Javier Ordoñez Ciencia y Romanticismo

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    EL ROMANTICISMOCOMO PROGRAMA CIENTFICO.

    LA PROTOASTROFSICAJavier Ordez

    Universidad Autnoma de Madrid

    1. Introduccin

    Termina hoy una reunin de historiadores y filsofos que ha intentadoexplorar las relaciones existentes entre el Romanticismo y las ciencias quenacieron o crecieron durante las ultimas dcadas del siglo XVIII y las prime-ras del XIX. Plantearse una cuestin de tal envergadura es una tentacin recu-rrente y posiblemente insensata, pero confo en que sta no sea la ltima vezque semejantes1 reflexiones se propongan a la discusin entre especialistas.En tres das de congreso es mucho ms lo que se deja de lado que lo que real-mente se trata, pero eso es una pega inevitable de las reuniones que plante-an problemas tan desmesurados y romnticos y, como tal vez no poda serde otra forma, la principal conclusin de esta asamblea podra resumirse en

    la aceptacin del buen propsito de seguir pensando sobre el problema.Creo que todos temeramos estar de acuerdo con la aplicacin de laspalabras de Novalis cuando juzg el valor del libro de Burke Reflexiones

    1 Parece que el inters por las relaciones entre ciencia y Romanticismo ha reverdecidodesde la dcada de los noventa. Primero fue el libro Romanticism and the sciences, editado porAndrew Cunningham and Nicholas Jardine en Cambridge University Press, 1990. Posterior-mente Poggi, S. & M. Bossi, Romanticism in Science. Science in Europe, 1790-1840, Dor-drecht, Kluwer, 1994. En el mes de septiembre del 2002 comenz a publicarse en cinco vol-menes una gran recopilacin de textos del romanticismo, clasificados por disciplinas y edita-

    dos por Tim Fulford bajo el ttulo Romanticism and Science Subcultures and Subversions enla editorial Routledge.

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    sobre la revolucin francesa2, al decir que hubo muchos libros antirrevolu-cionarios escritos a favor de la revolucin francesa, pero que Burke habaescrito contra la revolucin un libro revolucionario. Estas palabras puedenhacer pensar en la relevancia de nuestro esfuerzo. Efectivamente, en la his-toria de la ciencia reciente siempre ha latido un escepticismo profundo acer-ca de la existencia de una relacin relevante entre la pujante ciencia de loscomienzos del siglo XIX y el Romanticismo. Podramos hacer notar que algode ese escepticismo se ha revelado en el trasfondo de las conferencias quehemos escuchado a lo largo de estos tres das. Pero eso es algo con lo quelos organizadores ya contbamos y que, a mi juicio, resulta muy positivo.Sera mucho ms grave creer ciegamente en una transmisin mecnica delespritu romntico ms original, el del Sturm und Drang (que podramostraducir como tempestad y empuje)3, a las ciencias del ltimo tercio delsiglo XVIII. Ms vale hacer vivir una pregunta, y vivir de ella, que creer sim-plemente en el valor de una respuesta, y olvidarla. Ningn romntico acep-tara sin ms una relacin demasiado profunda entre su conciencia y el pro-greso de una disciplina.

    Un cierto romanticismo, cultivado en el periodo que habitualmentedenominamos como Romanticismo, impuls un conjunto de valores quedespus han quedado como parte de nuestra cultura y que suelen atribuirsea personas, grupos o movimientos especialmente desmelenados. La integri-dad, la sinceridad, la propensin a sacrificar la vida propia por alguna ilu-minacin interior, el empeo en un ideal por el que sera vlido sacrificarlo

    todo, vivir y tambin morir, seran los valores definitorios de ese Romanti-cismo. Adems, se mostraran completamente incompatibles, segn un pen-sador como Isaiah Berln4, con el inters por el conocimiento, con el avan-ce de la ciencia, con el ejercicio del poder poltico, y con la felicidad.

    De una descripcin tan sumaria de los valores del Romanticismo pode-mos extraer dos conclusiones. La primera, que no corresponde necesaria-mente al periodo que aqu se ha tomado en consideracin. En cualquierpoca se pueden encontrar personas y colectivos que defendieron valoressemejantes. Y segunda, que muchas de las personas del periodo tratado, yque deben relacionarse no slo con la ciencia sino tambin con la cultura de

    la poca sealada como romntica, se definen por intereses y valores dife-rentes a los enumerados por Berlin.Se puede intentar definir el Romanticismo de una forma menos sumaria,

    ms oblicua y en relacin a cuestiones que actualmente preocupan a la hora

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    2 Burke, Edmund, Reflections on Revolution in France, ed. Cruise OBrien, Harmonds-word, Penguin, 1970.

    3 Este rubro corresponde al ttulo de un drama de Friedrich Maximilian Klinger (1752-1831). Posteriormente, sirvi para denominar toda una poca de poesa alemana que ocup

    una buena parte de la segunda mitad del siglo XVIII.4 Berlin Isaiah, Las races del romanticismo , Taurus, Madrid 2000, pp. 27-28

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    de valorar la ciencia y su significado como conocimiento y como cultura. Enrealidad, y como primer aspecto fundamental, conviene subrayar que esemovimiento intelectual tuvo una influencia determinante en la organizacineuropea y americana. Produjo, por ejemplo, la emergencia de un naciona -lismo que todava hoy determina la forma en que las colectividades se rela-cionan, las maneras en que las polticas se expresan y los desarrollos de susconflictos. Sera muy extrao que la ciencia hubiera quedado inclume des-pus de una conmocin semejante. Pero a mi juicio, para entender el signi-ficado de su inflencia en el conocimiento cientfico no es til hacer un cat-logo de valores materiales que lo caractericen. Resultara ms fructferoproponer preguntas o caracterizaciones acotadas que permitan entender larelacin entre el Romanticismo y el conocimiento de la naturaleza. As sepodra afirmar que el rasgo comn a la mayora de los romnticos quevivieron y produjeron en el periodo considerado es que estaban persuadidosde que el conocimiento de la naturaleza, y tambin el conocimiento cient -fico del mundo, se poda alcanzar de forma plural, que se poda llegar a lpor medio de una transgresin de las reglas metodolgicas que se usabanhabitualmente para construir la ciencia.

    Considerar la actitud romntica hacia la ciencia, como se ha hecho tan-tas veces, de una forma completamente negativa, es siempre una tentacina evitar. Todo lo ms se puede afirmar que los romnticos repudiaron laciencia que se presentaba como una forma coactiva, nica y excluyente deconocer la naturaleza. Algunos defendieron que era posible llegar al cono-

    cimiento de la naturaleza de otra forma, ms esttica, ms intuitiva, mssubjetiva, ms directa. Pero tambin se podra entender la relacin entreciencia y romanticismo de una manera diferente. La ciencia ortodoxa, laque se consideraba como tal en las Sociedades Cientficas, era slo unaforma de hacer ciencia. Sin embargo haba otras. La ciencia, el conoci-miento de la naturaleza, no slo deba reconocer los patrones metodolgi-cos nicos que regan las ciencias ilustradas. Se trataba de reconocer, ade-ms, el valor de la desmesura en el conocimiento. Desde ese punto de vistano se negara el valor a la ciencia oficial de las academias. Ms bien setomara en consideracin la posibilidad de acercamientos diferentes a aque-

    llos, no tan rigurosos, pero igual de legtimos. Desde este ltimo punto devista, la polmica sobre la ciencia desatada en aquel momento cobra unaactualidad muy singular, porque hoy asistimos a discusiones que nacen dedesconfianzas bastante parecidas.

    Si se acepta que el Romanticismo defendi una pluralidad semejanteentonces se podra admitir que, al menos en este punto, se nutri de tradi-ciones que surgieron en el siglo anterior, debates entre escuelas e institucio-nes que tuvieron lugar en el Barroco, preguntas sobre la organizacin delconocimiento y sobre su posible utilidad, en los papeles que tomaron lospoderes polticos en su relacin con la ciencia; cuestiones que aparecen con-

    temporneas en el momento de formacin de la ciencia moderna. No seratanto una opcin construida para sustituir a la ciencia oficial, sino una

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    alternativa epistemolgica que pretendera defender una pluralidad quesiempre se haba minusvalorado, precisamente desde esa ciencia oficial. Dehecho, muchos de los cientficos que trabajaron en problemas perfectamen-te ortodoxos, cultivaron tambin intereses en la desmesura. Es ms, muchas

    veces, lo que hoy se considera ortodoxo fue el resultado de una trasgresinen su momento. Hoy lo consideramos ortodoxo porque se ha reconstruidoen los trminos de una ciencia normalizada.

    Puestas as las cosas, parece poco sensato preguntarse si el Romanticis-mo pudo llegar a ser un programa cientfico alternativo a nada. Pero a pesarde las apariencias s tiene algn sentido hacerse una pregunta semejante, ylo es por dos motivos. El primero, porque difcilmente podemos contar lahistoria de la ciencia como si fuera el desarrollo exclusivo de un programacientfico, o de varios sucesivos en el tiempo y apenas solapados. Ms bientenemos que echar mano de ingredientes muy diversos para poder exponerel proceso de formacin de las ciencias, que son tan diversas como susmetodologas. Y el segundo, porque solemos representarnos el Romanticis-mo como una conmocin esttica, como una aventura personal ligada a labiografa de protagonistas singulares, como una aspiracin a la totalidad,pero con frecuencia omitimos que esa aspiracin tambin puede aplicarse ala representacin de problemas relacionados con el conocimiento de lanaturaleza. La palabra romanticismo nos remite especialmente a poesa,msica, pintura y filosofa, fundamentalmente en dos contextos geogrfi-cos, Inglaterra y los Pases Alemanes, que se cuidaban continuamente de lo

    que ocurra en el centro de su mundo, que pareca ser Pars. Pero tambinpodemos transportarla a las ciencias.Tenemos muchos motivos para hacerlo. Ahora deseara fijarme en el

    periodo que habitualmente se denomina como Romanticismo y que, comolo hicieron Stefano Poggi y Mauricio Bossi en su publicacin Romanticismin Science5, muchas veces se enmarca entre 1790 y 1840. La cronologaparece fundamental en un movimiento que se transform en una dialcticadonde, no ya los aos, sino hasta los das eran considerados importantes.En esa tensin de tiempos, el Romanticismo coexisti con otros movimien-tos. No slo porque la Ilustracin se prolong mucho hasta invadir en cier-

    to modo el siglo XIX, sino adems porque el Romanticismo se anticip tangenerosamente que hoy difcilmente podemos mantener que quede encasi-llado en unos lmites tan precisos como los que defenda Poggi. Si lo hace-mos as, si consideramos que existieron sabios que cultivaron ciencias bajopatrones singulares al menos desde mediados del siglo XVIII, si admitimosque esas ciencias prolongaron su desarrollo a lo largo del tiempo hasta con-vertirse en conocimientos muy bien organizados, y si somos capaces deinterpretar ese origen de una ciencia como origen en su contexto y no enfuncin del supuesto xito posterior que alcanz al cabo de muchas dca-

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    5 Poggi, S. & M. Bossi, op. cit. nota 1

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    das, y a la vez concentramos nuestro inters en esos personajes que nosupieron nunca la repercusin que sus propuestas tendran siglos despus,entonces tal vez comprendamos que un movimiento como el Romanticismopuede estudiarse como uno de los ingredientes cuya suma explicara la cons-

    truccin de las ciencias. Ese es, a mi juicio, el valor de lo que voy a presen-tar ahora en relacin con el nacimiento de la protoastrofsica.

    Para lograrlo es necesario admitir que coexistieron ortodoxias y hetero-doxias que residan en nichos culturales diferentes, pero compatibles. Y siesto fue as, no parece razonable pensar que las ciencias surgieron exclusiva-mente por partenognesis de la Ilustracin. Es cierto que en ese periodo sepueden encontrar programas cientficos como los que el seor Heilbron haestudiado en sus trabajos sobre los fluidos imponderables y sus relacionescon la escuela laplaciana6, que tuvieron una gran importancia para la cien-cia del cambio de siglo. Y tambin parece razonable dudar de si los progra-mas alternativos, el de Goethe en lo que se refiere a la ptica y el de Sche-lling referente a una nueva filosofa natural, tuvieron una eficacia semejantea los del contexto laplaciano. Efectivamente, las obras publicadas por Sche-lling en 17977 y 17998 posean una decidida intencin programtica y noslo tuvieron influencia en filsofos naturales de su crculo sino que tambindominaron durante algn tiempo buena parte de la filosofa hecha en las uni-versidades alemanas. Pero no desarrollaron programas cientficos con la efi-cacia organizativa de los mencionados anteriormente. Incluso puede decirseque en algunas ocasiones fueron acogidos con hostilidad por los cientficos

    que integraban los programas desarrollados en torno a Pars. Todava sepuede recordar la recensin que realiz E. Malus del Zur Farbenlehre deGoethe, donde descartaba cualquier validez de la investigacin en ptica rea-lizada por el alemn, comparndola con la obtenida por Newton9.

    Pero al margen de estos programas tan definidos y polmicos, se desa-rrollaron otros que ni fueron tan ortodoxos como los estndares, ni tanambiciosos y rupturistas como los propiciados por Schelling. Voy a con-centrarme en un programa que hara bueno el dictum de Shelley: La raznrespeta las diferencias y la imaginacin las similitudes de las cosas10. Tal

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    6 Heilbron, J. L., Weighing imponderables and other quantitative science around1800,(Berkeley, University of California Press, 1993, especialmente los captulos 1 y 3 donde se tratadel modelo standard y de la escuela laplaciana. (La publicacin apareci como un suple-mento de la revista Historical studies in the physical and biological sciences, 24:1). Para con-textualizar la importancia de la escuela laplaciana, consultar tambin Fox, R., The Rise andFall of Laplacian Physics, Hist. Stud Phys. Sci ., 4 (1974) pp. 86-136.

    7 Schelling, F. W. J., Ideen zur einer Philosophie der Natur , Breitkopf, Leipzig 1797.8 Schelling, F. W. J., Erster Entwurf eines Systems der Natrphilosophie , Gabler, Jena &

    Leipzig.9 Confrontar la cita del texto de Malus en: Sepper, D., Goethe contra Newton. Polemics

    and the project for a new science of color, C.U.P., Cambridge 1988, p. 3.10 Shelley, P. B., A defense of poetry; Imprint Boston, Ginn & Co., 1891, p. 57

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    programa se desarroll de una forma singular en el mbito de la imagina-cin, aunque siempre yuxtapuesto al paradigma que representaba el mselegante uso de la razn en el siglo XVIII, el de la mecnica celeste. Estabaconstituido por toda la serie de reflexiones y especulaciones sobre las estre-

    llas, sobre su naturaleza, sobre su orden y sobre su constitucin como sis-tema que representaba la totalidad del universo. Unas reflexiones quearrancaron en las primeras dcadas del siglo XVIII y fueron llevadas a cabopor personajes que pocas veces han sido calificados como romnticos, peroque en todo caso nadie dudara en denominar bizarros, y que conforma-ban una comunidad heterclita de astrnomos, predicadores, matemticos,constructores de instrumentos, filsofos naturales y soadores, que se dedi-c a explorar los cielos de las estrellas para dar una versin de su totalidad.

    Estos personajes, no obstante, tuvieron la prudencia de no mostrar susinvestigaciones como una alternativa a nada, pero s la audacia de no arre-drarse ante la escasa base observacional disponible y el poco entusiasmoque suscitaban sus trabajos entre la comunidad cientfica ms seria y acre-ditada. Fueron integrantes de una corriente que se constituy lentamente alo largo del siglo XVIII y que tuvo su eclosin en el cambio de siglo. Exac-tamente al mismo tiempo que la eclosin de sus trabajos y propuestas.Desde mi punto de vista toda esta comunidad representa de forma muy ade-cuada la eficacia de un programa romntico alternativo, y hasta ciertopunto complementario, pero nunca sustitutivo, de la astronoma oficial,desarrollada en observatorios de los estados y universidades de la poca.

    2. La protoastrofsica

    La galera de protagonistas de esta historia se puede iniciar con un filsofonatural, sucesor de Newton en la ctedra lucasiana de Cambridge, WilliamWhiston, quien no tuvo las mismas preocupaciones matemticas de su ante-cesor, ni tampoco su talento para plantearse grandes problemas de filosofanatural, pero que tambin sinti la necesidad de mezclar a Dios en asuntos

    cosmolgicos. En sus Astronomical Lectures11

    Whiston consideraba que sedeba interpretar el universo tal y como se ve y deducir la posicin de Diosde dicha distribucin irregular donde la posicin de las estrellas es inesta-ble. A partir de entonces, toda una generacin de eclesisticos ingleses sepreocup por entender la estructura del universo y, algunos de ellos, tuvie-ron una cierta relevancia en su poca que contribuy a crear un clima inte-lectual propicio para que arraigasen los estudios acerca de la estructura deluniverso estelar.

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    11 Whiston, W., Praelectiones astronomicae, Cambridge 1707, traducidas al ingls bajo elttulo Astronomical Lectures y publicadas en Londres en 1715.

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    De modo especial se podra mencionar a William Derham (1657-1735),un oxoniense que lleg a tener una cierta influencia en la Royal Society,donde present muchos trabajos sobre meteorologa y astronoma, aunquesu verdadera preocupacin fue la de establecer vnculos entre las emergen-

    tes filosofas naturales y la teologa natural. A l se debe la denominacinde astroteologa, ya que escribi una obra con ese nombre, Astro-Theo -logy12, publicada en 1714. Tanto esta obra como la que llevaba como ttu-lo Physico-Theology , editada el ao anterior, tuvieron una amplsima difu-sin en la Europa continental. Ambas fueron traducidas al alemn y lasegunda tambin al francs. Por las referencias a ellas que aparecierondurante la dcada de 1720 a 1730 en autores continentales cabe pensar quefueron ledas con gran inters por astrnomos aficionados interesados en lafilosofa natural estelar.

    Pero la obra ms conocida e influyente de esta corriente se debe a ThomasWrigth de Durham (1711-1786) quien siempre mostr una excepcionalpasin no solo por la astronoma sino por la interpretacin de la estructurade los cielos. A pesar de ello nunca ocup un puesto en un observatorio, sinoque llev una vida errante visitando ciudades inglesas e impartiendo cursosacerca de astronoma, navegacin y otras ciencias fsicas. La obra tena porttulo Una teora original o una nueva hiptesis sobre el universo13 y no setrataba ya de una simple conferencia, sino de un tratado que constitua ungran esfuerzo terico para aunar la astronoma y la teologa natural. La VaLctea ocupaba un lugar muy prominente en este trabajo, ya que Wrigth con-

    sideraba que era la piedra de toque de cualquier explicacin acerca del uni-verso, es decir, el hecho ms singular y extrao que se nos ofrece inmediata-mente a la vista. El conocimiento del universo interesaba a los ilustrados tantocomo a nuestros contemporneos, estimulaba su imaginacin y les haca pen-sar en la posibilidad de vida fuera de nuestro planeta, en la naturaleza de laTierra, de los cometas, o del Sol tanto como en el origen de su luz. Cuestio-nes todas que aparentemente desbordaban sus posibilidades de tratarlas deforma rigurosa y cientfica y para las que buscaban explicaciones que almenos tuvieran un apoyo plausible en la mecnica y en la teora de la gravi-tacin. Posteriormente, datos tan alejados como el paso de un cometa y el

    terremoto de Lisboa de 1755, son usados para elaborar hiptesis acerca decmo est constituido el centro de la Tierra y qu influencia puede tener sobrel el paso ocasional de un cuerpo celeste errante. La observacin de la cola deun cometa por un lado, y el penacho de un volcn, por otro, les llevaba a pen-sar que ambos objetos tenan alguna similitud en su estructura.

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    12 Derham, W., Astro-Theology, London 171513 Wrigth de Durham, T., An Original Theory or New Hipotesis of the Universe, founded

    upon the laws of nature, and solving by mathematical principles the general phenomena of the

    visible creation: and particulary the via lactea, London 1750. Existe una edicin facsimil publi-cada en 1971.

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    Los trabajos mencionados fueron muy ledos e influyentes en su poca yofrecen un barmetro del inters pblico por los problemas involucrados enla astronoma estelar. Pero para los propsitos de este congreso, resulta msinteresante tratar la obra de autores posteriores que dieron un primer paso

    hacia lo que podra denominarse laprotoastrofsica. En principio, el nom-bre astrofsica se acu en 1895, cuando Georg Ellery Hale y James Kee-lerse fundaron la revista Astrophysical Journal14. La astrofsica se habaconstruido como ciencia con bastantes dificultades a lo largo del siglo XIX,muchas veces en medio de la indiferencia de los astrnomos profesionales yde la manifiesta hostilidad de filsofos positivistas que crean razonables lasreservas expresadas por Comte acerca de la posibilidad de conocer la natu-raleza de las estrellas15. Pero antes de todo este proceso de constitucin dela astrofsica como disciplina, astrnomos aficionados, filsofos y matem-ticos trabajaron en astronoma estelar con el inters genuino de ofrecerexplicaciones, modelos e informacin acerca de cmo poda estar organiza-do el mundo de las estrellas. Como ejemplo de ello me detendr especial-mente en los pensadores que pusieron su imaginacin al servicio de la repre-sentacin del universo: Lambert y los hermanos William y Carolina Hers-chel.

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    14 Georg Ellery Hale fue el organizador del Observatorio de Mont Wilson, que sirvi de

    referencia a las observaciones astrofsicas de las primeras dcadas del siglo XX.15 El lugar donde manifiesta de forma ms patente estas reservas es en el Cours de philo -sophie positive, publicado entre 1830 y 1842, en la siguiente cita:

    La astronoma ha sido la nica rama de la filosofa natural en la que la mente humanaha quedado libre de influencias teolgicas y metafsicas, directas o indirectas; esto es lo quehace tan particularmente fcil alumbrar su carcter filosfico real. Pero para llegar a la verda-dera idea de la naturaleza y composicin de esta ciencia, es indispensable apartar las defini-ciones vagas que suelen darse de ella y establecer los lmites del conocimiento positivo que sepuede lograr de las estrellas.

    De los tres sentidos que nos pueden revelar la existencia de los cuerpos distantes, la vistaes el nico aplicable a los cuerpos celestes. No podra haber astronoma para especies ciegas,independientemente de lo inteligentes que pudieran llegar a ser; y, para nosotros mismos, lasestrellas invisibles, probablemente ms numerosas que las visibles, estn excluidas del estudioy solo podemos llegar a sospechar su existencia por induccin. Cualquier investigacin que seairreductible a una observacin visual est necesariamente excluida, y no se puede aplicar a lasestrellas, que son, de todas las entidades posibles, aquellas que conocemos bajo menos aspec-tos. Concebimos la posibilidad de conocer sus formas, sus distancias, sus magnitudes y susmovimientos, pero no podremos tener nunca los medios para conocer su composicin qumi-ca y su estructura mineralgica, y mucho menos la naturaleza de los seres orgnicos que vivenen su superficie, etc. Brevemente y para poner la cuestin en trminos cientficos, el conoci-miento positivo que podemos tener de las estrellas est limitado exclusivamente a sus fenme-nos geomtricos y mecnicos, y nunca puede ampliarse a investigaciones fsicas, qumicas,fisiolgicas y sociales, tal y como puede llegarse en el caso de las entidades accesibles a todos

    nuestros diversos medios de observacin. La he traducido de la edicin publicada en Pars en1924, vol 1, p. 2.

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    3. El caso de Lambert

    Lambert fue un contemporneo de Kant 16, quin era admirador suyo, quetuvo mejor fortuna que el prusiano en la difusin de sus ideas acerca de la

    constitucin del cosmos. Pese a que compartieron tiempo de vida no tuvie-ron biografas parecidas ni intereses especulativos demasiado afines. Frentea la concentracin del prusiano, Lambert fue un pensador realmente dis-perso interesado por problemas en campos muy diversos. En principio, fueun ardoroso defensor del autodidactismo como una forma legtima de for-macin, lo que no le impidi ejercer como tutor durante su juventud hastaque encontr trabajo como secretario y finalmente como acadmico. A lolargo de su vida trabaj en la solucin de problemas tericos en matemti-cas y en fsica, as como en astronoma, en filosofa y en teodicea. Tambinle preocuparon cuestiones tecnolgicas relacionadas con la precisin quepodan llegar a alcanzar los instrumentos astronmicos y no dud en escri-bir sobre la organizacin de los observatorios astronmicos que eran insti-tuciones cientficas muy activas en la poca. Consigui que Federico de Pru-sia le nombrara miembro de la Academia de Ciencias de Berln en el ao1765, con derecho a presentar trabajos en las cuatro clases de la institucin,y residi en esa ciudad hasta su muerte. Lambert fue, sin duda, uno de lospersonajes ms bizarros de su poca, pero su rareza no le impidi manteneruna correspondencia constante con muchos matemticos como Bernoulli yEuler, visitar a astrnomos prominentes como Tobias Mayer y gozar de una

    cierta amistad con Kant.Como matemtico gan crdito con la prueba formal de la irracionali-dad de los nmeros y e. Trabaj en temas relacionados con la trigonome-tra y la goniometra alcanzando renombre al proponer una forma de ela-borar mapas por medio de una proyeccin que conservara ngulos y reasy que hoy da es reconocida como proyeccin lambertiana. Como fsicoabri camino en la fotometra con su obra Fotometra o acerca de la medi -da de los grados de luz, de los colores y de las sombras17, donde describaexperimentos para medir la difusin de la luz y adelantaba las leyes querigen el decrecimiento de su intensidad cuando pasa a travs de un medio

    absorbente de transparencia uniforme, como es el caso de la luz atravesan-do el cristal de una lente.Lambert tuvo sin duda una vida complicada. Su autodidactismo militan-

    te y su generosidad intelectual han sido muy tiles para satisfacer la necesi-dad de filsofos contemporneos que han querido ver en l un precedente de

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    16 Kant es un autor muy citado en relacin con la astronoma estelar, ya que escribi untratado titulado Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels (Historia natural y teo -ra de los cielos), cuya terica fecha de publicacin fue el 1755.

    17 Lambert, J. H. Photometria sive de mensura de gradibus luminis, colorum et umbreAugsburg 1760.

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    las tendencias dominantes en la filosofa de la ciencia de la primera mitad delsiglo XX y que han relacionado sus trabajos en matemticas con escritosmetodolgicos y filosficos como el Neues Organon18 y el Anlage zur Archi -tectonic19. Esta opcin es perfectamente legtima y convierte a Lambert poco

    menos que en uno de los precedentes de la filosofa de la ciencia formalistade nuestros das. Pero adems de esto, y fundamentalmente para esta histo-ria, resulta pertinente sealar que Lambert dedic una parte sustancial de susesfuerzos intelectuales a meditar sobre problemas cosmolgicos. Indepen-dientemente de Wright y de Kant, sabemos que comenz a indagar sobre eluniverso en 1749 partiendo, como sus contemporneos, de la singularidadque ofrece la Va Lctea. Lambert dio indicaciones en muchas de sus obrasde la importancia que conceda al estudio de las estrellas y de la luz que llegaa la Tierra procedente de aquellas. En 1761 public un libro exclusivamen-te dedicado al estudio del cosmos, de ttulo Cartas cosmolgicas sobre lacomposicin del edificio del mundo20. Esta obra estaba escrita en alemn loque indicaba que el posible lector no perteneca necesariamente al medio aca-dmico, fue impresa en letra gtica con una gran cantidad de erratas y esta-ba redactada de forma bastante confusa. Se trataba de un conjunto de car-tas escritas por un personaje de ficcin, tal vez el propio Lambert se consi-deraba a s mismo un ser de ficcin, dirigidas a un corresponsal igualmenteimaginario, y escritas con un estilo a medio camino entre la inspiracin pita-grica y el hermetismo filosfico. No obstante, o tal vez debido a ello, supublicacin caus un cierto revuelo. En aquel tiempo interesaban las obras

    especulativas sobre el cielo y probablemente se consideraba que la de Lam-bert entraba de lleno en el gnero. En 1770 apareci un resumen en francs,en 1797 se tradujo al ruso y en 1800 al ingls. La obra fue resumida enmuchas revistas de la poca de forma que sus ideas fueron bien conocidas enel ltimo tercio del siglo XVIII. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si el inte-rs del pblico que ley las Cartas estaba basado en que las consideraba unaobra de ciencia o simplemente una gran e ingeniosa fbula acerca de la cons-titucin del universo. Se sabe que Lambert envi ejemplares de las Cartas acolegas y amigos, pero pocas veces las respuestas que recibi indicaban queel corresponsal haba entrado a analizarlas en profundidad. Hoy se dispone

    de una excelente edicin en ingls, realizada por Stanley L. Jaki21

    en 1976,que se utiliza para las citas que menciono ms adelante.

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    18 Lambert, J. Neues Organon oder Gedanken ber die Erforschung und Bezeichnung desWahren und Unterscheidung von Irrtum und Schein, Leipzig 1764, que tiene una nueva edi-cin en 1991.

    19 Lambert, J. Anlage zur Architectonic, oder Theorie des Eifachen und der Resten in derphilosophischen und mathematischen Erkenntnis, Riga 1771.

    20 Lambert, J. H. Cosmologische Briefe ber die Einrichtung des Weltbaues, Augsburg1761.

    21 Lambert, J. H. Cosmological letters on the arrangement of the world-edifice. Traduc-cin, introduccin y notas de S. Jaki, Edimburgo y Nueva York 1976.

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    Pues bien, si se supera el hermetismo y la oscuridad de la redaccin, ellector actual interesado por la historia de las concepciones del universopuede encontrar en la lectura de las Cartas un gran provecho, ya que ofre-cen todos los ingredientes de las especulaciones cosmolgicas de la poca.

    Formalmente, el libro consta de un prefacio y veinte cartas. En el prefacioLambert da cuenta de sus preocupaciones acerca de cmo se podra expli-car el cosmos como una totalidad, inquietudes realmente antiguas de lasque ya haca mencin en la Optometra y que podran resumirse en lassiguientes tesis que determinan toda la obra:

    1. Toda parte del espacio csmico debe ser capaz de mantener la vida.2. Cada estrella debe poseer un conjunto de cometas y planetas.3. El cosmos como totalidad debe ser un sistema estable.

    Frente a las ideas kantianas que conciben el cosmos como un sistema evo-lutivo, Lambert preconiza un sistema estable22. Es notable que ya en fechatan temprana, a principios de la segunda mitad del siglo XVIII, aparezcan dossistemas contrapuestos sobre cmo debe estar ordenado el cosmos, uno evo-lucionista y otro uniformista. En este caso, Lambert defiende un cosmos esta-ble por razones estrictamente teleolgicas que establecen como finalidad delsistema poder contener vida bajo una perspectiva que recuerda a la que Fon-tenelle expuso en su obra sobre la pluralidad de los mundos23.

    Junto a las anteriores tesis, que estaban formuladas por Lambert comoproposiciones a priori, se aducen observaciones, tanto de los integrantes

    del sistema solar, como de las estrellas situadas en la Va Lctea. As, elautor de las Cartas, llama la atencin sobre unos pocos hechos a los queotorga una gran importancia, como pueden ser la observacin de unaspocas nebulosas o la distribucin irregular de las estrellas en la Va Lctea.Por otra parte, estudia con gran precisin las caractersticas del sistemasolar y las aplica de forma analgica al resto del universo en un procesodonde la imaginacin juega un papel fundamental. Fue su capacidad parala formulacin de hiptesis y conjeturas lo que curiosamente encandil asus contemporneos. Cosa a la que no puede ponerse ninguna objecin por-que, en definitiva, estaba pagando un tributo a la imaginacin netamente

    prerromntica.Lambert abre sus reflexiones hablando sobre la funcin que podrantener los cometas en el sistema solar. Afirma que en principio no hay nin-guna diferencia de naturaleza entre cometas y planetas. Sus primeras cartasestn dedicadas a refutar las hiptesis catastrofistas de quienes vean en los

    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 91

    22 Inmanuel Kant se sinti estimulado por las ideas de Wright como para escribir un librosobre la cosmologa estelar el ttulo Allgemaine Naturgeschichte und Theorie des Himmelscuya terica fecha de publicacin fue el 1755. Terica porque realmente no se distribuy el

    libro debido a la quiebra que sufri el impresor.23 Bernard le Bovier de Fontenelle, Entretiens sur la pluralit des mondes , Paris, 1686

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    Retrato de J. H. Lambert. Charles Messier.

    Retrato de William Herschel.

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    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 93

    Representacin de la Va Lctea.

    Uno de los telescopios construdos porlos hermanos Herschel.

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    cometas un peligro para la supervivencia de la especie humana. Segn l, loscometas son cuerpos celestes que no suponen ninguna amenaza y describensus rbitas con la misma tranquilidad que los planetas. Si son capturadospor stos para formar parte de sus cohortes de satlites, lo hacen sin poner

    en entredicho la vida que podra contener alguno de ellos. As pues, loscometas seran los elementos que pueden establecer la comunicacin entrelas diferentes partes del universo, ya que Lambert considera razonable esta-blecer una analoga entre lo que ocurre en el sistema solar y lo que puedesuceder en otras partes del universo. La herramienta fundamental de Lam-bert para construir el sistema del mundo es la analoga entre lo que cono-cemos y lo que podemos conjeturar por extrapolacin. De esta forma, pro-pone la siguiente gradacin:

    Permtasenos por medio de una analoga, aplicar al espacio que comprende

    la totalidad del universo, lo que conocemos del espacio ocupado por elmundo solar, e intentar pasar gradualmente, de sistema a sistema hasta llegaral sistema universal.24

    La sugerencia de Lambert consiste en establecer un primer sistema quepueda estudiarse con una ciencia bien conocida, la mecnica celeste, sobreel que basar toda la cadena de analogas. El ms simple est constituido porun planeta, como la Tierra, Jpiter o Saturno. El Sol forma el siguiente nivelcon toda su cohorte de planetas y cometas, y todava puede ser explicadopor medio de la misma mecnica, aunque ya con ms dificultad. De ah,

    pasa a las estrellas fijas, que deben tener una estructura similar a la del sis-tema solar, y en consecuencia, el universo debe estar formado por la totali-dad de esas estrellas fijas. Ahora bien, no se da con demasiada rapidez elsalto entre el sistema solar y el sistema de las estrellas fijas? La naturalezaprocede demasiado lentamente como para que se pueda dar un salto tangrande. Por ello Lambert recomienda prudencia en los saltos:

    Es natural, y de acuerdo con el orden de las cosas, que nmero, espacio ytiempo, se incrementen proporcionalmente, conforme se expande el sistema.La Tierra slo tiene un satlite, Jpiter tiene cuatro, Saturno cinco, propor-

    cionalmente a sus distancias al Sol y a sus masas El Sol reina sobre millo-nes de globos. Pero con respecto al sistema de Soles, millones solo es una frac-cin. Djesenos proseguir nuestra bsqueda por medio de este principio deanaloga y seguir los pasos de la naturaleza.25

    A partir de esta precaucin dirige su atencin a la Va Lctea, lugar dondese concentra una gran cantidad de estrellas fijas. Destaca que aparecen enella sectores separados del espacio, lo que le sugiere la existencia de varios

    94 javier ordez

    24 Lambert, 1976, 110.25 Lambert, 1976, 123.

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    centros de influencia donde pueden residir sistemas mucho ms complejosde lo que se supone, pero a la vez ser parte de uno de los muchos sistemasque pueden existir en el universo:

    Entonces la Va Lctea est parcelada en varios sistemas, cada uno con sucentro de revolucin, y tomada la totalidad de esta va en su conjunto puedeser simplemente todava una pequea parte de otro gran sistema en el queest incluido, con una infinidad de otros muchos del mismo tipo.26

    Esta sospecha de Lambert le lleva a aplicar sus trabajos sobre fotometra ala interpretacin, que no anlisis, de la luz estelar. Es decir, intenta entenderel significado de las diferentes magnitudes de las estrellas en trminos de dis-tancias; su gran concentracin en el plano de la Va Lctea le lleva a pensaren un sistema ms o menos coplanario, al modo como el sistema solar lo es.

    Un observador externo podra pensar de ese sistema de estrellas lo mismoque nosotros opinamos de nuestro sistema planetario.Este proceso de analogas llev a Lambert a creer que las leyes de la

    mecnica celeste se pueden aplicar a todo el universo, pero que este univer-so est formado por sistemas parecidos al de la Va Lctea, sistemas aisla-dos como lo eran los universos-isla ya tratados en la cosmologa de Kant.As, Lambert resume su pensamiento en los siguientes trminos:

    La ley de gravitacin se extiende universalmente y sobre toda la materia. Lasestrellas fijas se mueven en rbitas obedeciendo las fuerzas centrales. La Va

    Lctea comprende varios sistemas de estrellas fijas. El que aparece para noso-tros como nuestra Va Lctea es nuestro sistema. La suma de esas estrellasgiran todas juntas en torno a un centro comn. Todos los sistemas en su tota-lidad giran en torno de algn centro Las rbitas reales de los cometas, pla-netas y soles no son elipses sino cicloides. 27

    A modo de resumen, el sistema que presenta Lambert en las CosmologischeBriefe es un conjunto de grandes conjeturas basadas en supuestos analgi-cos y teleolgicos, el universo debe estar bien construido, no debe autodes-truirse, debe poder contener vida, y un conjunto de hiptesis de carctermecnico y astronmico:

    a. Debe estar compuesto de sistemas sencillos, como el sistema planeta-rio, que formen los elementos con los que se construya la totalidad.

    b. Debe operar un copernicanismo generalizado, de forma que lasestrellas con sus planetas y cometas puedan moverse como pequeossistemas en torno de superestrellas.

    c. Todos estos sistemas deben estar unidos entre s como si fueranparte de un mecanismo.

    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 95

    26 Lambert, 1976, 132.27 Lambert, 1976, 163.

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    d. Debe ser posible imaginar una ley generalizada que pueda extendera todo el universo y que garantice el movimiento de ese mecanismo.

    Lambert fue consciente de lo aventurado de sus conjeturas y, as, al final

    de la vigsima carta propone sus tesis en forma de preguntas para ser some-tidas a la consideracin del alto tribunal de los sabios. Se reproducen nte-gramente las quince preguntas porque proporcionan una excelente descrip-cin del primer sistema esttico imaginado del universo. Las preguntas quepropone Lambert son las siguientes:

    1. Las estrellas fijas, estn movidas por fuerzas centrales?2. Se extiende la ley de gravitacin de Newton por la totalidad del

    mundo, convirtindolo en una totalidad interconectada?3. Se podra dividir la Va Lctea en sistemas individuales de estrellas

    fijas, o las estrellas fijas fuera de la Va Lctea constituyen un siste-ma semejante?

    4. Tiene el Sol una rbita propia?5. Existen pequeas desviaciones en las rbitas anuales de la Tierra y

    de los planetas, y los desplazamientos de las lneas nodales y de losafelios surgen a causa de ellas?

    6. Son elipses las verdaderas rbitas de los planetas y de los cometas?7. Se pueden retener las elipses?8. Existe un cuerpo en el centro de las estrellas fijas que conserva el

    orden de la misma forma que el Sol lo hace con los planetas y los

    cometas?9. Podra ser un cuerpo semejante grande y brillante?10. Se puede descubrir el cuerpo que est en el centro de nuestro siste-

    ma de estrellas fijas?11. Tendra fases?12. No muestra la dbil luz de Orin unos cambios semejantes y pue-

    den considerarse propios de un cuerpo semejante?13. Si los sistemas de estrellas fijas tienen como regentes unos cuerpos

    semejantes, no podran constituir todos juntos un sistema mayor encuyo centro hay de nuevo un regente que extiende su esfera de

    influencia sobre ese sistema mximo?14. No tendra ese regente de la Va Lctea un tamao todava msconsiderable?

    15. Es ese regente el ltimo que no puede superarse? 28

    El universo es as descrito como un sistema de sistemas, uno de los cuales,y slo uno, es aquel que llamamos Va Lctea. Lambert no proporcion asuna teora acerca del universo, pero s una imagen del mismo suficiente-mente seductora como para tener partidarios, expresada en un lenguaje que

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    28 Lambert, 1976, 186-88

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    tena las mismas propiedades retricas que haba utilizado Kant en su teo-ra del cielo, es decir compuesto de trminos mecnicos y fsicos extrapola-dos a contextos diferentes a aquellos en los que mostraron su capacidadexplicativa y rigurosa. Pero en el caso de Lambert nadie le reproch haber

    ido ms all de los lmites legtimos de la aplicacin de un lenguaje riguro-so y cientfico y sus palabras ms bien fueron interpretadas como una pre-monicin prerromntica.

    4. Los Herschel

    Lambert explor las posibilidades de los sistemas de estrellas que l imagi-naba. En otra direccin, otros intentaron clasificar objetos estelares raros oque no podan clasificarse con las herramientas de la astronoma oficial.Este es el caso de Messier, un astrnomo aficionado con muy poca o nulaformacin matemtica pupilo de Joseph Nicolas Delisle (1688-1768), dequien hered el instrumental y a travs del cual ingres en la Academia.Messier fue verdaderamente un astrnomo observacional dotado de grancuriosidad por los objetos extraos del sistema solar, es decir por los come-tas, y por las no menos raras y desconcertantes nebulosas, algo as como unautntico teratlogo estelar. Aunque, sin duda, tambin dedic esfuerzos aobservaciones ms convencionales. Junto con Jean Baptiste Joseph Delam-

    bre (1749-1822) fueron los franceses que prestaron mayor atencin al trn-sito de Mercurio por delante del Sol. Aprovech su pertenencia a la Acade-mia para publicar sus catlogos. As en las Mmoires de mathmatiques et

    physique de lAcadmie des sciences de 177129, publicadas con tres aos dedemora, se public una contribucin suya bajo el ttulo Catalogue desnebuleuses et des amas dtoiles, que lon dcouvre parmi les toiles fixesdonde ofrece una relacin de cuarenta y cinco de estos extraos cuerposcelestes. Conviene fijarse que ya habla de montn de estrellas para refe-rirse a alguno de estos cuerpos. Posteriormente, en 1780, Messier aadi alcatlogo de 1771 otros veintitrs nuevos cuerpos celestes de este carcter.

    Finalmente, en 1784 public su catlogo definitivo con ciento tres nebulo-sas30. De todos los astrnomos franceses Messier fue el que tuvo un intersmanifiesto por la naturaleza de los cuerpos celestes. Su catlogo de nebulo-sas estimul la investigacin de muchos otros cosmlogos, entre los quecabe destacar especialmente a los hermanos Herschel.

    Efectivamente, los continuadores naturales de esta historia de la investi-gacin en las profundidades celestes fueron los hermanos Herschel, Williamy Carolina. Su caso nos enfrenta con un problema generalmente obviado, el

    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 97

    29 Mmoires de mathmatiques et physique de lAcadmie des sciences, 1774, 435-461.30 Connaissance des temps, Paris 1784, 227-269.

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    de la relacin entre el movimiento romntico y la tecnologa que se produ-jo durante este periodo. Los hermanos Herschel son un ejemplo bastanteelocuente del inters que suscitaba la industria entre los filsofos naturales.As, se sabe que lograron disponer de una razonable coleccin de libros

    sobre astronoma y trigonometra, que las obras de Lambert y de Messierno faltaron en sus estanteras y que uno de los libros fundamentales de subiblioteca era un tratado de ptica escrito por Robert Smith31 aunque pro-bablemente no fue la nica fuente de informacin de la que se sirvieron , yatrabajando juntos, en la construccin de sus instrumentos. Los Herscheladquirieron una gran destreza en el pulido de espejos cada vez mayores parasus telescopios de reflexin y supieron muy pronto que la penetracin en elespacio celeste depende del tamao del espejo que funciona como objetivo,de modo que ensayaron el pulido de espejos de un tamao que nunca sehaba conocido hasta entonces. Se acreditaron tanto que llegaron a ser con-siderados los mejores constructores de telescopios de reflexin de su poca.Sera complicado discernir cul de las dos pasiones arraig ms profunda-mente en William Herschel, si la observacin astronmica, o la construc-cin de instrumentos. En todo caso s se puede asegurar que exista unarelacin muy estrecha entre el tipo de observacin astronmica que realiz,especialmente dedicada a la observacin del espacio profundo, y la clasede telescopios que construy, unos grandes reflectores.

    As, la pregunta ms elemental e inmediata que surge despus de cono-cer el inters de los hermanos por construir instrumentos ms poderosos es

    para qu los necesitaban y, sobre todo, para qu los usaron. Es muy fre-cuente encontrar en las historias de este periodo una respuesta bastanterazonable a esta cuestin. Los hermanos Herschel construyeron excelentesinstrumentos, los usaron para probar su potencia, perfeccin tcnica y suclaridad para la observacin, y finalmente, como un corolario inevitable, seaficionaron a inspeccionar los cielos. Es decir, Las observaciones fueron elresultado de su actividad como constructores de instrumentos. Sin embar-go, el estudio de la obra cientfica publicada de William Herschel, de lainformacin que proporciona su hermana Carolina y de los testimonios delos familiares, colegas y amigos, no permite extraer una conclusin tan sen-

    cilla. Mucho menos si se juzga el contexto en el que se produjo una obraque fue considerada en su poca como una obra de locos. En realidad, yael propio Herschel advierte que usa sus telescopios como si fueran instru-mentos filosficos para explorar la naturaleza de los cuerpos estelares quese abren a su vista y que tiene un decidido inters por la especulacin.

    William Herschel trabaja como si fuera un nuevo filsofo natural de loscuerpos siderales. Ahora bien, mientras que los filsofos del barroco semovieron en unas coordenadas tericas de referencia copernicanas, los

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    31 Se trataba de un tratado de ptica aplicada titulado Complet System of Opticks , publi-cado en 1738 en Londres.

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    Herschel son exploradores en un espacio sin demasiadas referencias. Secomportan como historiadores naturales de los espacios siderales, observan,pero tambin clasifican, sabiendo que es un primer paso necesario parapoder establecer las leyes que permitan comprender la naturaleza de lo que

    se les ofrece a la vista. A nebulosas que parecen resolverse en grupos deestrellas hay que aadir nebulosas que perecen estar en un estado fluido. Aeste respecto considero muy aguda la opinin de Shaffer que presenta lasinvestigaciones de Herschel como un caso de historia natural32. En estecaso, estamos ante dos tipologas naturales celestes completamente diferen-tes o bien ante dos estados evolutivos diferentes. Si es as, cul es el msantiguo y cmo se llega a generar el segundo?33. Este tipo de preguntas selas plantearon cuando estudiaban las estrellas dobles y no parecen en abso-luto propias de unos meros artesanos que desean probar sus telescopios.

    Lo que sigue ofrece un recuento de sus investigaciones estelares. Pero,ante todo, debe decirse que trabajaron en todas las direcciones de la inves-tigacin y que llama extraordinariamente la atencin que sus observacionesastronmicas estaban planteadas de una forma completamente sistemtica.Ya en 1779 haban dado una primera revisin a los cielos. Eso queradecir que haban observado toda la esfera celeste accesible. Para ello lahaban dividido en sectores que eran escrutados cuidadosamente cadanoche clara en la que se poda conseguir una buena observacin. Eso signi-ficaba localizar estrellas de hasta la cuarta magnitud, situarlas, y compararsu posicin con los mejores mapas estelares de Flamsteed, Bradley y Mayer.

    A partir de 1779 la observacin del cielo se repiti una y otra vez con el pri-mer reflector de siete pies construido por ellos mismos. Como se compren-der, William Herschel no haba iniciado una revisin del universo estelarmovido por una mera curiosidad de coleccionista de estrellas. Al plantearun trabajo tan arduo, que ocupaba todas las noches susceptibles de realizarobservaciones a ambos hermanos, tena la intencin puesta en la solucinde un problema que ocupaba a los astrnomos profesionales desde haca unsiglo: se trataba de detectar la paralaje de las estrellas. Nunca los fracasosen resolver un problema astronmico han sido tan fecundos para abrirmundos nuevos. Bradley y otros astrnomos anteriores y posteriores ya se

    haban planteado medio siglo antes que los Herschel detectar esa paralajesin conseguirlo. Tampoco ellos fueron capaces de detectarla en toda su dila-tada vida de observadores pero, sin embargo, lograron tal cantidad deobservaciones innovadoras que el problema que motiv la bsqueda queden un segundo plano en el cmputo de resultados, aunque no en la inten-cin de los Herschel, que siguieron tozudamente en el empeo toda su vida.

    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 99

    32 Shaffer, S. Herschel in Bedlam: Natural History and Stellar Astronomy BJHS, 15, 45,1990 pp. 211-239.

    33 A este respecto ver Hoskin, M., Stellar Astronomy, Cambridge, Science History Pub.1982, pp-125-136 .

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    En todo caso, el descubrimiento de Urano en 1781, cuya fecha habitual-mente se menciona con la precisin de un nacimiento, proporcion a losHerschel prestigio, fama y una posicin desde la que seguir sus investiga-ciones. William fue nombrado miembro de la Royal Society el mismo ao1781 y adems se le concedi la Copley Medal, el mayor galardn de aque-lla sociedad cientfica. Sus telescopios se acreditaron hasta el extremo de serconsultado permanentemente desde entonces para evaluar las innovacionesen este terreno. Lleg a tener una cierta relacin personal con el rey JorgeIII, a quien proporcion alegra en un reinado que haba quedado obscure-cido por la Guerra de Independencia que llev a la prdida las ColoniasAmericanas, y gracias a su descubrimiento, los Herschel lograron obtenersubvenciones reales, William como astrnomo de la Corona y Carolinacomo su ayudante. Esto permiti que se liberaran de otras obligaciones yque William abandonara definitivamente la carrera de msico. Entonces,buscaron un lugar adecuado donde instalar su taller para la construccin detelescopios y su observatorio. Despus de probar en varios lugares, final-mente, en 1786, eligieron un sitio cerca de Windsor llamado Slough, quelleg a convertirse en uno de los lugares de referencia de la astronoma desu poca34. Pero todo esto no bast para que los astrnomos de su pocadejaran de considerar a William Herschel como un loco, un excntrico yuna persona afectada por el gusto hacia pensamientos alejados del buensentido de lo concreto y desmesuradamente orientados hacia totalidadesvertiginosas e ilusorias.

    Continuando con su trabajo, las sucesivas revisiones de los cielos pro-porcionaron a los Herschel la posibilidad de elaborar un catlogo de dos-cientas sesenta y nueve estrellas dobles, de las que 227 haban sido descu-biertas por ellos mismos y que presentaron a la Royal Society en 1782. En1784 dieron otra lista de 434 estrellas binarias, y finalmente, en una comu-nicacin de 1821, aportaron los datos de 145 sistemas ms. El cuidado enla localizacin de estos sistemas de estrellas estuvo motivado, una vez ms,por el inters en poder medir la paralaje estelar. Tampoco lo lograron eneste caso, pero las observaciones posteriores, realizadas durante treintaaos por el equipo Herschel, que volvi a revisar las posiciones de las

    estrellas dobles ya conocidas y de las nuevas hasta un nmero total de ocho-cientas cuarenta y ocho a lo largo de su actividad, dio como resultado podermostrar efectivamente, y no como mera conjetura a lo Lambert o Kant, queesos sistemas lejanos se mueven realmente girando en torno a un centro degravedad. En comunicaciones a la Royal Society hechas en 1802 y 1803,advertan que muchas de las estrellas dobles haban cambiado de configu-racin, como si se produjera un giro de una de ellas con respecto a la otra.En 1803 y 1804, dieron la posicin, primero, de seis pares, y luego, de cin-

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    34 Bennet, J. A On the Power of penetrating into Space: The telescopes of William Hers-chelJournal History Astronomy vii (1976) , p.81

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    cuenta ms, que parecan ser sistemas mecnicamente dependientes pormedio de una atraccin gravitatoria. Estas interpretaciones constituyen lasprimeras extensiones de la teora de la gravitacin universal al universoestelar. De esta forma, se distingue entre las estrellas dobles gravitaciona-

    les y las pticas. Las primeras seran sistemas mecnicos de dos estrellasque dependeran de su atraccin gravitacional. Las segundas seran sistemasde dos estrellas de diferente brillo, supuestamente muy alejadas entre s, queno mostraran esa dependencia gravitacional y seran muy adecuadas paraintentar una determinacin de la paralaje estelar.

    As, a partir de 1783 los Herschel ya pudieron dedicar todo su tiempo ala investigacin astronmica. Construyeron el telescopio de veinte pies delongitud focal y casi diecinueve pulgadas de abertura. Ya se ha dicho que nofue el mayor que dise William, pero s con el que consigui mejores resul-tados. Posteriormente dise otro de cuarenta pies de distancia focal, peroel aparato no dio el juego esperado y el viejo telescopio de veinte pies se vol-vi a utilizar una vez ms. Ya he indicado que los Herschel disearon sustelescopios como instrumentos filosficos para adentrarse en el conoci-miento de los espacios estelares profundos. No deseaban ver mejor, sino verms y ms profundamente. Por eso dirigieron su atencin a la Va Lctea.Pero, en este caso, no se trataba de un piadoso telogo como Wright, ni deun audaz filsofo como Kant, ni de un extravagante matemtico comoLambert; quien ahora diriga su atencin al mar de estrellas, era un astr-nomo con fama de loco, con vocacin de filsofo natural y de fsico ayu-

    dado por el mejor colega que poda imaginar, su hermana Carolina, pertre-chado con un poderoso telescopio del que conoca todas sus posibilidades.Para esas fechas ya haban realizado tres revisiones sistemticas de los

    cielos. Armados con su inters y con sus aparatos comenzaron la cuartarevisin con un procedimiento nuevo: medir la densidad del nmero deestrellas en cada una de las direcciones del punto de observacin para ver sital densidad es la misma en todas las direcciones. En definitiva, se tratabade aplicar un mtodo de estadstica estelar que ya haba sido apuntado porNewton, pero que nunca haba sido utilizado de una forma eficaz. En 1784y 1785 William Herschel present ante la Royal Society dos contribuciones,

    la primera con el ttulo An Account of some Observations Tending to inves -tigate the Construction of the Heavens35 y una segunda bajo la simple deno-minacin On the Construction of the Heavens36. Ambas comunicacionesaportaban informacin detallada del mtodo de trabajo empleado paraanalizar las observaciones e incluso unas figuras que los desconcertadosfellows de la insigne sociedad deban aceptar como representaciones nims ni menos de la forma que tena la Va Lctea vista a travs de los ojosde un potencial observador que la pudiera mirar desde fuera.

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    35 Publicado en las Phil. Tr. Royal Soc. , 74 (1784), pp. 437-451.36 Publicado en las Phil. Tr. Royal Soc. , 75, (1785), pp. 213-266.

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    Para llegar a la conclusin de que se poda dar una idea de la figura de laVa Lctea vista desde fuera era necesario descartar la hiptesis de que ladensidad de estrellas es uniforme en todas las direcciones, algo fcil de admi-tir cuando se ve el cielo a simple vista, pero que se ha de comprobar cuando

    se aplica el aumento de un telescopio potente, ya que cuando se enfoca eltelescopio hacia cualquier lugar de la esfera celeste el ocular se llena de estre-llas. Entonces, para distinguir una direccin de otra, es necesario contar lasestrellas que ocupan el campo de visin. Eso es lo que hicieron los Herschel.Para cada direccin del espacio estelar, trabajaron con el supuesto de unparaleleppedo imaginario. El nmero de estrellas en cada uno da idea de sualtura. Una gran densidad de estrellas quiere decir un paraleleppedo muyalto, y lo contrario, uno muy bajo. El resultado es que es posible tener unaidea aproximada de la orografa de la Va Lctea vista desde fuera. Si el des-cubrimiento de Urano le haba acreditado como un observador extraordina-rio, su propuesta de cmo era la forma de la Va Lctea fue consideradaexcesivamente aventurada y, aunque sorprendi, fue tomada como una con-jetura ms pese a estar avalada por una autntica marea de observaciones.En cierta medida sus colegas pensaron que Herschel estaba afectado por lalocura de la Va Lctea, ya que ese conjunto de estrellas siempre daba laimpresin de generar un tipo de discurso un tanto estrafalario.

    Sin embargo, la lectura del texto presentado por William Herschel pro-porciona una valiosa informacin, no slo sobre los resultados de las obser-vaciones, sino adems sobre sus ideas acerca de cmo deba proceder un

    astrnomo que se adentrara en el espacio profundo:Djeseme en primer lugar mencionar que si debemos esperar hacer progresos enuna investigacin de esta naturaleza [la investigacin del espacio profundo] ten-dramos que evitar dos extremos opuestos de los que es difcil decir cul es elms peligroso de los dos. Si nos dejamos llevar por la indulgencia de una ima-ginacin llena de fantasa y construimos mundos que slo estn en nosotrosmismos, no debemos extraarnos que nos alejemos del camino de la verdad yde la naturaleza; se desvanecern como los vrtices cartesianos, tan pronto seden paso a teoras mejor construidas. Por otro lado, si aadimos observacin ala observacin, sin intentar extraer no slo ciertas conclusiones, sino tambinconjeturas sacadas de ellas, estaremos ofendiendo el verdadero fin para el quedeben hacerse las investigaciones. Tratar de encontrar el camino intermedio. 37

    Est claro que entre los dos peligros extremos, l prefera correr el de la pri-mera opcin. Un observador tan concienzudo y preciso como era l nopoda permitirse ser un coleccionista de datos. Su pasin de filsofo naturalde los cielos le empujaba a la interpretacin de los hechos observados. As,no slo dio una idea de cmo era el universo sino que, adems, adelant unprimer catlogo de objetos estelares que no eran estrellas comunes, sinocuerpos de una extraa naturaleza. Por primera vez se daba una taxonoma

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    37 Herschel, 1785, p. 264.

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    de formas y una relacin entre ellas, lo que sugera una incipiente idea deevolucin de los objetos celestes. De esta manera, describa cinco formas deasociacin de estrellas para formar nebulosas todas ellas sujetas al imperiode la gravitacin: nebulosas donde una estrella grande pareca dominar a un

    gran nmero de otras ms pequeas, nebulosas de pocas estrellas del mismotamao que supuestamente compartan un centro comn, y combinacionesde estos modelos primitivos, lo que sugera que la Va Lctea era simple-mente una de las muchas nebulosas existentes. El universo era inmenso,como inmensa la coleccin de objetos que lo poblaban. Sistemas que con-tenan dentro de ellos otros sistemas enormemente complejos.

    En los aos 1784 y 1785 Herschel todava pensaba que todas las nebu-losas se podan resolver en estrellas, lo que avalaba que la idea de Lambertde un espacio lleno de universos-isla era una representacin plausible, unaconjetura eficaz sobre los datos observados. Adems de ofrecer una repre-sentacin de cul era la forma exterior de nuestra Va Lctea, en las comu-nicaciones de esos aos, Herschel aport un nuevo catlogo de nebulosasdescritas con precisin, haciendo hincapi en su variedad y adelantandohiptesis de cmo se podran haber formado. Se aportan as las primerasideas para establecer una primera teora evolutiva de los objetos estelares. Laclasificacin, la tipologa, en este caso se convierte en una actividad filosfi-ca. En el escrito de 1785 ya aparecen las nebulosas clasificadas en nebulosasglobulares, nebulosas en anillo de estrellas y nebulosas planetarias, sin dudalas ms enigmticas porque no se dejaban resolver en nebulosas de estrellas.

    En 1789, W. Herschel public un catlogo de un segundo millar de nebu-losas observadas por Carolina y l mismo. Pero en 1791 public otro art-culo titulado On Nebulous Stars, Properly so Called38 donde la idea tanatractiva, tan bella y tan sencilla de los universos-islas se complic. En estacontribucin se haca referencia a una observacin realizada el 13 denoviembre de 1790, la de una nebulosa con una estrella central rodeada deuna atmsfera luminosa cuyo fluido de opalescencia lechosa no se resol-vi en estrellas por mucho que lo intent. La describe as:

    La estrella est situada perfectamente en el centro y su atmsfera es tandiluida, sutil e igualmente distribuida que no se puede resolver en estrellas;no cabe la menor duda de que hay una evidente conexin entre la estrella ysu atmsfera. Otra estrella que no tiene mucho menor brillo, y que est en elmismo campo de visin que la anterior, estaba completamente libre de unaatmsfera semejante39

    El universo no slo era fascinante, sino que adems albergaba ms elemen-tos que las meras estrellas individuales o los universos-islas situados ms all

    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 103

    38 Publicado en las Phil. Tr. Royal Soc, 81 (1791) 71-81 y reproducido en The ScientificPapers of William Herschel (Ed. Dreyer), Londres 1912 vol.1 pp.415-25

    39 Herschel, 1912, p. 415

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    de nuestra Va Lctea (a los que los Herschel denominaban otras Vas Lc-teas). Aparecan ahora esos nuevos elementos en los que se apreciaba unnuevo tipo de materia luminosa, un fluido completamente desconocido en lapoca. La presencia de esas estrellas nebulares complicaba considerablemen-

    te la observacin de los cielos y la consideracin de su naturaleza convir-tindose en invitados inevitables, ya que, posteriormente, los Herschel fue-ron capaces de identificar muchos ms objetos celestes de este tipo. En todocaso quedaba claro que las estrellas estaban hechas de una luz especial y queel estudio de la luz deba ser un objetivo de todo aquel que deseara entenderqu pasaba en los inmensos espacios siderales. Herschel lleg a consideraresas nebulosas planetarias o estrellas nebulares como los laboratorios quefabricaban estrellas, como los lugares en el seno de los cuales se producanlas estrellas. A lo largo del resto de su vida cientfica los Herschel intentarondar una clasificacin de la tipologa de estrellas, y en 1811, en un artculo noya slo sobre la construccin de los cielos, sino sobre su organizacin [Astro -nomical Observations Relating to the Construction of the Heavens, Arran -

    ged for the Purpose of a Critical Examination, the Result of Which Appearsto Throw Some New Light upon the Organization of the Celestial Bodies ]40

    dieron la ltima, que contena cuarenta y cinco tipos de estrellas y diferentesformas de nebulosas. Esta tipologa estuvo vigente en los anlisis de la pri-mera astrofsica durante la primera mitad del siglo XIX.

    Ya he sealado que los miembros de la Royal Society siempre conside-raron a los Herschel, especialmente a William, como excntricos o decidi-

    damente locos, pero la tolerancia britnica ante la excentricidad jug afavor de ellos. En las Islas no pareca constituir un terrible delito manteneropiniones tan peculiares acerca de un objeto tan intil como la galaxia quenos acoge, de tal forma que los hermanos Herschel pudieron continuar sinmayores problemas sus trabajos de catalogacin de estrellas dobles y nebu-losas. De estas ltimas llegaron a identificar cerca de dos mil quinientas detodas las clases, y constituiran la base sobre la que trabajaran la historianatural y la astrofsica posteriores.

    Herschel tampoco olvid que el Sol es una estrella y dedic tiempo yesfuerzo a observar los componentes del sistema solar. El Sol atrajo su aten-

    cin porque era la estrella ms cercana, ya a principios delXIX se supona quecontena el secreto de la fsica del universo. Para desentraar sus misteriosera necesario analizar las manchas solares, sin duda lo ms llamativo para unastrnomo. Pero adems de esto, William Herschel inici otro camino muyprometedor para la astrofsica posterior. Si el Sol emita luz, por qu no ana-lizarla?. Si la sensacin que produca la luz se resolva tambin en un efectotrmico, por qu no analizar ese calrico radiante que le acompaaba?.En realidad, el anlisis fsico y no meramente ptico de la luz fue un temaestrella de la filosofa natural de principio de siglo XIX. Con sus investigacio-

    104 javier ordez

    40 Publicado en las Phil. Tr. Royal Soc. 1811, pp. 269-336.

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    nes a este respecto, Herschel identific la parte infrarroja del espectro igualque, casi de modo simultneo, hiciera en Berln un qumico alemn llamadoRitter (1776-1810) que haba reconocido la parte ultravioleta del espectroluminoso41. Durante muchos aos se supuso que tanto lo infrarrojo como lo

    ultravioleta eran el efecto de un calrico radiante que acompaaba a la luz,pero ya en la dcada de los cuarenta del siglo XIX, y gracias a los trabajosexperimentales del fsico italiano Macedonio Melloni (1798-1854), donde seanalizaba el comportamiento del calrico en la reflexin y en la refraccin,se identificaron los efectos fsicos de la luz con los aparentemente pti-cos del calrico tratndose como si fueran un nico fenmeno con las ven-tajas que ello supondra para el desarrollo de la astrofsica42.

    Todos estos pensadores pertenecieron al grupo que sus contemporneosdenominaron cariosamente comogentlemen of science, es decir, persona-jes que inicialmente no eran profesionales de la ciencia, o bien que no tuvie-ron una formacin normal y reglada, pero que trabajaron en mbitos delconocimiento verdaderamente innovadores. Tal vez a causa de disputas gre-miales no ocupan un puesto destacado en los libros de historia de la filoso-fa, pero en todo caso hicieron ms por el conocimiento de la naturaleza ydel hombre que otros muchos que s aparecen en sus pginas.

    5. A modo de final provisional

    Teratlogos, taxonomistas, soadores y visionarios trabajaron en la construc-cin de una representacin de las estrellas conformando una comunidad muydiluida que fue tolerada entre la de los astrnomos profesionales. Y quiz sepuede decir que tales personajes fueron los constructores del primer puenteentre la nueva fsica que emergi en el cambio de siglo y la vieja astronomade las estrellas. Observaron y clasificaron cuerpos celestes como lo haran losbotnicos o zologos preocupados por lo orgnico y, pese a que estabanenmarcados en un contexto mecanicista, pretendieron ver el cosmos como untodo organizado. Sin duda, y para concluir, cabe apuntar que recibieron la

    influencia del trasfondo romntico que les rodeaba en el desarrollo de un pro-grama que nunca fue visto con hostilidad ni como una amenaza para el desa-rrollo de la astronoma tradicional. Pero que sin duda fue un programa soste-nido durante dcadas y que se nutri de la libertad que proporcionaba elromanticismo que se desarrollaba en la sociedad de aquel entonces.

    el romanticismo como programa cientfico. la protoastrofsica 105

    41 J. W. Ritter Die Entdeckung des ultravioletten Lichts Physisch-chemische Abhandlun -gen in chronologischer Folge , Bd. II, Leipzig 1806, 81-107

    42 Los artculos de Melloni sobre estos temas se publicaron entre 1832 y 1840 en los Anna -

    les de chimie. Tal vez el ms relevante sea Memoire sur la polarisation de la chaleur publi-cado en el vol 61 (1836) pp. 375-410.