Jorge Rigamonti

ENTRE ARIEL Y CALIBAN, UNA VISION DE LA ARQUITECTURA LATINOMERICANA

Abner J. Colmenares

"Ante todo, es imposible definir el arte latinoamericano. Como el de los otros continentes, el nuestro se despliega en muchas tendencias y personalidades contradktoriuas. ...hay algo común a todas esas formas contradictorias: el espíritu que las anima. ...Ser latinoamericano es saberse —como recuerdo o como nostalgia, como esperanza o condenación— de este tierra y de otra tierra".

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Octavio Paz

Esta cita del escritor y crítico mexicano Ocatvio Paz, a propósito del arte latinoamericano, nos permitirá iniciar esta breve reseña crítica de la obra —en pleno desarrollo— del arquitecto venezolano Jorge Rigamonti. Parafraseando a Paz, ante todo es casi imposible definir la arquitectura latinoamericana. Nuestra arquitectura es pluriparadigmática y contradictoria y se ha generado, entre otras condiciones, a partir de la tensión entre lo universal y lo particular: entre "El Espíritu del Tiempo"y "El Espíritu del Lugar". La arquitectura latinoamericana es el resultado de un continuo proceso de transcul-turización histórico, en el cual sus arquitectos han confrontado en forma permanente la oposición metrópolis-región, centro-periferia, lo ajeno-lo propio, lo culto-lo popular, lo moderno-lo vernacular. Los arquitectos latinoamericanos hemos tenido de manera perma-nente la duda en sabernos que siendo de aquí, por raíces ancestrales también somos de allá. Por eso, escribe Paz, "El cosmopolitismo latinoamericano no es un desarraigo, ni nuestro nativísimo es un provincia-lismo. Estamos condenados a buscar en nuestra tierra, la otra tierra; y en la otra, la nuestra".

En este orden de ideas, podemos señalar como primera carac-terística de la obra del arquitecto Jorge Rigamonti, la "Vocación por lo Universal". Desde sus años estudiantiles, 1960-67, con su inves-tigación y Tesis de Grado, acerca de las estructuras y formas urbanas, influenciado por las formulaciones del metabolismo ur-bano y las megaestructuras de origen japonés y las propuestas de ciudades transformables de los ingleses del Archigram, Rigamonti ha planteado la necesidad de indagar en el conocimiento histórico

Edificaciones indust r ia les en C iudad Guayana, Carbonorca, 1988-90 (pág. izq.).

Complejo Eduacional Los Olivos, Ciudad Guayana, 1964-65 (arriba)

Casa El Babazú, Caracas, 1966.

Trabajo de Grado, invitado a la Exposición "World Design Science Decade", Londres, 1965-67 (pág. der. arriba).

Edificaciones Indus t r ia les en Ciudad Guayana, Carbonorca, 1988-90, (pág. der. abajo).

universal. Así pues, él ha buscado en el patrimonio de la cultura occidental, a la cual pertenecemos por derecho natural, histórico y geográfico, las esencias y fundamentos de la arquitectura. Otra referencia, más inmediata en el tiempo, ha sido la búsqueda de las raíces universales de la arquitectura y de la ciudad moderna, con énfasis particular en los arquitectos académicos de la Ilustración, Boullée y Ledoux, y en los arquitectos Neo-Racionalistas italianos, Rossi y Gregotti, tal como se evidencia en los programas de las asignaturas "Diseño" y del seminario "Idea e Imagen en la Arquitectura", dictado por Rigamonti, quien es Profesor Asistente en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela desde la década de los 70. En este sentido, Rigamonti ha planteado la necesidad de "aceptar los elementos históricos que han tenido validez, pero sin los atavismos de mantener intactos sus elementos formales y tipológicos; por el contrario, a partir de las experiencias histórico-culturales se pueden introducir cambios y transformaciones en los conceptos y elementos de valor arquitectónico, para adaptarlos a nuestras realidades particulares". Como consecuencia, algunos de sus proyectos se pueden entender como ejercicios eruditos donde los referentes culturales han determinado el resultado final de la obra, no como una simple traslación de ideas de otros contextos al nuestro, sino como un verdadero acto creativo de transformación y sincretismo. Esta condición es tangible en los proyectos COMPLEJO URBANO MUSEO DEL PETRÓLEO (Ma-racaibo, 1983) y CONCEJO MUNICIPAL DEL DISTRITO SUCRE (Caracas, 1985). En ambos proyectos se puede sentir la búsqueda de una arquitectura que respondiendo a nuestras condiciones par-ticulares, tales como la geografía y clima de Maracaibo o como la necesidad de conformar un sector que actúe como borde terminal de la ciudad de Caracas, se ha generado a partir de ideas netamente universales. La arquitectura en estos proyectos está definida medi-ante formas y espacios que evocan significados de nuestra tierra, como de otras tierras: en franca conciliación entre lo universal y lo particular, entre lo ajeno y lo propio. Rigamonti ha podido plasmar en estos proyectos una expresión propia, contextualista, sin renun-ciar a los valores de la cultura occidental. Tal conciliación es el resultado de resolver creativamente los conflictos y dilemas entre

un "espíritu de la época", signado por la noción de Modernidad, y un "espíritu del lugar", signado por las condiciones locales del paisaje y la cultura.

Una segunda característica de la arquitectura de Jorge Rigamonti es la "Vocación por la Utopía". América ha sido el lugar por excelencia para construir, en primer lugar las utopías de origen eurocentristas (el mito de ARIEL), y en segundo lugar, nuestras propias utopías (la leyenda de CALIBAN). En un estricto sentido filosófico, la utopía no se asume como algo realizable, sino como algo ideal. La utopía, en el sentido de la Polietia de Platón, la Ciudad Ideal de Tomás Moro, o la Nueva Atlántida de Francis Bacon, representa una forma sublime de soñar con la sociedad perfecta. Tal motivación, de corte crítico frente a las realidades, en un momento y lugar particular, presupone nuevas formas sociales que mejorarán las condiciones actuales. Si existe una característica esencial del ideario de los arquitectos latinoamericanos, es su ina-gotable capacidad de soñar con las arquitecturas ideales para el hombre y el espacio americano. Jorge Rigamonti no es ajeno a esta capacidad creativa de formular visiones arquitectónicas, algunas netamente utópicas como las ya citadas Investigaciones en las For-mas Urbanas, o la serie de COLLAGES SOBRE LA CIUDAD, elaborados al inicio de su carrera de arquitecto entre los años 1966-1970. En estos montajes de gran formato, se ensamblan, mediante dibujos, recortes y fotografías, imágenes bellamente or-denadas de la sociedad y la ciudad contemporánea, los cuales se formularon, según Rigamonti, "para expresar en forma intuitiva la ciudad moderna... como una búsqueda espiritual y a veces crítica del significado de la arquitectura y en particular de la modernidad". En otros proyectos se logra conciliar la utopía con la realidad; y como consecuencia, podemos observar que la búsqueda crítica se ha materializado en formas y espacios arquitectónicos que nos presen-tan el futuro como algo accesible y posible. Este es el caso de las investigaciones y proposiciones tipológicas de viviendas, realizadas por el arquitecto durante los años 1983-86, materializadas en los proyectos CONJUNTO RESIDENCIAL LOS PORTALES (Cara-cas, 1985) y CONJUNTO VACACIONAL MAR Y SOL (Porlamar,

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Casa Nirvana, Caracas, 1982-83.

Comedor Central de Sidor, Ciudad Guayana, 1976-77, (pág. der. arriba).

Nueva Sala Teatro Rajatabla, Proyecto, 1990, (pág. der. abajo).

1986-93), en los cuales se intenta contribuir a formular la ciudad del futuro por medio de la arquitectura de hoy. En el catálogo de la exposición LA CASA COMO TEMA, organizada por la Fundación Museo de la Arquitectura, institución a la cual pertenece, como miembro fundador, además de ser su actual Director, Rigamonti escribió un interesante artículo titulado "Apuntes Para La Casa Ideal", en el cual describe dos rutas para tratar de analizar el tema en cuestión: "Arcadia", el eterno comienzo y "Utopía", el mito final. El artículo es un buen intento de imaginar sublimemente "La Casa Ideal" en términos descriptivos. "La Casa Ideal", expresa Rigamonti, "como suma de estímulos y lenguajes... debería representar nuestra inte-rioridad más profunda. Donde prevalezca lo doméstico y lo figurativo en relación con las nuevas tecnologías, los nuevos lenguajes expresivos de la sociedad y al mismo tiempo las necesidades psico físicas del hombre". La capacidad de imaginar el futuro, de pensar en las utopías, es definitivamente una cualidad de los arquitectos latinoamericanos más creativos. Frente a los graves problemas estructurales y políti-cos que afectan a nuestras jóvenes democracias, debemos seguir imaginando, debemos seguir renovando las utopías que se re-quieren para ayudarnos a enfrentar el próximo milenio.

Una tercera característica que identifica la obra de Jorge Ri-gamonti es la "Vocación por la Experimentación". El empirismo como doctrina filosófica fundamentada en un conocimiento deri-vado de las experiencias producidas por los sentidos, en franca oposición a las construcciones abstractas o platónicas, rechaza los arquetipos, al establecer que las explicaciones de los fenómenos sólo se deben de formular luego de haber demostrado su validez mediante la experimentación. Según John Locke, filósofo em-pirísta inglés del siglo XVII, todo conocimiento se deriva de la experiencia sensorial inmediata, ningún otro conocimiento es posi-ble: nada existe a menos que previamente se haya experimentado y reflexionado. Consecuentemente, una actitud empirista en la arquitectura será aquella que se desarrolle a partir de la experiencia sensorial inmediata como determinante de la forma arquitectónica; y peculiarmente, a partir de la consideración y exploración en la naturaleza de los materiales y sistemas constructivos. El paradigma

empirista en la arquitectura se remonta a la Edad Media, en particular a la evolución del lenguaje románico y su transformación en el lenguaje gótico, metamorfosis que manifiesta no sólo el papel de la prueba y el error en la consolidación de las ideas tectónicas, sino también, evidencia el valor de la intencionalidad de la expe-riencia sensorial (mística y espiritual en este ejemplo), para deter-minar los espacios arquitectónicos. En el caso del arquitecto Rigamonti, en casi todos sus proyectos, y en particular en las obras construidas, son el resultado de una búsqueda intensa y paciente para ensayar algún elemento, material o sistema de carácter nove-doso y particular al problema de diseño arquitectónico en consi-deración. En este sentido tal actitud empirista está dirigida a la experimentación tanto de los problemas constructivos, como a la exploración de los problemas sensibles y perceptivos de la arquitec-tura. Para Rigamonti, los problemas de diseño no son simplemente recibidos, o resueltos a partir de un programa de requerimientos, cada problema es una oportunidad para indagar en la definición del sentido de lugar del espacio arquitectónico o en las cualidades expresivas de la arquitectura en función de la tecnología. Como consecuencia, la tecnología no es un fin en sí mismo, sino un medio para la expresión estética de la arquitectura. Rigamonti cita fre-cuentemente al filósofo Martin Heidegger, quien ha formulado una visión de la tecnología como forma de revelación y descubrimiento de las verdades, donde el conocimiento de lo tecnológico se entiende como un instrumento de control y definición de la arquitectura. En este sentido, Rigamonti indica que "debemos subsanar la carencia de innovaciones constructivas válidas con el uso más adecuado de los nuevos materiales, sin negar la utilización de los materiales tradicionales para poder realizar con calidad y armonía los grandes temas modernos: de un lado, las grandes edificaciones industriales; del otro lado, la ciudad como totalidad habitable". Algunas veces sus experimentaciones han sido sobre el tema del espacio y el sentido de lugar como en las casas EL BABAZU (Caracas, Lomas del Miraor, 1966), y NIRVANA (Caracas, Sta. Fe, 1982). En otras oportunidades han sido los materiales y los sistemas constructivos como en el COMEDOR CENTRAL DE SIDOR (Gua-yana, 1976-77), CARBONORCA (Guayana, 1988-90) o EL CAM-

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Complejo Urbano Museo del Petróleo, Maracaibo, Edo. Zulia, 1983.

Concejo Municipal Dtto. Sucre, Caracas, Concurso, 1985, (pág. derecha arriba).

Campamento Turístico Cayo Crasquí, 1991-93, (pág. der. abajo).

PAMENTO TURÍSTICO CAYO CRASQUI (Los Roques, 1991-93). Uno de los resultados más valiosos de la experimentación en Rigamonti, es su concepto de "La Cultura de la Sombrilla Versus La Cultura de la Pared", a propósito de los problemas climáticos ineludibles en el trópico. En este contexto, el arquitecto ha experi-mentado con elementos que producen sombras, y como consecuen-cia generan un microclima, frente a los elementos que sólo delimitan y excluyen el espacio exterior, como la pared tradicional. Así pues, se prefieren los dobles techos, los pasillos techados, las pérgolas, los volados, etc., para producir la sombra como un elemento arquitec-tónico, con amplias posibilidades estéticas, a partir de los simples elementos planos que delimitan un espacio, sino que se convierten en ámbitos tridimensionales que dialogan entre el espacio interior y el espacio exterior.

Como última consideración, a diferencia de otros arquitectos eurocentristas, coetáneos de Rigamonti, nacidos en la década de los 40, y graduados de arquitectos a finales de la década de los 60, como por ejemplo Mario Botta, Jean Nouvel o León Krier, quienes han podido desarrollar una obra ininterrumpida, ideológica y formal-mente coherente, y derivada a partir de unos temas recurrentes (la geometría en Botta, el clasicismo en Krier, y la tecnología en Nouvel), la obra de Rigamonti, como la de una gran mayoría de arquitectos latinoamericanos, es fragmentaria y discontinua, ge-nerada ideológica y formalmente a partir de un proceso de transcul-turización, y construida como respuesta a múltiples temas. En primer lugar, la obra de Rigamonti es fragmentaria porque no hay continuidad temporal, tipológica, ni programática en los temas de los proyectos desarrollados; y discontinua porque en casi veintiséis años ininterrumpidos de práctica profesional, las circunstancias sólo le han permitido construir cerca de seis obras. En segundo lugar, la obra de Rigamonti es ideológica y formalmente el resultado de un proceso de transculturización, porque su pensamiento arquitec-tónico ha sido influenciado por las ideas y obras de arquitectos como Buckmister Fuller, Conrad Wachsmann, Eugene Viollet-le-Duc, Eric Mendelshon, Le Corbusier, F. Ll. Wright, Carlos Raúl Villa-nueva, Ricardo Porro, Aldo Rossi y Franco Purini; por filósofos

como Christian Norberg-Schulz. Como consecuencia, las formas que frecuentemente aparecen en su arquitectura son formas uni-versales, creativamente adaptadas a nuestras condiciones particu-lares del lugar y de la sociedad. En tercer y último lugar, la obra de Rigamonti se ha derivado de múltiples temas entre los cuales podemos citar: la modernidad, la tecnología, la ciudad, el signifi-cado de las formas, y el sentido del lugar.

Ariel, en la obra homologa del uruguayo, José Enrique Rodó, representa la parte noble del espíritu, el imperio de la razón, la consideración idealista y desinteresada de la vida, la actitud estética y espiritual de la cultura, la permanencia de las costumbres: en fin, el término ideal de la evolución humana. Calibán, por otra parte, representa los vestigios tenaces del querer tener, la concepción utilitaria ante la vida, la vocación por el trabajo práctico, la voluntad pragmática y materialista, el imperio de los sentidos y las pasiones, el goce material y sensual: en fin, lo efímero del deleite temporal y material de la vida. Lamentablemente, Rodó en su obra no logra conciliar la postura de Ariel con la de Calibán, sino por el contrario, acentúa intensamente las diferencias y la oposición. Luego de cinco siglos de transculturización, los problemas latinoamericanos, in-cluyendo la arquitectura, no pueden entenderse ni resolverse con posiciones radicales exclusivas o inclusivas. La realidad no sólo nos sugiere la búsqueda de integraciones regionales, sino también, la necesidad de fortalecer los vínculos extra-regionales o universales. Los problemas que afrontamos los arquitectos latinoamericanos no los podemos resolver exclusivamente mirando hacia afuera o mi-rando hacia adentro. Entre "el espíritu del tiempo", que para nosotros todavía parece ser la Modernidad, y el "espíritu del lugar", que no debe ser exclusivamente lo estrictamente vernacular, debemos en-contrar la mediación para poder producir una verdadera arquitec-tura americana, sin ambages, sin chauvinismos, sin complejos de culpa; una arquitectura que sirva a nuestras jóvenes sociedades democráticas. Al examinar la obra del arquitecto Rigamonti, no me equivoco al señalar que esta obra, en pleno desarrollo, que todavía debe y puede aportar grandes ideas a nuestra arquitectura, es una obra que intenta conciliar lo universal con lo local, en un intento

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Conjunto Vacacional Isla de Margarita, 1987-93.

Edificaciones Indust r ia les de Ciudad Cuayana, Carbonorca, 1988-90 (pág. der.)

por descubrir y develar los significados que pueden adquirir en nuestro territorio, los valores universales, a la luz de nuestros valores culturales. Entre el mito Ariel y la leyenda de Calibán se pueden construir muchas arquitecturas que retomen la esencia y el espíritu latinoamericano, la postura que ha asumido Jorge Rigamonti apunta hacia tal logro. Así pues, su arquitectura asume un rol emblemático de nuestra cultura, al utilizar en forma crítica los materiales, las estructuras, los espacios, y las formas arquitectónicas, para materializar las exigencias culturales de nuestra sociedad. En este orden de ideas, Rigamonti ha expresado, a propósito de la ciudad latinoamericana: "Debemos recomponer con amor y cuidado nues-tras ciudades, igualmente devastadas, por un crecimiento excesivo y rápido, por un sistema económico socialmente injusto y por la incomprensión gene-ralizada de lo que debe ser una metrópoli modemay humana al mismo tiempo. ...Debemos adherirnos a la necesidad de reconstruir los medios filosóficos de la arquitectura, para entender mejor la cultura milenaria de la ciudad. ...Aprendamos de nuestros barrios populares y reecontremos en nuestros barrios más estables y en nuestros viejos centros históricos, las verdades que nos permitan también a nosotros, entender lo verdadero de lo urbano".

Abner J. Colmenares Arquitecto de la U.C.V. en 1975. Maestrías en Arquitectura y Planificación Urbana (1979), de la Universidad de Pennsylvania, Filadelfia, USA. Profesor Agregado en Diseño Arquitectónico y Teoría de la Arquitectura en la FAU-UCV. Coordinador del Sector Diseño y Biblioteca de la FAU-UCV.

E d i f i c a c i o n e s I n d u s t r i a l e s en C i u d a d G u a y a n a , CARBONORCA, C e n t r o A d m i n i s t r a t i v o . 1988-90

C o m p l e j o U r b a n o M u s e o d e l P e t r ó l e o , M a r a c a i b o , 1 9 8 3

C a m p a m e n t o T u r í s t i c o C a y o C r a s q u 1 9 9 1 - 9 3

A R Q U I T E C T O S Y O B R A S N° 2 C R O N O L O G Í A S U C I N T A

1964-65 - Complejo Educacional Los Olivos (San I g n a c i o d e L o y o l a ) - C i u d a d G u a y a n a - En colaboración con B e r n a r d o Borges y Francisco Pimentel.

1966 - Casa El Babazú - Urb. Lomas del Mirador, Caracas.

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1965-67 - Trabajo de Grado, invitado a la Exposición "World Design Science Decade" - Bedford Square, Londres.

1976-77 - C o m e d o r Cen t ra l d e Sidor - Ciudad Guayana - Construcción sin terminar.

1982-83 - Casa Nirvana - Urb. Sta. Fe, Caracas.

1983 - Complejo Urbano Museo del Petróleo -Maracaibo - Proyecto.

1985 - Concejo Municipal del Distrito Sucre - Caracas - Concurso, Ante-Proyecto.

1987-93 - Conjunto Vacacional. Isla de Margarita.

1988-90 - Edificaciones Indus t r ia les en Ciudad Guayana - Carbonorca - Acceso Principal, Centro de Servicio, Tal ler Cen t ra l , Estación d e Bomberos ( C o n s t r u i d o s ) y C e n t r o A d m i n i s t r a t i v o (Por Construir).

1990 - Nueva Sala Teatro Rajatabla - Proyecto.

1991 - Torre Financiera Construcción - Concurso Privado. Ante- Proyecto.

1991-93 - Campamento Turístico Cayo Crasqui.

Torre Financiera Construcción, Concurso Privado, Anteproyecto, 1991.

Edificaciones Indus t r i a l e s Ca rbonorca , Ciudad Guayana, 1988-90 (pág. der.).

La representación gráfica contenida en las págs. 29 y 30 son cortesía de la oficina del Arquitecto Jorge Rigamonti.

Nace en Milán, Italia, el 18 de abril de 1940. Estudios primarios y secundarios en Caracas. Estudios de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo U.C.V. Obtiene el título de arquitecto en 1966 . Profesor d e la Cátedra de Diseño Arquitectónico, F.AU.-U.C.V., desde 1969. Director Fundador de la Fundación Museo de Arquitectura (1986). Premio de la Facultad de Arquitectura de la U.C.V. (1963); Premio "Mejor Tesis de Grado" Bienal de Arquitectura - Colegio de Arquitectos de Venezuela ( 1 9 6 7 ) . Es inv i tado a e x p o n e r su tesis en universidades europeas y norteamericanas, entre las que destacan la Architecture Association de Londres, s i endo n o m b r a d o representante de Richard Buckminster Fuller y de la "World Design Science Decade". Premio al Mejor Proyecto "No Construido", Museo del Petróleo, Estado Zulia; Bienal de Arquitectura, Colegio de Arquitectos de Venezuela (1987); en la misma Bienal obtiene el Premio de Arquitectura Regional con el proyecto "Comedor Central de la Siderúrgica del Orinoco", Matanzas, Estado Bolívar. Mención Honorífica en el concurso para la Sede del Concejo Municipal, Distrito Sucre, Estado Miranda (1986).