Isabell Beyel - Mark Hachem · A simple vista los rostros femeninos son lo más evidente, sin...

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Isabell Beyel ESPEJISMOS DEVELADOS REVEALED ILLUSIONS At first glance, the images are obviously of female faces, however, upon closer inspection, a world of neatly arranged fragments tells us of a possible mirage where, suddenly, that image that we were looking at becomes an illusion. A simple vista los rostros femeninos son lo más evidente, sin embargo en la observación detenida, un mundo de fragmentos ubicados ordenadamente nos habla de la posibilidad de un espejismo en el que, de repente, esa imagen que veíamos se ha vuelto ilusoria. Por Luciana Acuña. Critica y curadora de arte (Argentina). Imágenes cortesía de la artista. acida en Mönchengladbach, Alemania, Beyell se forma académica- mente en derecho y recursos humanos, hasta que en 2003 se vuelca de lleno de manera autodidacta al mundo del arte. Sus primeros pasos los realiza de la mano de la pintura al óleo y en acrílico, hoy la técnica mixta, junto al collage y la pintura sobre plexiglás, la definen en un estilo propio y particular, consolidándose como una de los exponentes del arte contemporáneo alemán. Si bien muchos textos la definen como una artista realista y esteta, es prefe- rible destacar su mirada más allá de las apariencias de una imagen cerrada y delimitada. El punto de la partida de su proceso creativo guarda estrecha relación con la fotografía, y es solamente eso, un punto de partida de algo que trasciende la figura retratada de la primera impresión. Esto genera que la observación de su obra sea necesariamente detallada y detenida, no apta para apresurados o alienados urbanos que viven en plena ligereza de la vida. Invita al espectador a detenerse y observar, es allí en donde lo que aparentemente sugiere un rostro femenino -que enfrenta con su mirada al espectador- de repente se transforma en un sinfín de fragmentos de objetos. orn in Mönchengladbach, Germany, Beyell studied law and human resources, until doing a complete 180-degree turn in 2003 and becoming a self-taught artist. Her first pieces were done in oil and acrylic, but today mixed-technique, along with collage and painting on plexiglass are what define her particular style and establish her as one of Germany’s most contemporary artists. Although many texts define her as a realist and aesthete, it is better to highlight her view as an artist that goes beyond the outer appearance of a closed and defined image. The starting point of her creative process is closely related to photography, and it is nothing more than that, a starting point for something that transcends the depicted figure of the first impression. This makes it necessary to observe her work thoroughly and in a detailed manner, which isn’t fit for those in hurry or the alienated city dwellers that live lightheartedly. She invites the viewer to stop and observe her work. It is there, that she apparently suggests a female face –which challenges the viewer with its gaze- that suddenly transforms into endless fragments of objects. b n Alemania | Germany Artista Multidisciplinar | Multidisciplinary Artist xx . xx

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Isabell BeyelEspEjismos dEvElados

REvEalEd illusions

At first glance, the images are obviously of female faces, however, upon closer inspection, a world of neatly arranged fragments tells us of a possible mirage where, suddenly, that image that

we were looking at becomes an illusion.

A simple vista los rostros femeninos son lo más evidente, sin embargo en la observación detenida, un mundo de fragmentos ubicados ordenadamente nos habla de la posibilidad de un espejismo en el

que, de repente, esa imagen que veíamos se ha vuelto ilusoria.

Por Luciana Acuña. Critica y curadora de arte (Argentina).Imágenes cortesía de la artista.

acida en Mönchengladbach, Alemania, Beyell se forma académica-mente en derecho y recursos humanos, hasta que en 2003 se vuelca de

lleno de manera autodidacta al mundo del arte. Sus primeros pasos los realiza de la mano de la pintura al óleo y en acrílico, hoy la técnica mixta, junto al collage y la pintura sobre plexiglás, la definen en un estilo propio y particular, consolidándose como una de los exponentes del arte contemporáneo alemán.

Si bien muchos textos la definen como una artista realista y esteta, es prefe-rible destacar su mirada más allá de las apariencias de una imagen cerrada y delimitada. El punto de la partida de su proceso creativo guarda estrecha relación con la fotografía, y es solamente eso, un punto de partida de algo que trasciende la figura retratada de la primera impresión. Esto genera que la observación de su obra sea necesariamente detallada y detenida, no apta para apresurados o alienados urbanos que viven en plena ligereza de la vida. Invita al espectador a detenerse y observar, es allí en donde lo que aparentemente sugiere un rostro femenino -que enfrenta con su mirada al espectador- de repente se transforma en un sinfín de fragmentos de objetos.

orn in Mönchengladbach, Germany, Beyell studied law and human resources, until doing a complete 180-degree turn in 2003 and

becoming a self-taught artist. Her first pieces were done in oil and acrylic, but today mixed-technique, along with collage and painting on plexiglass are what define her particular style and establish her as one of Germany’s most contemporary artists.

Although many texts define her as a realist and aesthete, it is better to highlight her view as an artist that goes beyond the outer appearance of a closed and defined image. The starting point of her creative process is closely related to photography, and it is nothing more than that, a starting point for something that transcends the depicted figure of the first impression. This makes it necessary to observe her work thoroughly and in a detailed manner, which isn’t fit for those in hurry or the alienated city dwellers that live lightheartedly. She invites the viewer to stop and observe her work. It is there, that she apparently suggests a female face –which challenges the viewer with its gaze- that suddenly transforms into endless fragments of objects.

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Alemania | GermanyArtista Multidisciplinar | Multidisciplinary Artist

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Sin muchos indicios de lo que nos pueda brindar la artista, se puede comenzar a descubrir su obra a través de la herramienta discursiva de los títulos de cada obra, los que nos ofrecen la oportunidad de generar lecturas abiertas y subjetivas de la percepción propia de cada uno, como ocurre con la obra Fata Morgana. Esta pareciera vincularse con la película homónima de Werner Herzog, de 1969, y además con la no-ción de espejismo, el cual hace evidente la tesis sobre esta mirada en particular, ya que el espejismo es una imagen aparente que -incluyendo al deseo sobre algo- en la distancia representa una cosa y al acercarnos muestra otra. Sin embargo, ambas situaciones son representaciones de la realidad, como bien ilustra el clásico ejemplo que se genera en plena naturaleza producto de las corrientes de aire caliente en espacios áridos como el desierto y que generan una idea de movimiento visual que sugiere un espejo de agua.

En el caso de las obras de Beyel, la apariencia de estas féminas hermosas, jóvenes y radiantes que en la lejanía se ven perfectas, muestran otra realidad al acercarnos y notar de qué están hechas. Es por algo que cada una de ellas nos enfrenta con la mirada, ¿nos invita a acercarnos? Muchas veces desafiantes, en otras sorprendidas o melancólicas, la pose podría conside-rarse una constante, la mirada en profundidad de unos azules intensos. Son todas muy jóvenes y espléndidas, ¿modelos? ¿Y qué guardan detrás de ellas estas solitarias ménades?

Miles de fragmentos ordenados, pensados y rigurosos, esos fragmentos con los que se construye la memoria, y que de inmediato nos hablan de su origen y desecho, podríamos suponer que la expresión de deseo de una juventud radiante, como la de estas mujeres retratadas ¿tienen la misma finalidad del desecho, en el ocaso de su uso? ¿Es acaso una crítica a la sociedad de consumo en la que estamos inmersos y cómo esa lógica de lo ilógico se aplica a los seres humanos?

Para la mayoría de la gente la observación de estas jóvenes se traduce en un ideario de belleza, asemejándolas a las modelos, y nos naturaliza la idea de que la belleza va de la mano de la juventud. Las damas mayores no son objeto de belleza de las grandes marcas de diseñadores, salvo contadas excepciones, es entonces en donde nuestra decadencia como sociedad entra en juego ya que permitimos esta mirada cosificada de los seres humanos, en este caso de la figura de la mujer.

Without much of an indication as to what the artist can provide us, we can start to discover her work through the discursive tool of the titles of each piece, which give us the chance to create open and subjective interpretations of the perception itself of each piece, as occurs with the piece Fata Morgana. This seems to be connected to the film by Werner Herzog of the same name from 1969. It also seems to be connected to the notion of a mirage, which makes the thesis about this particular view clear, since the mirage is a feigned image that –including the desire about something– depicts something in the distance and upon getting closer it shows something else. However, both situations are representations of reality. They also illustrate a classic example that is created in the middle of nature and that is the product of hot air in arid spaces like the desert and that generate a sense of visual movement that suggests a reflection on water.

In Beyel’s work, the appearance of these beautiful, young and radiant women that look perfect from far away show another reality upon getting closer to them. From up close you can see what they are made of. For some reason, each of them challenges us with their gaze. Are they inviting us to get closer? They are often challenging, but others are surprised or melancholy, and their pose could be considered a constant theme in her work. Another common theme is the depths of the intense blue eyes. All of them are young and splendid. Perhaps they are models. What is hidden behind these lonely maenads?

Thousands of arranged, thought out and meticulously placed fragments are used to construct memories. These fragments immediately create a dialogue about their origin and disposal. Could we assume that the expression of desire of a radiant youth, like that of these depicted women, has the same objective as waste, in its declining use? Is it perhaps a critique on the consumerist society that we are immersed in and how that logic of the illogical is applied to human beings?

For most people, seeing these young women translates into an ideology of beauty and they compare them to models. This naturalized us the idea of beauty going hand in hand with youth. With very few exceptions, older ladies are not an object of beauty for major brands and designers. Therefore, our decadence as a society comes into play since put up with this objectified view of human beings, or in this case, of the female figure.

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However, Beyel’s view shows us a double-sided analogy. On one side, we have that female face of planned obsolescence (the decline of beauty); and, on the other, we have the material waste created by the prevailing brutal consumerism. In both cases, finitude and waste are created and, even worse, they are turned into something that is common by our intrepid society which can’t see beyond its own particular means of measure, thus showing a complete lack of empathy towards others.

Nowadays, when it is important to be fully aware of natural resources and their controlled and regulated use, it is also important to completely change our mindsets. Above all, based on the current prevailing warlike context, where hundreds of thousands of immigrants have escaped from war, and where they have become the idea of societal waste, people that nobody wants to see and that nobody takes care of.

In Les Mèmoires, hundreds of black and white photographs are piled up. Who could have taken them? Memory becomes a fragment and based on the artist’s decision to incorporate the photos in her work, it becomes a means of rescue. We don’t know the story behind each woman. We also don’t know anything about their lives. We only have the enigma of wanting to know why someone decided to record that moment. It is through this, that when bringing them all together, we have a sum of moments, bits of life. In this particular case, the female face is no longer kept in a predominant position. We even get a glimpse of gestural work through the almost fully black expressive brushstrokes. The skin is made up of corks, the eyes aren’t blue, but rather a deep and piercing black, the blood-red lips scare us into going beyond the women. Her defiant work invites us to get a glimpse of the importance of photographic records, in a time where computers rule. The permanence of the memories is on the verge of disappearing. The vast expanse of digitalizing images doesn’t guarantee they will last forever, the abundance of photographic applications and the invention of the most narcissistic quality of photography, the selfie, turns life into some kind of beautiful filter where everyday life is posing and ready for a picture.

Beyel shows us that that individuality and lack of empathy, brings about –as a result– a societal decadence which invites us to stop and look beyond our superficialities.

Sin embargo, la mirada de Beyel nos muestra una analogía en dos es-tratos, por un lado ese rostro femenino de obsolescencia programada (el ocaso de la belleza); y, por el otro, los desechos materiales generados por el brutal consumismo imperante. En ambos casos la finitud y el desecho son generados y, lo que es peor, naturalizados por nuestra sociedad que impávida no puede ver más allá de su termómetro particular, trayendo de manifiesto una completa falta de empatía hacia el otro.

En estos tiempos, en los que se hace urgente una plena consciencia de los recursos naturales y de su uso controlado y regulado, también se vuelve apremiante un cambio rotundo de mentalidades. Sobre todo desde el actual contexto bélico reinante en la que cientos de miles de inmigrantes escapan de las guerras, y donde se convierten en la idea de desechos de la sociedad, gente a la que nadie quiere ver, de la que nadie se hace cargo.

En Les Mèmoires, cientos de fotografías en blanco y negro son apiladas, ¿quiénes las habrán tomado? El recuerdo se transforma en fragmento y desde la decisión de la artista de incorporarlas a su obra, en rescate. No sabemos la historia detrás de cada una de ellas, ni la vida detrás de ellas, sólo el enigma de querer saber por qué alguien decidió registrar ese momento, es así que en la conjunción de todas tenemos una suma de instantes, de jirones de vida. En este caso, en particular, el rostro femenino ya no guarda un lugar predominante, incluso se vislumbra en una gestualidad dada por las pinceladas expresivas de un negro casi pleno, la piel está construida a partir de corchos, la mirada no es azul sino profundamente negra y penetrante, los labios rojo sangre nos intimidan a ir más allá de ella. Desafiante, nos invita a vislumbrar la importancia de la documentación de los registros fotográficos, en una época en la que la virtualidad nos domina, la permanencia de los recuerdos se encuen-tra al filo de su desaparición. La masividad de la digitalización de las imágenes no es garantía de permanencia, la profusión de aplicaciones fotográficas y la invención del aspecto más ególatra de la fotografía, la selfie, hace de la vida una suerte de filtros bellos en la que la cotidianei-dad es posada y preparada.

Beyel nos muestra que esa individualidad y falta de empatía, trae apareja-do una decadencia de la sociedad, con lo cual -como corolario- nos invita a detenernos y mirar más allá de nuestras superficialidades.