Jurisprudencia Constitucional. Sentencia 132/1995 Sala Segunda

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    Jurisprudencia Constitucional

    mero de referencia: 132/1995 ( SETECIA )

    Referencia nmero: 132/1995Tipo: SENTENCIAFecha de Aprobacin: 11/9/1995Publicacin BOE: 19951014 [BOE nm. 246]Sala: Sala Segunda: Excmos. Sres. Gabaldn, Garca-Mon, de Mendizbal, Gonzlez,Viver y Vives.Ponente: don Julio Diego Gonzlez Camposmero registro: 923/1993Recurso tipo: Recurso de amparo.

    TEXTO DE LA RESOLUCI

    Extracto:

    1. Sin necesidad de exponer en todos sus perfiles nuestra reiteradajurisprudencia sobre las circunstancias a considerar en el juicio ponderativoque de los derechos fundamentales en conflicto deban llevar a cabo los rganos

    judiciales, s conviene recordar, siquiera resumidamente, las siguientes pautasesenciales: 1.) Tanto la libre comunicacin de informacin como la libertad deexpresin, ocupan una especial posicin en nuestro ordenamiento en razn de sudoble carcter de libertad individual y de garanta de la posibilidad deexistencia de la opinin pblica, indisolublemente unida al pluralismo poltico

    propio del Estado democrtico (SSTC 104/1986 y 78/1995, entre otras muchas); 2.)Tratndose, ms especficamente, de la libertad de informacin, su correctoejercicio exige que verse sobre hechos de trascendencia pblica, en el sentidode noticiables, y que la informacin facilitada sea veraz. Reuniendo talescondiciones, su ejercicio, en estos casos, prevalece sobre el derecho al honorde los afectados por la informacin, en tanto en cuanto sta se encuentra en la

    base de una sociedad democrtica (SSTC 178/1993, 41/1994 y 320/1994, entre lasms recientes); 3.) Entre los elementos a tener en cuenta en la valoracin de latrascendencia pblica de los hechos divulgados cobran especial relevancia lamateria de la informacin, su inters pblico y su contribucin a la formacinde una opinin pblica libre, as como la persona objeto de la informacin,

    puesto que las personalidades pblicas, que ejercen funciones pblicas oresultan implicadas en asuntos de relevancia pblica deben soportar un ciertomayor riesgo de inferencia de sus derechos de la personalidad que las personas

    privadas, y el medio de informacin, en particular si ha sido difundida por unmedio de comunicacin social (SSTC 107/1988, 105/1990, 171/1990, 172/1990 y15/1993, entre otras); 4.) La veracidad de la informacin no debe confundirsecon una exigencia de concordancia con la realidad incontrovertible de los hechos, sinode una diligente bsqueda de la verdad que asegure la seriedad delesfuerzo informativo (SSTC 219/1992 y 41/1994, entre otras muchas).2. El que parte de las informaciones publicadas se refieran a extremos ajenos al

    procedimiento penal seguido contra el aqu recurrente y que tampoco puedanestimarse como absolutamente ciertas, no es obstculo a que queden amparadas por

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    la libertad de informacin cuando, como aqu ocurre, afectan a personalidadpblica, en asunto de pblico inters, y, como afirma el Tribunal Supremo, hansido obtenidas por el medio de comunicacin usando las fuentes informativas a sualcance y reuniendo las condiciones necesarias para poder ser estimadas comoveraces, siguiendo as la doctrina de este mismo Tribunal.

    3. No mejor suerte merece la alegacin del recurrente relativa a la supuestalesin de su derecho a la propia imagen que se derivara de la publicacin deuna fotografa en la que se le observa en compaa de otro Magistrado -tambinobjeto de enjuiciamiento penal por los mismos hechos que el hoy recurrente-, conocasin de una reunin privada, y sin que diera en absoluto su consentimiento ala difusin pblica de la misma. No parece, en este contexto, que la referidafotografa pueda desvincularse de la totalidad de la informacin, entre cuyos

    propsitos no es ilgico deducir que se encontraba el de transmitir -e inclusoacentuar- la estrecha amistad existente entre los dos Magistrados sujetos a

    procesamiento por un mismo comportamiento delictivo, amistad, o estrecharelacin si se prefiere, que no es descabellado colegir que resultaba altamente

    favorecedora, por lo menos, de los hechos que dieron lugar al procesamiento deambos. La imagen difundida es por lo dems altamente inocua, sin que se adviertaintencin insultante o propsito de mofa, ni en ella ni en el breve texto que lesirve de pie.

    Prembulo:

    La Sala Segunda del Tribunal Constitucional, compuesta por don Jos GabaldnLpez, Presidente, don Fernando Garca-Mon y Gonzlez-Regueral, don Rafael deMendizbal Allende, don Julio Diego Gonzlez Campos, don Carles Viver Pi-Sunyery don Toms S. Vives Antn, Magistrados, ha pronunciadoEN NOMBRE DEL REYla siguienteSENTENCIA

    En el recurso de amparo nm. 923/93, promovido por don Carlos LorenzoPenalvade Vega representado por la Procuradora de los Tribunales doa Mara JessGonzlez Dez y asistido por el Letrado don Roser Rfols Vives, frente a laSentencia de la Sala Primera del Tribunal Supremo, de 20 de febrero de 1993, enla que se declara haber lugar al recurso de casacin (nm. 1.365/87) promovido

    contra la dictada por la entonces Sala Primera de la Audiencia Territorial deBarcelona, de fecha 8 de junio de 1987, parcialmente estimatoria del recurso deapelacin (rollo nm. 901/86) interpuesto contra la dictada por el Juzgado dePrimera Instancia nm. 1 de esa Capital, de fecha 15 de octubre de 1986, enautos de procedimiento incidental sobre proteccin del derecho al honor, a laintimidad personal y a la propia imagen. Han sido parte el Ministerio Fiscal yEdiciones Primera Plana, S.A., representada por el Procurador de losTribunales don Eduardo Morales Price y asistida del Letrado don FranciscoAbellanet Guillot. Ha sido Ponente el Magistrado don Julio Diego Gonzlez Campos,quien expresa el parecer de la Sala.

    Antecedentes:

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    I. Antecedentes1. Por escrito registrado en este Tribunal el 29 de marzo de 1993, doa Mara

    Jess Gonzlez Dez, Procuradora de los Tribunales y de don Carlos LorenzoPenalva de Vega, interpone recurso de amparo frente a la Sentencia de la Sala

    Primera del Tribunal Supremo, de 20 de febrero de 1993, en la que se declarahaber lugar al recurso de casacin (nm. 1.365/87) promovido contra la dictadapor la entonces Sala Primera de la Audiencia Territorial de Barcelona, de fecha8 de junio de 1987, parcialmente estimatoria del recurso de apelacin (rollo nm.901/86) interpuesto contra la dictada por el Juzgado de Primera Instancia nm.1 de esa capital, de fecha 15 de octubre de 1986, en autos de procedimientoincidental sobre proteccin del derecho al honor, a la intimidad personal y a la

    propia imagen.2. Los hechos en los que se fundamenta la demanda son, brevemente

    expuestos,los siguientes:

    A) En 1983 se inici contra el ahora recurrente -entonces Magistrado titulardel Juzgado de Primera Instancia nm. 6 de Barcelona- un procedimiento penal pordelito de cohecho que concluy con Sentencia condenatoria. Durante latramitacin del procedimiento, el diario El Peridico de Catalunya publicvarios artculos en los que, a juicio del actor, se atentaba gravemente contrasu derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen, pues en unode ellos (correspondiente al nm. del 28 de mayo de 1983) se afirmaba, entreotras cosas, que el caso que era objeto del proceso penal se complica con

    prostitucin, trfico de drogas y divisas y, bajo el subttulo Madama de Lujo, seafirmaba que mantiene relaciones con su empleada... ambos se citaban en unapartamento de la calle del Barre, 38,... propiedad de... implicada en negociosde prostitucin, as como que ... nuevos delitos se suman al dossier y quela amistad entre la Madama y el Magistrado viene de antiguo, y el Magistrado hautilizado a la dama para el trfico de divisas y piedras preciosas. De otrolado, el 10 de julio de 1984 se public, sin su autorizacin, una fotografa delrecurrente en una fiesta privada, obtenida con engao y con la nica intencinde mofarse, como se deduce del pie con que se acompaa.

    B) El demandante de amparo interpuso demanda contra la empresa editora deldiario y otras personas por atentado contra el derecho al honor, a la intimidad

    personal y a la propia imagen. Tanto el Juzgado de Primera Instancia nm. 1 deBarcelona (Sentencia de 15 de octubre de 1986) como la entonces Sala Primera de

    la Audiencia Territorial de esa Capital (Sentencia de 8 de junio de 1987)estimaron la falta de veracidad de las imputaciones as como el engao con elque se obtuvo la fotografa. El Juzgado estim parcialmente la demanda y condena los demandados a indemnizar al actor en la cantidad de 30.000.000 de pesetas;la Audiencia Territorial rebaj la indemnizacin a 3.000.000 de pesetas.

    C) Los demandados interpusieron recurso de casacin (nm. 1.365/87) ante elTribunal Supremo, cuya Sala Primera dict Sentencia estimatoria, de 23 defebrero de 1989, en la que se decret la nulidad de todo lo actuado porconsiderar que era preferente el orden jurisdiccional penal sobre el civil, todavez que, por tratarse de un Magistrado en el ejercicio de su funcin

    jurisdiccional, las informaciones rebasaban el mbito estrictamente civil y

    podan constituir delito perseguible de oficio.D) Interpuesto recurso de amparo ante este Tribunal, la Sala Segunda dict

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    Sentencia estimatoria de 16 de diciembre de 1991 (STC 241/1991, recurso deamparo nm. 604/89), en la que se anula la del Tribunal Supremo para que seadictada otra, entendiendo que resultaba contrario al art. 24.1 C.E. impedir queel recurrente optara por la va jurisdiccional de su preferencia.

    E) La Sala Primera del Tribunal Supremo dict nueva Sentencia de 20 de

    febrerode 1993, objeto del presente recurso, en la que, apreciando la relevanciapblica de la informacin y su veracidad, anula la Sentencia de apelacin.

    3. Fundamenta el recurrente su demanda en la supuesta vulneracin por laSentencia del Tribunal Supremo de los derechos fundamentales recogidos en losarts. 14, 18.1 y 24 C.E. Segn su alegato, la resolucin recurrida se basa,sustancialmente, en que la condicin de Magistrado del recurrente hace que todossus actos, tanto en la esfera pblica como en la privada, sean de relevanteinters para el pblico, y por lo tanto no susceptibles de ser protegidos por laLey Orgnica 1/1982. Tal argumentacin la entiende completamente rechazable,incluso en casos como el presente, en el que, en la fecha de las sucesivas

    informaciones publicadas, se segua contra l un procedimiento penal, pues de locontrario se estara admitiendo que la mera apertura de un procedimiento penalcontra un funcionario pblico hara imposible la invocacin por ste de la LeyOrgnica 1/1982 en base a hechos distintos de los enjuiciados penalmente. Sudemanda de proteccin de su honor y propia imagen se fundamentaba en la

    publicacin de acusaciones gravsimas e inciertas relativas a trfico de drogas,divisas y piedras preciosas, y de prostitucin, adems de la de una fotografatomada en reunin privada en domicilio particular; por el contrario, en elsumario se hace constante referencia al procedimiento por cohecho entonces

    pendiente contra l, que nada tiene que ver con el objeto de su demanda, y sinque sea admisible que su delito pueda estar penado con ms penas que lasdispuestas en el Cdigo Penal, debiendo ser respetada su intimidad personal yfamiliar.

    Ms en concreto, alega el recurrente la existencia de una triple vulneracin desus derechos: 1.) de la igualdad en la aplicacin de la Ley, por cuanto lafundamentacin de la Sentencia recurrida lleva a la inadmisible conclusin deque los funcionarios pblicos no pueden gozar de la proteccin establecida en laLey Orgnica 1/1982 desde el momento en que se sigan acusaciones penales frentea ellos; 2.) de su derecho al honor, la intimidad personal y familiar y la

    propia imagen, por cuanto en las informaciones que dieron lugar al procedimientocivil se vertieron falsedades muy graves y socialmente deleznables, publicando

    adems una fotografa privada con el nico fin de burlarse de l, sin que nadade ello tenga que ver con su condicin de funcionario, por lo que se afectadirectamente a su mbito privado; 3.) de su derecho a la tutela judicialefectiva sin indefensin, por cuanto la Sentencia recurrida le priva de la

    proteccin que en la va civil le corresponde, como ya hizo la Sentencia de 23de febrero de 1989, posteriormente anulada por la STC 241/1991. Concluye suescrito con la splica de que se decrete la nulidad de la Sentencia recurrida yse reconozca expresamente su derecho a la aplicacin de la Ley Orgnica 1/1982 yde los arts. 14, 18.1 y 24 C.E.

    4. Por providencia de la Seccin Cuarta de 19 de julio de 1993, tras lasubsanacin de diversas carencias documentales de la demanda puestas de

    manifiesto en providencia de 15 de abril anterior, se acord admitir a trmitela demanda de amparo, as como requerir atentamente a la Sala Primera del

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    Tribunal Supremo la remisin de testimonio de la actuaciones, interesando alpropio tiempo el emplazamiento de cuantos, con excepcin del solicitante deamparo, hubieran sido parte en el procedimiento judicial, para que pudierancomparecer en el presente proceso constitucional.

    5. Por escrito registrado en este Tribunal con fecha 21 de septiembre de 1993,

    el Procurador de los Tribunales don Eduardo Morales Price, en nombre yrepresentacin de Ediciones Primera Plana, S.A., solicit se le tuviera porpersonado y parte en el presente proceso. Por providencia de la Seccin Tercerade 21 de octubre de 1993, se accedi a esta solicitud y, a tenor de lo dispuestoen el art. 52 LOTC, se acord dar vista de las actuaciones remitidas alMinisterio Fiscal y partes personadas a fin de que, en el plazo de veinte das,formularan cuantas alegaciones estimasen pertinentes.

    6. Por escrito registrado en este Tribunal el 19 de noviembre de 1993, larepresentacin del recurrente evacu el trmite conferido, reiterandosustancialmente las alegaciones ya formuladas en la demanda de amparo y elsuplico all expresado.

    7. Mediante escrito registrado en este Tribunal el 11 de noviembre de 1993, larepresentacin procesal de Ediciones Primera Plana, S.A. procedi igualmente aformular alegaciones segn el traslado conferido. En ellas, comienza por sealarla ausencia en la demanda de argumentos que apoyen las supuestas vulneracionesde los arts. 14 y 24 C.E., por lo que limita su anlisis a lo relativo al art.18.1. Respecto de l, entiende que la Sentencia recurrida se limita a aplicar ladoctrina de este Tribunal en los supuestos de conflicto entre los derechoscontenidos en el art. 18.1 y la libertad de informacin del art. 20.1 d) C.E.,en cuanto a la necesaria ponderacin de los mismos segn las concretascircunstancias del supuesto. Particularmente seala el acierto de la Sentenciarecurrida en cuanto a la prevalencia de la comunicacin libre, veraz -en elsentido de razonable comprobacin de la veracidad- y en asuntos de relevancia

    pblica, con cita de numerosas Sentencias de este Tribunal (SSTC 107/1988,214/1991, 85/1992, 219/1992, adems de las recogidas en la propia Sentencia dela Sala Primera del Tribunal Supremo) y la del Tribunal Europeo de DerechosHumanos de 8 de julio de 1986 (Caso Lingens), en cuanto a la importancia delobjeto de la informacin para fijar la preponderancia de la libertad deinformacin sobre el derecho al honor cuando aqulla se ejerce sobre asuntos o

    personas pblicas. Por ltimo, seala la exigencia de un desprecio temerario dela verdad para que la informacin sobre cuestiones pblicas y que afecta a

    personas pblicas deba ceder frente a la pretensin del demandante, doctrina que

    entiende transferible incluso a informaciones que afectan al mbito privado deuna persona pblica, y que en todo caso no se da en el presente supuesto. Portodo ello, concluye suplicando se deniegue el amparo solicitado.

    8. Mediante escrito registrado en este Tribunal el 23 de noviembre de 1993, elMinisterio Fiscal seala la ausencia en las actuaciones del procedimientoseguido en Primera Instancia, que entiende necesario para emitir el informesolicitado. Por ello pide, de conformidad con lo dispuesto en el art. 88.1 LOTC,que se recabe dicha documentacin, otorgndole nuevo plazo para formularalegaciones. A ello se provee con fecha 29 de noviembre siguiente para, porresolucin de la Seccin Tercera de 27 de enero de 1994, dar vista de las nuevasactuaciones remitidas a las partes personadas por plazo comn de veinte das,

    para que el Ministerio Fiscal pueda evacuar el trmite conferido en laprovidencia de 21 de octubre anterior y las dems partes personada completaran,

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    si lo estimaran oportuno, las alegaciones ya formuladas.9. Por escrito registrado el 23 de febrero de 1994, el recurrente reproduce las

    alegaciones ya formuladas con anterioridad. Mediante el registrado en esteTribunal el 22 de febrero, la representacin de Ediciones Primera Plana, S.A.

    pasa a completar su escrito registrado el 11 de noviembre anterior, sealando

    que las actuaciones remitidas corroboran ampliamente la razonable comprobacinde la veracidad de la informacin publicada, que lo fue adems previamente en larevista Cambio 16 -a la que constantemente se haca referencia en lainformacin del diario El Peridico de Catalunya- y de la que procedan lasfotografas sealadas por el demandante como invasoras de su intimidad. Asimismorechaza en este nuevo escrito las alegaciones del demandante en cuanto a losarts. 14 y 24 C.E. y concluye reiterando su anterior suplico.

    10. El Fiscal ante el Tribunal Constitucional, por escrito registrado el 24 defebrero de 1994, comparece en el presente proceso solicitando se deniegue elamparo.

    A) Afirma, en primer lugar y por lo que se refiere a la supuesta vulneracin

    del art. 14 C.E., que de la Sentencia recurrida no se deduce lo pretendido porel recurrente. Es doctrina reiterada que las personas que ostentan un cargo denotoriedad, o se ven involucradas en asuntos de inters pblico, han de soportarun mayor riesgo de ataque a los derechos de la personalidad que se citan. Perotal doctrina tiene carcter general, y no se establece especficamente para losmiembros de la carrera judicial ni -menos an- para el recurrente. No se trata,

    pues, de una discriminacin ad personam, sino de un criterio general en el quepuede incluirse la situacin del aqu recurrente en amparo.

    B) Asimismo, y por lo que se refiere a la supuesta quiebra del derecho a latutela judicial efectiva sin indefensin, alega el recurrente tal derecho porentender que la resolucin recurrida afirma que en ningn caso puede (eldemandante de amparo) recurrir a la va de la Ley Orgnica 1/1982, porque losfuncionarios que estn sometidos a un proceso penal no tienen ese derecho. Parael Ministerio Fiscal, por el contrario, tal conclusin no se deduce en absolutode la resolucin del Tribunal Supremo, sin que en el fondo exista otra cosa queuna discrepancia del recurrente con los razonamientos del rgano jurisdiccional,que en nada implican quiebra de la tutela judicial efectiva.

    C) Ms enjundia posee, a juicio del Ministerio Pblico, la alegacin relativaal derecho al honor. Entiende el Fiscal que la Sala Primera del Tribunal Supremoefecta en la resolucin recurrida una casustica ponderacin de los derechosfundamentales en conflicto que le ha llevado a entender preponderante, en el

    caso, la libertad de informacin, siendo ahora misin de este Tribunal valorarsi tal ponderacin fue constitucionalmente adecuada. En este punto, y con citade la STC 363/1993 que ampliamente recoge, y con ella de la numerosa

    jurisprudencia de este Tribunal all citada, entiende que la primera cuestin adilucidar estriba en determinar si la libertad de informacin se ha ejercido enel mbito constitucionalmente protegido y teniendo en cuenta la posicin

    prevalente -pero no jerrquica- de las libertades de expresin e informacinrespecto al derecho al honor dentro de dicho mbito, pues de ser positiva larespuesta huelgan ms consideraciones. Para ello, mediante detenido examen de laresolucin del Tribunal Supremo, resalta las notas de relevancia pblica y deveracidad de la informacin publicada, notas que, a juicio del Ministerio Fiscal

    evidencian no slo el hecho de la ponderacin en la Sentencia de los derechos enconflicto, sino la adecuacin constitucional de la misma, al otorgarse

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    prevalencia a la libertad de informacin tras afirmar y razonar que sta serefera a hechos de relevancia pblica y estaba debidamente contrastada.

    Por todo ello, el Fiscal concluye solicitando se dicte Sentencia denegando elamparo, por no resultar del proceso la lesin de los derechos fundamentales quesirven de apoyo a la demanda.

    11. Por providencia de 7 de septiembre de 1995, se seal para deliberacin yvotacin de la presente Sentencia el da 11 del mismo mes y ao.

    Fundamentos:

    II. Fundamentos jurdicos1. Plantea una vez ms el presente recurso, como cuestin fundamental, la de

    enjuiciar en esta sede la ponderacin efectuada por los Tribunales ordinarios enun supuesto de colisin entre la libertad de comunicar informacin y el derechoal honor, intimidad y propia imagen de quien es objeto de esa informacin. Pero

    antes de entrar a enjuiciar este aspecto fundamental de la demanda de amparo,conviene despejar -siquiera brevemente, pues igualmente breve es la alegacindel recurrente sobre estos extremos-, las dudas por l planteadas a propsitodel derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensin y del derecho a laigualdad, pues ambos los entiende vulnerados por la Sentencia de la Sala Primeradel Tribunal Supremo aqu recurrida.

    2. As, en cuanto a la pretendida vulneracin del art. 24 C.E., plantea lademanda que la Sentencia de la Sala Primera del Tribunal Supremo priva alrecurrente del acceso a la va civil de proteccin de su derecho al honor, laintimidad y la propia imagen, prevista en la Ley Orgnica 1/1982; privacin que,en el caso, entiende causativa de indefensin. Nada ms lejos, sin embargo, dela realidad.

    La resolucin aqu enjuiciada, a diferencia de la Sentencia del mismo rganode23 de febrero de 1989, dictada por la misma causa y entre las mismas partes yque fue objeto de la STC 241/1991, en modo alguno se abstiene de enjuiciar las

    pretensiones sustanciales de las partes omitiendo una resolucin en cuanto alfondo del asunto y remitindolas a otro tipo de procedimiento, como entoncesocurriera, sino que, bien al contrario, resuelve apreciar uno de los motivos decasacin de fondo formulados de contrario y, por ello, declara haber lugar alrecurso, anula las Sentencias de instancia y, en definitiva, desestima la

    pretensin indemnizatoria del hoy recurrente de amparo. No hay aqu por tanto,ni puede haberla con este contenido, ningn gnero imaginable de indefensin,sino puro y simple rechazo -adecuadamente motivado, como luego veremos, y enaplicacin de la normativa aplicable- de la pretensin sustancial del recurrente, que conesta alegacin imputa a la Sentencia impugnada un contenido del quemanifiestamente carece y que ms bien parece pretender, por esta va, replantearel asunto tal y como dio lugar a nuestra STC 241/1991, cuando, precisamente, laSentencia ahora enjuiciada se dicta como consecuencia y en cumplimiento delfallo que entonces dispusimos. Que el derecho a la tutela judicial efectiva ysin indefensin no incluye, en absoluto, un pretendido derecho a la estimacinde las pretensiones sustanciales de cada parte -lo que es de suyo lgicamente

    imposible-, resulta tan obvio como, al parecer, necesitado de reiteracin una yotra vez en nuestra jurisprudencia.

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    3. No mejor suerte, ni ms detenido anlisis, merece la segunda de lasalegaciones, que versa sobre una pretendida vulneracin del art. 14 C.E.,

    producida, a juicio del recurrente, por la exigencia de que, en lo relativo aactos no ligados al ejercicio de la funcin pblica, los funcionarios pblicosdeban recibir idntico trato al otorgado al resto de los ciudadanos. Exigencia a

    su juicio vulnerada, una vez ms, por la imposibilidad de aplicar a losfuncionarios la defensa civil prevista en la Ley Orgnica 1/1982.Basta reproducir esta alegacin del recurrente para poder apreciar que esta

    queja carece de fundamento. Una vez ms, se imputa a la Sentencia recurrida uncontenido completamente ajeno a la misma, intentando de nuevo reproducir lostrminos del proceso que dio lugar a nuestra STC 241/1991 -en la que, dicho seade paso, ya advertimos que la condicin de autoridad del recurrente, comoMagistrado y en esta calidad, constituye un elemento justificado y razonable dediferenciacin en cuanto al rgimen procesal de la proteccin de su honor,fundamento jurdico 3. a)-. La resolucin aqu enjuiciada no impide en absolutola proteccin del honor, la intimidad o propia imagen de los funcionarios

    pblicos, sino que simplemente utiliza la circunstancia de ser el hoy recurrentepersonalidad pblica (en el sentido tantas veces recogido en nuestrajurisprudencia a partir de la STC 165/1987) como un elemento ms del juicioponderativo que le lleva a estimar preponderante, en el caso, el derecho acomunicar libremente informacin de los demandados en el proceso civil. Enrealidad, lo aqu denunciado como vulneracin del art. 14 no es sino reiteracinde la supuesta vulneracin del art. 24, y basada en idntico razonamiento, porlo que merece la misma suerte desestimatoria que con anterioridad expusimos;

    pues ni en la legislacin aplicable, ni menos en su aplicacin en la Sentenciarecurrida, existe la discriminacin aqu denunciada.

    4. Reducido ya el mbito del presente recurso a su ncleo fundamental, selimita aqul a denunciar la inadecuada ponderacin efectuada por el TribunalSupremo de los derechos fundamentales en juego en el presente supuesto: el honory la propia imagen del recurrente, de una parte, y la libre comunicacin deinformacin de los demandados en el proceso civil, de otra, pues pese al siempredificultoso deslinde entre esta libertad y la ms genrica de expresin recogidaen el art. 20.1 a) C.E., parece indubitado que lo publicado se limita a exponerhechos relativos a la conducta y carcter de un Magistrado envuelto endeterminado procedimiento penal, y no, ms ampliamente, a expresar pensamientos,ideas u opiniones de los demandados en el proceso civil (SSTC 6/1988, 123/1993,136/1994 y 78/1995, entre otras).

    Para su resolucin, y sin necesidad de exponer en todos sus perfiles nuestrareiterada jurisprudencia sobre las circunstancias a considerar en tal juicioponderativo, s conviene recordar, siquiera resumidamente, las siguientes pautasesenciales: 1.) Tanto la libre comunicacin de informacin como la libertad deexpresin, ocupan una especial posicin en nuestro ordenamiento en razn de sudoble carcter de libertad individual y de garanta de la posibilidad deexistencia de la opinin pblica, indisolublemente unida al pluralismo poltico

    propio del Estado democrtico (SSTC 104/1986 y 78/1995, entre otras muchas); 2.)Tratndose, ms especficamente, de la libertad de informacin, su correctoejercicio exige que verse sobre hechos de trascendencia pblica, en el sentidode noticiables, y que la informacin facilitada sea veraz. Reuniendo tales

    condiciones, su ejercicio, en estos casos, prevalece sobre el derecho al honorde los afectados por la informacin, en tanto en cuanto sta se encuentra en la

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    base de una sociedad democrtica (SSTC 178/1993, 41/1994 y 320/1994, entre lasms recientes); 3.) Entre los elementos a tener en cuenta en la valoracin de latrascendencia pblica de los hechos divulgados cobran especial relevancia lamateria de la informacin, su inters pblico y su contribucin a la formacinde una opinin pblica libre, as como la persona objeto de la informacin,

    puesto que las personalidades pblicas, que ejercen funciones pblicas oresultan implicadas en asuntos de relevancia pblica deben soportar un ciertomayor riesgo de inferencia de sus derechos de la personalidad que las personas

    privadas, y el medio de informacin, en particular si ha sido difundida por unmedio de comunicacin social (SSTC 107/1988, 105/1990, 171/1990, 172/1990 y15/1993, entre otras); 4.) La veracidad de la informacin no debe confundirsecon una exigencia de concordancia con la realidad incontrovertible de los hechos, sinode una diligente bsqueda de la verdad que asegure la seriedad delesfuerzo informativo (SSTC 219/1992 y 41/1994, entre otras muchas).

    5. La lectura de la Sentencia recurrida evidencia -partiendo de los hechos enella afirmados, como impone el art. 44.1 b) de nuestra Ley Orgnica-, que las

    condiciones de ejercicio de la libertad de informacin que acabamos de exponer,concurren en el presente caso, como con razn destacan las alegaciones delMinisterio Pblico.

    En ella se enjuicia el supuesto de la publicacin, durante el curso de unprocedimiento penal seguido contra el hoy recurrente por delito de cohecho (concluido con Sentencia condenatoria firme), de ciertas informaciones referidasal procesado -y no exactamente conectadas con los hechos objeto del

    procedimiento penal- que el actor estim atentatorias contra su honor, intimidady propia imagen. Las Sentencias de instancia entendieron que tales informacionesvulneraban los derechos reconocidos al demandante en el art. 18.1 C.E., sin que

    pudieran cobijarse en el derecho establecido en el art. 20.1 d) C.E., pues, auncuando los hechos noticiados eran relevantes, las informaciones resultan, enocasiones, no totalmente adecuadas a la verdad pues si bien es cierta laexistencia del expediente o informacin contra el (demandante) por la remisinde annimos a Magistrados de Palma de Mallorca e incluso las huellas digitalesencontradas en uno de ellos, no se halla suficientemente contrastado que fueobligado a pedir la excedencia como actitud de confabulacin y que aun tambinsiendo cierta resultaba plena de dramatismo superfluo (fundamento de Derecho 7.de la Sentencia de apelacin). En esencia, y para el Tribunal de apelacin, elhecho de que las informaciones publicadas no se refirieran estrictamente a loshechos que dieron lugar al procedimiento penal, as como la circunstancia de que

    no fueran, en ocasiones, totalmente adecuadas a la verdad, exiga tener porilegtimas las intromisiones en el honor del recurrente.Por el contrario, en la Sentencia del Tribunal Supremo, ahora impugnada, el

    razonamiento que lleva a la desestimacin de la demanda parte precisamente deresaltar el carcter pblico de la persona objeto de la informacin, lasrelaciones que mantena con ciertas personas y el dudoso ambiente en que stasse movan, y la trascendencia igualmente pblica de los hechos relatados,manejando adems un concepto de veracidad que es justamente el establecido ennuestra jurisprudencia, como acabamos de exponer.

    Este ltimo planteamiento responde adecuadamente a los elementos que, comovimos, deben ser objeto de ponderacin en el juicio que nos ocupa. Que un

    Magistrado, titular de un poder del Estado y que se ve sometido a enjuiciamientopenal -y con posterioridad condenado- por delito cometido en el ejercicio de su

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    funcin como tal, es personaje pblico a efectos de ponderar este dato en unsupuesto de colisin entre los derechos a la informacin y al honor, no parecedudoso; que poseen indudable inters pblico las circunstancias que rodean losgraves hechos que dieron lugar a ese enjuiciamiento, tampoco; y que lainformacin aparecida en el medio de comunicacin social demandado es veraz, en

    el sentido de diligente bsqueda de la realidad informada y de un serio esfuerzoinformativo -en este caso compartido con otros varios medios de comunicacin-,aparece igualmente claro en el fundamento de Derecho 5 de la Sentencia delTribunal Supremo. Todo ello evidencia que la resolucin impugnada utiliz en su

    juicio ponderativo las circunstancias que este Tribunal tiene reiteradamenteestablecidas, de modo que el resultado de ese juicio es plenamente concorde conel valor preponderante que, precisamente porque se renen estas circunstancias,debe predicarse aqu de la libertad de informacin. El que parte de lasinformaciones publicadas se refieran a extremos ajenos al procedimiento penalseguido contra el aqu recurrente y que tampoco puedan estimarse comoabsolutamente ciertas, no es obstculo a que queden amparadas por la libertad de

    informacin cuando, como aqu ocurre, afectan a personalidad pblica, en asuntode pblico inters, y, como afirma el Tribunal Supremo, han sido obtenidas porel medio de comunicacin usando las fuentes informativas a su alcance yreuniendo las condiciones necesarias para poder ser estimadas como veraces,siguiendo as la doctrina de este mismo Tribunal.

    6. No mejor suerte merece la alegacin del recurrente relativa a la supuestalesin de su derecho a la propia imagen que se derivara de la publicacin el 10de julio de 1984, de una fotografa en la que se le observa en compaa de otroMagistrado -tambin objeto de enjuiciamiento penal por los mismos hechos que elhoy recurrente-, con ocasin de una reunin privada, y sin que diera en absolutosu consentimiento a la difusin pblica de la misma.

    La fotografa en cuestin -acompaada de un pie de foto en el que literalmentese afirma: J.G.L. (el otro Magistrado) y Carlos Lorenzo Penalva de Vega, en

    pose amistosa tras una fiesta campera desarrollada en la plaza de toros privadadel primero de los Jueces- apareci publicada en Cambio 16 y se inscribe enuna informacin ms amplia -bajo el titular El Supremo procesa a dos Jueces porsupuesto cobro de "favores"- en la que se da cuenta del procesamiento de ambosMagistrados por Auto de la Sala Segunda del Tribunal Supremo del da anterior,recogiendo sustancialmente el contenido de dicho Auto. No parece, en estecontexto, que la referida fotografa pueda desvincularse de la totalidad de lainformacin, entre cuyos propsitos no es ilgico deducir que se encontraba el

    de transmitir -e incluso acentuar- la estrecha amistad existente entre los dosMagistrados sujetos a procesamiento por un mismo comportamiento delictivo,amistad, o estrecha relacin si se prefiere, que no es descabellado colegir queresultaba altamente favorecedora, por lo menos, de los hechos que dieron lugaral procesamiento de ambos. La imagen difundida -que se toma de otro medio decomunicacin, por lo que la posible irregularidad de su captacin le seraimputable a este otro medio-, es por lo dems altamente inocua, sin que seadvierta intencin insultante o propsito de mofa, ni en ella ni en el brevetexto que le sirve de pie.

    As englobada en la totalidad de la informacin -criterio tambin utilizado porla Sentencia de la Sala Primera del Tribunal Supremo, fundamento de Derecho 6.-,

    no es dudoso que participa de las mismas caractersticas de aqulla, y que nopuede ser objeto de juicio diferenciado del que en general merecen los datos

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    puestos en conocimiento pblico por el medio de comunicacin codemandado en elproceso civil: informacin referida a persona pblica, en asunto de evidenteinters general y veraz. Otra cosa sera tanto como afirmar que slo la libertadde comunicar informacin por medio de palabras -escritas u oralmente vertidas-se encuentra constitucionalmente protegida, o al menos, que la libertad de

    informacin escrita posee un rgimen distinto y privilegiado a la que secomunica por medio de la imagen grfica. No es por ello procedente que demos ala publicacin de la fotografa un tratamiento distinto al que merece elconjunto de la informacin, ni que reiteremos la razn de que, inscribindose enel mbito constitucionalmente protegido de la libertad de informacin, sta deba

    prevalecer, en el caso, tambin sobre el derecho a la propia imagen delrecurrente.

    7. Todo ello evidencia que la resolucin recurrida -que en los fundamentos deDerecho 3. y 4. se preocupa adems de recoger la jurisprudencia constitucionalal respecto-, es plenamente adecuada a los criterios que antes expusimos. Losderechos fundamentales del recurrente no padecieron con la Sentencia que

    enjuiciamos. De un lado, porque no es cierto que en ella se niegue a losfuncionarios pblicos el derecho al honor, la intimidad y la propia imagen;simplemente afirma que, ponderadas las circunstancias del caso y habida cuentade la relevancia pblica de la informacin -dada la profesin del demandante ysu procesamiento penal- y de la veracidad de la misma, el derecho del art. 18.1C.E. deba supeditarse al reconocido en el art. 20.1 d) C.E. De otro, porquetampoco es cierto que las informaciones fueran irrelevantes e inveraces; lo

    primero queda claro en la Sentencia recurrida; tambin lo segundo, pues elTribunal Supremo ha tenido por probada la veracidad de las informaciones,desdeando determinadas imprecisiones de carcter tcnico-jurdico y ajustndose, conello, al concepto jurisprudencial de veracidad como constatacindiligente de la realidad de lo informado y no como necesaria adecuacin, entodos sus extremos, a la verdad objetiva del hecho noticiado. La Sentenciarecurrida ha acertado en su ponderacin, aplicando correctamente los criteriossentados por este Tribunal en su ya abundante y matizada jurisprudencia; porello, la alegacin del recurrente relativa a la pretendida quiebra de su derechoal honor, intimidad y propia imagen debe ser tambin desestimada.

    Fallo:

    FALLOEn atencin a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional, POR LA AUTORIDADQUELE CONFIERE LA CONSTITUCION DE LA NACION ESPAOLA,Ha decidido

    Desestimar el presente recurso de amparo, interpuesto por don Carlos LorenzoPenalva de Vega.

    Publquese esta Sentencia en el Boletn Oficial del Estado.Dada en Madrid, a once de septiembre de mil novecientos noventa y cinco.