José Antonio en la cárcel y a hombros de sus Falanges – José Martín Villapecellín

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    JOS ANTONIO EN LA CRCEL Y A HOMBROS DE SUSFALANGES

    JOS MARTIN VILLAPECELLIN

    EDITORIAL M A U C C l MALLORCA, 16 6-168 BARCELONA

    Digitalizado por Triplecruz (10 de diciembre de 2011)

    A MERCEDES .............................................................. .................................................................... .............................

    LA FALANGE Y MARTN VILLAPECELLN...........................................................................................................4

    JOS ANTONIO EN LA CRCEL............................................................................................................................... I......................................................................................................................................................................................6 II ...................................................... ................................................................ .............................................................. 7

    III ............................................................... ............................................................... .....................................................9 IV.................................................................................................................................................................................10 V ................................................................ ............................................................... ...................................................12 VI.................................................................................................................................................................................13

    A HOMBROS DE SUS FALANGES............................................................................................................................1 I....................................................................................................................................................................................16 II ...................................................... ................................................................ ............................................................ 18 III ............................................................... ............................................................... ...................................................19 IV.................................................................................................................................................................................21 V ................................................................ ............................................................... ...................................................22 VI.................................................................................................................................................................................23 VII ...............................................................................................................................................................................24

    VIII .............................................................. .............................................................. ..................................................25 IX.................................................................................................................................................................................26

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    A MERCEDES

    Me acompaas en este paseo de la vida hasta la muerte. Lo ms noble y sagrado que hepodido escribir, a ti te lo dedico, porque supiste dar inspiracin a unos das llenos de emociones yde recuerdos nicos. Mis cuartillas se abrazan a ti como ofrenda del poeta. Eres ma y eresMadre, qu mejor homenaje te puedo rendir que esos trozos de Jos Antonio, hijo yenamorado?

    Compartiste los momentos ms difciles de tu vida a mi lado. Y te arranqu de lo anteriorarrancando un poco de mi vida, con dureza y frialdad de apasionado. Asistes en estas nochescrudas a esta conquista vertical de Espaa con calor suave y amoroso, como se conquista a lamujer que parir nuestros hijos.

    Eres la flor que por esos caminos de Espaa he ofrecido a Jos Antonio. Lgrimas de Madreal paso del cortejo. Eso eres, ante todo y sobre todo, Madre. Madre que busca al hijo que no dej.Madre que espera siempre. Madre que oculta su verdad en el llanto de mujer. Tu vida est faltade caricias de hijo. Ese es tu amar, Mercedes, y sta es mi dedicatoria: A la Madre para l y a laVirgen para m.

    JOS MARTIN VILLAPECELLIN

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    La Falange y Martn Villapecelln

    Poco despus del 19 de febrero de 1936, una imponente manifestacin del Frente Popularasista al entierro de uno de los suyos e inundaba la Gran Va de Madrid de puos cerrados y degritos de odio contra la Patria y contra la Falange. Son de pronto un potente ARRIBA ESPAA yel hombre que lo lanz se vio envuelto en el acto por la masa frentica que intentaba lincharle. Apunta de pistola mantuvo a distancia a los ms peligrosos y logr a duras penas salvar la vida.

    Tan extraordinaria audacia depar a Jos Martn Villapecelln una larga temporada de crcely una satisfaccin inextinguible que teir para siempre su vida. La alegra de compartir la prisincon JOS ANTONIO PRIMO DE RIVERA, con el fundador, que en el ms alto servicio de Espaaviva sus ltimos meses de existencia rodeado de discpulos predilectos, de sus mejorescamaradas.

    La admiracin y el respeto que tena Villapecelln para Jos Antonio se agrandaron hasta loinconcebible. Recuerdo la obediencia fervorosa con que cumpla sus rdenes y recuerdo tambinque ni una sola vez se retir a su celda sin cuadrarse antes militarmente y ponerse a las rdenesde Jos Antonio, que responda con una afectuosa frase de despedida.

    Una noche de finales de mayo, el Oficial de guardia interrumpi nuestra tertulia de sobremesacon la orden de libertad inmediata de Vllapecelln y del autor de estas lneas; orden que nossalv de una muerte cierta y nos permiti actuar otra vez en la calle al servicio del Movimiento.Preparamos nuestros maletines en el acto y nos dispusimos a salir. Jos Antonio, Miguel, JulioRuiz de Alda, Raimundo, Augusto Barrado, Roberto Basas, Alejandro Salazar, Andrs de laCuerda, Palao y otros heroicos camaradas, cados ya casi todos en acto de servicio, acudieron adespedirnos hasta cerca del centro de la prisin, lmite que muchos de ellos no haban dequebrantar jams. Slo sus almas lo franquearon meses despus para montar la guardia eterna.

    Tras estrecharnos fuertemente las manos, adoptamos la posicin de firmes y Jos Antoniogrit un ARRIBA ESPAA contestado por todos con voz fuerte que dominaba la emocin. Pero aJos Martn Vliapecelln, que haba sabido lanzarlo con mpetu magnfico ante la manifestacincomunista, le quebr la voz y las lgrimas no le dejaron contestar. Recibi entonces de JosAntonio la primera y nica reprimenda, y estoy seguro que ella ha quedado para siempre comouna reliquia en el nimo y en el espritu de Martn Vliapecelln.

    RAFAEL CARCERAN

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    JOS ANTONIO EN LA CRCEL

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    II

    En el espejo de la noche he visto mi vidame dijo Jos Antonio en aquellas noches largasde su vida corta. En sueos he visto que me fusilaban y he sabido morir con dignidad, escuestin de unos segundos y merece la pena...

    Rafael Snchez Mazas, con su Biblia debajo del brazo, nos hablaba de Dios. Qu feo se poneRafael para decir cosas bonitas.Pocos contemplan la luna desde la ciudad. La noche est alegre y ni siquiera tiene la nota

    obscura de nuestras camisas.Raimundo piensa en que en la maana anterior ha metido sin querer a sus hijos en la crcel

    para besarlos.Manolo Valds habla a una carta perfumada junto a las rejas de la luna. Una descarga

    desarmoniza la silueta armoniosa del centinela.Todo es largo como la partida de ajedrez que comenz la noche anterior.Aventuras de nio en el hombre, es Julio Ruiz de Alda. Y nuestro Artagnan en la

    impetuosidad de la ltima hazaa de Alejandro Salazar: Era tan bonita.La luna se ha enfadado y huye del centinela que escandaliz al silencio.

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    Pitillos que se consumen en el humo que comienza. El ruido de los ltimos tranvas noshablan de la ciudad. Quin est en la prisin, la calle o nosotros? Aqu estamos por una actituddigna que tuvimos fuera. Pensamos lo mismo, pero en la calle no se puede continuar pensandoas. Quin est en la prisin?

    El deporte es el tema favorito de unos hombres que estudian.Una mujer que recibi muchas veces el homenaje de las flores, nos ha dejado en la maana

    unas botellas burlando la vigilancia del oficial de la prisin: Buen coac, tiene color de sol ysabor de mujer morena; por ella, dice Miguel. Las copas al chocar tienen sonido de beso. Hemosbesado espiritualmente a una mujer por medio del coac.

    Jos Antonio no gusta de las bromas, aunque su risa ha comentado un chiste.Rafael Garcern hace fcil la poesa con la aridez de los temas econmicos, en dificultad

    para los dems.Es una noche igual en nuestras noches distintas.Jos Antonio comenta: Hoy me han enviado un ejemplar del Quijote, por qu en Espaa

    todas las cosas grandes se hacen desde la crcel?...Llueve como dilogo del cielo.Olor para el sentimiento.El suelo chasca en dolor.Unas nubes rojas en el firmamento como presagio triste.Risas en la prisin...

    Ilustracin 1. De aqu sali Falange Espaola. Un Arriba Espaa! ahogaba los fusiles en la madrugada de losasesinatos

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    III

    Jos Antonio es un poeta que no sabe hacer versos y se ha rodeado de versificadores queno son poetas.

    El sol ha vencido a las nubes y disfrutamos del paseo en un patio que mira al cielo. Unasvoces desarmonizan el himno de la Falange y Jos Antonio corrige con indignacin maldisimulada. Ve el himno hecho vida en la voz del pueblo y quiere que le canten bajo, casidicindolo. Ha visto a un pueblo distinto.

    Un avin nos saluda, nos trae algo de la vida por el aire. A la segunda vuelta le contestamosformando con nuestros cuerpos en el suelo estas dos letras: F. E. En el aire ya no queda ms queruido de motores, en el patio de la crcel palomas del corazn florean al viento.

    Rubiellas grita: Villapecelln, ha llegado tu turno para afeitarte. El reglamento de prisionesno nos permite tener navajas ni nada cortante y nos tenemos que poner en cola para que nosafeite Francisco; es un enfermo mental que degoll a su novia en un ascensor, con la navaja. Mesiento en la silla del martirio de todos los das y aqu empieza lo horroroso; una vez jabonada lacara, Julio Ruiz de Alda le peda pormenores sobre la muerte de su novia. Un cuarto de hora deespanto, y Pedro Homs espera su turno para el sacrificio con cara de miedo y palabras de broma.

    Noticias de la Prensa. La calle se ocupa de nosotros mucho ms que nosotros de la calle.Raimundo lee un peridico en voz alta y al fin lo tira con asco. Es mucho ms interesante la copaque nos jugamos al ftbol, en partidos de campeonato contra otras galeras. Esta tarde jugamoscontra el equipo de delitos de sangre. Jos Antonio est entusiasmado. El deporte para l es vida.Existen numerosas apuestas. El rnica va a estar por las nubes.

    Es la hora de la comunicacin. Se habla de amor y de Patria. Esa muchachita del pueblo nosha trado un algo de la ciudad, ha perfumado la crcel.

    Unos flechas nos traen un regalo: un baln que cogieron valientemente al judaismo de unosAlmacenes. Antonio tambin trae en esta maana un obsequio a Jos Antonio: es un revlver deplata que quit completamente desarmado a cinco muchachos de una organizacin poltica que leatacaron. Ms tarde Jos Antonio se lo enva al Jefe con una tarjeta que deca as: Para queotra vez les sea ms til. Reconozco que es un arma valiosa.

    Hay mucha animacin. El Dr. Barrado no permite que le robe nadie un minuto en esta horaque dedica a su mujer y a sus hijos. Guitarte habla con una nueva muchacha, es la quinta noviaque le he conocido. Cnepa es ms constante.

    Dora Maqueda nos habla de proyectos desde fuera de las rejas. Pilar nos sirve de enlace conlos que trabajan fuera. Unas palmadas nos indican ha terminado la hora de la comunicacin. Noshan robado unos minutos, como siempre. Una seora de pelo blanco y que lleva el manto negrodel dolor, me besa; es mi madre.

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    Ilustracin 2. El templo del trabajo es prisin del obrero. Martirio en nuestros primeros camaradas.

    IV

    Nos ha sorprendido la primavera en la crcel. En la calle ha aumentado el odio esta maanade sol. Por las sombras de estos calabozos han pasado otros hombres con pensamientos negros,que explotaron el sentimentalismo del pueblo espaol en su propio beneficio. Nosotros estamosdetenidos por ser sentimentales fuera y convertimos, sin posturas heroicas, lo incmodo enagradable.

    Un mtodo en las vidas. Reglamentamos las horas en sentido de civilizacin. Jos Antonionos impone disciplina, con su propia disciplina: ejercicios gimnsticos y deporte. Unas duchaspreparatorias del trabajo intelectual. Alternamos los temas sociales y polticos con la poesa, poreso nuestra poltica tiene un sentido ampliamente potico y nuestras poesas hablan de una justicia social. La hora de las visitas en conversacin de camaradera, con unas gotas de ciertasobriedad amorosa. Un almuerzo frugal sin variedad de gustos. La sobremesa invita a descansarel espritu, mientras Jos Antonio trabaja constantemente en el silencio de nuestras voces.Partidos de pelota y de foot-ball. La noche siempre nos sorprende en nuestro ciclo deconferencias, en las que aprende el conferenciante aceptando la controversia del Maestro. Yalgunas veces comprendemos que estamos en la crcel.

    Para el pensamiento no hay prisin. Las rdenes de Jos Antonio se cumplen en la calle. Un juez asalariado ha dictado una sentencia horrible en su cobarda contra un nocente. Ortega hasido condenado a treinta aos. Los criminales tambin tienen sus leyes y su justicia. La fiera hapedido una vctima y esta vctima tena que ser de Falange. Nuestra indignacin no ha tenidolmites. Ortega est contento. Jos Antonio piensa.

    En esta maana de sol ha aumentado el odio en la calle. La Falange hace justicia. El juez que

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    conden un nocente sin pruebas ha cado en la calle.Ortega no tiene ms que veinte aos, le espera el penal para siempre. All qued rota su vida

    por las balas.En esta maana de sol ha aumentado el odio en la calle...

    Ilustracin 3. Todos los que aparecen en esta fotografa, menos Villapecelln, fueron asesinados. Ortegasonre a la Justicia Republicana.

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    V

    Jos Antonio escribe una novela sentimental. Es el dominio de la mujer en el que la poseeespiritual-mente. Otro no tiene ms que su cuerpo. En esta novela se revelan los sentimientos deeste hombre enrgico. .

    La crcel es disciplina para nosotros, sin la nota espectacular de la pedantera.Hoy jugamos la final en el campeonato de foot-ball. Y hoy se ventila la eleccin de Diputados

    a Cortes en la provincia de Cuenca. Jos Antonio afirma: Os aseguro que tengo ms inters enganar el partido que en salir diputado. Era preciso conocer a aquel hombre que meda las cosasen postura elegante. Ganar el partido era el triunfo deportivo de la Falange, sacar el acta dediputado era salvar su vida gracias a la inmunidad parlamentaria que le pondra en libertad.

    Yo jugu de defensa con Julio Ruiz de Alda. La pelea ha sido dura, pero jams se ha jugadocon un concepto ms alto del deporte. Al final, nuestro triunfo. Hemos vencido, nuestro Jefe yatiene su sentencia de muerte.

    Jos Antonio est radiante de alegra. No se comenta ms que las incidencias del partido; elacta de Cuenca, qu importa!

    No importa, no importa nada, nuestra consigna ya ha tomado carcter para el pueblo en unaimprenta clandestina. No importa nada, ya han cado varios camaradas con esa palabra en loslabios.

    En el amanecer de la Falange nos llega la noticia de la muerte de un primo hermano de JosAntonio que asisti al entierro histrico de un Guardia Civil. Le comunicaron la triste nueva en elmomento en que estaba jugando una partida de ajedrez. Sin inmutarse, dice solemnemente:Sez de Heredia: Presente; grita la emocin de aquella galera de la crcel. Que cada unosiga en su trabajo; fu el comentario de Jos Antonio.

    Das de emocin. Nuestras sentencias se cumplen: Ojo por ojo, diente por diente.Todas las galeras estn abarrotadas de camaradas. Y Jos Antonio comenta en aquella

    maana: Vamos a poner fuera un cartel que diga: Cuartel General de Falange Espaola de lasJ.O.N.S..

    Una noche nos sorprende la libertad a Rafael Garcern y a m. El dolor de la calle en nuestraseparacin. Nos hemos despedido para siempre. No somos merecedores del alto honor de lamuerte en acto de servicio.

    Aire. La realidad del mundo distinto. De pensin en Hotel voy escondiendo mi modestapersonalidad. Mi libertad es precisa a la Falange; duro castigo. En la plataforma de un tranva unseor exclama: Mi cartera!. Un golfiIlo corre entre la indiferencia de los guardias. Y entoncespienso en aquellos caballeros que dej en la Crcel Modelo para siempre.

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    Ilustracin 4. La libertad nos iba a separar para siempre

    VI

    Pocos das despus sonaba por ltima vez la voz de Jos Antonio en Madrid. Era un ArribaEspaa! precursor de otro grito que saldra de sus entraas ante los fusiles cobardes de susasesinos. Jos Antonio ha sido trasladado a la crcel de Alicante.

    Aquel pensamiento privilegiado se haba ocupado unos minutos de m, en esta, una de sus

    ltimas cartas:Prisin Provincial de Alicante, 18 junio de 1936. Querido Villapecelln. He agradecido muy deveras tu carta, tan llena de afecto para m, y deseo que dure tu libertad. Conviene que estemoslibres cuantos podamos, para mejor servicio de Espaa en estos duros das. Aqu no estamosmal: la vida es tranquila y el clima dulce. Miguel y yo estamos separados, por orden de Madrid, delos dems camaradas; seguimos nuestro rgimen de gimnasia y trabajo, y estamosinmejorablemente de salud. Miguel te manda sus mejores recuerdos. Recbelos con un abrazo detu amigo y camarada Jos Antonio Primo de Rivera. Arriba Espaa!

    El 1 8 de julio me sorprende en la crcel de Olmedo, entre los gritos de la incultura que seencierra en unas murallas; son las mismas murallas que sirvieron de prisin a aquel caballero:

    La gala de Medinala flor de Olmedo.

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    Ilustracin 5. La ltima carta que escribi Jos Antonio a Villapecelln

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    A HOMBROS DE SUS FALANGES

    I

    No le mat Alicante. Le mat el egosmo de los hombres, todos, incluso los que hoy lesaludan y llevan el color de nuestra camisa de uniforme. Por qu? Hablaba de una forma

    demasiado humana para ser comprendido. Provoc al lujo con la incomodidad y busc el martirioen recompensa. No gustaban sus cosas; eran tan serias...Pasa el cortejo a hombros de fieles. Del templo al campo como templo de poetas. El lugar

    invita a la contemplacin, la procesin invita a meditar. Y contina en paso lento por esoscaminos de Espaa. El pueblo ya no le recibe con gritos de odio, le espera de rodillas. Ese hasido su triunfo. Ha sido el triunfo que ha costado la mejor de las vidas. Quisiera que mi sangresea la ltima que se vierta en Espaa.

    Ya pasa el cortejo. Humo de un barco en la lejana, como ltimo pitillo del mar. Luto en losbalcones engalanados de las casas. Qu habr en el interior? Alicante es la grandeza deEspaa en pequeo, en el amanecer de este 20 de noviembre. Por la tarde nos resulta undomingo distinto a ese da de descanso sealado en la semana, con el paseo del pensamientohacia una carretera que termina en el Escorial. Se habla con el colorido incoloro de un da que yaest en la Historia y que no debi amanecer. La carretera que nace en su casa, frente alcamposanto, nos conduce al Imperio. Carretera sin carros ni peatones.

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    Es el primer hombre que se acerca muerto a los pueblos que dio vida. No prometi nada;sencillamente, lo cumpli.

    Las campanas de las torres sin iglesia voltean. Los pjaros vuelan de un lado a otro con elaturdimiento del silencio, como homenaje de las alas en su choque con el aire.

    All va el Apstol con su religin, a hombros jvenes en la intemperie.Ya pas el cortejo midiendo los kilmetros que separan y unen.

    Ilustracin 6. Imperio en los luceros. Por la tierra ha pasado el Cortejo.

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    II

    Se lo llevan la noche y el da; se lo llevan la inmortalidad de las noches y de los das. Caminode su camino de reyes y emperadores. Silenciosamente a la intemperie, como a l le gustaba. Soly luna. Calor y fro.

    A hombros de viejas camisas, despacio, en paso militar y religioso, va por esos caminos elcuerpo de aquel hombre que vivi por esos caminos de Espaa. El pueblo le ve tal como era. Escredo su palabra. Manda cuando muere, y muere en el martirio, justamente a los treinta y tresaos. Es la procesin, no es el entierro, como siembra de la Fe. No pedimos por l; le pedimosque pida por nosotros. La poesa habla al silencio de la noche: si su vida dur lo que las flores, sunombre vivir lo que la Historia...

    Jefe arriba; Csar en los luceros. Recompensa de un cielo azul nuevo, en una vida deambicin heroica.

    Saliendo de Alicante, el primer pueblo que une a esa carretera cuesta arriba es Monforte delCid. En esos metros de la oracin he llevado sobre mis hombros, en honor mximo, el cuerpo deJos Antonio. Es la primera noche. La tarde muere lentamente. El cielo rojo, ya es azul negro.Todo Monforte del Cid parece una iglesia. Alfombras de la naturaleza. Al paso de Jos Antoniolos hombres buscan el contacto con Dios. Luces de la Tierra para el Cielo. La oracin del clero enoracin de las almas. Cantos en las gargantas que no cantan. Jos Antonio es la realidad msticade una vida real.

    Pisamos fuerte en una noche dulce. Faltan muchos; sus mejores camaradas no supieronabandonarle, y ah estn poblando ese cielo de luceros como flores.

    Ya es el campo nuestro marco; su campo; completamente a la intemperie. Y en la silueta dela procesin, la poesa de la Falange. Noche de luna. Silencio absoluto en pensamientos quehablan agitadamente. La noche se le lleva camino del amanecer...

    Segundo da de la procesin de Espaa. Sol en el recuerdo de una vida. Mi modesta plumaos entrega algo de l, de aquel hombre que habl a los hombres cuando aun no le entendan. El

    clima espiritual no estaba preparado. Sentido del sacrificio sin necesidad del mando para elservicio. Para entender a aquel amante era preciso estar enamorado. Le interesaban cosasdistintas que a los otros. Era un romntico que calculaba. Cuando el pueblo dej de ser pueblo,Jos Antonio no dej de ser Csar. Su casa, la prisin; su panten, el Escorial. Esa caja sagradaa hombros de honor, recoge en silencio de brazos que se elevan la elevacin de hombres queintentan llegar a l. As vivi y para eso vivi. Gobierna cuando muere, y vive para gobernar.

    Se lo lleva el silencio de la noche en la ascensin de las Flechas, envuelto en sus banderas.

    Ilustracin 7. Se lo llevan la noche y el da

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    III

    Hace fro; es la expresin que puede tener todo el mundo, menos los que acompaan elltimo paseo de Jos Antonio. Calor en corazones jvenes.

    Ha salido el sol. Suspiros de mujer. Por qu, si no le trataron? Le ven quiz tal como era?La carretera sube entre curvas que no se ven; tampoco se ve el final de nuestra recta.Flores de primavera en el otoo sentimental de las flores. La carretera tiene color de campo y

    no de civilizacin. Esperan los pueblos al hombre que esper a los pueblos.Calor fro; es la expresin exacta del tiempo. Todas las regiones de Espaa se suceden en el

    honor de llevarle dentro de esa carretera que une a Alicante con el Escorial. Es la carretera delImperio.

    Mesas del amanecer. En el caminar de los hombres se ve la perfeccin del caminar de aquelhombre. A hombros fuertes de la Falange va el cuerpo de Jos Antonio envuelto en su bandera.Luto de Espaa y sangre de su cuerpo. Con la sobriedad enrgica de un hombre humilde.

    El campo tiene el color con que l le vio. Dio vida a las tierras muertas. Dolor en las mujeres ydureza en los hombres. Ya pas el odio. Su ltima sonrisa qued clavada en el alma de este

    pueblo.Orgullo de ser espaoles porque aqu naci Jos Antonio. El manto de su amada le arrulla en

    su corazn, es esa carretera que une a Alicante con el Escorial; carretera de Espaa.Muri con su brazo en alto de paz, frente a las armas de la cobarda. Muri sin duelo posible,

    indefensamente, como no sabe matar la Falange. El poder del plomo, frente al poder de lainteligencia.

    Se abre paso en el campo cuando su religin es poesa, en esa poesa religiosa de los queAscendieron. Mstico de la guerra y guerrero de la paz. Es ya Jos Antonio para el pueblo, porqueas lo quiere Espaa. Tiene la intimidad de su pueblo.

    Desaparece el cortejo en lo alto de aquella carretera, y El queda en lo alto de aquellos

    balcones que miran a la carretera.Cirios que se consumen en vidas que comienzan. Aquel pensamiento ilumina nuestrospensamientos. Podremos nosotros dar luz a este entierro que recibe la luz de la luna?

    Todo invita a amar. Es Jos Antonio que pasa muerto cuando nos dio vida.

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    Ilustracin 8. Alicante queda lejos...

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    IV

    El cortejo tiene color azul. Es la manifestacin de la Fe. Sale el sol y la luna, en el transcursode los das y de las noches, como homenaje divino. Sobre almas camina por la tierra, en volandasde emocin y suspiros de flores de la Falange. Falange eterna en la eternidad de Jos Antonio.

    Ya no se percibe el ruido del mar en su caricia a la tierra. Cuesta arriba, bajando al calvario,est esa meseta dorada de Castilla. Escenario predilecto de una vida que no pasa por la muerte.Los pueblos en la oscuridad luminosa de los templos. Ancha es Castilla. Calas en los corazones.

    Al paso alegre de la paz, termina la cancin, justamente cuando comienza ese himno quese reza y no se canta del paso de Jos Antonio. Desplegadas las banderas victoriosas ante laAscensin. Las campanas voltean con sonido de gloria. Es que pasa el Hombre que haconseguido ser ms de lo que se puede ser.

    Jos Antonio en las alturas de su elevacin. Ahora todos le comprenden porque ha elevado elsentir de las gentes. Y su pueblo conversa con El en oracin.

    Rostros duros, curtidos de aire, con cicatrices de la lucha en el silencio de su expresin quehabla, continan en paso corto el largo paseo de Jos Antonio. Los pueblos le reciben como Ellos quera, iluminados por las almas.

    Sonido de vida en la muerte tiene esta noche de Castilla. Desde su trono la Virgen, madre, seasoma para verle. El cielo tambin parece que tiene cicatrices. El amanecer es largo, luto arriba.La palidez de las hojas que cayeron de los rboles tienen sangre.

    Hizo doctrina de Espaa para vigilarla desde el lucero ms alto; tambin vigila nuestro trabajode todos los das su fotografa en nuestros despachos. La multitud se acerca a El limpia deegosmos.

    Su camino es el caminar de hoy. Las mujeres laten en los bordes de esas cuestas largas.Horizontal en nuestra posicin vertical, recibe el homenaje de la Fe de Espaa camino de su casadel Escorial, donde le espera el dilogo de los siglos en panteones regios de nuestra grandeza.Espaa no puede parar su Historia y la continua en esta nueva era de Jos Antonio.

    Ilustracin 9. El pueblo late en los bordes de estas cuestas largas.

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    V

    Le asesin la incomprensin como odio. Su voz jams insult. Levant el brazo y emple lasarmas para la lucha, gustando del cuerpo a cuerpo por el placer del peligro. Se percibe su vozsuave en esta procesin del perdn. Se encienden antorchas para luminar al hombre que cayen el incendio de Espaa. Iluminado del cielo que alumbra nuestra vida.

    Un modo de ser con modalidad mstica en la perfeccin. Habla de estrellas y solucionaproblemas de la tierra. Quera una Espaa alegre, que llora a su paso. Aterr su verdad aaquellos hombres que queran callarle entre barrotes de separacin. Pero su Verdad ya habasonado al aire libre. Y all va, sin el odio de los que le llevan para los culpables, en el silencioreligioso de la procesin de Espaa.

    Su cuerpo besado por todas las tierras de nuestra Patria en el caminar de los siglos. Castilladesnuda !e envuelve en su ropaje, con color de tierra de mar y de cielo. Ha sentido al Profeta ensus entraas y le mira cerca, con la cara del dolor, en un abrazo demasiado fuerte. Pjaros dehierro en el aire hablan de una poesa nueva. Sin calcular el tiempo se calcula la distancia. Haparado ese arado en que los hombres surcan la tierra, en el surco del cielo. Se lo llevan entrecirios como bayonetas. Ha cesado el dilogo de las armas para comenzar el dilogo de las almas.

    La noche es da y el da es noche. Todo va despacio en su camino rpido. El Ausente espresencia. El reloj calla como medida del tiempo, para dar paso al corazn como medida denuestras vidas. El tic tac es inquietante. Se lo lleva el cielo por la tierra de los hombres. Lacarretera casi se ve. Las oraciones suben.

    Firmes, que pasa Jos Antonio.

    Ilustracin 10. Ya llega... Es Jos Antonio muerto.

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    VI

    La procesin del silencio contina entre ruido de arroyos que rezan y de pjaros que cantan.Se suceden las viejas camisas con tinta y aire de antes. Es un acto al modo de ser de JosAntonio, que es el estilo de Espaa.

    Pilar, enlutada en su dolor, va detrs de El y delante del pueblo. Otras mujeres, tambinenlutadas, elevan la mirada que cierra las lgrimas. Son madres, hermanas o novias? Sonmujeres.

    El llanto de Pilar no se ve. Dolor de mujer de Espaa. Ante la fealdad vieja de antes ha nacidomuerta la belleza joven de ahora. Aquel hombre dijo, a una pregunta de sus verdugos, queFalange Espaola se llamaba as porque era bonito, elegante y le sonaba bien. Ese es el JosAntonio que ven las mujeres pasar muerto. Y se acuerdan de sus hijos las madres, y lloran. Lamujer ha visto la nota elegante y sentimental del sentimental elegante de heroicidad. Lloran en elalivio de una rabia en entraas de madre. Le han conocido demasiado tarde. Llegan a El cuandonos dej. Y en el implorar de tantas manos femeninas hay una caricia al aire en el amor quesienten.

    Estampas sagradas. Luto en el alma de Pilar, cuada e hija de Espaa. Las Tres Maras en lavisin apostlica. Y mujeres que se desgarran en el dolor del hroe que supo morir en el martiriosin dolor, porque poda ms el cario. No se conformaba con que su amada viviese, la ponaarriba de sus sueos en elevacin sagrada. Alegre se enamor de la tristeza para dominarla consu juventud. Gustaba de lo feo para hacerlo bonito. Jugaba con la muerte. Era un hombre para lamujer porque indefenso asustaba a los hombres. Para sus partidarios era un Caudillo y para susenemigos era un Cristo

    Jos Antonio pasa grandioso por el agua sagrada del llanto de mujer. Cinco rosas marchitasvienen desde Alicante en el corazn de su camisa azul.

    En los tiempos difciles una mujer trabajaba en las noches con ansia, bajo la luz baja y sobreesa camilla espaola. Se preparaba un acto de lucha y de ctedra. Los versos decan al coraznde Jos Antonio: Que t bordaste en rojo ayer...

    En el silencio de los suspiros ha pasado Jos Antonio a hombros de sus falanges.

    Ilustracin 11. Es la procesin del silencio.

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    VIl

    Aquellas comidas de domingo en la Crcel Modelo, en las que Jos Antonio nos invitaba,siempre han trado para m el recuerdo de la Cena de los Apstoles. Se hablaba de cosas que nohablan los hombres. Alrededor de aquella mesa rstica nos sentbamos trece; El, Julio Ruiz deAlda, Raimundo, Snchez Mazas, Guitarte, Valds, Basas, Garcern, Barrado, Salazar, Homs,Miguel y el autor de este honroso pero modesto trabajo.

    La libertad de unos traa otros a la prisin, pero en aquellas histricas comidas siempreramos trece. Lucena, Cnepa, Rubiellas, Albar-Gonzlez, Jos Gmez, David Jato, tambinpasaron por aquella mesa de apostolado. Despus absorba todo nuestro tiempo !a literatura y eldeporte. Nuestra vida la organizaba Jos Antonio con el ejemplo de la suya. Pocos quedamos deaquellos que le seguamos siempre. Los mejores continan con El.

    En la venta de un pueblo del camino, viene a m aquel recuerdo mejor. Le espero para noverle. Pan blanco como el alma, entre chorros de vino tinto como sangre. Una mujer comparteconmigo el aire en caricia de la noche. Misionero de Jos Antonio, envuelto en el luto de miuniforme, siendo un poco trovador de ella. Se siente uno mejor. La Naturaleza se muestra talcomo es. Sin la fealdad de un ferrocarril o la grosera de un automvil. Los hilos del telgrafoafortunadamente no se ven. Se conoce al siglo veinte y se vive en la Edad Media. Estos sencillosaldeanos mataran por la mujer que quieren. Se siente uno ms cerca de Dios y ms enamoradode la belleza. Hablan las almas en el silencio de las palabras.

    Y all en lo alto, a pie, el cortejo. Con iluminacin fantstica se ve lo real. Es la luz de lamuerte. Es Jos Antonio que camina entre rosarios.

    La noche tiene olor de iglesia. Hasta la muerte vive. Su charla son oraciones de ella conbesos a Cristo.

    La formacin de los pinos tiene sombra de seres humanos que esperan al travs de lostiempos, este paso del Cielo por la Tierra. Todo es demasiado bonito para poderlo vivir cualquieratal como es.

    Cuando se acerca a las ciudades Jos Antonio, stas no saben estar a la altura del campo.La voz del pueblo en la msica triste de las campanas. Se ha apagado la luz elctrica, para

    encenderse las velas que iluminan ms honestamente. Y en lo alto de las vidas se ve el caminarde la muerte.

    Ilustracin 12. Partamos el pan con Jos Antonio

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    VIII

    Madrid ha salido a la calle de luto. Llora y reza. Y en el romanticismo de sus entraas veaquellos ltimos momentos del Elegido que supo en mxima elegancia decir a la muerte:vmonos. Madrid tiene el color de su propio color. Limpio de frivolidad en esta maana de Otoo.Sus fachadas blancas tiene paos negros. El crtico del ltimo caf; que muere porque no muere,

    ve en la muerte la vida de Jos Antonio. Madrid hoy ni siquiera habla para no herir al silencio. Noha pasado Jos Antonio por Madrid, es Madrid el que ha pasado por Jos Antonio.Ma es la culpa; dice silenciosamente, en grito ahogado por el dolor. Y ahora oye todo el

    pueblo aquella voz suave, que sonaba en el reducido local acogedor para unos miles depersonas, que ya en su mayora no existen, porque fueron asesinados, simplemente por or aaquella voz. Jos Antonio no ha muerto, hoy habla a Espaa desde su capital y la habla en elidioma extrao y nuevo de siempre. La multitud llora; ha penetrado en el alma de la multitud,aunque demasiado tarde.

    Su casa en Madrid es la Crcel Modelo, que fu MODELO por obra y gracia de Jos Antonio.Le mira aquella galera que mira a la Moncloa; es el mismo sitio desde donde El vio el resurgir deEspaa. Grietas de dolor en la prisin. El Cielo est rasgado por los cuchillos del sacrilegio.

    Madrid ha besado hoy al Cielo en beso a Jos Antonio. Y ahora sale por el sitio opuesto aAlicante, va camino de su Trono, a pie y en andas de sus falanges. En el horizonte se pierde lacomitiva. Madrid llora.

    Ilustracin 13. Madrid ha salido a la calle de luto

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    IX

    Que Dios le d eterno descanso y a nosotros nos lo niegue; dijo Jos Antonio ante elprimer cado de la Falange. Que Dios le d eterno descanso y a nosotros nos lo niegue; diceFranco ante Jos Antonio

    Que Dios nos niegue el descanso mientras no hagamos la gran Revolucin Nacional-Sindicalista.

    Que Dios nos niegue el descanso mientras haya en nuestra Patria hombres sin trabajo, niossin cultura y tierras sin agua.

    Que Dios nos niegue el descanso mientras en el orden poltico-social no pongamos lo dearriba abajo y lo de abajo arriba.

    Que Dios nos niegue el descanso mientras no imitemos en todo y por todo a aquella vidaprivilegiada.

    El Escorial le recibe. Y all queda entre la Historia de Espaa la poca ms bonita de Espaaen la Historia,

    Entre la frialdad real de lo solemne el calor emotivo de Franco. El Capitn quevence rinde losmximos honores al Capitn que cay: Es el momento cumbre de nuestra era. Por encima deaquel cuerpo roto por las balas, el cuerpo roto de Jesucristo en el martirio. En el eco del Escorialun presente que rompe la tranquilidad de nuestras vidas y de aquel silencio de siglos. All queden el misterio de las noches largas, envuelto entre losas.

    Al regreso en el olor de pinos y de tomillo, luz de Madrid como fantasma de la civilizacin. Lasgargantas gritan al descampado: Padre nuestro que ests en los Cielos... La cruz se eleva:Jos Antonio: Presente.

    JOS MARTIN VILLAPECELLIN

    ARRIBA ESPAA.