Jackson (1999)

11
Resumen Este artículo da cuenta de las nuevas direcciones tomadas en el seno de la geografía huma- na a consecuencia del «giro cultural». Ofrece, además, una breve cronología de hechos recientes, emprende una caracterización del «giro cultural» y evalúa hasta qué punto se ha producido un «giro espacial» concomitante en los estudios culturales. Los críticos sostienen que, por centrarse en cuestiones de representación, cultura y significado, se ha dejado a un lado el interés preferente por las desigualdades materiales dentro de la sociedad. El artícu- lo concluye con algunas reflexiones acerca de las direcciones futuras a tomar dentro de la geografía cultural, y en concreto en relación con los procesos de consumo y mercantiliza- ción, en los que existe la posibilidad de trascender los límites entre «lo económico» y «lo cultural». Palabras clave: geografía cultural, giro cultural, representación, consumo, mercantiliza- ción. Resum. Noves geografies culturals? Aquest article presenta les noves direccions adoptades en el marc de la geografia humana com a conseqüència del «gir cultural». Ofereix, a més, una breu cronologia de fets recents, ence- ta una caracterització del gir cultural i avalua fins a quin punt s’ha produït un «gir espa- cial» concomitant en els estudis culturals. Els crítics sostenen que, pel fet de centrar-se en qüestions de representació, cultura i significat, s’ha deixat de banda l’interès preferent per les desigualtats materials dins la societat. L’article conclou amb algunes reflexions entorn de les direccions futures que cal emprendre en la geografia cultural i, en concret, en relació amb els processos de consum i mercantilització, en els quals hi ha la possibilitat de transcen- dir els límits entre «el que és econòmic» i «el que és cultural». Paraules clau: geografia cultural, gir cultural, representació, consum, mercantilització. Résumé. Des nouvelles géographies culturelles? Cet article présente les nouvelles directions adoptées dans le cadre de la géographie humai- ne par effet du «virage culturel». Il offre aussi une brève chronologie de faits récents, il fait * Traducido del original inglés por Elena Llorens Pujol. Doc. Anàl. Geogr. 34, 1999 41-51 ¿Nuevas geografías culturales? * Peter Jackson University of Sheffield. Department of Geography Sheffield S10 2TN. United Kingdom [email protected] Data de recepció: maig 1998 Data d’acceptació: setembre 1998

Transcript of Jackson (1999)

  • Resumen

    Este artculo da cuenta de las nuevas direcciones tomadas en el seno de la geografa huma-na a consecuencia del giro cultural. Ofrece, adems, una breve cronologa de hechosrecientes, emprproducido un que, por centralado el inters lo concluye cogeografa cultucin, en los qucultural.

    Palabras clavecin.

    Resum. Noves

    Aquest article pa conseqnciata una caractercial concomitqestions de reles desigualtats direccions futuels processos ddir els lmits en

    Paraules clau:

    Rsum. Des n

    Cet article prsne par effet du

    * Traducido

    Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 41-51

    Nuevas geografas culturales?*

    Peter JacksonUniversity of Sheffield. Department of GeographySheffield S10 2TN. United [email protected]

    Data de recepci: maig 1998Data dacceptaci: setembre 1998

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 41ende una caracterizacin del giro cultural y evala hasta qu punto se hagiro espacial concomitante en los estudios culturales. Los crticos sostienenrse en cuestiones de representacin, cultura y significado, se ha dejado a unpreferente por las desigualdades materiales dentro de la sociedad. El artcu-n algunas reflexiones acerca de las direcciones futuras a tomar dentro de laral, y en concreto en relacin con los procesos de consumo y mercantiliza-e existe la posibilidad de trascender los lmites entre lo econmico y lo

    : geografa cultural, giro cultural, representacin, consumo, mercantiliza-

    geografies culturals?

    resenta les noves direccions adoptades en el marc de la geografia humana com del gir cultural. Ofereix, a ms, una breu cronologia de fets recents, ence-itzaci del gir cultural i avalua fins a quin punt sha produt un gir espa-ant en els estudis culturals. Els crtics sostenen que, pel fet de centrar-se enpresentaci, cultura i significat, sha deixat de banda linters preferent permaterials dins la societat. Larticle conclou amb algunes reflexions entorn de lesres que cal emprendre en la geografia cultural i, en concret, en relaci ambe consum i mercantilitzaci, en els quals hi ha la possibilitat de transcen-tre el que s econmic i el que s cultural.

    geografia cultural, gir cultural, representaci, consum, mercantilitzaci.

    ouvelles gographies culturelles?

    ente les nouvelles directions adoptes dans le cadre de la gographie humai- virage culturel. Il offre aussi une brve chronologie de faits rcents, il fait

    del original ingls por Elena Llorens Pujol.

  • une premire caractrisation du virage culturel et value jusqu quel point un virage spa-tial concomitant sest produit dans les tudes culturels. Du fait de vouloir se centrer dansdes questions de reprsentation, de culture et de signification, les critiques soutiennentquon a laiss de ct lintrt prfrentiel des ingalits matrielles dans la socit. Larticlefinit en faisant quelques rflexions autour des directions futures quil faut entreprendredans la gographie culturelle et, concrtement, par rapport aux processus de consommationet de mercantilisme, dans lesquels il existe la possibilit de transcender les lirnites entre cequi est conomique et ce qui est culturel.

    Mots cl: gographie culturelle, virage culturel, reprsentation, consommation, mercanti-lisme.

    Abstract. New cultural geographies?

    This paper indicates the new directions taken within human geography as a result of thecultural turn. It also provides a brief chronology of recent events, attempts to characte-rise the cultural turn and assesses the extent to which there has been a concomitant spa-tial turn in cuculture and mneglected. Theral geography,tion, which offand the cultu

    Key words: cucation.

    Introduccin

    Como resultado de los debates habidos en las ciencias humanas y sociales(Chaney, 199te giro culturon una seriey Jackson, 19paisaje que llnistas (Rose, no, el giro cude la discipli

    42 Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 Peter Jackson

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 424; Jameson, 1998), se ha discutido mucho en torno al recien-ral en la geografa humana. En los aos ochenta se identifica-

    de nuevas direcciones dentro de la geografa cultural (Cosgrove87) basadas en enfoques ya existentes para la interpretacin delevaron a nuevas alianzas con los estudios poscoloniales y femi-1993; Jacobs, 1996; WGSG, 1997). A medida que ganaba terre-ltural empez a ejercer un efecto transformador sobre el conjuntona, hasta el punto que en 1991 Nigel Thrift escribi acerca deltural studies. Critics argue that by focusing on questions of representation,eaning, prior concerns for material inequalities within society have been paper concludes with some reflections on future directions within cultu-

    particularly concerning the processes of consumption and commodifica-er the opportunity of transcending the boundaries between the economicral.

    ltural geography, cultural turn, representation, consumption, commodifi-

    Sumario

  • la hegemona de la cultura en las ciencias sociales (al menos generacional-mente) y en la geografa (Thrift, 1991: 144). Las nuevas direcciones de la geo-grafa cultural recurrieron a diversas tradiciones intelectuales, que iban desdela antropologa y la teora literaria hasta el feminismo y los estudios cultu-rales contemporneos, ensanchando as los lmites de la geografa culturalms all de la obra pionera de Carl Sauer y sus seguidores de la escuela deBerkeley.

    Las reacciones a estos cambios han sido muy diversas: desde el entusiasmoabsoluto hasta una abierta hostilidad. Aqullos que albergaban ciertas dudassobre los mritos del giro cultural de la geografa han negado sus reivindica-ciones de novedad, subrayando la supuesta arrogancia de la nueva geografacultural hacia anteriores tradiciones geogrficas de estudio del paisaje. El deba-te entre geografas culturales viejas y nuevas ha trado consigo, adems,definiciones controvertidas de lo que constituye lo cultural, dado que losestudios de la cultura popular contempornea que incluyen las subculturasurbana y juvahora paralepopular y ve

    Si definihistrica de espaciados); urbaen las ideJackson, 1

    Pero no hlo metropolimenos. Tal profundas sociplinarios y

    Este artcuto que causrando as lo qel giro cultusentacin. Pdo a un giroque ha existiguntas acercabordan idedentro de lay mercantilizlo econmilos artculosblicos asoci

    Nuevas geografas culturales? Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 43

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 43enil (Burgess y Gold, 1985; Skelton y Valentine, 1997) correnlos al inters tradicional de la geografa cultural por la culturarncula. Como sostuvieron Cosgrove y Jackson:

    ramos esta nueva geografa cultural, sera contempornea adems de(aunque siempre informada terica y contextualmente); social ademsl (aunque no limitada exclusivamente a temas de paisaje poco defini-na adems de rural, e interesada en la naturaleza contingente de la cultura,ologas dominantes y en las formas de resistencia a ellas (Cosgrove y987: 95).

    abra que reducir el debate a una batalla entre lo nuevo y lo viejo,tano frente a lo rural, el mundo desarrollado frente al que lo estcomo tratar de demostrar, tambin se plantean cuestiones msbre la poltica del conocimiento, la transgresin de los lmites dis- la relacin entre lo cultural y lo econmico.lo contiene una breve cronologa del giro cultural segn el impac- en tradiciones anteriores de la geografa cultural y social, valo-ue se gan y lo que pudo perderse. Asimismo, persigue caracterizar

    ral sosteniendo que ante todo giraba en torno a temas de repre-or consiguiente, evala si el giro cultural en la geografa ha lleva- geogrfico o espacial similar en los estudios culturales, arguyendodo menor reciprocidad de la imaginada y planteando varias pre-a de la naturaleza de la disciplinariedad. Como conclusin, seas ms empricamente fundadas sobre las futuras direcciones geografa cultural, en concreto con relacin a temas de consumoacin, donde existe la posibilidad de trascender las divisiones entreco y lo cultural centrando la atencin en la cultura material de de consumo especficos y en sus significados metafricos y sim-ados.

  • Una breve cronologa

    A riesgo de simplificacin excesiva, es posible identificar varios acontecimien-tos clave que marcan el paso del giro cultural de la geografa. Entre los pre-cursores se encuentran diversas observaciones sobre el futuro de la geografacultural publicadas en la revista Area (Coull, 1980; Smith, Springett y Jones,1980; Jackson, 1980) y una serie de artculos aparecidos en la revista de la geo-grafa radical Antipode (Blaut, 1979; Cosgrove, 1983; Thrift, 1983). Pocosaos despus se celebraron sendas conferencias en el University College deLondres (Cosgrove y Jackson, 1987) y en la University of British Columbia(Gregory y Ley, 1988), cuyo tema de reflexin fue en ambas las nuevas direc-ciones tomadas en el seno de la geografa cultural contempornea. Estas nue-vas direcciones incluan nuevas maneras de enfocar el estudio del paisaje(recurriendo a la iconografa, la semitica y distintas formas de anlisis del dis-curso), as como estudios de la poltica cultural del espacio y el lugar (recurrien-do a la obra dde Birmingh

    Poco despdiversos estuobra de Cosgy Duncan Wsentation (199Smith y Haninstitucionalla geografa cStudy GroupEdimburgo efos britnicorencia celebren rpida evo

    La tempraconsigo algural (un trmlectual recienentre aqullodo lugar. Alcomentario dgeografa culcacin de la ms hostiles,vencin de como la opode lo econmcultural dentcupacin crt

    44 Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 Peter Jackson

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 44e Stuart Hall y al Centro de Estudios Culturales Contemporneosam). us, y de modo relativamente rpido y sucesivo, se publicaron

    dios que representaban a cada uno de esos enfoques. Se trata de larove y Daniels The Iconography of Landscape (1988); la de Barnesriting Worlds (1992); la de Duncan y Ley Place/Culture/Repre-3); la de Jackson titulada Maps of Meaning (198) y la de Shurmer-nam, Worlds of Desire, Realms of Power (1994). Otro marcador

    de estos cambios intelectuales fue la reincorporacin, en 1988, deultural en el British Geographers Social and Cultural Geography, seguida de la conferencia New Words, New Worlds celebrada enn 1991 (Philo, 1991). A finales de los aos noventa, los gegra-

    s reflexionaban sobre la naturaleza del giro cultural en una confe-ada en Oxford, dndose as una nueva introduccin a este campolucin (Crang, 1998).na referencia a nuevas direcciones en la geografa cultural trajo

    nas referencias menos circunspectas a una nueva geografa cultu-ino que hace poca justicia a las complejidades de la historia inte-te). Sin embargo, la idea se hizo popular y provoc un contragolpes que mostraban reservas hacia los cambios que estaban tenien-

    gunas de esas crticas fueron relativamente benvolas, como ele Rowntree (1988) sobre ortodoxia y nuevas direcciones en latural, el argumento de Don Mitchell (1995) en torno a la reifi-cultura, o la resea imparcial de Lily Kong (1997). Otras fueron como la crtica de Marie Price y Martin Lewis (1993) a la rein-la geografa cultural. A stas les han seguido crticas ms sutiles,rtuna advertencia de Andrew Sayer (1994) sobre el peso excesivoico y el aviso de Nicky Gregson (1995) que la ascendencia de lo

    ro de la geografa humana corre el riesgo de dejar a un lado la preo-ica de la geografa social por las desigualdades materiales. En con-

  • creto, Gregson sostena que los conceptos de significado, identidad, represen-tacin e ideologa requeran una fundamentacin ms slida en las desigualdadessociales estructuradas de gnero, clase, raza, sexo e (in)validez, as como de lacultura material.

    Segn esta cronologa, el giro cultural de la geografa se inici, institucio-naliz e incluso fue repudiado por algunos en no ms de diez aos: tal es elritmo de cambio de la geografa humana contempornea.

    Caracterizacin del giro cultural

    Tal como sugieren estos debates, no resulta nada fcil caracterizar de modopreciso el giro cultural. Sin embargo, las cuestiones en torno a la representa-cin han sido un tema primordial. Antes que ver las representaciones (visualeso verbales) como una reflexin no mediatizada y directa de la realidad socialque buscan describir, se ha producido un reconocimiento progresivo de la pol-tica de la repen la facultarepresentar. Lde John Berg(1978), as craleza de la auolvidar, natuy Cohen, 19truccin (mla inocencia convirti en 1992; Gregolaban los prede la llamada

    La politizavo del posicitemas relacionmas de margexclusin). Pacarre una odazmente deall del textoescrita. Otroque implicabgizacin de dnociones mdas en conce

    Lo que alganlisis basadeconmicas

    Nuevas geografas culturales? Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 45

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 45resentacin: sta puede revelar ms acerca de aqullos que pose-d de definir que no acerca de aqullos cuyas vidas trata deas fuentes de inspiracin para este tipo de enfoque fueron la obraer Ways of Seeing (1972), el libro Orientalism de Edward Said

    omo los debates en el seno de la antropologa acerca de la natu-toridad etnogrfica (Clifford y Marcus, 1986; Clifford, 1986); sin

    ralmente, los debates feministas anteriores (Mascia-Lees, Sharpe89). El reconocimiento del papel activo del analista en la cons-s que en el mero registro) de otras culturas llev a una prdida deen cuanto a la objetividad del conocimiento geogrfico. Ello seun rasgo central de la historiografa de la disciplina (Livingstone,ry, 1993), al tiempo que los gegrafos y gegrafas feministas sea-juicios machistas asociados (aunque a menudo no reconocidos) geografa cientfica (Domosh, 1991; Rose, 1993).cin de la geografa cultural condujo a un cuestionamiento reflexi-onamiento y el punto de vista del observador, y abord nuevosados con la visibilidad y la voz, as como debates sobre diversas for-

    inacin social (descritas por Sibley (1995) como geografas de laara los crticos del giro cultural, ese centrarse en la representacinbsesin por el texto (lo que Brian Palmer (1990) denomin mor-scenso en el discurso), donde no existe ningn mundo social ms y ninguna forma de compromiso poltico ms all de la palabras crticos ms benvolos interpretaron el giro cultural como algoa una redefinicin de lo poltico, alejndose de una nica privile-efiniciones de clase determinadas por el trabajo y tendiendo hacias sutiles (algunos diran ms difusas) de poltica cultural, centra-ptos de identidad y diferencia, diversidad y distincin.unos consideraron el abandono de antiguos compromisos con elo en la clase, fue exacerbado por el giro simultneo de geografas

    de la produccin a geografas culturales del consumo. Estudios

  • recientes han puesto de manifiesto la inutilidad de dichos modos de pensa-miento dicotmicos; algunos de estos mejores estudios se han centrado en lasgeografas econmicas del consumo y en las geografas culturales de la pro-duccin, como por ejemplo el estudio sobre el consumo y la identidad conte-nido en la obra de Paul DuGay (1996); el anlisis de las identidades de gnerocondicionadas al puesto de trabajo realizado por Linda McDowell (1997); elestudio de Phil Crang e Ian Cook sobre las cadenas de mercancas (1996), ascomo algunas obras pertenecientes a la nueva geografa al por menor (Wrigleyy Lowe, 1996). Estudios recientes sobre consumo (analizados por Jackson yThrift, 1995) han empezado a complementar el anlisis de las compras a lamoda que se dan en los megacentros comerciales a la americana con estu-dios basados en el mundo ms trivial de las calles mayores y centros comer-ciales y en los espacios de consumo alternativos, como los car boot sales1 ylas tiendas de organizaciones benficas (Miller y otros, 1998; Gregson y Crewe,1994). Dichos estudios han vuelto a enfatizar el carcter de gnero de las prc-ticas consumistas contemporneas, en las que la familia sigue siendo el con-texto dominante para la mayor parte de las decisiones diarias relacionadas conel consumo, y en las que se refuerza la naturaleza del consumo en cuanto acti-vidad pesada y a la par placentera.

    Por mucha los estudiocionamientosumo. Ello sparece un toncultural.

    Un giro es

    Con frecuencque los gegbastante deprcultural, el pestudios cultubas de ello ecentro y perifembargo, se pestudios citaden serio en e1993; Carter

    En realidapocos gegra

    46 Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 Peter Jackson

    1. Mercadilloel maletero

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 46os de los puntos tratados hasta ahora, es posible localizar la deudas feministas precedentes, tanto en relacin a cuestiones de posi- y poder, a la poltica de la representacin como al tema del con-e deba quiz a un correctivo necesario a la luz de lo que a veceso algo autocomplaciente sobre el papel de la geografa en el giro

    pacial en los estudios culturales?

    ia se acepta (como recientemente lo ha hecho Bartolovitch, 1995)rafos han tendido a saquear las dems ciencias sociales de modoedador y poco escrupuloso. Algunos han sugerido que con el giroroceso se ha vuelto ms recproco, tomando la sociologa y losrales cada vez ms conceptos e ideas de la geografa. Existen prue-

    n la creciente popularidad de trminos (geogrficos) tales comoeria, fronteras y zonas fronterizas, espacios, lugares y dominios. Sinuede exagerar el grado de reciprocidad con el mismo puado deos con frecuencia como prueba de las obras geogrficas tomadas

    l seno de los estudios culturales (como por ejemplo Bird y otros,, Donald y Squires, 1993). d, en los estudios culturales slo se citan con regularidad unosfos, sobre todo David Harvey y Doreen Massey. En la conferen-

    que se organiza en un aparcamiento y en el que se exponen las mercancas en del coche (N. de la T.)

  • cia Cultural Turns/Geographical Turns celebrada en Oxford en septiembre de1997, los representantes de los estudios culturales brillaban por su ausencia.Tampoco ha resultado fcil atraer a autores ajenos a la disciplina a escribir pararevistas como Ecumene o Society & Space, ello a pesar de los denodados esfuer-zos de nuestra parte. Paradjicamente, la mayora de las mejores obras geo-grficas siguen escribindola socilogos de mentalidad histrica y tericosculturales como, por ejemplo, The Black Atlantic de Paul Gilroy (1993), Cultureand Imperialism de Edward Said (1993) o Imperial Leather de Anne McClintock(1995). Sera incluso difcil nombrar media docena de libros escritos por ge-grafos que hayan disfrutado de algo parecido al amplio impacto intelectualque han causado estos libros. Qu lecciones pueden aprenderse, pues, acercade la naturaleza de la disciplinariedad en una poca cada vez ms posdisci-plinaria?

    La mayor parte de mi obra reciente ha sido interdisciplinaria, fruto del tra-bajo conjunto con antroplogos y socilogos. Durante la realizacin de misestudios, a mms explcitaciales o exploejemplo) antde los estudricamente fucientficos sosente la arbitenfoque discsociales de renrgica queconstantemesocial del espgeografa [pectiva geogr

    Direcciones

    Si bien la mgeneral, esta ciones futurasumo y merlmites entredo nfasis pumaterial, antla domesticahan visto relterrenos afininters por loel Journal of

    Nuevas geografas culturales? Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 47

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 47enudo se me ha alentado a tomar una perspectiva geogrficamente (trazar el mapa de la conducta consumista en centros comer-rar el alcance de temas ambientales en las revistas femeninas, pores que dedicarme a una versin indisciplinada y homogeneizadaios culturales. La insistencia de la geografa en el anlisis emp-ndado (en las especificidades de tiempo y lugar) es algo que otrosciales valoran muy mucho. Sin embargo, deberamos tener pre-rariedad de los lmites disciplinarios y no convertir en fetiche uniplinario concreto. En una resea crtica sobre las construccionesaza, por ejemplo, Alastair Bonnett coment hace poco de forma los gegrafos son a menudo culpables de exageracin al defendernte la diferencia que genera el espacio e insistir en el significadoacio y el lugar. Concluye, irnicamente, que la importancia de la] slo se har visible del todo cuando por fin se abandone la pers-

    fica (Bonnett, 1996: 881).

    futuras

    ayor parte de la discusin anterior ha sido de carcter bastanteltima parte persigue comentar de modo ms especfico las direc-s dentro de la geografa cultural, centrndose en procesos de con-cantilizacin, en los que existe la posibilidad de trascender los lo cultural y lo econmico. Un tema clave aqu es el renova-esto actualmente en la cultura material. Los estudios sobre culturaes tema central de los debates de la geografa cultural en torno acin de plantas y animales y a la difusin de objetos culturales, seegados por el reciente nfasis en la cultura-como-ideologa. Enes como la antropologa y los estudios culturales, ha resurgido el material, indicado por el xito de publicaciones peridicas como

    Material Culture y por la coleccin Materializing Culture Books

  • publicada por Berg. Estudios como los contenidos en la coleccin editadarecientemente por Daniel Miller sobre las Material Cultures (1997) sugie-ren el mbito de accin para trabajos futuros en este terreno, lo mismo quelas tentativas recientes de revisar y ampliar el significado social de ideas geo-grficas tradicionales como la de domesticacin (Anderson, 1997).

    Uno de los hallazgos clave de mi obra reciente en torno al consumo fuehasta qu punto los consumidores hacen uso de lugares concretos (a diferen-tes escalas) para la construccin de su identidad. Las diferencias de clase realesentre los consumidores de los dos centros estudiados (los centros comercia-les de Brent Cross y Wood Green al norte de Londres) eran mucho menosmarcadas de lo que caba esperar por sus respectivas procedencias: barrios cn-tricos y perifricos. Sin embargo, existan marcadas diferencias en la maneracomo utilizaba la gente los centros (y en concreto las tiendas del interior), enla construccin y gestin de su identidad. Por ejemplo, alguno de nuestrosgrupos de anlisis, como la Red de Mujeres Judas, se identificaba mucho conBrent Cross,identificacionico y autorrCross, de qmisma camacompradora de mujeres qpor ser sentgicamente la

    De un moy los lectoresto (su eleganccomprender nes con el grideas de supede las revistaen muchas dsentaciones crelaciones derevistas de mque leerlas esu propio enque tenan dcabo a rabo

    Una amigpraba cosasemana, e

    Las lees [lay Marie C

    48 Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 Peter Jackson

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 48 aunque eran muy conscientes del carcter estereotipado de talesnes tnicas, reconocidas a travs de un sentido del humor ir-eprobador. Conscientes de que nuestra historia se halla en Brentue es parte de nuestra cultura, buscaban evitar ser lobos de la

    da. Como nos dijo una mujer: no quiero que me etiqueten dede Brent Cross debido al estigma que ella crea iba unido al tipoue para ir a comprar all se ponen las mejores galas (caracterizadasimentaloides y llevar bisutera y tener que implantarse quirr-s hombreras antes de salir a comprar).do similar, en mi obra reciente sobre la realizacin, el contenido de las revistas masculinas, es vital la naturaleza fsica del produc-ia y sentido del lujo, incluso el olor que emana de sus pginas) paracmo se leen dichas revistas. En este caso concreto, las discusio-upo de anlisis se caracterizaban por frecuentes referencias a lasrficie y profundidad, contrastndose la superficie lisa y atractiva

    s con su tradicional y explotada representacin de la mujer. Comoiscusiones acerca del hombre nuevo, nadie crea que las repre-ambiantes hubiesen ido seguidas por algn cambio serio en las

    gnero; eran slo epidrmicas. Se describi el acto de leer dichasodo igualmente epidrmico: hojearlas o pasar pginas antes

    n busca de serios consejos. Los hombres a menudo comparabanfoque de la lectura como fuente de diversin inocua con la ideae cmo las mujeres leen revistas parecidas religiosamente [] de como una suerte de adiccin:

    a ma estaba totalmente enganchada a las revistas. Quiero decir que com-s como Marie Claire, Cosmo y todas esas revistas [] y yo, los fines de

    n fin, las hojeaba con regularidad...

    s revistas masculinas] y luego las tiras a la basura. Pero con el Cosmopolitanlaire pasa que Trudy [su compaera] se las lee y luego se piensa que est

  • gorda y me viene y me dice que se ve fatal [] creo que saca algo serio de ellas[] de cabo a rabo.

    Tracey [su esposa] suele leer revistas como Elle religiosamente [] en cambio yolas hojeo [] Esto de aqu es mierda, eso es otra mierda, eso lo leer pero el restoes basura: al cubo de la basura.

    Si bien los lectores de revistas masculinas pueden rechazarlas por intiles,mierda o basura, nuestro anlisis sugiere que poseen un significado cultu-ral ms amplio en relacin con la llamada crisis de la masculinidad, extre-mo corroborado por la exageracin de nuestros interrogados a la hora dediferenciar entre cmo hombres y mujeres leen dichas revistas.

    La cultura material es todava ms central para el trabajo planificado recientey futuro sobre los significados simblicos y los conocimientos geogrficos aso-ciados al flujo transnacional de mercancas especficas del sector alimentario y dela moda. Un estudio reciente sobre culturas culinarias (Cook y Crang, 1996) y unnuevo proyecDwyer en el Umaterial y lo ficados desde

    Este enfoqdel proceso dcantilizacincon la raza, ediscusiones sse hizo evidencomo frases abran toda uel vecindariocarse tanto aciente de la pdel consumosimblica a e

    Desde estaofrecen la ponmico y lmaciones acteconoma escada vez msde los temasservir para c

    Agradecimie

    Present unTurns/Geogra

    Nuevas geografas culturales? Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 49

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 49to que ser llevado a cabo en colaboracin con Phil Crang y Claireniversity College de Londres, busca trascender los lmites entre lo

    metafrico, rastreando el flujo transnacional de mercancas y signi- el Sudeste Asitico hasta Gran Bretaa (y al revs).ue puede aplicarse de modo ms general a nuestra comprensine mercantilizacin que tiene que ver cada vez ms con la mer-

    de varios tipos de diferencia cultural (en relacin, por ejemplo,l gnero y la sexualidad), as como de productos concretos. Enobre los centros comerciales del norte de Londres, por ejemplo,te que las referencias al lino puro y a una bonita taza de t (as

    de carcter ms claramente tnico como porquera extranjera)na serie de temas sobre la poltica racial que comprendan desde y la nacin hasta ms all an. Tales argumentos pueden apli- las geografas de la produccin (en relacin con la extensin cre-rocedencia de ciertos productos, por ejemplo) como a las geografas (donde los artculos adquieren valor a travs de su asociacintnias o nacionalidades concretas). perspectiva, las geografas del consumo y de la mercantilizacinsibilidad de trascender las tradicionales distinciones entre lo eco-o cultural. Estos temas encajan perfectamente con las transfor-uales de la sociedad donde, y citando a Lash y Urry (1994: 64), lat cada vez ms modulada culturalmente [] y la cultura est modulada econmicamente. Trabajar con estas ideas forma parte de investigacin que llevo a cabo y, de resultar vlidas, puedenonfigurar un nuevo asalto de las nuevas geografas culturales.

    ntos

    a versin anterior de este artculo en la conferencia Culturalphical Turns celebrada en la Universidad de Oxford en septiem-

  • bre de 1997. El trabajo emprico en el que se basa fue financiado por el Consejode Investigacin Social y Econmica del Reino Unido a travs de dos becas deinvestigacin (R000234443 y R000221838).

    Bibliografa

    ANDERSON, K. (1997). A walk on the wild side: a critical geography of domestica-tion. Progress in Human Geography, 21, p. 463-485.

    BARNES, T.J.; DUNCAN, J.S. (eds.) (1992). Writing worlds. Londres: Routledge.BARTOLOVITCH, C. (1995). Have theory, will travel: constructions of cultural geo-

    graphy. Postmodern Culture, 6.BERGER, J. (1972). Ways of Seeing. Harmondsworth: Penguin.BIRD, J.; CURTIS, B.; PUTNAM, T.; ROBERTSON, G.; TICKNER, L. (eds.) (1993). Mapping

    the Futures. Londres: Routledge.BLAUT, J.M. (1979). A radical critique of cultural geography. Antipode, 11, p. 25-29.BONNETT, A.

    racial ideBURGESS, J.;

    Londres: CCARTER, E.; D

    and locationCHANEY, D. (CLIFFORD, J.

    University CLIFFORD, J.;

    of CalifornCOOK, I.; CR

    and geograCOSGROVE, DCOSGROVE, D

    CambridgeCOSGROVE, D

    p. 95-101.COULL, J.R. (CRANG, M. (1DOMOSH, M.

    Institute of DUGAY, P. (19DUNCAN, J.; LGILROY, P. (19GREGORY, D.GREGORY, D.;GREGSON, N.

    phy, 19, p. GREGSON, N.

    and the neJACKSON, P. (1 (1989). M

    50 Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 Peter Jackson

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 50 (1996). Constructions of race, place and discipline: geographies ofntity and racism. Ethnic and Racial Studies, 19, p. 864-883.GOLD, J.R. (eds.) (1985). Geography, the Media and Popular Culture.room Helm.ONALD, J.; SQUIRES, J. (eds.) (1993). Space and Place: theories of identity. Londres: Lawrence & Wishart.

    1994). The Cultural Turn. Londres: Routledge. (1986). The Predicament of Culture. Cambridge (Mass.): HarvardPress.MARCUS, G.E. (eds.) (1986). Writing Culture. Berkeley (Cal.): Universityia Press. ANG, P. (1996). The world on a plate: culinary culture, displacementphical knowledges. Journal of Material Culture, 1, p. 131-153.. (1983). Towards a radical cultural geography. Antipode, 15, p. 1-11..; DANIELS, S. (eds.) (1988). The Iconography of Landscape. Cambridge: University Press..; JACKSON, P. (1987). New directions in cultural geography. Area, 19,

    1980). Cultural geography has it a future?. Area, 12, p. 105-108.998). Cultural Geography. Londres: Routledge.

    (1991). Toward a feminist historiography of geography. Transactions,British Geographers, 16, p. 95-104.96). Consumption and Identity at Work. Londres: Sage.EY, D. (eds.) (1993). Place/Culture/Representation. London: Routledge.93). The Black Atlantic. Londres: Verso.

    (1993). Geographical Imaginations. Oxford: Basil Blackwell. LEY, D. (1988). Cultures geographies. Society and Space, 6, p. 115-116. (1995). And now its all consumption?. Progress in Human Geogra-135-141.; CREWE, L. (1994). Beyond the high street and the mall: car boot fairsw geographies of consumption in the 1990s. Area, 26, p. 261-267.980). A plea for cultural geography. Area, 12, p. 110-113.

    aps of Meaning. Londres: Unwin Hyman.

  • JACKSON, P.; THRIFT, N. (1995). Geographies of consumption. En MILLER, D. (ed.)Acknowledging Consumption. Londres: Routledge, p. 204-237.

    JACOBS, J.M. (1996). Edge of Empire: postcolonialism and the city. Londres: Routledge.JAMESON, F. (1998). The Cultural Turn. Londres: Verso.KONG, L. (1997). A new cultural geography? Debates about invention and rein-

    vention. Scottish Geographical Magazine, 113, p. 177-185LASH, S.; URRY, J. (1994). Economies of Signs and Spaces. Londres: Sage.LIVINGSTONE, D. (1992). The Geographical Tradition. Oxford: Basil Blackwell.MASCIA-LEES, F.E.; SHARPE, P.; COHEN, C.B. 1989. The post-modernist turn in an-

    thropology. Signs, 15, p. 7-33.MCCLINTOCK, A. (1995). Imperial Leather: race, gender and sexuality in the colonial

    contest. Londres: Routledge.MCDOWELL, L. (1994). The transformation of cultural geography. En GREGORY, D.;

    MARTIN, R.; SMITH, G. (eds.). Human Geography: society, space and social relations.Londres: Macmillan.

    (1997). Capital Culture: gender at work in the city. Oxford: Basil Blackwell.MILLER, D. (ed.) (1997). Material Cultures. Londres: UCL Press.MILLER, D.; JA

    Place and IdMITCHELL, D

    British GeogPALMER, B. (1PHILO, C. (e

    GeographePRICE, M.; L

    Association ROSE, G. (199ROWNTREE, L

    graphy. PrSAID, E.W. (1 (1993). CuSAYER, A. (199

    p. 635-637SHURMER-SMI

    Edward ArnSIBLEY, D. (19SKELTON, T.;

    Londres: RSMITH, J.P.; SP

    tural perspeTHRIFT, N. (1

    Antipode, 1 (1991). O

    Londres: InWGSG (1997

    Longman.WRIGLEY, N.;

    Longman.

    Nuevas geografas culturales? Doc. Anl. Geogr. 34, 1999 51

    DAG 34 041-051 20/5/99 16:09 Pgina 51CKSON, P.; THRIFT, N.; HOLBROOK, B.; ROWLANDS, M. (1998). Shopping,entity. Londres: Routledge.. (1995). Theres no such thing as culture. Transactions, Institute ofraphers, 20, p. 102-116.990). Descent into Discourse. Philadelphia: Temple University Press.

    d.) (1991). New Words, New Worlds. Londres: Institute of Britishrs, Social and Cultural Geography Study Group.EWIS, M. (1993). The reinvention of cultural geography. Annals,of American Geographers, 83, p. 1-17.3). Feminism and Geography. Cambridge: Polity Press..B. (1988). Orthodoxy and new directions: cultural/humanistic geo-ogress in Human Geography, 12, p. 575-586.978). Orientalism. Nueva York: Pantheon Books.lture and Imperialism. Londres: Chatto & Windus.4). Cultural studies and the economy, stupid. Society and Space, 12,

    .TH, P.; HANNAM, K. (1994). Worlds of Desire, Realms of Power. Londres:old.95). Geographies of Exclusion. Londres: Routledge.

    VALENTINE, G. (eds.) (1997). Cool Places: geographies of youth cultures.outledge.RINGETT, J.; JONES, J.A.C. (1980). Towards the renaissance of the cul-ctive. Area, 12, p. 108-110.983). Literature, the production of culture and the politics of place.5, p. 12-23.

    ver-wordy worlds?. En PHILO, C. (ed.). New Words, New Worlds.stitute of British Geographers, p. 144-148.). Feminist Geographies: explorations in diversity and difference. Londres:

    LOWE, M. (eds.) (1996). Retailing, Consumption and Capital. Londres:

    Nuevas geografas culturales?IntroduccinUna breve cronologaCaracterizacin del giro culturalUn giro espacial en los estudios culturales?Direcciones futurasAgradecimientosBibliografa

    Introduccin: Introduccin Una breve cronologa: Una breve cronologa Caracterizacin del giro cultural: Caracterizacin del giro cultural Un giro espacial en los estudios : Un giro espacial en los estudiosculturales?: culturales?Direcciones futuras: Direcciones futurasAgradecimientos: AgradecimientosBibliografa: Bibliografa