Juicio los cerditos contra el lobo

3
1 Juicio: Los tres cerditos vs. El lobo Para la presente situación hemos de deliberar sobre la inocencia o culpabilidad del lobo, el cual ha sido acusado de los siguientes Delitos: Acoso e intento de homicidio . Te mostramos las dos versiones de los personajes, en equipos de cinco han de generar los argumentos para determinar un veredicto sobre este caso. Para el desarrollo de la situación se han de asignar los siguientes roles: a) juez b) defensor del lobo c) defensor de los cerditos d) indagador de las inconsistencias entre las versiones (para aportar datos al juez) e) indagador de las semejanzas entre las versiones (para aportar datos al juez) El equipo ha de emitir por escrito un veredicto y aportar los argumentos que lo respalden. Los tres cerditos y el lobo (La versión del lobo) No entiendo por qué nos tienen que poner a los lobos como seres despreciables, malvados y feroces. Yo soy un animal pacífico y solitario; no me gusta meterme con nadie. El problema es que que a todos los lobos se nos utiliza como si fuéramos marionetas. Sí, sí... Como lo oís. Veréis: A mí me ocurrió que , un buen día de primavera, iba paseando por el bosque. Atisbé en la lejanía una pequeña casa hecha de paja. Me acerqué. Aquel día estaba yo fatal de la alergia y, para colmo, la casa estaba situada entre olmos. Llevaba todo el día estornudando y al llegar a la casa, me dio un cosquilleo en el hocico. Estornudé. Pude sentir cómo tembló la casa y se cayó. Descubrí a un cerdo aterrorizado sentado en un sofá marrón sentado junto a un televisor apagado. Me miró y emitió un especie de chillido ahogado. Repentinamente, salió corriendo hacia un claro del bosque. Yo fui tras él para pedirle perdón, pero el cerdo hacía caso omiso a mis disculpas. Al llegar al claro pude ver una casa de madera semejante a la derribada. El cerdo paró en seco ante la puerta de entrada y golpeó con las pezuñas con desesperación contra la puerta. De pronto, se abrió y el cerdo penetró en la casa a toda velocidad. Cerró la puerta de un portazo y echó la llave.Yo pude parar justo a tiempo para que no me estampara la puerta en el hocico. Con este gesto, volví a sentir un cosquelleo y, sin poder evitarlo, estornudé de nuevo. Otra vez sentí cómo tembló la casa y se desmoronó. Dentro había dos cerdos sentados alrededor de una mesa de cristal. Me miraron espantados e incluso pude ver cómo se dilataron sus pupilas. Salieron corriendo y desaparecieron de entre los escombros como una exhalación.

Transcript of Juicio los cerditos contra el lobo

  1  

Juicio: Los tres cerditos vs. El lobo Para la presente situación hemos de deliberar sobre la inocencia o culpabilidad del lobo, el cual ha sido acusado de los siguientes Delitos: Acoso e intento de homicidio . Te mostramos las dos versiones de los personajes, en equipos de cinco han de generar los argumentos para determinar un veredicto sobre este caso. Para el desarrollo de la situación se han de asignar los siguientes roles:

a) juez b) defensor del lobo c) defensor de los cerditos d) indagador de las inconsistencias entre las versiones (para aportar

datos al juez) e) indagador de las semejanzas entre las versiones (para aportar

datos al juez)

El equipo ha de emitir por escrito un veredicto y aportar los argumentos que lo respalden. Los tres cerditos y el lobo (La versión del lobo) No entiendo por qué nos tienen que poner a los lobos como seres despreciables, malvados y feroces. Yo soy un animal pacífico y solitario; no me gusta meterme con nadie. El problema es que que a todos los lobos se nos utiliza como si fuéramos marionetas. Sí, sí... Como lo oís. Veréis: A mí me ocurrió que , un buen día de primavera, iba paseando por el bosque. Atisbé en la lejanía una pequeña casa hecha de paja. Me acerqué. Aquel día estaba yo fatal de la alergia y, para colmo, la casa estaba situada entre olmos. Llevaba todo el día estornudando y al llegar a la casa, me dio un cosquilleo en el hocico. Estornudé. Pude sentir cómo tembló la casa y se cayó. Descubrí a un cerdo aterrorizado sentado en un sofá marrón sentado junto a un televisor apagado. Me miró y emitió un especie de chillido ahogado. Repentinamente, salió corriendo hacia un claro del bosque. Yo fui tras él para pedirle perdón, pero el cerdo hacía caso omiso a mis disculpas. Al llegar al claro pude ver una casa de madera semejante a la derribada. El cerdo paró en seco ante la puerta de entrada y golpeó con las pezuñas con desesperación contra la puerta. De pronto, se abrió y el cerdo penetró en la casa a toda velocidad. Cerró la puerta de un portazo y echó la llave.Yo pude parar justo a tiempo para que no me estampara la puerta en el hocico. Con este gesto, volví a sentir un cosquelleo y, sin poder evitarlo, estornudé de nuevo. Otra vez sentí cómo tembló la casa y se desmoronó. Dentro había dos cerdos sentados alrededor de una mesa de cristal. Me miraron espantados e incluso pude ver cómo se dilataron sus pupilas. Salieron corriendo y desaparecieron de entre los escombros como una exhalación.

  2  

Les perseguí, cada vez más avergonzado del resultado de mi alergia. Cuando llegamos a otro claro cercano, descubrí otra casa, pero ésta era de ladrillos y cemento. Los dos cerditos golpearon con desesperación la puerta y, cuando ésta se abrió, entraron escopetados y cerraron con una rapidez admirable. Yo estaba cada vez más confuso y les pedí por favor que me abrieran porque tan solo quería disculparme. Los cerdos no me creyeron. Aguardé en la puerta esperando a que salieran creyendo que me había marchado, y es que a mí, cuando se me mete algo en la cabeza, no hay quién me lo saque. Estuve esperando un buen rato y, de pronto, me di cuenta de que venía un cazador a todo velocidad en dirección a donde estaba yo. Llevaba consigo una escopeta con la cual, no me gustaría tener que volver a tratar nunca. Me levanté de un brinco e hice lo primero que se me pasó por la cabeza: subirme al tejado de la casa. No entiendo cómo, pero pero lo hice. Estaba yo en el tejado cuando el cazador disparó un disparo que por poco me dio. Perdí el equilibrio y caí por la chimenea, me di una terrible quemada de cola pues estaban guisando la comida y, tras un momento de aturdimiento, vi a los tres cerditos muertos de miedo en un rincón. Yo me acerqué cuidadosamente y les dije que no tuvieran miedo, que no iba a hacerles daño. Esto parece que les tranquilizó un poco y les conté lo realmente ocurrido. Tras una breve pausa, los tres cerditos se miraron entre sí con miradas de complicidad. Uno de ellos se adelantó unos pasos y me dijo que si quería salir ileso de allí, tendría que decir que les perseguí porque quería comérmelos y que no estornudé contra las casas, sino que las derribé a propósito. Yo reí sin ganas porque en el fondo sabía que tendría que aceptar las condiciones. Los cerditos admitieron que fueron ellos los que llamaron al cazador para acabar conmigo y que no le dirían que se fuera hasta que jurase hacer eso. Yo estaba furioso, impotente, acorralado. La rabia corría por mis venas. Apreté las garras y decidí aceptar. No me quedaba más remedio. Los cerdos, pasado un tiempo, decidieron escribir la historia, pero con la versión inventada. Registraron la obra y la pusieron a la venta. Resultó ser un "Best-seller" durante mucho tiempo. Más de una vez pensé en llevarles a los tribunales, pero siempre he acabado desechando la idea, porque nadie me tomaría en serio, pero ellos se adelantaron y aquí me tienen en este juicio. Ahora ni siquiera sé si vosotros me creeréis, pero eso es algo que ya no me importa. Como os he dicho al principio de esta historia, yo soy un animal solitario. Uno se acaba acostumbrando a que la gente no quiera saber nada de él por una tonta historia que ni siquiera es verdad. Si os soy sincero, desde ese día no he vuelto a comer cerdo. Creo que acabaré siendo vegetariano...

  3  

Los 3 Cerditos y el Lobo Feroz (La versión de los cerditos)

En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar. El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él. El mayor trabajaba en su casa de ladrillo. - Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande. El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó. El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos salieron pitando de allí. Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor. Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua. El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó. Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito.

(Versión narrada por el tutor de los cerditos, pues al ser menores de edad no podían testificar en un careo)