Juris Poder Judicial

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 SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA:  Santiago, veintidós de noviembre de dos mil diez. VISTOS: En estos autos Rol Nº 4.533-2001, seguidos ante el Noveno Juzgado Civil de Santiago, sobre  juicio ordinario de in demnización de perjuicios, caratulados "Compañí a de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. con P & O Nedlloyd Chile S.A.", por sentencia de catorce de marzo de dos mil tres, escrita a fojas 394, dictada por el señor Juez titular del referido tribunal, se rechazó la demanda de fojas 4. Contra dicho fallo apelaron tanto la parte vencedora como la vencida; esta última, además, recurrió de casación en la forma. Recursos todos que fueron rechazados por una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, que, por sentencia de cinco de junio de dos mil ocho, escrita a fojas 535, confirmó el fallo de primera instancia. En contra de esta última decisión la demandante ha deducido recursos de casación en la forma y en el fondo. Se ordenó traer los autos en relación. CONSIDERANDO: I. EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA: PRIMERO: Que el recurso de casación en la fo rma se sustenta en la causal Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, con relación a la exigencia contemplada en el Nº 4 del artículo 170 del mismo cuerpo normativo. Al efecto, la recurrente argumenta que la sentencia de segundo grado se limita a confirmar el fallo de primer grado, sin señalar consideración alguna para rechazar los basamentos de su recurso de apelación, y que decían relación, primero, con la determinación de la carga transportada, en el sentido que el porteador no se obligó a transportar contenedores, sino que mercancías determinadas que pueden o no estar contenidas en aquellos elementos; segundo, con el conocimiento del perfecto estado de la carga al ser ésta recibida por el transportista, derivado de haber emitido los conocimientos de embarque limpios y sin ningún tipo de reservas; tercero, con la determinación del verdadero sentido y alcance de las menciones FCL/FCL las que no constituyen reserva en los términos del artículo 1018 del Código de Comercio; y, por último, con la determinación del período de custodia del transportista marítimo. Aduce que, aparte de lo anterior, tampoco existe en la sentencia de primera instancia -hecha suya por el fallo recurrido- el menor análisis ni consideración respecto de la prueba documental aportada por la demandante, sino que sólo se enumeran documentos, pero no se examina su

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SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, veintidós de noviembre de dos mil diez.

VISTOS:

En estos autos Rol Nº 4.533-2001, seguidos ante el Noveno Juzgado Civil de Santiago, sobre

 juicio ordinario de indemnización de perjuicios, caratulados "Compañía de Seguros Generales Cruz

del Sur S.A. con P & O Nedlloyd Chile S.A.", por sentencia de catorce de marzo de dos mil tres,

escrita a fojas 394, dictada por el señor Juez titular del referido tribunal, se rechazó la demanda de

fojas 4.

Contra dicho fallo apelaron tanto la parte vencedora como la vencida; esta última, además,

recurrió de casación en la forma. Recursos todos que fueron rechazados por una de las Salas de la

Corte de Apelaciones de Santiago, que, por sentencia de cinco de junio de dos mil ocho, escrita a

fojas 535, confirmó el fallo de primera instancia.

En contra de esta última decisión la demandante ha deducido recursos de casación en la forma

y en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

CONSIDERANDO:

I. EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA:

PRIMERO: Que el recurso de casación en la forma se sustenta en la causal Nº 5 del artículo 768

del Código de Procedimiento Civil, con relación a la exigencia contemplada en el Nº 4 del artículo

170 del mismo cuerpo normativo. Al efecto, la recurrente argumenta que la sentencia de segundo

grado se limita a confirmar el fallo de primer grado, sin señalar consideración alguna para rechazar

los basamentos de su recurso de apelación, y que decían relación, primero, con la determinación

de la carga transportada, en el sentido que el porteador no se obligó a transportar contenedores,

sino que mercancías determinadas que pueden o no estar contenidas en aquellos elementos;

segundo, con el conocimiento del perfecto estado de la carga al ser ésta recibida por el

transportista, derivado de haber emitido los conocimientos de embarque limpios y sin ningún tipo

de reservas; tercero, con la determinación del verdadero sentido y alcance de las menciones

FCL/FCL las que no constituyen reserva en los términos del artículo 1018 del Código de Comercio;

y, por último, con la determinación del período de custodia del transportista marítimo.

Aduce que, aparte de lo anterior, tampoco existe en la sentencia de primera instancia -hecha

suya por el fallo recurrido- el menor análisis ni consideración respecto de la prueba documental

aportada por la demandante, sino que sólo se enumeran documentos, pero no se examina su

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contenido.

Añade que la sentencia de primer grado se limita a enumerar los testigos presentados por

ambas partes, pero no se analizan sus declaraciones; además, dicha sentencia señala que la

prueba testifical, junto con la instrumental rendida, "no es concluyente para acreditar que tal

circunstancia sea con motivo del manejo descuidado de la mercadería por parte del transportistamarítimo (...)". De lo expresado por el tribunal de primera instancia en esta parte, podría pensarse

que se alude a los presupuestos del Nº 3 artículo 384 del Código de Procedimiento Civil, pero lo

cierto es que en ninguna parte de la sentencia se analiza la aplicación de esa norma con respecto a

esa prueba. En cuanto al informe de peritos, la recurrente observa que los sentenciadores

omitieron señalar cuáles fueron las razones de sana crítica o correcto entendimiento humano

utilizadas para otorgar valor probatorio a dicho informe.

SEGUNDO: Que en el recurso de casación en la forma se sostiene que la sentencia habría

incurrido en el vicio de nulidad del Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en

relación al Nº 4 del artículo 170 del mismo cuerpo legal.

Al efecto, argumenta la parte recurrente que la sentencia no ha analizado detalladamente las

probanzas de la litis, sino que solamente ha efectuado una estimación general de las pruebas

rendidas.

Pues bien, de conformidad con lo dispuesto en el Nº 5 del artículo 768 del Código de

Procedimiento Civil, es causal de casación en la forma no haber sido extendida la sentencia

cumpliendo con los requisitos que establece el artículo 170 del mismo Código.

Por su parte, el Nº 4 de esta última norma prescribe que las sentencias definitivas de primera o

de única instancia y las de segunda que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros

tribunales, contendrán las consideraciones de hecho y de derecho que le sirven de fundamento.

Del análisis de las reglas transcritas precedentemente, puede inferirse que los sentenciadores

de la instancia deben examinar y aquilatar la totalidad de las pruebas rendidas -siempre que sean

pertinentes a la cuestión debatida, por cierto- cualquiera sea la convicción a que arriben en la

decisión de la controversia, tanto porque es imperativo legal, como porque es indispensable el

establecimiento de los hechos que digan relación con esta última.

Ello exige efectuar, en la parte considerativa de la sentencia, un examen completo de la prueba

allegada al pleito y de los razonamientos que sirven a los magistrados para aceptarla o rechazarla.

En efecto, si el fallo omite lo anterior y prescinde absolutamente de considerar, analizar y calificar

la prueba rendida, le afecta la causal de nulidad que autoriza el recurso de casación en la forma de

acuerdo con lo dispuesto por el citado Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil.

TERCERO: Que, en este contexto, debe tenerse presente que de la lectura de las sentencias del

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mérito salta a la vista que en ellas sí se dio cumplimiento a las exigencias que le impone la ley en el

artículo 170 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil. Y es que lo que la parte recurrente

desaprueba son más bien las conclusiones obtenidas por los sentenciadores de la instancia a partir

de la prueba analizada, las que, por cierto, difieren de las conclusiones que ella sugiere en su libelo

pretensor. De ahí que el recurso impetrado no pueda prosperar, pues, como se expusiera más

arriba, lo que la ley castiga con la invalidación de forma del fallo es la falta de consideracionesrespecto de las probanzas aportadas, esto es, cuando se omite su ponderación, y no cuando,

valorando estos antecedentes, se tiene por no probado un determinado hecho, como ocurre en el

caso de autos.

En consecuencia, esa disconformidad de la recurrente con los términos de la decisión de los

 jueces del mérito, en orden a que la prueba rendida en autos por la parte demandante resulta

insuficiente para tener por establecida la responsabilidad de la demandada, máxime cuando la

actora no ha probado debidamente en qué lugar y por qué causas o circunstancias acaecieron las

pérdidas reclamadas (considerando décimo séptimo del fallo de primera instancia), no puede ser

acogida por ésta Corte.

CUARTO: Que, a lo anterior debe agregarse que, a juicio de este Tribunal de Casación, lo

señalado por la Corte de Apelaciones en el fallo atacado equivale a expresar que comparten -y, por

lo tanto, hacen suyos- los razonamientos vertidos por el sentenciador de primera instancia cuyo

fallo fue apelado. En efecto, fluye de los términos en que se expresa la Corte de Apelaciones que

ella recoge la integridad de las consideraciones de hecho y de derecho del fallo de primera

instancia, lo cual determina su decisión de fojas 535, en orden a rechazar los recursos impetrados

por ambas partes.

Por lo demás, las alegaciones en que se funda el recurso en estudio apuntan a cuestionar la

ponderación de la prueba allegada al proceso, alegación que ya había sido fundadamente

descartada en las consideraciones en torno al recurso de casación en la forma incoado contra el

fallo de primera instancia. En este sentido, la sentencia censurada es concluyente al señalar "que

del análisis de la sentencia impugnada fluye que no concurren, en el caso, las causales de nulidad

formal invocadas, desde que en ella se efectúa una ponderación de la prueba pericial conforme a

la facultad de hacerlo según la sana crítica, siendo dable destacar que ese medio de prueba no es

el único fundamento de la decisión del a quo; y porque dicho fallo contiene una detallada serie de

consideraciones, con lo cual satisface la exigencia legal, independientemente de que ellas

satisfagan o no a los litigantes".

Lo señalado, pues, por la Corte de Apelaciones en la parte transcrita, resulta suficiente para

entender los motivos que llevaron a los jueces a desechar los recursos impetrados y,

consecuencialmente, a confirmar la sentencia de primera instancia.

Por lo demás, esta Corte de Casación observa que las apreciaciones del tribunal de alzada

pueden ser fácilmente refrendadas por medio de la lectura del fallo apelado, que destina sendos

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considerandos a la valoración de la prueba rendida, según aparece nítidamente en sus

razonamientos quinto y siguientes.

QUINTO: Por estas consideraciones, esta Corte desestimará las alegaciones de la recurrente,

toda vez que del análisis de los antecedentes no aparece que la sentencia impugnada contenga los

vicios denunciados.

II. EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO:

SEXTO: Que, en el recurso de casación en el fondo se denuncian infringidos los artículos 929,

977, 1019 y 1027 Nº 2, todos ellos del Código de Comercio.

Argumenta a estos efectos la recurrente, en primer lugar, que en la sentencia impugnada, al

confirmar el fallo de primera instancia, se realiza una falsa aplicación de lo dispuesto en los

artículos 1019 y 1027 del Código de Comercio, al señalar ésta en su considerando décimo séptimo

que la prueba testimonial e instrumental rendida por su parte resulta insuficiente para tener por

establecida la responsabilidad contractual de la demandada, y que resultaba esencial el que se

acreditase con precisión en qué lugar, las causas y circunstancias en que ocurrieron las pérdidas

reclamadas, todo lo cual no fue debidamente probado por la actora.

Ello, por cuanto el referido artículo 1019 del Código de Comercio establece una presunción de

buena entrega que obra en favor del embarcador y en contra del transportistamarítimo, según la

cual, si al momento de ser recibida la mercadería por el transportador éste no hace mención

alguna acerca del estado de las mismas, se entenderá que se encontraban en buen estado, por lo

que la prueba tendiente a demostrar que entregó las mercaderías en el estado en que las recibió

correspondería al transportador marítimo, y no al embarcador o consignatario a quienes les asiste

y favorece la presunción.

La recurrente afirma que en la especie la carga fue entregada en buenas condiciones y sin

daños ni faltantes al transportista, lo cual queda de manifiesto con el hecho de que los

conocimientos de embarque que se acompañaron al expediente fueron emitidos sin observación

alguna por la demandada acerca del estado de las mercancías por ella recibidas. De acuerdo, pues,

a la norma en mención, debe entenderse que la mercancía se recibió en perfecto estado por el

transportista marítimo. No obstante ello, esas mercaderías habrían sido entregadas con daños al

consignatario, según estaría acreditado en autos.

En segundo lugar, sobre la vulneración de lo establecido en el artículo 1027 Nº 2 del Código de

Comercio, la recurrente expone que se trata de una norma que debió ser aplicada al caso de

autos, atendido que la mercancía llegó con daños y faltante, y, además, que no se cumplió con la

exigencia de dar aviso de ello por parte de la demandada. El aludido precepto consagra la

presunción de culpabilidad que operaba en contra de esta última, y que le exigía acreditar, a

efectos de eximirse de responsabilidad, la diligencia empleada en el transporte de las

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mercaderías. Así, mientras a su parte tocaba acreditar la existencia del contrato de transporte -

cuestión que, en su concepto, se encuentra suficientemente probada en autos- a la demandada

correspondía acreditar que los daños reclamados por la actora se produjeron fuera de su período

de custodia. Esto último -concluye la recurrente- no fue demostrado por la demandada.

Por todo lo anterior, a juicio de la actora concurren en su favor los presupuestos para daraplicación a la presunción de buena entrega a la que refiere el artículo 1019 del Código de

Comercio, y, en cambio, opera contra la demandada la presunción de culpabilidad establecida en

el artículo 1027 Nº 2 del mismo cuerpo normativo.

En el último capítulo del recurso de nulidad sustancial señala la actora que, de conformidad

con lo preceptuado en el artículo 929 del Código de Comercio, las normas sobre el contrato de

transporte marítimo serán imperativas para las partes, salvo en los casos que la ley disponga

expresamente lo contrario. Pues bien, en el caso de autos la sentencia impugnada reconoce que

éste es el tipo de contrato del que trata la litis, por lo que el régimen legal que rige el asunto, en

especial los artículos 982 y siguientes del Código de Comercio, consagra, por una parte, un sistema

de culpa presumida para el transportista marítimo -sobre la base del artículo 1027 Nº 2 del Código

de Comercio, según ya se dijo- y, por otra, la presunción de veracidad del ya aludido artículo 1019.

Es por ello -termina el recurso- que la sentencia comete una grave infracción al establecer que

corresponde a la demandante la prueba de todos los elementos de la responsabilidad, en especial

el de la culpabilidad; yerro que, a fin de cuentas, llevó a los jueces del mérito a rechazar la

demanda por no haberse probado en forma precisa que los daños y faltantes demandados

ocurrieron durante el período de custodia del transportista marítimo, en circunstancias que el

sistema de responsabilidad regulado en el Libro Tercero del Código de Comercio pone de cargo del

transportista marítimo la carga de la prueba en ese sentido.

SÉPTIMO: Que las alegaciones formuladas en el marco del recurso de casación en el fondo

dicen relación con la culpa como elemento de responsabilidad civil. En efecto, se esmera la

demandante en demostrar la responsabilidad de la demandada por los daños sufridos,

responsabilidad que estaría fundada en la negligencia de esta última al momento de transportar la

mercadería. Esa negligencia -que, en concepto de la recurrente, se presume, por así disponerlo el

artículo 1027 Nº 2 del Código de Comercio- habría sido la causa de los daños a la mercadería cuya

indemnización ahora se reclama.

OCTAVO: De manera que, en los términos en que ha sido planteado el recurso en estudio, el

destino que éste tenga pasa, antes que todo, por determinar si concurre o no el elemento de la

culpa en el caso de autos.

Sobre el particular, se empeña el recurrente en demostrar que, al amparo de la legislación

aplicable al contrato de transporte marítimo, y atendida también la forma en que se desarrollaron

los hechos de la causa, la culpabilidad de la demandada en tanto transportista debe presumirse.

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Pues bien, esta Corte observa de la lectura del fallo de primera instancia, confirmado por la

sentencia cuya anulación se persigue, que la presunción de culpabilidad que invoca la recurrente,

aun cuando pudiera ser aplicable en estos autos, ha sido desvirtuada no tan solo por la

insuficiencia de las probanzas allegadas -insuficiencia de la que da cuenta buena parte del

considerando décimo séptimo del fallo de primera instancia-, sino también por la idoneidad deciertos medios de prueba a partir de los cuales se llegó a establecer que el demandado

efectivamente cumplió con la diligencia que le imponía el negocio celebrado.

Así, pues, queda de manifiesto en los pasajes que se transcriben a continuación:

"Que tratándose del caso de autos, es menester tener presente que respecto de los 50 lectores

de disco, conforme al instrumento de fojas 80 el embarcador (Sony Chile Ltda) cargó, estibó y

contó las mercaderías, las que fueron introducidas en el container PONU0702511, debidamente

sellado, las cuales fueron recepcionadas en Iquique, entregándose los containers en que venían las

mercaderías debidamente cerrados y sellados. Corrobora lo anterior la prueba instrumental de

fojas 105 y de fojas 111."

"Conforme a lo anterior, este sentenciador estima que el transportistamarítimo adoptó las

medidas respectivas de cautelación de mercancía, toda vez que entregó aquella en los containers

cerrados y sellados, hecho que incluso fue reconocido por los propios testigos de la demandante."

De los párrafos transcritos queda en evidencia que la actividad probatoria de las partes -incluso

la de la propia demandante- ha resultado idónea a los efectos de descartar cualquier indicio de

culpabilidad por parte de la demandada, y, por consiguiente para tener por desvirtuada la

presunción que en concepto de la actora opera en contra del transportista.

Dicho en otras palabras, aun habiendo operado en principio la presunción de culpabilidad que

invoca la recurrente al amparo del artículo 1027 Nº 2 del Código de Comercio -la que, sumada a la

presunción establecida en el artículo 1019 del mismo cuerpo normativo, conduciría a acoger las

peticiones de la actora-, dicha presunción terminó siendo descartada por mérito de las pruebas

analizadas por los jueces de la instancia, lo cual ha determinado que estos nieguen lugar a las

pretensiones de la parte demandante.

No habiendo, pues, culpa en el actuar de la demandada, mal puede exigírsele responder por los

daños reclamados en autos.

NOVENO: Que, tal como se señaló en el razonamiento anterior, han sido los jueces del mérito

los que, tras la ponderación de las probanzas aparejadas al juicio, han arribado a la conclusión de

que no ha existido negligencia en la gestión del transportista. Es este, pues, un supuesto fáctico

que ha quedado establecido por los jueces de la instancia en uso de las facultades soberanas con

que aquellos cuentan para analizar y ponderar los medios de prueba de que se valen las partes en

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litigio.

Este supuesto fáctico -no está de más señalarlo- no puede ser revisado por esta Corte de

Casación, toda vez que la recurrente no ha denunciado la vulneración de las leyes reguladoras de

la prueba, razón por la cual este Tribunal habrá de atenerse al mismo.

DÉCIMO: Que, los razonamientos hasta acá expresados llevarán a esta Corte a desestimar

también el recurso de casación en el fondo interpuesto en el primer otrosí de fojas 537, al

constatar que lo decidido por los jueces del mérito se conforma a derecho, no advirtiéndose las

infracciones de ley denunciadas por la parte recurrente.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 765, 766, 767, 768

y 808 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de casación en la forma y en el

fondo deducidos en lo principal y primer otrosí, respectivamente, de fojas 537 de estos autos, por

doña María Elena Rivera Pröschle, en representación de Compañía de Seguros Generales Cruz del

Sur, contra la sentencia de cinco de junio de dos mil ocho, escrita a fojas 535.

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo de la Abogada Integrante, Sra. Maricruz Gómez de la Torre Vargas.

Rol Nº 4829-08.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Adalis Oyarzún

M., Juan Araya E., Guillermo Silva G., Abogados Integrantes Sres. Benito Mauriz A. y Sra. Maricruz

Gómez de La Torre V.

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Valparaíso, seis de noviembre de dos mil siete.

VISTO:

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Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones: a).- En el considerando

décimo cuarto, inciso tres se substituye la expresión "exste" por la palabra "existe"; b).- En el

fundamento Décimo Quinto, párrafo tres, se elimina la letra "n" que se encuentra de más y se

substituye la palabra "demanda" por "demandada";

c) .- En el razonamiento Décimo Séptimo, la ciudad "punta arenas" corresponde a "Punta

Arenas";

d).- En el considerando Décimo Noveno, numeral 1.- el apócope "san" debe ser "San"; en su

numeral 4.- se substituye la expresión "consigan ataría" por la palabra "consignataria"; en el

numeral 7.- se substituye la expresión "bROW" por el apellido "Broom";

e).- En el considerando Vigésimo Primero, en la testimonial del Sr. Armijo, se substituye la voz

"decepciono" por "recepcionó"; el nombre de la ciudad "punta arenas" corresponde a "Punta

Arenas" en cuatro oportunidades, como asimismo en dos oportunidades en la referencia a la

testimonial del Sr. Bustamante; en la referencia a la testimonial del Sr. Paredes, se substituye la

frase "...un grupo de personas antes las se contaban" por "...un grupo de personas entre las que se

contaban..."; asimismo se reemplaza la expresión "...en retirar de los recintos portuarios al

exterior del mismo contenedor.." por "en retirar de los recintos portuarios al exterior el

contenedor..";

f).- Se elimina el considerando Vigésimo Cuarto;

g).- En el considerando Vigésimo Sexto se elimina su párrafo cuarto completo; en su párrafo

quinto se substituye la frase "de esta forma partiendo del supuesto que EMPORCHI hizo las veces

de depositario..." por "de esta forma EMPORCHI fue el depositario...";

h).- Se eliminan los considerandos Vigésimo Séptimo, Vigésimo Octavo, Vigésimo Noveno,

Trigésimo y Trigésimo Primero.

Y TENIENDO EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE:

PRIMERO: Que al contrario de lo que señala el Juez a quo, en la especie nos encontramos ante

un contrato de depósito necesario realizado en la empresa portuaria de San Antonio, en razón de

un contrato de trasporte por mar, de las mercancías, que regula el artículo 974 y siguientes del

Código de Comercio.

SEGUNDO: Que conforme los antecedentes de autos, la mercancía consistente en aparatos y

partes de computación, fue robada en un alto porcentaje, según señala el acta de liquidación que

rola de fs. 26 y siguientes, por lo que el Ajustador del Seguro recomienda pagar al consignatario de

la misma la cantidad de US$126.728,78, por la carga faltante asegurada.

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TERCERO: Que en virtud de lo anterior la compañía asegurada, subrogada del consignatario,

demanda de indemnización de perjuicios a la Empresa Portuaria de San Antonio por la suma de

$72.517.813, equivalente a US$140.014,70, valor total de la pérdida.

CUARTO: Que rola a fs. 969 de autos Finiquito del seguro celebrado entre la Compañía deSeguros La Previsión Generales S.A. y la sociedad Wordcom Ltda., por el que se da cuenta del pago

a esta última, la consignataria de la mercancía, la suma de US$126.728,78.

QUINTO: Que como es conocido en el comercio internacional y del transporte de las

mercancías, las cargas sueltas, provenientes de un mismo o distinto proveedor extranjero, se

estiban dentro de un contenedor, el que una vez consolidado en su interior, se cierra con sus

puertas aseguradas y, por lo general, se colocan sellos numerados en sus elementos de apertura,

como ocurrió en la especie. Se encuentra acreditado en autos que la mercancía embarcada por el

embarcador extranjero y de que dan cuenta tanto las facturas que rola de fs. 10 a 24 de autos,

como los Conocimientos de Embarque de fs. 1 y 2, fue consolidada en el puerto de Miami, Estados

Unidos, con destino el puerto de Punta Arenas, Chile, previo transbordo en el puerto de San

Antonio, llegando a su destino final con la merma de que da cuenta la liquidación del seguro de

fojas 26 y siguientes.

SEXTO: Que la actora señala que la sustracción de la mercancía se produjo mientras el

contenedor se encontraba en depósito en el Puerto de San Antonio, dado que allí permaneció

desde el 19 de mayo de 1996 hasta el día 24 del mismo mes y año, en espera del trasbordo hacia

su destino final, estimando ser un hecho reconocido a la época, que operaba en dicha ciudad una

banda de delincuentes que robaban mercancías desde el interior de los contenedores, mediante el

ardid de sacarlos clandestinamente desde el puerto, llevarlos a un lugar al efecto, abrirlo con una

"técnica" que significaba mantener las puertas intactas y los correspondiente sellos, para después

devolverlos al puerto. Asimismo señala que el ticket de pesaje del contenedor al término del

almacenaje en EMPORCHI, ya arrojaba un peso menor al que debía tener.

SÉPTIMO: Que tratándose de un transporte marítimo que ha tenido un tramo entre Miami y

San Antonio, depósito obligado de la mercancía en este último puerto, y después embarcado el

contenedor hacia Punta Arenas en una nave distinta, se debe dirimir quién responde por las

mermas o pérdidas. Pronunciándose al respecto el artículo 982 del Código de Comercio, al

establecer lo que en doctrina se conoce como la unidad temporal de la responsabilidad del

porteador marítimo, en que éste responde por la custodia de las mercancías desde que las recibe

hasta que las entrega. Será, entonces, conforme al artículo 974 del texto legal citado, la unidad

temporal la que prevalecerá sobre el medio de transporte.

OCTAVO: Que se desprende de los antecedentes del proceso, que el transportista marítimo 

responsable del viaje Miami-San Antonio, en la nave Isla Pinzón, entregó la mercancía en este

último puerto conforme DPU 209569, de fecha 19 de mayo de 1996, que rola a fs. 24, en que se

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recibe el contenedor I CSU 1272665 sin observaciones, excepto la de su trasbordo a Punta Arenas,

y con peso documental, como asimismo, rola a fs. 25 DPU 22223, de fecha 4 de junio de 1996, del

Puerto de Punta Arenas, por el que da cuenta del recibo del contenedor referido desde la nave

Martín, con peso documental, sin observaciones.

NOVENO: Que, así las cosas, la empresa portuaria demandada, sucesora de EMPORCHI de laépoca, demuestra su propia diligencia en el depósito de la mercancía en el período que estuvo

bajo su custodia, precisamente con los DPU reseñados, es decir, el recibo y entrega de la carga sin

observaciones. Luego, a juicio de los sentenciadores, no se encuentra acreditado en autos el

acierto de la demanda, de que el robo al contenedor "solo pudo suceder durante la custodia de

Emporchi entre los días 19 y 24 de mayo de 1996", siendo insuficientes los antecedentes

aportados por la actora sobre robos genéricos o ajenos a la mercancía de autos en los recintos

portuarios de San Antonio, la supuesta recuperación de especies, que por lo menos en el proceso

no resulta acreditado y la supuesta participación en ilícitos de un empleado de la demandada de la

época, que no se refieren al supuesto de autos, toda vez que si bien la pérdida o sustracción de la

mercancía pudo haberse producido en el período que la actora señala, igualmente podría haberse

producido al momento de consolidar el contenedor en Miami, durante el viaje marítimo desde ese

puerto extranjero al de San Antonio en Chile, durante la estadía en depósito posterior a la custodia

de EMPORCHI, en que lo estuvo bajo la custodia de SAAM (para el viaje a Punta Arenas el

contenedor se embarcó con fecha 28 de mayo de 1996, a bordo de la nave Martín), en el viaje por

mar desde San Antonio a Punta Arenas, a donde llegó con fecha 4 de junio de 1996, o incluso en

este último puerto. El sólo hecho de que en el puerto de San Antonio (EMPORCHI) haya tenido una

estadía, que haya existido un documento de pesaje innominado (fs. 43) respecto de la mercancía

que se pesaba, que arrojaría un menor peso real del peso documental con que habría legado al

país, no resulta suficiente para estimar falta de diligencia del encargado de la custodia del

contenedor de la especie; por otra parte no hay antecedente alguno que amerite que el

contenedor haya sido objeto de una acción delictual, mientras se encontraba bajo la custodia de

EMPORCHI San Antonio, sobre todo teniendo en cuenta que el contenedor fue recibido en dicho

puerto de acuerdo al DPU ya citado, sin observaciones y conforme, y así mismo fue entregado a la

empresa SAAM, para su trasbordo a Punta Arenas.

DÉCIMO: Que no se encuentra acreditado en autos que se hubiere denunciado a la justicia el

ilícito de que da cuenta el fundamento de la presente demanda, y de que en él existan

antecedentes que se refieran a la mercancía de autos.

Por estas consideraciones, y teniendo presente lo dispuesto en el artículo 186 del Código de

Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de fecha dieciocho de abril de dos mil siete,

escrita de fojas 429 a 467 y su complemento de fecha once de mayo de dos mil siete, que rola a fs.

484, y en su lugar, se declara que no se hace lugar tanto a la demanda principal como subsidiaria,

sin costas por estimar que la actora tenía motivo plausible para litigar.

Regístrese y devuélvase.

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Rol Nº 962-2007.-

Redacción del abogado integrante don Rolando Fuentes Riquelme. No firma el Ministro Sr.

Silva, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo del presente fallo, por encontrarse con

permiso.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, dos de noviembre de dos mil nueve.

Vistos:

En estos autos rol Nº 17.418 del Segundo Juzgado Civil de San Antonio, caratulados "Compañía

de Seguros La Previsión, Seguros Generales, con Empresa Portuaria de Chile", comparece el

abogado Alejandro Mandiola Parot, en nombre y representación de la Compañía de Seguros La

Previsión Generales S.A., deduciendo demanda de indemnización de perjuicios por

responsabilidad contractual, en juicio ordinario, en contra de la Empresa Portuaria San Antonio

(sucesora legal de la Empresa Portuaria de Chile, Emporchi), representada por su gerente general

don Fernando Crisóstomo Burgos por la suma de $72.517.813 (equivalente a US$140.014,70) de

acuerdo con el valor del dólar norteamericano consignado en el certificado de valor dólar emitido

por el Banco de Créditos e Inversiones con fecha 1 de julio de 1999, de $517,93, más los intereses

y reajustes respectivos, con expresa condenación en costas.

Funda su pretensión, en el hecho que consta en facturas que acompaña, que en el mes de abril

de 1996 la empresa chilena Wordcom Limitada, compró a diversas empresas norteamericanas una

serie de computadoras impresoras y accesorios a un precio FOB (libre a bordo) de US $259.974,50

y que considerando el costo de seguro y flete y valor CIF (costo, seguro y flete) ascendió a la suma

de US$269.061,88 dólares norteamericanos.

El propósito de los compradores, la empresa chilena Wordcom Limitada, era trasladar por vía

marítima las mercaderías desde Miami hasta Punta Arenas, con trasbordo intermedio en el Puerto

de San Antonio.

Con el objeto de trasladar la partida de computadores y accesorios desde Miami hasta San

Antonio, en donde se realizaría el llamado trasbordo a Punta Arenas, se encomendó sutransporte 

por mar a la empresa Votainer Usa Inc, circunstancia que consta en el Conocimiento de Embarque

o B/L N MIAVAP7187/801, emitido en Miami, Estados Unidos, con fecha 29 de abril de 1996.

Señala que para efectuar el citado transporte por mar desde Miami a San Antonio la empresa

Votainer Usa Inc, subcontrató, a su vez, los servicios de la empresa Naviera Transportes Navieros

Ecuatorianas, y para tal efecto se emitió en Miami el conocimiento de embarque o B/L N MVL 14

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con fecha 30 de abril de 1996.

Hace presente, que tanto en el BL emitido por Votainer USA Inc, como en el emitido por

Transportes Navieros Ecuatorianos, se señaló erróneamente que el peso correspondía a 4.986 Kg,

en lugar de su peso efectivo de 5.859 Kg, y luego de colocar la totalidad de las mercaderías al

interior del contenedor, éste se cerró y fue sellado con el sello serie Nº 212.233.

Con fecha 30 de abril de 1996 el contenedor fue entregado en Miami a los transportistas

marítimos efectivos, quienes lo embarcaron a bordo del la M/N Isla Pinzón. La montonave arribó

al puerto de San Antonio el día 19 de mayo de 1996, en donde el contenedor en cuestión fue

desembarcado bajo la modalidad Retiro Indirecto, según consta del documento portuario único

DPU Nº 209569, emitido por la administración del puerto de San Antonio con fecha 19 de mayo de

1996, y este tipo de retiro implica una revisión exhaustiva del contenedor y sus sellos al ser

recibidos por Emporchi.

De esta forma, en el documento antes indicado se señaló que el peso documental era de 4.986

Kg, sello Nº 212.233 más una tara de contenedor de 3.995 kg, sumando un peso bruto total de

8.981 Kg, anotándose en el campo destinada a las observaciones únicamente lo siguiente: Carga

con Trasbordo a Punta Arenas, lo que permite acreditar que el contenedor no presentaba signos

externos de haber sido violentado y que presentaba sus sellos intactos.

Señala que con fecha 24 de mayo 1996, esto es 5 días después de la entrega del contenedor a

Emporchi, éste fue entregado dentro de los recintos portuario por Emporchi San Antonio a SAAM

(Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas S.A.), con el objeto de efectuar su trasbordo a otra

nave para proseguir con su viaje a Punta Arenas. El porteo del contenedor dentro de los recintos

portuarios, desde los almacenes bajo responsabilidad y custodia de Emporchi hasta los almacenes

de SAAM, se efectuó en un camión, el cual fue pesado con el contenedor en la báscula Nº 1

Emporchi del Puerto de San Antonio.

Así el pesaje efectuado por la báscula de la propia demandada permitió conocer y dejar debida

constancia que el peso de las mercaderías de Wordcom Limitada, al finalizar la custodia por parte

de Emporchi era solo de 2.275 kg.

Agrega que considerando el peso real de las mercaderías al momento de ser entregadas a

Emporchi San Antonio, era de 5.859 Kg, resulta que al momento en que Emporchi concluyó su

entrega existía un faltante de 3.584 Kg, y que con fecha 28 de mayo de 1996 el contenedor fue

cargado en San Antonio a bordo de la MN Martín, viaje 6, con destino a Punta Arenas. De esta

forma con fecha 3 de junio de 1996 la MN Martín arribó a Punta Arenas con manifiesto 535,

emitiéndose respecto del contenedor en cuestión Nº ICSU 127266 el DPU 22223 que indica un

peso documental de 4.986 Kg, y una tara de 3.800 kilos.

Con fecha 4 de junio de 1996 y luego de ser desembarcado de la MN Martín el contenedor en

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cuestión fue recibido por Emporchi de Punta Arenas permaneciendo solo pocas horas en los

almacenes portuarios y una vez concluido el proceso de tramitación aduanera, el mismo día

martes 4 de junio de 1996, el contenedor ya señalado fue llevado a la zona franca,

específicamente a la bodega Nº 4 de la Sociedad Administradora Zona Franca Punta Arenas

Limitada, con el objeto de ser abierto y retirar de su interior las mercaderías. Al intentar cortar uno

de los sellos este se quebró con extrema facilidad. Es así que al abrir el contenedor fue posibleconstatar, por los empleados del consignatario presentes al momento de la apertura del

contenedor, que se había sustraído la mercancía. Concluida la descarga se procedió a levantar un

acta de recepción de inventario Nº 0.954 emitida por la Sociedad Administradora Zona Franca de

Punta Arenas Limitada, y con posterioridad los consignatarios presentaron ante la Administración

de Aduanas de Punta Arenas el autodenuncio Nº 33 en las que señalan las mercaderías no

recibidas en su destino y con el propósito de reutilizar el contenedor este fue embarcado por mar

con destino al Puerto de San Antonio y de esta forma con fecha 5 de julio de 1996 se efectuó en

los recintos portuarios de San Antonio y con la presencia de un Notario una inspección del

contenedor en cuestión con la finalidad de dejar debida constancia de todas las anomalías que se

pudieren detectar.

Consta que el contenedor en cuestión había sido intervenido por terceros quienes habían

cortado las paredes del módulo, habían sacado las puertas, las manillas, y finalmente habían

soldado las piezas cortadas, pintando las partes intervenidas, y reemplazando las partes y piezas

afectadas, mientras éste se encontraba en la custodia de Emporchi San Antonio, entre los días 19 y

24 de mayo de 1996.

Señala que Wordcom mantenía una póliza de transporte marítimo para la carga a todo riesgo,

en la aseguradora y que denunciada la pérdida ésta asignó la investigación de los hechos y el

ajuste de la pérdida al estudio de liquidadores oficiales de seguros "Evioller & Asociados

Ajustadores S.A", los que emitieron con fecha 30 de julio de 1996, el informe de liquidación Nº

14.771/96, el que se complementa con un Addendum de fecha 13 de septiembre de 1996.

Agrega que se debe presumir que Emporchi recibió del naviero el contenedor en perfectas

condiciones y con sus sellos intactos y que las mercancías se mantuvieron bajo la custodia de

Emporchi hasta el 24 de mayo de 1996 y que al concluir dicha custodia el 24 de mayo de 1996 se

constató un peso faltante de 3.584 kg e incluso si solo se contara el peso faltante en relación al

documental que se señaló se recibió de 2.711 kg.

Explica que el estudio de liquidadores procedió a recomendar a la aseguradora el pago de la

cantidad total de US$140.014,70 por concepto de indemnización derivada del seguro contratado,

suma que fue pagada a Wordcom.

La actora invoca la responsabilidad contractual de Emporchi provenientes de la violación del

contrato de depósito pactado por ella y regido por normas especiales y generales derivadas del

Código Civil y del Código de Comercio, pudiendo hacer valer la obligación de Emporchi a

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indemnizar a la actora por sí y como subrogataria legal del asegurado y perjudicado directo por el

incumplimiento contractual de Emporchi.

Concretamente solicita: que el tribunal acoja la demanda en todas sus partes condenando en

definitiva a Empresa Portuaria a pagar la cantidad de $72.517.813 más reajustes e intereses

contados desde la fecha de la notificación de la demanda con expresa condenación en costas. Ensubsidio, interpone demanda de indemnización de perjuicios en contra de la misma demandada

sobre la base de la responsabilidad extracontractual.

Al contestar la acción interpuesta, Pablo Suckel Ayala, en representación de la parte

demandada, solicitó el rechazo íntegro de ésta, con expresa condenación en costas.

Funda su oposición, en el hecho de la inexistencia de la responsabilidad de la parte

demandada. Expresa que se recibió el contenedor referido para ser almacenado en el patio de

contenedores hasta ser embarcado hacia Punta Arenas sin que exista constancia o registro de

haberse verificado merma o daños a la carga transportada mientras permaneció en el puerto, no

existiendo un solo antecedente válido que implique siquiera presunción que la merma en la carga

se habría producido en el puerto y que lo más cercano a ello es una fotocopia simple de un ticket

de pesaje efectuado a un camión determinado con fecha 26 de junio 1996 y que en éste no figura

relación alguna entre el ticket en cuestión y el contenedor, ya que en él no existe un solo dato que

permita suponer que en ese minuto preciso dicho camión cargaba ese contenedor y no otros tipos

de carga, por lo que en ningún caso significaría que su parte sea responsable de la merma que las

mercaderías tenían ya que las empresas portuarias recibe la carga documentalmente, esto es, sin

pesaje previo y solo para el caso de que aparezca que la carga parezca abierta o sin su sello la

empresa portuaria exige a la agencia que ponga su propio sello y se efectúa un aforo físico, pero

en ningún caso se pesa la carga antes de ser recibida o al momento de su despacho.

Expresa que, con todo, la merma fue recién detectada en la Zona Franca de Punta Arenas fuera

del recinto portuario de esa ciudad, por lo que perfectamente la merma se pudo haber producido

entre la recepción de la carga en dicho puerto y el momento en que el consignatario procedió a su

apertura. Explica, además, que perfectamente se pudo haber producido la merma antes de ser

sellado el contenedor, por lo que en la especie no es posible que exista responsabilidad

contractual alguna, pues, además de la falta de responsabilidad de su parte, no existe contrato

que ligue a las partes. En efecto, señala que la única relación jurídica que existió respecto del

contenedor de marras es la prestación de un servicio denominado "Almacenamiento de Carga"

definido por el artículo 2 del reglamento de servicios de la Empresa Portuaria de Chile, y que el

contrato de depósito alegado por el actor es un contrato de depósito gratuito por lo que se debe

descartar de plano la pretensión contraria de existencia de un contrato válido previo.

Contestando la demanda subsidiaria solicita se rechace en virtud de no ser efectivos los hechos

en que se funda.

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Evacuando el trámite de la replica la parte demandante, señala que este depósito comercial

constituye un acto de comercio de aquellos contenidos en el artículo 3 del Código de Comercio

esencialmente remunerado y tanto es así que Emporchi cobra y ciertamente cobró por sus

servicios de depósito comercial asimilables expresamente a la comisión mercantil o comercial.

Al evacuar la dúplica, la parte demandada reiteró lo señalado en la contestación.

La sentencia de primera instancia, de fecha 10 de abril de 2007, escrita a fojas 429,

complementada por la datada el 11 de mayo del mismo año, escrita a fojas 484, la Juez Titular,

señora Elizabeth Andrea Galáz Cuadra, acoge la demanda de indemnización de perjuicios por

responsabilidad contractual, ordenando pagar la suma de $72.517.813, con reajustes, conforme la

variación que experimente el IPC, fijado por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre la fecha de

la comisión de los hechos y su pago efectivo, con intereses corrientes que son propios de las

obligaciones contractuales, con costas.

Fundamentalmente el fallo razona que no se encuentra controvertido en el proceso el hecho

de la pérdida de las mercaderías que la demandante compró en Miami, y que debían llegar

intactas a su destino en Punta Arenas (considerando 17); lo controvertido es poder determinar de

quien ha sido la responsabilidad en la merma de las mercaderías encargadas por la parte

demandante, y la naturaleza de la responsabilidad que genera: contractual o extracontractual

(considerando 18); La pérdida de las mercaderías cuya indemnización de perjuicios solicita se

suscitó a propósito de un contrato de transporte de mercaderías desde Miami a Punta Arenas, por

lagos, canales, o ríos navegables, contrato regido por el Código de comercio en sus artículos 166 y

siguientes (considerando 24); se deja establecido que en el caso de autos existe una relación

contractual (considerando 25). Se establece el supuesto que Emporchi hizo las veces de

depositario de las especies, por lo que se formó entre la empresa que trasladó las especies desde

Miami (empresa que obró por cuenta de Wordcom) al Puerto de Chile e hizo entrega de ellas en el

puerto, un contrato de depósito, en el cual se entrega una cosa corporal a nombre de una persona

que se encarga de guardarla y de restituirla en especie. Se trata de un contrato real y unilateral en

donde el agente naviero tenía la calidad de depositante y Empochi depositario; contrato de

depósito que se califica de necesario (Considerando 27), que se da cuando el deposito no depende

de la libre voluntad del depositante. El depositario en este tipo de contrato responde de culpa

leve. Asignando la responsabilidad, por la pérdida de las mercaderías del asegurado, a Emprochi,

por no haber empleado la diligencia y cuidado que exige la ley en el cumplimiento de un contrato

de depósito (considerando 28). A mayor abundamiento hace referencia a los documentos

acompañados por la demandada consistente en el reglamento que rige los servicios de la Empresa

Portuaria de Chile en su artículo 31, el cual indica que la Empresa será responsable de la custodia

de la carga desde el momento en que se reciba física y documentalmente, en condiciones tales

que a simple vista no demuestre daño o deterioro en sus envases o embalajes o que evidencien

alteración o perjuicios en su contenido, y que la misma parte demandada reconoce que no existen

reclamos del consignatario durante el almacenamiento de la misma, circunstancia que acredita

que la mercadería llegó en perfecto estado a Emprochi, y que fue antes de salir a Punta Arenas en

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donde sufrió la merma, hecho respecto del cual la sentenciadora adquiere convicción, toda vez

que por los deterioros descritos por la parte demandante obtenidos del reconocimiento que se

hizo al contenedor en Punta Arenas, debieron efectuarse con varios días de anticipación, no

siendo posible que se hiciera en el transcurso de viaje a Punta Arenas como pretende invocar la

demandada, ya que existen además antecedentes que son públicos y notorios de hechos

delictuales ocurridos en el puerto de San Antonio en donde se sustraían especies de losalmacenes, lo que además resulta corroborado por la declaración de los testigos (considerando

30). Al no lograr la parte demandada desvirtuar la relación contractual, como tampoco causales

eximentes de responsabilidad, se coger la demanda, por indemnización de perjuicios por

responsabilidad contractual incoada (considerando 31).

En contra de esta sentencia se interpone recurso de apelación por la demandada, sobre la base

de los siguientes fundamentos: I.- Falta de acreditación de responsabilidad del almacenista; II.-

Inexistencia de responsabilidad contractual, y III.- Falta de acreditación de perjuicios.

La Corte de Apelaciones de Valparaíso, por sentencia de 6 de noviembre de 2007, escrita a

fojas 783, se revoca la sentencia apelada, y su complemento, y en su lugar se declara que no se

hace lugar tanto a la demanda principal como subsidiaria, sin costas.

En contra del fallo de segundo grado se interpuso recurso de casación en el fondo por la

demandante, el que se ordenó traer en relación.

Considerando:

PRIMERO: Que la parte demandante interpone recurso de casación en el fondo, solicitando se

anule la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Valparaíso y en la sentencia de

reemplazo se proceda a confirmar la decisión de primera instancia y se declare que se acoge en

todas sus partes la demanda de autos, condenando a la empresa Portuaria San Antonio a

indemnizar a su parte la suma de US$140.014,70 "equivalente a $72.517.813" más los intereses

corrientes contados desde la fecha de notificación de la demanda, con costas.

SEGUNDO: Que el actor sustenta el recurso expresando que ha existido error de derecho en la

aplicación de los artículos 982 y 974 del Código de Comercio, sobre contrato de transporte de

mercancías por mar:

a) En efecto "sostiene", el fallo de segunda instancia funda el rechazo a la demanda

amparándose en un error, por falsa aplicación de la ley, en cuanto considera en su razonamiento

Séptimo los artículos señalados en el epígrafe, relativos a la responsabilidad del transportista

marítimo, a una situación que es completamente extraña a la materia jurídica específica debatida

en autos;

b) Consta de autos, que la demanda no se funda en un contrato detransporte por mar, como

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tampoco se invocaron las normas relativas a él, sino que se basó en un contrato de depósito y se

fundó en el Código Civil y normas especiales del depósito portuario necesario regulado por el

Decreto con Fuerza de Ley 290, de 1960, por lo que resulta del todo impertinente, a la cuestión

debatida, que el fallo recurrido razone, para resolver el caso, única y exclusivamente sobre las

normas de la responsabilidad del transportista marítimo.

c) No puede sino aseverarse que la aplicación de las normas jurídicas sobre responsabilidad del

transportista marítimo y la llamada "unidad temporal de la responsabilidad del porteador

marítimo", que invoca el fallo objetado, no vienen a este caso, constituyendo un error de derecho

aplicar las normas de un contrato específico "transporte marítimo de mercancías" que a la sazón

no han sido invocadas en autos por ninguna de las partes, a otro contrato específico "depósito de

mercancías", de naturaleza muy distinta, celebrado entre otras personas y cuya vigencia temporal

y ubicación espacial son distintas también a las del primero.

d) El fallo impugnado simplemente elige aplicar el régimen del contrato detransporte de

mercancías por mar a un contrato que, el mismo fallo califica de depósito necesario, pero no

señala las razones jurídicas que lo llevan a tal conclusión, porque no las hay.

TERCERO: Que, prosigue el recurrente sosteniendo que los sentenciadores incurren en error de

derecho en la aplicación de los artículos 5 y 27 del DFL 290, de 1960, Ley Orgánica de Emporchi,

cuyo texto fue fijado por D.S. Nº 91 del Ministerio de Transportes, del año 1978 y artículos 2211,

2223 y 2224 del Código Civil, sobre el contrato de depósito, puesto que:

a) El tribunal ad-quem debió resolver el juicio aplicando las normas contractuales que regulan

el contrato específico de que se trata; esto es, las normas que configuran el contrato de depósito

en los recintos portuarios.

b) Dichas normas son, en primer término, la mencionada Ley orgánica que regulaba Emporchi,

antecesora legal de Emporsan, a la fecha de ocurrencia de los hechos.

c) Resulta inconcebible que el fallo cuya casación se reclama, califique expresamente al

contrato como un depósito realizado en la Empresa Portuaria de San Antonio, y no lo aplique, sin

siquiera mencionar aquellas normas legales generales relativas al depósito y especiales relativas al

depósito en los recintos portuarios que, como se advierte, se refieren claramente a la materia

específica debatida en este juicio.

d) En forma incomprensible para esta parte y abstrayéndose de todo el régimen legal aplicable

a este contrato de depósito, el fallo recurrido concluye, que Emporsan demuestra su propia

diligencia durante el depósito de las mercancías con los DPU reseñados, hecho que no es óbice ni

contradictorio con el hecho fundamental de la causa: Que Emporsan entregó el contenedor con

3.584 kilos menos de peso real, es decir, el peso real de entrega del contenedor por parte del

depositario fue inferior en más de un 50% al peso que su parte invoca en la demanda.

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Sostiene el recurrente, en el sentido que es un hecho de la causa que el contenedor sufrió

fractura en sus paredes a través de forado y forzamiento de sus puertas y sellos, circunstancia que

obligaba al tribunal a dar aplicación en primer lugar al artículo 2224, inciso segundo y final del

Código Civil, el que señalaba que en todo caso de fractura o forzamiento, se presume la culpa del

depositario.

Se agrega igualmente que el fallo impugnado yerra al razonar que el depositante, no acreditó

que el robo del contenedor sólo pudo suceder durante el período de custodia, ya que ello importa

invertir el peso de la prueba asignado por la ley al depositario, respecto de quien se presume culpa

en caso de fractura o forzamiento.

La ley señala que es el depositario quien debe destruir la presunción legal de culpa que lo

afecta frente a "todo caso de fractura o forzamiento". Si el contenedor había sido fracturado y

forzado y se encuentra acreditado que el menor peso del mismo se generó en los recintos del

depositario, resultaba obligatorio para el juez presumir "conforme al artículo 2224 del Código

Civil" la culpa del depositario en el incumplimiento del contrato de depósito.

e) Ahora bien "argumenta el actor", en el mismo orden de ideas, si en este caso debe

forzosamente concluirse que el depositario es culpable de la rotura de sellos y forzosamente de las

cerraduras del contenedor, ello implica que éste infringió su obligación esencial de respetar los

sellos y cerraduras del bulto, conforme a lo dispuesto en el artículo 2223 del Código Civil,

disposición legal que tampoco aplica el fallo impugnado.

f) Además, el fallo en su errado razonar, olvida también por completo el inciso primero del

mencionado artículo 2224, según el cual se estará a la declaración del depositante en cuanto al

número y calidad de las especies depositadas, cuando, como en este caso, concurre la culpa

presumida legalmente del depositario.

g) Lo cual debió haber llevado al tribunal a considerar incumplido el contrato de depósito

conforme lo ordenan el artículo 2211 del Código Civil y el artículo 5º del DFL 290, de 1960, que

obligan al depositario a custodiar y entregar en especie, los mismo bienes que se les ha confiado

en custodia.

h) Por último, se ha infringido también por falta de aplicación, el artículo 27 del DFL Nº 290, de

1960, que hace a Emporsan responsable con cargo a su presupuesto de toda pérdida o daño que

sufran las mercancías entregadas en depósito.

CUARTO: Que constituyen antecedentes de la decisión de los jueces del fondo:

a) "Que no se encuentra controvertido en el proceso el hecho de la pérdida de las mercaderías

que la demandante compró en Miami y que debían llegar intactas a su destino en Punta Arenas"

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(Considerando séptimo del fallo de primer grado), y

b) Que, por el contrario, lo controvertido en autos se circunscribe a "determinar de quien ha

sido la responsabilidad en la merma de las mercaderías encargadas por la parte demandante y de

qué tipo ha sido la misma, es decir, contractual o extracontractual" (Considerando décimo octavo

del fallo de primer grado).

QUINTO: Que dejan asentados los magistrados que "el demandante deduce su acción en su

calidad de empresa aseguradora que debió pagar a la empresa siniestrada por la merma en el

transporte de las mercaderías desde Miami a Punta Arenas", de lo cual deducen como un hecho

que la parte "demandante pagó a la empresa siniestrada", quien lo hizo "en virtud de un contrato

de seguro", "por lo que se ha cumplido en este aspecto con los requisitos establecidos en la ley

respecto de la legitimación activa de los demandantes", quien, para estos efectos, ha pasado a

"ocupar el lugar de la empresa perjudicada con el robo de las mercaderías" (Considerando

vigésimo quinto del fallo de primer grado).

SEXTO: Que conforme a los razonamientos que sustentan la determinación adoptada en autos

y respecto de la cual se recurre, los magistrados dieron por acreditado que la relación contractual

materia de la controversia se configuró de la siguiente forma:

a) La empresa chilena Wordcom compra mercadería consistente en computadores en Miami;

b) Su voluntad radica en que tales mercaderías sean trasladadas por vía marítima desde Miami,

Estados Unidos a Punta Arenas, Chile;

c) Para cumplir el objetivo de trasladar las mercaderías la empresa chilena Wordcom contrató a

la empresa Votainer USA Inc;

ch) La empresa Votainer subcontrató a la empresa naviera de transportes navieros

ecuatorianos, para lo cual celebró un contrato de transporte de mercaderías por mar;

d) La mercadería se embarcó a bordo de la nave Isla Pinzón;

e) La mercadería arribó al Puerto de San Antonio;

f) La mercancía sería transbordada de nave en el Puerto de San Antonio;

g) La mercadería debía ser custodiada por la empresa portuaria hasta ser embarcadas hasta

Punta Arenas (Considerando vigésimo sexto del fallo de primer grado).

Sostienen los magistrados, además, la justificación de los siguientes antecedentes de hecho:

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h) La mercancía consistente en aparatos y partes de computación, fue robada en un alto

porcentaje, las que el Ajustador del Seguro recomendó pagar al consignatario las especies

sustraídas, quien valoriza las mercancías faltantes en la cantidad de US $126.728,78 (Considerando

segundo del fallo de la Corte de Apelaciones);

i) La compañía asegurada demanda de indemnización de perjuicios a la Empresa Portuaria deSan Antonio por la suma de $72.517,813, equivalente a US $140.014,70;

 j) Se insiste en que la suma anterior constituye el valor total de la pérdida (Considerando

tercero del fallo de segunda instancia);

k) Entre la Compañía de Seguros La Previsión Generales S. A. y la sociedad Wordcom Ltda. se

celebró finiquito del seguro, en que se pagó a esta última, la consignataria de la mercancía, la

suma de US $126.728,78 (Considerando cuarto de segunda instancia);

l) Las mercancías fueron estibadas al interior del contenedor;

ll) Una vez consolidado el interior del contenedor, fue cerrado, asegurando sus puertas y se

instalaron sellos numerados en sus elementos de apertura;

m) La mercancía fue consolidada en el puerto de Miami, Estados Unidos, con destino al Puerto

de Punta Arenas. Chile, previo trasbordo en el Puerto de San Antonio;

n) La mercancía llegó a su destino final, Punta Arenas, con una merma, de lo que da cuenta la

liquidación del seguro (Considerando quinto del fallo de segunda instancia);

ñ) El transportista marítimo responsable del viaje Miami-San Antonio, en la nave Isla Pinzón

entregó la mercancía en este último puerto (San Antonio) conforme DPU 209569 de fecha 19 de

mayo de 1996;

o) Se recibió en el Puerto de San Antonio el contenedor ICSU 1272665 sin observaciones,

excepto la de su trasbordo a Punta Arenas, y con peso documental;

p) Se recibió el contenedor en el Puerto de Punta Arenas sin observaciones, según DPU 22223,

de fecha 4 de junio de 1996 del puerto de Punta Arenas, por el que da cuenta del recibo del

contenedor referido desde la nave Martín, con peso documental (Considerando octavo);

q) La empresa portuaria demandada, sucesora de Emporchi de la época, demostró su diligencia

en el depósito de la mercancía con los DPU referidos, esto es, con el recibo y entrega de la carga

sin observaciones;

r) No se encuentra acreditado en autos el aserto de la demanda, de que el robo al contenedor

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"solo pudo suceder durante la custodia de Emporchi entre los días 19 y 24 de mayo de 1996";

s) La recuperación de especies sustraídas no resulta acreditada;

t) La participación en el hecho ilícito de un empleado de la demandada, no se refieren al

supuesto de autos;

u) La pérdida o sustracción de la mercancía pudo haberse producido en el período que la

actora señala; al momento de consolidar el contenedor en Miami; durante el viajemarítimo desde

ese puerto extranjero al de San Antonio en Chile; durante la estadía en depósito posterior a la

custodia de Emporchi, en que lo estuvo bajo la custodia de SAAM (para el viaje a Punta Arenas el

contenedor se embarcó con fecha 28 de mayo de 1996, a bordo de la nave Martín); en el viaje por

mar desde San Antonio a Punta Arenas, a donde llegó con fecha 4 de junio de 1996, o, incluso, en

este último puerto;

v) No se encuentra acreditada la falta de diligencia del encargado del contenedor, por el solo

hecho que la mercancía arrojara un peso menor que el documental con que había llegado al país;

w) No se encuentra acreditado que el contenedor haya sido objeto de una acción delictual,

mientras el contenedor se encontraba bajo la custodia de Emporchi San Antonio;

x) Se reitera que el contenedor fue recibido en el puerto de San Antonio sin observaciones y

conforme, de acuerdo a la DPU citada.

y) El contenedor fue entregado sin observaciones a la empresa Saam, para su traslado a Punta

Arenas (Considerando noveno de la sentencia de segunda instancia);

z) No se encuentra acreditado en autos que se hubiere denunciado a la justicia el ilícito de que

da cuenta el fundamento de la presente demanda, y de que en el proceso respectivo existan

antecedentes que se refieran a la mercancía de autos (Considerando décimo del fallo de segunda

instancia).

SÉPTIMO: Que los magistrados de la Corte de Apelaciones desestiman la demanda, al calificar

los hechos como constitutivos de un contrato de depósito necesario al hacer entrega del

contenedor en la Empresa Portuaria de San Antonio, en razón de un contrato detransporte por

mar, de las mercancías, que regula el artículo 974 y siguientes del Código de Comercio.

El transporte marítimo entre Miami y San Antonio, ocasionó un depósito obligado de la

mercancía en este último puerto y después embarcado el contenedor hacia Punta Arenas en una

nave distinta, en lo cual se produjo una merma, la que resuelve el artículo 982 del Código de

Comercio, al establecer lo que en doctrina se conoce como la unidad temporal de la

responsabilidad del porteador marítimo, en que éste responde por la custodia de las mercancías

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desde que las recibe hasta que las entrega. Será, entonces, conforme al artículo 974 del texto legal

citado, la unidad temporal la que prevalecerá sobre el medio detransporte.

Como el transportista marítimo responsable del viaje Miami-San Antonio, en la nave Isla

Pinzón, entregó la mercancía en este último puerto, conforme DPU 209569 de fecha 19 de mayo

de 1996, en que se recibe el contenedor ICSU 1272665 sin observaciones, excepto la de sutrasbordo a Punta Arenas, y con peso documental, como asimismo, según DPU 22223, de fecha 4

de junio de 1996, del puerto de Punta Arenas, da cuenta del recibo del contenedor referido desde

la nave Martín, con peso documental sin observaciones. De forma tal que, la sustracción de la

mercancía, no se encuentra acreditado se produjera únicamente en el Puerto de San Antonio, en

los recintos de Emporchi, entre los días 19 al 24 de mayo de 1996, sino que, por el contrario,

existen otros lugares donde ésta probablemente se realizó.

OCTAVO: Que el recurso pretende plantear dos ordenes de argumentaciones, todas destinadas

a invalidar el fallo de segunda instancia y que se acoja lo sostenido por ella a lo largo de la

tramitación del juicio.

En efecto, por una parte reitera que la merma, sustracción o pérdida de la mercancía se

produjo en los recintos del Puerto de San Antonio y no en otro lugar, entre los días 19 al 24 de

mayo de 1996, de forma tal que al ser embarcado el contenedor en la nave Martin ya se había

producido el siniestro, con lo cual sustenta un hecho diverso al que los jueces de la instancia han

tenido por establecido. Este supuesto fáctico no es posible revisarlo en su establecimiento, puesto

que la recurrente no ha denunciado la vulneración de leyes reguladoras de la prueba, por lo que

esta Corte de Casación debe atenerse a los mismos.

En una siguiente argumentación, radica la cuestión jurídica, exclusivamente, sobre la base de

sustentar que resulta determinante la existencia de un depósito necesario al realizar la entrega de

las mercancías en el Puerto de San Antonio, con lo cual descarta toda pertinencia a la

responsabilidad del transportista marítimo, que el fallo pretende extraer de lo que denomina

unidad temporal de la responsabilidad del porteador marítimo.

Al correlacionar ambos antecedentes "el depósito necesario que origina la entrega de las

mercancías en el Puerto de San Antonio y la posterior pérdida de las mercancías en los recintos de

la empresa portuaria del Puerto de San Antonio", concluye el recurrente: está justificada la

responsabilidad de la demandada. Sin embargo, lo cierto es que el supuesto de la segunda

argumentación de derecho no se dio por acreditada por los por los magistrados de la instancia,

sino que le atribuyeron mayor relevancia al transporte marítimo.

NOVENO: Que, sin perjuicio de lo expuesto, para los efectos de un adecuado análisis de la

materia objeto de autos procede primeramente dejar debidamente establecida la naturaleza del

vínculo jurídico existente entre las partes, circunstancia que permite dilucidar si se está en

presencia de distintos marcos jurídicos en relación con los hechos que motivan la controversia.

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Nuestro sistema jurídico reconoce, en cuanto a la explotación de una nave como medio de

transporte, principalmente dos clases de contratos, según sea la naturaleza y extensión de las

obligaciones del fletante o armador, estos son, el contrato de fletamento y el contrato de

transporte de mercancías por mar.

Al efecto el artículo 927 del Código de Comercio señala que el contrato recibe el nombre de

"fletamento" cuando "el dueño o armador pone la nave a disposición de otro, para que éste la use

según su propia conveniencia dentro de los términos estipulados. El que pone la nave a

disposición de otro se denomina fletante y el que la usa, fletador."

Por otra parte, el mismo precepto estatuye que: "cuando el dueño o armador de la nave asume

la obligación de embarcar mercancías de terceros en lugares determinados, conducirlas y

entregarlas en lugares también determinados, el contrato toma el nombre de transporte de

mercancías por mar o contrato de transporte marítimo."

El contrato de transporte marítimo, cuya definición legal, contenida en el artículo 974 del

Código de Comercio, indica: "Se entiende por contrato de transporte marítimo aquel en virtud del

cual el porteador se obliga, contra el pago de un flete, a transportar mercaderías por mar de un

puerto a otro."

De la conceptualización enunciada podemos señalar que los elementos del contrato de

transporte de mercaderías por mar son los siguientes: 1) Una persona a la cual se le encarga el

transporte: porteador; 2) Conjunto de bienes entregados para el transporte: mercadería o carga;

3) Un precio que se cobra por efectuar el transporte: flete; y 4) Una persona que recibe la

mercadería: consignatario.

En el contrato de transporte marítimo pueden intervenir hasta cuatro personas: el

transportador o porteador (el que se obliga transportar las mercaderías), el transportador efectivo

(la persona a quien el transportador le ha encomendado la ejecución deltransporte de

mercaderías), el cargador (el que ha celebrado el contrato detransporte marítimo y quien

efectivamente ha entregado la mercadería al transportador) y el consignatario (la persona

habilitada por un título para recibir las mercancías).

Constituyen características del contrato de transporte marítimo, contenidas en el Libro III del

Código de Comercio las siguientes:

a)Tiene por objeto conducir por mar mercaderías singulares, cargas suelta o agrupadas en

contenedores. Es un contrato sinalagmático por las recíprocas obligaciones que se deben las

partes y oneroso por el pago que debe hacer el cargador o consignatario al transportista.

b)No obstante tratarse de un contrato consensual, al recibir las mercaderías el porteador debe

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emitir el conocimiento de embarque que las describe Bill of Landing BL, Instrumentación escrita

que sirve sólo al efecto ad probationem.

c)Se trata de una obligación de hacer que pertenece a la categoría obligación de resultado, cual

es, la entrega en destino de los bienes transportados al consignatario.

d)Tiene un estatuto jurídico propio, no requiere recurrir a la analogía y no se rige sólo por el

conocimiento de embarque.

En cuanto a la normativa aplicable a este tipo de contratos, sin perjuicio de lo que establezcan

los tratados o convenciones internacionales vigentes en Chile, procede recurrir, al efecto, a las

disposiciones contenidas en el Código de Comercio chileno, que rigen esta materia, siempre

que:1º. El puerto de carga o de descarga previsto en el contrato detransporte marítimo esté

situado en territorio nacional, o 2º El conocimiento de embarque u otro documento que pruebe el

contrato de transporte marítimo, estipule que el contrato se regirá por las disposiciones del

párrafo 3 Título V Libro III del Código de Comercio o 3º Uno de los puertos facultativos de descarga

previstos en el contrato de transporte marítimo sea el puerto efectivo de descarga y éste se

encuentre dentro del territorio nacional.

Constituyen obligaciones para el transportista en este tipo de contratos, en relación con la

carga, las siguientes: a) como deber principal, el trasladar los bienes transportados de un puerto a

otro; b) paralelamente, el transportista se obliga a la custodia y cuidado de las mercancías

mientras estén embarcadas; c) al recibir la carga a bordo, el porteador debe disponer su adecuada

estiba, procurar de la seguridad del buque y la conservación de las mercancías; d) es

responsabilidad del transportista la recepción y entrega de las mercancías y su pertinente carga y

descarga del buque, variando el momento de iniciación o terminación de esas operaciones según

se convenga la entrega de aquellas al costado del buque o bajo sus plumas o aparejos; e) está

obligado el porteador a dar aviso al consignatario de la llegada del buque al puerto de destino. A

su vez, son obligaciones del transportista sobre el buque, en general, las comunes a las

correspondientes a los contratos de fletamento como son poner en estado de navegabilidad el

buque el inicio del viaje, tripulando y equipándolo adecuadamente y, en relación con el tipo de

mercancías a transportar, tanto para su carga como para su cuidado. Asimismo debe iniciar y

cumplir el viaje en los plazos publicitados anticipadamente, siguiendo la ruta habitual, salvo los

casos de justificada desviación.

Por su parte resultan ser deberes del cargador además de aquellas que se contrapongan a los

derechos del transportista, lo que a continuación se indican: 1) deber de entregar las mercancías

del transportador en tiempo oportuno para su carga sobre el buque; 2) debe declarar la

naturaleza, calidad y cantidad de las mercancías, así como el número de bultos que las contienen;

3) debe hacer embalar las mercancías en forma adecuada para el tipo de carga y de viaje y 4) debe

entregar el transportador la documentación correspondiente sobre las mercancías a transportar.

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En el contrato de transporte marítimo, la obligación del naviero es de resultado, toda vez que

asume el deber de embarcar mercaderías de terceros en lugares determinados, conducirlas por

mar y entregarlas en lugares también determinados. Así, el porteador marítimo asume la

obligación de conducir por mar, siendo el cargador marítimo la persona que por sí o por medio de

otra ha celebrado el contrato de transporte marítimo.

El contrato de transporte marítimo se rige por reglas imperativas y supletoriamente tiene

cabida la autonomía de la voluntad y, normalmente, las partes en dicho contrato presentan un

notorio desequilibrio económico limitándose a adherir a contratos tipo.

DÉCIMO: Que en lo que dice relación con la responsabilidad del transportadormarítimo 

durante el siglo XIX estaba regida por los Códigos Civil y de Comercio inspirados en los Códigos de

Francia, distinguiéndose entre faltas náuticas y faltas comerciales con amplio margen de la

autonomía de la voluntad, lo que permitió introducir cláusulas de exoneración de responsabilidad

por faltas náuticas. En 1921 se elaboran Reglas de La Haya sobre conocimientos de embarque. En

1924 se adoptó la Convención de Bruselas que impuso normas irrenunciables, prohibió las

cláusulas de exoneración de responsabilidad y estableció limitación a 100 libras oro.

El Código de Comercio chileno después de la reforma introducida por la Ley Nº 18.680 de 11 de

enero de 1988, que reemplazó totalmente el Libro III del Código de Comercio, se inspiró en el

Convenio de las ONU sobre Transporte de mercancías por mar o "Reglas de Hamburgo".

UNDÉCIMO: Que el principio esencial de responsabilidad sobre esta materia se encuentra

estatuida en el artículo 982 Código de Comercio, norma que prescribe las reglas siguientes:

1.- La responsabilidad del transportador marítimo por la pérdida, daño o retraso que sufran las

mercaderías se extiende durante todo el período que ellas están bajo su custodia.

2.- No es una responsabilidad subjetiva, basada en la culpa ni objetiva fundada en un riesgo

creado, sino es propia del transporte marítimo.

3.- El período de custodia de las mercaderías en el transporte marítimo se inicia desde el

instante en que el transportador las haya tomado a su cargo al recibirlas del: a) Cargador o la

persona que actúa en su nombre; b) Una autoridad o de un tercero en poder de los cuales, según

las leyes o los reglamentos del puerto de carga, se deban poner las mercaderías para ser

embarcadas.

4.- El período de custodia de las mercaderías en el transporte marítimo termina cuando el

transportador las haya entregado de alguna de las formas dispuestas en el artículo 983 del código

mencionado, a saber: a) Poniéndolas en poder del consignatario. b) En los casos en que el

consignatario no las reciba, poniéndolas a disposición del consignatario en conformidad al

contrato, las leyes o los usos del puerto de descarga. c) Poniéndolas en poder de una autoridad u

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otro tercero, a quienes según las leyes o reglamentos del puerto de descarga, deban entregarse

las mercaderías. Precisa el legislador que los términos transportador y consignatario comprenden

también a sus dependientes y agentes respectivamente.

En nuestro ordenamiento jurídico, conforme lo señalado en el artículo 983 del Código de

Comercio "se considerará que las mercancías están bajo la custodia del transportador "hasta elmomento que se las haya entregado" en alguna de las formas que la misma disposición indica.

De esta manera poner las especies en poder de un tercero quien actúa por cuenta del

consignatario, pone fin a la responsabilidad del transportista. (García. Obra citada págs. 269 y 270;

Osvaldo Contreras Strauch. Derecho Marítimo, pág 207; Ricardo Sandoval López; Derecho

Comercial, Tomo III, Volumen I, págs 111 y 112; Claudio Barriolhet Acevedo y Alejandro Díaz Díaz,

Derecho del Transporte, Tomo I, págs. 230 y 231).

DUODÉCIMO: Que el concepto del depósito lo encontramos en el artículo 2211 del Código Civil,

el cual expresa: "Llámase en general depósito al contrato en que se confía una cosa corporal a una

persona que se encarga de guardarla y de restituirla en especie", al cual se le caracteriza como un

contrato real, gratuito, otorga titulo de mera tenencia y puede ser unilateral o bilateral.

Se ha distinguido en la clasificación del depósito entre el propiamente dicho y el secuestro

(artículo 2214 del Código Civil). La primera especie se subdivide en depósito voluntario y

necesario.

Por su parte el artículo 2215 del mencionado cuerpo de leyes dispone que el depósito

propiamente dicho o voluntario "es un contrato en que una de las partes entrega a la otra una

cosa corporal y mueble para que la guarde y la restituya en especie a voluntad del depositante". El

artículo 2236 del mismo Código expresa: "El depósito propiamente dicho se llama necesario,

cuando la elección de depositario no depende de la libre voluntad del depositante, como en el

caso de un incendio, ruina, saqueo, u otra calamidad semejante".

En este sentido la primera determinación que corresponde realizar es la calificación del

depósito. Para lo anterior resulta útil traer a colación lo dispuesto por el artículo 5º de la Ley

Orgánica de la Empresa Portuaria de Chile, que señala, en lo pertinente: "No será obligatorio para

los usuarios utilizar los servicios de almacenista que ofrece la Empresa Portuaria de Chile,

pudiendo recurrir a los depósitos autorizados por el Servicio de Aduanas". De esta forma, al omitir

toda prueba respecto de la posible existencia de almacenes particulares en el Puerto de San

Antonio, circunstancia que no fue recogida por los jueces del fondo, dicha ausencia lleva a concluir

que es una circunstancia no controvertida y, por lo mismo, que esta Corte no puede válidamente

modificar, en cuanto el depósito tienen un carácter necesario, al no estar establecido que el

transportista pudo elegir la empresa que le prestaría el servicio de almacén, necesario para

realizar el trasbordo del contenedor.

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Las reglas que rigen el depósito necesario son las mismas que el voluntario, excepto que es

admisible toda clase de pruebas y la responsabilidad se extiende hasta la culpa leve.

Lo determinante en el depósito es la responsabilidad del almacenista que se refieren a guardar

la cosa con la debida fidelidad en cuanto a restituir las cosas dadas en depósito en especie y a

voluntad del depositante. En el evento que tales obligaciones no se cumplan, surge laresponsabilidad de quien presta el servicio de depósito.

DÉCIMO TERCERO: Que en las condiciones de hecho aceptadas por los jueces del fondo no se

observa falsa aplicación del artículo 982 del Código de Comercio, en cuanto éste atribuye

responsabilidad al transportador mientras las mercancías estén bajo su custodia, "sea en tierra o

durante su transporte", circunstancia que precisamente acontece al no ser posible llegar a

precisar el lugar en el cual se produjo la pérdida, dado que no se ignora la existencia del depósito

de las mercancías en el Puerto de San Antonio, pero la celebración del acuerdo para mantener la

mercadería en los recintos portuarios, entre tanto se realizaba el trasbordo de ellas a la moto nave

Martin, en nada influye a la labor interpretativa realizada por los jueces de la instancia. En efecto,

ante el antecedente que no es posible circunscribir la pérdida a los recintos portuarios de San

Antonio, los jueces han expresado que cobra aplicación el principio de la responsabilidad del

transportista, quien no ha sido demandado en esta causa. Los magistrados han expresado que no

es posible responsabilizar exclusivamente a la Empresa Portuaria de Chile, actual Empresa

Portuaria de San Antonio, pues no se justificó que sea en sus recintos en donde se perdió la

mercancía. Así las cosas, expresadas de manera reiterada y de diversas maneras para hacer

claridad a la recurrente, no es posible acoger el error de derecho planteado.

DÉCIMO CUARTO: Que la anterior argumentación resulta útil para disuadir al recurrente que no

es posible atender igualmente los demás errores de derecho que indica, puesto que se pretende

hacer efectiva la responsabilidad de la Empresa Portuaria por hechos que afirma acontecieron en

San Antonio, no obstante que los jueces competentes han señalado que ello no ocurrió en ese

lugar, no siendo posible indicar el sitio en que aconteció.

DÉCIMO QUINTO: Que con el solo fin de hacerse cargo de manera más integral de la

impugnación planteada, se debe recordar que, en el fundamento vigésimo quinto del fallo de

primera instancia y que se mantiene por el de la Corte de Apelaciones, "el demandante deduce su

acción en su calidad de empresa aseguradora que debió pagar a la empresa siniestrada por la

merma en el transporte de las mercaderías desde Miami a Punta Arenas", puesto que la parte

"demandante pagó a la empresa siniestrada", "en virtud de un contrato de seguro", "por lo que se

ha cumplido en este aspecto con los requisitos establecidos en la ley respecto de la legitimación

activa de los demandantes", quien, para estos efectos, ha pasado a "ocupar el lugar de la empresa

perjudicada con el robo de las mercaderías", determinación que al igual que todos los hechos no le

es posible variar a esta Corte de Casación.

La sentencia de primera instancia validamente puede ser revisada por la Corte de Apelaciones

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a la luz de las argumentaciones del escrito de apelación, el cual entre sus motivaciones cuestiona

la posibilidad que se dirija demanda en contra del almacenista, dado que entre la compañía de

seguros y la demandada no ha existido relación contractual alguna, por lo que tampoco ha podido

existir incumplimiento de su parte, expresando que la demanda ha debido dirigirse en contra de

quienes efectivamente prestaron el servicio de transporte. Sin embargo, como se ha dicho, tanto

el juez de primera instancia y la Corte de Apelaciones reconocieron legitimación activa a losdemandantes para accionar, pero también le han reconocido legitimación pasiva a la demandada,

al dejar establecido en el considerando vigésimo quinto del fallo de primer grado, que no sufre

modificación en el fallo de segunda instancia, que conforme a lo dispuesto en el artículo 533 del

Código de Comercio, el asegurador que se subroga en los derechos y acciones que el asegurado

tenga contra terceros, en razón del siniestros.

Conforme a los términos en que fue planteada la controversia, la Compañía de Seguros

demandante, quien se ha subrogado en los derechos del propietario de la mercancía, ha podido

accionar en contra del transportista o en contra del almacenista.

Efectuado el reconocimiento anterior y, en consecuencia, desestimada la alegación del

demandado en este aspecto, no resulta pertinente que se vuelva en torno a la responsabilidad del

transportista, sobre la base prevalente del concepto de "unidad temporal de la responsabilidad del

porteador marítimo".

Al tener acción el asegurado en contra de terceros por cuya acción se vieran afectados sus

intereses, en este caso el consignatario respecto de la Empresa Portuaria, la determinación que

pretende excluir esa pretensión, sobre la base de una decisión sustentada en la exclusividad de la

responsabilidad más amplia del transportista, si infringe, en este nuevo contexto distinto del antes

analizado, por falsa aplicación, el artículo 982 del Código de Comercio, cuyas determinaciones no

pueden afectar el artículo 533 del mismo cuerpo de leyes. De este modo, al calificar el fallo de

depósito la entrega que se hizo de las mercancías a la Empresa Portuaria en el Puerto de San

Antonio, correspondía aplicar la normativa que resulta pertinente, en especial el artículo 27 de la

Ley Orgánica de la Empresa Portuaria de Chile, fijado por el Decreto Supremo 91 del Ministerio de

Transporte y telecomunicaciones de 1997, que señala: "La Empresa responderá con cargo a su

presupuesto de toda pérdida o daño que sufran las mercaderías y bienes recibidos en depósito en

sus recintos, en los términos establecidos en el artículo 133º de la Ordenanza de Aduanas". Sin

embargo, esta disposición agrega: "Para que pueda hacerse efectiva la responsabilidad de la

Empresa, deberá comprobarse que los daños o pérdidas se produjeron durante el depósito en los

recintos de la Empresa, o sea, desde el momento en que las haya recibido, hasta que, una vez

terminada la tramitación fiscal, queda dicha mercadería a la libre disposición de los interesados".

Como se puede advertir, la nueva situación jurídica, que hace lugar al planteamiento de la

demandante, no tiene el correlato respectivo en los presupuestos de hecho dados por

establecidos por los jueces del fondo, de manera que, aun en este escenario, el error de derecho

no tiene influencia substancial en lo dispositivo del fallo.

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DÉCIMO SEXTO: Que al no concurrir infracción de ley, con influencia substancial en lo

dispositivo del fallo, el recurso de casación en el fondo deberá ser desestimado.

De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del Código de

Procedimiento Civil, se rechaza, el recurso de casación en el fondo interpuesto por el abogadoCristian Araya Escobar en representación de la demandante, Compañía de Seguros La Previsión

Generales S. A., en lo principal de fojas 787, en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones

de Valparaíso, de fecha seis de noviembre de dos mil siete, que se lee desde fojas 783 a 786.

Acordada luego de desestimada la indicación previa del Ministro señor Muñoz, en orden a

estudiar una posible casación en la forma de oficio la sentencia impugnada, por la causal prevista

en el artículo 768 Nº 5, en relación con el artículo 170 Nº 4º, ambas disposiciones del Código de

Procedimiento Civil, por cuanto no se ponderó de manera conjunta el ticket de pesaje agregado a

fojas 43 y 322, con la guía de despacho rolante a fojas 777, de los cuales se puede deducir la

identificación del contenedor, el vehículo que lo transportó en el interior de los recintos portuarios

patente KE-2255 y el peso que tenía al momento de embarcarse en la moto nave Martin: En

kilogramos total 21.250; pero camión 14.980; neto 6.270; menos peso contenedor 3.995; peso

mercadería 2275; peso documental 4.986; diferencia 2.706; peso documental corregido, menos

peso mercadería 3.584.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción del Ministro señor Muñoz.

Rol Nº 827-08.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Milton Juica A.,

Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M., Sres. Juan Araya E. y Guillermo Silva G.

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Santiago, veintiséis de noviembre de dos mil siete.

VISTOS:

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Se ha sometido a conocimiento y decisión de esta Corte los recursos de casación en la forma y

apelación interpuestos por la parte demandante en contra de la sentencia definitiva dictada en

estos autos con fecha nueve de mayo de dos mil dos, la cual rola a fojas 541 y siguientes de autos.

A.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA.

PRIMERO: Que, a fojas 580, doña María Soledad Chacón Vial, abogado, en representación de la

demandante de autos, interpuso recurso de casación en la forma en contra de la sentencia

definitiva ya singularizada y solicitó la nulidad del referido fallo por haber incurrido este, a su

 juicio, en el vicio de casación previsto por el numeral 5º del artículo 768 del Código de

Procedimiento Civil, en relación con el artículo 170 Nº 4 del mismo texto legal, esto es, haberse

omitido pronunciamiento y valoración de la prueba.

SEGUNDO: Que, fundamentando su recurso, el recurrente sostiene que el fallo incurre en el

error denunciado por cuanto omitió pronunciarse sobre determinada prueba rendida en autos. En

particular cita: a) manifiestos de carga Nº 765 y 780 de fecha 13 de septiembre de 1997 y 20 de

septiembre de 1007, respectivamente; b) Papeletas de recepción Nº 4604 y Nº 4756 de fechas 13

de septiembre de 1996 y 20 de septiembre del mismo año; c) Copia de la liquidación Nº IT6/09-

01427; d) carta remitida por el agente de aduanas Sr. Alfredo Lobos Alvarez;e) prueba testimonial

de fojas 353 y 355.

TERCERO: Que, en el estudio de los recursos interpuestos se observa y concluye que ambos,

casación en la forma y apelación, se construyen sobre idénticos fundamentos, antecedente que

lleva a esta Corte a desestimar el recurso de casación deducido, por cuanto aparece de manifiesto

que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo, tal como lo

establece el inciso penúltimo del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil.

B.- EN CUANTO AL RECURSO DE APELACIÓN DE LA SENTENCIA DEFINITIVA.

VISTOS:

Se reproduce la sentencia apelada y, se tiene además presente, que los documentos de fojas

346, que consisten en los manifiestos de carga Nº 765 y 780 respectivamente, como así también

los documentos que rolan a fojas 238 y siguientes, y que son las papeletas de recepción Nº 4604 y

Nº 4756 de fecha 13 de septiembre de 1996; y, por último, los documentos de fojas 293 como los

de fojas 340, consistentes en Informe de Liquidación Nº IT6/09-01427 y carta del agente de

aduanas Sr. Alfredo Lobos Alvarez, no resultan suficientes para dar por establecido que la

demandada, "Hemisferio Aviación Limitada" haya sido parte en los contratos de transportes de

autos. De igual manera, del estudio de la testimonial rendida en autos, en particular, la que rola a

fojas 353 y 355, se aprecia que tales declaraciones nada aportan para acreditar el hecho, que tal

como lo califica la propia demandante en su escrito de fojas 584, es el fundamento de la demanda

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de autos.

Y, teniendo presente, además, que los argumentos sostenidos en el recurso de apelación no

resultan válidos ni suficientes para alterar lo resuelto por el juez de primera instancia, se

desestimará el recurso se apelación interpuesto.

Y, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil y

artículos 186 y siguientes del mismo texto legal, se declara:

a) que se rechaza el recurso de casación en la forma deducido a fojas 580 por don María

Soledad Chacón Vial, abogado, en representación de la parte demandante, en contra de la

sentencia definitiva de fecha nueve de mayo de dos mil dos, escrita de fojas 541 a fojas 578 de

autos.

b) que se confirma la sentencia a pelada de fecha nueve de mayo de dos mil dos, escrita desde

fojas 541 a 578 de autos.

Redacción señor Cruchaga.

Regístrese y Devuélvase.

Ingreso Nº 8.250-2002.-

Dictada por los Ministros de la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, señor

Alfredo Pfeiffer Richter y señor Juan Manuel Muñoz Pardo y por el Abogado Integrante señor

Angel Cruchaga Gandarillas.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, uno de septiembre de dos mil nueve.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 3566-1997, del Tercer Juzgado Civil de Santiago, juicio ordinario

caratulado "Compañía de Seguros La República con Burlington Air Express y Hemisferio Aviación

Ltda." don Vicente Acosta Ramírez, abogado en representación de Compañía de Seguros la

República S.A. deduce demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual

en calidad de codeudores solidarios, en contra de la empresa deTransporte aéreo Burlington Air

Express y en contra de la empresa de transporte aéreo Hemisferio Aviación Ltda. por derecho de

subrogación, por la responsabilidad contractual que le cabe a Burlington y Hemisferio en los

perjuicios ocasionados a raíz de los daños a una mercancía transportada por los demandados

consistente en equipos transformadores de corriente de elevado valor comercial y que se hallaban

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asegurados por la demandante, la que se vio obligada a indemnizar a su asegurado, Compañía

Eléctrica Tarapacá S.A., solicita acoger la demanda y condenar solidariamente a Burlington Air

Express y a Hemisferio Aviación Ltda. a pagar a la Compañía de Seguros La República S.A., la

cantidad de US$46.388,54 o su equivalente en moneda legal de Chile al tipo de cambio que mejor

proteja los derechos de la parte demandante o la suma que el Tribunal estime en derecho, con

reajustes, intereses y costas.

Mediante sentencia de nueve de mayo de dos mil dos, que se lee a fojas 541, la jueza titular del

mencionado Tribunal acogió la excepción de caducidad opuesta por la demandada Burlington Air

Express y rechazó las acciones de indemnización de perjuicios deducidas en autos, tanto en

carácter de principal como subsidiaria. La demandante dedujo en su contra recurso de casación en

la forma y en el fondo y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, por resolución de

veintiséis de noviembre de dos mil siete, escrita a fojas 616, rechazó el recurso de nulidad formal y

confirmó la decisión de primer grado.

En su contra la antedicha parte ha deducido recursos de casación en la forma y en el fondo que

se lee a fojas 618.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

PRIMERO: Que el recurso de casación en la forma se sustenta en la causal de nulidad estatuida

en el numeral 5º del artículo 768, en relación con el número 4º del artículo 170, ambos del Código

de Procedimiento Civil, sosteniendo que en la sentencia impugnada no existen consideraciones de

hecho y de derecho al menos sobre los siguientes aspectos:

a) Ponderación de la prueba documental acompañada por la parte demandante: aparece de los

antecedentes que los sentenciadores se limitaron a enumerarla, omitiendo pronunciamiento

sobre los documentos que indica que acreditan que Hemisferio Aviación Limitada actuó como

transportista para el caso de marras: a.1. Manifiestos de carga Nº 765 y 780 de 13 y 20 de

septiembre de 1996, ambos firmados por un funcionario de la demandada Hemisferio Aviación

S.A., señor Mauricio Pontanilla Loubies, quien declaró como testigo de la demandada Burlington

(fs. 353, reconoció documento y firma). El manifiesto de carga es el documento suscrito por el

conductor o por los representantes de la empresa de transporte, que contiene la relación

completa de los bultos a bordo del vehículo. a.2 papeletas de recepción Nº 4604 y Nº 4756 de

fecha 13 y 20 de septiembre de 1996; (238 y 241). Estos documentos emitidos por Ladeco al recibo

de la mercadería en el aeropuerto de Iquique, corresponden a la mercadería cubierta por los

manifiestos 765 y 780 de Hemisferio Aviación. En estos documentos consta la intervención del

manifestante, transportadores de la carga en destino HA. a.3. Copia autorizada del informe de

Liquidación Nº IT6/09-01427, que señala (fs. 293) el siniestro tuvo su origen en la falta de atención

y cuidados prestados a la carga por el Transportista aéreo señores Hemisferio Aviación Ltda., al

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estibar los bultos de una manera inadecuada, en incorrecta posición de descanso.

a.4 También prueba la relación de Hemisferio Aviación con el transporte aéreo la carta del

agente de aduanas Sr. Alfredo Lobos Alvarez a Hemisferio Aviación (fs. 340) en representación del

consignatario señores Asea Brown Boveri.

a.5 Finalmente la carta de 25 de septiembre de 1996, mediante la cual la demandada

Burlington presenta reclamo en contra de la demandada Hemisferio Aviación Ltda.

En ninguna parte del fallo se advierte razonamiento destinado a dar cuenta del contenido de

todos los instrumentos acompañados, lo que influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo,

pues la demandada Hemisferio Aviación actuó como transportista aéreo y por tanto la protesta se

efectuó en tiempo.

b) Ponderación de la testimonial: señala que la sentencia de segundo grado no analiza las

siguientes declaraciones:

b.1. testigo del demandado Burlington, señor Mauricio Pontanilla Loubies, fs. 353 quien señaló

que trabajó para H A; que participó en la entrega de mercadería a la bodega recepcionadora y que

él firmó los manifiestos por la demandada H A.

b.2. testigo de la demandada BA E Joaquín Acevedo de fojas 355, que trabajó para HA y

reconoce papeletas de recepción.

Estima que de no haberse pronunciado la sentencia recurrida con omisión de los requisitos que

prescribe el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil y particularmente con omisión de las

consideraciones de hecho y de derecho que sirve de fundamento a la sentencia, el juzgador

tendría que haber acogido la demanda interpuesta y condenar a los demandados.

SEGUNDO: Que el Código de Procedimiento Civil, en los artículos 169, 170 y 171 reguló las

formas de las sentencias. El artículo 5º transitorio de la Ley Nº 3.390, de 15 de julio de 1918,

dispuso: "La Corte Suprema establecerá, por medio de un auto acordado, la forma en que deben

ser redactadas las sentencias definitivas para dar cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 170

y 785 del Código de Procedimiento Civil", ante lo cual este Tribunal procedió a dictar el Auto

Acordado sobre la forma de las sentencias, de fecha 30 de septiembre de 1920, expresando que

las definitivas de primera o de única instancia y las que revoquen o modifiquen las de otros

tribunales, contendrán: "5º Las consideraciones de hecho que sirvan de fundamento al fallo. Se

establecerán con precisión los hechos sobre que versa la cuestión que deba fallarse, con distinción

de los que hayan sido aceptados o reconocidos por las partes y de aquellos respecto de los cuales

haya versado la discusión; 6º En seguida, si no hubiere discusión acerca de la procedencia legal de

la prueba, los hechos que se encuentren justificados con arreglo a la ley y los fundamentos que

sirvan para estimarlos comprobados, haciéndose, en caso necesario, la apreciación

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correspondiente de la prueba de autos conforme a las reglas legales; 7º Si se suscitare cuestión

acerca de la procedencia de la prueba producida, la exposición de los fundamentos que deben

servir para aceptarla o rechazarla, sin perjuicio del establecimiento de los hechos en la forma

expuesta en los párrafos precedentes para los fines consiguientes; 8º Establecidos los hechos, las

consideraciones de derecho aplicables al caso; 9º La enunciación de las leyes o en su defecto de

los principios de equidad con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo; 10º Tanto respecto de lasconsideraciones de hecho como las de derecho, el tribunal observará al consignarlas el orden

lógico que el encadenamiento de las proposiciones requiera, y, al efecto, se observará, en cuanto

pueda ser aplicable a tribunales unipersonales, lo dispuesto en el artículo 186 del Código de

Procedimiento Civil", actual artículo 83 del Código Orgánico de Tribunales.

TERCERO: Que, en diferentes ocasiones, esta Corte Suprema ha resaltado la importancia de

cumplir con tales disposiciones, tanto por la claridad, congruencia, armonía y lógica en los

razonamientos que deben observar los fallos, entre las que destaca la sentencia publicada en la

Revista de Derecho y Jurisprudencia Tomo XXV, Sección 1º, Pág., 156, año 1928.

En este contexto surge toda la distinción racional sobre lo que efectivamente constituye el

fundamento del fallo por parte de los jueces, distinguiendo lo que son las motivaciones,

fundamentaciones, justificaciones y argumentaciones, resolviéndose por la jurisprudencia

comparada que hay ausencia de fundamento tanto cuando éste se encuentra ausente, como

cuando la ausencia es parcial o son insuficientes los expresados, al igual que al existir incoherencia

interna, arbitrariedad e irrazonabilidad.

Se han detenido los tribunales y la doctrina en el estudio de este requisito de las sentencias,

por razones procesales y extraprocesales. Está presente, principalmente, la posibilidad de las

partes de recurrir y con ello dar aplicación al "justo y racional procedimiento" que exige la

Constitución Política, que en mayor medida se debe alcanzar en la sentencia, por ser la ocasión en

que el Estado, por medio del órgano jurisdiccional, responde al derecho de petición y

especialmente a la acción interpuesta en el proceso, todo lo cual, sin duda, debe tener en

consideración el tribunal superior al revisar eventualmente la decisión. Tan importante como lo

anterior es la legitimación con la sociedad y el escrutinio que puede hacer cualquier ciudadano de

lo expuesto por el juez, esta es una de las formas como el Poder Judicial se legitima día a día en

sus decisiones, se llega a la aplicación de los principios de transparencia y publicidad, pilares

fundamentales del Estado democrático y social de Derecho.

La jurisprudencia comparada, al exigir la motivación de los fallos, conforme a la tutela judicial

efectiva ha resumido su finalidad, en que: "1º Permite el control de la actividad jurisdiccional por

parte de la opinión pública, cumpliendo así con el requisito de publicidad." "2º Logra el

convencimiento de las partes, eliminando la sensación de arbitrariedad y estableciendo su

razonabilidad, al conocer el por qué concreto de la resolución." "3º Permite la efectividad de los

recursos." "4º Pone de manifiesto la vinculación del Juez a la Ley". (Sentencia del Tribunal

Constitucional español, de 5 de febrero de 1987);

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CUARTO: Que, previo a resolver si la sentencia ha incurrido en la causal de nulidad esgrimida

por el actor cabe hacer presente que en el caso subjudice, las indemnizaciones cuyo pago se

persigue tienen como fundamento la existencia de un contrato de transporte en el que habrían

intervenido las demandadas, contrato del cual emanan precisamente las obligaciones de custodia,

conservación y entrega de la carga cuyo incumplimiento da origen a una responsabilidadcontractual. La demandada, Burlington Air Express opuso la excepción de caducidad, por haberse

efectuado la protesta a que se refiere el artículo 153 del Código Aeronáutico, fuera del plazo

establecido en la ley. A su turno la demandante sostuvo que ello no resulta procedente por cuanto

se efectuó reclamo en tiempo, mediante carta enviada a la demandada Hemisferio Aviación

Limitada, quien a su vez se excepcionó señalando que la presente demanda no le empece, por

cuanto no fue parte de los contratos de transporte materia de autos, no teniendo la calidad de

transportista.

QUINTO: Que, para sustentar su alegación en orden al incumplimiento en la sentencia objetada

de los requisitos que le son propios y, en particular, sobre carecer ésta de los fundamentos

necesarios para la acertada resolución del asunto, enfatiza el recurso la falta de ponderación de las

pruebas documental y testimonial rendidas por la recurrente, punto que será objeto de nuestro

análisis.

SEXTO: Que, en orden a la evidencia instrumental, aduce que el sentenciador se limita a

enumerarla, absteniéndose de efectuar cualquier análisis o razonamiento a su respecto, para en

seguida proponer un estudio pormenorizado de cada uno de los documentos acompañados por su

parte, de los cuales infiere que Hemisferio Aviación Limitada efectivamente actuó en la especie

como transportista aéreo, por lo cual la protesta efectuada a esa entidad, en tiempo y forma,

produjo el efecto legal contemplado en el artículo 153 del Código Aeronáutico.

Pues bien, el fallo de primera instancia, reproducido completamente por el de segunda, refiere

que "la única prueba presentada por la demandante por la que se pretende una vinculación entre

Burlington y Hemisferio consiste en fotocopia autorizada de una carta dirigida a Hemisferio

Aviación, con fecha 25 de septiembre de 1996, en la que en relación con la Carta de Porte Nº 883-

00355213 se formula reclamo por los deterioros de la mercadería", documento sobre el que se

razona en el considerando 24º del pronunciamiento del a quo, ulteriormente transcrito en alzada.

Asimismo, la reflexión 21ª había hecho alusión al Air Waybill Nº 608561, suscrito por Burlington en

calidad de transportista y que no hace mención alguna a la intervención de Hemisferio en dicha

calidad. Luego, no es efectivo que sobre estos antecedentes la sentencia no contenga

razonamientos, lo que impide cuestionar, por la vía de la casación formal, la idoneidad o bondad

de los mismos.

Sin embargo, es cierto que ni el veredicto de primera ni el de segunda instancia contienen

ninguna disquisición respecto de los otros antecedentes documentales especificados en el recurso

y que, a juicio del ocurrente, conducirían a corroborar su aserto acerca de la intervención que

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cupo a Hemisferio como transportista aéreo y su consiguiente responsabilidad.

SÉPTIMO: Que los instrumentos de signados como "papeletas de recepción" Nºs 4.604 y 4.756,

de 13 y 20 de septiembre de 1.996, respectivamente, agregados por "Burlington Air Express Chile

Limitada" a fojas 238 y 241 y emitidos por LADECO al recibo de las mercaderías en el aeropuerto

de Iquique, corresponden a aquélla cubierta por los manifiestos de carga antes relacionados,mencionando ambos expresamente a "Hemisferio Aviación" como manifestante de la carga, bajo

la firma de su representante Mauricio Pontanilla.

En la misma línea se inserta el informe de liquidación Nº IT6/09-01427, emanado del Estudio

Carvallo S.A., corriente a fojas 299, que identifica como transportista aéreo a Hemisferio Aviación

Limitada, así como la carta de 25 de septiembre de 1.996 a fojas 347 suscrita por el agente de

aduanas don Alfredo Lobos Alvarez y dirigida a Hemisferio Ltda., en representación del

consignatario "Asea Brown Boveri", documentos cuya integridad no fue dubitada.

OCTAVO: Que tampoco el pronunciamiento recurrido, continúa el escrito de casación contiene

reflexión alguna acerca de la testimonial rendida por la demandada Burlington a través de las

deposiciones de los testigos Mauricio Orlando Pontanilla Loubies y Joaquín Ernesto Acevedo

Moncada, a fojas 360 y 362 (citadas como fojas 353 y 355, en una foliación anterior).

El primero de ellos reconoce haber suscrito las papeletas de recepción anteriormente aludidas

por Hemisferio Aviación, para la cual trabajaba a la sazón, y afirma haber participado en la

confección de los manifiestos de carga como representante de esa misma empresa. Por su parte,

Acevedo declara haber visto las papeletas en cuestión, que se le exhibieron en la audiencia

pertinente.

Respecto de este medio de prueba, la decisión de segunda instancia sólo observa "que tales

declaraciones nada aportan para acreditar el hecho", cual es la calidad de parte de la demandada

en los contratos de transporte de autos, pero sin argüir motivos o fundamentos para arribar a tan

drástica conclusión.

La sentencia cuestionada omite, entonces, reseñar los fundamentos que deben servir para

rechazar estas probanzas, cuya pertinencia resulta evidente, con lo cual incurre en falta a la regla

constitucional del debido proceso, que obliga al órgano jurisdiccional a ponderar racionalmente

los medios presentados, en el sentido de evaluar su eficacia y mérito, salvo que sean

manifiestamente inconducentes, cuyo no es el caso, como se demuestra con la argumentación

precedente.

Al abstenerse de efectuar tal análisis, limitándose a descalificarlos simplemente porque estos

documentos y testimonios, en su versión, "no resultan suficientes para dar por establecido que la

demandada "Hemisferio Aviación Limitada" haya sido parte en los contratos de transporte de

autos", o que "nada aportan" para acreditarlo, el veredicto impugnado no ha respetado el

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parámetro o estándar exigible con arreglo a la garantía constitucional referida, privándolo de las

indispensables "consideraciones de derecho" que le son exigibles, al tenor del artículo 170, Nº 4º,

aplicable por remisión del artículo 768, Nº 5º, ambos del Código de Procedimiento Civil.

NOVENO: Que resta por verificar si la causal de nulidad formal indicada tuvo o no incidencia

sustancial en lo dispositivo de la resolución que interesa, corolario que efectivamente concurriríasi del examen razonado de la prueba -que el sentenciador de segunda instancia no realizó- debiere

desprenderse que la co-demandada Hemisferio Aviación tuvo efectiva participación como

transportista o porteador de las especies cuyo transporte por vía aérea se le encomendó,

conjuntamente con Burlington, por la Compañía Eléctrica Tarapacá S.A., subrogada en juicio por la

demandada, que pagó los perjuicios experimentados por los equipos con antelación a su entrega a

la asegurada.

DÉCIMO: Que esta Corte ha arribado a la conclusión que, si bien aisladamente ninguno de los

instrumentos que la resolución refutada descarta de plano constituyen plena prueba, la

coincidencia de contenidos de algunos los documentos agregados y no objetados, acompañados

por una de las partes y emanados de su co-demandada, según lo explicitado más arriba, o de otros

emanados de terceros pero no impugnados como inauténticos o faltos de integridad, cual es el

caso del informe de liquidación que, en cuanto proveniente de un experto en el tema del

transporte aéreo, deviene persuasivo en orden a la determinación que hace del porteador

"Hemisferio", confluyen a establecer como un hecho que ésta actuó en la etapa de preparación y

ejecución del contrato de transporte aéreo de autos.

A partir de estas circunstancias, es posible inferir una presunción legal sobre la participación

como parte que a esa sociedad cupo en el contrato de transporte aéreo con la subrogada de la

demandante, con mayor razón si esta modalidad de convención mercantil es consensual.

En tal virtud, es dable tener por establecido que, si el juzgador de segundo grado hubiere

evaluado las probanzas aludidas en conformidad a derecho, habría debido concluir que esta última

demandado tuvo efectiva intervención, como transportista, en el contrato que culminó con los

daños experimentados por las mercancías cuyo importe la actora solventó, por subrogación de la

consignataria y que, por ende, fue idónea la protesta presentada ante ella. Siendo ello así, la

consignataria se encontraba habilitada para protestar ante cualquiera de los transportistas

involucrados, como efectivamente lo hizo, en tiempo y forma, respecto de Hemisferio, acto que

mantuvo vigente la responsabilidad solidaria de ambas porteadoras, por ser el presunto error en

torno a la legitimidad pasiva de esa entidad el único elemento tomado en cuenta por el

sentenciador de segunda instancia para rechazar la demanda.

UNDÉCIMO: Que, en consecuencia, el vicio formal establecido es constitutivo de la causal de

casación en la forma prevista en el artículo 768, Nº 5, en relación con el artículo 170, Nº 4º, ambos

del Código de Procedimiento Civil, por la falta de consideraciones de hecho que sirven de

fundamento al fallo, al no haber ponderado toda la prueba rendida, particularmente la

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documental. El mismo tuvo incidencia determinante en la resolución desestimatoria de la

demanda, porque, de haberse efectuado una adecuada valoración de la prueba aportada por la

demandante, el dictamen debió haber declarado la participación de Hemisferio Aviación como co-

transportista de los equipos dañados, asegurados e indemnizados por la actora y, con el mérito de

esa constatación, decidir acerca de la responsabilidad que, en cuanto al fondo, cabía a ambas

demandadas, a la luz de lo preceptuado en el artículo 30 del Convenio de Varsovia-La Haya, quehace solidariamente responsables, frente al expedidor y al destinatario, a los distintos

transportistas sucesivos que hayan intervenido efectivamente en el proceso.

Como es evidente, al abstenerse el juzgador de evaluar la responsabilidad de ambas

demandadas, por ser ello incompatible con lo resuelto en torno a la no participación de

Hemisferio en el porteo efectivo de las mercancías, produjo a la actora un perjuicio, sólo reparable

con la invalidación del fallo, en los términos del inciso 3º del artículo 768 del Código de

Procedimiento Civil.

DUODÉCIMO: Que, conforme a lo antes señalado, resulta innecesario emitir pronunciamiento

sobre el recurso de casación en el fondo también propuesto, en el primer otrosí de fojas 618.

Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en 764, 765, 766 y 786 del Código de

Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en la forma hecho valer en lo principal de

fojas 618, contra la sentencia definitiva de segunda instancia, de 26 de noviembre de 2.007,

rolante a fojas 616 y siguientes, la que se declara nula y se la reemplaza por la que se dicta acto

seguido y sin nueva vista, a continuación.

Redacción del Abogado Integrante Sr. Hernández.

Regístrese.

Rol Nº 563.2008.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton Juica A.,

Juan Araya E. y Guillermo Silva G. y Abogados Integrantes Sra. Gómez de la Torre. y Sr. Domingo

Hernández E.

SENTENCIA DE REEMPLAZO: 

Santiago, uno de septiembre de dos mil nueve.

Vistos:

Se reproduce la sentencia de primera instancia, con excepción de sus considerandos 18º y

siguientes, que se eliminan.

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Y teniendo en su lugar y además presente:

PRIMERO: Que la Compañía de Seguros la República S.A. dedujo demanda de indemnización de

perjuicios contra las empresas de transporte aéreo Burlington Air Express -en adelante

"Burlington"- y Hemisferio Aviación Ltda.- en lo sucesivo "Hemisferio"- por su responsabilidad enlos daños causados con motivo del transporte internacional de mercaderías consistentes en

equipos transformadores de corriente eléctrica desde Estocolmo (Suecia) hasta el puerto chileno

de Iquique, recibidas por el consignatario con grave deterioro, obligando a la demandante a

asumir el perjuicio, ascendente a la suma de US$46.388,54, valor por el cual demanda, en su

calidad de subrogada en los derechos de la asegurada Compañía Eléctrica Tarapacá S.A.

SEGUNDO: Que el contrato internacional de transporte aéreo de mercancías se rige por las

normas del Convenio de Varsovia, de 1.929, modificado en La Haya en 1.955 y por los Protocolos

Adicionales Nºs 1 y 2, de Montreal, de 1.975, ratificado por Chile en 1.978 y cuyas modificaciones

se aprobaron por decreto supremo Nº 1.383 (Relaciones Exteriores), publicado en el Diario Oficial

de 9 de diciembre de 1.997, instrumento que es conocido también como Sistema Varsovia-La Haya

y que se encontraba vigente a la época de los hechos. Su contenido prevalece, en virtud del

principio de especialidad, por sobre el Código Aeronáutico, contenido en la ley Nº 18.916,

aplicable en el ámbito de los vuelos domésticos, sin perjuicio de la vigencia supletoria de este

último.

Esta es la conclusión que cabe extraer de la simple lectura del artículo 1º.1 del Convenio, que lo

hace aplicable a todo transporte internacional de equipajes o mercancías efectuado en aeronaves

mediante remuneración, como del contexto de sus normas, que grafican la particularidad de este

estatuto, particularmente en el ámbito de la responsabilidad de los porteadores, sobre lo cual

profundizaremos en otra parte de este análisis.

TERCERO: Que la demandada Hemisferio niega haber intervenido como porteador en el

contrato de transporte de la especie, aduciendo que no tiene la calidad de transportista

contratante ni de transportista efectivo -categorías que consulta el artículo 129 del Código

Aeronáutico- siendo por tanto un tercero, del todo ajeno a la convención celebrada entre

Burlington, como transportista aéreo y Asea Brown Bovery Santiago de Chile, como consignatario,

pero bajo las instrucciones de Compañía Eléctrica Tarapacá S.A., como verdadero destinatario de

la mercadería.

CUARTO: Que la versión precedente es refutada por la demandante y por la co-demandada

Burlington, que han aportado las siguientes evidencias, dirigidas a acreditar la intervención de

Hemisferio como porteador efectivo de las mercancías dañadas:

a) Prueba instrumental:

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1.- Manifiestos de carga Nºs 765 y 780, de 13 y 20 de septiembre de 1.997, respectivamente,

autorizados ante Notario, corrientes a fojas 310 y 311, acompañados por la demandante bajo

apercibimiento del artículo 346, Nº 3 del Código de Procedimiento Civil y no objetados por

Hemisferio, suscritos ambos por don Mauricio Pontanilla L., bajo un timbre con la lectura

"Hemisferio Aviación Lt.", y que fueron reconocidos por éste, en calidad de testigo de Burlington, a

fojas 360, bajo expresa indicación de que actuó en la ocasión como representante de la primeraempresa mencionada;

2.- Papeletas de recepción Nºs 4.604 y 4.756, de 13 y 20 de septiembre de 1.997,

respectivamente, acompañados por Burlington a fojas 247, bajo apercibimiento de la misma

norma procesal citada en el Nº 1 precedente, los que dan cuenta del recibo de las especies por

Ladeco-Cargo, como almacenista, amparadas por los manifiestos citados, y que llevan también la

firma de Mauricio Pontanilla, por Hemisferio Aviación Lt., quien los reconoce en su testifical de

fojas 360;

3.- Copia autorizada del Informe de Liquidación Nº IT6/09-01427, de 13 de enero de 1.997, del

Estudio Carvallo S.A., encargado de la liquidación de la póliza tomada por la Compañía Eléctrica

Tarapacá S.A., donde se atribuye el siniestro producido a "la falta de atención y cuidado prestados

a la carga por el transportista aéreo Señores Hemisferio Aviación Ltda. al estibar los bultos de

manera inadecuada - " (corriente a fojas 299). El autor material del informe, señor Patricio Keith

Gómez, lo reconoce como de su elaboración a fojas 459.

Si bien no se trata de un documento emanado de ninguna de las partes, en cuanto proveniente

de un liquidador, considerado un experto calificado e independiente, que además comparece

como testigo, puede constituir una presunción judicial, al tenor del artículo 384 regla 1ª del Código

de Procedimiento Civil;

4.- Carta de "formal protesta" datada el 25 de septiembre de 1.996, corriente a fojas 309,

suscrita por doña María Luisa Muñoz, con timbres de Oissa y de Burlington, dirigida a don José

Acevedo de Hemisferio, dando cuenta de la merma de la carga amparada por los manifiestos Nºs

765 y 780. La otorgante reconoce su firma, pero añade que el logo principal estampado en la carta

corresponde a la empresa Oissa, que atendía a Burlington como "cliente", si bien niega toda

vinculación con esta última (testifical de fojas 470). Empero, no se advierte la razón por la cual

aquella empresa pudiere haber protestado a quien visualizaba como transportista efectivo, sin

tener relación alguna con el contrato de transporte aéreo, lo que resta toda verosimilitud a tal

alegación;

5.- Carta de 23 de septiembre de 1.996, remitida por el agente de aduana Alfredo Lobos

Álvarez a Hemisferio, a fojas 347, donde se individualiza los manifiestos y las papeletas de

recepción de las mercaderías recibidas en malas condiciones, documentos estos últimos

reconocidos por don José Acevedo Moncada, en su declaración judicial como testigo de la

demandada Burlington, a fojas 362 y en la continuación de la diligencia, a fojas 474.

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b) Prueba testimonial:

La demandada Burlington rindió la de sus testigos Mauricio Orlando Pontanilla Loubies (fojas

360) y José Joaquín Ernesto Acevedo Moncada (fojas 362), quienes ratificaron su firma en los

documentos signados 1 y 2 precedentes o reconocieron su autenticidad, respectivamente. En lamisma línea, el testigo Santiago Patricio Keith Gómez -de la demandante, a fojas 459- identificó

como transportista efectivo, a Hemisferio, contestando al 6º punto de la interlocutoria de prueba,

de fojas 177.

Si bien el resto de los numerosos testigos que deponen a fojas 451, 453, 455 vta., 457, 458 vta.

-todos por la parte demandante- o a fojas 475 -por la parte de Burlington- discurren en general en

el sentido de atribuir a esa entidad la condición de transportista contractual, ninguno de ellos

niega, explícita o implícitamente, la existencia de otro porteador efectivo, cual es la calidad que

expresamente le reconocen a Hemisferio los instrumentos reseñados bajo el literal a) precitado y

que confirman las declaraciones de los testigos de fojas 360, 362 y 459. No existiendo, pues,

contradicción entre los testimonios presentados, y aun de estimarse que algunos de los asertos de

los propios testigos de la actora se contradijeran con lo dicho por otros presentados por la misma

parte -en el supuesto de considerarse que la imputación a Burlington de la posición de

transportista contractual excluiría a Hemisferio de participación como porteador efectivo- tales

antinomias no impedirían tener por cierto lo que declaren quienes, aun en menor número,

parecieren decir la verdad, por conformarse más en sus aserciones con otras pruebas del proceso,

cual sucede con la evidencia que emana de la instrumental examinada anteriormente.

Tal es la conclusión que se desprende de lo establecido al efecto en los ordinales 3º y 6º del

artículo 384 del Código de Procedimiento Civil.

QUINTO: Que, sin perjuicio de la evaluación probatoria anotada, la documental y testifical

relacionadas originan deducciones graves, precisas y concordantes respecto de la intervención de

Hemisferio como porteador o transportista efectivo en el contrato de transporte aéreo suscrita,

en el carácter de transportista contractual, por Burlington, según la carta de porte Nº 883355213,

citada profusamente en la sentencia que se reproduce. Esos antecedentes reúnen los requisitos

suficientes para configurar plena prueba al respecto, acorde lo preceptuado en los artículos 47 y

1.712 del Código Civil y 426 del Código de Procedimiento Civil.

SEXTO: Que ratifica la ortodoxia del razonamiento que antecede la circunstancia de que la

existencia o validez del contrato de transporte aéreo internacional es susceptible de acreditarse

por otros medios que la carta de porte aéreo, sea por causa de su ausencia, irregularidad o

pérdida, como se infiere del artículo 5.2 del Convenio de Varsovia-La Haya.

Igualmente, ningún obstáculo se opone a apreciar como "transporte único" el que se efectúe

por varios transportistas aéreos sucesivos, siempre que las partes lo hayan considerado como una

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sola operación, aun concertada bajo la forma de una serie de contratos, como lo precisa el artículo

1.3 del mismo Convenio internacional.

En el supuesto indicado, es decir, cuando participan diversos transportistas -cual es el caso de

la especie- se entenderá que cada uno es "una de las partes contratantes del contrato de

transportes con respecto de aquella parte del transporte que se haya efectuado bajo su control"(artículo 30.1), quedando facultado el destinatario que tenga derecho a la entrega para proceder

en contra del último o respecto del que haya efectuado el transporte en el curso del cual se hayan

producido la destrucción, la pérdida, la avería o el retardo. Todos ellos "serán solidariamente

responsables frente al expedidor y al destinatario", según reza el artículo 30.3 del Convenio

internacional referido.

SÉPTIMO: Que, según se infiere de lo argumentado, el de la especie es un contrato de

transporte único, con la concurrencia de un transportista documental "Burlington" y otro efectivo,

Hemisferio. Ambos son solidariamente responsables respecto del destinatario, por mandato del

artículo 30.3 referido del Convenio de Varsovia-La Haya, siendo por tanto aplicable las reglas que

gobiernan esta clase de obligaciones, con pluralidad de sujetos y unidad de prestación, en el

Código Civil. Conforme a ellas, el acreedor puede demandar a todos o a cualquiera de sus

deudores el total, simultánea o sucesivamente y trátese del deudor culpable o moroso o del que

no está en esa situación, puesto que la disposición del artículo 30.3 de la Convención, prevalece,

por su especialidad, respecto de aquélla del artículo 1.521 del Código Civil, que reserva la acción

de perjuicios sólo respecto de esa clase de obligados.

OCTAVO: Que el convenio internacional aplicable declara inadmisibles todas las acciones en

contra del transportista, salvo el caso de fraude de éste, a falta de protesta formulada en los

plazos previstos (art. 26.3). En caso de avería, el término respectivo es de catorce días para las

mercancías, contado desde la fecha de su recibo (artículo 26.2).

La demandante comprobó, a través de reclamo de fojas 347, datado el 23 de septiembre de

1.996, suscrito por el agente de aduanas Alfredo Lobos Álvarez, remitido a Hemisferio por don

José Acevedo y reconocido por éste a fojas 362, como igualmente mediante protesta remitida a

nombre del consignatario por don Patricio Keith Gómez (fojas 437), fechada el 24 de septiembre

de 1.996 y notificada a Hemisferio el 26 del mismo mes y año por el notario público don Patricio

Zaldívar Mackenna, como consta en atestado de fojas 438 vta., documento no objetado, que dio

cumplimiento, en tiempo y forma, a la exigencia planteada en el artículo 26 del Convenio antes

aludido.

Este acto es suficiente para apreciar como admisible la acción de perjuicios dirigida contra el

transportista efectivo y para rechazar, en consecuencia, la excepción de caducidad promovida por

Burlington en su contestación, con fundamento en el artículo 153 del Código Aeronáutico que,

aunque inaplicable en la especie, es de contenido similar al precepto conducente de la

Convención.

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NOVENO: Que la demandada Burlington dedujo, además, excepción de prescripción de la

acción de responsabilidad intentada, la que fundó en la disposición del artículo 175 del Código

Aeronáutico.

Empero y tal como esta Corte ha tenido oportunidad de declarar reiteradamente, la disposiciónaludida no resulta aplicable al caso, correspondiendo, en cambio, incardinar la situación producida

en la norma especial del artículo 29.1 del Sistema Varsovia-La Haya, que dispone: "La acción de

responsabilidad deberá intentarse, bajo pena de caducidad, dentro del plazo de dos años,

contados desde la llegada al punto de destino, o desde el día que la aeronave habría debido llegar

o desde la interrupción del transporte".

Por su parte, el ordinal siguiente del artículo 29 prescribe: "La ley del tribunal competente

determinará la forma de computar el plazo".

Se encuentra reconocido por Burlington, al contestar la demanda a fojas 91, que la carga

dañada fue recibida en Iquique en dos parcialidades, con fechas 13 y 20 de septiembre de 1.996,

respectivamente. Es por ello que esa misma parte propone como data de prescripción el

"20.09.96", considerando el plazo de un año, previsto en el artículo 175 del Código Aeronáutico y

no el de dos años, computable de acuerdo al artículo 29 del Convenio.

Pues bien, atendido que el término de "caducidad" -como lo denomina el citado artículo 29- es

de dos años, es pertinente revisar, con arreglo al sistema del Código Civil y conforme a la remisión

que formula al efecto el artículo 29.2 de la Convención, transcrito, si efectivamente medió

requerimiento oportuno de la demandante, susceptible de interrumpir el decurso de ese término.

Reconocido como lo está por la demandada que la carga objeto del transporte arribó en su

totalidad a su punto de destino en la fecha antes indicada, en tanto que la demanda judicial

pertinente se dedujo sólo el 8 de septiembre de 1.997, siendo notificada a Burlington el 23 y a

Hemisferio el 25 del mismo mes y año (fojas 28 y 31, respectivamente), es del todo evidente que

el requerimiento idóneo para interrumpir la prescripción extintiva en perjuicio de la actora se

produjo antes de completarse el término legal fijado en la norma reseñada del Convenio. Por tal

motivo, carece de sentido entrar al debate respecto a si el requerimiento de marras, consultado

en el artículo 2.503.2º del Código Civil, se entiende perfeccionado con la presentación del libelo o

con su notificación, toda vez que la acción entablada debe ser apreciada como vigente y eficaz en

cualquiera de los dos supuestos.

La excepción de prescripción referida, en consecuencia, será desestimada.

DÉCIMO: Que la defensa de Burlington pretende deslindar su responsabilidad en el daño

experimentado por la carga transportada, a partir de distintos antecedentes, dirigidos a demostrar

que aquél no le sería imputable.

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Resumidamente, sus alegaciones pueden sistematizarse como sigue: a) La avería de los equipos

porteados se produjo por fuerza mayor o por el hecho de terceros, en etapa posterior a la entrega;

b) Los daños generados fueron objeto de una inadecuada valoración, por lo que o existe relación

de causalidad con la suma que se pretende, c) Hubo negligencia del consignatario o de sus agentes

o dependientes, que, en subsidio, originarían exposición imprudente al daño de su parte; d)También en subsidio, invoca "el límite legal de responsabilidad", sobre lo que no abunda, y e) Los

intereses y reajustes reclamados son improcedentes.

UNDÉCIMO: Que el planteamiento esbozado se asienta, teóricamente, en la pretensión de que

la responsabilidad del porteador "en todo tipo de transporte es subjetiva", lo que implicaría que

"la actora deberá probar el hecho culposo o doloso y, a falta de esa prueba, la acción ejercida no

prosperará" (contestación de fojas 91).

Ese fundamento es manifiestamente erróneo, como se demostrará.

DUODÉCIMO: Que la preceptiva de Derecho Internacional pertinente al caso, es concluyente

en orden a descartar la subsunción del caso en el principio de responsabilidad subjetiva.

Por el contrario, el Sistema Varsovia-La Haya pone explícitamente de cargo del transportista

"[d] el daño que se produzca con motivo de la destrucción, pérdida o avería de equipajes

facturados o de mercancías cuando el evento que ha causado el daño se ha producido durante el

transporte aéreo" (artículo 18.1). Luego precisa que para estos efectos "eltransporte aéreo

comprende el período durante el cual los equipajes o mercancías se encuentren bajo el cuidado

del transportista, sea en un aeródromo, sea a bordo de una aeronave, sea en un lugar cualquiera

en caso de aterrizaje fuera de un aeródromo" (artículo 18.2).

Agrega el artículo 18 que, si bien el período del transporte aéreo no comprenderá ningún

transporte terrestre, marítimo o fluvial realizado fuera de un aeródromo, "cuando en ejecución de

un contrato de transporte aéreo, uno de tales transportes se efectúe para las operaciones de

carga, de entrega o de transbordo, se presumirá que todo daño que se produzca ha sobrevenido

durante el transporte aéreo, salvo prueba en contrario" (artículo 18.3).

En esta misma orientación, el artículo 20 prescribe que "el transportista no será responsable si

prueba que él o sus encargados han adoptado todas las medidas necesarias para evitar el daño o

que les fue imposible adoptarlas".

La correlación de estas disposiciones demuestra claramente que el transportista aéreo es

responsable de todo daño experimentado por las mercancías transportadas durante el período a

que se extiende el transporte, a menos que pruebe que adoptó todas las medidas de resguardo

necesarias o que ello le fue imposible. Claramente, entonces, la normativa especial invierte el peso

de la prueba, presumiendo que ésta le es imputable al transportista, a la inversa de lo sustentado

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por la demandada.

DECIMOTERCERO: Que la demandada Burlington ha centrado su defensa en la circunstancia de

haberse producido los daños reclamados por hecho de terceros, ajenos a su responsabilidad.

Sostiene -en esta perspectiva- que los transformadores eléctricos transportados arribaron en buen

estado al aeropuerto de destino, generándose la avería en el tránsito entre éste y el punto deentrega fijado por el consignatario, luego de intervenir en esta etapa un transportista terrestre

designado por aquél.

Útil es recordar, como fuere, que si bien la responsabilidad del transportista se extiende sólo a

los daños sobrevenidos "durante el transporte aéreo" (art. 18.1 de la Convención, citado), cuando

la ejecución de un contrato de esta naturaleza se efectúe algúntransporte terrestre "para las

operaciones de carga, de entrega o de transbordo, se presumirá que todo daño que se produzca

ha sobrevenido durante el transporte aéreo, salvo prueba en contrario" (art. 18.3).

Esta es precisamente la situación que, en el parecer del aludido demandado, excusaría su

deber de indemnizar, en cuanto alega que los perjuicios sufridos por las mercancías transportadas

tuvieron lugar después de receptadas éstas por el almacenista, sin reclamos ni observaciones, y

después de puestas a disposición del transportista terrestre.

DECIMOCUARTO: Que los testigos de Burlington señores Pontanilla (a fojas 360), Acevedo (a

fojas 362 y 374), Muñoz (a fojas 470) y Busch (a fojas 475), manifiestan que las mercaderías no

experimentaron averías a causa del transporte, constando así en las papeletas de recepción,

acompañadas a fojas 247, que dan cuenta de su recepción por el almacenista Ladeco-Cargo, sin

observaciones.

En sentido contrario deponen los testigos de la demandante señores Lavín (a fojas 451),

Castillo (a fojas 453), Godoy (a fojas 455 vta.), Lafuente (a fojas 457), y Keith (a fojas 459), quienes

coinciden en afirmar que los bultos que contenían los transformadores averiados no venían

estibados correctamente, sino en sentido inverso al de las flechas que indicaban la posición en que

debían haber sido depositados los cajones en el sitio de almacenaje de Ladeco. Sostienen que así 

les consta por haber visto los embalajes en el sitio de almacenaje de Ladeco, desde donde fueron

subidos a los camiones de transporte terrestre en la misma posición que tenían (testigo Lafuente,

que participó en dicho transporte en su camión), versión que ratifican Lavín y Castillo.

Concuerdan asimismo Lavín y Lafuente en que la ruta terrestre entre el aeropuerto Diego

Aracena y la ciudad de Iquique es pavimentada y se encuentra en excelente estado, y que lo

propio sucede con el camino entre Iquique y Lagunas.

En definitiva, la discordancia entre los testigos se resolverá dando mayor crédito a la

explicación de aquéllos de la demandante, por estar más conformes con otras pruebas del

proceso, según lo autoriza el artículo 348.3º del Código de Procedimiento Civil. En efecto, no

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parecer razonable pensar que los bultos objeto del transporte aéreo se hayan averiado

gravemente en el trayecto entre el aeropuerto y el punto de destino, durante la ejecución del

contrato de transporte terrestre en la operación de entrega, realizada por caminos en buen

estado. De ello cabe inferir que el porteador no logró desvirtuar suficientemente la presunción en

su contra que emana del artículo 18.3 de la Convención, antes transcrito, ni demostró haber

adoptado "todas" las medidas necesarias para evitar el daño o que le fue imposible adoptarlas,como se lo exige el artículo 20 de la misma convención.

DECIMOQUINTO: Que si bien las papeletas de recepción del almacén aduanero dan cuenta de

que la carga recepcionada en el aeropuerto no presentaba daño exterior visible, es lo cierto que la

presunción que de ello emana se encuentra desvirtuada con el mérito tanto de la testifical

ponderada cuanto de la protesta y demás antecedentes documentales mencionados en la

consideración 4ª precedente.

Corolario de lo expuesto es que, en el parecer de esta Corte, la demandada no ha probado la

existencia de la causal de fuerza mayor, el hecho de terceros o la negligencia del consignatario o

de sus agentes, alegaciones todas invocadas por su defensa para excluir su responsabilidad. La

perjudica, en cambio, la presunción de responsabilidad, no desvirtuada, del artículo 18 de la

Convención, extensible a su co-demandada Hemisferio, al tenor del artículo 30 del mismo texto.

DECIMOSEXTO: Que la cuestionada relación de causalidad entre la falta de cuidado del

transportista aéreo y la avería sufrida por la carga, se colige fundamentalmente del informe de

liquidación analizado en el punto a.3 de la reflexión 4ª, así como de la testimonial de las partes,

que no desmiente la existencia de los daños.

DECIMOSÉPTIMO: Que aparece empero como razonable deducir del costo indemnizable el

monto representado por los gastos de liquidación del siniestro, pormenorizados en el informe de

liquidación de fojas 299, ascendentes a $823.755, sobre lo cual Burlington hace petición expresa

en su contestación de fojas 91. Esta cifra, equivalente a US$1.799,69 -conforme a la conversión

formulada en el libelo de fojas 3- será sustraída de la suma atribuible a perjuicios que en definitiva

se ordenará pagar. Su inclusión como daño indemnizable resulta improcedente, por tratarse de un

gasto de la compañía aseguradora, propio de su giro, e imputable a las primas pagadas por el

asegurado, sin relación de causalidad directa con el siniestro y cuyo pago como elemento del

perjuicio implicaría un enriquecimiento injusto para la señalada entidad, en cuanto subrogada en

los derechos de la asegurada.

DÉCIMO OCTAVO: Que no se hará lugar, sin embargo, a la petición de la demandada de excluir

de la indemnización los reajustes e intereses que corresponda, toda vez que la suma demandada,

fijada en dólares americanos, deberá ser objeto de conversión conforme a su valor en pesos,

expresado en el certificado de fojas 69.

Acorde con una tendencia generalizada en nuestra jurisprudencia, ese valor ha de ser

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actualizado con el fin de que efectivamente exprese la variación del IPC del período, evitando de

paso el perjuicio que se seguiría para el acreedor en el evento de ser pagado con una moneda

depreciada en su valor. Naturalmente, el reajuste habrá de calcularse desde la fecha del siniestro,

que es la del perjuicio.

Sobre el guarismo así determinado, procede además aplicar interés corriente respecto deoperaciones reajustables, pero sólo en caso de que el deudor se constituya en mora, lo que

sucederá a partir de la fecha en que el pronunciamiento judicial de término quede firme.

DECIMONONO: Que la demandada Burlington alega además, en subsidio, "el límite legal de

responsabilidad", planteamiento que no desarrolla.

Con todo, y por ser la función de decir el derecho de la esencia de la jurisdicción, es del caso

tener presente que el Convenio de Varsovia consulta un mecanismo de limitación de

responsabilidad en el artículo 22.2.a), la que no opera en caso de "declaración especial de valor

hecha por expedidor en el momento de la entrega del bulto al transportista y mediante el pago de

una tasa suplementaria, si hay lugar a ello. En este caso, el transportista estará obligado a pagar

hasta el importe de la suma declarada, a menos que pruebe que éste es superior al valor real en el

momento de la entrega".

VIGÉSIMO: Que de la copia de las cartas de porte o "air way bill", agregadas legalmente a fojas

171 y 172, representativas de cada uno de los dos cargamentos encomendados a los porteadores,

consta que el expedidor o cargador declaró expresamente los valores de las mercancías

respectivas, con indicación adicional del número de las piezas transportadas, de su peso bruto y de

la naturaleza y cantidad de las especies, nominadas como "transformadores de corriente".

Estos antecedentes permiten concluir que, en la especie, se configuran los presupuestos que,

de conformidad con el artículo 22.2.a) del Convenio de Varsovia-La Haya, permiten excluir el límite

legal de responsabilidad allí previsto y hacen responsable al transportista hasta el importe de la

suma declarada, que es en todo caso, superior a los perjuicios que se demanda.

No obsta a lo anterior la circunstancia de no haberse acreditado la existencia de dolo o culpa

grave en el actuar de los transportistas aéreos ni de sus dependientes, hipótesis excluyente o

limitante de su responsabilidad, conforme lo prescribe el artículo 25.1 del Convenio internacional,

tantas veces mencionado. Ello porque, según lo asentado por reiterados pronunciamientos de esta

Corte, si el expedidor o cargador declaró expresamente el valor de la mercancía objeto del

transporte, sin que, pese a su conocimiento del mismo y de las características de los bienes

encomendados a su cuidado, el porteador exigiera el pago de una tasa suplementaria al valor

concordante con la suma declarada, es lícito presumir que tal omisión respondió a un cálculo

deliberado de su parte, en el sentido que el porte encargado no ameritaba ese suplemento. Por

ende, el transportista debe pagar como tope el importe de la suma declarada, a menos que

pruebe que éste es superior al valor real en el momento de la entrega, cuyo no es el caso.

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Así se ha resuelto en sentencias Roles Nºs 3.593-06, de 24.03.2.008; 4.290, de 10.09.2.008 y

4.481, de 1º.10.2.008, entre otros.

VIGÉSIMO PRIMERO: Que finalmente, en orden al monto de los perjuicios demandados, que la

demandada Burlington considera excesivos, cabe tener presente que la demandante indemnizó alconsignatario de los transformadores "Celta S.A." en la suma equivalente de US$44.588,87

(Cuarenta y cuatro mil quinientos ochenta y ocho coma ochenta y siete dólares americanos), cifra

que deriva de la pérdida total de aquéllos Nº de serie 8172508 y 8172514, que sufrieron pérdida

total, con exclusión del Nº 8172503, que fue estimado recuperable, luego de una reevaluación. Así 

se determinó en el informe de liquidación Nº IT 6/09-01427, corriente a fojas 299, que sirve de

base al finiquito del siniestro correspondiente, de fojas 72.

Ambos antecedentes, por lo demás, se corresponden con lo que emana del resto de la

documental, relacionado en la ponderación cuarta precedente y en la testifical, también analizada.

VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, por lo expresado, procede hacer lugar a la demanda, en su petición

principal del modo que se indicará en lo resolutivo de este fallo.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 186 y 144 del Código de

Procedimiento, se revoca la sentencia de nueve de mayo de dos mil dos, escrita a fojas 541 y, en

su lugar se declara que se acoge la demanda deducida en lo principal de fojas 3 y en consecuencia,

se condena solidariamente a las demandadas Burlington Air Express y Hemisferio Aviación

Limitada a pagar a la actora la cantidad de US$44.588,87 (Cuarenta y cuatro mil quinientos

ochenta y ocho coma ochenta y siete dólares americanos), según su equivalente en moneda

nacional ajustado a los términos del certificado de fojas 69, debidamente reajustado según

variación del Índice de Precios al Consumidor entre las fechas del siniestro y del pago efectivo y

con más intereses para operaciones reajustables, computado desde que el presente fallo quede

ejecutoriado.

Se exime de costas a las demandadas, por haber litigado con fundamento plausible.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado Integrante Sr. Hernández.

Nº 563-08.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton Juica A.,

Juan Araya E. y Guillermo Silva G. y Abogados Integrantes Sra. Gómez de la Torre. y Sr. Domingo

Hernández E.

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Fallo : 3.664-07.-uno de julio de dos mil nueve.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, uno de julio de dos mil nueve.

VISTOS:

En estos autos seguidos en juicio arbitral sobre indemnización de perjuicios caratulados

 

"Consorcio de Seguros Cruz del Sur S.A. con Naviera Chilena del Pacífico S.A.", tramitado anteel árbitro Sr. Ricardo Abuauad Dagach, por sentencia de treinta de marzo de dos mil cinco,escrita a fojas 270, se acogió la demanda civil de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual, sólo en cuanto se condenó a la demandada al pago, a favor de lademandante, de la suma de US$4021,24 o su equivalente moneda nacional, cantidad quedeberá ser reajustada según la variación registrada por el Índice de Precios al Consumidor o elmecanismo que haga sus veces, entre el 10 de octubre de 2000 y la fecha de su pago efectivoy, además, estará sujeta a intereses corrientes para operaciones reajustables en moneda

 

extranjera entre la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada y aquella en que se produzcasu pago efectivo. A su vez, rechazó la demanda de indemnización de perjuicios porresponsabilidad extracontractual deducida, con el carácter de subsidiaria.

Ambas partes, demandante y demanda interpusieron sendos recursos de casación en laforma y de apelación en contra de dicho fallo y una Sala de la Corte de Apelaciones de

Valparaíso, por resolución de nueve de abril de dos mil siete, escrita a fojas 487 y siguientes,rechazó las nulidades intentadas y revocó la sentencia apelada en cuanto en ella se ordenó

 

pagar reajustes sobre la suma de USS $4.021,24 o su equivalente en moneda nacional, y en su

 

lugar declaró que de conformidad con el artículo 24 de la Ley 18.010, en las obligacionesexpresadas en moneda extranjera ello es improcedente. Confirmó en lo demás apelado laaludida sentencia.

En contra de esta última resolución, la actora deduce recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

 

Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:

PRIMERO: Que la recurrente denuncia, en su libelo de casación, que en el fallo impugnado

se han infringido los artículos 982 y 983 del Código de Comercio por haberlos interpretadoerróneamente; los artículos 2465 y 1556 del Código Civil y 4º, 5º y 825 del Código de Comerciopor falsa aplicación y, el artículo 984 del mismo cuerpo legal por haber sido utilizado en un

 

sentido y alcance distinto al que establece el legislador.

 

Explica que los sentenciadores han transgredido los artículos 982 y 983 del Código de

 

Comercio, por cuanto al haber dado por acreditada la existencia de un contrato de transporte marítimo el régimen jurídico aplicable es el estatuido de forma imperativa en el referido códigoen especial en lo referente al ámbito de responsabilidad del transportista marítimo, según elcual, dicha responsabilidad se mantiene hasta el instante en que hace entrega de la mercadería

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al consignatario de las mismas. Añade que así, el artículo 983 del Código de Comercio,

 

precisando la declaración del precepto que le antecede, indica desde cuando se considera que

 

las mercaderías están bajo la custodia del transportador.

Sostiene que de este precepto se desprende que el período de custodia comienza cuando elporteador ha recibido la carga para embarcarla, esto es, desde que la recibe en tierra, sea de

manos del embarcador, un mandatario de éste o una autoridad, pero todo ello con el fin de quese embarquen. Agrega que la operación de embarque forma parte del período de custodia delnaviero, cualquiera sea la estipulación que se efectúe por las partes, pues no rige en estamateria la libertad contractual tan preciada por la doctrina civil dada la gran desigualdad que

 

existe entre los intereses materiales y los intereses de la carga que la demandante representa.

 

Expone que la misma norma señala que la custodia termina al momento en que el navierolas haya entregado al consignatario, de alguna de las formas que menciona la misma norma.

Asevera que los artículos 982 y 983 del Código de Comercio, hacen cesar la responsabilidaddel transportista marítimo por la custodia de la mercancía al momento de producirse la

 

entrega de la misma al consignatario, en alguna de las formas legalmente permitidas. Entrega

 

que debe verificarse en forma real o ficta como lo indica la letra b) en la desidia del

 

consignatario en recibir la carga.

Expresa que sin embargo el tribunal estableció, erradamente, que el período de custodiaque le correspondió al transportista marítimo demandado concluyó cuando éste la entregó enla forma prevista en la letra c) del artículo 983 citado, al ponerla en poder de un tercero -laempresa de desestiba Pomar S.A. y Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas S.A.- a quien

 

debía entregarse la mercancía, por haber sido designada al efecto por el consignatario. Adiciona

 

que se llegó a tal conclusión no obstante no existir en el proceso prueba suficiente, plena y

 

categórica como para dar por demostrado tal hecho y sin que el sentenciador señalara cuales

 

serían las leyes o reglamentos aplicables en el puerto de descarga como fundamentos de suconclusión, como lo exige la letra c) del artículo 983 que invoca y el artículo 1206 Nº 4, delcuerpo legal referido.

Menciona la recurrente que tampoco el período de custodia del transportista marítimo 

 

demandado terminó de acuerdo a la letra b) del artículo 983 indicado, puesto que esta forma

 

de entrega supone una negativa del consignatario a recibir la carga consignada a su nombre, o

 

al menos una inactividad de su parte que resulte el mismo efecto, lo que no ocurre en laespecie.

Concluye que el período de custodia del transportista demandado terminó, cuando la cargafue efectivamente recepcionada por el consignatario, en la forma prescrita en la letra a) delcitado precepto. Añade que no obstante que los costos de la estiba o desestiba sean asumidospor el embarcador o el consignatario, no puede ello implicar una alteración del régimen de

 

responsabilidad y el período de custodia.

 

Expone, además, que el artículo 1249 del Código de Comercio, a propósito de laprescripción de las acciones señala que ella comienza a correr "desde el día que termina laentrega" incluyendo claramente la desestiba de la carga tal como el artículo 983 englobó a laslabores de estiba al usar la expresión "se considerará".

Afirma que se entiende que hay entrega una vez que la carga es recibida, pesada y contada

 

por cuenta de la nave, lo cual fluye de la aplicación por analogía de principios como es el

 

contenido en el artículo 1821 del Código Civil.

Argumenta que vulnerando las normas aludidas, la sentencia acorta el período de custodiadel transportador marítimo, con lo cual genera tiempos en los cuales no existen responsablespor lo que le suceda a la mercancía transportada.

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En el segundo capítulo de libelo de nulidad la demandante sostiene que el fallo censurado

 

ha transgredido los artículos 2465 y 1556 del Código Civil al hacer suya el concepto de pérdida

 

habitual introducido por el sentenciador de primer grado en el raciocinio décimo octavo. Explicaque en virtud de dicho considerando no deben ser indemnizados los faltantes que indica porquedar incluidos dentro del concepto de "pérdida habitual" o "derrame habitual", lo cual, estimala recurrente, equivale a decir que existe un nuevo límite a la responsabilidad del transportista

marítimo sin texto expreso que lo reconozca y distinto a aquel establecido en el artículo 992del Código de Comercio, relativo al transporte marítimo de mercaderías.

Añade que la mayor parte de los autores están contestes en el hecho que en nuestro

 

ordenamiento jurídico se consagra el principio de reparación integral de los acreedores por los

 

daños y perjuicios causados por el deudor, en virtud del cual frente al incumplimiento, eldeudor se coloca en la necesidad jurídica de reparar el daño ocasionado a través de laindemnización total de los perjuicios causados, el cual se encuentra consagrado y regulado enel artículo 2465 del Código Civil. Indica que el principio mencionado en el ámbito del derechomarítimo y en especial en lo referente al transporte marítimo se encuentra especialmenteconsagrado en el artículo 984 del Código de Comercio, el cual dispone que el transportador es

 

responsable de los perjuicios resultantes de la pérdida, del daño a la mercadería o del retraso

 

en la entrega de los mismos. Señala que, sin perjuicio de lo anterior, este principio de

 

reparación integral sufre algunas pocas excepciones en nuestro ordenamiento jurídico, las

cuales están contempladas expresamente en nuestra legislación así como en el ámbito delderecho marítimo. Agrega la recurrente que no obstante estimar que los casos que citavulneran el derecho de propiedad consagrado constitucionalmente, en ninguno se establececomo elemento constitutivo del mismo, el concepto de "pérdida tolerable o derrame usual de lacarga" fijado por los sentenciadores de autos. De tal manera que la limitación de

 

responsabilidad estatuida en el Código de Comercio es excepcional, siendo improcedente

 

determinar otros límites de aquellos expresamente indicados por la ley o las partes de común

 

acuerdo.

Concluye que la única forma de poder limitar la responsabilidad del transportista marítimo es en el evento que la ley lo autorice y sólo en aquellos casos que expresamente ha establecidola ley, en consecuencia, no constituyendo el presente caso uno de aquellos que contempla laley y, más aún, habiéndose acreditado todos y cada uno de los elementos que configuran la

 

responsabilidad del transportista marítimo, éste debe responder íntegramente por los faltantes

 

ocasionados, sin que pueda esgrimirse el concepto de "pérdida tolerable o derrame usual".

 

Añade que el concepto referido repugna a los principios del derecho civil y comercial, enespecial el principio de reparación integral del acreedor frente a los daños y perjuiciosprovocados por el deudor, en el cumplimiento de sus obligaciones. Así, considera que elfundamento hecho valer por los jueces de la instancia es contrario al ordenamiento jurídicodado que una vez justificados los elementos de la responsabilidad contractual del deudor éstedebe responder por los perjuicios causados, así se desprende de lo prevenido en el artículo1556 del Código Civil. La naturaleza jurídica de los perjuicios reclamados corresponde al daño

 

emergente.

 

Finalmente, la recurrente sustenta infracción al artículo 984 del Código de Comercio quedenuncia en que la sentencia no obstante configurarse todos y cada uno de los presupuestos dela responsabilidad contractual, concretados en el cumplimiento de los requisitos que en formaparticular exige el mencionado precepto, desecha la demanda, sin pronunciarse y ni siquiera

aludir a las medidas que fueron o debieron ser adoptadas por la demandada. Agrega que latotalidad de los autores dentro del derecho marítimo establecen el carácter de obligación de

 

resultado del transportador. Asevera que la supuesta calidad de pérdida habitual no se

 

relaciona en forma alguna con la posibilidad que el inciso final del artículo 984 citado consagraa favor del transportador para exonerarse de responsabilidad, sin referirse siquiera el fallorecurrido a la relación que permitiría enmarcar la pérdida supuestamente habitual dentro de laposibilidad de exoneración.

Concluye que de no haberse incurrido en las infracciones referidas y haberse aplicado

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correctamente la ley, la sentencia impugnada necesariamente debió haber acogido la demanda

 

por el total demandado.

 

SEGUNDO: Que el fallo que se impugna ha dejado establecidos como hechos de la causalos siguientes:

a.- La Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A., demandante de autos, pagó asus asegurados Cargill Chile Ltda., la suma total de US$16.441,75 por concepto deindemnización de perjuicios, en cuya virtud ha comparecido en este proceso alegandosubrogación de derechos.

 

b.- En junio de 1999 los armadores y/u operadores de la M/N Aromo, se obligaron atransportar la cantidad de 6,729.844 toneladas métricas de trigo americano hard red winter agranel, la mercadería se embarcó para su porteo en la motonave referida a fin de que latransportara del puerto de Reserve Louisiana, Estados Unidos, con destino a San Antonio, Chile,según conocimiento de embarque que emitido unilateralmente por el transportista fechado 16de junio de 1999. La carga estaba consignada para Cargill Chile Limitada. Dicho embarque fue

 

entregado por el tercero al consignatario con un faltante de 52.274 kilos de mercadería.

 

c.- En septiembre de 1999 los mismos armadores de la motonave señalada

precedentemente, se obligaron a transportar la cantidad de 2,600.000 toneladas métricas deurea perlada a granel. La mercancía se embarcó en la M/N Aromo a fin de que esta nave latransportara desde el puerto de El Tablazo, Venezuela, con destino a San Antonio, segúnconocimiento de embarque Nº 1 emitido unilateralmente por el transportista marítimo,fechado 25 de septiembre de 1999. La carga estaba consignada para Cargill Chile Limitada.

 

Dicho embarque fue entregado por el tercero al consignatario en el Puerto de Lirquén con un

 

faltante de 30,707 toneladas métricas de mercadería.

 

d.- En marzo de 2000 los armadores de la M/N Aromo, se obligaron a transportar lacantidad de 600,000.000 toneladas métricas de Urea perlada a granel. Para su porteo, lamercadería señalada se embarcó en la motonave indicada a fin que la transportara desde ElTablazo, Venezuela, hasta el puerto de San Antonio y Concepción, Chile, según aparece delconocimiento de embarque Nº 2 emitido unilateralmente por el transportista marítimo,

 

fechado 23 de marzo de 2000. La carga estaba consignada a Cargill Chile Limitada. Dicho

 

embarque fue entregado al representante del consignatario en el Puerto de Lirquén con un

 

faltante de 42,373 toneladas métricas de mercadería.

e.- En julio de 1999 los armadores y/u operadores de la M/N Alerce se obligaron atransportar la cantidad de 3,275.000 toneladas métricas de Fosfato Diamónico a granel. Para suporteo la mercadería se embarcó en la motonave expresada a fin de que la transportara desdeel Puerto Cabello, Venezuela, hasta el puerto de San Antonio y/o Concepción, segúnconocimiento de embarque número uno emitido unilateralmente por el transportista marítimo 

 

fechado 2 de julio de 1999. La carga estaba consignada a Cargill Chile limitada. Dicho

 

embarque fue entregado al consignatario en el Puerto de Lirquén con un faltante de 47,057toneladas métricas de mercadería.

f.- Las labores relativas a la desestiba de la carga, en los puertos de destino -respecto delos embarques señalados en las letras precedentes- no fueron ejecutadas por el transportista

marítimo, sus dependientes o sus agentes, dichas labores de descarga fueron efectuadas porla empresa PORMAR S.A. y en un caso, por SAAM S.A.

 

g.- Con excepción del segundo embarque de urea perlada efectuado en la M/N Aromo alamparo del conocimiento de embarque Nº 2 de 23 de marzo de 2000 que, en la demanda, quese individualiza como tercer embarque en los demás, no se encuentra acreditado que losfaltantes se hayan producido mientras la carga estuvo bajo la custodia de los transportistasdemandados.

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TERCERO: Que para los efectos de un adecuado análisis de la materia objeto de autos

 

procede primeramente dejar debidamente establecida la naturaleza del vínculo jurídico

 

existente entre las partes, circunstancia que permite dilucidar si se está en presencia de sendoscontratos de fletamentos o, en su caso, de contratos de transporte marítimo de mercancías,identificación que resulta determinante al momento de determinar el régimen jurídico aplicableen el caso sub judice.

En el sentido que se ha indicado precedentemente resulta ilustrativo consignar que elaprovechamiento eficiente de los buques ha conllevado la concertación de numerosos yvariados convenios para su empleo. Los buques, además del transporte de personas y cosas

 

también se utilizan para trabajos de remolque, pesca, tendido de cable submarino, actividades

 

científicas, deportivas, etc., actividades todas que suponen la utilización del buque según sudestino, que es navegar, no obstante lo cual igualmente se aprovechará de aquél el que lo usepermanentemente amarrado o fondeado como depósito, museo, etc. La utilización del verbonavegar da la idea del aprovechamiento del buque en la función - destino que debecaracterizarlo y atento a tal tipicidad se puede sostener que los contratos de navegación debuques son los que tienen por objeto su aprovechamiento, no necesariamente comercial,

 

conforme a su destino determinado, a su vez, por su propia naturaleza.

 

"Los contratos de navegación de buques exteriorizan el complejo de derechos y

obligaciones de los contratantes y varían según el tipo de convenios. La pluralidad de esosderechos y obligaciones lleva a un resultado único, la navegación del buque, que caracteriza alcontrato en forma bivalente: para uno de los contratantes, el uso del buque tiene comoconcreción final su navegación para el consecuente traslado de personas o cosas, o para larealización de algún servicio; y para el otro, se distingue por el beneficio que esa actividad

 

reporta. Esta caracterización lleva a la bilateralidad señalada en los beneficios y a la unicidad

 

del elemento que los identifica y agrupa. Aquellos refieren a los sujetos contratantes, en tanto

 

que éste estará dado por el objeto de cada contrato: el empleo del buque en la navegación."

 

(Compendio de Derecho de la Navegación. Osvaldo Blas Simone. Segunda edición editorialÁbaco de Rodolfo Depalma. Página 282.)

Los contratos de navegación de buques poseen ciertas características que los diferencian deotros contratos, a saber: a) el empleo de buque en la navegación, que resulta ser un

 

presupuesto necesario para la existencia de esta convención y que se refiere al deber que

 

tienen las partes de emplear el buque en el destino que por su naturaleza le corresponde y b) el

 

sometimiento del contrato a la normativa del derecho de la navegación, que importa que laobligación de usar el buque en la navegación tiene como consecuencia el sometimiento delcontrato a la normativa correspondiente.

CUARTO: Que nuestro sistema jurídico reconoce, en cuanto a la explotación de una navecomo medio de transporte, principalmente dos clases de contratos, según sea la naturaleza yextensión de las obligaciones del fletante o armador, estos son, el contrato de fletamento y el

 

contrato de transporte de mercancías por mar.

 

Al efecto el artículo 927 del Código de Comercio señala que el contrato recibe el nombre de"fletamento" cuando "el dueño o armador pone la nave a disposición de otro, para que éste lause según su propia conveniencia dentro de los términos estipulados. El que pone la nave adisposición de otro se denomina fletante y el que la usa, fletador."

Por otra parte, el mismo precepto estatuye que: "cuando el dueño o armador de la nave

 

asume la obligación de embarcar mercancías de terceros en lugares determinados, conducirlas

 

y entregarlas en lugares también determinados, el contrato toma el nombre de transporte demercancías por mar o contrato de transporte marítimo."

QUINTO: Que el legislador reconoce la existencia de diversos tipos de fletamento según seala modalidad de utilización de la nave: a) Fletamento por tiempo (time charter); b) Fletamentopor viaje (Trip charter y Voyage charter); c) Fletamento a casco desnudo (Bare boat charter) y

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d) Combinación entre los anteriores tipos de fletamentos.

 

A su vez, en el artículo 932 del código citado se ha regulado también el subfletamento, quedice relación con una figura contractual diferente y que tiene lugar cuando el fletador subfleta lanave, salvo que haya prohibición expresa en contrario, empero aquella convención no generarelación alguna entre el fletante y el subfletador, a menos que haya fletes insolutos por parte

del fletador con el fletante, caso en el cual este último puede accionar contra el subfletadorcargador o consignatario, por la parte que estuviere aún pendiente de pago.

"El concepto de fletamento es genérico; queda comprendido el transporte de mercaderías

 

y el arrendamiento de nave sola o con tripulación por un tiempo determinado, o por uno o más

 

viajes." (Contratos de Fletamentos de Naves. Alfonso Ansieta Núñez. Ediciones universitarias deValparaíso Universidad católica de Valparaíso. Página 13).

Continúa señalando el autor: "Existen, pues dos grandes categorías de contratos defletamento, el transporte de mercaderías y el fletamento - arrendamiento según que el objetodel contrato sea el transporte de mercaderías en una nave a un puerto determinado, a lo que

 

se obliga el naviero, personalmente o representado, mediante el pago de un precio que se

 

denomina flete y que es de cargo del fletador; o según que el objeto sea la entrega de una

 

nave sin tripulación, o con ella, para su uso y explotación comercial por el fletador por un

tiempo determinado o por uno o varios viajes determinados, mediante el pago de un flete(hire).

A su vez, el fletamento-transporte puede ser total o parcial, según se utilice la totalidadde la capacidad de carga de la nave o solamente una parte determinada de ella. El fletamento

 

por viaje, si bien ordinariamente constituye un tipo de contrato-transporte de mercaderías de

 

cargamento completo, ha ido asemejándose al contrato time-charter, especialmente cuando se

 

conviene en viajes sucesivos o un determinado número de viajes dentro de un período.

 

El time-charter constituye una forma de fletamento arrendamiento en la que el fletante seobliga a poner la nave a disposición del fletador, armada y equipada, o sea, con su tripulacióncompleta, por un período determinado de tiempo, para ejecutar los viajes que el fletadordetermine, obligándose este último a pagar un flete por el uso y explotación de dicha nave.

 

El bare boat es un típico arrendamiento de cosas en el que el fletante pone a disposición

 

del fletador la nave, con todo su equipo de navegación, pero sin armarla, pertrecharla nitripularla, por lo que el fletador asume el pleno control y responsabilidad, tanto náutica comocomercial durante el período que la tiene bajo su uso y explotación, mediante el pago del fleteconvenido. Derivado de este último contrato, es el bare-boat charter con compromiso decompra, en cuya virtud se le da la forma de un contrato de fletamento a lo que no es otra cosaque un contrato de promesa de compraventa con entrega de la tenencia inmediata de la cosaprometida." (pág. 14 de la obra citada)

 

SEXTO: Que, según se adelantó, el Código de Comercio nacional, en la sección primera delpárrafo segundo del título V, alude en particular a los contratos de fletamento por tiempo; defletamento por viaje, que podrá ser total o parcial, y de fletamento a casco desnudo. Añadiendola norma que en los demás fletamentos se estará a lo convenido por las partes, y en su defectoa las normas que dicho párrafo contiene.

A continuación el mentado cuerpo normativo refiere, en el artículo 934 que el fletamento

 

por tiempo "es un contrato por el cual el armador o naviero, conservando su tenencia, pone la

 

nave armada a disposición de otra persona para realizar la actividad que ésta disponga, dentrode los términos estipulados, por un tiempo determinado y mediante el pago de un flete portodo el lapso convenido o calculado a tanto por día, mes o año." Este tipo de contratos sediferencia del fletamento a casco desnudo porque en este último el naviero entrega también lagestión náutica al fletador; el fletador tiene la "gestión comercial" de la nave; el armadorconserva la tenencia de la nave y por ello mantiene la gestión náutica de la misma; la nave se

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pone a disposición "por un tiempo determinado" con lo que se diferencia del fletamento por

 

viaje; y finalmente, debe probarse por escrito cuando se trate de fletamento de nave de 50 ó

 

mas toneladas de registro bruto a través del documento denominado "póliza de fletamento".

Por su parte, el artículo 948 del código citado conceptualiza el fletamento por viaje totalcomo "aquel por el cual el fletante se obliga a poner a disposición del fletador, mediante el pago

de un flete, todos los espacios susceptibles de ser cargados en una nave determinada, pararealizar él o los viajes convenidos." Consistiendo, a su vez, el contrato fletamento parcial porviaje en "aquel en que se pone a disposición del fletador uno o más espacios determinadosdentro de la nave".

Finalmente el artículo 965 define el fletamento a casco desnudo como "el contrato por elcual una parte, mediante el pago de un flete, se obliga a colocar a disposición de otra, por untiempo determinado, una nave desarmada y sin equipo o con un equipo y armamentoincompleto, cediendo a esta última su tenencia, control y explotación incluido el derecho adesignar al capitán y a la dotación."

Este último tipo de contrato se diferencia de los otros mencionados en que constituye un

 

verdadero contrato de arriendo de la nave, entregándosela al fletador para su uso por un

 

tiempo determinado durante el cual aquél asume el control total de aquélla, tripulándola,

pertrechándola y usándola como virtual dueño de manera tal que este control que adquiere elfletador sobre la nave se refleja básicamente en el hecho de que la tripulación y el capitánpasan a ser sus dependientes y le deben obediencia y lealtad al fletador y no al propietario dela nave, siendo al fletador quien hace dicha designación, sin perjuicio que puede convenirse queel capitán y ciertos miembros de la tripulación sean designados por el fletante-propietario o,

 

que cuente con su visto bueno al nombramiento pero aún en tal caso son dependientes del

 

fletador. En este tipo de contrato las responsabilidades del fletador frente al propietario inciden

 

fundamentalmente en las siguientes: la obligación de devolver la nave en las mismas

 

condiciones en que las recibió, salvo el desgaste natural de su uso ordinario; efectuar taldevolución en el lugar y la fecha convenida y, pagar el flete convenido por el uso de la nave. Asu vez, la obligación esencial del fletante es proveer la nave descrita en el contrato encondiciones de navegabilidad, en el lugar y en la fecha estipulada.

Resultan ser características propias del Bare boat charter las siguientes: a) Se pone a

 

disposición del fletador una nave desarmada y sin equipo o con equipo y armamento

 

incompleto; b) Se cede la tenencia de la nave al fletador; c) El fletador concentra en sus manosla gestión náutica y la gestión comercial; d) El fletador asume la calidad jurídica de fletante,armador o naviero; e) Puede llevar aparejada una cláusula Baltic and International Conferenceo Bareconi que contenga una opción de compra de la nave a favor del fletador; f) Se pruebapor escrito cuando se trata de naves de 50 ó mas toneladas de registro bruto y se regula porlas estipulaciones de las partes o en su defecto por las normas supletorias especiales del Códigode Comercio (Art. 965 inc. 2º).

 

SÉPTIMO: Que a diferencia del contrato analizado precedentemente, en los contratos defletamento completo por viaje o por viajes sucesivos, el fletante-propietario mantiene el controly administración de la nave bajo su poder y el capitán y tripulación son sus dependientes, esdecir, el fletador no sólo arrienda la nave sino que también el servicio de la tripulación a bordode su manejo. Cuando el contrato es por un período determinado de tiempo se trata de un

time-charter, en cambio, cuando se refiere a toda la capacidad de carga de la nave por un viajedeterminado o por viajes sucesivos, o varios, se trata de un Voyage Charter.

 

El objeto del primer contrato reseñado precedentemente (time charter), es poner la nave adisposición del fletador, tripulada, avituallada y aparejada, para que éste la utilice en la formaque estime más conveniente a sus intereses comerciales de acuerdo con los términos delcontrato, de manera tal que el capitán de la nave se encuentra bajo las órdenes del fletador entodo lo concerniente con la operación comercial de la nave, quien señalará los puertos dondedebe recalar así como la carga que debe recibir y los puertos donde deberá entregarla. En

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cambio, el Voyage Charter es una forma especial de contrato de transporte toda vez que el

 

objeto del contrato es poner la nave debidamente tripulada, avituallada y aparejada a

 

disposición del fletador con el fin de realizar un transporte determinado de mercadería alpuerto convenido, razón por la cual una de las obligaciones esenciales del fletador, además delpago del flete, es poner la carga a bordo, lo que generalmente significa llenar la capacidad de lanave. En esto se diferencia del fletamento a carga general en el que la nave recibe mercaderías

por diferentes embarcadores para distintas consignaciones. Es característica de este tipo decharter que la nave se contrata con el objeto de transportar un cargamento completo desde unpuerto a otro.

Constituyen obligaciones del fletante en el caso del contrato denominado "Voyage Charter"

 

los siguientes: 1) dirigirse al puerto que designe el fletador; presentar la nave en el lugar y enel tiempo convenidos, en buen estado de navegabilidad, armada y equipada convenientementepara realizar las operaciones previstas en el contrato y mantenerla así durante el o los viajesconvenidos. En caso de incumplimiento de esta obligación el fletador puede resolver el contratomediante comunicación escrita; 2) dirigirse al puerto designado con razonable diligencia, sindemora ni desviaciones, o sea, adoptar todas las medidas necesarias que de él dependan para

 

ejecutar él o los viajes convenidos y 3) Dar aviso por escrito al fletador que la nave está lista

 

para recibir o entregar la carga Art. 955.

 

A su vez, son obligaciones del fletador en este caso: a) conseguir la carga; b) poner lacarga al costado de la nave, de manera que todo lo que le pueda ocurrir a la carga antes deponerla a disposición de la nave para su carguío, al costado, es de cuenta y riesgo del fletador;quien únicamente podrá exonerarse de responsabilidad respecto de aquellos riesgos quesucedan durante las faenas de embarque, siempre que existan provisiones al respecto; c) debe

 

embarcar un cargamento completo, constituyendo ésta, en la práctica, una de las diferencias

 

entre este tipo de contratos y el contrato de transporte de carga y general, por cuanto el

 

fletador tiene derecho a utilizar toda la capacidad de carga útil a nave; d) debe realizar el

 

embarque en el plazo estipulado, en efecto, el tiempo convenido para la carga y la descargadebe considerarse como una obligación del fletador que beneficia al fletante; e) no debeembarcar mercaderías peligrosas o prohibidas y; f) el fletador debe pagar el flete convenido.

OCTAVO: Que tratándose de un contrato de fletamento de nave por tiempo, denominado

 

time charter "la nave se pone a disposición del fletador tripulada y equipada por un período

 

determinado, dentro del cual el fletante propietario circunscribe su actividad a entregarla y

 

mantenerla en buenas condiciones de navegabilidad y operatividad, correspondiéndole alfletador su explotación comercial en el transporte de mercaderías o de pasajeros. Es en eltime charter donde se nota con mayor claridad la diferencia doctrinaria que se desprende delderecho italiano, entre la empresa de navegación y la empresa de transporte. La primera, através de la cual se cumplen todas las funciones técnicas, propias de la navegación; lasegunda, dentro de la que se realizan las contrataciones de carga para su transporte, sumanipuleo, la emisión de los conocimiento de embarque, las instrucciones de viaje, etc."

 

(página 63 obra citada)

 

"Si bien es cierto que tanto en el fletamento por viaje y en el time charter, la nave se ponea disposición del fletador debidamente tripulada, en el primero de estos contratos, el capitánsólo obedece las instrucciones del fletante-propietario; en cambio en el time charter, el capitándebe obedecer las órdenes del fletador en todo lo relativo a los viajes a realizar y mercadería

transportar, o sea, en todo lo concerniente a la explotación comercial de la nave. Comoconsecuencia de lo anterior se deduce que en el time charter no se produce el vínculo

 

contractual entre el fletante - propietario y los cargadores, ya que éstos han celebrado su

 

contrato de transporte con el creador, bajo cuyo nombre y responsabilidad emiten losconocimientos de embarque." (Página 64 obra citada).

En este tipo de contratos de fletamento de nave por tiempo, constituyen obligaciones delfletante: a) poner la nave a disposición del fletador; b) poner la nave a disposición del fletadoren condiciones de recibir la carga, con sus bodegas limpias, en condiciones de seguridad y apta

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en toda forma para el servicio; c) pagar todo lo relacionado con la tripulación,

 

aprovisionamiento, equipamiento y mantención de la nave.

 

Por su parte constituyen obligaciones del fletador: a) transportar mercadería legal y que noesté expresamente prohibida en el contrato; b) utilizar la nave entre puertos seguros y dentrode los límites geográficos convenidos; c) los fletadores deberán proveer y pagar por todo el

combustible, salvo que se convenga otra cosa, por los gastos de puerto, pilotaje, agencias,comisiones y derechos consulares; d) deberá pagar el flete convenido; e) deberá cargar, estibary emparejar la carga a su costo, bajo la supervisión del Capitán; f) deberá dar las instruccionesde viaje al capitán y g) deberá devolver la nave en las mismas condiciones en que la recibió.

 

En cuanto a la responsabilidad del fletador en el caso del fletamento por tiempo, ésteresponde por los perjuicios sufridos por la nave a causa de la gestión comercial, hasta la culpaleve. Por su parte el fletante responde por los perjuicios que sufran las mercancías cuando nopresenta la nave en el lugar y tiempo convenidos o no cumple con los viajes ordenados por elfletador; por perjuicios causados al fletador originados por falta náutica del capitán y de latripulación cuando actúan con negligencia en la conducción de la nave; ante terceros por

 

lesiones o daños causados por deficiencias de la nave y por daños causados a las mercaderías

 

originados en abordajes u otros hechos culpables del capitán y de la tripulación.

 

NOVENO: Que analizado que ha sido el contrato de fletamento en sus diversas especiescorresponde hacerse cargo, a continuación, del contrato de transporte marítimo, cuyadefinición legal, contenida en el artículo 974 del Código de Comercio, indica: "Se entiende porcontrato de transporte marítimo aquel en virtud del cual el porteador se obliga, contra elpago de un flete, a transportar mercaderías por mar de un puerto a otro."

 

De la conceptualización enunciada podemos señalar que los elementos del contrato de

 

transporte de mercaderías por mar son los siguientes: 1) Una persona a la cual se le encarga

 

el transporte: porteador; 2) Conjunto de bienes entregados para el transporte: mercadería ocarga; 3) Un precio que se cobra por efectuar el transporte: flete; y 4) Una persona querecibe la mercadería: consignatario.

En el contrato de transporte marítimo pueden intervenir hasta cuatro personas: el

 

transportador o porteador (el que se obliga transportar las mercaderías), el transportador

 

efectivo (la persona a quien el transportador le ha encomendado la ejecución del transporte 

 

de mercaderías), el cargador (el que ha celebrado el contrato de transporte marítimo y quienefectivamente ha entregado la mercadería al transportador) y el consignatario (la personahabilitada por un título para recibir las mercancías).

Constituyen características del contrato de transporte marítimo, contenidas en el LibroIII del Código de Comercio las siguientes:

a) Tiene por objeto conducir por mar mercaderías singulares, cargas suelta o agrupadas en

 

contenedores. Es un contrato sinalagmático por las recíprocas obligaciones que se deben laspartes y oneroso por el pago que debe hacer el cargador o consignatario al transportista.

b) No obstante tratarse de un contrato consensual, al recibir las mercaderías el porteadordebe emitir el conocimiento de embarque que las describe Bill of Landing BL, Instrumentación

escrita que sirve sólo al efecto ad probationem.

c) Se trata de una obligación de hacer que pertenece a la categoría obligación de resultado,

 

cual es, la entrega en destino de los bienes transportados al consignatario.

d) Tiene un estatuto jurídico propio, no requiere recurrir a la analogía y no se rige sólo porel conocimiento de embarque.

En cuanto a la normativa aplicable a este tipo de contratos, sin perjuicio de lo que

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establezcan los tratados o convenciones internacionales vigentes en Chile, procede recurrir, al

 

efecto, a las disposiciones contenidas en el Código de Comercio chileno, que rigen esta materia,

 

siempre que:1º. El puerto de carga o de descarga previsto en el contrato de transporte marítimo esté situado en territorio nacional, o 2º El conocimiento de embarque u otrodocumento que pruebe el contrato de transporte marítimo, estipule que el contrato se regirápor las disposiciones del párrafo 3 Título V Libro III del Código de Comercio o 3º Uno de los

puertos facultativos de descarga previstos en el contrato de transporte marítimo sea elpuerto efectivo de descarga y éste se encuentre dentro del territorio nacional.

Constituyen obligaciones para el transportista en este tipo de contratos, en relación con la

 

carga, las siguientes: a) como deber principal, el trasladar los bienes transportados de un

 

puerto a otro; b) paralelamente, el transportista se obliga a la custodia y cuidado de lasmercancías mientras estén embarcadas; c) al recibir la carga a bordo, el porteador debedisponer su adecuada estiba, procuran de la seguridad del buque y la conservación de lasmercancías; d) es responsabilidad del transportista la recepción y entrega de las mercancías ysu pertinente carga y descarga del buque, variando el momento de iniciación o terminación deesas operaciones según se convenga la entrega de aquellas al costado del buque o bajo sus

 

plumas o aparejos; e) está obligado el porteador a dar aviso al consignatario de la llegada del

 

buque al puerto de destino. A su vez, son obligaciones del transportista sobre el buque, en

 

general, las comunes a las correspondientes a los contratos de fletamento como son poner en

estado de navegabilidad el buque el inicio del viaje, tripulando y equipándolo adecuadamente y,en relación con el tipo de mercancías a transportar, tanto para su carga como para su cuidado.Asimismo debe iniciar y cumplir el viaje en los plazos publicitados anticipadamente, siguiendo laruta habitual, salvo los casos de justificada desviación.

Por su parte resultan ser deberes del cargador además de aquellas que se contrapongan a

 

los derechos del transportista, lo que a continuación se indican: 1) deber de entregar las

 

mercancías del transportador en tiempo oportuno para su carga sobre el buque; 2) debe

 

declarar la naturaleza, calidad y cantidad de las mercancías, así como el número de bultos quelas contienen; 3) debe hacer embalar las mercancías en forma adecuada para el tipo de carga yde viaje y 4) debe entregar el transportador la documentación correspondiente sobre lasmercancías a transportar.

DÉCIMO: Que la diferenciación entre fletamento y contrato de transporte marítimo, la

 

hizo el Prof. René Rodière en la reforma al Derecho Marítimo francés mediante la Ley de fecha

 

18 de junio de 1966; ella fue incorporada a las Reglas de Hamburgo y de ahí pasó al artículo927 del Código de Comercio chileno.

Advirtiéndose como distinciones acerca de una y otra figura jurídica, entre otras, aquellasrelativas a la naturaleza y extensión de las obligaciones del armador o naviero, desde que en elcontrato de fletamento, de acuerdo con el artículo citado precedentemente, se trata de unaobligación de medios, toda vez que el armador pone la nave a disposición de otro para que éste

 

la use según su propia conveniencia dentro de los términos estipulados. Así, el fletante pone la

 

nave a disposición y el fletador es quien la usa.

En cambio, tratándose de un contrato de transporte marítimo, la obligación del navieroes de resultado, toda vez que asume el deber de embarcar mercaderías de terceros en lugaresdeterminados, conducirlas por mar y entregarlas en lugares también determinados. Así, el

porteador marítimo asume la obligación de conducir por mar, siendo el cargador marítimo lapersona que por sí o por medio de otra ha celebrado el contrato de transporte marítimo.

 

Como consecuencia de la distinción que antecede entre estas convenciones, aparece que enel contrato de fletamento las partes tienen libertad para fijar sus estipulaciones (Art. 928 delCódigo de Comercio) y, en defecto de las condiciones fijadas por las partes el fletamento seregula por las normas del párrafo 2 Título V Libro III del código indicado y; a su vez, las partesdel fletamento suelen tener la misma envergadura económica. En cambio, el contrato detransporte marítimo se rige por reglas imperativas y supletoriamente tiene cabida la

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autonomía de la voluntad y, normalmente, las partes en dicho contrato presentan un notorio

 

desequilibrio económico limitándose a adherir a contratos tipo entre los cuales se puede citar el

 

"centrocom" relativo al transporte de granos.

En el caso del contrato de fletamentos consensual el documento probatorio del mismopuede ser el Charter-Party y en el caso de tratarse de un contrato que tenga el carácter de

transporte de mercaderías siempre lo será el conocimiento de embarque, debiendo siemprepara desentrañar el contrato de que se trata estarse a la intención de las partes en lainterpretación del mismo.

UNDÉCIMO: Que luego del estudio precedente y relativo a los contratos de fletamento y de

 

transporte marítimo, procede consignar, a la luz de lo expuesto y ello, en vinculación con losantecedentes que se expresado en la sentencia, que no resulta posible arribar a la conclusiónque la relación habida entre las partes haya surgido a partir de un fletamento como postuló, enel correspondiente estadio procesal la demandada, sino, por el contrario, procede colegir quedebe darse en el caso de marras aplicación a lo que estatuyen las normas pertinentes delCódigo de Comercio que regulan los contratos de transporte marítimo, toda vez que es,

 

precisamente aquélla, la naturaleza del vínculo jurídico habido entre las partes de este pleito y

 

de la cual dan cuenta los conocimientos de embarque aportados a los autos. En efecto, la

 

demandada, que tenía la carga de hacerlo, no acreditó la existencia, entre las partes, del

contrato de fletamento que invoca, en alguna de las especies reguladas en el citado conjuntonormativo. Con todo, como acertadamente lo dispusieran los jueces del grado, haciéndosecargo de los argumentos vertidos por la demandada en orden a sostener que procedía aplicar elestatuto previsto para los contratos de fletamentos por cuanto Cargill Chile Ltda., en cuyosderechos se subrogó la actora, había sido fletadora en dos contratos de esa clase que habrían

 

sido los antecedentes que justificaron la emisión de los respectivos conocimientos de

 

embarque, corresponde recordar que al respecto, el artículo 981 del Código de Comercio

 

dispone que en el evento de emitirse un conocimiento de embarque en cumplimiento de un

 

contrato de fletamento, las disposiciones del párrafo tercero del título V del libro III delmencionado código serán aplicables al contrato de fletamento sólo cuando el conocimiento deembarque regule la relación entre el transportador y el tenedor del mismo que no sea fletador.En este sentido, aún en el supuesto que efectivamente Cargill Chile Ltda. haya tenido a la vezla calidad de consignatario de la mercancía (o de mero tenedor de los respectivos

 

conocimientos de embarque) y fletadora de las naves en virtud de las pólizas invocadas por la

 

demandada, en el caso corresponde aplicar el estatuto referido al contrato de transporte 

 

marítimo por cuanto Cargill Chile Ltda. no fue parte en esta causa y, por otro lado, la actora,tal como lo sostuvo su defensa en autos, no fue parte de contrato de fletamento alguno que lavinculara con los demandados.

Resulta pertinente hacer presente que, la propia demandada ha señalado que quienesserían parte en el supuesto contrato de fletamento eran Naviera Chilena del Pacífico y CargillAméricas Inc., lo que se desprendería además de la lectura del conocimiento de embarque y

 

que, por su parte la nave fue consignada a los Sres. Cargill Chile Ltda., quienes recibieron los

 

conocimiento de embarque como título de la mercancía a efectos de exigir su entrega cuando lanave llegara a destino, razón por la cual se deduce que aún cuando existiere el contrato defletamento que se invoca de todas maneras, éste es ajeno a los consignatarios.

La norma aludida siguió los lineamientos de las Reglas de Hamburgo, por cuanto el artículo

segundo numeral tercero del "Convenio de las Naciones Unidas sobre Transporte Marítimo deMercancías de 1978" señala: "las disposiciones del presente convenio no se aplicarán a los

 

contratos de fletamento. No obstante, cuando se emita un conocimiento de embarque en

 

cumplimiento de un contrato de fletamento, las disposiciones del convenio se aplicarán a esteconocimiento de embarque si es que regula la relación entre el porteador y el tenedor delconocimiento que no sea el fletador." A este respecto el profesor Félix García Infante sostiene:"Si bien las disposiciones del contrato de transporte marítimo de mercancías no sonaplicables a los contratos de fletamento, dado que son de distinta naturaleza jurídica, entran delleno a regir, en forma condicionada, cuando se haya emitido un conocimiento de embarque en

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cumplimiento de un contrato de fletamento. Cuando así ocurra se aplicarán a ese conocimiento

 

sólo cuando regule la relación entre un tercero, que será el tenedor del conocimiento que no

 

sea el fletador, y el transportador o el transportador efectivo. Lo anterior tiene su fundamentoen el hecho que no puede exigirse ni presumir que el tenedor de un conocimiento que no tengala calidad de fletador esté convenientemente enterado acerca de las regulaciones contractualesexistentes, para el caso en que el transportador es distinto que el fletador. La norma es

concordante con lo señalado en el número 3 del artículo 2 de la Convención de Hamburgo antesindividualizada. Cabe recordar que el conocimiento de embarque es un documento que puedeser transferido un tercero." (Derecho del Transporte Marítimo página 268).

Por lo anterior no procede reconocer valor alguno como elemento de solución de la

 

controversia al contenido de los respectivos contratos de fletamentos invocados por lademandada.

Zanjado que ha quedado que la legislación aplicable al caso de que se trata es aquelladispuesta para la regulación de los contratos de transporte terrestre corresponde, acontinuación, hacerse cargo de la responsabilidad que la ley le atribuye al transportista

 

marítimo.

DUODÉCIMO: Que en lo que dice relación con la responsabilidad del transportador

marítimo durante el siglo XIX estaba regida por los Códigos Civil y de Comercio inspirados enlos Códigos de Francia, distinguiéndose entre faltas náuticas y faltas comerciales con ampliomargen de la autonomía de la voluntad, lo que permitió introducir cláusulas de exoneración deresponsabilidad por faltas náuticas. En 1921 se elaboran Reglas de La Haya sobreconocimientos de embarque. En 1924 se adoptó la Convención de Bruselas que impuso normas

 

irrenunciables, prohibió las cláusulas de exoneración de responsabilidad y estableció limitación

 

a 100 libras oro.

El Código de Comercio chileno después de la reforma introducida por la Ley Nº 18.680 de11 de enero de 1988, que reemplazó totalmente el Libro III del Código de Comercio, se inspiróen el Convenio de las UN sobre Transporte de mercancías por mar o "Reglas de Hamburgo".

DÉCIMO TERCERO: Que el principio esencial de responsabilidad sobre esta materia se

 

encuentra estatuida en el artículo 982 Código de Comercio, norma que prescribe las reglas

 

siguientes:

 

1.- La responsabilidad del transportador marítimo por la pérdida, daño o retraso quesufran las mercaderías se extiende durante todo el período que ellas están bajo su custodia.

2.- No es una responsabilidad subjetiva, basada en la culpa ni objetiva fundada en unriesgo creado, sino es propia del transporte marítimo.

3.- El período de custodia de las mercaderías en el transporte marítimo se inicia desde el

 

instante en que el transportador las haya tomado a su cargo al recibirlas del: a) Cargador o lapersona que actúa en su nombre; b) Una autoridad o de un tercero en poder de los cuales,según las leyes o los reglamentos del puerto de carga, se deban poner las mercaderías para serembarcadas.

4.- El período de custodia de las mercaderías en el transporte marítimo termina cuandoel transportador las haya entregado de alguna de las formas dispuestas en el artículo 983 del

 

código mencionado, a saber: a) Poniéndolas en poder del consignatario. b) En los casos en que

 

el consignatario no las reciba, poniéndolas a disposición del consignatario en conformidad alcontrato, las leyes o los usos del puerto de descarga. c) Poniéndolas en poder de una autoridadu otro tercero, a quienes según las leyes o reglamentos del puerto de descarga, debanentregarse las mercaderías. Precisa el legislador que los términos transportador y consignatariocomprenden también a sus dependientes y agentes respectivamente.

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La inclusión de la cláusula F.I.O. (free in and out) o de las más específicas F.I.O.S. (free in

 

and out and stowage) o F.I.O.S.T. (free in and out, stowage and trimmed), en los respectivos

 

contratos importan las siguientes consecuencias:

FIO: Es una condición del flete marítimo en la cual el transportista marítimo o naviero sehace cargo y responsable del transporte en sí, estando liberado de los gastos y

responsabilidad del embarque, estiba, desestiba y descarga, por lo que debe determinarse,previamente quien está a cargo de estos gastos. Generalmente en estos contratos elmanipuleo/estiba corre por cuenta y riesgo del embarcador y la desestiba/manipuleo, por elconsignatario de la carga.

 

FIOS: Es una modalidad de la condición FIO en la cual el transportista o naviero no asumeninguna responsabilidad en el embarque, descarga y estiba.

FIOST: También constituye una modalidad de la condición FIO por la cual el transportista onaviero se encuentra liberado de la responsabilidad y gastos de embarque, descarga, estiba yarrume.

FIOT: Modalidad de la condición FIO en la cual el transportista o naviero está libre de las

 

operaciones y gastos de embarque, descarga y arrume.

De lo reseñado se puede colegir que, no obstante la existencia de cláusulas mencionadasque pueden formar parte del contrato celebrado entre las partes -pactos que, por cierto, en laespecie no se han establecido- su inclusión no deroga la responsabilidad del transportador,pues en definitiva sólo imponen, al cargador o el consignatario, los gastos de carga o descarga,

 

respectivamente.

 

DÉCIMO CUARTO: Que, asimismo, en relación con la responsabilidad que se analiza, el

 

artículo 984 del Código de Comercio prescribe una presunción responsabilidad, por cuanto, a sutenor el transportador marítimo es responsable de los perjuicios resultantes de la pérdida o eldaño de las mercaderías y del retraso en su entrega, si el hecho que ha causado la pérdida, eldaño o retraso se produjo cuando las mercaderías estaban bajo su custodia. Se trata de unapresunción simplemente legal.

 

Por su parte, el mismo precepto regula, en su parte final, la posibilidad de exonerarse de

 

responsabilidad, disponiendo que el transportador marítimo enerva la presunción indicadaprobando que él, sus dependientes o agentes adoptaron todas la medidas que razonablementepodían exigirse para evitar el hecho y sus consecuencias.

DÉCIMO QUINTO: Que según se desprende de las normas anotadas con antelación, elrégimen de responsabilidad que el Código de Comercio dispone para los transportistas, se basaen una serie de presunciones legales a favor de los intereses de la carga. A través de este

 

ordenamiento se contempla un sistema de custodia en los términos que se ha enunciado en el

 

motivo que precede, el cual empieza con la entrega de la carga al porteador.

De tal suerte que para que el transportador pueda evitar tal responsabilidad debe producirla prueba a que se refiere el artículo 984 del conjunto normativo indicado, lo que significa queaquél puede destruir el efecto del régimen de presunciones legales que establece el Código de

Comercio, con su conducta procesal probatoria, como ha sucedido en la especie. En efecto,quedó justificado en el proceso que las labores de desestiba de la carga en los puertos de

 

destino -respecto de los embarques señalados en las letras precedentes- no fueron ejecutadas

 

por el transportista marítimo, sus dependientes o sus agentes, sino dichas labores de descargafueron efectuadas por terceros, la empresa PORMAR S.A. y en un caso, por SAAM S.A.;empresas que fueron designadas por la consignataria para esa labor y no por el transportista,la cual consistió en desocupar y trasladar la mercancía desde las bodegas de la nave alcorrespondiente lugar de acopio. Tales empresas tienen la calidad de agentes del consignatario,al actuar por encargo del mismo.

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 A su vez, si bien los jueces del grado dejaron fijados, como presupuestos fácticos de la

 

causa, que los demandados recibieron la cantidad de la carga a granel correspondiente para sutransporte y que se acreditó la existencia de faltantes consistentes en 52.274 kilos en el casodel trigo americano; 30,707 toneladas métricas en el caso de la urea perlada transportada alamparo del B/L Nº 1 y 47,057 toneladas métricas en el caso del fosfato diamónico transportado

en la M/N Alerce.

Además se determinó como hecho, que resulta inamovible para esta Corte de Casación -porno haberse invocado como infringidas normas reguladoras de la prueba- que no se encuentra

 

plenamente acreditado en el caso de marras que tales mermas se hayan producido mientras la

 

carga estuvo bajo la custodia de los transportistas demandados, teniendo para ello lossentenciadores especialmente en consideración la circunstancia de tratarse de mercancía agranel y que las labores de descarga de las mismas fueron ejecutadas por terceros ajenos a losdemandados, de modo que éstos no tuvieron participación ni incidencia directa en dichaslabores; terceros que no actuaron por cuenta del transportador, si no que por encargo delconsignatario.

 

De manera tal que al decidir los falladores en la resolución censurada, han arribado a la

 

conclusión que se reprocha, luego de valorar la prueba rendida en el proceso, actividad que se

agotó con la determinación que, a este respecto y en uso de sus atribuciones, efectuaronaquéllos, quienes consignaron que con las probanzas aportadas por las partes del juicio, se hademostrado en la especie que el faltante de la mercancía objeto del contrato de transporte marítimo no se produjo mientras la carga estuvo bajo la custodia del transportistademandado, constituyendo aquél, un presupuesto esencial para sostener la acción de

 

indemnización de perjuicios deducida en este juicio. Luego, en la medida que el recurrente

 

sugiere algo distinto contraría cuestiones que son inalterables en el fallo que se impugna,

 

resultando ser un aspecto que no puede ser revisado por la vía de la casación en estudio.

 

En nuestra legislación la responsabilidad del transportador se agota con la entrega, salvocláusula convencional en contrario, por ello resulta de particular importancia el hecho que lossentenciadores del mérito dieran por establecido que dicha entrega se realizó, al poner lamercadería a disposición del tercero, quien efectuaría la descarga por el consignatario. Este

 

acto de recepción, unido al otro antecedente de hecho, como es que la pérdida no se produjo

 

durante el viaje, excluye la responsabilidad al transportador.

 

Es así como al determinar los jueces del fondo que los embarques, con excepción delcorrespondiente a urea perlada efectuado en la moto nave Arauco, al amparo del conocimientode embarque Nº 2 de 23 de marzo de 2000, ejecutados por cuenta del consignatario y no por eltransportista, se recibieron por el tercero y entregaron aquel con un faltante. Sin embargo, enlo atinente al embarque antes singularizado, este fue entregado al representante delconsignatario, ya con el faltante, circunstancia de la cual se desprende su obligación de

 

responder y que motivó la condena respectiva de autos.

 

En nuestro ordenamiento jurídico, conforme lo señalado en el artículo 983 del Código deComercio ...se considerará que las mercancías están bajo la custodia del transportador "hastael momento que se las haya entregado" en alguna de las formas que la misma disposiciónindica.

De esta manera poner las especies en poder de un tercero quien actúa por cuenta del

 

consignatario, pone fin a la responsabilidad del transportista. (García. Obra citada págs. 269 y

 

270; Osvaldo Contreras Strauch. Derecho Marítimo, pág 207; Ricardo Sandoval López;Derecho Comercial, Tomo III, Volumen I, págs 111 y 112; Claudio Barriolhet Acevedo yAlejandro Díaz Díaz, Derecho del Transporte, Tomo I, págs. 230 y 231)

Contrariamente a lo sostenido por la recurrente, producida la entrega en las condicionesindicadas, se inicia el cómputo del plazo para que opere la prescripción, conforme indica el

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artículo 1249 del Código de Comercio, pues quien recibió la mercancía lo hizo por el

 

consignatario, a su nombre.

 

DÉCIMO SEXTO: Que, consecuencialmente, procede excluir la posibilidad de extender elperíodo de custodia que le corresponde al transportista respecto de la carga hasta el momentoen que se estableció la merma, como pretende el recurrente, desde que la mercancía ya había

sido entregada, por aplicación del artículo 983 letra a) del Código de Comercio, es decir, esto seprodujo al poner el transportista marítimo la mercancía en poder del agente del consignatario,un tercero a quien debía entregarse, y por lo mismo, la responsabilidad del primero, en talsentido ya había concluido, por haber cesado la etapa de custodia de la carga que le era

 

exigible.

 

DÉCIMO SÉPTIMO: Que de lo expuesto se colige que no ha existido vulneración a lasnormas señaladas como transgredidas en el primer y tercer capítulo del libelo que contiene lanulidad en análisis como infringidas, por cuanto aquellas han sido debidamente interpretadas yaplicadas al caso de que se trata, estas son, los artículos 982, 983 y 984 y del Código deComercio.

DÉCIMO OCTAVO: Que en el segundo acápite del recurso de casación, la actora ha

 

postulado la improcedencia de atribuir a los faltantes, acreditados por los jueces del fondo, el

carácter de "pérdida habitual", "pérdida tolerable o derrame usual" y, por lo mismo, eximir altransportista marítimo de responsabilidad por dichos perjuicios, fundado en que sólo la leypuede limitar la responsabilidad lo que no sucede en relación con el concepto esgrimido, razónpor la cual estima vulnerados los artículos 2465 y 1556 del Código Civil y 4º, 5º y 825 delCódigo de Comercio.

 

Sobre esto se sostiene en el considerando décimo octavo del fallo de primer grado: "Las

 

circunstancias expuestas en el párrafo anterior que, como hemos dicho, encuentra fundamento

 

en el detalle contenido en las liquidaciones de siniestro acompañados por la propia partedemandante en lo principal de fojas 165, con los números 8, 18, 25 y 32, hace concluir a este

 juez árbitro que, en el caso materia de autos y con relación a las tres embarques que se hanindividualizado, los faltantes en cuestión se produjeron como consecuencia de la naturaleza delas mercancías transportadas, esto es, graneles y del procedimiento seguido en cada caso para

 

su descarga en los puertos de destino el cual implica que, por distintos factores, existe un

 

grado de "pérdida aceptable" de mercancía. Esta situación, considerando que los transportistas

 

no tuvieron participación en dicha labores -tal como se dejó constancia, incluso, en los yacitados informes de liquidación en los cuales se individualizan como agentes encargados de lasdescargas a los Sres. PORMAR S.A. en los tres primeros transportes y a los Sres. SAAM S.A. enel cuarto- permite estimar que existe fundamento suficiente para liberar de responsabilidad porla existencia de dichos faltantes (mínimos en cuanto su magnitud) a los transportistasdemandados de modo tal que, en consecuencia, con ello la demanda de autos deberá serrechazada en cuanto se refiere, en particular, a estos tres casos".

 

Continúan los jueces en el motivo siguiente indicando que: "sin perjuicio de lo expuesto enel considerando precedente, este juez árbitro estima que la situación de hecho producido conrelación al faltante de carga determinado a propósito del segundo embarque de urea perlada,esto es, aquel cuyo transporte se efectuó por la M/N Aromo, al amparo del conocimiento deembarque Nº 2 de 23 de marzo de 2000, si bien puede ser asimilable -en principio- a la

situación de los otros embarques, lo cierto es que la mayor magnitud de dicho faltante hacepensar que, en este caso, no sería procedente considerar que la pérdida en cuestión no pudiese

 

corresponder, o encasillarse, dentro de la noción de "pérdida tolerable" que se ha aplicado

 

respecto de los otros tres embarques para eximir de responsabilidad a la parte demandada. Enefecto, en el caso del tercer embarque, el faltante de carga, según se estableció en los informesde liquidación aportados por la demandante, fue de 42,373 toneladas métricas, cantidad que, alcompararla con el embarque total de 600.000 toneladas métricas, permite concluir que elfaltante ascendió, en este caso a un 7,06% del total embarcado en dicha nave, según se dejóconstancia en el respectivo conocimiento de embarque. Esta situación comprobable a partir de

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un simple cálculo aritmético, lleva a este juez árbitro a concluir que, en el caso de este tercer

 

embarque, si se encontraría comprometida la responsabilidad del transportista toda vez que, no

 

obstante ser atendibles explicación acerca de la forma en que se efectúa el vaciado de la cargadesde las bodegas de la nave y los puertos de destino, ello no alcanza eximir deresponsabilidad si se considera que, al emitir el respectivo conocimiento de embarque, se hizoresponsable del transporte hasta los puertos de destino del total de la carga embarcada según

se consigna en dicho documento. Así, atendida la magnitud del faltante producido en este caso,esta sentenciadora estima que, no pudiendo compararse la demandada y la noción de "pérdidatolerable" o "derrame usual de la carga", necesariamente, tendrá que ser responsabilizada porla totalidad de dicho faltante y los perjuicios que el mismo ocasiono al consignatario en cuyos

 

derechos se subrogó la Compañía de seguros demandante".

 

DÉCIMO NOVENO: Que en lo relativo a la posible infracción del artículo 983, letras a) y c),en concordancia con el artículo 1206 Nº 4º, ambos del Código de Comercio, al concluirse que lamercancía fue entregada al ponerla en poder del agente del consignatario, no obstante que noexiste prueba de ello, corresponde manifestar que los jueces árbitros y los tribunalesordinarios, tienen "la facultad de apreciar la prueba de acuerdo con las normas de la sana

 

crítica, debiendo consignar en el fallo los fundamentos de dicha apreciación", conforme lo

 

dispone el numeral 4º del artículo 1206 antes citado.

 

En efecto, los sistemas probatorios han evolucionado, respondiendo al desarrollo cultural yla naturaleza de las materias, explorando la forma en que mejor se cumpla con la garantía deldebido proceso al obtener la debida y suficiente argumentación de las decisiones

 jurisdiccionales. Es así como, en un sentido general, se ha considerado que la actividadprobatoria consiste en proporcionar al órgano jurisdiccional los antecedentes necesarios para

 

establecer la existencia de un hecho, sea una acción u omisión. Las definiciones relativas al

 

sujeto, objeto, medios y oportunidad en que debe ser proporcionada la prueba resultan

 

determinantes a la hora de calificar el sistema, como también las etapas mismas de la actividad

 

probatoria dentro del proceso, esto es, la ubicación del elemento de juicio; la proposición uofrecimiento efectuado al tribunal; la aceptación que hace éste para que se incorpore alproceso, ordenando recibirlo; la producción o rendimiento del medio respectivo; su valoraciónindividual como medio probatorio, tanto al verificar que las etapas anteriores se encuentranajustadas a la ley, como a los aspectos sustantivos, evaluando su mérito o contribución en la

 

búsqueda de la verdad; la ponderación de los elementos de juicio que constituyen un mismo

 

tipo de medio probatorio; la misma ponderación comparativa de los diferentes medios, en

 

conjunto; por último, la revisión que corresponde realizar de toda la actividad anterior pormedio de los sistemas recursivos. Resalta en todo lo anterior la valoración individual ycomparativa de los medios probatorios, labor que constituye su ponderación.

En una clasificación general de los sistemas se atiende en primer término a lareglamentación de los medios probatorios y se les califica de: a) Legal, cuando la ley los señalaexpresamente, variando si son números cláusus o números apertus; b) Libre, al hacer el

 

legislador una referencia general, sin mencionarlos expresamente o hacerlo a título referencial.

 

La regulación del valor probatorio enfrenta diversos sistemas de prueba: a) Legal o tasada,en que en legislador indica perentoriamente el valor de cada medio; b) Libre convicción, en queno se entregan parámetros rígidos de valor de los medios a los magistrados, los cualesexpondrán los motivos por los cuales prefieren unos en desmedro de otros; c) Entregado a la

conciencia del juzgador, en que se solicita que el medio probatorio produzca certeza en laesfera íntima del juez y éste exprese tales circunstancias; d) Sana crítica, se requiere que la

 

persuasión que ocasiona el medio en el juez no se realice obedeciendo a cualquier fundamento,

 

sino sobre la base de un análisis razonado que explícita el magistrado en su decisión,atendiendo a las leyes de la experiencia, la lógica y los conocimientos comúnmente afianzados.

Respecto de la ponderación de los medios probatorios o evaluación comparativa de losmismos, se considera a los sistemas: a) Legal, cuando el legislador efectúa una regulación en lavaloración comparativa de un mismo medio probatorio y de éste con los demás medios

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reunidos en el proceso, indicando la preeminencia o falta de valor en cada circunstancia; b)

 

Íntima convicción, cuando se entrega al magistrado realizar la ponderación comparativa para

 

llegar a una decisión, exigiéndole solamente expresar las razones; c) Persuasión racional, la leyentrega al juez la competencia de asignar valor a los medios probatorios y preferirlos unos endesmedro de otros.

El legislador conjuga estas funciones relacionadas con la prueba, sin embargo, éste buscala fundamentación de los fallos y que ésta argumentación sea congruente. La sana crítica vienea constituir un sistema que pretende liberar al juez de disposiciones cerradas, puesto que nosiempre el seguirlas es garantía de justicia en las determinaciones jurisdiccionales,

 

reaccionando en contra de la aplicación objetiva de la ley, impulsando al magistrado a buscar

 

con determinación la verdad dentro del conflicto.

VIGÉSIMO: Que la sana crítica está referida a la valoración y ponderación de la prueba,esto es, la actividad encaminada a determinar primero los aspectos que inciden la decisión deconsiderar aisladamente los medios probatorios, para precisar su eficacia, pertinencia, fuerza,vinculación con el juicio y cuanto pueda producir fe en el juzgador respecto de su validez y su

 

contribución al establecimiento de la verdad de los hechos controvertidos, esto es el mérito que

 

puede incidir en la convicción del sentenciador. Luego, en una valoración conjunta de los

 

medios probatorios así determinados, extraer las conclusiones pertinentes en cuanto a los

hechos y fijar la forma en que sucedieron los hechos. En ambos escalones deberá tenerpresente el magistrado las leyes de la lógica, la experiencia y los conocimientos científicamenteafianzados en la comunidad en un momento determinado, por ello es que son variables en eltiempo y en el espacio, pero estables en el pensamiento humano y la razón. Este es elcontenido de la sana crítica o su núcleo medular; son los aspectos que no pueden ser

 

desatendidos.

El legislador en nuestro país ha expresado en diversas normas los elementos anteriores al

 

aludir a la sana crítica. Al respecto ha señalado directamente su contenido, describiendo loselementos que la componen y en otras ocasiones se ha limitado a efectuar una referencia alconcepto.

La ley Nº 18.287, sobre procedimiento ante los juzgados de policía local, en su artículo 14

 

expresa: "El Juez apreciará la prueba y los antecedentes de la causa, de acuerdo con las reglas

 

de la sana crítica", agregando a continuación: "Al apreciar la prueba de acuerdo con las reglas

 

de la sana crítica, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas,científicas o técnicas en cuya virtud les asigne valor o las desestime. En general, tomará enespecial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de laspruebas y antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzcalógicamente a la conclusión que convence al sentenciador".

Por su parte el Código del Trabajo, en los artículos 455, 456 y 459 letra d), ordena: "El

 

tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica"; "Al apreciar las pruebas

 

según la sana crítica, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplementelógicas, científicas, técnicas o de experiencia en cuya virtud les designe valor o las desestime.En general, tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión,concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera queel examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador".

El Código Procesal Penal, dispone en su artículo 297: "Valoración de la prueba. Los

 

tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principios de la

 

lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. El tribunaldeberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquellaque hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta parahacerlo".

La Ley 19.968, sobre procedimiento ante los Tribunales de Familia, en su artículo 32,

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estipula: "Valoración de la prueba. Los jueces apreciarán la prueba de acuerdo a las reglas de la

 

sana crítica. En consecuencia, no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de

 

la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. La sentencia deberá hacersecargo en su fundamentación de toda la prueba rendida, incluso de aquella que hubieredesestimado, indicando en tal caso las razones tenidas en cuenta para hacerlo. La valoración dela prueba en la sentencia requerirá el señalamiento de los medios de prueba mediante los

cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos, de modo de contener el razonamientoutilizado para alcanzar las conclusiones a que llegare la sentencia".

La ley 19.300 sobre Bases del Medioambiente, en su artículo 62 expresa: "El juez apreciará

 

la prueba conforme a las reglas de la sana critica y será admisible cualquier medio de prueba,

 

además de los establecidos en el Código de Procedimiento Civil".

En la ley 18.101 sobre arrendamiento de predios urbanos, el artículo 8º, indica: "Los juiciosa que se refiere el artículo anterior se regirán por las reglas siguientes: 7) La prueba seráapreciada conforme a las reglas de la sana crítica. La prueba testimonial no se podrá rendirante un tribunal diverso de aquél que conoce de la causa".

 

La ley 20.322 que contiene la Ley Orgánica de Tribunales Tributarios y Aduaneros,

 

publicada el 27 de enero de 2009 y que entrará en vigencia en la forma y oportunidad que

disponen los artículos transitorios, prescribe en su artículo segundo Nro. 25 que el texto delartículo 132 del Código Tributario, contenido en el decreto ley Nº 830 de 1974 se reemplazapor el siguiente: "La prueba será apreciada por el Juez Tributario y Aduanero de conformidadcon las reglas de la sana crítica. Al apreciar las pruebas de esta manera, el tribunal deberáexpresar en la sentencia las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o

 

de experiencia en virtud de las cuales les asigna valor o las desestima. En general, tomará en

 

especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las

 

pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca

 

lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador."

Diversas otras disposiciones indican que la prueba se apreciará conforme a las reglas de lasana crítica, sin establecer parámetros para ello, por cuanto se atiene a las normas antestranscritas, en las cuales se ha desarrollado su contenido. Efectúan esta referencia los artículos

 

50 B de la Ley 19.496, sobre Protección de los Derechos de los Consumidores; 111 de la Ley

 

19.039, sobre Propiedad Industrial; 22 del Decreto Ley 211, sobre Libre Competencia; 425 del

 

Código de Procedimiento Civil; 5º del Auto Acordado sobre Tramitación del Recurso deProtección de Garantías Constitucionales.

En otras oportunidades el legislador hace aplicable tales disposiciones de manera indirecta,al ordenar que se rija el asunto por un procedimiento en que consultó esta regla, como ocurrecon el artículo 33 de la ley 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria, que hace aplicable elprocedimiento de los jueces de policía local; el artículo 1º de la Ley 14.908, sobre Abandono de

 

Familia y Pago de Pensiones alimenticias, que alude al procedimiento de los juzgados de

 

familia.

VIGÉSIMO PRIMERO: Que conforme a la enunciación que ha hecho nuestro legislador, sepuede expresar:

a) La sana crítica constituye un sistema probatorio constituido por reglas que estándestinadas a la apreciación de la prueba rendida en el proceso, dirigidas a ser observadas por

 

los magistrados.

 

b) Específicamente las reglas de la sana crítica imponen mayor responsabilidad a los juecesy, por lo mismo, una determinada forma en que deben ejercer sus funciones, que está referidaa motivar o fundar sus decisiones de manera racional y razonada, exteriorizando lasargumentaciones que le han provocado la convicción en el establecimiento de los hechos, tantopara admitir o desestimar los medios probatorios, precisar su validez a la luz del ordenamiento

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 jurídico, como el mérito mismo que se desprende de ellos.

 

c) La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento de todos los mediosde prueba, explicitando aquellos mediante cuyo análisis se dieren por acreditados cada uno delos hechos, de modo de contener el razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a quellegare la sentencia.

d) El análisis y ponderación de la prueba debe ser efectuado de manera integral, esto es,haciéndose cargo y examinando en la fundamentación destinada a la fijación de los hechos, detoda la prueba producida por las partes en el juicio, tanto en la que sustenta su convicción,

 

como aquella que es descartada. Es más, bajo los principios de exclusión de la prueba en

 

etapas anteriores a la sentencia, nada priva que el análisis se extienda a ellas, pero para el sóloefecto de dejar constancia de la trascendencia de aquella determinación.

e) Los sentenciadores dejarán explicitadas en la sentencia las razones jurídicas, losprincipios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamenteafianzados en cuya virtud le asignan valor o desestiman las pruebas.

 

f) Se agrega por el legislador la orientación que, en el ejercicio de la función reseñada, el

 

sentenciador "deberá" tener especialmente en consideración, esto es, la multiplicidad,

gravedad, precisión, concordancia y conexión de la prueba rendida entre sí y de ésta con losdemás antecedentes del proceso.

g) La explicitación en la aplicación de las reglas de la sana crítica está dirigido al examen delas partes y ciudadanos en general, como el control que eventualmente pudieran llegar a

 

efectuar los tribunales superiores mediante la aplicación del sistema recursivo que cada materia

 

o procedimiento contemple, en que debe revelar y conducir lógicamente a la conclusión que

 

convence al sentenciador en la ponderación de la prueba.

 

VIGÉSIMO SEGUNDO: Que resulta incuestionable el hecho que el legislador fijó su atenciónen dotar de garantías a las reglas de la sana crítica, con el objeto que fueran fácilmenteobservables. Pero del mismo modo, el aspecto fundamental queda determinado en precisar enla sentencia "las razones jurídicas, los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y

 

los conocimientos científicamente afianzados" en cuya virtud le asignan valor o desestiman las

 

pruebas rendidas en el proceso. Es el legislador el que se remite a tales parámetros, es él quien

 

integra la ley con razones, principios, máximas y conocimientos. Por lo mismo su inobservancia,transgresión, equivocada aplicación o errónea interpretación puede dar origen a la interposiciónde los recursos que contempla la ley, puesto que cuando no se los cumple, no solamente sedesobedecen sus determinaciones, sino que, además, se quebranta la ley, vulnerando lasgarantías que el legislador concede a las partes, con lo cual se contraviene el ordenamiento

 jurídico en general, ante lo que el mismo legislador reacciona privando de fuerza y efectos a ladeterminación así alcanzada, en atención a que en último término se desatiende la soberanía y

 

se afecta el estado democrático, constitucional y social de derecho. De esta manera,

 

corresponde entrar a precisar el contenido de aquellos parámetros, con la finalidad de decidirsu posible transgresión a los efectos de resolver el presente recurso de casación en el fondo,adoptando la decisión que resulte pertinente y adecuada.

VIGÉSIMO TERCERO: Que la sana crítica determina su contenido, además de las razones

 jurídicas pertinentes, por las reglas de la lógica, la experiencia y los conocimientoscientíficamente afianzados, a los que se agregan las reglas de la psicología, pero que nuestro

 

legislador ha omitido.

 

La lógica pretende distinguir entre los razonamientos correctos, de aquellos que no lo son,en cuyas proposiciones debe existir una vinculación racional, a las que se le denomina:Implicación, equivalencia, consistencia e independencia. La lógica formal origina las leyes: a)De la identidad, que pretende significar que si una proposición es verdadera, siempre seráverdadera. La identidad de la persona o cosa es la misma que se supone; b) De la falta de

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contradicción, según la cual una proposición no puede ser verdadera y falsa al mismo tiempo.

 

Dos juicios contrapuestos o contradictorios se neutralizan o destruyen entre sí. Dos juicios

 

contradictorios no pueden ser simultáneamente válidos y que, por lo tanto, basta con reconocerla validez de uno de ellos para poder negar formalmente la validez del otro; c) De terceroexcluido, en que una proposición no puede ser verdadera o falsa al mismo tiempo. Dos juicioscontradictorios no pueden ser simultáneamente falsos y que, basta con reconocer la falsedad de

uno de ellos para poder afirmar formalmente la validez del otro. Se presenta en los casos endónde un juicio de valor es verdadero y el otro es falso; y d) De la razón suficiente (paraquienes no la consideran como parte integrante de la teoría de la demostración), cuyaimplicancia contempla que cualquier afirmación o proposición que acredite la existencia o no de

 

un hecho, tiene que estar fundamentada o probada, pues las cosas existen y son conocidas por

 

una causa capaz de justificar su existencia. (Ver Nelson Pozo Silva, Argumentación de lasentencia penal, Editorial Puntolex).

Por su parte la experiencia, comprende por las nociones de dominio común y que integranel acervo cognoscitivo de la sociedad, las que se aprende como verdades indiscutibles. Couturedefine las llamadas máximas de experiencia como "normas de valor general, independientes del

 

caso específico, pero como se extraen de la observación de lo que generalmente ocurre en

 

numerosos casos, son susceptibles de aplicación en todos los otros casos de la misma especie"

 

(Fundamentos de Derecho Procesal Civil, página 192); Friedrich Stein, expresa que éstas "son

definiciones o juicios hipotéticos de contenido general, desligados de los hechos concretos quese juzgan en el proceso, procedentes de la experiencia, pero independientes de los casosparticulares de cuya observación se han inducido y que, por encima de esos casos, pretendentener validez para otros nuevos" (El conocimiento Privado del Juez, página 27) (citados por JoelGonzález Castillo, Revista Chilena de Derecho, Vol. 33 Nº 1, año 2006).

 

Existen ciertos elementos comunes a las máximas de experiencia: "1º Son juicios, esto es,

 

valoraciones que no están referidas a los hechos que son materia del proceso, sino que poseen

 

un contenido general. Tienen un valor propio e independiente, lo que permite darle a lavaloración un carácter lógico; 2º Estos juicios tienen vida propia, se generan de hechosparticulares y reiterativos, se nutren de la vida en sociedad, aflorando por el proceso inductivodel juez que los aplica; 3º No nacen ni fenecen con los hechos, sino que se prolongan más alláde los mismos, y van a tener validez para otros nuevos; 4º Son razones inductivas acreditadas

 

en la regularidad o normalidad de la vida, y, por lo mismo, implican una regla, susceptible de

 

ser utilizada por el juez para un hecho similar; 5º Las máximas carecen de universalidad. Están

 

restringidas al medio físico en que actúa el juez, puesto que ellas nacen de las relaciones de lavida y comprenden todo lo que el juez tenga como experiencia propia" (Joel González Castillo,Revista Chilena de Derecho, Vol. 33 Nº 1, año 2006).

Los conocimientos científicamente afianzados son diversos, pero se ajustan a conclusionesque se adquieren aplicando el método científico, el cual se caracteriza por sus etapas deconocimiento, observación, planteamiento del problema, documentación, hipótesis,

 

experimentación, demostración o refutación y conclusión: tesis o teoría. Los conocimientos

 

científicos están asociados a las teorías y leyes de las diversas ciencias, las que se hanconstruido mediante el método científico, el cual está caracterizado fundamentalmente por lademostración.

La diferencia entre la lógica formal con las máximas de la experiencia y los conocimientos

científicamente afianzados, está constituida por el hecho de que la primera no requiere serdemostrada.

La jurisprudencia de esta Corte Suprema ha tenido la oportunidad de resolver por mediodel recurso de casación en el fondo la violación de las reglas de la sana crítica y acerca de ello,se ha dicho: "Que al efecto, y por lo que se dirá, es preciso tener presente que atenta contralos principios básicos de lógica formal, por contrariar las reglas del correcto entendimientohumano: a) decir de algo lo que no es, por ser contrario al "principio de identidad"; y b)concluir como verdaderos, hechos deducidos de premisas o hipótesis falsas, por configurarse el

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error de raciocinio llamado "argumentación en base a falso antecedente." "Que de lo razonado

 

en los considerando quinto a noveno de esta sentencia aparece que los jueces del fondo, al

 

apreciar la prueba, vulneraron las normas reguladoras establecidas en los artículos 455 y 456del Código del Trabajo, toda vez que resulta contrario a la lógica formal, y en consecuencia a lasana crítica, sostener de una cosa lo que no es y, también, tener por verdaderos hechosdeducidos a partir de hipótesis falsas, lo que se concretó al afirmar que un testigo dijo algo

distinto a lo señalado en su declaración y al sostener que la absolvente no ha reconocidohechos que la perjudican, siendo evidente que sí lo hizo" (Corte Suprema, 4 de noviembre de2008, causa rol Nº 5129-08, considerandos séptimo y décimo).

VIGÉSIMO CUARTO: Que luego de hacer una relación de hecho, el juez de primer grado

 

expuso en el motivo décimo octavo: "En consecuencia con lo razonado en el considerandoanterior, este Juez Sentenciador concluirá que, si bien se produjeron los faltantes alegados porla demandante, lo cierto es que -salvo el caso del segundo embarque de urea perlada efectuadoen la M/N Aromo al amparo del conocimiento de embarque Nº 2 de 23 de marzo de 2000 que,en la demanda, se individualiza como tercer embarque- no se encuentra plenamente acreditadoen autos que los mismos se hayan producido mientras la carga estuvo bajo la custodia de los

 

transportistas demandados considerando para ello, especialmente, la circunstancia de tratarse

 

de mercancía a granel y que las labores de descarga de las mismas fueron ejecutadas por

 

terceros ajenos a los demandados de modo tal que éstos no tuvieron participación ni incidencia

directa en dichas labores."

"Para arribar a la conclusión precedente este Juez comparte la apreciación de la partedemandada, en cuanto a que la magnitud de cada faltante es un antecedente relevante paraefectos de considerar, por una parte, que los mismos no se produjeron mientras la carga

 

estuvo bajo la custodia de los transportistas y, por otra, que tales faltantes pueden

 

corresponder, perfectamente, a porcentajes o grados de pérdidas absolutamente normales y

 

tolerables producidos en el marco de un procedimiento de descarga de graneles; en efecto, en

 

el caso del embarque de trigo americano "hard and winter" transportado en la MN Aromo, elfaltante determinado en el puerto de San Antonio, según la actora, fue de 52.274 kilogramosque, si se comparan con el cargamento total que ascendía a 6729, 844 toneladas métricas,arroja un faltante de 0,78% del total embarcado según se señala, incluso, en el informe deliquidación acompañado por la propia demandante; en el caso del segundo cargamento, esto

 

es, el embarque de urea perlada, a granel, efectuado en la MN Aromo, al hacer igual cálculo, se

 

puede establecer que el faltante de 30,707 toneladas equivale al 0,98% del total embarcado en

 

esa nave y, por último, en el cuarto cargamento, esto es, fosfato diamónico a granelembarcado en la MN Alerce, el faltante reclamado por la demandante representa sólo el 1,43%del total embarcado en la citada nave."

"Las circunstancias expuestas en el párrafo anterior que, como hemos dicho, encuentra unfundamento en el detalle contenido en las liquidaciones de siniestro acompañados por la propiaparte demandante en lo principal de fojas 165, con los Nºs 8, 18, 25 y 32, hace concluir a este

 

Juez Árbitro que, en el caso materia de autos y con relación a los tres embarques que se han

 

individualizado, los faltantes en cuestión se produjeron como consecuencia de la naturaleza delas mercancías transportadas, esto es, graneles y del procedimiento seguido en cada caso parasu descarga en los puertos de destino el cual implica que, por distintos factores, existe ungrado de "pérdida aceptable" de mercancía. Esta situación, considerando que los transportistasno tuvieron participación en dichas labores -tal como se dejó constancia, incluso, en los ya

citados Informes de Liquidación en los cuales se individualizan como agentes encargados de lasdescargas a los señores PORMAR S.A. en los tres primeros transportes y a los señores SAAM

 

S.A., en el cuarto- permite estimar que existe fundamento suficiente para liberar de

 

responsabilidad por la existencia de dichos faltantes (mínimos, en cuanto su magnitud) a lostransportistas demandados de modo tal que, en consecuencia con ello, la demanda de autosdeberá ser rechazada en cuanto se refiere, en particular, a esos tres casos".

Luego en los tres primeros párrafos del considerando décimo noveno agrega: "sin perjuiciode lo expuesto en el considerando precedente, este juez árbitro estima que la situación de

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hecho producida con relación al faltante de carga determinado a propósito del segundo

 

embarque de urea perlada, esto es, aquel cuyo transporte se efectuó por la MN Aromo, al

 

amparo del Conocimiento de Embarque Nº 2, de 23 de marzo de 2000, si bien puede serasimilable -en principio- a la situación de los otros embarques, lo cierto es que la mayormagnitud de dicho faltante hace pensar que, en este caso, no sería procedente considerar quela pérdida en cuestión pudiese corresponder, encasillarse, dentro de la noción de "pérdida

tolerable" que se ha aplicado respecto de los otros tres embarques para eximir deresponsabilidad a la parte demandada."

"En efecto, en el caso del tercer embarque a que nos estamos refiriendo, el faltante de

 

carga, según se estableció en los informes de liquidación aportados por la demandante, fue de

 

42, 373 toneladas métricas, cantidad que, al compararla con el embarque total de 600.000toneladas métricas, permite concluir que el faltante ascendió, en este caso, aún 7,06% del totalembarcado en dicha nave, según se dejó constancia en el respectivo Conocimiento deEmbarque. Esta situación, comprobable a partir de un simple cálculo aritmético, lleva a esteJuez Árbitro a concluir que, en el caso de este tercer embarque, sí se encontraría comprometidala responsabilidad del transportista toda vez que, no obstante ser atendible su explicación

 

acerca de la forma en que se efectúa el vaciado de la carga desde las bodegas de la nave y los

 

puertos de destino, ello no alcanza a eximirlo de responsabilidad si se considera que, al emitir

 

el respectivo Conocimiento de Embarque, se hizo responsable del transporte hasta los puertos

de destino del total de la carga embarcada según se consigna en dicho documento. Así,atendida la magnitud del faltante producida en este caso, este sentenciador estima que, nopudiendo ampararse la demandada en la noción de "pérdida tolerable" o "derrame usual de lacarga", necesariamente, tendrá que ser responsabilizada por la totalidad de dicho faltante y losperjuicios que el mismo ocasionó al consignatario en cuyos derechos se subrogó la Compañía

 

de seguros demandante."

 

"En consecuencia con lo anterior, este Árbitro acogerá la pretensión de la demandante sólo

 

en lo que dice relación con los faltantes y perjuicios alegados a propósito del embarque ytransporte antes individualizados y, para determinar el monto de la indemnización, dará plenovalor a los documentos justificativos acompañados por la parte demandante, en particular, alInforme de Liquidación Nº CGO/04-20633, que se guarda y custodia de este Tribunal y seagregó a los autos con el Nº 25 de lo principal del escrito de fojas 165 y siguientes que

 

establece que el monto total en que fueron avaluados los referidos faltantes asciende a la suma

 

de US$3409,84 sin perjuicio de los honorarios por concepto de liquidación de siniestro que

 

ascendieron a la suma de US$611,40. Respecto de este último rubro, por estimar queconstituye una consecuencia directa e inmediata del faltante de carga atribuible a lademandada, este sentenciador dará lugar también a la indemnización de modo tal que, endefinitiva, la suma total que se fijará por tal concepto será la de US$4021,24 más en losrespectivos sus reajustes e intereses. Sin perjuicio de lo anterior, la circunstancia de habersepagado por la Compañía de seguros demandante la suma de US$3409, 84, resulta acreditadapor el documento "Recibo de Indemnización - Finiquito y Cesión de Derechos" que rola a fojas

 

103 de la autos cuyas obsesiones fueron desechadas en este mismo fallo".

 

VIGÉSIMO QUINTO: Que de acuerdo a lo acotado, los jueces del fondo rechazan lademanda respecto de las pérdidas que se produjeron con motivo de los contratos detransporte de junio de 1999, en la motonave Aromo de 6.729,844 toneladas métricas de trigoamericano a granel; de julio del mencionado año, en la motonave Alerce, en que se

transportaron 3.275 toneladas métricas de fosfato diamónico a granel, y de septiembre del añoen referencia, en la motonave Aromo, en que se transportaron 2.600 toneladas métricas de

 

urea perlada a granel, por cuanto "no se encuentra plenamente acreditado en autos" que la

 

pérdida o faltante "se haya producido mientras la carga estuvo bajo la custodia de lostransportistas".

Posteriormente se sostiene que se tiene en consideración para establecer lo anterior "quelas labores de descarga" de las mercancías "fueron ejecutadas por terceros ajenos a losdemandados de modo tal que éstos no tuvieron participación ni incidencia directa en dichas

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labores".

Se termina razonando al respecto, que atendida la circunstancia de tratarse de mercancíasa granel, los "faltantes pueden corresponder, perfectamente, a porcentajes o grados de pérdidaabsolutamente normales y tolerables producidos en el marco de un procedimiento de descargade graneles".

Al sostener en tales razonamientos, para excluir la responsabilidad del transportadordemandado, que la descarga la realizaron agentes del consignatario no vinculados altransportista y luego manifestar que, en todo caso, existió una pérdida razonable, no se

 

infringen las leyes formales de la lógica por ser esta última argumentación expresada con

 

posterioridad, de forma tal que se efectúo a mayor abundamiento.

La circunstancia que podría aparecer desprovista de razones jurídicas es la afirmación basede la irresponsabilidad, como es que "que si bien se produjeron los faltantes alegados por lademandante, lo cierto es que no se encuentra plenamente acreditado en autos que los mismosse hayan producido mientras la carga estuvo bajo la custodia de los transportistas

 

demandados", puesto que en el régimen de responsabilidad contractual, debe demostrarse

 

expresamente que la pérdida se produjo luego de salir de la custodia de los transportistas. En

 

este sentido no resulta suficiente la alegación que el contrato de transporte genera una

obligación de resultado, al no atacarse la determinación del antecedente fáctico reproducido,puesto que en definitiva los jueces liberaron de responsabilidad al demandado, en cuanto esmateria del recurso en estudio.

VIGÉSIMO SEXTO: Que, de otro lado, en lo relacionado con el faltante vinculado con el

 

transporte de 600.000 toneladas métricas de urea perlada en la motonave Aromo en marzo

 

de 2000, éste se sitúa bajo la responsabilidad del transportador demandado, atendida la

 

exclusión que se efectúa al inicio del fundamento décimo octavo del fallo de primer grado. Sin

 

embargo, en el motivo siguiente se consigna, lo que ha de entenderse igualmente a mayorabundamiento, para reforzar la decisión en el evento que se destruya la primera premisa, enorden a que "lo cierto es que la mayor magnitud de dicho faltante hace pensar que, en estecaso, no sería procedente considerar que la pérdida en cuestión pudiere corresponder, oencasillarse, dentro de la noción de "pérdida tolerable" que se ha aplicado respecto de los otros

 

tres embarques para eximir de responsabilidad a la parte demandada".

 

Este presupuesto lleva a precisar si en la determinación anterior existió infracción de ley,teniendo presente para ello que el criterio práctico de "pérdida normal" o "tolerable" debe sercalificada, en la terminología de los jueces de la instancia, como un concepto que constituyeuna costumbre mercantil.

Teniendo en vista la resolución del presente recurso de casación en el fondo, corresponderesolver si puede considerarse la costumbre, para los efectos de decidir la posible infracción de

 

ley.

 

VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que en el establecimiento del criterio práctico de pérdida normal otolerable, no se expresan mayores antecedentes que permitan sostenerla por parte de los

 jueces de la instancia. En este sentido podría ir en contra de razones o explicaciones jurídicas,puesto que no se indica ninguna norma legal o reglamentaria de la cual derive, por lo que,

también, podría contravenir la lógica formal, específicamente la ley de la razón suficiente, queexige acreditar y justificar la causa que la determina; causa que debe estar fundamentada y en

 

este caso no lo está.

VIGÉSIMO OCTAVO: Que durante la tramitación del proyecto de Ley de Organización de losTribunales y del Código de Procedimiento Civil se analizan diferentes temas relativos a lacasación, entre los cuales se considera el artículo 3º del Código Civil, que en su inciso segundodispone el efecto relativo de la fuerza obligatoria de las sentencias judiciales; principio que enel Proyecto del señor Lira se pretendió alterar, al establecer en el artículo 791 que el recurso de

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casación pondría fundarse en "haber sido la sentencia dada contra ley o contra doctrina legal",

 

agregando que se "entiende por doctrina legal, para los efectos de este artículo, la que deriva

 

más o menos directamente de la ley o de los principios y reglas del derecho, se hallageneralmente recibida por la jurisprudencia de los tribunales". Durante la discusión de laComisión redactora se hizo presente la inconveniencia de lo anterior, pues la doctrina legal serecoge excepcionalmente cuando la ley se remite a la costumbre, contestando el señor Lira que

vaciló en poner esta norma y, en definitiva se desechó esta indicación, del mismo modo comose excluyó la indicación que pretendía establecer en la causal la infracción "expresa" de ley.

De esta forma, en el texto original del Código de Procedimiento Civil, el legislador sólo

 

requiere a la parte agraviada que interpone el recurso, hacer mención "de la ley o leyes

 

infringidas"; la Ley 3390 solicitará se señale "la forma en que se ha producido la infracción y dela manera como ésta influye en lo dispositivo del fallo", presupuesto que variará nuevamentecon motivo de la reforma introducida por la Ley 19.374, en que reaccionando respecto delexcesivo formalismo con que se interpretan estas normas por parte de la Corte Suprema,introduce la noción de "error de derecho", con el propósito de dar mayor amplitud al recurso eimpedir fueran declarados inadmisibles en su análisis en cuenta, al menos por este motivo. Si

 

bien de la historia fidedigna de la modificación introducida al artículo 772 del Código de

 

Procedimiento Civil, por la Ley 19.374 de 1995, se dispuso que en el escrito que se interpone el

 

recurso de casación en el fondo debe expresarse "en que consiste el o los errores de derecho de

que adolece la sentencia recurrida", constituyéndose, en concepto del legislador, en "lainnovación más importante", puesto que "no se obliga a hacer mención expresa y determinadade la ley o leyes que se suponen infringida", pero que se limita a precisar que lo anterior seproduce como reacción a "muchas declaraciones de inadmisibilidad", bastando ahora conprecisar "en qué consisten el error o los errores de derecho que adolece la sentencia recurrida"

 

(Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, sesión 4º, Martes 7 de junio de 1994, página

 

371). Sin embargo, la modificación legislativa que no altera lo dispuesto en el artículo 767 del

 

Código citado, el cual continúa disponiendo que el recurso de casación en el fondo tiene lugar

 

contra las sentencias que indica, "siempre que se hayan pronunciado con infracción de ley", conlo cual la competencia de la Corte Suprema al conocer de un recurso de casación en el fondo nose ha alterado. Es así como, en la misma historia fidedigna del establecimiento de lamodificación al aludido artículo 772, se deja constancia que una senadora presentó indicaciónpara que no fuera alterado su texto, pues en la práctica no se habían planteado problemas de

 

interpretación en lo que comprende la noción de "infracción de ley", con lo que se evitarían

 

futuras dificultades respecto de la inteligencia de "error de derecho", sin embargo, luego de la

 

explicación del senador informante, se sumó al texto propuesto, agregando: "Que todo cambiepara que siga igual", dándose por aprobado el precepto (Diario de Sesiones del Senado, sesión14º, Martes 16 de noviembre de 1993, páginas 2092 y 2093). Con lo expuesto queda en claroque el Senado, al igual que la Cámara de Diputados, entendió la modificación al artículo 772 delCódigo de Procedimiento Civil, como una desformalización en la interposición de casación en elfondo, pero no varió la causal del recurso.

Los principales cambios en este sentido se resumen: a) Supresión de la cuantía, por las

 

diferentes consecuencias que determinó la jurisprudencia que traía aparejado su erróneoestablecimiento; b) Eliminación consignación previa como requisito de interposición, productode la revisión estricta que desarrolló al respecto por la Corte, y c) Sustitución de las exigencias:1) Hacer "mención expresa y determinada de la ley o leyes que se suponen infringidas"; 2)Hacer "mención expresa y determinada de "la forma en que se ha producido la infracción", y 3)

Precisar "la manera cómo ésta (infracción) influye en lo dispositivo del fallo", por las siguientes:1) Expresar en qué consiste el o los errores de derecho de que adolece la sentencia recurrida, y

 

2) Señalar de qué modo ese o esos errores de derecho influyen sustancialmente en lo

 

dispositivo del fallo.

VIGÉSIMO NOVENO: Que en lo atinente a la posible infracción de la costumbre como causalde casación en el fondo, corresponde decidir que nuestro legislador civil ha dispuesto, en elartículo 2º del Código del ramo, que la costumbre constituye derecho en los casos en que la leyse remite a ella, de forma tal que en las materias que dicha rama del derecho regula, en

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principio la infracción de la costumbre puede dar lugar a un recurso de casación en el fondo,

 

pues en este evento es el mismo legislador el que la ha llamado a regir una situación especial,

 

procediendo, de esta forma, a integrarla al ordenamiento jurídico. Sin embargo, no es menoscierto que si bien la violación de la costumbre puede ser causal de casación cuando la ley seremite a ella, su establecimiento o determinación es una cuestión de hecho, que quedaentregada a la competencia de los jueces del fondo, por cuanto, su existencia no emana de un

acto de autoridad, ni se expresa públicamente de manera oficial, debiendo ser probada por laspartes en el juicio.

No obstante lo anterior el Derecho Mercantil ha consignado normas especiales en cuanto a

 

la costumbre. Es así como el artículo 4º del Código de Comercio dispone: "Las costumbres

 

mercantiles suplen el silencio de la ley, cuando los hechos que las constituyen son uniformes,públicos, generalmente ejecutados en la República o en una determinada localidad, y reiteradospor un largo espacio de tiempo, que se apreciará prudencialmente por los juzgados decomercio". Si bien la costumbre es supletoria y, por lo mismo, complementaria a la ley,rigiendo los aspectos que no han sido normados por el legislador, ésta tiene una procedenciageneral y no sólo cuando la ley se remite a ella, exigiéndose que los hechos que la constituyen

 

reúnan caracteres de uniformidad, publicidad, ejecución local o nacional, estabilidad y

 

reiteración en el tiempo, todos aspectos de hecho que deben ser apreciados prudencialmente

 

por los jueces, de forma que, en tales condiciones, quedan excluidas de ser denunciada su

violación por medio de un recurso de casación en el fondo. Esta exclusión se produce tanto porestar relacionada con elementos fácticos, como por entregarse al magistrado la apreciaciónprudencial de los mismos, esto es, discerniendo y distinguiendo lo correcto para ajustarse a ellocon moderación y cautela.

Es más, en este preciso campo, el legislador incluso ha dispuesto la forma como la

 

costumbre debe ser acreditada en el juicio. En efecto, el artículo 5º del Código de Comercio

 

preceptúa: "No constando a los juzgados de comercio que conocen de una cuestión entre

 

partes la autenticidad de la costumbre que se invoque, sólo podrá ser probada por alguno deestos medios:"

"1º Por un testimonio fehaciente de dos sentencias que, aseverando la existencia de lacostumbre, hayan sido pronunciadas conforme a ella;"

 

"2º Por tres escrituras públicas anteriores a los hechos que motivan el juicio en que debe

 

obrar la prueba."

Sin embargo, el evento reglado por la norma recién transcrita no es el concurrente en laespecie, pues los magistrados de la instancia afirmaron constarles la costumbre basada en lanoción de "perdida tolerable" o "derrame usual de la carga", resultando, en consecuencia,improcedente su prueba.

En tales circunstancias cobra aplicación la norma que dispone: "Las costumbres mercantiles

 

servirán de regla para determinar el sentido de las palabras o frases técnicas del comercio ypara interpretar los actos o convenciones mercantiles" (art. 6º del Código de Comercio), que esprecisamente lo que hicieron los magistrados del fondo y que, como se ha expresado, quedaexcluida de la competencia de esta Corte de Casación, por ser una cuestión de hecho.

TRIGÉSIMO: Que en este sentido es menester consignar que aún cuando se hayaninvocado por los jueces de la instancia -basado en la costumbre mercantil- conceptos como

 

aquellos que la recurrente reprocha, vale decir, los relativos a una "pérdida habitual", lo que

 

 justificaría el faltante acreditado en la especie y se concluyera que efectivamente éstos noconstituyen causa legal de eximición de responsabilidad, resulta palmario que talesargumentaciones aparecen redundantes a partir de lo que ya se ha reseñado, toda vez quedichas fundamentaciones sólo surgen luego de haberse dejado fijada la irresponsabilidad detransportista con la entrega de la carga.

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De lo anterior deriva que aún cuando se concluyera que se han verificado los yerros que se

 

invocan por la recurrente, de todos modos tales conculcaciones no han tenido la virtud de influir

 

sustancialmente en lo dispositivo del fallo, por cuanto, como se adelantó, no obstante secorrigiera la transgresión y se excluyera la noción de pérdida razonable, igualmente habría decolegir que el transportista carece de responsabilidad por haberse establecido, previamente,que la merma de las mercancías no se verificó durante el período de su custodia.

TRIGÉSIMO PRIMERO: Que al no concurrir infracción de ley, con influencia substancial en lodispositivo del fallo, el recurso de casación en el fondo deberá ser desestimado.

De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del Código de

 

Procedimiento Civil, se rechaza, con costas, el recurso de casación en el fondo interpuesto porla abogada María Elena Rivera Pröschle en representación de la demandante, en lo principal defojas 491, en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, de fecha nuevede abril de dos mil siete, que se lee a fojas 7488 y siguientes.

Se previene que el ministro señor Juica no comparte las fundamentaciones contenidas en

 

los motivos decimonoveno a vigésimo tercero y vigésimo quinto, porque en su opinión el tema

 

de la valoración de la prueba de acuerdo con las reglas de la sana crítica no fue una cuestión

 

denunciada en el recurso y, en segundo término, porque esa valoración especial no puede ser

materia del recurso de casación en el fondo.

Tiene presente para ello las siguientes fundamentaciones.

1.- Que en relación a lo primero, el recurso con la infracción de las leyes que indica, en lo

 

pertinente, sólo reclama de un error de derecho en cuanto a que los jueces del fondo han

 

establecido el concepto de "pérdida habitual" o "derrame habitual", limitando la responsabilidad

 

del transportista marítimo sin texto expreso que lo reconozca y que resulta distinto a aquel

 

establecido en el artículo 992 del Código de Comercio, con lo cual se transgreden los artículos2.465 y 1.556 del Código Civil. Como se advierte del reproche, en el fondo se reclama de haberestablecido, los jueces de la instancia, la existencia de una costumbre mercantil sin que sehayan cumplido los requisitos que al efecto exige el Código del ramo, sin que se denuncie unquebrantamiento a las normas que permiten la aplicación del derecho consuetudinario en el

 

comercio marítimo, de modo tal, que en esta parte el recurso no puede prosperar.

 

2.- Que en segundo término, la apreciación de la prueba con mayor libertad está permitidaen los procedimientos referidos al comercio marítimo y así el artículo 1.206 del Código deComercio, en su numeral cuarto, faculta a los jueces a apreciar la prueba de acuerdo con lasnormas de la sana crítica, debiendo consignar en el fallo los fundamentos de dicha apreciación.Esta facultad no importa una disposición que tenga el carácter de reguladora de la prueba quepermita su impugnación por la vía del recurso de casación en el fondo, como quedó demanifiesto en la discusión del proyecto de Código de Procedimiento Civil, precisamente para

 

evitar una inadmisible tercera instancia. En ese estudio se advierte, para la redacción del

 

antiguo artículo 941 del Código aludido, hoy 767, que se discutió para la procedencia de estearbitrio en materia de prueba, el que se extendería para el caso que "tiene aun lugar cuando lainfracción consiste en admitir en la sentencia una prueba que la ley rechaza o rechazar unaprueba que la ley admite", inciso que finalmente fue suprimido en esa discusión por serredundante con lo indicado en el inciso primero, pero se advirtió que esta discusión "no se

refiere ni puede referirse a la apreciación de la prueba que haga el tribunal, ya que estaapreciación, cualquiera que sea, no autoriza en ningún caso el recurso de casación". (Los

 

Códigos Chilenos Anotados, de Santiago Lazo, Código de Procedimiento Civil pág. 758). Esta

 

doctrina ha sido invariablemente aplicada por la jurisprudencia, según se indica en ese mismolibro anotando varios fallos al respecto que la afirman: "Es atribución privativa del tribunal de lacausa, no revisable por medio del recurso de casación en el fondo, apreciar el mérito de laprueba sobre los hechos en el pleito".

3.- Que de este modo, para el previniente, es indudable que la valoración de la prueba que

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hacen los jueces del fondo constituye una cuestión privativa que no es revisable por la vía del

 

recurso de casación en el fondo, salvo cuando la ley impone forzosamente a la jurisdicción una

 

determinada apreciación de específicos medios probatorios dentro del régimen de prueba legalque impera en el procedimiento civil, como por ejemplo el mérito probatorio de la confesión deun hecho personal del confesante que no admite prueba en contrario, cuya omisión si autorizala casación de fondo. Pero esta situación jurídica se altera de inmediato si el legislador permite

al tribunal apreciar la prueba "en conciencia" o de acuerdo con las "reglas de la sana crítica" yaque en esta nueva manera de valorar la prueba la ley le otorga un poder mayor a los juecespara estimar probados o no los hechos del pleito conforme a lo que su prudencia, lógica oexperiencia sea más conveniente para decidir la controversia. La única obligación que pesa en

 

este caso para los jueces es cumplir con el deber de fundamentación de esa valoración, con lo

 

cual el requisito se transforma sólo en carácter formal o procesal, pero nunca de interésmaterial o sustantivo y el remedio para lo primero, lo puede ser el recurso de apelación o el decasación en la forma, pero nunca el de casación en el fondo.

4.- Que con todo, es del caso, que el artículo 1.206 del Código de Comercio que seríaaplicable en este juicio, sólo indica la valoración de la prueba conforme a las reglas de la sana

 

crítica, sin contener, como ocurre en las últimas modificaciones legales sobre la materia,

 

algunas condiciones como las reglas de la lógica, de la experiencia, de los conocimientos

 

científicos afianzados y según el rigor de las presunciones judiciales, de tal modo, que en la

presente situación, resulta más clara la libertad de apreciación que tiene los jueces paraacreditar los hechos de la causa. Sin perjuicio de lo anterior, aun cuando el legislador expresareesos requisitos para guiar a los jueces en la apreciación de los medios probatorios, es lo cierto,que si éstos no los cumplieren, fijó de inmediato su sanción, lo que por supuesto no es decarácter sustancial sino que mira al contenido del fallo. Así en el Código Procesal Penal, se

 

constituye como un motivo absoluto de nulidad (repetición de las causales de casación en la

 

forma) artículo 374 letra e), la omisión en la en la sentencia de algunos de los requisitos

 

previstos en el artículo 342, letras c), d) o e). Y esta norma, en la aludida letra c), en cuanto

 

establece los requisitos de aquella resolución dispone que ésta debe contener la exposiciónclara, lógica y completa de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellosfavorables o desfavorables al acusado, y de valoración de los medios de prueba quefundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297 y, estanorma, precisamente se encarga de establecer que en materia penal los jueces apreciarán la

 

prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principio de la lógica, máximas de la

 

experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. Lo mismo ocurre con respecto a la

 

legislación laboral, cuando en esta parte el artículo 478 del Código del Trabajo establececausales de nulidad formal de la sentencia considerando como motivo de invalidación en la letrab) la infracción manifiesta de las normas de apreciación de la prueba conforme a las reglas dela sana crítica, distinguiendo claramente esta nulidad de aquella de carácter sustancial a que serefiere el artículo 477 del Código aludido y que lo permite cuando la sentencia definitiva fueredictada con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

5.- Que, por último cree el previniente que si es cierto que el recurso de casación en el

 

fondo se ha reservado sólo con respecto a la infracción de ley expresa y positiva, no cabe otrainterpretación de la improcedencia de este arbitrio, con respecto de la infracción a la regla de lasana critica, toda vez que esta facultad valorativa permite precisamente a los jueces dentro desu criterio apreciar según su prudencia el mérito de una probanza y si la fundamentaadecuadamente ha cumplido con el mandato legal, resultando esa valoración inamovible frente

a la casación en el fondo, puesto que los parámetros lógica, experiencia y conocimientoscientíficamente afianzados no han sido definidos por la ley, porque no hay que olvidar que,

 

precisamente en el origen de este recurso, se excluyó la posibilidad, respecto de la infracción

 

de ley, el quebrantamiento de la doctrina legal y por ello, este tribunal consolidó este recursoen estos términos:

"La casación junto con ser un verdadero homenaje que se tributa a la ley, es unainstitución de carácter técnico, de interés general, de orden público y de derecho estricto. Suobjeto es mantener a todos los tribunales en la estricta observancia de los preceptos legales,

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impidiendo las apreciaciones falsas o las interpretaciones erróneas. De esta manera, la casación

 

 jamás constituye una tercera instancia, puesto que su objeto exclusivo es conocer de la

 

conformidad de las sentencias con las leyes, siendo por lo tanto el derecho y no el hecho, elfallo y no el juicio mismo lo que cae bajo su imperio. Es un recurso que no se puede fundar endisposiciones que no sean imperativas; nunca podrá prosperar por una errada apreciación enconciencia si estaban facultados para ello los jueces del pleito, ni puede fundarse en

contravenciones a la costumbre, en infracciones a reglamentos, de principios de derecho, ni dedoctrinas legales y en suma elimina todo lo que pueda significar una tercera instancia. Segúnse desprende de la historia de su establecimiento, sólo procede por infracción de ley"expresamente dictada por el legislador", lo que induce a sostener que sólo se refiere al

 

legislador chileno que pueda manifestar su voluntad en la forma prescrita por nuestra

 

Constitución. Fundamentalmente, este recurso cumple con su objeto resguardando el prestigiodel legislador y evitando a su vez que el poder judicial invada las atribuciones legislativas. Porotra parte, asegura más efectivamente la garantía constitucional de la igualdad ante la ley,uniformando su interpretación en todo el país.". (C. Suprema, 10 de agosto 1936. R., t. 33,sec. 1ª, p. 450)

Regístrese y devuélvase, con su Tomo I agregado.

 

Redacción a cargo del Ministro Sr. Sergio Muñoz G., y de la prevención su autor.

Rol Nº 3.664-07.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton JuicaA., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M., Juan Araya E. y Guillermo Silva G.

 

Fallo : 7.108-07.-

veintitrés de junio de dos mil nueve.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Santiago, veinticuatro de septiembre de dos mil siete.

VISTOS:

EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN:

PRIMERO: Que el recurso de casación se funda en las causales de los números 4 y 5 delartículo 768 del Código de Procedimiento Civil. La primera se configuraría porque la sentenciase extiende a puntos no sometidos a la decisión del tribunal, ya que no habiéndosecontrovertido la naturaleza del contrato de seguro celebrado entre Cargill Chile Ltda. yCompañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. el tribunal no debía pronunciarse sobre elparticular, no obstante lo cual le dedicó todo el considerando cuarto, para concluir que siendo

 

un seguro de transporte marítimo la acción subrogatoria se regiría por el Libro III del Código

 

de Comercio. Si bien este razonamiento fue hecho en la parte considerativa de la sentencia, el

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vicio existe porque formó parte del razonamiento del tribunal para el rechazo de la demanda,

 

en circunstancias que lo que se ejerció fue la acción de responsabilidad contractual por

 

incumplimiento de las obligaciones derivadas de un contrato de depósito, que se encuentraregulado por los artículos 807 y siguientes del mencionado Código en relación con los artículos2211 y siguientes del Código Civil.

En cuanto a la segunda causal, señala el recurrente que la sentencia incumplió el mandatodel Nº 6 del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, ya que el tema de la controversiafue la calificación jurídica del contrato celebrado y la ley que le es aplicable, sin que elsentenciador lo haya analizado, limitándose sólo a transcribir alguna de sus cláusulas arribando

 

a conclusiones contradictorias y sin señalar las razones que le dan sustento a las mismas, no

 

resolviendo así el asunto sometido a su decisión.

SEGUNDO: Que si bien la sentencia contiene los reparos que hace presente el recurrente,no por ello es posible entender que se ha causado un perjuicio sólo subsanable con suinvalidación, ya que el recurso de apelación que también se dedujo en su contra y fundado enconsideraciones que dicen relación con los mismos puntos de la controversia, resulta una vía

 

idónea para, eventualmente, corregir los posibles vicios cometidos y hacer el pronunciamiento

 

que el recurrente reclama. En esta virtud es que la casación en la forma será desestimada.

 

EN CUANTO AL RECURSO DE APELACIÓN.

TERCERO: Que resulta esencial examinar los términos del contrato celebrado entre CargillChile Ltda. y la demandada Puerto Lirquén S.A. para emitir pronunciamiento sobre laspretensiones de la actora y las defensa opuestas por aquella.

 

El contrato, que ambas partes acompañaron, fue denominado "de operaciones portuarias" y

 

describe los variados servicios que Puerto Lirquén debía prestar, que van desde la desestiba de

 

la carga, su almacenaje y el despacho de la misma, describiéndose de manera pormenorizadalos aspectos que comprende la ejecución de cada una de las distintas fases, las que,lógicamente, se irían sucediendo en un transcurso de tiempo que no se especificó, y querespecto de los hechos que sirven de fundamento a la demanda, en un caso se produjo entre el5 de Julio del 2000, fecha del arribo de la carga y el 6 de Marzo del 2001 en que se hizo la

 

entrega de la misma, en tanto que en el otro caso las fechas son 13 de Junio del 2000 y 30 de

 

Septiembre del mismo año, respectivamente, antecedentes que no fueron controvertidos por la

 

demandada.

Establecido lo anterior, necesario es concluir que los servicios contratados no pueden serconsiderados como de navegación y comercio marítimos, o como una actividad propia de unaempresa de muellaje, como lo conceptúa el inciso final del artículo 917 del Código de Comercio,alegación que hace la demandada.

En efecto, si se trató de la desestiba de la carga, su transporte a las bodegas de la

 

demandada y, por sobre todo, el almacenaje hasta su despacho que tuvo lugar transcurrido untiempo considerable, la obligación de guardar y mantener, intertanto, la carga en un recintoportuario bajo su responsabilidad, no puede ser considerado jurídicamente sino como undepósito, a la luz de lo dispuesto por el artículo 2211 del Código Civil, que tiene su propioestatuto legal, independientemente que haya sido acordado dentro de un conjunto de servicios

propios de la actividad portuaria, para los cuales se fijó un precio único. Ni la denominacióndada al contrato, ni su ubicación dentro de un conjunto de variadas prestaciones y la forma de

 

pago de los servicios, puede llevar a desconocer su fisonomía propia de depósito y las normas

 

que lo rigen.

Lo pedido en la causa es que se haga efectiva la responsabilidad que corresponde a lademandada como depositaria y por ello no resulta aplicable la prescripción que ella invoca yque el artículo 1248 del Código de Comercio, establece para las obligaciones a que se refiere suTítulo III, dentro de las cuales no está el depósito, por lo que esta alegación será desestimada.

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 CUARTO: Que otra alegación de la demandada, consistente en que de conformidad con lo

 

acordado en el apartado F del contrato, quedó liberada de responsabilidad por las mermas, laque sólo se hace efectiva para el caso que Cargill solicite almacenaje extra portuario, tampocopuede prosperar, ya que si bien dicha cláusula existe, no puede dársele el alcance que sepretende, puesto que ello importaría hacer aplicable una norma de excepción, acordada para

una situación en particular, a la regulación de un contrato que, como tal, se rige por lanormativa general dispuesta al efecto.

Corresponde entonces, pronunciarse sobre otra de sus defensas, esto es, que las mermas

 

por las que se la responsabiliza no son por los montos que se indican en la demanda. Sobre

 

este particular se deben considerar los propios dichos de la actora cuando sostiene que una delas cargas correspondía a 1000 toneladas métricas de fosfato diamónico a granel, de las cualesla tarja de la descarga determinó la cantidad de 981,569 toneladas, entregándosele 967,147toneladas. La otra carga fue de 4.398,858 toneladas métricas de fosfato monoamónico, de lascuales la tarja de descarga constató un total de 4.386,560 toneladas, recibiendo sólo4.372,567.

 

Como las obligaciones del depositario surgen a partir de la recepción de la carga, siendo su

 

cantidad aquella que determinó la tarja respectiva, no es procedente que se le responsabilice

por las mermas que se produjeron durante su transporte marítimo y por ello resultapertinente su alegación que sólo debe indemnizar por el faltante entre lo recibido y lodespachado desde sus bodegas, que en un caso es de 14,422 y en el otro 13,993 toneladasmétricas. La suma de dinero que debe pagar y que corresponde a tal indemnización, es la queresulte de considerar el valor de la tonelada métrica en un monto similar al fijado en la

 

liquidación de que da cuenta el documento de fs. 211 y siguientes.

 

A la suma determinada en la forma antes dicha, deberá agregarse el pago de US$2.956,31

 

que también se demanda y que corresponde a los honorarios de los liquidadores de siniestros,puesto que son gastos originados con motivo de los hechos que son de responsabilidad de lademandada, toda vez que de haber cumplido cabalmente sus obligaciones como depositario losmismos no habrían tenido lugar.

Por estas consideraciones se declara:

Que se rechaza el recurso de casación en la forma deducido en lo principal del escrito de fs.402.

Que se revoca la sentencia apelada de 17 de Enero del año 2006, escrita a fs. 382 ysiguientes y en su lugar se declara que se acoge la demanda de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual deducida por Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. encontra de Puerto de Lirquén S.A. sólo en cuanto ésta queda condenada a pagar las sumas

 

correspondientes a 14,422 y 13,993 toneladas métricas fosfato diamónico y fosfato

 

monoamónico, respectivamente, según cálculo que será en la forma señalada en el fundamentocuarto, más US$2.956,31 (dos mil novecientos cincuenta y seis coma treinta y un dólares),todo ello en su equivalente en moneda nacional a la fecha del pago, con intereses que secalcularán desde la fecha en que quede ejecutoriada esta sentencia y hasta la del referido pago,sin costas por haber existido motivo plausible para litigar.

En razón de lo resuelto se omite pronunciamiento respecto de la demanda subsidiaria por

 

responsabilidad extracontractual.

 

Regístrese y devuélvase.

Rol Nº 9.695-2005.-

Redacción Ministro señor Carlos Gajardo.

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 Pronunciada por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el

 

Ministro don Haroldo Brito Cruz, conformada por el Ministro don Carlos Gajardo Galdames y porel Abogado Integrante don Nelson Pozo Silva.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, veintitrés de junio de dos mil nueve.

VISTO:

En causa arbitral "Compañía de Seguros Cruz del Sur con Puerto de Lirquén S.A.", doñaMaría Elena Rivera Pröschle, abogado, en representación de Compañía de Seguros GeneralesCruz del Sur S.A., dedujo demanda de indemnización de perjuicios por incumplimientocontractual en contra de Puerto de Lirquén S.A., representada por don Juan Manuel GutiérrezPhilippi.

Funda su acción señalando que entabla la presente demanda de indemnización de

 

perjuicios por responsabilidad contractual, por vía de subrogación de derechos, de conformidad

 

a lo prevenido en el artículo 553 del Código del Comercio, explicando que Compañía de Seguros

Generales Cruz del Sur S.A. celebró un contrato de seguro con Cargill Chile Limitada,correspondiente al ramo "transporte marítimo", en virtud del cual debió indemnizar en suoportunidad a la asegurada.

Manifiesta que el día 12 de junio de 2000, en el puerto de Lázaro Cárdenas, México, se

 

embarcaron y transportaron por mar hasta la ciudad de Lirquén, Chile, 1.000 toneladas

 

métricas de fosfato diamónico a granel a bordo de la moto nave Álamo, carga que estaba

 

consignada a Cargill Chile Limitada. Agrega que los transportistas recibieron las mercancías en

 

óptimas condiciones y sin daños ni faltantes, tal como lo indica el Conocimiento de EmbarqueNº 3, emitido unilateralmente por el naviero.

Expresa que la nave arribó al puerto de Lirquén el día 5 de julio de 2000 comenzando ladescarga ese mismo día, la que concluyó el 10 de julio de ese año a cargo de la empresa Puerto

 

de Lirquén S.A.

 

Expone que al concluir la "tarja" del producto, entendiendo por tal el registro de lamercancía que se carga o descarga, se verificó que se descargó la cantidad de 981,569toneladas métricas de fosfato diamónico, total que fue entregado en depósito para sualmacenamiento y custodia a Puerto Lirquén S.A. en perfectas condiciones.

Agrega que ocho meses después, el 6 de marzo de 2001, al producirse la entrega orestitución del producto de parte de Puerto de Lirquén S.A. al consignatario Cargill Chile

 

Limitada, se informó del levante de 967,147 toneladas métricas de mercadería, con una

 

diferencia de 32,853 toneladas métricas respecto de la cantidad efectivamente cargada en lanave, es decir, se produjo un faltante equivalente al 3,28% de la mercancía cargada en la naveÁlamo y entregada en depósito a la demandada.

Sostiene que el valor de los perjuicios sufridos por Cargill Chile Limitada como consecuencia

de la falta de entrega ascendió, en este caso, a la suma de U.S.$6.071,23.

Agrega la demanda que el día 23 de mayo de 2000, en el Puerto de Tampa, México, se

 

embarcaron y transportaron por mar hasta Lirquén, Chile, 4.398,853 toneladas métricas defosfato monoamónico a bordo de la nave Tupungato, consignadas a nombre de Cargill ChileLimitada.

Expresa que la mercancía fue recibida por los transportistas marítimos sin faltantes nidaños y que la nave arribó a Lirquén el día 13 de junio de 2000. Añade que la descarga de la

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nave a cargo de Puerto de Lirquén S.A. comenzó el día 14 de junio de 2000 y finalizó el 22 del

 

mismo mes y año.

 

Manifiesta que terminada la "tarja" del producto, se verificó que se descargó la cantidad de4.386,560 toneladas métricas de fosfato monoamónico, el que fue entregado enalmacenamiento y custodia a Puerto de Lirquén S.A. en sus bodegas.

Refiere que tres meses después, el 30 de septiembre de 2000, al momento de la entrega alconsignatario de la mercancía, se informó del "levante" de 4.372,567 toneladas métricas delproducto, con una diferencia de 26,291 toneladas métricas respecto de la cantidad

 

efectivamente descargada de la nave, produciéndose, por tanto, un faltante del 0,598% de la

 

mercancía cargada en la moto nave Tupungato.

Expresa que el valor de los perjuicios sufridos por Cargill Chile Limitada en esta ocasiónascendió a U.S.$4.467,57.

Señala que Cargill Chile Limitada aseguró ambas cargas individualizadas con la Compañía

 

de Seguros Generales Cruz del Sur S.A., pagando la actora como indemnización por los montos

 

de mercadería faltante a la parte asegurada la suma de U.S.$6.809,64. Añade, además, que la

 

demandante debió incurrir en el pago de honorarios de liquidadores de seguros por un valor

ascendente a U.S.$2.956,31, situación por la que los perjuicios totales alcanzaron losU.S.$9.765,95.

Agrega que conforme a lo establecido en el artículo 553 del Código de Comercio, lacompañía de seguros al indemnizar al asegurado "se subrogó en todos los derechos y acciones

 

del consignatario de la carga y propietario de la misma".

 

Señala que en el caso de autos existe responsabilidad contractual de parte de Puerto de

 

Lirquén S.A. derivada del incumplimiento del contrato celebrado, ya que se obligó a entregar alconsignatario la carga que recibió en el mismo estado, cantidad y condiciones en que ella fuerecepcionada.

Agrega que Puerto de Lirquén S.A. no sólo actuó como agente de las operaciones de

 

desestiba y descarga, sino que, además, celebró un contrato de depósito con Cargill Chile

 

Limitada, asumiendo la obligación de custodiar las mercaderías entregadas en depósito y que,

 

incumpliendo dicho deber, la devolvió con serios faltantes, configurándose una situación defalta de entrega.

En cuanto al derecho de fondo aplicable a la litis, señala la parte demandante que debenconsiderarse las normas del depósito mercantil del artículo 808 del Código del Comercio y lasnormas complementarias de los artículos 2211 y siguientes del Código Civil.

Solicita, en definitiva, que se acoja la demanda y que se condene a la demandada al pago

 

indemnizatorio de U.S.$9.765,95 o, la suma que el tribunal determine en atención al mérito delproceso, más intereses, reajustes y costas.

En subsidio de lo principal, interpone demanda de indemnización de perjuicios porresponsabilidad extracontractual fundada en los mismos hechos a fin de que se condene a la

demandada a pagar idéntica suma de dinero.

Contestando la demanda, Puerto de Lirquén S.A. solicitó su rechazo, con expresa condena

 

en costas.

Manifiesta, en resumen, que en el contrato celebrado con CargillChile S.A. el 1 de enero de1998 se pactó una tarifa por la globalidad del servicio portuario, estableciéndose una cláusulade liberación de responsabilidad en la estipulación signada con la letra f), situación por la cualla aseguradora no pudo subrogarse en un derecho que la asegurada no tenía.

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 Opone, además la excepción de prescripción, de conformidad a lo prevenido en el artículo

 

1248 del Código de Comercio, aduciendo que el contrato que unió a Cargill Chile S.A. y a Puertode Lirquén S.A. es de prestación de servicios por operaciones portuarias, celebrado con unaempresa de muellaje, regulada en los artículos 917 y 926 del Código de Comercio.

Expresa, asimismo, que resulta del todo impertinente que su representada sea demandadatambién por los faltantes que se produjeron al interior de las naves durante el transporte marítimo.

Sostiene a continuación, que la acción se encuentra mal interpuesta, toda vez que, en su

 

parecer, resulta improcedente demandar aisladamente indemnización de perjuicios, sin quedicha pretensión se asocie a su vez a otra acción principal de cumplimiento o resolución decontrato y añade que tampoco resulta oportuna la demanda que se fundamenta enresponsabilidad extracontractual.

Refuta también la petición que se asocia al honorario de los liquidadores, por no estar ella

 

comprendida en la acción subrogatoria en que se sustenta la presente acción de indemnización

 

de perjuicios.

 

Expresa finalmente que, en el caso sublite existió un solo contrato, resultando, por ende,impertinente pretender dividirlo en más de una convención de distinta naturaleza, no siendoaplicables en la especie las normas sobre depósito mercantil, ya que el contrato en cuestión seencuentra reglamentado en el Libro III del Código de Comercio.

Por sentencia de diecisiete de enero de dos mil seis, escrita a fojas 382, el juez árbitro de

 

primer grado rechazó las demandas principal y subsidiaria y condenó a la parte vencida al pago

 

de las costas.

Recurrido de casación en la forma y apelado el fallo por la demandante, una de las Salas dela Corte de Apelaciones de Santiago, por sentencia de veinticuatro de septiembre de dos milsiete, que se lee a fojas 1.216, rechazó la casación en la forma y en cuanto a la apelación, lorevocó, y, en su lugar, declaró que se acoge la demanda de indemnización de perjuicios por

 

responsabilidad contractual, sólo en cuanto la demandada queda condenada a pagar las sumas

 

correspondientes a 14.422 y 13.993 toneladas métricas fosfato diamónico y fosfato

 

monoamónico, respectivamente, según cálculo que se verificará en la forma señalada en elfundamento cuarto, más U.S.$2.956,31, todo ello en su equivalente en moneda nacional a lafecha de pago, con intereses que se calcularán desde la fecha en que quede ejecutoriada lasentencia y hasta la del referido pago, sin costas por haber existido motivo plausible paralitigar.

En contra de esta decisión la demandada dedujo recursos de casación en la forma y en el

 

fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

CONSIDERANDO:

-EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA:

PRIMERO: Que el recurrente sostiene que la sentencia de segundo grado, al proceder en la

 

forma indicada en la parte expositiva, ha incurrido en la causal 6º del artículo 768 del Códigode Procedimiento Civil, por haber sido dictada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada,alegada oportunamente en el juicio.

Expresa que en estos autos se conoce un litigio cuya materia es de arbitraje forzoso,conforme las normas contenidas en el Libro III del Código de Comercio, tal como lo estableció

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la sentencia interlocutoria ejecutoriada de fecha 11 de junio de 2003, dictada por el Séptimo

 

Juzgado Civil de Santiago, en la causa seguida entre las mismas partes y sobre los mismos

 

hechos y peticiones, rol Nº 543-2003, caratulada "Compañía de Seguros Generales Cruz del SurS.A. con Puerto Lirquén S.A."

Expone que en la indicada causa la demandante dedujo en contra de su representada

idénticas acciones a las que interpuso en este expediente arbitral y que notificada la respectivademanda civil, su parte opuso la excepción dilatoria de incompetencia absoluta, la que fueacogida en definitiva por el tribunal, quien, reflexionó para arribar a tal decisión que lasobligaciones de almacenaje y bodegaje contraídas por la sociedad Puerto de Lirquén S.A., en

 

virtud del contrato de operaciones portuarias, deben ser entendidas como operaciones

 

intermedias que debieron realizarse por dicha empresa en el puerto de Lirquén, entre la cargade la nave y los medios de transporte terrestre, formando por ello parte de los servicios quedicha empresa prestó en su calidad de empresa de muellaje, señalando, además, que eldepósito de la mercancía es sólo una de las etapas de concadenación de todo el procesoportuario que debió realizar, rigiéndose, en consecuencia, a este respecto, por las normasrelativas al comercio marítimo.

Señala que la sentencia impugnada, a pesar de los antecedentes indicados, decidió revocar

 

la sentencia arbitral de primer grado, razonando que la materia de autos no debe ser resuelta a

la luz de las normas del Libro III del Código de Comercio, por no tratarse los serviciosprestados por Puerto de Lirquén S.A. de aquellos propios y específicos de una empresa demuellaje.

En virtud de dicho considerando, afirma, la sentencia recurrida decide la cuestión

 

controvertida, aplicando las normas generales contenidas en el Código de Comercio y no

 

aquellas especiales comprendidas en el Libro III del mismo cuerpo legal, tal como se decidió en

 

la sentencia interlocutoria ejecutoriada ya mencionada.

 

De este modo, asevera, la sentencia recurrida ha sido dictada contra otra pasada enautoridad de cosa juzgada que fue alegada oportunamente en el juicio;

SEGUNDO: Que el recurso de nulidad formal deberá ser rechazado, puesto que no

 

concurren en la especie los presupuestos de procedencia de la excepción de cosa juzgada.

 

En primer término, el legislador exige, con motivo de la excepción de cosa juzgada, que elrecurrente la haya alegado oportunamente en el juicio para que sea procedente, condición queno se ha cumplido en el presente caso y que se advierte del examen de los autos. En verdad,sólo con motivo del recurso de casación deducido en contra de este último fallo se alegó -extemporáneamente- la indicada excepción perentoria.

Para disponer el legislador esta limitación ha tenido presente el deber primero y

 

fundamental de que las partes del juicio pudieran discutir adecuadamente los antecedentes en

 

que se hace consistir la excepción de cosa juzgada, aspecto básico del derecho de defensa: ladiscusión. Por otra parte, el juicio propiamente tal concluye en segunda instancia, esto es, ladiscusión de los hechos y del derecho, constituyendo la casación en la forma un grado derevisión de posibles vicios de nulidad, que, por regla general, impide efectuar nuevasalegaciones, permitiéndose respecto de algunos vicios, entre otros respecto de la cosa juzgada,

su declaración de inadmisibilidad por falta de preparación, situación que implica que debió serreclamado oportunamente y, por último, existen vicios que por su gravedad pueden invocarse

 

sin aquella preparación. Sin embargo, el legislador ha tenido en cuenta, además, que los vicios

 

propuestos deben serlo ante los jueces de la instancia con el objeto que éstos los corrijan y seevite llegar a grados superiores, por cuanto ignoran los presupuestos de la alegación que seproduce con motivo de la tramitación de este juicio;

TERCERO: Que, por otra parte, es menester considerar que el artículo 177 del Código deProcedimiento Civil establece que la excepción de cosa juzgada puede alegarse por el litigante

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que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes según la ley aprovecha el fallo,

 

siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta exista identidad legal de

 

personas, de cosa pedida y de causa de pedir.

Debe puntualizarse, desde luego, que el sentido y efecto de cosa juzgada importa producirla certeza de los derechos, quedando prohibido todo nuevo pronunciamiento sobre lo que fue

 juzgado.

En el caso en particular, la comparación corresponde por tanto hacerla entre la sentenciainterlocutoria dictada con fecha 11 de junio de 2003, en los autos caratulados "Compañía de

 

Seguros Generales Cruz del Sur S.A. con Puerto de Lirquén S.A.", rol Nº 543-2003, seguidos

 

ante el Séptimo Juzgado Civil de Santiago, que acogió la excepción de incompetencia absolutadeducida por la demandada y aquella de 24 de septiembre de 2007, que revocó el fallo deprimer grado de 17 de enero de 2006, acogiendo en definitiva la demanda de indemnización deperjuicios por responsabilidad contractual interpuesta en autos.

Ahora bien, del mérito de los antecedentes expuestos precedentemente se desprende que

 

efectivamente existe identidad legal de personas respecto de ambos procesos civiles, toda vez

 

que Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. y Puerto de Lirquén S.A., ostentaron

 

sucesivamente las calidades de demandante y de demandada, respectivamente.

Sin embargo, respecto de la identidad de cosa pedida, es decir, del beneficio jurídicoinmediato que se reclama, es posible advertir que la petición que dio origen a la primeraresolución judicial, perseguía un pronunciamiento judicial que declarara la incompetencia del

 juzgado civil ordinario en que se interpuso primitivamente la demanda -Séptimo Juzgado Civil

 

de Santiago-, en tanto que la demanda de indemnización de perjuicios procuró la declaración

 

 judicial del derecho del actor de ser resarcido de los perjuicios que le fueron causados durante

 

los años 2000-2001 a Cargill Chile Limitada -la asegurada-, por Puerto de Lirquén S.A., con

 

ocasión del depósito o almacenaje de dos embarques de fosfato diamónico y de fosfatomonoamónico, circunstancias que determinan concluir que no concurre en el particular laaludida identidad de cosa pedida.

Finalmente, en relación a la causa de pedir, esto es, el fundamento inmediato del derecho

 

deducido en juicio, cabe reflexionar que, respecto de la resolución de 11 de junio de 2003, ella

 

se asentó en la naturaleza de la obligación que se denunciaba incumplida; en cambio, la causa

 

de pedir de la sentencia de 24 de septiembre de 2007, se sustentó en la concurrencia de lospresupuestos fácticos y jurídicos que hacían procedente la pretensión de la demandante,reflexión que conduce ciertamente a afirmar que no concurre tampoco en la especie laidentidad de causa de pedir.

En tales condiciones, al no confluir en la especie las exigencias contempladas en el artículo177 del Código de Procedimiento Civil, el recurso de nulidad formal deberá ser desechado;

 

-EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO.

CUARTO: Que el recurrente sostiene que la sentencia de segundo grado, que revocó el fallodel tribunal a quo y que, en definitiva, acogió la demanda principal de autos, ha sido dictadacon infracción de disposiciones legales, según pasa a explicar.

a).- Estima transgredido el artículo 823 Nº 2 del Código de Comercio, en relación a los

 

artículos 917 y 926 letra c) del mismo cuerpo normativo y 2211 del Código Civil.

 

Manifiesta que la sentencia recurrida sostiene -en su considerando tercero-, que el serviciode almacenaje contemplado en el contrato sub lite debe ser considerado jurídicamente como undepósito, a la luz de lo previsto en el artículo 2211 del Código Civil, el cual, tiene su propioestatuto legal.

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Asevera que mediante dicha consideración la sentencia objetada infringió el artículo 823 Nº

 

2 del Código de Comercio, que preceptúa que las disposiciones del Libro III del referido cuerpo

 

legal se aplican a "todos los actos o contratos que se relacionen con la navegación y el comerciomarítimo"

Sostiene que las operaciones que debe ejecutar la empresa de muellaje en el desarrollo de

su actividad lleva implícito un contrato de depósito y que, entonces, yerra la sentencia recurridaal sostener que el servicio de depósito comprendido en las operaciones portuarias pactadasentre Puerto de Lirquén S.A. y Cargill Chile Limitada deben regirse por el artículo 2211 delCódigo Civil y no por las normas especiales contenidas en el Libro III del Código de Comercio.

 

b).- Denuncia vulneración al artículo 1545 del Código Civil, en relación al artículo 1558 delmismo estatuto legal, por cuanto la sentencia impugnada desconoce y desatiende el valor delpacto de limitación de responsabilidad convenido entre Cargill Chile S.A. y la demandada.

c).- Acusa infracción al artículo 553 del Código de Comercio, en tanto el fallo objetadoordena el pago a la demandante de la suma de U.S.$2.956,31, por concepto de los honorarios

 

de los liquidadores del siniestro, toda vez que la mencionada disposición legal limita las

 

acciones respecto de las que opera la subrogación legal, únicamente a aquellas que tenía el

 

asegurado en contra de terceros en razón del siniestro;

QUINTO: Que los jueces del mérito dieron por legalmente establecido:

1.- La efectividad de haberse celebrado un contrato de operaciones portuarias entre Puertode Liquen S.A. y Cargill Chile Limitada que obligaba a la primera empresa, entre otros deberes,

 

a guardar y mantener la carga consignada a nombre de la segunda, en un recinto portuario

 

bajo su responsabilidad.

 

2.- Que las actuaciones de la demandada en cumplimiento de las obligaciones que leimponía el aludido contrato se verificaron, respecto del primer embarque "entre el 5 de julio del2000, fecha del arribo de la carga y el 6 de marzo del 2001 en que se hizo la entrega de lamisma, en tanto que en el otro caso las fechas son 13 de junio de 2000 y 30 de septiembre delmismo año, respectivamente".

 

3.- Que efectivamente se produjo un faltante entre la cantidad de la mercadería recibida

 

por Puerto de Lirquén S.A. y el total despachado desde sus bodegas, "que en un caso es de14,422 y en el otro de 13,993 toneladas métricas" de fosfato diamónico y de fosfatomonoamónico, respectivamente;

SEXTO: Que la sentencia recurrida que revocó el fallo de primer grado acogiendo, endefinitiva, la demanda de autos, reflexiona al efecto que "los servicios contratados no puedenser considerados como de navegación y comercio marítimos, o como una actividad propia de

 

una empresa de muellaje, como lo conceptúa el inciso final del artículo 917 del Código de

 

Comercio", razonando, a continuación, que "si se trató de la desestiba de la carga, sutransporte a las bodegas de la demandada y, por sobre todo, el almacenaje hasta su despachoque tuvo lugar transcurrido un tiempo considerable, la obligación de guardar y mantener,intertanto, la carga en un recinto portuario bajo su responsabilidad, no puede ser considerado

 jurídicamente sino como un depósito a la luz de lo dispuesto por el artículo 2211 del Código

Civil, que tiene su propio estatuto legal, independientemente que haya sido acordado dentro deun conjunto de servicios propios de la actividad portuaria, para los cuales se fijó un precio

 

único", concluyendo, en consecuencia, que lo solicitado en autos "es que se haga efectiva la

 

responsabilidad que corresponde a la demandada como depositaria y por ello no resultaaplicable la prescripción que ella invoca y que el artículo 1248 del Código de Comercio establecepara las obligaciones a que se refiere su Título III, dentro de las cuales no está el depósito, porlo que esta alegación será desestimada";

SÉPTIMO: Que para un adecuado análisis de los errores de derecho invocados por el

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recurrente de casación, cabe tener presente que la cita de las disposiciones legales denunciadas

 

en el recurso en estudio, expuestas previamente en el motivo cuarto y los argumentos

 

esgrimidos en apoyo de sus afirmaciones en tal sentido, tienen por objeto sustentar que los jueces del fondo no habrían tenido presente: 1.- que las disposiciones del Libro III del Códigode Comercio se aplican a todos los actos o contratos que se relacionen con la navegación y elcomercio marítimo, situación por la que sus normas resultan aplicables al depósito que se

encuentra implícito en algunas de las actividades que se ejecutarán en cumplimiento deaquellos; 2.- que se desconoció el valor del pacto de limitación de responsabilidad convenidoentre Cargill Chile S.A. y la demandada; y 3.- la impertinencia del pago de la suma solicitadapor concepto de honorarios de los liquidadores del siniestro, atendida la subrogación legal en

 

que se sustenta la demanda de autos;

 

OCTAVO: Que en relación al argumento que es objeto del primer capítulo de casación, esmenester recordar que de conformidad con lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 917 delCódigo de Comercio, agentes de estiba y desestiba o empresas de muellaje son las personas,naturales o jurídicas chilenas, que efectúan en forma total o parcial la movilización de la cargaentre la nave y los recintos portuarios o los medios de transporte terrestre y viceversa.

 

Por su parte, la letra c) del artículo 926 del mismo cuerpo legal establece que el agente de

 

estiba y desestiba representará a su cliente ante las autoridades marítimas y portuarias y podrá

realizar, en general, todos aquellos actos o gestiones propios de la movilización de la cargaentre la nave y los medios de transporte terrestre y viceversa, incluyendo las operacionesintermedias que se deban realizar en los recintos portuarios y en naves atracadas o a la gira,tales como arrumajes, apilamientos, desplazamientos horizontales o verticales, depósitos oalmacenamientos;

 

NOVENO: Que ahora bien, del tenor de las normas trascritas en el motivo precedente se

 

desprende inequívocamente que lo que constituye la función esencial de los agentes de estiba y

 

desestiba o empresas de muellaje es la movilización de la carga entre la nave y los medios detransporte y viceversa y que, tal como ha señalado esta Corte Suprema en sentencia rol Nº3.570-05, de diecisiete de mayo de dos mil siete, las operaciones a que se refiere la parte finaldel último de los preceptos citados sólo serán propias de esa función en tanto revistan lanaturaleza de intermedias a la referida movilización.

En consecuencia, cualquier otra actividad distinta de las anteriores que desarrollen los

 

agentes de estiba y desestiba o empresas de muellaje y las relaciones jurídicas a que ellas denorigen, no pueden calificarse como propias del comercio marítimo o la navegación;

DÉCIMO: Que conforme a lo reflexionado, cabe destacar que, en el caso de autos, lasoperaciones involucradas en la actividad de la demandada fueron, en primer término, ladesestiba de la mercadería por la empresa de muellaje, seguidamente de su almacenamiento odepósito en un recinto portuario y finalmente el despacho y transporte para su entrega al

 

consignatario.

 

Ahora bien, el hecho dado por establecido por los jueces del fondo que motivó la acciónindemnizatoria ejercida por la demandante fue la pérdida de parte de la mercadería cuandoésta se encontraba depositada o almacenada en las bodegas de la demandada. Este depósitono tuvo la naturaleza de operación intermedia de movilización de la carga entre la nave y el

medio de transporte, a que se refiere la segunda parte de la letra c) del citado artículo 926,sino que se prolongó por un período superior al que naturalmente puede transcurrir entre esas

 

actividades, situación por la que este Tribunal estima acertado lo concluido por los jueces de

 

alzada, en cuanto decidieron que a la actuación de la demandada -en tanto depositaria de lasmercaderías que le fueron confiadas a su custodia-, no resulta aplicable el plazo de prescripciónque el artículo 1248 del Código de Comercio establece para las obligaciones a que se refiere suTítulo III;

UNDÉCIMO: Que en relación a la alegación en que se sustenta el segundo capítulo de

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casación en el fondo, cabe, a su vez, reflexionar que las infracciones que el recurrente estima

 

se han cometido por los jueces del fondo persiguen desvirtuar los supuestos fácticos

 

fundamentales asentados por aquellos, mediante el establecimiento de nuevos hechos, quepese a lo sostenido, no fueron asentados por los jueces del mérito, toda vez que no fueronprobados ni establecidos los presupuestos fácticos que harían procedente la aplicación de lacláusula limite de responsabilidad convenida en la estipulación f) del contrato de operaciones

portuarias celebrado entre Puerto de Liquen S.A. y Cargill Chile Limitada.

Dicho lo anterior, resulta pertinente recordar que solamente los jueces del fondo seencuentran facultados para establecer los hechos de la causa y que efectuada correctamente

 

dicha labor, habiéndose establecido éstos con sujeción al mérito de los antecedentes,

 

probanzas aportadas por las partes, interpretación y aplicación de normas atinentes al caso enestudio, ellos resultan inamovibles para este tribunal, conforme a lo previsto en el artículo 785del Código de Procedimiento Civil, no siendo posible su revisión por la vía de la nulidad que serevisa, al no haberse impugnado el fallo recurrido denunciando infracción a leyes reguladorasde la prueba, lo que lleva a concluir que el recurso a este respecto no puede prosperar;

DUODÉCIMO: Que finalmente, respecto del tercer capítulo de casación que denuncia

 

infracción al artículo 553 del Código de Comercio, debe considerarse que el artículo 1608 del

 

Código Civil señala que "la subrogación es la transmisión de los derechos del acreedor a un

tercero, que le paga", agregando el artículo 1609 que "se subroga un tercero en los derechosdel acreedor, o en virtud de la ley, o en virtud de una convención del acreedor".

En relación a la subrogación legal, el artículo 553 del Código de Comercio en su incisoprimero previene que "por el hecho del pago del siniestro, el asegurador se subroga al

 

asegurado en los derechos y acciones que éste tenga contra terceros, en razón del siniestro";

 

DÉCIMO TERCERO: Que la subrogación legal que acontece por el hecho del pago del

 

siniestro opera por el sólo ministerio de la ley a beneficio del asegurador, el cual se subroga alasegurado en los derechos y acciones que éste tenga contra terceros, en razón de la pérdida,toda vez, que la subrogación es una ficción legal en cuya virtud una obligación que debíaconsiderarse extinguida por el pago hecho por un tercero, queda sin embargo vigente en poderde éste, el cual obra como si fuese la misma persona del acreedor.

 

La aseguradora, una vez pagado el siniestro al asegurado, adquiere los derechos que

 

pertenecían a éste para ejercerlos a nombre y en representación del subrogante, con quienpara estos efectos jurídicamente forma una sola persona;

DÉCIMO CUARTO: Que además de lo señalado, cabe, asimismo, observar que el propiolibelo de fojas 118 y siguientes que contiene la demanda de autos, refiere: "En larepresentación que invisto, vengo en entablar demanda de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual, por vía de subrogación de derechos según el artículo 553 del

 

Código de Comercio, en contra de los señores... a fin de que sean condenados a la suma total

 

de U.S.$9.765,95, más reajustes, intereses y costas o lo que V.S. determine de justicia deacuerdo al mérito del proceso, por daños y perjuicios que se causaron por parte de la sociedaddemandada, quienes incumplieron sus obligaciones", añadiendo a fojas 125 que "En virtud delpago de los seguros existentes en los casos demandados, nuestra representada" se subrogó enlos derechos y acciones de los asegurados perjudicados... conforme al artículo 553 del Código

de Comercio.

Con el mérito de tal subrogación, nuestra mandante demanda a Puerto Lirquén los

 

perjuicios que ha sufrido, los que alcanzan la suma total de U.S.$9.765,95";

DÉCIMO QUINTO: Que en razón de lo expuesto y reflexionado es posible colegir que en laespecie se ha desatendido el artículo 553 del Código de Comercio y su recta aplicación, encuanto se concedió al actor su pretensión de ser resarcido, mediante la acción subrogatoriaintentada, no sólo de los perjuicios que sufrió la asegurada y que debió a su turno satisfacer,

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sino también de aquellos gastos en que la aseguradora incurrió con ocasión del procedimiento

 

de liquidación del siniestro, los cuales no han podido ser amparados mediante la acción prevista

 

en la citada norma legal, incurriéndose a su respecto en un error de derecho que ha influidosustancialmente en lo dispositivo del fallo y que debe ser corregido por este tribunal, por loque, en consecuencia, se acogerá el recurso de casación en el fondo;

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764,765, 767, 768, 785 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casaciónen la forma y se acoge el recurso de casación en el fondo, interpuestos ambos por el abogadodon Christian Von Bergen Rodríguez, en representación de la demandada, en lo principal y

 

primer otrosí de fojas 483, respectivamente, en contra de la sentencia de la Corte de

 

Apelaciones de Santiago, de fecha veinticuatro de septiembre de dos mil siete, que se lee afojas 478, la que se anula y acto continuo y sin nueva vista, pero separadamente, se dicta lasentencia que corresponde conforme a la ley.

Regístrese.

Redacción a cargo de la Ministro Sra. Margarita Herreros Martínez.

 

Rol Nº 7.108-07.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton JuicaA., Sergio Muñoz, Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E y Abogada Integrante Sra.Maricruz Gómez de la Torre V.

SENTENCIA DE REEMPLAZO: 

Santiago, veintitrés de junio de dos mil nueve.

 

En cumplimiento de lo resuelto en el fallo de casación que antecede y lo que dispone elartículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que correspondede conformidad con la ley.

VISTO:

Se reproduce la sentencia de segunda instancia en su parte no afectada por el recurso decasación y en sus motivos tercero y cuarto, con la salvedad de su párrafo final que se elimina.

Se reproduce, asimismo, la sentencia de primer grado previa eliminación de losconsiderandos Tercero al Undécimo.

Y TENIENDO EN SU LUGAR Y, ADEMÁS, PRESENTE:

 

1º.- Que corresponde tener en consideración lo expuesto en los fundamentos Duodécimo alDécimo Cuarto del fallo de casación precedente.

2º.- Que la subrogación legal que acontece por el hecho del pago del siniestro opera por elsólo ministerio de la ley a beneficio del asegurador, el cual se subroga al asegurado en los

derechos y acciones que éste tenga contra terceros, en razón de la pérdida, toda vez que lasubrogación es una ficción legal en cuya virtud una obligación que debía considerarse

 

extinguida por el pago hecho por un tercero, queda sin embargo vigente en poder de éste, el

 

cual obra como si fuese la misma persona del acreedor.

3º.- Que en razón de lo reflexionado ha de concluirse, entonces, que los gastos en queincurrió la compañía aseguradora en el proceso de liquidación del seguro no se comprenden enel ámbito de la mencionada subrogación, en virtud de la cual la demandante accionó en estosautos.

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 Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 553 del Código de Comercio, se resuelve:

 

1.- Que se revoca la sentencia apelada de diecisiete de enero de dos mil seis, escrita defojas 382 a fojas 400, en cuanto niega lugar a la pretensión interpuesta en lo principal del libelode fojas 118, y en su lugar se declara que se acoge la demanda de indemnización de perjuicios

por responsabilidad contractual, sólo en cuanto la demandada queda condenada a pagar lassumas correspondientes a 14.422 y 13.993 toneladas métricas fosfato diamónico y fosfatomonoamónico, respectivamente, según cálculo que se verificará en la forma señalada en elfundamento cuarto del fallo del tribunal ad quem de fecha 24 de septiembre de 2007, todo ello

 

en su equivalente en moneda nacional a la fecha de pago, con intereses que se calcularán

 

desde la fecha en que quede ejecutoriada la sentencia y hasta la del referido pago, sin costaspor haber existido motivo plausible para litigar.

2.- Que se confirma, en lo demás, el aludido fallo.

Redacción a cargo de la Ministro Sra. Margarita Herreros Martínez.

 

Regístrese y devuélvase.

 

Rol Nº 7.108-07.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton JuicaA., Sergio Muñoz, Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E y Abogada Integrante Sra.Maricruz Gómez de la Torre V.

Fallo : 4211-07.-

veintiséis de noviembre de dos mil ocho.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA:

Valparaíso, martes veintinueve de agosto de dos mil seis.

Visto.

A fs. 1 comparece la abogado doña María Elena Rivera Proschle, con domicilio en Condell

 

1231, tercer piso, Valparaíso, en representación de Ace Seguros S.A., sociedad del giro de su

 

denominación de su mismo domicilio e interpone demanda de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual en contra de Servicios Integrados de Transporte S.A. Sitrans,sociedad del giro de su denominación domiciliada en San Bernardo, Avenida Alessandri Nº10.700, Santiago y en Valparaíso, Avenida Cardenal Samoré Nº 1152, Placilla, solicitando secondena a ésta a pagarle a su representada la suma de US. $30.394,53 o la suma que elTribunal determine atendido el mérito de los antecedentes, pago que podrá ser ordenado en

 

moneda extranjera o en su equivalente en moneda legal al momento del pago, según el tipo de

 

cambio que sea más alto o que a juicio del Tribunal proteja mejor los intereses del

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demandante, con intereses corrientes y reajustes, en su caso, desde el momento en que

 

ocurrieron los hechos y hasta el pago efectivo en las épocas que el Tribunal determine, con

 

costas.

En subsidio, demanda en sede extracontractual la indemnización de iguales perjuicios, yaque al haber recibido la demandada en custodia la mercancía, debió mantenerla en perfecto

estado para su comercialización, pues tiene el deber de cuidado y conservación debiendoadoptar todas las medidas para ello.

En consecuencia, aduce que la demandada es civilmente responsable de los hechos propios

 

o de sus dependientes por los ilícitos cometidos derivados de una deficiente custodia de los

 

bienes entregados de acuerdo a los artículos 2314 y 2316 del Código Civil.

A fs. 54 la parte demanda contesta las demandas principal y subsidiarias, solicitando surechazo, con costas, atendidos los fundamentos que allí señala.

A fs. 71 se evacuan los trámites de réplica y a fs. 85 la dúplica.

 

A fs. 97 se recibió la causa a prueba, por el término legal.

 

A fs. 798 se citó a las partes para oír sentencia.

CONSIDERANDO:

EN CUANTO A LA OBJECIÓN DE DOCUMENTOS:

PRIMERO: Que a fs. 142 la demandada objeta los documentos acompañados por la

 

demandante a fs. 114, consistentes en copia de recibo de indemnización, finiquito y cesión de

 

derechos, copia simple del conocimiento de embarque y copia de la factura comercial emitidapor el embarcador de la mercancía, basando su impugnación en la circunstancia de tratarse demeras fotocopias de documentos que no emanan de su parte, sino de terceros, respecto de loscuales no consta en absoluto su autenticidad, por lo que, a su juicio carecen de valorprobatorio.

 

Asimismo, a fs. 145, objeta loas fotografías acompañadas por la actora haciendo alusiones

 

respecto de los hechos que cada uno de dichos documentos acreditarían, de acuerdo a lo queseñala.

Finalmente a fs. 769 objeta copias del recurso de protección Nº 281 acompañadas por lademandante, por cuanto se refiere a un juicio diverso que nada tiene que ver con la presentecausa.

SEGUNDO: Que las objeciones serán desestimadas, sólo por cuanto todas ellas miran al

 

valor probatorio de los documentos impugnados, apreciación que se encuentra entregada enforma privativa por el legislador a los Tribunales que conocen de la causa.

EN CUANTO AL FONDO:

TERCERO: Que, a fs. 1 comparece la abogado doña María Elena Rivera Proschle, enrepresentación de Ace Seguros S.A., e interpone demanda de indemnización de perjuicios por

 

responsabilidad contractual en contra de Servicios Integrados de Transportes S.A. (SITRANS), a

 

fin que se le condene al pago indemnizatorio de la suma de US. $30.394, 53, en favor de surepresentada, o a la suma que el Tribunal determine atendido el mérito de los antecedentes,pago que podrá ser ordenado en moneda extranjera o en su equivalente en moneda legal almomento del pago, según el tipo de cambio que sea más alto o que a juicio del Tribunal protejamejor los intereses del demandante, con intereses corrientes y reajustes, en su caso, desde elmomento en que ocurrieron los hechos y hasta el pago efectivo en las épocas que el Tribunal

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determine, con costas.

 

Fundando la demanda expresa que, la demandada adeuda a su representada, por sí y ensu calidad de subrogataria legal y convencional de Comercial Eccsa S.A., por haber pagado aésta los perjuicios causados por la falta de entrega de las mercancías consistentes en calzados,entregadas en depósito para su almacenamiento, causando perjuicios totales de US 30.394,53.

Relata que el 1 de diciembre de 1999, en el puerto de Hong Kong, China, se embarcaron ytransportaron por mar hasta Valparaíso, Chile, una partida de calzados de hombre, a bordo dela P&O Nedlloyd. Agrega que la carga estaba consignada a los señores Comercial Eccsa S.A.

 

Señala que los transportistas marítimos recibieron la carga en óptimas condiciones, talcomo lo indica el conocimiento de embarque emitido unilateralmente por el naviero. Agrega queal arribo de la nave al Puerto de Valparaíso el 2 de enero del 2.000, se verificó que el sellopuesto por el transportista no presentaba anomalías y actuando por cuenta de los intereses dela carga los señores Carvallo Transportes Limitada colocaron el sello plástico Nº 25969. Añadeque la carga fue entregada a los demandados para su almacenamiento y custodia en perfectas

 

condiciones y puesta en las bodegas de tránsito ubicadas el Avenida Jorge Alessandri Nº 10.700

 

San Bernardo, permaneciendo allí hasta el 11 de enero de ese mismo año, fecha en la cual se

 

solicitó su traslado a dependencias del consignatario.

Expresa que al proceder a verificar el estado del contenedor, éste presentaba sus sellosintactos, sin embargo, se observaron daño en su estructura física, ya que los pasadores de lasdos palancas de apertura de la puerta derecha no correspondían a los originales y que, una vezrealizada la apertura del módulo, se constató un faltante de 73 cartones, de lo que se dejó

 

constancia en las actas de inspección.

 

Indica que el valor total de los perjuicios de Comercial Eccsa S.A. ascendieron a la suma de

 

US $29.893,52.

Añade que para cubrir los riesgos de la mercadería Comercial Eccsa S.A. aseguró la carga aACE Seguros S.A, quien, en cumplimiento del contrato y debido al faltante procedió aindemnizar a Comercial Eccsa S.A. los respectivos perjuicios, pagando los consignatarios la

 

suma de US $29.893,52. Expresa, además, que a lo anterior debe agregarse los honorarios de

 

los liquidadores del siniestro por la suma de US $501,01, por gastos generados por causas de

 

exclusiva responsabilidad de los demandados, lo que arroja un total de US 30.394,53, quedemanda en virtud de haberse subrogado su representada en los derechos del consignatarioasegurado, en virtud de lo dispuesto en el artículo 553 del Código de Comercio.

Señala que la responsabilidad de la demandada deriva del incumplimiento del depósito dela carga entregada para su custodia, contrato definido en el artículo 2311 del Código Civil quereproduce el que por ser de carácter real se perfecciona por la entrega de la cosa y que por

 

tratarse de un depósito de carácter mercantil le son aplicables las normas contenidas en los

 

artículos 807 y siguientes del Código de Comercio, entre ellas los derechos y obligaciones deldepositante y del depositario que son los mismos de los comitentes y comisionistas. Asimismosostiene que resultan aplicables las normas relativas a la comisión mercantil de los artículo 233y siguientes del Código citado y supletoriamente las normas que señala. Finalmente sostieneque la demandada incumplió cada una de las obligaciones que asumió en su calidad de

depositario por lo que debe responder por los perjuicios ocasionados a que se ha hechoreferencia.

En subsidio, y atendidos los mismos hechos relatados, demanda en sede extracontractual laindemnización de iguales perjuicios, ya que al haber recibido en custodia la mercancía debiómantenerla en perfecto estado para su comercialización, ya que tiene el deber de cuidado yconservación debiendo adoptar toda las medidas para ello.

En consecuencia, aduce que la demandada es civilmente responsable de los hechos propios

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o de sus dependientes por los ilícitos cometidos derivados de una deficiente custodia de los

 

bienes entregados de acuerdo a los artículos 2314 y 2316 del Código Civil. Agrega que

 

tratándose de una responsabilidad de carácter mercantil es de objetiva y no debe acreditarseculpa o dolo, por lo que habiendo culpa, con mayor razón existe la obligación de reparación delos perjuicios demandados.

Indica, además, que el daño se encuentra constituido por la suma que su representadadebió pagar al consignatario y los gastos generados correspondientes a los honorarios de losliquidadores del siniestro que totalizan la suma de US $30.394,53, más intereses a contar delhecho que motiva la acción, esto es la fecha de entrega de la carga o en subsidio de la fecha

 

del pago efectuado a su asegurado y que resulta claro que los referidos perjuicios derivan de la

 

culpa de la demandada.

CUARTO: Que, a fs. la demandada contesta ambas demandas, solicitando el rechazo de lasmismas, con costas, por los siguientes argumentos:

1) No consta que el transportista marítimo haya estibado la mercadería al interior del

 

contenedor ni que se haya descartado un error en el embarque, pues se trataba de un

 

contenedor que el transportista recibió sellado. Tampoco consta que Sitrans haya permitido el

 

cambio de pasadores de las palancas de apertura de las puertas mientras el contenedor se

encontraba en su poder, lo que sólo se puede advertir al abrir el contendor, por lo que no se lepuede imputar responsabilidad, ya que pudo haberse producido en cualquier momento desde elembarque a la llegada a destino, pero no en el tiempo que el contendor estuvo en manos deSitrans. Agrega que Sitrans toma todas las medidas para que los contenedores no seanabiertos, instalando sellos de fleje entre las barras de ambas puertas y estiba los contenedores

 

puerta contra puerta lo que hace imposible la manipulación de las mismas.

 

2) Por lo anterior, no puede imputarse la responsabilidad del faltante a Sitrans pues para

 

verificar que los pasadores de palanca de apertura de la puerta derecha no corresponden a losoriginales se debe abrir el contenedor, en consecuencia, antes de la apertura nadie puededetectar, menos por una inspección a simple vista, si los pasadores fueron cambiados antes odespués que los Sres. Carvallo Transportes pusieron su sello plástico el que no se encontrabaviolado. Además, indica que por el modo de operar con los contenedores que deben

 

permanecer en su poder, por petición del consignatario, es imposible su apertura y, en

 

consecuencia, que la sustracción se hubiere producido durante dicho período.

 

3) La demandante imputa a Sitrans la pérdida de un faltante de carga consistente enbicicletas, en circunstancias que Sitrans recibió un contenedor cerrado y lo entregó en lasmismas condiciones. Reitera que para que ocurra el cambio de pasadores es necesaria laapertura del contenedor lo que resulta imposible mientras se encontraba bajo su custodia.

4) La demandante no acompaña comprobante alguno que acredite la propiedad de la carga,

 

su embarque, su peso, el contenedor, la entrega al transportador marítimo, su entrega en el

 

puerto de San Antonio ni con qué sello se manifestó el contenedor, lo que impide fundarresponsabilidad alguna de la demandada.

5) No consta la avaluación de los perjuicios que se demandan.

6) No consta la existencia de póliza de seguro vigente por el consignatario con ACE ni suscláusulas, ni los términos de ajuste del eventual siniestro ni como se acreditó el o los faltantes,

 

ni los honorarios de los liquidadores ni su imputabilidad a la demandada, pues ellos constituyen

 

gastos derivados del contrato de seguro y no un daño derivado del supuesto incumplimiento decontrato.

7) No consta el pago por parte de ACE Seguros, ni la fecha de ello, por lo que no consta lasubrogación.

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En cuanto al derecho señala que nos encontramos en presencia de un contrato de

 

transporte terrestre, y, en consecuencia, regulado por el artículo 166 y siguientes del Código

 

de Comercio y, participa, a la vez del arrendamiento de servicios y del depósito, lo que no sealtera por el hecho que Sitrans mantenga los contenedores, durante el traslado en un lugar decustodia, porque esta permanencia temporal formó parte del transporte total desde el Puertoa las dependencias del consignatario, tiempo durante el cual en transportista estuvo obligado a

la custodia y conservación de ellas como un depositario asalariado, tal como lo corrobora elartículo 200 del Código de Comercio. Atendido lo expuesto, expresa que la responsabilidad deltransportista terrestre por pérdidas se encuentra extinguida de conformidad con lo dispuesto enel artículo 214 Nº 4 del Código de Comercio que establece un plazo especial de 6 meses en las

 

expediciones efectuadas dentro de la República, el que debe contarse en el caso de avería

 

desde la fecha de entrega de las mercaderías, en el caso de autos desde el 21 de diciembre del2.000.

Indica, además, que no es posible atribuir responsabilidad a Sitrans a la luz de lo queexpresa el artículo 204 del Código de Comercio, pues Sitrans recibió un contenedor cerrado.

En cuanto a la demanda subsidiaria señala que existiendo un contrato, cualquiera sea su

 

naturaleza, no es posible alegar la existencia de responsabilidad extracontractual. Agrega que

 

no ha existido delito o cuasidelito civil imputable a Sitrans ni a ninguno de sus dependientes.

Reitera la existencia de un contrato de transporte, del cual da cuenta la guía de despacho, porlo que la responsabilidad extracontractual no tiene cabida. Añade que no existe vínculo causa-efecto entre alguna acción u omisión de Sitrans y el daño alegado por la demandante, muchomenos respecto de los honorarios de los liquidadores. Concluye, en consecuencia, que no existeningún fundamento para interponer demanda de responsabilidad extracontractual.

 

QUINTO: Que, a fs. 71 se evacuaron los trámites de réplica y a fs. 85 el de dúplica.

 

SEXTO: Que a fs. 97 se recibió la causa a prueba, por el término legal, fijándose comohechos sustanciales, pertinentes y controvertidos los que allí se señalan, resolución que fuemodificada por le I. Corte de la forma que se lee a fs. 548.

SÉPTIMO: Que, la demandante acompañó a los autos la siguiente prueba documental:

 

1) Finiquito otorgado por Comercial Eccsa S.A. a Ace Seguros S.A., por el pago del siniestro

 

materia de autos.

2) Certificado de definitivo del seguro que amparó el transporte de autos.

3) Copia simple de finiquito otorgado por Comercial Eccsa a Ace Seguros.

4) Copia simple del conocimiento de embarque que amparó el transporte.

 

5) Copia de factura comercial Nº RM 108/99RP emitido por el embarcador de la mercadería.

6) Copia de Parking List o lista de embarque.

7) Copia simple de guía de despacho Nº 913447, emitida por Sitrans.

8) Set de 9 fotografías de un contenedor.

 

9) Actas de Inspección Nos. 14240, 14241, 14242, 14244, 14246 y 14247.

10) Informe de Liquidación de 24 de febrero del 2.000, emanado de Carvallo Transportes.

11) Acta de Inspección con merma, emitida por el Inspector Andrés Jara Moreno.

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12) Protesta o reclamación elevada por Carvallo Transportes a Sitrans y recibida por esta

 

última el 13 de enero del 2.000.

13) Fotocopia simple de guía de despacho Nº 46311, emanada del Agente de Aduanas JoséGutiérrez Oyarzún a nombre de Comercial Eccsa S.A. de 3 de enero del 2.000.

14) Dos carillas impresas del Portal Web de la demandada.

15) Copia de sentencia dictada por el Quinto Juzgado Civil de esta ciudad.

16) Copia de dos sentencias dictadas por el Tercer Juzgado Civil de Valparaíso.-

 

17) Copia simple de recurso de protección Rol 281-2002, tramitado ante la I, Corte deApelaciones de esta ciudad.

A los documentos signados de los números 1) a 13) se les otorgará valor probatorio, encuanto éstos fueron reconocidos por los testigos de la actora.

 

En cambio, a aquéllos individualizados en los número 14) a 17) se les restará todo valor,

 

por tratarse de una copia simple de un documento privado cuya autenticidad no consta y de

tres sentencias que sólo tienen mérito en las causas en que fueron pronunciadas, deconformidad a lo dispuesto en el artículo 3º del Código Civil.

OCTAVO: Que, a petición de la actora se realizó la audiencia de exhibición de documentoscuya acta se lee a fs. 772 y que no aportó mayores antecedentes a los autos, puesto que la

 

mayoría de los documentos cuya exhibición se pretendía, se encontraban agregados a los autos

 

y los demás, no se encontraban en poder de la demandada.

 

NOVENO: Que, a su vez, la parte demandada acompañó el documento de fs. 156,consistente en un informe sobre sistema de puertas de contenedores marítimos, preparado pordon José Navarro Ahumada, Ingeniero de la Marina Mercante Nacional.

DÉCIMO: Que la actora rindió, además, prueba testimonial, consistente en las

 

declaraciones de don Arturo Fidel Reyes Fernández, que depone a fs. 203 y don Luis Pablo

 

Fumei Añazco, quien depone a fs. 752, Expresando:

 

1) El primero, al punto segundo, que de acuerdo a la documentación que tuvo a la vista,consistente en B/L. lista de empaque, factura comercial y otros, que con ocasión de laInspección efectuada al contenedor en el Puerto de Valparaíso en diciembre de 1.999, cuandoéste había arribado a bordo de la M/N P&O Nedlloyd, procedente de Hong Kong, encircunstancias que se estaba recibiendo por la autoridad portuaria, y siendo difícil determinarquien consolidó y selló el contenedor, arribo de la mercadería, puede señalar que la Compañía

 

Naviera el recibir el contenedor no dejó constancia en el propio conocimiento de embarque o

 

B/L de alguna anormalidad que afectara al contendor por lo que debe concluir que el embarquede éste fue normal y cumplía con todas las condiciones y exigencias cumplidas por eltransportador marítimo. Agrega que la inspección fue solicitada por la Compañía AseguradoraAce S.A. a su empleador Crawford y al efectuarla no se detectó ninguna anomalía tanto en elcontenedor como en sus sellos, cierres y bisagras.

Repreguntado reconoce el conocimiento de embarque acompañado a los autos.

 

Contra interrogado señala que vio personalmente el contenedor en el Puerto de Valparaísoy que no presentaba signos de violación, y que examinó los pasadores, manillas y los sellos yestaban en buenas condiciones.

Al punto tercero señala que la mercadería consistía en cartones con zapatos, consignada aComercial Eccsa.

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 Repreguntado señala haber tenido a la vista la lista de embarque la que reconoce como la

 

agregada a los autos.

Al punto cuarto, se remite a lo declarado.

Al punto quinto señala que una vez revisado el contendor fue entregado en custodia a lademandada, sin que exista constancia de alguna anormalidad en la guía correspondiente, la quereconoce como la agregada a los autos.

Contra interrogado sobre este punto aclara que cuando dice en custodia, quiere señalar que

 

se dejó en las dependencias de la demandada hasta que fuera solicitada por el consignatario,que desconoce a qué depósito lo transportó el consignatario, pero que así fue, lo que le consta.

Al punto sexto señala que al entregarse el contenedor al consignatario, acto en que estuvopresente un inspector, el contendor tenía sus sellos originales, pero no así los pasadores depuertas que habían sido cambiados, por lo que le dio aviso, como jefe, se constituyó en el lugar

 

comprobando un desorden en la mercadería constatando una merma de 73 cartones.

 

Repreguntado reconoce las actas de inspección y contra interrogado sobre el punto señala

que no se percató del color o pintado del pasador, recibidas a conformidad por el transportista.

2) El segundo testigo depone en términos similares a los puntos segundo, tercero y cuarto,agregando que la modalidad de carga era de contenedor consolidado. Reconoce, asimismo, losdocumentos agregados a los autos correspondientes al conocimiento de embarque, lista de

 

embarque, factura comercial y guía de despacho.

 

Al punto quinto dice que la demandada recibió en perfectas condiciones el contenedor lo

 

que sabe por haber visto la guía de despacho, sin observaciones por parte de éstos.

Al punto sexto corrobora el procedimiento por el cual se detectó el faltante que indicaalcanzaba a 73 cartones de calzados y que él presentó protesta formal en contra de la empresaSitrans, reconociendo como tal la agregada a los autos.

 

Asimismo, reconoce la guía de despacho, las actas de inspección y el set fotográfico.

 

Al punto noveno indica que la actora sufrió perjuicios, ya que de acuerdo a su informe deliquidación se recomendó el pago de U.S. $29.800, lo que fue indemnizado a la EmpresaComercial Eccsa, lo que le consta pues de haber habido alguna diferencia ambas partes podríahaber impugnado el informe, cuestión que no ocurrió lo que lo hace suponer que se pagó.Repreguntado reconoce el informe de liquidación y el certificado definitivo de seguro.

UNDÉCIMO: Que a petición de la actora se evacuó el peritaje de fs. 560, en que se

 

tradujeron, tanto la factura emitida por el embarcador, como la lista de paquetes embarcados.

DUODÉCIMO: Que a petición de la demandante se agregaron a los autos los siguientesoficios.

1) El de fs. 187, en que el Banco de Chile informa el valor del dólar al 4 de marzo del2.002.-

2) El de fs. 222 en que la Superintendencia de Valores informa sobre el cambio de razónsocial de Cigna Compañía de Seguros (Chile) S.A. a Ace Seguros S.A..

3) El de fs. 297 en que el Agente de Aduanas José Gutiérrez Oyarzún remite ladocumentación correspondiente al despacho de la mercadería materia de autos.

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4) El de fs. 305 en que Crawford Liquidadores de Seguro informan sobre el Método utilizado

 

por las Compañías navieras para sellar contenedores.

 

DÉCIMO TERCERO: Que, con el mérito de los antecedentes reseñados en los motivosprecedentes, valorados de la forma antes indicada, se tendrán por acreditados los siguienteshechos:

1) Que, el 1 de diciembre de 1.999, se embarcaron en El puerto de Hong Kong-China, abordo de la Motonove P&O Nedlloyd una partida de calzados de hombre, a fin de sertransportados, vía marítima al Puerto chileno de Valparaíso, cuyo consignatario era Comercial

 

Eccsa S.A.

2) Que, la referida mercadería se encontraba asegurada por los consignatarios en laCompañía demandante.

3) Que, dichas mercaderías arribaron al país con fecha 2 de enero del 2.000.

4) Que, al momento del embarque de las mercaderías no se dejó constancia de algún

 

deterioro o merma, según se aprecia del conocimiento de embarque.

 

5) Que una vez arribada la mercadería al Puerto de Valparaíso y verificados los trámites derigor, la mercancía fue entregada a la empresa demandada Servicios Integrados deTransportes.

6) Que, en la documentación de despacho y entrega a la demandada de la mercadería no

 

se dejó constancia alguna merma o daños en los contenedor, en los sellos de seguridad o en

 

algún otro lugar del mismo.

 

7) Que, una vez recibida la mercadería por la demandada ésta la trasladó a sus bodegas,donde permaneció hasta el 11 de enero del 2. 000.

8) Que, al recibir la mercadería el consignatario, con igual data a la indicadaprecedentemente, procedió a la apertura de los contenedores constatando que la capacidad

 

física de uno de ellos estaba incompleta detectando un faltante de 73 cartones.

 

9) Que, Ace Seguros, procedió a indemnizar a Comercial Eccsa S.A. por la suma de US$29.893,52, en cumplimiento de un contrato de seguro pactado entre ambos.

10) Que, Carvallo Transportes Limitada elevó protesta y/o reclamación con fecha 11 deenero del 2.000, la que fue recepcionada por la demandada el 13 de ese mismo mes.

11) Que, la demandada se dedica a seguimiento de contenedores de Compañías Navieras,

 

servicios a exportadores e importadores de transporte terrestre, a la carga, depósito de

 

contenedores y arriendo de éstos.

DECIMOCUARTO: Que, a fin de acreditar el contrato de depósito a que alude lademandante, no ha allegado antecedente alguno, que establezca en forma asertiva en quecalidad fueron entregadas las mercaderías a la demandada.

A su vez la demandada no ha acreditado la existencia del contrato de transporte que

 

alega, por lo que no será posible acceder a las alegaciones de la demandada en cuanto opone la

 

prescripción a la acción deducida en lo principal de fs. 1.

En consecuencia, no habiéndose acreditado el presupuesto básico de la acción, cual es laexistencia de una relación de carácter contractual entre las partes, y, específicamente uncontrato de depósito, la demanda principal ha de ser desestimada.

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DÉCIMO QUINTO: Que, sin embargo, la demandada no ha desconocido el haber tenido el

 

contenedor bajo su custodia entre el 2 de enero del 2.000 al 11 de ese mismo mes, en que

 

fueron entregadas al consignatario, circunstancias que además aparece acreditada con losdocumentos señalados en los números 19 a 69 del motivo séptimo y con las declaraciones delos testigos de la actora.

De otro lado, se ha acreditado en autos, tal como se estableció en el motivo décimo terceroque no se dejó constancia alguna, en ninguno de los documentos emitidos durante elembarque, recepción y entrega a la demandada de la mercadería de alguna anomalía o mermaen la misma, sin que esta parte haya acreditado, a su vez, sus alegaciones en orden a q la

 

violación de sellos y alteración en los pasadores de la puerta del contendor se haya producido

 

con anterioridad a dicha entrega.

DÉCIMO SEXTO: Que, continuando con el mismo razonamiento, se debe concluir que lademandada no desplegó todos los actos necesarios a fin de cumplir con su deber de cuidadorespecto de las mercaderías custodiadas, sin que haya acreditado, tampoco, que la forma deapilar los contenedores, esto es puerta contra puerta, hiciera imposible la violación de los sellos

 

o la intervención en los cierre de sus puertas, incurriendo, en consecuencia en una negligencia

 

de su deber de cuidado, lo que ocasionó un perjuicio al consignatario de la mercadería ECCSA

 

S.A., que fueron consecuencia directa de dicha omisión, todo ello en los términos del artículo

2314 y 2329 del Código Civil, habiendo incurrido, en consecuencia, en responsabilidadextracontractual que lo obliga al pago del monto de dicho daño.

DÉCIMO SÉPTIMO: Que, también se encuentra acreditado en autos, con los documentosseñalados en el motivo 7º números 1) a 6) y los dichos del testigos de la demandante que Ace

 

Seguros pagó a Comercial Eccsa S.A. la suma de US $29.893, 52 correspondiente al valor del

 

seguro contratado por esta última empresa y equivalente al valor del faltante, habiendo

 

operado la subrogación de derechos a que se refiere el artículo 553 del Código de Comercio,

 

por lo que, en definitiva, el perjuicio ocasionado debió ser soportado por la aseguradora,demandante de autos, a quien corresponde le sean indemnizados los mismos, acogiéndose deesta manera la demanda subsidiaria deducida a fs. 1.

En cuanto a los honorarios de los liquidadores que también se demandan, estimando esta

 

sentenciadora que ellos no han sido acreditados por la vía idónea, esto es por la

 

correspondiente boleta de honorarios debidamente reconocida por su emisor, la demanda será

 

desestimada por este concepto.

Y visto, además lo dispuesto en los artículos 1.437, 1.698, 1.699, 1.700, 2.314 y 2.329 delCódigo Civil; 553 del Código de Comercio; 144, 170, 342, 346, 356 y 384 del Código deProcedimiento Civil, se declara:

EN CUANTO A LA OBJECIÓN DE DOCUMENTOS:

I- Que se rechazan las objeciones de documentos formuladas por la demandada a fs. 142,145 y 769.

EN CUANTO AL FONDO.

II- Que se rechaza la demanda de indemnización de perjuicios en sede contractual,deducida en lo principal de fs. 1.

 

III- Que se acoge la demanda en sede extracontractual, subsidiariamente interpuesta en elprimer otrosí de fs. 1, sólo en cuanto se condena a la demandada Servicio de TransportesIntegrados S.A. (SITRANS S.A.), a pagar a la demandante, Ace Seguros S.A. la suma de US$29.893,52 (veintinueve mil ochocientos noventa y tres coma cincuenta y dos dólares), en suequivalente en moneda nacional a la época del pago, sin reajustes y con intereses paraoperaciones reajustables, sólo en caso de mora.

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 IV- Que, se rechaza la referida demanda subsidiaria, en cuanto por ella se pretende el pago

 

de los honorarios del liquidador de seguros y los reajustes.

V.- Que cada parte pagará sus costas.

Regístrese y notifíquese.

Pronunciada por doña Carolina Figueroa Chandía. Juez Titular del Segundo Juzgado Civil deValparaíso. Autorizada por doña Olivia Cofré Chirino. Secretaria Subrogante del mismo Tribunal.

 

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del Art. 162 delC.P.C. en Valparaíso, a martes veintinueve de agosto de dos mil seis.

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Valparaíso, diecisiete de mayo de dos mil siete.

 

Visto:

Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones:

a) Considerando tercero, apartado décimo, se cambia la referencia al artículo 2311 delCódigo Civil, por la del 2211 del mismo Código;

b) Fundamentación cuarta, Nº 3, se reemplaza el sustantivo "bicicletas" por "calzados de

 

hombre";

 

c) Razonamiento décimo Nº 1) apartado primero, se sustituye "celló" por "selló" y "arribode la mercadería" por "pero"; y en el apartado séptimo, se reemplaza "contendor" por"contenedor":

d) Motivación décimo tercera, Nº 1), se adiciona después del nombre de la motonave que

 

ahí se indica, la expresión "un contenedor en que se encontraba"; en el Nº 3, se cambia "dichas

 

mercaderías arribaron", por "dicha mercadería arribó"; el Nº 5) se sustituye por "Que una vez

 

recibido el contenedor por la demandada, ésta lo trasladó a sus bodegas de la ciudad de SanBernardo, donde permaneció hasta el 11 de enero de 2000."; al Nº 8) se le reemplaza su partefinal, desde donde dice "de los contenedores" por "del contenedor, constatando que lamercadería estaba incompleta y que faltaban 73 cartones";

e) Se suprimen las consideraciones décimo cuarta y décimo sexta;

f) En el motivo décimo quinto, se saca la expresión "sin embargo";

 

g) Al fundamento décimo séptimo, se le suprime la oración final del primer apartado, quedice "a quien corresponde le sean indemnizados los mismos, acogiéndose de esta manera lademanda subsidiaria deducida a fs. 1", previo reemplazo de la "coma" (,) que la precede, porun "punto" (.). Asimismo, se elimina todo el apartado segundo de este considerando; y

h) En las citas del Código Civil se eliminan los artículos 2314 y 2329.

 

Se tiene en su lugar y, además, presente:

1º) Que son hechos de la causa que Comercial Eccsa S.A., encargó a Servicios Integradosde Transporte S.A. (Sitrans S.A.), que trasladara un contenedor que había arribado al puertode San Antonio en la nave P&O, procedente de Hong Kong, hasta las bodegas de la primera enSantiago. Sin embargo, este traslado no iba a ser directo, sino que, una vez retirado por la

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demandada el contenedor en San Antonio, lo que aconteció el 3 de enero de 2000, debía

 

transportarlo sólo hasta el almacenamiento, bodega o recinto que ésta tiene en San Bernardo y

 

esperar que Comercial Eccsa le comunicara que ya se encontraba en condiciones de recibir lacarga, momento en que nuevamente la demandada transportaría el contenedor hacia sudestino final, que era un domicilio de Comercial Eccsa, lo que acaeció el 11 de enero de 2000.

Esta característica del contrato, se encuentra por lo demás reconocida por la demandada ensu contestación a la demanda, pues, como se lee a fs. 55, ha dicho, "lo cierto es que Sitranstransporta sus contenedores desde San Antonio hasta su patio de tránsito en San Bernardo y,desde allí, a las bodegas del consignatario, a solicitud del propio consignatario, por sus propias

 

decisiones logísticas".

 

2º) Que también ha quedado establecido en los considerandos reproducidos del fallo deprimera instancia, que la demandada recibió el contenedor en San Antonio con los selloscorrespondientes y sin ninguna muestra de haber sido abierto durante el transporte marítimo. Pero, al entregarse dicho contenedor en su destino final, se pudo comprobar que lospasadores de la puerta habían sido cambiados y que, no obstante estar los sellos intactos, gran

 

parte de la mercadería había sido sustraída.

 

3º) Que ante esta merma de la mercadería, el liquidador de la Compañía de Seguros que

había contratado Comercial Eccsa, vale decir, Ace Seguros S.A. -actual demandante-, dejóconstancia del faltante y realizó la respectiva protesta (fs. 139), procediendo la aseguradora aresponder a Comercial Eccsa por los perjuicios sufridos, tal como se había convenido.

4º) Que Ace Seguros S.A., al haberse subrogado en los derechos que tenía el asegurado

 

Comercial Eccsa S.A., dedujo a fs. 1 demanda de indemnización de perjuicios en contra de

 

Servicios Integrados de Transporte S.A. (Sitrans S.A.). La acción la fundamenta en que, entre

 

Comercial Ecssa y Sitrans S.A. se celebró un contrato de depósito, por lo que, invocándose la

 

responsabilidad contractual, solicita el pago de las sumas con que debió indemnizar a EccsaS.A., más los honorarios de los liquidadores.

5º) Que la demandada se ha excepcionado diciendo que lo convenido con Eccsa S.A., fueun contrato de transporte y no de depósito y que su responsabilidad se encuentra extinguida

 

por prescripción.

 

6º) Que resulta entonces innegable, que entre las empresas recién aludidas, se celebróverbalmente un contrato, mediante el cual Sitrans S.A. se obligó a prestar un servicio aComercial Eccsa S.A. y ésta a pagar por ello una cantidad de dinero, que, aunque no se hadeterminado, resulta indiscutible atendida la naturaleza comercial de ambas empresas y elrubro a que cada una de ellas se dedica. Por consiguiente, los perjuicios que haya podido sufrirComercial Eccsa S.A. por un supuesto incumplimiento de la demandada durante la prestaciónde tal servicio, deben quedar comprendidos dentro del ámbito de la responsabilidad contractual

 

y no de la extracontractual, como lo decidiera el sentenciador de primera instancia al acoger la

 

petición subsidiaria, más aún cuando las partes no han discutido la existencia del contrato, sinoúnicamente su naturaleza.

7º) Que Sitrans S.A. es una empresa que se dedica al seguimiento de contenedores deCompañías Navieras, presta servicios de transporte terrestre, de carga y de depósito y

arriendo de contenedores. Así por lo demás se estableció en el apartado 11) del considerandodécimo tercero del fallo de primer grado, hecho que no fue impugnado en los recursos de

 

apelación.

 

8º) Que la demandante no rindió prueba alguna tendiente a demostrar el contrato dedepósito en que fundamenta la demanda. Efectivamente, no acompañó las facturas de pago aque se refiere en la réplica, con las cuales anunció demostraría la naturaleza del contrato queinvoca. Y, aunque en sus escritos afirma que el transporte duró menos tiempo que aquél enque el contenedor permaneció en los patios de la demandada, tal argumento, por si solo, no

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resulta convincente para aseverar que estamos ante un contrato de depósito, porque además,

 

si bien reconoce que el depósito era con transporte hasta la bodega de Comercial Eccsa, no se

 

refiere al otro, el transporte que también le realizó Sitrans S.A., como fue el traslado delcontenedor desde el Puerto de San Antonio a los patios de tránsito que la demandada tiene enSan Bernardo.

9º) Que la demandada tampoco aportó contrato, ni carta de porte, ni facturas, por lo quesólo nos resta la situación de hecho resumida en la motivación primera de este fallo, -en queambas partes coinciden-, más la escasa documentación de la cual pueda inferirse la naturalezadel contrato, pues la actora se limitó a acreditar cómo había sido recepcionado el contenedor en

 

el puerto, al faltante que presentaba al llegar a manos del consignatario y al monto de los

 

perjuicios, mas no a la naturaleza del contrato, que ciertamente estaba controvertida.

10º) Que una vez analizados esos escasos antecedentes y las normas que rigen este tipode contratos, no resta sino concluir que, en el caso que nos ocupa, el servicio que prestó lademandada a Comercial Eccsa S.A., fue el de transporte terrestre privado, puesto que, por unprecio, debía retirar desde el puerto de San Antonio el contenedor de la consignataria y

 

entregarlo finalmente en las bodegas de ésta en Santiago. Se dan, en consecuencia, todas las

 

características del contrato de transporte, referido en el artículo 166 del Código de Comercio.

 

Así, consta de los antecedentes que Comercial Eccsa S.A. adquirió una partida de zapatosen Hong Kong, la que fue transportada en un contenedor por vía marítima hasta San Antonio.Luego, la demandada, sin estampar reservas acerca del contenido de éste, el cual seencontraba sellado, lo transportó por vía terrestre hasta las bodegas que Comercial Eccsa S.A.tiene en Santiago, mediando antes de la entrega final, un lapso de ocho días, durante los cuales

 

el contenedor permaneció almacenado en las bodegas del transportista, en espera que el

 

consignatario se encontrara en condiciones de recibirlo.

 

Pues bien, la mera circunstancia que durante el transporte terrestre haya debido eltransportista mantener transitoriamente el contenedor en sus patios de almacenamiento pornecesidades logísticas de la consignataria, no puede transformar el contrato de transporte enuno de depósito, porque aquel hecho no viene a ser sino una modalidad del transporte convenido.

Además, la demandante no contradijo ni desvirtuó lo aseverado por la demandada, en

 

cuanto a que el contenedor quedaba en poder de ésta sólo por necesidades del consignatario,sin que probara la forma en que se convino el precio, el cual, de haber sido un contrato dedepósito, naturalmente habría dependido de su duración; por el contrario, la entrega estabasupeditada únicamente a la capacidad de recepción del consignatario, de lo que se deriva queésta no era sino una modalidad del contrato de transporte.

Por lo demás, es un hecho público que las empresas de transporte, cada día ofrecen

 

mejores y más completos servicios para obtener la preferencia de los usuarios, sin que por ello

 

pueda afirmarse que el contrato deje de ser de transporte, por las modalidades especiales enque se ejecute, de acuerdo con las necesidades de quienes contratan el servicio.

11º) Que reafirman las precedentes conclusiones, los siguientes antecedentes: a)Existieron guías de despacho, que son propias del transporte (fs. 140 y 113), a lo que se

suma que en la segunda se dice expresamente que es para un "trasporte", siendointrascendente que se haya realizado la etapa final del mismo desde el depósito de Sitrans,

 

pues eso no se ha controvertido, ni tampoco podría argumentarse que el empleo de tal palabra

 

pudiese cambiar la naturaleza del contrato celebrado; b) en el contrato de transporte terrestreprivado, el porteador se encarga precisamente de conducir por tierra cosas o personas deacuerdo con el precio convenido para cada caso, quedando obligado a realizar esa conduccióny, el consignatario, a pagar el precio o porte convenido. Es por ello que el Código de Comercioestablece que este contrato también reviste las características de una prestación de servicios ydel depósito, puesto que hay un arrendamiento de servicios materiales, sin perjuicio que el

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transportista debe custodiar la carga como un depositario remunerado desde que la recibe, y

 

entregarla finalmente en el mismo estado en que la recibió; c) éste es un contrato consensual y

 

basta con que las partes estén de acuerdo en cuál va a ser el traslado de la mercadería a quese obliga el porteador y el tiempo que éste tardará, resultando lógico que el transportista setome el que sea necesario para retirar la mercadería y entregarla en su destino final. En estaparte resulta necesario destacar que actualmente, por las grandes dimensiones de los

contenedores y de las exigencias de las compañías de seguros, se ha hecho costumbre, comoacaeció en este caso, que el transportista deba esperar que el consignatario esté en condicionesde recepcionarlos. Esta modalidad no puede desvirtuar el contrato de transporte, pues ellopuede ser por un día, dos, tres u ocho como sucedió en el transporte que ha originado este

 

 juicio, debiendo tenerse especialmente presente en este aspecto, que la demandante no probó

 

que la mercadería debiera estar en depósito por un lapso determinado, ni que el precio sehubiese acordado en razón del número de días que el contenedor permanecería en poder deltransportista; por el contrario, no ha discutido en la réplica que la espera sería sólo por el lapsoque necesitaba organizarse para recibir el contenedor, lo que también confirma que estamosante un contrato de transporte, que no es de los llamados de "ejecución instantánea"; d) aúncuando no se ha acompañado la carta de porte, tampoco puede decirse que ésta sea una

 

solemnidad del contrato, el cual, como se ha recordado, es consensual, por lo que, en su

 

ausencia, resulta suficiente que las partes estén de acuerdo en la forma en que se va a llevar a

 

cabo el contrato, caso en que lugar de la carta de porte se usa la guía de despacho; e) las

mercaderías deben ser entregadas en el tiempo y lugar convenidos y, como se ha visto, seconvino la entrega del contenedor para el día que lo dispusiera el consignatario; y f) especialrelevancia adquiere en este juicio el documento de fs. 139, ratificado por quien lo emitiera a fs.756, acompañado a fs. 141 por la propia demandante, como aquél emitido por el liquidador deseguros, de acuerdo con el cual, al realizarse la protesta o reclamación por parte de la

 

compañía aseguradora, se dice textualmente: "Vuestra empresa" (se dirige a la Empresa de

 

Transporte Terrestre Sitrans S.A.) "celebró un contrato de transporte terrestre para el

 

traslado de 01 CONTENEDOR, consignado a COMERCIAL ECCSA S.A. carga amparada bajo la

 

Guía de Despacho del Transportista Nº 913447" y, ¿quién mejor que el asegurador podía saberqué tipo de contrato estaba amparando con su contrato de seguro - .

12º) Que la jurisprudencia hecha valer por la parte demandante, no altera la precedenteconclusión. Así, las situaciones de hecho y de derecho que se plantearan en esos juicios y las

 

pruebas que se hayan rendido en ellos, pueden haber sido diversas, por lo que a estos

 

sentenciadores les corresponde decidir el caso particular que ahora se les ha planteado, de

 

acuerdo con el mérito de este proceso.

13º) Que tampoco desvirtúa lo anterior el hecho que uno de los testigos de la demandantedeclarara a fs. 204 que el contenedor había sido entregado en custodia a la demandada, puestoque esa custodia es inherente al contrato de transporte a lo que se agrega que no dio razónalguna de cómo le consta que el contrato que vinculaba a las partes fuera de depósito o detrasporte con la modalidad que se ha demostrado en estos autos.

 

14º) Que de acuerdo con lo razonado en los motivos precedentes, se ha probado que laspartes estuvieron vinculadas por un contrato de transporte y que, mientras el contenedorestuvo en poder del transportista demandado, fue sustraída gran parte de la mercadería que seencontraba en su interior.

15º) Que la responsabilidad por la mercadería que se encuentra a su cargo, recae sobre eltransportista. Esta responsabilidad civil y contractual se extingue, entre otros motivos, "por la

 

prescripción de seis meses en las expediciones realizadas dentro de la República". La parte

 

demanda ha hecho valer esta prescripción al contestar la demanda y, como el contenedor fueentregado al consignatario el 11 de enero de 2000, ocasión en que se detectó la pérdida, y lademanda fue notificada sólo el 16 de marzo de 2002, sólo resta concluir que, incluso a la fechade su presentación, el 5 de marzo de 2002, la extinción de la responsabilidad del porteador porprescripción, ya se había producido.

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16º) Que la aseguradora demandante, no se subroga sino en las acciones y derechos que

 

tenía el asegurado y, como éstos se habían extinguido por prescripción, corresponde acoger la

 

alegada por la parte demandada.

17º) Que lo argumentado por la demandada, en la réplica, en cuanto a que, con elmanifiesto o protesta habría interrumpido la prescripción de corto tiempo, será desestimado,

por cuanto el artículo 2524 del Código Civil se remite a sus dos artículos precedentes, dentro delos cuales no se encuentra esta prescripción especial, sin perjuicio que tal hecho no puede serconsiderado en este caso como un requerimiento, sino tan solo como la fecha desde la cualempieza a correr el plazo que invocara la demandada. Por lo demás, si en la misma protesta se

 

hace referencia al contrato de transporte celebrado por las partes, la compañía aseguradora

 

debió haber tenido la diligencia necesaria para, al menos, haber presentado y notificado lademanda dentro de plazo y no dejar pasar más de dos años, como ha sucedido en el caso deautos.

18º) Que al haber quedado determinado que la relación jurídica que vinculó a las partes fuede naturaleza civil y contractual, lo cual fue, por lo demás, el fundamento de la demanda

 

principal, no puede invocarse una responsabilidad extracontractual de manera subsidiaria, con

 

lo cual únicamente se estaría eludiendo la prescripción de la contractual ya producida, razón

 

por la cual también se rechazará la demanda subsidiaria deducida.

19º) Que, en efecto, en el caso sub lite existió un contrato de transporte terrestrenacional que, en el caso específico de marras, está regido por una norma especial en materiade prescripción, lo que determina que mal podrían concurrir los requisitos legales deprocedencia de la acción indemnizatoria subsidiaria intentada, ya que su supuesto base -

 

inexistencia de contrato-, no concurre, de tal forma que del todo incongruente sería poder

 

llegar a la conclusión que pudiera proceder dar lugar a la referida acción bajo el régimen de

 

responsabilidad civil extracontractual, ya que, entre otros aspectos, como por ejemplo en lo

 

relativo al requisito de la prueba de la culpa, también implicaría vulnerar el plazo deprescripción que el legislador ha dispuesto para la materia y los hechos acontecidos en elpresente conflicto jurídico.

Por estas consideraciones y las reproducidas y atendido también lo dispuesto en los

 

artículos 1, 2, 3 Nºs 6 y 7, 4, 6, 7, 96, 97, 128, 166, 167, 172, 179, 180, 181, 187, 191, 194,

 

199, 200, 207 y 214 Nº 4 del Código de Comercio y 19, 21, 24, 1546, 1560 y 2524 del Código

 

Civil, se revoca en lo apelado la sentencia de veintinueve de agosto de dos mil seis, escritadesde fs. 799 a 820 y en su lugar se declara que no ha lugar a la demanda principal ni a lasubsidiaria, sin costas, por haber tenido la demandante motivo plausible para litigar.

Acordada en la parte que se libera a la demandante del pago de las costas, con el voto encontra de la Ministro señora Cameratti, quien estuvo por condenarla al pago de las mismas.

Se previene que el Ministro señor Lobos no comparte lo razonado en los considerandos

 

décimo octavo y décimo noveno del presente fallo, en cuanto expresa que al haber quedadodeterminada una responsabilidad civil contractual, no puede invocarse una responsabilidadextracontractual de manera subsidiaria, estimando por el contrario que es procedente sudeducción.

Regístrese, notifíquese y devuélvanse.

Rol 2491-2006.-

Redactó la Ministro Sra. Dinorah Cameratti Ramos.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, veintiséis de noviembre de dos mil ocho.

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 VISTOS:

En estos autos rol Nro. 235-2002, seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de Valparaísosobre juicio ordinario de indemnización de perjuicios caratulados "Ace Seguros S.A. conServicios Integrados de Transporte", por sentencia escrita a fojas 799, de veintinueve de

agosto de dos mil seis, se declara que:

I.- Se rechaza la demanda de indemnización de perjuicios en sede contractual, deducida enlo principal de fojas 1.

 

II.- Se acoge la demanda en sede extra contractual subsidiariamente interpuesta en elprimer otrosí de fojas 1, sólo cuanto se condena a la demandada a cancelar a la demandante,la suma de US$29.893,52, en su equivalente en moneda nacional a la época del pago, sinreajustes y con intereses para operaciones ajustables sólo en caso de mora.

III.- Se rechaza la referida demanda subsidiaria, en cuanto por ella se pretende el pago de

 

los honorarios de liquidadores seguros y los reajustes.

 

La demandada interpuso recurso de apelación en contra de dicho fallo; la demandante se

adhirió al mismo y una Sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso por resolución dediecisiete de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 863, revocó la aludida sentencia en su parteapelada y negó lugar a la demanda de fojas 1, sin costas.

En contra de esta última resolución, la demandante interpone recurso de casación en el

 

fondo.

Se trajeron los autos en relación.

 

Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:

PRIMERO: Que la recurrente sostiene en su libelo de nulidad sustancial que la sentenciaimpugnada ha infringido los artículos 4º, 166, 167, 214 Nro.4 del Código de Comercio y 2º y

 

2211 del Código Civil.

 

Explica, en relación con los artículos 166 y 167 del Código de Comercio citados que lasentencia realiza una falsa aplicación de lo establecido en el primero de los preceptosseñalados, toda vez que se aplica una norma legal a un caso no comprendido en el mismo, alconcluir que la calificación jurídica del contrato existente entre las partes es la de contrato detransporte modal aplicando los artículos 166 y 167 referidos y deja de aplicar las normaslegales pertinentes al contrato, a saber, las contempladas en los artículos 2211 siguientes delCódigo Civil, relativos al contrato de depósito.

 

Sostiene que el contrato de transporte terrestre de mercancías es un contrato típiconominado, regulado en los artículos 166 y siguientes del Código de Comercio. Añade quenuestra legislación ha establecido que la obligación de la esencia del contrato de transporte terrestre de mercancías, consiste en que ellos sean conducidas, trasladadas o guiadas desde unlugar a otro y que durante el tiempo que demore dicho traslado se cumple con la obligación. En

conclusión estima que el contrato de transporte terrestre de mercancías siempre tiene comoprestación la conducción de mercancías de un lugar a otro en un tiempo o plazo determinado,

 

lo cual se ve refrendado en diversas normas que regulan dicho contrato como son los artículos

 

196, 191 y 192 del Código de Comercio.

Asevera que los hechos acreditados en autos no pueden enmarcarse dentro del conceptolegal del contrato de transporte terrestre toda vez que los demandados tuvieron bajo sucustodia y conservación, con obligación de restitución, las mercancías por un período queclaramente excedía el tiempo razonable para su conducción.

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 Afirma, asimismo, que existen errores en la sentencia al determinar la existencia de una

 

modalidad especial en el contrato, vulnerando el artículo 166 del Código de Comercio, toda vezque lo aplica a casos no comprendidos dentro de la norma, esto por cuanto considera sudefinición y consecuencialmente sus efectos a un período en el cual la mercancías no seencontraban siendo conducidas a ningún lugar es decir no estaba siendo transportada en los

términos de nuestra legislación.

La recurrente, luego de plantear y explicar las diferencias existentes entre los hechos deautos y el contrato de transporte sostiene que en el fallo impugnado también ha existido una

 

falsa aplicación de lo dispuesto en el artículo 167 del Código de Comercio norma que señala que

 

dicho contrato participa del depósito, toda vez que durante el período que las mercancías sonconducidas el transportista asume respecto de ellas las obligaciones de conservación y custodia,propias del contrato de depósito, lo que queda de manifiesto con lo dispuesto el artículo 199 delCódigo de Comercio. Agrega que, sin embargo, lo anterior no significa que el contrato detransporte sea un contrato integrado por dos contratos diversos, es decir, el contrato detransporte terrestre de mercancías es un contrato en sí mismo, con derechos y obligaciones

 

propios. No se trata de la suma de un contrato de arrendamiento de servicios y un contrato de

 

depósito como lo sostiene erradamente la sentencia recurrida. Expone que afirmar que el

 

contrato de transporte terrestre de mercancías es la suma de dos contratos diversos implica

postular que para su perfeccionamiento requiere que ambos contratos se perfeccionen, lo cuales a todas luces desnaturalizar la normativa legal que los ampara.

Sostiene, la recurrente que, además el fallo censurado ha incurrido en una falsa aplicacióndel artículo 214 número 4 del Código de Comercio al calificar la relación jurídica existente entre

 

las partes como contrato de depósito, el sentenciador hizo aplicable a los hechos de autos la

 

normativa jurídica que regula dicho contrato, específicamente lo relacionado con la prescripción

 

de la acción contra el transportista terrestre por daños y o faltantes de mercancía. Asevera que

 

se ha aplicado erróneamente la prescripción propia del contrato de transporte al depositariode mercancías. Insiste que se trata de un contrato de depósito al cual no le resulta aplicable lasnormas de prescripción especial contenida en el precepto señalado, sino por el contrario laprescripción de la acción de autos debe regularse por las normas del contrato de depósito.

En cuanto al artículo 2211 del Código Civil, indica la recurrente que ha existido una falsa

 

aplicación del mismo y explica que tal precepto en su inciso primero define el contrato de

 

depósito, el cual se caracteriza por ser un contrato de carácter real, que se perfecciona por laentrega que el depositante hace de la cosa al depositario y, además, engendra obligación sólopara una de las partes del mismo, esto es el depositario, ya que una vez recibidas la cosa queestaba en depósito, se obliga a restituirlas a voluntad de su dueño y a su vez, el depositantecontinúa siendo dueño de la cosa que estaba en depósito. Concluye que los hechos probados enla causa son constitutivos de todos y cada uno de los requisitos del contrato de depósitopropiamente dicho voluntario.

 

Finalmente y en relación a los artículos 2º del Código Civil y 4º del Código de Comerciotambién denunciados como transgredidos asevera la recurrente que nuestro sistema legal hadejado de lado como fuente principal del derecho la costumbre, sin embrago la sentenciaimpugnada, en su considerando 11º, al nombrar los antecedentes que se tuvieron a la vista almomento de dictar el fallo y determinar que la relación jurídica existente entre las partes era la

de un contrato de transporte terrestre de mercancías indica que en virtud de la costumbre eltransportista no debe entregar la mercancía transportada en el plazo expreso tácito que tiene

 

para cumplir con su obligación, sino que puede mantener la carga en depósito por un plazo

 

indeterminado hasta que el dueño de la mercancía lo solicite. Expone que de esta forma lasentencia le da a la costumbre una función derogatoria de las normas legales que regulan elcontrato de transporte terrestre de mercancías, ya que deroga los señalado en el artículo 192del Código de Comercio, toda vez que dicha norma legal establece que no existiendo plazo, eltransportista debería conducirlas a su destino en el primer viaje posible. Agrega que se vulnerael sentido y alcance que nuestra doctrina y jurisprudencia han dado a dichas normas legales,

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las cuales son concordantes en cuanto que la costumbre en materia mercantil nunca tiene una

 

función derogatoria ya que sólo puede constituir norma jurídica en aquellos casos en que existe

 

silencio legal, más no en aquellos en que existe norma que regula expresamente la materia.

Como corolario asevera que las infracciones mencionadas influyen sustancialmente en lodispositivo del fallo por cuanto, de no haberse incurrido en ellas se habría concluido que se

trata de un contrato de depósito y no de transporte y, en consecuencia, que no ha operado laprescripción alegada.

SEGUNDO: Que para una acertada resolución del recurso resulta conveniente dejar

 

constancia de los siguientes antecedentes del proceso:

 

a.- Ace Seguros S.A. dedujo con fecha 04 de marzo de 2002 demanda de indemnización deperjuicios por responsabilidad civil contractual y, subsidiariamente por responsabilidad civilextracontractual y solicita se condene a la demandada al pago de US$30.394,53.- a favor de lademandante o la suma que el tribunal fije en moneda extranjera o su equivalente en monedalegal de Chile más intereses, reajustes y costas. Funda su petición sosteniendo que por haber

 

pagado a Comercial Eccsa S.A. los perjuicios irrogados por la demandada por su falta de

 

entrega de las mercancías consistentes en calzados de hombre entregados en depósito para su

 

almacenamiento, y cuya carga se encontraba por ella asegurada, se ha subrogado los derechos

de aquélla. Señala que en el puerto de Hong-Kong, China, se embarcó y transportó por marhasta San Antonio, Chile, una partida de zapatos, carga que fue consignada a Comercial EccsaS.A., arribó el día 02 de enero de 2000 y fue recibida por los transportistas, verificándose alarribo de la nave que el sello no presentaba anomalías, por lo que se entregó la mercancía a lademandada en perfectas condiciones para su almacenamiento y custodia en las bodegas de

 

tránsito de aquélla. Lugar en el cual permaneció hasta el día 11 de enero de 2000, fecha en la

 

que se solicitó el traslado del contenedor a las dependencias del consignatario. Añade que al

 

proceder a verificar el estado del contenedor éste presentaba sus sellos intactos, sin embargo,

 

tenía daños en su estructura física por cuanto los pasadores de las dos palancas de apertura dela puerta derecha no correspondían a los originales, detectándose, al abrir el módulo, unfaltante de 73 cartones, de lo cual se dejó constancia en el acta de inspección. Concluye que talsituación generó un perjuicio total de US$29.893,52 suma que canceló, más US$501,01 porconcepto de honorarios de los liquidadores.

 

b.- La demanda fue notificada a la demandada el día 16 de mayo de 2002.

 

c.- La demandada al contestar solicita el rechazo de la demanda sosteniendo que si existiósustracción de la mercadería, ello sucedió antes del inicio de la órbita de responsabilidad que lecorresponde, añadiendo que no fue abierto dentro de ese espacio de tiempo y que recibió elcontenedor sellado y en calidad de transportista terrestre, habiéndolo entregado con el mismosello y en las mismas condiciones. Hace hincapié en que la naturaleza jurídica del contrato enque la actora funda su acción no es de depósito mercantil sino de transporte terrestre por

 

cuanto la demandada recibió un contenedor sellado en San Antonio para su transporte y no

 

directamente en su recinto de contenedores de San Bernardo como se da a entender en lademanda. Añade que desde ese recinto de tránsito lo trasladó hasta las bodegas delconsignatario a solicitud del mismo, por sus propias decisiones logísticas.

Afirma que la responsabilidad del transportista terrestre por pérdidas, desfalcos y averías

se encuentra extinguida de acuerdo a lo establecido en el artículo 214 Nro. 4 del Código deComercio, norma que establece un plazo de prescripción de seis meses que debe computarse

 

desde la fecha de la entrega de las mercancías, hecho acaecido el 11 de enero de 2000, y hasta

 

la fecha de notificación de la demanda, el 16 de mayo de 2002, por lo que ha transcurrido enexceso el término indicado.

En cuanto a la responsabilidad extracontractual demandada plantea que existiendocontrato, en los términos expuestos, resulta improcedente, razón por la cual pide sea tambiénrechazada.

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 d.- El fallo de primer grado rechazó la demanda principal de indemnización de perjuicios en

 

sede contractual por estimar que no se acreditó la existencia de una relación contractual entrelas partes y, específicamente de un contrato de depósito y acogió, en cambio, la demanda ensede extracontractual interpuesta subsidiariamente, sólo en cuanto condenó a la demandada apagar a la demandante la suma de US$29.893,52 en su equivalente en moneda nacional a la

época del pago, sin reajustes y con intereses para operaciones reajustables sólo en caso demora.

e.- El tribunal de segunda instancia, conociendo de la apelación y adhesión a la misma,

 

deducidas por las partes, decidió revocar la aludida sentencia en su parte apelada y negó lugar

 

a la demanda de fojas 1, sin costas.

TERCERO: Que los jueces del fondo dieron por establecido como hechos de la causa:

1) El 1 de diciembre de 1999 se embarcó en el puerto de Hong-Kong, China, a bordo de lamotonave P&O Nedlloyd un contenedor en que se encontraba una partida de calzados de

 

hombre, a fin de ser transportado, vía marítima al puerto chileno de Valparaíso, cuyo

 

consignatario era la sociedad comercial Eccsa S.A.

 

2) La referida mercadería se encontraba asegurada por los consignatarios en la compañíademandante y arribó al país con fecha 02 de enero de 2000.

3) Al momento del embarque de las mercaderías no se dejó constancia de algún deterioro omerma, según se aprecia del conocimiento de embarque.

 

4) Una vez arribado el container al puerto de Valparaíso y verificados los trámites de rigor,

 

fue entregado a la empresa demandada.

 

5) En la documentación de despacho y entrega a la demandada de la mercadería no se dejóconstancia de alguna merma o daños en el contenedor, en los sellos de seguridad, en suspasadores o en algún otro lugar del mismo.

6) Una vez recibido el contenedor por la demandada ésta lo trasladó a sus bodegas de San

 

Bernardo, donde permaneció hasta el 11 de enero de 2000.

 

7) Al recibir la mercadería el consignatario, con igual data a la indicada precedentemente,procedió a la apertura del contenedor constatando que la capacidad física del mismo estabaincompleta detectando un faltante de 73 cartones.

8) ACE Seguros procedió a indemnizar a comercial Eccsa S.A. US$29.893,52 encumplimiento de un contrato de seguro pactado entre ambos.

 

9) Carvallo Transportes Limitada elevó protesta y/o reclamación con fecha 11 de enero de2000, la que fue recepcionada por la demandada el 13 de ese mismo mes.

10) La sustracción de parte de la mercancía desde el contenedor se realizó mientras éstaestuvo bajo la custodia del transportista demandado.

11) La demandada se dedica al seguimiento de contenedores de compañías navieras,

 

servicios a exportadores e importadores de transporte terrestre, a la carga, depósito de

 

contenedores y arriendo de éstos.

12) La demanda de autos fue notificada con fecha 16 de mayo de 2002.

CUARTO: Que los sentenciadores en el fallo que se reprocha, para decidir en la formadicha, consignaron que: "en el caso que nos ocupa, el servicio que prestó la demandada a

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Comercial Eccsa S.A., fue el de transporte terrestre privado, puesto que, por un precio, debía

 

retirar desde el puerto de San Antonio el contenedor de la consignataria y entregarlo finalmente

 

en las bodegas de ésta en Santiago. Se dan, en consecuencia, todas las características delcontrato de transporte, referido en el artículo 166 del Código de Comercio." (considerando10º)

Añaden que: "la mera circunstancia que durante el transporte terrestre haya debido eltransportista mantener transitoriamente el contenedor en sus patios de almacenamiento pornecesidades logísticas de la consignataria, no puede transformar el contrato de transporte enuno de depósito, porque aquel hecho no viene a ser sino una modalidad del transporte 

 

convenido."

Finalmente y luego de establecer que la responsabilidad civil y producto del contrato detrasporte señalado recae sobre el transportista por haberse producido la sustracción de partede la mercancía desde el contenedor mientras estuvo bajo su custodia, los jueces de segundogrado se hacen cargo de la excepción de prescripción alegada por la demandada razonandoque: "como el contenedor fue entregado al consignatario el 11 de enero de 2000, ocasión en

 

que se detectó la pérdida, y la demanda fue notificada sólo el 16 de marzo de 2002, sólo resta

 

concluir que, incluso a la fecha de su presentación, el 5 de marzo de 2002, la extinción de la

 

responsabilidad del porteador por prescripción, ya se había producido."

QUINTO: Que, como lo señalan los magistrados recurridos, de los antecedentes de la causase desprende que la recepción por la demandada del contenedor con mercancías a que serefiere el juicio, según esa parte lo ha sido a título de contrato de transporte, en tanto que laactora ha sostenido que lo ha sido en el carácter de depósito, calificando esa relación

 

contractual de esta última forma.

De lo anterior se sigue que los errores de derecho que se denuncian en el recurso de

 

casación en análisis se construyen sobre la base de considerar que al contrato que ligó aComercial Eccsa S.A. con la demandada Servicios Integrados de Transportes S.A. se le debeatribuir la naturaleza jurídica de depósito mercantil y no de transporte terrestre como lo haceel fallo que se censura y, que como consecuencia de ello, procede rechazar la petición dedeclarar la extinción de la responsabilidad del transportista por haber operado la prescripción

 

en los términos que dispone el artículo 214 Nro. 4 del Código de Comercio.

 

SEXTO: Que en la resolución de conflictos de carácter jurídico sometidos a la decisión delos tribunales, luego de exponer lo que son las acciones interpuestas, los fundamentos en quedescansan, las excepciones que se oponen, sus argumentos y defensas, se desarrolla la laborconsistente en: a) establecer los hechos; b) interpretar los hechos, actos, contratos oconvenciones; c) precisar los elementos de relevancia jurídica; d) calificar jurídicamente loshechos; e) determinar el carácter legal de los mismos; f) fijar las disposiciones legalesaplicables y g) deducir y declarar los efectos que de tales normas derivan para el caso concreto.

 

En lo referido al establecimiento de los hechos, el tribunal constata los aspectos que seencuentran reconocidos por ambas partes y en los que existe contradicción. Estos últimos sonlos que le corresponde determinar, para lo cual analizará la prueba ofrecida por las partes,aceptada por el tribunal y rendida validamente, respetando las reglas de valoración individual yconjunta de cada medio probatorio, como la ponderación comparativa de los distintos medios.

En la interpretación de los hechos, actos, contratos o convenciones los jueces deben

 

ceñirse a las disposiciones que establece el legislador, atribuyéndoles y deduciendo los efectos

 

y alcances que sobre la base de tales reglas de interpretación es posible otorgarles.

En este sentido debe distinguirse entre lo que es la existencia del contrato y de susestipulaciones propiamente tales, que constituye una cuestión de prueba, diferente de laprecisión del sentido y alcance de los actos y contratos, que es un aspecto de interpretación,que no deben ser confundidos. En un paso siguiente del análisis se encuentra la calificación que

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pueda hacerse de la convención, circunstancia, esta última, que excede la simple

 

interpretación, que como se ha dicho, está referida a determinar su sentido y alcance, sin que

 

deba considerarse para ello los efectos que tendrá.

La precisión de los elementos de relevancia jurídica es lo que permitirá efectuar lasubsunción de los supuestos de hecho en la norma, está constituida por el producto de la

interpretación de los hechos, actos, contratos o convenciones, por lo que excede dichaactividad, al precisar los antecedentes o bases aisladas que tienen relevancia en el derecho,pero para un correcto análisis deben ser considerados en su conjunto, no de manera aislada.

En la calificación jurídica nos encontramos con la actividad tendiente a aplicar el "derecho a

 

los hechos, con el fin de determinar su naturaleza jurídica, o sea, la denominación atribuida porla ley a una situación de hecho determinada, especialmente en lo referente a los actos ycontratos, en los cuales ella ha dado reglas que deben ser observadas, toda vez que no hayansido derogadas por acuerdo de las partes, en cuyo silencio entra a suplirlas" (José FlorencioInfante Díaz, Causales de Casación de Fondo en Materia Civil, páginas 98 y 99), para Capitántes "la determinación previa de la naturaleza jurídica de una relación de derecho, con el fin de

 

clasificarla en una de las categorías jurídicas existentes". Sea una actividad previa o esté

 

comprendida en la misma la precisión de la naturaleza jurídica, la calificación jurídica

 

indudablemente lleva a ella.

La determinación legal de los hechos, está constituida por la actividad que encierra elestablecimiento de todas aquellas circunstancias, condiciones, caracteres, requisitos oelementos que debe reunir un hecho, acto o contrato, encaminados a la producción que unefecto determinado.

La determinación de las disposiciones legales aplicables al caso es una labor que resulta

 

como consecuencia de las actividades anteriores, en que se verá la normativa llamada a ser

 

aplicada al litigio, de la que se presume su mayor conocedor el es juez.

Los efectos jurídicos que de tales normas derivan para el caso concreto, son lasconsecuencias en los derechos de las partes que genera la aplicación de las disposicioneslegales, los que serán decididos y declarados por el tribunal como la culminación de la actividad

 

 jurisdiccional.

 

De lo relacionado precedentemente, tanto la doctrina como la jurisprudencia hanconcordado que la calificación jurídica de los hechos constituye una cuestión de derecho, puestoque es de esta labor de la cual se deducen todas las consecuencias relevantes para ellegislador, de forma tal que la determinación del contrato que celebraron las partes -transporte o depósito-, queda dentro de la competencia de esta Corte de Casación.

SÉPTIMO: Que resulta entonces imperioso resolver primeramente qué convención es la que

 

ha surgido a partir de la vinculación instituida entre los contratantes señalados

 

precedentemente -teniendo además presente que las partes no han discutido la existencia deun contrato sino sólo la calificación jurídica de aquél- y desde que sólo a partir de talestablecimiento resultará posible determinar las normas aplicables en el caso sub-lite y luego,si aquellas lo han sido correctamente o no en la sentencia censurada.

Corresponde precisar, además, que los magistrados de segunda instancia dieron porestablecida la relación contractual entre las partes, sin embargo, descartaron que ésta diera

 

origen a un contrato de depósito. En este sentido debe entenderse la afirmación expresada en

 

cuanto a que no se encuentra establecida la existencia del contrato de depósito y no como unhecho de la causa.

OCTAVO: Que en lo referente a los contratos de depósito y transporte resulta pertinenteconsignar lo siguiente:

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En general el depósito es un contrato, el cual se encuentra reglado tanto por el legislador

 

civil y mercantil.

 

El Código Civil dispone que se llama depósito al "contrato en que se confía una cosacorporal a una persona que se encarga de guardarla y de restituirla en especie" (art. 2211),agregando que se perfecciona por la entrega, de modo que es un contrato real (art. 2212), que

importa la entrega de su mera tenencia (art. 2213), generando obligaciones solamente aldepositario, como es la restitución de la especie, de lo cual deriva su carácter unilateral ynaturalmente gratuito, "si se estipula remuneración por la simple custodia de una cosa, eldepósito degenera en arrendamiento de servicio" (art. 2219). El arrendamiento se encuentra

 

regulado en sus diferentes especies por el Código Civil, específicamente arrendamiento de

 

cosas, criados domésticos, de confección de una obra material, de servicios inmateriales y dearrendamiento de transporte. Por su parte el arrendamiento de servicios se clasifica en lorelativo a servicios aislados en que predomina la inteligencia sobre la mano de obra, aquellosque consisten en una larga serie de actos y los prestados por profesionales. De este someroanálisis se sigue que el depósito civil remunerado deviene en arrendamiento de serviciosinmateriales, por lo que debe descartarse dicha calificación y correspondería asimilarse el

 

contrato más propiamente a un arrendamiento de transporte, regulando las obligaciones del

 

acarreador o transportista en los artículos 2214, 2215 y 2216 del Código Civil. Sin embargo,

 

por el giro y naturaleza de los servicios resulta evidente que las normas que rigen las relaciones

de las partes son las de carácter mercantil, debiendo recurrir a tales leyes.

El Código de Comercio estipula que el depositario tiene derecho a exigir una retribución porsus servicios (art. 809) y, por lo mismo el depósito mercantil se constituye en la misma formaque la comisión y genera los mismos derechos y obligaciones al depositante y depositario, que

 

los establecidos para comitentes y comisionistas (arts. 807 y 808). Agrega este estatuto de

 

leyes que el mandato comercial es un contrato por el cual una persona encarga la ejecución de

 

uno o más negocios lícitos de comercio a otra que se obliga a administrarlos gratuitamente o

 

mediante una retribución y a dar cuenta de su desempeño (art. 233), reglamentándose tresespecies de mandato, entre ellos, la comisión, que es el nombre que toma el mandatocomercial "cuando versa sobre una o más operaciones mercantiles individualmentedeterminadas", reglando cuatro clases de comisiones, entre ellas las de transporte por tierra(arts. 235 y 236). Sin embargo, se dispone por el legislador que el "comisionista de transporte 

 

es aquel que, en su propio nombre pero por cuenta ajena, trata con un porteador la conducción

 

de mercaderías de un lugar a otro" (art. 318), siendo responsable de los hechos del

 

comisionista intermediario (arts. 322 y 323), como también le son obligatorias a loscomisionistas de transporte y a los asentistas en una operación particular y determinada, auncuando no verifiquen por sí mismos la conducción de mercaderías, las disposiciones del Título V"Del Transporte por Tierra, Lagos, Canales o Ríos Navegables". La actividad a que alude elCódigo en relación con el comisionista de transporte podría diferir de la realizada por eldemandado, por lo que más propiamente constituye directamente un contrato de transporte,descartando, por lo mismo, el simple depósito.

 

No obstante el análisis realizado se llega a la única conclusión en orden a que el depósitomercantil, la comisión de transporte y el contrato de transporte se rigen, en general poriguales normas en relación a la responsabilidad de las partes, en especial las obligaciones deconservación y custodia, por lo que pierde relevancia la calificación jurídica, sin perjuicio dereiterar la calificación ya dada, como que dicho contrato de transporte se rige, en definitiva,

por las disposiciones establecidas para el transporte, contrato este último que constituye unacto de comercio, conforme lo establece el artículo 3º Nº 4 del Código del ramo.

 

NOVENO: Que el inciso primero del artículo 166 del Código de Comercio define el contratode transporte como: "un contrato en virtud del cual uno se obliga por cierto precio a conducirde un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o mercaderías ajenas,y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas".

Las obligaciones principales del porteador entendiendo por aquellas a las que nacen

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directamente del contrato celebrado y realizado en formas normales son: 1º Recibir las

 

mercaderías que deberán ser conducidas (artículo 191 del Código de Comercio); 2º Cargarlas

 

según el uso de personas inteligentes (artículo 191); 3º Conducir las mercaderías al lugar de sudestino (artículos 166 y 191); 4º Custodiar y conservar las mercaderías (artículo 199) y 5ºEntregarlas al consignatario (artículos 199 y 200).

De los deberes que asignados al porteador, mencionados precedentemente, adquiereespecial relevancia para los efectos del asunto materia de autos, aquel consistente en lacustodia y conservación de las mercancías. En tal sentido el artículo 199 del Código deComercio estatuye que: "El porteador es obligado a la custodia y conservación de las

 

mercaderías en la misma forma que el depositario asalariado." Y agrega el artículo 167 del

 

mismo cuerpo legal que: "El transporte participa a la vez del arrendamiento de servicios y deldepósito."

DÉCIMO: Que luego de lo razonado y considerando especialmente los presupuestos fácticosque se dejaron consignados en el motivo tercero de este fallo, corresponde arribar a laconclusión que la relación jurídica habida entre Servicios Integrados de Transporte S.A. y

 

Comercial Eccsa S.A. se encuadró en la estructura del contrato de transporte terrestre por

 

concurrir todos los elementos de una convención de tal naturaleza por cuanto se pactó la

 

conducción de un contenedor con prendas de vestir por intermedio de un camión de la empresa

demandada desde el Puerto de San Antonio en Valparaíso hasta el domicilio del consignatarioComercial Eccsa S.A. en la ciudad de Santiago -sin que se discuta que lo fue a título oneroso- yla circunstancia que no se realizara con entrega inmediata y directa de la mercancía en eldestino final, manteniéndola por un breve lapso en un patio de tránsito o bodega de lademandada, no hace variar la calificación jurídica de dicha convención, desde que, como se ha

 

señalado, la guarda y custodia de las especie que no son otra cosa que la conservación, tutela y

 

protección de la misma, forma parte del contrato de transporte.

 

En tales condiciones, no puede servir de fundamento para tener por acreditada la calidadde depósito, la mera situación de dedicarse la empresa demandada, entre otros giros, alseguimiento de contenedores de compañías navieras, depósito y arriendo de los mismos; mascuando precisamente aquellos otros rubros, que desconoce u olvida la recurrente, consistenprecisamente en prestar servicios de transporte terrestre a exportadores e importadores.

 

UNDÉCIMO: Que, luego, en el asunto sub-judice, por haberse establecido la existencia de

 

un contrato de transporte terrestre en los términos prescritos en el artículo 166 del Código deComercio, resultan aplicables las normas previstas en el Título V del Libro II del cuerponormativo reseñado y, en consecuencia, corresponde acudir al artículo 214 del citado códigoque establece los casos en los cuales se extingue la responsabilidad del porteador por pérdidas,desfalcos y averías. Precepto que en su numeral cuarto, invocado por la recurrente, estatuyeque tal liberación de responsabilidad opera por "la prescripción de seis meses en lasexpediciones realizadas dentro de la República, y de un año en las dirigidas a territorio

 

extranjero". Añade dicha norma, para los efectos del cómputo del término reseñado, que: "En

 

caso de pérdida la prescripción principiará a correr desde el día en que debió ser cumplida laconducción, y en el de avería desde la fecha de la entrega de las mercaderías."

Esta conclusión se impone puesto que, es el objeto principal del contrato, constituido por laprestación que se debe, el que determina, además, la calificación del mismo, que en el caso de

autos es el traslado de la mercadería desde el puerto de San Antonio hasta dependencias deComercial Eccsa S.A., puesto que son obligaciones que integran el contrato de transporte las

 

relativas a la conservación y custodia de las especies transportadas, pero a las cuales

 

igualmente queda vinculado el transportista.

DUODÉCIMO: Que, en este contexto surge entonces la interrogante relativa a ladeterminación del momento inicial de la prescripción, por cuanto el artículo transcrito se colocaúnicamente ante dos eventualidades, a saber, en caso de pérdida y en caso de avería, lo quelleva a hacer necesario recurrir a una nueva distinción en relación con la primera situación, esto

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es, entre pérdida parcial y pérdida total de la mercadería, entendiendo que estamos frente a la

 

primera cuando sólo ha desaparecido una parte del cargamento y ante la segunda cuando

 

aquella no se le ha entregado al consignatario ni siquiera en una pequeña parte. Frente a estaúltima situación el precepto en análisis es claro en prever que el plazo de prescripción secontará desde el día en que debió ser cumplida la conducción, lo que habrá de determinar el

 juez tomando en consideración las diversas circunstancias. Por su parte, tratándose de una

pérdida únicamente parcial, como sucede en la especie, si bien la ley no determinó desde quémomento se contaría el término para los efectos de la prescripción, debe entenderse que ésteempezará a correr desde el día de la entrega de la carga, oportunidad a la que se refiere lamisma norma, aún cuando lo hace en referencia al caso de avería.

 

DÉCIMO TERCERO: Que las argumentaciones vertidas son bastantes para desestimar lainfracción de ley que denuncia la recurrente, para lo cual se tiene además en consideraciónque, en la especie, ha resultado ser un punto pacífico y no controvertido que la entrega de lasmercancías al consignatario Comercial Eccsa S.A. se efectuó el día 11 de enero de 2000,oportunidad a partir de la cual, según se ha dejado sentado en el fundamento anterior,corresponde computar el plazo de prescripción, término que transcurrió en exceso al 16 de

 

mayo de 2002, fecha en que -según consta del estampado de fojas 26- se notificó la demanda

 

de autos al representante de la demandada, motivos estos por los cuales procedía acoger la

 

excepción planteada, como acertadamente lo resolvió el fallo que se reprocha.

DÉCIMO CUARTO: Que en virtud de los razonamientos precedentes, y no habiéndoseproducido las infracciones de ley ni los errores de derecho denunciados, por cuanto lossentenciadores han hecho una correcta aplicación de las disposiciones legales atinentes al casode que se trata, desde que tales normas referidas a los contratos de transporte y de depósito

 

y a la prescripción han sido correctamente interpretadas y aplicadas, el recurso de nulidad de

 

fondo no puede prosperar y debe, necesariamente, ser desestimado.

 

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764,765, 767 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondodeducido en lo principal de fojas 870 por el abogado José Manuel Valderrama Linares enrepresentación de la demandante en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones deValparaíso, de fecha diecisiete de mayo de dos mil siete, que se lee a fojas 863.

 

Regístrese y devuélvase, conjuntamente con su tomo I.

 

Redacción a cargo del Abogado Integrante Sr. Benito Mauriz A.

Rol Nº 4211-07.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Milton Juica A.,Sr. Sergio Muñoz G. Sr. Juan Araya E. y Abogados Integrantes Sres. Benito Mauriz A. y

 

Domingo Hernández E.

 

Fallo : 4661-07.-dieciocho noviembre de dos mil ocho.Primera Sala

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TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Valparaíso, doce de junio de dos mil siete.

Vistos:

Respecto al recurso de casación en la forma:

Que la parte demandada ha recurrido de casación en la forma en contra de la sentencia

 

de diecisiete de noviembre de dos mil seis, escrita a fojas 321 y siguientes por falta deconsideraciones de hecho o derecho que le sirven de fundamento para rechazar la excepciónde prescripción opuesta por su parte.

Que fundamentando el recurso expresa que se opuso la excepción de prescripciónespecial contenida en el artículo 214 Nº 4 del Código de Comercio, aplicable al contrato de

 

transporte terrestre de mercancías que señala que la responsabilidad del porteador por

 

pérdidas se extingue en el plazo de seis meses en las expediciones realizadas dentro de la

 

República.

Que el tribunal en su considerando décimo cuarto se limitó a expresar "Que el tribunalteniendo presente lo dispuesto en el artículo 1249 Nº 2 del Código de Comercio, rechazará talalegación pues la acción se ha ejercido el día 24 de diciembre de 2002, tal como consta en eltimbre de distribución de fojas 1".

 

Que atendido lo anterior, la sentencia hace una referencia meramente enunciativa del

 

artículo 1249 Nº 2 del Código de Comercio que sólo contiene una regla para determinar

 

desde cuando se cuenta el plazo de prescripción en los contratos de transporte marítimo,sin señalar la sentenciadora cual es el plazo de prescripción que estima aplicable al caso deautos, lo que era ineludible porque el plazo de seis meses invocado por su parte aplicable altransporte terrestre se encuentra claramente vencido conforme a las fechas establecidas enel considerando décimo cuarto.

Considerando:

1º) Que la parte demandada en su escrito de fojas 353 junto con deducir el recurso decasación en la forma, apeló del fallo impugnado pidiendo que se revoque el fallo y se nieguelugar a la demanda principal en todas sus partes, por encontrarse la acción prescritaconforme a lo dispuesto en el artículo 214 Nº 4 del Código de Comercio.

2º) Que en consecuencia, siendo efectivo el vicio que indica la demandada, éste puede

 

ser enmendado mediante el recurso de apelación, por lo que de acuerdo con lo señalado en el

 

inciso penúltimo del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, el tribunal desestimará lapetición de invalidación del fallo.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 768 y 798 del Código deProcedimiento Civil, se declara que no ha lugar al recurso de casación en la forma deducido

en lo principal del escrito de fojas 353 en contra de la referida sentencia de diecisiete denoviembre de dos mil seis, escrita a fojas 321 y siguientes, la que no es nula.

 

Respecto al recurso de apelación:

Vistos:

Se reproduce la sentencia apelada de diecisiete de noviembre de dos mil seis, escritadesde fojas 321 a 351, en su parte expositiva y sus fundamentos 1º, 4º, 5º), 6, 7º y 8º),

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eliminando los restantes; se suprimen sus citas legales y se tiene en su lugar y además

 

presente:

 

1º) Que la demandada a fojas 249 objetó los documentos de fojas 204 consistentes enuna copia de recibo de una indemnización y el de fojas 227 que es un informe de liquidaciónde seguro, por tratarse de documentos privados cuya autenticidad no le consta, objeciones

que se acogen por las razones en que se fundamentan.

2º) Que en cambio a fojas 250 vuelta, dicha parte reconoció expresamente las guías dedespacho acompañadas por la contraria a fojas 215 y 217, la primera de la Agencia de

 

Aduanas de Juan León Valenzuela y Compañía Limitada Nº 303096 que da cuenta del

 

traslado de un contenedor con hornos microondas de Coelsa S.A. desde la aduana de SanAntonio a Santiago en el camión patente PP 2432 de la empresa SITRANS el 4 de octubre de2001 y la segunda emanada de Servicios Integrales de Transportes S.A. (SITRANS) que serefiere al reparto de un contenedor de importación desde el depósito de SITRANS hastaCOELSA ubicada en la Panamericana Norte de la ciudad de Santiago, de fecha 23 de octubrede 2001.

3º) Que de estos documentos, complementados por los de fojas 214 y 216, que también

 

fueron acompañados por la demandante y que son copia de una protesta o reclamación en

contra de SITRANS por la descarga incompleta de hornos microondas con un faltante de 239unidades, dejándose constancia de un contrato de transporte terrestre para el traslado deun contenedor consignado a COELSA Computación y Electrónica S.A. acaparada bajo la guíade despacho Nº 303096 ya mencionada y agregada a fojas 215; y el informe de despachomarítimo de fojas 216 que se refiere al mismo contenedor, ambos documentos emanados de

 

Transportes Carvallo, Liquidadores de Seguros, se infieren presunciones judiciales con los

 

requisitos señalados en el artículo 426 del Código de Procedimiento Civil para dar por

 

establecidos los siguientes hechos:

 

Que con fecha 4 de octubre de 2001 la agencia de aduanas de Juan León Valenzuela yCompañía Limitada, despachó un contenedor con hornos microondas, que fue trasladado porel camión patente PP 2432 de la empresa Servicios Integrados de Transportes S.A.(SITRANS), desde el puerto de San Antonio hasta el depósito de contenedores que esta

 

empresa tiene en la ciudad de San Bernardo y desde ese lugar, con fecha 23 de octubre del

 

mismo año, SITRANS trasladó el contenedor a la bodega de COELSA, donde se constató que

 

faltaban 239 hornos microondas, y realizado un peritaje al contenedor se observó que elpasador de la manilla izquierda de la puerta derecha estaba cambiado y el sello violado.

4º) Que las partes no discuten sobre la existencia de un contrato, pero mientras lademandante sostiene que se trata de un depósito efectuado en las dependencias queSITRANS tiene en San Bernardo, la empresa demandada aduce que lo celebrado fue uncontrato de transporte terrestre y que por consiguiente su responsabilidad se encuentra

 

prescrita.

 

5º) Que el artículo 166 del Código de Comercio señala que "El transporte es un contratoen virtud del cual uno se obliga por cierto precio a conducir de un lugar a otro, por tierra,canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o mercaderías ajenas, y a entregar éstos a lapersona a quien vayan dirigidos".

6º) Que de los hechos establecidos precedentemente cabe concluir que concurren todos

 

los elementos de un contrato de transporte terrestre, pues se pactó la conducción de un

 

contenedor con hornos microondas por intermedio de un camión de la empresa demandadadesde el puerto de San Antonio hasta la bodega de COELSA en la ciudad de Santiago, sin quese discuta que fue a título oneroso, y la circunstancia de que no fuera con entrega inmediatay directa de la mercadería en el domicilio de la consignataria, sino que ésta se mantuvodesde el 4 al 23 de octubre de 2001 en un patio de tránsito o bodega de la demandada, nocambia la naturaleza de la convención, pues el contrato de transporte, según el artículo 167

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del Código de Comercio, participa a la vez del arrendamiento de servicios y del depósito,

 

concurriendo todos los elementos que son de su esencia, por lo que cabe concluir que el

 

citado depósito es accidental a aquél, cómo lo describe el artículo 1444 del Código Civil.

7º) Que refuerza la conclusión anterior el documento acompañado en esta instancia porla demandante a fojas 410 que es una cotización efectuada por la empresa demandada sobre

una tarifa de un supuesto transporte efectuada al abogado que lo presenta y en que seseñala que el servicio considera: Retiro del contenedor desde el puerto de Valparaíso o SanAntonio sobre camión, transporte del contenedor hasta el terminal SITRANS, almacenaje,coordinación conjunta para posterior reparto de la unidad dentro del radio urbano de la

 

ciudad de Santiago, espera para la descarga en bodega del cliente y devolución del

 

contenedor vacío a Santiago.

8º) Que contrariamente a lo sostenido por la demandante, la no existencia de una cartade porte que acredite el contrato de transporte no es impedimento para llegar a lasconclusiones precedentes, pues este instrumento sólo tiene el carácter de medio probatorio ypuede ser acreditado con otros elementos de convicción, según se deduce de los artículos

 

179 y 181 del Código de Comercio.

 

9º) Que el artículo 214 Nº 4 del Código de Comercio señala que la responsabilidad del

porteador por pérdidas, desfalcos o averías se extingue por la prescripción de seis meses enla expedición realizada dentro de la República y agrega que en caso de pérdida, laprescripción empezará a correr desde el día que debió ser cumplida la conducción y en el dela avería desde la fecha de entrega de las mercaderías.

10º) Que consta de las guías de despacho de fojas 215 y 217 que el contenedor con el

 

faltante de 239 hornos microondas fue entregado por la demandada a la consignataria el 23

 

de octubre de 2001 y la demanda fue notificada el 22 de octubre de 2003, según constancia

 

de fojas 26, y por lo tanto, la acción de indemnización de perjuicios deducida se encuentraprescrita.

Por estas consideraciones y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 166, 167,179, 181, 214 Nº 4 del Código de Comercio, 1444, 1545, 1698 y 1712 del Código Civil, 144 y

 

426 del Código de Procedimiento Civil, se revoca la referida sentencia en su parte apelada y

 

se declara que existiendo un contrato de transporte terrestre entre la sociedad asegurada

 

por la demandante y la demandada, la acción de indemnización de perjuicios deducida seencuentra prescrita y por lo tanto, se niega lugar a la demanda de fojas 1, con costas.

Regístrese y devuélvanse.

Redacción del Ministro Sr. Julio Torres A.

Rol Nº 94-2007.-

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, dieciocho noviembre de dos mil ocho.

VISTOS:

En estos autos rol Nº 2327-2002, seguidos ante el Primer Juzgado Civil de Valparaíso

 

sobre juicio ordinario de menor cuantía de indemnización de perjuicios caratulados "Cruz delSur S.A. con Servicios Integrados de Transporte S.A", doña María Elena Rivera Proschle enrepresentación de la Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. dedujo demanda deindemnización de perjuicios por responsabilidad contractual en contra de Servicios Integradosde Transporte S.A. (Sintrans S.A) para que se condene a la demandada al pago de la sumade US$18.200,92 a favor de la demandante o la suma que el tribunal fije conforme al mérito

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del proceso con intereses corrientes y los reajustes en su caso, ambos calculados desde el

 

momento en que ocurrieron los hechos materia de esta demanda hasta la fecha del pago

 

efectivo, o desde y hasta la o las épocas que determine el Tribunal, con costas.

Mediante sentencia de diecisiete de noviembre de dos mil seis, escrita a fojas 321 seacogió la demanda de lo principal de fojas 1, sólo en cuanto la parte demandada Sitrans S.A.,

deberá pagar por concepto de indemnización por responsabilidad contractual la suma deUS$17.834,39, más intereses sin reajustes a la demandante Compañía de Seguros GeneralesCruz del Sur.

La demandada dedujo recurso de casación en la forma y apelación en contra de dicho

 

fallo; una Sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso por resolución de doce de junio dosmil siete, escrita a fojas 42, desestimó el primero de los recursos y revocó, el fallo referido enaquella parte que acogió la demanda principal de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual y, en cambio, declaró que existiendo un contrato de transporte terrestre entre la sociedad asegurada por la demandante y la demandada, la acción deindemnización de perjuicios deducida se encuentra prescrita y por lo tanto se niega lugar a la

 

demanda de fojas 1.

 

En contra de esta última resolución, la demandante interpone recurso de casación en la

forma y en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando.

I.- En cuanto al recurso de casación en la forma:

PRIMERO: Que el recurso de casación en la forma se sustenta en la causal del Nº 4 delartículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en haber sido dada la sentencia ultra petita,esto es, otorgando más de lo pedido por las partes o extendiéndose a puntos no sometidos ala decisión del tribunal.

Argumenta la recurrente que el fallo incurre en el vicio al haberse extendido a puntos no

 

sometidos a la decisión del Tribunal, como es la calificación jurídica del contrato existente

 

entre las partes, pues en los recursos no se solicitó por el demandado que se modificara lacalificación jurídica realizada por el Tribunal a quo el que acogió la demanda fundado en laexistencia de un contrato de depósito habido entre las partes.

Sostiene que el demandado se limitó en la apelación a solicitar al tribunal la aplicación deun plazo de prescripción a los hechos de los auto, sin solicitar la modificación de la calificación

 jurídica del contrato existente entre las partes y que de no haberse pronunciado la sentencia

 

recurrida con ultra petita, es indiscutible que el juzgador habría rechazado la excepción de

 

prescripción opuesta por los demandados, pues ella sólo es aplicable al contrato detransporte terrestre y no al depósito.

SEGUNDO: Que el vicio de ultra petita consiste en otorgar más de lo pedido por laspartes o extender la sentencia a puntos no sometidos a la decisión del tribunal, de modo que

para determinar su existencia, es necesario hacer un análisis comparativo entre laspretensiones contenidas en la demanda y las decisiones de la sentencia cuestionada.

 

TERCERO: Que de lo principal de la demanda de fojas 1 se observa que la actora solicitaen la demanda que se declare en su favor, como pretensión, la indemnización de perjuiciosderivada del incumplimiento de un contrato de depósito que unía a los depositantes con losdemandados, de la mercancía consistente en 1469 hornos microondas.

Contestada por la contraria la demanda esgrimió como defensa que el contrato celebrado

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entre las partes es uno de transporte terrestre de mercancías regulado en los artículos 166

 

y siguientes del Código de Comercio y no de depósito mercantil; y consecuencialmente,

 

opuso la excepción de prescripción de seis meses que establece el artículo 214 Nº 4 delmismo estatuto jurídico.

Por su parte, la sentencia de primer grado, que fue revocada por la Corte de Apelaciones

respectiva, según se logra entender de sus fundamentos décimo cuarto, décimo sexto yvigésimo establece en primer término que "teniendo presente lo dispuesto en el artículo 1249Nº 2 del Código de Comercio, rechaza tal alegación (de prescripción), pues la acción se haejercido el día 24 de diciembre de 2002". En seguida señala que "ninguna prueba rindió la

 

demandada para acreditar la calidad de transportista terrestre habilitada para la entrega de

 

mercancías" y finalmente indica que "habiéndose acreditado el contrato de transporte demercaderías y que se produjo un faltante, la acción de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual deberá ser acogida".

Como se dijo el demandado dedujo recurso de casación en la forma y apelación, en esteúltimo solicitó se aplicara la prescripción del artículo 214 Nº 4 del Código de Comercio,

 

aplicable al contrato de transporte terrestre de mercaderías.

 

Ahora bien, examinada la sentencia impugnada, se advierte que ante lo ininteligible de la

sentencia de primer grado, los jueces del grado, atendida la acción interpuesta y los términosde la contestación de la demanda, se avocaron al análisis de la naturaleza jurídica delcontrato celebrado entre la asegurada y el demandado, materia que fue objeto de lacontroversia y que también fue recogido por la interlocutoria de prueba según se lee de laresolución de fojas 83 de autos.

 

CUARTO: Que de tal análisis se colige que la sentencia recurrida guarda cabal

 

conformidad y congruencia con las pretensiones expresadas al demandar y con respecto a las

 

alegaciones y defensas del demandado, limitándose dicho fallo a resolver lo pedido alrechazar la demanda, sin contener pronunciamiento alguno que pueda corresponder a unaexcepción o defensa no alegada. Siendo esto así, resulta ineludible concluir que losfundamentos del vicio denunciado no constituyen la causal que se invoca.

II.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO:

QUINTO: Que la recurrente sostiene en su libelo de nulidad sustancial que la sentenciaimpugnada ha infringido los artículos 166, 167 y 214 Nº 4 del Código de Comercio y 2211 delCódigo Civil.

Explica que el fallo recurrido estima que la calificación jurídica del contrato existenteentre las partes, es la de un contrato de transporte modal, aplicando los citados artículos166 y 167 a un caso que no se encuentra comprendido en la misma.

 

Sostiene que nuestra legislación ha establecido que la obligación de la esencia delcontrato de transporte terrestre de mercancías, consiste en que ellas sean conducidas,trasladadas o guiadas desde un lugar a otro y que durante el tiempo que demore dichotraslado se cumple con la obligación.

Expone que en estos autos se encuentra probado que los demandados recepcionaron uncontenedor con una partida de hornos microondas, cuyo dueño era Coelsa Computación y

 

Electrónica S.A. en el puerto de San Antonio el 4 de octubre de 2001, la cual fue llevada a su

 

recinto de depósito en San Bernardo, donde permaneció hasta el 23 de octubre de 2001,fecha en la cual el dueño de las mercaderías solicitó su restitución a las bodegas de Santiago.Sin embargo el fallo califica el contrato celebrado entre las partes como de transporte terrestre de mercaderías, el cual califica de modal, con un modo especial de cumplimiento.

Refiere que los hechos probados en autos no se ajustan a la calificación jurídica del

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contrato de transporte terrestre, pues no existió conducción de la mercancía, sino que se

 

realizó un almacenamiento de bienes corporales ajenos, en un recinto destinado para este fin

 

y se efectuó la restitución a voluntad de su dueño.

Se añade por el recurrente que los hechos no pueden enmarcarse dentro del conceptolegal del contrato de transporte terrestre, pues los demandados tuvieron bajo custodia y

conservación, con obligación de restitución, las mercancías por un período que excedía lorazonable para su conducción.

Continúa el recurso indicando que ha habido una falsa aplicación del artículo 167 del

 

Código de Comercio, que señala que el transporte participa a la vez del arrendamiento de

 

servicios y del depósito.

Es así que el contrato de transporte por un lado implica un contrato de arrendamientode servicios, ya que una parte se obliga a prestar un servicio, el cual consiste en conducir deun lugar a otro una cosa o persona, y la otra a pagar por dicha conducción un precio, flete opasaje.

 

Sin embargo, dice, las obligaciones que asume el transportista son mayores, contrae el

 

deber de custodia y conservación de las mercancías durante el tiempo en que éstas son

conducidas de un lugar a otro, por ello es que el artículo 167 del Código de Comercio señalaque dicho contrato participa del depósito, toda vez que durante el período en que lasmercancías son conducidas, el transportista asume respecto de ellas las obligaciones deconservación y custodia, propias del contrato de depósito.

Indica que lo trascendental es que dichas obligaciones de conservación y custodia,

 

propias del depósito las asume en tanto transporte, conduzca y no cuando deje de hacerlo,

 

en cuyo caso, como sucede en autos se ha configurado un contrato diverso, a saber el de

 

depósito propiamente tal.

Así queda de manifiesto con lo dispuesto en el artículo 199 del Código de Comercio queestablece que el porteador es obligado a la custodia y conservación de las mercancías en lamisma forma que el depositario asalariado.

 

A continuación expone que ha habido una falsa aplicación del artículo 214 Nº 4 del

 

Código de Comercio, puesto que el fallo establece que la acción se encuentra prescrita envirtud de la citada norma, esto es, haber transcurrido más de seis meses desde que seconstató la pérdida de las mercancías.

Agrega que se ha aplicado una norma que establece una prescripción especial de cortotiempo, de la cual sólo puede beneficiarse el porteador de mercancías, para aquellos casos enque la relación jurídica de las partes sea efectivamente un contrato de transporte terrestre,

 

sin embargo el de autos es un contrato de depósito, al que no le resulta aplicable el

 

mencionado precepto.

Sigue el recurrente explicando que ha habido una falsa aplicación del artículo 2211 delCódigo Civil, que define el contrato de depósito.

Sostiene que los hechos probados en la causa y que no son controvertidos sonconstitutivos de todos y cada uno de los requisitos del contrato de depósito voluntario, a

 

saber: a) se recibió un bien corporal mueble, se trataba de un cargamento de 1469 hornos

 

microondas, b) la carga fue llevada a recintos de depósito de los demandados por un tiempoindeterminado, para guardarla y conservarla, c) la restitución de la mercancía fue realizada asolicitud de los dueños de la mercancía, es decir existió reclamo de la misma por parte deldepositante d) la elección del depositario fue realizada voluntariamente por parte del dueño-depositante de la mercancía y; e) los gastos de la devolución del depósito fueron cubiertospor el dueño depositante.

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 Sin embargo la sentencia califica los hechos como un contrato de transporte, en

 

circunstancias que su calificación jurídica es un contrato de depósito, debiendo aplicarse lanormativa legal a dicho respecto.

SEXTO: Que para una acertada resolución del recurso resulta conveniente dejar

constancia de los siguientes antecedentes del proceso:

a) con fecha 23 de diciembre de 2002, Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A.dedujo demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad civil contractual en

 

contra de Servicios Integrados de Transporte S.A.

 

Funda su petición sosteniendo que por haber pagado a Coelsa Computación y ElectrónicaS.A., los perjuicios irrogados por la demandada por su falta de entrega de las mercancíasconsistentes en hornos microondas entregados en depósito para su almacenamiento, y cuyacarga se encontraba por ella asegurada, se ha subrogado los derechos de aquella. Señala queen el puerto de Busan-Corea se embarcó a bordo de la M/N Copiapó un cargamento de 1469

 

unidades de hornos microondas y transportó por mar hasta San Antonio Chile, carga que fue

 

consignada a Coelsa Computación y Electrónica y fue recibida por los transportistas marítimos

 

en óptimas condiciones, sin daños ni faltantes, por lo que se entregó la mercancía a la

demandada en perfectas condiciones para su almacenamiento y custodia, lugar en el cualpermaneció hasta el día 23 de octubre de 2001, fecha en la que se solicitó el traslado delcontenedor a las dependencias del consignatario.

Añade que al proceder a verificar el estado del contenedor se registró un faltante de 239

 

unidades de microondas, se detectó que el sello había sido violado y el pasador de la manilla

 

izquierda de la puerta derecha del contendor violado y cambiado por uno no original.

 

Concluye que tal situación generó un perjuicio total de US$17.834,39 suma que canceló, más

 

US$366,53 por concepto de honorarios de los liquidadores.

b) la demanda fue notificada a la demandada el día 22 de octubre de 2003.

c) la demandada al contestar solicitó el rechazo de la demanda sosteniendo que la

 

naturaleza jurídica del contrato en que la actora funda su acción no es la de un depósito

 

mercantil sino de un contrato de transporte terrestre regulado en los artículos 166 del

 

Código de Comercio, por cuanto la demandada recibió un contenedor sellado para sutransporte en San Antonio y no directamente en su recinto de contenedores de SanBernardo como se da a entender en la demanda.

Añade que desde ese recinto de tránsito lo trasladó hasta las bodegas del consignatario asolicitud del mismo, por sus propias decisiones logísticas.

Afirma que la responsabilidad del transportista terrestre por pérdidas, desfalcos y averías

 

se encuentra extinguida de acuerdo a lo establecido en el artículo 214 Nº 4 del Código deComercio, norma que establece un plazo de prescripción de seis meses que debe computarsedesde la fecha de la entrega de las mercancías, hecho acaecido el 23 de octubre de 200 yhasta la fecha de notificación de la demanda, el día 22 de octubre de 2003, transcurrió enexceso el referido plazo de prescripción.

d) el fallo de primer grado acogió la demanda principal de indemnización de perjuicios

 

por responsabilidad contractual.

 

SÉPTIMO: Que la sentencia impugnada estableció como hecho de relevancia jurídica quecon fecha 4 de octubre de 2001 la agencia de aduanas de Juan León Valenzuela y CompañíaLimitada, despachó un contenedor con hornos microondas, que fue trasladado por el camiónpatente PP 2432 de la empresa Servicios Integrados de Transportes S.A. (SITRANS), desde elpuerto de San Antonio hasta el depósito de contenedores que esta empresa tiene en la ciudad

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de San Bernardo y desde ese lugar, con fecha 23 de octubre del mismo año, SITRANS

 

trasladó el contenedor a la bodega de COELSA, donde se constató que faltaban 239 hornos

 

microondas, realizado un peritaje al contenedor se observó que el pasador de la manillaizquierda de la puerta derecha estaba cambiado y el sello violado.

OCTAVO: Que para revocar la sentencia de primer grado y rechazar la demanda incoada

en autos los jueces del grado concluyeron que:" concurren todos los elementos de uncontrato de transporte terrestre, pues se pactó la conducción de un contenedor con hornosmicroondas por intermedio de un camión de la empresa demandada desde el puerto de SanAntonio hasta la bodega de COELSA en la ciudad de Santiago, sin que se discuta que fue a

 

título oneroso, y la circunstancia de que no fuera con entrega inmediata y directa de la

 

mercadería en el domicilio de la consignataria, sino que ésta se mantuvo desde el 4 al 23 deoctubre de 2001 en un patio de tránsito o bodega de la demandada, no cambia la naturalezade la convención, pues el contrato de transporte, según el artículo 167 del Código deComercio, participa a la vez del arrendamiento de servicios y del depósito, concurriendo todoslos elementos que son de su esencia, por lo que cabe concluir que el citado depósito esaccidental a aquél, cómo lo describe el artículo 1444 del Código Civil."

 

Continúa el mismo fallo señalando "Que refuerza la conclusión anterior el documento

 

acompañado en esta instancia por la demandante a fojas 410 que es una cotización efectuada

por la empresa demandada sobre una tarifa de un supuesto transporte efectuada alabogado que lo presenta y en que se señala que el servicio considera: Retiro del contenedordesde el puerto de Valparaíso o San Antonio sobre camión, transporte del contenedor hastael terminal SITRANS, almacenaje, coordinación conjunta para posterior reparto de la unidaddentro del radio urbano de la ciudad de Santiago, espera para la descarga en bodega del

 

cliente y devolución del contenedor vacío a Santiago.

 

Que contrariamente a lo sostenido por la demandante, la no existencia de una carta de

 

porte que acredite el contrato de transporte no es impedimento para llegar a lasconclusiones precedentes, pues este instrumento sólo tiene el carácter de medio probatorio ypuede ser acreditado con otros elementos de convicción, según se deduce de los artículos179 y 181 del Código de Comercio.

Que el artículo 214 Nº 4 del Código de Comercio señala que la responsabilidad del

 

porteador por pérdidas, desfalcos o averías se extingue por la prescripción de seis meses en

 

la expedición realizada dentro de la República y agrega que en caso de pérdida, laprescripción empezará a correr desde el día que debió ser cumplida la conducción y en el dela avería desde la fecha de entrega de las mercaderías.

Que consta de las guías de despacho de fojas 215 y 217 que el contenedor con el faltantede 239 hornos microondas fue entregado por la demandada a la consignataria el 23 deoctubre de 2001 y la demanda fue notificada el 22 de octubre de 2003, según constancia de

 

fojas 26, y por lo tanto, la acción de indemnización de perjuicios deducida se encuentra

 

prescrita".

NOVENO: Que para un adecuado análisis de los errores de derecho invocados por elrecurrente de casación, cabe tener presente que las citas de disposiciones legalesdenunciadas, expuestas previamente en el motivo quinto que precede, tiene por objeto

sustentar que el contrato que ligó a Coelsa Computación y Electrónica con la demandadaServicios Integrados de Transportes S.A. participa de la naturaleza jurídica de depósito

 

mercantil y no de transporte terrestre como lo hace el fallo que se reprocha y, que como

 

consecuencia de ello, procede desestimar la excepción de prescripción prevista en el número4 del artículo 214 del Código de Comercio.

DÉCIMO: Que en la resolución de conflictos de carácter jurídico sometidos a la decisiónde los tribunales, luego de exponer lo que son las acciones interpuestas, los fundamentos enque descansan, las excepciones que se oponen, sus argumentos y defensas, se desarrolla la

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labor consistente en: a) establecer los hechos; b) interpretar los hechos, actos, contratos o

 

convenciones; c) precisar los elementos de relevancia jurídica; d) calificar jurídicamente los

 

hechos; e) determinar el carácter legal de los mismos; f) fijar las disposiciones legalesaplicables y g) deducir y declarar los efectos que de tales normas derivan para el casoconcreto.

En lo referido al establecimiento de los hechos, el tribunal constata los aspectos que seencuentran reconocidos por ambas partes y en los que existe contradicción. Estos últimos sonlos que le corresponde determinar, para lo cual analizará la prueba ofrecida por las partes,aceptada por el tribunal y rendida validamente, respetando las reglas de valoración individual

 

y conjunta de cada medio probatorio, como la ponderación comparativa de los distintos

 

medios.

En la interpretación de los hechos, actos, contratos o convenciones los jueces debenceñirse a las disposiciones que establece el legislador, atribuyéndoles y deduciendo losefectos y alcances que sobre la base de tales reglas de interpretación es posible otorgarles.En este sentido debe distinguirse entre lo que es la existencia del contrato y de sus

 

estipulaciones propiamente tales, que constituye una cuestión de prueba, diferente de la

 

precisión del sentido y alcance de los actos y contratos, que es un aspecto de interpretación,

 

que no deben ser confundidos. En un paso siguiente del análisis se encuentra la calificación

que pueda hacerse de la convención, circunstancia, esta última, que excede la simpleinterpretación, que como se ha dicho, está referida a determinar su sentido y alcance, sin quedeba considerarse para ello los efectos que tendrá.

La precisión de los elementos de relevancia jurídica es lo que permitirá efectuar la

 

subsunción de los supuestos de hecho en la norma, está constituida por el producto de la

 

interpretación de los hechos, actos, contratos o convenciones, por lo que excede dicha

 

actividad, al precisar los antecedentes o bases aisladas que tienen relevancia en el derecho,

 

pero para un correcto análisis deben ser considerados en su conjunto, no de manera aislada.

En la calificación jurídica nos encontramos con la actividad tendiente a aplicar el "derechoa los hechos, con el fin de determinar su naturaleza jurídica, o sea, la denominación atribuidapor la ley a una situación de hecho determinada, especialmente en lo referente a los actos y

 

contratos, en los cuales ella ha dado reglas que deben ser observadas, toda vez que no

 

hayan sido derogadas por acuerdo de las partes, en cuyo silencio entra a suplirlas" (José

 

Florencio Infante Díaz, Causales de Casación de Fondo en Materia Civil, páginas 98 y 99),para Capitánt es "la determinación previa de la naturaleza jurídica de una relación dederecho, con el fin de clasificarla en una de las categorías jurídicas existentes". Sea unaactividad previa o esté comprendida en la misma la precisión de la naturaleza jurídica, lacalificación jurídica indudablemente lleva a ella. La determinación legal de los hechos, estáconstituida por la actividad que encierra el establecimiento de todas aquellas circunstancias,condiciones, caracteres, requisitos o elementos que debe reunir un hecho, acto o contrato,

 

encaminados a la producción que un efecto determinado. La determinación de las

 

disposiciones legales aplicables al caso es una labor que resulta como consecuencia de lasactividades anteriores, en que se verá la normativa llamada a ser aplicada al litigio, de la quese presume su mayor conocedor el es juez. Los efectos jurídicos que de tales normas derivanpara el caso concreto, son las consecuencias en los derechos de las partes que genera laaplicación de las disposiciones legales, los que serán decididos y declarados por el tribunal

como la culminación de la actividad jurisdiccional.

De lo relacionado precedentemente, tanto la doctrina como la jurisprudencia han

 

concordado que la calificación jurídica de los hechos constituye una cuestión de derecho,puesto que es de esta labor de la cual se deducen todas las consecuencias relevantes para ellegislador, de forma tal que la determinación del contrato que celebraron las partes"transporte o depósito", queda dentro de la competencia de esta Corte de Casación.

UNDÉCIMO: Que resulta entonces imperioso resolver primeramente qué convención es la

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que ha surgido a partir de la vinculación instituida entre los contratantes señalados

 

precedentemente -teniendo además presente que las partes no han discutido la existencia de

 

un contrato sino sólo la calificación jurídica de aquél- y desde que sólo a partir de talestablecimiento resultará posible determinar las normas aplicables en el caso sub-lite y luego,si aquellas lo han sido correctamente o no en la sentencia censurada. Corresponde precisar,además, que los magistrados de la instancia dieron por establecida la relación contractual

entre las partes, sin embargo, descartaron que ésta diera origen a un contrato de depósitocomo esgrimía el actor en su demanda.

DUODÉCIMO: Que en lo referente a los contratos de depósito y transporte resulta

 

pertinente consignar lo siguiente: En general el depósito es un contrato, el cual se encuentra

 

reglado tanto por el legislador civil y mercantil. El Código Civil dispone que se llama depósitoal "contrato en que se confía una cosa corporal a una persona que se encarga de guardarla yde restituirla en especie" (artículo 2211), agregando que se perfecciona por la entrega, demodo que es un contrato real (artículo 2212), que importa la entrega de su mera tenencia(artículo 2213), generando obligaciones solamente al depositario, como es la restitución de laespecie, de lo cual deriva su carácter unilateral y naturalmente gratuito, "si se estipula

 

remuneración por la simple custodia de una cosa, el depósito degenera en arrendamiento de

 

servicio" (artículo 2219). El arrendamiento se encuentra regulado en sus diferentes especies

 

por el Código Civil, específicamente arrendamiento de cosas, criados domésticos, de

confección de una obra material, de servicios inmateriales y de arrendamiento detransporte. Por su parte el arrendamiento de servicios se clasifica en lo relativo a serviciosaislados en que predomina la inteligencia sobre la mano de obra, aquellos que consisten enuna larga serie de actos y los prestados por profesionales. De este somero análisis se sigueque el depósito civil remunerado deviene en arrendamiento de servicios inmateriales, por lo

 

que debe descartarse dicha calificación y correspondería asimilarse el contrato más

 

propiamente a un arrendamiento de transporte, regulando las obligaciones del acarreador o

 

transportista en los artículos 2214, 2215 y 2216 del Código Civil.

 

Sin embargo, por el giro y naturaleza de los servicios resulta evidente que las normasque rigen las relaciones de las partes son las de carácter mercantil, debiendo recurrir a talesleyes. El Código de Comercio estipula que el depositario tiene derecho a exigir una retribuciónpor sus servicios (art.809) y, por lo mismo el depósito mercantil se constituye en la misma

 

forma que la comisión y genera los mismos derechos y obligaciones al depositante y

 

depositario, que los establecidos para comitentes y comisionistas (artículo 807 y 808).

 

Agrega este estatuto de leyes que el mandato comercial es un contrato por el cual unapersona encarga la ejecución de uno o más negocios lícitos de comercio a otra que se obligaa administrarlos gratuitamente o mediante una retribución y a dar cuenta de su desempeño(artículo 233), reglamentándose tres especies de mandato, entre ellos, la comisión, que es elnombre que toma el mandato comercial "cuando versa sobre una o más operacionesmercantiles individualmente determinadas", reglando cuatro clases de comisiones, entre ellaslas de transporte por tierra (artículo 235 y 236). Sin embargo, se dispone por el legislador

 

que el "comisionista de transporte es aquel que, en su propio nombre pero por cuenta

 

ajena, trata con un porteador la conducción de mercaderías de un lugar a otro" (artículo318), siendo responsable de los hechos del comisionista intermediario (artículo 322 y 323),como también le son obligatorias a los comisionistas de transporte y a los asentistas en unaoperación particular y determinada, aun cuando no verifiquen por sí mismos la conducción demercaderías, las disposiciones del Título V "Del Transporte por Tierra, Lagos, Canales o Ríos

Navegables". La actividad a que alude el Código en relación con el comisionista detransporte podría diferir de la realizada por el demandado, por lo que más propiamente

 

constituye directamente un contrato de transporte, descartando, por lo mismo, el simple

 

depósito. No obstante el análisis realizado se llega a la única conclusión en orden a que eldepósito mercantil, la comisión de transporte y el contrato de transporte se rigen, engeneral por iguales normas en relación a la responsabilidad de las partes, en especial lasobligaciones de conservación y custodia, por lo que pierde relevancia la calificación jurídica,sin perjuicio de reiterar la calificación ya dada, como que dicho contrato de transporte serige, en definitiva, por las disposiciones establecidas para dicha convención y que constituye

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un acto de comercio, conforme lo establece el artículo 3º Nº 4 del Código del ramo.

 

DÉCIMO TERCERO: Que el inciso primero del artículo 166 del Código de Comercio defineel contrato de transporte como: "un contrato en virtud del cual uno se obliga por ciertoprecio a conducir de un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros omercaderías ajenas, y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas". Las

obligaciones principales del porteador "entendiendo por aquellas a las que nacendirectamente del contrato celebrado y realizado en formas normales "son: 1º Recibir lasmercaderías que deberán ser conducidas (artículo 191 del Código de Comercio); 2º Cargarlassegún el uso de personas inteligentes (artículo 191); 3º Conducir las mercaderías al lugar de

 

su destino (artículos 166 y 191); 4º Custodiar y conservar las mercaderías (artículo 199) y 5º

 

Entregarlas al consignatario (artículos 199 y 200). De los deberes que asignados alporteador, mencionados precedentemente, adquiere especial relevancia para los efectos delasunto materia de autos, aquel consistente en la custodia y conservación de las mercancías.En tal sentido el artículo 199 del Código de Comercio estatuye que: "El porteador es obligadoa la custodia y conservación de las mercaderías en la misma forma que el depositarioasalariado." Y agrega el artículo 167 del mismo cuerpo legal que: "El transporte participa a

 

la vez del arrendamiento de servicios y del depósito."

 

DÉCIMO CUARTO: Que luego de lo razonado y considerando especialmente los

presupuestos fácticos que se dejaron consignados en el motivo séptimo de este fallo,corresponde arribar tal como lo señalan los jueces del grado, a la conclusión que la relación jurídica habida entre Servicios Integrados de Transporte S.A. y Coelsa Computación yElectrónica S. A. participa de la naturaleza jurídica del contrato de transporte terrestre porconcurrir todos los elementos de una convención de tal naturaleza por cuanto se pactó la

 

conducción de un cargamento de hornos microondas por intermedio de un camión de la

 

empresa demandada desde el Puerto de San Antonio en Valparaíso hasta las bodegas de la

 

demandada en San Bernardo, en la ciudad de Santiago y la circunstancia que no se realizara

 

con entrega inmediata y directa de la mercancía en el destino final, manteniéndola por unbreve lapso en un patio de tránsito o bodega de la demandada, no hace variar la calificación

 jurídica de dicha convención, desde que, como se ha señalado, la guarda y custodia de lasespecie que no son otra cosa que la conservación, tutela y protección de la misma, formaparte del contrato de transporte. En tales condiciones, no puede servir de fundamento para

 

tener por acreditada la calidad de depósito, la mera situación de dedicarse la empresa

 

demandada, entre otros giros, al seguimiento de contenedores de compañías navieras,

 

depósito y arriendo de los mismos; mas cuando precisamente aquellos otros rubros, quedesconoce u olvida la sentencia impugnada, consisten precisamente en prestar servicios detransporte terrestre a exportadores e importadores.

DÉCIMO QUINTO: Que, luego, en el asunto sub-judice, por haberse establecido laexistencia de un contrato de transporte terrestre en los términos prescritos en el artículo166 del Código de Comercio, resultan aplicables las normas previstas en el Título V del Libro

 

II del cuerpo normativo reseñado y, en consecuencia, corresponde acudir al artículo 214 del

 

citado código que establece los casos en los cuales se extingue la responsabilidad delporteador por pérdidas, desfalcos y averías. Precepto que en su numeral cuarto, estatuye quetal liberación de responsabilidad opera por "la prescripción de seis meses en las expedicionesrealizadas dentro de la República, y de un año en las dirigidas a territorio extranjero". Añadedicha norma, para los efectos del cómputo del término reseñado, que: "En caso de pérdida la

prescripción principiará a correr desde el día en que debió ser cumplida la conducción, y en elde avería desde la fecha de la entrega de las mercaderías." Esta conclusión se impone puesto

 

que, es el objeto principal del contrato, constituido por la prestación que se debe, el que

 

determina, además, la calificación del contrato, puesto que son obligaciones que integran elcontrato de transporte las relativas a la conservación y custodia de las especiestransportadas, pero a las cuales igualmente queda vinculado el transportista.

DÉCIMO SEXTO: Que, en este contexto surge entonces la interrogante relativa a ladeterminación del momento inicial de la prescripción, por cuanto el artículo transcrito se

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coloca únicamente ante dos eventualidades, a saber, en caso de pérdida y en caso de avería,

 

lo que lleva a hacer necesario recurrir a una nueva distinción en relación con la primera

 

situación, esto es, entre pérdida parcial y pérdida total de la mercadería, entendiendo queestamos frente a la primera cuando sólo ha desaparecido una parte del cargamento y ante lasegunda cuando aquella no se le ha entregado al consignatario ni siquiera en una pequeñaparte. Frente a esta última situación el precepto en análisis es claro en prever que el plazo de

prescripción se contará desde el día en que debió ser cumplida la conducción, lo que habrá dedeterminar el juez tomando en consideración las diversas circunstancias. Por su parte,tratándose de una pérdida únicamente parcial, como sucede en la especie, si bien la ley nodeterminó desde qué momento se contaría el término para los efectos de la prescripción,

 

debe entenderse que éste empezará a correr desde el día de la entrega de la carga

 

incompleta, oportunidad a la que se refiere la misma norma, aún cuando lo hace enreferencia al caso de avería.

DÉCIMO SÉPTIMO: Que en razón de lo señalado, al haber concluido los jueces del gradoque contrato que liga a Coelsa Computación y Electrónica S.A. con Servicios Integrados deTransporte S.A. es un contrato de transporte terrestre, y en consecuencia el plazo de

 

prescripción aplicable es de seis meses según lo preceptúa el artículo 214 Nº 4 del Código de

 

Comercio, término que transcurrió en exceso según quedó consignado en el párrafo final del

 

fundamento 8ºque precede, no han cometido error de derecho en relación a la interpretación

y consecuente aplicación de las normas que en su recurso denuncia como vulneradas.

DÉCIMO OCTAVO: Que, consiguientemente, el recurso en estudio debe ser desestimado.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y

 

en los artículos 765, 766 y 767 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de

 

casación en la forma y en el fondo interpuesto en lo principal y primer otrosí de fojas 416, por

 

el abogado don José Manuel Valderrama, en representación de la parte demandante, en

 

contra de la sentencia de doce de junio de dos mil siete, escrita a fojas 412.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Redacción a cargo del ministro Sr. Juan Araya E.

 

Nº 4661-07.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton JuicaA., Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M., Sr. Juan Araya E., Sr. Haroldo Brito C.

Fallo : 1.974-2007.-

once de septiembre del año dos mil ocho.Tercera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Santiago, veintiocho de diciembre de dos mil seis.

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 Vistos y teniendo, además, presente:

 

1.- Que conforme a la demanda y mérito del proceso, la causa de la acción indemnizatoriade autos es la falta de pago del precio de las mercaderías importadas y que esta obligación norecaía en caso alguno en los demandados, es decir, el Fisco de Chile, Geodis Overseas S.A. o

Geodis Overseas Limitada, de modo que aún cuando estas últimas hubieren incurrido en unerror u omisión al "originalizar" los conocimientos de embarque o los funcionarios de Aduanasno hubieren adoptado precauciones al verificar las copias que se les exhibieron de dichosdocumentos, tales errores u omisiones no pueden constituir la causa directa y determinante del

 

supuesto menoscabo patrimonial alegado por la actora el que deriva de la mencionada falta de

 

pago del precio de la compraventa internacional, que la actora debió reclamar de laimportadora ejerciendo las acciones correspondientes; y

2.- Que el recurso de apelación interpuesto a fojas 640 y los documentos acompañados enesta instancia no logran alterar los decidido en primer grado;

SE CONFIRMA la sentencia apelada de veintisiete de julio de dos mil cinco, escrita a fojas

 

594 y siguientes, con costas del recurso.

 

Regístrese y devuélvase con sus agregados tenidos a la vista.

Redacción del abogado integrante señor Thomas.

No firma el abogado integrante señor Thomas, no obstante haber concurrido a la vista del

 

recurso y al acuerdo del fallo, por ausencia.

 

Rol Nº 2.654-2002.-

Pronunciada por la Novena Sala, presidida por el ministro señor Juan Manuel Muñoz Pardo yconformada por el ministro señor Victor Montiglio Rezzio y el abogado integrante señor MarcosThomas Dublé.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, once de septiembre del año dos mil ocho.

Vistos:

En estos autos del Vigésimo Quinto Juzgado Civil de Santiago sobre juicio ordinario deindemnización de perjuicios, ingreso de esta corte Nº 1974-07, la parte demandante, "TaipanExports Limited", dedujo recursos de casación en la forma y en el fondo en contra de la

 

sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de esta ciudad, que confirmó la sentencia de

 

primer grado que había decidido rechazar la demanda interpuesta.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

I.- En cuanto al recurso de casación en la forma:

PRIMERO: Que el recurso denuncia la infracción al numeral 5 del artículo 768 del Código deProcedimiento Civil en relación con el número 6 del artículo 170 del mismo cuerpo legal, debidoa que se omitió el pronunciamiento del asunto controvertido. Explica que el fallo de alzada noresolvió diversas apelaciones que se presentaron en contra de sentencias interlocutorias, lasque se vieron conjuntamente con la apelación de la sentencia definitiva y que se encontrabanacumuladas a ésta;

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 SEGUNDO: Que respecto de la causal invocada de falta de decisión del asunto controvertido

 

que se le atribuye al fallo impugnado, es preciso señalar que en el caso de autos se demandó laindemnización de perjuicios consistente en el resarcimiento de los daños emergente y moral, yla sentencia de segunda instancia, que confirmó la de primera, negó lugar a la demanda entodas sus partes, de manera tal que evidentemente decidió la cuestión controvertida, motivo

por el cual los hechos invocados son constitutivos de la causal de nulidad formal alegada;

TERCERO: Que, en efecto, el fin que el legislador se propuso al establecer la exigenciacontenida en el aludido precepto, fue el de decidir la litis en términos que tengan el mérito de la

 

cosa juzgada, haciendo jurídicamente imposible su renovación. En consecuencia, la falta que

 

reprocha el recurrente no infringe la exigencia de la ley procesal de contener la sentencia laresolución del asunto controvertido;

CUARTO: Que atento lo razonado precedentemente, el recurso de nulidad formal no puedeprosperar;

II.- En cuanto al recurso de casación en el fondo:

QUINTO: Que en un primer capítulo el recurso acusa la vulneración de los artículos 1437,

1556, 2314, 2320 y 2329 del Código Civil, exponiendo que la sentencia dejó de aplicar elprimero de esos preceptos, al no reconocerlo como fuente de la responsabilidad que se reclamaen la demanda.

Sostiene que el fallo desconoce que la responsabilidad pueda surgir de un delito o

 

cuasidelito en el caso de existir un contrato previo con algunos de los demandados, afirmando

 

que en dicha situación, el actor sólo puede invocar la responsabilidad contractual, aún cuando -

 

como ocurre en este caso- no exista relación contractual con tres de los demandados.

Los jueces del fondo -prosigue- afirmaron que la existencia de una relación contractualimpide que se demande la indemnización de daños conforme a las normas de responsabilidadextracontractual, restricción que constituye un error de derecho, por cuanto los hechos a que serefiere la demanda no se vinculan al incumplimiento de un contrato sino a la comisión de actos

 

delictivos por parte de los demandados.

 

SEXTO: Que la infracción de los artículos 2314, 2320 y 2329 del Código Civil, según elrecurso, se produce por falta de aplicación, toda vez que el vínculo entre su parte y losdemandados es originario y proviene del daño que se le ocasionó al permitírsele a "ImportadoraLucky Crown" apropiarse de la mercadería que le pertenecía y que se encontraba en el Serviciode Aduanas; daño que, por consiguiente, debe ser indemnizado de acuerdo a dichos preceptoslegales;

SÉPTIMO: Que, según el recurrente, en el caso de autos se acreditó el daño emergente

 

sufrido por su parte, esto es, el valor de las mercaderías sustraídas y, de acuerdo al artículo2329 ya citado, la reparación cubre todo el daño causado por negligencia o dolo y debe sercompleta.

Sostiene que en el presente caso han ocurrido hechos que pueden calificarse como delitos

penales y/o civiles, y sus autores materiales son los funcionarios de "Geodis Overseas S.A", queextendieron las copias de conocimientos incompletos, inducidos por el instigador, "Importadora

 

Lucky Crown".

 

Los empleados de Aduana también incurrieron en responsabilidad extracontractual, alpermitir la entrega de mercaderías a quien no era su consignatario, admitiendo documentosque no eran originales. Por eso, afirma, estos hechos generan la responsabilidadextracontractual que se demandó;

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OCTAVO: Que el artículo 2320 del Código Civil -arguye- hace responsable por el hecho de

 

los dependientes a la empresa para la cual trabajan y en estos autos se acreditó la

 

responsabilidad que le cabe a todos los funcionarios dependientes de las empresas demandadasy a los funcionarios del Fisco en los hechos que causaron daño a su parte;

NOVENO: Que, en un segundo capítulo, el recurso acusa la infracción de los artículos 6, 7,

38 inciso 2º de la Constitución Política de la República; 2,4 y 42 de la Ley 18.575 sobre BasesGenerales de la Administración del Estado y 1 del DFL Nº 30, del año 2004, que corresponde ala Ordenanza de Aduanas. Manifiesta que el error de derecho se produjo porque la sentencia nodio aplicación a lo prescrito en dichas normas, pese a que los funcionarios de Aduana

 

entregaron la mercadería perteneciente a su parte a una persona distinta de quien estaba

 

habilitada para retirarla; así las cosas, tales disposiciones le daban derecho a reclamarindemnización por la actuación dañosa de los funcionarios fiscales, quienes actuaroncontraviniendo la Constitución y las leyes, provocándole con ello un grave daño;

DÉCIMO: Que, enseguida, el recurso denuncia la violación de los artículos 149 y 977 delCódigo de Comercio, 7 del Convenio de las Naciones Unidas de Transporte Marítimo suscrito

 

en Hamburgo el año 1978 y el artículo 98 de la Ordenanza General de Aduanas; transgresión

 

que se produjo porque la sentencia impugnada negó lugar a la demanda, pese a que la

 

mercadería se entregó sin cumplirse ni atenerse al mérito de los conocimientos de embarque

extendidos a la orden, por lo que es el propio cargador, quien, mediante endoso, transfiere lamercancía;

UNDÉCIMO Que el recurso alega, asimismo, la vulneración del artículo 2317 del CódigoCivil, que se configura por no haber los falladores aplicado dicha disposición, no obstante que

 

en la obtención ilegítima de copias de los conocimientos de embarque y el posterior retiro de

 

las mercancías desde la aduana, sin exhibir los conocimientos de embarque debidamente

 

endosados, les cabe a todos los demandados responsabilidad solidaria, de acuerdo al artículo

 

2317 del Código Civil, pues participaron, sea como autores, cómplices o encubridores; todos loscuales responden por los hechos de sus dependientes;

DUODÉCIMO Que en el quinto capítulo de la casación se presenta como infringidos losartículos 19 Nº 24 de la Constitución Política de la República y 582 del Código Civil, por no

 

haberlos aplicado la sentencia recurrida, pese a que los demandados dispusieron de una

 

mercancía que pertenecía a los actores, permitiendo así que se lo privara del dominio de estos

 

bienes;

DÉCIMO TERCERO Que el recurso denuncia también la infracción de los artículos 384 y 426del Código de Procedimiento Civil y 1698, 1712 y 1713 del Código Civil, a todos los que lesatribuye el carácter de normas reguladoras de la prueba.

Aduce que la sentencia ha desconocido estas normas que regulan el valor de convicción de

 

los medios de prueba, consistentes en la declaración de testigos, las presunciones y la

 

confesión; pruebas que en el caso de autos acreditan la existencia y naturaleza de los dañoscausados por el retiro de la mercancía del Servicio Nacional de Aduanas, mediante copiasilegales de los conocimientos de embarque, como también, el valor de la indemnización a quedeben ser condenados los demandados.

Expresa que no se dio aplicación al artículo 384 antes mencionado, porque en autos declaróun testigo presentado por su parte, el cual dio razón de sus dichos, ratificando un informe

 

contable en que se desestiman las alegaciones de la empresa "Importadora Lucky Crown" en

 

cuanto a que tenía derecho a retirar las mercancías porque pagó el precio.

Esta declaración, sostiene, de acuerdo a los artículos 426 del Código de Procedimiento Civily 1712 del Código Civil, constituye una presunción grave, precisa y concordante para desmentirque su parte intentara cobrar dos veces y obtener un enriquecimiento ilícito, como lo sostienenlos demandados.

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 Explica que hay, además, infracción al artículo 1698 del Código Civil, pues su parte acreditó

 

la existencia de la obligación de indemnizar que pesa sobre los demandados por los daños quele causaron con su actuar doloso y/o negligente y, pese a ello, se rechazó la demanda. Señalaluego que la infracción del artículo 1713 del Código Civil se produjo por no habérsele dado valorde plena prueba al reconocimiento que de los hechos fundantes de la demanda han hecho los

demandados en sus escritos;

DÉCIMO CUARTO: Que, finalmente, el recurso imputa al fallo la infracción de los artículos1489 y 1545 del Código Civil, señalando que ello ocurrió al aplicarlos erróneamente a este caso,

 

en circunstancias que no existe sólo un incumplimiento contractual, sino que hay defraudación

 

por parte de "Importadora Lucky Crown", quien obtuvo la mercadería transportada en formailegítima, con la colaboración de los demás demandados;

DÉCIMO QUINTO: Que, al referirse a la influencia que estos errores tuvieron en lodispositivo del fallo, el recurso indica que, de no haberse producido, la sentencia habríacondenado a los demandados a pagar una indemnización por los daños patrimoniales causados

 

con sus actuaciones y se habría establecido, asimismo, que los demandados debían responder

 

solidariamente de los perjuicios reclamados por su parte, acogiéndose completamente la

 

demanda interpuesta;

DÉCIMO SEXTO: Que conviene analizar, en primer término, la efectividad de haber existidoun error de derecho con motivo de la aplicación de los artículos 384 y 426 del Código deProcedimiento Civil Procedimiento Civil, y 1698, 1712 y 1713 del Código Civil, a todos los que elrecurso les da el carácter de leyes reguladoras de la prueba, las que -como es sabido- cabe

 

entender vulneradas cuando los sentenciadores invierten el onus probandi o carga de la prueba,

 

rechazan las pruebas que la ley admite, aceptan las que la ley rechaza, desconocen el valor

 

probatorio de las que se produjeron en el proceso cuando la ley les asigna uno determinado de

 

carácter obligatorio, o alteran el orden de precedencia que la ley les diere;

DÉCIMO SÉPTIMO: Que debe precisarse que, aunque el recurrente se esmera en presentarparte de sus alegaciones como dirigidas a denunciar infracciones de leyes reguladoras de laprueba, lo cierto es que lo que realmente impugna es la valoración que los jueces del fondo

 

hicieron de la que se rindió en el proceso;

 

DÉCIMO OCTAVO: Que, en efecto, el recurso da por vulnerados diversos preceptos delCódigo de Procedimiento Civil. Sin embargo, dichas normas se encuentran lejos de convalidarlas alegaciones formuladas;

DÉCIMO NOVENO: Que, en primer término, las pautas que se establecen en el artículo 384del Código de Procedimiento Civil, no revisten el carácter de normas rectoras de la prueba. Porel contrario, de acuerdo al tenor de esa disposición, los jueces de la instancia tienen facultades

 

soberanas y privativas para ponderar y valorar las declaraciones de los testigos de las partes,

 

para preferir a unos por sobre otros, tomando en cuenta con este fin diversas circunstanciasque atañen o al número de ellos o a sus condiciones de calidad, ciencia, fama, imparcialidad overacidad o, incluso, las contradicciones que pudieran surgir de sus dichos; como también paraconcluir, en definitiva, si a través de este análisis, dan o no por acreditados ciertos ydeterminados hechos, facultades que, en consecuencia, por ser exclusivas de los jueces del

fondo, no están sujetas a la revisión del Tribunal de Casación, el cual se transformaría en unatercera instancia si entrara de nuevo a su examen y ponderación;

 

VIGÉSIMO: Que, por su parte, el artículo 426 del Código de Procedimiento Civil señala, ensu inciso segundo, que una sola presunción puede constituir plena prueba cuando, a juicio deltribunal, tenga caracteres de gravedad y precisión suficientes para formar su convencimiento,de lo que se desprende que la deducción que hace el tribunal, así como la calificación de sugravedad, precisión y concordancia es una facultad privativa que corresponde a un procesoracional y, por ende, no sujeto al control del recurso de casación en el fondo, motivo por el cual

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tampoco ha existido infracción al artículo 1712 del Código Civil;

 

VIGÉSIMO PRIMERO: Que, si bien el recurso denunció también la infracción del artículo1713 el Código Civil, no explicó luego la forma cómo esta transgresión se habría producido,desde que resulta insuficiente señalar que no se le dio valor de plena prueba al reconocimientode los hechos de la demanda que se habría efectuado por los demandados en sus escritos, sin

indicar el tenor de esa supuesta aceptación o si tales aseveraciones se hicieron al momento decontestar o duplicar o en alguna otra presentación que se precise;

VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, finalmente, en lo que dice relación con la supuesta infracción

 

del Código Civil en su artículo 1698, siendo una norma reguladora de la prueba, en cuanto

 

establece la regla general en materia de onus probandi, no se advierte, en la especie, ningúnyerro jurídico en que el fallo impugnado hubiera incurrido a su respecto. En efecto, elrecurrente hace consistir su infracción en el hecho de haber desestimado los sentenciadoresprueba presentada por su parte, lo que nada tiene que ver con alguna alteración de la carga dela prueba, sino únicamente con la valoración que de dichas probanzas hicieron lossentenciadores, lo cual, como ya se dijo, constituye una facultad privativa de ellos;

 

VIGÉSIMO TERCERO: Que descartada la existencia de infracciones a las normas

 

reguladoras de la prueba, es necesario tener en consideración que los jueces del fondo dieron

por establecido en el fundamento octavo de la sentencia cuestionada que el menoscabopatrimonial cuya indemnización se persigue en este proceso no proviene de un comportamientoilícito de las empresas demandadas que pudiera estimarse como fuente de la responsabilidadextracontractual en que se apoya la demanda, sino que deriva de la falta de pago del precio delas mercaderías que la sociedad demandante vendió a la demandada, "Importadora Lucky

 

Crown Ltda.", esto es, del incumplimiento de una obligación de origen contractual, que debió

 

reclamarse mediante el ejercicio de las acciones pertinentes;

 

VIGÉSIMO CUARTO: Que, acorde con lo expuesto, puede concluirse que la casación defondo intentada se ha construido contra los hechos del proceso, establecidos por lossentenciadores del mérito e intenta variarlos, proponiendo otros que, a juicio de la recurrente,estarían probados.

Semejante propósito resulta extraño a un recurso como el que se analiza, el que está

 

destinado a invalidar una sentencia en los casos expresamente establecidos por la ley,

 

mediante el examen de la legalidad de la norma, que se traduce en un escrutinio respecto de laaplicación correcta de la ley y el derecho, pero respecto de hechos, tal y como soberanamentelos han dado por probados o sentados los magistrados a cargo de la instancia;

VIGÉSIMO QUINTO: Que esta materia ha sido objeto de numerosos pronunciamientos deesta corte de casación, en los que se ha sostenido de manera invariable que, por esta clase derecursos no se pueden modificar los hechos que han fijado los magistrados del fondo, en uso de

 

sus atribuciones legales, a menos que se haya denunciado y comprobado la efectiva infracción

 

de normas reguladoras de la prueba, lo que en la especie no ha ocurrido según lo expresado enlos fundamentos precedentes;

VIGÉSIMO SEXTO: Que, por lo antes expuesto, el recurso de nulidad de fondo no puedeprosperar y debe ser desestimado.

En conformidad, asimismo, con lo que disponen los artículos 764, 767 y 805 del Código de

 

Procedimiento Civil, se declara que se rechazan los recursos de casación en la forma y en el

 

fondo interpuestos en lo principal y primer otrosí de la presentación de fojas 737, contra lasentencia de veintiocho de diciembre del año dos mil seis, escrita a fojas 736.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Abogado Integrante Sr. Hernández.

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 Rol Nº 1.974-2007.-

Pronunciado por la Tercera Sala, integrada por los Ministros Sr. Adalis Oyarzún, Sr. PedroPierry, Sr. Haroldo Brito y los Abogados Integrantes Sr. Domingo Hernández y Sr. IsmaelIbarra.

Fallo : 6.575-06.-cuatro de agosto de dos mil ocho.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Valparaíso, cuatro de septiembre de dos mil seis.

 

VISTOS:

Se reproduce la sentencia en alzada, y su complemento, con las siguientes modificaciones:

a) Se suprime el fundamento décimo tercero;

 

b) En el fundamento décimo quinto, última parte, después de la frase "directa de dicha

 

omisión", se sustituye, la coma (,) por un punto aparte (.) y se elimina el resto de eseconsiderando;

c) En las citas legales, se suprimen las referencias a los artículos 2314 y 2329 del CódigoCivil.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

 

PRIMERO: Que es un hecho de la causa, que no ha sido controvertido, y que además haquedado establecido en los fundamentos décimosegundo y décimocuarto del fallo en alzada,que la demandada recibió en un lugar destinado al efecto, el contenedor de mercancía a que serefiere este juicio, recepción que esta parte señala lo ha sido a título de contrato detransporte, en tanto que la actora ha sostenido que lo ha sido a título de depósito.

SEGUNDO: Que el contrato de transporte no ha sido acreditado, puesto que la única

 

prueba rendida al efecto por la demandada, es el documento que rola a fojas 126, que da

 

cuenta de una situación ajena a tal hecho, ya que se trata de un instrumento que pretendeilustrar al tribunal respecto de la posibilidad de abrir un contenedor, sin romper los sellos, porlo tanto, la excepción de prescripción de la acción opuesta por la demandada, basada en laexistencia de un contrato de transporte y en la disposición del artículo 214 del Código deComercio, corresponde sea rechazada.

TERCERO: Que, en cambio, la tenencia del contenedor por parte de la demandada,

 

corresponde ser calificada como un contrato de depósito mercantil, en los términos del artículo

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2211 del Código Civil en relación con los artículos 3 Nº 4 y 807 del Código de Comercio,

 

disposición esta última que prescribe que el depósito mercantil se constituye en la misma forma

 

que la comisión, ya que no estando acreditado que ella obedeció a un contrato de transporte,forzoso es presumir que esa fue la naturaleza del contrato celebrado, que por disposición de losartículos 243 y 245 del Código de Comercio es consensual, basándose especialmente en elhecho que la empresa demandada, tal como se señala en el fallo en alzada, tiene entre sus

rubros el depósito de contenedores, presunción que reúne las características a que se refiere elartículo 426 del Código de Procedimiento Civil, y, por lo tanto, suficiente para dar poracreditado, con valor de plena prueba que el contrato que ligó a Sodimac S.A. y ServiciosIntegrados de Transporte S.A, es un contrato de depósito mercantil sobre el contenedor

 

materia de esta litis, que según lo dispuesto en el artículo 808 del Código de Comercio se rige

 

por las normas de la comisión mercantil.

CUARTO: Que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1547 del Código Civil, la prueba dela diligencia y el cuidado, incumbe a quien ha debido emplearlo, y en el presente caso, no se harendido por la demandada prueba destinada a acreditar esa diligencia y cuidado. Por elcontrario, de los hechos que la sentencia en alzada ha dado por establecidos, se demuestra que

 

faltó precisamente esa diligencia y cuidado, lo que se manifiesta en el hecho que la mercadería

 

sufrió daños y mermas mientras estuvo en depósito, lo que lo hace responsable de los

 

perjuicios en atención a que de dicha responsabilidad sólo puede eximirse por caso fortuito o

por vicio inherente a las misma mercaderías, según lo dispone el artículo 248 del Código deComercio, prueba que no se ha rendido.

QUINTO: Que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, lademandada es responsable del pago de los perjuicios derivados de su incumplimiento

 

contractual, los que deben ser solucionados a la actora en virtud de la subrogación derivada del

 

contrato de seguros celebrado con Sodimac S.A.

 

Por estas consideraciones, y visto además lo dispuesto en el artículo 170 del Código deProcedimiento Civil, se REVOCA, la sentencia de fecha veintitrés de marzo de dos mil cinco,escrita de fojas 698 a 722, complementada por la fecha cuatro de abril de dos mil cinco, escritaa fojas 724, en aquella parte que rechazó la demanda principal de indemnización de perjuiciospor responsabilidad contractual y acogió la demanda subsidiaria por responsabilidad

 

extracontractual, y se declara en cambio que se ACOGE la demanda principal deducida por la

 

actora, sólo en cuanto, se condena a la demandada Servicios de Transportes Integrados S.A.

 

(SITRANS S.A.) a pagar a la demandante ACE SEGUROS S.A., la suma de US$7.148, 49 (sietemil ciento cuarenta y ocho coma cuarenta y nueve dólares), en su equivalente en monedanacional a la época del pago, sin reajustes, más intereses corrientes para operacionesexpresadas en moneda extranjera, sólo en caso de mora. Se omite pronunciamiento respectode la demanda subsidiaria por responsabilidad extracontractual, por haber sido planteada entales términos.

Se CONFIRMA en lo demás, la referida sentencia.

 

Redactada por la ministro señora María Angélica Repetto García.

Regístrese y devuélvase.

Rol Nº 1.015-05.-

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, cuatro de agosto de dos mil ocho.

VISTOS:

En estos autos rol Nro. 251-2002, seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de Valparaíso

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sobre juicio ordinario de menor cuantía de indemnización de perjuicios caratulados "Ace

 

Seguros S.A. con Servicios Integrados de Transporte", por sentencia escrita a fojas 708, de

 

veintitrés de marzo de dos mil cinco, complementada con fecha cuatro de abril de dos mil cincoa fojas 734, se declara que:

I.- Se rechaza la demanda de indemnización de perjuicios en sede contractual.

II.- Se acoge la demanda en sede extracontractual interpuesta subsidiariamente en elprimer otrosí de fojas 1 sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar a la demandante lasuma de US $7.148, 49 en su equivalente en moneda nacional a la época del pago, sin

 

reajustes, más intereses corrientes para operaciones expresadas en moneda extranjera, sólo en

 

caso de mora.

III.- Se rechaza la referida demanda subsidiaria en cuanto por ella se pretende el pago delos honorarios del liquidador de seguros, los reajustes e intereses.

La demandada interpuso recurso de apelación en contra de dicho fallo; la demandante se

 

adhirió al mismo y una Sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso por resolución de cuatro

 

de septiembre de dos mil seis, escrita a fojas 761, revocó, el fallo referido en aquella parte que

 

rechazó la demanda principal de indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual y

acogió la demanda subsidiaria por responsabilidad extracontractual y, en cambio, acogió lademanda principal deducida por la actora, sólo en cuanto condenó a la demandada Servicios deTransportes Integrados S.A. (SITRANS S.A.) a pagar a la demandante ACE SEGUROS S.A., lasuma de US$7.148, 49 (siete mil ciento cuarenta y ocho coma cuarenta y nueve dólares), en suequivalente en moneda nacional a la época del pago, sin reajustes, más intereses corrientes

 

para operaciones expresadas en moneda extranjera, sólo en caso de mora, derivada de la

 

responsabilidad contractual en que incurrió con motivo de los hechos de la causa. Asimismo,

 

omitió pronunciamiento respecto de la demanda subsidiaria por responsabilidad

 

extracontractual y confirmó, en lo demás, la sentencia apelada.

En contra de esta última resolución, la demandada interpone recurso de casación en elfondo.

Se trajeron los autos en relación.

 

Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:

PRIMERO: Que la recurrente sostiene en su libelo de nulidad sustancial que la sentenciaimpugnada ha infringido los artículos 166 y 214 Nro. 4 del Código de Comercio; 2211 delCódigo Civil en relación a los artículos 3 Nro. 4, 807 y 167 del Código de Comercio y 426 delCódigo de Procedimiento Civil.

Explica que la infracción al artículo 166 del Código de Comercio se ha producido desde que

 

existiendo en este caso un contrato entre las partes el juez debió resolver el juicio aplicando lasnormas contractuales que regulan el contrato específico de que se trata y que corresponde alconjunto de derechos y obligaciones creados por las partes que se encuentran claramenteacreditados en el proceso, esto es, los hechos que configuran el contrato de transporte demercancías por tierra definido en el precepto señalado. Agrega que los hechos establecidos en

la sentencia de primera instancia revocada en parte por la sentencia de segundo gradoindubitadamente corresponden a un contrato de tal naturaleza, a saber: Sitrans S.A., el

 

porteador, trasladó o transportó el contenedor desde San Antonio hasta su propio recinto de

 

contenedores en San Bernardo, para luego terminar el transporte en el destino final, esto, esel domicilio del consignatario Sodimac en Santiago. Afirma que el consignatario del transporte terrestre y también del transporte marítimo asegurado recibe las mercancías mediante Guíade Despacho - documento agregado a fojas 121 que constituye plena prueba de habersecontratado el transporte terrestre -en su bodega de destino final en Santiago, lugar en que elconsignatario Sodimac S.A. constató la merma. Añade que luego Sodimac cobró el seguro de

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transporte marítimo y la compañía aseguradora demandante se subrogó al asegurado por

 

efecto del pago de la indemnización del siniestro cubierto bajo la póliza de transporte 

 

marítimo y, en tal calidad, demandó a Sitrans S.A., derivando, en consecuencia, talsubrogación de un contrato de seguro de transporte de carga.

Asevera, además, la recurrente que yerra la sentencia censurada en la aplicación del

artículo 214 Nro. 4 del Código de Comercio, por cuanto aquél contiene una norma deprescripción extintiva especialísima de seis meses, aplicable obligatoriamente al contrato detransporte terrestre de mercancías y en el caso de autos no se ha discutido que la fecha deentrega de las especies fue el 21 de diciembre de 2000 y la notificación de la demanda ocurrió

 

el día 16 de mayo de 2002, por lo que, procedía tal declaración de prescripción.

 

Sostiene la demandada que en el fallo impugnado también se transgredieron los artículos2211 del Código Civil en relación a los artículos 3 Nro. 4, 807 y 167 del Código de Comercio alaplicar al caso tales preceptos para sostener que el contrato de autos tiene la naturaleza

 jurídica de un contrato de depósito mercantil. Agrega que se incurrió en tal vulneración en elconsiderando tercero de la sentencia por cuanto el contrato de autos no sólo tuvo por objeto

 

guardar y restituir en especie la cosa confiada, sino que, además, tuvo como claro fin

 

transportarla desde San Antonio hasta Santiago, todo lo que configura un contrato de

 

transporte y no de mero depósito.

Añade la recurrente que se ha incurrido en error de derecho al aplicar el artículo 426 delCódigo de Procedimiento Civil desde que la sentencia considera que el contrato de depósito seencontraría acreditado por la sola circunstancia que su parte tiene entre sus rubros el depósitode contenedores, sin embargo tal función no es depósito de carga, por cuanto Sitrans tiene

 

dentro de su giro el depósito de contenedores, pero no el depósito de contenidos y sólo

 

mantiene en su poder carga cuyo transporte le ha sido encomendado en calidad de

 

transportista terrestre, en consecuencia, la base de la presunción es errónea y no existe

 

ninguna prueba que permitan deducir en forma grave y precisa el hecho que Sitrans preste elservicio de depósito de contenedores a los dueños de los mismos.

Concluye que las vulneraciones señaladas influyen sustancialmente en lo dispositivo delfallo por cuanto si la sentencia hubiera aplicado correctamente la ley a los hechos establecidos

 

en los fallos de primer y segundo grado, habría debido declarar que en la especie se trata de un

 

contrato de transporte terrestre de mercancías y como consecuencia de ello habría aplicado el

 

plazo de prescripción extintivo de sus acciones, contenido en el artículo 214 Nro. 4 del Códigode Comercio, que establece un plazo de prescripción de seis meses, el cual se encontrabalargamente vencido a la fecha de notificación de la demanda y, por las razones anteriores,habría rechazado la demanda en sede contractual en todas sus partes con costas.

SEGUNDO: Que para una acertada resolución del recurso resulta conveniente dejarconstancia de los siguientes antecedentes del proceso:

 

a.- Ace Seguros S.A. dedujo con fecha 5 de marzo de 2002 demanda de indemnización deperjuicios por responsabilidad civil contractual y, subsidiariamente por responsabilidad civilextracontractual y solicita se condene a la demandada al pago de US$7.335, 04 a favor de lademandante o la suma que el tribunal fije en moneda extranjera o su equivalente en monedalegal de Chile más intereses, reajustes y costas. Funda su petición sosteniendo que por haber

pagado a Sodimac S.A. los perjuicios irrogados por la demandada por su falta de entrega de lasmercancías consistentes en bienes muebles entregados en depósito para su almacenamiento, y

 

cuya carga se encontraba por ella asegurada, se ha subrogado los derechos de aquella. Señala

 

que en el puerto de Bangkok - Tailandia se embarcó y transportó por mar hasta San AntonioChile una partida de muebles metálicos plegables, carga que fue consignada a los Sres.Sodimac S.A. y fue recibida por los transportistas en óptimas condiciones, sin daños nifaltantes, verificándose al arribo de la nave que el sello no presentaba anomalías, por lo que seentregó la mercancía a la demandada en perfectas condiciones para su almacenamiento ycustodia en las bodegas de tránsito de aquella. Lugar en el cual permaneció hasta el día 21 de

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diciembre de 2000, fecha en la que se solicitó el traslado del contenedor a las dependencias del

 

consignatario. Añade que al proceder a verificar el estado del contenedor éste presentaba sus

 

sellos intactos sin embargo tenía daños en su estructura física por cuanto los pasadores de lasdos palancas de apertura de la puerta derecha no correspondían a los originales, detectándose,al abrir el módulo, un faltante de 252 cartones que contenían los muebles, a los cuales debenagregarse 8 que llegaron con daños consistentes en quebraduras de algunas piezas, de lo cual

se dejó constancia en el acta de inspección. Concluye que tal situación generó un perjuicio totalde US$7.148,49 suma que canceló, más US$186,55 por concepto de honorarios de losliquidadores.

b.- La demanda fue notificada a la demandada el día 16 de mayo de 2002.

 

c.- La demandada al contestar solicita el rechazo de la demanda sosteniendo que si existiósustracción de la mercadería, ello sucedió antes del inicio de la órbita de responsabilidad que lecorresponde, añadiendo que no fue abierto dentro de ese espacio de tiempo y que recibió elcontenedor sellado y en calidad de transportista terrestre, habiéndolo entregado con el mismosello y en las mismas condiciones. Hace hincapié en que la naturaleza jurídica del contrato en

 

que la actora funda su acción no es de depósito mercantil sino de transporte terrestre por

 

cuanto la demandada recibió un contenedor sellado en San Antonio para su transporte y no

 

directamente en su recinto de contenedores de San Bernardo como se da a entender en la

demanda. Añade que desde ese recinto de tránsito lo trasladó hasta las bodegas delconsignatario a solicitud del mismo, por sus propias decisiones logísticas.

Afirma que la responsabilidad del transportista terrestre por pérdidas, desfalcos y averíasse encuentra extinguida de acuerdo a lo establecido en el artículo 214 Nro. 4 del Código de

 

Comercio, norma que establece un plazo de prescripción de seis meses que debe computarse

 

desde la fecha de la entrega de las mercancías, hecho acaecido el 21 de diciembre de 2000.

 

En cuanto a la responsabilidad extracontractual demandada plantea que existiendocontrato, en los términos expuestos, resulta improcedente, razón por la cual pide sea tambiénrechazada.

d.- El fallo de primer grado rechazó la demanda principal de indemnización de perjuicios en

 

sede contractual por estimar que no se acreditó la existencia de una relación contractual entre

 

las partes y, específicamente de un contrato de depósito y acogió, en cambio, la demanda en

 

sede extracontractual interpuesta subsidiariamente, sólo en cuanto condenó a la demandada apagar a la demandante la suma de US $7.148, 49 en su equivalente en moneda nacional a laépoca del pago, sin reajustes, más intereses corrientes para operaciones expresadas enmoneda extranjera, sólo en caso de mora, rechazándola en lo demás.

En cuanto a la prescripción alegada, en el motivo décimo tercero resuelve que no es posibleacceder a aquella por no haberse establecido la existencia del contrato de transporte que la

 

 justificaría.

 

e.- El tribunal de segunda instancia revocó el fallo de primer grado en aquella parte querechazó la demanda principal de indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual yacogió la demanda subsidiaria por responsabilidad extracontractual y, en su lugar, hizo lugar ala demanda principal deducida por la actora, pero sólo en cuanto, condenó a la demandada a

pagar a la demandante la suma de US$7.148, 49 a título de responsabilidad contractualderivada de un depósito mercantil, omitiendo pronunciamiento respecto de la demanda

 

subsidiaria por responsabilidad extracontractual y confirmando, en lo demás, la referida

 

sentencia.

TERCERO: Que los jueces del fondo dieron por establecido como hechos de la causa:

1) Con fecha 20 de octubre de 2000 se embargaron en el puerto de Bangkonk-Tailandia, abordo de la motonave Sea Jaguar una partida de muebles metálicos plegables, a fin de ser

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transportados, vía marítima al puerto chileno de San Antonio, cuyo consignatario era la

 

sociedad Sodimac S.A.

2) La referida mercadería se encontraba asegurada por los consignatarios en la Compañíademandante.

3) Dichas mercaderías arribaron al país con fecha 7 de diciembre de 2000.

4) Al momento del embarque de las mercaderías en la motonave Sea Jaguar no se dejóconstancia de algún deterioro o merma, según se aprecia del conocimiento de embarque de

 

fojas 107, traducido a fojas 109.

 

5) Una vez arribada la mercadería al Puerto de San Antonio y verificados los trámites derigor, la mercancía fue entregada a la empresa demandada Servicios Integrados deTransportes, agregándole, además del sello de seguridad del Transportador Marítimo quevenía en la puerta derecha del contenedor, en los sellos de seguridad del contenedor, un selloadicional, entre las barras de la puerta derecha e izquierda.

 

6) En la documentación de despacho y entrega a la demandada de la mercadería no se dejó

 

constancia alguna de merma o daños en el contenedor, en los sellos de seguridad o en algún

otro lugar del mismo.

7) Una vez recibida la mercadería por la demandada ésta la trasladó a sus bodegas de calleJorge Alessandri 10700, San Bernardo, donde permaneció hasta el 21 de diciembre de 2000.

8) Al recibir la mercadería el consignatario, con igual data a la indicada precedentemente,

 

procedió a la apertura del contenedor constatando que la capacidad física de ésta estaba

 

incompleta detectando un faltante de 252 cartones que contenían muebles metálicos y que

 

además de los faltantes, 8 unidades llegaron con daños, consistentes en quebradura de algunaspiezas, de lo que se dejó constancia en las actas de inspección.

9) Ace seguros indemnizó a Sodimac S.A. US $7.148, 49 en cumplimiento de un contratode seguro por la suma pactada entre ambos.

 

10) Carvallo Transportes Limitada elevó protesta y/o reclamación con fecha 22 de

 

diciembre de 2000.

11) La demandada se dedica a seguimiento de contenedores de compañías navieras,servicios a exportadores e importadores de transporte terrestre, a la carga, depósito decontenedores y arriendo de éstos (considerando duodécimo del fallo de primera instancia).

12) La demandada tuvo el contenedor bajo su responsabilidad entre el 19 y 21 de

 

diciembre de 2000 (considerando décimo cuarto del fallo de primera instancia).

 

13) No se dejó constancia en ninguno de los documentos emitidos durante el embarque,recepción y entrega de la mercadería a la demandada de alguna anomalía o merma en lamisma, sin que la misma demandada haya acreditado, a su vez, que la violación de sellos yalteración en los pasadores de la puerta del contenedor se haya producido con anterioridad a

dicha entrega (considerando décimo cuarto del fallo de primera instancia).

14) La demandada no desplegó todos los actos necesarios a fin de cumplir con su deber de

 

cuidado respecto de las mercaderías custodiadas, sin que haya acreditado que la forma deapilar los contenedores, esto es puerta contra puerta, hiciera imposible la violación de sellos ola intervención en los cierres de sus puertas, incurriendo en negligencia a su deber de cuidado,circunstancia que ocasionó perjuicios al consignatario de la mercadería, Sodimac S. A., quefueron consecuencia directa de dicha omisión (considerando décimo quinto del fallo de primerainstancia).

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 15) ACE Seguros pagó a Sodimac S. A. la suma de US $7.148, 49 correspondiente al valor

 

del seguro contratado por esta última empresa, equivalente al valor de las mercaderíasfaltantes, operando la subrogación de derechos a que se refiere el artículo 553 del Código deComercio, por lo que el perjuicio ocasionado fue soportado por la aseguradora, a quiencorresponde le sean indemnizados (considerando décimo sexto del fallo de primera instancia).

16) Los honorarios de los liquidadores no han sido acreditados (considerando décimo sextodel fallo de primera instancia).

17) La demandada recibió en un lugar destinado al efecto, el contenedor de mercancías a

 

que se refiere este juicio (considerando primero del fallo de segunda instancia).

18) La empresa demandada tiene entre sus rubros el depósito de contenedores(considerando cuarto del fallo de segunda instancia).

19) Faltó diligencia y cuidado a la demandada, lo que se manifiesta en el hecho que la

 

mercadería sufrió daños y mermas mientras estuvo en depósito (considerando cuarto del fallo

 

de segunda instancia).

 

CUARTO: Que los sentenciadores en el fallo que se reprocha, para decidir en la formadicha, consignaron que el contrato de transporte no ha sido acreditado en la especie, motivopor el cual también rechazan la excepción de prescripción de la acción opuesta por lademandada y basada precisamente en la existencia de un contrato de transporte. Establecen,al contrario, los jueces del fondo, que la tenencia del contenedor por parte de la demandada

 

corresponde sea calificada como un contrato de depósito mercantil, en los términos del artículo

 

2211 del Código Civil, en relación con los artículos 3 Nº 4 y 807 del Código de Comercio y el

 

cual, según lo dispuesto en el artículo 808 del Código de Comercio, se rige por las normas de la

 

comisión mercantil. Para llegar a tal conclusión se basaron especialmente en el hecho que laempresa demandada tiene entre sus rubros el depósito de contenedores. Agregan lossentenciadores en el fallo impugnado que la demandada no ha rendido prueba destinada aacreditar su diligencia y cuidado. Añadiendo que: "Por el contrario, de los hechos que lasentencia en alzada ha dado por establecidos, se demuestra que faltó precisamente esa

 

diligencia y cuidado, lo que se manifiesta en el hecho que la mercadería sufrió daños y mermas

 

mientras estuvo en depósito, lo que lo hace responsable de los perjuicios en atención a que de

 

dicha responsabilidad sólo puede eximirse por caso fortuito o por vicio inherente a las mismamercaderías, según lo dispone el artículo 248 del Código de Comercio, prueba que no se harendido."

Concluyen finalmente que: "la demandada es responsable del pago de los perjuiciosderivados de su incumplimiento contractual, los que deben ser solucionados a la actora envirtud de la subrogación derivada del contrato de seguro celebrado con Sodimac S.A."

 

QUINTO: Que, como lo señalan los magistrados recurridos, de los antecedentes de la causase desprende que la recepción por la demandada del contenedor con mercancías a que serefiere el juicio, según esa parte "lo ha sido a título de contrato de transporte, en tanto que laactora ha sostenido que lo ha sido a titulo de depósito", calificando esa relación contractual deesta última forma.

De lo anterior se sigue que los errores de derecho que se denuncian en el recurso de

 

casación en análisis se construyen sobre la base de considerar que al contrato que ligó a

 

Sodimac S.A. con la demandada Servicios Integrados de Transportes S.A. se le debe atribuir lanaturaleza jurídica de transporte terrestre y no de depósito mercantil como lo hace el fallo quese reprocha y, que como consecuencia de ello, procede declarar la extinción de laresponsabilidad del transportista por haber operado la prescripción en los términos que disponeel artículo 214 Nro. 4 del Código de Comercio.

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SEXTO: Que en la resolución de conflictos de carácter jurídico sometidos a la decisión de

 

los tribunales, luego de exponer lo que son las acciones interpuestas, los fundamentos en que

 

descansan, las excepciones que se oponen, sus argumentos y defensas, se desarrolla la laborconsistente en: a) establecer los hechos; b) interpretar los hechos, actos, contratos oconvenciones; c) precisar los elementos de relevancia jurídica; d) calificar jurídicamente loshechos; e) determinar el carácter legal de los mismos; f) fijar las disposiciones legales

aplicables y g) deducir y declarar los efectos que de tales normas derivan para el caso concreto.

En lo referido al establecimiento de los hechos, el tribunal constata los aspectos que seencuentran reconocidos por ambas partes y en los que existe contradicción. Estos últimos son

 

los que le corresponde determinar, para lo cual analizará la prueba ofrecida por las partes,

 

aceptada por el tribunal y rendida validamente, respetando las reglas de valoración individual yconjunta de cada medio probatorio, como la ponderación comparativa de los distintos medios.

En la interpretación de los hechos, actos, contratos o convenciones los jueces debenceñirse a las disposiciones que establece el legislador, atribuyéndoles y deduciendo los efectosy alcances que sobre la base de tales reglas de interpretación es posible otorgarles.

 

En este sentido debe distinguirse entre lo que es la existencia del contrato y de sus

 

estipulaciones propiamente tales, que constituye una cuestión de prueba, diferente de la

precisión del sentido y alcance de los actos y contratos, que es un aspecto de interpretación,que no deben ser confundidos. En un paso siguiente del análisis se encuentra la calificación quepueda hacerse de la convención, circunstancia, esta última, que excede la simpleinterpretación, que como se ha dicho, está referida a determinar su sentido y alcance, sin quedeba considerarse para ello los efectos que tendrá.

 

La precisión de los elementos de relevancia jurídica es lo que permitirá efectuar la

 

subsunción de los supuestos de hecho en la norma, está constituida por el producto de la

 

interpretación de los hechos, actos, contratos o convenciones, por lo que excede dichaactividad, al precisar los antecedentes o bases aisladas que tienen relevancia en el derecho,pero para un correcto análisis deben ser considerados en su conjunto, no de manera aislada.

En la calificación jurídica nos encontramos con la actividad tendiente a aplicar el "derecho a

 

los hechos, con el fin de determinar su naturaleza jurídica, o sea, la denominación atribuida por

 

la ley a una situación de hecho determinada, especialmente en lo referente a los actos y

 

contratos, en los cuales ella ha dado reglas que deben ser observadas, toda vez que no hayansido derogadas por acuerdo de las partes, en cuyo silencio entra a suplirlas" (José FlorencioInfante Díaz, Causales de Casación de Fondo en Materia Civil, páginas 98 y 99), para Capitántes "la determinación previa de la naturaleza jurídica de una relación de derecho, con el fin declasificarla en una de las categorías jurídicas existentes". Sea una actividad previa o estécomprendida en la misma la precisión de la naturaleza jurídica, la calificación jurídicaindudablemente lleva a ella.

La determinación legal de los hechos, está constituida por la actividad que encierra elestablecimiento de todas aquellas circunstancias, condiciones, caracteres, requisitos oelementos que debe reunir un hecho, acto o contrato, encaminados a la producción que unefecto determinado.

La determinación de las disposiciones legales aplicables al caso es una labor que resultacomo consecuencia de las actividades anteriores, en que se verá la normativa llamada a ser

 

aplicada al litigio, de la que se presume su mayor conocedor el es juez.

 

Los efectos jurídicos que de tales normas derivan para el caso concreto, son lasconsecuencias en los derechos de las partes que genera la aplicación de las disposicioneslegales, los que serán decididos y declarados por el tribunal como la culminación de la actividad

 jurisdiccional.

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De lo relacionado precedentemente, tanto la doctrina como la jurisprudencia han

 

concordado que la calificación jurídica de los hechos constituye una cuestión de derecho, puesto

 

que es de esta labor de la cual se deducen todas las consecuencias relevantes para ellegislador, de forma tal que la determinación del contrato que celebraron las partes -transporte o depósito -, queda dentro de la competencia de esta Corte de Casación.

SÉPTIMO: Que resulta entonces imperioso resolver primeramente qué convención es la queha surgido a partir de la vinculación instituida entre los contratantes señaladosprecedentemente - teniendo además presente que las partes no han discutido la existencia deun contrato sino sólo la calificación jurídica de aquél - y desde que sólo a partir de tal

 

establecimiento resultará posible determinar las normas aplicables en el caso sub-lite y luego,

 

si aquellas lo han sido correctamente o no en la sentencia censurada.

Corresponde precisar, además, que los magistrados de la instancia dieron por establecidala relación contractual entre las partes, sin embargo, descartaron que ésta diera origen a uncontrato de transporte terrestre. En este sentido debe entenderse la afirmación expresada encuanto a que no se encuentra establecida la existencia del contrato de transporte y no como

 

un hecho de la causa.

OCTAVO: Que en lo referente a los contratos de depósito y transporte resulta pertinente

consignar lo siguiente:

En general el depósito es un contrato, el cual se encuentra reglado tanto por el legisladorcivil y mercantil.

El Código Civil dispone que se llama depósito al "contrato en que se confía una cosa

 

corporal a una persona que se encarga de guardarla y de restituirla en especie" (art. 2211),

 

agregando que se perfecciona por la entrega, de modo que es un contrato real (art.2212), que

 

importa la entrega de su mera tenencia (art. 2213), generando obligaciones solamente aldepositario, como es la restitución de la especie, de lo cual deriva su carácter unilateral ynaturalmente gratuito, "si se estipula remuneración por la simple custodia de una cosa, eldepósito degenera en arrendamiento de servicio" (art. 2219). El arrendamiento se encuentraregulado en sus diferentes especies por el Código Civil, específicamente arrendamiento de

 

cosas, criados domésticos, de confección de una obra material, de servicios inmateriales y de

 

arrendamiento de transporte. Por su parte el arrendamiento de servicios se clasifica en lo

 

relativo a servicios aislados en que predomina la inteligencia sobre la mano de obra, aquellosque consisten en una larga serie de actos y los prestados por profesionales. De este someroanálisis se sigue que el depósito civil remunerado deviene en arrendamiento de serviciosinmateriales, por lo que debe descartarse dicha calificación y correspondería asimilarse elcontrato más propiamente a un arrendamiento de transporte, regulando las obligaciones delacarreador o transportista en los artículos 2214, 2215 y 2216 del Código Civil. Sin embargo,por el giro y naturaleza de los servicios resulta evidente que las normas que rigen las relaciones

 

de las partes son las de carácter mercantil, debiendo recurrir a tales leyes.

 

El Código de Comercio estipula que el depositario tiene derecho a exigir una retribución porsus servicios (art.809) y, por lo mismo el depósito mercantil se constituye en la misma formaque la comisión y genera los mismos derechos y obligaciones al depositante y depositario, quelos establecidos para comitentes y comisionistas (arts. 807 y 808). Agrega este estatuto de

leyes que el mandato comercial es un contrato por el cual una persona encarga la ejecución deuno o más negocios lícitos de comercio a otra que se obliga a administrarlos gratuitamente o

 

mediante una retribución y a dar cuenta de su desempeño (art. 233), reglamentándose tres

 

especies de mandato, entre ellos, la comisión, que es el nombre que toma el mandatocomercial "cuando versa sobre una o más operaciones mercantiles individualmentedeterminadas", reglando cuatro clases de comisiones, entre ellas las de transporte por tierra(arts. 235 y 236). Sin embargo, se dispone por el legislador que el "comisionista de transporte es aquel que, en su propio nombre pero por cuenta ajena, trata con un porteador la conducciónde mercaderías de un lugar a otro" (art. 318), siendo responsable de los hechos del

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comisionista intermediario (arts. 322 y 323), como también le son obligatorias a los

 

comisionistas de transporte y a los asentistas en una operación particular y determinada, aun

 

cuando no verifiquen por sí mismos la conducción de mercaderías, las disposiciones del Titulo V"Del Transporte por Tierra, Lagos, Canales o Ríos Navegables". La actividad a que alude elCódigo en relación con el comisionista de transporte podría diferir de la realizada por eldemandado, por lo que más propiamente constituye directamente un contrato de transporte,

descartando, por lo mismo, el simple depósito.

No obstante el análisis realizado se llega a la única conclusión en orden a que el depósitomercantil, la comisión de transporte y el contrato de transporte se rigen, en general por

 

iguales normas en relación a la responsabilidad de las partes, en especial las obligaciones de

 

conservación y custodia, por lo que pierde relevancia la calificación jurídica, sin perjuicio dereiterar la calificación ya dada, como que dicho contrato de transporte se rige, en definitiva,por las disposiciones establecidas para el transporte, contrato este último que constituye unacto de comercio, conforme lo establece el artículo 3º Nº 4 del Código del ramo.

NOVENO: Que el inciso primero del artículo 166 del Código de Comercio define el contrato

 

de transporte como: "un contrato en virtud del cual uno se obliga por cierto precio a conducir

 

de un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o mercaderías ajenas,

 

y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas".

Las obligaciones principales del porteador -entendiendo por aquellas a las que nacendirectamente del contrato celebrado y realizado en formas normales - son: 1º Recibir lasmercaderías que deberán ser conducidas (artículo 191 del Código de Comercio); 2º Cargarlassegún el uso de personas inteligentes (artículo 191); 3º Conducir las mercaderías al lugar de su

 

destino (artículos 166 y 191); 4º Custodiar y conservar las mercaderías (artículo 199) y 5º

 

Entregarlas al consignatario (artículos 199 y 200).

 

De los deberes que asignados al porteador, mencionados precedentemente, adquiereespecial relevancia para los efectos del asunto materia de autos, aquel consistente en lacustodia y conservación de las mercancías. En tal sentido el artículo 199 del Código deComercio estatuye que: "El porteador es obligado a la custodia y conservación de lasmercaderías en la misma forma que el depositario asalariado." Y agrega el artículo 167 del

 

mismo cuerpo legal que: "El transporte participa a la vez del arrendamiento de servicios y del

 

depósito."

 

DÉCIMO: Que luego de lo razonado y considerando especialmente los presupuestos fácticosque se dejaron consignados en el motivo tercero de este fallo, corresponde arribar a laconclusión que la relación jurídica habida entre Servicios Integrados de Transporte S.A. ySodimac S.A. se encuadró en la estructura del contrato de transporte terrestre por concurrirtodos los elementos de una convención de tal naturaleza por cuanto se pactó la conducción deun contenedor con muebles por intermedio de un camión de la empresa demandada desde el

 

Puerto de San Antonio en Valparaíso hasta el domicilio de Sodimac S.A. en la ciudad de

 

Santiago - sin que se discuta que lo fue a título oneroso - y la circunstancia que no se realizaracon entrega inmediata y directa de la mercancía en el destino final, manteniéndola por un brevelapso en un patio de tránsito o bodega de la demandada, no hace variar la calificación jurídicade dicha convención, desde que, como se ha señalado, la guarda y custodia de las especie queno son otra cosa que la conservación, tutela y protección de la misma, forma parte del contrato

de transporte.

En tales condiciones, no puede servir de fundamento para tener por acreditada la calidad

 

de depósito, la mera situación de dedicarse la empresa demandada, entre otros giros, alseguimiento de contenedores de compañías navieras, depósito y arriendo de los mismos; máscuando precisamente aquellos otros rubros, que desconoce u olvida la sentencia impugnada,consisten precisamente en prestar servicios de transporte terrestre a exportadores eimportadores.

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UNDÉCIMO: Que, luego, en el asunto sub-judice, por haberse establecido la existencia de

 

un contrato de transporte terrestre en los términos prescritos en el artículo 166 del Código de

 

Comercio, resultan aplicables las normas previstas en el Título V del Libro II del cuerponormativo reseñado y, en consecuencia, corresponde acudir al artículo 214 del citado códigoque establece los casos en los cuales se extingue la responsabilidad del porteador por pérdidas,desfalcos y averías. Precepto que en su numeral cuarto, invocado por la recurrente, estatuye

que tal liberación de responsabilidad opera por "la prescripción de seis meses en lasexpediciones realizadas dentro de la República, y de un año en las dirigidas a territorioextranjero". Añade dicha norma, para los efectos del cómputo del término reseñado, que: "Encaso de pérdida la prescripción principiará a correr desde el día en que debió ser cumplida la

 

conducción, y en el de avería desde la fecha de la entrega de las mercaderías."

 

Esta conclusión se impone puesto que, es el objeto principal del contrato, constituido por laprestación que se debe, el que determina, además, la calificación del contrato, que en el casode autos es el traslado de la mercadería desde el puerto de San Antonio hasta dependencias dela importadora Sodimac S. A., puesto que son obligaciones que integran el contrato detransporte las relativas a la conservación y custodia de las especies transportadas, pero a las

 

cuales igualmente queda vinculado el transportista.

 

DUODÉCIMO: Que, en este contexto surge entonces la interrogante relativa a la

determinación del momento inicial de la prescripción, por cuanto el artículo transcrito se colocaúnicamente ante dos eventualidades, a saber, en caso de pérdida y en caso de avería, lo quelleva a hacer necesario recurrir a una nueva distinción en relación con la primera situación, estoes, entre pérdida parcial y pérdida total de la mercadería, entendiendo que estamos frente a laprimera cuando sólo ha desaparecido una parte del cargamento y ante la segunda cuando

 

aquella no se le ha entregado al consignatario ni siquiera en una pequeña parte. Frente a esta

 

última situación el precepto en análisis es claro en prever que el plazo de prescripción se

 

contará desde el día en que debió ser cumplida la conducción, lo que habrá de determinar el

 

 juez tomando en consideración las diversas circunstancias. Por su parte, tratándose de unapérdida únicamente parcial, como sucede en la especie, si bien la ley no determinó desde quémomento se contaría el término para los efectos de la prescripción, debe entenderse que ésteempezará a correr desde el día de la entrega de la carga, oportunidad a la que se refiere lamisma norma, aún cuando lo hace en referencia al caso de avería.

 

DÉCIMO TERCERO: Que las argumentaciones vertidas son bastantes para fundar la

 

infracción de ley que denuncia el recurrente, para lo cual se tiene además en consideraciónque, en la especie, ha resultado ser un punto pacífico y no controvertido que la entrega de lasmercancías al consignatario Sodimac S.A. se efectuó el día 21 de diciembre de 2000,oportunidad a partir de la cual, según se ha dejado sentado en el fundamento anterior,corresponde computar el plazo de prescripción, término que transcurrió en exceso al 16 demayo de 2002, fecha en que - según consta del estampado de fojas 26 - se notificó la demandade autos al representante de la demandada, motivos estos por los cuales procedía acoger la

 

excepción planteada.

 

DÉCIMO CUARTO: Que estos errores de concepto constituyen transgresión a lasdisposiciones legales indicadas como infringidas por la recurrente, en especial a los artículos166, 167 y 214 Nº 4 del Código de Comercio, error de derecho que ha influido sustancialmenteen lo dispositivo del fallo, desde que la equivocada aplicación efectuada de tales preceptos ha

llevado a calificar el vínculo contractual verificado entre Sodimac S.A. y Sitrans S.A. como uncontrato de depósito, en circunstancias que se trata de un contrato de transporte terrestre y,

 

a consecuencia de tal yerro, a desestimar la excepción de prescripción opuesta por la

 

demandada, en circunstancias que procedía acogerla y declarar prescrita la acción deducida enautos.

DÉCIMO QUINTO: Que de acuerdo con lo expuesto procede que se acoja el recurso decasación en el fondo deducido por la demandada Servicios Integrados de Transporte S.A., porhaberse configurado los presupuestos que justifican anular el fallo impugnado.

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 Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764,

 

765, 767 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el fondodeducido en lo principal de fojas 763 por el abogado Cristián Araya Escobar en representacióndel demandado y, en consecuencia, se invalida la sentencia de cuatro de septiembre de dos milseis, escrita a fojas 761, y acto continuo y sin nueva vista, pero separadamente, se dicta la

sentencia que corresponde conforme a la ley.

Regístrese.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Sergio Muñoz G.

 

Rol Nº 6.575-06.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Milton Juica A.,Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M. y Abogados Integrantes Sres. Oscar Herrera V. yHernán Álvarez G.

SENTENCIA DE REEMPLAZO: 

Santiago, cuatro de agosto de dos mil ocho.

En cumplimiento a lo resuelto y atendido lo dispuesto en el artículo 785 del Código deProcedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que corresponde conforme a la ley.

VISTOS:

Se reproduce el fallo en alzada con excepción de los considerandos décimo tercero, décimo

 

cuarto, décimo quinto y décimo sexto y, en las citas legales, las referencias a los artículos 2314y 2329 del Código Civil que se eliminan:

Y se tiene, además, presente:

1º Que con el mérito de los considerandos que se dan por reproducidos en el acápite

 

precedente; lo expresado en los motivos quinto, sexto, séptimo y octavo del fallo de casación

 

que antecede y por encontrarnos en la especie en presencia de un contrato de transporte terrestre celebrado entre Sodimac S.A. y Servicios Integrados de Transporte S.A., el plazo deprescripción aplicable es de seis meses según lo preceptúa el artículo 214 Nº 4 del Código deComercio.

2º Que habiéndose efectuado la entrega de las mercancías al consignatario el día 21 dediciembre de 2000, oportunidad a partir de la cual, según se ha dejado sentado, corresponde

 

computar el plazo de prescripción, procede concluir que dicho término transcurrió en exceso al

 

16 de mayo de 2002, fecha en que -según consta del estampado de fojas 26- se notificó lademanda de autos al representante de la demandada.

Por tal motivo y por concurrir en la especie los presupuestos que posibilitan la procedenciade la mencionada excepción de prescripción de la acción, deducida por el demandado procede

que sea acogida y, en consecuencia, rechazar la demanda.

3º Que en el caso sublite si bien la demandante ejerció simultáneamente la acción de

 

responsabilidad contractual y subsidiariamente la de responsabilidad extracontractual derivadade los mismos hechos, aceptada como está la premisa sobre la naturaleza contractual delvínculo entre las partes de este litigio, no cabe entrar a discurrir acerca de la procedencia deindemnizar eventuales perjuicios derivados de la comisión de un cuasidelito civil por parte de lademandada, que situaría esa pretensión en el marco de la responsabilidad civilextracontractual, regulada en el título XXXV del libro cuarto del Código Civil.

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 Por estas consideraciones, con el mérito de lo dispuesto en los artículos 166 y 214 del

 

Código de Comercio y 785 del Código de Procedimiento Civil, se declara que:

I.- Se revoca la sentencia de veintitrés de marzo de dos mil cinco, escrita a fojas 708 ysiguientes en cuanto acogió la demanda por responsabilidad extracontractual ejercida en forma

subsididaria en el primer otrosí de fojas 1 y, en su lugar se dispone que no se hace lugar a lamisma.

II.- Se confirma, en lo demás apelado la referida sentencia, con declaración que el rechazo

 

de la demanda de indemnización de perjuicios en sede contractual deducida en lo principal de

 

fojas 1, obedece a la prescripción de la acción indemnizatoria ejercida por lo que se niega lugara la demanda en todas sus partes.

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Sergio Muñoz G.

 

Rol Nº 6.575-06.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Milton Juica A.,Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M. y Abogados Integrantes Sres. Oscar Herrera V. yHernán Álvarez G.

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Fallo : 2.085-06.-diecisiete de abril de dos mil ocho.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Valparaíso, tres de marzo de dos mil seis.

VISTO:

Las partes, tanto en una gestión judicial de

 

designación de árbitro de derecho, como en el juicio

 

arbitral mismo, entablaron diversos recursos de apelación

 

que fueron acumulados, para su vista conjunta, ante esta

 

Corte. Para un orden en el análisis de las apelacionesinterpuestas, se considerarán, en primer término, las quese entablaron en la gestión de nombramiento y, másadelante, las que tuvieron lugar en el juicio arbitral.

I. RECURSOS INTERPUESTOS EN LA GESTIÓNJUDICIAL DE NOMBRAMIENTO DE ARBITRO (Rol Nº 1709-

 

1999 del Tercer Juzgado Civil de Valparaíso).

 

A. Recurso de apelación en contra de resolución de fs.97.

A fs. 122 de los autos relativos a la designación deárbitro solicitada por AETNA CHILE SEGUROS GENERALES

 

S.A., se entabló por la sociedad CALBERSON S.A. un

 

recurso de apelación en contra de la resolución de fs. 97,de fecha 8 de octubre de 1999, en cuanto en ésta se indicóque CALBERSON S.A. tenía la representación de unaempresa denominada MULTITRADE SPAIN S.A. Dicha faltade representación había sido alegada por CALBERSON S.A.a fs. 29.

Tratándose, claramente, de una cuestión de fondo,

 

puesto que afecta a la legitimación pasiva de uno de los

 

demandados, materia que fue planteada en propiedad enel juicio arbitral correspondiente, esta Corte no sepronunciará, por ahora, sobre esta materia.

B. Recursos de apelación en contra de las resolucionesde fs. 85 y 96, de 1 y 7 de octubre de 1999.

 

A fs. 100 y 117 AETNA CHILE SEGUROS GENERALES

 

S.A. entabló sendos recursos de apelación en contra de lasresoluciones de fs. 85 y 96, respectivamente, por lascuales se acogieron las incidencias de nulidad que

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Inicio 

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interpusieron SUDAMERICANA AGENCIAS AÉREAS YMARÍTIMAS S.A. Y CALBERSON S.A., alegando que elrepresentante del peticionario en la gestión, no teníarepresentación legal o personería para actuar.

Los recursos de apelación referidos fueron

 

interpuestos en forma subsidiaria de recursos de

 

reposición y para el caso en que éstos no fueran acogidos,

 

lo que no se ajusta a derecho, toda vez que las

 

resoluciones de fs. 85 y 96, en cuanto resolvieron acercade la referida nulidad, son sentencias interlocutorias. Por lomismo, dichos recursos deben ser rechazados.

A mayor abundamiento, consta en los autos relativos ala designación de árbitro que el acto declarado nulo por el

 

tribunal por falta de personería de quien actuó a nombre

 

del peticionario fue, posteriormente, convalidado, tanto

 

por la rectificación que efectuó la sociedad requirenteaceptada por las contrapartes, cuanto por lacomparecencia de los supuestos afectados por el acto nulo

a la audiencia de designación de árbitro, la que tuvo lugarel día 10 de enero de 2000, según consta en la diligenciaque rola a fs. 173 de los citados autos.

 

II. RECURSOS INTERPUESTOS DURANTE EL JUICIOARBITRAL.

A.- Recursos de apelación en contra de la resoluciónque recibió la causa a prueba, de 19 de abril de 2001.

A fs. 217 y siguientes el tribunal arbitral resolvió lasreposiciones interpuestas en lo principal del escrito de fs.

 

184, en el otrosí del escrito de fs. 187 y en el otrosí delescrito de fs. 192, en contra de la resolución de fs. 181

vuelta y siguientes, que recibió la causa a prueba,negando lugar a las reposiciones y concediendo losrespectivos recursos de apelación, que se interpusieron enforma subsidiaria.

Habiéndose dictado a fs. 248 y siguientes, de fecha 10

 

de diciembre de 2001, sentencia definitiva en el juicio

 

arbitral, y advirtiendo esta Corte que, al fijar el tribunal deprimera instancia los hechos sobre que recayó la prueba,determinó puntos que, en definitiva, fueron suficientespara probar los hechos de la causa y formar elconvencimiento del tribunal y de esta Corte, se negarálugar a los recursos de apelación interpuestos.

 

B.-. Recurso de apelación en contra de la resolución

 

que negó lugar al incidente de abandono delprocedimiento.-

A fs. 220 el representante de los ARMADORES DE LAM/N LIMARI, entabló recurso de apelación en contra de laresolución escrita a fs. 214 por la que no se hizo lugar a

 

los incidentes de abandono del procedimiento que fueron

 

interpuestos en su oportunidad. Semejante apelación

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interpuso a fs. 224 la representante de la empresaCALBERSON S.A.

Teniendo presente que, de acuerdo a la doctrinapermanente sostenida por esta Corte, las resoluciones queno dan lugar al abandono del procedimiento no son

 

apelables, las apelaciones referidas deben ser declaradas

 

inadmisibles según lo que dispone el artículo 201 del

 

Código de Procedimiento Civil.

 

C-. Recurso de apelación en contra de la resolución defs. 580.-

A. fs. 181 el representante de los ARMADORES DE LAM/N LIMARI y a fs. 184 el representante de CALBERSON

 

S.A. entablaron sendos recursos de reposición apelando en

 

subsidio en contra de la resolución de fs. 580 por la que se

 

aplicó a cada una de las partes demandadas una multaequivalente a un sueldo vital por no haber procedido a laexhibición de instrumentos que había sido decretada por el

tribunal.

A fs. 606 vuelta, el tribunal resolvió no hacer lugar a

 

las reposiciones interpuestas y concedió los respectivos

 

recursos de apelación.

Atendida la circunstancia de que, según aparece de losantecedentes, los instrumentos cuya exhibición se solicitó,por su naturaleza y entidad, debieron haber estado adisposición de las partes a quienes se les solicitó suexhibición, dicha diligencia era exigible y, al no haberacatado la orden del tribunal, procedía la aplicación de la

 

multa.

D.- Recurso de casación en la forma.-

A fs. 730 el representante de ARMADORES DE LA M/NLIMARI entabló recurso de casación en la forma en contrade la sentencia definitiva de autos que rola a fs. 667 y

 

siguientes. Fundó el recurso en la causal 5ª del artículo

 

768 del Código de Procedimiento Civil en relación con el

 

artículo 170 Nº 1 del mismo Código, por cuanto en lasentencia se habría omitido la designación precisa de laspartes litigantes, su domicilio, profesión u oficio.Asimismo, se habría infringido el citado artículo 170 en suNº 6 al omitirse la decisión del asunto controvertido, porcuanto no habría comprendido el fallo de todas las

 

acciones y excepciones que se hicieron valer en el juicio.

 

Finalmente, fundó el recurso en el artículo 768 causal 4ª,

 

por cuanto la sentencia habría sido dada ultrapetita.

De acuerdo a lo que dispone el artículo 768 inciso 3ºdel citado Código, estima esta Corte que de losantecedentes aparece de manifiesto que el recurrente noha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación

 

del fallo y, por eso, procederá a rechazar el citado recurso

 

de casación en la forma.

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 E.- Recurso de apelación en contra de la sentencia

definitiva.-

Se reproduce la sentencia en alzada de fecha diez dediciembre de dos mil uno que rola de fs. 248 a 308 vuelta

 

de autos, eliminándose los considerandos números 66, 67,

 

81, 82, 83, 106, 108, 109, 110, 113 a 137 y 143 a 151.

 

En las citas legales, se eliminan las referencias

 

pormenorizadas de los artículos del Código de Comercio ydel Código Civil, las que se reemplazan por el siguientepárrafo: "las disposiciones del Libro III "De la Navegacióny el Comercio Marítimos" del Código de Comercio - ".

Y teniendo, en su lugar y, además, presente:

 

PRIMERO: Que el demandante entabló la demanda en

 

contra de los ARMADORES DE LA M/N LIMARI, sosteniendoque los porteadores efectivos son solidariamenteresponsables con el transportador por los daños que haya

sufrido la carga durante el transporte.

SEGUNDO: Que el representante del demandado

 

ARMADORES DE LA M/N LIMARI, además de las

 

excepciones perentorias y alegaciones que opuso en suoportunidad y que expone como fundamentos del escritode apelación, interpuso la excepción de falta de solidaridady responsabilidad del transportador efectivo, conforme alos artículos 1006 y 1007 del Código de Comercio.

TERCERO: Que, de acuerdo al artículo 1006 del Códigode Comercio, "cuando la ejecución del transporte o de

 

una parte del mismo haya sido encomendada a untransportador efectivo, independientemente de si el

contrato lo autoriza o no para ello, el transportador seguirásiendo responsable de la totalidad del transporte convenido.

Respecto del transporte que sea ejecutado por el

 

transportador efectivo, el transportador será responsable

 

solidariamente con aquel de las acciones u omisiones que

 

en el ejercicio de sus funciones puedan incurrir tanto eltransportador efectivo como sus dependientes y agentes.".

Ello implica, obviamente, que ambos transportadoresson solidariamente responsables en el caso en que lapérdida o daño a la carga se haya producido durante el

 

período en que la misma estuvo al cuidado del

 

transportador efectivo, como sucede si el daño ha

 

ocurrido, por ejemplo, en el curso de la navegación o almomento de la descarga. En ese caso, son solidariamenteresponsables del daño tanto el transportador que celebróel contrato de transporte con un cargador sin ejecutar eltransporte, como aquel que, efectivamente, ejecutó eltransporte y pudo tener control sobre los acontecimientos

 

que causaron el daño.

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Distinto es el caso, sin embargo, de lo que ha ocurridoen la especie, puesto que hay constancia en autos de queel transportador efectivo hizo entrega del respectivocontenedor sin observación de ninguna especie, despuésde desembarcado en el puerto de Valparaíso. No existe enautos ninguna evidencia de que la carga cuyo daño motivó

 

el juicio, haya sufrido algún deterioro durante el período

 

en que el contenedor en que se la transportó haya estado

 

bajo la custodia del transportador efectivo.

 

CUARTO: Que, por la razón indicada, esta Corteacogerá la apelación interpuesta por los ARMADORES DELA M/N LIMARI, declarando que éstos no están obligadosal pago de la indemnización demandada. Atendido ello,carece de objeto hacer referencia y análisis respecto de las

 

restantes excepciones y alegaciones opuestas por ese

 

demandado.

QUINTO: Que, en cuanto a la responsabilidad quecabría al consignatario del contenedor en que se

transportó la carga para diversos consignatarios finales,materia que ha sido objeto de la apelación de CALBERSONS.A. que rola a fs. 767 y siguientes, forzoso es hacer

 

consideraciones acerca de la forma en que se llevó a

 

efecto la entrega de la mercancía.

SEXTO: Que la mercancía dañada cuyo deterioro fue lacausa del juicio, consistía en nueve rollos de papeldecorativo consignado a la compañía MADERAS YSINTÉTICOS S.A., en adelante "MASISA".

Es un hecho probado que la referida mercancía sufrió

 

los daños al ser desconsolidado en recintos portuarios deValparaíso el contenedor en que venía transportada, esto

es, al ser retirada del mismo y entregada directamente alrepresentante del consignatario final, esto es, alrepresentante de "MASISA" para que se llevara a efecto eltransporte por vía terrestre hasta su destino final.

Dicho hecho ocurrió el día 6 de septiembre de 1997,

 

mientras llovía, lo que motivó que la carga se mojara

 

durante la operación.

SÉPTIMO: Que, descartada la responsabilidad deltransportador efectivo, corresponde determinar, ahora,cuál de los dos sujetos de la operación portuaria a que seha hecho referencia fue responsable del daño.

 

OCTAVO: Que es un hecho también probado que el

 

contenedor, en el que se transportaba carga para variosconsignatarios finales, llegó consignado a CALBERSONS.A., empresa que se encargó de contratar ladesconsolidación física del mismo, lo que, por cierto, noimplicó responsabilidad alguna para quien efectuó eltrabajo portuario de desconsolidación.

 

En suma, es preciso determinar si CALBERSON S.A.

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fue o no responsable de la mojadura y daños de los nueverollos por la circunstancia de que el contenedor sedesconsolidó mientras llovía.

NOVENO: Que es evidente que, si la desconsolidaciónhubiera sido hecha sin presencia ni participación de los

 

agentes o representantes del consignatario final, habría

 

cabido directa responsabilidad a CALBERSON S.A. por

 

haber retirado del contenedor nueve rollos de papel bajo la

 

lluvia en circunstancias de que, obviamente, esa carga, enesas condiciones sufriría daños.

DÉCIMO: Que, sin embargo, consta en autos, enespecial de las declaraciones del testigo Raúl AbrahamMesías Farías, presentado por la demandante a fs. 521 y

 

siguientes, que no obstante que en el momento de la

 

desconsolidación del contenedor llovía, por lo que era

 

previsible que la mercancía sufriría daños, y estandopresente durante la operación el agente de MASISA, —elque recibió la mercancía en una operación continua— no

se realizó gestión alguna por dicho agente para impedir laoperación y para que se la llevara a efecto cuando lascondiciones del tiempo mejoraran. Debe tenerse presente

 

que los rollos de papel fueron retirados en forma directa

 

del contenedor y cargados en el vehículo de transporte terrestre que los llevaría a su destino final.

Tampoco hay constancia de que ante una situacióncomo la indicada, el agente del consignatario final hubierareclamado, protestado o efectuado alguna gestióntendiente a evitar la operación que se llevó a efecto bajo lalluvia.

UNDÉCIMO: Que, no obstante la formalidad propia de

la operación portuaria, que exige por razones de controlmarítimo, portuario y de fiscalización aduanera, que elencargado del recinto de depósito aduanero emita undocumento de recepción de la mercancía, cuando tienelugar una operación de retiro físico directo de la

 

mercancía, desde un contenedor que se desconsolida a

 

camión, tiene aplicación la hipótesis contenida en el

 

artículo 983 Nº 1 del Código de Comercio, esto es, la quecorresponde a que termina la custodia del transportadorsobre las mercancías, en el momento en que las pone enpoder del consignatario.

Si ello ocurre, esto es, si el consignatario, su agente o

 

representante está presente en el momento en que se

 

lleva a efecto la desconsolidación y el carguío de la

 

mercancía en el medio de transporte terrestre se producede inmediato, no resulta razonable imputar sólo aldesconsolidador el daño que sufra la mercancía a causa dela lluvia. Se trata, claramente, de una situación de culpacompartida o de una en que el consignatario final seexpuso al riesgo, debiendo haberlo previsto.

 

Debe tenerse en consideración, por otra parte, que el

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aviso de pérdida o daño a que se refiere el artículo 1027del Código de Comercio, aviso que en este caso existió,está referido a daños que la mercancía trae y que han sidocausados durante el período en que la misma se encuentraen poder del transportador y bajo su control. En elpresente caso, como aparece de manifiesto de las pruebas

 

producidas en el proceso, el daño se produjo en la

 

operación misma de la entrega, por lo que resulta evidente

 

que ninguna de las partes, cada una de las cuales pudo

 

haber evitado el perjuicio, puede imputar a la otraresponsabilidad por el daño.

DUODÉCIMO: Que, por todo lo expuesto, esta Corteconsidera que CALBERSON S.A. no es responsable de losdaños sufridos por la carga, cuya indemnización se cobró

 

en este juicio.

 

DECIMOTERCERO: Que, atendido lo señalado en elconsiderando precedente, esta Corte estima innecesarioreferirse a la falta de legitimación pasiva de CALBERSON

S.A., cuestión que fue objeto de un recurso de apelacióninterpuesto en contra de una resolución dictada por elTercer Juzgado Civil de Valparaíso, recurso que se refiere

 

el Nº I, letra A) del presente fallo.

 

DECIMOCUARTO: Que al acogerse por los motivosindicados en los fundamentos precedentes las apelacionesinterpuestas por el transportador efectivo y por eltransportador, no resulta necesario, tampoco, que estaCorte se haga cargo de los restantes fundamentos ypeticiones concretas contenidos en las apelaciones queesas partes interpusieron.

 

Por estas consideraciones, y teniendo presente lo

dispuesto en los artículos 152 y siguientes, 186 ysiguientes, 318 y 768 del Código de Procedimiento Civil,SE DECLARA:

1º.- Se rechaza el recurso de casación en la formainterpuesto por la demandada "ARMADORES DE LA M/N

 

LIMARI, en contra de la sentencia definitiva de diez de

 

diciembre de dos mil uno, escrita a fojas 248 y siguientes;

2º.- Se confirma la resolución apelada de siete deoctubre de mil novecientos noventa y nueve, escrita a fs.95 de los autos rol Nº 1709-1999 del Tercer Juzgado Civilde Valparaíso;

 

3º.- Se confirman las resoluciones apeladas de uno de

 

octubre de mil novecientos noventa y nueve, escrita a fs.84 y de ocho de octubre de mil novecientos noventa ynueve, escrita a fs. 96 de los autos rol Nº 1709-1999 delTercer Juzgado Civil de Valparaíso;

4º.- Se confirma la resolución apelada de veintiséis de

 

septiembre de dos mil, escrita a fojas 181 vuelta y

 

siguientes de autos;

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 5º.- Se confirma la resolución apelada de diecinueve

de abril de dos mil cuatro, escrita a fs. 214 de autos;

6º.- Se confirma la resolución apelada de veintisietede julio de dos mil uno, escrita a fojas 580 de autos;

 

7º.- Se revoca la sentencia apelada de fecha diez de

 

diciembre de dos mil uno, que rola de fojas 248 a 308

 

vuelta, en cuanto por ella se hace lugar a la demanda,declarándose, en cambio, que se rechaza la demanda de loprincipal de fojas 21 y la subsidiaria de autos, todo ello sincostas.

8º.- Se confirma, en todo lo demás apelado, la

 

sentencia referida en el número anterior.-

Regístrese y devuélvase.

Redacción del abogado integrante señor Germán

Lührs.

ROL IC. 4121-1999; ROL IC. 208-2003; ROL IC. 209-

 

2003;

 

ROL IC. 1550-2001; ROL IC. 1551-2001; ROL IC.2685-2001;

ROL IC. 81-2002.-

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, diecisiete de abril de dos mil ocho.

VISTOS:

En estos autos arbitrales sobre juicio ordinario deindemnización de perjuicios por responsabilidadcontractual o, en subsidio, extracontractual, caratulados

 

"AETNA Chile Seguros Generales S.A. con Armadores de la

 

M/N Limarí y Calberson S.A. por sí y/o en representación

 

de Multitrade Spain S.L.", por sentencia de diez dediciembre de dos mil uno, escrita a fojas 248, el señorJuez Árbitro acogió la demanda y condenó a losdemandados a pagar solidariamente a la actora la suma de$36.410,33.- dólares de los Estados Unidos deNorteamérica. La demandada Armadores de la M/N Limarí dedujo contra este fallo recursos de casación en la forma y

 

de apelación, y la demandada Calberson S.A. dedujo

 

únicamente este último recurso. Una de las Salas de laCorte de Apelaciones de Valparaíso, en sentencia de tresde marzo de dos mil seis, que se lee a fojas 784, rechazóel recurso de nulidad formal y revocó la resoluciónapelada, declarando en su lugar que la demanda, tantoprincipal como subsidiaria, queda rechazada.

 

En contra de esta última decisión la demandante ha

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deducido recursos de casación en la forma y en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que el fallo de primera instancia,

 

reproducido en esta parte por la sentencia que es objeto

 

de los recursos, ha tenido por acreditada la existencia de

 

un contrato de transporte marítimo, en el que laempresa Multitrade Lines tiene la calidad de porteador,Masa Decor la de embarcador y MASISA S.A. la deconsignatario. Entre Multitrade Lines y la demandadaCalberson S.A., razona el juez árbitro, existe unavinculación, más precisamente, hay representación de la

 

primera por ésta última.

 

En virtud de este contrato, continúa el sentenciador,Multitrade Lines se obligó a transportar desde la ciudad deBarcelona hasta el puerto de Valparaíso, nueve rollos de

papel decorativo, encomendándose la ejecución deltransporte a un porteador efectivo, que fue eldemandado Armadores de la M/N Limarí.

La nave Limarí, en la que se ejecutó el transporte -sigue la sentencia-, arribó al puerto de Valparaíso el 3 deseptiembre de 1905; al día siguiente fue desembarcado enel mismo puerto el contenedor, el que después de haberpermanecido almacenado en los recintos portuarios por ellapso de dos días, el 6 de septiembre de 1997 fuedesconsolidado, es decir, fue abierto, sacándose de suinterior las distintas mercaderías que habían sido

 

agrupadas en dicho elemento de transporte. Por lo quese refiere de manera específica al papel decorativo

consignado a MASISA S.A., precisa el sentenciador, laautoridad portuaria emitió el mismo día 6 el documentooficial que da cuenta de la recepción de tal mercancía.

En consecuencia, concluye el fallo, la recepción por

 

parte del consignatario MASISA S.A. tuvo lugar el día

 

antes señalado en los recintos portuarios de Valparaíso y,

 

en razón de lo mismo, el período de custodia se extendióhasta esa fecha, cuando esta última recibe la mercancíapor parte de la autoridad, entendiéndose así cumplida laobligación de entrega.

Seguidamente la sentencia expone que está probado

 

que el papel decorativo sufrió daños y que éstos se

 

produjeron y pudieron apreciarse al efectuarse la

 

desconsolidación de la carga, esto es, al ser sacadas delcontenedor las bobinas o rollos de papel que habían sidoagrupadas para su transporte, operación que se efectuóel 6 de septiembre de 1997 en el puerto de Valparaíso.

Ahora bien, continúa la reflexión, el conocimiento de

 

embarque estipula que para obtener la entrega de la

 

mercancías debe contactarse a Calberson S.A. y parece

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evidente que para que haya entrega y el consignatarioMASISA S.A. reciba la carga, previamente ha debido tenerlugar la desconsolidación. En otras palabras, concluye, malpodría Calberson S.A. entregar la carga si ésta no ha sidoanteriormente desconsolidada, de lo que se deduce,entonces, que dicha desconsolidación también ha debido

 

ser de cargo de la referida compañía.

 

Para el magistrado no hay prueba suficiente que

 

permita llegar a la convicción que los daños hayan tenidosu origen en una insuficiencia del embalaje de lamercadería, o que la demandante se haya expuestoimprudentemente al daño, ni menos que el daño haya sidoprovocado por la propia demandante. Por consiguiente,termina, habrá que descartar la efectividad de estas

 

alegaciones.

 

SEGUNDO: Que, por su parte, los sentenciadores desegunda instancia han establecido como un hecho probadoque la mercancía sufrió los daños al ser desconsolidado en

recintos portuarios de Valparaíso el contenedor en quevenía transportada, esto es, al ser retirada del mismo yentregada directamente al representante del consignatario

 

final, o sea, al representante de MASISA S.A. para que se

 

llevara a efecto el transporte terrestre hasta su destinofinal. Este hecho, agregan, ocurrió el día 6 de septiembrede 1997 mientras llovía, lo que motivó que la carga semojara durante la operación.

Es evidente, señalan los jueces de segundo grado, quesi la desconsolidación hubiera sido hecha sin presencia niparticipación de los agentes o representantes del

 

consignatario final, habría cabido directa responsabilidad aCalberson S.A. por haber retirado del contenedor los nueve

rollos de papel bajo lluvia, en circunstancias que,obviamente, esa carga, en esas condiciones, sufriríadaños. Sin embargo, razonan, consta en autos que noobstante que en el momento de la desconsolidación delcontenedor llovía, por lo que era previsible que la

 

mercancía sufriría daños, y estando presente durante la

 

operación el agente de MASISA S.A. (el que recibió la

 

mercancía en una operación continua), no se realizógestión alguna por dicho agente para impedir la operacióny para que se la llevara a efecto cuando las condiciones deltiempo mejoraran.

Tampoco hay constancia, precisan los sentenciadores,

 

de que ante una situación como la indicada, el agente del

 

consignatario final hubiera reclamado, protestado o

 

efectuado alguna gestión tendiente a evitar la operaciónque se llevó a cabo bajo la lluvia.

No obstante la formalidad propia de la operaciónportuaria -que exige por razones de control marítimo,portuario y de fiscalización aduanera que el encargado del

 

recinto de depósito aduanero emita un documento de

 

recepción de la mercancía- el fallo razona que cuando

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tiene lugar una operación de retiro físico directo de lamercadería desde un contenedor que se desconsolida acamión, tiene aplicación la hipótesis de la letra a) delartículo 983 del Código de Comercio, esto es, la quecorresponde a que termina la custodia del transportadorsobre las mercancías en el momento en que las pone en

 

poder del consignatario. Si ello ocurre, esto es, si el

 

consignatario, su agente o su representante -continúa el

 

raciocinio- está presente al momento en que se lleva a

 

efecto la desconsolidación y el carguío de la mercancía enel medio de transporte terrestre se produce deinmediato, no resulta razonable imputar sólo aldesconsolidador el daño que sufra la mercancía a causa dela lluvia: se trata, claramente, de una situación de culpacompartida o de una en que el consignatario final se

 

expuso al riesgo, debiendo haberlo previsto.

 

En el presente caso, como aparece de manifiesto delas pruebas producidas en el proceso -termina lasentencia-, el daño se produjo en la operación misma de

entrega, por lo que resulta evidente que ninguna de laspartes, cada una de las cuales pudo haber evitado elperjuicio, puede imputar a la a otra responsabilidad por el

 

daño.

TERCERO: Que el fallo impugnado, como se indicó enlo expositivo de esta sentencia, revocó el de primer gradoque había acogido la demanda y, en tanto sentenciarevocatoria, de conformidad a lo dispuesto en el artículo170 del Código de Procedimiento Civil ha debido cumplircon todos los requisitos de forma que en ese precepto seestablecen. En consecuencia, la sentencia recurrida debe

 

entenderse compuesta tanto por las consideraciones de lade primer grado, reproducidas por la que es objeto del

recurso, como por las de esta última.

Ahora bien, como también se indicó precedentemente,el considerando 107 del fallo arbitral -reproducido por elque es objeto de las casaciones- expresa que no hay

 

prueba suficiente que permita llegar a la convicción que los

 

daños hayan tenido su origen en una insuficiencia del

 

embalaje de la mercadería, o que la demandante se hayaexpuesto imprudentemente al daño, ni menos que el dañohaya sido provocado por la propia demandante; porconsiguiente, habrá que descartar la efectividad de estasalegaciones.

Por su parte, la sentencia de segunda instancia

 

expresa que si el consignatario, su agente o su

 

representante está presente al momento en que se lleva aefecto la desconsolidación y el carguío de la mercancía enel medio de transporte terrestre se produce deinmediato, no resulta razonable imputar sólo aldesconsolidador el daño que sufra la mercancía a causa dela lluvia: se trata, claramente, de una situación de culpa

 

compartida o de una en que el consignatario final se

 

expuso al riesgo, debiendo haberlo previsto.

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 CUARTO: Que de la comparación de ambos

fundamentos aparece patente que son contradictorios y,en razón de ello, debe entenderse que se anulanrecíprocamente; consecuencia que resulta de especialrelevancia pues, como se dijo más arriba, el principal

 

motivo para desestimar la demanda consiste en atribuir a

 

la demandante parte de la culpa en la causación de los

 

daños sufridos por la mercadería.

 

En virtud de lo anterior no cabe sino afirmar que elfallo ha quedado desprovisto del fundamento que leotorgaba substancia a la decisión, de manera tal que, enesas condiciones, no cumple con el requisito de contenerlas consideraciones de hecho y de derecho en que se

 

sustenta, conforme lo exige el Nº 4 del artículo 170 citado.

 

QUINTO: Que con arreglo a lo prescrito en el Nº 5 delartículo 768 del Código de Procedimiento Civil, es causalde casación en la forma haber sido pronunciada la

sentencia con omisión de cualquiera de los requisitosenumerados en el artículo 170. Por su parte, el inciso 1ºdel artículo 775 del mismo Código establece que pueden

 

los tribunales, conociendo por vía de apelación, consulta o

 

casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio lassentencias cuando los antecedentes del recursomanifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a lacasación en la forma, debiendo oír sobre este punto a losabogados que concurran a alegar a la vista de la causa eindicar a los mismos los posibles vicios sobre los cualesdeberán alegar; cuestión esta última que no pudo sercumplida, al no haberse presentado los abogados de las

 

partes a la vista de los recursos.

Por consiguiente, configurándose los presupuestos dehecho de la causal de casación antes señalada y los deaplicación de la facultad de casar en la forma de oficio, seanulará el fallo impugnado y se lo reemplazará por aquelque corresponda conforme a la ley.

 

Por estas consideraciones y visto, además, lo

 

dispuesto en las normas legales citadas y en los artículos764 y 765 del Código de Procedimiento Civil, procediendoesta Corte de oficio, se anula la sentencia de tres de marzode dos mil seis, escrita a fojas 784, la que se reemplazapor la que se dicta acto continuo, sin nueva vista, peroseparadamente.

 

Atendido lo antes resuelto, se omite pronunciamiento

 

respecto de los recursos de casación en la forma y enfondo interpuestos por la parte demandante en lo principaly primer otrosí, respectivamente, de la presentación defojas 792.

Regístrese.

 

Redacción a cargo de la Ministra señora Herreros.

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 Rol Nº 2.085-06.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema,por los Ministros Sr. Sergio Muñoz G. y Sras. MargaritaHerreros M. y Sonia Araneda B. y Abogados Integrantes

 

Sres. Ricardo Peralta V. y Hernán Álvarez G.

 

SENTENCIA DE REEMPLAZO: 

Santiago, diecisiete de abril de dos mil ocho.

En cumplimiento a lo dispuesto en los incisos 3º y finaldel artículo 786 del Código de Procedimiento Civil, se dictael siguiente fallo de reemplazo.

 

VISTOS:

Se reproduce la sentencia de primera instancia, conexcepción de sus fundamentos 66.- y 67.-, que se

eliminan.

Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE:

PRIMERO: Que de la recta inteligencia del artículo1006 del Código de Comercio es posible concluir que tantoel transportador contractual o documental como eltransportador efectivo son solidariamente responsables enel evento que el daño o pérdida de la mercancíasobrevenga durante el período en que la misma estuvo alcuidado de este último, esto es, del transportador efectivo.Ello sucederá, por ejemplo, cuando el daño o la pérdida

 

tengan lugar durante el curso de la navegación o almomento de la descarga. Sólo en eventos de esta

naturaleza serán responsables solidariamente del daño o lapérdida no sólo el porteador que celebró el contrato con elcargador sin ejecutar el transporte, sino también el queefectivamente lo ejecutó y pudo tener control sobre losacontecimientos que causaron el daño o la pérdida, de

 

forma tal que uno u otra puedan imputársele a su culpa o

 

dolo.

Sin embargo, distinto es el caso de lo que ha ocurridoen la especie, puesto que es un hecho de la causa que eltransportador efectivo -la demandada Armadores de laM/N Limarí- hizo entrega del respectivo contenedor sinobservaciones de ninguna especie, después de ser

 

desembarcado en el puerto de Valparaíso el 4 de

 

septiembre de 1997. Dicho de otro modo, no existen

 

pruebas en autos que la carga cuyo deterioro motivó el juicio haya sufrido algún daño durante el período en que elcontenedor en que se la transportó haya estado bajo lacustodia del transportador efectivo.

En este contexto, las normas de los artículos 1006 y

 

1007 del Código citado no resultan aplicables a la

 

demandada Armadores de la M/N Limarí, de manera tal

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 que debe eximírsela de la responsabilidad que se leimputa.

SEGUNDO: Que, por otra parte, tampoco existeevidencia en el proceso en orden que al momento de ladesconsolidación de la mercancía, esto es, el 6 de

 

septiembre de 1997, algún representante de la

 

consignataria MASISA S.A. haya recibido la carga que

 

resultó dañada durante el curso de este proceso, toda vez

 

que la persona ajena a la demandada Calberson S.A.durante la apertura del contenedor -Raúl Abraham MesíasFarías, quien depuso como testigo a fojas 521-, sólorevestía en esa oportunidad la calidad de inspector deaverías.

En tales condiciones, no aparece plausible atribuir

 

grado de responsabilidad alguno a MASISA S.A. en los

 

hechos que motivaron el pleito, los que, de este modo,resultan imputables exclusivamente a la demandadaCalberson S.A., en tanto encargada del proceso de

desconsolidación y entrega de las nueve bobinas de papeldecorativo.

TERCERO: Que, así las cosas, la aludida compañía, al

 

haber cumplido imperfectamente la obligación de entregaque le impone el contrato de trasporte de mercaderías pormar, debe indemnizar los perjuicios causados por sunegligencia, tal como se solicita en la demanda y por elmonto indicado en el fallo que se revisa.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 186 ysiguientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca la

 

sentencia de diez de diciembre de dos mil uno, escrita afojas 248, en cuanto por sus decisiones signadas M. 13.-,

M. 14.- y M. 17.- acoge con costas la demanda de loprincipal de fojas 21 respecto de la demandada"Armadores de la M/N Limarí", condenándola a pagarsolidariamente con Calberson S.A. la cantidad de$36.410,33.- dólares de los Estados Unidos de

 

Norteamérica, y se declara en su lugar que dicha demanda

 

queda rechazada en relación a la referida demandada, y se

 

la confirma, en todo lo demás.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo de la Ministra señora Herreros.

Rol Nº 2.085-06.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema,por los Ministros Sr. Sergio Muñoz G. y Sras. MargaritaHerreros M. y Sonia Araneda B. y Abogados IntegrantesSres. Ricardo Peralta V. y Hernán Álvarez G.

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Fallo : 5.917-05.-veintisiete de septiembre de dos mil siete.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA:

Valparaíso, miércoles nueve de abril de dos mil tres.

Visto:

A fs. 2 comparece doña María Elena Rivera Proschle,abogado, con domicilio en calle Condell 1231 de estaciudad, en representación de ACE Seguros S.A., persona

 jurídica del giro de su denominación, para estos efectos desu mismo domicilio, y deduce demanda de indemnizaciónde perjuicios en juicio ordinario de menor cuantía, porresponsabilidad contractual y/o legal, en contra de los

 

Armadores de la motonave Pudahuel, representados en

 

Chile por Sudamericana Agencias Áreas y Marítimas, a suturno representada por su Gerente General don AlejandroGarcía-Huidobro Ochagavía, cuya profesión ignora, y/o donGustavo Jeanneret Martínez, abogado, todos con domicilioen calle Blanco 895 de esta ciudad y de los señores

Compañía Trasatlántica Española S.A., representada en

 

Chile por Agencias Universales S.A. (Agunsa), a su vez

 

representada por su Gerente General don Franco

 

Montalbetti Moltedo, con domicilio en Andrés Bello 2687,piso 15, Santiago, a fin de que se les condene al pago deU.S. $2.125,33, a título de indemnización en favor de surepresentada o la suma que el Tribunal determine, conintereses desde la fecha en que se produjo elincumplimiento del contrato, reajustes por igual período,

 

en caso de ser procedentes y costas.

 

Fundando su demanda expresa que, en noviembre de

 

1998 se embarcaron en el Puerto de Arrecife, España3.600 cartones de latas de sardinas, a bordo de la M/N

Fernando Pereda, mercancía que en el puerto de Valencia,fue transbordada a la M/N Pudahuel, con destino aSantiago, Chile, vía puerto de Valparaíso. Agrega que no

 

obstante haberse embarcado la totalidad de la mercaderíaen perfecto estado, al arribo al puerto de Valparaíso, se

 

pudo constatar que tanto los contenedores como la cargamisma presentaban abolladuras, oxidación y manchas.Expresa que los daños provocados a la mercancía durantesu transporte ocasionaron al consignatario de ésta,Pesquera San José, perjuicios que ascendieron a la suma

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de U.S. $2.054,24, los que fueron cancelados por CIGNACompañía de Seguros (Chile), donde se encontrabaasegurada la carga porteada. Por el hecho del pago CIGNAse subrogó en los derechos del asegurado y siendo ACESeguros la continuadora legal de ésta interpone lapresente demanda.

 

Indica que a la suma señalada se le debe agregar la

 

cantidad de U.S. $71,09, correspondiente a los honorarios

 

de la liquidación del seguro por lo que el monto totaldemandado asciende a U.S. $2.125,33.

En forma subsidiaria, por los mismos hechos, deducedemanda en sede extracontractual en contra de losdemandados solicitando éstos sean condenados al pago de

 

las sumas ya indicadas.

 

A fs. 43 la demandada Sudamericana Agencias Aéreasy Marítimas, contesta la demanda y solicita el rechazo dela misma, en todas sus partes, con costas. Fundamenta la

solicitud de rechazo en la falta de legitimación activa de lademandante, ya que no se ha acreditado la subrogaciónlegal que alega. Respecto de los hechos niega cada uno de

 

aquéllos expuestos en la demanda, agregando que si

 

existió algún contrato era transportar contenedorescerrados que decían contener un determinado número debultos. Por otro lado, los Armadores de la M/N Pudahuelcumplieron fielmente con sus obligaciones, sin que existaintervención de éstos en las supuestas mermasdenunciadas.

Continúa expresando que la modalidad del contrato, si

 

existió fue de FCL-FCL y que el hecho generador de lamermas no habría tenido lugar durante el transporte, y si

así fuere, éste se debió a fuerza mayor y no aresponsabilidad del Armador o sus agentes.

Finalmente expresa que no se encuentran señalados nila existencia ni el monto de los supuestos perjuicios

 

ocasionados, alegando, en su caso, como eximente de

 

responsabilidad la falta de aviso del consignatario de la

 

pérdida que ahora se reclama, invocando, además, unalimitación de responsabilidad en los términos establecidosen el artículo 992 del Código de Comercio.

Respecto de la demanda subsidiaria, solicita surechazo por iguales fundamentos los que solicita se den

 

por reproducidos, además de plantear la improcedencia de

 

plantear una acción indemnizatoria de carácter

 

extracontractual, por hechos que emanan delincumplimiento de un contrato, sin que los armadores dela M/N Pudahuel hayan incurrido en algún ilícito, deaquéllos que regulan los artículos 2314 y siguientes delCódigo Civil, por lo que solicita el rechazo de la demanda,con costas.

A fs. 55 se tuvo por contestada la demanda, en

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rebeldía de la parte de Compañía Transatlántica, Española.

A fs. 67 se llevó a afecto la audiencia de conciliación.

A fs. 68 se recibió la causa a prueba.

A fs. 85 y 155 la demandante rinde prueba

 

instrumental.

A fs. 231 y 238 la actora rinde prueba testimonial.

A fs. 247 se citó a las partes para oír sentencia.

CONSIDERANDO:

EN CUANTO A LA OBJECIÓN DE DOCUMENTOS:

PRIMERO: Que, a fs. 158, la demandada ha objetadolos documentos acompañados por la demandante en suescrito de fs. 155, por tratarse de simples instrumentos

privados emanados de terceros ajenos al juicio, cuyaintegridad y autenticidad no le constan, aquéllos signadoscon los números 1, 6, 7, 8, 9, 10, 11; respecto de aquéllos

 

signados con los números 3, 4 y 5, por tratarse de simples

 

documentos privados, que no emanan de su parte, noconstando su integridad ni autenticidad, ni su integridad niveracidad, de manera tal que no pueden ser reconocidos.

Finalmente, respecto del documento signado con elnúmero 2, correspondiente a copia legalizada por elAgente de Aduanas don Pedro Serrano Solar conocimientode embarque Nº 01, que amparó el transporte, por falta

 

de integridad, ya que todo B/L consta de un anverso y unreverso, en el cual constan las cláusulas del contrato detransporte, pero, en este caso, sólo se ha acompañadocopia legalizada del anverso del documento, por lo queéste carece de integridad.

SEGUNDO: Que, habiéndose conferido traslado

 

respecto de las objeciones referidas en el motivo

 

precedente, la parte demandante nada expresó.

 

TERCERO: Que, se debe tener presente que todos losdocumentos objetados, fueron acompañados, con citaciónde la parte contraria, a excepción de la copia delconocimiento de embarque, la que se tuvo poracompañada, bajo apercibimiento legal.

 

En consecuencia, se resolver, en primer término, la

 

objeción formulada al primer grupo de documentosindicados, y luego, se hará lo propio respecto deldocumento de embarque antes señalado.

CUARTO: Que, respecto a la objeción por falta deautenticidad, veracidad e integridad, ésta ha de ser

 

rechazada, teniendo presente para ello la naturaleza de los

 

documentos en contra de los cuales se formula tal

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objeción, la que sólo mira a restarle el valor probatorio alos mismos, sin afectar a su forma o contenido, facultadque es privativa de esta sentenciadora al momento deponderar la prueba rendida en autos, ello sin perjuicio delvalor que en definitiva se les asigne, además de que, en elcaso de aquéllos agregados a fs. 144 y 145,

 

correspondientes a sendas actas de Inspección de

 

transporte, estos fueron reconocidos en juicio por

 

quienes los emiten, según aparece de la testimonial

 

rendida en autos.

QUINTO: Que, respecto del B/L, o conocimiento deembarque, que en la impugnación ha de ser acogida, todavez que de su examen aparece que se trata de una copialegalizada sólo de su anverso, sin que se encuentre

 

inutilizado su reverso, sin que la demandante haya

 

acreditado, por algún medio legal, la integridad del mismo.

 

EN CUANTO AL FONDO:

SEXTO: Que, a fs. 2, la abogado doña María ElenaRivera Proschle deduce demanda de indemnización deperjuicios por responsabilidad legal y/o contractual, en

 

contra de los armadores de las M/N Pudahuel,

 

representada en Chile por Sudamericana Agencia AéreasMarítimas S.A., a su turno representada por don AlejandroGarcía-Huidobro Ochagavía, y/o Gustavo JeanneretMartínez, y en contra de Compañía TransatlánticaEspañola, S.A., representada en Chile por AgenciasUniversales S.A. (Agunsa), a su vez representada por suGerente General don Franco Montalbetti Moltedo, todos yaindividualizados en la parte expositiva de este fallo,

 

solicitando se condene a los demandados al pago solidariode la suma de U$2.125,33, a título de indemnización, o la

suma que el Tribunal determine, con intereses desde lafecha del incumplimiento del contrato, o desde la fechaque el Tribunal estime, más reajustes, si procedieren, ycostas.

Fundando su demanda expresa que en noviembre de

 

1998 en el Puerto de Arrecife, España, se embarcaron

 

3.600 cartones de latas de sardinas en aceite, estibados entres contenedores, a bordo de la M/N Fernando Pereda.Agrega que en el puerto de Valencia, la mercancía fuetransbordada a la M/N Pudahuel, con destino a SantiagoChile, vía puerto de Valparaíso, a nombre de losconsignatarios Pesquera San José Ltda.

 

Expresa que toda la mercancía fue embarcada en

 

perfecto estado y en su totalidad, sin embargo, en suarribo a Chile, se constató que tanto los contenedorescomo la carga presentaban abolladuras, oxidación ymanchas, con lo cual se demuestra, que los transportistasno cumplieron con las obligaciones legales y contractualesdel contrato de transporte, lo que ocasionó a los

 

consignatarios, Pesquera San José un perjuicio ascendente

 

a U.S. $2.054,24.

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 Agrega que dichos perjuicios fueron cancelados por

CIGNA Compañía de Seguros (Chile) S.A., la que por elpago, se subrogó en los derechos de Pesquera San José, ysiendo continuadora legal de la misma ACE Seguros,presenta ésta demanda.

 

Indica que al monto de los daños deber agregarse la

 

suma de U.S. $71,09, correspondiente a los honorarios de

 

liquidación del seguro, resultando en definitiva una suma aindemnizar de U.S. $2.125,23.

Finaliza señalando que los hechos expuestosconstituyen un incumplimiento de las obligaciones queimpone la ley a partir del transporte, en los términos

 

establecidos en el artículo 974 y siguientes del Código de

 

Comercio y 1.006 del mismo Código.

 

En subsidio de lo anterior, deduce demanda deindemnización de perjuicios en sede extracontractual en

contra de los demandados, teniendo como fundamento losmismos hechos expuestos, solicitando se ordene, por esavía, a los demandados el pago de las sumas antes

 

referidas.

En cuanto al derecho aplicable en este segundo caso,señala que los hechos importan un incumplimiento, porparte de los demandados, del deber de custodia y entrega.

Expresa que la ley chilena establece una serie deobligaciones y deberes de las cuales emana laresponsabilidad extracontractual de los demandados. Así,

 

corresponde a los transportistas vigilar el buenmantenimiento de la carga con el objeto de precaver su

pérdida o menoscabo. El Capitán tiene la obligación decustodiar la carga y su estado a bordo del barco, debiendocuidar su adecuada manipulación en operaciones de carga,descarga, estiba y de su custodia, conservación y entregaen el puerto de destino, de acuerdo lo disponen los

 

artículos 914 Nº 3 y 915 del Código de Comercio.

 

Indica que el Capitán de la M/N Pudahuel no cumpliócon estas obligaciones, lo que origina la responsabilidadobjetiva que establece el artículo 886 del Código citado,aseverando que a igual conclusión se llega aplicando lasnormas por hecho ilícito o negligente, tanto propio comode sus dependientes a que se refieren los artículos 2314 y

 

siguientes del Código Civil, responsabilidad que de acuerdo

 

a lo que dispone el artículo 2317 de ese cuerpo de leyes es

 

solidaria entre ambos demandados.

SÉPTIMO: Que, a fs. 43 la demandada contesta lademanda principal, solicitando el rechazo de ella, concostas.

Alega, en primer término la falta de solidaridad

 

expresada por la actora, a la luz de lo dispuesto en el

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artículo 1.006 del Código de Comercio, ya que, a su juicio,para que exista tal solidaridad se exige la existencia de doscontratos de transporte, lo que no se ha demostrado enautos.

Alega, en segundo término, la insuficiencia y

 

ambigüedad de la relación de los hechos expuestos en la

 

demanda, lo que no permite hacer una adecuada defensa.

 

Sin perjuicio de lo expuesto, expresa que la demandaha de ser rechazada, por carecer la demandante delegitimación activa, ya que no se ha acreditado laexistencia de los contratos de transporte respectivos ni lasubrogación que se alega, mediante el pago realizado porCIGNA a quien se encuentre autorizado para recibir dicho

 

pago a persona autorizada para recibirlo como tampoco la

 

existencia del contrato de seguros, como tampoco la

 

calidad de continuadora legal de ACE Seguros respecto deCIGNA.

Expresa que, en la M/N Pudahuel no se recibieron3.600 cartones de latas sardinas, por lo que niega laexistencia del contrato de transporte de esa carga. A

 

continuación señala que si algún contrato existió se

 

transportaron contenedores cerrados que dan cuenta decontener una cantidad determinada de bultos.

Desde otro aspecto, los armadores de la M/N Pudahuelhabrían cumplido cabalmente con sus obligaciones, puesentregaron en destino los mismos contenedores, con susello de origen y si existían faltas o mermas, ello se debe aque no fueron embarcados.

 

Indica que si se transportó alguna carga fue bajo la

modalidad de FCL-FCL por lo que de existir mermas, ellasson anteriores al transporte. Además, habiéndosecumplido cabalmente con las obligaciones por parte de losarmadores de la M/N Pudahuel, si existe algún daño ofaltante, ello se debe a un hecho proveniente del

 

embarcador o por fuerza mayor.

 

Rechaza la existencia de perjuicios, pues señala queéstos no existieron y no hay un nexo causal entre laconducta que se pretende imputar y el daño producido.Tampoco se señala en forma precisa la forma en que sedetermina el monto de los mismos, rechazando, además laprocedencia de intereses y el cobro correspondiente al

 

pago de honorarios por la liquidación del seguro.

 

Indica, además, que al no haber dado aviso laconsignataria, Pesquera San José, al porteador de lasmermas, de conformidad con lo que previene el artículo1027 del Código de Comercio, por lo que se presume quela mercancía fue entregada en perfecto estado.

Finalmente alega la limitación de responsabilidad del

 

artículo 992 del Código de Comercio.

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 Respecto de la demanda subsidiaria, solicita su

rechazo, reproduciendo los mismos argumentos dadospara solicitar el rechazo de la demanda principal. Hacepresente la improcedencia de planteare una demanda ensede extracontractual por hechos que exclusivamente

 

dicen relación con un incumplimiento de obligaciones

 

derivadas de un contrato.

Afirma, además, que los armadores de la M/NPudahuel no han incurrido en ningún hecho ilícito de losque regula el artículo 2314 y siguientes del Código Civil,además que en ninguna parte del libelo de demanda sehace una reseña de los supuestos descuidos culpables enque habría incurrido su representada, por lo que solicita el

 

rechazo de la demanda subsidiaria, con costas.

 

OCTAVO: Que, a fs. 55 se tuvo por contestada lademanda en rebeldía de la parte de CompañíaTransatlántica Española.

NOVENO: Que, a fs. 67 se llevó a efecto la audienciade conciliación, la que no se produjo.

 

DÉCIMO: Que, a fs. 68, se recibió la causa a prueba,fijándose como hechos sustanciales, pertinentes ycontrovertidos los que allí se señalan.

UNDÉCIMO: Que, a fin de acreditar sus alegaciones, laparte demandante acompañó los siguientes documentos:

1) Copia simple del fallo dictado por el Sexto Juzgado

 

Civil de Valparaíso, en los autos Rol 2192-98 de fecha 5 denoviembre de 1998.

2) Copia simple de fallo dictado por el árbitro donGonzalo Mahan en causa Aseguradora de Magallanes, conaseguradores de la M/N Daphne, de fecha 4 de agosto de1999.

3) Certificado emitido por el Sr. Capitán de Puerto de

 

Valparaíso, que indica que la empresa que actuó comoagente de la M/N Pudahuel, a su recalada el 30 dediciembre de 1998 fue la Agencia SAAM.

4) Finiquito emanado de Pesquera San José que dacuenta de haber recibido de CIGNA Compañía de Seguros

 

la suma de U$2.054,24, en completo y total finiquito en

 

reclamo Nº 5615401 por daños y/o pérdidas de propiedad

 

embarcada en M/N Fernando Pereda- Pudahuel.

5) Copia legalizada por el Sr. Agente de Aduanas donPedro Serrano Solar del anverso del conocimiento deembarque Nº 01.

6) Copia legalizada de factura comercial 17/34

 

emanada de Conservas Garavilla S.A., que dan cuenta de

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la venta de 3.600 cartones de latas de sardinas en aceitevegetal, de fecha 14 de noviembre de 1998.

7) Copia simple de guías de despacho Nº 83271,83274 y 83276.

8) Copia legalizada del Documento Portuario Único,

 

que da cuenta del desembarco de la mercadería.

 

9) Copia legalizada de protesta presentada por elAgente de Aduanas Pedro Serrano a Agencias UniversalesS.A., que da cuenta que la mercadería fue recibida enmalas condiciones y solicita a dicha Agencia le señale si hatenido alguna responsabilidad en ello.

10) Actas de inspección 22372 y 00254, emitidos por

 

los inspectores de siniestros, donde se da cuenta del

 

estado de la mercadería que recibió el consignatario.

11) Set de fotografías.

12) Acta de Inspección con mermas, emitida por elInspector liquidador.

 

13) Informe de liquidación Nº CT8/12-09662.

14) Copia de la reclamación enviada a AgenciasUniversales S.A.

DUODÉCIMO: Que, además, la demandante rindió laprueba testimonial consistente en las declaraciones deJuan Antonio Leiva Jorquera y Roberto Carlos Pino Huerta,

 

quienes deponen a fs. 231 y 237, respectivamente, altenor del punto 5 del auto de prueba.

El primero manifiesta que en noviembre de 1998fueron embarcadas en el puerto de Arrecife trescontenedores, en principio a bordo de la M/N FernandoPereda y luego transbordada a la M/N Pudahuel, carga que

 

era para Pesquera San José. Al momento de su recepción,

 

como inspector, constató cajas en mal estado, aplastadas

 

y manchadas, y, en la misma carga venía un contenedorque presentaba abolladuras. Indica que al realizar lainspección tuvo a la vista la guía de despacho, factura,B/L, DPU, packing list y certificado de seguros. Agrega queen el acta dejó constancia de los daños constatados. Quehabiendo tenido acceso al conocimiento de embarque sabe

 

que la carga al ser recibida por el porteador no tenía daños

 

ni faltantes.

Señala que por haber tenido a la vista la facturacorrespondiente, sabe que el valor de la carga ascendía a$U.S. 113.760 dólares. Finalmente sobre este punto indicaque la carga fue entregada al consignatario con los dañosy faltante indicados.

 

Respecto del punto noveno señala que el agente de

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Aduanas, en representación de los consignatarios presentóuna protesta en contra de la empresa AGUNSA, por serrepresentante de Compañía Transatlántica Española, por laresponsabilidad que le cabe en los hechos.

El segundo testigo depone en iguales términos

 

respecto de los puntos 5 y 9 del auto de prueba.

 

DÉCIMO TERCERO: Que, de conformidad con lo

 

dispuesto en el artículo 1.698 del Código Civil, correspondeprobar las obligaciones, o su extinción, a quienes aleganaquéllas o éstas.

DÉCIMO CUARTO: Que, como primera cuestión lademandada Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas

 

S.A. ha planteado la falta de legitimación activa de la

 

actora para litigar, fundada en los siguientes motivos:

 

1) No haberse acompañado a la demanda el originalde los respectivos conocimientos de embarque, que

prueban la existencia del contrato de transporte y quehabilitan para exigir la entrega de la carga; y,

2) no haberse acreditado la existencia de los

 

supuestos necesarios que permitan a CIGNA Compañía deSeguros (Chile) S.A., subrogarse en los derechos dePesquera San José; y, no haberse acreditado por ACESeguros, su calidad de continuadora legal de CIGNACompañía de Seguros (Chile) S.A.

DÉCIMO QUINTO: Que, respecto del primer acápite dela alegación, éste ha de ser desestimado, ya que no es

 

requisito legal el aparejar a la demanda los documentosfundantes de la misma, los que pueden acompañarse en

cualquier estado del juicio.

DÉCIMO SEXTO: Que, respecto del punto 2, se debetener presente que se fundamenta en dos hechos distintos,cuales son la falta de subrogación legal de CIGNA

 

Compañía de Seguros (Chile) S.A., en los derechos de

 

Pesquera San José, por un lado, y, por otro, en no

 

encontrarse acreditada la calidad de ACE Seguros comocontinuadora legal de CIGNA.

DÉCIMO SÉPTIMO: Que, el finiquito agregado a fs.135, que da cuenta del pago efectuado por CIGNACompañía de Seguros (Chile) S.A. a Pesquera San José de

 

la suma de U.S. $2.054, 24 en completo y total finiquito

 

por los daños y pérdidas de Sardinas en Aceite con Piel,

 

embarcada a bordo de la nave Fernando Pereda-Pudahuel,que zarpó desde España hasta Chile, y por medio del cualse garantiza que quienes lo suscriben son las personasautorizadas para celebrar los contratos de transportesrespectivos y convienen en subrogar todos sus derechosde recuperación motivado en pérdida o daño en contra de

 

quienes pudieren tener alguna responsabilidad, hace plena

 

prueba para acreditar la subrogación de CIGNA Compañía

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de Seguros (Chile) S.A. en los derechos de Pesquera SanJosé, para perseguir el cobro de los daños que la primeraindemnizó a esta última.

DÉCIMO OCTAVO: Que, en lo que respecta a laefectividad de ser ACE Seguros, continuadora legal de

 

CIGNA Compañía de Seguros (Chile) S.A., a que se refiere

 

el punto 1º del auto de prueba de fs. 68, modificado, a

 

este respecto por resolución de fs. 126, la actora,

 

correspondiéndole hacerlo, no ha allegado al procesoantecedente alguno que pruebe tal circunstancia.

DÉCIMO NOVENO: Que, en virtud de lo expuesto en elmotivo anterior, se acoger la alegación de la demandadaSudamericana Agencias Aéreas y Marítimas (SAAM), en

 

orden a carecer la demandante de legitimación activa para

 

litigar, y, en consecuencia, se proceder a rechazar la

 

demanda principal y aquélla subsidiaria deducidas en loprincipal y primer otrosí de fs. 2.

VIGÉSIMO: Que, atendido lo razonado en elfundamento anterior, no se emitir pronunciamientorespecto de las demás alegaciones de la demandada, por

 

ser incompatibles con aquélla que se acogerá.

 

VIGÉSIMO PRIMERO: Que, la prueba que no se analizaen particular, en nada altera lo concluido en losconsiderandos que preceden.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1698 deCódigo Civil; 144, 160, 170, 342, 356 y 698 del Código deProcedimiento Civil, se declara:

 

1) Que se rechaza la objeción de documentos

formulada por la parte demandada a fs. 158, respecto deaquéllos agregados a fs. 135, 137, 138, 139, 140, 141,142, 143, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 151, 152,153, 154 y 155.

2) Que se acoge la objeción formulada por la

 

demandada, respecto del conocimiento de embarque,

 

agregado a fs. 136.

3) Que se rechaza la demanda de indemnización deperjuicios por responsabilidad contractual, interpuesta porACE Seguros S.A., en lo principal del escrito de fs. 2.

4) Que se rechaza la demanda de indemnización de

 

perjuicios por responsabilidad extracontractual, deducida

 

por ACE Seguros S.A., en forma subsidiaria, en el otrosí defs. 2.

5) Que se condena en costas a la demandante.

Regístrese.

 

Pronunciada por doña Carolina Figueroa Chandía. Juez

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Titular del Segundo Juzgado Civil de Valparaíso. Autorizadapor doña María Elena González Barra. Secretaria Titular delmismo Tribunal.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, veintisiete de septiembre de dos mil siete.

 

VISTOS:

En estos autos rol Nº 1700-2000, del SegundoJuzgado Civil de Valparaíso, caratulados "Ace Seguros S.A.con Armadores de la MN Pudahuel y otro", la demandantededujo acción ordinaria de menor cuantía deindemnización de perjuicios por responsabilidad

 

contractual y subsidiariamente por responsabilidad

 

extracontractual en contra de Armadores de la MNPudahuel y Compañía Transatlántica Española S.A., a finque se condene a las demandadas al pago de la suma de U$2125,33 a título de indemnización o la suma que SS

determine, con los intereses y reajustes que señala y alpago de las costas.

La jueza titular de ese Tribunal dictó sentencia de

 

primer grado, con fecha nueve de abril de dos mil tres,que se lee a fojas 253, en virtud de la cual rechazó lademanda de indemnización de perjuicios porresponsabilidad contractual y extracontractual.

En contra de este fallo la actora dedujo apelación yuna Sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso,conociendo de este recurso, confirmó la sentencia con

 

fecha dos de septiembre de dos mil cinco.

En contra de esa decisión la demandante interpusorecursos de casación en la forma y en el fondo, los que lefueron concedidos.

Se trajeron los autos en relación.

 

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que sostiene la actora al deducir el recursode casación en la forma que en el fallo impugnado se haincurrido en las causales de nulidad previstas en losnúmeros 5 y 7 del artículo 768 del Código deProcedimiento Civil.

En cuanto a la primera causal invocada se señala que

 

se ha omitido el requisito previsto en el Nº 6 del artículo170 del Código de Procedimiento Civil por cuanto lasentencia recurrida no contiene la decisión del asuntocontrovertido ya que omite la resolución acerca de laresponsabilidad de uno de los demandados por losperjuicios provocados con ocasión del transporte 

 

marítimo de que se trata, dejando a su parte en absoluta

 

indefensión y violando toda norma relacionada con el

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debido proceso, toda vez que la sentencia debiópronunciarse también acerca de los demandadosCompañía Transatlántica Española S.A. respecto de quientambién se entabló la acción de indemnización deperjuicios, en su calidad de codeudor solidario, sinembargo el fallo sólo se refirió a los demandados

 

Armadores de la M/N Pudahuel.

Explica la recurrente, en relación con la segunda

 

causal invocada, que la sentencia contiene decisionescontradictorias ya que en el considerando cuarto de lasentencia de segunda instancia se establece que no seencuentra suficientemente acreditado el hecho de que losdeterioros que experimentó la carga se hayan producidodurante el período de custodia del transportista marítimo,

 

razón por la cual estima forzoso desestimar la demanda y

 

luego, en el motivo quinto, la misma sentencia señala que

 

al estar la acción interpuesta en forma indeterminada encontra de los Armadores de la M/N Pudahuel, estaindeterminación impide la formación de la relación

procesal, como se desprende claramente de los prescritoen el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil yvuelve imposible un pronunciamiento de una sentencia que

 

condene o absuelva al emanado del incumplimiento de las

 

pretensiones deducidas en su contra. Agrega que por endese trata de dos decisiones que se oponen entre sí, lo queda lugar a una decisión viciada por la cual se desecha lademanda de autos, debido a que no se pueden cumplirsimultáneamente.

SEGUNDO: Que en cuanto al primer vicio alegado, elrecurso en estudio no puede ser acogido, por cuanto los

 

hechos en que la recurrente lo funda no constituyen lacausal quinta del artículo 768 del Código de Procedimiento

Civil invocada, en relación al Nº 6 del artículo 170 delmismo texto legal. En efecto, el vicio a que se refiere dichanorma sólo concurre cuando la sentencia no resuelve elasunto sometido al conocimiento de los sentenciadores,esto es, el que se encuentra en el petitorio del libelo que

 

contiene la acción entablada y no como ocurre en la

 

especie, donde se hacen alegaciones en sentido diverso,

 

por cuanto lo solicitado por la actora, esto es -que secondene a las demandadas a pagar una suma de dineroque indica por concepto de indemnización de perjuicios-como aquélla lo reconoce, se encuentra resuelto en el falloimpugnado. Así, del mérito de la referida sentencia sepuede constatar que aquél contiene una sola decisión -

 

para los efectos de este recurso- esto es, que rechaza la

 

demanda de indemnización de perjuicios intentada, tanto

 

por responsabilidad contractual como extracontractual.

TERCERO: Que en cuanto a la supuesta concurrenciade decisiones contradictorias que configurarían la causalprevista en el Nº 7 del artículo 768 del Código deProcedimiento Civil, del tenor del libelo de casación en la

 

forma, resulta que los hechos en que se funda no

 

constituyen el vicio invocado, por cuanto aquél concurre

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sólo cuando una sentencia contiene decisiones imposiblesde cumplir por contraponerse unas con otras; pero notiene lugar cuando -como lo estima el recurrente- lasdecisiones se ubican en la parte considerativa de lasentencia, por cuanto ésta sólo contiene una resolución,que consiste en que rechaza la demanda, motivo por el

 

cual la nulidad en estudio tampoco no se encuentra en

 

condiciones de ser acogida por esta causal.

 

CUARTO: Que sin perjuicio de lo señaladoprecedentemente, en la vista de la causa, se advirtió quela sentencia recurrida adolece de un vicio de casación deforma, diverso a aquellos esgrimidos por la recurrente, queautoriza su invalidación de oficio, como quedará enevidencia del examen que se hará en los razonamientos

 

que se expondrán a continuación.

 

QUINTO: Que el Código de Procedimiento Civil, en losartículos 158, 169, 170 y 171 reguló las formas de lassentencias.

El Auto Acordado sobre esta misma materia, de fecha30 de septiembre de 1920, indica que las sentencias

 

definitivas de primera o de única instancia y las que

 

revoquen o modifiquen las de otros tribunales,contendrán: "5º Las consideraciones de hecho que sirvande fundamento al fallo. Se establecerán con precisión loshechos sobre que versa la cuestión que deba fallarse, condistinción de los que hayan sido aceptados o reconocidospor las partes y de aquellos respecto de los cuales hayaversado la discusión; 6º En seguida, si no hubierediscusión acerca de la procedencia legal de la prueba, los

 

hechos que se encuentren justificados con arreglo a la leyy los fundamentos que sirvan para estimarlos

comprobados, haciéndose, en caso necesario, laapreciación correspondiente de la prueba de autosconforme a las reglas legales; 7º Si se suscitare cuestiónacerca de la procedencia de la prueba producida, laexposición de los fundamentos que deben servir para

 

aceptarla o rechazarla, sin perjuicio del establecimiento de

 

los hechos en la forma expuesta en los párrafos

 

precedentes para los fines consiguientes; 8º Establecidoslos hechos, las consideraciones de derecho aplicables alcaso; 9º La enunciación de las leyes o en su defecto de losprincipios de equidad con arreglo a los cuales se pronunciael fallo; 10º Tanto respecto de las consideraciones dehecho como las de derecho, el tribunal observará al

 

consignarlas el orden lógico que el encadenamiento de las

 

proposiciones requiera, y, al efecto, se observará, en

 

cuanto pueda ser aplicable a tribunales unipersonales, lodispuesto en el artículo 186 del Código de ProcedimientoCivil", actual artículo 83 del Código Orgánico de Tribunales.

Ante la interrogante que surge a partir de lo anterior,esto es, ante la exigencia de la motivación de los fallos y

 

en relación a qué debe entenderse por ausencia de

 

fundamentos, la jurisprudencia ha señalado que se está en

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presencia de tal omisión cuando el fallo carece de aquéllos,cuando la ausencia es parcial o son insuficientes losexpresados y también al existir incoherencia interna,arbitrariedad e irrazonabilidad.

SEXTO: Que, como se adelantó, se ha deducido en

 

estos autos la acción de indemnización de perjuicios, con

 

el objeto de obtener se condene a las demandadas a pagar

 

la suma total de U$2.125,33. Pretende la demandante el

 

correspondiente a U$2.054,24 por concepto de dañosproducidos con ocasión del transporte marítimo, a lasmercaderías consistentes en 3600 cartones de latas desardinas en aceite con piel y espinas, mientras éstasestaban bajo la custodia de los transportistas marítimos,daños que ocasionaron perjuicios a los consignatarios de

 

las mismas y los que fueron cancelados por la compañía

 

que aseguró la carga porteada y dañada, esta es Cigna

 

Compañía de Seguros S.A. –cuya sucesora legal es lademandante– subrogándose en los derechos y acciones dela Pesquera San José S.A. Pide, además la actora, se

condene a las demandadas a pagar la suma de U$71,09equivalentes a los honorarios y la liquidación del seguro,por tratarse de un perjuicio emanado directamente del

 

siniestro.

SÉPTIMO: Que la sentencia de segunda instancia queconfirmó la de primer grado, en el motivo cuarto señalaque "no se encuentra suficientemente acreditado en autosel hecho de que los deterioros que experimentó la carga sehayan producido durante el período en que estuvo bajo lacustodia del transportador marítimo" y agrega "Noexistiendo otros antecedentes sobre el hecho en examen,

 

y recayendo en la actora la carga de probar que eldeterioro sufrido por las mercaderías ocurrió dentro del

período en que estuvieron bajo la custodia deltransportador marítimo, forzoso resulta determinar lademanda interpuesta en autos".

Por su parte en el considerando quinto de la misma

 

sentencia concluyen los jueces que "además de las razones

 

expuestas, debe rechazarse la acción interpuesta en forma

 

indeterminada en contra de "los armadores de la m/nPudahuel", sin especificar de qué persona natural o jurídicase trata ni en qué lugar del planeta se encuentradomiciliada, ignorándose si existe o no al tiempo denotificarse la demanda." Añaden a continuación lossentenciadores en el mismo fundamento, que "La

 

indeterminación de la persona demandada impide la

 

formación de la relación procesal, como se desprende

 

claramente de lo prescrito en el artículo 254 Nº 3 delCódigo de Procedimiento Civil y vuelve imposible elpronunciamiento de una sentencia que condene o absuelvaal demandado del cumplimiento de las pretensionesdeducidas en su contra".

OCTAVO: Que de lo expuesto precedentemente se

 

advierte que los jueces del fondo han basado su decisión

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en consideraciones contradictorias e incapaces de subsistiruna en conjunto con la otra, por cuanto lasargumentaciones tenidas en vista para llegar a la decisiónde rechazar la demanda no pudieron ser ambas, esto es,aquella sostenida en el motivo cuarto (no encontrarsesuficientemente acreditado el hecho de que los deterioros

 

que experimentó la carga se hayan producido durante el

 

período en que estuvo bajo la custodia del transportador

 

marítimo) y, además, aquella postulada en el fundamento

 

siguiente, (la indeterminación de la persona demandada,que impide la formación de la relación procesal y elpronunciamiento sobre una absolución o condena enrelación con el cumplimiento de las pretensiones deducidasen contra del demandado) de tal suerte que por tratarsede argumentaciones que no pueden sustentarse

 

simultáneamente provocan naturalmente que las mismas

 

se anulen unas a otras, resultando finalmente que la

 

sentencia quede desprovista de consideraciones quepermitan arribar a la determinación en la forma como sehizo, en sentido de rechazar la demanda.

De esta forma no han podido los sentenciadores darestricto cumplimiento a la obligación impuesta en orden a

 

fundar la sentencia, por lo que su inobservancia

 

corresponde sancionarla, privando de valor al fallo.

NOVENO: Que esta omisión constituye el vicio decasación en la forma previsto en el artículo 768 Nº 5, enrelación con el artículo 170 Nº 4, ambos del Código deProcedimiento Civil, por la falta de consideraciones dehecho que le sirven de fundamento al fallo, exigenciaprocesal que resulta ineludible a fin de dejar a las partes

 

en situación de deducir los recursos respectivos y a estemismo tribunal de casación en condiciones de poder dictar

sentencia de reemplazo, de conformidad con lo quedispone el artículo 785 del mismo Código, para el caso detener que acoger el recurso de casación en el fondo.

DÉCIMO: Que, en consecuencia, se la invalidará de

 

oficio de acuerdo con la facultad que confiere a esta Corte

 

el artículo 775 de este estatuto legal.

 

Por estas consideraciones y visto, además, lodispuesto en los artículos 786 y 808 del Código deProcedimiento Civil, se anula de oficio la sentencia de laCorte de Apelaciones de Valparaíso, de dos de septiembrede dos mil cinco, escrita a fojas 312, la que se reemplaza

 

por la que se dicta a continuación, separadamente, pero

 

sin nueva vista.

Téngase por no interpuestos los recursos de casaciónde forma y de fondo deducidos por la demandante en loprincipal y el primer otrosí de fojas 321.

Regístrese y devuélvase.

 

Redacción a cargo del Ministro señor Milton Juica.

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 Rol Nº 5917-05.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Supremapor los Ministros Sres. Milton Juica A., Hugo Dolmestch U.y Juan Araya E. y Abogados Integrantes Sres. Oscar

 

Herrera V. y Hernán Álvarez G.

 

SENTENCIA DE REEMPLAZO: 

Santiago, veintiséis de septiembre de dos mil siete.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 786 delCódigo de Procedimiento Civil se dicta la siguientesentencia de reemplazo.

 

VISTOS:

Del fallo en alzada, se reproducen su parte expositivay sus fundamentos primero al tercero, eliminándose lo

demás.

Y se tiene en su lugar y además presente:

 

PRIMERO: Que la acción deducida por el demandantees la acción indemnizatoria por la responsabilidadcontractual y, en subsidio, extracontractual derivada de losdaños causados a la carga durante el transporte marítimo de mercancías por mar.

La definición de contrato marítimo la encontramos enel artículo 974 del Código de Comercio, que dice: "aquel

 

en virtud del cual el porteador se obliga, contra el pago deun flete, a transportar mercaderías por mar de un puerto a

otro". Sin embargo, esta definición se complementa con elconcepto existente en el artículo 927, que en su inciso 3ºdispone: "Cuando el dueño o armador de la nave asume laobligación de embarcar mercancías de terceros en lugaresdeterminados, conducirlas y entregarlas en lugares

 

también determinados, el contrato toma el nombre de

 

transporte de mercancías por mar o contrato de

 

transporte marítimo". Se trata, por lo tanto, de uncontrato principal, consensual, bilateral, oneroso yconmutativo. Además, y aunque aparezca evidente, es unacto de comercio por cuanto se encuentra descrito en elnúmero 15 del artículo 3º del Código de Comercio.

SEGUNDO: Que encontrándose establecida la

 

legitimación activa de la demandante Ace Seguros S.A.

 

para deducir la acción interpuesta en estos autos, porhaberse comprobado que CIGNA Compañía de SegurosS.A. –que pagó al consignatario de la carga Pesquera SanJosé S.A. el seguro por los daños sufridos por lasmercaderías transportadas por la m/n Pudahuel a que serefiere la demanda y se subrogó en sus derechos– cambió

 

su razón social por la de ACE Seguros S.A., tratándose en

 

consecuencia, de la misma persona jurídica, procede

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hacerse cargo de la responsabilidad que corresponde a laspartes en el contrato de transporte marítimo, queconcierne a aquél que vincula a actora y demandadas, estoes, determinar si las demandadas, en conjunto o cada unode ellas, son responsables de algún perjuicio sufrido por laactora como consecuencia de haber incumplido su

 

obligación emanada del contrato de transportes.

 

TERCERO: Que de conformidad con lo que prevé el

 

artículo 982 del Código de Comercio la responsabilidad deltransportador por las mercancías comprende el períododurante el cual ellas están bajo su custodia, sea en tierra odurante su transporte, y se entiende que se encuentranbajo tal custodia, de acuerdo con el artículo 983 del mismocuerpo legal, desde el momento en que el transportador

 

"las haya tomado a su cargo al recibirlas del cargador o de

 

la persona que actúe en su nombre, o de una autoridad u

 

otro tercero en poder de los cuales, según las leyes o losreglamentos aplicables en el puerto de carga se hayan deponer las mercancías para ser embarcadas y hasta el

momento en que las haya entregado" en alguna de lasformas que el citado precepto dispone, y en cuantointeresa en la especie ―poniéndolas en poder del

 

consignatario."

 

CUARTO: Que el régimen de responsabilidad que elCódigo de Comercio consagra para los transportistas, sebasa en una serie de presunciones legales a favor de losintereses de la carga. A través de este sistema seestablece un sistema de custodia en los términos que sehan enunciado en el motivo que antecede, el cual empiezacon la entrega de la carga al porteador y "si el

 

transportador o la persona que emite el conocimiento deembarque en su nombre, no hace constar en dicho

documento el estado aparente de las mercancías, seentenderá que ha indicado en el conocimiento deembarque que las mercancías estaban en buen estado", deacuerdo con lo que dispone el artículo 1019 del mismoestatuto legal.

 

De tal suerte que para que el transportador pueda

 

evitar tal responsabilidad debe producir la prueba a que serefiere el artículo 984 del Código de Comercio, lo quesignifica que debe acreditar que adoptó todas las medidasrazonables para evitar el hecho y sus consecuencias, esdecir, al transportista le corresponde probar la falta deresponsabilidad y no a la inversa, desde que el señalado

 

cuerpo normativo ha invertido la carga de la prueba con el

 

establecimiento de las presunciones en éste consagradas.

 

QUINTO: Que en la especie se ha acreditado laexistencia de los deterioros ocasionados a la mercancíatransportada por los demandados y que la actora pagó porellos, como se ha dejado consignado en los fundamentosreproducidos, debatiéndose el momento en el cual tales

 

daños se habrían ocasionado, esto es, si lo fue en el

 

período en que tales especies se encontraban bajo la

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custodia del transportador marítimo o en otro distinto.

De la forma como se ha expuesto correspondía a lasdemandadas acreditar que las mercancías no estaban enbuen estado al momento de su recepción o que, en sucaso, fueron entregadas al consignatario carente de

 

aquellos daños que fueron constatados y que dan cuenta

 

las actas de inspección de fojas 144 y 148, el informe de

 

liquidación de fojas 149 y el aviso de pérdida merma o

 

daño de fojas 143. En efecto, la ley pone de cargo delporteador y no del embarcador o consignatario, hacerconstar en el conocimiento de embarque la existencia dereservas relativas al estado de la carga y en el caso que nolo haga se "entenderá que estaban en buen estado", y enla especie, éste no ha justificado que haya hecho constar

 

una situación en tal sentido en el documento referido.

SEXTO: Que así y no habiendo las demandadaslogrado desvirtuar la presunción legal estatuida en elCódigo de Comercio se tendrá por acreditado que los

deterioros fueron sufridos durante el período de custodiade las transportistas, tanto de la transportista efectiva dela carga como es el la demandada Armadores de la M/N

 

Pudahuel como de la transportista documental, esto es, la

 

demandada Compañía Transatlántica Española S.A., sinque conste prueba alguna que los daños se hayanocasionado por fuerza mayor, como lo plantea lademandada en una de sus alegaciones subsidiariasformuladas al momento de contestar la demanda. Alrespecto cabe precisar que, en sede contractual, elacreedor debe probar la existencia de la obligación y nonecesita acreditar que su incumplimiento proviene de la

 

culpa del deudor pues ésta queda demostrada por el solohecho de ese incumplimiento. "Es el deudor que pretende

liberarse de responsabilidad quien deberá probar que elincumplimiento de la obligación no le es imputable, seaacreditando el caso fortuito o la fuerza mayor que hizoimposible su ejecución, o que empleó en ella la debidadiligencia o cuidado" (Arturo Alessandri Rodríguez, "De la

 

Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil

 

Chileno", Ediar Editores Ltda., 1983, Tomo I, página 52).

 

Tal aserto se desprende de lo que disponen los artículos1547 inciso 3º y 1698 del Código Civil.

SÉPTIMO: Que habiéndose consignado la existenciaque los daños causados a la carga durante el transporte marítimo de mercancías por mar, y, en consecuencia, por

 

haberse establecido el antecedente fáctico que constituye

 

responsabilidad de parte de los porteadores, procede que

 

las demandadas indemnicen los daños irrogados a laactora, quien se subrogó los derechos de la consignataria.En efecto, en la especie, la conducción de la mercaderíaimportaba la preocupación por la carga misma y que estallegara en las mismas condiciones en que fue cargada, demodo que si producto de un acto negligente, la actora se

 

vio obligada a desembolsar la suma de dinero antes

 

mencionada, dicho daño debe ser reparado por el

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porteador.

OCTAVO: Que a raíz del cumplimiento imperfecto de laobligación de las demandadas la actora sufrió un perjuicioascendente a la suma de U$2.125,33 equivalente a lacantidad de U$2.054,24 por concepto de daños producidos

 

a las mercaderías consistentes en 3600 cartones de latasde sardinas en aceite con piel y espinas, los que fueron

 

cancelados por la compañía que aseguró la carga porteada

 

y deteriorada y, además, la suma de U$71,09correspondiente a los honorarios y a la liquidación delseguro, cantidades que deberán ser resarcidas poraquellas, acogiendo de esta forma la demanda deindemnización de perjuicios por responsabilidadcontractual deducida por la actora.

 

NOVENO: Que en cuanto a la alegación formulada por

 

el demandado en el sentido de haberse omitido el aviso depérdida a que se refiere el artículo 1027 del Código deComercio, del mérito de autos y especialmente de

documento aparejado a fojas 143, se desprende que dichaprotesta sí se efectuó, haciendo constar el reclamante quela carga se encontraba en malas condiciones, aludiendo a

 

la unidad de embalaje, esto es, a los tres contenedores,

 

motivo por el cual no puede concluirse, como pretende eltransportista que las mercancías se entregaron en elmismo estado en que fueron recibidas, en virtud de lapresunción contenida en el precepto referido.

DÉCIMO: Que en relación con la supuesta falta deprecisión de la persona o empresa que se refiere la actoracuando habla de Armadores M/N Pudahuel, tal

 

argumentación, tendiente a desvirtuar la acción deducidaen autos, será desestimada desde que resulta suficiente

con que el actor individualice el "armador" con todos losdatos del agente de naves, como ha sucedido en laespecie, para dar cumplimiento a lo preceptuado en elartículo 254 del Código de Procedimiento Civil, toda vezque resulta para quien encarga el transporte, dificultosa

 

mayor determinación al no existir registros públicos en tal

 

sentido y, por cuanto dicha obligación, pesa sobre el

 

consignatario de naves o agente de naves, quien detentala representación de aquél conforme lo estipulan losartículos 922 y 925 del Código de Comercio.

UNDÉCIMO: Que según lo permite el artículo 1206 Nº4 del Código de Comercio, la prueba rendida en autos se

 

ha ponderado de acuerdo con las reglas de la sana crítica.

 

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 882 ysiguientes, 917 y siguientes y 974 y siguientes y 1206 delCódigo de Comercio, 170 del Código de ProcedimientoCivil, se revoca la sentencia de nueve de abril de dos miltres, escrita de fojas 253 a 270, en la parte que rechazó lademanda de indemnización de perjuicios por

 

responsabilidad contractual interpuesta en lo principal de

 

fojas 2 y en su lugar se decide que SE ACOGE, con costas,

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Fallo : 3570-05.-diecisiete de mayo de dos mil siete.Primera Sala

TEXTOS COMPLETOS: 

SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES: 

Santiago, veinticinco de mayo de dos mil cinco.

 

A fojas 152; a sus antecedentes.

A fojas 153; téngase presente.

Vistos y teniendo presente:

 

Que la parte demandante ha tenido motivo plausible para litigar, motivo por el cual y de

 

conformidad con lo dispuesto en el artículo 444 del Código de Procedimiento Civil, se revoca la

 

resolución apelada de dieciocho de junio de dos mil dos, escrita a fs. 92 y siguiente, en cuantopor ella impone el pago de las costas a la recurrente y en su lugar se decide que se le exime de

la referida demanda deducida en contra de los Armadoresde la Motonave Pudahuel y de la Compañía TransatlánticaEspañola S.A., las que deberán pagar a la demandanteACE Seguros S.A, la suma de dinero equivalente enmoneda nacional a U$2.125,33 (dos mil ciento veinticincocoma treinta y tres dólares de los Estados Unidos de

 

Norteamérica), con los intereses que se devenguen desde

 

la fecha en que se produjo la subrogación legal hasta el

 

pago efectivo, sin reajustes.

 

Atendido lo decidido resulta innecesario emitirpronunciamiento sobre la demanda subsidiaria deindemnización de perjuicios por responsabilidad civilextracontractual.

Se confirma en lo demás el referido fallo.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Milton Juica.

Rol Nº 5.917-05.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema

 

por los Ministros Sres. Milton Juica A., Hugo Dolmestch U.y Juan Araya E. y Abogados Integrantes Sres. OscarHerrera V. y Hernán Álvarez G.

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dicha carga.

 

Se confirma en lo demás apelado, la aludida resolución.

Devuélvase.

Rol Nº 4.860-2002.-

Pronunciada por los Ministros de la Novena Sala, presidida por el señor Juan Araya Elizaldey conformada por el Ministro señor Mauricio Silva Cancino y el Abogado Integrante señor Oscar

 

Herrera Valdivia.

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: 

Santiago, diecisiete de mayo de dos mil siete.

VISTOS:

En estos autos Rol Nº 4704-2001.- del Séptimo Juzgado Civil de Santiago sobre juicio

 

ordinario de indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual y en subsidio

extracontractual, caratulado "Cía. de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. con Puerto deLirquén S.A.", por resolución de dieciocho de junio de dos mil dos, escrita a fojas 92, la señoraJuez Titular del referido tribunal acogió la excepción dilatoria opuesta por la parte demandada yse declaró incompetente para seguir conociendo del litigio.

Apelada esta providencia por la demandante, una de las Salas de la Corte de Apelaciones

 

de Santiago, en decisión de veinticinco de mayo de dos mil cinco, que se lee a fojas 155, la

 

confirmó.

En contra de este último pronunciamiento la actora ha deducido recurso de casación en elfondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que en el recurso de casación en el fondo se denuncia que la sentenciaimpugnada ha infringido los artículos 233, 246, 826 letra c) y 1203 del Código de Comercio,2212 del Código Civil y 10, 108 y 109 del Código Orgánico de Tribunales.

Argumenta la recurrente que el fallo aplica la letra c) del artículo 926 antes citado, encircunstancias que esta disposición no resulta atingente al conflicto. De acuerdo a esta norma,

 

sigue el recurso, el agente de estiba o desestiba, o la empresa de muellaje, pueden en general

 

realizar todos aquellos actos y gestiones propios de la movilización de la carga entre la nave ylos medios de transporte terrestres y viceversa, incluyendo las operaciones intermedias quese deban realizar en los recintos portuarios y en naves atracadas o a la gira, tales comoarrumajes, apilamientos, desplazamientos horizontales y verticales, depósitos yalmacenamientos.

La acción intentada, se sostiene en el recurso, se refirió al depósito mercantil y no a una

 

mera movilización de una empresa de muellaje en cumplimiento de esas funciones. La norma

 

antes citada, al igual que el artículo 917 del Código de Comercio, utiliza el verbo rector"movilizar" y agrega "las operaciones necesarias para esa movilización", entre las cualesmenciona el depósito.

En consecuencia, razona la recurrente, es evidente que el depósito de que habla elprecepto y que califica de operación intermedia para la movilización entre la nave y el medio de

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transporte terrestre o el recinto portuario, son las gestiones intermedias inmediatas,

 

accesorias, necesarias y de corto tiempo para el cumplimiento de la obligación principal que

 

pesa sobre el estibador, que es la de movilizar.

En el caso de autos, analiza el recurso, no hay un servicio accesorio a la labor de estiba ydesestiba de una nave, sino un servicio principal y autónomo de carácter mercantil. La

consignataria no encomendó a la demandada que custodiara, almacenara o depositara lasmercancías por un par de horas o días en tanto se movilizaba la misma a camiones, sino que seacordó un contrato principal de depósito que se prolongó por casi cuatro meses, es decir,independiente de la movilización y del carácter intermedio recogido en la letra c) del aludido

 

artículo 926.

En razón de lo anterior, concluye la parte recurrente, aparece de manifiesto que ladisposición invocada por la resolución recurrida para justificar su decisión no regula la materiade autos. El fallo impugnado aplicó erradamente el inciso 1º del artículo 1203 del Código deComercio, estima la recurrente, pues la Compañía de Seguros no accionó por ningún hecho,acto o contrato que derive que derive o a que dé lugar el comercio marítimo o la navegación,

 

sino que ha demandado por depósito mercantil, de conformidad a lo dispuesto en los artículos

 

807 y siguientes, en relación al artículo 233, todos del mismo cuerpo legal.

 

Es esta última, termina el recurso, la materia sobre la que versa la controversia de autos yque determina la competencia de los tribunales ordinarios y no de la justicia arbitral.

SEGUNDO: Que el fallo objeto del recurso dispone que de conformidad con lo establecidoen la letra c) del artículo 926 del Código del Comercio, los almacenistas de carga de los recintos

 

portuarios, como operación intermedia de la movilización de ésta entre la nave y los medios de

 

transporte terrestre, forman parte de los servicios que prestan, en cuanto tales, las empresas

 

de muellaje, de manera que las mismas se rigen por las normas relativas al comercio

 

marítimo, contempladas en el Libro III del Código de Comercio y, particularmente, por elartículo 1203 del ese cuerpo legal, por lo que debe acogerse la excepción de incompetencia.

TERCERO: Que el presente juicio se inició por demanda deducida por la Compañía deSeguros Generales Cruz del Sur S.A., por vía de subrogación legal, contra Puerto de Lirquén

 

S.A., solicitando se condene a esta última compañía al pago de US$19.167,87.- La actora fundó

 

su demanda en que el 10 de agosto de 1997 la motonave "Chios Spirit" arribó a los recintos

 

portuarios de la demandada con una carga de 8.500.000 kilos de urea perlada a granel,consignada a Iansagro S.A. Descargada la mercadería para almacenarla en las bodegas dePuerto de Lirquén S.A., se constató que ésta recibió 8.976.665 kilos del producto y, sinembargo, de acuerdo a lo establecido en el certificado también emitido por la demandada, losdespachos del producto al consignatario arrojaron como resultado una pérdida de 164.215kilos, imputable a Puerto de Lirquén S.A.

Ahora bien, concluyó la demanda, Iansagro S.A. había contratado con la Compañía de

 

Seguros una Póliza con Cobertura para Transporte Marítimo Carga A y en razón del siniestrohubo de pagar US$19.617,87, cuyo cobro demanda por la vía de la subrogación.

CUARTO: Que la parte demandada opuso la excepción dilatoria de incompetencia absolutadel tribunal, fundada en que entre Puerto de Lirquén S.A. y Iansagro S.A. existió un contrato en

virtud del cual la primera se obligó a prestar determinados servicios relacionados con elcargamento de urea. La relación jurídica existente entre estas partes es una que sólo puede

 

darse respecto del comercio marítimo, pues las funciones desarrolladas por Puerto de Lirquén

 

S.A. -que por ley sólo puede llevar a cabo una empresa de muellaje-, se ejercen precisamentecon relación al comercio de esta clase.

En razón de lo anterior, concluyó la demandada, es que de conformidad con lo dispuesto enel Nº 2 del artículo 823 del Código de Comercio, el contrato aludido debe regirse por lasdisposiciones contempladas en el Libro III de referido cuerpo legal, una de cuyas normas, el

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artículo 1203, establece que el conocimiento de toda controversia que derive de hechos, actos o

 

contratos a que dé lugar el comercio marítimo o la navegación, incluidos los seguros

 

marítimos de cualquier clase, serán sometidos a arbitraje.

QUINTO: Que de conformidad con lo dispuesto en el inciso 3º del artículo 917 del Código deComercio, agentes de estiba y desestiba o empresas de muellaje son las personas, naturales o

 jurídicas chilenas, que efectúan en forma total o parcial la movilización de la carga entre lanave y los recintos portuarios o los medios de transporte terrestre y viceversa.

Por su parte, la letra c) del artículo 926 del mismo cuerpo legal establece que el agente de

 

estiba y desestiba representará a su cliente ante las autoridades marítimas y portuarias y podrá

 

realizar, en general, todos aquellos actos o gestiones propios de la movilización de la cargaentre la nave y los medios de transporte terrestre y viceversa, incluyendo las operacionesintermedias que se deban realizar en los recintos portuarios y en naves atracadas o a la gira,tales como arrumajes, apilamientos, desplazamientos horizontales o verticales, depósitos oalmacenamientos.

SEXTO: Que del tenor de las normas transcritas en el motivo precedente se desprende

 

inequívocamente que lo que constituye la función esencial de los agentes de estiba y desestiba

 

o empresas de muellaje es la movilización de la carga entre la nave y los medios de

transporte y viceversa y que las operaciones a que se refiere la parte final del último de lospreceptos citados sólo serán propias de esa función en tanto revistan la naturaleza deintermedias a la referida movilización.

En consecuencia, cualquier otra actividad distinta de las anteriores que desarrollen los

 

agentes de estiba y desestiba o empresas de muellaje y las relaciones jurídicas a que ellas den

 

origen, no pueden calificarse como propias del comercio marítimo o la navegación.

 

SÉPTIMO: Que en el caso de autos, las operaciones involucradas fueron, en primer término,el traslado de la mercadería por el armador, luego la desestiba de ésta por la empresa demuellaje, seguidamente su almacenamiento o depósito en un recinto aduanero y finalmente eldespacho y transporte para su entrega al consignatario.

Ahora bien, el hecho que motivó la acción indemnizatoria ejercida por la demandante fue la

 

pérdida de parte de la mercadería cuando ésta se encontraba depositada o almacenada en las

 

bodegas de la demandada y los antecedentes del proceso arrojan que ese depósito no tuvo lanaturaleza de operación intermedia de movilización de la carga entre la nave y el medio detransporte, a que se refiere la segunda parte de la letra c) del citado artículo 926, sino que seprolongó por un período superior al que naturalmente puede transcurrir entre esas actividades.

OCTAVO: Que, en consecuencia, teniendo en consideración que el asunto debatido en esteproceso dice relación con la actividad de la demandada en tanto únicamente depositaria de las

 

mercaderías desestimadas, la que no se relaciona con la navegación y el comercio marítimo,

 

no resulta aplicable el artículo 1203 del Código de Comercio y, en razón de ello, es la justiciaordinaria y no la arbitral la llamada a conocer de cualquier controversia que se suscite conmotivo del cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones que derivan del referido contrato.

NOVENO: Que, por último, es también pertinente recordar que la regla del artículo 1203 del

Código de Comercio, que establece la norma de competencia para los efectos del comerciomarítimo o la navegación, entregándole el conocimiento de todas las controversias que se

 

deriven de los hechos, actos o contratos a que éstos den lugar a jueces árbitros, ha de

 

interpretarse en forma restrictiva, toda vez que la justicia arbitral en nuestro ordenamiento jurídico es excepcional.

DÉCIMO: Que en razón de todo lo dicho, la resolución impugnada ha efectivamentecometido el error de derecho que se le atribuye en el recurso y este error ha influido de manerasustancial en su parte dispositiva, motivo por el cual corresponde que la casación en el fondo

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intentada sea acogida y se dicte el correspondiente fallo de reemplazo con arreglo a la ley.

 

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y enlos artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso decasación en el fondo deducido por la parte demandante en lo principal de la presentación defojas 161, contra la sentencia de veinticinco de mayo de dos mil cinco, escrita a fojas 155, la

que se invalida y se reemplaza por la que se dicta acto continuo, sin nueva vista, peroseparadamente.

Regístrese.

 

Redacción a cargo del abogado integrante señor José Fernández Richard.

Rol Nº 3570-05.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton JuicaA., Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M. y Abogados Integrantes Sres. José Fernández

 

R. y Carlos Kunsemüller L.

 

SENTENCIA DE REEMPLAZO: 

Santiago, diecisiete de mayo de dos mil siete.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, sedicta la siguiente sentencia de reemplazo.

 

VISTOS Y TENIENDO ÚNICAMENTE PRESENTE:

Las consideraciones contenidas en los fundamentos Quinto a Noveno del fallo de casaciónque antecede, se revoca la resolución de dieciocho de junio de dos mil dos, escrita a fojas 92,en cuanto por su decisión signada 3º.- acoge la excepción de incompetencia, y en su lugar sedeclara que tal excepción queda rechazada.

Regístrese y devuélvase.

 

Redacción a cargo del abogado integrante señor José Fernández Richard.

Rol Nº 3570-05.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Milton JuicaA., Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M. y Abogados Integrantes Sres. José FernándezR. y Carlos Kunsemüller L.