La Agonía del Lazareto de Guía

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HISTORIA > DE ENFERMEDADES Y DISPUTAS LEGALES 52 > SIETE-DEL 22 AL 28 DE ABRIL LA AGONÍA DEL LAZARETO DEL 22 AL 28 DE ABRIL- SIETE < 53 El Hospital de Guía, ubicado en el distrito de San Martín de Porres, frente a la Universidad de Ingeniería, es una hermosa construcción de madera edificada a inicios del siglo XX para la atención de los pacientes del mal de Hansen. Pese a su valor histórico y artístico, no ha sido declarado Monumento Nacional, y es casi desconocido para la mayoría de ciudadanos. A fines del siglo XIX toda la zona era un árido descampado hasta que la Sociedad Francesa de Beneficen- cia apoyó para la edificación de un lugar de aislamiento para los enfermos de la fiebre amarilla. Entrando el siglo XX, se hicieron proyectos para ampliar este lugar y destinarlo como lazareto. En las memorias de principios de siglo de la Municipalidad de Lima, se puede encontrar planos de edifica- ción y distribución de los pabellones origina- les de este hospital. “Construido de madera, estaba rodeado de vallas de alambres y de calaminas con varias cerraduras en las rejas y era penetrado por una atmósfera de ácido fénico. Los médi- cos del lazareto vestidos con camisa oscura de cuello alto, botas y gorro de hule, transmitían una imagen de autoridad y asepsia”, cuenta el historiador de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) Juan Luis Orrego. El lazareto contaba con dos pabellones para varones y dos para mujeres. Algo pecu- liar en este hospital era que a los pacientes, además de recibir tratamiento médico, se les asignaba un área de terreno para el cultivo de sus propios alimentos, debido a los prejuicios existentes en relación con la lepra, lo que les impedía conseguir trabajo. Otro hecho ocurrido en este hospital, es que Ernesto “Che” Guevara haya estado alojado durante un tiempo (se menciona que estuvo hasta dos años) en una pequeña casita que aún existe, dedicándose a labor social y prácticas en sus estudios iniciales como médico. Ícono del siglo XX Lasprimerasactividadesdecontroldelaleprase iniciaronenlosañosveinteenLoretoconlacons- trucción del leprosorio de San Pablo en 1926 y con la creación del Servicio Antileproso en Apu- rímac. Posteriormente, en la década de 1940, comenzó la Campaña Antileprosa Nacional, y fue el Hospital de Guía en Lima el centro base de sus actividades. Hasta 1980, la atención de los leprosos estaba confinada a los leprosorios de San Pablo en Loreto y el Hospital de Guía en Lima. El Estado clausuró este último en 1977. Desde la fecha del cierre, muchas cosas han sucedido en su interior. Debido al paso del tiempo, muchos pabellones de madera del hospital han caído o desaparecido para levantarse otras edificaciones. Solo queda uno, que las madres de la Caridad, quienes tuvieron a su cargo este leprosorio por unos años, usaban como dormitorio. Es el único pabellón que queda en pie y hoy es víctima de un saqueo sistemático debido al abandono en que se encuentra. Los expacientes, tras su cierre, decidieron quedarse a vivir aquí, ocupando los ambien- tes del hospital y manteniendo hasta la fecha una disputa, primero con la Superintenden- cia de Bienes Nacionales y ahora con la Muni- cipalidad de San Martín de Porres que quiere desalojarlos. Ellos y sus familias se sostienen con el servicio de cochera que se brinda en este amplio local, no obstante no cuentan con agua potable, pues debido a este pleito todos sus trámites están entrampados. El Hospital de Guía, que no ha sido decla- rado monumento hasta la fecha, se enfren- ta así, a su posible desaparición, que ya se inició con el robo de la madera del piso, de pino-oregón, una de las mejores del mundo. Urge la intervención de las autoridades en salvaguarda de este bien patrimonial y en defensa del derecho de los expacientes, que no obstante haber vencido este mal, siguen siendo víctimas de la marginación y el olvido de la sociedad. “LOS EXPACIENTES DECIDIERON QUEDARSE A VIVIR AQUÍ, OCUPANDO LOS AMBIENTES DEL HOSPITAL Y MANTENIENDO HASTA LA FECHA UNA DISPUTA, PRIMERO CON LA SUPERINTENDENCIA DE BIENES NACIONALES Y AHORA CON LA MUNICIPALIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES QUE QUIERE DESALOJARLOS”. POR DAVID PINO www.limalaunica.blogspot.com

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Articulo sobre la historia y avatares del antiguo Hospital de Guía, publicado en el Semanario Siete del 22 de abril de 2012.

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HISTORIA > DE ENFERMEDADES Y DISPUTAS LEGALES

52 > SIETE-DEL 22 AL 28 DE ABRIL

LA AGONÍADEL LAZARETO

DEL 22 AL 28 DE ABRIL- SIETE < 53

El Hospital de Guía, ubicado en el distrito de San Martín de Porres, frente a la

Universidad de Ingeniería, es una hermosa construcción de madera edificada a

inicios del siglo XX para la atención de los pacientes del mal de Hansen. Pese a su valor histórico y artístico, no ha sido

declarado Monumento Nacional, y es casi desconocido para la mayoría de

ciudadanos.

A fines del siglo XIX toda la zona era un árido descampado hasta que la Sociedad Francesa de Beneficen-cia apoyó para la edificación de

un lugar de aislamiento para los enfermos de la fiebre amarilla. Entrando el siglo XX, se hicieron proyectos para ampliar este lugar y destinarlo como lazareto. En las memorias de principios de siglo de la Municipalidad de Lima, se puede encontrar planos de edifica-ción y distribución de los pabellones origina-les de este hospital.

“Construido de madera, estaba rodeado de vallas de alambres y de calaminas con varias cerraduras en las rejas y era penetrado por una atmósfera de ácido fénico. Los médi-cos del lazareto vestidos con camisa oscura de cuello alto, botas y gorro de hule, transmitían una imagen de autoridad y asepsia”, cuenta el historiador de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) Juan Luis Orrego.

El lazareto contaba con dos pabellones para varones y dos para mujeres. Algo pecu-liar en este hospital era que a los pacientes, además de recibir tratamiento médico, se les asignaba un área de terreno para el cultivo de sus propios alimentos, debido a los prejuicios existentes en relación con la lepra, lo que les impedía conseguir trabajo.

Otro hecho ocurrido en este hospital, es que Ernesto “Che” Guevara haya estado alojado durante un tiempo (se menciona que estuvo hasta dos años) en una pequeña casita que aún existe, dedicándose a labor

social y prácticas en sus estudios iniciales como médico.

Ícono del siglo XXLas primeras actividades de control de la lepra se iniciaron en los años veinte en Loreto con la cons-trucción del leprosorio de San Pablo en 1926 y con la creación del Servicio Antileproso en Apu-rímac. Posteriormente, en la década de 1940, comenzó la Campaña Antileprosa Nacional, y fue el Hospital de Guía en Lima el centro base de sus actividades. Hasta 1980, la atención de los leprosos estaba confinada a los leprosorios de San Pablo en Loreto y el Hospital de Guía en Lima. El Estado clausuró este último en 1977.

Desde la fecha del cierre, muchas cosas

han sucedido en su interior. Debido al paso del tiempo, muchos pabellones de madera del hospital han caído o desaparecido para levantarse otras edificaciones. Solo queda uno, que las madres de la Caridad, quienes tuvieron a su cargo este leprosorio por unos años, usaban como dormitorio. Es el único pabellón que queda en pie y hoy es víctima de un saqueo sistemático debido al abandono en que se encuentra.

Los expacientes, tras su cierre, decidieron quedarse a vivir aquí, ocupando los ambien-tes del hospital y manteniendo hasta la fecha una disputa, primero con la Superintenden-cia de Bienes Nacionales y ahora con la Muni-cipalidad de San Martín de Porres que quiere

desalojarlos. Ellos y sus familias se sostienen con el servicio de cochera que se brinda en este amplio local, no obstante no cuentan con agua potable, pues debido a este pleito todos sus trámites están entrampados.

El Hospital de Guía, que no ha sido decla-rado monumento hasta la fecha, se enfren-ta así, a su posible desaparición, que ya se inició con el robo de la madera del piso, de pino-oregón, una de las mejores del mundo. Urge la intervención de las autoridades en salvaguarda de este bien patrimonial y en defensa del derecho de los expacientes, que no obstante haber vencido este mal, siguen siendo víctimas de la marginación y el olvido de la sociedad.

“LOS EXPACIENTES DECIDIERON QUEDARSE A

VIVIR AQUÍ, OCUPANDO LOS AMBIENTES DEL HOSPITAL Y MANTENIENDO HASTA LA

FECHA UNA DISPUTA, PRIMERO CON LA SUPERINTENDENCIA DE BIENES NACIONALES Y AHORA

CON LA MUNICIPALIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES QUE

QUIERE DESALOJARLOS”.

POR DAVID PINO www.limalaunica.blogspot.com