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Abril de 2006

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A Ana Torres Eguilaz. Por la fe quesiempre tuvo en este barco de carga.Porque no dudó un solo instante deque algún día arribaría a puerto.Porque su fuerza impulsó la frágilquilla día a día hasta, finalmente,alcanzarlo. Gracias.

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Y lejos, en la negra arena, yace unaniña densa de música ancestral.

Alejandra Pizzarnik

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Abre tu boca marAbre tu ancestral simay guíame a su entrañaTiende veloz las manosy acaricia mi desnudezcon la obscena salivade tu orillaLame recia mi piely diluye su barroen la agitada saviade tus venasAbre tu boca marÁbrela grandeQue engulla mis desiertosque absorba mis regionesque devore mis ríosAbre tu boca marAbre tu fiera brechay acógeme en su honduraDéjame ser austero jugode tu azogado vientreDéjame ser cáustica babade tu bravo perfilAbre tu boca marAbre tu holgado pozoy abriga mis sentidosRápido arroj a el lechoy templa mis humoresen el febril embozode tu lenguaSuave acuna mis islasy adormece sus bosquescon el manso abanicode tus olasAbre tu boca marÁbrela grandeQue apague mis estrellasque oxide mis agujasque suprima mis goznesAbre tu boca marAbre tu grieta púrpuray ahonda mi simienteDéjame ser lasciva yedrade tu pubis ingrávido Déjame ser ceniza núbilde tu sensual hoguera

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Abre tu boca mar Abre tu hollada criptay consume mis huesosLanza raudo el torrentey abrasa las astillascon el denso salitrede tu sexoPudre presto mi deltay apuñala su arenacon el sutil acerode tus márgenes Abre tu boca marÁbrela grandeQue rechinen los vérticesque crujan las aristasque deliren los ángulosAbre tu boca marAbre tu tibio crátery respira mi féretroDéjame ser etérea lavade tu volcán alvinoDéjame ser ronco estertorde tu ansiada erupción

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Silencioque sentir quiero el ulular del vientoal arañar las nubesSilencioque velar quieroel balbucir del solal apagar la vidaSilencioque la arena agotelas lágrimasque las aguas apurenla sangreSilencioque avivar quiero el demorar del albaal envolver los sueñosSilencioque extinguir quieroel fulgurar del rayoal incendiar el cielo

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Hoy me acompañas mar de atunes y zaharasAún de mi amanecer ausentesiempre del ayer huellaInfinito y azul hoy me acompañasal tibiar mi tristeza tu oleajeDesazones y llantopreámbulo de tempestadarrastran hasta la costa tus mareasExtienda el alma allí su pesadumbre yse adormezcaSon tus aguas la músicaSinfonías de espumas y coraleslevan tu grácil pleamarhienden tu plácida negruraHoy te acompaño mar a alzarte desaladohasta rozar el albordespués aquedo calma algún instantepara ávida engullir el zumo de las nubesMe acompañas hoy mar hasta encontrarel más remoto abrigo de tu océanodonde asirme a mis muertoscon tus dedos

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Hoy me acompañas mar a hablartesin voz y sin palabrascomo le hablo a esos muertosHoy acompañas mar este monólogoincesante y atroz que gangrena mis carnesAñil y eterno hoy me acompañasal aquietar tu sal la heridaHoy te acompaño mar de atunes y zaharasSin cierres ni candadosa tu oquedad de anciano vientrehoy te acompaño

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Tema con variazioni

Contemplo el marPaisaje yermo de interiores esta disonancia de sirenasdominical urbana siestaesta pausa estivalAbsorta aspirosu magnético abismoRespiro atónita su sima Si al ceñir su orillainundarme pudieraCadáveres contemplocirculando de dos en dosSon como sombrasPerfiles de ciprésvelas de cementerioContemplo el marImpasible la procesiónviola su turbio azoguesu torpe urdimbre rasga

Var. 1

Nostalgia azul del tiemponegro brocal del sueño¡Quién fuese arena!Un pequeñoUn minúsculo granode arenamojado por las aguasarrastradopor el devorador embatede su cauce¡Quién fuera arena!Si de erguirla podredumbretantos añosmarchitéSeca el hedorla arcillade mi océanoya habite la ciudado el refugio alberguede este marasfixiado

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por dogales de caucho

Var. 2

Lejos del primer llantola inocencia extirpadahábito de gusanosvistiéndomeansío cantary los labios:setotapialguadañaluchan para abortarel cantopues se desangrase expandecomo si embeberquisierala saliva:viejo cartóninmóvilGritomas sordo versoInexorable hozque al poemaestrangulas¿adónde voy cuando mudaal clareardespierto?Ufana soledaddel corazón exangüecuyo denso latir no cesa de agotarme

Var. 3

Esboza el humildepoemaun rastrode violenciasobre el gélido fósilde la historiamientrastiernos diluvios

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bañanel último rincónde las palabrasOxidan la memoriay traspasan ingenuasel estrecho umbraldel olvido

Var. 4

Fútil ensayoel esconditesi amanece puntualla creaciónsi fundesu mayúsculo hornolas endebles alasdel almasi fluyencon la dócil cerade Ícarosus plumasDesliza el eclipsela siluetaAfilo las espinasme clausuro

Var. 5

¿Quién soy yome pregunto?¿Soy un cadáver más?¿Soy una sombra?¿Un espectro?¿Un fantasma?Ansío ser un pájaroUn triste pájaro meñiqueposadosobre el hosco ataúdde este nocturnoSiglos arrastré el cuerposin avanceAgrietada la piellos huesos carcomidoscristal los ojoslas manos pergamino

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combó la delgadezy el líquido dolorresbalópor la espaldaEl vacíoEl hinchadoinagotablecíclope vacíoInútil deambularvómito estérily las nochesparéntesis de amnesiaembriaguezdeliriodonde encerrar trastornosfiebresepidemias

Var. 6

Aislar el ordendesandar la medidaengullir el hastíola náuseala mentiraorganizando lustrosalimentando yerbasahorcando libroshasta horadar conscienteel túnel familiarde la locuraNo alivia retornarla centenaria llaganingún ámbito ayudanada impulsa mi abulia

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A Andrés Sorel

Entre nosotros dosabrió abismos el tiempoSon más de veinte añosEnvejecimos todosUnos habitan el olvidootros albergan la memoriaTú y yo permanecemosYo en torre de cristaltú en un palacioPríncipe de las voces túreina yo de las lágrimasEntre nosotros dosse abismó siempre un marque vistió azul su arenacon tus ojosy alumbró púrpurasus aguascon mi sangreAcaso fuera del otoño fábulaacaso del invierno cuentoEntre nosotros dosla mar tornó en palabrasSobre una solitaria playalas olas orillaron versosTiernos poemas para el éxtasisdulces rimas para la ausenciaCuando el caminoentre nosotros dos se abismela marel tiempola palabraentre nosotros dos

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Dormitéacunada la arenapor el mar insomneEsbocéasomada al sueñola senil estampay anochecieronsus arrugascon el arrulladorzureodel hastíoEmbalsamaroninfértiles entrañasel enjuto cadáverdel almaSilencióescondido en las sienesel latido del musgoSe revelócon súbita inconscienciael enerve letargoy asordaronal indolente oídolas notas afiebradasde un ariaTransparentaron las pupilas sobre el cristalizadoacordede las lágrimas

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A Concha Zardoya

Silenciosa me iré un cercano díaapenas sin saberlo nadieEsta tierra y este mar me arrastran lejosa esa Nadainmaterial profundo senoque me llamaY ser alguno evocará mi rostrocuando los años pasenNadie recordará mis besosa nadie nublarán mis lágrimasNace el poema esta mañana entre versos ajenosAjenos versos a los que convocala soledadel fríomis fisurasEl ansia de la noche encendió su llamay al despertar la auroraun húmedo rocío me envuelvey me estremeceNo arriba a término la fugaContinúoEl pálpito atestigua la existencia¿Dónde olvidar tal testimonio?¿Dónde negar tal credencial?Silenciosa me irémas no alcanza este canon la irrevocable coda

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¿Por qué buscar lo absoluto fuera del tiempo yno en esos instantes fugaces pero poderosos enque al escuchar algunas notas musicalessentimos que la vida tiene un sentidoabsoluto?

Ernesto Sabato

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A Robert Schumann

Para domar nostalgias abrazo muchas tardes tus cancionesLa calma soledad de la música ciñoLa queda desnudez del poema acaricioAviva cada estrofala infinita pereza de mi pasoAmbulo tus aldeaspaseo tus jardinesrecorro tus caminoshasta que tu valle me amparatus ruiseñores me adormecensacia mi sed tu manantialTransito vespertinas baladas para asir cada versoRomanzas crepusculares vagopara enredar sus rimasAzogado preludio tu sigloInmóvil gravedad de mileniosMe asomo esas tardes al azul donde morasy recóndita ocupola espléndida armonía de los trémoloshasta alcanzar su más humilde ordensu más modesta simetríaEn esas tardes para amansar tristezasinundo tus canciones El apacible curso de las notas anegoEl dócil cauce de la palabra orilloImpulsa cada sílabael cansino fluir de mi caudalNavego tus ríosatravieso tus puentesbalseo tus arroyoshasta que tus aguas me acogentu océano me albergamecen tus olas mi dolorErrante surco melodíaspara arar cada tonoPeregrino ansiosa la vozpara aprehender sus timbresNublada Pléyade tu humanidadArcano inaccesible de imágenesMe pliego esas tardes al sopor donde anidasy sonámbula aguardo

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la nocturnidad inerte de los tiemposhasta apresar su más fugaz instantesu más absoluto sentidoEntonces para asordar la penasusurran ich grolle nicht mis labiosmientras un proverbial diluviolentamente desciende

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A Sergei Rachmaninov

Primavera en Oneg, año mil ochocientos...Contrapunto y piano al unísonoalumbran el poema del héroeAtormentado Manfredqué misterioso crimen te impulsó a los infiernosqué atroz remordimiento te arrojó al Hadesqué enigmática lid libró tu voluntadpara en vano abolir al diablopara yacer en el fondo del Dniépersin más roce que escamas de sirenaValiente príncipe que aullando desperezasla memoria de los olvidadossu despertar ahonda de nuevoSe eleven tus arpegios sobre el mar de la cuerdahasta alcanzar sus olasla tempestad cíclica de acordesdonde el principio es findonde un círculo encierracualquier alumbre de añoranzacualquier asomo de pretérita luzcualquier signo de estrellaÁvido de abrazar lo eterno de lo oscurose adentró tu espíritu en La Estigiaviajó tu alma sobre la barca fúnebrehacia su melancólico destinohacia su solitario apagamientoAllí donde obsesivo se escucha un dies iraeAllí donde los remos de Carontedetienen su cursoal abrupto transparentarse del lagoAllí donde oscurece una vez másla fugaz claridad de ayeres imposiblesel terrenal allegro de tu país natalTodo tu pensamientotoda tu fuerza dedicastea templar cada frasea forjar armonías en yunque de metalesa detener el pesimismo de los arcosla pastoral tristeza del silencioel galope elegiaco de vientos y maderasMas el aire sombrío de la codarecuperaba en un perpetuum mobile la oscuridad de los orígenes

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Heterogéneo pulso te condenó al conflictoAmargas críticas te enmudecieronSólo a ti pertenecía la venganzaSólo tú suplicabasen el rincón callado de la nochea tu amada NataliaNostálgico cantorque lúgubre aguardaste siemprela implacable fatalidadAguarda ahora mi sinoEl sino aguarda de estos versosdonde amordesesperanzaangustia y éxtasisse fundena la tiniebla de tu querido nombre

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A José Hierro

Al inmortal de Bonn y al férreo vatejuntos cité en mi exiguo salónMelancolíamúsicaembriaguezy anónima quietudofrendó solemnela humilde invitaciónSentada entre ambos huéspedes sin apenas rozarlosllené tres vasoshasta el bordede un añejo licoramargo zumo de soledad maduraDespuéscual novicia anfitrionapermanecí inmutableSonó de Ludwig van Beethovenun cuarteto:número quince en la menoropus ciento treinta y dosNo sabremos nuncalo que escuchaba élmientras escuchamos nosotrosel rugir del allegroal iniciarse el movimientomientras brindamosa la manera lidiaen el adagiopor la inextinguible presenciade tan íntimo convalecientemientras tres ancianos cadávereshundidos en su asientolloraban el andanteTres seniles difuntosdespertando a la vidaen privada resurrecciónal ritmo de acordes exaltadosNo asomó hechizo en las miradasNo esbozaron sonrisa los labiosTres huraños semblantesapuraron el elixircantando ebrios alla marciaNi se alzó panegírico

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ni se intimó coloquioSólo confidencial reservatestimonió las horasFinalizado el prestoantes de despedirnosa Thomas Mannrendimos homenajeLuegosabiendo que jamás volveríamos a encontrarnosen piey contemplándose aturdidosme dijeron hasta mañanaFueron sus únicas palabrasFinalmenteagradeciendo su visitaabrí la puerta y se marcharonAsí pude algún tiempo al alentar un limboengalanado de corcheasdemorar mis suicidios

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A Carmelo AbadCuánto preludio amansó aquella tarde Cuánta elegía apaciguó esa tarde la pesadumbre de las horasCuánto silencio y cuánta músicadetuvo aquella tardeel volcán de la ausenciala lava de añoranzasAún encierra el alma fósil huellade aquel lapso indolentede aquella lenta tarde de total desnudezy aletear de yerbasAún guarda la memoria imborrable señalde aquella eternidad de instantesde aquel inmóvil suceder del tiemposobre cauces de olvidos y nostalgiasMelancólica tarde aquelladonde apacible y calmo el aire de un pianoescoltó a un violoncelo deslumbrante y febrilque traspasó velozrelámpago de luzrayo de vidados corazones frágilesdonde un ensoñador y fantástico allegromudó de pronto en un nocturno grisque estremeció enseguidapálpito de metallatir de acerodos alados espíritusInconsolable tarde aquelladonde después de la pasióny después del tormentoondeó intemporal una vela el andantehasta las olas enervar de nuestro ánimo donde al finalel sobrio ritmo del pianoy la interrogante reflexión del violoncelocompusieron el turbulento océano que tras los párpados ordenó tempestadesCuánto preludio invadió nuestros vientoscuánta elegía se tornó aguacerocuánto silencio y cuánta músicavehemenciafuegofiebrearroyó entonces

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A Ricardo R. Jácome

Aprender a olvidar quisemas inútil adiestramientosi trazó el surco de aquel añoarrugas en el almasi imprimió hondo vestigiola huella de ese díaSeguramente fuese nochevetusta noche tormentosaSeguramenteorillados al arcén los pasosinsomne la fatigaenardecido el ánimovolaron risas un aire interrumpidopor nubes y diluvioSeguramente íbamos ebriosmármol púrpura el rostrola boca arreboladalos ojos incendiadoscuando brotó de la garganta el sonFuera tonada neciafuera canción sagazuna desaforada nana acunó aquella nocheel aburguesado silencioTestimonial memoria guardo de ellaTurbio el sentidoenérgica la vozdesalado el andaratestiguaba en mi arrebatola anciana soledad de las ciudadesel viejo sonido de los ecosla antigua magia de las feriasTriste simulacro la vidaAprender a olvidar quisey este ejercido oficio me recuerdacada alumbre de alientocada brizna de solcada nota de sangre

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A Rafa Losada

Al abrigo de aquel inolvidable abril bajo la luminosa luz del fanal de la auroraasomó tu soledad frente a mi soledadY fue fantasía mi solitario andanteal presto enmudecerel habitual monólogo de mis notasY motivo de composición fue la fantasíaal ágil invadirla cotidiana inercia de mi cantoY se reiteró sin pausa el fantástico temaY sin tregua sonó la imaginaria melodíaContinua sucesión de sordas vocesPerpetua variación de sones roncosAcaso surcó tu fugaz rayolo oscuro de mi espírituo acaso traspasó mi negro corazóntu brusca claridadsi absoluto resplandeció mi erialbajo tu fugitiva llamasi eternos resplandecen mis desiertosbajo tu blanca incandescenciaAcaso se cernió en tu airemi ensoñador alientoo acaso se tornó contrapuntoel rastro del silenciosi avanzó tu soledad hasta mi soledadbajo la tenue luz del fanal de la nochey se fundió a tu voz mi vozhasta nocturna alzarseuna crepuscular interminable ariaY al abrigo de aquel abril inolvidableel primer beso de abrilcrepuscular fue míoY al interminable abrigo de abrilIl primo baccio dell’ aprile é mío

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Son líneas sin sentido éstas que trazo.Yo mismo no comprendo qué es lo quedejo en ellas. Acaso sea música de mialma.

José Hierro

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A Ludwig van Beethoven

I. Adagio, ma non troppo e molto expressivo

Con ademán de perlase agazapa la iraen la bocadócil se meceentre los labiosEn serena meditaciónse despliega en corcheasla austera fuga del violínRozan alas al violonceloInerte el alientoembarga la palabray presa recorrela finitud de la gargantaen paciente acechode inaccesible oasisNecio sueño la realidad

II. Allegro molto vivace

Imprecisosun poco ritardandoen suelto ritmo se encadenana la melodía inicialfamiliares motivosAcres hogueras la consumenFieros glaciares la sepultanSobre su extinto ímpetubaldea ahora la bilisy ese fresco embozoasalta enerveen reglado ordende intermitente éxtasisAgria sazón la hiel

III. Allegro moderato-Adagio

Preludia un doble acordeel ágil devenirdel extraordinario arabescoViolento alud las lágrimasSon impulsivo los órganos

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Vocalise tenaz de fusasEn el pecho horadadose enhebran las entrañasy ávidas prendenen ese mismo instanteel dulce sinsentidode embalsamar la ausenciaConciso margen el vacío

IV. Andante, ma non troppo e molto cantabile

Embebió al sol el viril FeboDerramó sangre un ciprés negroSiete glosas vibró el andante:primo largo crescendo urdimbre de silenciostravesura de trinosdiálogo de atrilesuna coral inmóvilvariación sotto voce y finalmente codaLa estéril sombrapreñó los esqueletosy hambrienta surcólos transparentes ríoslas secretas orillasde afilados cristales Ahíto marfil los huesos

V. Presto

Ni horas umbríasni gozos cuentanImprevisible danza rústicasul pont iciello agudoataca sin transiciónel movimientoEl llanto embriagóla sobria carneLa abstemia pielabrió sus cicatrices y el veneno vagósobre olas firmesun cancerado marde arterias enredadasAzogue puntual el agua

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VI. Adagio quasi un poco andante

Tartamudea ebrio el epílogoSe atesora íntima la vozEnuncia imborrable la violasu lied sobrecogidobreve rapto de amorLa desnuda mudezinvade el lechoy el obsceno vicio se anocheceEntregado al vaivéndel somnoliento pulsohuérfano duermeTierna hipnosis el corazón

VII. Allegro

Y que la muerte inunde prestael metódico hastíoInstrumental batallaa unísono de octavastensa la rítmica sonataFortissimo sagaz fuga toY fenecer despuésacompasadamentealentando entre cuerdasla música del airey engullendo un cuartetocomo única ponzoñaTítere extraño el alma

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Se extingue al fin el díay las estrellas aproximan la nochepara cercar la vigilia del hombreInsomne paz nocturna¿O acaso eres la muerte?Llena este pulso de arritmiade niebla estas pupilasTúque extranjera del orbe la voz callasy en latente silenciomece ánimos tu cariciaduerme desazones tu abrazotorna témpano este dolorgolpee tu vara hasta quebrarloy ensarten tus agujas los cristalespara así cuando cese tapicen abalorios el pechovidrios al corazón adornenLuego a mi lecho acudepara llorarlo en soledad conmigotras uno a uno clausurar los oficiosSorda indeleble témporaFrena la marchadetén el ritmoQue añejo olvido beban los labiosque los dientes atraviesen su umbralque ocupe la boca sus confinesy este absurdo interludio se concluya¿Cómo demorar la partida si sólo alumbra la creación el Tránsito si sólo bajo su luz esplende la existencia?¿Qué pródiga alucinación me aturde?¿Qué extraño cúmulo me ciega?Dulce EuterpeInvade sigilosa mi cansada alma¿Quién sabe si tu espíritual escuchar tan lamentable líricaextenderá sus alaspara con él llevarla?

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I.

La pienso aproximándoseAl palpar su perfil los dedospresagia la pieluna feroz ternuraEterno eco de miesDía tras díacuando febril delirio emergeun eclipse fugaz oculta la existenciauna tránsfuga luna ensombrece la tierramas apenas vislumbroel bostezo vital del universoun ávido rencorcon afiebrado afán asola el éxtasisCenicienta mañanaDiluviaHúmeda asoma la ciudadTelón de mar emboza los cristalesRebulle el aguaSe alza en olas hasta anegaruna a una cada nostalgiaSobre el blanco tapiz del vahoresbalan con lentitud sus gotas

II.

La imagino acercándoseAl tentar su acero la carneaguarda el frutouna otoñal vendimiaSu avance me conmuevesu música me turbaDía tras díacuando precoz visión alumbraun suave desvarío apaga los relojesuna tenue ebriedad extingue el airemas apenas respirola antigua náusea del oxígenoun íntimo estertorcon afilada hoztraspasa el tiempoTiembla la lluvia en el aleroAran sus agujas el muroEnmascarado tras las nubes

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el negro amanecerinexorable avanza

III.

La fabulo arrollándomeAl tocar su sexo los labioscomo a una novia ansío besarsu brocal púrpuracomo un amante ansío penetrarsu pozo inmaterialDía tras díacuando perpetuo germen brotaun tímido sudor atenúa la lumbreuna paz colegial desmaya la epidermismas apenas oigohormiguear al hombreentre rumor de fierasun misterioso vértigodespliega frente a mísu fértil diligenciaAlas de celo extiendehasta alejarmedel lechofinalmenteSe inicia el entreactoMientrasde luto rigurososurca una solitaria lágrimael semblante del alba

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Quiero la soledad del muertoQuiero acostar los huesosen la oscura madera respirarla sosegada músicadel cementerio:serenata para vientosopus cincuentaAquí ni vivo ni mueroSólo agonizoSólo tristeza tengoMelancolía de unos secos ojosdesangrando dunasde una negra arenacurvándose en meandrosde un sediento caudalcon avidez de océanoQuiero vuestro silencio muertospara siempre callarpues tiembla cada letra en la palabray se cierran las frasespara encarcelar dentromi sentenciaNo quiero acompañar entierrosni compartir sepulcrosEl agua del amanecerno surca mis venascauce imposible el marY no detiene su cursoel ala de la nocheGrávidas de sallloran sueños en el crepúsculo

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I. Allegro sostenuto-allegro

Avanzaron las agujas en el relojcon la puntualidad del hambreDonde era soledadestará el contrapuntodonde ahora es el silenciomuy pronto será canonY en otra habitual ofrendamudará en nocturno el contrapuntoy en un réquiem el canonen el acostumbrado ritoAvanzará una fugaen tan ceremonial dominioy alcanzará una codaen tan llorado oficio de tinieblassu universal destino

II. Allegro ma non tanto

Siempre el mismo rincónsiempre la misma mesaAquel rincón donde era el aire ascuay fósforo la luzAngular testigo de lucesincendiosalmenarasAquella mesa donde era niebla el vinoy el alimento lágrimaAlbergue horizontal de lluviasdiluviosaguacerosAquel rincón donde fue bálsamola músicaaquella tarde densaAquella mesa donde fue la música hipnóticoaquel sólido anochecerTúmulo humilde para barro y cenizasDesnuda losa para polvo y tierra

III. Molto adagio

Ascendió andante la oracióncual solemne plegariaNo tuvo testimonio el héroe

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ni credencial su ocasoAtrapado sobre una telarañaera su mente red y su cerebro laberintoCentenaria cárcel de eclipsesSecular dédalo de caosInmóvil tras la nubesintió el acero de su entrañacual arraigado espejocual anciano cristal el vidrio de sus venasy reflejó su memoria un arco irisal tornarse piedra su pechomusgo su corazónEspectral herrumbre de fósiles y huellas

IV. Alla marcia- assai vivace

Fue sepulcro la alcobaAposento usual de adormiderasy aguijonesFue la cama ataúdAsiduo lecho de matorraly cienoFue sudario la sábanaEmbozo familiar de gárgolasy caucesAmortajó el sudariobasta urdimbre de aurorasla anestesiada sierpeAlbergó el ataúdcrepuscular topografía de sueñosel rigor insensibleEncerró el sepulcronocturna dimensión de azaresla gris anatomía

V. Allegro appassionato

Se abrieron sus ojosDonde fue soledadahora todo era afluenteTodo era aluddonde silencio fueAvanzó la miradaEra la savia orvallodogal el airebisturí la luz

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Y un manantial de nácarestalló perla a perlade los oscuros irisDonde música hubosólo habrá tempestadesDonde fue amanecerya siempre será noche

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Creo que la melancolía es, en suma,un problema musical: una disonancia,un ritmo trastornado.

Alejandra Pizzarnik

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AmaneceNo alumbra el solla albura de los murosCeniza el cielo apenas si saludaNo saluda su gris apenas ni al anciano que bosteza su miedoni a la mujer que su ansia prostituyeni al niño que vomita su hambreEs frío como mármol su deseado rostroRostro donde la claridad es duermevelarostro donde el azul es disonanciaEnmudece nocturna su faz como otoñal atardecer se agosta

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Debo escribir ahora los versos más inútilesLos versos de las noches sonoras donde el auraal penetrar la estancia dejó aroma de alcohol entre las sábanasAquel corto poema donde quebró el latidola palabra:Cuando es muerte la vida yviviendo se muereFragmentos de rubíserrín de lunaDebo escribir ahorafirme la letradistinguido el afánen renglones derechos como árboles en filatodo lo que olvidé y todo lo que olvidoPues cada verso de un poema cada estrofa de una composiciónsólo es ángulo de memoria donde junto al café o al whiskyun mar de negras olas permaneceSólo puedo escribirsi tuviese la suerte de encontraralgún finalpues los versos postreros siempre dejansobre el papel su gusto amargo

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Aúlla corazónPregona la vergüenza del sigloA gritos proclama su ignominiaInvade los eriales donde lloran semillasEmpapa las arenas donde agonizan saucesIntenso aúlla hasta cesarel servil pulso de la horda la infame arritmia del enjambreAúlla corazónTu aullido oculte el Astroy clausure los vientosAgria despuntó la mañanaprincipiando con dígitos cansinosel último mayo del milenioEco de carnaval ampara el cielohuella de procesión la tierra albergaDiosas y reyes embriagadosenarbolaron insignias fariseasen comparsa de títeres y necios Trampa insolente fue la fiestaaudaz ardid la conmemoraciónAúlla corazónEmbarga el éxodo ambulanteDerriba la gloriosa naciónAborta el bárbaro diluvio Aúlla corazón al fatuo mandarína la estólida tropaal estandarte arriadoRebosen estas líneas el pliegoy que también aúllen estos versosbaldía oda ante la sordedad inmensurable del planetaSólo su propio salmo escuchasólo a su propia letanía atiendeAúlla corazónSu salmo alcance tu alaridosu letanía tu trastornado ritmo

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Al transitar la nocheoscurala tenue luzde su perfil lejanome descubre escondidaMineral desnudezen el crisol amabledel olvidoBrasa de aliento afinó el dueloNo templa el corazónla cuerdade sus díasNo miente su verdadNo llueven sus mejillas

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Sobre el escenario de los supervivientesun día más avanzo a contratiempoSe despereza habitual el horizonteVerde máscara hoy su urbano rostrobucólico ademán su civil rictusTenso se despereza hasta extendersu abrazo sobre nuestras celdasSupervivientes de un íntimo naufragiopenados somos hoy en sus galerasAbrazo que ciñe nuestro olvidohasta despertar su latente añoranza Mientrassu asiduo cursoadquiere el tiempoA través de las rejas contemplo resbalar sobre el cristal de lluviala interminable flota de segundosY es ocaso el amanecer en ese instante y el atrezzo desolaciónpenumbraagotamientoY una ola de ojos se deslizasobre esa eternidad de aguaY tibia sal se orilla a las pupilasal vislumbrar en ese océanola infinita melancolía de los supervivientesla absoluta nostalgia de los muertosPuede entonces olerse el olor del silencioa través de la músicaAmalgama de hechizo y realidadUna música con mucho dolor dentroMucho dolor y también muchas lágrimasY la música duele hasta enlazarmehasta inmovilizarme entre dos murossu luzmi sombra El tiempomientras tantoavanza sobre su naval geografíasobre ese muaré donde inmóvil me hallodonde inmóvil escucho vuestra vozcompañeros de celda¿Quién soy para surcar de vuestra fugaalgún sublime pliegue¿Quién para caminar una sutil arrugade vuestro contrapunto?

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Soy quien os ceba os nutre os alimentaquien os refugia os acoge os hospedaPorque imprescindible preciso vuestra vozpara asordar los estertores de una cárcel donde esbirro candil alumbra las memoriasY yo no quiero recordarni el veredicto de culpabilidadni la sentencia de los tribunalesque a la prisión de los supervivientes me condenaAlzad pues vuestro canto con poderoso ímpetupara que impulse mi garganta y cante también yoaun si es dogal mi vozhorca mi cantoImplacable patíbulo la músicaUna música con tanta muerte dentroTanta muerte y también tanta vidaUn día másse extingue vuestra vozse apaga vuestro cantonuestra música muerecon ese final que no lleva al silenciocon esa inevitable puntual disnea

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De nuevo una desconexión equivocada Es la número cuatro y aún no han pasado cinco añosFue tan sencillo hacerlo que debí sospechar el desaciertolo contraproducente de estas fugas estérilesla torpe coda de tan súbito impromptula inútil variación de tan viejo motivo Debí suponer que tan tenaz errarera el eterno circular retornola sempiterna inhábil rotación el epílogo natural a tan impulsiva oberturala lógica conclusión de tan entusiasta preludioY el relámpagola pausael truenode repente irrumpieronY las trompaslos trombonesla tubainiciaron el exaltado ritmo de este scherzode este capricho pastoralde esta en definitiva soledadque ahora canto y canto sin tregua a media voz y la voz ronca para no despertar a nadiecon este inoportuno soncon esta melodía a destiempoA destiempo e inoportunaporque el dolor al irrumpirabrirá heridasY duelen tanto después las cicatricesAsí que sorda cantaré cada horacada minutocada segundocada instante de cada inacabable díade cada fugaz noche Detrás del pentagrama cantaré para sobrevivircantaré para no recordarpara no alumbrar el olvido añoranzaspesaresarrepentimientosAñejo material de alumbreCantaré para acallar el curso torrencial de la sangre en sus cauces azuleso del agua al cristalizarse

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en los surcos del rostromientras destila sueños la memoriaIrreal esencia de fábulasY el nudola tramael desenlacecesaron de repenteY de violinesviolasvioloncelosrezumó la piel notas en su verde ataúdVerde ataúd de escarchavientonubesdonde a escuchar mi canto se detiene el silencioparéntesis entre dos músicasuna ajena rapsodia el réquiem familiar

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Esto es el ParaísoAgreste disonancia de armónicospara un glaciar de células estériles bajo una vieja arquitectura ósea¿Por qué asoma la herrumbre al otro lado del espejocuando inerme se refleja mi imagen?Desde su fuente primigenia brota el orín sobre la calva superficie del azogueVerde crin del ParaísoCómo hieren tus filamentos de esmeraldaCómo apuñala tu aterciopelada humedad Petrifica la voluntad ante tu látigo madrugadory habita el grito la inválida armazónal contemplar inmoble tu fértil decorado Es la teatral vuelta al siempre aterrador vergelal mismo edén inexorable Paraíso este brocal de arena y saldonde ejecuto a tientas esta composiciónpara finalizar una vez más en ese negro pozo donde densas gotas de muerteprecipitan al fondo de las aguasun poso púrpura de mármolLosa algún día de mi frágil alborotar de lunacuando atesore en caja de maderalos añicos agazapados hoyentre los pliegues de tu tapiz de fangoCuánta ociosa doblezCuánta textil endebleEs tu alfombrado vello latente lodazaldonde mis plantas se hunden sin prenderjunto a un llorón desnudo y amputados rosalesParaíso de tullidosparalíticoslisiadosParaíso para suicidas patológicosartistas del adagio y la píldoraque oficiaron su artecon singular afán y excepcional torpezaPara aprendices del acto de morir es este oasisUn espejismo en mitad del desiertoUna óptica ilusiónfrente al motín de humoresla rebelión de hormonasel tumulto de órganos del inepto aprendiz de tan macabro oficioVocacional fallida profesión

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para el puñado de electrificados alambressin conexión ni terminalde una anatomía putrefactaY es que estoy habitada por un cáncerParaíso de la metástasis esta ficticia paz¿O acaso me posee algún endemoniado espíritu?¿Paraíso estigio tal vez esta alucinacióno tal vez Hades?Mas algo oscuro y acre me recorre algo entrelaza mis insomnios a la amnesia del lechomientras ensayo anochecerante un público de metalesde vientos de cuerdasOleaje de acordes golpeando tenazel dique de mi cristalizado cauceRecuerdos y nostalgias se desbordan de mi horizontal yacente geometríaDonde el sonido se mecíaahora ausencias se mecenAusencias que traspasa el sonidoimprescindible tósigo aguijónpara extravagantes verdugos y patéticos mártiresFrustrados artífices del hambre¿Dónde está tu emponzoñado néctar?¿Dónde tu narcótica variación?¿Dónde tu magistral hipnosis?En este cementeriotierra de crisantemos y cipresesdespierten las ánimas la anestesiada bilis al fúnebre compás de un toque de difuntosPreludie un dies irae este transir fugadoTan sombría oración atestigüe esta codaApague mi sordina de cal tan litúrgica vibraciónAcudan al duelo todas las inmortales vocesParaíso de la resurrección este polífono finalAcudan de riguroso luto violines violas violoncelos pianosInconsolables y afligidos acudid a llorarmeLloradme tanto como os lloré yoEstallen desde vuestras cuerdas tempestadesborrascasaguacerossobre la inerte quillaSe inunden las sentinas de fusas y corcheasNaufrague al fin en vuestro puerto este barco de cargaDársena ineficaz vuestro paraíso orquestal

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Baldío ancón para fondear tanto disturbiotanto hacinado caos en apenas un fósiltanto secular desconciertotanta otoñal opacidadPartituras en blanco sobre laberinto de atrilesdonde pausa a pausa intentarla definitiva e irrevocable despedidaY es que música y mar tienen el mismo origeny la misma continuidady el mismo límiteParaíso de náufragos esta musical criptaAtonal cavidad donde albergar los jirones de heridacuando todas las cicatrices desplieguenpétalo a pétalo sus rojas bocassobre el níveo rigor de mi agraz desnudezY esto es el ParaísoAgonizante crepuscular salmodia interpretada tras las rejas del tiempopor la laringe inmaterial de innumerables horascomputadas lágrima a lágrima por la clepsidra de mis intemporales ojosErrante manantial buscando en vanoparaísos artificiales donde nota a nota sobrevivir en el pentagrama del aguaAbisal Música sangrada verso a verso

Isabel Holguín

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