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    La construcción del idealurbano. Peabody Terrace y la síntesis de laarquitectura y el

    urbanismo en la obra de José Luis Sert  Sharif S. Kahatt

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    LA CONSTRUCCIÓN DEL IDEAL

    URBANO. PEABODY TERRACE Y

    LA SÍNTESIS DE LA ARQUITECTURA

     Y EL URBANISMO EN LA OBRA DE JOSÉ LUIS SERT

    Primera edición

    Enero, 2012

    Lima - Perú

    © Sharif S. Kahatt

    PROYECTO LIBRO DIGITAL

    PLD 0408

    Editor: Víctor López Guzmán

    http://www.guzlop-editoras.com/[email protected]@gmail.com

    facebook.com/guzlopstertwitter.com/guzlopster428 4071 - 999 921 348Lima - Perú

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    PROYECTO LIBRO DIGITAL (PLD)

    El proyecto libro digital propone que los apuntes de clases, las tesis y los avances en investigación(papers) de las profesoras y profesores de las universidades peruanas sean convertidos en libro digital

     y difundidos por internet en forma gratuita a través de nuestra página web. Los recursoseconómicos disponibles para este proyecto provienen de las utilidades nuestras por los trabajos deedición y publicación a terceros, por lo tanto, son limitados.

    Un libro digital, también conocido como e-book, eBook, ecolibro o libro electrónico, es una versión electrónica de la digitalización y diagramación de un libro que originariamente es editado paraser impreso en papel y que puede encontrarse en internet o en CD-ROM. Por, lo tanto, no reemplaza allibro impreso.

    Entre las ventajas del libro digital se tienen:• su accesibilidad (se puede leer en cualquier parte que tenga electricidad),• su difusión globalizada (mediante internet nos da una gran independencia geográca),• su incorporación a la carrera tecnológica y la posibilidad de disminuir la brecha digital (inseparable dela competición por la inuencia cultural),• su aprovechamiento a los cambios de hábitos de los estudiantes asociados al internet y a las redessociales (siendo la oportunidad de difundir, de una forma diferente, el conocimiento),• su realización permitirá disminuir o anular la percepción de nuestras élites políticas frente a la supuesta

    incompetencia de nuestras profesoras y profesores de producir libros, ponencias y trabajos de investiga-ción de alta calidad en los contenidos, y, que su existencia no está circunscrita solo a las letras.

     Algunos objetivos que esperamos alcanzar:• Que el estudiante, como usuario nal, tenga el curso que está llevando desarrollado como un libro (contodas las características de un libro impreso) en formato digital.• Que las profesoras y profesores actualicen la información dada a los estudiantes, mejorando suscontenidos, aplicaciones y ejemplos; pudiendo evaluar sus aportes y coherencia en los cursos que dicta.• Que las profesoras y profesores, y estudiantes logren una familiaridad con el uso de estas nuevastecnologías.• El libro digital bien elaborado, permitirá dar un buen nivel de conocimientos a las alumnas y alumnosde las universidades nacionales y, especialmente, a los del interior del país donde la calidad de laeducación actualmente es muy deciente tanto por la infraestructura física como por el personal docente.• E l pe rsona l doc e nte j uga rá un ro l de tu tor , fa c i l i ta dor y c onduc tor de proy e c tos

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    de investigación de las alumnas y alumnos tomando como base el libro digital y las direcciones electró-nicas recomendadas.• Que este proyecto ayude a las universidades nacionales en las acreditaciones internacionales ymejorar la sustentación de sus presupuestos anuales en el Congreso.

    En el aspecto legal:• Las autoras o autores ceden sus derechos para esta edición digital, sin perder su autoría, permitiendo

    que su obra sea puesta en internet como descarga gratuita.• Las autoras o autores pueden hacer nuevas ediciones basadas o no en esta versión digital.

      Lima - Perú, enero del 2011

      “El conocimiento es útil solo si se difunde y aplica”

    Víctor López Guzmán  Editor 

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    ur[b]esRevista de ciudad, urbanismo y paisaje

    Universidad Nacional de IngenieríaFondo Editorial

    g e c u pGrupo de Estudios de Ciudad, Urbanismo y PaisajeFacultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes

    Universidad Nacional de Ingeniería

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    Director fundador / Founding editor: Wiley Ludeña Urquizo

    Editor ejecutivo / Executive editor : Doraliza Olivera Mendoza

     Asitencia de edición / Assistant editor: Marcos Aquino Casabona, María Huamán García

    Traducción / Translation: Fiorella Pugliesi Acevedo

    Diseño y Diagramación / Design: Talasua Diseñadores

    Corrección / Correction: Pilar Garavito Farro

    Versión electrónica / Electronic version: Pablo Herrera Polo

    ur[b]es es una publicación sin nes de lucro que se nancia sólo y exclusivamente con la venta de susejemplares, el trabajo no remunerado de sus responsables y el aporte solidario de quienes desean apoyarsu existencia y persistencia. La publicidad que contiene no es comercial y tiene el carácter de publicidad deintercambio.

    Esta edición de ur[b]es no hubiera sido posible sin la invalorable ayuda de la Universidad Nacional deIngeniería y el Fondo Editorial. En especial, nuestro reconocimiento al señor rector, Ing. Roberto MoralesMorales; al señor primer vicerrector, Ing. Aurelio Padilla Ríos; al señor segundo vicerrector, Arq. Luis CabelloOrtega y al Lic. Álvaro Montaño Freire, jefe del Fondo Editorial-UNI.

    ISSN: 1727-7000Depósito Legal Nº 2003-1290 Biblioteca Nacional del Perú

    Correspondencia / AddressRevista ur[b]esCalle H-3, Nº 325, Los Precursores. Lima 33, PERÚ

    Tel Fax: 00-51-1-2742260. E-mail: [email protected]

    Impresión: Editorial HOZLO s.r.l. Pasaje Santa Rosa 191, of. 501, Lima 01. Tel. 4284071

    Impreso y hecho en el Perú. Printed and made in Peru.

    ur[b]es es una publicación del “Grupo deestudios de ciudad, urbanismo y paisaje”

    (GECUP) del Taller de Investigación enUrbanismo - Grupo 2 de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la

    Universidad Nacional de Ingeniería. Se publica

    en la ciudad de Lima. Los artículos son deresponsabilidad exclusiva de sus autores y nocomprometen necesariamente la opinión de ladirección y el consejo académico de la revista 

    ur[b]es is a publication of: “The group of studiesof city, urbanism and landscape” (GECUP) of theatelier on investigation in urbanism – Group 2,which takes place in the faculty of Architecture,Urbanism and Arts in the university “UniversidadNacional de Ingenieria.” This journal is published

    in the city of Lima. The articles are the authors’exclusive responsability and do not necessarilycommit the opinion of the Chairman and the Advisory Board of the journal.

    CONSEJO ACADÉMICO / ADVISORY BOARD

    Prof. Dr. Silvia Arango, Universidad Nacional de Colombia. Prof. Dr. Martha Barriga, Universidad NacionalMayor de San Marcos. Prof. Dr. Jürgen Bähr, Christian Albrechts Universität, Kiel. Prof. Dr. HaraldBodenschatz, Technische Universität Berlin. Prof. Dr. Jorge Cabrejos Moreno, Universidad de Guanajuato. Prof. José Canziani Amico, Universidad Nacional de Ingeniería. Prof. Dr. Miriam Chion, Clark University.Prof. Dr. Carlos De Mattos, Pontifcia Universidad Católica de Chile. Prof. Oscar Fernández Cárdenas,

    Universidad Ricardo Palma. Prof. Dr. Lilian Fessler Vaz, Universidad Federal do Rio de Janeiro. Prof. Dr.Tilman Harlander, Universität Stuttgart. Prof. Hans Harms, Techsniche Universität Hamburg-Harburg. Prof.Dr. Eberhard Kross, Ruhr  Universität Bochum, Prof. Dr. Mónica Lacarrieu, Universidad de Buenos Aires.Prof. Dr. José Ignacio López Soria, Universidad Nacional de Ingeniería. Prof. Dr. Pablo Macera Dall´Orso,Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Dr. His. Natalia Majluf, Museo de Arte de Lima. Prof. Msc.

     Augusto Ortiz de Zevallos, Universidad Nacional de Ingeniería. Prof. Dr. Aníbal Quijano, BinghamtonUniversity, New York. Prof. Arq. Victoria Ramos Cebreros, Universidad Nacional de Ingeniería. Mag. Urb.Gustavo Riofrío,Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo-DESCO. Prof. Msc. Juan de Dios Salas,Universidad de Los Andes, Mérida. Prof. Dr. Ruth Shady, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.Prof. Dr. Roberto Segre, Universidad Federal do Rio de Janeiro. Prof. Dr. Max Welch Guerra, Bauhaus-Universität Weimar.

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     Abstract

    This essay intends to identify the fundamental ideas in the synthesis of the work of José LuisSert, one of the most important architects of the 20th century. This is done throughout astudy of his urban and architectural ideas which shaped Peabody Terrace Housing Com-plex. This project embodies ideas such as minimum dwelling units and their organizationin compact and austere blocks, the display of generous open public spaces for collectivegatherings, and an urban project that integrates the complex with the city. These ideasaltogether reveal that the project was not only designed to fulfill its specific aim, but alsoto create a mass housing prototype for the modern city. Therefore, the goal of this essay isto examine Peabody Terrace Housing Complex in its architectural, urban and landscapedimensions, from its initial thoughts to its materialization, inquiring for the ideals andduties of architecture, according to its primary author: José Luis Sert.

    Key words:  José Luis Sert, collective housing, public space, urban design.

    Resumen

    Este ensayo busca identificar las ideas fundamentales en la síntesis de la obra de José LuisSert -uno de los más importantes arquitectos del siglo XX- a través de un recorrido porlas teorías e ideas arquitectónicas y urbanas que han dado forma al conjunto de viviendaPeabody Terrace. La utilización de la unidad mínima de vivienda, la organización de éstasen bloques compactos y austeros, el despliegue de amplios espacios públicos para reunióny beneficio colectivo, y su propuesta urbana en busca de la integración con la ciudad nos

    llevan a pensar que esta propuesta urbano-arquitectónica no sólo se proyectó resolviendosu fin específico, sino que, además, se hizo pensando en el ideal de un conjunto de viviendacolectiva que sirviera de prototipo para el desarrollo urbano. Por ello, el objetivo de esteensayo es analizar el conjunto de viviendas Peabody Terrace en sus dimensiones arquitec-tónica, urbana y paisajista, desde su concepción hasta su materialización, indagando porlas tareas e ideales de la arquitectura de acuerdo con su principal autor: José Luis Sert.

    Palabras claves: José Luis Sert, vivienda colectiva, espacios públicos, diseño urbano.

     * El presente ensayo tiene su origen en la investigación desarrollada en torno a la Historia de las Interven-ciones Urbanas, en el Master de Diseño Urbano de la Universidad de Harvard, Cambridge, 2005.

    ** Arquitecto Sharif S. Kahatt (Lima, 1974), arquitecto urbanista, candidato a Doctor en Teoría e Historiade la Arquitectura por la Escuela de Arquitectura de Barcelona. E mail: [email protected]

    LA CONSTRUCCIÓN DEL IDEAL URBANOPeabody Terrace y la síntesis de la arquitectura y el urbanismo en la

    obra de José Luis Sert*

    Sharif S. Kahatt**

    ur[b]es

    Vol. 3, Lima, enero-diciembre 2006, pp. 53-82

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    “Primeramente, tenemos que creer en las ciudades, en su importancia y su valorpara el progreso humano y la cultura Tenemos que tener una manera de pensar

    urbana para alcanzar tal posición y actitud.” José Luis Sert

    Ubicado en el 900 de Memorial Drive en Cambridge, a orillas del río Charles, y marcando

    el límite sur del campus, el conjunto de viviendas Peabody Terrace se ha convertido enuna referencia urbana para la Universidad de Harvard desde su construcción a mediadosde la década de 1960. Para los residentes de Cambridge, el conjunto de viviendas paraestudiantes casados Peabody Terrace ha cambiado notablemente el paisaje urbano delárea. Definitivamente, las torres de este conjunto son ahora uno de los hitos que marcanla imagen del paisaje a lo largo del río junto con otros edificios de los campus adyacentes,como el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y la Universidad de Boston. Y deacuerdo con los planes de la Universidad de Harvard, que proyecta bajas alturas, las torresde Peabody Terrace seguirán marcando la presencia de Harvard por las próximas décadasa orillas del río y a los ojos de la ciudad de Boston.La creación de la unidad mínima de vivienda, la organización de éstas en bloques compactosy austeros, el despliegue de amplios espacios públicos para reunión y beneficio colectivo,y su propuesta urbana en busca de la proximidad y la integración de la ciudad, nos llevana pensar que esta propuesta urbano-arquitectónica no sólo se proyectó resolviendo sufin específico, sino que, además, se hizo pensando en el ideal de un conjunto de viviendacolectiva, que sirviera de prototipo al desarrollo urbano moderno. Por ello, el objetivo deeste ensayo es analizar el conjunto de viviendas Francis Greenwood Peabody Terrace ensus dimensiones arquitectónica, urbana y paisajista, desde su concepción hasta su materia-lización, indagando por las tareas e ideales de la arquitectura de acuerdo con su principalautor: José Luis Sert.Para ello, habrá que considerar diferentes temas que han afectado este proyecto, como la

    vivienda colectiva en el norte de los Estados Unidos y Europa occidental, las nuevas ideaspara la vivienda colectiva y los centros urbanos, la arquitectura del campus de la Univer-sidad de Harvard y, finalmente, las ideas urbanas y arquitectónicas de Sert en su desarrolloprofesional. Todo ello nos dará las pautas para reflexionar sobre la obra de Sert y esbozaralgunas ideas acerca de su aproximación a la arquitectura y la ciudad.

    1. Las ideas de vivienda colectiva en el contexto norteamericano

    Los conjuntos de vivienda colectiva en los Estados Unidos tienen una larga tradición desdefinales del siglo XIX, como resultado de la necesidad de proveer vivienda para las masasobreras durante el proceso de industrialización. Inicialmente, en los estados del nordesteamericano, se popularizó la idea de ubicar las fábricas y sus trabajadores en tierras depoco valor alejadas de las ciudades, donde la vida colectiva giraba únicamente alrededordel trabajo. Desde entonces, la vivienda colectiva para trabajadores ha sufrido distintastransformaciones en sus tipologías, tratando de incluir en ellas reclamos para atender lasnecesidades básicas demandadas por sus usuarios. Los company towns norteamericanos seconvirtieron en verdaderas unidades urbanas autónomas y, por ello, fueron acomodando lasdistintas demandas de sus usuarios para alcanzar una calidad de vida digna. La contrataciónde profesionales capaces de articular el espacio urbano se convirtió en algo incuestionablea finales de siglo XIX en la creación de estas ciudades industriales (Crawford, 1995).Los arquitectos urbanistas de los company towns al tanto de las ideas de los reformistas in-

    gleses de la primera industrialización, comenzaron a integrar ideas contemporáneas de laciudad jardín de Ebenezer Howard (Howard, 1898) junto al paisajismo pintoresquista yel city beautiful , y la arquitectura de los edificios Beaux Arts. De forma bastante ecléctica,típica de la arquitectura y el urbanismo de inicios del siglo XX, los company  towns iniciaron

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    el proceso de urbanización masiva de la costa atlántica del norte de América. La estanda-rización de la vivienda unifamiliar y su configuración tuvieron un enorme impacto en laindustria de la vivienda americana y, a la postre, en muchos otros países latinoamericanos yeuropeos que veían en este país un modelo de desarrollo urbano y económico. Sin embargo,

    durante las décadas de 1920 y 1930 los desarrollos de los company towns perdieron vigenciacomo solución a la vivienda colectiva obrera y vieron gradualmente su fin. Esto se debióesencialmente a que los trabajadores no alcanzaron acuerdos en sus derechos y deberescon los dueños de las industrias con respecto a sus beneficios y condiciones de habitación,y a la progresiva motorización de los trabajadores que gracias al fenómeno del “fordismo”consiguieron el transporte personal y se libraron de residir al lado de las fábricas.Pero las experiencias en la urbanización y la configuración de la vivienda colectiva ganadaen los company towns fueron rápidamente aprovechadas por los arquitectos que se dedicarona crear urbanizaciones en los suburbios de las grandes ciudades. Estos nuevos barrios, los neighborhood units, -conocidos más tarde en Latinoamérica como unidades vecinales- fueron

    teorizados por Clarence Perry en diferentes publicaciones alrededor de la década de 1930.De todas ellas, las más difundidas fueron The neighborhood unit, regional plans of New York and its environments (1929) y, posteriormente, Housing for the machine age (1939). De estemodo, la idea de la unidad vecinal fue rápidamente difundida en Norteamérica durante ladécada de 1930, alcanzado su apogeo en la década de 1940, cuando aparecen las propuestasteóricas modernas de Ludwig Hilberseimer, Walter Gropius, Martin Wagner y José LuisSert, entre otros.Siguiendo el conjunto de Radburn de Clarence Stein y Henry Wright como proyectoinsignia de la nueva vivienda colectiva, se popularizó el neighborhood unit como modelo deurbanización basado en el automóvil, el cual servía de principal medio de transporte entreestos conjuntos y sus nodos de servicios. El conjunto de Radburn está organizado en “su-perbloques” que no pueden ser atravesados por ningún vehículo motorizado, alejando el“peligro de la maquina” del interior de conjunto. Distintos cul-de-sacs abastecen la llegadade los autos a la parte posterior de las viviendas acomodadas en hilera, dejando las víaspeatonales de acceso a la vivienda libres de tráfico. Además, la idea del conjunto se basaen su autonomía para poder ofrecer los servicios básicos y así no tener que depender dela ciudad en tanto como lugar de trabajo. Colegio primario, cuna-jardín, áreas verdes derecreo y centro cívico (centro de servicios con oficinas de correo, tiendas de abastos y localesde entretenimiento) serían los mínimos que deberían ofrecer estas nuevas urbanizaciones.Ello está claramente expuesto desde las primeras páginas del libro de Perry (1929), dondese enumera estos principios como requerimientos de las unidades vecinales. Esta teoría

    junto a otras experiencias en nuevas urbanizaciones de vivienda colectiva fueron crucialesposteriormente para las ideas promovidas por uno de los grupos más influyentes en laspolíticas de urbanización de Norteamérica entre las décadas de 1930 y 1950, como la

     Asociación Americana de Planeadores Regionales (RPAA) liderada por Lewis Mumford, y a laque pertenecían tanto Perry como Stein y Wright.Es durante estas décadas, y especialmente a finales de 1940, cuando se hace patente eldebate entre la vivienda colectiva en los suburbios y la revalorización de la ciudad tradi-cional en el contexto norteamericano. Por un lado, los arquitectos agrupados alrededordel urbanismo moderno europeo de los Congresos Internacionales de Arquitectura Mo-derna (CIAM) defendían la idea de la ciudad delimitada, con centros densos y activos; y

    por el otro, los reunidos alrededor del RPAA y la figura de Lewis Mumford promovían ladescentralización de las ciudades y la completa “suburbanización” del paisaje americano.El grupo de los CIAM estaba liderado por arquitectos europeos emigrados a los EstadosUnidos tras la segunda guerra mundial. Todos ellos, de alguna manera, defendían las ideas

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    ministración del gobierno de Franklin D. Roosevelt, proveían lo necesario a su interior paraconvertirse en entes urbanos autónomos.

    El desarrollo alcanzado en la construcción con elementos prefabricados durante la guerrasimplificó y aceleró notablemente los métodos y técnicas constructivas. Una vez finalizada

    la guerra, ello se tradujo en miles de viviendas nuevas en infinitos nuevos suburbios en lasciudades americanas que albergaron a las generaciones de la posguerra. Sobre estas bases, laempresa privada tomó la iniciativa del problema de la falta de vivienda y construyó grandessuburbios que debían autoabastecerse en educación primaria, comercio y esparcimiento;siguiendo el modelo de los neighborhoods units y/o los new towns dependiendo de su escala.Sin embargo, la mayoría de estos grandes desarrollos no ofreció ninguno de los serviciosbásicos de educación y comercio, ni tampoco centros cívicos, y, menos aún, amplias áreasverdes con espacios comunitarios. Sólo se ofreció viviendas unifamiliares estandarizadas,como el paradigmático barrio de Lakewood en California.La necesidad de abastecer de comercio y servicios a estos nuevos barrios suburbanos generóla creación de grandes centros comerciales y tiendas de departamentos que se convirtieronen los grandes espacios de intercambio y socialización de los suburbios. Muchos de éstosimitaron en su configuración la reproducción hecha por Victor Gruen de las estrechascalles con pequeñas tiendas y vitrinas de ciudades europeas, así como sus ejes comercialesy sus plazas al interior de las grandes naves, lo que gradualmente fue reemplazando a losespacios públicos tradicionales, a pesar de ser zonas privadas y estrictamente controladas.Es también durante este periodo de descentralización urbana, auspiciada por las políticasde gobierno que temían un ataque a sus ciudades durante la guerra fría (Albrecht, 1995),que consecuentemente se produjo el abandono de las compañías, industrias y otros centrosde trabajo de las ciudades, dejando muchas de éstas en igual estado.A estas transformaciones de las ciudades y el territorio, hay que sumarle el seccionamiento

    del paisaje urbano, producto de las pistas de alta velocidad que al conectar los centroscon las periferias residenciales atravesaban y desmembraban las ciudades por completo.Estos desarrollos produjeron trágicas consecuencias en las ciudades americanas, como laexpulsión de los últimos residentes de los centros de las ciudades bajo el paradigma de las“renovaciones urbanas” de la década de 1950 e inicios de la de 1960. De todas las grandesciudades americanas, Detroit fue de las pocas que realizó un gran esfuerzo por promoverinversiones privadas para retener y atraer residentes al centro de la ciudad como LafayettePark (1956-1960). Este conjunto de viviendas, basado en la idea de la unidad vecinal presentaedificios de alta y baja altura articulados por un paisajismo denso que busca promover laidea de vivienda colectiva y comunidad en un centro urbano, al igual que ofrecer contactocon la naturaleza como la promesa de la vivienda unifamiliar suburbana.

    Esas transformaciones asociadas al estricto cumplimiento de las ideas urbanas del CIAMescondían grandes negocios inmobiliarios generados por intereses privados y auspiciados porlas administraciones locales y federales. De esa forma, muchos centros urbanos extinguieronsu vida social cotidiana de usos mixtos de un solo plumazo, para colocar grandes edificioscorporativos y sus playas de estacionamientos que eran ocupados por sus trabajadores queentonces vivían en los suburbios.Por esos mismos años de mediados de la década de 1950, cuando los ciudadanos empezarona desconfiar de la capacidad del planeamiento urbano y de los arquitectos y urbanistas, engeneral, de ser capaces de resolver los problemas de las ciudades, José Luis Sert-decano dela Escuela y jefe del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Harvard2- inició

    las “Conferencias de diseño urbano” como una plataforma para repensar la aproximaciónde los arquitectos, paisajistas y urbanistas a los problemas urbanos desde una visión inter-disciplinaria (AA.VV., 1956). A pesar de la severa crisis de las ciudades americanas debidoa la huida de sus habitantes, Sert creía en la capacidad de las ciudades de recomponerse

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    Fig. nº 2. Textos en los que Sert trabajó a lo largode sus años en América y sirvieron de base a mu-chas de sus obras. Can our cities survive?, 1942.The heart of the city, Towards the humanization of

    urban life, 1952, y An inventory for planning, el plande desarrollo y crecimiento urbano de la Universi-

    dad de Harvard, 1960. Fuente: JLS SC.

    Fig. nº 3. Plano de la zona sur del campus de Harvard con los edicios de Harvard sombreados. El círculo inferior derecho marcala ubicación de Peabody Terrace en el barrio de Riverside. Sert, Jackson y Gourley arquitectos, 1962. Derecha, plano de áreasverdes y sistema peatonal para los estudiantes en el campus y toda su área de inuencia. HUPO, Cambridge, 1960. Fuente: AnInventory for Planning, HUPO, 1960.

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    para cumplir sus funciones esenciales de hacer libre a la gente, ofrecerles la posibilidadde enriquecer sus vidas a través del contacto con otras personas y ofrecerles educación yvida cultural.Por ello, Sert insistía desde sus ensayos y conferencias a creer en la ciudad y sus valores

    socioculturales. Sert estaba convencido de que con la intervención certera del diseño urbanocomo práctica interdisciplinaria que reunía la arquitectura, el urbanismo y el paisajismo,las ciudades podían recuperar su condición intrínseca de ser un foco de crecimiento social,cultural y económico. Por esta razón, Sert insistió desde la inauguración de las conferenciasen apostar por las ciudades y buscar soluciones a sus problemas desde dentro de ellas: “Nopodemos encontrar en los suburbios soluciones a los problemas urbanos” (AAVV, 1956).Preocupado por la situación americana del progresivo abandono de la vida urbana, Sertbuscaba persuadir a los urbanistas de detener la desurbanización de las ciudades y apostarpor el diseño urbano para la recuperación de las ciudades y su desarrollo social. En ello,centró todos sus esfuerzos desde sus cátedras de arquitectura y diseño urbano, lo cual sevio nítidamente reflejado en el desarrollo de sus proyectos realizados en Cambridge, luego

    de los años de Nueva York marcados por los planes para América Latina.

    2. Teoría y práctica para la nueva vivienda colectiva y los centros cívicos

    Desde el periodo de Nueva York, de intenso trabajo intelectual proyectando grande planesurbanos y dando charlas en distintas universidades e instituciones-tanto en Norteaméricacomo Sudamérica-, Sert se había convencido de que el modelo teórico de la ciudad fun-cional en el que había trabajado en los últimos años tenía que ser implementado con dosnuevos elementos: los centro cívicos y las unidades vecinales. Esta ampliación de sus basesteóricas no sólo fue producto de su propia experiencia: para encontrar al responsable de esta

    apertura intelectual hay que indagar en las ideas de Lewis Mumford. Como ha escrito JosepMaria Rovira en la monografía dedicada a Sert, el intercambio epistolar de Sert, Gropius yMumford antes de la publicación del libro Can our cities survive? en 1942, deja evidenciasdel criticismo de Mumford hacia el texto de la ciudad funcional por la falta de promociónde espacios de reunión que simbolicen el sentir popular (Rovira, 2003:100-110). A esto,hay que sumar el permanente respaldo a la descentralización urbana que se expandía portodas las ciudades de los estados americanos a través del modelo de las unidades vecinalesteorizadas por Clarence Perry. Ambos factores pueden haber sido suficientes razones paraque Sert se dejara persuadir por estas ideas e incluyese los puntos mencionados en sumodelo urbano.La primera señal de esta “corrección” en el utillaje mental urbano de Sert se verá en el

    manifiesto redactado a tres manos con Sigfried Giedion y Fernand Leger en 1943: “Nuevepuntos sobre la monumentalidad” (Sert et al. 1943). En ese sentido y como producto deesa misma reflexión sobre la ciudad, Sert redacta el ensayo “La proporción humana en elurbanismo” (Sert, 1944) para el libro compilatorio del congreso, bajo el nombre  Nueva

     arquitectura y urbanismo, en Nueva York, organizado por Paul Zucker (Zucker, 1944). Deeste modo, cuando la oficina de Sert obtuvo los encargos en Latinoamérica-donde el retose basaba en proyectar la ciudad moderna- Sert y su socio Paul L. Wiener -fundadoresde Town Planning Associates3- tenían dos nuevas herramientas para la ciudad funcional:nueva monumentalidad en los centros cívicos como mecanismo de producción de lugary las unidades vecinales para alcanzar la proporción humana y la vida comunitaria en la

    urbanización del territorio.Luego de la primera excursión sudamericana para la Ciudad de los Motores en Brasil se lesencarga el desarrollo del plan maestro para la ciudad de Chimbote (Perú). En esta propuesta,se puede ver con claridad las ideas que Sert anunciaba en sus textos. El énfasis del centro

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    cívico y las unidades vecinales en todos sus croquis es bastante claro. También es notorioel lugar y la preeminencia de la torre como punto de referencia del proyecto, al igual queel eje peatonal que remata en la plaza de toros. Estas ideas se pueden relacionar con loque Sert anunciaba en el texto “Nueve puntos sobre la monumentalidad”, en donde se

    reclama la presencia de los símbolos urbanos y la continuidad entre pasado y futuro, entrelas estructuras urbanas tradiciones y la ciudad moderna: “Los monumentos son hitos queel hombre ha creado como símbolo de sus ideales (…) pretenden servir al periodo que losengendró y constituirse en herencia para generaciones futuras (…) crean una conexión entreel pasado y el futuro. Los monumentos (…) deben satisfacer la eterna necesidad humanade símbolos que traduzcan o expresen la fuerza colectiva” (Sert et al., 1943).En el entendimiento del ideal urbano y la vida cotidiana en las ciudades, Sert imaginabala vivienda colectiva y los espacios públicos como un binomio inseparable que deben estararticulados en unidades vecinales, los cuales, a su vez, tienen que relacionarse con los centrosde las ciudades para generar así un conjunto en el que la gente se pueda sentir identificaday representada. Pensando en la importancia de los centros cívicos como espacios sociales,

    en donde la arquitectura cumple el rol de crear el espacio urbano y proveer de estructurassimbólicas a la ciudad, los arquitectos del CIAM se propusieron el reto de debatir sobre el“corazón de la ciudad”. Para el congreso de 1951, Sert escribió: “Cada uno de estos sectoreso partes de la ciudad necesita su propio centro o núcleo. El sistema, en su conjunto, será unared de constelación de centro de la comunidad, clasificados de menor a mayor. El centro dela ciudad será la expresión de la ciudad o la metrópolis en su conjunto, es decir, el núcleo,el corazón de la ciudad (…) todos estos núcleos colectivos tendrán espacios abiertos parael público, como plazas y paseos. La tendencia general consistirá en recuperar las plazaspúblicas y crear zonas peatonales” (Sert, 1952: 139). Unas líneas más adelante insiste enla fuerza de los espacios públicos para crear la vida urbana, así como reclama la provisión

    de plazas, arcadas y zonas peatonales para animar el paisaje y los recorridos urbanos.De esta forma, la idea de la monumentalidad que Sert buscada en las ciudades y sus centrosrespondía a la representación y el sentido emocional de la construcción de la forma urbana.

     Junto a ella estaba la idea de las unidades vecinales que iban tomando forma en sus textosy los proyectos que desarrollaba en Town Planning Associates. La experiencia de los planesurbanos de Latinoamérica comenzaba a dar frutos, a pesar de que muchos de ellos se ibanfrustrando en el camino a su ejecución.Por otra parte, cuando los miembros del CIAM reclamaban la fuerza del “corazón de laciudad” para la vida urbana a inicios de 1950, Sert estaba trabajando en un reporte sobrehabitación masiva para Naciones Unidas. En ese texto, podemos encontrar varias notasque dan luz sobre sus ideas de vivienda colectiva y, particularmente, sobre su apuesta porla unidad vecinal: “El hogar no es solamente casa de una vida individual, es más que sim-plemente la casa y el lote. El hogar incluye el barrio en el que la casa es una parte. El hogarestá asociado con las calles y árboles que son familiares, las tiendas locales, el colegio y elpatio de juegos, las voces de los niños cuando juegan con amigos, el lugar de encuentro, elcafé, el bar, o el club”. De acuerdo con estas ideas, es entendible que la idea de la viviendamínima o el existenz-minimum -como se había discutido en los primeros CIAM basadosen el trabajo del grupo alemán- sea una de las opciones más valoradas para la viviendacolectiva. Pero, para alcanzar una calidad de vida digna según Sert, no bastaba con cons-truir estas unidades mínimas, sino que era necesario el mantenimiento y el mejoramientoconstante del conjunto (Sert, 1953?).

    Las unidades vecinales que Sert había propuesto construir en Chimbote para la clase obrera-

    descritas bajo el nombre de “sectores” en su reporte4-

     representan para él lo que fueronlas propuestas de las “ciudades ideales” para los reformistas en la primera industrializa-ción de Inglaterra. Refugiándose del bullicio de la ciudad, las unidades vecinales ofrecen

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    viviendas estándares para todos sus habitantes, con espacios públicos para socializar enpaz y la necesaria privacidad para desarrollar una vida estable en un área delimitada. Es-tas unidades vecinales estarían conectadas por vías rápidas y accesos peatonales al centrourbano, al “corazón de la ciudad”. En éstas, se busca el marco para que las actividades se

    desarrollen espontáneamente, un lugar para la libre reunión de la sociedad, ideal para lavida comunitaria, y el marco para la expresión de la cultura diaria (Sert, 1952); las mismasideas y objetivos que más tarde serán reclamados a la ciudad y al urbanismo moderno porno haber sido alcanzados (Lefevbre, 1967).En ese mismo sentido, Sert ya había advertido en la década de 1950 del peligro de lareproducción irresponsable de estos modelos de vivienda masiva construidos en distintaspartes del mundo con materiales de dudosa calidad por parte de diferentes gobiernos.Aclarando que esta idea no era la panacea universal a la falta de vivienda, Sert escribió:“La unidad vecinal no es un fin en sí mismo, es sólo un medio hacia el objetivo final. Esuna herramienta del urbanismo para ayudar a crear tipos de habitación que sean colectivosy agradables, un módulo práctico a mano para ser usado en el planeamiento orgánico decomunidades más grandes, una prescripción efectiva para ser usada para prevenir y curarun desperdiciado y negligente crecimiento urbano” (Sert, 1953).Sert había comentado en varias de sus cartas a Giedion desde Lima en 1948, como ambasideas de los centros cívicos y unidades vecinales se podían poner en práctica en sus pro-yectos en el Perú junto con las ideas que venían discutiendo en el CIAM.5 De ese modo,el interés de Sert por la monumentalidad como representación de la parte emocional delhombre no estaba desligado de las otras partes de la ciudad ni de su estructura urbana. Elproyecto urbano que Sert planteará más adelante en sus años en Cambridge, ya se puedeintuir en el texto que escribe junto a Giedion y Leger: “En la actualidad, los arquitectosmodernos saben que los edificios no puede concebirse como unidades aisladas, que hay que

    Fig. nº 4. Diagramas de J.L. Sert sobre su propuesta de unidades vecinales basadas en la proporción humana (publicados en “TheHuman Scale in City Planning”, en Zucker (ed) New Architecture and city Planning, New York, 1944). Derecha: croquis de J.L. Sertpara el proyecto de Chimbote de 1948, Town Planning Associates. Fuente: “The Human Scale in City Planning”. En Zucker (ed)New Architecture and city Planning, New York, Autor: JLS, 1944.

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    incorporarlos a proyectos urbanísticos más amplios. No hay fronteras entre la arquitecturay el urbanismo, como tampoco hay fronteras entre la ciudad y la región. La correlación esnecesaria. Los monumentos deben constituir los elementos visibles más contundentes deesos amplios proyectos” (Sert et al. 1943).

    Es así como en la obra de Sert, las ideas sobre la integración de la arquitectura y el urbanis-mo, la ciudad y la región y, sobre todo, la carga simbólica y emocional que deben reflejarlos proyectos urbanos, se harán evidentes más adelante cuando ésta alcance la síntesisurbano-arquitectónica en el proyecto de Peabody Terrace en el tradicional campus de laUniversidad de Harvard.

    3. La arquitectura del campus de la Universidad de Harvard hacia 1960

    A mediados de 1950, Harvard Square presentaba la imagen del completo caos urbano: unpaisaje deteriorado por el tráfico de autos, camiones y el metro, así como por la falta de ladefinición de una plaza que ofreciera un espacio público de encuentro y remanso. Ese paisajese contrastaba notoriamente con el ambiente calmado y bucólico al interior del campus dela universidad. En palabras de Sert, en su charla inaugural en las conferencias de DiseñoUrbano de Harvard, el interior del campus tenía balance y armonía entre los edificios delas escuelas y los de las residencias de estudiantes con espacios agradables y correctamenteproporcionados, mientras que fuera de éste, no había bajo ningún punto de vista, algunacoordinación de elementos de diseño: “…a pocos metros de esta escuela, hay una puertade entrada que da hacia Harvard Square, que como la puerta de Dante hacia el infierno,podría llevar la inscripción que dice ‘¡abandona toda esperanza!’” (Sert, 1956).En esta misma conferencia, Sert señalaba que el problema que sucedía en Harvard Squareera el problema de casi todas las ciudades americanas, y proponía revertir esa situación

    urbana desde la práctica del diseño urbano, planteando proyectos urbanos específicos-

    enoposición a los planes metropolitanos. Dentro de esta lógica, Sert ya había iniciado en eltaller de proyectos de último año, varias investigaciones sobre los puntos de intervenciónpara mejorar el campus y sus alrededores. Luego de algunos semestres de estudios yproyectos, con los estudiantes, Sert articuló un proyecto para la mejora del campus de launiversidad. En 1956, propuso al rector Nathan Pusey iniciar una serie de proyectos en elcampus que regenerarían las zonas aledañas (Freixa, 2005) para así mejorar la ciudad, yaque con la expansión del campus, la fusión con Cambridge era inevitable.En paralelo al esfuerzo de convencer al rector de la universidad acerca la necesidad deintervenir fuera de sus límites originarios, Sert seguía organizando anualmente, junto con

     Jacqueline Tyrwhitt, las Conferencias de diseño urbano. Luego de mucho insistir, Sert recibióel primer encargo de un edificio para la universidad en 1958 (Rovira, 2005a). Se tratabade un centro administrativo y de servicio para los estudiantes de todas las escuelas, ubicadoen pleno Harvard Square. De esta forma, el Holyoke Center se convertía en la primeraintervención de Sert en el campus e iniciaba concretamente la implementación de su es-trategia urbana para regenerar la ciudad de Cambridge.En 1959, siguiendo la propuesta urbana de Sert, que sería publicada al año siguiente, la di-rección de la universidad encargó a distintas oficinas de arquitectura nuevos edificios fuera delcampus original, convirtiendo las zonas de influencia en parte activa del campus y mejorandonotablemente el paisaje urbano (Harvard, 1960). Aunque Quincy House, Leverette Towers,Cabot House, entre otros edificios de viviendas de estudiantes incluidos por la propuesta de

    Sert se fueron construyendo, no todos lo hicieron con la misma vocación de reconectar laciudad y revertir la desconexión de los edificios con el paisaje urbano como se había planteado.Pero a pesar de que varios de esos edificios se “encerraron en sí mismos”, estas intervencioneslograron mejorar la imagen urbana reemplazando varias casas deterioradas de la zona.

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    Quincy House está ubicado al sur del campus central, a mitad de camino entre el campusoriginal de la universidad y Peabody Terrace. Tradicional en el uso de los materiales de lafachada, como ladrillo y piedra en todos los edificios, el conjunto presenta edificios nuevosque se articulan con los antiguos para cerrar la manzana. Todos ellos guardan proporciones

    y alturas similares integrándose al entorno. Por otra parte, ese mismo año de 1960, otraresidencia de estudiantes fue proyectada, con dos torres sobre pilotis y un pabellón también“flotante” sobre un campo verde. Leverett House está ubicado a tan sólo dos manzanas dellote que ocuparía Peabody Terrace y sobre la misma avenida Memorial Drive. El conjuntoque buscaba seguir el ideal lecorbusieriano de la década de 1920, resultó bastante funestopara crear espacios públicos y el sentido de comunidad que se buscaba en el ambiente ur-bano universitario. Este conjunto, cerrado en su acceso para los peatones, ofrece algunospuntos de encuentro al aire libre, pero el espacio disperso que se genera entre las torres noinvita a consumirlo ni apropiarse de éste.En 1961, cuando estos proyectos estaban cerca a su finalización, se iniciaba el desarrollode otra nueva residencia de estudiantes en el sector extramuros al norte del campus. CabotHouse fue construido por esos años copiando todas las características de las residencias deestudiantes tradicionales de esta parte de Norteamérica. Proyectada en versión inglesa deestilo palladiano, la construcción se coronaba con un enorme techo a dos aguas de tejas,y con su presencia, ayudaba a cerrar un jardín central que integraba un grupo de edificiospertenecientes a Harvard.En medio de este contexto urbano-arquitectónico que estaba directamente relacionadocon el crecimiento de la población universitaria y la extensión física de sus instalaciones,se iniciaba las conversaciones entre la Universidad de Harvard y la oficina de Sert, Jackson& Gourley para la proyección de un nuevo conjunto de viviendas para estudiantes casados.

     José Luis Sert y sus socios recibieron el encargo de proyectar las viviendas, dentro del plan

    de Harvard de 1960 (dirigido por Sert), que proponía construir un complejo de edificiosde no más de doce plantas (Harvard, 1960). Pero, el requerimiento no fue seguido al piede la letra por la oficina del mismo Sert, y propusieron un conjunto con torres del doblede altura, triplicando las áreas comunes abiertas a la ciudad y con mayor densidad de laprevista. Sert y sus socios se preocuparon mucho de que la propuesta no superara el costoinicial, pero definitivamente Sert fue más allá de lo pactado inicialmente, ya que vio eneste encargo la oportunidad de crear un modelo de vivienda colectiva para el desarrollourbano. Y efectivamente, este proyecto se convirtió en un proyecto insignia de la viviendaurbana en los años siguientes.

    4. Las ideas urbanas y arquitectónicas de Sert en los años americanos

    Analizando la obra de Sert, se puede deducir que él entendía que la investigación en laarquitectura y el urbanismo no terminaba con la experiencia adquirida ni se estancabaen una fórmula cerrada. Y de ello, podemos entrever que la arquitectura es una perma-nente búsqueda de lo apropiado, en donde se tiene que lidiar con todos los agentes queparticipan en el proceso de diseño y en donde se intenta superar el complicado proceso dematerialización de un proyecto. Cada encargo significa nuevos retos, y en el desafío que esepequeño mundo supone, muchas veces no hay forma de recurrir sólo a la experiencia, porlo que su desarrollo se convierte en un ejercicio de “prueba-error”. Ello lleva al proyectistaal interminable proceso de aprendizaje basado en la producción positivista de nuevas obrasque reflejen experiencias anteriores e ideas nuevas.A inicios de la década de 1960, ya se puede reconocer una maduración dentro de la obrade Sert. Sin embargo, permanentemente atento a las enseñazas de la historia, Sert seguía

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    buscando la reflexión y el debate arquitectónico, y vio en el CIAM el ambiente perfectopara repensar las tareas de la arquitectura y urbanismo. Por ello, dedicó un gran esfuerzoen mantener activo el CIAM, pero al no poder lograrlo, ni transformarlo en un grupo deinvestigación6, creó las Conferencias de diseño urbano como plataforma para el debate de los

    procesos urbanos que se sobrevenían.Dentro del bagaje urbano-arquitectónico en la obra de Sert, es posible reconocer el procesode aprehensión de mecanismos y estrategias de diseño, es decir, del oficio del arquitecto.A partir de los proyectos desarrollados en Cambridge desde mediados de 1950 podemosver como toda la experiencia anterior comienza a tomar forma y a consolidarse en cadaintervención. La consolidación de su experiencia hace de este último periodo en Cambridge(luego de los de Barcelona y Nueva York) el más brillante de su carrera, en el que se puederastrear de varias formas el origen de su formación y la fuerza de las ideas que había idodesarrollando.Del proyecto de 1956 para su propia vivienda en Cambridge, se puede ver como Sert había

    aprendido de las cualidades de los lotes angostos y profundos para acomodar familias enáreas pequeñas. Es especialmente útil esta estrategia cuando se quiere dar privacidad a lasdistintas áreas de la casa en lotes reducidos, como había experimentado en los seminariosde investigación y talleres de proyectos dedicados a la vivienda junto con uno de sus amigosdel CIAM, Serge Chermayeff.7 En estos ejercicios, Sert recupera la idea del lote estrecho yhondo de la vivienda obrera propuesta por Le Corbusier para el Plan Macia de Barcelonade 1933 (Le Corbusier, 1946) o las que desarrolló junto al GATCPAC para las manzanasdel ensanche hacia 1932 (Rovira, 2005c).

    Fig. nº 5. Arriba, vista de una de las manzanasdel barrio de Riverside identicada por el plan dedesarrollo y crecimiento de Harvard como en mal

    estado hacia 1960, y una de las que ocupa elconjunto de Peabody Terrace. Derecha: vista endetalle de Harvard Square hacia 1955, donde seve un mayor caos vehicular y peatonal. Fuente:

     An Inventory for Planning, HUPO, 1960.

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    Un año más tarde, en 1957, Sert junto con Jacqueline Tyrwhitt inician la preparación deun libro que debía ser llamado La forma de nuestras ciudades. Lo que pretendían ambos enesta publicación era profundizar sobre el trabajo del arquitecto en la ciudad y la labor deldiseño urbano. El ensayo principal de este libro-el cual nunca llegó a publicarse- se refería

    al papel de la ciudad, los espacios públicos, las proporciones humanas en la arquitecturay la necesidad de la privacidad en la vida social (Rovira, 2005b:164). Y es especialmenteel espacio público el tema en el que Sert venía insistiendo desde la formulación del CIAM8, El corazón de la ciudad  en Hoddesdon, 1951. De ello, se intuye su constante reflexiónsobre la aproximación a la ciudad, sus espacios y la crítica constructiva al urbanismo delos CIAM de entreguerras que estaban obsesionados con la vivienda mínima como uni-dades autosuficientes y no como estructuras que se organizan alrededor de los espacioscolectivos. A ello, sumó las reflexiones del Team 10, que proponía el trabajo en la ciudaddesde la escala peatonal, las relaciones sociales en la formación de la trama urbana y lalibertad de los ocupantes de dar forma final a los espacios habitables, como lo mostrabanlas constantes invitaciones de Sert a Aldo van Eyck, Alison y Peter Smithson, Shadrach

    Woods, entre otros, a su escuela.En el proyecto de la Fundación Maeght, iniciado en 1958, respondiendo al pedido delgalerista parisino Aime y su esposa Margarita Maeght (con la colaboración de muchosartistas amigos suyos como George Braque, Fernand Leger, Joan Miró, entre otros), Sertdespliega toda la plasticidad que fue capaz de producir para tan singular encargo. Sin tenerque realizar un análisis muy detallado, podemos ver cómo en la obra, la materia cobraun papel importantísimo en la configuración del carácter del edificio. La expresión crudade los materiales, como la piedra, el concreto, la cerámica, junto a los vivos colores de loselementos que articulan la arquitectura otorgan al edificio una presencia poderosa. Estasexperimentaciones formales le permitieron explotar como nunca antes la materialidad de

    un edificio en un paisaje único. Además, el ejercicio de colaboración le permitió incursionaren la vuelta al “primitivismo” de posguerra reclamado por varios artistas y, particularmen-te, por el grupo CoBrA, al igual que varios arquitectos del Team 10, frente a la frenéticaindustrialización de la emergente sociedad de consumo occidental de posguerra.En ese mismo año, Sert también proyecta el Holyoke Center como sede para la adminis-tración general de la Universidad de Harvard. Esta era la primera gran oportunidad deplasmar en un edificio de planta nueva un proyecto que sirviera como nuevo centro deequilibrio en el crecimiento del campus hacia el sur, con la capacidad de dirigir y atraera los estudiantes en sus recorridos peatonales8, al mismo tiempo que generara orden enel caos urbano de Harvard Square.9 En un terreno de cerca de 7 200m2  (una manzanade 120m x 60m), el proyecto plantea la estrategia de planta en H, en donde las líneasparalelas se convierten en volúmenes que generan las fachadas principales del edificio y seunen a través de un volumen axial alargado que las comunica albergando oficinas. Ésta seasemeja a las propuestas que Le Corbusier había ensayado alrededor de la década de 1930en algunos de sus proyectos institucionales, como el proyecto de vivienda para obrerosZCHA en Zurich o el Palacio del Centrosoyus en Moscú (Le Corbusier, 1946). Con estaestrategia, Sert resuelve el problema urbano de ocupar una manzana con alta densidadsin generar un volumen masivo. También aprovecha el esquema en H para enriquecerloal crear fachadas con comercio activo para los peatones, una arcada comercial y dos plazaspúblicas. Así logra ocupar la manzana completa y mantener las fachadas alineadas de lascalles, ofreciendo a todo tipo de usuario recorridos diversos que atraviesan el edificio. Por

    esto, se puede identificar aquí el primer intento de crear un mat-building, una idea queestaba en las discusiones del final de los CIAM, en las que participaban las tres generacio-nes. En estas discusiones de las mesas de trabajo del CIAM, se debatía sobre la disoluciónde las barreras de la arquitectura y el urbanismo, así como la integración de los edificios a

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    la trama urbana y su capacidad de generar espacios cívicos que eleven la calidad de vidaurbana (Mumford, 2000). Todas estas ideas que fueron las bases del diseño urbano puedenencontrarse tanto en las obras del Team 10 como del grupo de la segunda generación, a laque pertenecían Sert, Ernesto N. Rogers y Tyrwhitt.

    A pesar de que el edificio no tuvo una gran acogida entre los habitantes de Cambridge, Sertsostenía que su propuesta sería de gran beneficio para la interconexión de la comunidadalrededor del campus de la universidad (Rovira, 2005c), y de hecho, la plaza del edificio esclaramente el espacio de reunión público más atractivo de Harvard Square. En el trabajode las fachadas del Holyoke, así como en las del edificio del New England Gas and ElectricAssociation proyectado en 1959, Sert y sus socios Jackson y Gourley desarrollaron la idea deproveer un soporte que fuera capaz de articular las variaciones de las cambiantes fachadasde un edificio de oficinas. Basándose en un sistema de montantes de concreto prefabricadoque forman mamparas modulares, se logra ofrecer la posibilidad de intercambiar panelesen versiones translúcidos, transparentes u opacos, dependiendo del uso del ambiente. Así,Sert resolvió el reto de crear un sistema que fuera flexible a los cambios del edificio, a la vez

    que ofrecer un juego vibrante de llenos y vacíos, que además van animados por elementosde colores al interior del edificio que traspasan la fachada.En la propuesta para el proyecto urbano de crecimiento de la Universidad de Harvard,desarrollado desde mediados de 1950 y publicado en 1960, Sert incluía tres torres en losdibujos propuestos para una visión del futuro del campus. En ello, se puede ver el resultadode muchos años pensando en la idea de los monumentos urbanos, el valor de su presenciay la capacidad de conectar el pasado y futuro de las ciudades, como hemos comentado an-teriormente. En un aspecto similar, Kevin Lynch presentó unos años más tarde varias ideasque reforzaron aquellas sobre la percepción urbana en La imagen de la ciudad . De acuerdocon declaraciones de Sert en varias entrevistas y conferencias dadas en años posteriores,

    en los proyectos para Harvard pudo poner en práctica mucho de lo que se había quedadofrustrado en los proyectos de América Latina, porque el campus se podía entender comouna pequeña ciudad (Sert, 1981, 1994).Entre 1958 y 1959, Sert propuso los talleres de proyectos de vivienda colectiva en la escuela,en donde se realizaron análisis e investigaciones teóricas de proyectos, al igual que propuestasde diseño. En las clases, se estudió todas las tipologías de vivienda colectiva proyectadasque se habían convertido en paradigmas de vivienda para el siglo XX (Freixa, 2005), yse terminó con la publicación de un proyecto de vivienda colectiva para Cambridge en lazona sur del campus y algunos terrenos adyacentes10 (Miller, 1959). En este ejercicio, sepuede ver el interés de Sert por investigar las posibilidades de la articulación urbana de lavivienda colectiva entre las unidades de una y dos plantas y las torres de apartamentos, yal mismo tiempo, especular sobre el producto de la regeneración y desarrollo de la ciudadmoderna en las estructuras urbanas existentes.Para Sert, las ciudades presentaban torres como simple resultado de su gran escala. Peroéstas debían estar articuladas, con relación al paisaje existente, con construcciones más bajascapaces de crear proporciones peatonales y sentido de comunidad alrededor de sus espaciospúblicos. Estas ideas imprescindibles para el desarrollo de su obra se hacen patentes ensu ponencia para el CIAM 8 en el que Sert escribió: “La diferencia de escala también seexpresará en las diferencias de altura de los edificios. Muchos de ellos tendrán dos o tresplantas, con escaleras, y cubrirán grandes extensiones de terreno. Estos edificios bajos ofre-cerán servicios facilitando los desplazamientos cotidianos de los peatones. También habrá

    edificios altos que implicarán el uso del ascensor. Todas las alturas intermedias puedenomitirse. Este contraste entre lo alto y lo bajo, entre torres y patios, entre espacios abiertosy cerrados, dará variedad y animación a los centros de vida colectiva. Las relaciones entreespacio y forma de esos grupos de edificios y los espacios abiertos para uso público consti-

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    tuyen en la actualidad un tema interesante para el arquitecto-urbanista” (Sert, 1952: 5).Lo que Sert enunciaba con estas ideas, no sólo se refería a su visión de la vivienda colectivaque se vería nítidamente en la propuesta de Peabody Terrace, sino también al reto queplantearía años más tarde la creación del programa de diseño urbano: alcanzar la síntesisentre arquitectura, urbanismo y paisajismo, para dar forma al medio ambiente y mejorarla calidad de vida de los ciudadanos.En 1959, la oficina de Sert recibe el encargo de proyectar un conjunto de viviendas paraPittsburg11, East Hills. De este proyecto, se ha estudiado y publicado muy poco; pero si esanalizado con cuidado, el proyecto revela ideas potentes que más tarde se concretarían enmuchas de sus obras, incluyendo Peabody Terrace. En el conjunto de East Hills, Sert tambiénesboza la idea del mat-building, aunque esta vez en viviendas unifamiliares con torres que

    emergen para conquistar y el paisaje. Por un lado, las casas de un piso que generan el mat- building están directamente influidas por la estructura urbana de las viviendas proyectadaspara Chimbote y Tumaco hacia 1950, descritas por el propio Sert como un tapiz urbano(Freixa, 1981), y por otro, las torres que complementan el conjunto en su presencia urbanay se integran con las viviendas en el momento que éstas articulan su relación con el suelo ysu impacto en los peatones. Así, en East Hills, Sert inicia la proyección de los lineamientosurbano-arquitectónicos de su vivienda colectiva ideal esbozada años antes frente la audien-cia del CIAM (Sert, 1952) y que se concretará en Peabody Terrace, para luego seguir suevolucion en otros proyectos urbanos importantes como Roosevelt Island.Una tarea similar, en cuanto a crear marcos para a la vida comunitaria, aunque esta vez

    con fines educativos, fue encargada en 1959 al estudio Sert, Jackson & Gourley (más tardeSert, Jackson & Associates-SJ&A) cuando se le pidió proyectar el campus de la Universidadde Boston (BU) en pleno centro urbano. Frente a este nuevo reto, Sert y sus asociadosrespondieron con la idea de crear un campus vertical que tuviera la carga monumental de

    Fig. nº 6. Páginas del plan de crecimiento de la Universidad de Harvard de 1960. Derecha: plano parcial de Cambridge mostrandoen sombra los edicios y terrenos pertenecientes a la Universidad. Izquierda, dibujos en elevación del campus mostrando su estadoen esos años y su futuro crecimiento, en donde resaltan tres torres. Fuente: An Inventory for Planning, HUPO, 1960.

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    las instituciones que hacen de cada ciudad un lugar particular, y fuera capaz de promoverla vida comunitaria entre los estudiantes. De esa forma, Sert ponía en práctica nuevamen-te la monumentalidad que él y varios de sus compañeros del CIAM venían reclamandopara la ciudad desde el inicio de la posguerra. Además, el proyecto se planteó dentro de

    la estrategia del precinto urbano. Esta idea-

    utilizada por muchos proyectos de unidadesvecinales ya estudiados por él anteriormente-

     serviría a Sert para estructurar su proyectourbano para este nuevo campus, en donde el manejo de las proporciones entre los edificiosy las plazas en un complejo perfectamente delimitado para ser peatonal y de funcionesacadémicas lograrían darle el carácter urbano. Esta estrategia sirvió también para hacer másevidente los sistemas peatonales que se buscaban crear al interior del proyecto, al mismotiempo que promovió el contacto entre los estudiantes y ofreció espacios públicos para eldesarrollo de la vida comunitaria.En este encargo de BU -como en muchos otros próximos-, se unirían de distintos modoslos temas de monumentalidad, centros cívicos comunitarios,  existenz-minimum,  espaciospúblicos, y otros temas que formaron parte de la teorización y construcción de la ciudadde la posguerra reunidos en El corazón de la ciudad  y las Conferencias de diseño urbano. Comoha apuntado Josep Maria Montaner, en la arquitectura moderna de la posguerra, se bus-caba el contacto con el público y la identificación del pueblo con sus obras, y para ello, serecurrió a nuevos mecanismos de diseño como la nueva monumentalidad frecuentemente,dado que el “nuevo concepto de monumentalidad tiene una doble vertiente, por una partepor su voluntad de significado colectivo contemporáneo, y por otra parte por su capacidadpara explicitar la memoria” (Montaner, 1997: 104).De esta forma, Sert obtuvo el marco teórico y práctico para poner en marcha muchas desus ideas alrededor de la arquitectura, la ciudad y la vida en comunidad. En un tiempode cambios en el manejo de la Universidad de Harvard y con el apoyo del rector de esta

    institución, se fueron dando las condiciones para que las obras previstas en el plan de 1960por el propio Sert y el equipo de la Oficina de Planeamiento de Harvard fueran tomandoforma en la ciudad de Cambridge y revitalizando distintas áreas. Así, siguiendo el plan de1960, se decidió construir las viviendas para estudiantes casados, y para ello, se escogióvarias manzanas de propiedad de la universidad ya contempladas en el plan de crecimiento.De ese modo, Peabody Terrace entró en la oficina como encargo en 1961 y supuso paraSert el reto de dar forma a un proyecto de vivienda colectiva; algo que esperaba desde laconstrucción de la Casa Bloc de Barcelona (1933) y que había servido para ilustrar susideas en Can our cities survive? (1942). En esos momentos, su preocupación por la regene-ración de las ciudades, junto a la evidencia de los fracasos de los grandes planes urbanos yla desaceleración de la economía, lo había llevado a cambiar de escala en su aproximación

    urbana y a generar nuevas estrategias de intervención en la ciudad como las propuestasde diseño urbano. Entonces, estas ideas que habían sido ensayadas en distintos proyectostenían que ser contrastadas con la realidad en un proyecto de vivienda colectiva, y en ello,surge la oportunidad de proyectar Peabody Terrace como propuesta ideal para ese reto.

    5. Peabody Terrace y la síntesis de la arquitectura y el urbanismo de José Luis Sert

    “Peabody Terrace era el lugar de una fábrica, que era lo más típico a lo largo del río. En esaépoca, los frentes de ríos (…) eran considerados tierras de desecho y eran proyectadas comolugares de industrias y comercios”12 (AAVV, 2003: 9). De esta forma, Huson Jackson, socio

    de Sert, Jackson & Associates, se refiere al terreno del proyecto de Peabody Terrace. Enrealidad, el área que ocupa el conjunto no solamente era el terreno ocupado por la fábrica,sino que a eso habría que agregarle una manzana y media de casas dispersas cuyo frentedaba también al río, y que habían sido curiosamente identificadas como ejemplo de la

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    Fig. nº 7. Casa Sert en Cambridge, 1956. Planta de la vivienda unifamiliar diseñada por Sert como prototipo de vivienda unifami-liar adosada para la zona. Derecha, perspectiva del estudio de vivienda para estudiantes casados de la Universidad de Harvardpresentado en el plan de crecimiento de 1960. Fuente: Bastlund, Jose Luis Sert, Les Editions d’Architecture, JLS, 1956. Fuente: An Inventory for Planning, HUPO/JLS, 1960.

    Fig. nº 8. Vista del ingreso de la Fundacion Maeght, Saint Paul de Vence, 1958-1971. Derecha, vista del Holyoke Center, edicioadministrativo de la Universidad de Harvard, Cambridge, 1958-1966 [JLS SC]. Fuente: Bastlund, José Luis Sert, Les Editionsd’Architecture, Phokion Karas, 1962.

    “dispersión de las viviendas en manzanas semivacías en barrios degradados en Cambridge”en el plan de 1960 (Harvard, 1960). En esa publicación, Sert buscaba erradicar las vivien-

    das en mal estado y construir proyectos de planta nueva. En esos momentos, el barrio deRiverside en Cambridge estaba catalogado como una zona de bajo nivel en su calidad devida y por tanto, propensa a ser intervenida con proyectos de regeneración urbana por laCambridge Redevelopment Authority.De hecho, la estrategia de relleno de lotes y la mejora de las viviendas existentes, comoforma de recuperación de los barrios degradados, era algo que todavía no se vislumbrabaentre las estrategias urbanas de posguerra. En ese mismo sentido, pocos años antes de laconstrucción de Peabody Terrace, se había terminado un conjunto de viviendas públicasde alta densidad y baja altura, con amplias área verdes y a pocos metros del terreno queocuparía Peabody Terrace, borrando varias manzanas de antiguas casas. Este conjunto,

    entonces, se convirtió en uno de los pies forzados del proyecto de Sert, del mismo modoque el resto de las viviendas de poca altura del barrio, que significaron una preocupaciónpara ser integradas en el conjunto de Harvard. Así, al iniciar el desarrollo del encargo,la oficina de Sert se vio en la tarea de proveer de vivienda a los estudiantes casados de la

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    universidad en un terreno de casi 60 000m2, con una densidad original de 85 hab./ha enese terreno. Sin embargo, el resultado fue un proyecto con una densidad de 250 hab./ha,autosuficiente en servicios y capaz de ofrecer privacidad a sus residentes, al mismo tiempoque integra el conjunto al barrio de Riverside.

    El vecindario está compuesto básicamente por viviendas unifamiliares de tres pisos, hechasen madera sobre una base de ladrillo o piedra. Los lotes que ocupan son, por lo general,profundos y estrechos, y las fachadas de las casas suelen estar alineadas a tres metros de lavereda aproximadamente. En declaraciones sobre la relación de Peabody Terrace con esteentorno y su integración a la estructura urbana, Huson Jackson explicó que el proyectono tenía pretensiones de generar un impacto mayor al de sus límites físicos: “Intentamosconservar la proporción con respecto a la escala de las casas de la avenida Putnam y mante-ner los edificios más altos hacia el río –un espacio abierto que tiene suficiente espacio pararespirar a su alrededor– (…) intencionadamente para evitar el impacto en los residentesde la avenida Putnam y el resto del vecindario” (AA.VV., 2003: 10). Sin embargo, pareceevidente que Sert tenía aspiraciones de crear referencias metropolitanas para el campusde Harvard cuando colocaba tres torres, las mismas que iban coronando el perfil bajo delos edificios tradicionales del campus en su propuesta de crecimiento para la universidadunos años antes.Asimismo, se puede ver en los croquis de Sert como éste buscaba la creación de un conjuntoque fuera capaz de generar los vínculos con su entorno y crear, a través de las torres, un puntode referencia metropolitano que buscara dialogar con los campus del MIT y la Universidad deBoston. Por esos mismos años, en una conferencia referente a la relación entre el urbanismoy la vida académica, Sert enuncia varias ideas de las que se desprende sus intenciones para elcampus de Harvard: “Los edificios bajos deben albergar los espacios de grandes dimensionesy aquellos que requieran tratamiento especial. Éstos pueden continuar formando plazas

    cuadrangulares como en el pasado. Las torres que pueden ser de muchas formas distintasdeterminadas por usos diferentes y condiciones que no rompan las barreras de altura o tenganun bloque que oprima los tamaños de los edificios más bajos y las plazas. Entre Chicagoy San Ginminiano hay muchos intermedios acertados” (Rovira, 2003: 339). Así, por unlado, con la creación de las plazas cuadrangulares de edificios bajos de larga tradición en lasuniversidades del noreste americano, se continuaba con la topología en la configuración deespacios urbanos académicos; mientras que, por el otro lado, las torres proveían de densidadsuficiente para que tales espacios estén cargados de vida y actividades.

    Fig. nº 9. Croquis del conjunto de vivienda East Hills, Pittsburg, 1959. Derecha, el edicio central y el campus de la Universidadde Boston desde la orilla de Cambridge del río Charles, 1959. Fuente: JLS SC, autor: JLS. Año: 1959; Fuente: Bastlund, JoséLuis Sert, Les Editions d’Architecture, Phokion Karas, 1962.

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    Igualmente, la idea de plantear un precinto para el conjunto de vivienda está directamenterelacionada con la tradición de los superbloques de las unidades vecinales que urbanizaronNorteamérica desde la década del 1930 en adelante. Y si bien ésta fue una característicade los suburbios de las grandes ciudades, esta vez se la propone en plena ciudad y a una

    escala mucho más pequeña. Lo que se busca alcanzar con esta reformulación de la unidadvecinal es esencialmente proveer de seguridad a los niños al interior del conjunto, devolverla experiencia peatonal al habitante y generar la producción de lugar que eleve la calidadde vida de un barrio degradado; temas bastante estudiados por Sert en la década de 1950como hemos mencionado anteriormente.Dentro de las estrategias de integración al entorno, el complejo de Peabody Terrace mantienebajas alturas en la mayor parte de sus edificios y ofrece amplios espacios urbanos a pesar detener una alta densidad. Este conjunto de 1 500 personas está formado por edificios bajosde tres y cinco plantas con algunas partes de hasta siete niveles que articulan la transicióna las torres de veintidós plantas. Las fachadas del conjunto hacia el barrio cuentan con tresniveles de altura ajustándose a la proporción de las casas. Otra estrategia para integrarse ala zona es la apertura de las calles peatonales que conectan directamente los espacios pú-blicos de Peabody Terrace, el barrio de Riverside y el resto del campus. Bajo este objetivo,se clausuró las calles Banks (dirección norte-sur) y Sterling (dirección este-oeste) al tráficovehicular para convertirse en trayectos peatonales con espacios abiertos en forma de ala-medas. Esta acción, que no sólo enriquece el espacio urbano, se puede entender como unmanifiesto crítico a una sociedad motorizada que ha olvidado el recorrido peatonal. El casodel tramo este-oeste, que comunica el barrio de Riverside con el río, ofrece los servicios deuso diario como kindergarten, tienda/bodega y la lavandería13; de la misma forma en queSert lo había descrito en su ponencia de 1952, como se ha mencionado anteriormente.Durante las décadas de 1960 y 1970, el conjunto fue premiado en distintas oportunida-

    des por diferentes instituciones oficiales en los Estados Unidos14 (JSL SC, B31). Entre losmotivos de las distinciones, se destacaba sus ideas urbanas, la plasticidad y complejidadde sus volúmenes en su expresión arquitectónica, así como su efectividad constructiva ytécnica. De ese modo, el conjunto se convirtió en un modelo de la vivienda económica ycolectiva para la disciplina. Sin embargo, las críticas más importantes que recibió de partede los vecinos de Riverside se refirieron a su ostracismo –todo lo contrario al objetivo de losarquitectos-, así como a su expresión estética, mal recibida por un público acostumbradoa la vivienda unifamiliar de madera en colores cálidos. Definitivamente, la arquitecturade líneas duras y simples, nunca caló hondo en la cultura norteamericana, y ello minó larecepción del proyecto entre el grupo de vecinos.

    Aparentemente, la sola presencia de un conjunto perteneciente a una universidad tanpoderosa en medio de un vecindario de bajos ingresos fue razón suficiente para el rechazode sus vecinos. Incluso, la construcción de las torres, cuyo objetivo era ofrecer densidadsin hacinar el ambiente del barrio, fue tomada como demostración de poder. Asimismo, laubicación del volumen del estacionamiento con capacidad para 350 autos frente al complejode vivienda pública existente, también creó malestar entre sus vecinos. Posteriormente, lacolocación de unas vallas (por decisión de la administración) que delimitaron claramenteel límite de propiedad fue (además de lo mencionado) motivo suficiente para argumentarel rechazo definitivo de sus vecinos al conjunto. Al parecer, todas estas quejas expresaronla falta de identificación de los vecinos con la arquitectura moderna austera de carácter

    colectivo y la poca familiaridad con una estructura abierta y contundente.Sin embargo, si analizamos los objetivos del proyecto y los comparamos con lo que ésteofrece a sus habitantes, se pueden desprender otras reflexiones. Una de las preocupacionesen el diseño del conjunto fue la creación de diversos espacios comunes para actividades

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    colectivas. Algunos de ellos no han sido del todo exitosos por las limitaciones propias de ladisciplina en tanto ofrecer marcos físicos para el desarrollo de ciertas actividades, mas nopoder garantizar que éstas sucedan. De los espacios públicos, los más destacables son laplaza central y los jardines laterales. La creación de la plaza central en el cruce de los ejesnorte-sur/este-oeste del proyecto no sólo constituye la refundación simbólica del lugar, sino,

    además, ofrece a la ciudad un espacio de reposo. Las proporciones y el escalonamiento delos edificios que circundan la plaza están correctamente tratados, de tal modo, que eliminanel impacto de la torre de veintidós pisos que flanquea uno de sus lados. Igualmente, eljuego de las fachadas con los balcones y la diferenciación de la estructura y los cerramientosprefabricados colaboran con la articulación de los volúmenes que configuran la plaza. Porsu condición de centralidad, la plaza es usada con mucha frecuencia; sobre todo, cuandoel clima lo permite, se observa niños y familias disfrutando la calma del paisaje.Igualmente, los jardines laterales al este y oeste del conjunto se articulan con la mismacalidad y ofrecen al habitante sensación de libertad a pesar de que los edificios que losdefinen tienen alta densidad. Estos jardines son frecuentemente utilizados por los vecinos

    y el resto de la comunidad universitaria que organiza eventos al aire libre. Otra vez, elfactor del clima es determinante para su uso; pero, al menos, a mitad de año se organizareuniones o simplemente es utilizado por la gran población infantil que acude diariamentea la guardería infantil que ocupa uno de sus lados.

    Fig. nº 10. Peabody Terrace, croquis del proyecto hacia 1962. En los superiores, se puede ver las ideasde la composición urbana del proyecto, así como su estructuración a partir de la utilización de los módulosde vivienda. En los inferiores, Sert explora la articulación volumétrica de los volúmenes para articular surelación con el suelo y el impacto en la escala peatonal. Fuente: JLS SC, 1961-63.

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    Sin duda, la plaza en Peabody Terrace ocupa el lugar central del proyecto. La voluntadde que la arquitectura promueva el encuentro y desarrollo social se centra en el plantea-miento de la plaza. Como ha enunciado J. M. Rovira, la imagen de la ciudad medieval estápresente en la mente de Sert al proyectar Peabody Terrace, con sensibilidad por el espaciopúblico y los trayectos peatonales.15 Así, las tres torres de San Ginminiano y sus plazasempedradas están en el proyecto de Sert (Rovira, 2003: 239). En ello, uno de los factoresmejor logrado del proyecto es el manejo de escalas para pasar de lo urbano a lo doméstico,es decir, de lo público a lo privado. La forma de lograr esta transición espacial y sensoriales a través del manejo de la escala metropolitana a la vecinal y, finalmente, a la residencial.Desde la ciudad, se accede al conjunto a través de los umbrales que generan los edificios;éstos preparan la llegada a la plaza principal, la cual ofrece al usuario una suave transicióna los vestíbulos de los edificios, y éstos a los pasadizos de los departamentos. Finalmente,un pequeño espacio de distribución anuncia la entrada al departamento que generalmenteremata en un ventanal y un balcón que dirige la vista al río.16 Como ha escrito Lee Cott -el arquitecto encargado del proyecto de renovación en 1994-,el objetivo primordial del conjunto de vivienda en un emplazamiento urbano como el deRiverside en Cambridge fue la búsqueda de “la conjunción perfecta entre los ideales de laarquitectura y el diseño urbano de la modernidad. Arquitectura y urbanismo apoyando

    una saludable y completa vida para sus residentes. La ambición de Sert no fue menor acrear un nuevo vecindario de alta densidad en el que todas las necesidades humanas fuerancontempladas en el ambiente, proporcionando de privacidad y sentido de comunidad”(Cott, 2003). Así, muchos de los esfuerzos de Sert puestos en Peabody Terrace, como abrirel conjunto a la ciudad y la voluntad de crear el sentido de comunidad al ofrecer espaciospúblicos en contacto con la naturaleza, de distintas formas se han alcanzado, y ésta ha sidouna de sus constantes cualidades frente al permanente cambio de usuarios y vecinos.

    6. Precisiones sobre Peabody Terrace y el proyecto urbano en la obra de Sert

    La tradición, en el sentido de “cambio y continuidad” iniciado por los reformistas inglesesen el siglo pasado y continuado por muchos de los arquitectos modernos alrededor delCIAM con sus propuestas de vivienda colectiva, se encuentra presente de distintas formasen Peabody Terrace. La búsqueda del bienestar de los habitantes, el contacto con la natu-

    Fig. nº 11. Peabody Terrace. Derecha, vista aérea desde la orilla de Boston del río Charles. Se ve los jardines abiertos hacia el ríoCharles y al paisaje urbano, así como la articulación de las torres con los edicios bajos de tres, cinco y siete plantas. Izquierda,el jardín sur con juegos infantiles con la torre sur de fondo. Fuente: JLS SC, Phokion Karas, 1965.

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    raleza, el sentido de privacidad y comunidad, así como las condiciones favorables para eldesarrollo natural de las personas se encuentran presentes en este conjunto.Pero por los años de construcción de Peabody Terrace, bajo la pantalla de las agencias derenovación urbana (redevelopment authorities) de las ciudades norteamericanas, se destruyóla mayoría de las metrópolis del país aduciendo la regeneración y recuperación de barriosdegradados. Y lo que se obtuvo de ello, fue la destrucción del tejido social de los centros delas ciudades y la expulsión de sus habitantes, lo que produjo, además, el rechazo del restode ciudadanos “al movimiento moderno”, así como la huida de éstos a los interminablessuburbios. Por ello, esta obra podría perderse entre muchas otras de la década de 1960, de

    “estilo moderno”, que enmascararon grandes operaciones inmobiliarias, enriquecieron amuy pocos y afectaron terriblemente las ciudades, si no fuera por la apertura del conjuntoa la ciudad, su capacidad de articular la alta densidad de vivienda con grandes espaciospúblicos y su aporte a la estructura urbana y paisajista del barrio.

    Fig. nº 12. Planta del conjunto mostrando el río en la parte baja del dibujo. Derecha, vista del jardín este mostrando el volumende vivienda de cinco plantas que remata en otro de siete y a la derecha, conectados por dos puentes que sirven como espaciosde reunión en las calles elevadas, la torre de veintidós plantas hacia la izquierda. Fuente: Bastlund, José Luis Sert, Les Editionsd’Architecture, JLS, 1964. Fuente: JLS SC, Phokion Karas, 1965.

    Fig. nº 13. Izquierda: diagrama de la organización de las unidades del conjunto en bloques compactos de vivienda. Se puedever la “calle elevada” que reparte a los departamentos superiores e inferiores en la parte central posterior del dibujo. Centro yderecha, diagrama de la sección del edicio en donde se ve en sombra las plantas que albergan “las calles” que entregan a losdepartamentos cada tres niveles. Fuente: JLS SC, Sert, Jackson and Assc., 1965.

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    Ante esa situación, muchos de los arquitectos relacionados con el CIAM reclamaron desdesus últimos congresos la recuperación de los centros de las ciudades y la calidad del espaciopúblico como parte primordial de la vivienda urbana. Como ha explicado Eric Mumford,el espíritu heroico de transformación social estuvo siempre presente en los congresos del

    CIAM, incluso hasta en sus miembros más críticos dado que “los vínculos entre la formaurbana y los cambios sociales, favorables intencionalmente o no, retienen algunos aspectosde la síntesis de la arquitectura, urbanismo y transformación social del CIAM, incluso enlos sectores en que los más vehementes decían rechazar” (Mumford, 2000: 7). Por esto,resultan entendibles los cambios ideológicos en sus discursos al ver el calamitoso estado delas ciudades. Sus críticas a las formulaciones de la ciudad funcional de los primeros CIAM serepetían constantemente al reclamar la integración de los elementos urbanos tradicionalesy la búsqueda de antiguos patrones de asentamiento, así como otros factores previamenteignorados en sus planes y teorías de entre guerras.De ese mismo modo, a finales de 1950, Sigfried Giedion escribió en el corolario de la ver-

    sión inglesa de Arquitectura y comunidad  un texto que relata la experiencia urbana modernadesde su perspectiva. En este, Giedion expone claramente el fracaso de la cultura urbanade la posguerra en la reconstrucción y expansión de las ciudades en casi todo el mundooccidental. Son significativas las palabras de Giedion cuando se refiere a lo ingenuo queresultó el discurso de la Carta de Atenas para guiar el imparable proceso de modernizacióny expansión capitalista del mundo de posguerra, donde se perdió todo el equilibrio naturalde la ciudades: “Las cuatro funciones principales del urbanismo: habitar, trabajar, recrearsey transportarse, como estuvieron enunciadas en el CIAM de 1933, han perdido su equili-brio y sus interrelaciones (…) La demanda por el reestablecimiento de la relación entre el‘tú’ y el ‘yo’ [arquitectura y comunidad] conlleva a cambios radicales en la estructura dela ciudad” (Giedion, 1958).

    Igualmente, unos años más tarde, en una conferencia ofrecida por Sert en Londres, po-demos leer críticas aun más contundentes: “Nuestro trabajo se ocupa de la parte de untodo: el entorno urbano, donde personas, coches, redes de instalaciones, áreas abiertas ytechadas, mecánicamente controladas o no, están más unidas, son más independiente quenunca (…) Es ahora cuando se está poniendo a prueba muchas teorías formuladas enton-ces (en los años 20 y 30), cuando algunos arquitectos comprendimos la estrecha conexiónque unía los edificios y las ciudades, e intentamos formular unos principios que hasta dosdécadas después no se materializaron y no pudimos evaluar (…) los principios aceptadosse basaban en la contraposición. Altas densidades frente a bajas densidades, edificios altosfrente a edificios bajos, vías rápidas frente a caminos para peatones. También se basaban

    en una separación de los usos del suelo: el uso residencial separado del uso comercial o denegocios y vinculado tan sólo a las instalaciones recreativas. Es un cuadro bastante ingenuoy desprovisto de vitalidad (…) la mezcla de usos del suelo ha contribuido a animar losmejores paisajes urbanos… se puede aplicar ciertas limitaciones, pero aplicarlas a ciudadesenteras significa condenarlas a muerte” (Sert, 1963).Con el pasar de los años, no sólo se corregía los errores de las posturas iniciales, sino tambiénse aceptaba que la mayoría de grandes planes urbanos de la década de 1950 no se habíarealizado como lo planeado, o peor aún, ni tan siquiera se había iniciado. El común de losarquitectos y urbanistas llegó a la conclusión de que las ciudades muy difícilmente podíanser planeadas en conjunto, y menos aún, ser construidas de acuerdo con una sola idea. Por

    ello, la idea del proyecto urbano emerge al proponer intervenciones urbanas con accionesconcretas y delimitadas. De esa forma, la práctica del diseño urbano recupera el sentidode la disciplina en la articulación de la arquitectura de las ciudades y la organización delpaisaje urbano. En ese contexto, Peabody Terrace, así como otras obras de Sert17, no sólo

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    se plantea como un proyecto puntual de intervención urbana, sino, además, como la res-puesta coherente al cambio de escala en las ambiciones de la arquitectura y el urbanismopor dar forma al paisaje construido.Por esos mismo años, Giedion escribió sobre el trabajo del arquitecto-urbanista y su aproxi-mación a la ciudad, reafirmando la idea de (re)construir la ciudad a trozos, buscando quela arquitectura, el urbanismo y el paisaje se integren en la sinergia del diseño urbano, unapráctica capaz de crear estructuras urbanas abiertas a los cambios, “en lugar de los rígidosplanes maestros propuestos a inicios del siglo veinte (…) un programa flexible, que permita

    cambios y que deje posibilidades abiertas para el futuro” (Giedion, 1967: 862). La formaabierta en el diseño urbano se basa en que la ciudad no puede ser totalmente diseñada, sinoque sólo se puede proponer estructuras y lineamientos urbanos capaces de hacer crecer ydesarrollar la ciudad en forma libre y ordenada.

    Fig. nº 14. Vista del conjunto desde el lado sur de la calle Banks. En primer plano, a la izquierda,aparece el jardín de la torre sur y detrás, al lado derecho, la torre este detrás del volumen deestacionamiento de tres plantas que anquea la plaza central. Derecha, vista de la terrazaposterior del salón de estas del conjunto. Éste ofrece un espacio interior para el desarrollode eventos durante todo el año. Fuente: JLS SC, Phokion Karas, 1965.

    Fig. nº 15. Un espacio interior del salón de estas que ocupa la primera planta de uno de los edicios que anquean la plazac