Jesús, el Dios Persistente

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“Venid entonces, y razonemos dice el Señor. Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Isaías 1:18 JESÚS, EL DIOS PERSISTENTE

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“Venid entonces, y razonemos dice el Señor. Aunque vuestros pecados sean como la

grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán

a ser como blanca lana”.Isaías 1:18

JESÚS, EL DIOSPERSISTENTE

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Causas de su caída:Pedro no había querido que fuese conocido su verdadero carácter, asumió un aire de indiferencia ante su maestro, se colocó conscientemente en el terreno del enemigo y siendo objeto de la tentación no se permitió ser ayudado.DTG pág. 743

Lucas 22:31-34

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Una vez preso de la traición, una oleada de recuerdos le abrumó. La tierna misericordia del salvador, su bondad y clemencia, su amabilidad y paciencia para con sus discípulos tan llenos de yerros. Lo recordó todo. También recordó la advertencia: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo, pero se aferró a estas palabras: “Más yo he rogado por ti para que tu fe no falte” Una vez más miró a su maestro y confesó su ingratitud, su falsedad, su perjurio.DTG pág. 744-745

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1ª. Pedro 5:7-- Salmos 103:3--Isaías 55:3Juan 6:37--Juan 10:10

“Cristo puede salvar únicamente al que reconoce que es pecador” PVGM pág. 122“Si os entregáis a él y lo aceptáis como vuestro Salvador, por pecaminosa que haya sido vuestra vida seréis contado entre los justos por consideración a él. El carácter de Cristo toma el lugar del vuestro y vosotros sois aceptados por Dios como si no hubierais pecado” CC pág. 62

LA INSISTENCIA DE DIOS

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“Quizá Satanás susurre: Eres demasiado pecador para que Cristo te salve. Al par de reconocer que sois ciertamente pecadores e indignos, podéis hacer frente al tentador exclamando: Por la virtud de la expiación reclamo a Cristo como mi Salvador. No confío en mis propios méritos, sino en la preciosa sangre de Jesús que me limpia”

HH pág. 226

UNA BUENA NOTICIA