J.H. Newman
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Exposición Sobre John Henry Newman
Para la Clase Fe y Razón
Fundación Universitaria Cervantina San Agustín
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JHON HENRY NEWMAN
I. Biografía1
1. Los primeros años (1801-1833).
John Henry Newman nació el 21 de febrero de 1801 en Londres, como primero
de seis hermanos. Gracias a la situación acomodada de su familia, John Henri
recibió una educación cultivada. Hacia los 15 años, llega un momento decisivo,
que él califica de «su primera conversión»2. Comprende lo que es un dogma, y
eso le marcará para siempre.En efecto, lee a Thomas Scott (1747-1821)3, quien le
despierta a una defensa valiente de la verdad de la fe, de los dogmas de la
Trinidad y la Encarnación, y de la inhabitación del Espíritu Santo en el alma.En
esta época, Newman comprende que el celibato es un sacrificio que exige su
vocación. Quedó prendado por el ideal de santidad y de entrega a Dios, y decidió
ser célibe para siempre.
2. Los años en Oxford
En octubre de 1817 Newman llega al «Trinity College» de Oxford. Todos los
estudiantes deben firmar «los 39 artículos teológicos anglicanos». Aquí se
formaban la mayor parte de los clérigos de la Iglesia anglicana. Aquí hizo las
primeras amistades, que serán de la mayor importancia para su vida posterior. Por
ejemplo, con John William Bowden (1798-1844). En 1822 llegó a ser Fellow
(Asesor) en el OrielCollege. En 1824 recibió la ordenación diaconal y comenzó su
labor pastoral en la parroquia de San Clemente. En este lugar comenzó a
desarrollar su visión siempre concreta, práctica y pastoral de la realidad4. Aquí
también comenzaron sus numerosos y fascinantes sermones.
1 Información mayoritariamente extraída del artículo, Jhon Henry Newman, pensamiento y corazón, en búsqueda de la verdad, versión PDF, del profesor FERNANDO RODRÍGUEZ GARRAPUCHO, S. C. J., de la universidad de Salamanca, pg. 375-408. 2 A mis quince años (en el otoño de 1816) un gran cambio hubo lugar en mi pensamiento. Caí bajo la influencia de un credo definido y recibí en mi inteligencia impresiones de lo que es un dogma que, por la misericordia de Dios, nunca se han borrado ni oscurecido" (Apologia pro vita sua, 5). 3Scott era calvinista moderado, y enseñaba la doctrina de la felicidad eterna y la del castigo eterno, así como la predestinación, pero no
aceptaba la predestinación a la muerte eterna, cosa que Newman llamaba también «detestable doctrina». 4Dessain, autor del libro “vida y pensamiento del cardenal Newman” afirma: “Todas las empresas de su vida tendrían desde entonces un objetivo pastoral”.
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En 1825 lee al obispo Butler, de él aprende también que la Iglesia es una
realidad visible, externa,independiente del orden político así como el carácter
histórico de la revelación.Este mismo año recibió la ordenación sacerdotal y en
1826 llegó a ser Tutor (Guía y asesor de un grupo de estudiantes) en el
OrielCollege. Es en la segunda mitad de los años veinte cuando Newman va a
conocer los amigos que más van a influir en su teología y en su paso a la Iglesia
católica: Richard HurrellFroude, seguidor ardoroso de la «Iglesia alta»5anglicana y
«miembro» del Oriel, JhonKeble y E. B. Pusey, también miembro del Oriel.A través
de HurrelFroudeNewman conoció la concepción de la presencia real de Cristo en
los sacramentos y de la sucesión apostólica. Además Froude tenía una visión más
moderada de Roma, centro de la Iglesia católica. Por este tiempo comenzó
Newman la lectura e investigación de los padres de la Iglesia, cosa que introdujo
un cambio radical en su vida, convenciéndose cada vez más de que la Iglesia
primitiva era el verdadero punto de referencia de la doctrina revelada del
cristianismo.Gracias a ellos, Newman entró de lleno en la doctrina anglicana de la
«Iglesia Alta» del siglo XVII.
3. Líder del Movimiento de Oxford (1833-1841).
El 14 de julio de 1833, John Keble (1792-1866) predicó en la Iglesia
universitaria de santa María un sermón sobre la apostasía nacional, que atacaba
el plan del Parlamento para desmantelar, es decir, abolir el estatus oficial de la
Iglesia de Inglaterra de Irlanda en este país primordialmente católico romano. Los
liberales arguyeron que dado que la mayor parte de los irlandeses eran católicos
romanos, sus impuestos no deberían sostener a la Iglesia anglicana. Como
contraste, Keble, Pusey, y otros tractarianos sostenían que puesto que la religión
cristiana era superior al gobierno, los poderes seculares no tenían ningún derecho
a interferir en los asuntos espirituales, independientemente de la causa. Esto fue
5 Se emplea a menudo para describir a aquellas parroquias o congregaciones anglicanas que emplean muchas prácticas rituales asociadas en la mente popular con la misa católica. Los defensores de la posición de la "Alta iglesia" señalan que estas prácticas tienen que ver con la santidad y el respeto a Dios, Jesús, y la propia Iglesia como el Cuerpo de Cristo. La Iglesia sería así una organización y la congregación en oración es ante todo católica en el sentido de que está unida a través de su ritual a la iglesia "universal". Usan los términos "Iglesia alta" y "anglocatólico", pero no en el sentido de propugnar una unión entre la iglesia anglicana y Roma.
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considerado por Newman como el inicio del movimiento de Oxford6. Con este
movimiento se pretendía nada menos que una segunda reforma de la Iglesia de
Inglaterra, la cual tenía que corregir aquella del siglo XVI. El pequeño grupo de
seguidores de la Iglesia Alta se movilizó rápidamente. Una serie de escritos,
Tractsforthe Times7, contribuyó a la difusión de la idea sobre independencia de la
Iglesia frente al estado. la teología era para ellos un asunto público. Al final del año
habían aparecido veinte tracts, once de los cuales escritos por Newman.
Entre los años 1834-1843 publicó en total ocho volúmenes de "Sermones
parroquiales y sencillos", una selección de sermones predicados en Santa María.
Los volúmenes contienen sermones populares, llenos de sentido práctico pero
también doctrinal, un sentido que contrarresta con fuerza el evangelismo de las
mayorías anglicanas, que es subjetivista y sentimentalista. Newman desarrolla
también en estos sermones la idea de la presencia de Dios en la vida del
cristianismo por la inhabitación de la Trinidad en el alma. El verdadero cristianismo
es presencia de personas.
Durante el tiempo del movimiento de Oxford, Newman escribió el libro
Lecturesontheprophetical Office of theChurch (sobre el ministerio profético en la
Iglesia). Según él, en la Iglesia hay, desde el principio, una tradición episcopal-
apostólica y una profética. A partir de estas reflexiones nació poco a poco la idea
de la via media: la Iglesia católica posee solamente la tradición apostólica,
mientras que los protestantes solo la profética. En los ojos de Newman la Iglesia
de Inglaterra era el camino medio y, por ello, verdaderamente católica. Sin
embargo era clarísimo, que la Iglesia inglesa era ampliamente dependiente del
estado.
En 1840 escribió el Tract 90. Éste, el último y más famoso de los Tractsforthe
Times, fue publicado el 27 de febrero de 1841. Su objetivo era demostrar que los
"Treinta y nueve artículos" anglicanos podían ser interpretados de modo que
fuesen compatibles con la doctrina católica. La reacción protestante fue muy
fuerte. En Oxford la junta de directores de colegios condenó a Newman por
6 Se trata de una respuesta al racionalismo crítico, al escepticismo, al letargo, al liberalismo, y la inmoralidad de la Inglaterra del siglo XIX. Se hacía hincapié en el retorno a las tradiciones de la iglesia exigiendo un mayor nivel de culto, de piedad y de devoción entre el clero y los feligreses. 7 Estos "folletos de actualidad" (Tractsforthe Times) eran breves artículos en defensa de la independencia de la Iglesia.
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desleal. Newman fue objeto de mucha maledicencia por parte de los liberales de
Oxford y de la tendencia evangélica en general.
Durante el verano de 1841, cuando Newman se encontraba en Littlemore
traduciendo los tratados de San Atanasio contra Arrio, la historia de los arrianos se
le apareció bajo una nueva luz: Los arrianos eran como los protestantes, los
semiarrianos seguían la Via media como los anglicanos y de nuevo Roma era
ahora lo que fue entonces. Poco después vino sobre Newman un segundo golpe.
Uno tras otro los obispos anglicanos comenzaron a acusarlo y a rechazar el Tract
90; y continuaron haciéndolo durante los siguientes tres años. En octubre de 1841
un tercer golpe sacudió la fe de Newman en la Iglesia anglicana: la creación de un
obispado anglicano en Jerusalén, con jurisdicción sobre las congregaciones
luteranas y calvinistas. En noviembre de ese año Newman redactó una protesta
solemne contra dicha medida y la envió al arzobispo de Canterbury y a su propio
obispo.
4. La conversión al catolicismo (1841-1845).
A fines de 1841 Newman decidió vivir retirado en Littlemore. En febrero de
1843 Newman se retractó formalmente de todas las cosas duras que había dicho
contra la Iglesia de Roma. En septiembre de ese año predicó su último sermón
como anglicano y presentó renuncia a su puesto eclesiástico. Sentía un intenso
dolor por la angustia que su itinerario espiritual producía en sus muchos amigos
anglicanos. La virtual condenación del tract 90 había iniciado lo que después se
transformó en una gran oleada de conversiones a la Iglesia Católica. A comienzos
de 1845 Newman comenzó a escribir su "Ensayo sobre el Desarrollo de la
Doctrina". Si al final de su labor sus convicciones favorables a la Iglesia de Roma
permanecían, debería actuar conforme a ellas. Trabajó firmemente hasta octubre.
Según fue avanzando, sus dificultades se aclaraban. Antes de terminar el libro
quedó convencido de que la Iglesia romana era idéntica a la Iglesia de la
antigüedad. Por consiguiente resolvió entrar en la Iglesia Católica y el libro quedó
inconcluso.
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5. En la Iglesia católica (1845-1890).
Newman fue recibido en la Iglesia católica por el Padre Domingo Barberi,
pasionista italiano, en Littlemore, el 9 de octubre de 1845. Su decisión había sido
tan consciente y liberadora como incierto su futuro: no sabía a donde ir. Después
de algún tiempo, resolvió viajar a Roma, para experimentar la Iglesia romana de
cerca y encontrar su lagar en la Iglesia católica.Decidió ordenarse como sacerdote
católico y entrar en el oratorio de san Felipe Neri.
El Oratorio fue el marco en que se desarrolló el resto de la larga vida de
Newman. Como ha sucedido muy a menudo con los fundadores, por él le vinieron
algunas de sus pruebas más duras. Aunque esperaba fundar muchos oratorios,
Newman sólo consiguió fundar dos: El primero en Birmingham (en 1848) y el
segundo en Londres (en 1849). En octubre de 1850 la instauración de una
jerarquía territorial católica en Inglaterra hizo estallar una furiosa agitación
protestante contra esa supuesta "agresión papal". Newman impulsó un plan para
que se dieran conferencias a cargo de laicos en las ciudades grandes, en defensa
de esa medida eclesiástica. El propio Newman colaboró en Birmingham,
escribiendo una de sus mejores obras, las "Conferencias sobre la situación actual
de los católicos en Inglaterra". Como consecuencia de esas conferencias,
Newman fue demandado por difamación por el ex dominico GiacintoAchilli, quien
había cometido delitos de seducción de mujeres y cautivaba a sus auditorios
ingleses con relatos de las corrupciones de Roma y las crueldades de la
Inquisición. Los jueces y el jurado se dejaron llevar por sus prejuicios protestantes,
por lo cual Newman fue declarado culpable de difamación y multado con cien
libras. A los ojos del pueblo inglés su prestigio quedó bastante rebajado.
Durante este tiempo, los obispos irlandeses pidieron a Newman que fundara
una universidad católica en Dublín. En 1852 Newman pronunció diez discursos en
Dublín sobre la naturaleza y objetivo de la educación universitaria, los cuales
fueron publicados como primera parte de su obra "Idea de una universidad".
Newman sostenía que apartar la teología de las universidades era menoscabar la
plenitud e invalidar el crédito de todo aquello que se enseñaba en ellas. Sin
embargo la nueva universidad debía tener autonomía. Su objetivo (la educación
![Page 7: J.H. Newman](https://reader038.fdocuments.es/reader038/viewer/2022100604/5598ca6c1a28ab36568b47e9/html5/thumbnails/7.jpg)
liberal) no quedaba modificado por ser católica. Newman inauguró la universidad
el 3 de noviembre de 1854, con un equipo de profesores de primera categoría y un
puñado de estudiantes. La desconfianza que el arzobispo de Dublín (Cullen)
sentía hacia Newman obstaculizó mucho la labor de este último, quien finalmente
renunció al rectorado en noviembre de 1858.
En mayo de 1859 Newman fundó la escuela del Oratorio. Su ejemplo y
competencia elevó el nivel de las demás escuelas católicas del país. A petición de
los obispos ingleses, Newman trabajó mucho para preparar una nueva traducción
de la Biblia, pero los obispos abandonaron el proyecto más tarde. También en
1859 Newman, a pedido de su obispo de Birmingham (Ullathorne) y del Cardenal
Wiseman, aceptó asumir la dirección del Rambler, revista literaria que defendía la
causa católica. Un mes después de la aparición del primer número, el obispo
Ullathornele pidió la renuncia por sus expresiones sobre la consulta a los fieles
laicos en materia doctrinal. Newman fue acusado de herejía en Roma. Una carta
de Propaganda Fide a Newman no fue entregada a éste. En Roma se pensó que
Newman no quería responderla, lo que creó una mala impresión de él. Newman
también sufrió por sus opiniones sobre el poder temporal del Papa: consideraba su
poder temporal como algo completamente aparte de su poder espiritual.
Antes del Concilio Vaticano I se sugirió desde Roma que Newman podía ser
consultor de una de las comisiones preparatorias, pero Newman declinó el
ofrecimiento. No obstante, la forma final de su definición dogmática de la
infalibilidad papal fue moderada y fue aceptada por casi todos los católicos. En
1874 el primer ministro Gladstone sostuvo que, después de la definición de 1870,
los católicos ya no podían ser ciudadanos leales. Newman respondió con su
"Carta dirigida al duque de Norfolk con motivo de la reciente reconvención del
señor Gladstone", analizando en forma brillante la autoridad de la conciencia y los
límites de la soberanía y la obediencia.
A principios de 1870 Newman publicó su obra filosófica principal, el "Ensayo
para contribuir a una gramática del asentimiento", en el que había trabajado
durante veinte años. El objetivo del libro es doble: en la primera parte demuestra
que se puede creer lo que no se puede comprender. En la segunda parte
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demuestra que se puede creer lo que no se puede probar estrictamente. Newman
muestra cómo, a partir de nuestro sentido de la obligación moral, podemos llegar a
prestar un asentimiento firme a la realidad de Dios como presencia viviente y
personal, no como una simple noción intelectual.
De 1868 a 1877 Newman reeditó casi todos sus escritos anglicanos, con
algunas notas de corrección. En mayo de 1875 murió Ambrose Saint John, el fiel
amigo de Newman y el único que le quedaba en el Oratorio de los que habían
estado con él desde los tiempos de Littlemore. La pena de Newman fue muy
intensa. Hasta el final de su vida Newman estuvo rodeado por amigos íntimos,
entre los cuales había muchos seglares (incluso familias enteras). Newman
consideraba su inmensa correspondencia como una de sus principales tareas
pastorales. Se conservan unas veinte mil cartas de las muchas que escribió.
Cuando la vida de Newman parecía casi terminada, le llegó el reconocimiento
oficial. En diciembre de 1877 el Trinity College de Oxford lo nombró su primer
miembro honorario. Volvió al colegio en febrero de 1878, su primera visita a
Oxford desde 1846. En el mismo mes murió el Papa Pío IX y fue elegido Papa
León XIII. Un año después Newman fue nombrado cardenal, pese a la oposición
de quienes lo consideraban demasiado liberal. Este nombramiento fue una
reivindicación providencial de su persona. Por un privilegio extraordinario se
permitió al Cardenal Newman permanecer en su Oratorio de Birmingham. Los
últimos once años de vida de Newman transcurrieron relativamente en paz, con su
comunidad en auge, su escuela, sus numerosas visitas y su correspondencia.
Murió el 11 de agosto de 1890. Newman pidió que en su lápida esculpieran las
siguientes palabras: Ex umbris et imaginibus in veritatem ("De las sombras e
imágenes hasta la verdad"). En su nota necrológica, un amigo anglicano, el deán
Church, lo retrató como casi el nuevo fundador de la Iglesia anglicana. Desde la
muerte de Newman, su influencia en la Iglesia Católica creció mucho y llegó a ser
uno de los inspiradores del Concilio Vaticano II.
![Page 9: J.H. Newman](https://reader038.fdocuments.es/reader038/viewer/2022100604/5598ca6c1a28ab36568b47e9/html5/thumbnails/9.jpg)
II. relación entre fe y la razón en Jhon Henry Newman8
Dando una mirada a su ambiente vital, el autor desenvuelve su pensamiento,
es la Inglaterra del siglo XIX, marcada por dos polos en ruptura que son la fe y la
razón. Por un lado, las ideas liberales que exaltan la libertad individual y la dejan
como única vía de conocimiento, son el alimento de la escuela evidencialista , que
no sólo permea la vida de la Iglesia Anglicana, sino que a su vez encontramos un
cierto paralelismo en la Iglesia Católica. Consciente o inconscientemente, la razón
(científico-técnica), que estaba consiguiendo logros incontestables en el terreno
de las ciencias naturales, pasa a ser erigida como paradigma de toda forma de
conocimiento, poniendo en cuestión aquello que no se ajuste a sus formas y
modelos. Newman considera que dados estos parámetros, se hace imposible una
verdadera religión y una verdadera fe, de ahí deriva su riesgo y preocupación, y la
pasión con que combatió estas corrientes de pensamiento.
Esto explica la actualidad de la obra realizada por John Henry Newman. En
efecto, sigue siendo una respuesta actual para un mundo donde, todo lo que
implique confianza en algo, o desde la experiencia del cristianismo, confianza en
otro, es digno de entrar bajo la mirada de la sospecha. No obstante, Newman no
es un hombre que se interese por restar importancia a la argumentación a través
de la razón, esto sería dar parte al oscurantismo del cual tanto se acusa a los
hombres de fe; pero si abre la puerta a la posibilidad de dar la misma importancia
de conocimiento a la reflexión del creyente, ya que para Newman la fe proviene de
algo grande, algo que se encuentra más allá y por ende que porta con sí algo de
más. Si bien, para él la fe no es fundamentada en pruebas, y no puede serlo ya
que caeríamos en el juego de la demostración extrínseca simplemente; dicha fe no
disminuye su capacidad de conocer, ya que se fundamenta en principios internos,
probabilidades que son antecedentes al hombre mismo y que por ende aporta al
hombre los prejuicios que se convierten en impulsos para su actuar cotidiano. Aquí
se encuentra la clave para entender a Newman. En un mundo que se ha olvidado
de la dimensión interior del hombre mismo y cada vez refiere el conocimiento sólo
a las pruebas externas como garantía de verdad, John Henry Newman propone
8 Información extraída de la conferencia “NEWMAN: ENTRE LA RAZÓN Y LO SOBRE NATURAL” organizada por la Vicerrectoria Pastoral de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Noviembre 18 de 2010.
![Page 10: J.H. Newman](https://reader038.fdocuments.es/reader038/viewer/2022100604/5598ca6c1a28ab36568b47e9/html5/thumbnails/10.jpg)
volver a mirar al sujeto, en su capacidad cognitiva, en su expresión de fe, en su
experiencia psicológica, como lugar privilegiado de alcanzar el conocimiento de lo
real, no solo por sus propios méritos, sino apoyado en la Revelación que le sale al
encuentro como ayuda para comprender más y mejor el mundo que lo rodea.
La sabiduría que encontramos en la fe revelada es algo mayor, que viene de
algo mucho más grande de la simple demostración extrínseca de la verdad; es
acogida con espíritu humilde, de escucha, de reflexión, de atención a los motivos
internos, es decir, si aquél que se acerca a la verdad no se deja tocar en lo
profundo de su ser por el asombro frente a lo que se abre ante sus ojos, sino al
contrario, la soberbia lo enceguece pensando que sólo hacer caso a la disposición
interior del ser que impulsa hacia lo sublime o a la voz que habla en lo profundo de
su corazón, es anticientífico y no digno de credibilidad; es apostar por un
conocimiento parcial de la realidad que no llenará satisfactoriamente la sed
humana de verdad.
De una manera sencilla, es posible decir que Newman es un hombre que habla
al corazón de los demás, tal y como lo presenta en el lema de su escudo
cardenalicio: Cor ad CorLoquitur (El corazón que habla al corazón), tomado del
ilustre San Francisco de Sales. Acercarse a la experiencia de la fe del cardenal
inglés, es acercarse al diálogo del corazón, hacer todo un movimiento de
introspección, que en palabras suyas, tomadas de su obra Loss and Gain (Perder
y Ganar), reflejan su manera de pensar, «el corazón es un secreto que cada uno
tiene con el Creador; nadie más puede alcanzarlo o tocarlo». De esta forma es
dejarse tocar en las fibras más profundas del ser, dejarse interrogar e incomodar,
como único método profundo para llegar al conocimiento de la humanidad y del
mundo en el que se desenvuelve la vida. Es el camino del conocimiento de lo que
llamamos realidad.
![Page 11: J.H. Newman](https://reader038.fdocuments.es/reader038/viewer/2022100604/5598ca6c1a28ab36568b47e9/html5/thumbnails/11.jpg)
III. Obras y relación con la temática fe y razón
Clasificación de las obras de
Newman
Delimitación de este trabajo en los
siguientes escritos:
1) Ensayos teológicos y educativos
2) Escritos autobiográficos
3) Obra homilética
4) Biografías
a) La Apologia pro vita sua(1864);
b) la Fe y la Razón, Sermones
Universitarios (1826-1843); y
c) la Gramática del asentimiento.
1) La fe y la razón, Sermones9 universitarios:
Los Sermones universitarios llevan en su conjunto la huella inconfundible de la
personalidad religiosa de Newman. El lector es introducido en el núcleo del
cristianismo, que viene aquí determinado por la conciencia del mundo invisible y la
veneración del misterio trascendente. El horizonte del misterio cristiano, que no es
creación de la subjetividad creyente, confiere fundamento, sentido y dirección a la
religiosidad individual, que permanece receptiva y libre en su propio ámbito de
experiencia. El creyente es un ser abierto a lo absoluto. Su vida espiritual, al igual
que su conciencia, no posee luz propia. La recibe de lo alto. En estos sermones
late la convicción, que se hace explícita en el titulado "El testimonio personal,
medio de propagar la Verdad", de que la verdad y el bien no han prevalecido en el
mundo a la manera de un sistema pensado al detalle y mantenido por la inercia de
una vez para siempre. Tampoco se han impuesto principalmente por medio de
textos escritos, discusiones y argumentos intelectuales. La Verdad se abre paso
entre los seres humanos a través de la influencia moral de otros hombres, que no
han sido únicamente sus anunciadores, sino sobre todo sus vivos y tangibles
ejemplos.
Desde marzo de 1831 a diciembre de 1832 Newman predicó siete sermones
universitarios, que, unidos a otros dos de 1826 y 1830, forman el ciclo primero de
9 Los sermones universitarios de Oxford eran pronunciados en ocasiones solemnes y oficiales de la Universidad. Corrían a cargo de profesores designados al efecto, y tenían un carácter académico y marcadamente intelectual, que los distinguía de otras piezas homiléticas directamente pastorales.
![Page 12: J.H. Newman](https://reader038.fdocuments.es/reader038/viewer/2022100604/5598ca6c1a28ab36568b47e9/html5/thumbnails/12.jpg)
esta serie. Son un esbozo de doctrina sobre el conocimiento religioso, y anuncian
una temática que caracterizará la tarea expositiva y apologética de su autor acerca
de la enseñanza revelada y los fundamentos de la existencia creyente. El segundo
ciclo de sermones -Epifanía de 1839 a febrero de 1843- se ocupará básicamente
del mismo asunto, pero en este grupo de textos resaltan dos grandes temas
teológicos: la conexión profunda entre conocimiento y amor en la vida del
creyente, y la peculiaridad de la doctrina cristiana que permite a ésta desarrollarse
sin alterar o cambiar su carácter perenne.
El incuestionable papel de la razón en la vida creyente tal como Newman lo
establece pues no se debe olvidar que este autor concede primacía a la
conciencia y a la recta intención de la persona, a la hora de encontrar la verdad
religiosa. Newman afirma que el repudio del Cristianismo nace de una falta del
corazón, más que del intelecto. En el fondo de la incredulidad hay un desagrado
respecto a las palabras y verdades de la Sagrada Escritura, puesto que una
persona que ama el pecado no quiere que el Evangelio sea verdadero. Es decir,
que una cosa es el saber y otra muy distinta la virtud, y la ignorancia no es la
causa última por la que los hombres10 no se acercan más a Cristo y a la fe.
2) La gramática del asentimiento religioso11
Se trata de una de sus obras más renombradas y más trabajadas por el autor,
donde hace una completa reflexión, ya sea desde el punto de vista teológico o
filosófico, en el tema del diálogo fe y razón. Dedica gran parte de su trabajo al
tema del asentimiento, el asentimiento nocional y el asentimiento real.Es en esta
experiencia del asentimiento nocional, donde nos encontramos con una idea de
Dios que se queda descansando simplemente en una argumentación abstracta,
que en cierta medida, no tiene ninguna repercusión en la vida del hombre; este
proceso argumentativo se detiene en el análisis de ideas sistemáticas, que en su
orden hacen parte de la ciencia teológica, pero que a su vez, deben ser
10Entiéndase como la aceptación de una proposición en tanto que verdadera 11
Newman ha escrito la Gramática con el interés de mostrar que también la fe del simple creyente, que no está en capacidad de dar
racionalmente una explicación de su fe, pero que es gramaticalmente correcta, en cuanto el recorrido que lleva a la fe como asentimiento real es común, tanto en el teólogo como en la persona común, responde a las reglas naturales e implícitas del razonar concreto. Es preciso recordar que el asentimiento en Newman es siempre un acto intelectual que, en cuanto tal, preserva la fe de ser un simple sentimiento, como era por el contrario en el pietismo evangélico, y la libera de los peligros del fanatismo y de la superstición.
![Page 13: J.H. Newman](https://reader038.fdocuments.es/reader038/viewer/2022100604/5598ca6c1a28ab36568b47e9/html5/thumbnails/13.jpg)
impulsadas a un asentimiento real, para convertirse en el Acto de fe, es decir en la
toma de decisión en el encuentro con el Dios personal. Al hablar de asentimiento
nocional, como de un estadio primero, debemos dar el siguiente paso en el
proceso de la fe, de esta forma llegamos a lo que constituye el asentimiento real,
que en nuestro autor, posee gran importancia. Según Newman, el asentimiento
real hace referencia:
En sí mismo a un acto intelectual, el objeto del cual es presentado de la
imaginación; y así que el puro intelecto no conduce a la acción ni a la imaginación,
sin embargo la imaginación tiene medios, que el puro intelecto no tiene, para
estimular aquella facultad de la mente de la que proceden las acciones. El
Asentimiento Real, entonces, o Creencia, como se puede llamar, considerado en
sí mismo, o sea simplemente como Asentimiento, no conduce a la acción; pero las
imágenes en las que vive, que representan la cosa concreta, tienen el poder
concreto sobre las afecciones y las pasiones, y por su medio llegan a ser
indirectamente operativas .
Este asentimiento posee la cualidad de hacer presente el nivel de la
imaginación, dándole un carácter intelectual, que si bien no constituyen pruebas
que intentan demostrar algo, si vienen asociadas a la existencia de las creencias
que se presentan en la vida del hombre y allí mismo, impulsan a la acción; de esta
forma tendríamos que hablar de las motivaciones, de los preámbulos que mueven
todo el hombre y le hacen representar la realidad. En este sentido, podemos decir,
que Newman toma en cuenta esta clase de asentimiento, ya que para él, el campo
de la fe no debe quedarse cerrado en la argumentación teórica, sino que debe
impulsar a algo demás, es decir, al actuar. Así pues, el conocimiento de Dios que
proviene de la revelación no es, por tanto, un conocimiento especulativo, sino más
bien una realidad que provoca a una responsabilidad moral y que requiere el
compromiso de toda la vida.
De esta manera nos damos cuenta que por muy argumentativa que sea la
ciencia, e incluso, por muy firmes que parezcan sus postulados, el poder de
persuasión no reposa en sólo en ella, ya que todo lo que significa la complejidad
del ser humano no puede ser reducido a una deducción lógica, es evidente que el
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testimonio de la imaginación siempre tiene algo demás que estimula el
conocimiento a algo más. Lo que nos toca, lo que nos hace sensible, lo que nos
mueve a la vida, los que nos interroga en lo profundo de nuestro ser, sólo eso es
capaz de ser testimoniado, incluso, con la muerte. Ninguno muere por cálculos,
muere por realidades. Para Newman, la descripción del hombre como animal
racional, debe ser superada, con ánimo de caer en un reduccionismo que corte de
raíz condiciones propias de la existencia de los seres humanos.
Primero se debe tener en cuenta que es más que los animales, ya que es
capaz de dar razón, de ejecutar en su intelecto un innumerable cúmulo de cosas
que lo llevan a un proceso serio de argumentación sobre su ser; pero es mucho
más que un animal racional, porque Newman entiende que el acto de fe que se da
en los hombres, no es un simple acto instintivo, al contrario, obedece tanto a un
racionamiento como a un percibir la voz de Dios que le habla en medio de su
Revelación y de esta forma, lo hace capaz de entrar en relación, de amistad y de
compromiso, con su Señor. Pienso que en esta punto clave, encontramos la
sutileza del mensaje de J.H. Newman.
Newman ha escrito la Gramática con el interés de mostrar que también la fe
del simple creyente, no es grado de dar racionalmente una explicación, es sin
embargo gramaticalmente correcta, en cuanto el recorrido que lleva a la fe como
asentimiento real es común – en el teólogo como en la persona común –
respondiendo a las reglas naturales e implícitas del razonar concreto. Está bien,
sin embargo, recordar que el asentimiento en Newman es siempre un acto
intelectual que, en cuanto tal, preserva la fe de ser un simple sentimiento, como
era por el contrario en el pietismo evangélico, y la libera de los peligros del
fanatismo y de la superstición.
Conclusión
En primer lugar es clave decir que las relaciones entre la razón y la fe son
un asunto central de la entera obra newmaniana. Fiel a la mejor tradición cristiana,
que ha sabido manifestarse siempre acogedora hacia la razón humana, Newman
replantea y resuelve en el siglo XIX el gran tema del conocimiento religioso, y
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argumenta lúcidamente el principio de que la no-evidencia de la fe cristiana no
implica sentimentalismo y mucho menos irracionalidad. El creyente tiene siempre
razones para creer, aunque no siempre sea capaz de formularlas discursivamente;
y la fe implica verdadero conocimiento, lo cual permite en todo momento
considerarla razonable sin detrimento de su carácter sobrenatural. La fe supone
para Newman un don divino gratuito, pero representa a la vez un aspecto de la
vida total de la inteligencia.
Así mismo, en el horizonte cultural del siglo XXI, Newman promueve el
dialogo entre fe y cultura. De su legado se deduce que es necesario volver a la
invitación que nos hace de alargar el proceso del conocimiento. Newman no
quiere entender el mundo de la cultura y de la razón, como sistema rígido y
estático; quiere comprenderlo como realidad dinámica, en la cual, al centro
siempre estará la persona humana que cree, que se interroga por el valor de las
cosas, que busca la verdad. Sólo asumiendo esta actitud, se entender que el
progreso de la humanidad, asumido desde la herencia teológica que nos deja el
cardenal John Henry Newman, es un diálogo entre fe y razón, que no quiera
convertir la una esclava de la otra, sino encontrando juntos un camino a la
sabiduría que viene de lo alto, donde se es capaz de saltar la barrera de la
especulación cerrada, para dejar escapar las motivaciones interiores que siempre
arden en deseo de vivir la aventura de lo eterno.
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Bibliografía
“JONH HENRY NEWMAN, Pensamiento y Corazón en Búsqueda de
la verdad”,Prof. Dr. FERNANDO RODRÍGUEZ GARRAPUCHO, S. C.
J.Facultad de Teología, Universidad Pontificia de Salamanca.
“El pensamiento pedagógico del cardenal Newman. Tres
planteamientos sugestivos para la educación del siglo
XXI”,TheologicaXaveriana,artículo de HERNANDO
SEBÁ,Coordinadorde la Especialización en E.R.E. y Catequesis,
Centro de Universidad Abierta de la PontificiaUniversidad Javeriana.
“John Henry Cardenal Newman, De las incertidumbres a la
verdad”,TheologicaXaveriana,artículo deALFONSO
BORRERO,Director del Simposio Permanente sobre la Universidad.
La fe en el pensamiento de Newman, Revista Newmaniana, de Pbro.
Fernando María Cavaller, director de la fundación “amigos de
Newman.
“NEWMAN: ENTRE LA RAZÓN Y LO SOBRE
NATURAL”Conferencia con motivo del encuentro de los Diálogos Fe
– Razón organizados por la Vicerrectoria Pastoral de la Universidad
Pontificia Bolivariana – Medellín, Ponente: PBRO. CARLOS
ANDRÉS RESTREPO CANO, Licenciado en Teología Fundamental
por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Medellín,
Noviembre 18 de 2010