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Presentación 3José de la Torre Alcocer

Biografía 5

Salvador Gallardo Dávalos

Sonetos 7Salvador Gallardo Dávalos

El hombre que tenía un síndrome de hipertensión porta o el nacimiento de un lago 13Salvador Gallardo Topete, el hijo

Gabinete de curiosidades, animales y plantas transgénicos 17Salvador Gallardo Cabrera

Contenido

Ars médica: Espacio dedica-do a escritores y artistas miembros, o no, de la comunidad médica, quienes podrán aportar textos y obras artísticas que contribuyan a mejorar la cultura en salud de la comunidad.El formato diferente y su cualidad de dossier desprendible tiene por objeto su amplia difusión más allá del área del interés estrictamente médico.

LUXMEDICA

AÑO 8, NÚM. VEINTICUATRO, MAY-AGO 20130E�TYFPMGEGMzR�HI�IWXE�VIZMWXE�WI�½RERGMz�GSR�VIGYVWSW�HIP�4-*-�����

Las imágenes de este dossier son parte de la obra de Francisco Ledesma, artista visual origi-nario de Aguascalientes, donde reside y lleva a cabo su trabajo pictórico. Su obra se basa en la utilización de técnicas y procedimientos de aplicación del óleo creados y desarrollados por él, lo que hace a su obra original y única. Estos descubrimientos son producto de la experimentación y la re!exión sobre el campo de la pintura. La técnica que aquí se muestra tiene por título Dispersión de óleo.

https://www.facebook.com/Contemporaryart.Ledesma [email protected]

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Presentación

SALVADOR GALLARDO, TRES SONETOS, TRES PERSONAS Y UN TRASCENDIDOArs médica -para festejar su salida 25- se engalana al presentar tres sonetos inéditos del Dr. Salvador Gallardo Dávalos escritos en Acapulco, durante la toma del puerto por el general Maycote, con quien don Salvador andaba como jefe de la brigada sanitaria, fechados en 1918. Salvador Gallardo Topete, el hijo, generosamente nos permite darlos a conocer, jun-to con fragmentos de su obra y la del nieto, Salvador Gallardo Cabrera, como ejemplo de una trayectoria generacional unida por las letras, eslabonada por la medicina y reveladora de cómo la inteligencia, algunas ocasiones, encuentra el modo de crecer y multiplicarse.

Unidos no solo por el homónimo de nombre y apellido, sino por el uso terapéutico de las letras, en términos de lo !losó!camente deseable y de lo políticamente incorrecto: tres generaciones dedicadas al trabajo de cuidar el lenguaje para transgredirlo, ese objetivo estridentísta que, a la fecha, sigue siendo parte de la historia de lo que fuimos, refugio momentáneo del pensamiento independiente de una época.

Salvador Gallardo Dávalos fue un médico polifacético, como ameritaba la época, con profundas inquietudes en disciplinas a!nes y dispares, como la literatura y la medicina en sus artes extremos: la poesía y la cirugía de guerra... Tan contrastantes como la práctica diaria en el consultorio domiciliar, y la promoción y defensa de la vanguardia revolucio-naria en pan"etos y mani!estos... Tan distantes como la letra escrita y el pensamiento trascendido...

Algo de esta dinámica dispersa familiar, de la consulta de libros y augurios, del olor a fármacos y antisépticos in"uyó a los Gallardo hijo y nieto. El primero, desde la abogacía, busca en el cuento y la actividad editorial el uso clínico de la palabra, y de sus vivencias médicas rescata narraciones extraordinarias y la sensibilidad humana que le mantiene en la docencia. El segundo, el nieto, cuyo periplo aún es impredecible, busca en la vanguardia de las ideas la coincidencia con los afanes innovadores de la manipulación genética, como si en la ciencia médica y sus fantásticos augurios estuviera la develación de los códigos secretos.

Imagen surrealista-estridentista: sonetos perdidos entre las peripecias del poeta-narrador-soñador-terapeuta: el bisturí, la pluma y el tiempo, tres generaciones de un sólo y permanente impulso creador.

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SALVADOR GALLARDO DAVALOS (1893-1981)

Nació en Río Verde, San Luis Potosí el 9 de julio de 1893, siendo el sexto de catorce hijos de los Señores Dr. Javier Gallardo Moreno y Dolores Dávalos Carmona.En su ciudad natal realizó los primeros estudios; posteriormente ingresó al Instituto Cientí!co y Literario en la ciudad de San Luis Potosí en donde estudió la preparatoria y los primeros años de la carrera de Medicina. Como desde muy joven mostró interés y preocupación por la problemática político-social que vívía el país en esta segunda década del siglo, se unió al grupo de alumnos maderistas, capitaneados por Pedro Antonio de los Santos, Aguirre Berlanga y Aurelio Manrique, luchando contra la prolongada dic-tadura de Por!rio Díaz. Más tarde, se incorporó a las fuerzas militares de Alberto Carrera Torres y posteriormente, por gestiones del General Juan Barragán, fue comisionado al Hospital Médico Militar Central, con el grado de Capitán 2º, con-tinuando sus estudios en la Escuela Nacional de Medicina y terminándolos en la Médico Militar, siendo uno de sus alumnos fundadores. Se re-cibió en 1918, de Médico Cirujano con el grado de Mayor, !rmando su título el Presidente de la República, Don Venustiano Carranza.Ya como Médico Militar, prestó sus servicios profesionales bajo las órdenes de Generales como Maycotte y Figueroa. Acompañó en 1920 al General Alvaro Obregón en su marcha a la ciudad de México. También sirvió en el Ejército Revolucionario al mando de los Generales Celis, Cándido Aguilar y otros, recorriendo en esta ac-ción, la casi totalidad de la República Mexicana.

Desde 1922, junto con Manuel Maples Arce, Germán List Arzubide, Arqueles Vela y Miguel Aguillón, inició el “Movimiento Estridentista”, luchando contra la poesía empantanada de la época; movimiento que causó gran revuelo no sólo nacional, sino internacionalmente, por lo original de sus mani!estos y concepción de una poesía que se ponía acorde con la apertura de la modernidad en que se vívía y al que se le adhi-rieron grandes artistas de todos los géneros.En 1927 fue designado Médico del Sistema de Riego Nº 1 “Presidente Calles” en Pabellón, Ags. desempeñándose en el cargo durante cuatro años. En 1929 se casó en Aguascalientes, Ags., con la Señorita María Teresa Topete del Valle, con la que tuvo cuatro hijos: Martha, María Teresa, Salvador y Mauricio.En el año de 1933 pasó a la ciudad de México, D.F., a desempeñar el empleo de Médico de la Secretaría de Educación Pública, llamado por el Subsecretario Lic. Jesús Silva Herzog. Al mismo tiempo, fue nombrado conferencista de Radio de la propia Secretaría, que estaba bajo la direc-ción del Lic. Agustín Yañez.Conjunta al ejercicio de su profesión, desarrolló una intensa actividad de divulgación cultural y social, impartiendo varias cátedras en el Instituto de Ciencias Autónomo, Academia de Bellas Artes, Universidad Autónoma de Ags., en las Es-cuelas de Bachillerato, Trabajo Social, Enfermería, etc., teniendo entre otras las materias de:Etica, Preceptiva, Literatura Española, Literatura Uni-versal, Literatura Hispanoamericana y Mexicana, Puericultura y Primeros Auxilios, Obstetricia, etc.

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Como promotor cultural fundó la Asociación Cultural Aguascalentense el 21 de junio de 1951, la que publicó trimestralmente una Revista Literaria: “ACA”, de 1951 a 1958 fomentando el entusiasmo por la cultura en todas sus manifes-taciones. A su empeño se debe la creación de la Revista Literaria “Paralelo”, la cual tuvo gran circu-lación no sólo nacional sino internacionalmente; dicha revista se publicó de 1957 a 1962 Entre otros Organismos perteneció a: Legión de Honor Mexicana de Veteranos de la Revolución, Asociación Cultural Aguascalentense, Paralelo, Sociedad Médica de Aguascalientes, Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Seminario de Cultura Mexicana., etc. Homenaje de recono-cimiento, brindado por el Colegio Médico de Ags. en 1968, por 50 años de Actividad Profesional.

En marzo de 1982 el INBA llevó a cabo un Home-naje Póstumo, leyéndose parte de su obra en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.Una de las Bibliotecas más importantes del mun-do, la CENTRE GEORGES POMPIDOU, de París, Francia, expone permanentemente desde 1982, parte de su obra editada.También se expuso su obra, junto con la de los demás Estridentistas, durante tres meses en la Biblioteca del Palacio de los Duxes en Venecia Italia.La Casa de la Cultura de Ags. y el Instituto Nacio-nal de Bellas Artes , con el respaldo del Programa Cultura/SEP instituyeron desde 1980 el Premio Nacional De Literatura, SALVADOR GALLARDO DAVALOS, en las ramas de poesía y narrativa.

OBRA LITERARIA

“El Huerto de las Tentaciones”.- (1917-1920).-“El Pentagrama Eléctrico”.-Edición y Prólogo de Ger-mán List Arzubide. Puebla, Pueb. 1925.“La Feria de San Marcos”.- Aguascalientes, Ags. 1938“Cantos a San Luis Potosí”.- San Luis Potosí, S.L.P. 1942“Imprecaciones a la Estatua de la Libertad” 1946“9 Sonetos de Amor”.- Imprenta Francisco Antunez.-Aguascalientes, Ags.1949“Canciones Bajo la Lluvia”.- Imprenta Francisco Antunez.-.-Aguascalientes, Ags. 1950 “Tríptico” (Ave, Rosa, Mujer).-1952 “Bajo la Encina Secular”.- 5 Sonetos en Homenaje a Manuel José Othón. “Parábola de los Tres Caminos” a Enrique González Martínez.-1953 “En el Vértice de la Angustia” 1954 “Rapto de Europa”.-Sonetos.-1965 “Llama Inmortal”. Al Comandante Che Guevara.-1968

“El Triángulo Sagrado”. En la muerte de Neruda.-1973 “Laberinto de Quimeras”.- Edición del Instituto Aguas-calentense de Bellas Artes.- Aguascalientes, Ags. 1966 “Antología Inconclusa”.- Edición de la Casa de la Cultu-ra de Aguascalientes.-Prólogo de Alejandro Sandoval,- México, D.F.-1981 Teatro: “Frente a Frente”.- Drama con un Prólogo y tres Actos.- Ediciones Revolucionarias Integrales.- México, 1934 “LA VENUS TRUNCA” (Ultimo drama burgués en dos actos y una recti!cación). “Santa Juana de Asbaje”.- Edición Talleres Grá!cos del Estado de Aguascalientes, Ags.-1956 (Obra estrenada el 1-III-56 en el Teatro de la Academia de Bellas Artes de Ags.) “Romance de Rosalinda”.- Estrenada en 1977 por los Teatristas de Aguascalientes y actuada también para el Canal de Televisión Cultural de Ags.

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Tríptico Marino

Marea alta 

El oleaje del mar era un rasero que alisaba la playa noche y día, y, en un fracaso de cristalería, el tumbo agonizaba lastimero.   El cielo, todo azul, languidecía, sangrando en un crepúsculo rastrero en tanto que mi espíritu seguía para llegar a tí, áureo reguero.   Tus ojos, que copiaron el abismo de los mares, de un raro paganismo me mostraron la magna concepción.   Y mi sangre, agitada entre mis venas, por teñir tus candores de azucenas, pugnaba por brotar del corazón.   Acapulco, noviembre de 1918  Salvador Gallardo Dávalos

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Naufragio

Por la ribera de la mar tranquila la dulce niña dice su congoja, y ante el desmayo de la tarde lila, el sol se apaga como brasa roja.   Al agua un pescador su red arroja: en el rielar de la onda que vacila la luna clava estática pupila que unos canes hidrófobos enoja.   La niña por la playa al "n se aleja, y cual las breves huellas en la arena, se borran los lamentos de su queja.   Solo al amparo de la luna llena la nave de mi amor rota y añeja, ha encallado en la barra de la pena.

Salvador Gallardo Dávalos 1918

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Marina

La tarde, como alegre colegiala, entre las ondas húndese y retoza, y surges ante mí como una diosa que por la arena de la mar resbala.   La bata que te ciñe, bien señala las formas de tu carne esplendorosa, y mi vista es cual ola tumultuosa que te busca, te cerca y que te escala.   Celoso, el mar, tal vez de mi ventura, y poseer queriendo tu hermosura, nos arroja con ímpetus airados.   Mas, oh ventura de mi grata suerte, cuando estaba temiendo ya perderte, nuestros dos cuerpos quedan enlazados.   Salvador Gallardo Dávalos 1918

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Agapito soñó toda la noche montañas de agua derrum-bándose estrepitosamente en la escollera, enormes culebras desplomándose en

la ciudad, ríos salidos de madre tragán-dose todo a su paso y se soñó a sí mismo ahogándose en medio de meteoros, ma-noteando desesperado como un náufrago, tragando y vomitando agua alternativa-mente. Toda la noche fue un constante revolcarse en el camastro hasta que el timbre del reloj lo despertó.

Se sentó trabajosamente al borde de la cama. Al intentar ponerse los calcetines se percató de lo hinchado de su vientre. “Han de ser los tacos de anoche”, pensó; sin embargo el volumen siguió aumen-

El hombre que tenía un síndrome de hipertensión porta o el nacimiento de un lagoSalvador Gallardo Topete, el hijo*

tando al transcurrir el día. Al llegar al tra-bajo, Demetrio le dijo: -“compadre, ya lo traes como de nueve meses”.

La jornada laboral fue dura debido al impedimento de su barriga in creciendo. De regreso a su casa adivinó una sonrisa maliciosa de su esposa, quien le pregun-tó: -“¿Cómo sigues?”-. -“Igual”-, fue la respuesta, y sin cenar se fue a la cama.

Los sueños de la noche anterior se re-pitieron: agua y más agua; se vio marine-ro en un barco de papel, buzo de cristal encerrado en una botella de agua colo-reada, soñó a Tláloc ordenándolo sumo sacerdote y con Amado Nervo declaman-do a la Hermana Agua; soñó un lago de apacibles aguas, un arroyo cantarino y una lluvia menuda cayendo rítmicamente

* Salvador Gallardo Topete nació en Aguascalientes en 1933. En 1950 funda y dirige el periódico literario “El hombre del búho”, y la Asociación Cultural de Aguascalientes. Estudió derecho en la UNAM y en la Universidad Autónoma de Zaca-tecas. Presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, Ministerio Público, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, y Abogado Litigante.

Promotor cultural y catedrático activo, ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Raíces (poemas,1963) Desanclaje (poesía, 1965), No pretendo la voz (poesía, Universidad de Guadalajara, 1991), Un día de estos (cuentos, ICA, 2001) El investigador córvido, (Novela, Seminario de Cultura Mexicana 2003), Estancias del sueño, (Libro de Cuentos , Editora sin nombre y U.A.A.) Actualmente forma parte del consejo editorial de la revista Tierra Baldía de la UAA, en la cual imparte las cátedras de Literatura Preceptiva y Literatura Mundial.

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que le tranquilizó el dormir. Al despertar quiso incorporarse pero no pudo, su vien-tre había crecido enormemente, al doble del día anterior. Jaló las sábanas dejan-do al descubierto la voluminosa mole; se percató que los botones de su pijama se habían desprendido y vio con horror SHTXHxDV� JULHWDV�� D~Q� VXSHUÀFLDOHV�� TXH�FLUFXQGDEDQ� VX�YLHQWUH�KDVWD� FRQÁXLU� HQ�el ombligo.

“María”, llamó a su esposa, “tráeme al doctor”-. La mujer despertó, pegó un grito al ver la panza de su marido y salió a medio vestir a llamar al médico quien lle-gó como tres horas después del llamado, saludando amable al paciente: -“¿Cómo estamos?”-, saludo que no le fue corres-pondido. Luego palpó el vientre de Aga-pito, preguntándole si dolía, a lo que éste contestó que no. Procedió después a sacar de su maletín una varita de fresno que se bifurcaba en un extremo como un manu-brio de bicicleta, apuntando el otro extre-mo hacia el abdomen del paciente. Los brazos del galeno empezaron a temblar, UHWRUFLpQGRVH�KDVWD�TXHGDU�ÀMRV���´/R�TXH�pensaba”, dijo. -“¿Qué?”, preguntaron al unísono Agapito y su esposa. -“Un sín-drome de hipertensión porta”, les comu-nicó, y al ver su cara de asombro, añadió: -“agua”. Luego pidió le trajeran una cu-beta vacía.

En tanto, desinfectaba un trocar, con el que puncionó el vientre, dejando bro-tar un verdadero géiser que bien pronto llenó la cubeta, sustituida por otra que so-licitó con urgencia, sin que la presión del líquido bajara para nada. Habían sacado ya tres cubetas cuando el doctor, pretex-tando tener que llevar una muestra del

OtTXLGR� DO� ODERUDWRULR�� WDSRQy� HO� RULÀFLR�y se retiró.

Por la tarde, pasadas las cinco, regresó con la novedad de que la muestra analiza-da había resultado ser agua químicamen-te pura y como el vientre del paciente se encontraba a punto de estallar procedió a quitar las tiras de esparadrapo con que obturó el agujero que, al quedar de nuevo libre, lanzó un chisguete continuo, como si fuera el espiráculo de una ballena, lle-nando una tras otra las cubetas dispuestas expreso. Al llegar a veinte, el doctor se despidió dando instrucciones a la familia GH� FyPR� SURFHGHU� D� WDSRQDU� HO� RULÀFLR�una vez que dejara de brotar el agua; pero HO� DJXD� VLJXLy� ÁX\HQGR� LQLQWHUUXPSLGD-mente durante toda la noche.

Los vecinos acudieron con cuanto re-cipiente tuvieron a la mano para auxiliar a don Agapito. Pronto se formó una cadena humana por cuyas manos pasaban incan-sablemente los baldes. Para la madrugada, el aljibe de la casa estaba lleno y el jardín anegado, por lo que los vecinos pidieron permiso a doña María para llevarse unas cubetas a sus casas y remediar en algo la falta de agua que desde hacía más de una TXLQFHQD� ORV� DJRELDED�� 3RU� ÀQ� WXYLHURQ�agua para descargar los retretes, lavar los trastes y la ropa e incluso para beber.

El pobre don Agapito casi no durmió durante tres días; no sentía dolor cierta-mente, pero sufrió el frío de sus ropas mojadas y el ruido del agua al llenar las cubetas. Afortunadamente, a Chendo, el fontanero del barrio, se le ocurrió aco-SODUOH�XQ�QLSOH�HQ�HO�RULÀFLR�\�D�pVWH�XQ�cople donde conectó una manguera para que desaguara directamente al drenaje.

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$JDSLWR�SRU�ÀQ�SXGR�GRUPLU�VHFR�\�GHV-cansar frente al televisor cómodamente.

Como el problema de la carencia de agua persistía en el barrio, doña María, que tenía disposición para los negocios, contrató con los vecinos conexiones a la manguera, antes de desagüe y ahora de su-ministro, en cómodas mensualidades que ya en conjunto centuplicaron las entradas de dinero de la familia con relación al sa-lario que Agapito percibía en la fábrica.

Todo marchaba felizmente, tanto para don Aga como para el vecindario, hasta que apareció una nube negra en forma de inspector municipal del servicio de agua, TXH�YHULÀFy�OR�TXH�VH�OODPD�´WRPDV�FODQ-destinas y suplantación de un servicio público”, amenazando con penas severí-simas que pocas semanas después se hi-cieron realidad.

El licenciado Romero, presidente mu-nicipal, solicitó al Congreso del Estado declarara a don Agapito “de utilidad pú-blica” y decretara su expropiación; peti-ción que le fue rápidamente obsequiada. Así que don Agapito pasó a pertenecer al ayuntamiento que entregó a doña María, en pago de la incautación de su marido, quinientos bonos de la deuda pública como indemnización y un nombramiento de encargada del pozo artesiano 14AGA-15-PITO, como quedó catalogado su es-poso, quien además tuvo que sufrir la im-SODQWDFLyQ�GH�XQ�PHGLGRU�GH�ÁXMR�\�XQD�lavativa mensual de cloro para garantizar la potabilidad del líquido.

Por espacio de seis años, don Aga-pito vivió tranquilo, pegado al televisor mientras cumplía puntualmente con el suministro de agua. Un día, sin embar-

JR��DPDQHFLy�WRVLJRVR�\�DÀHEUDGR��OR�TXH�provocó irregularidades en la presión del agua y quemaduras de primer grado en tres usuarios que a esa hora tomaban un baño. Para calmar la tos le dieron una ti-VDQD�GH�JRUGRORER�\�SDUD�EDMDU� OD�ÀHEUH�dos pastillas azules y un baño de asiento con agua gélida que le bajó la temperatu-ra a grado tal que se congelaron las tube-rías y el pobre Agapito pasó a mejor vida convertido en un carámbano.

Todavía los técnicos hidráulicos pre-tendieron efectuarle un nuevo aforo con el objeto de reanimarlo pero todo fue in-útil, por lo que hubo que desconectarlo de la red municipal y organizar los funerales. Estos resultaron concurridísimos pues los vecinos, como dice el refrán, no supieron apreciar lo que tenían hasta que perdieron a Agapito.

En el velorio, el calor de los cirios y el emanado por los asistentes, derritie-ron el hielo y el agua empezó a escurrir de la caja mortuoria. Inútil resultó el ta-pón que Chendo enroscó en el cople. El agua brotó ahora por la segunda parte del nombre del difunto y ante la amenaza de LQXQGDFLyQ��HO�VDFHUGRWH�DSUHVXUy�ORV�RÀ-cios litúrgicos para que se enterrara con prontitud el cuerpo.

La muerte no impidió la hidrogenéis. Al día siguiente del sepelio, el agua lím-pida saltaba con su glu glu refrescante de la tumba. A la semana, el pequeño cementerio ubicado en una hondonada había desaparecido bajo las aguas. Para el invierno las garzas clavaban su blanca interrogación en el lago.

Aguascalientes, Ags. 1990

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Gabinete de curiosidades, animales y plantas transgénicosSalvador Gallardo Cabrera

1.- Un parpadeo, un instante per-dido o un hueco en el continuum mediático pueden dislocar la producción de realidad. Cuando en febrero de 2009 apareció la

noticia del nacimiento del primer perro FORQDGR�FRQ�ÀQHV�FRPHUFLDOHV��XQD�]RQD�de ausencia se abrió paso entre la realidad climatizada de los noticieros televisivos. Un perro clonado, duplicado genético exacto, dislocó las conexiones entre la producción de verdad, nuestras certezas éticas y nuestros ensambles de afectos. Una pareja de viejos de Florida pagó 150 mil dólares por una réplica de su labra-dor, llamado Lancelot. El perro no había sido clonado en un laboratorio de alguna universidad de prestigio, ni por alguna corporación biotecnológica planetariza-

da, sino por un laboratorio marginal en Corea del Sur. De inmediato se sucedie-URQ�ODV�UHDFFLRQHV�GH�FLHQWtÀFRV��FRPLWpV�de bioética, colegios de teólogos y grupos religiosos, sociedades protectoras de ani-males, comisiones de derechos humanos, consejos de empresas biotecnológicas, farmacéuticas, etc. Se excitaron los temo-res ante el rumbo que estaba tomando la genética molecular y las investigaciones FRQ�HPEULRQHV�\�FRQ�RUJDQLVPRV�PRGLÀ-cados genéticamente; se enumeraron los peligros de las poblaciones en riesgo. Se habló incluso de cómo algunos desarro-llos de las ciencias biológicas ponían en riesgo la naturaleza humana y a la huma-nidad misma. Hubo cientos de encuestas. Que se clonara una oveja, bueno, podía pasar, pero un perro, una mascota…

* Salvador Gallardo Cabrera, estudió !losofía en la UNAM donde es profesor en la Facultad de Filosofía y Letras y en Arquitectura. En 1983 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven. Ha publicado, entre otros, Sublunar (poesía, JGH editores, 1997), Las máximas políticas del mar (ensayo, Colegio Nacional de Ciencias Políticas, 1998), Sobre la tierra no hay medida –una morfología de los espacios- (ensayo, Libros del Umbral, 2008), Estado de sobrevuelo (poesía, Bonobos, 2009), y La mudanza de los poderes. De la sociedad disciplinaria a la sociedad de control (ensayo, Aldus, 2011). Es editor de ICEBERG, un híbrido multimedia capaz de meta-morfosis constantes: www.plataformaiceberg.com

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¿Cómo dirigir nuestros afectos a un clon? ¿Nuestros planos de efectuación éticos servirán para el mundo clónico? Los dise-ños de realidad y los discursos de verdad que nos sostienen, ¿podrán dar cuenta de un espacio paralelo de dobles exactos?

2.- Las instituciones de salud de Corea cerraron el laboratorio en cuestión. Los genetistas que ahí trabajan se dispersaron. Hoy sabemos que uno de ellos emi-

gró a Vietnam y emplazó un laboratorio de ingeniería genética bajo la fachada de una granja con animales. Desde ahí creó varios clones de perros para millonarios occidentales y con el dinero de sus encar-gos comenzó a dar forma a su sueño más caro: un gabinete de curiosidades, anima-les y plantas transgénicos.

3.- Los gabinetes de curiosidades de los siglos XVI y XVII encen-dían su imaginación. Admiraba los esfuerzos de esos hombres que iban de un lado a otro bus-

cando especímenes raros, estableciendo colecciones variopintas de plantas, mi-nerales, fósiles, meteoritos, animales. Pero sobre todo se sentía atraído por las colecciones de monstruos y seres anor-males: cabras con dos cabezas, gallinas con cuatro patas, puercos mellizos, em-briones de caballos con un cuerno, fetos humanos con cola o pezuñas, gallos con triple cresta.

4.- Así que decidió crear su pro-pio gabinete de curiosidades. De la época en que trabajó en el laboratorio de la USDA en Beltsville, Maryland, creando

biorreactores, es decir, animales a los que se les introduce DNA de ciertos genes hu-manos capacitándolos para producir cier-tas proteínas humanas, había conservado dos cerdos manipulados con genes de la hormona del crecimiento humano que ha-bían desarrollado artritis, deformidades de la columna y quedaron uno bizco y otro ciego. También conservó una tilapia PRGLÀFDGD�SDUD�SURGXFLU�LQVXOLQD�KXPD-na y un salmón que tolera las heladas de Siberia.

5.- Pero los biorreactores le abu-rrían; los consideraba poco ar-tísticos. En cambio, siguió con pasión las micromanipulaciones transgenéticas que se realizaban

en laboratorios establecidos con todas las de la ley: un ratón con un gen procedente de una medusa el cual produce una pro-WHtQD�YHUGH�ÁXRUHVFHQWH��XQ�SROOR�VLQ�SOX-mas desarrollado para la Kentucky Fried Chicken; el pez TK-2, desarrollado por Taikong Lab (Taiwan), manipulado con XQ� JHQ� S~USXUD� ÁXRUHVFHQWH� KDOODGR� HQ�los corales; una rana translúcida con la TXH� ORV� FLHQWtÀFRV� GH� OD�8QLYHUVLGDG� GH�%LRORJtD�DQÀELD�GH�+LURVKLPD�HVSHUDEDQ�observar el desarrollo de tratamientos médicos en los órganos internos sin tener que diseccionar.

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6.- Siguió también con atención GREOH� ODV� PRGLÀFDFLRQHV� JH-néticas botánicas: semillas re-sistentes a las sequías, plantas capaces de segregar toxinas que

las protegen de sus predadores y plagas, jitomates transgénicos azules que inclu-yen una vacuna contra la peste bubónica y neumónica, cereales con genes de rata que segregan metales duros, tabaco con genes brillantes.

7.- Se hizo de un ejemplar de todos esos organismos modi-ÀFDGRV� JHQpWLFDPHQWH�� (O� SH]�TK-2 le costó 17 dólares; la rana translúcida cerca de 70

mil. Impulsado por esos ejemplos, se dio a crear sus propias obras. Obtuvo una muestra del agua de la laguna de Manial-tepec, en Oaxaca, rica en minerales, y del plancton que al combinarse con los mi-nerales producía bioluminiscencia. Pro-yectó entonces una obra que enlazara tres reinos. Creó una libélula con un transgén del plancton, otro de rana, y genes de la hormona del crecimiento de los insectos. El gen del plancton para darle biolumi-niscencia, el de la rana para que produ-jera globina y fuese capaz de vivir en un estanque o charca con poco oxígeno, y el gen de crecimiento de los insectos para que alcanzara 15 cms. de largo. Por úl-timo, creó un estanque con una densidad mineral muy alta que, al menor roce del DOD�GH�OD�OLEpOXOD�PRGLÀFDGD��VH�LOXPLQD-ED�HQ�WRGD�VX�VXSHUÀFLH�

8.- Creó también una golondrina QRFWXUQD� FRQ� ÀODPHQWRV� IRVIR-rescentes en las alas, y en honor a Huidobro, la llamó “golonci-ma”. Un calamar que despedía

tinta de color naranja, una polilla que comía libros haciendo surcos en bustro-fedon, un escarabajo blanco con un solo cuerno, y un camaleón que mudaba el tono de su piel según el orden de los co-lores del arco-iris.

9.- Acosado por Greenpeace, di-versas sociedades protectoras de animales, comités de bioéti-ca y los gobiernos de Corea y de varios países occidentales, tuvo

que desmontar su granja-laboratorio en Vietnam. Dispersó su colección por me-dio de donaciones a museos de historia natural y de arte contemporáneo. Un cu-rador de arte escribió un pormenorizado ensayo sobre Libélula de los tres órdenes, en el que mostraba que su estética rebasa-ba los tímidos intentos de Damien Hirst al encapsular tiburones. Nada más se sabe del manipulador transgénico. Una nota anónima de Liberation lo situó en Brasil, trabajando para una empresa farmacéuti-ca multinacional. Libélula de los tres ór-denes fue subastada por 63 millones de dólares.

Arsmédica