Jovenes Infractores de Ley Chile Aracely

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Los Ángeles JÓVENES INFRACTORES DE LEY Diversos estudios Psicología del Niño Asignatura: Psicología del niño

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Los ngeles

JVENES INFRACTORES DE LEY

Diversos estudiosPsicologa del Nio

Asignatura: Psicologa del nio Profesora : Daniela Paredes Integrantes: Christian Villegas Manriquez Aracely Rodrguez Cisterna Fecha : 06 de noviembre de 2012INTRODUCCION

La violencia juvenil resulta desde hace varios aos inquietante en nuestra regin, por el incremento sostenido que ha sufrido en el ltimo tiempo. Esto no ha ocurrido slo en Amrica Latina regin especialmente marcada por la violencia sino que se observa tambin a nivel mundial.En el ao 2000, de acuerdo a datos entregados por la OMS1, se produjeron a nivel mundial unos 199.000 homicidios de jvenes (9,2 por 100.000 habitantes). Desde hace varios aos se viene discutiendo sobre las causas de los comportamientos antisociales de los jvenes, considerndose finalmente la multicausalidad del fenmeno, por lo cual se hace necesario identificar la ponderacin de cada una y su impacto especfico en el tiempo. En caso contrario se llega a concluir que slo los cambios estructurales en materia social, que constituyen el ncleo de muchos problemas, son los nicos relevantes para la prevencin. Sobre la edad de inicio de las conductas disociales, Frchette et Leblanc2 identificaron varios perodos en los cuales pueden comenzar en los menores de edad, pero sin duda la preadolescencia parece ser una edad privilegiada para el ingreso a la delincuencia gracias al contexto de crecimiento disarmnico a menudo presente, en el cual se mezclan aspectos de la infancia y manifestaciones de contestacin, de oposicin ms tpicas de la adolescencia. Corsi y Peyr3, plantean que hay distintas formas de violencias sociales que crecen y se multiplican a un ritmo acelerado. Estas conductas resultan disruptivas y amenazan el proceso de integracin en el que los adolescentes incorporan nuevas capacidades y aptitudes. En medio de este revolucionario perodo de cambio personal los adolescentes intentan formar su propio espacio y son vulnerables a las conductas de violencias que los rodean. En este perodo tambin se transforma la relacin con el poder adulto, relaborndose conceptos e imgenes de s mismo y del mundo, para llegar a formar su propia identidad. Los estudios internacionales indican la existencia de factores de riesgo4 asociados al desarrollo del comportamiento delictivo en jvenes y que en algunos casos resultan tiles para construir perfiles de riesgo que orienten la focalizacin de polticas preventivas. El desarrollo de los individuos no se da en forma aislada5, y necesariamente se relaciona con una compleja red de sistemas interconectados, como la escuela, la familia, los grupos de pares y otras instituciones o situaciones que influyen en forma directa o indirecta en su desarrollo y cuyas caractersticas pueden convertirse tanto en factores protectores como de riesgo. Los factores relacionados con la conducta delictiva juvenil pueden ser clasificados en 6 mbitos de procedencia, de acuerdo a un continuo que va desde el nivel individual hasta el nivel sociocultural6, dejando de lado el concepto de que la sola exclusin social sera uno de los principales o ms bien nico factor importante.As, junto a los factores asociados al entorno que inciden sobre la probabilidad de que un joven cometa ilcitos o desarrolle comportamientos violentos, los factores de carcter individual inciden igualmente en el fenmeno. Es lo que Farrington7 llama "potencial criminal", partiendo de la premisa que existen diferencias individuales en la predisposicin al comportamiento criminal que se mantienen relativamente estables a lo largo del tiempo y en diferentes tipos de ambiente. Este potencial criminal dependera de procesos que los fomenten, que los impulsen y que los inhiban, como tambin de procesos cognitivos, observndose importantes diferencias individuales.Sin embargo, investigaciones muestran que los que ms determinan la comisin de los actos son los procesos inhibidores a nivel individual8. Los factores individuales que ms relevancia tienen son aquellos de carcter psicolgico, dentro de los cuales tienen mayor significancia la impulsividad, hiperactividad, el dbil control personal, un nivel de inteligencia bajo y falta de concentracin. La hiperactividad diagnosticada ha sido relacionada en forma importante con trastornos de conducta.

La percepcin de un aumento creciente de la infraccin de ley juvenil en nuestra actual sociedad se ve reforzada por las estadsticas y denuncias diarias de la prensa. Se requiere de polticas pblicas eficaces para hacer frente a esta situacin, pero la tendencia que el pblico advierte es que las iniciativas impulsadas hasta ahora no han obtenido los resultados deseados.

En el entendido de que existen relaciones entre determinadas conductas desarrolladas en la infancia, la infraccin a la ley y el afianzamiento de una carrera delictiva, el Presente documento analiza desde una perspectiva psicosocial la trayectoria de vida de nios y jvenes, de modo de identificar factores claves para la definicin de alternativas eficaces que fundamenten el diseo de polticas pblicas en el mbito de la prevencin.

La literatura internacional existente permite afirmar que hay diferencias importantes en los factores que colocan a las nias y nios en riesgo de delincuencia y victimizacin, que hay diferencias tambin en el camino de entrada y salida de la delincuencia entre los y las jvenes y se plantea la necesidad de disear proyectos preventivos en donde se incorporen las diferencias de las necesidades e intereses de hombres y mujeres.

La ausencia de estudios en Chile y la evidencia de la relevancia de incorporar la perspectiva de gnero tanto por el anlisis de las cifras, como por la literatura existente, permite afirmar que una investigacin que aborde esta temtica es el primer paso para generar polticas ms adecuadas para el abordaje de la delincuencia, ya que posibilita atender las diferencias con una base slida y cientfica y por tanto desarrollar mejores mecanismos para la prevencin, atencin y reinsercin de los y las adolescentes.

Marco terico

Los estudios sobre adolescentes infractores de ley se han centrado fundamentalmente en los varones, existiendo escasa bibliografa sobre mujeres jvenes infractoras. Este hecho se puede explicar en parte por la baja tasa de mujeres jvenes infractoras; sin embargo en general existen pocos estudios sobre las jvenes y los que existen se han abocado fundamentalmente al tema de los derechos sexuales y reproductivos y fundamentalmente al embarazo de adolescentes.La propuesta establece como marco general los principios de la Convencin de los Derechos del nio, dado que la ratificacin de la Convencin de los Derechos del Nio (1990) por parte del Estado chileno, supone la obligatoriedad de adecuar las polticas sociales destinadas a los nios, nias y jvenes, conforme las exigencias que emanan de los preceptos contenidos en la Convencin.

Al considerar el nio y nia como sujetos de derecho, supone superar una acepcin de la infancia, sustentada en el reconocimiento de necesidades y carencias, para proponer una mirada centrada en el reconocimiento de sus derechos ante el Estado, la familia y la sociedad.

Ser nio o nia no es ser "menos adulto". La infancia y la adolescencia son formas de ser persona y tienen igual valor que cualquier otra etapa de la vida. Tampoco la infancia es conceptualizada como una fase de la vida definida a partir de las ideas de dependencia o subordinacin a los padres u otros adultos. La infancia y la adolescencia son concebidas como pocas de desarrollo efectivo y progresivo de la autonoma personal, social y jurdica" En relacin a los infracciones de ley, la Convencin de los derechos del nio seala: "Los Estados Partes reconocen el derecho de todo nio que sea considerado, acusado o declarado culpable de infringir las leyes penales a ser tratado de manera acorde con el fomento de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del nio por los derechos humanos y las libertades de terceros y en las que se tengan en cuenta la edad del nio y la importancia de promover la reintegracin del nio y de que ste asuma una funcin constructiva en la sociedad". (art 40) Con lo anterior se establece, entre otros aspectos, que los y las adolescentes y nios y nias, debern ser reconocidos y respetados en la diversidad de sus identidades y pertenencias tnicas, econmicas, sociales, culturales y de gnero

DESARROLLOPrimera parte relacionada con un estudio del SENAME a los jvenes infractores de leyAdolescentes que se revelan ante la pobreza y la fealdad

En las mujeres adolescentes entrevistadas, aparece una bsqueda por smbolos estticos que de alguna manera les permitan presentarse ante el mundo desde cierto estatus o posicin. Estos smbolos se materializan principalmente en la vestimenta, los accesorios y en general aquello que consideren que las viste. Desde esta perspectiva, aparece una rebelda a todo aquello que no les pueden dar sus casas, lo cual se ve exacerbado con el entorno hostil en el que viven.

El robo, por tanto, en el mapa mental de estas adolescentes, comienza a cumplir un rol de satisfaccin de necesidades creadas, que para ellas aparecen como indispensables en esta etapa del ciclo vital. Yo siempre ando linda, impecable, combinadapor ser esta polera me la compr de un trabajo que hice, me gustar estar a la modaestas zapatillas mi mami jams me las podra comprar (Mujer, 15 aos, PIA)Adolescentes que buscan una autonoma econmica prematura. El discurso en torno a la autonoma econmica es muy fuerte y aparece a edades tempranas en las jvenes entrevistadas. Esto, de alguna manera da cuenta del grado de proactividad de las chicas, ya que si bien: a) hay una rebelda a acatar la situacin econmica de la familia en que nacen, b) hay tambin un plan de accin que les permite satisfacer esas necesidades y que es gestionado por ellas mismas. Esto se traslada tambin a mbitos familiares, donde muchas veces las adolescentes intentan ocupar un rol de proveedoras, sobretodo en lo que refiere a vestimenta, alimento y paales para los hermanos ms pequeos. A mi me gusta tener lo mo, comprarme mis cosas, y tambin a veces pa la casa yo les digo a mis hermanos chicos que no roben, ellos que si quieren algo que me lo pidan a mi, que yo se los doy (Mujer, 14 aos. Programa Privativo de libertad )

Adolescentes que renuncian a la familia de origen.

De alguna manera, estas adolescentes hacen una renuncia al hogar materno, para poder liberarse de las presiones, las exigencias y los abusos a los que se ven sometidas. Sin embargo, esa renuncia no queda vaca, sino que intenta ser reemplazada por otros espacios donde puedan generar vnculos significativos y reproducir relaciones de cuidado que no obtuvieron en su familia de origen. Las jvenes, presentan una especial valoracin del vnculo, el cual se puede formar una vez que sienten que se han desprendido y revelado de aquellas exigencias que les son impuestas y se niegan a seguir. Ejemplo de ello son las estrechas relaciones que forman entre sus amigas, donde muchas veces se unen para vivir en un espacio donde se cuidan mutuamente, o bien buscan lazos con otros miembros de la familia como las abuelas. La salida del hogar en las mujeres aparece asociada principalmente a la renuncia del sometimiento y el abuso y, a la bsqueda de autonoma. En los hombres, por su parte, la salida o intermitencia con el hogar responde a la necesidad de encontrar un mecanismo de auto sustento y a la alianza con un grupo de pertenencia fuera de la casa.

El conflicto con la madre. Las entrevistas realizadas a las adolescentes dieron cuenta de un eminente conflicto con la madre, reflejado fundamentalmente en la falta de apoyo que sienten por parte de stas. En este sentido, si bien las madres se presentan como una figura relevante en su contexto familiar, existe una tendencia a enjuiciar la forma en que han llevado sus vidas. Lo anterior es reafirmado por los(as) funcionarios(as) que tratan directamente con estas adolescentes, sobre todo en el caso de las que se encuentran privadas de libertad. Los y las delegados de programas ambulatorios han logrado identificar tambin diferencias importantes en el trato de la madre a la adolescente infractora en comparacin al dado al adolescente infractor. Yo creo que se cumple la norma hijito de ms en el caso de los chiquillos, hay una preferencia absoluta por los varones, ac pasa igual las mams son sper dejadas con las chiquillas. Me ha tocado mams sper poco afectiva con las chiquillas (Educadora. Programa privativo de libertad) Por ejemplo en los chiquillos es mucho ms comn que los paps, o el pap o la mam presionen al chiquillo para que vengan y lo acompaen, en las nias, en cambio, en general no han tenido adultos responsables, tratando de involucrarse, incluso las mams las encubren: no, no est cuando estn en la pieza (Delegada PIA)

Los adolescentes varones entrevistados

Los adolescentes entrevistados, si bien viven una situacin parecida en trminos de la estructura familiar, refieren como principal motivador para ingresar al mundo delictual la adquisicin de bienes materiales de manera inmediata y la obtencin de dinero para comprar droga.

Es posible observar que en el discurso de los hombres no aparece una postura tan tajante respecto de la autonoma econmica, ni de la liberacin ante un sistema familiar incmodo, sino que ms bien el tema de robar se explicita como un fenmeno aislado del sistema familiar en el que viven, donde la nica relacin que es posible leer a nivel discursivo, tiene que ver con la imposibilidad de obtener bienes materiales ante la situacin de pobreza de la familia. Otro eje temtico significativo en el discurso de los hombres entrevistados dice relacin con el intento por encontrar una posicin vlida y respetada entre sus pares, de modo que puedan reafirmar su posicin masculina frente al entorno social, resaltando valores como la valenta, la agresividad y todo aquello que se relacione con la hombra. Otras de las diferencias que se aprecian, es que, si bien los hombres tambin buscan autonoma econmica para satisfacer sus necesidades estticas y de paso cooperar en la casa, tienen menos planificada la adquisicin de esta autonoma, vale decir, hay menos simbolizacin de lo que hacen, lo que buscan y aquello que los identifica o no los identifica. En comparacin al grupo femenino, el grupo masculino, tiene menos conciencia de porqu ha optado por delinquir y emergen desde ellos argumentos ms livianos como la necesidad de entretenerse con los amigos o salir del aburrimiento de sus casas.

No s, de tonto igual.porque andaba todo el da en la calle de all pa ac, andaba puro lesiando pa todos ladosestar con los cabros, rer un rato, de repente nos juntbamos a fumar (Hombre, 15 aos. PIA) Los lmites en el sistema familiar y la figura materna.

Desde el reporte de los y las adolescentes, es posible acceder al modo en que se manejan los lmites al interior de sus hogares. En primer lugar, es importante destacar que en los hogares quienes se constituyen en figuras de autoridad son las madres. Esto ocurre independiente de que el control que intentan ejercer con sus hijos e hijas sea efectivo o intil. Para hombres y mujeres, la madre es una figura muy protegida, incluso cuando sta no est muy presente en trminos concretos. La madre surge as en el discurso de los adolescentes como el principal referente de apoyo y proteccin. Estas madres constantemente advierten a sus hijos(as) que no deben meterse en cosas malas, pero sin embargo, no ponen lmites concretos en canto a horarios, amistades y estudios. Es muy frecuente que los chicos y chicas desobedezcan sus rdenes, y que las madres o bien no se den cuenta de que no les hacen caso, o bien hayan tomado medidas que no dan resultado y han desistido de ello, o simplemente no hagan nada porque prefieren evadir una situacin problemtica.

En el caso de las mujeres entrevistadas, las madres tienden a darles discursos de buen comportamiento ms que a estar en los momentos en que las hijas estn en la calle o consumiendo drogas con sus grupos de amigos del barrio. Este fenmeno, segn el relato de las jvenes, se debe a que las madres estn demasiado ocupadas con el sustento del hogar, el cuidado de los hijos pequeos o muy involucradas afectivamente con sus nuevas parejas. Mi mami lo nico que me deca: no hagas eso, pero igual sabia que era as. (Mujer, 14 aos. Programa Privativo de libertad)

Ocurre algo distinto en algunos casos de adolescentes hombres, donde aparecen con mayor frecuencia madres que van a buscarlos y adems de manifestarles que no deben portarse mal, realizan acciones concretas para evitar que los hijos delincan o consuman drogas. Esto se da en pocos casos y coincide con madres de adolescentes que se encuentran en los Programas de Intervencin Ambulatoria, que tienen una historia delictual ms reciente o bien son primerizos en los Centros Privativos de Libertad. En algunos de los casos, al parecer existen madres que si bien de alguna manera legitiman la conducta delictual en los hijos varones, ya que muchas veces reciben con poco cuestionamiento bienes para el hogar (como mercadera), al mismo tiempo sufren mucho y se hacen presentes en las vidas de stos, intentando protegerlos no slo desde el discurso, sino que tambin desde la accin. Yo creo que mi mam sufra ms que yo, me iba a buscar a las calles, llegaba llorando cuando estuve preso en San Miguel, eso si que me haca sentir pena, sentirme mal, es que yo soy su regaln (Hombre, 16 aos. PIA)

Cuando las mujeres hablan de sus mams, se aprecia una ambivalencia entre una fuerte admiracin y cario y a la vez una desilusin y crtica por cmo ellas han armado sus vidas y se han preocupado del bienestar de los hijos. Yo me llevo bien con mi mam, ella siempre se preocup de m pero es que en mi casa haba mucho escndalo, es que mi mami a veces estaba pendiente de su parejaa mi no me gustaba que su pareja me pegara (Mujer, 16 aos, Programa Privativo de libertad)

Por el contrario, los hombres no cuestionan a la figura materna, y cuando se refieren a ellas se emocionan, ya que el sufrimiento de stas se transforma en uno de los motivos de peso que los hara alejarse del mundo de la delincuencia. De alguna manera, muchas de las madres de hombres y mujeres adolescentes, terminan legitimando la conducta delictual de los hijos, lo que se traduce por un lado, en la aceptacin de bienes que stos(as) aportan al hogar y, por otro, en la dificultad para aplicar medidas correctivas que obliguen a los hijos(as) a tomar las opciones que ellas sostienen desde su discurso: ir al colegio, no robar, ayudar en las tareas domsticas, etc. Al parecer, para los chicos y chicas entrevistados(as), resulta especialmente difcil criticar a sus madres, y en casi todos los relatos stas aparecen como mujeres ejemplares, que siempre los van a ver cuando estn presos(as) y que los(as) apoyan en todo. Cuando las madres no visitan a sus hijos o hijas, stos(as) dan argumentos como la casa queda muy lejos del Centro o vino una vez y despus tuvo problemas para llegar.

El padre ausente En el discurso de los(as) entrevistados(as) la figura del padre surge fundamentalmente en el modo de la ausencia, y muchos de los y las jvenes ni siquiera tienen contacto con l. Muestra de ello, es que para referirse a sus familias, los padres escasamente se nombran, a excepcin de las adolescentes ms pequeas y algunos adolescentes que pertenecen a programas PIA o CERECO. Los paps adhieren al discurso correctivo de las madres en relacin a las conductas de los adolescentes que se encuentran en estos programas, pero su discurso casi siempre aparece como secundario frente al de la figura materna. Hay algunas excepciones, donde el padre es querido, admirado y al parecer est ms presente, pero esto ocurre la minora de las veces. La narracin de nuestros y nuestras entrevistadas, hace pensar que no ha funcionado en ellos(s) una ley paterna que los centre o corrija respecto de sus acciones, pese a que algunos(as) jvenes estaran dispuestos(as) a que as fuere. Ejemplo de ello, son las adolescentes ms pequeas, que refieren al padre como una figura de admiracin y en algunos casos quisieran que stos les pusieran ms lmites. Me gustara que mi papi me dijera ya, a las diez te entrai a las casa-onda que me mandara, yo ah me entro, me entro altiro y no reclamo (Mujer, 13 aos, Programa privativo de libertad)

Por el contrario, algunas chicas hablan de los padres directamente con rabia por su nula participacin en el bienestar econmico del hogar y el cuidado de los hijos, lo cual de alguna manera con la visin negativa y desconfiada que muchas de ellas tienen hacia lo masculino. No hablo con ese perro...nunca me ha dado nada, ni diez pesos pa un dulce, mi mama siempre lo ha demandado, pero nunca la han pescado las demandas, as que en el juzgado ahora si preguntan porqu anda robando, yo le voy a decir porque mi pap nunca me ha dado nada y yo necesito tener lo mo tambin, claro y as a lo mejor lo demandan a l y a mi me dan la libertad, como sabe... (Mujer, 14 aos. Programa Privativo de libertad.)

Al parecer el padre no se constituye en una figura relevante para los y las jvenes, y su participacin en los procesos de acompaamiento y apoyo a los hijos es ms bien secundaria. En los casos de que el padre est en el hogar, ste siempre se encuentra trabajando y muy pocas veces conversa con sus hijos. Por otro lado, otro de los factores que hacen que el padre desaparezca de escena, es que generalmente ste no contribuye con dinero para el sustento familiar, por lo que su presencia se hace cada vez ms lejana y para los(as) adolescentes prescindible, aun cuando ello signifique rabia o dolor.

Los roles Las mujeres entrevistadas relatan que los roles que cumplan en sus casas tenan que ver con la cooperacin en las tareas domsticas, pero sobre todo con el cuidado de los hermanos pequeos. Por el contrario, los hombres expresan que casi la nica responsabilidad en el hogar, la constitua la ayuda con algunas tareas domsticas. Otra de las diferencias de gnero que se aprecian en cuanto a los roles adjudicados a hombres y mujeres al interior del hogar, tiene que ver con el permiso para salir a la calle durante la noche. Muchas mujeres refieren a que sus hermanos hombres tenan permiso para llegar ms tarde que ellas simplemente por el hecho de ser hombres.

Aspectos comunes en la vida familiar de los y las adolescentes Tanto en los hombres como en las mujeres entrevistadas, aparecen referentes de familiares (principalmente hombres) que alguna vez han cometido robos o delitos y han sido castigados. En el discurso de los y las adolescentes, si bien no aparece una identificacin positiva hacia estas figuras, se reconoce como un antecedente que de alguna manera respalda el hecho de ingresar al mundo delictual, es decir, que hace que el hecho de cometer un delito, no se encuentre en una esfera muy desconocida o lejana. Yo saba que mi pap alguna vez rob, un to tambin lo haca, aunque despus cambiaron, pero igual ese to estuvo preso (Hombre, 16 aos, Programa privativo de libertad.)

b) El consumo asociado a la vida familiar.

En el relato de los(as) entrevistados(as) es posible identificar una trada que caracteriza el inicio de las prcticas delictivas: 1. La salida del hogar materno, que no siempre es definitiva, pero comienza a hacerse intermitente. 2. El consumo de drogas (generalmente pasta base y luego cocana o falopa). 3. Las juntas con los grupos de pares ms cercanos que tambin consumen o roban.

El consumo de drogas aparece como elemento constante en los relatos de los(as) jvenes entrevistados(as) y muchas veces es significado como mecanismo de evasin ante los conflictos que viven en su entorno familiar e ntimo. El consumo de drogas, adems, cumple una funcin social entre los pares, ya que convoca a juntarse para hacer algo y desde ese lugar es posible aliarse y pertenecer a los grupos de pares. Las drogas ms duras (como cocana o falopa) son consumidas mayoritariamente por los hombres y las mujeres que llevan ms tiempo fuera de sus casas, stas ltimas, comnmente consumen ms pasta base y marihuana.

Lo que pasa que antes de que yo viviera con mi mam yo viva con una amiga y ah empec a fumar pasta y todo y me eche a perderdespus de que me fui de la casa de mi hermana, de ah empec a vivir con una amiga y segu con la pasta, a tomar, a jalar.despus me gust el neoprn y despus me met en la pasta y despus me pillan los pacos fumando, ah conoc a las cabras y empec a salir y a robar y todo.. (Mujer, 16 aos. Programa Privativo de libertada)

El consumo de drogas comienza para muchos y muchas tempranamente (entre los 11 y los 13 aos), y asociado a conductas imitativas de los referentes ms grandes; amigos del sector donde viven y, en la minora de los casos, compaeros de colegio que consuman.

En el colegio haba un patio atrs que era de pre -kinder y los de pre-kinder entraban en la tarde, entonces nosotros abramos la puerta y pasbamos, la mina siempre llevaba marihuana y me invitaba a mi yo de pinta monos empec a fumar, despus fumaba casi todos los das, despus la coca (Hombre, 16 aos. PIA) Uno de los argumentos que aparece a nivel discursivo en ambos sexos para abandonar el hogar es que se aburran o se llevaban mal con uno de los miembros de la familia. En este texto, es posible leer que los adolescentes no se sentan en un ambiente carioso, acogedor o seguro, y que esta hostilidad entonces, qued traducida en aburrimiento. En las mujeres, esta conflictiva aparece ms simbolizada que en el caso de los hombres, a quienes les costaba ms trabajo hablar de las situaciones conflictivas que vivan en sus casas. Mi padrastro tomaba mucho, algunas veces se funda con mi mami, Le pegaba algunas veces, entonces me aburri y lo echamos de la casa, despus igual mi mami le iba a quitar las demandas, y por eso me dio rabia mi mami y ahora igual lo ech, pero yo me fui donde mi abuela, y despus me fui a Temuco unos meses con una amiga ms grande. (Mujer, 14 aos. Programa Privativo de libertad)

c) La escuela.

En general para los adolescentes hombres y mujeres entrevistados, la escuela no constituye un referente vlido de desarrollo. Esta situacin se expresa con mayor fuerza en los programas privativos de libertad. No, no iba al colegio me echaron de todos los colegios le pegaba a los profesores, me robaba las cosas del colegio as empezamos a cambiar de colegio. (Mujer, 16 aos. Programa privativo de libertad) Me echaron porque me rob todos los celulares del curso (Mujer, 14 aos. Programa privativo de libertad) En un primer nivel discursivo la escuela emerge como un lugar poco atractivo para los adolescentes, ya que sienten que no pueden generar all vnculos significativos: se aburren y consideran que es una prdida de tiempo. Incluso adquiere para ellos una connotacin negativa puesto que la perciben ejerciendo un control social que les incomoda. A un importante cantidad de entrevistados los han expulsado de la mayora de los recintos educacionales o ellos mismos han desertado, por lo que la escuela se transforma, tambin, en un espacio visualizado como amenazante y castigador. Pese a que la mayora de los vnculos familiares significativos les exigen que vayan al colegio, la mayora ha optado por abandonar esa opcin.

Pero en otro nivel discursivo, tanto para hombres como para mujeres, permanece la conviccin de que es bueno ir a la escuela y se piensa como proyeccin futura intentar acortarla y hacer dos aos en uno o estudiar en la nocturna.

El discurso hacia la escuela cambia cuando los adolescentes intentan planificar un proyecto de vida que ya no los incluye a ellos, sino que a los hijos que estn esperando o los que podran tener. En este punto repiten lo mismo que sus madres les inculcan, ya que consideran que el hijo debe educarse y asistir al colegio. Es el caso de una de las adolescentes que se encuentra en CERECO, tiene 6 meses de embarazo, y si bien asume que no cambiar demasiado su estilo de vida al tener su hijo, cree que ste no debe ser igual a ella, y en este aspecto rescata la escuela como un elemento que la diferenciara y conducira a su hija a algo distinto y mejor. Mi hija tiene que estudiar, no tiene que ser como yo, tiene que ir al colegiobueno si no va, tampoco la voy a dejar sola (Mujer, 16 aos. Programas privativos de libertad) Igual yo quiero que mi hijo estudieyo despus voy a estudiar en la nocturno, pero l que empiece de chiquitito (Hombre, 17 aos, Programas privativos de libertad)

La desercin escolar.

La visualizacin de la escuela como un lugar amenazante, intil y complicado aparece en el discurso de los adolescentes como uno de los argumentos relevantes esgrimidos para explicar su desercin escolar y su ingreso al mundo delictual

Casi todos los adolescentes que se encuentran en Centro Privativos de Libertad han desertado del sistema escolar, a diferencia de aquellos que se encuentran en Programas de Intervencin Ambulatoria que, pese a tener una mala relacin hacia la escuela, aun continan asistiendo a sta y de alguna manera existe un mayor control social familiar para que lo hagan. En este punto, no se aprecian mayores diferencias entre hombres y mujeres, ya que para ambos grupos la escuela significa un camino largo que aparece como complicado y engorroso para obtener lo que ellos quieren.

En este aspecto, se aprecia en los(as) jvenes entrevistados(as) una lgica de lo inmediato, que se contrapone fuertemente con el ingreso al mundo escolar, el cual, muy por el contrario, significa alcanzar metas de manera paulatina, esforzarse y superar obstculos. Todos aquellos valores que encarna la escuela como agente socializador son rechazados por los adolescentes, cuyo referente ms potente en trminos de aprendizaje, es la calle.

Otro de los elementos que hacen que la escuela sea rechazada por los(as) adolescentes, es el control social que sta ejerce sobre ellos(as), considerando si ya no obtuvieron este control en sus casas (o se rebelaron ante l), menos lo acatarn en la escuela. Adems, la mayora de chicos y chicas que ya comienzan a ingresar al mundo de la calle, poseen baja tolerancia a la frustracin y tienen una visin de s mismos devaluada en trminos de capacidades para adquirir conocimientos ms abstractos; su fuerte tiene que ver con el hacer, con la prctica. Yo tengo tercero medio, y me falta el cuarto no msy despus no quise estudiar ms, me aburr, es que el colegio igual me echaba, me mandaban al neurlogo y queran darme pastillas y puras guevas as, y eso me aburre a mi po, yo no quiero eso

(Hombre, 17 aos. Programa Privativo de Libertad

En este medio, comnmente han sido rechazados por compaeros y profesores, ya que la mayora de ellos(as) presentan problemas de aprendizaje y mala conducta, lo cual los lleva, gran parte de las veces, a reproducir los patrones que han comenzado a adquirir en el mundo en que se mueven (robos, hurtos, etc.). No, no iba al colegio me echaron de todos los colegios le pegaba a los profesores, me robaba las cosas del colegio as empezamos a cambiar de colegio. (Mujer, 16 aos. Programa Privativo de libertad) Por otro parte los y las funcionarios que trabajan con estos adolescentes, tambin han podido visualizar que el sistema escolar no los acoge, y que a pesar de sus intentos para motivarlos a permanecer en el sistema escolar, sealan la incompetencia de los colegios para acogerlos. Estay todo un ao motivndolos para que vuelvan al colegio y cuando por fin se deciden a volver no los admiten (Delegado PIA) d) Los pares.

En general los amigos de los y las jvenes entrevistados(as) en los Centros Privativos de Libertad, realizan las mismas actividades que ellos, y tienen historias de vida similares; han estado presos, han salido de sus casas, no van a la escuela, roban y muchos consumen drogas. En el caso de los(as) jvenes que estn en PIA, se aprecia que los amigos con los que se relacionan son jvenes que ellos diferencian de s mismos, ya que han ingresado al mundo normal; van al colegio, son tranquilos, y se portan bien.

El grupo de pares en la mayora de los jvenes es el grupo de inicio en el consumo de drogas y el ingreso al mundo delictual. Por ende, son los amigos(as) del barrio o de la calle, aquellos que forman el grupo de vnculos significativos y que en definitiva se constituyen en sus lazos de incondicionalidad y afecto.

En los hombres hay una alta valorizacin de las mujeres seoritas que no estn insertas en el mundo delictual. Se tiende a valorar en este tipo de mujeres, un rol materno y de alguna manera correctivo hacia ellos, ya que, al igual que como lo intentan sus madres, estas chicas constantemente les piden que no se metan en problemas y que dejen el mundo de la delincuencia.

La Pareja Como se relat en la seccin anterior, las mujeres que estn insertas en el mundo de la delincuencia no son aquellas que los jvenes eligen para pololear o mantener relaciones ms ntimas, por el contrario, stas son estigmatizadas y se les adjudican caractersticas negativas en relacin a lo sexual (sueltas o putas) y a lo que se considera intrnsecamente femenino (amachotadas). Yo he robado yo he cado preso, pero las minas que me gustan igual son seoritas, porque donde vivo yo son tranquilos, las otras minascomo que voy a estar con ellas si despus van a estar con otros, con las que yo me junto son puras cabras que no salen que no salen los fin de semanas, pero los das de semana vamos a la piscinas con ellas (Hombre, 16 aos. PIA)

En las mujeres se aprecia una fuerte desconfianza hacia el sexo opuesto y ninguna de las entrevistadas manifiesta tener actualmente una relacin amorosa con un hombre. Algunas de ellas declaran que cuando los hombres son sus parejas, stos las controlan y pierden la libertad de hacer su trabajo como quieran, por lo que prefieren estar solas. Al parecer, no les permiten igualarse a ellos al delinquir o robar, y tienden a protegerlas dejndolas con ello en desigualdad de condiciones.

No me gustan los hombres, no estoy ni ah con ellos, veo como paquean a mis amigas cuando nos juntamos en el parque para ir a trabajar; que no robes, que qudate aqu, que yo ando robando, bscate aqu, que haz esto , que porfa treme la polera ah chao no mas!! (Mujer, 16 aos. Programa privativo de libertad)

En este aspecto, tambin se aprecia una renuncia a ser dominadas o dirigidas, y al mismo tiempo, a ser acogidas o cuidadas. Esto tambin se manifiesta de modo ambivalente en las chicas, ya que por un lado las mujeres valoran mucho el cuidado y la formacin de vnculos, pero por otro los rechazan y prefieren ser ms autosuficientes si junto al vnculo hay control. En ese caso, es con el grupo de amigas mujeres con quienes se sienten ms cmodas, o bien con el grupo de hombres con los que trabajan y no entran en demasiada intimidad.

e) La Calle

La calle por excelencia es el lugar donde se forma gran parte de la identidad de los(a) jvenes entrevistados, ya que sta constituye el escenario donde se comienzan a encontrar referentes de funcionamiento en el trabajo, lazos de solidaridad y afecto con los grupos de pares. Para las mujeres que han abandonado sus casas en busca de espacios en que no se sientan sometidas o abusadas, la calle representa, aun cuando sea considerada peligrosa, un lugar en que pueden formar otros vnculos y encontrar personas que las acojan.

En las nias que han vivido durante un tiempo en la calle, hay una bsqueda de otros tipos de lazos y valorizan mucho el cuidado que les dan los hombres o mujeres con los que se encuentran. Se destaca en aquellas que tienen menor contacto con sus casas, una especial valorizacin de la proteccin otorgada por los hombres. Me quedo en casa de amigos, y de punkis que yo conozcoigual los hombres te cuidan cuando estai en la calle (Mujer, 15 aos. Programa Privativo de libertad) Ya me acostumbr a vivir en la calle, adems nos quedamos en la casa de mi amiga, ella es ms grande, ya lleva un tiempo en esto. Nos cuida y nos ensea lo que tenemos que hacer. Comemos juntasella a mi me sac de la droga (Mujer, 16 aos. Programa Privativo de libertad) Para los hombres, el contacto con la calle se vuelve aun ms cotidiano que en el caso de las mujeres, y tambin representa un espacio en que desarrollan vnculos con otros grupos de pares y en que se aprende a trabajar. Muchos de ellos declaran que ya estn acostumbrados en la calle, y la significan como el espacio en que pueden vivir plenamente la autonoma prematura que identifica su modo de existencia. No quera estar ah, no quera llegar a mi casa, uno se acostumbra a la calle, es bacn por que veo a mis amigoshago lo que quiero (Hombre, 17 aos. Programa Privativo de Libertad)

f) El delito como fuente de trabajo.

Diferencias de gnero en el trabajo A la hora de hablar de las diferencias de gnero en la manera de trabajar de hombres y mujeres, no es comn que aparezca en ninguno de los grupos distinciones espontneas. Sin embargo, una vez que se explora ms profundamente en el tema, comienzan a aparecer algunos elementos, que se traducen en grandes diferencias.

Los roles laborales. Mujeres: No hay diferencias.

La mayora de las mujeres no visualizan diferencias en la manera de funcionar o los roles que cumplen en el trabajo en comparacin con los hombres a la hora de delinquir, y tienden a igualarse a ellos cuando se trata de hablar de los tipos de trabajos que realizan, el riesgo que corren, y la distribucin de funciones cuando estn en grupo. Lo anterior, puede responder a las caractersticas de las mujeres adolescentes, quienes se sienten autnomas, empoderadas, dueas de s mismas y con una conviccin de que nadie las debe pasar a llevar o estar por sobre ellas. Por que igual los hombres no pueden decir que son mas ladrones que una mujer, pero mentira por que una mujer igual puede robar mas que un hombre, una mujer tambin puede ser mas alterada cuando quiere (Mujer, 14 aos. Programa privativo de libertad) Yo puedo cuidarme sola, yo puedo andar hasta las tres de la maana en la calle y yo s que no me pasa nada porque gueona no soy, y me s cuidar. Igual algunas veces andamos tarde con la Cata en la calle y un loco quiere pasarse la pelcula y nosotras nos ponemos a pelear no ms (Mujer, 14 aos. Programa privativo de libertad) Hombres: rol de proteccin.

Otro grupo de adolescentes mujeres, reconoce que existen diferencias en los roles que cumplen hombres y mujeres a la hora de trabajar, destacando que es importante que los hombres las protejan mientras trabajan, lo que se traduce en que distraen a carabineros para que ellas no caigan presas o se preocupan de cosas como que se sientan bien, que no pasen hambre, etc. En general, hombres y mujeres reconocen el rol de proteccin que el grupo masculino ejerce con el femenino, lo cual se traduce en acciones como quitarles a los guardias de encima, o entregarse por ellas en el caso de que stas sean sorprendidas primero. Esta dinmica, al parecer es un pacto implcito entre los adolescentes.

Mujeres pantalla y hombres expertos.

Muchos de los adolescentes hombres visualizan diferencias entre la manera de funcionar de chicas y chicos, afirmando que algunas veces las mujeres sirven ms de pantalla, ya que una mujer implicada en un trabajo de este tipo es menos comn. A su vez, muchos adolescentes hombres consideran que las mujeres tienen menos experticia y manejo para realizar el trabajo, lo que se traduce en que ellos pasan ms piola, porque saben como moverse con ms astucia y rapidez. No es bueno salir con una mina si nos llegan a pillarporque uno corre ms rpido y la loca, no la vamos a poder dejar. (Hombre, 17 aos, Programa privativo de libertad)

Las asociaciones para trabajar Segn el reporte de los entrevistados (as) l a manera de funcionar de los y las adolescentes para trabajar se da bsicamente en dos formatos; grupos grandes y grupos pequeos o duplas. Es ms comn que en los grupos grandes se asocien hombres y mujeres, los que previamente se juntan en un espacio pblico para planificar el trabajo a realizar. En este previo encuentro, los grupos de adolescentes toman alcohol o consumen drogas, y conversan de manera separada. Algunas entrevistadas relatan que previo al trabajo mismo se arman especies de bandos de hombres y mujeres, donde no se desarrolla mucha interrelacin entre unos y otros: Cuando vamos a tomar al forestal los hombres estn por un lado y las mujeres por el otro, O sea las mujeres con su copete y no les damos y los hombres ah con lo de ellos. (Mujer, 14 aos. Programa privativo de libertad) Comnmente, los adolescentes que se asocian para trabajar en duplas o grupos pequeos se juntan con pares del mismo sexo. En el caso de los hombres, stos prefieren trabajar entre amigos y pocas veces hay mujeres involucradas, ya que les es ms cmodo unir el mundo de la amistad con el del trabajo entre pares del mismo sexo.

En la mayora de los casos, los hombres tienden a dos mundos: 1) el de las mujeres que delinquen y 2) el de las mujeres que escogen para armar pareja o amistades.

Se aprecia en ello, una sancin de parte de los hombres a las mujeres de su edad que delinquen, ya sea porque las encuentran ms sueltas o porque ven que stas cumplen un rol que corresponde a lo masculino, por tanto pierden la feminidad que le corresponde mantener a una mujer. Se ve feo una mujer, las que lo hacen son como amachotadas, no s, yo igual respeto a las mujeres que lo hacen, pero no son mis amigas (Hombre, 16 aos, Programa privativo de libertad) Yo no voy a estar con esas minas porque despus van a estar con otros, con las que yo me junto son puras cabras que no salen los fin de semanas, son seoritas, pero los das de semana vamos a la piscinas con ellas (Hombre, 16 aos, PIA)

Qu y para qu

Una de las principales motivaciones del robo, tiene que ver con los bienes que se van a adquirir y hacia donde irn dirigidos. Desde el relato de las mujeres (el cual coincide con el de los adolescentes hombres), el robo tiene como funcin principal el tapizarse o tener plata para comprarse la ropa que les gusta; Ropa, zapatillas, artculos de belleza e higiene como colonias, shampoo, cremas y maquillaje, son algunos de los principales hurtos que realizan las mecheras. Otro de los usos que le dan las adolescentes infractoras a lo que adquiere en los hurtos y/o robos, son artculos para los hermanos pequeos como paales y ropa y en algunos casos compra de mercadera o dinero para aportar al hogar.

Como se ha explicitado anteriormente, las mujeres le dan una especial importancia a la autonoma que les genera vestirse y poder contribuir al hogar. Respecto a esto, el hecho de darse gustos constituye uno de los principales elementos que dan sentido a su trabajo, como ir a comer con las amigas al Mac Donalld, comprar comida rica para desayunar y como se ha reiterado, comprarse la ropa que a ellas les gusta. En algunos casos, el dinero que obtienen del robo, tambin lo utilizan para comprar droga, aunque esto se da con menor frecuencia que en el caso de los hombres. Es que a mi me gusta igual trabajar, me hago esta platita, la voy a juntar y voy a almorzar con la Cata nos vamos a comprar unas zapatillas, a veces saco 2 gambas para mi mami para que termine de pagar su casa, le compro ropa y zapatillas a mis hermanos, y ah lo otro queda pa los pitos

(Mujer 14 aos. Programa privativo de libertad) Al igual que como ocurre con las mujeres, los chicos utilizan el dinero o los objetos robados para comprarse la ropa que les gusta y muchas veces aportan con dinero o mercadera para sus casas. En este punto, si bien los hombres tienen alto aprecio por vestirse y comprarse cosas para ellos, en su discurso aparece con ms fuerza la necesidad de entregar dinero para sus casas. Otro de los usos que aparece mencionado en ambos casos, es utilizar la plata que obtienen de los robos para comprar droga. Muchos adolescentes venden lo que han robado y con eso compran marihuana, pasta base o cocana o falopa.

En el caso de adolescentes primerizos, generalmente comienzan con hurtos para satisfacer necesidades de entretencin y vestimenta y no recurren a los padres porque saben que no podrn darles dinero para lo que quieren.

Ese da nos queramos ir a la playa con unos amigos, y no haba de adonde sacar dinero, y dijimos vamos al spery de ah llenamos un bolso con cuestionesbamos caminando yndonos pa la casa y llegan los carabineros, y nos pillaron como se dice todas las especies, nos llevaron detenidos y despus a la comisara, le avisaron a mi mam (Hombre, 15 aos. PIA ) A veces iba al supermercado, y uno se tienta, con ropa o chocolates, y ah voy y lo saco, igual cuando he robado zapatillas y esas cosas, s que mi mami no me comprara esas zapatillas (Mujer, 15 aos, PIA)

Tanto en el caso de hombres como de mujeres, se observa una escasa capacidad de administrar el dinero y todos(as) asumen que la plata se va muy rpido. No existe concepcin de ahorro, ya que lo que se obtiene es para cubrir necesidades y gustos del momento tanto para s mismos como para otros.

En el caso de los y las funcionarios entrevistados, tambin es posible desprender de sus apreciaciones estas diferencias. Fundamentalmente se percibe una reproduccin de roles tradicionales, en los que el hombre debe llevar el sustento al hogar y las mujeres ayudarlos en esa tarea. A mi me queda la impresin que recurren a un tema de roles tradicionales, o sea la mujer es la que ayuda porque quien soporta la casa econmicamente es el hombre, entonces los chiquillos roban bueno, ellos roban harta plata, por lo que los delitos son ms graves y con las chiquillas donde el 90% de los delitos debe ser hurtos y los hurtos son roba en tiendas que tienen que ver con vestirse, para comer en los supermercados. Pero en general las chiquillas son hurtos y son un poco para ellas, igual mantienen su casa pero siguen haciendo hurtos de hormigas, cosas pa comer, cosmticos, etc. (Directora Programa Privativo de Libertad)

El trabajo mismo La adrenalina

Todos y todas declaran que el trabajo les parece entretenido y que una vez en l sienten mucha excitacin. Pese a que existe en cada momento el miedo de ser descubiertos y castigados, existe por sobre ello una concentracin, agilidad y vivencia de un riesgo que los moviliza y les da un sentido de entretencin e incluso agrega valor al trabajo que realizan. Es que igual es entretenido, es bacn, como que uno siente una cosa en la guata, una adrenalinate estay arriesgando, no sabes lo que va a pasar (Mujer, 16 aos. Programa privativo de libertad) o La solidaridad entre ellos y ellas

En ambos grupos, est muy desarrollado el sentido de la solidaridad en el trabajo. En el caso de las mujeres, stas tienden a proteger a las compaeras ms pequeas, y en el caso de los hombres, stos suelen proteger a las mujeres que trabajan con ellos, no as a los compaeros que ven como pares, ya que en estos casos, El que arranca primero se salva. Es la mas chiquitita del grupo, viene ella y despus vengo yo, yo por eso la cuido y la defiendo (Mujer, 16 aos. Programa privativo de libertad) bamos yndonos para la casa y llegan los carabineros, me pararon, y tuve que mostrarle como se dice todas las especies y sin boleta, me llevaron detenidopero mi amigo corri antes y a m me pillaron

(Hombre, 15 aos. Programa Libertad Vigilada)

Cdigo de tica en la infraccin de la ley Para adolescentes hombres y mujeres, hay ciertos principios que estn a la base del trabajo que realizan y que los unen o, por el contrario, los separan. La mayora de las mujeres entrevistadas destacan la importancia de no robar o hacer dao a la gente de escasos recursos que podra acercarse a lo que son sus familias de origen. Sin embargo, existen mujeres que tienen una historia delictual ms larga y ms grave, que no se preocupan de ello y asaltan o roban sin respetar condicin social o barrio. Muchos de los hombres entrevistados tambin adhieren a este principio de no robar a gente humilde, aunque es ms frecuente observar en ellos un traspaso de lmites de condicin social a la hora de cometer un robo o asalto. Ella es lanzera, ella anda haciendo dao a la gente, hay gente humilde que no tiene plata y que a fin de mes reciben su sueldo y que unas locas le roben o unos cabros que le roben?...Y que ms encima les peguen!.. No es choreza robarle a la gente que no tiene (Mujer, 16 aos. Programa privativo de libertad)

Jerarquas En el mundo de los adolescentes que han cometido robos, asaltos u homicidios, existen jerarquas que bsicamente se relacionan con el estatus que alcanzan algunos jvenes que tienen ms experiencia y son respetados(as) por sus pares, y sobretodo por el mundo de la calle.

Para los hombres, este estatus se alcanza por el grado de valenta y de gravedad de los delitos, vale decir, mientras ms arriesgado es el joven que trabaja, y ms consigue en trminos de bienes materiales, ms respetado y admirado por sus pares. En el caso de las mujeres, quienes encabezan la elite delictual, son aquellas chicas que han logrado una posicin de respeto en el mundo de la calle. Estas chicas son altamente respetadas no necesariamente por la gravedad de los delitos que han cometido, sino que por la actitud y la valenta que muestren para enfrentarse a la ley y al entorno social en general. A la Tota todos la conocen y todos la respetanle damos plata pa que ella nos defienda en caso de cualquier cosase la llevan presa y ella les pega a los pacos, hasta las putas le pasan plata para que no les haga nadaella no est ni ah (Mujer, 16 aos. Programa privativo de libertad). Para las chicas entrevistadas el haber sobrevivido en el mundo de la calle era un valor reconocido, que produca admiracin y respeto.Como se mencion en el marco terico, los mbitos en los que se expresan estas desigualdades, que luego influirn en las diferencias del mundo delictivo de los y las adolescentes son los siguientes: a) Las normas de gnero: Los mayores tabes contra el delito inherentes a la condicin femenina provienen de: su rol como educadora de los hijos y su feminidad y virtud sexual. En algunas condiciones estas cuestiones forman las oportunidades y dan lugar a las actividades ilcitas de mujeres adolescentes y adultas. Las mujeres son premiadas en toda sociedad por su habilidad para mantener y establecer relaciones sociales y obligaciones de familia; y su identidad tiende a ser derivada de hombres claves en sus vidas (padres-esposos). Esta identidad, as formada, constrie las elecciones desviadas de ese grupo de mujeres que se relacionan con hombres convencionales; pero, a la vez, alimenta los contextos criminales de aquellas que comienzan siendo cmplices de sus maridos o novios. Las expectativas sexuales y la apariencia fsica refuerzan mayormente esta dependencia femenina, as como tambin la mayor vigilancia de sus padres o maridos. Por otra parte, estos estereotipos sociales femeninos son bsicamente incompatibles con las cualidades valoradas en el mundo criminal. La clave que distingue entre qu es considerado femenino y qu es delictivo es fuerte y ntido; mientras que la lnea divisoria que distingue qu es considerado masculino y qu es criminal, no lo es tanto. El delito es frecuentemente estigmatizacin para las mujeres y su potencial costo en relacin con sus beneficios, es mucho mayor que para los hombres. En este sentido, pudimos indagar en las entrevistas que muchas de las chicas robaban para proveer a sus hermanos pequeos, por lo que sus delitos tenan relacin con hurtos de poco valor, en comparacin al de los varones, los cuales robaban bajo el convencimiento de mantener a sus familias y ser los principales proveedores de sus hogares. b) Desarrollo moral: Las condiciones femeninas inherentes a la maternidad y a su funcin educadora, predisponen a las mujeres hacia una tica de cuidado que las restringe de la violencia y de otras conductas criminales que resultan injuriosas a los dems. Las mujeres, adems, son socializadas no slo para estar ms atentas a las necesidades de los otros, sino tambin para temer la amenaza de separacin de quienes las aman. Estas complejas cuestiones pueden inhibir a las mujeres de actividades delictivas susceptibles de causar dolor a otros, pero tambin y por este mismo temor, acompaar y complacer al ser amado en cualquier empresa, incluida la delictiva. Muchas de las entrevistas develaron la maternidad como un componente de auto cuidado importante, de dejar las drogas y de robar nicamente para mantener a sus hijos. c) Control social: El control social tan fuerte e intenso que viven frecuentemente las mujeres debido a su posicin social dependiente modela su habilidad para cometer delitos. El comportamiento femenino es ms fuertemente monitoreado a travs de estereotipos negativos y sanciones. La supervisin y el control reducen los riesgos femeninos e incrementan el apego a los padres, maestros y amigos; los cuales, a su vez, reducen la influencia de grupos asociados a conductas contrarias a la ley. En las entrevistas realizadas para esta investigacin vimos que el control represivo es percibido por las mujeres con mayor fuerza que en el caso de los varones, los cuales se sienten apoyados por sus familias y muchas veces incentivados en el robo como forma de proveer el hogar. d) Fuerza fsica y agresin: Las demandas del medio ambiente delictivo en cuanto a fuerza fsica y violencia ayudan a explicar la menor frecuencia y la menor severidad en los tipos delictivos cometidos por mujeres en comparacin con los cometidos por hombres. La vulnerabilidad real o percibida puede, tambin, ayudar a comprender la habitualidad femenina a los roles subordinados en las actividades delictivas. La apariencia fsica condiciona mayormente las formas y tipos de conductas delictivas. La asociacin masculinidad-fuerza-violencia, estudiada bastamente por la literatura, juega un papel central no slo en la comisin de delitos sino en cualquier rol ejercido en la sociedad. Las entrevistas con los varones, dieron cuenta del rechazo de involucrar a mujeres en sus actividades delictivas, debido a la poca capacidad de stas para correr y escapar de la polica. Las mujeres, utilizan otros recursos para salvarse de estas situaciones que no tienen que ver con la fuerza ni la agresin fsica, sino que ms bien con la persuasin y agresin verbal. e) La sexualidad: Las diferencias sexuales-reproductivas contribuyen a ampliar las desigualdades de gnero en el delito. Los hombres orientan sus actividades delictivas a comprometidos y serios hechos ilcitos, en tanto que las mujeres se ven involucradas mayormente en delitos de menor gravedad. Las posibilidades femeninas en esta rea reducen la necesidad de cometer delitos graves, que son caractersticos de las conductas masculinas. Por esta razn vemos que hombres ingresan mayoritariamente por robo o robo con violencia, mientras que las mujeres lo hacen por hurto. Por tanto, todas estas caractersticas debern necesariamente ser consideradas cuando se realice una intervencin con perspectiva de gnero, lo que, necesariamente, implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual.

ASI EL SERVICIO NACIONAL DE MENORES A DISEADO FORMAS TE AFRONTAR ESTAS REALIDADESUn primer nivel de proteccin de carcter general y universal, que incorpora acciones de proteccin accesibles a todos los nios, nias, adolescentes y familias que lo requieran, especialmente si estn viviendo en condiciones de pobreza. En este nivel, la accin de SENAME debe ser de apoyo y asesora tcnica, traspasando la experiencia acumulada en aos de intervencin programtica en este nivel de accin.

Este nivel de proteccin debe tener una expresin en el territorio para que sea capaz de integrar a los sectores involucrados en temas de infancia (de educacin y salud) con la institucionalidad local definida por los Municipios.

Un segundo nivel, que contempla acciones de proteccin y de prevencin ms focalizada, posee un carcter ms especfico y especializado, por asumir problemticas ms complejas, tanto en territorios como en sectores sociales o grupos. Se orienta a sujetos en situacin de vulneracin de derechos y de riesgo, que ponen en peligro su integridad fsica, psicolgica y moral, que pueden en Sistema nacional de atencin socioeducativo para adolescentes infractores de la ley penal categorizarse a grandes rasgos como de mediana complejidad1. Las modalidades de intervencin se han adecuado a las caractersticas de la demanda. En este sentido, una parte importante del trabajo realizado por los proyectos financiados por el SENAME, operan en este nivel de proteccin y prevencin focalizada y selectiva. Es relevante consignar que los dos niveles antes descritos requieren operar, absolutamente, en coordinacin y mutua colaboracin. La no existencia, o una presencia frgil de sistemas de proteccin y prevencin de primer nivel, genera una fuerte presin sobre el segundo nivel, limitando las posibilidades de llegar de manera ms focalizada, a aquellos nios/as y adolescentes que requieren de un trabajo de intervencin ms especfico, limitando el despliegue de estrategias y metodologas ms complejas, sobrecargando de tareas de un primer nivel a los equipos ejecutores.

De igual manera, es importante consignar que para el Servicio las Oficinas de Proteccin de Derechos de la Infancia y la Adolescencia (OPD), financiadas en un 75% por el Servicio Nacional de Menores juegan un rol preponderante, sino conducente de la articulacin de los dos niveles antes mencionados, es decir, como bisagra, que abre oportunidades de brindar una atencin oportuna, pertinente y eficiente para aquellos/as nios/as y/o adolescentes as como a su grupo familiar, respondiendo verdaderamente a las necesidades de estos grupos, que permitaderivar eficazmente a los distintos programas, acciones y prestaciones que el Estado tiene disponible. Entonces, las OPD efectan acciones de prevencin focalizada y selectiva, siendo un espacio hacia el cual derivar y con el cual es condicin ineludible complementarse con las polticas sociales de carcter general.

En un tercer nivel, las acciones en el mbito de la proteccin asumen un carcter mucho ms especializado. Este nivel se focaliza prioritariamente en problemticas altamente complejas2, trabajando a travs de modalidades de intervencin especficas. Generalmente, cubren espacios territoriales ms amplios que las modalidades que operan en el segundo nivel.

. ADOLESCENCIA E INFRACCION DE LEY.

.1. Caractersticas de los y las adolescentes infractores de ley.Una caracterizacin cuantitativa confiable sobre los adolescentes infractores de ley es todava una tarea por mejorar, principalmente considerando los instrumentos disponibles en nuestro pas para caracterizar a este grupo en especfico y los niveles de anlisis que se realizan respecto a este grupo, de manera de no caer en generalidades.

En materia de aprehensiones de menores de edad por Carabineros de Chile, se observa lo siguiente:

Un 7% de las aprehensiones de Carabineros, entre 2001 y 2005, corresponden a adolescentes.

Las detenciones de adolescentes disminuyen entre 2001 y 2005, tanto por cualquier materia en general, como slo por delitos. En cuanto a los delitos, se observa una disminucin de 19,7% (se pasa de 46.800 detenidos a 37.596).

La cantidad de nios y adolescentes que han sido aprehendidos por Carabineros en los aos 1990 al 2005 bordea el 1% de la poblacin total de menores de 18 aos.

Las detenciones de adolescentes por delitos graves y crmenes corresponde a un 8,8% del total. Un 11,3% corresponde a materias de proteccin, siendo el mayor porcentaje de aprehensiones (45,6%) por delitos de escasa gravedad, faltas calificadas y contravenciones:

Perfil de los adolescentes en los programas de SENAME.

Otra fuente de datos importante son los ingresos a la red SENAME por materias relacionadas con infracciones a la ley penal.

.2. Adolescencia e infraccin de ley.La investigacin criminolgica actual, especialmente del mbito anglosajn, se encuentra en un periodo de revisin y nuevos desarrollos, luego de atravesar eventos crticos. Una de las manifestaciones iniciales de este movimiento fue la tendencia a prescindir de modelos explicativos o comprensivos e inclinarse por modelos probabilsticos (como el de factores de riesgo), aunque con el surgimiento de teoras integradoras, dichos modelos van llenndose otra vez de contenidos y, en cierto modo, tienden a ser reemplazados de nuevo por modelos explicativos. Sea como fuere, la actual tendencia a trabajar con teoras orientadoras para comprender la infraccin de ley en los adolescentes, acarrea la necesidad de identificar aquellos factores claves, alrededor de los cuales se nuclean todos los dems. Hay distintos factores que, de acuerdo con la investigacin comparada, influyen en la formacin de diversos tipos de compromiso delictivo en los adolescentes.Sistema nacional de atencin socioeducativo para adolescentes infractores de la ley penal No hay un solo perfil de compromiso, y segn el tipo de trayectoria habra diferentes formas de interaccin entre factores como: mala calidad de las relaciones familiares, relacin con pares comprometidos en conductas delictivas, relacin conflictiva con la escuela y procesos de estigmatizacin escolar, desempeo de trabajos informales, factores de la personalidad, experiencia de ingreso temprano a la red de control social formal, entre los ms importantes e investigados.La trayectoria delictiva de una persona suele ser vista como un transitar progresivo desde la edad ms tierna (donde la familia se estima el factor fundamental) a la adultez, en donde el periodo adolescente es solo un momento de trnsito

MODELO SOCIOEDUCATIVO DE INTERVENCION CON ADOLESCENTESINFRACTORES DE LEY.La ley 20.084, sobre responsabilidad penal adolescente, se enmarca en un proceso de reforma integral al sistema de atencin a la infancia y de modernizacin del sistema de justicia en Chile. Asimismo, responde a un proceso de adecuacin legislativa a estndares internacionales en materia de justicia penal adolescente.

Especficamente, la incorporacin de esta normativa, constituye un paso significativo en la proteccin de los derechos humanos de los nios (as) y adolescentes que vulneren la ley penal, as como un reconocimiento expreso a su condicin de personas en crecimiento y desarrollo. Con ella, se garantizan expresamente las normas del debido proceso y se introduce un modelo jurdico de responsabilidad, que deber provocar un cambio profundo en el sistema de atencin de adolescentes infractores de ley. En el presente texto, el concepto de responsabilidad introducido por la nueva normativa es enmarcado en un modelo de atencin socioeducativo, que incorpora otros elementos, como la reparacin, la habilitacin y la integracin social.

Reinsercin social de los/as adolescentes infractores.Para el Servicio Nacional de Menores, el logro de la reinsercin social de los/as adolescentes infractores es un objetivo central. Hoy sabemos bastante acerca de los factores que ayudan a comprender y explicar las denominadas carreras delictivas de los/as adolescentes infractores de la ley penal: por un lado, procesos de segregacin de espacios integradores y de promocin social, como la escuela y el mundo del trabajo, incluyendo a la familia. Por otro lado, procesos de criminalizacin que acompaan a los primeros, y que redundan en grados crecientes de vulnerabilidad de los sujetos. Finalmente, un impacto de los procesos anteriores en una trayectoria vital que va configurando una biografa marginal y una identidad delictiva, sin considerar otros factores de ndole individual que acompaan los procesos de exclusin. Dado este contexto complejo, la reinsercin social de los adolescentes infractores no se puede plantear sino como un proceso tambin complejo, que involucra dimensiones mltiples que deben ser integradas en un todo coherente al momento de intervenir.La reinsercin social ha sido definida como: la finalidad sistmica de rearticulacin y fortalecimiento de los lazos o vnculos de los jvenes infractores de ley con las instituciones sociales convencionales (familia, escuela, trabajo)19. Sin embargo, la definicin del concepto necesita ser ampliada, de acuerdo con los elementos y consideraciones realizadas ms arriba. De esta manera, se define la reinsercin social como la accin educativa compleja e integral, que busca limitar los efectos de la sancin y ejecutar acciones de responsabilizacin, reparacin, habilitacin e integracin del/la adolescente.La reinsercin social requiere, en primer lugar, que las penas impuestas a los/as adolescentes hagan posible o, al menos, no obstaculicen su proceso de insercin social. Tanto la ley como los instrumentos de poltica que se ha venido configurando, enfatizan el uso de salidas tempranas en los procedimientos que se sigan en contra de los adolescentes, la resolucin alternativa de los conflictos, el uso preferente de las sanciones en libertad y el recurso a la privacin de libertad slo como medida de ltimo recurso (cuando no existe una alternativa mejor), por el tiempo ms breve que proceda, y nunca cuando, por el mismo delito y en similares circunstancias, un adulto/a no deba cumplir una sancin de esa naturaleza.Un segundo aspecto de la reinsercin social se relaciona con la responsabilizacin del/la adolescente, la que puede expresarse tanto en una internalizacin del debido respeto a los derechos de terceros, como en una reparacin en particular e incluso como una toma de conciencia respecto del impacto de la infraccin en la vida del propio adolescente.Un tercer aspecto de la reinsercin social se expresa en la necesidad de reparacin del propio adolescente infractor/a. Como se dijo, este ha estado para adolescentes infractores de la ley penal sometido a procesos de estigmatizacin, criminalizacin y vulneracin de derechos en general, procesos que deben ser revertidos para lograr su reinsercin social.En cuarto lugar, la reinsercin requiere que el/la adolescente se vea favorecido por un proceso de habilitacin, de desarrollo de competencias y habilidades personales requeridas para aprovechar eficazmente las oportunidades de insercin o integracin social ofrecidas. Por ltimo, las oportunidades de integracin social ofrecidas al/la adolescente han de ser lo suficientemente slidas y de calidad como para lograr una insercin social adecuada y duradera. En este sentido, y consciente de la importancia de esta dimensin, el legislador/a se ocup especialmente de establecer en la ley estndares claros, objetivos y exigibles.

ANALISIS CRTICO

La conducta delictual en adolescentes ha alcanzado en los ltimos aos importante connotacin social que han motivado, inclusive, reformas en el sistema procesal que ha visto disminuir la edad de imputabilidad de los adolescentes en la bsqueda de una respuesta represiva frente a la presencia del delito.Si bien el estudio presentado indaga en un conjunto de variables psicopatolgicas, psicolgicas y sociolgicas eventualmente presentes en los adolescentes con conducta delictual, buscando una mirada comprehensiva al estudio del fenmeno, presenta limitaciones que es preciso explicitar. La principal es la extraccin del grupo control de entre un universo de adolescentes escolarizados, decisin basada en las dificultades para disear y recoger datos de una muestra similar, es decir, de adolescentes no escolarizados y que no presenten conducta delictual, pero que sin duda coloca como elemento diferenciador de ambos grupos a una variable ampliamente reportada como factor de riesgo para la presencia de conducta delictual. Una segunda limitacin es la inclusin en la muestra slo de adolescentes hombres, quienes muy probablemente muestran Diferencias y particularidades respecto de sus pares mujeres.Los resultados permiten identificar una elevada presencia de patologa psiquitrica en el grupo de jvenes infractores, resultados referidos a prevalencia de 12 meses. Cerca de la mitad de la muestra de infractores presenta un trastorno disocial (46,9%), an aplicando los criterios ms estrictos de discapacidad percibida. Si slo se consideraran el criterio clnico, la frecuencia alcanza al 71,4% de la muestra, ambos valores muy distante del 5% y 9%, respectivamente, que se observa en el grupo de los controles.Un segundo grupo de diagnsticos de elevada frecuencia son aquellos asociados a consumo de sustancias, evidenciando la estrecha relacin que parece existir entre esta conducta y la comisin de delitos. Las prevalencias son elevadas; el abuso de alcohol alcanza a uno de cada cuatroinfractores de ley y las prevalencias de dependencia al alcohol y a cannabis llegan al 12% y 16%, respectivamente, amn de un 10,2% de abuso de marihuana; resultados que han de mirarse teniendo en consideracin la edad media de la muestra que alcanza a los 16 aos y que estn marcadamente por encima del 1% y 2% de las prevalencias observadas en el grupo control.Finalmente, resulta llamativa la diferencia en la distribucin de la capacidad intelectual entre ambos grupos. Mientras el 74% de los adolescentes escolarizados alcanza un rango de inteligencia normal, un 23% est por sobre esta clasificacin y slo un 3% est catalogado como normal lento. En contraposicin, el 16% de los adolescentes institucionalizados fue evaluado con una inteligencia normal promedio y el 78% est dentro de categoras de clasificacin que reflejan un potencial intelectual deficitario. Los resultados vienen a confirmar la asociacin entre intelecto y conducta delictual, a la vez que da cuenta de la necesidad de intervenciones preventivas tempranas que apunten a disminuir el dficit establecido en la temprana infancia.

CONCLUSION

Rutter, seala entre las caractersticas que haran ms vulnerables a los jvenes a incurrir enactos delictivos a la hiperactividad, baja inteligencia, agresividad temprana, bajo autocontrol -impulsividad- alta distractibilidad, irreflexividad sobre los efectos negativos del comportamiento,alta tendencia a tomar riesgos, a atribuir la responsabilidad de su comportamiento a fuerzas externas y a sentir que el mundo es para el propio beneficio, extrema confianza en si mismo, pereza en el ejercicio del pensamiento crtico, tendencia a interpretar al mundo como un lugar hostil, yabuso de drogas y alcohol. En cuanto a la influencia de los factores de riesgo de tipo social, se ha prestado especial atencin a la influencia que ejerce el sistema familiar30 de nios y jvenes en el desarrollo de conductas delictivas. Existiran varias formas en que las caractersticas familiares influyen en el desarrollo posterior de este tipo de comportamientos de riesgo pobreza familiar, involucramiento familiar en conductas delictivas, abuso y negligencia, gran tamao de la familia (con ms de 4 hijos) y familias monoparentales. La importancia de la influencia del grupo de pares ha sido descrita en numerosos estudios. Jvenes que exhiben conductas delictivas tienden a tener amigos igualmente involucrados. En principio, todos los comportamientos se aprenden en un contexto social.

En relacin a los factores escolares, diversos estudios chilenos33-35 han descrito que al menos la mitad de los jvenes infractores tena un nivel escolar bsico incompleto derivado del abandonoescolar temprano por problemas conductuales.

Como factores de riesgo socioeconmicos se han identificado fundamentalmente dos: las desventajas socioeconmicas y el desempleo juvenil. La pobreza ha sido asociada al estrs familiar, el que impactara la capacidad de los padres para responder adecuadamente ante problemas y necesidades de sus hijos.

Conocer con precisin los probables factores que conllevan este tipo de actos, con nfasis enlas conductas psicopatolgicas, puede ser til para disear acciones preventivas.

Y en relacin a los estudios referente al genero en los jvenes infractores de ley nos permite ver como a afrontar desde ese punto de vista las soluciones

Bibliografa

1.- http://www.scielo.cl/pdf/rchnp/v47n3/art03.pdf.

2.http://www.sename.cl/wsename/otros/genero/estudio_genero_infractores_sename.pdf.3.http://www.sename.cl/wsename/otros/genero/estudio_genero_infractores_sename.pdf.4.http://www.cesc.uchile.cl/publicaciones/se_08_trayectoriadevida.pdf