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Noviembre de 2008 163 El precedente vinculante sobre la procedencia de las demandas de “Amparo contra Amparo” prÁctica jurisprudencial de observancia obligatoria Guillermo Llanos Cisneros (*) JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL Resumen: La Dirección Regional de Pesquería de La Libertad interpone demanda de amparo para que se deje sin efecto una sentencia que declaró fundada en parte una demanda de amparo in- terpuesta contra el Gobierno Regional de La Libertad. Se trata de una demanda de “Amparo contra Amparo”, en la que la parte demandante sostiene que se habrían vulnerado sus derechos a la tutela judicial efectiva, al debido proceso y de defensa. Antes de resolver el caso concreto, el Tribunal Constitucional se refiere a las reglas del “Amparo contra “Amparo” antes de la entra en vigencia del Código Procesal Constitu- cional, así como también al fundamento y al carácter excepcional de la referida figura. A continuación, el referido órgano colegiado hace una descripción de los denominados supuestos procesales y sustanciales del “Amparo contra Amparo”: 1) sentencias estima- torias de segundo grado que afectan derechos fundamentales, 2) sentencias estimatorias que desconocen la doctrina constitucional establecida en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, y 3) decisiones denegatorias de segundo grado que afectan derechos de terceros que no han intervenido en el proceso y del recurrente que no ha tenido ocasión de interponer el respectivo recurso de agravio. Asimismo, el Tribunal Constitucional se refiere FICHA TÉCNICA EXP. N° 4853-2004-PA/TC SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Tipo de proceso : Proceso de Amparo Demandante : Dirección Regional de Pesquería de La Libertad Demandado : Magistrados de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Trujillo y Juez del Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo Materia : Amparo contra amparo Fecha de Res. : 19/04/2007 Fecha de publicación : 22/05/2007 (Publicada en la portal electrónico del Tribunal Constitucional) Pronunciamiento: : Demanda INFUNDADA Base normativa : Constitución Política: Artículo 200° inciso 2. Ley N° 28237, Código Procesal Constitucional: Artículo 4º Artículo 5º, inciso 6) –––––––––– (*) Abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Litigante en Procesos de Inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Miembro del Comité Permanente de la Sección de Derecho Constitucional de RAE Juris- prudencia. Asesor en Materia Constitucional.

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JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL - PRÁCTICA JURISPRUDENCIAL DE OBSERVANCIA OBLIGATORIA

Noviembre de 2008 163

El precedente vinculante sobre la procedencia de las demandas de “Amparo contra Amparo”

prÁctica jurisprudencial deobservancia obligatoria

Guillermo Llanos Cisneros(*)

JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL

Resumen:

La Dirección Regional de Pesquería de La Libertad interpone demanda de amparo para que se deje sin efecto una sentencia que declaró fundada en parte una demanda de amparo in-terpuesta contra el Gobierno Regional de La Libertad. Se trata de una demanda de “Amparo contra Amparo”, en la que la parte demandante sostiene que se habrían vulnerado sus derechos a la tutela judicial efectiva, al debido proceso y de defensa.

Antes de resolver el caso concreto, el Tribunal Constitucional se refiere a las reglas del “Amparo contra “Amparo” antes de la entra en vigencia del Código Procesal Constitu-cional, así como también al fundamento y al carácter excepcional de la referida figura. A continuación, el referido órgano colegiado hace una descripción de los denominados supuestos procesales y sustanciales del “Amparo contra Amparo”: 1) sentencias estima-torias de segundo grado que afectan derechos fundamentales, 2) sentencias estimatorias que desconocen la doctrina constitucional establecida en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, y 3) decisiones denegatorias de segundo grado que afectan derechos de terceros que no han intervenido en el proceso y del recurrente que no ha tenido ocasión de interponer el respectivo recurso de agravio. Asimismo, el Tribunal Constitucional se refiere

FICHA TÉCNICAEXP. N° 4853-2004-PA/TCSENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Tipo de proceso : Proceso de Amparo Demandante : Dirección Regional de Pesquería de La LibertadDemandado : Magistrados de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Trujillo y

Juez del Primer Juzgado Especializado en lo Civil de TrujilloMateria : Amparo contra amparoFecha de Res. : 19/04/2007Fecha de publicación : 22/05/2007 (Publicada en la portal electrónico del Tribunal Constitucional)Pronunciamiento: : Demanda INFUNDADA Base normativa : Constitución Política: Artículo 200° inciso 2. Ley N° 28237, Código Procesal Constitucional: Artículo 4º Artículo 5º, inciso 6)

––––––––––(*) Abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Litigante en Procesos de Inconstitucionalidad ante

el Tribunal Constitucional. Miembro del Comité Permanente de la Sección de Derecho Constitucional de RAE Juris-prudencia. Asesor en Materia Constitucional.

El precedente vinculante sobre la procedencia de las demandas…

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EXP. N.° 4853-2004-PA/TCLA LIBERTAD DIRECCIÓN REGIONAL DE PESQUERÍADE LA LIBERTAD

SENTENCIA DEL TRIBUNAL

CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 19 días del mes de abril de 2007, el Pleno del Tribunal Constitucional, in-tegrado por los magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pro-nuncia la siguiente sentencia

I. ASUNTO

Recurso extraordinario interpuesto por la Dirección Regional de Pesquería de La Liber-tad, representada por su director, don Rolando Coral Giraldo, contra la resolución expedida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la Repúbli-ca, de fojas 38 del cuaderno de apelación, su fecha 7 de setiembre de 2004, que declara im-procedente la demanda de amparo de autos.

II. ANTECEDENTES

1. Demanda

Con fecha 17 de octubre de 2003, el recu-rrente interpone demanda de amparo con-tra los magistrados de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Trujillo,

así como contra el Juez del Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo, a fin de que se deje sin efecto la Resolución N.° 25, de fecha 30 de junio de 2003, expe-dida por la Sala emplazada en el trámite de un anterior proceso de amparo, seguido contra el Presidente del Consejo Transito-rio de Administración Regional y otros.

Solicita asimismo que se deje sin efecto to-dos los actos posteriores a la referida senten-cia, los mismos que están en etapa de eje-cución. Sostiene que, en el referido proceso (expediente N.º 1954-02), luego de apelar la resolución de primer grado, sólo se habría dado respuesta a una de las apelaciones; la planteada precisamente por la Dirección Regional de Pesquería, mas no se hace re-ferencia alguna al recurso interpuesto por el Gobierno Regional de La Libertad. De este modo, según argumenta, se habrían violado sus derechos a la tutela judicial efectiva, al debido proceso y de defensa.

2. Resolución de primer grado

Mediante Resolución de fecha 5 de ene-ro de 2004, la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de La Libertad rechazó liminarmente la demanda, tras conside-rar que en el presente caso resultaba de aplicación el artículo 10 de la Ley N° 25398, Ley Complementaria de la Ley de Amparo y Hábeas Corpus, la misma que establece que las anomalías que pudieran presentarse dentro de un pro-cedimiento regular, deben resolverse al

al recurso de agravio constitucional contra sentencias estimatorias de segundo grado que violan el orden jurídico constitucional.

Se declara INFUNDADA la demanda, porque no se aprecia la violación del contenido constitucionalmente protegido de los derechos invocados por la parte demandante. Asi-mismo se establece como precedente vinculante los presupuestos procedentes expuestos en el fundamento jurídico 39, así como las reglas para la admisión del recurso de agravio a favor del precedente que se exponen en el fundamento jurídico 40.

RESOLUCIÓN

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interior del mismo proceso, no siendo el proceso de amparo la vía adecuada para dicho propósito.

3. Resolución de segundo grado

A fojas 38 del cuaderno de apelación, la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema confirmó la apelada, tras considerar que no se había violado el derecho al debido proceso, ya que el demandante había reconocido que la Sentencia cuestionada sí se pronunció sobre los puntos contenidos en su re-curso de apelación.

III. FUNDAMENTOS

§1. Precisión del petitorio de la demanda

1. El recurrente solicita, concretamente, que se deje sin efecto la sentencia de fecha 30 de junio de 2003, mediante la cual la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Trujillo declaró fundada en parte una demanda de amparo contra el Gobierno Regional de La Libertad, or-denando, en su parte resolutiva, que la emplazada cumpliera con reincorporar a don José Luis Castillo Cava en el pues-to de chofer de la Dirección Regional de Pesquería de La Libertad, tras constatar que se habían vulnerado sus derechos al trabajo y al debido proceso. Se trata en consecuencia, de un proceso de “ampa-ro contra amparo” donde además existe una estimación parcial de la pretensión por parte del Poder Judicial en segunda instancia.

2. De manera preliminar a la dilucidación de la presente controversia y tomando en consideración que en el marco de la nue-va regulación de los procesos constitucio-nales existe la necesidad de delimitar los alcances del “amparo contra amparo”, este Colegiado considera pertinente, de confor-midad con lo establecido en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, esbozar criterios de obser-vancia obligatoria, los que se precisan a continuación a partir del caso planteado.

§2. Las reglas del “amparo contra amparo” antes de la entrada en vigencia del Códi-go Procesal Constitucional

3. En la sentencia recaída en el expedien-te N.º 200-2002-AA/TC se establecieron cinco reglas para restringir el uso del am-paro como medio para cuestionar lo re-suelto en otro proceso de amparo. No se trataba en aquella ocasión de prohibir la procedencia de procesos constitucionales contra procesos constitucionales sino de su aceptación, si bien sujeta a específicas situaciones. Así se dijo que sólo es posible admitir un “amparo contra amparo”: a) Cuando la violación al debido proce-

so resulte manifiesta y esté probada de modo fehaciente por el actor;

b) Cuando se hayan agotado todos los recursos al interior del proceso que se cuestiona y aquellos hayan resultado in-suficientes para el propósito corrector;

c) Cuando lo solicitado no se encuentre re-lacionado con lo decidido sobre el fon-do, puesto que con el segundo amparo sólo se puede poner en tela de juicio cuestiones estrictamente formales;

d) Cuando el nuevo proceso de amparo no intenta revertir una sentencia de-finitiva estimatoria, ya que de lo con-trario se contravendría el principio de inmutabilidad de la cosa juzgada; y

e) Cuando se trate de resoluciones emi-tidas por el Poder Judicial, mas no de aquellas emanadas del Tribunal Cons-titucional.

4. Toda vez que las reglas mencionadas fue-ron elaboradas por la jurisprudencia cons-titucional en el marco de la legislación anterior a la vigencia del Código Procesal Constitucional, el Tribunal Constitucional considera imperioso evaluar si las mismas reglas deben ser convalidadas en el marco de la nueva legislación sobre los proce-sos constitucionales; o si, por el contrario, resulta oportuno realizar un redimensio-namiento del “amparo contra amparo” o, eventualmente, limitar sus posibilidades a los extremos en que sea absolutamen-

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te necesario para restablecer el ejercicio de los derechos fundamentales que hayan sido arbitrariamente violados en el trámite del proceso judicial.

§3. Fundamento constitucional del “amparo contra amparo”

5. En principio conviene destacar que, con-forme se desprende del artículo 5.6 del Código Procesal Constitucional, en el marco de la regulación actual, ya no sería posible iniciar una demanda de amparo para cuestionar “(...) una resolución firme recaída en otro proceso constitucional (...)”.

No obstante, este Colegiado ha estable-cido al respecto que “(...) la posibilidad del “amparo contra amparo” tiene fuen-te constitucional directa en el segundo párrafo del artículo 200.2 de la propia Constitución, donde se establece que el Amparo “(...) No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular”. A partir de esta consideración, el Tribunal ha precisado que “(...) cuando el Código Pro-cesal Constitucional se refiere en su artí-culo 5, inciso 6), a la improcedencia de un proceso constitucional que cuestiona una resolución judicial firme recaída en otro proceso constitucional, esta disposición restrictiva debe entenderse referida a pro-cesos donde se han respetado de modo escrupuloso el debido proceso y la tutela procesal efectiva en sus distintas manifes-taciones, conforme al artículo 4 del mis-mo Código Procesal Constitucional(...)”. (Caso Municipalidad Provincial de San Pablo, Exp. Nº 3846-2004-PA/TC).

§4. El “amparo contra amparo”: su naturale-za excepcional

6. Aceptada la tesis de la procedencia del “amparo contra amparo”, debe precisarse de inmediato que ello sólo es admisible de manera excepcional. Se debe tratar de una transgresión manifiesta del conteni-do constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, por acciones u

omisiones de los órganos judiciales que permitan al Tribunal Constitucional cons-tatar fácilmente que dichos actos u omi-siones trascienden el ámbito de la legali-dad y alcanzan relevancia constitucional, de modo que su uso no puede habilitarse para cuestionar deficiencias procesales de naturaleza legal o, eventualmente, para su-plir negligencias u omisiones en la defensa de alguna de las partes. Se debe tratar, en consecuencia, de violaciones acreditadas fehacientemente a consecuencia de la ac-tuación de los órganos judiciales durante el trámite de un proceso constitucional y que tengan directa vinculación con la de-cisión final de las instancias judiciales.

7. Dada la naturaleza excepcional de los procesos constitucionales el “amparo contra amparo” se configura como una excepción dentro de la excepción, por lo que los jueces deben valorar la intensidad de la afectación y el nivel de acreditación que se presente a efectos de no permitir que cualquier alegación pueda merecer una nueva revisión de los procesos consti-tucionales. Este Colegiado considera perti-nente dejar establecido que su uso excep-cional sólo podrá prosperar por única vez y conforme a las reglas que se desarrollan más adelante. Varias son las razones de orden jurídico e institucional que respal-dan esta tesis: a) El principio de seguridad jurídica, in-

dispensable para el goce y disfrute de los derechos y libertades en el Estado democrático, en la medida en que per-mitir amparos sucesivos generaría una permanente inestabilidad e inseguri-dad en los justiciables;

b) El principio de inmutabilidad de las decisiones judiciales, sobre todo cuan-do en los procesos constitucionales se trata de restablecer situaciones produ-cidas a consecuencia de afectaciones a los derechos constitucionales;

c) El principio de oportunidad y eficacia de la protección de los derechos. Esto está, además, íntimamente vinculado a los principios de sumariedad o urgencia

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que caracteriza a los procesos consti-tucionales, en la medida en que dejar abierta la posibilidad de amparos suce-sivos, terminaría por desnaturalizar el carácter mismo de los mecanismos des-tinados a proteger en forma oportuna y eficaz los derechos más importantes en la sociedad democrática;

d) Finalmente y, en todo caso, quien considere que, después de haberse re-suelto un proceso de “amparo contra amparo”, persiste una situación de le-sión a un derecho fundamental, puede recurrir a los tribunales u organismos internacionales constituidos según tra-tados o convenios de los que el Perú es parte, tal como lo dispone el artículo 205 de la Constitución y el artículo 114 del Código Procesal Constitucional.

§5. Los supuestos procesales y sustanciales del “amparo contra amparo”

8. Una de las reglas que se estableció en el expediente N.° 200-2002-AA/TC, para la procedencia del “amparo contra amparo”, señalaba que sólo ha de proceder contra sentencias constitucionales definitivas, siempre que aquellas no tengan carácter favorable para la parte actora, ya que de lo contrario se contravendría el princi-pio de inmutabilidad de la cosa juzgada. Ésta fue una regla elaborada conforme a lo dispuesto en el artículo 8 de la Ley N.º 23506, que establecía que “la resolución final constituye cosa juzgada únicamente si es favorable al recurrente”.

9. Al respecto el Tribunal considera necesa-rio adecuar esta regla a efectos de opti-mizar la defensa del contenido constitu-cionalmente protegido de los derechos fundamentales que pudieran verse afec-tados a consecuencia de la actuación de los órganos judiciales en un determinado proceso. En efecto, la estimación de una pretensión en un proceso constitucional no puede llevar a suponer, sin más, que en la tramitación de este haya desapareci-do por completo cualquier posibilidad de afectación a los derechos fundamentales,

generándose de esta manera un ámbito exento de control por parte del Tribunal Constitucional. En otras palabras, el “am-paro contra amparo” no debe habilitarse en función de que el fallo en el primer am-paro sea estimatorio o desestimatorio, sino en función de si puede acreditarse o no un agravio manifiesto a los derechos consti-tucionales a consecuencia de la actuación de los propios jueces constitucionales y cuya intensidad sea tal que desnaturalice la propia tutela que deba prestarse a tra-vés de su actuación.

10. De este modo en principio es razona-ble que tratándose de una sentencia es-timatoria de segundo grado, cuando se acredite que en la tramitación se haya producido una violación manifiesta a un derecho constitucional, el “amparo contra amparo” resulta una opción váli-da a efectos de optimizar la defensa de los derechos fundamentales a través de los procesos constitucionales, sin que su uso pueda suponer, paradójicamente, una nueva afectación. No obstante, con-viene aquí analizar si el “amparo contra amparo” es la única vía posible para el control constitucional de las decisiones estimatorias de segundo grado que resul-ten lesivas de los derechos fundamenta-les o que desconozcan la doctrina cons-titucional o, llegado el caso, los propios precedentes del Tribunal Constitucional. El Tribunal abordará en los fundamentos siguientes los supuestos en los que cabe un nuevo amparo, para luego y a partir de la interpretación del artículo 202.2 de la Constitución explorar las posibilidades del propio recurso de agravio como me-canismo más efectivo para el control de las decisiones estimatorias de segundo grado que son dictadas en desacato di-recto a un precedente constitucional.

§5.1. Primer supuesto: sentencias estimato-rias de segundo grado que afectan dere-chos fundamentales

11. Conforme ha quedado establecido hasta este punto, en el trámite de los procesos

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constitucionales, las decisiones estimato-rias de segundo grado pueden también, eventualmente, ser dictadas con manifiesto agravio a algunos de los derechos consti-tucionales protegidos a través del proceso de amparo. En este caso, el hecho de que se haya dictado una sentencia de segundo grado estimando la pretensión contenida en la demanda de amparo, no la hace per se inimpugnable a través de un nuevo pro-ceso de amparo.

12. En consecuencia el primer supuesto en el que se plantea la necesidad de un nuevo proceso de amparo es la invocación y con-siguiente acreditación de un agravio mani-fiesto en el ámbito del contenido consti-tucionalmente protegido de un derecho constitucional, producido en el trámite de un proceso de amparo. Tal afectación debe ser de tal intensidad que desnaturali-ce la propia decisión estimatoria, volvién-dola inconstitucional y por tanto, carente de la condición de cosa juzgada en la que formalmente se pueda amparar.

13. En este punto conviene precisar que con-forme tiene establecido este Tribunal (Exp. N.° 3179-2004-AA/TC), la protección de los derechos fundamentales vía un nuevo proceso de amparo no se agota en los as-pectos formales, toda vez que el “amparo contra amparo” comparte el mismo poten-cial reparador cuando se trata de la afec-tación de cualquier derecho fundamental; esto es,“(...) comprender residualmente la protección de todos los derechos consti-tucionales no protegidos por los otros pro-cesos de tutela de los derechos fundamen-tales (hábeas corpus y hábeas data)”(1). De este modo un proceso judicial resulta tanto irregular si viola el debido proceso formal y la tutela judicial efectiva, como cuando penetra de forma arbitraria o irrazonable en el ámbito constitucionalmente protegido de cualquier otro derecho fundamental.

14. Sólo así los derechos fundamentales alcan-zan verdadera eficacia normativa vertical,

vinculando a todos los poderes del Estado, incluidos los órganos del Poder Judicial. Esto además en el entendido de que el ámbito de protección del proceso consti-tucional de amparo no se limita solamente a la tutela del derecho al debido proceso, sino que se extiende de conformidad con el artículo 200.2 de la Constitución a todos aquellos derechos fundamentales que no son objeto de tutela por el proceso consti-tucional de hábeas corpus y hábeas data. Nada justifica por tanto, que el objeto de protección en el “amparo contra amparo” se reduzca sólo a los aspectos formales del debido proceso.

§5.2. Segundo supuesto: sentencias estima-torias que desconocen la doctrina consti-tucional establecida en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional

15. Asimismo resulta razonable el uso de un segundo proceso constitucional para res-tablecer el orden jurídico constitucional y el ejercicio de los derechos fundamen-tales que pueda verse afectado con una estimatoria de segundo grado, cuando las instancias judiciales actúan al margen de la doctrina constitucional establecida en la jurisprudencia del Tribunal Constitu-cional. Por doctrina constitucional debe entenderse en este punto: a) las interpre-taciones de la Constitución realizadas por este Colegiado, en el marco de su actua-ción a través de los procesos, sea de con-trol normativo o de tutela de los derechos fundamentales; b) las interpretaciones constitucionales de la ley, realizadas en el marco de su labor de control de cons-titucionalidad. En este caso, conforme lo establece el artículo VI del Título prelimi-nar del Código Procesal Constitucional, una ley cuya constitucionalidad ha sido confirmada por el Tribunal, no puede ser inaplicada por los jueces en ejercicio del control difuso, a menos, claro está, que el Tribunal sólo se haya pronunciado por su constitucionalidad formal; c) las proscrip-

––––––––––(1) Fundamento Jurídico N.° 12

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ciones interpretativas, esto es las “anula-ciones” de determinado sentido interpre-tativo de la ley realizadas en aplicación del principio de interpretación conforme a la Constitución. Se trata en este supues-to de las sentencias interpretativas, es de-cir las que establecen que determinado sentido interpretativo de una disposición legislativa resulta contrario a la Constitu-ción, por lo que no debe ser usado por los jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional que les corresponde.

16. Todo lo anterior no excluye, en todo caso, que los jueces del Poder Judicial, que tam-bién son jueces de la Constitución, en la medida en que deben aplicarla como norma suprema del Estado en los casos que cono-cen, puedan también participar en esta la-bor de integración e interpretación en aras de dar una mayor y más amplia protección a los derechos fundamentales. En cualquier caso, las relaciones entre la interpretación del Tribunal Constitucional y la que realice el juez ordinario deben orientarse, en estos casos, por el principio de mayor protección y más amplia cobertura que pueda brin-dar determinada interpretación en un caso concreto. De este modo, las decisiones del Tribunal Constitucional alcanzan el máximo grado de vinculación cuando ofrecen una mejor protección a los derechos en cues-tión, mientras que, si es posible que en un caso concreto la interpretación realizada por el Tribunal puede ser optimizada con la in-tervención de los jueces del Poder Judicial, el grado de vinculación disminuye a efectos de incorporar la mejor interpretación que objetivamente ponga de manifiesto la ma-yor protección que pueda brindar a un bien constitucional determinado.

§5.3. Tercer supuesto: decisiones denegato-rias de segundo grado que afectan dere-chos de terceros que no han intervenido en el proceso y del recurrente que no ha tenido ocasión de interponer el respecti-vo recurso de agravio.

17. Conforme se ha sostenido, uno de los argumentos que respaldan la posibilidad

de interponer una nueva demanda de amparo contra las resoluciones estima-torias de segundo grado, provenientes de otro proceso de amparo, se sustenta en el mandato constitucional (arts. 201 y 202) que habilita al Tribunal como contralor último de la Constitución y defensor “de-finitivo” de los derechos fundamentales. Tales prerrogativas se concretan a través de un nuevo proceso de amparo siempre que se observen los presupuestos consti-tucionales que para ello se establecen en la presente sentencia.

18. No obstante, si bien es cierto que, tratán-dose de resoluciones desestimatorias siem-pre está abierta la posibilidad de interpo-ner un recurso de agravio constitucional (artículo 18 del Código Procesal Consti-tucional), permitiendo en estos casos que sea el Tribunal Constitucional quien se pronuncie en última y definitiva instancia, también lo es que los terceros que resul-ten afectados ilegítima y directamente por dichas resoluciones no tendrían tal posi-bilidad en la medida en que su actuación como parte en el proceso haya sido dene-gada o simplemente no haya podido ser acreditada por desconocimiento de dicho trámite judicial. En consecuencia, el “am-paro contra amparo” abre la posibilidad, en estos supuestos, de que las alegaciones de violación de derechos puedan ser eva-luadas en un nuevo proceso constitucional y, de este modo, se pueda acceder a un pronunciamiento final y definitivo por par-te del supremo intérprete y guardián de la Constitución y de los derechos fundamen-tales, si la pretensión es denegada en las instancias judiciales.

19. En este sentido el “amparo contra amparo” habilita al tercero afectado, cuya partici-pación haya sido rechazada en el primer amparo, o cuando, por desconocimiento probado, éste no haya tenido ocasión de solicitar su intervención en el trámite del primer proceso. En estos supuestos, den-tro del plazo que establece el artículo 44 del Código Procesal Constitucional para el caso del amparo contra resoluciones judi-

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ciales, el tercero afectado en el ejercicio de sus derechos fundamentales a consecuen-cia de la decisión desestimatoria, puede presentar un nuevo amparo cuestionando dicha decisión, siempre que esta no haya sido confirmada por el Tribunal Constitu-cional, tras haberse interpuesto el respec-tivo recurso de agravio constitucional.

20. Por ello se puede admitir un nuevo ampa-ro frente a una resolución desestimatoria de segundo grado en los siguientes su-puestos: (1) el caso del tercero que no ha participado en el primer proceso, bien por no haber sido admitido como parte en el primer amparo, pese a contar con los pre-supuestos procesales para ello, bien por desconocimiento del trámite al no habér-sele notificado como correspondía en su calidad de litisconsorte necesario. En este supuesto, la decisión desestimatoria de se-gundo grado le ha producido agravio sin que pueda ejercer su derecho de defensa; y (2) el caso de quien, habiendo sido par-te en el proceso, no ha podido interponer el recurso de agravio en su oportunidad, sea por no habérsele notificado oportu-namente la sentencia desestimatoria o porque, pese a haber sido notificado, no ha podido conocer de su contenido por al-guna imposibilidad material debidamente acreditada.

21. Hasta aquí el “amparo contra amparo” ha sido presentado como un medio excepcio-nal que debe admitirse por única vez con el propósito de que, tras el manto de la cosa juzgada o de la firmeza de una de-cisión de segundo grado, no se cobijen violaciones más perjudiciales a los dere-chos de alguna de las partes del proceso o, incluso de terceros, en los términos ex-puestos supra. Asimismo, hemos señalado que procede también un nuevo amparo cuando mediante decisiones estimatorias se desconozca la doctrina constitucional de este Colegiado en su rol de defensa de la supremacía constitucional y la tutela de los derechos fundamentales. Resta por analizar la forma en que debe asumirse la defensa del orden constitucional o la resti-

tución en el ejercicio de los derechos fun-damentales a consecuencia de una sen-tencia estimatoria de segundo grado que haya sido dictada en desacato flagrante a un precedente constitucional establecido por este Colegiado en su actuación como Tribunal de Precedentes, al amparo del ar-tículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional.

§5.4 El recurso de agravio constitucional contra sentencias estimatorias de segun-do grado que violan el orden jurídico constitucional

22. La defensa de los derechos fundamentales así como del orden jurídico constitucional que corresponde en última instancia al Tri-bunal Constitucional, requiere de meca-nismos procesales efectivos para que éste actúe oportunamente en los procesos cons-titucionales. La autonomía procesal de que se ha venido dotando este Colegiado a tra-vés de su propia jurisprudencia (Cfr. entre otros: Exp. 045-2004-AI/TC, 025-2005-AI/TC, Auto de admisibilidad), refleja la nece-sidad de consolidar una serie de instrumen-tos y mecanismos procesales que permitan una mayor protección de los derechos a través de los procesos constitucionales. A este respecto, conviene ahora analizar si un nuevo proceso de amparo es un medio efectivo para controlar la posibilidad de violación del orden jurídico constitucional que se haya producido a consecuencia de una decisión estimatoria de segundo grado, dictada en abierto desacato a un prece-dente constitucional vinculante expresado en los términos del artículo VII del Código Procesal Constitucional.

23. El Tribunal considera que, si bien hasta la fecha la jurisprudencia constitucional ha venido interpretando que una decisión “denegatoria” es aquella que declara in-fundada o improcedente en segundo gra-do un proceso constitucional, tal interpre-tación se venía realizando en un contexto en el que no existía una disposición como la que ahora se recoge en el artículo VII del Título Preliminar del C.P.Const., que

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establece el carácter de precedente cons-titucional vinculante a determinadas deci-siones del Tribunal Constitucional, las que no pueden ser desconocidas bajo ningún supuesto por el Poder Judicial, al disponer que su modificación o variación sólo co-rresponde al propio Tribunal.

24. Es en este contexto donde se aprecia con mayor claridad la necesidad de optimizar la defensa del orden jurídico constitucional a través de los procesos constitucionales, en especial a través del propio recurso de agravio constitucional de modo que una decisión estimatoria de segundo grado, emitida en el marco de un proceso cons-titucional, no pueda convertir en “cosa juzgada” una decisión judicial emitida en abierto desacato a un precedente constitu-cional vinculante de este Colegiado, infrin-giéndose de este modo el propio carácter de norma suprema que corresponde a la Constitución y cuya interpretación final está a cargo de este Colegiado.

25. El Tribunal considera que una decisión judi-cial emitida sin tomar en cuenta los prece-dentes vinculantes del supremo intérprete de la Constitución aplicables al caso, viola el orden constitucional y debe ser contro-lado por este Colegiado a través del propio recurso de agravio, que debe habilitarse en este supuesto como el medio procesal más eficaz e idóneo para restablecer la supre-macía de la Constitución, alterada tras una decisión judicial estimatoria de segundo grado en un proceso constitucional. Este Colegiado estima por tanto que debido a la naturaleza del agravio y la objetividad de su constatación, en la medida en que los pre-cedentes son reglas precisas y claras que no admiten un juego interpretativo por parte de los jueces, relegar su control al trámite de un nuevo proceso de amparo resultaría en el mejor de los casos inadecuado.

§6. El Recurso de Agravio Constitucional a favor del precedente

26. Si bien el artículo 202.2 de la Constitución establece que corresponde al Tribunal Constitucional “conocer, en última y de-

finitiva instancia, las resoluciones denega-torias de hábeas corpus, amparo, hábeas data y acción de cumplimiento”, una inter-pretación literal de dicha disposición pue-de generar en el actual contexto de desa-rrollo de la justicia constitucional algunas distorsiones en la interpretación y defensa de los derechos constitucionales que co-rresponde, en última instancia, al Tribunal Constitucional conforme al artículo 201 de la Constitución y al artículo 1 de su propia Ley Orgánica (Ley N.° 28301).

27. Como ya ha quedado establecido supra, una decisión judicial estimatoria de se-gundo grado en un proceso constitucional afecta los derechos fundamentales y el propio orden jurídico constitucional cuan-do es emitida contra la expresa interpreta-ción constitucional que haya realizado este Colegiado de los derechos fundamentales a través de su jurisprudencia, o también, como ya ha ocurrido(2) cuando es emitida en abierto desacato a un precedente cons-titucional vinculante. Respecto de las afec-taciones de los derechos fundamentales en general (incluido los terceros), así como respecto del eventual desacato a las inter-pretaciones de este Colegiado contenidas en su doctrina jurisprudencial, este Tribu-nal ha sostenido que debe habilitarse para ello la interposición por única vez de un se-gundo amparo. Esto porque la invocación de tales vulneraciones requieren siempre de un contencioso mínimo donde puedan acreditarse los alegatos escuchando al ór-gano judicial emplazado y permitiendo, al propio tiempo, una nueva evaluación de la decisión por parte del propio Poder Judicial en sus dos instancias. Sin embargo este Tri-bunal entiende que no es necesario dicho trámite contradictorio cuando la alegación esté referida al desacato manifiesto y claro a un precedente vinculante, establecido en tales términos por el propio Tribunal.

§6.1. Sobre la interpretación constitucio-nal del término “denegatorio” del artícu-lo 202.2 de la Constitución

28. La concepción de la Constitución como norma jurídica vinculante trae consigo el

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carácter, también vinculante, de su inter-pretación por parte del Tribunal. El pro-blema de la interpretación constitucional se configura de este modo como un pro-blema relativo a la fuerza vinculante de los contenidos de la Constitución. Dichos contenidos, es sabido, dada la naturaleza pluralista de la sociedad democrática de la que intenta ser reflejo la Constitución, son en muchos casos ambiguos, indetermina-dos, vagos, abiertos. En suma, la interpre-tación constitucional es, en este sentido, una labor de “concretización” y también de intermediación entre el momento cons-tituyente y el momento de aplicación de las disposiciones constitucionales. No hay interpretación fuera del tiempo. El contexto y sus múltiples manifestaciones dan senti-do y objetividad a la interpretación, que es ante todo una actividad humana que par-tiendo del texto de la Constitución, debe sin embargo ser capaz de incorporar otros elementos de la vida cultural, social y aní-mica del momento en que la sociedad, a través del proceso, solicita la “ejecución” de determinada cláusula constitucional.

29. Como actividad racional la interpretación constitucional se orienta por una serie de métodos y estrategias que deben coadyu-var a su corrección. Sobre el particular este Colegiado ha precisado una serie de prin-cipios que deben permitir establecer los contenidos correctos de la Constitución, a saber: a) el principio de unidad de la Cons-titución en su interpretación; b) el principio de concordancia práctica; c) el principio de corrección funcional; d) el principio de fun-ción integradora; e) el principio de fuerza normativa de la Constitución; f) el principio de irreversibilidad de la tutela que otorga la Constitución; entre otros.

30. Especialmente relevantes para lo que aquí interesa son los principios de concordancia

práctica y corrección funcional. Mediante el primero “(...)toda aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe ser resuelta “optimizando” su inter-pretación, es decir, sin “sacrificar” ningu-no de los valores, derechos o principios concernidos, y teniendo presente que, en última instancia, todo precepto constitu-cional, incluso aquellos pertenecientes a la denominada “Constitución orgánica” se encuentran reconducidos a la protección de los derechos fundamentales, como manifestaciones del principio-derecho de dignidad humana, cuya defensa y respeto es el fin supremo de la sociedad y el Esta-do (artículo 1 de la Constitución)”.

En cambio mediante el principio de co-rrección funcional se exige que el juez constitucional, “(...) al realizar su labor de interpretación no desvirtúe las funciones y competencias que el Constituyente ha asignado a cada uno de los órganos cons-titucionales, de modo tal que el equilibrio inherente al Estado Constitucional, como presupuesto del respeto de los derechos fundamentale(3) .

31. Son precisamente estos principios los que deben ayudarnos ahora a concretar los alcances de lo que debe entenderse por el término “resoluciones denegatorias” a tenor del artículo 202.2 de la Constitu-ción. Dicha disposición interpretada en forma literal como se ha venido hacien-do en la jurisprudencia y también en la doctrina, genera, como se ha adelantado, la posibilidad de que los jueces del Po-der Judicial puedan eventualmente esti-mar una demanda de amparo al margen de los precedentes de este Colegiado, sin que ello pueda ser objeto de control constitucional, lo que en última instancia supone desatender el carácter vinculante de la propia Constitución. De este modo

––––––––––(2) Así por ejemplo, en el caso de la constitucionalidad de las Leyes N.os 25153 y 27796, existen varios pronunciamien-

tos realizados por el Tribunal Constitucional en las SSTC N.os 9165-2005-PA/TC, 4227-2005-PA/TC y 1436-2006-PA/TC; estas decisiones han venido siendo desatendidas por las instancias judiciales, lo que ha generado pronuncia-mientos vía amparo para restablecer las violaciones producidas. Cfr. por todos la decisión de este Colegiado en el Expediente N.° 04245-2006-AA/TC

(3) cf. STC. 5854-2005-AA/TC, FJ 12.

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mientras que el principio de concordancia práctica permite buscar un significado de la norma fundamental que optimice tanto la defensa de los derechos como la supre-macía de la Constitución, el principio de corrección funcional por su parte nos re-cuerda que una interpretación literal de tal disposición impediría que este Colegiado pueda ejercer precisamente la función que constitucionalmente le corresponde, esto es, asumir su rol de intérprete supremo de la Constitución y ser “definitiva instancia” en materia de tutela de los derechos fun-damentales.

32. Por ello, cuando el artículo 202.2 de la Constitución señala que el Tribunal Cons-titucional conoce en ultima y definitiva instancia de las “denegatorias” en los pro-cesos constitucionales ello no debe ser in-terpretado como que está proscrita por la Constitución la revisión por este Colegia-do, vía recurso de agravio constitucional, de una decisión estimatoria de segundo grado cuando ésta haya sido dictada en desacato de algún precedente constitu-cional vinculante, emitido por este Cole-giado. El concepto “denegatorio” requiere pues de un nuevo contenido a la luz de los principios de interpretación constitucional y de la doble dimensión que expresan los derechos fundamentales y su tutela por parte de este Colegiado en el contexto del actual Estado Social y Democrático de De-recho.

§6.2. La doble dimensión y finalidad de los procesos constitucionales y sus conse-cuencias en la interpretación del artículo 202.2 de la Constitución

33. Como ha precisado este Colegiado, “(...)en el estado actual de desarrollo del Dere-cho procesal constitucional, los procesos constitucionales persiguen no sólo la tute-la subjetiva de los derechos fundamenta-les de las personas, sino también la tutela objetiva de la Constitución. La protección

de los derechos fundamentales no sólo es de interés para el titular de ese derecho, sino también para el propio Estado y para la colectividad en general, pues su trans-gresión también supone una afectación del propio ordenamiento constitucional. Por ello, bien puede decirse que, detrás de la constitucionalización de procesos como el de hábeas corpus, amparo, hábeas data y cumplimiento, nuestra Constitución ha reconocido la íntima correspondencia en-tre la doble naturaleza (subjetiva-objetiva) de los derechos fundamentales y la doble naturaleza (subjetiva-objetiva) de los pro-cesos constitucionales, siendo que las dos vocaciones del proceso constitucional son interdependientes y se hacen necesarias todas las veces en que la tutela primaria de uno de los dos intereses (subjetivo y objetivo) comporte la violación del otro”. (Exp. 023-2005-AI/TC FJ 11).

34. Esta doble dimensión y finalidad en que se expresan y a la que sirven los proce-sos constitucionales debe también servir como premisa metodológica o conceptual a la hora de interpretar el artículo 202.2 que habilita la competencia del Tribunal Constitución vía el recurso de agravio constitucional a que se refiere el artículo 18 del C.P.Const. En tal sentido lo denega-torio a que hace referencia la disposición constitucional no debe entenderse sólo en su dimensión subjetiva, esto es, referido sólo y puntualmente a la pretensión de quien interpone la demanda de amparo, puesto que también resulta denegatoria de tutela constitucional una decisión que respondiendo de manera estimatoria la pretensión contenida en la demanda de amparo, sin embargo desconoce abierta-mente el propio orden jurídico constitu-cional aplicable al caso concreto, orden a los que corresponden en su máxima jerarquía los precedentes vinculantes de este Colegiado. Como sostiene Peter Hä-berle(4), “(...) la función de la Constitución

––––––––––(4) Häberle, Peter. «El Recurso de Amparo en el Sistema Germano-Federal de Jurisdicción Constitucional». En Domingo

García Belaunde y Francisco Fernández Segado (Coordinadores). La Jurisdicción Constitucional en Iberoamérica. Madrid, Dykinson, 1997, p. 257.

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en la dirección de los derechos fundamen-tales individuales (subjetivos) sólo es una faceta del recurso de amparo”; otra faceta tan o más importante es la referida a la tutela del propio orden objetivo de valores y del orden constitucional en su conjunto, esto es “asegurar el derecho constitucio-nal objetivo y servir a su interpretación ¡y perfeccionamiento!´”. De este modo los procesos constitucionales no sólo tienen como finalidad la respuesta a concretas demandas de las partes, sino también la tutela del orden jurídico constitucional cuya interpretación definitiva corresponde a este Tribunal.

35. En consecuencia cuando el artículo 202.2 de la Constitución no hace expresa refe-rencia a la competencia de este Tribunal para conocer el caso de las sentencias es-timatorias de segundo grado, tal silencio sólo supone una presunción iuris tantum a favor de la constitucionalidad de dichas decisiones, mas no su imposibilidad de control vía el recurso de agravio constitu-cional cuando se haya dictado al margen del orden jurídico constitucional, desaca-tando un precedente vinculante. De ahí que la precisión establecida en el artícu-lo 18 del Código Procesal Constitucional, en el sentido de que el recurso de agravio procede contra “la resolución de segundo grado que declara infundada o improce-dente la demanda”, en la medida en que sólo hace referencia a la dimensión sub-jetiva del concepto de decisión judicial “denegatoria” (esto es referido a la pre-tensión contenida en la demanda) y no a la dimensión objetiva (esto es referida al respeto de los derechos fundamentales y el orden constitucional en su conjunto); no puede decirse que limita las posibilidades del recurso de agravio, también tratán-dose de decisiones estimatorias que sean abiertamente ilegítimas, por desconocer el carácter de órgano supremo de control de constitucionalidad de este Colegiado (art. 201 de la Constitución y 1 de su Ley Or-gánica), así como la consecuente potestad de dictar precedentes vinculantes recono-

cida en el artículo VII del título Preliminar del Código Procesal Constitucional.

36. En cualquier caso el Tribunal considera que tal disposición del Código Procesal Constitucional debe ahora complemen-tarse con la interpretación constitucional que con carácter vinculante realiza este Colegiado en la presente sentencia, con ánimo de no generar zonas de intangi-bilidad a la labor de control de parte del máximo intérprete de la Constitución y, al mismo tiempo, en el entendido de que una interpretación como la planteada op-timiza de mejor forma la protección de los derechos constitucionales tal como exige el artículo IX del Título Preliminar del Có-digo Procesal Constitucional, que dispone que cuando se generen vacíos o defectos en la interpretación de dicha norma, estos deben ser solucionados aplicando supleto-riamente otros Códigos Procesales afines “siempre que no contradigan los fines de los procesos constitucionales y los ayuden a su mejor desarrollo”.

37. Cabe señalar que además de los argumen-tos aducidos, la posibilidad de habilitar vía interpretación constitucional el recurso de agravio en el caso de desacatos a los precedentes constitucionales vinculantes establecidos por este Colegiado, concreta-dos a través de una decisión judicial esti-matoria de segundo grado, se apoya en los siguientes fundamentos:a) En primer lugar, la posición del Tribu-

nal Constitucional como supremo in-térprete y guardián de la Constitución y de los derechos fundamentales. Una interpretación literal y restrictiva del artículo 202.2 de la Constitución im-pediría que frente a un desacato a los precedentes vinculantes del máximo intérprete constitucional éste pueda intervenir a través del recurso natural establecido con tal propósito, como es el recurso de agravio.

b) En segundo lugar, la defensa del princi-pio de igualdad. Esto en la medida en que la interpretación propuesta permi-

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te que la parte vencida pueda también, en igualdad de condiciones, impugnar la decisión que podría eventualmente ser lesiva de sus derechos constitucio-nales y que sin embargo de no aceptar-se el recurso de agravio, tratándose de una estimatoria de segundo grado, no tendría acceso a “la última y definitiva instancia”, ratione materiae que corres-ponde al Tribunal Constitucional en los procesos constitucionales de tutela de derechos. Tratándose de un proceso de amparo entre particulares, esta situa-ción resulta especialmente relevante puesto que una interpretación literal del artículo 202.2 sólo permite acceso al demandante vencedor en segunda instancia, mas nunca al emplazado, que puede ser vencido arbitrariamente en segunda instancia, y además, des-conociendo los precedentes del Tribu-nal Constitucional.

c) En tercer lugar, la interpretación pro-puesta al no optar por un nuevo pro-ceso para reivindicar el carácter de intérprete supremo y Tribunal de Pre-cedentes que ostenta este Colegiado (art. 1 de su Ley Orgánica y art. VII del C.P.Const.), ha optado por la vía más efectiva para la ejecución y vigencia de sus propios precedentes. El Tribunal actúa de este modo, como lo manda la propia Constitución (art. 201), en su calidad de máximo intérprete constitu-cional, con autonomía e independen-cia para hacer cumplir sus precedentes como parte indispensable del orden jurídico constitucional.

38. De este modo y en definitiva la actuación del Tribunal Constitucional, vía el recurso de agravio, tiene por finalidad restablecer los principios de supremacía jurídica de la Constitución y de respeto de los derechos fundamentales, los que se verían trans-gedidos si un juez desconoce, de modo manifiesto, los precedentes vinculantes de este Colegiado que, conforme al artículo 1 de su Ley Orgánica, es el supremo intér-

prete de la norma fundamental del Estado y de los derechos fundamentales. Se trata en definitiva del recurso de agravio a fa-vor de la protección y de la interpretación constitucional de los derechos que realiza, en última y definitiva instancia, el Tribunal Constitucional, de acuerdo con el artícu-lo 202.2) de la Constitución, labor que se concreta de manera objetiva en sus prece-dentes vinculantes.

§7. Las nuevas reglas del “amparo contra am-paro”

39. Sentado lo anterior resulta necesario esta-blecer las reglas procesales y sustantivas del precedente vinculante para la proce-dencia, tanto del “amparo contra amparo” como también respecto del recurso de agravio constitucional a favor del prece-dente. Estas reglas deben ser interpretadas siempre atendiendo a los principios cons-titucionales pro homine y pro actione, a fin de que el proceso constitucional cum-pla su finalidad de tutelar la supremacía jurídica de la Constitución y los derechos fundamentales.

A) Regla procesal: El Tribunal Constitucio-nal de conformidad con el artículo 201 y 202.2 de la Constitución así como de acuerdo con el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Consti-tucional, tiene la facultad jurídica para establecer, a través de sus sentencias que adquieren el carácter de cosa juz-gada, un precedente vinculante. En virtud de ello la presente sentencia, en tanto constituye cosa juzgada, se es-tablece como precedente vinculante y sus efectos normativos se precisan en la siguiente regla sustancial.

B) Regla sustancial: Para la procedencia, por única vez, de una demanda de “amparo contra amparo”, el juez cons-titucional deberá observar los siguien-tes presupuestos:

(1) Objeto.– Constituirá objeto del “amparo contra amparo”:

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a) La resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo donde se haya producido la violación manifiesta del contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, o que haya sido dictada sin tomar en cuenta o al margen de la mejor protección de los derechos establecida en la doctrina ju-risprudencial de este Colegiado, desna-turalizando la decisión sobre el fondo, convirtiéndola en inconstitucional.

b) La resolución desestimatoria de la de-manda, emitida en segundo grado por el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya quedado firme en el ámbito del Poder Judicial y cuando en su trámite se haya violado, de modo manifiesto, el con-tenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales de un tercero legitimado, cuya intervención en el proceso haya sido rechazada o en el que no haya solicitado intervenir por desconocer de dicho trámite; o tra-tándose del propio interesado, cuando éste, por razones que no le sean im-putables, no haya podido interponer oportunamente el respectivo recurso de agravio constitucional.

c) En ningún caso puede ser objeto de una demanda de “amparo contra am-paro” las resoluciones del Tribunal Constitucional, en tanto instancia de fallo última y definitiva en los procesos constitucionales.

(2) Pretensión.– El nuevo amparo po-drá incluir como pretensión lo que ha sido objeto del primer amparo sólo si la violación del contenido constitucio-nalmente protegido del derecho funda-mental es de tal intensidad que desna-turaliza la decisión misma y la convierte en inconstitucional; caso contrario, no procederá el “amparo contra amparo” por haberse configurado la cosa juz-gada constitucional. También puede

invocarse como pretensión en el nue-vo amparo el desacato manifiesto de la doctrina jurisprudencial de este Tri-bunal, conforme a los supuestos esta-blecidos en el fundamento 17 de esta sentencia.

(3) Sujetos legitimados.– Las personas le-gitimadas para interponer una deman-da de “amparo contra amparo” son las siguientes:

a) Frente a la resolución estimatoria ile-gítima de segundo grado, emitida por el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, donde se haya producido la violación del contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, o se haya desconocido la doctrina jurisprudencial de este Colegiado, desnaturalizando la decisión sobre el fondo, convirtiéndola en inconstitucional; podrán interpo-ner una demanda de “amparo contra amparo” los directamente afectados, siempre que tal afectación haya sido debidamente denunciada al interior del primer proceso de amparo y no haya sido respondida por el órgano judicial o lo haya sido de forma insuficiente. También están legitimados los terceros afectados por lo resuelto en el primer amparo que no hayan sido emplazados o no se les haya permitido ejercer su derecho de defensa al interior del pri-mer amparo.

b) Frente a la resolución denegatoria de segundo grado, emitida por el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya quedado fir-me en el ámbito del Poder Judicial, y cuando en su trámite se haya violado, de modo manifiesto, el contenido cons-titucionalmente protegido de los dere-chos fundamentales, podrá interponer una demanda de “amparo contra am-paro” el tercero legitimado que, pese a haber solicitado su intervención en el primer amparo, no haya sido admitido o, teniendo la calidad de litisconsorte

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necesario, no haya sido notificado con la demanda. Asimismo lo podrá inter-poner el interesado que, por razones probadas, se hubiera encontrado im-posibilitado de presentar el recurso de agravio constitucional oportunamente. En estos supuestos, será indispensable que, en el primer proceso de amparo, no exista pronunciamiento del Tribu-nal Constitucional a través del recurso de agravio constitucional, sin importar quién lo haya interpuesto. Finalmente, conforme a lo señalado supra, sólo se ha de admitir por una única vez, sea que lo plantee el agraviado directamen-te o terceros.

(4) Juez competente.– A efectos de ob-tener un pronunciamiento de confor-midad con el valor superior justicia y con el derecho fundamental a un juez imparcial, el juez de primer y segundo grado no deberá haber conocido la pri-mera demanda de amparo.

§8. Las reglas vinculantes del recurso de agravio a favor del precedente

40. A partir de lo desarrollado supra, este Co-legiado procede a precisar las reglas apli-cables para el trámite del nuevo supues-to establecido a través de esta sentencia, para la procedencia del recurso de agravio tratándose de una sentencia estimatoria de segundo grado.

A) Regla procesal: El órgano judicial co-rrespondiente deberá admitir de mane-ra excepcional, vía recurso de agravio constitucional, la revisión por parte de este Colegiado de una decisión estima-toria de segundo grado cuando se pue-da alegar, de manera irrefutable, que tal decisión ha sido dictada sin tomar en cuenta un precedente constitucional vinculante emitido por este Colegiado en el marco de las competencias que establece el artículo VII del C.P.Const. En cualquier caso, el Tribunal tiene habilitada su competencia, ante la ne-gativa del órgano judicial, a través del

recurso de queja a que se contrae el artículo 19 del Código Procesal Cons-titucional.

B) Regla sustancial: El recurso de agravio a favor del precedente tiene como fi-nalidad restablecer la violación del or-den jurídico constitucional producido a consecuencia de una sentencia estima-toria de segundo grado en el trámite de un proceso constitucional. El recurso puede ser interpuesto por la parte inte-resada o por un tercero afectado direc-tamente y que no haya participado del proceso, sea por no haber sido empla-zado o porque, tras solicitar su incor-poración, le haya sido denegada por el órgano judicial respectivo. El Tribunal resuelve en instancia final restablecien-do el orden constitucional que haya re-sultado violado con la decisión judicial y pronunciándose sobre el fondo de los derechos reclamados.

41. Por lo tanto las reglas desarrolladas en la presente sentencia y declaradas en el fallo como precedente vinculante, conforme al artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, deberán ser aplica-das por los jueces constitucionales, incluso a los procesos en trámite, por mandato de la Segunda Disposición Final del mismo cuer-po normativo, una vez que la misma haya sido publicada conforme a Ley.

§9. Vigencia de las nuevas reglas y su aplica-ción al presente caso

42. En el presente caso la resolución judicial impugnada es precisamente una resolu-ción estimatoria en un proceso de am-paro. Esto permite, en primer término, advertir que, conforme a las reglas esta-blecidas por este Tribunal en la sentencia del expediente 200-2001-AA/TC, la de-manda debe ser declarada improcedente, debido a que, de acuerdo con una de las reglas establecidas en dicha ejecutoria, no era posible cuestionar mediante un nuevo proceso de amparo una sentencia estimatoria.

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43. El Tribunal Constitucional considera no obstante que la aplicación de las nuevas reglas al presente caso no alterarán sustan-cialmente la respuesta que deba dar este Colegiado al caso planteado, permitiendo, por otro lado, ingresar a analizar el fondo de la pretensión a fin de que se establezca como precedente vinculante, de conformi-dad con el artículo VII del Título Prelimi-nar del Código Procesal Constitucional.

44. Se aprecia de autos que si bien no se ha adjuntado al expediente las piezas proce-sales que permitan establecer, de modo fehaciente, que el recurrente denunció en su oportunidad las presuntas violaciones de sus derechos constitucionales, dicha falencia puede suplirse en este caso, en la medida en que según manifiesta dicha afectación habría ocurrido precisamente al tramitarse la apelación, donde según menciona, “de manera totalmente irre-gular, arbitraria e ilícita, no se da trámite al recurso de apelación que se interpuso, contra la sentencia, el Gobierno Regional de la Libertad, corriendo en autos única-mente el recurso de apelación interpuesto por José Teutico León Colonia, abogado de la Dirección Regional de Pesquería de La Libertad”.

45. La presunta afectación que reclama en este caso no se habría perpetrado en con-tra del recurrente de este segundo proceso de amparo, sino, en el mejor de los ca-sos, en contra del Gobierno Regional de La Libertad, puesto que, según su propia afirmación, el recurrente no habría reci-bido respuesta respecto de su recurso de apelación en el proceso de amparo cues-tionado. Sin embargo, a fojas 3 del expe-diente obra la respuesta que da el órgano

jurisdiccional a un pedido de nulidad de la Sentencia del primer amparo, de donde se desprende que incluso el Gobierno Re-gional de La Libertad habría formulado no sólo un recurso de apelación sino que la mencionada resolución constituye la res-puesta a un pedido de nulidad del men-cionado Gobierno Regional, rechazándolo por intentar cuestionar la decisión de fon-do de la sentencia. En consecuencia, no se aprecia violación alguna del contenido constitucionalmente protegido de los de-rechos que invoca el recurrente.

Por estos fundamentos, el Tribunal Consti-tucional, con la autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar INFUNDADA la demanda de au-tos.

2. Establecer como precedente vinculante, conforme al artículo VII del Título Preli-minar del Código Procesal Constitucional, los presupuestos para la procedencia del “amparo contra amparo” expuestos en el fundamento N.° 39, así como las reglas indicadas para la admisión del recurso de agravio a favor del precedente a que se re-fiere el fundamento N.° 40 de la presente sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS. LANDA ARROYO GONZALES OJEDA ALVA ORLANDINI BARDELLI LARTIRIGOYEN GARCÍA TOMA VERGARA GOTELLI

COMENTARIO

De acuerdo a lo establecido en el inciso 2) del artículo 200º de la Constitución, el proceso de

Amparo tiene la finalidad de proteger los de-

rechos constitucionales, excepto los que son protegidos por los procesos de Hábeas Cor-pus y Hábeas Data. Asimismo, la referida dis-posición constitucional establece que en tal

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proceso serán improcedentes las demandas “contra Resoluciones Judiciales emanadas de procedimiento regular(1)”.

En tal sentido, el texto constitucional permite que se inicie un proceso de Amparo cuando el acto lesivo sea una resolución judi-cial emanada de un “procedimiento irregu-lar”. Sobre el particular, en la sentencia emiti-da el 26 de octubre de 1999 en el Expediente Nº 189-99-AA/TC (Caso “Pesquera Rodga S.A.”) el Tribunal Constitucional precisó:

“(…) ‘procedimiento regular’ –ya lo ha dicho este Tribunal– es aquél en el que se respetan los derechos procesales de rango constitucional y que, como se sabe, son el de-bido proceso (en sus diversas variantes) y la tutela judicial efectiva. Por el contrario, es ‘procedimiento irregular’ aquél en el que la jurisdicción o sus autoridades distorsio-nan en alguna forma o simplemente vulne-ran el contenido esencial de dichos atributos, legitimando por ende su cuestionamiento constitucional.” (F.J. 4) (énfasis nuestro)

En consecuencia, en base a lo señalado en la sentencia antes citada, un proceso de Amparo contra una resolución judicial tenía la finali-dad de proteger sólo “los derechos procesales de rango constitucional”, es decir tal proceso resultaba una excepción a la regla general, en lo que se refiere a los derechos protegidos.

Ahora bien, corresponde referirnos al pro-ceso de Amparo contra una resolución judicial

emitida en un anterior proceso de Amparo, co-nocido también como “Amparo contra Ampa-ro”. En este supuesto, tenemos dos procesos de Amparo: uno en el cual se emitió la resolución a la cual se le imputa la condición de acto lesivo (primer proceso de Amparo) y otro por medio del cual se pretende cuestionar la referida reso-lución (segundo proceso de Amparo).

Sobre la procedencia de las demandas de “Amparo contra Amparo”, en la sentencia emitida el 9 de abril de 1999 en el Expedien-te Nº 0612-1998-AA/TC (Caso “Sindicato Pesquero del Perú S.A.”), el Tribunal Consti-tucional señaló:

“(…) por la relevancia de la cosa juzgada en el proceso de amparo, es menester explicitar las pautas bajo las cuales este Supremo Intérprete de la Constitución entiende admitir su procedencia:a) Puede ser admitida sólo de manera

muy excepcional, en especial, en aten-ción a las circunstancias de indefen-sión que generaría su rechazo.

b) La pauta fundamental es que sólo proce-de cuando se trata de sentencias de pro-cesos de amparo que no han llegado a conocimiento del Tribunal Constitu-cional a través del Recurso Extraordi-nario. (…)

c) El ámbito de examen se halla circuns-crito únicamente a actos lesivos al de-recho al debido proceso o a alguno de

––––––––––(1) Constitución: “Artículo 200.- Son garantías constitucionales:

1. La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funciona-rio o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales conexos.

2. La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la Constitución, con excepción de los señalados en el inciso siguiente.

No procede contra normas legales ni contra Resoluciones Judiciales emanadas de procedimiento regular.3. La Acción de Hábeas Data, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario

o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere el artículo 2, incisos 5 y 6 de la Constitución. (…)” (énfasis nuestro)

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sus atributos, evaluándose en cada caso si ello afecta o no su contenido esencial. Por tanto, no entra a merituar, en ab-soluto, el fondo de lo resuelto.

d) En consonancia con lo anterior, de ve-rificarse la irregularidad del proceso de amparo, se puede disponer, únicamen-te, que él sea retrotraído al estado an-terior en que se produjo la irregulari-dad.” (F.J. 8) (énfasis nuestro)

De manera que, en base a lo que estableció el referido órgano colegiado, una demanda de “Amparo contra Amparo” era proceden-te, excepcionalmente, para evitar “circuns-tancias de indefensión que generaría su re-chazo”, siempre que se tratara de “sentencias de procesos de amparo que no han llegado a conocimiento del Tribunal Constitucional”, es decir sentencias del Poder Judicial (acto lesivo), que vulneraran el “derecho al debido proceso” o “alguno de sus atributos” (dere-cho protegido).

Posteriormente, en la sentencia emitida el 15 de octubre de 2002 en el Expediente Nº 0200-2002-AA/TC (Caso “Ministerio de Pesquería”), el Tribunal Constitucional, nue-vamente, se pronunció sobre la procedencia de las demandas de Amparo contra Amparo:

“Los siguientes son los criterios de proce-dencia de una demanda de amparo con-tra amparo, considerados por el Tribunal Constitucional: a) sólo podrá operar en aquellos supuestos en que la violación al debido proceso resulte manifiestamente evidente. (…); b) sólo ha de proceder cuan-do dentro de la acción de amparo que se cuestiona, se han agotado la totalidad de los recursos que le franquea la ley al justi-ciable, necesarios como para que la viola-ción a algún derecho constitucional pueda

ser evitada, y no obstante ello, el juzgador constitucional ha hecho caso omiso de los mismos, (…); c) sólo debe centrarse en as-pectos estrictamente formales del debido proceso, excluyendo toda posibilidad de análisis sobre el fondo controvertido en el proceso constitucional cuestionado; d) sólo ha de proceder contra sentencias consti-tucionales definitivas, siempre que aquellas no tengan carácter favorable a la parte acto-ra, ya que de lo contrario se contravendría el principio de la inmutabilidad de la cosa juzgada; y, e) sólo ha de proceder cuando se trate de resoluciones emitidas en procesos constitucionales provenientes del Poder Judicial y no del Tribunal Constitucional, (…).” (F.J. 2) (énfasis nuestro)

En esta oportunidad, el referido órgano colegiado complementó lo que había señala-do, anteriormente, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 0612-1998-AA/TC. Así pues, se introdujeron precisiones respecto a aspectos importantes como el derecho prote-gido, el acto lesivo y la legitimación procesal.

Respecto al derecho protegido, no se hace una simple alusión al “derecho al debido pro-ceso o a alguno de sus atributos”, sino que se precisa que debe tratarse de “aspectos estric-tamente formales del debido proceso”, cuya violación “resulte manifiestamente evidente”.

En lo que se refiere al acto lesivo, no sólo se precisa que se debe tratar de “resoluciones emitidas en procesos constitucionales prove-nientes del Poder Judicial y no del Tribunal Constitucional”, sino también se señala que deben ser “sentencias constitucionales defini-tivas, siempre que aquellas no tengan carácter favorable a la parte actora”. En tal sentido, se establece que el acto lesivo sea una sentencia definitiva emitida por el Poder Judicial, con

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carácter desfavorable a la parte demandante en un proceso de Amparo, que no ha sido conocido por el Tribunal Constitucional, de acuerdo a lo dispuesto en el inciso 2) del artí-culo 202º de la Constitución.

Finalmente, la legitimación procesal activa se otorga a la parte demandante del primer proceso de Amparo, si es que se ha encontrado en una situación de indefen-sión, que se configura cuando ha “agotado la totalidad de los recursos que le franquea la ley (…), necesarios como para que la vio-lación a algún derecho constitucional pue-da ser evitada, y no obstante ello, el juzga-dor constitucional ha hecho caso omiso de los mismos, (...)”.

En tal sentido, la sentencia recaída en el Expediente Nº 0200-2002-AA/TC brindó pautas más precisas para poder determinar en que casos era procedente interponer una demanda de Amparo con-tra una resolución emitida en un anterior proceso de Amparo. Hasta noviembre de 2004, tales pautas fueron seguidas en otras sentencias, tales como las recaídas en los Expedientes números 0127-2002-AA/TC (Caso “Municipalidad Provincial de Yun-gay”)(2) y 2704-2004-AA/TC (Caso “Mi-nisterio de Agricultura”)(3).

El 1 de diciembre de 2004 entra en vigen-cia el Código Procesal Constitucional (Ley Nº 28237), en el cual encontramos disposi-ciones que regulan los casos de demandas de Amparo contra resoluciones judiciales y de “Amparo contra Amparo”. Respecto al primer caso, se establece lo siguiente:

“Artículo 4.- Procedencia respecto de reso-luciones judiciales

El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el de-bido proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejó consentir la resolución que dice afectarlo.

(…)

Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano jurisdiccio-nal, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del principio de legalidad pro-cesal penal.” (énfasis nuestro)

Según esta disposición, mediante el proce-so de Amparo contra resoluciones judiciales sólo podemos proteger el derecho “a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso”. No obstante, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 3179-2004-AA/TC (Caso “Apolonia Cco-llcca Ponce”)(4), el Tribunal Constitucional ha señalado lo siguiente:

––––––––––(2) Sentencia emitida el 4 de diciembre de 2002 y publicada el 15 de julio de 2003 en el portal electrónico del Tribunal

Constitucional.(3) Sentencia emitida el 5 de octubre de 2004 y publicada el 30 de noviembre de 2004 en el portal electrónico del

Tribunal Constitucional.(4) Sentencia emitida el 18 de febrero de 2005 y publicada el 2 de octubre de 2006 en el portal electrónico del Tribunal

Constitucional.

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“En definitiva, una interpretación del se-gundo párrafo del inciso 2) del artículo 200 de la Constitución bajo los alcances del principio de unidad de la Constitu-ción, no puede concluir sino con la afir-mación de que la competencia ratione materiae del amparo contra resoluciones judiciales comprende a todos y cada uno de los derechos fundamentales que se pue-dan encontrar reconocidos, expresa o im-plícitamente, por la Norma Suprema. En su seno, los jueces constitucionales juzgan si las actuaciones jurisdiccionales de los órga-nos del Poder Judicial se encuentran confor-mes con la totalidad de los derechos funda-mentales reconocidos en la Constitución. De modo que la calificación de regular o irre-gular de una resolución judicial, desde una perspectiva constitucional, depende de que éstas se encuentren en armonía con el contenido constitucionalmente protegi-do de todos los derechos fundamentales.” (F.J. 20) (énfasis con negrita nuestro)

Respecto al supuesto de una demanda de Amparo interpuesta contra una resolución emitida en otro proceso de Amparo, en el artículo 5º del referido Código se establece que “No proceden los procesos constitucio-nales cuando: (…) 6. Se cuestione una reso-lución firme recaída en otro proceso consti-tucional o haya litispendencia”. Sin embargo,

en la sentencia recaída en el Expediente Nº 3846-2004-PA/TC (Caso “Municipalidad Provincial de San Pablo”)(5), el Tribunal Cons-titucional precisó:

“4. (…) la posibilidad del ‘amparo contra am-paro’ tiene fuente constitucional directa en el segundo párrafo del inciso 2° del articulo 200° de la propia Constitución, donde se establece que el Amparo, ‘(...) No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emana-das de procedimiento regular’. La definición de ‘procedimiento regular’ se sitúa de este modo en la puerta de entrada que ha venido permitien-do la procedencia del ‘amparo contra amparo’.

5. En tal sentido, debe enfatizarse que, cuando el Código Procesal Constitucional se refiere en su artículo 5°, inciso 6), a la improcedencia de un proceso constitucional que cuestiona una resolución judicial firme recaída en otro proceso constitucional, esta disposición restrictiva debe entenderse re-ferida a procesos donde se han respetado de modo escrupuloso el debido proceso y la tutela procesal efectiva en sus distintas manifestaciones, conforme al artículo 4° del mismo Código Procesal Constitucio-nal, puesto que una interpretación que cie-rra por completo la posibilidad del ‘amparo contra amparo’ sería contraria a la Consti-tución.” (6) (énfasis con negrita nuestro)

––––––––––(5) Sentencia emitida el 18 de febrero de 2005 y publicada el 22 de setiembre de 2005 en el portal electrónico del

Tribunal Constitucional.(6) En el mismo sentido, encontramos los siguientes pronunciamientos: sentencia emitida el 18 de febrero de 2005 y publi-

cada el 23 de noviembre de 2005 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 2707-2004-AA/TC, Caso “Superintendencia Nacional de Administración Tributaria”, FF.JJ. 4 y 5), sentencia emitida el 18 de febrero de 2005 y publicada el 14 de marzo de 2006 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 3757-2004-PA/TC, Caso “Municipalidad Provincial de San Pablo”, F.J. 3), sentencia emitida el 17 de octubre de 2005 y publicada el 11 de abril de 2006 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 4609-2005-PA/TC, Caso “Municipa-lidad de Yanacancha”, F.J. 2), sentencia emitida el 11 de mayo de 2005 y publicada el 2 de febrero de 2006 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 2371-2005-PA/TC, Caso “Seguro Social de Salud - ESSALUD”, F.J. 3), sentencia emitida el 5 de abril de 2006 y publicada el 18 de enero de 2007 en el portal electrónico del Tribunal Cons-titucional (Expediente Nº 2667-2006-PA/TC, Caso “Seguro Social de Salud - ESSALUD”, F.J. 3), y sentencia emitida el 26 de enero de 2007 y publicada el 13 de agosto de 2007 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 7232-2006-PA/TC, Caso “Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo”, F.J. 3).

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En consecuencia, el Tribunal Constitucio-nal precisó que, de acuerdo a lo establecido en el inciso 2) del artículo 200º de la Constitución, una demanda de Amparo contra resoluciones judiciales es procedente para proteger “todos y cada uno de los derechos fundamentales que se puedan encontrar reconocidos, expresa o implícitamente, por la Norma Suprema”, mien-tras que una demanda de Amparo contra reso-luciones judiciales dictadas en un proceso de Amparo son procedentes para proteger sólo el derecho a la tutela procesal efectiva. Sobre esta diferencia en el tratamiento de ambos supues-tos, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 1311-2005-PA/TC (Caso “Seguro Social de Salud – ESSALUD”)(7), el Tribunal Constitu-cional señaló:

“(…) este Colegiado considera, reiterando jurisprudencia precedente, que el régi-men amparo contra amparo no tiene en nuestro sistema procesal constitucional carácter ordinario, sino extraordinario o excepcional. Desde dicha óptica y como ya fue señalado en la STC 200-2002-AA/TC, su procedencia no se encuentra sujeta a las mismas reglas que operan respecto del amparo contra resoluciones judiciales emanadas de procesos ordinarios, sino que, por tratarse de un caso especial, en el que se cuestiona el actuar de los pro-pios jueces constitucionales, se encuentra limitada a una serie de reglas específicas, a saber: a) que se trate de supuestos de ma-nifiesta transgresión al debido proceso o a la tutela judicial efectiva; b) que se haya ago-tado la totalidad de recursos internos previs-

tos al interior del amparo que se cuestiona; c) que se limite a los aspectos estrictamente formales del debido proceso; d) que solo proceda contra sentencias constitucionales definitivas, siempre que estas no tengan ca-rácter estimatorio; e) que no proceda contra resoluciones emitidas por el Tribunal Cons-titucional.” (F.J. 3) (énfasis nuestro)

Como podemos apreciar, a pesar de que el inciso 6) del artículo 5º del Código Pro-cesal Constitucional estableció la improce-dencia de las demandas de Amparo contra resoluciones judiciales dictadas en otros procesos de Amparo, el Tribunal Constitu-cional siguió pronunciándose a favor de la procedencia, aunque excepcional, en base a las pautas establecidas en la sentencia re-caída en el Expediente Nº 0200-2002-AA/TC. En esta misma línea, encontramos las sentencias recaídas en los Expedientes nú-meros 0077-2005-AA/TC (Caso “Seguro Social de Salud – ESSALUD”, F.J. 3)(8) y 0193-2005-PA/TC (Caso “Municipalidad Provincial de San Pablo”, F.J. 3)(9).

Con la sentencia recaída en el Expedien-te Nº 4853-2004-AA/TC, objeto de nues-tro comentario, se producen cambios im-portantes en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional respecto a la procedencia de las demandas de Amparo contra resolu-ciones judiciales dictadas en otro proceso de Amparo. Se establecen tres supuestos: 1) sentencias estimatorias de segundo gra-do que afectan derechos fundamentales, 2) sentencias estimatorias que desconocen la

––––––––––(7) Sentencia emitida el 13 de abril de 2005 y publicada el 18 de mayo de 2005 en el portal electrónico del Tribunal

Constitucional.(8) Sentencia emitida el 8 de marzo de 2005 y publicada el 25 de mayo de 2005 en el portal electrónico del Tribunal

Constitucional.(9) Sentencia emitida el 8 de marzo de 2005 y publicada el 1 de setiembre de 2005 en el portal electrónico del Tribunal

Constitucional.

El precedente vinculante sobre la procedencia de las demandas…

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doctrina constitucional establecida en la ju-risprudencia del Tribunal Constitucional, y 3) decisiones denegatorias de segundo grado que afectan derechos de terceros que no han intervenido en el proceso y del recurrente que no ha tenido ocasión de interponer el respectivo recurso de agravio. En tal senten-cia, nuevamente, se introdujeron precisiones respecto a aspectos importantes antes seña-lados: el derecho protegido, el acto lesivo y la legitimación procesal activa.

Respecto al derecho protegido, se amplía el ámbito de protección, pues se hace refe-rencia a la “transgresión manifiesta del con-tenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales”. De manera que no sólo se protegen los “aspectos estrictamente formales del debido proceso”. Al respecto, en la sentencia que comentamos el Tribunal Constitucional explica:

“13.En este punto conviene precisar que conforme tiene establecido este Tribunal (Exp. N.° 3179-2004-AA/TC), la pro-tección de los derechos fundamentales vía un nuevo proceso de amparo no se agota en los aspectos formales, toda vez que el ‘amparo contra amparo’ comparte el mis-mo potencial reparador cuando se tra-ta de la afectación de cualquier derecho fundamental; esto es, ‘(...) comprender residualmente la protección de todos los derechos constitucionales no protegidos por los otros procesos de tutela de los de-rechos fundamentales (hábeas corpus y hábeas data)’ [F.J. 12]. De este modo un proceso judicial resulta tanto irregular si viola el debido proceso formal y la tutela judicial efectiva, como cuando penetra

de forma arbitraria o irrazonable en el ámbito constitucionalmente protegido de cualquier otro derecho fundamental.

14. Sólo así los derechos fundamentales alcanzan verdadera eficacia normativa vertical, vinculando a todos los poderes del Estado, incluidos los órganos del Poder Ju-dicial. Esto además en el entendido de que el ámbito de protección del proceso consti-tucional de amparo no se limita solamen-te a la tutela del derecho al debido proce-so, sino que se extiende de conformidad con el artículo 200.2 de la Constitución a todos aquellos derechos fundamentales que no son objeto de tutela por el proceso constitucional de hábeas corpus y hábeas data. Nada justifica por tanto, que el objeto de protección en el “amparo contra amparo” se reduzca sólo a los aspectos formales del de-bido proceso.” (énfasis nuestro)

Como podemos apreciar, el ámbito de protección de derechos del proceso de “Am-paro contra Amparo” queda equiparado con el del proceso de Amparo contra resolucio-nes judiciales. Es decir, en ambos casos se va a proteger todos los derechos fundamentales. De acuerdo a esta variación jurisprudencial se dio una nueva interpretación del inciso 6) del artículo 5º del Código Procesal Consti-tucional. Al respecto, en la resolución recaí-da en el Expediente Nº 10596-2006-AA/TC (Caso “Superintendencia Nacional de Administración Tributaria”)(10), el Tribunal Constitucional sostuvo:

“(…) el presente caso se trata de un amparo contra amparo, proceso que, en principio, resulta improcedente conforme al artículo

––––––––––(10) Sentencia emitida el 26 de abril de 2007 y publicada el 13 de agosto de 2007 en el portal electrónico del Tribunal

Constitucional.

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5.6. del Código Procesal Constitucional.

No obstante, este Colegiado ha interpreta-do dicho precepto de conformidad con la Constitución, al establecer que ello está supeditado a que en el proceso en cuestión se haya respetado de manera escrupulosa los derechos constitucionales de las partes o, incluso, llegado el caso, de los terceros con interés, puesto que si ello no ocurriera, el amparo contra amparo no sólo resultaría procedente, sino que constituiría una vía constitucionalmente habilitada para res-tablecer el ejercicio efectivo de los derechos conculcados.”(11)(F.J. 3) (énfasis nuestro)

En lo que se refiere al acto lesivo, la senten-cia que comentamos deja de lado la pauta que señalaba que debían ser “sentencias constitu-cionales definitivas, siempre que aquellas no tengan carácter favorable a la parte actora”. En efecto, en el fundamento jurídico 39 se señala lo siguiente:

“(1) Objeto.– Constituirá objeto del “amparo contra amparo”:

1. La resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo donde se haya producido la violación manifiesta del contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, o que haya sido dictada sin tomar en cuen-ta o al margen de la mejor protección de los derechos establecida en la doc-trina jurisprudencial de este Colegia-

do, desnaturalizando la decisión sobre el fondo, convirtiéndola en inconstitu-cional.

2. La resolución desestimatoria de la de-manda, emitida en segundo grado por el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya quedado firme en el ámbito del Poder Judicial y cuando en su trámite se haya violado, de modo manifiesto, el contenido constitucionalmente pro-tegido de los derechos fundamen-tales de un tercero legitimado, cuya intervención en el proceso haya sido rechazada o en el que no haya solici-tado intervenir por desconocer de di-cho trámite; o tratándose del propio interesado, cuando éste, por razones que no le sean imputables, no haya podido interponer oportunamente el respectivo recurso de agravio cons-titucional.

3. En ningún caso puede ser objeto de una demanda de ‘amparo contra am-paro’ las resoluciones del Tribunal Constitucional, en tanto instancia de fallo última y definitiva en los procesos constitucionales.” (énfasis nuestro)

Finalmente, la legitimación proce-sal activa no sólo es otorgada a la par-te demandante del primer proceso de Amparo, sino que se extiende a la parte demandada e, incluso, a los terceros que no han intervenido en el proceso. Así

––––––––––(11) En el mismo sentido, encontramos los siguientes pronunciamientos: sentencia emitida el 26 de abril de 2007 y pu-

blicada el 29 de agosto de 2007 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 9949-2006-PA/TC, Caso “Universidad Tecnológica de los Andes”, F.J. 3), sentencia emitida el 26 de abril de 2007 y publicada el 29 de agosto de 2007 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 10330-2006-AA/TC, Caso “Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social”, F.J. 3), sentencia emitida el 18 de diciembre de 2007 y publicada el 25 de agosto de 2008 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 3962-2007-PA/TC, Caso “Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga”, F.J. 3).

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pues, en el fundamento jurídico 39 de la sentencia objeto de nuestro estudio se sostiene:

“(3) Sujetos legitimados.– Las personas legitimadas para interponer una deman-da de “amparo contra amparo” son las si-guientes:

1. Frente a la resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, (…); po-drán interponer una demanda de “am-paro contra amparo” los directamente afectados, siempre que tal afectación haya sido debidamente denunciada al interior del primer proceso de amparo y no haya sido respondida por el órga-no judicial o lo haya sido de forma in-suficiente. También están legitimados los terceros afectados por lo resuelto en el primer amparo que no hayan sido emplazados o no se les haya permitido ejercer su derecho de defensa al interior del primer amparo.

2. Frente a la resolución denegatoria de segundo grado, (…), podrá interpo-ner una demanda de “amparo contra amparo” el tercero legitimado que, pese a haber solicitado su interven-ción en el primer amparo, no haya sido admitido o, teniendo la cali-dad de litisconsorte necesario, no haya sido notificado con la deman-da. Asimismo lo podrá interponer el interesado que, por razones proba-das, se hubiera encontrado imposi-bilitado de presentar el recurso de agravio constitucional oportuna-mente. (…).”

Como podemos apreciar, se establece un precedente vinculante que amplía los tres aspectos importantes a los cuales nos hemos

referido desde un comienzo: el derecho pro-tegido, el acto lesivo y la legitimación proce-sal activa. Sobre este cambio jurisprudencial, en el fundamento jurídico 9 de la sentencia que comentamos el Tribunal Constitucional señala lo siguiente:

“(…) la estimación de una pretensión en un proceso constitucional no puede llevar a suponer, sin más, que en la tramitación de este haya desaparecido por completo cualquier posibilidad de afectación a los derechos fundamentales, generándose de esta manera un ámbito exento de control por parte del Tribunal Constitucional. En otras palabras, el ‘amparo contra amparo’ no debe habilitarse en función de que el fallo en el primer amparo sea estimatorio o desestimatorio, sino en función de si puede acreditarse o no un agravio manifiesto a los derechos constitucionales a consecuencia de la actuación de los propios jueces consti-tucionales y cuya intensidad sea tal que desnaturalice la propia tutela que deba prestarse a través de su actuación.” (én-fasis nuestro)

De acuerdo a las nuevas reglas, es posi-ble interponer una demanda de Amparo contra una resolución estimatoria, es decir contra una resolución que está protegien-do uno o más derechos constitucionales, “reponiendo las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación” (artí-culo 1º del Código Procesal Constitucio-nal), en base a lo establecido en el inciso 2) del artículo 200º de la Constitución. Como hemos visto, esta posibilidad no era aceptada antes del establecimiento del presente precedente vinculante. Así pues, en la resolución recaída en el Expediente Nº 1311-2005-PA/TC (Caso “Seguro So-

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cial de Salud - ESSALUD”)(12), el Tribunal Constitucional señaló:

“(…) si se permitiera la interposición de un amparo contra lo resuelto favorablemente en otro proceso de amparo, se vería res-quebrajado el principio de cosa juzgada y neutralizado el rol protector al que por regla general aspira todo proceso constitu-cional de la libertad. Ningún proceso cuyo objetivo fuese la protección de los atributos de la persona, podría contar con la certeza de que tras cumplida su finalidad, se pudie-se evitar volver al estado inconstitucional precisamente cuestionado. (…)” (13)(F.J. 4) (énfasis nuestro)

Podemos apreciar que se argumenta en base a dos elementos importantes: el prin-cipio de cosa juzgada y el rol protector del proceso de Amparo. Respecto al primer elemento, en el fundamento jurídico 12 de la sentencia que comentamos, el Tribunal Constitucional señala:

“(…) el primer supuesto [sentencias estima-torias de segundo grado que afectan dere-chos fundamentales] en el que se plantea la necesidad de un nuevo proceso de amparo es la invocación y consiguiente acreditación de un agravio manifiesto en el ámbito del contenido constitucionalmente protegido de un derecho constitucional, producido en el trámite de un proceso de amparo. Tal afec-tación debe ser de tal intensidad que des-naturalice la propia decisión estimatoria, volviéndola inconstitucional y por tanto, carente de la condición de cosa juzgada en

la que formalmente se pueda amparar.” (énfasis nuestro)

Definitivamente, se presentan argumen-tos atendibles para justificar la inclusión de una resolución estimatoria como acto lesivo en el proceso de “Amparo contra Amparo”. No obstante, nos preocupa el rol protector del proceso de Amparo respecto de aque-lla parte que le favoreció tal resolución. En buena cuenta, nos estamos refiriendo a aquella persona que, en base a lo dispuesto en el inciso 2) artículo 200º de la Consti-tución, inicia un proceso de Amparo con la finalidad de proteger uno o más derechos constitucionales, y obtiene una resolución que declara fundada la demanda, porque el Poder Judicial considera que, efectivamente, existe una violación o una amenaza de vio-lación del o los derechos que ha invocado. Con esta resolución se concluía un camino que, definitivamente, no es sencillo recorrer, pero tal camino se puede prolongar con el establecimiento del precedente vinculante que comentamos.

En efecto, se podrá interponer una de-manda de Amparo contra esa resolución que protegió uno o más derechos constituciona-les (segundo proceso de Amparo), para lo cual tendrán legitimación procesal activa no sólo la parte a quien no le resultó favorable tal resolución, es decir la parte demandada, sino también los “terceros afectados”. De acuerdo a las resoluciones del Tribunal Constitucio-nal que hemos revisado, se ha interpuesto una serie de demandas de Amparo contra resolu-

––––––––––(12) Resolución emitida el 13 de abril de 2005 Publicada el 18 de mayo de 2005.(13) En el mismo sentido encontramos los siguientes pronunciamientos: sentencia emitida el 8 de marzo de 2005 y pu-

blicada el 25 de mayo de 2005 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 0077-2005-AA/TC, Caso “Seguro Social de Salud - ESSALUD”, F.J. 4), sentencia emitida el 8 de marzo de 2005 y publicada el 1 de setiembre de 2005 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional (Expediente Nº 0193-2005-PA/TC, Caso “Municipalidad Provincial de San Pablo”, F.J. 4).

El precedente vinculante sobre la procedencia de las demandas…

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ciones estimatorias emitidas en un anterior proceso de Amparo, de las cuales encontra-mos 2 fundadas(14), 36 improcedentes(15), y 4 infundadas(16).

Como podemos apreciar, en la mayo-ría de los casos, en el segundo proceso de Amparo se dictó una resolución favorable a quien también obtuvo una resolución fa-vorable en el primer proceso de Amparo. Es decir, en la mayoría de los casos, en el segundo proceso de Amparo se dictó una resolución favorable a la persona que en el primer proceso de Amparo había obtenido una resolución que protegía el o los dere-chos constitucionales que había invocado. Esta situación no ha pasado desapercibida para el Tribunal Constitucional, pues en la sentencia recaída en el Expediente Nº 2667-2006-PA/TC (Caso “Seguro Social de Salud - ESSALUD”)(17) sostuvo:

“(…) el Tribunal considera pertinente recordar que es obligación de los en-tes públicos dar cumplimiento prefe-rente a las sentencias constituciona-les, tal como lo exige el artículo 22 del Código Procesal Constitucional, sin que pueda permitirse la articulación de maniobras dilatorias en el trámite de su ejecución, menos aún volver a utilizar un nuevo proceso de amparo en abierto desafío a la justicia cons-titucional. El Tribunal considera que el “amparo contra amparo”, al ser un

remedio excepcional, solo ha de ad-mitirse tratándose de la protección de derechos fundamentales cuya ti-tularidad pueda atribuirse de modo indubitable a personas naturales y cuando resulte manifiesto e intolerable el proceder arbitrario de las instancias judiciales.” (énfasis nuestro)

Podemos notar que ha existido cierta in-tención de limitar el segundo proceso de Amparo a la protección de derechos consti-tucionales de personas naturales. En el mismo sentido, encontramos la resolución recaída en el Expediente Nº 1559-2006-PA/TC. (Caso “Rosa Manuela Casas Bernheim”)(18), en la que señala que “no procederá, un nuevo am-paro a favor de un ente estatal para revertir lo resuelto a favor de los derechos fundamenta-les de una persona natural”.(F.J.5)

Consideramos que el proceso de Ampa-ro resulta ser un instrumento idóneo para proteger nuestros derechos constitucionales. Sin embargo, el segundo proceso de Ampa-ro podría ser utilizado como una maniobra dilatoria, que perjudicaría a quien ya obtuvo protección de uno o más derechos constitu-cionales en el primer proceso de Amparo. De ahí que surge la imperiosa necesidad de buscar los mecanismos procesales adecuados que impidan que se concrete tal situación. En todo caso, no descartamos la posibilidad de referirnos a este interesante tema en una próxima oportunidad.

––––––––––(14) Expedientes números 0612-1998-AA/TC y 4245-2006-PA/TC.(15) Expedientes números 0200-2002-AA/TC, 0127-2002-AA/TC, 1465-2004-AA/TC, 2704-2004-AA/TC, 2707-2004-AA/

TC, 3571-2004-AA/TC y 481-2005-AA/TC Acumulados, 3757-2004-PA/TC, 3846-2004-PA/TC, 4028-2004-AA/TC, 4299-2004-AA/TC, 0077-2005-AA/TC, 0193-2005-PA/TC, 0194-2005-AA/TC, 1311-2005-PA/TC, 1636-2005-PA/TC, 2371-2005-PA/TC, 4117-2005-PA/TC, 4609-2005-PA/TC, 5391-2005-PA/TC, 5399-2005-PA/TC, 7504-2005-PA/TC, 8113-2005-PA/TC, 1559-2006-PA/TC, 1602-2006-PA/TC, 2667-2006-PA/TC, 4062-2006-PA/TC, 7232-2006-PA/TC, 8978-2006-PA/TC, 9949-2006-PA/TC, 10330-2006-AA/TC, 10596-2006-AA/TC, 2967-2007-PA/TC, 3029-2007-PA/TC, 3030-2007-PA/TC, 3962-2007-PA/TC y 4214-2007-PA/TC).

(16) Expedientes números 0061-2008-PA/TC, 3104-2006-PA/TC, 3726-2006-PA/TC y 9680-2006-PA/TC.(18) Resolución emitida el 11 de diciembre de 2006 y publicada el 29 de agosto de 2007.

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JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL - PRÁCTICA JURISPRUDENCIAL DE OBSERVANCIA OBLIGATORIA

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Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente Nº Nº 9949-2006-PA/TC. (publi-cada el 29 de agosto de 2007 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional)

“4. (…) este Colegiado ha precisado recientemente las reglas del Amparo contra Amparo al establecer como precedente vinculante que un nuevo proceso de amparo sólo se habilita por una única vez y en los siguientes supuestos: a) Cuando se afecte de modo manifiesto un derecho fundamental; b) Cuando se desconozca la doctrina jurisprudencial de este Colegiado; c) Cuando se afecten derechos de terceros que no han podido participar del proceso de amparo y, finalmente, d) Cuando el afectado no haya tenido ocasión de recurrir la decisión ante esta instancia a través del recurso de agravio por situaciones no imputables a este (STC N.° 4853-2004-AA/TC).”

Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente Nº 3726-2006-PA/TC. (publicada el 11 de febrero de 2008 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional)

“2. En la STC 4853-2004-PA/TC este Tribunal Constitucional estableció los supuestos de procedencia, sobre la forma y el fondo, del denominado “amparo contra amparo”. A saber, su procedencia frente: a) Sentencias estimatorias de segundo grado que afecten derechos fun-damentales [fundamentos 11-14]. b) Sentencias estimatorias que desconocen la doctrina cons-titucional establecida en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional; y c) decisiones denega-torias de segundo grado que afecten derechos de terceros que no han intervenido en el proceso y del recurrente que no ha tenido ocasión de interponer el respectivo recurso de agravio. (…)”

Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente Nº 3104-2006-PA/TC. (publicada el 27 de marzo de 2008 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional)

“2. En la STC 4853-2004-PA/TC este Tribunal Constitucional estableció los supuestos de procedencia, sobre la forma y el fondo, del denominado “amparo contra amparo”. A saber, su procedencia frente: a) Sentencias estimatorias de segundo grado que afecten derechos fun-damentales [fundamentos 11-14]. b) sentencias estimatorias que desconocen la doctrina cons-titucional establecida en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional; y c) decisiones denega-torias de segundo grado que afecten derechos de terceros que no han intervenido en el proceso y del recurrente que no ha tenido ocasión de interponer el respectivo recurso de agravio. (…)”

,Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente Nº 3029-2007-PA/TC. (publicada el 5 de junio de 2008 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional)

“3. Que conforme a lo señalado en la sentencia N.º 4853-2004-AA/TC y bajo el marco de lo establecido por el Código Procesal Constitucional, este supremo Colegiado ha estableci-do una serie de reglas constitutivas de precedente vinculante así como criterios doctrinales de observancia obligatoria en materia de amparo contra amparo. Conforme se desprende de ellas,

CONCORDANCIAS JURISPRUDENCIALES

El precedente vinculante sobre la procedencia de las demandas…

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la procedencia de dicho régimen especial se encuentra sujeta a las siguientes líneas de razona-miento: a) su procedencia se condiciona a los casos en que la vulneración constitucional resulte evidente o manifiesta; b) su habilitación sólo opera por una sola y única oportunidad; c) resulta pertinente tanto contra resoluciones judiciales estimatorias como contra las desestimatorias; d) su habilitación se condiciona a la vulneración de uno o más derechos constitucionales indepen-dientemente de la naturaleza de los mismos; e) procede en defensa de la doctrina vinculante establecida por el Tribunal Constitucional; f ) se habilita en defensa de los terceros que no han participado en el proceso constitucional cuestionado y cuyos derechos han sido vulnerados, así como respecto del recurrente que por razones extraordinarias no pudo acceder al agravio constitucional; g) no es pertinente como mecanismo de defensa de los precedentes vinculantes establecidos por el Tribunal Constitucional; y h) no procede en contra de las decisiones ema-nadas del Tribunal Constitucional.”

Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente Nº 2967-2007-PA/TC. (publicada el 25 de agosto de 2008 en el portal electrónico del Tribunal Constitucional)

“3. Que habiéndose cuestionado con la demanda una sentencia de este Tribunal dictada en un proceso de amparo, debe recordarse que en la STC 04853-2004-PA/TC estableció las reglas en las que es procedente el denominado “amparo contra amparo”. En dicha sentencia este Colegiado sostuvo que no cabe cuestionar mediante un amparo lo resuelto por este Tribunal en un proceso semejante, siendo de aplicación el inciso 6) del artículo 5 del Código Procesal Constitucional, por lo que la demanda debe desestimarse.”