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    Revista de De echo de laUniversidad Catlica de Valparaso

    XXI (Valparaso, Chile, 2000)

    EL DERECHO A VIVIR EN UNMEDIO AMBIENTE LIBRE DE CONTAMINACIN

    JORGEBERMDEZSOTOUniversidad Catlica de Valparaso

    I. EL DERECHO CONSTITUCIONAL AL MEDIO AMBIENTE1

    Localizado en el captulo III sobre los derechos y deberes constitucionales, el art-culo 19 N 8 de la Constitucin Poltica de la Repblica (= CPR.) ha establecido elderecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin en los trminos si-guientes:La Constitucin asegura a todas las personas:8. El derecho a vivir enun medio ambiente libre de contaminacin. Es deber del Estado velar para que este

    derecho no sea afectado y tutelar la preservacin de la naturaleza./ La ley podrestablecer restricciones al ejercicio de determinados derechos o libertades paraproteger el medio ambiente.

    El primer antecedente del derecho a vivir en un medio ambiente libre de conta-minacin se encuentra en un memorndum de la Comisin de Estudios de la NuevaConstitucin2, en el que se seal que uno de los principios en que se deba fundarla futura Constitucin era el derecho a la vida de los ciudadanos para la cual seranecesario evitar la contaminacin del medio ambiente, estableciendo las normasque conduzcan a tal fin. Dicha declaracin de intenciones encontr su consagra-

    cin positiva en el Acta Constitucional N 3, de 1976, en la que se estableci, por unlado, el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente libre de contamina-cin, y por otro, impuso al Estado el deber correlativo de velar porque este derechono sea afectado.

    Tal norma, indita en la historia constitucional chilena, pas a la Constitucin de1980, en los trminos ya vistos, no obstante lo cual, en el texto constitucional defi-

    1 En el presente trabajo slo me referir al anlisis del derecho constitucional garantizadoen el artculo 19 N 8 de nuestra Carta Fundamental, reservndome para un anlisis poste-rior el estudio del deber del Estado en materia ambiental y de las restricciones de derechosy libertades a favor del medio ambiente.

    2 Dicha comisin fue creada por el decreto supremo N 1.064 de 25 de octubre de 1973. LaComisin sesion en 417 oportunidades hasta la conclusin final del anteproyecto de Cons-titucin, el cual fue analizado por el Consejo de Estado. Finalmente, el proyecto definitivosurgi de las Comisiones legislativas de la Junta de Gobierno. Como se sabe, el proyectofue aprobado por plebiscito el da 11 de septiembre de 1980.

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    nitivo se inco po a on dos dife encias especto del texto contenido en la citada ActaConstitucional3.

    La primera de ellas a propsito del derecho de propiedad, el artculo 19 N 24CPR..., al referirse a la funcin social que debe cumplir este derecho, seala que:Esta comprende cuanto exijan los intereses generales de la nacin, la seguridad

    nacional, la utilidad y la salubridad pblicas y la conservacin del patrimonio am-biental.

    El segundo elemento diferenciador est en el mecanismo de tutela jurisdiccionaldel derecho al medio ambiente, el llamado recurso de proteccin. En virtud del art-culo 20 inciso 2 CPR., se extiende esta accin de amparo constitucional al derechoal medio ambiente libre de contaminacin, aunque en trminos bastante restrictivos.

    II. EL OBJETO DEL DERECHO A VIVIR EN UN MEDIO AMBIENTE LIBRE

    DE CONTAMINACINPor objeto del derecho constitucional a vivir en un medio ambiente libre de

    contaminacin, queremos referirnos a la materia incluida en l, intentando determi-nar en qu consiste y en definitiva, cul es su extensin. Es claro que el problema sesoluciona con la lectura del propio artculo 19 N 8 CPR., y tal vez por lo mismoconstituye una cuestin que extraamente no ha planteado una discusin demasiadointensa dentro de la doctrina chilena. Sin embargo, creemos que conviene detenerseen su anlisis, dado que de la forma en que se entienda este objeto, se derivarn

    importantes consecuencias para la proteccin de este derecho constitucional.En este sentido se debe aclarar que el derecho constitucional que se establece esa vivir en un medio ambiente libre de contaminacin. Es decir, lo que se consagraen el artculo 19 N 8 no es el derecho a un medio ambiente incontaminado, sino elderecho a vivir en l. Lo que con ello se pone de relieve es que el derecho tiene uncontenido netamente antropocntrico, sus titulares son los hombres y mujeres (to-das las personasdice el artculo 19 en su encabezamiento). Esta conclusin tieneconsecuencias que se proyectan en un doble sentido:

    a) En lo que guarda relacin con los titulares del derecho, stos son tanto hom-

    bre como son los hombres y mujeres, es decir, las personas naturales, ello quieredecir que slo estas personas pueden ver vulnerado su derecho, slo puede sentirseatacado en su derecho quien es titular del mismo. Consecuentemente, las posibilida-des de amparo judicial de este derecho requieren como presupuesto que exista unaafectacin en el derecho de una persona natural, no estando legitimados para recu-rrir quienes no tienen el derecho, por ejemplo, las personas jurdicas, que comotales podran tener por finalidad la proteccin del medio ambiente, pero dado questas no son titulares del derecho, no podran esgrimir un derecho subjetivo al me-dio ambiente. Evidentemente, podrn recurrir en representacin del titular del dere-cho afectado, pero ello es consecuencia de la aplicacin de las normas del Derechocomn y no de que sean titulares del derecho subjetivo.

    Una aplicacin de lo dicho lo encontramos en la sentencia de 15 de diciembre de

    3 Cfr. Rafael VALENZUELAFUENZALIDA,El Recurso Constitucional de Proteccin sobre mate-ria ambiental en Chile,enRevista de Derecho de la Universidad Catlica de Valparaso13 (1989 - 1990), pp. 175 y ss.

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    1993 de la Co te de Apelaciones de Concepcin (confi mada po la Co te Supemasentencia de 4 de eneo de 1994). En esta b eve sentencia se se ala que: siendo elderecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin propio de las personasnaturales, porque emana de la naturaleza humana, el que deduce el recurso por s o pormedio de un tercero que lo hace en su nombre, adems de afectado ha de ser persona

    natural.Tal vez lo ms importante de la doctrina transcrita sea el origen del derecho encuestin, este se encuentra en la propia naturaleza humana, es decir, es consustancial ala humanidad, al carcter de hombre y mujer, un derecho a vivir en un medio ambientelibre de contaminacin4. Consecuentemente, son dichos hombres y mujeres sus titula-res, y slo ellos quienes pueden ser afectados en el ejercicio del mismo.

    b) En segundo trmino, debemos descartar que no proceder la invocacin delderecho, con un afn meramente protector de la naturaleza en cuanto bien jurdicoen s mismo tutelado, bien jurdico que de acuerdo con el citado artculo 19 N 8corresponde al Estado resguardar (Es deber delEstado...tutelar la preservacinde la naturaleza). Siempre la invocacin deber ser entendida en relacin con elderecho a viviren un medio ambiente libre de contaminacin, y no a un medioambiente sin contaminar aisladamente considerado. A ello se agrega lo que ya he-mos dicho, que el medio ambiente en cuanto tal es un bien jurdico colectivo, sinembargo, para obtener su amparo por la va del artculo 19 N 8 CPR., no basta estatitularidad genrica o erga omnes, es necesario invocar un derecho subjetivo queefectivamente fue afectado.

    Esta afirmacin que en principio podra alarmar al lector debe ser matizada en el

    sentido siguiente. Hasta ahora la subjetividad jurdica slo ha sido reconocida paralas personas naturales (o fsicas) y para las jurdicas, los objetos, los animales yvegetales, en definitiva, los ecosistemas, son objetos del derecho, careciendo dederechos subjetivosper se. Por esa razn la forma de proteger constitucionalmenteel objeto de derecho llamado medio ambiente es adscribindolo a un derecho subje-tivo constitucional. Consecuentemente, la extensin de la tutela del objeto-bien ju-rdico protegido medio ambiente, que otorga este derecho, depende en primer tr-mino de lo que entendamos por vivir en un medio ambiente libre de contamina-cin y, adems, por los elementos que se integren en el concepto de medio ambien-

    te, los que le darn el contenido a dicho derecho.

    III. PERSPECTIVA RESTRICTIVA DEL OBJETO DEL DERECHO:INEXISTENCIA DE UNA DISTINCIN ENTRE EL DERECHO A VIVIR ENUN MEDIO AMBIENTE LIBRE DE CONTAMINACIN Y EL DERECHO A

    LA VIDA

    Una perspectiva restrictiva de la extensin del objeto del derecho, determinar queel objeto del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin com-prende slo el entorno ms inmediato del individuo titular del derecho, toda vez que

    4 Esta cuestin no es indiferente, ya que el artculo 5 inciso 2 CPR., considera como uno delos lmites al ejercicio de la soberana el respeto de los derechos esenciales que emanan dela naturaleza humana. Con lo que si el derecho a vivir en un medio ambiente libre decontaminacin goza de tal carcter, su respeto comportar una limitacin directa a lospoderes pblicos.

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    como lo que se establece es el deecho a vivi en un medio ambiente lib e de conta-minacin se t ata de una pa ticula izacin del de echo a la vida consag ado en el a t -culo 19 N 1 del texto constitucional chileno5. No resulta difcil llegar a este resulta-do, ya que si en lo que consiste este derecho es en vivir en un ambiente incontamina-do, lgico es que la primera asociacin se realice con el derecho a la vida.

    Sin embargo, adelantando conclusiones, una perspectiva tan restrictiva lleva aprivar de virtualidad jurdica al derecho al medio ambiente libre de contaminacin,toda vez que, como veremos, las esferas de proteccin que otorgara el derecho avivir en un medio ambiente libre de contaminacin coincidiran con esferas ya pro-tegidas por otros derechos, pero a travs de mecanismos de tutela ms restrictivos.

    La primera tarea que debemos enfrentar es la de distinguir, si es que ello esposible, entre el derecho a la vida del artculo 19 N 1 CPR., y el derecho a vivir enun medio ambiente libre de contaminacin (artculo 19 N 8 CPR.).

    El artculo 19 N 1 inciso 1 CPR. establece dos derechos fcilmente distinguiblescuando consagra: El derecho a la vida y a la integridad fsica y psquica de lapersona.

    El derecho a la vida es presupuesto para la vigencia de los dems derechos fun-damentales de la persona. Aunque sea evidente decirlo, debemos partir de la base deque sin existencia humana es lgicamente impensable que puedan concurrir otrosderechos subjetivos. El derecho a la vida es uno de aquellos derechos esenciales queemanan de la persona humana y que limitan el ejercicio de la soberana y a cuyorespeto y promocin estn obligados los rganos del Estado (artculo 5 inciso 2

    CPR.). El derecho a la vida es la base de todo el edificio jurdico, ya que en l seasienta la subjetividad jurdica de la persona. Sobre el soporte de este derecho sevan articulando los dems derechos, en primer lugar aquellos considerados esencia-les que emanan de la naturaleza humana, luego los dems derechos constitucionalesy derechos subjetivos. La justificacin de este derecho es tan obvia que hasta hacepoco no se haba ni siquiera incluido entre ellos6.Y es que decir vida importadecir persona o ser humano, ya que resulta imposible distinguir entre el derecho y elsujeto titular del mismo, por el hecho de ser persona se tiene derecho a la vida, perosin vida no existe persona humana7.

    5 Eduardo SOTOKLOSS,Comentario a la Sentencia de 22 de junio de 1992 de la Corte deApelaciones de Copiap (Callejas Molina y otro con Compaa Minera del Pacfico S.A.),enRevista de Derecho y J urisprudencia89, pp. 354 y ss., seal, apoyando esta perspec-tiva, que: La contaminacin de que se trata de proteger al hombre por el artculo 19 N 8y por el 20 [de la Constitucin Poltica] ha de significarle al ser humano, es decir, a lapersona, un menoscabo o agravio en su naturaleza humana, sea en su corporeidad/integri-dad fsica, sea en su constitutivo sicolgico/integridad squica, de all que su ambientees el que ha de ser afectado, en el que vive y desarrolla sus actividades, ya lugar de trabajo

    o bien de descanso, esparcimiento o recreacin. El mismo autor reitera su opinin en ElDerecho Fundamental a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin: su contenidoesencial,enGaceta Jurdica151 (enero de 1993), pp. 22 y ss.

    6 Jorge DEESTEBAN- Pedro J. GONZLEZ-TREVIJANO, Curso de derecho constitucional espa-ol(Madrid, Servicio de Publicaciones de la Facultad de Derecho de la UniversidadComplutense, 1993), II, p. 28, al respecto agregan que: fueron los textos internacionalesen donde primero se reconoci el derecho a la vida, tras la hecatombe que signific laSegunda Guerra Mundial. De esta forma se reconoce por vez primera en el artculo 3 delaDeclaracin Universal de Derechos Humanosde 1948....

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    Di ectamente elacionado al de echo a la vida, aunque no po ello pie de suautonoma, encont amos el deecho a la integ idad f sica psquica. En vi tud deste toda persona tiene el derecho a no ser objeto de cualquier tipo de violenciafsica, con lo que no podr recibir ni torturas, ni tratos inhumanos o degradantes. Laintegridad psquica de la persona importa que sta no sea objeto de tortura psicol-

    gica o de tratos que anmicamente le puedan representar un trato inhumano o degra-dante desde la perspectiva psquica.

    Frente a este breve planteamiento, podemos preguntarnos acerca de cmo serelaciona el derecho a vivir en un medio ambiente incontaminado con el derechoa la vida?. En el fondo lo que queremos sostener es que hablar de derecho a lavida, as a secas (si se permite la expresin), importa el derecho a la humanidad, aser persona humana, por eso el inciso 2 del mismo artculo 19 N 1 CPR., seala quela ley protege la vida del que est por nacer, dada la potencialidad que tiene elnasciturusde convertirse en ser humano. En cambio, cuando se dice que se tiene underecho a vivir, se est aludiendo a unas determinadas condiciones, que se agregana esa condicin de vida o de persona humana que se detenta. Cuando el constitu-yente dice derecho a vivir, se est refiriendo a la vida o humanidad en movimien-to, a que tenga esa existencia con unas determinadas condiciones o substancias quele confieren una cualidad. Por ello podr ser una vida digna, libre, saludable, en unmedio ambiente incontaminado, etc.

    Todo esto nos hace arribar a la conclusin de que la expresin vivir que utilizael artculo 19 N 8 CPR., aporta un elemento nuevo al sujeto de derecho persona

    humana, o lo que es lo mismo, a la vida. Porque decir que se tiene derecho avivir en un medio ambiente libre de contaminacin no puede ser igual a decir quese tiene derecho a un medio ambiente libre de contaminacin. Porque, evidente-mente, todos los derechos surgen, se asientan y hallan su presupuesto en la vida, quees lo mismo que hablar de persona o ser humano. Pero ninguno de ellos dice que setiene derecho a la vida libre o a la vida saludable, o a la vida educada, ya que esobvio que en todos ellos est subyacente que lo primero que debe haber para queexista el derecho es que haya vida, es decir, una persona humana. Aqu encontramosuna nota distintiva del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contamina-

    cin, no se trata de una existencia humana esttica, sino en movimiento.Como decamos, lo importante es poder decir cmo, en virtud del catlogo de

    derechos, debe ser esa vida, cul es la cualidad que se le aporta a esa vida humana.Cada uno de los derechos ir aportando una cualidad a ese derecho a la vida, as porejemplo el derecho a la salud le otorga la cualidad de ser una vida saludable. Elderecho a la libertad otorga el libre albedro, el derecho a la educacin la transformaen que sea una vida culta, etc. Qu le otorga el 19 N 8 CPR.? Literalmente, le dala particularidad de que sea una vida o existencia humana con unas condiciones ycualidades que slo pueden obtenerse si sta se desarrolla o se pone en movimientoen un medio ambiente libre de contaminacin. Y aqu entra esta nueva nota distinti-va a la que antes aludamos, el artculo 19 N 8 CPR., consagra un derecho a vi-vir, es decir, a que el ser humano pueda desarrollarse, a desplegar sus potencialida-des, en un entorno con unas determinadas cualidades. Porque vida, as a secas, sincalificativos, significa simple existencia humana, las meras constantes vitales, peroella puede o no ser digna, puede o no ser libre. En cambio, vivir en un medioambiente libre de contaminacin significa existencia humana en movimiento, des-plegando sus potencialidades, pero adems se trata de un vivir, de una vida o

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    existencia en movimiento, en un ento no p opicio pa a ello, que segn el a t culo 19N 8 CPR., se aqul que se encuent a lib e de contaminacin8.

    Adelantando conceptos, hay que agregar que dicha cualidad que comporta unmedio ambiente libre de contaminacin se refiere a que esa vida que se desarrolla,esa existencia humana, sea cualitativamente buena desde la perspectiva de los nive-

    les ambientales. Es decir, el 19 N 8 CPR., permite que la persona humana puedadesarrollarse con unos determinados recursos o medios de subsistencia, en definiti-va vivir, en unas ciertas condiciones las cuales son otorgadas por ese objeto quese llama medio ambiente libre de contaminacin.

    Recapitulando, sostener una concepcin restrictiva del derecho a vivir en unmedio ambiente libre de contaminacin comporta, en la prctica, una prdida deeficacia de tal derecho por la operatividad de otros derechos constitucionales espe-cficos que actuarn en la esfera jurdica inmediata del individuo, e incluso, algunosde ellos, con mecanismos de tutela menos restrictivos que los establecidos para elpropio artculo 19 N 8 CPR. Vivir en un medio ambiente libre de contaminacinsignifica existencia o persona humana en movimiento, desarrollndose en un entor-no o hbitat con una cualidad bien definida, es decir, libre de contaminacin.

    Esta es la conclusin a la que debemos llegar si partimos de la base de que todainterpretacin constitucional debe lograr la debida armonizacin entre los diversospreceptos que en principio puedan entrar en conflicto dentro de la propia Constitu-cin, intentando no llegar a soslayar ninguno de ellos9.

    IV. PERSPECTIVA AMPLIA DEL OBJETO DEL DERECHO: EL MEDIOAMBIENTE COMO SISTEMA OMNICOMPRENSIVO

    Una perspectiva que podra denominarse como ecologista, no slo rechaza unaasimilacin del derecho al medio ambiente incontaminado con el derecho a la vida,asimilacin que, como hemos visto, ha quedado refutada. Sino que, adems, consi-dera el derecho objeto de nuestro estudio, de forma mucho ms amplia, toda vez quesu punto de partida est en el concepto mismo de medio ambiente, el cual se desme-nuza en un sinnmero de elementos concatenados conformadores de un sistema.

    Esta amplitud debe ser apreciada desde una doble perspectiva.La primera de ellas encuentra su punto de partida en el carcter sistmico y

    complejo que el entorno comporta, la vinculacin de los distintos sistemas y

    7 Precisamente, una de las acepciones que el Diccionario de la RAE. otorga a vida es enrelacin con la de persona o ser humano.

    8 Albin ESER, Derecho ecolgico,enRevista de Derecho Pblico(Espaa) 100-101 (julio -

    diciembre de 1985), p. 617, fundamentando la importancia de los bienes ambientales, in-cluso, para la propia existencia humana, en una frase que resume todo el planteamientoque hemos sostenido, seala que: no slo, pues, que se viva, sino tambin cmo se vivedebe ser fundamentalmente la meta de todo ordenamiento jurdico.

    9 Francisco RUBIOLLORENTE, El principio de legalidad, en Revista Espaola de DerechoConstitucional39 (septiembre-diciembre de 1993), p. 11, agrega que: La laborinterpretativa ha de partir siempre, en efecto, de la hiptesis del legislador no redundante,de la idea de que el enunciado normativo no es una vaciedad intil, sino una proposicinque por s sola crea Derecho.

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    subsistemas ecolgicos lleva a entende que en la biosfe a todos los ecosistemas seencuent an elacionados. Tomemos po caso la defo estacin de una egin dete -minada por ejemplo, el Amazonas, que no slo produce efectos directos en esazona (sea por la desertificacin o erosin de los suelos, o la falta de lluvias o elempeoramiento de la calidad del aire), sino tambin en el orden supraregional, na-

    cional, e incluso internacional, en donde producir efectos contaminantes o degra-dantes, dado que contribuir, entre otros efectos, al aumento de la temperatura glo-bal y en definitiva ser una de las causas del llamado efecto invernadero(greenhouseeffect).Y ello porque desde un punto de vista ecolgico cualquier alteracin delmedio tiene consecuencias que en una mayor o menor intensidad tendrn repercu-sin en el orden planetario y en definitiva afectarn al derecho a un medio ambientelibre de contaminacin.

    La segunda perspectiva que se debe considerar para entender esta concepcinamplia del medio ambiente y en definitiva del derecho ambiental en general, dicerelacin con el conjunto de aspectos o materias que pueden ser alcanzados por elmismo. En efecto, el medio ambiente como relacin sistmica que es, se desgranaen una multitud de elementos que ya son objeto de regulacin particular por otrasramas del derecho. No slo los elementos que comprende el entorno se ven afecta-dos por las regulaciones sectoriales, sino tambin la mayor parte de las actividadeseconmicas, dada la repercusin ambiental que puedan tener. Ello trae como conse-cuencia que el radio de accin del derecho a un medio ambiente incontaminado seample indefinidamente, ya que toda actividad tendr una relacin ms o menos

    cercana con el entorno.Sin embargo, esta visin ecologista del medio ambiente o de sistemaomnicomprensivo, en la que se resumen las dos perspectivas sealadas, no es fcil-mente engarzable en un ordenamiento jurdico con vocacin nacional. Sobre todocuando se trata del reconocimiento de derechos de la llamada tercera generacin osociales, cuyo carcter de derechos fundamentales an no est claro en el derechocomparado, y cuyos mecanismos de tutela difieren de un ordenamiento a otro10. Y esque en el fondo, resulta tan contraproducente para una efectiva proteccin del medioambiente tanto la anterior perspectiva restrictiva, como la llamada perspectiva

    ecolgica. Y ello porque expandir tanto el rea de influencia del derecho, basado enlos elementos en que se fragmenta el medio ambiente, equivale a decir que medioambiente es todo, pero tambin nada, dada la imposibilidad de particularizarlo enelementos concretos que permitan articular los mecanismos de proteccin jurdica.

    V. PERSPECTIVA RESTRICTIVA DEL OBJETO DEL DERECHO: ELENTORNO ADYACENTE

    Es por las razones ya comentadas que nos parece que en el actual estado de desarro-llo del Derecho medioambiental la respuesta que se debe dar en orden a la extensindel objeto sobre el que se ejerce este derecho constitucional debe ser intermedia. No

    10 Sin ir ms lejos el artculo 53, 2 Constitucin espaola no otorga el recurso de amparo alderecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado contenido en el artculo 45 de la citadaconstitucin Por el contrario, en la CPR., el artculo 20 inciso 2 se le concede el recurso deproteccin, aunque, en trminos bastante restrictivos.

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    puede t atase de un deecho tan est ictivo que se llegue a confundi con ot osdeechos, haciendo pede toda opeatividad a un deecho al medio ambiente aut-nomo. Pero tampoco puede ser considerado tan ampliamente que haga que su pro-teccin sea ilusoria, dada la imposibilidad de articular mecanismos de proteccinsobre aspectos no relacionados realmente con el medio ambiente.

    Lo que sostenemos es que el derecho al medio ambiente libre de contaminacinno puede ser considerado tan ampliamente como para decir que cualquier alteracindel medio, dnde y cmo sea que ella se produzca, afecta a tal derecho y, por tanto,activa los mecanismos de proteccin constitucional. Sin embargo, tampoco es de-seable la asimilacin del derecho consagrado en el artculo 19 N 8 CPR., con elderecho a la vida. Como se ha dicho, la solucin que se impone es de carcter inter-media.

    Esta conclusin abstracta, seguramente no satisfaga todos los casos que en larealidad mutable se vayan planteando, pero s est claro que el entorno, el medioambiente, a que se refiere el artculo 19 N 8 de la CPR., es algo ms que lo inme-diato que rodea al individuo, es un derecho constitucional que tiene una eficaciajurdica propia y distinta de los dems derechos constitucionales. Pero limitado, sinllegar a extenderse a aspectos ms distantes cuya incidencia en el derecho a unmedio ambiente libre de contaminacin es indirecta o casi imperceptible.

    En tal sentido me parece que la idea que se debe rescatar es la de medio ambien-te vinculado o relacionado al ser humano que resulta necesario para que ste desa-rrolle sus potencialidades. Por tal debe entenderse aquella porcin de extensin va-

    riable del entorno o medio que se encuentra de forma adyacente al ser humano, lacual no se reduce a su residencia ni lugar en que desarrolla sus actividades, no sloes su entorno inmediato necesario para la vida. Sino tambin el entorno adyacen-te, que es el lugar necesario para que el individuo se desarrolle, es decir, el espacioen el que necesita para que pueda desplegar sus potencialidades, en definitiva elentorno necesario para alcanzar la mayor realizacin espiritual y material posible.Dicho entorno adyacente influye directa o indirectamente de forma previsible enesa esfera ms prxima que est representada por su domicilio y lugares de trabajoy de recreo, la cual viene protegida por otros derechos distintos del que nos ocupa,

    por ejemplo los derechos a la vida, la intimidad o a la propiedad.Si ponemos por caso que la fuente de contaminacin se est produciendo en una

    zona determinada en que es previsible que se extienda a otras reas, de forma inme-diata o mediata, me parece que el derecho en ese caso tendra que operar. Porquedebemos aceptar que lo que constitucionalmente se protege en el artculo 19 N 8 esel derecho a vivir en un ambiente incontaminado, en donde el ser humano se estdesarrollando, pero no se est protegiendo ni ese crculo ms cercano protegido porotros derechos de primera generacin, ni tampoco el medio ambiente como sistemaglobalper se. Por lo tanto, si est ms o menos claro que la fuente de contaminacinafectar de modo previsible el entorno adyacente del individuo, el derecho al medioambiente incontaminado ser invocable en proteccin de ese medio en que efectiva-mente se est produciendo la contaminacin. Por el contrario, por muy grave quesea la afectacin, si no existe una posibilidad relativamente cierta de que se afectaresta esfera ms amplia representada por el entorno adyacente, no podra esgrimirseel derecho del artculo 19 N 8 CPR. Por ejemplo la contaminacin del ro Loa, quese est produciendo en el extremo norte de Chile, a raz de las grandes explotacio-nes mineras. Los habitantes de las ciudades aledaas a su cauce, as como los agri-

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    culto es que ap ovechan sus aguas ve n afectado su de echo a vivi en un medioambiente incontaminado, a que incidi de fo ma ms que p evisible en esas posi-bilidades de realizacin espiritual y material que exceden a la esfera ms inmediatade derechos del individuo. Sin embargo, sera difcil imaginar que un habitante delcentro o sur, en un pas que tiene ms de 4.000 kilmetros de largo, viera afectado

    directamente su derecho, toda vez que dada la lejana de su entorno adyacente, fal-tara este elemento de previsibilidad de la afectacin.

    Sostenemos que el objeto del derecho a un medio ambiente incontaminado debeser entendido desde una perspectiva antropocntrica, y limitada al sealado entornoadyacente del titular del derecho. Esta idea abstracta de entorno adyacente, puedeser delimitada positiva y negativamente.

    Positivamente, en cuanto el entorno adyacente corresponde a una esfera de inte-reses que excede a lo que inmediatamente est en relacin con el ser humano, estoes, su domicilio, lugares de trabajo y recreo. Es algo ms que dicha esfera directa-mente relacionada con la persona, que ya ha sido protegida por otros derechos.Porque est claro que el derecho que la CPR., garantiza a las personas es a desarro-llarse en un entorno incontaminado o, lo que es lo mismo, el derecho a vivir en unmedio ambiente libre de contaminacin y como tal debe comprender algo que esdiferenciable de los dems derechos directamente vinculados a la persona, como loson los derechos a la integridad, propiedad, salud, etc.

    Y, adems, est limitado de forma negativa por el elemento de la previsibilidadde la afectacin. Previsibilidad en la afectacin, en cuanto sta debe entrar en las

    previsiones normales de afectacin del derecho. Es decir, que bajo circunstanciashabituales frente a un hecho determinado pueda esperarse racionalmente que ocu-rrir una afectacin al derecho. Lo que exceda de esa previsibilidad o conjetura, nopodra quedar amparado en esta nocin de entorno adyacente.

    En definitiva, entorno adyacente es el concepto en que se traduce el medio am-biente a que se refiere el artculo 19 N 8 CPR., puesto que es esa porcin o esferaen la que el ser humano actual o potencialmente necesita para el desarrollo y logrode la mayor realizacin espiritual y material, a que se refiere el artculo 1 inciso 4CPR. Se trata de una nocin ms amplia o ms lejana que la representada por los

    lugares de residencia, trabajo o recreo, las cuales, al tratarse de esferas ms cerca-nas, ya estarn protegidas por otros derechos (vida, libertad, intimidad, propiedad).Y ser tan amplio como sea previsible una afectacin a la misma.

    Por ejemplo, si se produce un vertido txico en un lago y este muere. Aquellosquienes utilizaban sus aguas para beber no necesitan esgrimir su derecho a un me-dio ambiente libre de contaminacin para proteger su inters, les basta con el dere-cho a la vida y a la integridad fsica, que sern los derechos principal y directamenteafectados. Aquellos que desarrollaban una actividad pisccola en el mismo, podrnesgrimir su derecho de propiedad o el derecho a desarrollar una actividad econmi-ca lcita, no necesitarn del 19 N 8 CPR. Por el contrario, el ciudadano que pescabaen el ro que era afluente del lago, o que tena por costumbre pasear por las mrge-nes de dicho ro o fotografiar las aves que se alimentaban de sus peces, no podraesgrimir ms derecho que el del 19 N 8 CPR. Y ello porque la afectacin no seproduce en su esfera ms inmediata, sino que en aquella ms lejana representadapor lo que hemos denominado como entorno adyacente, el cual le resulta til para eldesarrollo de la personalidad. Porque es bastante previsible que al morir el ecosistemalacustre (lago) tambin se vea afectado el ecosistema fluvial (ro). Por lo que la

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    calidad de vida de este ciudadano disminui a de fo ma consideable al no contacon ese espacio que le ven a gaantizado po su deecho a vivi en un medio am-biente libre de contaminacin. Sin embargo, no es previsible que se afectara por elhecho contaminante el derecho de un ciudadano cuyas actividades las desarrollabaen un ro que no tena la calidad de afluente del lago contaminado, ya que respecto

    de este ltimo, al producirse la afectacin fuera de su entorno adyacente, carece-ra de legitimacin para reclamar la afectacin, dado que estas esferas tan lejanas novienen cubiertas por el derecho del artculo 19 N 8 CPR.

    No podemos decir que el objeto definitivo del derecho es particularizable entales o cuales componentes. Se trata de una nocin susceptible de irse ampliando orestringiendo en la medida que sea o no previsible que ese entorno adyacente puedaser afectado. Y ello porque si bajo ciertas circunstancias un hecho no afectaraprevisiblemente al medio ambiente, bajo otros supuestos extraordinarios s los afec-tar. Asimismo, actividades o elementos considerados hoy en da como inocuospueden, por el avance de la ciencia, resultar ser los causantes de afectaciones quehasta la fecha eran consideradas como naturales.

    A pesar de que esta idea de entorno adyacente constituye una nocin que hemoscreado para resolver el problema del objeto del derecho consagrado en el artculo 19N 8 CPR., y que por tanto, puede o incluso debe ser objeto de crtica. Creemos queresulta una interpretacin ms aceptable y menos cmoda que la de caracterizar elderecho del artculo 19 N 8 CPR. como una simple manifestacin especial delderecho a la vida

    Asimismo, es posible encontrar alguna jurisprudencia que puede servir de apo-yo para reafirmarla. En el asunto Albornoz con Sociedad Maderera de Aysn,resuelto por la Corte de Apelaciones de Coyhaique de 28 de diciembre de 1992(confirmada por la Corte Suprema el 19 de enero de 1993), en la cual se contienenimplcitamente el concepto de previsibilidad en la afectacin al derecho al medioambiente libre de contaminacin como presupuestos para admitir la tutela del mis-mo. Se seala al respecto que:procede desestimar la alegacin de la recurrente deque el hecho denunciado vulnere su derecho a vivir en un medio ambiente libre decontaminacin, consagrado en el artculo 19 N 8 de la Carta Fundamental, puesto

    que no cabe suponer que la mera corta de cierta cantidad de rboles de un bosquecontamine por s solo un medio ambiente determinado y, porque en el supuestoque as fuera, tampoco podra prosperar tal alegacin, toda vez que el derecho arecurrir de proteccin solamente lo tiene quien es directamente afectado por elhecho de acuerdo con el artculo 20 de la Constitucin Poltica, calidad que notienen los recurrentes quienes segn sus propias declaraciones viven en San Ber-nardo y no podran ser afectados con una eventual contaminacin del medio am-biente ocurrida en la regin de Aysn distante ms de mil kilmetros de la ReginMetropolitana.

    Comentando brevemente la doctrina jurisprudencial, vemos cmo es posiblededucir el sealado elemento de entorno adyacente. En primer trmino no es previ-sible que se produzca contaminacin y en definitiva afectacin al derecho a vivir enun medio ambiente libre de ella cuando el hecho causal es la mera corta de unosrboles (cuya cantidad aparece indeterminada). Es decir, y aunque el razonamientodel Tribunal no lo diga, s parece estar subyacente la idea de que no toda accinpuede ser constitutiva de vulneracin al derecho al medio ambiente libre de conta-minacin, sino aquellas de carcter ms trascendente y que previsiblemente puedan

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    constitui una afectacin al deecho. En el caso en cuestin, si a la co ta suceda unaefo estacin, hubie e sido dif cilmente afi mable que se estaba contaminando. En

    segundo trmino, y esto es lo que ms nos interesa destacar de la cita, dado que elderecho es a vivir, o a desarrollarse en un medio ambiente libre de contamina-cin, aunque el hecho causal sea efectivamente contaminante (considerando con-

    taminacin en sentido amplio), no era previsible que dicho acto (tala de rboles)afectara el entorno adyacente de los recurrentes, ya que stos tenan su residencia yvivan a ms de mil kilmetros del lugar de los hechos. Y es que, tal como dice laCorte de Apelaciones de Coyhaique, los recurrentes no eran directamente afectadosen su derecho, por tanto no podan esgrimirlo para repeler el hecho. No tenan dichacalidad porque su residencia estaba a ms de mil kilmetros del lugar, y lgicamen-te su entorno adyacente no llegaba hasta tan lejos. Finalmente, el recurso de protec-cin fue acogido por la vulneracin al derecho de propiedad de los recurrentes. Elloconfirma que esa esfera de intereses inmediata de los recurrentes, en este caso laconstituida por su patrimonio, s haba sido afectada por el hecho causal, estandosta protegida por el derecho de propiedad.

    VI. EL MEDIO AMBIENTE COMO CONTENIDO DEL DERECHO Y SUSELEMENTOS COMPONENTES

    Se trata de determinar, bajo el ordenamiento jurdico chileno, lo que implica o com-prende el medio ambiente sobre el cual se ejerce este derecho. Esta es una cuestin

    capital si se considera que la delimitacin del contenido del derecho determinar endefinitiva la extensin de las posibilidades de tutela del mismo.En una primera aproximacin al problema podemos quedarnos con la solucin

    que legislativamente se ha dado por la ley N 19.300 sobre Bases generales delmedio ambiente, de 9 de marzo de 1994. En ella el artculo 2 letra ll) define al medioambiente como:El sistema global constituido por elementos naturales y artificia-les de naturaleza fsica, qumica o biolgica, socioculturales y sus interacciones,en permanente modificacin por la accin humana o natural y que rige y condicio-na la existencia y desarrollo de la vida en sus mltiples manifestaciones.

    La definicin de medio ambiente que da el legislador chileno que por lo dems,es muy proclive a ellas tiene trascendencia no slo porque se trate de la ms auto-rizada de las interpretaciones, es decir, la legal, sino tambin porque segn lo pre-visto en el artculo 1 de la misma ley 19.300, el contenido del derecho al medioambiente se regular por las disposiciones de la propia ley11. Consecuentemente,debemos entender que esta definicin legal determina lo que debe entenderse pormedio ambiente a efectos de lo dispuesto en el artculo 19 N 8 CPR.

    Entrando en el anlisis de la definicin legal, resulta de inters aclarar la exten-sin que da el legislador al concepto de medio ambiente toda vez que, como se hadicho, ello determinar en definitiva los diversos mbitos sobre los que el derecho sepuede ejercer por parte de sus titulares y las posibilidades de proteccin del mismo.

    11 El artculo 1 de la ley 19.300 dispone que: El derecho a vivir en un medio ambiente librede contaminacin, la proteccin del medio ambiente, la preservacin de la naturaleza y laconservacin del patrimonio ambiental se regularn por las disposiciones de esta ley, sinperjuicio de lo que otras normas legales establezcan sobre la materia.

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    De acuedo con la disposicin citada, el medio ambiente no slo inclu e aquelloque pod amos denomina como medio natu al, que slo comp ende los elementosnaturales (fsicos, qumicos o biolgicos). Sino que adems incluye elementos arti-ficiales de carcter sociocultural. Ello quiere decir que el entorno que importa aefectos de este derecho no slo es el comprendido por los ecosistemas de carcter

    natural, sino que tambin queda bajo su amparo el medio artificial y socioculturalcreado por el ser humano, es decir, las ciudades, reas urbanas y, en definitiva, todaslas obras del hombre, como por ejemplo, las que componen el patrimonio histrico.

    Habamos dicho que el concepto de medio ambiente era difcilmenteparticularizable en elementos determinados. Y ahora vemos que el legislador sealacules son esos elementos. Lo que parece ser una respuesta legal que viene a rebatirnuestra conclusin, no viene sino a confirmar la idea propuesta de entorno adyacen-te, como concepto delimitador de lo que medio ambiente implica en cada caso. Elloporque es claro que el medio ambiente, el entorno, se desgrana en determinadoselementos, lo importante es ver hasta dnde llegan estos elementos. Por ejemplo, lacontaminacin de las aguas, para el titular del derecho del 19 N 8 CPR., hasta qupunto puede tener un inters jurdico en que ella no se produzca? Esa respuesta no lada la mera enumeracin legal de cosas que comprende el medio ambiente, esa res-puesta slo es posible si recurrimos a criterios que sirvan para la fijacin del objetodel derecho, tales como el, ya aludido, de entorno adyacente.

    Volviendo a la definicin del contenido del medio ambiente del artculo 2, letrall) de la ley 19.300, debemos destacar los siguientes aspectos:

    a) La concepcin que utiliza el legislador chileno es amplia, dado que aparte delos elementos naturales incorpora los de carcter artificial y sociocultural.b) La definicin legal utiliza la nocin de sistema global para referirse al

    entorno. Y es que el medio ambiente, medio o entorno (Umwelt, environment)es ellugar en que se producen las distintas interacciones de los subsistemas que lo com-ponen. La suma de todos ellos da forma a lo que se llama medio ambiente o entorno.

    La idea anterior debe ser relacionada con el objeto del derecho a vivir en unmedio incontaminado. Si tal derecho es a vivir en un medio ambiente, y si su conte-nido, es decir, el medio ambiente constituye un sistema global, que debe tener una

    cualidad que es la de estar libre de contaminacin, dado que el contenido del dere-cho es tan amplio, el objeto del mismo, es decir, el derecho a vivir en l no puedereducirse tan drsticamente que slo comprenda pequeas parcialidades del mismocomo lo seran aquellas fracciones del entorno relacionadas directamente con elindividuo, especialmente vida y propiedad. Y ello porque, tal reduccin atentaracontra la idea misma de sistema global, que de por s implica algo que supera lomeramente inmediato al ser humano. El problema es hasta dnde llega este sistema,porque el sistema global por excelencia es el sistema total que conforma el planeta.Aqu entra el segundo elemento que delimita negativamente al entorno adyacente yal que ya aludimos: la previsibilidad. Y es que por mucho que toda afectacin almedio ambiente influya mediata o inmediatamente en el sistema global, slo podrcomprenderse aquella que quede dentro de lo que previsiblemente pueda afectar alentorno adyacente del individuo, que es el verdaderamente protegido por el artculo19 N 8 CPR.

    c) Finalmente, debemos tener en cuenta que estos elementos que integran almedio ambiente tienen una caracterstica determinante, se trata de elementos porcuya interaccin o modificacin se rige y condiciona la existencia y desarrollo de la

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    vida en sus mltiples manifestaciones. Una de las manifestaciones de la vida es lavida humana, sob e ella, evidentemente, tambin influ e el medio ambiente. Y estouna vez ms confirma lo que machaconamente hemos venido diciendo en este traba-jo, y es que como el derecho del 19 N 8 CPR., es a vivir, es decir existencia humanaen movimiento, de lo que se trata es de que los hombres y mujeres puedan desplegar

    actual o potencialmente todas sus capacidades, para ello necesitan de este entornoadyacente que les garantiza el derecho en comento. De lo contrario, es decir, si redu-cimos el mbito de influencia de lo que se debe entender por medio ambiente priva-remos de virtualidad jurdica al tantas veces nombrado artculo 19 N 8, haciendo, endefinitiva, que el principio proclamado en el artculo 1 inciso 4 CPR., esto es, elbienestar comn en su perspectiva ambiental, se convierta en letra muerta.

    VII. FINALIDAD DEL DERECHO: UN MEDIO AMBIENTE LIBRE DE

    CONTAMINACINEl objetivo o finalidad del derecho, esto es, lo que en virtud de l se persigue, radicaen que se trata de un derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin.Una interpretacin literal del texto constitucional nos lleva a concluir forzosamenteque la ausencia de contaminacin en cuanto finalidad del derecho es contradictoriay utpica. Esta afirmacin tan tajante se explica tanto en cuanto es imposible, tcni-camente, que nos encontremos con un medio incontaminado en un lugar en el quelos hombres y mujeres viven. Decimos esto porque donde llega la mano del hom-

    bre, llega la degradacin del medio. La cuestin es qu tan contaminado se en-cuentre ese entorno?, qu grado de contaminacin es tolerable sin vulnerar la vi-gencia de este derecho? Y adems es utpico, en cuanto hoy en da la cuestinambiental no se plantea en la dicotoma medio contaminado contra medio inconta-minado, ya que es imposible aspirar a una contaminacin cero.

    Nuevamente ha sido el legislador de la ley 19.300 el que ha interpretado el textoconstitucional, sealando lo que se debe entender por medio ambiente libre de con-taminacin; al respecto dispone en su artculo 2 letra m) que es:aquel en el que loscontaminantes se encuentran en concentraciones y perodos inferiores a aqullos

    susceptibles de constituir un riesgo a la salud de las personas, a la calidad de vidade la poblacin, a la preservacin de la naturaleza o a la conservacin del patrimo-nio ambiental.

    Por tanto, el legislador entiende que medio ambiente incontaminado no es aqulen que la contaminacin es inexistente, sino aqul en que la contaminacin se man-tiene a niveles aceptables. O lo que es lo mismo, aqul en que las concentracionesde contaminantes se mantienen en un rango y por perodos que no constituyen unriesgo para la salud humana, la calidad de vida de la poblacin, la preservacin de lanaturaleza o la conservacin del patrimonio ambiental.

    A partir de la norma transcrita es posible formular los siguientes comentarios:a) En primer trmino, que nos encontramos frente a una interpretacin legal o

    autntica de la norma constitucional. Efectivamente, el legislador de la ley 19.300ha fijado,para todos los efectos legales(artculo 2 inciso 1), el sentido y alcance delo que se debe entender por medio ambiente libre de contaminacin, por lo que lacuestin en principio queda zanjada por la ms autorizada de las interpretaciones.Sin embargo, se plantea el problema de interpretar, ahora, la norma interpretativa,ya que tambin sta requiere que sea develado su sentido y alcance.

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    b) En elacin con lo ante io , se debe tene en cuenta que en la fo mulacin dela no ma se inco po a la idea de p oteccin anticipada de los bienes ju dicos todavez que los niveles de contaminacin no deben constituir ni tan siquiera un ries-go, por oposicin a lesin o dao efectivo. Es decir, medio ambiente libre de con-taminacin es aqul en que, dadas unas ciertas concentraciones y perodos en que se

    encuentran las sustancias contaminantes no existe posibilidad de que se afecten losbienes jurdicos protegidos.

    c) En tercer lugar, respecto de los bienes jurdicos sobre los que se proyecta lanorma. En ella se dice que los niveles de contaminacin no deben representar ni tansiquiera un riesgo para la salud, la calidad de vida, la preservacin de la naturalezao la conservacin del patrimonio ambiental. El problema est en decidir por cul detodos estos conceptos optamos para fijar el nivel en que se entiende que hay unmedio ambiente libre de contaminacin. Y ello porque a cada uno de los conceptosmencionados se establece un distinto nivel de proteccin. Para intentar dar algunarespuesta a estas interrogantes agruparemos estos conceptos en dos clases, depen-diendo de la implicancia o no de los seres humanos:

    i) La primera clase abarca la salud de las personas y la calidad de vida de lapoblacin: al respecto, la interpretacin resulta difcil ya que el legislador ha incu-rrido en una incongruencia. Digo esto porque los niveles y perodos de contamina-cin aceptables para la salud humana son distintos de los niveles y perodos decontaminacin aceptables para la calidad de vida de la poblacin. Una buena cali-dad de vida supone unos mximos de contaminacin bastante bajos, o lo que es lo

    mismo, una norma muy estricta. Por el contrario, la mantencin de la salud exigeslo unos niveles meramente aceptables. Pinsese por ejemplo en la situacin de loshabitantes de cualquier ciudad de una pas desarrollado; en ellas la calidad de vidaser ms o menos buena dependiendo del cumplimiento de unos niveles de conta-minacin fijados, pero difcilmente sera aceptable que se afectara la salud de sushabitantes, independientemente de la calidad de vida de los mismos. Es por ello queexisten niveles de contaminacin considerados aceptables para la salud y la vidahumana, y niveles bajo los cuales viene a ser la calidad de vida la que mejora. Porconsiguiente, el legislador al definir medio ambiente libre de contaminacin asimi-

    l indebidamente dos conceptos que implican niveles de contaminacin distintos.E incluso ms, ni siquiera debera haberse planteado una posibilidad de eleccin

    entre ambos estndares, ya que si recordamos lo dicho a propsito del objeto delderecho, nos daremos cuenta que en aquellos casos en que los niveles de contami-nacin sean tan altos que afecten la salud humana no se activar el mecanismo deproteccin que concede la garanta constitucional del artculo 19 N 8, sino quedirectamente la del artculo 19 N 1 (derecho a la vida-integridad fsica y psquica)y del artculo 19 N 9 (derecho a la salud). Si entendemos que el derecho a vivir enun medio ambiente libre de contaminacin protege algo distinto de lo que protegenlos derechos a la vida, la integridad fsica y psquica, a la salud, etc., es ilgicorecurrir a un nivel de contaminacin sobre el cual lo que se vulnera directamenteson estos derechos y no el derecho al medio ambiente incontaminado.

    Lo que debi haber dicho el legislador es que medio ambiente libre de contami-nacin es aqul en que los niveles de contaminantes son inferiores a aqullos sus-ceptibles de constituir un riesgo para la calidad de vida de la poblacin. Y no slopor las razones ya sealadas, sino porque es la calidad de vida el concepto querealmente subyace en un medio ambiente libre de contaminacin. En efecto, si tene-

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    mos en cuenta que el deecho es a vivi en un medio ambiente lib e de contamina-cin, esto es, a desa olla se, a que el se humano despliegue sus potencialidades,para ello debe tener unas determinadas condiciones de baja contaminacin de eseentorno en el que se va a desarrollar. Ello quiere decir que sus condiciones de desa-rrollo van a ser mejores o peores dependiendo de los niveles de contaminacin, de

    cualquier tipo que sta sea (acstica, atmosfrica, vehicular, visual, etc.). En defini-tiva, su desarrollo, o lo que es lo mismo, su vida en movimiento, tendr mejor cali-dad si se respetan unos niveles mximos de contaminacin del entorno.

    ii) La segunda clase comprende la preservacin de la naturaleza y la conserva-cin del patrimonio ambiental. Debemos confesar, nuevamente, que la norma no seentiende. Decimos esto porque el concepto de preservacin de la naturaleza hasido definido en el propio artculo 2 letra p) del la ley 19.300, comoel conjunto depolticas, planes, programas, normas y acciones, destinadas a la mantencin de lascondiciones que hacen posible la evolucin y el desarrollo de las especies y de losecosistemas del pas. Por su parte laconservacin del patrimonio ambiental sedefine en el artculo 2 letra b) como el uso y aprovechamiento racionales o lareparacin, en su caso, de los componentes del medio ambiente, especialmente aque-llos propios del pas que sean nicos, escasos o representativos, con el objeto deasegurar su permanencia y su capacidad de regeneracin. Entonces, la cuestinradica en cmo compatibilizar niveles de contaminacin que en principio son dis-tintos en uno y otro caso, toda vez que la preservacin de la naturaleza discurresobre niveles muy exigentes, ya que de lo que se trata es de mantener los ecosistemas.

    En cambio, en la conservacin del patrimonio ambiental lo que se busca es un nivelque haga posible el desarrollo sustentable, en cuanto se persigue el uso y aprove-chamiento racional de los elementos del medio ambiente.

    A pesar de las apuntadas incongruencias, el propio legislador complica la inter-pretacin an ms, si cabe, cuando se refiere a las normas encargadas de la fijacinde los niveles de contaminacin, ya que la solucin hubiese sido la de fijar cuatrodistintos tipos de niveles, para cada uno de los cuatro conceptos que hemos seala-do. Niveles bajo los cuales se entendera legalmente que nos encontramos en unmedio ambiente libre de contaminacin. Sin embargo la ley 19.300 seala slo dos

    clases de lmites:Por un lado, la norma primaria de calidad ambiental, que, de acuerdo con el

    artculo 2 letra n), es aquella que establece los valores de las concentraciones yperodos mximos o mnimos permisibles de elementos, compuestos, sustancias,derivados, qumicos o biolgicos, energas, radiaciones, vibraciones, ruidos o com-binacin de ellos, cuya presencia o carencia en el ambiente pueda constituir unriesgo para la vida o la salud de la poblacin.

    Dicho en trminos ms sencillos, norma primaria es aquella que establece losniveles de contaminacin sobre los cuales se entiende que hay un riesgo para la vidao salud de las personas. Consecuentemente, podraafirmarsea priori que se trata deun lmite permisivo, o lo que es lo mismo, que admite mayores niveles de contami-nacin ya que el umbral est en el riesgo a la vida o salud de las personas y no serefiere a la calidad de vida, en cuyo caso el lmite de contaminacin aceptable hu-biese sido mucho ms bajo. Aqu se reitera con mayor razn la crtica al legisladorde la ley 19.300 al utilizar niveles relacionados con otros derechos (vida-salud)distintos del derecho al medio ambiente libre de contaminacin.

    Por otro, est la norma secundaria de calidad ambiental que, de acuerdo al art-

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    VIII. RECAPITULACIN

    Lo que se ha intentado en este trabajo es volver sobre el derecho subjetivo constitu-cional del artculo 19 N 8 de la CPR. A dos dcadas de la entrada en vigor denuestra Carta Fundamental, parece pertinente interpretar el alcance del mismo, tan-

    to a partir de las modificaciones legislativas que el ordenamiento jurdico ambientalha sufrido, sobre todo con la entrada en vigor de la ley N 19.300, como tambincon los cambios que en la conciencia ciudadana se han producido respecto de latemtica ambiental.

    Lo que parece fluir como resultado de este anlisis es que si el constituyenteestableci un derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin lo hizocomo un derecho subjetivo-constitucional autnomo, distinto y con esferas de pro-teccin diversa a las que brindan otros derechos, tales como el derecho a la vida, laintegridad fsica y la salud. Slo a partir de dicha premisa podremos avanzar en la

    fijacin de los lmites que harn efectivo un derecho que en el momento en que ve laluz, al menos en el papel, se mostraba como una de las consagraciones constitucio-nales ms avanzadas en la materia.

    Dejo pendiente para un trabajo posterior el anlisis de los deberes que en mate-ria ambiental se imponen al Estado, en especial a su Administracin, complementonecesario para dar virtualidad prctica al derecho subjetivo constitucional al desa-rrollo de la persona en un entorno con unos niveles de contaminacin adecuados.