Johann Baptist Metz. TEOLOGÍA POLÍTICA
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7/28/2019 Johann Baptist Metz. TEOLOGA POLTICA
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JOHANN BAPTIST METZ, S. I.
TEOLOGA POLTICA
Politische Theologie, en Sacramentum Mundi III, Freiburg (1969)1232-1240
DELIMITACIN DEL CONCEPTO
El concepto de "teologa poltica" se usa en la discusin actualen un contexto muydeterminado de problemtica y significacin. Este contexto ha de tenerse en cuenta,
puesto que el concepto de teologa poltica tiene de suyo muchas significaciones y se
presta a malentendidos. Adems pesa sobre l un notable lastre histrico.Terminolgicamente se deriva de la triple divisin que hace la Estoa, de teologa mtica,natural y poltica. En Roma la teologa poltica obtuvo la primaca frente a la teologa
natural, sancionando teolgicamente el primado de la poltica y legitimando lapretensin absolutista del estado establecido. El renacimiento volvi a ocuparse de la
teologa poltica romana y encontr sus defensores, por ejemplo en Machiavelo y
Hobbes.
Dimensin social y escatolgica de la fe
Este significado del concepto de teologa poltica -que llega hasta el romanticismopoltico (Baader, Schelling, Pilgram y otros) y que bajo las condiciones de la sociedadactual ha de tomar necesariamente un cariz restaurador-integrista (C. Schmitt) o
decididamente decisionista- hay que distinguirlo enrgicamente del uso que hoy hace dela teologa poltica la hermenutica fundamental de la teologa sistemtica. La teologa
poltica adquiere importancia aqu en dos sentidos:
a) Por un lado la teologa poltica aparece como un correctivo crtico frente a una cierta
tendencia privatizadora de la teologa actual (en sus formas trascendental, existencial ypersonalista). Esta comprensin de la teologa poltica se adhiere crticamente a la actual
problemtica intrateolgica y busca superar crticamente la tendencia a privatizar elncleo del mensaje cristiano y evitar la reduccin de la praxis de la fe a la amundanaldecisin del individuo, a la que ha conducido la separacin de religin y sociedad. Se
trata, pues, de una superacin; pero no en el sentido de volver a la identificaciningenua y pre-crtica de religin y sociedad, sino en el de una "segunda reflexin" sobre
una mutua relacin. Como correctivo crtico la teologa poltica est guiada por lapretensin de desprivatizar el mundo conceptual teolgico, el lenguaje de la predicacin
y la espiritualidad. Busca superar el cariz excesivamente privado que se suele dar alhablar acerca de Dios; superar la obstinada contraposicin entre existencia espiritual ylibertad crtico-social, que agranda cada vez ms el abismo que se abre entre lo que la
teologa y la predicacin ensean como decisivo y aquello de lo que el cristianoprcticamente vive.
b) Por otro lado la teologa poltica aparece aqu como un intento de formular el
mensaje escatolgico del cristianismo bajo las condiciones de nuestra sociedad teniendoen cuenta el cambio estructural de la vida pblica (intento de superar una hermenutica
puramente pasiva del cristianismo en el contexto de la sociedad contempornea). Lo
pblico no es entendido como un objeto secundario de una "labor cristiana pblica" o de
una adicional "pretensin cristiana pblica" (ms o menos coloreada de ambiciones
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polticas de poder); sino como medio esencial de bsqueda teolgica de verdad y
predicacin cristiana en general.
Carcter "fundamental" de la teologa poltica
En este sentido la teologa poltica no es en primer trmino una nueva disciplinateolgica junto a otras, con un determinado lugar regional en el quehacer teolgico. Noes simplemente "teologa aplicada" o, por as decir, una teologa referida a la vida
pblica y a la poltica. A este respecto tampoco se la puede identificar con lo que enteologa se llama "tica poltica"; ni con lo que se pretendi en las meritorias corrientesde una teologa social o de un evangelio social.
La teologa poltica reclama ser, ms bien, un momento fundamental dentro de la
elaboracin de una conciencia crtica; lo cual viene determinado por una nuevarelacin entre teora y praxis, segn la cual toda teologa ha de ser una teologa
orientada a la accin prctica. Slo quien prescinde de esta pretensin teolgicafundamental entender la teologa poltica como una teologa politizante. En realidad lateologa poltica, mediante su reflexin referida a la sociedad, quiere precisamente
evitar que pese sobre la teologa y la Iglesia la carga de cualquier ideologa poltica.
SIGNIFICADO DE LA TEOLOGA POLTICA
Esta teologa poltica lo refiere todo al mensaje escatolgico de Jess, pero a travs delnuevo punto de partida creado por la razn crtica tal como fue preparado e inaugurado
por la Ilustracin y tal como fue articulada, desde la mitad del siglo XIX, por Hegel y
Marx; lo cual, sin embargo, no fue lo suficientemente elucidado y valorado a lo largo deuna tradicin teolgica puramente idealista y despus personalista y existencialista. Lo
peculiar de este enfoque radica en la relacin fundamental entre razn y sociedad; el
carcter de referencia a la sociedad de la reflexin crtica; la urgencia de la razn crticapor reflejarse socialmente y la imposibilidad de mantener de modo "puramente terico"
la pretensin crtica de la razn. En la teologa poltica se repite, pues, a otro nivel elproblema clsico de la relacin entre fe y razn. Y en este horizonte el problemahermenutico fundamental de la teologa no se presenta en primer lugar como el de la
relacin entre la teologa sistemtica y la teologa histrica, entre dogma e historia, sinocomo el de la relacin entre la comprensin de la fe y su praxis aplicada a nivel social.
La relacin teora-praxis considerada teolgicamente
En el mismo contexto de los nuevos puntos de partida post-bultmannianos dentro de lateologa evanglica (sobre todo J. Moltmann y W. Pannenberg) la teologa polticaacenta el carcter bsico de la escatologa y coloca en el centro de la conciencia
teolgica el mensaje escatolgico del reino de Dios. El futuro de este reino es vistocomo un momento interno y permanente en las afirmaciones teolgicas sobre la
divinidad de Dios; la categora "futuro" y la categora "reino", referentes a la sociedad,son colocadas en los fundamentos de toda reflexin teolgica. Si a la divinidad de Dios
le corresponde la prometida "nueva tierra", entonces la verdad de la divinidad de Diosno puede pensarse suficientemente bajo los condicionamientos del presente, pues el
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mundo presente no ofrece una base suficiente para entender esta verdad, por lo cual slo
una "superacin" del presente y de sus condiciones de comprensin puede abrir unacceso haca la verdad venidera de la divinidad de Dios. Precisamente la teologa que
toma en serio el carcter escatolgico de su "objeto" est "necesariamente referida demodo trascendental a la articulacin de una autocomprensin orientada a la accin" (J.
Habermas).
En este sentido la teologa poltica no considera la nueva relacin teora-praxis, comouna mala popularizacin de la escatologa cristiana, ni como una degeneracin de estaescatologa hacia proyectos histricos puramente intramundanos y utopas sociales, sino
como un signo de que aqu "la conciencia de la crisis escatolgica deviene concienciahistrica de s misma" (J. Habermas). Con lo cual la teologa poltica asume la
confrontacin crtica con una tradicin filosfica que haba encontrado pocaconsideracin en la nueva teologa. Mientras que la reciente teologa sistemtica seconfront con la filosofa trascendental de Kant, con el idealismo alemn y con los
fenmenos consecuentes del personalismo y de la filosofa existencial, dej al margen la
tradicin hegeliana de izquierda con sus proyectos histrico- filosficos. La teologapoltica recoge la confrontacin con la crtica ideolgica de la religin, propia de latradicin hegeliana de izquierda que pretende comprender la religin como funcinderivada de determinadas prcticas sociales y situaciones de poder y descifrar, bajo el
lema de "falsa conciencia", al sujeto religioso como a la sociedad todava no conscientede s misma.
"Lo pblico", teolgicamente considerado
La teologa poltica plantea de nuevo la relacin que tiene el mensaje neotestamentario
de salvacin con la vida pblica, y que Jess mantiene en pie aun ante su muerte.Reclama ser la conciencia de este proceso "mortal" que acaece entre el mensaje
escatolgico del reino de Dios y la realidad socio-poltica de la vida pblica, habidacuenta del cambio histrico de estructura, opinin pblica, etc. Sin querer negar una
legtima individualizacin de la relacin para con Dios, la teologa poltica acenta quelas promesas centrales del mensaje del NT sobre el reino de Dios -libertad, paz, justicia,reconciliacin- no se pueden privatizar radicalmente y que, por tanto, no pueden
interiorizarse y espiritualizarse totalmente como meras correlaciones a las aspiracionesindividuales de libertad, paz, sino que colocan al individuo en una libertad crtica frente
al mundo social que le envuelve. El acceso al carcter "pblico" de estas promesas, talcomo lo hemos esbozado, est bloqueado en un doble aspecto.
En primer lugar, por la forma de la teologa poltica que se desarroll en la primeratradicin cristiana, bajo el influjo de la metafsica poltico-estatal de Roma (tomando el
nombre de "cristologa poltica" o "monotesmo poltico") en la que de una manerapeligrosa se politiz directamente el mensaje escatolgico del reino de Dios,
convirtindose as, en la era constantiniana, en sucesora directa de las ideologasestatales religiosas de la antigua Roma. Esta forma de politizacin del mensaje cristianose ha mostrado negativa hasta el presente, y adems entorpece el acceso a una
comprensin profunda de la relacin que guarda el mensaje neotestamentario con lavida pblica. Esta tradicin tuvo serias consecuencias al provocar un movimiento crtico
-sobre todo a partir de Agustn- que interioriz, espiritualiz e individualizunilateralmente el contenido de estas promesas escatolgicas.
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Por otra parte, la comprensin de este carcter pblico del mensaje escatolgico es
oscurecido por el hecho de que normalmente se pasa por alto el momento crtico-negativo (liberador a su vez de esa negatividad) de la pretensin pblica del mensaje y,
por eso, al recalcar este elemento pblico se teme que un neointegralismo cristiano oeclesistico se filtre restauradoramente en una sociedad secularizada y religiosamente
emancipada. En realidad la teologa poltica busca tomar radicalmente en serio estemundo "secularizado", como punto de partida de la teologa y la predicacin, haciendovaler en esta sociedad sus categoras, "per definitionem" universales, tan slo de un
modo crtico-negativo: el cristianismo, como magnitud social particular, slo puedeformular la absolutez y universalidad de su mensaje, libre de toda ideologa, si es que laformula como negacin crtica -en y de determinadas situaciones.
Con esto se pone de manifiesto que, al dar relieve a la estructura pblica del mensajecristiano, la teologa poltica no incide en una falsa mediacin respecto a lo pblico dela realidad socio-poltica. Por una parte el cristianismo y su mensaje no pueden ser
simplemente identificados con una determinada institucin poltica en sentido estricto:
ningn partido poltico puede proponerse slo tal crtica y ningn partido poltico puedehacer contenido de su accin poltica (si no quiere obrar al final romntica ototalitariamente) aquello que constituye el horizonte de la pretensin crtica delcristianismo, a saber: la totalidad de la historia bajo la reserva escatolgica de Dios. Esta
pretensin expresa justamente de un modo crtico-negativo que no hay ningn presuntosujeto intramundano de la historia que pueda hacer de la totalidad de la historia un
contenido de su accin poltica. Igualmente no se debe minusvalorar la "conciencianegativa", la actitud crtico-social en la que se mediatiza la pretensin pblica delevangelio. La impugnacin crtica de las relaciones socio-polticas que yace en l, es
una "negacin determinada", que surge crticamente en relaciones bien determinadas y,bajo determinados presupuestos, puede tomar como postura crtico-social la figura de la
protesta revolucionaria. Esta "mediacin negativa" del evangelio no es, en un sentidovaco e indeterminado, algo "puramente negativo", pues encierra una gran fuerza
positiva: a travs de esta negacin crtica, y slo en ella, aparecen nuevas posibilidades.
Se articula en ella la figura formal de la esperanza cristiana cuyo cumplimiento(prometido en la resurreccin de Jesucristo) slo puede ser alcanzado mediante lanegacin "mortal" del mundo vigente, tal como se expres en el mensaje de la cruz de
Jess.
Por otra parte hay que tener en cuenta que los problemas polticos de dominio nuncapueden reducirse adecuadamente, de modo unidimensional, a problemas de
planificacin puramente tecnolgico-racionales, y que por tanto, la decisin polticamisma -a travs de su legtima racionalizacin tecnolgica- permanece orientada hacia
fines discutibles. Es decir: que el proceso de racionalizacin de la misma accin polticapermanece determinado por un horizonte utpico de intereses que, si bien es negado porun ciego pragmatismo, no por eso puede ser eliminado y debe ser respondido
dialcticamente. Si este es el lugar terico de decisin para la palabra crtico-social delcristianismo, entonces esta palabra no puede hacerse sospechosa de una mala mediacin
frente a la realidad pblica de la vida socio-poltica.
La teologa poltica as descrita podra llamarse tambin, en consideracin a su manerade proceder y a su contexto histrico, "teologa dialctica": no en el sentido de la
teologa dialctica del joven Karl Barth, en la que dialctica significa la paradojainmediatizable -y precisamente por eso tambin actuante a-histricamente- de la
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relacin hombre-Dios, sino en el sentido de una mediatizacin histrica del mensaje
bblico en la que dicha relacin testimonie su trascendencia "sobrepasando" enliberadora crtica las relaciones establecidas.
Para una hermenutica de la Iglesia
La teologa poltica puede y debe integrar tambin las verdades centrales de la teologateniendo en cuenta la relacin que existe entre la fe y la razn referida a la sociedad, tal
como se halla articulada en ella. A su luz la fe cristiana aparece como la forma de lalibertad crtico-social y la Iglesia como lugar de esta libertad, a la cual el cristiano sesabe llamado cuando tiene presente el mensaje escatolgico. Vemoslo:
1) La fe, la esperanza y el amor, como formas de la libertad crtico-social: la fe
dogmtica como adhesin a frmulas doctrinales en las que se rememora y hacepresente un pasado peligroso, en las que por tanto se trae a la memoria la proclamacin
de las promesas hechas y de las esperanzas experimentadas, para as romper y atravesarcrticamente el hechizo de la conciencia dominante; la esperanza como proteccincrtico liberadora del individuo en la negacin concreta de cualquier totalitarismo
histrico-social, ya que en la anticipacin de la esperanza es afirmada la totalidad de lahistoria sometida a la reserva escatolgica de Dios; el amores visto como la decisin
incondicionada y desinteresada por la libertad y justicia para los otros -lugar teolgicoinmediato para la discusin del problema de la revolucin.
2) La Iglesia como lugar e institucin de la libertad -crtico-social: he ah un intento de
definir la Iglesia, pero sin que pretenda ser ninguna determinacin dogmtica adecuadade su esencia. Esta determinacin de la Iglesia en categoras crtico-sociales contiene
una nueva hermenutica de la Iglesia en la sociedad: institucin eclesistica no como
represin sino como posibilitacin de la libertad crtica, figura formal de la Iglesia quesirve; opinin pblica crtica en la Iglesia; derecho y libertad en la Iglesia no slo como
problemas constitucionales sino como elementos en el proceso de conocimiento de una
teologa eclesial, etc.
Tradujo y condens: JAVIER MEDINA-DVILA