IV. 1 Seccion Cuarta. El Juicio Ejecutivo. Generalidades

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43 I. Nociones Previas 706. Definición. El juicio ejecutivo es un procedimiento contencioso de aplica- ción general o especial, según el caso, y de tramitación extraordinaria, por cuyo medio se persigue el cumplimiento for- zado de una obligación que consta de un título fehaciente e indubitado. 707. Características del juicio ejecu- tivo. La definición anterior permite apre- ciar las características generales de este importante procedimiento contencioso. En efecto: a) Es un procedimiento de aplicación general o especial, según el caso, por cuanto en ciertas ocasiones se aplica al cumplimien- to de cualquiera obligación, con prescin- dencia de su clase o naturaleza y en otras, con sujeción a la clase o naturaleza de la obligación de cuya ejecución se trata; b) Es un procedimiento extraordina- rio o especial desde el punto de vista de su estructura, y que difiere, fundamental- mente, del procedimiento ordinario o declarativo; c) Es un procedimiento compulsivo o de apremio, en razón de que se inicia, pre- cisamente, por la inercia del deudor a cumplir voluntariamente la obligación que lo vincula frente a su acreedor; d) Es un procedimiento que tiene como fundamento una obligación cuya exis- tencia se halla establecida de manera in- dubitada; pues, en caso contrario, se emplearía la vía del procedimiento de- clarativo u ordinario; y e) Es un procedimiento inspirado en sentimientos de protección de los intere- Capítulo Primero GENERALIDADES SUMARIO: I. Nociones previas; II. La acción ejecutiva; III. Gestiones preparatorias de la vía ejecutiva. ses del acreedor y de presunción en con- tra de los del deudor. 708. Fundamento del juicio ejecuti- vo. La finalidad primordial del juicio eje- cutivo es obtener por el acreedor el cumplimiento forzado de una obligación que, total o parcialmente, ha sido incum- plida por el deudor. De allí que se ventile entre acreedor y deudor, quienes desempeñarán el rol pro- cesal de demandante y de demandado, res- pectivamente; y que el juicio ejecutivo sea lo contrapuesto al juicio declarativo, pues, mientras éste tiende a la declaración de un derecho cuya existencia aparece con- trovertida o dudosa, aquél sólo persigue la ejecución de este derecho preestable- cido. Ahora bien, para iniciar el juicio eje- cutivo, como fácilmente se comprende, se precisa de la existencia previa de un título, al cual la ley le atribuya mérito ejecu- tivo; esto es, de un documento o antece- dente que deje constancia, de manera fehaciente, de la existencia de la obliga- ción misma. Ejemplo típico de esta clase de título es la sentencia definitiva pro- nunciada en el juicio declarativo anterior. Al mismo tiempo, el legislador, al es- tructurar el juicio ejecutivo, ha debido contemporizar con los intereses en juego, tanto del acreedor cuanto del deudor. Así, por el solo hecho de que el acree- dor presente un título ejecutivo, el tri- bunal queda facultado para ordenar que se despache mandamiento de ejecución y embargo; pero también al deudor, por ese solo hecho, una vez requerido de pago, se le autoriza para oponerse a la

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I. Nociones Previas

706. Definición. El juicio ejecutivo esun procedimiento contencioso de aplica-ción general o especial, según el caso, yde tramitación extraordinaria, por cuyomedio se persigue el cumplimiento for-zado de una obligación que consta de untítulo fehaciente e indubitado.

707. Características del juicio ejecu-tivo. La definición anterior permite apre-ciar las características generales de esteimportante procedimiento contencioso.

En efecto:a) Es un procedimiento de aplicación

general o especial, según el caso, por cuantoen ciertas ocasiones se aplica al cumplimien-to de cualquiera obligación, con prescin-dencia de su clase o naturaleza y en otras,con sujeción a la clase o naturaleza de laobligación de cuya ejecución se trata;

b) Es un procedimiento extraordina-rio o especial desde el punto de vista de suestructura, y que difiere, fundamental-mente, del procedimiento ordinario odeclarativo;

c) Es un procedimiento compulsivo ode apremio, en razón de que se inicia, pre-cisamente, por la inercia del deudor acumplir voluntariamente la obligaciónque lo vincula frente a su acreedor;

d) Es un procedimiento que tienecomo fundamento una obligación cuya exis-tencia se halla establecida de manera in-dubitada; pues, en caso contrario, seemplearía la vía del procedimiento de-clarativo u ordinario; y

e) Es un procedimiento inspirado ensentimientos de protección de los intere-

Capítulo Primero

GENERALIDADES

SUMARIO: I. Nociones previas; II. La acción ejecutiva;III. Gestiones preparatorias de la vía ejecutiva.

ses del acreedor y de presunción en con-tra de los del deudor.

708. Fundamento del juicio ejecuti-vo. La finalidad primordial del juicio eje-cutivo es obtener por el acreedor elcumplimiento forzado de una obligaciónque, total o parcialmente, ha sido incum-plida por el deudor.

De allí que se ventile entre acreedor ydeudor, quienes desempeñarán el rol pro-cesal de demandante y de demandado, res-pectivamente; y que el juicio ejecutivo sealo contrapuesto al juicio declarativo, pues,mientras éste tiende a la declaración deun derecho cuya existencia aparece con-trovertida o dudosa, aquél sólo persiguela ejecución de este derecho preestable-cido.

Ahora bien, para iniciar el juicio eje-cutivo, como fácilmente se comprende,se precisa de la existencia previa de untítulo, al cual la ley le atribuya mérito ejecu-tivo; esto es, de un documento o antece-dente que deje constancia, de manerafehaciente, de la existencia de la obliga-ción misma. Ejemplo típico de esta clasede título es la sentencia definitiva pro-nunciada en el juicio declarativo anterior.

Al mismo tiempo, el legislador, al es-tructurar el juicio ejecutivo, ha debidocontemporizar con los intereses en juego,tanto del acreedor cuanto del deudor.Así, por el solo hecho de que el acree-dor presente un título ejecutivo, el tri-bunal queda facultado para ordenar quese despache mandamiento de ejecucióny embargo; pero también al deudor, porese solo hecho, una vez requerido depago, se le autoriza para oponerse a la

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ejecución, o sea, para que deduzca ex-cepciones, manifestando las razones dehecho o de derecho que ha tenido parano cumplir la obligación.

Esta finalidad se manifiesta en el jui-cio ejecutivo por la existencia de dos pro-cedimientos: uno, el ejecutivo mismo; y elotro, el llamado de apremio, materializa-dos también ambos en dos cuadernos,cada uno de contenido propio y especial.En el cuaderno ejecutivo se ventila el aspec-to contencioso del juicio, es decir, la exis-tencia de la obligación; y en el cuadernode apremio, los trámites del embargo y dela realización de los bienes del deudor,para que, con su producido, se haga pagoal acreedor.

709. Clasificación del juicio ejecuti-vo. En nuestra opinión, admite una tripleclasificación, según sea el punto de vistadesde el cual se la formule:

a) Así, según la naturaleza de la obli-gación cuyo cumplimiento se persigue,existen juicios ejecutivos de obligaciónde dar, juicios ejecutivos de obligaciónde hacer y juicios ejecutivos de obliga-ción de no hacer.

Cada una de estas tres clases de jui-cios, fácil es advertir, tiene una tramita-ción diversa y adecuada a la naturalezade la obligación respectiva.

b) En seguida, según el campo de apli-cación, se dice que hay juicios ejecutivosde aplicación general y juicios ejecuti-vos de aplicación especial. Los primerosson aquellos que se utilizan con prescin-dencia de la fuente u origen de la obli-gación; y los segundos, en cambio,aquellos que se emplean según la fuen-te u origen de ella.

Ejemplos típicos de juicios ejecutivosde aplicación especial son los que persi-guen la realización de las prendas espe-ciales; como ser, las industriales, agrarias,etc., y los sobre cobro de contribucionesmorosas, etc.

c) Por último, según la cuantía, los jui-cios ejecutivos se dividen en de mayorcuantía y de mínima cuantía.

Son juicios ejecutivos de mayor cuan-tía aquellos en que el monto de la obli-gación cuyo cumplimiento se persigue essuperior a $ 19.988;* y son juicios ejecu-tivos de mínima cuantía aquellos en queel monto de la obligación cuyo cumpli-miento se persigue no excede de la ante-rior cantidad.

710. Reglas legales aplicables. a) Losjuicios ejecutivos de obligaciones de dar estánreglamentados en el Título I del Libro IIIdel Código de Procedimiento Civil, enlos artículos 434 al 529.

Los juicios ejecutivos de obligaciones dehacer y de obligaciones de no hacer, en cam-bio, están reglamentados en el Título IIdel Libro III de dicho cuerpo de leyes,en los artículos 530 al 544.

b) Los juicios ejecutivos de aplicacióngeneral tienen como fuentes legales, pre-cisamente, los Títulos I y II del Libro IIIdel Código de Procedimiento Civil; y,además, los artículos 729 al 738 de di-cho Código.

Los juicios ejecutivos de aplicación espe-cial, en cambio, están reglamentados enlas diversas leyes especiales que los con-sagran. Es obvio que, en el silencio deestas últimas, se recurre a las normas le-gales ejecutivas de aplicación general.

c) Los juicios ejecutivos de mayor cuan-tía se ajustan, en su tramitación, a lo dis-puesto en los artículos 434 al 529 delCódigo de Procedimiento Civil; y los jui-cios ejecutivos de mínima cuantía, en cam-bio, a los artículos 729 al 739 del mismocuerpo de leyes.

También cabe hacer notar que, en loscasos no previstos por estos últimos ar-tículos, serán aplicables las reglas del jui-cio ejecutivo de mayor cuantía.

* Modificación introducida por Auto Acorda-do de la Excma. Corte Suprema sobre reajuste decuantías de los asuntos no determinados en suel-dos vitales, de 16 de enero de 1998, publicado enel Diario Oficial de 3 de febrero del mismo año.Actualizado por el Depto. D. Procesal U. de Chile.

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II. La Acción Ejecutiva

711. Requisitos de procedencia. Paraintentar una acción ejecutiva, o sea, paraque pueda exigirse ejecutivamente el cum-plimiento de una obligación, es indispen-sable la concurrencia de los siguientesrequisitos copulativos:

a) Que la obligación de cuyo cumpli-miento se trata conste de un título al cualla ley le atribuye mérito ejecutivo (arts. 434,530 y 544 CPC);

b) Que la obligación sea actualmen-te exigible (arts. 437, 530 y 544 CPC);

c) Que la obligación sea líquida, tra-tándose de obligaciones de dar; determi-nada, en el caso de obligaciones de hacer;y susceptible de convertirse en la de destruir laobra hecha, si se está en presencia de unaobligación de no hacer (arts. 438, 530 y544 CPC); y

d) Que la acción ejecutiva no esté pres-crita (arts. 442, 531 y 544 CPC).

A continuación, analizaremos cadauno de estos requisitos, en particular.

712. El título ejecutivo. Toda obliga-ción cuyo cumplimiento se pretende ob-tener por medio de un juicio ejecutivorequiere, como elemento básico, la exis-tencia de un título, en el cual conste, demanera fehaciente e indubitada, la refe-rida obligación.

Este antecedente o elemento básicode la acción ejecutiva recibe el nombretécnico de título ejecutivo; y podemos afir-mar que su presencia, como fundamentode esta clase de acciones, ha sido exigidaen todos los tiempos y por todas las legis-laciones procesales.

Se define el título ejecutivo comoaquella declaración solemne a la cual laley le otorga, específicamente, la fuerzaindispensable para ser el antecedente in-mediato de una ejecución. Otros, encambio, prefieren expresar que es aqueldocumento que da cuenta de un dere-cho indubitable, al cual la ley atribuyela suficiencia necesaria para exigir elcumplimiento forzado de la obligaciónque en él se contiene.

Esta declaración o documento a ve-ces tiene su origen o fuente en una ma-nifestación de voluntad del órganojudicial, como una sentencia; otras, enuna manifestación de voluntad de los par-ticulares, como un contrato; y otras, enfin, en una manifestación de voluntad delórgano administrativo, como una lista dedeudores de contribuciones morosas, etc.

Sin embargo, cualquiera que sea lafuente u origen del título ejecutivo, locierto es que la manifestación de volun-tad creadora de la obligación cuyo cum-plimiento se pretende, por vía de apremioo compulsiva, debe ser expresada en for-ma solemne.

Y entendemos por solemnidades del tí-tulo ejecutivo, su constancia escrita, con su-jeción estricta a las disposiciones de laLey de Timbres y Estampillas.

En efecto, si se examinan los títulos eje-cutivos, se verá que todos deben constarpor escrito, vale decir, en un documento; yque si éste no ha sido extendido en papelcompetente, o en que no se haya pagadola contribución debida, carece de mérito eje-cutivo, mientras no se acompañe testimo-nio de haberse pagado ésta con los reajustes,intereses y sanciones correspondientes.

Pero, en definitiva, quien crea los tí-tulos ejecutivos es la ley. Sólo ella puedeatribuir mérito ejecutivo a determinadostítulos. El señalamiento de los requisitoso condiciones para que una obligaciónpueda ser exigida compulsivamente, osea, por medio de un proceso ejecutivo,es de la incumbencia exclusiva del legis-lador, porque está de por medio, eviden-temente, el interés público. Los particu-lares, en consecuencia, no pueden creartítulos ejecutivos; a lo sumo, podrán con-sentir en aquéllos ya establecidos por laley, y nada más.

En resumen, para que un título tengafuerza ejecutiva, se requiere:

a) Que sea de los que la ley enumeracomo tales; y

b) Que, en su otorgamiento, se ha-yan observado las disposiciones pertinen-tes de la ley tributaria o, en subsidio, seacredite el pago de la contribución y dela multa respectiva.

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713. Enumeración de los títulosejecutivos. Dispone el artículo 434 delCódigo de Procedimiento Civil que el jui-cio ejecutivo tiene lugar en las obligacio-nes de dar cuando para reclamar sucumplimiento se hace valer alguno de lossiguientes títulos:

1º. Sentencia firme, bien sea definitivao interlocutoria;

2º. Copia autorizada de escritura pública;*3º. Acta de avenimiento pasada ante tri-

bunal competente y autorizada por unministro de fe o por dos testigos de ac-tuación;

4º. Instrumento privado, reconocido ju-dicialmente o mandado tener por recono-cido. Sin embargo, no será necesario estereconocimiento previo respecto del acep-tante de una letra de cambio o suscriptorde un pagaré** que no hayan puesto tachade falsedad a su firma al tiempo de protes-tarse el documento por falta de pago, siem-pre que el protesto haya sido personal, nirespecto de cualquiera de los obligados alpago de una letra de cambio, pagaré** ocheque, cuando, puesto el protesto en suconocimiento por notificación judicial, noalegue tampoco en ese mismo acto o den-tro de tercero día tacha de falsedad.

Tendrá mérito ejecutivo, sin necesi-dad de reconocimiento previo, la letrade cambio, pagaré o cheque, respecto delobligado cuya firma aparezca autorizadapor un notario o por el Oficial del Regis-tro Civil en las comunas donde no tengasu asiento un notario;***

5º. Confesión judicial;6º. Cualesquiera títulos al portador, o no-

minativos, legítimamente emitidos, que

representen obligaciones vencidas, y loscupones también vencidos de dichos títu-los, siempre que los cupones confrontencon los títulos, y éstos, en todo caso, conlos libros talonarios.

Resultando conforme la confronta-ción, no será obstáculo a que se despa-che a ejecución la protesta de falsedaddel título que en el acto haga el directoro la persona que tenga la representacióndel deudor, quien podrá alegar en formala falsedad como una de las excepcionesdel juicio; y

7º. Cualquier otro título a que las leyesden fuerza ejecutiva.

Por otra parte, el artículo 530 de esteCódigo agrega que hay acción ejecutivaen las obligaciones de hacer cuando, sien-do determinadas y actualmente exigibles,se hace valer para acreditarlas algún títuloque traiga aparejada ejecución de confor-midad al artículo 434; y el artículo 544, quelas disposiciones que preceden se aplica-rán también a la obligación de no hacer,siempre y cuando concurran las circuns-tancias que allí mismo se indican.

714. Análisis particular de los títulosejecutivos.

a) Sentencia firme. Siempre se ha di-cho, y con razón, que la sentencia firmees el título ejecutivo por excelencia. Si lasentencia declara el derecho de maneraindubitada y definitiva, es evidente queposteriormente deba cumplirse por la víaejecutiva.

Recordemos que las sentencias pue-den ser definitivas o interlocutorias; y quelas primeras son las que ponen fin a lainstancia, resolviendo la cuestión o asun-to que ha sido objeto del juicio, y las se-gundas, las que fallan un incidente delmismo, estableciendo derechos perma-nentes a favor de las partes, o resuelvensobre algún trámite que debe servir debase en el pronunciamiento de una sen-tencia definitiva o interlocutoria (art. 158CPC).

Asimismo, una sentencia se entiende fir-me desde que se haya notificado a las par-tes, si no procede recurso alguno en contra

* Modificación introducida por el artículo 113de la Ley Nº 18.092, de 29 de diciembre de 1981, pu-blicada en el Diario Oficial de 14 de enero de 1982.Actualizado por el Depto. D. Procesal U. de Chile.

** Modificación introducida por la Ley Nº 18.181,de 27 de octubre de 1982, publicada en el Diario Ofi-cial de 26 de noviembre del mismo año. Actualizadopor el Depto. D. Procesal U. de Chile.

*** Modificación introducida por la LeyNº 18.155, de 4 de agosto de 1982, publicada en elDiario Oficial de 18 del mismo mes y año. Actuali-zado por el Depto. D. Procesal U. de Chile.

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de ella; y, en caso contrario, desde que senotifique el decreto que la manda cum-plir, una vez que terminen los recursosdeducidos, o desde que transcurran todoslos plazos que la ley concede para la inter-posición de dichos recursos, sin que sehayan hecho valer por las partes. En esteúltimo caso, tratándose de sentencias de-finitivas, certificará el hecho el secretariodel tribunal a continuación del fallo, elcual se considerará firme desde ese mo-mento, sin más trámites (art. 174 CPC).

Todavía más, las sentencias definiti-vas o interlocutorias firmes producen laacción de cosa juzgada, o sea, aquélla des-tinada a exigir su cumplimiento por lavía ejecutiva (art. 175 CPC).

Ahora bien, desde un punto de vistamaterial, las sentencias firmes pueden di-vidirse en tres categorías: a) las senten-cias originales; b) las sentencias copiadaso anotadas en el libro copiador o regis-tro; y c) las sentencias que rolan en co-pias autorizadas.

Por su naturaleza, estimamos que so-lamente tienen mérito ejecutivo las sen-tencias originales, o sea, las extendidas enel mismo expediente, firmadas por el juezy el secretario, y las copias de esas mis-mas sentencias extendidas en conformi-dad a la ley.

Aun cuando las sentencias firmesconstituyen títulos ejecutivos por excelen-cia, precisamente por su importancia, sucumplimiento ejecutivo se halla sujeto anormas procesales especiales que estudiare-mos más adelante y en su oportunidad.

b) Copia autorizada de escritura públi-ca. Recordemos que la escritura públicaes el instrumento público o auténtico otor-gado con las solemnidades que fija la ley,por el competente notario, e incorpora-do en su protocolo o registro público(art. 403 COT).

Respecto de la forma o manera deotorgarse las escrituras públicas, véase elnúmero 452 del tomo II del Manual deDerecho Procesal, “Derecho Procesal Orgá-nico”, 4ª edición actualizada, del autorde la presente obra, por ser materia dereciente modificación.

Ahora bien, en relación con la escri-tura pública, actualmente y de conformi-dad con la modificación introducida porla Ley Nº 18.181, de 27 de octubre de1982, publicada en el Diario Oficial de26 de noviembre del mismo año, sólo estítulo ejecutivo la copia autorizada de lamisma. Por lo tanto, para los efectos dedeterminar su mérito ejecutivo, no es ne-cesario hacer la distinción que en el pa-sado se hacía desde el punto de vistamaterial entre matriz y las copias y entreprimeras copias u originales y segundascopias, puesto que actualmente sólo lacopia autorizada de la escritura públicatiene mérito ejecutivo.

Respecto de las copias autorizadas deescrituras públicas cabe hacer presenteque sólo podrán darlas el notario autori-zante, el que lo subroga o sucede legal-mente o el archivero a cuyo cargo esté elprotocolo respectivo (art. 421 COT).

En consecuencia, los funcionarioscompetentes para otorgar copias autori-zadas de las escrituras públicas son cua-tro: el notario autorizante, por haber sidonada menos que el ministro de fe que in-tervino en su otorgamiento; el notario su-brogante, por cuanto reemplaza al notariotitular con todos sus derechos y deberes;el notario sucesor legal del titular, por lamisma razón anterior; y el archivero a cuyocargo está el protocolo respectivo, por-que una de sus funciones esenciales esprecisamente ésta.

Finalmente, respecto de la forma omanera de otorgarse las copias, véase elnúmero 461 del tomo II del Manual deDerecho Procesal, “Derecho Procesal Orgá-nico”, 4ª edición actualizada, del autorde la presente obra.

c) Acta de avenimiento. Se trata del ter-cer título ejecutivo. No ha sido definidoexpresamente por el legislador. Entende-mos por tal el acuerdo producido entrelas partes litigantes para poner términoal juicio, en las condiciones que ellas mis-mas han señalado, y aceptado por el juez.

Del avenimiento debe dejarse constan-cia en un acta, la que, para poder consti-tuir título ejecutivo, debe cumplir con dos

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solemnidades legales: haber sido pasada antetribunal competente, y aparecer autori-zada por un ministro de fe o por dostestigos de actuación.

Tribunal competente será el que esté co-nociendo del juicio al cual se le ponetérmino; y ministro de fe, el secretario deese tribunal o dos testigos de actuación.Pueden carecer de secretario, y, en con-secuencia, entrar en juego los dos testi-gos de actuación, en las autorizacionesde actas de avenimiento producido antelos jueces inferiores (arts. 22 y 27 COT),o ante los jueces árbitros arbitradores(arts. 639 y 640 CPC).

No es lo mismo el avenimiento quela conciliación. Esta última se produce poriniciativa del juez, quien propone basesde arreglo, y el acta que la contiene seestima como sentencia ejecutoriada paratodos los efectos legales (arts. 262 y 267CPC).

Tampoco hay que confundirlo con latransacción, porque mediante ella se ponetérmino aun a litigios eventuales; y, entodo caso, es una manera extrajudicialde poner fin a los juicios (art. 2446 CC).

d) Instrumentos privados. Son aquellosque dejan constancia de un hecho, peroen cuyo otorgamiento no se ha observa-do solemnidad o formalidad alguna. Enel fondo, pues, instrumento privado estodo aquel que no constituye instrumen-to público.

En principio, el instrumento priva-do carece de mérito ejecutivo. Desde elmomento en que en su otorgamientono ha intervenido funcionario algunoque le confiera presunción de autenti-cidad, la ley hizo bien en restarle méri-to ejecutivo.

Excepcionalmente el instrumento priva-do adquiere mérito ejecutivo en dos ca-sos: cuando ha sido reconocido por suotorgante, o cuando ha sido mandado te-ner por reconocido.

Para obtener estos reconocimientosse hace necesario cumplir con ciertas ges-tiones previas, destinadas a preparar laejecución, y a las cuales nos referiremosmás adelante.

También hay ciertos instrumentos pri-vados a los que, por su especial naturale-za, no obstante carecer de la necesariaautenticidad, el legislador les confieremérito ejecutivo.

Nos referimos a las letras de cambioy a los pagarés,* cuando, al tiempo deprotestarse personalmente al aceptante oal subscriptor, no hayan puesto tacha defalsedad a sus respectivas firmas; como,igualmente, a las letras de cambio, paga-rés* y cheques, cuando la firma del res-pectivo obligado aparezca autorizada porun notario, o por el oficial del Registro Civilen las comunas donde no tenga su asiento unnotario.**

En los demás casos, para que una le-tra de cambio, un pagaré o un chequetengan mérito ejecutivo en contra de cual-quiera de los obligados a su pago, seránecesario que el protesto sea notificadojudicialmente y, en el acto de la notifica-ción, o dentro de tercero día, no se opon-ga tacha de falsedad.

Pero este último caso, como fácilmen-te se comprende, da también origen auna nueva gestión preparatoria de la víaejecutiva, a la cual nos referiremos másadelante.

e) Confesión judicial. Es el quinto títu-lo ejecutivo que enumera la ley. Confesares reconocer un hecho del cual se deri-van consecuencias jurídicas en nuestracontra. La confesión debe prestarse anteel juez, porque según la ley debe ser judi-cial; y la manera de obtenerla es provo-cando la gestión preparatoria de la víaejecutiva pertinente, a la cual nos referi-remos más adelante.

f) Títulos y cupones. Constituyen dostítulos ejecutivos diversos, pero íntima-mente ligados entre sí.

* Modificación introducida por el artículo 113de la Ley Nº 18.092, de 29 de diciembre de 1981,publicada en el Diario Oficial de 14 de enero de1982. Actualizado por el Depto. D. Procesal U. deChile.

** Modificación introducida por la Ley Nº 18.155,de 4 de agosto de 1982, publicada en el Diario Ofi-cial de 18 del mismo mes y año. Actualizado por elDepto. D. Procesal U. de Chile.

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Los títulos, para que tengan méritoejecutivo, deben ser nominativos o al por-tador, aparecer legítimamente emitidos yrepresentar obligaciones vencidas. Ejem-plos de esta clase de títulos: bonos delBanco del Estado, bonos de algún bancohipotecario, etc.

Si algunos de estos títulos no son pa-gados por las instituciones emisoras, con-curriendo los requisitos antes señalados,procede en contra de éstas su cobro porla vía ejecutiva, previa confrontación conlos libros talonarios.

Los cupones representan el documentoque permite exigir el pago de los intere-ses de dichos títulos. También los cupo-nes tienen mérito ejecutivo siempre queemanen de dichos títulos, representenobligaciones vencidas, y confronten conaquéllos, y éstos, en todo caso, con loslibros talonarios.

Como se ve, por los requisitos anterio-res, tanto el título cuanto el cupón, paraque puedan invocarse en juicio como títu-los ejecutivos, requieren de la observanciaprevia de ciertas gestiones preparatorias,a las cuales también nos referiremos másadelante.

g) Otros títulos ejecutivos. Se trata delos títulos consagrados en el número 7ºdel artículo 434 del Código de Proce-dimiento Civil en la forma siguiente:“7º. Cualquiera otro título a que las leyesden fuerza ejecutiva”.

Lo anterior demuestra que la enume-ración que el referido precepto legal hacede los títulos ejecutivos no es taxativa. Le-yes especiales pueden atribuirles méritoejecutivo a otros títulos. Ejemplo: todas esasleyes especiales que se indican en formade nota en el precitado artículo 434 delCPC.

715. Obligación actualmente exigi-ble. Este segundo requisito de proceden-cia de la acción ejecutiva lo señala elartículo 437 del Código de Procedimien-to Civil, en los siguientes términos: “Paraque proceda la ejecución, se requiereademás que la obligación sea actualmen-te exigible”.

Por su ubicación, dicho precepto legaldice sólo relación con las obligaciones dedar; pero, en atención a lo que prescribenlos artículos 530 y 544 del mencionadoCódigo, este requisito también concurreen las ejecuciones que tienen por objetoobligaciones de hacer o de no hacer.

Entendemos por obligación actualmenteexigible aquella que, en su nacimiento oejercicio, no se halla sujeta a ninguna mo-dalidad, o sea, a ninguna condición, plazoo modo. En consecuencia, cumplida la con-dición, vencido el plazo, o satisfecho elmodo, la obligación podrá ejecutarse.

Se agrega que la exigibilidad de laobligación debe ser actual, esto es, quedebe existir en el momento mismo enque la ejecución se inicia; porque tam-bién en ese mismo instante deben con-currir todos los requisitos que hacenprocedente la acción ejecutiva.

Así, por ejemplo, si la obligación escondicional, debe acompañarse a la de-manda ejecutiva la constancia fehacientede haberse cumplido la condición; si laobligación es a plazo, debe acreditarse elvencimiento del plazo; etc.

Es del caso recordar que en los con-tratos bilaterales ninguno de los contratan-tes está en mora dejando de cumplir lopactado, mientras el otro no lo cumplepor su parte, o no se allana a cumplirloen la forma y tiempo debidos (art. 1552CC). Por lo tanto, si la ejecución versasobre una obligación que emana de uncontrato bilateral, el ejecutante ha de te-ner buen cuidado de acreditar que hacumplido por su parte con sus obligacio-nes o, por lo menos, que está llano a cum-plirlas en la forma y tiempo debidos; pues,en caso contrario, corre el riesgo de quese sostenga que la obligación cuyo cum-plimiento pretende no es actualmenteexigible, oponiendo el deudor la excep-ción consiguiente, en este caso, la del nú-mero 7º del artículo 464 del Código deProcedimiento Civil.

¿Podría exigirse ejecutivamente elpago de una deuda cuyo valor se ha or-denado retener en poder del deudor porresolución judicial? Se trata del caso de

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la medida precautoria de retención, y seentiende que el interrogante cabe plan-tearlo si ella se ha decretado antes de lainiciación de la ejecución.

En nuestra opinión, estamos frente auna obligación que no es actualmente exi-gible; y que, en consecuencia, no podríaser cobrada por la vía ejecutiva, ya queno concurren todos los requisitos necesa-rios para que la acción respectiva puedaprosperar, desde el momento que su pagoes nulo, por disponerlo así expresamenteel legislador (art. 1578, Nº 2º, CC).

716. Obligación líquida, determinadao convertible. Este tercer requisito de pro-cedencia de la acción ejecutiva está con-dicionado a la clase de obligación sobrela cual versa el juicio.

En efecto, si el juicio tiene por objetouna obligación de dar, tendrá que ser líqui-da; si se trata de una obligación de hacer,tendrá que ser determinada; y si versa sobreuna obligación de no hacer, tendrá que sersusceptible de convertirse en la de destruirsela obra hecha (arts. 438, 540 y 544 CPC).

Una obligación es líquida cuando suobjetivo se halla perfectamente determi-nado, sea en su especie, sea en su géneroy cantidad.

Es por eso que la ejecución puede recaer:1º. Sobre la especie o cuerpo cierto que se

deba y que exista en poder del deudor;2º. Sobre el valor de la especie debida

y que no exista en poder del deudor, ha-ciéndose su avaluación por un perito quenombrará el tribunal; y

3º. Sobre cantidad líquida de dinero o deun género determinado, cuya avaluaciónpueda hacerse en la forma que establece elnúmero anterior (art. 438, inc. 1º, CPC).

Todavía más, se entenderá cantidad lí-quida, no sólo la que actualmente tengaesta calidad, sino también la que puedaliquidarse mediante simples operacionesaritméticas con sólo los datos que el mis-mo título ejecutivo suministre (art. 438,inc. 2º, CPC).

Ejemplo: me obligo a pagar doce men-sualidades de diez mil pesos cada una.La obligación asciende a ciento veinte mil

pesos; y es líquida porque, para determi-narla, basta efectuar una operación arit-mética con solo los datos que suministrael título.

Puede también acontecer que del tí-tulo aparezca una obligación en parte lí-quida e ilíquida en otra; en tal evento,podrá procederse ejecutivamente por laprimera, reservándose al acreedor su de-recho para reclamar el resto en vía ordi-naria (art. 439 CPC).

Idéntico principio contempla el ar-tículo 1592 del Código Civil en los siguien-tes términos: “Si hay controversia sobrela cantidad de la deuda o sobre sus acce-sorios, podrá el juez ordenar, mientras sedecide la cuestión, el pago de la cantidadno disputada”.

También será necesario tener presen-te que tratándose de pagarés, bonos, de-bentures y demás títulos ejecutivos en quela ley permite estipular reajustes e intere-ses, se considerarán líquidas las obliga-ciones de dinero en que se hubiereestipulado reajustabilidad o intereses,cuando el título respectivo o la ley seña-laren la forma en que se procederá parala determinación del reajuste, la tasa deinterés o ambas cosas a la vez (art. 6º,Decreto Ley Nº 1.553, de 29 de julio de1976).

En cuanto a las obligaciones de hacerse entiende que son determinadas cuandosu objeto, es decir, la prestación que pesasobre el deudor en favor de su acreedor,es perfectamente conocido y no da mar-gen a equívocos.

Las obligaciones de no hacer, por su par-te, son exigibles ejecutivamente cuando seconvierten en la de destruir la obra hecha.

717. Acción ejecutiva no prescrita. Esel último de los requisitos de procedenciade la acción ejecutiva, y no por ello elmenos importante.

Sabemos que la falta de ejercicio deuna acción judicial, por el solo transcur-so del tiempo, contado desde que la obli-gación se hizo exigible, extingue dichaacción por medio de la prescripción. Estelapso es de tres años para las acciones

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ejecutivas y de cinco para las ordinarias(arts. 2514 y 2515 CC).

Ahora bien, la prescripción de la ac-ción ejecutiva presenta una importantecaracterística: a diferencia de las demásprescripciones, respecto de las cuales elque quiera aprovecharse de ellas deberáalegarlas, no pudiendo el juez declarar-las de oficio (art. 2493 CC), en este casoel tribunal está obligado a considerarlade propia iniciativa.

En efecto, dispone el artículo 442 delCódigo de Procedimiento Civil que el tri-bunal denegará la ejecución si el títulopresentado tiene más de tres años, conta-dos desde que la obligación se haya he-cho exigible; con lo cual su declaraciónde oficio queda de manifiesto, sin perjui-cio del derecho del ejecutado para ha-cerla también valer por medio de lacorrespondiente excepción.

Sin embargo, ese mismo precepto le-gal se pone en el caso que la acción eje-cutiva pueda subsistir cuando para ello seinvoca alguno de los medios que sirvenpara deducirla, en conformidad al ar-tículo 434. ¿Qué ha querido con esto sig-nificar el legislador?

A nuestro juicio, que si el acreedorobtiene un nuevo título en que conste laobligación, siempre que sea de aquéllosa los cuales la ley les atribuye mérito eje-cutivo, podrá exigir su cumplimiento poresta vía, no obstante que la acción ejecu-tiva estaba ya prescrita, de conformidadal título primitivo.

Ejemplo: soy acreedor de la suma decien mil pesos que presté a título de mu-tuo, el cual consta de escritura pública,debiendo el deudor haberme restituidoesta suma hace cuatro años, lo que no hahecho. No podría exigir el pago por lavía ejecutiva, porque la acción ejecutivaestá prescrita. Pero ningún inconvenien-te hay para que demande a mi deudor yobtenga una sentencia firme, que me ser-virá de título ejecutivo, a fin de cobrarposteriormente esta deuda; ningún incon-veniente hay para que cite a la presenciajudicial al deudor y obtenga que confiese

la deuda, con lo cual me procuro un nue-vo título ejecutivo, etc.

Recordemos que si la acción ejecuti-va se ha convertido en ordinaria, en lostérminos señalados en el artículo 2515 delCódigo Civil, el juicio en que dicha ac-ción ordinaria se deduzca, para obtenerel correspondiente título con mérito eje-cutivo, vale decir, la sentencia firme, seventilará en conformidad al procedimien-to sumario (art. 680, Nº 7º, CPC).

Y si la acción ejecutiva, a virtud dedisposición legal especial, prescribe en me-nos años, por ejemplo, en un año, comoacontece con la que se entabla en contrade los obligados al pago de un chequeprotestado (art. 34 del DS Nº 3.777, de 3de noviembre de 1943), ¿podría el juezdeclarar de oficio la prescripción de estaacción ejecutiva?

A nuestro juicio, no, en atención aque el artículo 442 del Código de Proce-dimiento Civil es una norma de excep-ción y, como tal, de interpretación res-trictiva.

Sólo el deudor sería el llamado a ener-varla, oponiendo la correspondiente ex-cepción.

III. Gestiones Preparatoriasde la Vía Ejecutiva

718. Concepto. El análisis particularde los diversos títulos ejecutivos nos per-mite apreciar que pueden ser clasificadosen títulos perfectos o completos y títulosimperfectos o incompletos.

Pertenecen a la primera categoría la sen-tencia firme, la copia autorizada de escri-tura pública* y el acta de avenimiento; yse caracterizan porque, desde el instantemismo en que son otorgados, permiteniniciar un proceso ejecutivo para exigir

* Modificación introducida por la Ley Nº 18.181,de 27 de octubre de 1982, publicada en el DiarioOficial de 26 de noviembre del mismo año. Actua-lizado por el Depto. D. Procesal U. de Chile.

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el cumplimiento compulsivo de la obliga-ción que en ellos se contiene.

Forman parte de la segunda categoríalos instrumentos privados, la confesiónjudicial, los títulos al portador o nomina-tivos y sus cupones, etc.; y se caracterizanporque, para poder iniciar ejecución pormedio de ellos, es preciso cumplir conciertas gestiones previas, llamadas prepa-ratorias de la vía ejecutiva.

En consecuencia, las gestiones prepa-ratorias de la vía ejecutiva son ciertos pro-cedimientos judiciales previos, que puedeiniciar el acreedor en contra del deudor,destinados a perfeccionar o completar eltítulo con el cual pretende iniciar unaejecución posterior.

Estas gestiones preparatorias de la víaejecutiva pertenecen a la teoría general delas medidas prejudiciales; solamente pue-den ser iniciadas por el futuro ejecutanteen contra del futuro ejecutado; y su fina-lidad es perfeccionar o completar el títu-lo que servirá de fundamento al juicioejecutivo posterior.

No cabe confundir estas gestiones conlas medidas prejudiciales; pues si bien am-bas son prejudiciales, en el sentido deprevias al juicio, recordemos que estas úl-timas pueden iniciarlas tanto el futurodemandante cuanto el futuro demanda-do, y que su finalidad es triple: prepararla demanda, asegurar ciertos medios deprueba que pueden desaparecer, o bienasegurar los resultados de la acción a ins-taurarse.

Menos pueden confundirse las gestio-nes preparatorias de la vía ejecutiva conlas medidas precautorias generales, porqueel ejercicio de estas últimas le correspon-de al actor en contra del demandado, lasque hará valer durante el curso del juiciocon el objeto de asegurar los resultadosde la acción ya entablada.

719. Su enumeración. Las gestionespreparatorias de la vía ejecutiva, que re-glamenta nuestro derecho positivo, sonlas siguientes:

a) Reconocimiento de firma puestaen instrumento privado;

b) Notificación judicial de protesto deletra de cambio, pagaré* o cheque, a cual-quiera de los obligados;

c) Confesión de deuda;d) Confrontación de títulos y cupones;e) Avaluación;f) Validación de sentencias extranje-

ras; yg) Notificación del título ejecutivo a

los herederos del deudor.Conforme con la modificación intro-

ducida por la Ley Nº 18.181, de 27 deoctubre de 1982, publicada en el DiarioOficial de 26 de noviembre del mismoaño, dejó de tener vigencia la gestiónpreparatoria de la vía ejecutiva consis-tente en la dación de segundas copiasde escritura pública, pasando a ser títu-lo ejecutivo la copia autorizada de la mis-ma, con lo cual actualmente no rige ladistinción entre primera y segunda co-pia de escritura pública para los efectosde su mérito ejecutivo.

720. Reconocimiento de firma pues-ta en instrumento privado. Sabemos que,en principio, el instrumento privado ca-rece de mérito ejecutivo, porque en suotorgamiento no ha intervenido funcio-nario público alguno que le confiera pre-sunción de autenticidad.

Sin embargo, por excepción, el instru-mento privado puede llegar a constituirtítulo ejecutivo, en dos casos: cuando hasido reconocido por el otorgante, o cuan-do ha sido mandado tener por reconoci-do a virtud de resolución judicial (art. 434,Nº 4º, CPC).

Para llegar a obtener este reconoci-miento del instrumento privado y que, enconsecuencia, constituya un título ejecuti-vo perfecto, es previa la observancia de cier-tas gestiones preparatorias de la víaejecutiva, llamadas de reconocimiento defirma puesta en instrumento privado.

* Modificación introducida por el artículo 113de la Ley Nº 18.092, de 29 de diciembre de 1981,publicada en el Diario Oficial de 14 de enero de1982. Actualizado por el Depto. D. Procesal U. deChile.

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Estas gestiones se hallan reglamentadasen los artículos 435 y 436 del Código deProcedimiento Civil; y se promueven anteel juez respectivo por el acreedor que de-sea perfeccionar su título que consta deun instrumento privado en contra deldeudor, a fin de que comparezca a la pre-sencia judicial a reconocer su firma.

El tribunal accederá a la diligenciafijando una audiencia para que se lleve aefecto, debiendo notificarse esta primeraresolución por el estado a la parte quepromovió las gestiones y personalmentea aquélla en contra de la cual se dirigen(art. 40 CPC).

Una vez notificado el deudor, a nues-tro juicio, puede asumir alguna de estascuatro actitudes: que comparezca y reco-nozca su firma, que comparezca y nieguesu firma, que comparezca y dé respuestasevasivas, y que no comparezca.

Cada una de estas actitudes trae tam-bién consigo diferentes efectos:

a) Comparece el deudor y reconoce su fir-ma: en este caso, queda preparada la eje-cución, o sea, el acreedor posee ya untítulo ejecutivo en contra de su deudor.Así lo establece claramente el artículo 436del Código de Procedimiento Civil.

Además, la ejecución queda prepara-da por el solo reconocimiento de firmahecho por el deudor, sin necesidad deresolución judicial posterior que así loconfirme, y aun cuando este último hu-biere negado la deuda.

b) Comparece el deudor y niega su firma:en este segundo caso, la gestión prepara-toria ha terminado; el acreedor no obtuvocon ella la finalidad que perseguía de pro-curarse un título ejecutivo en contra desu deudor; no tiene otro camino que lavía declarativa u ordinaria, sin que puedapretender, dentro de aquellas gestiones,que se abra y se reciban pruebas sobre laautenticidad de la firma del deudor.

c) Comparece el deudor y da respuestasevasivas: en este tercer caso, la sanciónimpuesta por la ley al deudor es grave.En efecto, establece que si el citado sóloda respuestas evasivas, se dará por reco-nocida la firma (art. 435, inc. 2º, CPC).

A diferencia de los casos anteriores,aquí será necesaria la dictación de unaresolución judicial, a solicitud del acree-dor, que declare reconocida la firma deldeudor, en atención, precisamente, a suactitud dubitativa. Ejemplo de respuestasevasivas: no recuerdo haber firmado estedocumento; me parece haberlo firmado,pero no estoy seguro; etc.

d) No comparece el deudor: en este últi-mo caso, la sanción es idéntica a la seña-lada por el legislador para el caso anterior.Si el citado no comparece, se dará porreconocida la firma (art. 435, inc. 2º,CPC).

Será también necesaria, en consecuen-cia, la dictación de una resolución judiciala petición del acreedor, en que se declareque, en rebeldía del deudor, se tiene porreconocida o auténtica la firma.

721. La jurisprudencia en relacióncon la gestión anterior. En atención a laparquedad del legislador en la reglamen-tación de la gestión preparatoria de lavía ejecutiva sobre reconocimiento de fir-ma puesta en instrumento privado, la ju-risprudencia se ha visto en la necesidadde complementarla y aclararla.

En efecto, se ha declarado que:a) El reconocimiento que da mérito

ejecutivo a un instrumento privado es ex-clusivamente el que se obtiene dentro delas gestiones que reglamentan los artícu-los 435 y 436 del Código de Procedimien-to Civil, sin que valga el obtenido dentrode una medida prejudicial o dentro dejuicio, como medio probatorio;

b) A todo acreedor le corresponde elderecho de citar a su deudor a fin deque reconozca su firma puesta en instru-mento privado, cualquiera que sea el ori-gen de la deuda y aun cuando tengaacciones ordinarias o especiales que ha-cer valer en su contra; salvo las limitacio-nes propias de ser este reconocimientoun acto personal del deudor, en cuyo casono cabe citar a los herederos del causan-te a reconocer la firma puesta por éste,al curador de la herencia yacente a reco-nocer la firma también colocada por

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aquél, al deudor cuya firma ha sido colo-cada a ruego por otra persona, al manda-tario en razón de aparecer el documentofirmado por su mandante, a menos quedicho mandatario estuviere especialmen-te facultado al efecto, etc.;

c) La gestión preparatoria de reco-nocimiento de firma se dirige en contrade todo deudor, salvo que sea incapaz; pues,en tal caso, deberá citarse a su corres-pondiente representante legal, ya que unreconocimiento del incapaz sin conoci-miento o intervención de su representan-te es nulo y autoriza para oponer laexcepción de falta de requisitos o condi-ciones legales para que el título invocadotenga fuerza ejecutiva;

d) El documento privado cuyo reco-nocimiento se solicita debe estar firmado,pues la gestión preparatoria es de “reco-nocimiento de firma”; en caso contrario,el acreedor deberá promover la de “con-fesión de deuda”;

e) El deudor citado puede pedir lapostergación de la audiencia; o sea, que seseñale otra, siempre y cuando la pida an-tes de la primera, concurriendo los re-quisitos señalados en el artículo 67 delCódigo de Procedimiento Civil, en aten-ción a que la audiencia es un términojudicial fijado en beneficio del mismo;

f) El deudor citado puede oponer pre-viamente incidentes dilatorios, como ser,nulidad de la notificación, incompetenciadel tribunal, privilegio de no comparecen-cia, etc., estándole vedado, en cambio, opo-ner cualquiera excepción o defensa quemire al fondo de la obligación;

g) El deudor citado puede comparecerantes de la audiencia respectiva, por serun término judicial establecido en su be-neficio, y también puede comparecer an-tes de que se pronuncie la resolucióndando por reconocida su firma en su re-beldía, en atención a que el término decomparecencia no es fatal;

h) El deudor citado puede comparecerverbalmente o por escrito, y también pue-de hacerlo por medio de mandatario,siempre y cuando este último tenga fa-cultades e instrucciones precisas para com-

parecer dentro de una gestión prepara-toria de reconocimiento de firma deter-minada;

i) La audiencia debe efectuarse anteel juez y el secretario, sin que valga dele-gar estas funciones en este último o enotro ministro de fe, ni que el acreedor,presenciando la diligencia, pueda formu-lar contrainterrogaciones u observacionesal deudor;

j) Si el documento privado aparecesubscrito por medio de razón social, bas-tará la comparecencia del socio gestor; y sila administración le corresponde a varios,pero indistintamente, será suficiente lacomparecencia de uno solo;

k) La calificación de las respuestas deldeudor, si son o no evasivas, constituyeun hecho de la gestión que escapa al con-trol del tribunal supremo o de casación;

l) El deudor podrá pedir la rescisiónde lo que se hubiere obrado en su rebel-día, ofreciendo probar que estuvo impe-dido por razones de fuerza mayor decomparecer, de acuerdo a lo preceptua-do en el artículo 79 del Código de Proce-dimiento Civil;

ll) La resolución que da por recono-cida la firma del deudor, sea por falta decomparecencia, sea por haber dado res-puestas evasivas, constituye una sentenciainterlocutoria, en atención a que resuelvesobre un trámite que va a servir al pro-nunciamiento de una sentencia definiti-va, cual es la que recae en el juicioejecutivo posterior, y, como tal, se notifi-ca por el estado, y es susceptible de losrecursos procesales correspondientes;

m) La apelación que deduzca el deu-dor en contra de la resolución anterior,deberá concederse en el solo efecto de-volutivo; pues, si así deben concederselas que deduzca el demandado en el jui-cio ejecutivo, con mayor razón deberánserlo las que interponga en la gestión pre-paratoria del mismo (art. 194, Nº 1º,CPC); y

n) Una vez firme la resolución queda por reconocida la firma del deudor,goza de la autoridad de la cosa juzgada y,por ende, en el juicio ejecutivo posterior

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no podrá ya discutirse acerca de la auten-ticidad del documento privado invocadocomo título.

722. Notificación judicial de protes-tos de letra de cambio, pagaré* o che-que. Al estudiar el instrumento privado,en función de los títulos ejecutivos, ex-presamos que algunos de ellos, como serla letra de cambio, el pagaré* y el che-que, se encuentran sometidos a reglas es-peciales.

En efecto, la simple lectura del nú-mero 4º del artículo 434 del Código deProcedimiento Civil permite apreciar que,para saber a ciencia cierta cuáles de estosinstrumentos privados poseen mérito eje-cutivo, es previo distinguir las tres situa-ciones en que pueden encontrarse:

a) Letra de cambio o pagaré* protes-tado personalmente;

b) Letra de cambio, pagaré* o che-que cuyo protesto ha sido puesto en co-nocimiento del obligado mediante notifi-cación judicial; y

c) Letra de cambio, pagaré* o che-que cuya firma del obligado aparece au-torizada por notario o por el oficial delRegistro Civil en las comunas en que notenga su asiento un notario.**

En efecto, la letra de cambio o el pa-garé* constituyen título ejecutivo siem-pre que se reúnan las siguientes circuns-tancias: que hayan sido protestados; queel protesto se haya efectuado personal-mente al deudor; y que, en el acto mis-mo del protesto, éste no haya opuestotacha de falsedad a su firma.

Por consiguiente, el título ejecutivo,en este primer caso, estará constituido por

la letra de cambio o el pagaré,* y, ade-más, por la respectiva acta de protesto.

Como se comprende, en este caso sólopuede accionarse por la vía ejecutiva encontra del deudor principal, vale decir,del aceptante de la letra de cambio o delsubscriptor del pagaré; y no se requierede gestión preparatoria alguna, pues es-tos documentos, no obstante ser priva-dos, son títulos ejecutivos en razón delprotesto personal al deudor y a la faltade impugnación de su firma.

En el segundo caso vienen las letras decambio, pagarés* o cheques cuyos protes-tos han sido puestos en conocimiento delobligado mediante notificación judicial y,en ese acto o dentro de tercero día, noaduce tacha de falsedad a su firma.

Para que estos documentos privadosconstituyan títulos ejecutivos se requiere,pues, de una gestión preparatoria de lavía ejecutiva que consiste, precisamente,en la notificación del protesto del res-pectivo documento, dentro de la cual eldeudor, con su actitud pasiva, al no ta-char de falsa su firma, ni en el acto de lanotificación, ni dentro de tercero día, de-muestra, en cambio, su real y verdaderaautenticidad.

Esta gestión preparatoria de la vía eje-cutiva podrá iniciarse, ya en contra delaceptante de la letra de cambio, o del subs-criptor del pagaré* o del girador del che-que, ya en contra del librador, de losendosantes, de los avalistas, etc., tambiénresponsables de la obligación porque ellegislador al reglamentar aquellas gestio-nes habla de “cualquiera de los obligados”.

En relación con la tacha de falsedadde la firma en este segundo caso, valedecir notificación judicial de protestos deletras de cambio, pagarés o cheques he-cho respecto de cualquiera de los obliga-dos al pago de los mismos, ya sea que* Modificación introducida por el artículo 113

de la Ley Nº 18.092, de 29 de diciembre de 1981,publicada en el Diario Oficial de 14 de enero de1982. Actualizado por el Depto. D. Procesal U. deChile.

** Modificación introducida por la Ley Nº 18.155,de 4 de agosto de 1982, publicada en el Diario Ofi-cial de 18 del mismo mes y año. Actualizado por elDepto. D. Procesal U. de Chile.

* Modificación introducida por el artículo 113de la Ley Nº 18.092, de 29 de diciembre de 1981,publicada en el Diario Oficial de 14 de enero de1982. Actualizado por el Depto. D. Procesal U. deChile.

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ésta se oponga en el acto de notificacióno dentro de tercero día de notificados, laLey Nº 18.092, de 29 de diciembre de1982, introduce importantes modificacio-nes en sus artículos 110, 111, 112 y 114,las que podrían resumirse de la siguienteforma:

a) Una vez opuesta la tacha de false-dad de la firma en los casos de que tratael inciso 1º del número 4º del artículo 434del Código de Procedimiento Civil, la ta-cha se tramita como incidente y corres-ponde al demandante acreditar que lafirma es auténtica. Si se acreditare la au-tenticidad de la firma, el tribunal lo de-clarará así y el documento constituirátítulo ejecutivo. Las apelaciones en esteincidente se concederán en el solo efec-to devolutivo. Esta es la primera vez queel legislador permite que exista discusióny prueba en una gestión preparatoria dela vía ejecutiva;

b) Cualquiera persona que en el actode protesto o en la gestión preparatoriade la vía ejecutiva tachare de falsa su fir-ma puesta en una letra de cambio o pa-garé y resultare en definitiva que la firmaes auténtica, será sancionada con las pe-nas indicadas en el artículo 467 del Códi-go Penal, salvo que acredite justa causade error o que el título en el cual se es-tampó la firma es falso;

c) El demandado en el juicio civil yel inculpado o procesado en el juicio cri-minal por el delito establecido en el ar-tículo 110 de la Ley Nº 18.092, podráoponer como defensa o excepción la fal-sedad del título o la de su firma y justifi-carla en dichos procesos, no obstantehaber anteriormente tachado de falsa sufirma puesta en una letra de cambio opagaré y haber resultado en definitiva quela firma es auténtica; y

d) Cualquiera persona que en la ges-tión de notificación de protesto de uncheque tache de falsa su firma y resultareen definitiva que dicha firma es auténti-ca, será sancionada con las penas que secontemplan en el artículo 467 del Códi-go Penal, salvo que acredite justa causade error o que el título en que se estam-

pó la firma sea falso (art. 44 de la Leysobre Cuentas Corrientes Bancarias y Che-ques, modificado por el art. 114 de la LeyNº 18.092).*

Por último, cuando la firma de cual-quiera de los obligados al pago de unaletra de cambio, pagaré o cheque apare-ce autorizada por un notario o por eloficial del Registro Civil en la comuna enque no tenga su asiento un notario, tam-poco es necesario iniciar gestión prepa-ratoria de la vía ejecutiva, pues por esesolo hecho los documentos en cuestióntienen mérito ejecutivo.

La intervención del notario o del ofi-cial del Registro Civil les atribuye una pre-sunción de autenticidad; y todavía más,según jurisprudencia reiterada, ni siquie-ra requieren de protesto previo para po-der cobrar ejecutivamente su valor alobligado, cuya firma aparece autorizadade la manera que se ha expresado.

En resumen, el protesto personal aldeudor de las letras de cambio o pagaréssin objeción de falsedad a su firma, y laautorización de esta última por notario odel oficial del Registro Civil** colocadapor cualquiera de los obligados en las le-tras de cambio, pagarés o cheques, exclu-yen la posibilidad de la realización de unagestión preparatoria de la vía ejecutiva,pues estos documentos, de antemano, tie-nen ya mérito ejecutivo.

En las demás circunstancias, la ges-tión preparatoria de vía ejecutiva se haceindispensable, y tendrá éxito sólo y cuan-do el obligado, en el acto de la notifica-ción del protesto o dentro de tercero día,nada exprese en orden a la autenticidadde su firma.

723. Confesión de deuda. Si en casode no tener el acreedor título ejecutivo,

* Modificación introducida por el artículo 113de la Ley Nº 18.092, de 29 de diciembre de 1981, pu-blicada en el Diario Oficial de 14 de enero de 1982.Actualizado por el Depto. D. Procesal U. de Chile.

** Modificación introducida por la Ley Nº 18.155,de 4 de agosto de 1982, publicada en el Diario Ofi-cial de 18 del mismo mes y año. Actualizado por elDepto. D. Procesal U. de Chile.

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quiere preparar la ejecución por la con-fesión de la deuda, podrá pedir que secite al deudor a la presencia judicial, afin de que dicha confesión sea prestada(art. 435, inc. 1º, CPC).

Esta gestión preparatoria de la vía eje-cutiva se la conoce con el nombre de con-fesión de deuda; y, de llegar a prosperar,habilita al acreedor para hacer valer encontra de su deudor, como título ejecuti-vo, el contemplado en el número 5º delartículo 434 del Código de Procedimien-to Civil, o sea, la confesión judicial.

Su tramitación es idéntica a la gestiónpreparatoria de la vía ejecutiva sobre re-conocimiento de firma puesta en instru-mento privado; de suerte que, para evitarrepeticiones, nos remitimos en todo a loexpuesto en los párrafos 720 y 721.

También sabemos que la confesión enjuicio puede revestir la forma de una me-dida prejudicial, o sea, de una gestióndestinada a preparar la entrada a juiciodeclarativo u ordinario posterior (arts. 284y 288 CPC); o bien, la de medio probato-rio para hacerlo valer en el juicio mismo(arts. 341 y 385 y sigs. CPC).

Buen cuidado hay que tener de noconfundir la confesión judicial como me-dio de prueba en juicio y la confesiónjudicial como gestión preparatoria de lavía ejecutiva. En efecto:

a) La primera está destinada a acredi-tar hechos controvertidos en el juicio mis-mo; la segunda, en cambio, a preparar laentrada al juicio ejecutivo, o sea, a pro-curarnos un título con mérito ejecutivo;

b) La primera puede prestarse espon-tánea o provocadamente; la segunda, encambio, solamente de manera provocaday en la forma específica en que se hallareglamentada en el artículo 435 del Có-digo de Procedimiento Civil;

c) La primera sirve para probar cual-quier hecho, siempre que sea controver-tido de manera substancial y pertinenteen el juicio; la segunda, en cambio, sólose utiliza para acreditar la existencia deuna obligación o deuda;

d) La primera, en caso que el deudorniegue el hecho sobre el cual se le inte-

rroga, permite someterlo a una segundadiligencia en la primera instancia, y, to-davía, a una tercera, en la alzada; la se-gunda, en cambio, negada la deuda,termina la gestión y sólo le resta al acree-dor el camino declarativo u ordinario;

e) La primera exige la citación por dosveces del litigante para que se le puedatener por confeso en rebeldía; la segunda,en cambio, sólo requiere de una citaciónpara que, en caso de incomparecencia orebeldía del deudor, se tenga por recono-cida la obligación;

f) La primera debe ser prestada bajola fe del juramento; la segunda, en cam-bio, no requiere de esta formalidad pre-via de parte del confesante; y

g) La primera puede ser delegada enel secretario u otro ministro de fe; la se-gunda, en cambio, sólo puede prestarseante el juez, so pena de nulidad de larespectiva diligencia o actuación.

724. Confrontación de títulos y cupo-nes. Al analizar los títulos ejecutivos enparticular, expresamos que se trata de dostítulos diversos, pero íntimamente liga-dos entre sí: a) cualesquiera títulos al por-tador, o nominativos, legítimamenteemitidos, que representen obligacionesvencidas; y b) los cupones también ven-cidos de dichos títulos (art. 434, Nº 6º,inc. 1º, CPC).

Ahora bien, para que estos títulos alportador o nominativos tengan mérito eje-cutivo requieren: a) haber sido legalmenteemitidos; b) representar obligaciones ven-cidas; y c) haber sido confrontados consus libros talonarios.

La primera circunstancia se acreditacon la sola existencia de la ley que auto-rizó su emisión; la segunda debe emanardel título mismo y es la repetición delrequisito general de procedencia de laacción ejecutiva, es decir, que la obliga-ción sea actualmente exigible; y la últimase obtiene mediante la gestión prepara-toria de la vía ejecutiva llamada de con-frontación.

Aun cuando la ley no lo establece ex-presamente, es obvio que esta gestión pre-

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paratoria se inicia ante el juez respectivopor el acreedor; y en ella pedirá la desig-nación de un ministro de fe que efectúela confrontación, esto es, el examen ycomparación del título cuyo valor preten-de cobrar por la vía ejecutiva y el librotalonario, del cual dicho título había sidooportunamente desprendido.

Si resulta conforme la confrontación,la vía ejecutiva ha quedado preparada.Tampoco será obstáculo para despacharla ejecución la circunstancia de que en elacto de la confrontación la persona quetenga la representación del deudor o sudirector tache de falso el título, sin per-juicio de su derecho para alegar en for-ma esta excepción, o sea, dentro del juicioejecutivo posterior (art. 434, Nº 6º, CPC).

Si, por el contrario, lo que se preten-de cobrar por la vía ejecutiva es un cupónde estos mismos títulos, para que puedadicho cobro reclamarse ejecutivamente esindispensable la concurrencia de dos re-quisitos: que el cupón se halle vencido yque el cupón haya sido confrontado conel título, y éste, a su vez, con el libro talo-nario respectivo (art. 434, Nº 6º, CPC).

Se trata, en este último caso, por con-siguiente, de una doble confrontación, yobtenida, además, como gestión prepara-toria de la vía ejecutiva.

725. Avaluación. De conformidadcon lo dispuesto en el artículo 438 delCódigo de Procedimiento Civil, la ejecu-ción puede recaer: 1º) sobre la especie ocuerpo cierto que se deba y que exista enpoder del deudor; 2º) sobre el valor dela especie debida y que no exista en po-der del deudor, haciéndose su avaluaciónpor un perito que nombrará el tribunal;y 3º) sobre cantidad líquida de dinero ode un género determinado cuya avalua-ción pueda hacerse en la forma que esta-blece el número anterior.

En consecuencia, en dos casos se hacenecesario preparar la vía ejecutiva median-te la intervención de un perito: cuandola especie debida no existe en poder deldeudor, o bien cuando lo adeudado esuna cantidad de un género determina-

do. En tales casos, el perito determina elvalor de la especie debida, o el valor dela cantidad de un género determinadoque se debe, y, por consiguiente, la eje-cución recae en estos valores y no en laespecie o en el género adeudados.

La designación del perito –que seráuno solo– la hará el tribunal por sí mis-mo, vale decir, sin intervención de laspartes, alterando así las reglas generalesque le confieren a éstas atribuciones ofacultades para designar de común acuer-do, y en primer término, el o los peritos(art. 414 CPC).

El perito, a su vez, hará la avaluaciónde que se trata con los datos que el títuloejecutivo suministre.

Pero la avaluación del perito no esdefinitiva, pues, si bien ella sirve para de-terminar prima facie el monto de la ejecu-ción, las partes conservan el derecho parapedir que se aumente o disminuya(art. 440 CPC).

El ejecutante hará uso de este derechoen conformidad a las reglas generales, osea, impugnando la avaluación hecha porel perito; y, en tal caso, corresponde altribunal, en definitiva, determinar dichaavaluación, resolución que también po-drá ser objeto de los recursos legales co-rrespondientes, esto es, de reposición yapelación subsidiaria.

Estimamos que igual camino podrá se-guir el ejecutado, si se ha hecho parte den-tro de las gestiones respectivas, ya que laley no lo prohíbe. Sin embargo, el mediomás expedito que tiene para reclamar delexceso de avalúo será oponiéndose a laejecución mediante la excepción contem-plada en el artículo 464, Nº 8º, del Códigode Procedimiento Civil, llamada, precisa-mente, de exceso de avalúo.

La omisión, pues, de estas gestionespreparatorias de la vía ejecutiva, cuandose desea que la ejecución recaiga sobreel valor de la especie debida y que noexista en poder del deudor o sobre canti-dad de un género determinado, implicala falta de mérito ejecutivo en el títuloque se invoca como fundamento de laejecución y, por consiguiente, la falta de

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Manual de Derecho Procesal

requisitos o condiciones legales de pro-cedencia de la correspondiente acción eje-cutiva hecha valer en el juicio respectivo.

726. Validación de sentencias extran-jeras. Las sentencias pronunciadas por lostribunales extranjeros tendrán en Chile,en primer término, la fuerza que les con-cedan los tratados respectivos; en segun-do lugar, a falta de tratados, la mismafuerza que a las sentencias chilenas se lesotorga en la nación de donde procededicha sentencia extranjera; y en tercer tér-mino, a falta de tratados o de aplicacióndel principio de reciprocidad, esas sen-tencias extranjeras tendrán la misma fuer-za que las sentencias chilenas, siempre ycuando reúnan las condiciones mínimasque nuestra misma ley procesal se encar-ga de señalar (arts. 242, 243, 244, 245CPC).

Ahora bien, que una sentencia pro-nunciada por un tribunal extranjero ten-ga fuerza en Chile equivale a que dichasentencia puede ejecutarse o cumplirse ennuestra nación; pero, para que ella tengafuerza ejecutiva, es previo que la CorteSuprema la constate dentro de ciertas ges-tiones preparatorias de la vía ejecutiva, lla-madas de validación de sentencias extran-jeras o exequátur.

Conoce de estas gestiones, como bienlo sabemos, la Corte Suprema; y todo lorelacionado con su tramitación será obje-to de próximo estudio dentro de la mate-ria correspondiente al cumplimiento delas sentencias pronunciadas tanto por tri-bunales chilenos cuanto por extranjeros,y una vez agotado el juicio ejecutivo (véa-se Nº 847).

727. Notificación del título ejecutivoa herederos del deudor. Es principio fun-damental de derecho civil que los here-deros del causante lo representan ysuceden en todos sus derechos y obliga-ciones transmisibles. Así, si el causanteera deudor de un crédito, que consta deun título ejecutivo, podrá exigirse su cum-plimiento, y por la vía ejecutiva, a sus he-rederos.

Sin embargo, en atención a que losherederos del deudor pueden ignorarla existencia del crédito y al hecho deque si se permite deducir librementeen su contra la correspondiente acciónejecutiva pudiera prestarse a sorpresasy dejarlos prácticamente en la indefen-sión, el legislador estableció que “lostítulos ejecutivos contra el difunto loserán igualmente contra los herederos;pero los acreedores no podrán entablaro llevar adelante la ejecución, sino pa-sados ocho días después de la notifica-ción judicial de sus títulos” (art. 1377CC).

Este precepto, a su vez, debe enten-derse complementado con lo que disponeel artículo 5º del Código de Procedimien-to Civil, o sea, que “si durante el juiciofallece alguna de las partes que obre porsí misma, quedará suspenso por este he-cho el procedimiento, y se pondrá su es-tado en noticia de los herederos para quecomparezcan a hacer uso de su derechoen un plazo igual al de emplazamientopara contestar demandas, que concedenlos artículos 258 y 259”.

La lectura combinada de ambas dis-posiciones permite deducir las siguientesconsecuencias:

a) Si el deudor fallece antes de iniciarseel correspondiente juicio ejecutivo, para queel acreedor pueda válidamente promo-verlo, es indispensable que haga notifi-car previamente su título a los herederosde aquél, quienes tendrán un plazo deocho días de prórroga o espera (art. 1377CC);

b) Si el deudor fallece durante la trami-tación del juicio ejecutivo y se hallaba litigan-do personalmente, por ese solo hecho sesuspenderá el juicio y el acreedor tendráque ponerlo en conocimiento de los he-rederos, quienes tendrán el plazo de em-plazamiento para comparecer, sin cuyovencimiento el juicio no puede continuaradelante (art. 5º CPC); y

c) Si el deudor fallece durante la tramita-ción del juicio ejecutivo y se hallaba litigandorepresentado por mandatario, el acreedor nopodrá llevar adelante su ejecución sino

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Mario Casarino Viterbo

pasados ocho días después de la notifica-ción judicial de su título a los herederosde aquél (art. 1377 CC).

En resumen, tanto el fallecimiento deldeudor antes de la iniciación del juicioejecutivo, cuanto durante la tramitacióndel mismo, impide iniciar la ejecución ollevarla adelante, según el caso, sin pre-

via notificación del título a los herede-ros; pero, si el juicio está iniciado, es pre-vio distinguir si el deudor está litigandopersonalmente o representado por me-dio de procurador: en el primer caso, elplazo para llevar adelante la ejecución seráigual al del emplazamiento; y en el se-gundo, sólo de ocho días.