido y controvertido. Algunos lo endiosan; otros estiman que su obra es una simple moda pasajera. En el comedor de su casa en París tiene una mesa ovalada. Ha sucedido más de una vez que invitar unas seis u ocho personas a comer. A quienes se sentaron a un lado de la mesa, les sirvió exquisitos manjares, y a los del otro, una comida apenas digerible. Le agrada desconcertar. Pero a veces también habla en forma clara y directa.

Eso sucedió en un debate del Instituto Internacional del Teatro sobre el teatro de vanguardia, que tuvo lugar en Helsinki. A Ionesco le correspondió hacer de relator. Los párrafos marcados que a continuación se reproducen proviene de aquel discurso.

Rebelde

- Soy, al parecer, un autor dramático de vanguardia. La cosa me parece evidente, puesto que se me ha invitado a expresar mi opinión sobre el teatro de vanguardia como representante de él. Esto hay que aceptarlo, pues, como oficial.

- No obstante, para tener la seguridad de no cometer errores muy graves me he documentado. Mi Larousse me define vanguardia como "los elementos que preceden a una fuerza armada de tierra, mar o aire, para preparar el momento en que entre en acción". Así por analogía en el teatro la vanguardia sería un pequeño grupo de autores de choque -y algunas veces de directores de choque- seguidos, a cierta distancia por el grueso de la tropa de actores, autores y productores. Así la vanguardia sería un fenómeno artístico y cultural precursor, lo que corresponde al sentido literal de la palabra.

- Yo prefiero definir la vanguardia en términos de oposición y ruptura. Mientras que la mayor parte de los escritores, artistas, pensadores se imaginan ser de su tiempo, el autor rebelde tiene la impresión de estar contra su tiempo.

-Por la misma fuerza de las cosas, desde que una forma de expresión es conocida, ya está caduca. Una cosa dicha ya está muerta; la realidad está más allá. Es un pensamiento petrificado. Una manera de hablar -o de ser- admitida, ya es inadmisible. El hombre de vanguardia es como un enemigo en el interior de la ciudadela que él trata de destruir, contra la cual se rebela, pues toda forma de expresión establecida es una forma de opresión. El hombre de vanguardia es el oponente de un sistema actual. Es un crítico de lo que existe, no su apólogo. Criticar el pasado es fácil, sobre todo cuando los regímenes en el poder nos instan a hacerlo; pero ello no es más que la solidificación del estado de cosas, la santificación de la esclerosis, doblegar el espinazo ante la tiranía de la convención.

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- En su tiempo, Maurice Donnay era un autor de vanguardia como lo era Bataille, pues expresaban una ruptura, una novedad, una oposición. Por último llegaron a integrarse con la tradición teatral, que es lo que debe suceder en toda buena vanguardia.

Sue y Proust

- En todo caso representaron una protesta y la prueba es que en los primeros momentos la crítica acogió mal a estos autores y protestó contra sus protestas.

- El artista no es un pedagogo ni un demagogo. La creación teatral responde a una exigencia del espíritu y esta exigencia debe bastar por sí. Un árbol es un árbol. No necesita autorización mía para ser un árbol, y el árbol no se plantea el problema de ser lo que es, de ser reconocido como tal. No tiene que hacerse explícito. Existe y se hace manifiesto por su propia existencia. No trata de hacerse comprender, ni asume una forma más comprensible, porque entonces, no sería ya un árbol, sino la explicación de un árbol. Del mismo modo, la obra de arte existe en sí, y yo concibo perfectamente un teatro sin público. El público vendrá por sí mismo y reconocerá el teatro como ha sabido reconocer el árbol.

- Eugene Sue era popular por excelencia. Proust no lo era. No se le comprendía. No hablaba a "todo el mundo". Aportaba simplemente su verdad, útil a la revolución de la literatura y del espíritu. ¿Habrá entonces que suprimir a Proust y recomendar a Eugene Sue? Hoy en día es Proust quien ofrece un mundo de verdad y es Sue quien parece vacío. Felizmente, las autoridades no han podido prohibir a Proust escribir en lenguaje prousiano.

- En todo caso, no me inquiera el problema del apoyo del público. O quizás sí, pero sólo cuando la pieza ya está escrita y me planteo el problema de colocarla. La adhesión vendrá o no vendrá. Es cierto que no se habla nunca para todo el mundo. A lo más se puede hablar para la gran mayoría, y en este caso sólo se estará haciendo teatro demagógico o teatro e confección. Cuando se quiere hablar a todo el mundo, en realidad no se habla con nadie. Las cosas que interesan a todo el mundo en general, interesan muy poco a cada hombre en particular. Por lo demás, una creación artística es, por su misma novedad, agresiva, espontáneamente agresiva. Va contra el público, contra la gran parte del público; indigna por lo insólita, y ser insólito es adoptar una forma de indignación.

- Yo adquiero conciencia de ser verídico cuando invento e imagino. Nada más racional que la imaginación. Pudiera ****

******falta resto del texto*****