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Managua, Nicaragua/// Noviembre 2012/// Edición Nº 1 Entre el mito y la realidad de ley 747 Reportaje Brackets la moda que incomoda Croniplaces Entrevista con La reina del sazón nicaragüense MARIA ESTER Nicaragua con suficiente sangre Con- Gente Dora María Téllez Donde se lee y se encuentra de todo

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revista con varios tema, realizada para estudiantes universitarios

Transcript of la 28

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Managua, Nicaragua/// Noviembre 2012/// Edición Nº 1

Entre el mitoy la realidad de ley 747

ReportajeBrackets la moda que incomoda

Croniplaces

Entrevista conLa reina del sazón nicaragüense

MARIA ESTER

Nicaragua con su�ciente sangre

Con-GenteDora María Téllez

Donde se lee y se encuentra de todo

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Ronal Moises Z.realizando el truco TROUTSIDE, TAILSLIDEen el parque Luis Alfonso

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Paw Paw

Con-Gente

Croniplaces

Con-Traste

Reportaje

El Grinch

Con-Dimentos

Con-La Opinión

Indice

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En La 28, al igual que, cuando abordas un autobús y no sabes que te encontraras dentro, es una revista donde hay secciones para todos los gustos. Desde los diferentes géneros narrativos del periodismo hasta los

cuentos gruñones de la “Sección El Grinch” y una que otro texto de nuestros colabora-

dores.Entre los redactores y los colaboradores “La

28” espera no solo ser un deleite en el diseño, ya que se juega con las nuevas tendencias de la infografía,

también quiere que los lectores tengan el placer de pasar cada una de las páginas y estar seguros que, la siguiente la disfrutaran de la misma manera.

la editorial:A

PORQUE EN ESTA REVISTA SE LEE Y SE ENCUENTRA DE TODO UN POCO.

Editora: Byanka Vanessa Narváez

Redactores: Luis Enrique Palma.Luz Malena GóngoraYubelka Dayana Mendoza. María José Bravo.Colaboraciones: Guillermo Rothschuh VillanuevaErick Garcia.Maria Esther Lopez.

ColaboradoresMario Collado/ fotografía Fernando Urroz/ Diseño

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Entre el mito y

la realidad de ley 747

María José Bravo

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Ser sometidos a situaciones de crueldad o abandono son las dos opciones que se perfilan en la realidad de los animales de Nicaragua. Dos años han transcurrido desde que se aprobó en el país la ley para la Protección y Bienestar Animal (747), pero la arraigada cultural de maltrato animal en la población, contra-rresta los esfuerzos de quienes defienden a estos seres sin voz.Falta de presupuesto, desconocimiento de ley y el poco temor a las penalizaciones son algunos de los alegatos que salen relucir cuando se habla de la protección a los animales silvestres y domesticados; afortunadamente el panorama no es tan desalentador y aún hay quienes están motivados a velar por el bienestar de los animales.

Un proceso muy criticado El anteproyecto de ley fue propuesto en la agenda parlamen-

taria en el 2007 por el diputado Wilfredo Navarro, que en ese en-tonces fungía como Primer Secretario de la Asamblea Nacional y contó con el apoyo de otros parlamentarios como la ex diputada Mónica Baltodano. “Yo me siento como el papá de la ley”, asegu-ra Navarro quien aún recuerda las críticas que le hacían movimien-tos feministas quienes sostenían que discutir sobre la protección animal en la Asamblea Nacional era un tema banal e innecesario.

Según Navarro, cuando comenzó la consulta amplia sobre la ley del bienestar animal, los medios de comunicación también tra-taron de deslegitimar la iniciativa de esta con el argumento que este tema no necesitaba ser discutido. En el proceso de discusión de la ley, un grupo de diputados encabezados por Eliseo Núñez pidieron que se suspendiera la sección para retomar otros temas que estaban en agenda y que según ellos se les tenía que dar más prioridad. Pero en-tre tantas calamidades y controversias la ley se puso en discusión.

La ley para la Protección y Bienestar Animal está conformada de 81 artículos contenidos en 11 capítulos. El capítulo 3 se hace mención a la creación de centros de atención y rehabilitación para los animales, pero hasta la fecha no se ha creado ni un solo centro por parte del Estado.

Porque los animales les importanEnrique Rimbaud es el presidente y veterinario de Funda-

ción AMARTE; esta trabaja de forma independiente por el bienes-tar animal. Además tiene alianzas con los gobiernos municipales a los cuales les hace propuestas modificadoras y ampliatorias de la ley.

Entre las ordenanzas que se encuentran en discusión con los gobiernos municipales se destaca un proyecto para regular la carga de los carretones halados por cabellos, el primer censo de animales y la regulación de la venta de animales en centros co-merciales. Uno de los logros alcanzados por la fundación AMAR-TE este año, fue la aprobación por parte de la Asamblea Nacional para declarar el 4 de octubre como el día del animal Nicaragüense.

En estos dos años luego de la aprobación de la ley, solo se co-noce de dos casos en donde se penalizó con cárcel a los infracto-res de la ley. Dos mujeres fueron condenadas a dos años de cár-cel por tomar lapas de la reserva Indio Maíz y el otro caso fue un hombre que recibió cárcel por encontrarle 20 monitos cara blanca.

La fundación AMARTE recibe un aproximado de 10 denuncias diarias de maltrato animal y el Zoológico Nacional unas 100 por mes. Los animales salvajes rescatados por la fundación son rehabilitados para ser enviados al Zoológico Thomas Belt en Juigalpa o simplemen-te son liberados en áreas protegidas. Los perros y gatos rescatados por la fundación son rehabilitados, enviados a casas particulares que sirven como hogares temporales y luego son puestos en adopción. Los anima-les rescatados por el Zoológico Nacional son rehabilitados en el centro de rescate del mismo para luego ser liberados en reservas naturales.

¿Maltrato animal como tradición cultural?“Yo me niego a que se le diga manifestación cultural a una si-

tuación de maltrato animal”, enfatiza Rimbaud. Hacer que el ga-llo se trague balines de metal para que gane peso, quemarle las plu-mas y mutilarlo son algunas de las prácticas que todo gallo de pelea sufre para que los humanos se delinten al verlo pelear hasta su muerte.

En Costa Rica se prohibieron las apuestas monetarias en las peleas de gallo y a los pocos meses estas desaparecieron. Rimbaud considera que si la medida aplicada en Costa Rica se pone en vigen-cia en Nicaragua las galleras también desaparecerían y se demostra-ría que la pelea de gallos no es una práctica cultural , sino monetaria .

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Perrito que está siendo rehabilitado por veterinarias en la fundación AMARTE

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Marcela Zúniga al lado de su perrita adoptada llamada Sapito

Como explica el psicólogo, Iván Ruíz, el maltrato animal puede responder a varios factores. Hay personas sometidas a violencia quie-nes después maltratan a animales por ser seres inferiores a ellos; existe también el factor cultural, puesto que los seres humanos son expues-tos a violencia desde muy temprana edad, o bien, el paradigma cultu-ral implantado desde todos los tiempos, que los animales no sienten.

Estudios psicológicos indican que el hombre tiene más ten-dencia a ser maltratador, ya sea de mujeres o de animales; en Ni-caragua vivimos en una sociedad androcéntrica que le exige al hombre demostrar su poder de forma violenta. “Se puede decir que de 4 maltratadores de animales 3 son hombres “, explica Ruíz.

Ayuden para que nosotros ayudemos Marcela Zúniga es la encargada del área de adopción de la funda-

ción AMARTE, aconseja que es mejor adoptar un perro sin casa que com-prar a uno de raza. Luego que los perros son rescatados y rehabilitados se les asigna a un hogar temporal donde se preparan para ser adoptados.

Se toma la idea de los hogares temporales pues en Nicaragua no hay albergues para animales; el problema es que casi nadie quie-re servir como hogar temporal. Zúniga explica que a los hogares tem-porales la fundación AMARTE les proporciona el alimento y la aten-ción veterinaria para el animalito, pero a pesar de eso hay mucha renuencia por parte de la población a colaborar como hogar temporal.

Para el proceso de adopción se suben las fotos de los animales ya re-habilitados a internet. La persona interesada en adoptar tiene que llenar el formulario y pasar una inspección para que la fundación determine si la persona y su hogar brindan las condiciones básicas para poder adoptar.

“Tenemos que determinar que perrito es apto para cada familia y viceversa”, aclara Zúniga. Luego de ser dado en adopción, el formu-lario específica que miembros de la fundación realizaran inspecciones esporádicas para comprobar si el animal está en buenas condiciones.

Cuando una persona adopta un perrito de la fundación, se le solicita que donen medicina para la clínica, pero si la perso-na no tiene muchos recursos se aceptan donaciones hasta de al-godón. Uno de los fenómenos que se repite es que los hogares temporales se encariñan tanto con los perritos que se llegan a quedar con ellos. Rimbaud sostiene que “mientras más hogares tem-porales surjan, la fundación podrá seguir rescatando más animales”.

“A la gente en Nicaragua no le gusta denunciar el maltrato de nin-gún tipo ya sea doméstico o animal “, indica Zúniga. El problema es que para hacer los decomisos de animales maltratados se necesita saber de los casos. El procedimiento implica hacer la denuncia en el distrito poli-cial correspondiente y presentar evidencia ya sea fotos o videos; pero la gente solo llama a la fundación y ya. “Nosotros no podemos actuar solo con una simple llamada telefónica, necesitamos que la gente presente evidencias “, enfatiza Zúniga. Si en la denuncia se presentan pruebas, la Policía y la Fundación Amarte se coordinan para hacer el decomiso.

No es un imposible Ya sea con las regulaciones de la ley, donaciones y con la lenta acep-

tación de propuestas modificadoras y ampliatorias de la ley, el tema de la protección animal trata de abrirse paso en una sociedad que da priorida-des a temas económicos, políticos y sociales. La ley es el primer paso, pero también hay que sensibilizar a las personas culturalmente sobre el tema.

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El Show nodebe continuarMaría José Bravo

Los circos existen e incluyen entre sus giras a países como Nicara-gua no tanto por el hecho de que su presencia es legal en el país, sino por-que están seguros que hay gente que les pagará por sus funciones. Como saben que el nica es buen recibidor de todo lo que sea gratis, en medios de comunicación afines al gobierno, se regalaron y rifaron boletos para este circo con animales. Gobierno, medios de comunicación y circos, que com-binación más repulsiva; los tres engañan y son aceptados por las masas.

Cuando se asiste a un espectáculo circense con animales, en esa misma proporción ayu-damos al crecimiento del negocio y a que se perpetúen las prácticas perversas en contra de estos seres inocentes. Contrariamente a lo que se piensa, la piedad que tengamos por los anima-les nos aleja cualitativa-mente de la condición de

irracionales, y nos acerca a una necesaria armonía entre razas. Si la ley permite que los circos continúen con la función, que

no sean nuestros Córdobas pagados en taquilla los que reafirmen la existencia de estos espectáculos crueles. Tampoco hay motivos para temer que la ciudad se quede sin eventos circenses. Hay muchas alter-nativas sin crueldad. El circo más prestigioso del Mundo es el cana-diense Cirque du Soleil, el cual no utiliza animales en sus exhibiciones.

La educación que debemos trasmitir a los niños debe es-tar basada en el conocimiento, disfrute y observación de las di-ferentes especies en plena libertad, considerando que en este medio es donde adquieren su verdadero valor, muy lejos de ser ex-plotados y obligados a desarrollar comportamientos antinaturales.

Aunque los espectáculos de circo no sean aparentemente espectácu-los violentos, en realidad para los animales son una condena a cadena per-petua y trabajos forzados, ya que sus vidas se convierten en una auténtica tortura, tanto en el escenario como fuera de él. ¿Y vos, vas a pagar por eso?

Hay artistas que deciden unirse al circo, personas que deciden pagar la entrada, niños que aplauden en cada acto de la función; todos deciden, menos los anima-les que están reclutados bajo la carpa. En Nicaragua,

los Diputados en el 2010 decidieron a través de la Ley de Bienestar y Protección Animal, permitir la visita de circos con animales al país.

El colorido y la música del circo distraen el hecho de que los anima-les en estos lugares están atrapados y son forzados a hacer actos no natu-rales y dolorosos. Los circos perderían todo su esplendor si los detalles de su maltra-to, captura y entrenamien-to fueran dados a conocer.

Por lo general es en Managua donde se alberga a los circos famosos que visi-tan al país. En el 2011 se dio la última visita de un circo con animales en la capital; en esa ocasión activistas que velan por el bienestar animal protestaron en las afueras del circo. El clamor de los protestantes se vio opacado días después, con todo el público que se abarrotaba en las taquillas del cir-co para comprar un boleto. ¿Le podemos llamar a esto magia del circo o morbo del público? , creo que la segunda opción es la más apropiada.

No seré muy dura y asumiré que la mayoría de los asistentes pe-caron por omisión. Muchos no saben que aquellos números o trucos que tanto gustan al público se obtienen tras horas de entrenamiento durísimo que causa angustia y sufrimiento a los animales sometidos.

Es parte de la práctica del entrenamiento, el hecho de que los ani-males de circos sean golpeados, asustados, encadenados y sometidos a latigazos para que estos realicen trucos constantes que ni siquiera pueden comprender. Muchos circos no tienen mucho dinero y como resultado, los animales que usan sufren de un cuidado inadecuado.

Los animales que son grandes y naturalmente activos, son forzados a pasar la mayor parte de su vida en pequeñas jau-las y únicamente son sacados por periodos de tiempo cortos, para entrenar o actuar. Es triste, pero los aplausos y risas del público son provocados a través del sufrimiento de los animales.

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CON–GENTEUna mujer sin

favoritismosDe cabello varonil, casi blanquecido por el tiempo,

Dora María Téllez, es una ex guerrillera de incansa-

bles pláticas. Capaz de responder a cualquier pregun-

ta relacionada con política e historia, incluso uno que

otro tema de cultura general. Sin embargo cuando

se pregunta sobre su vida personal, responde poco,

algunas veces nada y cuando le das opciones, para

ella no hay nada favorito.

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CON–GENTE

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CON–GENTE

Byanka Narvaez

Siempre se le ve con sus pantalones negros de vestir, a veces con unos jeans lavados, camisas a cuadros o de rayas, remangadas hasta los codos. “La Comandante Dos” es una mujer relacionada siempre a la política o sucesos históri-

cos, pero al igual que los demás tiene ciertos pasatiempos.“Entre mis pasatiempos favoritos están la lectura y la investigación,

me gusta dedicarle tiempo al jardín de mi casa y jugar con mis perras que tengo y ver películas de todos los géneros, excepto uno, las de terror”, dice Dora, mientras cruza de brazos.

¿Y porque no le gusta el género de terror?“No sé, me da miedo (dice entre risas), simplemente no me gusta

ver algo que me cause miedo”.Es casi ilógico, que una de las mujeres que fue parte de las luchas ar-

madas y participó en la toma del Palacio Nacional en 1958, tenga miedo a la ficción, "simplemente no me gusta ver algo que me da miedo".

¿Con quienes vive en su casa?Pues antes vivía con mi padre en Las Colinas, pero él ya murió hace

8 años, así que ahorita vivo con una muchacha que es como hermana menor, mía y de mi hermano que se crió con mi mama.

Dora María nació en Matagalpa el 21 de noviembre de 1956 y entre las anécdotas que atesora de su niñez, son las amplias caminatas que hacían todos los domingos en la mañana por las montañas al lado de su padre y su hermano que es mayor que ella.

Para la Comandante Dos, el día de su cumpleaños es normal. Sim-plemente no lo celebra ¿Por qué? Según ella aun no tiene una explica-ción, pero nunca lo ha hecho. Así mismo con los días festivos, “son cosas que no llaman la atención”. Lo único que recuerda celebrar eran los 25 de diciembre junto con su mamá, que siempre organizaba un almuerzo y luego tenían "derecho de celebrar fin de año cada quien por su lado".

Parte de sus compañías son "tres perras", que para ella no son mas-cotas. Son parte de sus amistades. Sus nombres son blanquita, negrita y café, "tienen esos nombres por sus colores, ellas no son mis mascotas, son mis amigas".

Sin embargo cuando se le pregunta por algo favorito en particular, te responde todo en una misma frase "yo no tengo nada favorito, nunca he podido responder a esas preguntas".

En estos momentos MaríaTellez trabaja en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, IHNCA, aunque por muchos años ocupó diferentes cargos políticos, ahorita solo forma parte de El Movimiento Renovador Sandinista. “No me llama la atención un cargo político en estos momentos, yo hago política, pero no por cargos".

En un futuro cercano le gustaría escribir una novela, aun sin tener una idea clara. A diario trata de escribir un poco sobre lo que podría ser en un futuro sus memorias sobre su vida en la guerra y los diferentes episodios que han marcado la historia de su vida.

Entre sus proyectos están el de tener una radio, pero "el Gobierno Central jamás le daría una frecuencia", aunque "tomará la tecnología como segunda opción, porque ahí podrá hablar lo que quiera y nadie la podría parar".

Dora María Tellez, es y será una de las mujeres más enigmáticas del país. De su vida personal se conoce poco. Con una historia personal, demasiado buena para contar, y siempre con la disponibilidad para hacerlo, para ella hay tres cosas que no puede contestar, gustos, religión y su preferencia sexual hacía las mujeres.

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CRONIPLACES

Entre verdes y cafésYubelka Mendoza González

Pareciera que en este lugar no hay más colores que el verde y el café. Es más, ni los rayos amarillos del sol logran penetrar. Mejor dicho, los árboles no se lo permiten. Cuando uno se logra filtrar, toca la tierra húmeda ya palidecido por los vivos colores de las verdes hojas. Es el arboretum más grande de Managua, el Arboretum Nacional. Está ubicado en la Avenida Bolívar, a 75 varas al este de Plaza Ínter. Mide aproximadamente una hectárea y media.

Contradictoriamente el lugar está ubicado en el centro de Managua, donde el caos no falta. En la carretera los autos no dejan de transitar. Uno tras otro. Mientras dentro del arboretum apenas se logra escuchar el sonido de algún pájaro. Aun así, el lugar ha logrado sobrevi-vir desde 1992.

El recibimiento que este lugar da a sus visitantes es un árbol con un letrero que dice coffea arabica. En castellano significaría café, pero acá muy poco está en castellano. Las plantas tienen rotulitos con sus nombres comunes y sus nombres científicos. Aunque algunos solamen-te tiene el nombre científico.

Alfredo Grijalba, biólogo-botánico-taxónomo y director del Herbario Nacional, define al arboretum como “una colección de árboles, arbustos y vejucos”. Ese es el concepto general de un arboretum. De plantas vivas. Estas son extraídas de la naturaleza para cultivarlas o sembrarlas en un área determinada. Hay algunos arboretum que se desarrollan dentro de un área natural, de un área seleccionada y lo único que se hace es enriquecer la colección. Enriquecer la colección en el sentido que se introducen otras especies, dependiendo del objetivo del arboretum.

Este lugar es parte del Instituto Nacional Forestal, Inafor. El libro Importancia y funcionamiento del Arboretum Nacional, escrito por el científico Juan Bautista Salas Estrada, es la memoria escrita de este lugar.

Es un libro antiguo. Su primera y única edición fue en 1994. Y solo

se encuentra en este lugar. No hay copias. No está ni en la biblioteca nacional ni en ninguna otra. Es un libro único, literalmente.

Según este documento, el Arboretum Nacional fue fundado por un decreto nacional que emitió la presidenta de la república en ese entonces, Violeta Barrios de Chamorro. El espacio fue donado por el Ejército Nacional. Fue inaugurado el 26 de junio de 1992, por la enton-ces presidenta.

Aunque la inauguración oficial fue el día del árbol de 1992, en junio de 1991 se plantó el primer árbol. Fue un madroño y fue plantado por Jaime Íncer Barquero. El árbol aún se conserva.

Los fines de la fundación de este arboretum fueron meramente educativos, es decir, el propósito fundamental era mostrar la flora nacio-nal y aspectos sobre ella. Sin embargo, Alfredo Grijalba asegura que en el Arboretum Nacional no solamente hay especies nativas.

La humedad, el silencio y el aire y los árboles forman al arbore-tum. Las hojas forman una cortina, por la que muy difícilmente se puede apreciar el cielo. Las hojas secas adornan el suelo humedecido.

El arboretum está dividido en cuatro partes: Región Pacífico, Región Norcentral, Región Central y Región Atlántica. Según Ruth Cárdenas, docente guía de este lugar, no están contabilizadas cuántas especies hay por región, pero sí en total, que son 235. Y hay más de mil árboles por todos.

Ruth es una mujer de 34 años. Morena baja, medio robusta y medio tímida. Su profesión es maestra de primaria, sin embargo asegura estar capacitada para ser guía de este lugar.

—A nosotras nos han dado capacitaciones y charlas sobre el lugar y sobre las plantas. Además, ya llevamos mucho tiempo trabajando aquí.

Cuando dice nosotras se refiere a ella y a su compañera Karla Delgadillo. Son las dos docentes guías del lugar. A parte de ellas también está Juan Zelaya, jardinero; Roberto Domínguez, encargado del lugar y dos técnicos jardineros más. Roberto ahorita no está porque anda en una capacitación junto a los dos técnicos jardineros.

¿Cuándo regresa él? Regresan hasta como el viernes de la próxima

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CRONIPLACES

semana

Hoy es miércoles. Cuando Grijalba dice que no solo es de especies nativas, quiere decir que no solamente hay plantas de Nicaragua, sino que también han introducido especies de fuera del país.

El Arboretum Nacional es una colección de árboles, principal-mente árboles, de diferentes partes del mundo y de Nicaragua, princi-palmente de Nicaragua. Se fue a hacer una recolección por todo el país y se introdujeron en esta área determinada, que es de ¿una hectárea? Hectárea y media ,Hectárea y media. No sé cuántas especies habrá 235 en total 235. Creo que no tienen bejucos. Tienen algunos arbustos y algunas plantas que no corresponden. Como por ejemplo alguna herbá-cea, como es el caso de la Piñuela. Estas no son parte de la colección de un arboretum.

¿Y cuál es la diferencia entre un árbol y un arbusto? Bueno. Los árboles son generalmente aquellas especies que

tienen tronco, tallo definido, y una copa, que son las ramas. Y generalmente miden más de cinco metros. Los arbustos, son plantas leñosas también, pero no tienen un tronco común definido. Es decir, salen varios troncos de la base. Y alcanzan alturas menores de cinco metros.

Karla Delgadillo, una de las docentes guías, tiene 43 años, pero aparenta menos. Es morena, robusta, cabello negro, voz de niña y la feli-cidad se le sale por los poros. Tiene 14 años de trabajar en el arboretum. Asegura que su trabajo le gusta mucho. Y que lo de la felicidad se debe a que vive una vida plena.

A lo mejor es porque no tengo hijos. O tal vez es que nunca he tenido marido—dice como tratando de disimular no sentir nada— O tal vez es por que vivo una vida sin preocupaciones. Nada me afecta intenta sacar una sonrisa.

Cuando esta mujer habla, transmite paz. Si se está con ella, pare-ciera estar respirando el oxígeno que los árboles transmiten. Le gusta hablar y preguntar.

Aproximadamente al día son ochenta personas las que visitan el arboretum. Entre estudiantes y visitantes particulares. El costo de la entrada es de cinco córdobas. Se hace un tour y se explica cada región. El visitante puede quedarse lo que quiera. Los horarios son de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, de lunes a viernes. Sábado y domingos no abren.

La gente viene a relajarse un rato. Aburrida del calor y del sol de afuera. Aquí vienen a comer, por eso se construyeron esas bancas, para que se sientan cómodos dice Ruth.

Son las doce de un medio día de un miércoles de octubre. Pero parece, dentro del arboretum, que está amaneciendo, cuando el sol empieza a aparecer y apenas se logra sentir uno que otro rayo acaricián-dote. Así es este lugar. Mientras afuera, en la carretera, el sol, el calor, el ruido y el olor, hacen recordar que se está en Managua.

Nicaragua con suficiente sangre

Es grande. El lugar es grande. La temperatura se mantiene entre los dos y los ocho grados. Las paredes son blancas. El aire acondicionado se mezcla con un pequeño olor a alguna medicina, que más bien simula olor a sangre.

Sangre, paquetes globulares, plasma fresco congelado, plaquetas. Y más sangre. José Ángel está revisando los contenedores. Abre uno y dice que no se puede mantenerlos abiertos por mucho tiempo. Saca una mesita de ruedas, de esas que se utilizan en los hospitales para colocar las herramientas en las cirugías. La mesita es plateada y encima de ella hay sangre. Doce paquetitos con sangre. José Ángel toma uno.

Es imposible que huela a sangre. Estos empaques son completa-mente herméticos.

Yubelka Mendoza González

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Es cierto: los empaques son herméticos. Y aun así, el tibio olor a sangre se siente. Para el terremoto que devastó Managua en 1972, la sangre era escasa. Esa fue la premisa que dio paso a la creación de un banco de sangre. Aunque hasta cuatro años después, en 1976, se tomó la decisión de crearlo. Se le llamó Servicio Nacional de Sangre, que es parte de la Cruz Roja Nacional.

Según la página web de la Cruz Roja Nicaragüense, el Centro Nacional de Sangre de la Cruz Roja es el más grande de Nicaragua y de Centroamérica. Está ubicado en Managua. Sin embargo el Servicio Nacional de Sangre está formado por cinco bancos en toda Nicaragua. Dos de captaciones, procesamiento y despacho. Estos están en Managua y Estelí. Y tres bancos más en León, Juigalpa y Matagalpa que hacen extracciones y entregan a los hospitales.

La sede del Servicio Nacional de Sangre está ubicado en el Reparto Belmonte, Managua. En este mismo lugar está ubicada la sede central de la Cruz Roja Nicaragüense. Es un lugar poco frecuentado. Las personas que se logran observar, la mayoría, están vestidas con uniforme de la Cruz Roja. Pareciera que es un lugar privado. No hay quien llegue aquí por equivocación.

En la recepción del banco de sangre hay poca gente. La mayoría de los que llegan lo hacen para realizarse un examen de sangre y así saber su tipo. Son pocas las personas que llegan a donar allí, alrededor de cuarenta diarias. En las once unidades móviles que tiene el banco de sangre, es donde la captación es mayor, entre 180 y 200 unidades diarias. Eso dependerá del lugar que visiten.

Un chavalo con los ojos tristes entra en la sala. Se acerca a una de las ventanillas y le dan un papel emplasticado. “Sentate y leelo”, le dice la mujer de la ventanilla. Se sienta y lo lee. Él es Joel Hernández Guido. Tiene 17 años y en este momento se dispone a donar sangre por segunda vez.

Vos sabés que donar sangre salva vidas. Los accidentes pasan todos los días. Yo dono porque es necesario. Algún día mi familia puede necesitar. Y no solo mi familia, si no que yo también. Como esta es la segunda vez que voy a donar quiero que se me haga una rutina.

Habla con timidez. Pareciera que sus ojos están próximos a cho-rrear lágrimas. De repente una mujer baja, medio robusta y con una bata blanca pregunta quién va a donar. Dice, ordena más bien, que pase.

Esperame. Ya me toca a mi turno-dice Joel y entra al cuartito.La sangre es un líquido que solo el cuerpo humano es capaz de

fabricar. Para donar es necesario tener un buen estado de salud. El proceso es rápido. Sacan la cantidad de sangre del cuerpo, 450 mililitros, lo que tarda entre cinco y siete minutos. Luego el donante tiene que reposar. Se le regala un refrigerio, que comúnmente es un jugo y una galleta. La sangre extraída es llevada al laboratorio, donde se le realizan las pruebas debidas para certificar si el donante no tiene alguna enfer-medad. Si la sangre resulta enferma, el donante es notificado inmediata-mente. Si no, se le extiende un carné de donante voluntario, por parte de la Cruz Roja.

La donación de sangre conlleva muchos mitos. Los más comunes

son: si dono, me engordo. Si dono, me enfermo. Si dono una vez, voy a tener que donar siempre. Si dono, me adelgazo. Para Johely López, la coordinadora nacional de la promoción de la donación de sangre, los mitos son para excusar la no donación.

A mí siempre me gusta poner como ejemplo el período de la mu-jer. Cuánta sangre se bota, digamos, en ocho días. Imagínate pasar ocho días con hemorragia. Y cuando se dona, apenas la cantidad es mínima. Es lo que la OPS (Organización Panamericana de la Salud) ha mandado. Así que no hay excusas para no donar. Si se engorda es por los alimentos que consume. Si se adelgaza es por el metabolismo. Nada tiene que ver la donación de sangre.

En este momento, son mil 300 unidades de sangre las que hay en los frízeres, los que tienen una capacidad de mil 700. José Ángel, el encargado del lugar, dice que la sangre, que se mantiene en una tempe-ratura de dos a seis grado, solamente puede durar un mes. En cambio los plasmas, sustancias amarillas, se mantienen congelados y no caducan hasta después de un año, por lo que están congelados.

Para Johely, el banco de sangre está pasando por uno de sus me-jores momentos. En un mes promedio se logran captar entre cinco mil y seis mil unidades de sangre. Y en todo octubre fueron más de siete mil unidades las que se lograron captar.

Los tipo de sangre más difíciles de encontrar son todos lo negati-vos, asegura Johely. Sin embargo, no es excusa para lo que tienen tipos de sangre positivos, no donar, puesto que siempre hay emergencias.

El banco de sangre entrega cada día, a los 75 hospitales que hay en todo el país y a las clínicas privadas, entre 250 y 300 unidades de sangre.

La sangre entra. La sangre sale. No han pasado ni cinco minutos cuando la puerta se abre. La mu-

jer se queda junto a Joel. Ella habla y él solamente asiente con la cabeza. Sale del cuarto con los ojos aun más tristes.

Saliste rápido.No pude. La doctora me dijo que no porque ando con dolor de

cabeza y me puede dar una convulsión. Me dijo que regresara el vier-nes.-Hoy es miércoles.

Sale de la sala medio triste y medio decepcionado. Pero antes de salir la doctora le recordó que lo esperaba el viernes, sin falta, lo que le coloca una sonrisa en el rostro.

Mientras Joel se va decepcionado, José Ángel revisa las unidades de sangre. No sea que la fecha de ingreso sea muy antigua y esté próxima a caducar. Además, sigue insistiendo en que el olor no es a sangre.

Revisa el suelo. “Mirá, ni una gota de sangre. Es que no. Es impo-sible.” Abre nuevamente un freezer y vuelve a decir que no. Que es impo-sible. Que los empaques son totalmente herméticos. Y a lo mejor tiene razón. Sin embargo, el ralo olor a sangre no ha desaparecido.

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CON–TRASTE

María Esther, la Reina del Sazón

Nicaragüense

Byanka Narváez

Con ese lenguaje popular y esa son-risa coqueta, María Esther, aparece todos los sábados a las 4 de la tar-de en el único programa de cocina

tradicional “Nicaragua en mi sazón” del país, donde no solamente presenta recetas, sino que también en compañía de la guitarra de “Cesar”, como niña inquieta, siempre canta una que otra estrofa de algún cantautor nicaragüense.

Presentadora y productora de este programa independiente, ya tiene un poco más de 32 años de experiencia en diferentes medios de comunicación. Desde guiones de radio hasta productora de programas cultu-rales como “El Pollito intelectual”, “La Liga del Saber en los años 80”, “El Clan de la Pi-cardía” entre otros. Este último fue el ini-cio de la María Esther como presentadora.

“Desde 1999, yo ya tenía un segmento de cocina en El Clan de la Picardía, desde en-tonces, ya me surgía la idea de un programa cultural de cocina, porque hay que ver, que la cocina también es parte de nuestra cultu-ra, y entonces tenía ese sueño, que a la vez me permitiera jugar con otros elementos propios de la cultura”, Explica María Esther.

Parte de esos elementos, son seg-mentos dentro del programa que tratan de promover cantantes nacionales y por su-puesto, esas recetas tradicionales que ya se están perdiendo, “ es tratar de darle esa con-fianza a nuestros frijoles parados, a nues-tro nacatamal, a nuestra sopa, nuestro in-

dio viejo”, dice Esther López entre risas.Esta amante de la cultura nicaragüen-

se siempre presenta a la cocina nicaragüense como uno de los potenciales para promover nuestra cultura, y se demuestra muy molesta ante todos aquellos chefs que siempre están des-valorizando los ingredientes tradicionales, con “cosas que nadie conoce”.

“ Y o siempre he sido aman-te de la cul-tura nicara-güense, desde que yo estudia-ba en la secun-daria, yo me acuerdo que era como hacha, ca-labaza, miel y za-cate para la mula en los actos cultu-rales, yo cantaba, yo bailada, de todo”, recuerda López.

Esta mujer que ha ganado la simpatía de muchos nicaragüenses, ha escrito dos libros de cocina nicara-güense. Uno de ellos que lo lanzó al mer-cado en el 2006, a los tres meses ganó un premio a la calidad internacional, com-pitiendo con otros países americanos.

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Domingos 4 pm Canal 11 TVRed

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CON–TRASTE

Entre una de las cosas más difíciles que “La Reina del Sazón Nicaragüense” ha pasado, está el hecho de participar de jurado ca-lificador en concursos de cocina navideña “porque uno esta mar-tillando la idea del nicaraguanis-mo, ya que se está permitiendo que este la manzana y un montón de cosas que no tienen nada que ver, si nuestras abuelitas, hacían la gallina rellena usando piña”.

Aunque han pasado mu-chas dificultades en la emisión de “esta revista cultural de cocina”, una de ellas ha sido el cambio de canales en los 3 años que el pro-grama ha estado al aire, sin men-cionar que por ser una producción independiente, han tenido “que idearse” con la parte de los costos.

Sin embargo “La reina Es-ther” aun tiene aspiraciones de seguir en este proyecto, para que “algo se le quede en la jupa a la gente, porque es difícil cambiar el casset de la noche a la mañana”, y así desde un programa de tele-visión seguir promocionando la cultura y gastronomía nacional.

RECETA DE COCINA: LA TAYUYA

Por: María Esther López G. “La Reina del Sabor Nicaragüense”

A fuego medio en una cazuela ponga la mante-ca, la cebolla, la chiltoma, el ajo y el chile, espe-re que ablande la cebolla y agregue el frijol y la sal, remueva e incorpore todo muy bien, baje la

llama y espere 1 minuto más. Retire del fuego y mientras tanto divida la masa en dos y palmee en forma de tortilla. Cubra uno de los círculos con el relleno de frijol dejando un poco de borde libre, esparza el dulce rallado y el culantro, seguidamente

cubra con el otro círculo de masa, presionando los bordes para sellar ambos círculos. Ponga en payla o comal engrasado caliente y cocine a am-bos lados. Sirva sobre hoja de plátano y rocíe queso rallado o cuajada encima de la Tayuya.

Como parte de mi labor en pro del rescate y promoción de la cultura popular nicaragüense durante muchos años, he compilando infor-mación y recetas tradicionales que por falta de promoción de las mismas e interés en el traspaso generacional, corren peligro de extinción al fallecer las abuelitas o matronas que susten-taban con sencillez y sabiduría la herencia ancestral e inmensamen-te rica de nuestra gastronomía. La Tayuya, es una de las delicias nicaragüenses que ya casi no se preparan en Matagalpa y que gente como Juan Sobalvarro “El Gato”, músi-co y nieto querido de la ya fallecida Doña Nati-vidad Sobalvarro, recuerda haber aprendido a saborear y elaborar gracias al esmero y maestría culinaria de su abuela. Aquí la receta, tal cual la preparaba Natividad Sobalvarro (q.e.p.d.).

Para el sofrito:1 cda. de manteca de chancho1 cda. de cebolla picada, al gusto1 chiltoma picada, al gusto2 dientes de ajo picado, al gustochile congo majado (opcional)½ taza de frijol cocido y molidosal al gustoPara la armada:1 porción de masa para tortilla2 cdas. de dulce de rapadura, rallado4 hojas de culantro picadoHojas de plátano

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Luz Malena Góngora

A Martha Ibarra, estudiante de Marketing, le restan al menos dos meses más de visitas al ortodontista. Y aunque su estrecha rela-ción con los pequeños artefactos metálicos conocidos como fre-nillos o brackets se extendió a un poco más de cuatro años, ella

afirma sentirse “cool”, por lo que no quiere dejar de usarlos. “Al principio fue ho-rrible, pero me siento contenta con el resultado y me sentiría extraña sin ellos”.

Hay muchos factores por los que se recomienda usar frenillos. Sin em-bargo, hoy día han tomado gran auge por lo que muchos desean usarlos sin ne-cesidad alguna o solo porque “están de moda”. Para el doctor Alberto Men-doza, ortodontista y docente de la Universidad Americana (UAM), esta es una tendencia que tiene mayor peso en los estudiantes de secundaria, quienes se de-jan llevar más por la opinión de los amigos y consideran indispensable estar a la moda, aunque también resalta que no hay una edad requerida y mientras más jo-ven (después de mudar dientes) se empiece el tratamiento es mejor el resultado.

Según la Asociación Americana de Ortodoncia, tanto el factor hereditario como el ambiental pueden ocasionar dientes torcidos y problemas de mordida (o mal oclusión). Además, están los factores hereditarios que incluyen dientes apiña-dos, dientes en donde hay mucho espacio y mal oclusiones. También menciona que los dientes torcidos pueden ser causados por chuparse el dedo y empujar los dien-tes con la lengua, así como por accidentes que ocurren a las mandíbulas. En estos casos es necesario corregir la posición de los dientes haciendo uso de la ortodoncia.

“Son muy incómodos, te lastiman las encías, te dan mucho dolor y hasta te

hacen bajar de peso cuando empiezas a usarlos. Con el tiempo solo resta acostumbrarse al dolor”, afirma Juan Aragón, un joven estudiante de Ingeniería Civil de 18 años quien recién terminó su tratamiento. Empezó a usarlos a los 16 años y aunque fue un proceso con muchas inco-modidades expresa sentirse contento con el resultado. “Fue necesario utilizarlos y no me arrepiento de habér-melos puesto”, comenta con una sonrisa impecable.

Los frenillos o brackets son utilizados para corre-gir la mal oclusión (mordida incorrecta) del paciente. Se componen por unas finas bandas metálicas y por las abra-zaderas (brackets). De los últimos existen en diferentes materiales y colores. Están los metálicos tradicionales, que son los más comunes y son hechos de acero inoxidable. Los cerámicos, son menos visibles y más frágiles que los metá-licos, requieren más cuidado en la higiene bucal. Brackets de Zafiro, son los de máxima calidad y máxima estética, no se manchan, no se desgastan y mantienen su transpa-rencia a lo largo del tratamiento. En nuestro país son los metálicos tradicionales los que tienen mayor demanda.

Según un trabajo realizado por El Nuevo Diario en 1999, de acuerdo con el ortodontista Róger Boniche Hur-tado, estos artefactos vinieron por primera vez a Nicaragua en 1956. Sin embargo, el ortodontista Mendoza afirma que tuvieron mayor auge en los años 70s, pero no hay registros de la fecha exacta y del ortodontista que introdujo estos pe-queños pero importantes artículos de ortodoncia al merca-do nicaragüense, y que han ido evolucionando con el tiem-po, ya que pasaron de ser artefactos muy rudimentarios a pequeñas banditas menos visibles pero igual de incómodas.

Reyna García, de 24 años y estudiante de Comunica-ción Social, es una de los muchos jóvenes que desean po-nerse los brackets, pero no por moda o lujo. Reyna sufrió un accidente a muy corta edad que le dejó una lesión muy noto-ria en su quijada y que afectó el crecimiento normal de sus dientes. A sus 18 años fue necesario y urgente el tratamiento, pues la deformación en sus dientes la acomplejaba y afecta-ba severamente su autoestima, “no quería ni salir de mi casa por las críticas de la gente”, comenta. Sin embargo, Reyna no contaba con los recursos económicos para el tratamien-to por lo que se vio limitada a utilizar solamente los rete-

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REPORTAJE

Aunque a muchos les

resulte una molestia las visitas

periódicas al ortodontista, hoy

día hay quienes desean hacer-

lo y no por cuestiones de trata-

miento sino porque está de

moda. El uso de los brackets

se ha vuelto una tendencia,

que a pesar de los altos cos-

tos, ha tomado mucha fuerza

entre los jóvenes y adolescen-

tes nicaragüenses

La moda que incomodaB r a c k e t s

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nedores, que aunque funcionan, no son tan eficaces como los frenillos. Muchos utilizan los retenedores antes o después del trata-

miento con los frenillos. Su función antes es la de mover los dien-tes pero no su raíz, por lo que al detener su uso los dientes vol-verán al lugar en el que estaban. Además, el proceso es igual de doloroso que el de los brackets cuando se utilizan por primera vez y por tiempo indefinido. Son necesarios después del tratamiento para evitar cualquier movimiento de los dientes luego de haber sido ubi-cados en la mejor posición, pero se usan solo por un corto tiempo.

Precios y tratamientoDe acuerdo con la ortodontista Flor de María Villavicencio,

el tratamiento varía dependiendo al problema y toma entre 18 y 46 meses. “Lo que sucede con muchos pacientes es que se cansan del tratamiento y faltan a las citas por eso se extiende el tiempo, pero si el paciente es disciplinado toma alrededor de 24 meses”, expresa.

“Me molestaba y me cansé al principio de tantas citas con el orto-dontista, es por eso que ya tengo más de cuatro años de andar los brac-kets”, confiesa Martha. Según el ortodontista Mendoza, ha tenido pa-cientes que han durado hasta diez años en el proceso por abandonarse y perder la secuencia del tratamiento, lo que no es muy recomendable ya que se puede llegar hasta a perder piezas dentales por el poco cui-dado de la higiene bucal que es indispensable en el proceso.

Si de lujo se tratara, hay que medir bien el bol-sillo y consentir más de lo requerido a un hijo para darle por obsequio un tratamiento con brackets. Ambos ortodontistas, Men-doza y Villavicencio, concuerdan en que los precios varían conforme al tratamiento, que oscila entre los mil doscientos y mil quinientos dólares. Sin incluir las visitas de emergencia cuando se quiebra uno de los brakets, y cada remplazo cuesta entre 25 y 35 dólares. Además, hay que comprar cepillos, enjuagues bucales y pas-tas dentales especiales con precios variables de-pendiendo del proveedor.

Ellos también ex-presan que se necesita de poca ética para que un profesional recomiende el tratamiento cuando no se es necesario. Por otro lado, ma-nifiestan que otra de las posibles razones por las que los brakets

han tenido auge, además de moda, es por el incremento de los orto-dontistas en Nicaragua que asciende a un poco más de 60 especialistas.

Brackets por estética y funcionalidadIsrael Reyes, de 19 años y estudiante de Comunicación Social, re-

cién se puso los brackets. Para él al igual que Reyna era necesario y casi urgente el tratamiento por estética. Él afirma haber tenido serios pro-blemas con sus dientes que le hacían sentir mal e inferior,” me sentía muy avergonzado con mis dientes”. Ambos comentan que la aparien-cia es un elemento muy importante en su carrera profesional y que de no ser por el milagro de este tratamiento su sueño de ser periodistas se vería afectado por el complejo que les causaba su mala dentadura.

En muchos otros casos, además de la imagen y de la buena im-presión de una grata sonrisa, el uso de los brackets es indispensable por cuestiones funcionales. En este caso es válido mencionar a las per-sonas con labio leporino, que por su caso, los dientes se ven afectados y se les dificulta pronunciar bien palabras o ingerir algunos alimentos.

Muchos de los que ya han utilizado brackets consideran inau-dito el hecho de que alguien desee pasar por tantos desagrados solo para ir en pos del último grito de la moda. Para estos jóvenes, ha sido un proceso muy doloroso e incomodo que ha valido la pena por los re-

sultados que han obtenido. Hoy ya pueden son-reírle a la vida más seguros de sí y sin

complejos de sus dentaduras.

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REPORTAJE

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REPORTAJE

Samael Contreras, un árbol que floreció

Joven entusiasta

Marcos Samael Contrera Soza (1991-

2011) nace el 02 de mayo de 1990 en Mana-

gua, Nicaragua. Hijo de padres nicaragüen-

ses: Marcos Augusto Contrera y Yelba Soza.

Cursa la primaria en la escuela Mis pri-

meros conocimientos, y la secundaria, en

el colegio San Ignacio de Loyola. En 2007,

comienza sus estudios de Comunicación

Social en la Universidad Centroamericana.

Cuatro años más tarde, termina su carrera

en el tiempo debido a pesar de sufrir un ac-

cidente que le hospitalizó por seis meses.

Empieza a trabajar como redactor de la

sección Familia del diario Hoy en mayo del

2011. Se destaca por sus trabajos periodís-

ticos investigativos e históricos. En octubre

de ese año, es seleccionado para participar

en un taller narrativo de Fondo Editorial Re-

vista Soma. No termina el taller ni cumplió

con otras tantas metas con las que soña-

ba porque una enfermedad apareció en su

camino. Muere el 10 de diciembre de 2011.

“Amo escribir”, publicó en uno de sus últi-mos tuit del Twitter.

“Amo escribir”Marcos Samael Contrera Soza

Samael Contreras Soza, tras un año de su muerte, sigue siendo recordado por sus seres queridos por su espíritu enérgico y por sus buenas intenciones. Su inteligencia, su entusiasmo y su brillantez los convirtieron además en un excelente periodista que podía seguir creciendo y, más importante todavía, en un ser huma-no de mucho bien y de alma amigable.

Luis Enrique Palma

“Caminar sobre el mar y volver a ver mis huellas (…)”, escribió Samael Contrera (1990-2011) en El último día de mi vida, uno de sus poemas. Cuando se mira esas huellas

que Samael esparció sobre el mar mientras vivía, uno descubre los rastros de un ser hu-mano de mucho bien. Observa que sus pi-sadas, bien clavadas sobre el mar, reflejan el paso firme con el que siempre anduvo por la vida. Uno concluye que él nunca caminó solo. Al contrario, siempre estuvo bien acompaña-do, ya sea por su familia o por sus amistades.

Sin dudas, Yelba Soza Balmaceda, con todo su amor de madre, fue quien más amó a Samael. “Son pocos los hombres que han sido como él: con esa habilidad carismática para caerle bien a los demás”, asegura. “Desde que era chiquito, andaba deseoso de aprender y ocurrente por estar haciendo algo nuevo”.

Yelba, graduada en Comunicación Social,

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REPORTAJE

contaba con la ayuda periodística de un entre-vistador muy tierno y entusiasta. Samael, a sus cinco años de edad, acompañaba a su madre en los programas radiales y se moría por conver-sar –con grabadora en mano– con la gente. Así, se iría fortaleciendo ese sueño nato por ser pe-riodista al inspirarse en su mamá, al animarse a escribir des-de tan corta a edad, al ser un adicto de las lecturas y al querer ir des-cubriendo, día a día, el mundo.

De su padre, Marcos Augusto Contrera, heredó esa afición por la lectura. Durante su ni-ñez y adolescencia, su papá le contaba anécdo-tas de su estadía en Cuba y le refería situaciones históricas. Tales relatos causaron que se intere-sara en los temas históricos y en lo que le decían los libros. Sin embargo, Samael también heredó de su padre rasgos no del todo académicos como lo fue el humor negro. Con este, festejaba en gracia las situaciones embarazosas propias y de los demás, pero sin nunca ofender o hacer sen-tir mal. Su intención solo era compartir diver-sión. Años más tardes, tal peculiaridad influiría mucho en sus textos literarios y periodísticos.

Un árbol que florecióYo quiero ser periodista, mamí, es mi sueño de siempre.Pero, Samael, con todos los problemas que trae esta carrera. Te lo digo por experiencia.Sí, yo sé, pero aun, con todos esos problemas, vos amás al periodismo. Lo mismo ocurrirá conmigo.¡Pero, tesoro…!No me impidás esta felicidad, que vos estás teniendo la tuya a partir del periodismo.

Tras convencer a su madre de que le dejase estudiar la razón de su felicidad, Samael comen-zó a estudiar Comunicación Social en la Uni-versidad Centroamericana (UCA). Su carisma, su espontaneidad, su talento y su entusiasmo se adaptaron perfectamente a las exigencias de la

carrera. “Qué fácil sería llevar sobre los hombros

la vida de un árbol (…) Mi vida florecería tan sencilla como: germinar, crecer y morir; repro-ducirme se convertiría en una expectativa y dejaría de ser una necesidad”, escribió Samael en A Rubén, una reflexión que le regaló María

Ester Arista, su mejor amiga, y que está dedi-cado al dichoso árbol sensitivo del que Ru-bén Darío se refiere en su

poema Lo fatal. Aunque a Samael le falta-ba mucho por crecer por la brillantez que le esperaba, sí logró germinar, crecer y morir como un árbol que es apenas sensitivo. Flore-cía en cada uno de sus escritos, en su sonrisa, en su pasión, en sus sinceras emociones y en el afecto que recibía quienes le apreciaban.

Pesadillas“Esos son recuerdos bien feos. Toda-

vía sigo teniendo pesadillas con ellos… to-davía me afectan cuando quiero cruzar las calles… es algo difícil de explicar”. Así aludía Samael, en una entrevista para Datecuenta en 2011, al accidente vial que sufrió en 2007 y que lo llevó a estar hospitalizado durante seis meses. Tratando de cruzar como peatón la pista de Carretera Norte, fue atropellado por un carro. Las consecuencias afectaron a sus piernas causando que recibieran diez operaciones en el Hospital Manolo Morales.

“Los recuerdos de mi accidente son bien feos. Todavía sigo teniendo pesadillas con ellos”, confesó Samael en 2011.

“Recuerdo que al caer al suelo, vi como una película de mi vida en mi mente”, les co-mentaba Samael a sus familiares. “Vi cuan-do estaba con mi abuelo, con mis amigos, cuando estaba en clases, cuando era niño”.

Yelba, considerando la situación de su hijo, decidió retirarle su matrícula uni-versitaria. Sin embargo, Samael no quiso. Su espíritu no había sido apagado y desea-

ba continuar luchando por su felicidad. Aunque era inevitable que Samael se de-

primiese y no sintiese dolor por las secuelas del accidente, no perdió la esencia de sí mismo. Siguió cargando sus libros, siendo nefasto en clases, esforzándose por su felicidad y sonrien-do a la vida, así como lo haría un árbol que es apenas sensitivo. Gracias a esto, consiguió en el tiempo especulado graduarse como Licenciado en Comunicación Social. En su ceremonia de graduación, lograría vencer a las pesadillas con el cumplimiento de sus sueños de paso a paso.

Siete meses felicesSi querés, tesoro, puedo hablar con Fa-

bían Medina (Editor del diario La Prensa) para que te consiga un puesto en La prensa. Los dos estudiamos juntos en la universidad.

No, mama, ya te dije que quiero con-seguir trabajo por mi cuenta. Quiero brillar con luz propia. No por ser hijo de Yelba Soza, cosa de la que me enorgullezco desde lue-go, sino por ser yo quien enflore mi nombre.

En 2011, tras una recomendación de Joa-quín Torrez, quien fue su profesor universitario, a Jessly Obando, la editora de la sección Familia en el diario Hoy, consiguió la oportunidad para aplicar como redactor a este periódico. Gracias a su nota de 82 de 100 en su examen de admisión,

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REPORTAJE

obtuvo la plaza. A partir del 10 de mayo de ese año, comenzaban sus siete meses de felicidad.

“Fue uno de los mejores elementos que ha pasado por el Hoy”, lo recuerda Jessly, su edito-ra y su amiga. “Le gustaba aprender… siempre estaba a la par mía para ver cómo lo editaba”.

“Fue un ángel... era el alma del Hoy”, se refiere Tatyana Luna, una de sus compañeras de trabajo.

Sus compañeros de trabajo también disfrutaron de la esencia de Samael. “Fue un ángel; siempre andaba buscando como sacar una sonrisa a los demás… era cariñoso y aten-to con sus seres queridos”, dice Tatyana Luna, su compañera de trabajo sobre quien consi-deró su mejor amigo, “era el alma del Hoy”.

A inicios de octubre de este mismo año, a Samael se le sumaría otra felicidad al clasificar para un taller de narrativa que Fondo Editorial Revista Soma organizó.

–¡Qué alegre hijo! Pero, Samael, en qué momentos escribías todos esos cuentos.

–Los escribía mientras vos dormías –respondió Samael con un orgullo inocente.

Sin dudas, Samael estaba viviendo los mejores momentos de su vida. Su talento co-menzaba a brillar con luz propia, y sus sueños empezaban a ser concretados. Nada podía separarlos de ellos, a excepción –seguramen-te– de mejores planes que Dios le preparaba tras su muerte en ese Cielo en que creyó él. El diez de diciembre de 2010, Samael parti-ría a mejor vida. Una infección en su cerebro por parte de una bacteria causaría su muer-te. Todo fue tan rápido y tan extraño. De un día para otro, Samael pasaría de una ca-lentura a un estado completamente grave.

Volver a ver las huellasTras la muerte de Samael, sus huellas

continúan grabadas sobre el mar. Su vida fue corta, pero muy valiosa. Es cierto: quedaron muchos sueños pendientes, como la aspira-ción por viajar por estudios a Cuba y a Europa; los deseos por escribir y publicar creaciones literarias; la intención de crear FUNATIC, una fundación que ofreciese tecnología a los campesinos; la especulación de vivir un feliz

matrimonio… Sin embargo, pesar de que Sa-mael hubiese deseado recorrer más camino en la vida, las huellas que dejo sobre el mar –esas que se vuelven a ver al recordarlo– demues-tran el valioso ser humano que él fue y el lega-do inspirador que dejó durante su juventud.

Termina Samael los ver-sos citados al comienzo: “Volver a ver mis huellas, ver hacia atrás y pregun-tar: ¿fui famoso?”. Samael, creelo, tuviste más que fama.

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EL GRINCH

Herencia de locura

Por: Luis Enrique Palma

Javier se dirigía a la oficina del profesor Roberto a compartirle la buena noticia que le había lle-gado. Caminando a paso rápido,

pensaba en todo lo que este acontecimiento traería consigo. "Ahora, su pájaro azul se ale-grará", se decía en el trayecto hacia su destino.

Entre Javier y el profesor Roberto, existía una conexión muy particular. Su simpatía iba más allá de los típicos cruzamientos entre docente y estudiante universitario; lo de ellos comprendía un vinculo más afectivo y de mayor identificación humana. A pesar de lo reservada de sus personalidades, tanto el uno como el otro eran conscientes de esa especial afinidad los convertía en muy buenos amigos. Aunque, claro, ninguno lo decía pues no había necesidad de hacerlo.

Hace más de tres años que Javier había cursado la clase del profesor Roberto. El comienzo no fue del todo bien. En aquella primera vez, el profesor Roberto presentaba los contenidos del curso a sus alumnos hasta que, a mediados de la clase, fue interrumpido por un impuntual estudiante.

Disculpe, ¿me permite pasar? –dijo Javier, mientras esperaba, frente al umbral de la puer-ta y con una mirada retraída, una respuesta afirmativa.

La respuesta del profesor Roberto sería negativa. “Será en la próxima porque la clase comenzó hace rato; tal vez así aprenda sobre puntualidad y responsabilidad”, le respondió a secas, sin siquiera fijarse en la mirada de su alumno.

Javier, influenciado por su espíritu indó-cil, sintió tales palabras como una bofetada a su orgullo. Si bien no fue puntual en la próxima clase, por lo menos llegó faltando tres cuartos para que esta terminase. Aun así, su entrada al salón se le sería negada. “Sigue sin aprender, por lo que veo”, le diría el profesor Roberto sin atender otra vez la mirada de Javier.

El intercambio de miradas ocurriría más adelante. Cuando Javier por fin consiguió entrar a la clase de Literatura, escuchó unas palabras del profesor Roberto que le atrajeron. En un principio, subestimaba sus explicacio-nes; prefería esquivar sus lecciones, pues no soportaba que tratasen de enseñarle aquello que él consideraba una pasión. Pero en una de esas, mientras Javier disimulaba su sueño y ocultaba sus bostezos, el profesor preguntó por Garcín, el protagonista de El Pájaro Azul, un cuento de Rubén Darío.

¡Tengo un pájaro azul en el cerebro, y por consiguiente…! –recitaba el profesor Roberto con arrebato ante los estudiantes-. Vamos, ¿qué le dice esto?

Hubo silencio.¿Qué les dice El pájaro Azul? –repitió una

y otra vez, pero solo obtuvo silencio, o, mucho peor, respuestas equivocadas.

Esta insistencia en El pájaro Azul, pertur-bó el pensamiento de Javier. Se interesó en el interés que percibía en el profesor. Aun así, no comentó nada en el salón. El orgullo evitó que le respondiese a aquel que le había impedido la entrada a clases en ocasiones anteriores.

“Con que El pájaro Azul”, tan solo mur-

muró para sí.Desde ese momento, Javier se intrigó por

el enigma de El pájaro Azul que le había plan-teado el profesor con su “¿qué le dice esto?”. Él se creía capaz de responder a esta interro-gante. Lo era desde hace mucho, pero nunca alguien había preguntado tal cosa. Ahora que encontró a quien –presuntamente– escucha-ría sus palabras, su orgullo le vetaba. Debía vencerlo si deseaba ser percibido.

Pasaron los días, y Javier seguía conte-niendo el deseo de hablar sobre El pájaro azul. A pesar que desde aquella vez el profesor Ro-berto no se volvió a referir sobre ese cuento en clases, el tema no dejaba de inquietar la mente de Javier. Fue esta inquietud la que sometió a su orgullo. Entonces, cuando Javier ya no po-día combatir contra la retención del deseo de compartirle su percepción de El Pájaro Azul al profesor, partió a su oficina en la Universidad, dispuesto a hablarle al respecto.

¡Profesor, yo lo sé! –dijo agitado Javier, cuando entró sin consentimiento a la oficina.

¡Qué sorpresa lo de su visita! –respondió el profesor Roberto, mientas, sentado al escri-torio, moviendo la vista del libro hacia el rostro de su visitante.

Sé que es lo que dice ese pájaro azul. ¡Yo sé! dijo, mientras dirigía la firmeza de su mira-da a su interlocutor– ¡Tengo un pájaro azul en el cerebro; por consiguiente… yo sé!

Al profesor Roberto le significaron tanto tales palabras por la comprensión de una enseñanza y de un comportamiento humano. Las miradas se vieron entre sí.

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EL GRINCH

En ese momento, tras la confesión de Javier y tras compartir sus miradas, empezó a nacer una unión especial entre ambos. Desde entonces, todo fue distinto a la indiferencia con que habían comenzado, y una amistad se formaría en torno a la literatura y al pájaro azul.

Con el paso del tiempo, Javier fue com-prendiendo que sí es concebible tratar de en-señar sobre una pasión cuando se hace desde otra pasión, como es el caso de la enseñanza. Descubrió lo apasionado que era el profesor Roberto y como el pájaro azul también afecta-ba su cerebro, y por consiguiente, su corazón. Identificó su espíritu solitario. Por su parte, el profesor Roberto fue comprendiendo la im-puntualidad de su alumno y la falta de interés verdadero en los asuntos académicos. Y, así como ocurre en toda comprensión, no trato de cambiar tales defectos que llevaba Javier impregnados en su personalidad, sino que lo acepto con todo y pájaro azul, así como nunca hicieron con él. Identificó su espíritu solitario.

¡Cuán maravilloso es que el pájaro azul se anime a cantar! –comentaron cierta vez, en una de las tantas reuniones que tuvieron a partir desde aquel día durante los siguientes tres años.

Mejor aún es que cante y que sea escucha-do y comprendido.

Fue así como empezaron a compartirse li-bros de Darío, de Andersen, de Lorca, de Wilde, de Storni…. Conversaban tanto de los clásicos como de las novedades literarias; y de un arte a otro, comentaban de la música o del cine. Dia-logaban sobre la esencia de la vida, e incluso platicaban sobre asuntos más personales, cosa que difícilmente hacían con otros. Se escucha-ron los cuentos y los poemas que compartían entre sí. Javier iba creyendo cada vez más en la sabiduría del profesor, y viceversa, así que con-fiaban plenamente en las sugerencias y en los aplausos que oían tras la lectura de sus textos. Su lazo afectivo lo ataba una sensibilidad muy singular. Disfrutaron de aquellas pláticas que tenían en su oficina por los atardeceres, y a pe-sar de que no era una rutina diaria ni siquiera semanal presentaban un valioso significado en cuanto a tiempo y espacio. Lo más importante

no era la presencia humana que se compartían, sino que, durante esos momentos, el pájaro azul podía salir de su jaula sin lastimar a su dueño. A ambos le ocurría lo mismo.

No le importo a Javier que sus compa-ñeros de la Universidad lo etiquetaran como hijo del profesor, o como chupa medias, o con peores y más mal pensantes calificativos. Su pájaro azul siempre había lidiado con peores insinuaciones.

Por otro lado, al profesor Roberto tam-poco le importaba pasar con él ese tiempo que compartía con otras compañías… específica-mente, con sus alumnas. Estos “sus” son tan posesivos como casi cualquier otra pertenen-cia que poseía. Javier era consciente de la ma-nera en que el profesor Roberto se relacionaba con sus alumnas; no lo juzgaba ni pensaba mal, más bien lo comprendía, pues sabía que tal comportamiento era provocado por el pájaro azul de su cerebro. Sabía que de esta forma combatía la soledad que tanto afectaba a su sensibilidad.

“Quizá una de las razones del encierro y la melancolía de su pájaro azul sea por la negativa de alguna mujer que amo, es tan normal que suceda en los que llevamos un pájaro azul en el cerebro”, pensaba Javier, porque a pesar de ser sinceros entre sí nunca se referían en sus conversaciones –al menos directamente sobre el origen de sus pájaros azules y de su tristeza. En el fondo, pese a las intenciones egoístas de su amigo, envidiaba la forma en que conseguía sobrevivir del pájaro azul desde su condición de maestro. El consuelo que obtenía a partir del afecto que le brindaban sus alumnas era lo que admiraba. Poseía aquello que él desde su condición de estudiante con un pájaro azul en el cerebro no había alcanzado. Al ver al pro-fesor Roberto con sus amiguitas, pensaba en aquel primer amor que no fue correspondido y en los que fueron llegando después con un final muy similar. Recordaba su soledad.

Por eso, Javier se había propuesto imitar al profesor Roberto en su condición de maes-tro. No solo porque le había demostrado que era posible mezclar la pasión por enseñar con la pasión literaria, sino porque le demostró que al ser un profesor con su estilo de vida le

era más sencillo convivir con el pájaro azul. A pesar de tal engaño, le ayudaba a enfrentar –aunque sea como una farsa la soledad. Esto era preferible antes que renunciar al pájaro azul de su cerebro, pues, pese a todo el dolor que les provocaba, este era el responsable de ese espíritu apasionado y sensible de que tanto se enorgullecían. No quería terminar como Garcín, a pesar de que en sus momentos de confusión lo desease.

Tras esforzarse por ser profesor univer-sitario y tras conseguir empleo como tal, se sintió –junto a su pájaro azul- de lo más feliz. Por tal razón, se dirigía a la oficina del profesor Roberto a contarle la buena noticia de su contratación como profesor de Literatura en la Universidad. Todo esto lo había guardado como secreto para generar un completo efecto sorpresa en su amigo y para que este no le impidiese que siguiera sus pasos. Al estar cara a cara frente a su amigo, y asegurándose de que compartieran sus miradas neuróticas, comen-tó la causa de su felicidad.

¡Alégrese, no me veré forzado a renunciar a mis pasiones; el pájaro azul podrá seguir viviendo en mí sin destruirme cuando imita sus pasos de felicidad!

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CON–DIMENTOS

¿Alguien viste mejor?Guillermo Rothschuh Villanueva

• Tenía años de no verlas, pasó frente a mí, su traje azul desleído con pringues amari-llos y pliegues blancos, una ofrenda a mis ojos. No se percató curioso la miraba, concentrada daba vueltas, coqueta, se despidió dejando mi aliento cautivado. Entonces reparé en su presencia. Di su desaparición como un hecho y jamás volví a interesarme en su existencia hasta esta mañana.

Mis recuerdos volaron veloces, cuando niño salían a mi encuentro, presa fácil las devo-rábamos injustamente. Las correteábamos sin darles respiro. Abríamos sus alas para exami-nar con curiosidad letal la armonía inigualable de sus diseños y colores diversos estampados en cada ropaje. No había parangón. No existe algo parecido a la belleza con que visten.

Bandadas de muchachos alegres las perseguíamos disputándonos el rojo crepuscu-lar, verde encendido, amarillo tropical, negro nocturnal, blanco lechoso, azul cielo y púrpura arzobispal, tejidos en sus trajes primorosos. ¿Alguien vestirá mejor? Algunos pretensiosos jugando a la originalidad son simples reme-dos. No han podido siquiera igualar sus logros menos sobrepasar sus encantos.

Intrigado salí de en su búsqueda, reves-tido de una nueva ternura, me doy cuenta que apenas dos o tres jóvenes, dueñas de su territorio, he logrado ver en dos semanas. Ru-borizado confieso, formo parte del cuerpo de depredadores que las atrapaba para perenni-zar su existencia, disecándolas entre las hojas de nuestros cuadernos. Celosos de su libertad las encarcelábamos.

La cadencia y simpatía con que atra-vesaban las calles de mi pueblo me provoca nostalgia. Yo que crecí alborozado departiendo

su dulce compañía, las he buscado en vano, ya no corretean por mi jardín, las apacibles mariposas de colores radiantes desaparecieron. La urbani-zación y los insecticidas fueron mortales. Para verlas hay que ir a una reserva donde jubilosas festejan la vida.

¿Cuántas especies desaparecieron? ¿Cómo? ¡Asume tu falta! Cambia el sentido de la pregunta. ¿De cuántos crímenes soy respon-sable? Sin atenuantes asumo la culpa que me asiste. ¡Mariposa de azul desleído con pringues amarillos y pliegues blancos, te ruego no me abandones! Hoy por la tarde saldré a tu encuen-tro. Te arrullaré como a nadie antes en toda mi vida.

Segundos de libertadErick Garcia

Cinco, cuatro, tres, dos, uno… una vida es arrebatada de su resguardo. Hasta hace unos segundos dependía totalmente de la madre, quien le abrigaba en su vientre. Ahora es expuesto a la luz y a la libertad. En adelante empezará a cuidársele hasta que pueda valerse por sí mismo. La oscuridad ha dejado de existir para sus ojos. Sus sentidos serán el medio por el cual asimilará todo lo que pueda o deba aprender. Pero ¿No estará expuesto a una nueva oscuridad?

Unos segundos bastan para que aquella libertad empiece a tomar cuerpo. Empieza una transformación en esta criatura. Muchos son los brazos que le llevarán de un lado a

otro. Habrá voces que le enseñarán a hablar, aunque tenga sus propios sentidos, empezará a aprender por medio de otros: familia, amigos, vecinos y maestros. Ellos serán los forjadores de su conocimiento.

También entrarán en función otros medios: televisión, radio y redes sociales. Estos le irán mostrando una realidad más amplia, despertándole el deseo de explorar otros ambientes, los que, posiblemente, tendrán un peso centenario, ya que muchos hombres han dejado huella y tradición, marcando paradigmas a seguir. A ellos se les ha conocido por ser protagonistas: se han revelado contra la mentalidad de su época, dejando todo un escenario explorado, despertando en otros el deseo de seguirles.

Los filósofos son un ejemplo de revela-ción, pero el riesgo es que el asombro por estos hombres lleve solo a admirarlos y a convertirse en sus discípulos. Ellos han venido al mundo de la misma manera que todos, pero algo les ha orientado para liberarse de la programación, filosofar ha sido su camino. Han utilizado sus sentidos para eliminar de sí toda esa codifi-cación con que han sido expuestos desde el nacimiento.

Concienciar para no seguir la corriente. Como dice el filósofo francés Louis Althusser: “La ideología tiene muy poco que ver con la conciencia; es profundamente inconsciente”. Pero hay que estar muy atento en este proceso, porque es muy pequeña la frontera entre la luz y la oscuridad, este riesgo, al que se expone al nacer podría llamársele ideologización. La prisión física no es tan peligrosa como aquella causada por una ideología.

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CON–LA OPINION

Luz Malena GóngoraLa telenovela perfila como

una de las fuentes principales de entretenimiento para la audiencia de los canales nacionales. Por su extensión, esta tiene que mante-ner una trama que atraiga al públi-co de manera que no se canse o se aburra de manera que concibe una serie de historias utópicas y fantás-ticas que mantienen a su audiencia en una especie de falsa realidad e intriga. Muchos se inmiscuyen tanto en la historia que empiezan a vivirla como propia, a actuar o comportarse como su actor favo-rito o como el malo de la novela.

El problema no es precisa-mente admirar a un actor o ac-triz, sino que muchos se frustran porque sus vidas no pueden ser como la historia de la joven que era pobre y que de repente encon-tró a su príncipe azul y se volvió millonaria. Las novelas, cuan-do no se tiene una personalidad definida, pueden llegar hasta a cambiar la manera de pensar y de ver la vida de un individuo. És-tas enseñan a mentir, a engañar, a desconfiar, a decir la verdad, a ayudar a los demás o a hundirlos.

La novela puede enseñarnos a todo dependiendo del punto con el que más nos identifique-mos. Puede inspirarnos a luchar por un sueño o a seguir luchan-do frente a una dificultad. Pero algo si es cierto, y es que más que otra cosa sigue siendo sólo una fuente de entretenimiento que no admite un mayor beneficio.

Es necesario que empe-cemos a cambiar el entrete-nimiento por programas más educativos que nos ayuden a enfrentarnos a la vida viviendo nuestras propias historias y reali-dades y no añorando las de otros.

María José Bravo

La habilidad de hablar y en-tender el inglés es prácticamente la llave que nos abre un mundo de oportunidades. Muchos pien-san que aprender este idioma es sinónimo de gasto económico y experimentar etapas de frustra-ción en el proceso de aprendizaje.

Aprender inglés es más fá-cil de lo que se piensa, y el orgullo que sentirás cuando lo hayas he-cho te hará revalorar que valió la pena cada minuto y centavo que invertiste en el proceso. Si bien el número de nativos que hablan inglés son entre 300 y 400 millo-nes, el número de personas que lo aprenden como una segunda lengua es el mismo. En Nicara-gua no existen cifras del número de hablantes bilingües, pero la demanda por aprender este idio-ma es evidente en las academias.

Estudiar inglés te evitará el exagerar en tu currículum y la vergüenza de admitir tu gran de-bilidad, que no sabes el idioma que todos dan por supuesto. Según in-vestigaciones científicas, estudiar inglés o aprender una lengua en general produce ciertos estímu-los en el cerebro que nos ayudan a mejorar nuestras habilidades en otras áreas como son la creativi-dad y la resolución de problemas.

El inglés te permite tener un entretenimiento variado e inde-pendiente. Con el inglés se puede apreciar mejor los juegos de pala-bras, bromas, metáforas y todos los matices que se pierden en las traducciones. Podes ver películas en versión original y entender la letra de las canciones anglófonas. Cuando tu nivel sea más alto, inclu-so podrás atreverte a leer una obra de Shakespeare. ¿Aceptas el reto?

Amantes de la telenovela

El inglés no es un problema, los re-suelve

Recuerdos congelados

Yubelka Mendoza González

La fotografía está vieja. Los colores de la imagen son el blanco y el negro. Está roída y amarillenta por el paso del tiempo. En ella se logra observar a una pareja. Ella, una jo-vencita de no más de quince años, tiene el cabello partido

por el lado derecho. Apenas se le logran ver un par tetas floreciendo. Él, un hombre de más de veinticinco, con bigote al estilo de Pedro Infante. Luce muy experimentado. Ambos ven fijamente a la cámara. No sonríen. En ella apenas se logra ver un gesto de tranquilidad, mientras en el rostro de él no hay ninguna expresión. Se acababan de casar.

Después de mucho tiempo, más de treinta años, ella ve la fotografía. Su fotografía. Solo de esta forma puede recordar el día de su matrimonio. También en ella puede recordar a su esposo.

Las fotografías son eso: momentos congelados. En ellas se nota el paso del tiempo. Los momentos quedan atrapados en un papel, mientras que los sentimientos quedan solamente en la memoria. En ese chip que tenemos en la cabeza, o donde sea. Sin embargo, cuando una fotografía está demasiado bien tomada, no necesita ni pies de fotos, ni explicación alguna. Ella se vale por sí sola.

Después de más de treinta años, en esa fotografía, en blanco y negro, se ve al que por trece años fue mi abuelo. Y a la señora que hoy, ya con más de cincuenta años, es mi abuela. En ella puedo meditar acerca del paso del tiempo. Con esa fotografía me doy cuenta de que la muerte no pasa por esos momentos congelados.

“ Las fotografías son eso: mo-mentos congelados. En ellas se nota el paso del tiempo.

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CON–LA OPINION

Por: Luis Enrique Palma

a no hace falta una noche de copas para presu-mir de hazañas y de seducciones a los acompa-ñantes de trago. Ahora, tan solo se necesita una cuenta de Facebook en la que se narre –estado a estado– proezas dignas de más de un emoticón sonriente. El lavarse los dientes 15 minutos antes de lo acostumbrado nunca ha sido tan importante como resulta serlo al compartírselo con el mundo virtual.

Gracias al auge de las redes sociales, alimentar el ego es más sencillo. Los casos que justifican tal teoría son muchos. Para presumir de intelectualidad, ya no es necesario usar anteojos, cargar un libro debajo del sobaco ni simular la lectura de un libro de más de 500 páginas en lugares bulliciosos. Tan solo es necesario citar fragmentos de libros en los estados de Facebook o compartir los enlaces que publican diarios prestigiosos. O por último: contar al mundo cómo lo difícil de las clases ocupa el tiempo de entretenimiento y diversión de uno.

Tampoco hacen falta las iglesias en donde uno podía pasar un buen rato de ro-dillas para manifestar religiosidad ante los demás. Si se desea expresar esta devoción divina ante los otros, se cuenta con el poder de divulgación del Facebook. Ya no se trata de la oración intima de agradecimiento ante Dios, sino de como se exhibe ante los otros lo que se lleva en la mano derecha.

El Facebook también está para tratar ese “yo” en otras facetas de la cotidiani-dad. Ya sea para jactarse de la última fiesta o del más reciente “tripeo”, para alardear de la adquisición de un nuevo Android, para fanfarronear de conquistas amorosas, para comentar de actividades rutinarias –como el irse a bañar o hacer la tarea– o, simplemente, para expresar variedad de emociones que van desde el disgusto –al escribir un estado, irónico, referido a lo aburrido que es el facebook–, hasta el odio –al escribir indirectas a la expareja feliz-.

No resulta complicado ser un engreído de las redes sociales, sobre todo cuando esa cara al que se refiere el Facebook es la que uno mismo desea compartir con el mundo virtual.

Ego Virtual

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Parque Luis Alfonso Joven practicando skateboarding

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Jason Guido realizando el truco Kickflip, en el parque Luis Alfonso