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Ismael Arevalillo García, OSA Centro Teológico San Agustín. Afiliado a la Facultad de Teología de la UPSA ALCANCE DE LA DESAMORTIZACIÓN ECLESIÁSTICA EN EL PATRIMONIO DEL CONVENTO DE LOS TRINITARIOS DE LA VILLA DE CUÉLLAR (SEGOVIA)

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Centro Teológico San Agustín. Afiliado a la Facultad de Teología de la UPSA

ALCANCE DE LA DESAMORTIZACIÓN ECLESIÁSTICA EN EL PATRIMONIO DEL CONVENTO DE LOS TRINITARIOS

DE LA VILLA DE CUÉLLAR (SEGOVIA)

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Resumen: En este artículo se ofrece un estudio del impacto de la desamortización eclesiástica en el convento de los Trinitarios de Cuéllar. Su presencia en esta localidad abarcó un periodo de tiempo de casi seis siglos, lo cual propició que mencionada Orden religiosa ocupara un puesto de primera relevancia en la vida cotidiana y en la estructura social, económica, cultural y religiosa de Cuéllar. Se traza una historia que arranca desde la fundación del nuevo convento (1554) hasta su abandono en tiempo de las desamorti-zaciones. Durante este espacio temporal, estos religiosos se dedicaron a la celebración de los diversos oficios litúrgicos, a la administración de sus haciendas y a la enseñanza de Moral en la cátedra conventual, haciendo de su convento uno de los más estimados por la población cuellarana.

Palabras clave: Trinitarios, Cuéllar, Segovia, fundación, inventario de bienes, invasión francesa, Guerra española de la Independencia, frailes.

SCOPE OF ECCLESIASTICAL CONFISCATION IN THE PATRIMONY OF THE CONVENT OF THE

TRINITARIANS OF THE VILLA OF CUÉLLAR (SEGOVIA)

Abstract: In this article it is offer a study of the impact of ecclesiastical confiscation in the convent of the Trinitarios de Cuellar. Its presence in this locality covered a period of time of almost six centuries, which caused that mentioned religious Order occupied a position of first importance in the daily life and in the social, economic, cultural and re-ligious structure of Cuéllar. It is traced a story that starts from the foundation of the new convent (1554) until its abandonment in time of the confiscations (1835). During this temporary space, these religious dedicated themselves to the celebration of the various liturgical offices, to the administration of their haciendas and to the teaching of Moral in the conventual chair, making their convent one of the most esteemed by the population of Cuellarana.

Ismael Arevalillo García, OSACentro Teológico San Agustín. Afiliado a la Facultad de Teología de la UPSA

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ALCANCE DE LA DESAMORTIZACIÓN ECLESIÁSTICA EN EL PATRIMONIO DEL CONVENTO DE LOS TRINITARIOS

DE LA VILLA DE CUÉLLAR (SEGOVIA)

Estudios Segovianos 117, Tomo LX (2018), pp. 219-246

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Key words: Foundation, inventory of properties, Spanish War of Independence, french invasion, friars.

Fecha de recepción: 3/02/2018Fecha de aceptación: 1/03/2018

Sumario: 1. Introducción. Del arroyo Cerquilla a la ermita de San Blas. 2. La forma-ción del patrimonio conventual. 2.1. La formación del patrimonio conventual. 2.2. Los bienes raíces de los Trinitarios Calzados de Cuéllar. 2.3. La subsistencia del convento. 3. Alcance de la desamortización en los bienes eclesiásticos de los Trinitarios Calzados de Cuéllar. 3.1. Efectos de la ocupación francesa. 3.2. Los años del Trienio Liberal (1820 - 1823). 3.3. La supresión definitiva (1835). 4 Conclusión. 5. Siglas. 6. Bibliografía

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1. Introducción. Del arroyo Cerquilla a la ermita de San Blas

La presencia de los Trinitarios Calzados en la villa de Cuéllar se remonta a principios de siglo XII, cuando edificaron su primer emplazamiento junto al arro-yo Cerquilla. La villa segoviana en aquella época fue una de las más importantes de la zona del Duero, con una importante población mudéjar y con una serie de privilegios que quedaron establecidos en su Fuero Real.

Los frailes de esta Orden religiosa mencionada estuvieron en esta población cerca de 600 años, pasando de este originario lugar a otro más seguro y próximo a la ciudadela en el siglo XVI.

El convento de la Trinidad de Cuéllar, fundado en 1239, tuvo su primera ubi-cación extramuros de la villa, junto al arroyo Cerquilla, en el paraje conocido con el nombre de Peleagudos. Allí se mantuvo hasta mediados del siglo XVI cuando la comunidad se trasladó a la ermita de San Blas1. Las causas de este cambio fue-ron el mal estado del edificio, a punto de hundirse y con necesidad de hacerse todo nuevo; y el deseo de D.ª Ana y D.ª Francisca de Bazán, nobles cuellaranas, de que religiosos estuvieran más cerca de la población, vivieran con más tranquilidad y sosiego, así como que pudieran decir mejor sus horas de oración, ser ayudados con más limosnas y poder acercarse a decir misa a la vecindad. Por estas razones, Fr. Martín de Requejo, ministro de la casa y monasterio; Fr. Diego López, vicario; y Fr. Juan de Mendoza, una vez que obtuvieron las licencias de su ministro pro-vincial de Castilla, P. Fr. Francisco de Marina, del obispo de Segovia, Gáspar de Zúñiga; y del Duque de Alburquerque, acordaron pasarse a la ermita de San Blas que estuvo junto a los muros de la villa, fuera de la puerta de Santa María. Este lugar en aquellos momentos iniciales del traslado estuvo sin tejado, todo descu-

1 Collar de Cáceres 2000, 39. Véase también Velasco Bayón 1996.

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bierto, con las paredes ruinosas y parte de ellas caídas, siendo necesario repararlas y reedificarlas. Igualmente, fue imprescindible bajar el suelo, hacer los altares y asentar los retablos. Asimismo, no hubo limosnas, ni rentas, ni cuarto alguno para la vivienda y el claustro2.

Fue el día 10 de agosto de 1554 por la noche, ante el escribano de número de la villa Juan Gómez, cuando los Trinitarios tomaron posesión de la ermita. Este auto se realizó de la manera que relato a continuación. Los religiosos trasladaron en carretas dos puertas grandes, una campana y dos maderos procedentes de su antigua casa. Los frailes, junto con los carreteros Pedro Negro y el hijo de Juan Sacristán, descargaron la campana del carro y la metieron en el interior de la ermi-ta. Después de que cavaron un par de hoyos en la tierra, junto a la torre y alejados de las paredes, metieron en ellos cada poste de madera, dejándoles clavados y bien asentados. Posteriormente, cogieron la campana y la colocaron sobre estas dos vi-gas hincadas en el suelo. A continuación, armaron el badajo y tañeron un repique en señal de toma de posesión. Toda la comunidad pidió al escribano que levantara acta de lo acontecido3. Al día siguiente, a las tres de la madrugada, Fr. Martín de Requejo, junto con los otros dos padres mencionados y el resto de hermanos, ante la presencia del escribano y un grupo de personas, ordenó el desalojo de la ermita y, una vez que cerró las puertas, empezaron de nuevo a tocar la campana y a en-tonar cantos de un sitio para otro en señal de posesión para siempre jamás, para que fuese iglesia y casa de la Santísima Trinidad y todos los fieles gozasen de las gracias e indulgencias que tuvo concedidas. Una vez que amaneció, a las siete de la mañana Fr. Diego López, por mandato del P. Prior, dijo misa en el altar situado a mano izquierda según se entró al templo. Finalizado el oficio divino entonó un responso rezado. Finalmente, solicitaron al escribano que redactase testimonio y acta de lo acontecido para guarda de su derecho de propiedad y de cómo habían dicho la misa y los demás actos de posesión4.

Poco a poco se fue levantando el edificio conventual. Sobre el antiguo ábside mudéjar se construyó la iglesia de estilo gótico. Antonio Velázquez, Francisca Zurita y Salvador Velázquez, fundaron en amplio camarín a espaldas del altar mayor, con la carga de una misa perpetua de aniversario. Así constó en la escritura de fundación de esta Memoria realizada ante Tomás de Figueroa, escribano de Cuéllar, el 14 de mayo de 17375.

2 AHN. Clero. Secular - regular, legajo 6251.3 IbId.4 IbId.5 AHPSg. DH. Caja - 82 / 26, f. 8r.

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Por lo que respecta al patronato de la capilla Mayor, fueron las ya mencionadas D.ª Ana y D.ª María Bazán quienes por amor y servicio a Dios, por arreglar alguna parte de la ermita y por hacer el mayor bien posible al monasterio y frailes que mo-raron en su interior, las que desearon tomar bajo su patronazgo la capilla Mayor de la iglesia conventual. Se comprometieron a reedificar esta última, reforzar las paredes y cubrirlas, todo a su costa. Además, dieron 2.000 ducados repartidos en dinero, haciendas, censos o rentas. A cambio de tan generosa donación y para la construc-ción y posterior conservación de esta fundación, sendas damas exigieron a los frailes una serie de condiciones:

1. Los frailes debieron darles el retablo de la capilla Mayor y la reja de made-ra de la otra casa próxima al arroyo Cerquilla, para que ellas la mandasen quitar y traer al nuevo emplazamiento.

2. Asimismo, debieron de cederlas toda la teja necesaria procedente de la antiguo convento para cubrir el tejado de la nueva capilla Mayor.

3. Los religiosos se obligaron a mantener y reparar cualquier desperfecto, y si no lo hicieren, el patrón o administrador de la hacienda lo haría a costa de la comunidad.

4. Si por algún caso la capilla se ensanchase o alargase siendo necesidad, que toda ella quedase en posesión de ellas, y que nadie tomase posesión de la misma aunque diese gran suma de dinero y la quisiera hacer de nuevo Mayor ensanchando la iglesia.

5. Que ningún monasterio de la misma Orden pudiera llevarse nada de la hacienda de 2.000 ducados.

6. Que por cualquier necesidad de la casa religiosa y que por ninguna razón ni causa alguna, aunque sea buena y santa, no se enajene ni se venda el juro de los 2.000 ducados.

7. Que ningún fraile del dicho monasterio ni otra persona alguna de cualquier condición que sea, se entierre en la capilla salvo ellas y quienes éstas dispongan.

8. Si las susodichas hubieran fallecido antes de emplear los 2.000 ducados, el patrón llevaría a cabo esta inversión.

La carga de esta fundación fue una misa de réquiem con responso al final sobre su sepultura cada día, aplicada por sus almas y las de sus difuntos y las de aquellos de quien fueran encargos. Esta misa no se dijo en los días de fiesta, guar-dándose la liturgia de ésta. Los días de la Virgen oficiaron la misa cantada y el responso. La fundación se hizo realidad el 13 de septiembre de 15546.

6 AHN. Clero. Secular - regular, legajo 6251.

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Poco a poco se fue adornado con diversas alhajas y ornamentos. A fecha del 12 de marzo de 1631 fueron: una lámpara de plata, un juego de casullas de ter-ciopelo morado y otro con las armas del fundador, un frontal de seda de Damasco para el altar con seis pinturas y un facistol7.

Este patronato de origen nobiliario, como he expuesto en este tratado, con el paso del tiempo se convirtió en una de las más importantes de Cuéllar, llegando a tener el convento un gran esplendor, en todos los sentidos, durante las centurias siguientes hasta la desamortización.

2. La formación del patrimonio conventual

Con el paso del tiempo la comunidad religiosa fue consolidando su presencia en la villa, llegando a ser este convento uno de los más prestigiosos en la comarca. La comunidad siempre mantuvo un número considerable de miembros, así por ejemplo, en 1752 tuvo dieciocho religiosos y dos legos8. Ahora bien, entrados en los avatares políticos del siglo XIX, éste siempre dependió del carácter más mo-derado o progresista del Gobierno.

La influencia social que tuvieron los Trinitarios les hizo merecedores de una serie de donaciones y fundaciones que acabaron conformado un patri-monio conventual similar al de algún que otro noble castellano. Algunos de estos legados fueron el de Isabel Vallejo, vecina de Zarzuela del Pinar, quien en 1767 donó al convento con la carga de tres misas cantadas con diácono y subdiácono, un total de veintidós parcelas y cinco viñas. De Petronila de Ve-lasco y León, casada de segundas nupcias con Diego Bazán, heredaron toda su hacienda ubicada en el término de Santiago del Arroyo y dos viñas, la primera en la jurisdicción de Portillo y la segunda de Iscar, con la carga de una misa de aniversario perpetuamente, dar al cura de Santiago del Arroyo la limosna de cinco misas rezadas y decir cien misas rezadas con su responso en la capilla Mayor. De los vecinos del pueblo anteriormente mencionado, por la fiesta de Santo Tomé, recibieron todos los años una cántara de vino, una fanega de pan y cuatro libras de tocino9.

De los benefactores del convento no sólo recibieron tierras y casas, también cuantiosos censos impuestos sobre toda clase de bienes. En el año 1745, Luis

7 AMC. Sección II, legajo 1, n.º 2.8 AGS _ CE _ RG. Libro 548. Imagen 086.9 AHN. Clero. Secular - regular, legajo 6254.

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Antonio Rodríguez reconoció a los frailes una escritura de censo, cuyo capital principal fue de 1.468 rs. y su rédito anual al 3% resultó ser 48 rs. pagados todos los años el 25 de marzo10. Pedro González, vecino de Cuéllar, reconoció al con-vento en la fecha del 21 de junio de 1630, un censo impuesto sobre una vivienda en la colación de Santo Tomé, de réditos 4 rs.11. Alonso Fernández, también ve-cino de la misma localidad, fundó en este convento con fecha del 30 de abril de 1626, una capellanía con carga de misas e hipotecando un censo de 390 ducados además, de otros 400 ducados que tuvo sobre una casa en Madrid sita en la calle de la Abada12.

Salvador Velázquez fundó en el convento, por escritura otorgada el 30 de julio de 1739, la cátedra de Moral13. Él, junto con sus padres, Antonio Velázquez y Ma-ría Zurita, dejaron heredades suficientes para mantener esta fundación tal y como quedó constatado en una escritura rubricada en Valladolid el 7 de junio de 177414. Esta cátedra tuvo todos los años una asignación pecuniaria para su sostenimiento. Así lo reflejó el libro de cuentas en 1782:

“Fr. Agustín Rodríguez, presidente del convento de religiosos de la Santísima Trinidad de Cuéllar extramuros de esta villa y Fr. Pedro Romero, lector jubilado de Sagrada Teología y actual de la Cátedra de Moral dotada en el mismo convento con la cantidad de 882 rs...” 15.

2.2. Los bienes raíces de los Trinitarios Calzados de Cuéllar

Las parcelas que tuvo el convento, fruto de las donaciones y de las compras que hicieron los religiosos, se localizaron en las demarcaciones de la Comuni-dad de Villa y Tierra de Cuéllar (Cuéllar, Chatún, Narros, Campo de Cuéllar, Gomezserracín…) y en los pueblos de Santiago del Arroyo, Cogeces de Iscar y Aguilafuente.

En el apeo de bienes conventuales realizado el 26 de marzo de 1775 por Pe-dro Martínez, Juan García y Baltasar de Álvaro, con el fin de ser presentado a

10 AHPSg. DH. Caja - 21 / 24, f. 2v.11 AHSg. DH. Caja - 82 / 26, f. 7r.12 Id., f. 8r.13 AHN. Clero. Secular - regular, legajo 6252.14 AHPSg. DH. Caja - 82 / 26, f. 8v.15 AMC. Sección II, legajo 2, n.º 9.

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Lucas Gutiérrez de Celis, corregidor de la villa, se mencionaron las siguientes tierras situadas en el término de Cuéllar y en diversos parajes del mismo:

1º. Tierra en el sitio del Barco de Ntra. Sra., de dos obradas, lindando a parcela del beneficio de San Pedo.

2º. Un par de parcelas de dos obradas y media y media obrada en La Carre-ra, junto a tierra del convento de Santa Clara.

3º. 4 tierras en el mismo sitio que las anteriores de diez obradas de cabida.4º. 1 obrada en el sitio de La Cruz.5º. En el paraje de Las Ontanillas, junto al sendero llamado de Los Galle-

gos, apearon otras dos obradas y media.6º. Dos obradas y media en El Salinero.7º. Cuatro obradas en El Botiller, pasando el molino.8º. En el camino que fue a La Dehesa, en el paraje de Tras de la Horca, cerca

de la cañada que subía a Escarabajosa de Cuéllar, detentaron otra obrada.9º. Varios lotes en Val de Olmos, de cuatro y cinco obradas.10º. Ocho tierras en Val de Canalejas.11º. Dos tierras de superficie obrada y cuarto en Val de San Juan.12º. Ocho tierras en el lugar de Batán.13º. Obrada y media en el Camino de Santillo, antes llamado de las Eras de

San Salvador.14º. Cinco obradas y media en Mingo Vicente.15º. Nueve obradas y cuarta en Coladillo.16º. Tres obradas y media en el paraje de Toledanas.

Más parcelas en Peña Grajales, Cumbre las Canteras, Robledo, camino de El

Henar, camino de Vallelado, Eras de San Andrés, Fuentes Llueve y Salinas. El apeo mencionó un total de cincuenta y ocho fincas16.

En Santiago del Arroyo y San Miguel del Arroyo tuvieron tierras, huertas y cercados, que se localizaron en los parajes de Camino de Cogeces, junto al arroyo y Valdecarilla. Poseyeron más fincas en Membibre de la Hoz, Mudrián, Pinarejos, Chatún; y viñas en Aguilafuente y Cogeces de Iscar.

También heredaron casas en Valladolid en el Barrio Tenerías. Cobraron varios censos en Cuéllar, Bahabón y portillo. Recibió la comunidad 1.000 rs. anuales por la Obra Pía del Hospital de Convalecientes de la villa para adornos de la capilla Mayor y sacristía17.

16 AHN. Clero. Secular - regular, legajo 6251.17 AHN. Clero. Secular - regular, legajo 6253.

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Los censos que cobró la comunidad en el año 1752, que fue cuando se termi-naron las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada referentes a la villa de Cuéllar, fueron18:

Capital principal Réditos anuales Pagador

650 rs. vellón 19 Antonio Matesanz, vecino de Cuéllar

650 rs. vellón 19 rs. y 14 mrs. Agustín de Cuéllar, vecino de Adrados

970 rs. vellón 29 rs. y 2 mrs. Juan de Blas, vecino de Cogeces de Iscar

756 rs. vellón 22 rs. y 24 mrs. Lorenzo Martín, vecino de Bahabón

4400 rs. vellón 132 rs. Mateo del Río, vecino de Martín Muñoz de las Posadas

300 rs. vellón 9 rs. Antonio Montero, vecino de Cuéllar

412 rs. vellón 12 rs. y 12 mrs. Frutos del Sol, vecino de Cuéllar

1.478 rs. vellón 44 rs. Josefa Quevedo, vecina de Cuéllar

23.717 rs. vellón 694 rs. y 28 mrs. Francisco Bustamante, vecino de Valladolid

Todos estos bienes sirvieron para que la comunidad pudiera vivir y, por lo tan-to, para el mantenimiento del monasterio como expongo en el siguiente apartado.

2.3. La subsistencia del convento

Para el mantenimiento diario, la comunidad se sirvió de diferentes medios: explotación de las tierras, bien a través de arrendamiento a terceros o mediante el cultivo propio, alquileres de casas, cobro de censos, estipendios por la celebración de misas, venta de los productos del campo, ingresos por la cátedra de Moral y limosnas recibidas, como aparecen en los Libros Becerro del convento. La manera que tuvieron los religiosos de recaudar sus rentas y los distintos trabajos que rea-

18 AHPSg. E 78. Libro III de Eclesiásticos. Municipio de Cuéllar, ff. 473v - 476r.

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lizaron, así como de percibir limosnas para su sustento, fue a través del pago en dinero o en especie. A continuación expongo varios ejemplos.

Desde diciembre de 1799 hasta marzo de 1801, la comunidad recogió las si-guientes cantidades de granos procedentes de sus tierras: seiscientas una fanegas y once celemines de trigo, doscientas trentia fanegas de cebada y treinta fanegas de centeno19.

Las rentas cobradas en especie también constituyeron un apartado impor-tante dentro de las cuentas conventuales. Éstas procedieron de los agricultores que labraron las parcelas que tuvo la comunidad en distintos pueblos próximos a Cuéllar: Olombrada, Cogeces del Monte, Chañe, Hontalbilla, Gomezserracín, San Miguel y Santiago del Arroyo, Aguilafuente, Pinarejos, Mudrián, Vegrafría y Arroyo de Cuéllar. En el año 1764 fueron: doscientas treinta y tres fanegas y tres cuartillos de trigo, ciento noventa y nueve fanegas, un celemín y dos cuartillos de cebada; y diez fanegas de centeno20.

Los religiosos también recogieron limosnas en especie (granos) que ellos pi-dieron por los pueblos durante la época de la siega y trilla. En el Libro de Recibo del año anteriormente mencionado se recogen estas entradas:21

Limosnas en grano. Año 176421

Pueblo Trigo Cebada Centeno

Cuéllar Recibimos de la limosna en el agosto que pidió Fr. Juan en Cuéllar dieciséis

fanegas de trigo … 016

De cebada y avena del mismo agosto

veinticuatro fanegas… 024

De centeno nueve fanegas… 009

Olombrada De agosto de Olombrada que pidió el P. Fr. Jorge recibimos veintitrés fanegas de

trigo… 023

Recibimos del mismo una fanega de cebada…

001

---

Cogeces del Monte

Recibimos ocho fanegas del agosto que pidió el P. Valeriano…

008

Recibimos del mismo agosto siete fanegas y media de cebada y

avena… 007

Del mismo seis fanegas de centeno… 006

19 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11671, f. 157v.20 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11674, f. 114v.21 Id., f. 113v.

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Montemayor Recibimos en este agosto que pidió el P.

Fr. José Fernández seis fanegas… 006

Recibimos del mismo nueve fanegas y media de cebada… 009… 6

De centeno cuatro fanegas y media…

004… 6

Chañe Recibimos de este agosto que pidió el P. Núñez catorce fanegas

de trigo… 014

Recibimos del mismo nueve fanega y media de cebada… 009… 6

De centeno cuatro fanegas y media…

004…6

Hontalbilla Del agosto que pidió el P. Fr. Sebastián

González recibimos diez fanegas y media de

trigo… 10… 6

--- ---

SUMA 77,6 51 25

Igualmente, en ocasiones, los frailes cobraron los servicios religiosos realizados en localidades próximas en granos. Fue el caso del año 1804, cuando oficiaron la Semana Santa en Chañe y en Gomezserracín, recibiendo un total de treinta fanegas de trigo22.

A pesar de ser muy sustanciosas las rentas e ingresos en especie, no llegaron a alcanzar el volumen de los recibos en metálico por los diferentes conceptos o traba-jos realizados y de los que ya he hecho alusión en este estudio. Avala esta afirmación los capítulos de ingresos de los Libros Becerro. Expongo un ejemplo de ello.23

Cuentas del convento de La Trinidad de Cuéllar. Abril a mayo de 182623

Concepto Cantidad Ingreso (rs.)

Centeno 2 fanegas 24Cebada 1 ½ fanega 16 rs. y 16 mrs.Trigo 1 fanega 28Trigo 1 fanega 28Misas 25 misas a 4 rs. cada una, 10

por la intención de Ana Acebes, 10 por el ánima de Sebastián

Martín, vecino de Hontalbilla y 5 por un vecino de Cuéllar

100

22 Id., f. 208v.23 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11673, ff. 32 r - 33v.

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Misas 25 misas encargadas por Se-bastián de Fernando, vecino de

Olombrada, por el ánima de María, su hija

100

Hospital de convalecientes por la

cátedra de Moral

1200 rs. a cuenta de los atrasos de las dos fundaciones, y quedan debiendo sin incluir el año 26, los 800 rs. que restan hasta los

2000 rs. que dieron. Se pagaron al lector de Moral los cursos de

23 en 24 y 24 en 25

1200

Trigo 1 fanega 16Cebada 14 ½ fanegas 130Trigo 5 fanegas 110Misas 10 misas a 4 rs. por el ánima

de Basilio Cabrero, vecino de Perosillo

40

Cebada 4 fanegas 34Centeno 1 fanega 12

Trigo 2 fanegas 31Pellejos 4 pellejos 19Trigo 2 fanegas 42trigo 5 fanegas 65

TOTAL 1996 rs.

Aunque no está contenido en la tabla anterior, también fueron muy conside-

rables los arriendos rústicos y los alquileres de casas cobrados en dinero. En 1815 tuvieron cedida la huerta de Santiago del Arroyo por 80 rs. anuales24, y en 1824 Juan Martín tuvo en alquiler una morada en Cogeces de Iscar a razón de 55 rs, anuales25.

En otras ocasiones, la suplencia de las plazas vacantes de los curatos vecinos a Cuéllar fue ocupada por los religiosos Trinitarios, como ocurrió en la parroquia de Vallelado, que estuvo a cargo del P. Fr. Santiago Álvarez hasta la toma de po-sesión del cura D. Manuel Gómez Limia. Por esta interinidad cobró la comunidad 2.050 rs. que en diciembre de 1810 aún no se le había embolsado26.

24 Id., f. 2v.25 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11672, f. 105v.26 Id., f. 77v.

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El capítulo de gastos se concretó en el pago de los jornaleros, la manuten-ción de la comunidad religiosa, arreglos de desperfectos en el convento, pagos de diezmos, gastos con los huéspedes, limosnas a los pobres varias veces al año, sobre todo el día de la Santísima Trinidad y en el macho de redención de cautivos27.

Desde enero a mayo de 1765 gastó la comunidad en grano las siguientes cantidades28:

Mes Trigo Cebada Centeno

Enero 8 fanegas de trigo con la comunidad

5 ½ fanegas en caballería y huéspedes

10 fanegas

Febrero 10 fanegas de trigo con la comunidad y pobres

7 ½ fanegas en sembrar y huéspedes

---

Marzo 7 fanegas de trigo 8 ½ fanegas ---Abril 9 fanegas de trigo 10 fanegas en la caballe-

ría de la casa y huéspedes---

Mayo 10 fanegas de trigo y otras 15 fanegas en deu-das y en préstamos a los

labradores

8 fanegas40 fanegas a costa de la

obra20 fanegas en el trasiego de traer el vino de Nava

de Roa

---

Las limosnas entregadas a los necesitados se contabilizaron con frecuencia dentro de los gastos. Así, por ejemplo, en las cuentas de febrero de 1833 figuraron 6 rs. entregados a los pobres en la portería del convento29 y en las de marzo de 1834 un total de 4 rs. para los presos de la cárcel30.

En el pago del diezmo, por ejemplo, tuvieron que dar once fanegas y once celemines de trigo a la iglesia de Santa Marina en noviembre de 180031.

27 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11671, ff. 235r - 237v.28 Id., f. 39v.29 AHN. Clero. secular - regular, libro 11672, f. 189r.30 Id., f. 198v.31 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11671, f. 59v.

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3. Alcance de la desamortización en los bienes eclesiásticos de los Trinita-rios Calzados de Cuéllar

3.1. Efectos de la ocupación francesa

Con la llegada de la soldadesca francesa a la Península, los conventos quedaron a merced de las necesidades de las tropas imperiales: almacenes para guardar la munición, cuadras para los caballos y lugar de residencia para la tropa, fueron los destinos más comunes que dieron los nuevos inquilinos a los edificios conventua-les. Éstos fueron objeto de la más refinada rapiña y cruel expolio, pues los ejércitos del Emperador se adueñaron de todas las piezas (cuadros, joyas…) de valor que encontraron en el interior de los conventos. Además, el Ayuntamiento les exigió la entrega de 31 fanegas de cebada para el suministro de la milicia napoleónica32.

En el AHN, legajo 6251 de clero, se conserva una crónica titulada: “Testi-monio literal de la información de testigos dada por Dn. José Esparza ex regu-lar trinitario conventual que fue de Cuéllar sobre la extracción de alhajas de su convento”33. En esta memoria se recogen las declaraciones de Fr. José Esparza, exclaustrado del convento de La Trinidad; de Beltrán Velasco, criado de la co-munidad en tiempos de la invasión; de Santiago Avellón, Juan Vicente Esteban y Vicente Serrano, los tres vecinos de Cuéllar, acerca de la barbarie obrada por los franceses cuando saquearon el convento. La situación en la que quedó el convento fue tan calamitosa, que una vez que regresaron los frailes de nuevo, en diciembre de 1814, tuvieron que recurrir a préstamos para solventar las deudas de reparación del edificio y poder llevar una vida digna. En el Libro Recibo de los años 1746 - 1835, se anotó lo siguiente de estos años de postguerra: “Pero bien sabe informado S.P.M.R de las tristes ocurrencias de aquella época y de las grandes dificultades que se ofrecían en liquidar cuentas…”34.

La ayuda para cubrir los gastos de reedificación vino también de los propios frailes, como fue el caso del P. Fr. José Seisdedos, quien adelantó de su dinero 600 rs. para las primeras obras del convento en 181535.

La venta de propiedades para sufragar estos costes y hacer frente a los em-préstitos fue otra vía de desahogo. El 26 de julio de 1815 vendieron en subasta

32 AHN Clero. Secular - regular, libro 11672, f. 74v.33 AHN. Clero. Secular- Regular, legajo 6251. Ver documento anexo.34 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11671, f. 199v.35 AHN. Clero. Secular - regular, libro 11673, f. 2v.

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pública unas tierras a Ambrosio Cavañar, quien pagó por ellas 14.000 rs.36. En las cuentas del 21 de marzo de 1818 figuró la venta de un majuelo titulado La Segoviana para pagar deudas. Éste tuvo una cabida de doce obreros y su precio de venta fue de 475 rs.37.

3.2. Los años del Trienio Liberal (1820 - 1823)

Pasado los seis años del Sexenio Absolutista (1814-1820), en marzo de 1820 el rey Fernando VII juró la Constitución de Cádiz y se inició un nuevo periodo Constitucional en el que fueron asumidos los principios del Texto Gaditano. El régimen liberal, ante la crisis de la Hacienda Pública, buscó de nuevo encontrar caudales, enlazando íntimamente los problemas financieros con la reforma de los regulares. Esta idea culminó con el decreto del 25 de octubre de 1820 por el que fueron suprimidos todos los conventos con menos de doce profesos ordenados in sacris, medida que alcanzó a los Trinitarios de Cuéllar.

Fue el 9 de marzo de 1821 cuando se presentó el comisionado del Crédito Pú-blico para proceder al cierre del convento. La diligencia de este auto de posesión fue de la siguiente manera:

“Constituidos los señores D. Joaquín de Ayala, alcalde constitucional de esta mis-ma Villa; D. Manuel de Burgos y Barona en representación de la comisionada subalterna del establecimiento del Crédito Público en este Partido, D. ª Petronila Baraona y Aparicio; D. Antonio Sáenz en representación de la Hacienda Pú-blica Nacional por comisión del Caballero Intendente de la ciudad y provincia de Segovia, y Fr. José Seydedos ministro del citado convento, se procedió a la toma de posesión del mismo, sus pertenencias por todos los conceptos y demás destinados al establecimiento del Crédito Público, y a continuación a la formación del inventario con arreglo a lo prescripto en Real Orden de cuatro de noviembre del año último. Inmediatamente y acto continuo se presentaron en todas las oficinas de dicho con-vento en representación de Crédito Público y demás encargados de la formación de inventario, habiéndose entregado a aquel quieta y pacíficamente de todas las llaves respectivas de las mismas oficinas, y en su virtud se dio principio al inventario” 38.

36 Id., f. 4v.37 Id., f. 17r.38 AHPSg. DH. Caja - 81 / 24, ff. 1vr.

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En este documento aparecen todos los bienes muebles (pinturas, ornamentos, alhajas, diversos utensilios…) e inmuebles (fincas rústicas y urbanas, censos…) que fueron propiedad de la comunidad y que les fueron incautados por el Estado.

La relación de tierras y casas que la comunidad tuvo arrendadas, según consta en la ya mencionada crónica de 1821, y que pasaron al Crédito Público fueron39:

Pueblo y término Bien incautado Renta anual (rs.)

Cuéllar 2 cercados con pared de piedra en la parte de arriba

del convento

14

Cuéllar 2 cercados en la parte de abajo del convento

380

Cuéllar 2 aulas junto a la entrada del convento y el corral

102

Cuéllar Heredad de tierras 113 fanegas por mitad de trigo y cebada

Santiago del Arroyo Huerta del Alamar 80Arroyo de Cuéllar Heredad de tierras 80 rs. pagados en mitad de trigo,

mitad de cebada de buena calidad

Aguilafuente Heredad de tierras 6 fanegas de trigoCampo de Cuéllar Heredad de tierras 2 ½ fanegas por mitad de trigo y

cebada

Chatún Heredad de tierras 4 fanegas por mitad de trigo y cebada

Cogeces de Iscar Heredad de tierras, majuelo y casa

55 rs. en metálico y 14 fanegas de trigo y cebada

Escarabajosa de Cuéllar

Heredad de tierras 8 fanegas por mitad de trigo y cebada

Gomezserracin Heredad de tierras 4 fanegas de trigo y 7 de centenoMembibre de la

HozHeredad de tierras 6 fanegas y 6 celemines por mitad

de trigo y cebadaPinarejos Heredad de tierras 4 fanegas por mitad de trigo y

cebadaNarros de Cuéllar Heredad de tierras Sin arrendar por falta de colono

San Martín Heredad de tierras 7 fanegas de centeno

39 Id., ff. 5r - 6r.

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San Miguel y Santiago del Arroyo

Heredad de tierras 50 fanegas por mitad de trigo y cebada

Vallelado Heredad de tierras 9 celemines de trigo y 9 celemines de cebada

Torregutierrez Heredad de tierras 8 fanegas por mitad de cebada y centeno

Cuéllar 3 majuelos titulados la Pariña, el Mesón y el Rey

Labrados directamente por la comunidad

Los vasos sagrados, alhajas y ornamentos fueron descritos en el inventario en cuatro apartados: iglesia, sacristía, coro y campanario. Aquí se anotaron todos los cuadros, objetos y ornamentos litúrgicos. La relación que se hizo de los mismos y que fue recogida por los peritos, es la crónica expongo acto seguido:

“Iglesia: el retablo del altar mayor con 2 pinturas de lienzo que representaron los Fundadores de la Orden, la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios con corona de hoja de lata y con un vestido de seda morada muy antigua, 4 candelero dorados muy bien cuidados, 1 juego de sacras de madera de pino sin marcos ni cristales, 1 misal muy antiguo con atril de nogal, 1 cruz de nácar con 1 crucifico pequeño de meta, 1 sabanilla de tela, 1 altar forrado de lienzo, 1 cubierta de encerar, 1 copón de cristal en el que se halló custodiado el Santísimo Sacramento, 1 caldero con su hisopo de metal dorado, 1 esquila, 1 escalerilla de 3 pasos de pino, 1 retablo pequeño de construcción salomónica, con la efigie en talla de San Félix de Baloy y el altar con 1 sabanilla de lienzo; 1 tarima de pino nuevo en dicho altar anterior, 1 retablo de la misma construcción que el anterior con la efigie del beato Simón de Rojas, con 1 rosario; 1 cuadro pequeño que contuvo las palabras de la consagración, 1 cruz de madera forrada de cristal muy antigua, 1 misal muy antiguo con su atril de pino, 1 sabanilla de lienzo, 1 escalera de madera que sirvió para subir al púlpito, 2 con-fesionarios de madera de pino, 4 bancos con respaldos de pino.Sacristía: 1 cajonería de nogal con 6 cajones. 1º cajón: 4 casullas encarnadas con 3 estolas, 2 manípulos, 1 paño para el cáliz, 1 bolsa para corporales de seda de Da-masco. 2º cajón: 1 terno completo de capas, dalmáticas, casullas, estolas, collarines, manípulos y paños de facistol; 1 banda de Damasco blanca, 1 casulla de seda de Damasco blanca; 1 casulla de seda blanca, de varios colores con estola y manípulo; 3 paños blancos de cáliz y 2 bolsas de corporales. 3º cajón: 2 casullas moradas completas con 1 bolsa de corporales y paños para el cáliz del mismo color; 1 paño de púlpito de seda blanca bordado en oro, otro igual que el anterior pero de color morado, 2 casullas verdes con manípulo y estola banca, y 1 bolsa de guardar corporales verde.

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4º cajón: 1 capa negra de seda de Damasco, 1 casulla negra de seda con estola y manípulo, 1 casulla negra de seda y con cenefas blancas, con manípulo y estola; 1 manga de cruz de seda blanca. 5º cajón: 3 albas de tela, 1 roquete de tela, 3 amitos, 2 cíngulos, 3 jugos de corporales, 4 purificadores, 1 incensario y naveta de latón, 1 cruz de latón, 2 pares de vinajeras de cristal, 1 cáliz con patena y cucharilla de plata, 1 ritual viejo, 1 andas pintadas, 1 hostiario de nogal, 2 hornacinas de cristal muy estropeadas con 2 imágenes del Niño. Coro: 1 facistol de pino con 1 misal viejo, 3 bancos sin respaldo que sirvieron de sillería. Campanario: 1 campana pequeña situada en la espadaña del convento” 40.

El fin de estas propiedades, sobre todo las rústicas y urbanas, fue la adjudica-ción en pública subasta al mejor postor. En los recibos de venta entregados el 28 de junio de 1823 por D. Mateo Murga, comisionado de Arbitrios de Amortiza-ción, aparecen varias tierras, huertas y viñas de este convento de la Trinidad de Cuéllar adjudicadas a José Rojas y a su mujer, vecinos de Madrid, por el precio de 88.550 rs.41.

La comunidad quedó restablecida de nuevo el 12 de julio de 1823, durante el ministerio del P. Predicador Fr. José Seisdedos42.

3.3. La supresión definitiva (1835)

La difícil situación económica del país, la influencia de los políticos liberales en la corte de la reina regenta María Cristina, así como la ansiada reforma agra-ria y modernización de país, pusieron el caldo de cultivo para la gran desamor-tización de Mendizábal. El 24 de julio de 1835, bajo el gobierno del Conde de Toreno, se volvió a publicar un decreto por el que se suprimieron de nuevo los conventos con menos de doce profesos. Aquellos conventos que no cumplieron este requisito ya estuvo claro su destino: la supresión. De nuevo los comisiona-dos de Amortización empezaron a hacer inventarios de bienes cuyo fin volvió a ser el mismo: el Estado se adueñó de ellos con vistas a su posterior venta, y así poder solventar la maltrecha economía. Unos meses más tarde, en marzo de 1836, se promulgó la Ley de Desamortización General por la que se suprimie-ron todos los conventos, excepto los colegios-seminarios destinados a formar

40 Id., ff. 10v - 11r.41 AHPSg. DH. Caja - 62 /3.42 ANH. Clero. Secular - regular, libro 11671, f. 221v.

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misioneros para Asia (Agustinos Filipinos de Valladolid, Agustinos Recoletos de Monteagudo y Dominicos de Ocaña).

Los edificios conventuales fueron abandonados a la más plural de las suertes: derribo para construir casas, ensanchar calles y plazas, y pasar a ser propiedad de la Administración y de particulares. El convento de la Trinidad de Cuéllar fue comprado por D. José Rojas, siendo repartido entre sus descendientes. En 1877 parte de él perteneció a D. Pablo Sáez43.

Por lo que respecta a los religiosos, una vez que salieron de sus conventos se convirtieron en exclaustrados y estuvieron abocados a múltiples destinos, siendo el más común el de teniente ecónomo en las parroquias cercanas a sus conventos. En el Parte que ofreció la Junta de Regulares de Segovia de 1838 al Ministerio de Gracia, se mencionaron dos exclaustrados procedentes del convento de la Tri-nidad de Cuéllar: Fr. Santiago García y Fr. Salvador González; el primero ejerció de teniente ecónomo en la parroquia de Frumales y el segundo en la de Nieva44.

Sus haciendas, al igual que las del resto de las casas religiosas, se fueron li-citando al mejor pujante. Este proceso duró varios años. Así, por ejemplo, el 5 agosto de 1850, salieron a subasta diecinueve obreros de viña distribuidos en seis trozos de tierra de tercera calidad y situados en el término de la villa. Su valor de tasación fue 996 rs., pero el comprador Remigio Sebastián pagó un precio final de 2.200 rs. Las suertes adjudicadas fueron45:

Título de la viña

Paraje Superficie (obreros)

Valor de la tasación (rs.)

Valor de la venta (rs. vellón)

El Rey El Bercial 20 40 800El Mesón El Cerralbo 6 40 30

Patiño El Cerrabo 2 40 12El Tinajo El Escaño 4 40 24

Patas La Honda 14 40 70Patas La Florida 13 6 60

Por lo que respecta a las obras de arte, éstas corrieron múltiples destinos: pillajes, apropiación indebida, ventas a bajos precios y el traslado a un lugar más

43 AMC. Serie V, 28 (1).44 AHN. Clero. Culto y Clero, legajo 191.45 AHPSg. DH. J 326 / 30.

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seguro, generalmente a la capital de provincia para que pudieran ser custodiadas en un lugar más fiable hasta buscarles un acomodo definitivo. Aquí estuvo el ori-gen de los museos provinciales. Con este último propósito, el jefe político de la provincia de Segovia se dirigió con fecha del 28 de enero de 1840 al alcalde de Cuéllar a través de una carta en la que le solicitó un presupuesto de lo que podría costar la conducción de todos los libros y pinturas de los conventos suprimidos de San Francisco, La Trinidad y monasterio de Basilios46. Ante este requerimiento el regidor contestó en lo referente al convento de Trinitarios Calzados lo siguiente:

“En el altar mayor de la iglesia de este convento hay cinco cuadros de lienzo que se gradúa el valor de cada uno en casi 100 rs. Además, hay otros tres, también de lienzo, uno que representa al beato Simón de Rojas, otro a Ntra. Sra. y el otro a la Anunciación, valorando los dos primeros en 50 rs. cada uno y el tercero en 100 rs. Existe así como una arroba de libros útiles que podrían servir para el mismo fin que los del anterior convento por lo que su valor es de 25 rs. Para la traslación de esto será necesario un carro a 80 rs.” 47.

Unos años más tarde, el 26 de abril de 1842 y, en virtud del fracaso de la Comisión Provincial de Monumentos, Laureano María Muñoz, jefe político de la Provincia, se volvió a dirigir al alcalde de la villa en estos términos y con este fin:

“Debiéndose reunir en esta Capital los libros, pinturas y demás objetos artísticos y científicos procedentes de los extinguidos conventos de regulares de esta provincia, he determinado que inmediatamente se procedan a recoger los que existen en ese y demás pueblos conforme al inventario que se formó al verificarse la extinción y obró en este Gobierno Político: a este fin nombraré los comisionados que tenga a bien y aún pasaré en persona a los puntos que juzgue convenientes; más para evitar toda dilección y entorpecimiento, prevengo a V. haga ver a quien corresponda que todos los expresados efectos han de estar reunidos y prontos a entregarse por el inventario sin que pueda faltar nada de lo que consta anotado, pues en el caso de no hallarse todo completo, procederé contra la persona o personas que se hicieron cargo y firmaron con el alcalde de aquel año, a quienes se les formará la siguiente causa criminal conside-rado a las que en algo se hayan utilizado como usurpadores de los bienes nacionales, reduciéndoles por tanto a prisión e imponiéndoles las penas que las leyes marcan a tan odioso delito; sin prejuicio de exigirles gubernativamente en el acto la multa de

46 AMC. Sección II, legajo 21, n.º 19, f. 133v.47 Id., ff. 141r - 142v.

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mil rs. y el valor de los efectos sustraídos. Y como este Gobierno Político tiene sobra-das noticias confidenciales relativas al mal uso que en algunos puntos se ha hecho de los efectos de los conventos; dispondrá V. que se le entregue sin pérdida de momento por las personas en cuyo poder existan con cualquier motivo o pretexto, por cuyo medio podrán evitar los resultados que en contrario habrán de experimentar según dejo manifestado. Del recibo de esta Orden y de su puntual cumplimiento me dará V. parte inmediatamente; en el concepto que le exigiré la más severa responsabilidad si no se ejecuta cuanto dejo prevenido con toda eficacia y exactitud” 48 .

Los efectos existentes en el convento de La Trinidad y que debieron ser remi-tidos a Segovia por el alcalde constitucional fueron: doce cuadros con diferentes pinturas y otro que tuvo que entregar un ex - fraile que fue ministro de dicha casa religiosa49.

Conclusión

A lo largo de estas páginas he intentado dar una visión de lo que fue este ce-nobio y del alcance de la desamortización en sus bienes. Para la elaboración del mismo he recurrido a fuentes primarias: Archivo Municipal de Cuéllar, Archivo Histórico Provincial de Segovia, sección hacienda, y al Archivo Histórico Nacio-nal, secciones clero secular - regular, y culto y clero. De gran utilidad han sido los inventarios de bienes que se hicieron en vísperas de las supresiones conventuales llevadas a cabo durante el Trienio Liberal y la época de Mendizábal; así como los Libros Becerro; pues en ambos aparecen datos de gran valor para el conocimiento de la historia concreta de cada cenobio: propiedades, modo de vida de la comu-nidad y sobre todo −debido a la época que nos ocupa− cuando se suprimió y se volvió a reunir una comunidad religiosa. Igualmente, de la gran utilidad ha sido la obra de B. Velasco Bayón50, sobre todo para la primera parte de la elaboración del texto en la que expongo los orígenes de esta fundación.

El convento de los Trinitarios Calzados de Cuéllar llegó a ser todo un em-blema para mencionada población. Sus religiosos fueron tenidos en gran estima por las gentes locales, pues la proximidad al núcleo urbano hizo que fuera uno de los conventos más concurridos de la villa. Las magnánimas cesiones o dotes que

48 Id., ff. 127v - 128v. 49 Id., f. 131v.50 Velasco Bayón 1996.

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recibió, desde la nueva fundación en la ermita de San Blas y posteriormente a lo largo de los años de su existencia, son el mejor testigo de ello. Su presencia fue una enorme riqueza para Cuéllar en varios sentidos: primeramente cultural, pues tuvieron una biblioteca digna y una cátedra de Moral muy considerada y valorada, como lo demuestran las constantes donaciones que tuvo esta fundación, de las que ya he hecho mención en este estudio; religiosa, ya que los frailes trinitarios cola-boraron con las parroquias locales y en muchas fiestas locales fueron solicitados; artística, testimonio de ello fue la colección pictórica que lució la capilla Mayor, cuyos restos en sus bóvedas hoy todavía se pueden apreciar; benefactora, concre-tizada en la ayuda a los pobres de la localidad, y económica, puesto que fueron dueños de enormes extensiones de tierras que arrendaron a los labradores de la comarca, colaborando de esta manera con el mediano campesino.

El apogeo y esplendor del convento fue brillante desde poco después de su fundación, hasta la llegada de las milicias napoleónicas en tiempos de la Guerra de la Independencia. Tras los sucesos provocados por aquellos que se dijeron ser hijos del siglo de las luces el convento fue remodelado de nuevo con un trabajo y sacrificio enorme, pero apenas terminada esta labor, otra vez los avatares políticos del siglo XIX, ahora concretado en el Trienio Liberal, volvieron a privar a los frailes Trinitarios de una vida religiosa digna dentro de sus claustros. El regreso y la formación de la comunidad tras este intervalo constitucional fueron muy duros por varias causas, pero sobre todo por la merma tan considerable del número de religiosos, ya que la mayoría se secularizaron. Y poco a poco comenzaron una tí-mida recuperación hasta la supresión definitiva en 1835, cuando se exclaustraron forzosamente todos los Trinitarios Calzados de esta casa y el convento tras su cierra acabó siendo vendido a un particular.

Actualmente lo que queda del edifico conventual se conserva en la calle que lleva el mismo nombre.

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5. SIGLAS

AHN Archivo Histórico Nacional.AHPSg Archivo Histórico Provincial de Segovia.AGS. CE_ RG Archivo General de Simancas. Catastro de Ensenada. Res-

puestas Generales.AMC Archivo Municipal de Cuéllar.Fr Fray.P Padre.rs reales.mrs maravedíes.

6. BIBLIOGRAFÍA

COLLAR DE CÁCERES, F. (2000): “El convento de la Trinidad de Cué-llar y su ciclo pictórico”, Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte 12, 39-59.

VELASCO BAYÓN, B. (1996): Historia de Cuéllar, Diputación Provincial de Segovia - Ayuntamiento de Cuéllar, Segovia.

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ANEXO

“Testimonio literal de la información de testigos dada por Dn. José Esparza ex regular trinitario conventual que fue de Cuéllar sobre la extracción de alhajas de su convento. 13 de marzo de 1810.D. José Esparza, exregular del convento de La Trinidad informa:… se introdujeron las alhajas de plata y ropas de la iglesia con las demás de alguna consideración en el camarín de la sacristía, parte que pareció de mayor seguridad; en el convento se presentaron gentes armadas que a la viva fuerza extrajeron alhajas de plata antes de la formación del inventario, sino también después de formalizado, y habiendo venido una partida de tropa francesa por el principio del mes de noviembre del año próximo pasado y otras en el presente año, después de haber reconocido casas y con-ventos de la población, solo les acomodó la reunión y acuartelamiento en el dicho de los Trinitarios, quienes sin embargo de haberles expresado que todos los efectos que se hallaban en dicho convento se hallaban secuestrados a beneficio de la Real Hacienda, no deteniéndose han franqueado las puertas, tomando unos y desecho otros; apenas han dejado muebles y ropas no solo de la comunidad, iglesia y sacristía, sí también del pueblo que la justicia les había entregado para camas y todo servicio; y aún, hasta los granos cuidados en la panera y últimamente hasta los cañones del órgano y campanillas del altar, como así bien el reloj de la comunidad, que teniéndole ocultado y dádose en parte al comandante se pudo recoger y descubrir, pero sin pesas y con la falta de alguna pieza; otrosí digo que no solo han faltado las ropas, alhajas de la comunidad como llevo dicho, sí también de mis propios y cortos efectos que existían en la celda que habitaba, hasta el valor de mil y cuatrocientos reales de vellón.D. Beltrán Velasco, quien fue criado de la comunidad cuando se decretó la extinción. Según su testimonio fue el 24 de septiembre de 1809 cuando se presentó en esta villa una partida de hombres armados y a caballo, tomando varias alhajas sin que pueda decir determinadamente cuales; después a principios del mes de noviembre llegó un partida de tropas francesas y después de haber reconocido casas particulares, conventos y paneras solo les acomodó acuartelarse en los dichos Trinitarios donde entraron sin dar lugar a sacar menaje alguno y, cuando se retiraron, llevaron lo que quisieron, pues se sabe que algunos de los oficiales cogieron alhajas de plata, y la demás tropa rompió puertas y ventanas, quemaron bancos, sillas, deshicieron ropas de iglesia, habiendo franqueado las puertas de la sacristía y el camarín, las de la panera donde había algunas fanegas de grano. Se llevaron todo lo que había en la celda del P. José Esparza: 6 pares de zapatos buenos y unos nuevos sin estrenar, una chaqueta de paño negro, un manto de paño, paños de manos y todo lo de aseo personal elaborado en Talavera. Las tropas entraron y salieron varias veces del

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edificio acabando de romper y quemar por completo cuantas ropas y colgaduras que-daron en la iglesia y sacristía, y de todo hicieron calzones de pantalón, hasta de las colchas y sábanas de los vecinos; se llevaron las telas antiguas de las capas, casullas y dalmáticas. Cuando salieron en dirección a Iscar, oscurecieron la vidriera del reloj de la comunidad que estaba en el claustro alto en un rincón, el cual fue colocado debajo de una cama, en la celda baja, pero sin pesas ni poleas y desbaratado. Dejaron fran-queadas las puertas de la panera y librería, habiendo robado mucho grano; lo mismo con los libros, que se llevaron muchos, y lo peor es que muchos fueron esparcidos y quemados por muchas partes. Se llevaron las campanillas del coro, los cañones del órgano y rompieron la puerta del coro.D. Santiago Avellón, vecino de Cuéllar. El 24 de noviembre se presentaron en la villa una partida de hombres armados quienes tomaron los conventos de San Basilio y Trinitarios antes de que se formalizase el inventario. Extrajeron las alhajas de plata como cálices y otras de adorno de la iglesia. Habiendo los franceses reconocido el convento de San Basilio y paneras del Duque, pidieron las llaves del convento de los Trinitarios y, visto dicho convento, les acuarteló mejor que otro para acomodarse, como lo hicieron, reconociendo las celdas y demás habitaciones abiertas, dejando ce-rradas y clavadas aún las de la iglesia, sacristía, camarín, coro, panera y librería. Aunque se les dijo que todos los bienes estaban secuestrados por la Real Hacienda, un capitán de caballería que se hallaba en la villa con su partida, tomó las alhajas de plata. Se rompieron las puertas de la sacristía, iglesia, camarín y panera. Robaron ropas, alhajas, desguazaron y quemaron libros, muchos granos se desperdiciaron, así como muchos muebles fueron quemados. Después de este primer asalto llegaron las tropas hasta en otras dos ocasiones y, aunque la justicia había clavado las puertas de nuevo, las rompieron otra vez. De las ropas hicieron pantalones, forraron sus gorras con tapetes y terciopelo encarnado, los vecinos les dieron sábanas y colchas que luego les fueron robadas. De los libros más nuevos y de mejor papel hicieron cartu-chos. Desclavaron la puerta del coro y hasta los tubos del órgano quitaron, quedando por las calles junto a la campanilla del altar. Las sillas y mesas fueron quemadas en el patio con el fin de poderse calentar día y noche, y las que no quemaron las dejaron rotas e inservibles. D. Juan Santiago Esteban afirma que los franceses llegaron a Cuéllar el mismo día de la función de Ntra. Sra. de El Henar, el 24 de septiembre de 1809. Tomaron varias joyas de plata y después estuvieron en otras tres ocasiones. Extrajeron ropas y alhajas no solo del propio convento, sino también de los que la justicia les había en-tregado; dejaron abiertas todas las puertas, destrozaron todos los muebles, de manera especial los que bajaron a la puerta de calle; no dejaron mueble salvo alguna silla de la celda ministral; ocultaron el reloj de la comunidad manchando la vidriera de la

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caja con ceniza humedecida y, en lugar del reloj, colocaron una bola de paja con la intención de engañar, aunque antes de marcharse pudo descubrirse, pero sin pesas y con falta también de algunas piezas, principalmente dejándole inservible. D. Vicente Serrano coincide en su testimonio con el anterior”51.

51 AHN. Clero. Secular - regular, legajo. 6251.